Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Sacrificios Vivos

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8

Sacrificios vivos

12 Por lo tanto, hermanos, tomando en


cuenta la misericordia de Dios, les ruego
que cada uno de ustedes, en adoración
espiritual,  ofrezca su cuerpo como
[a]

sacrificio vivo, santo y agradable a


Dios. 2 No se amolden al mundo actual,
sino sean transformados mediante la
renovación de su mente. Así podrán
comprobar cuál es la voluntad de Dios,
buena, agradable y perfecta.

 Dios nos ha salvado, hermanos y amigos, para vivir para Él. No


somos nuestros. Le pertenecemos en cuerpo y en alma a Dios. Y Él
nos llama a vivir una vida consagrada a Él, con una mente
transformada totalmente por su voluntad. De eso trata el pasaje de
Romanos.

            Mira cómo Pablo desarrolla ese llamado a una vida


consagrada a Dios.

¿Cuál es la idea? Pablo quiere que tú y yo miremos lo que Dios ha


hecho para salvarnos. El quiere que sintamos el peso de todo lo que
Dios ha hecho con nosotros para darnos vida eterna, para salvarnos.
Tú y yo estábamos muertos en nuestros pecados y delitos. Éramos
esclavos del pecado. In capaces de salir de ese estado y condición
de pecado y miseria. Estábamos destituido de la gloria de Dios. No
éramos justos, no buscábamos a Dios. Sepulcro abierto era nuestra
garganta. No conocíamos el camino de paz. No nos sujetábamos a
la ley de Dios y tampoco podíamos hacerlo. Éramos enemigos de
Dios. Éramos débiles para poder salir de ese estado y condición.

            Pero Dios nos salvó. Dios nos perdonó, Él nos justificó por
medio de la fe en el Señor Jesucristo. Y nos dio paz de conciencia.
Derramó su espíritu Santo sobre nosotros. Nos hizo templo de Dios.
No crucificó con Cristo y nos resucitó para una nueva vida. El
pecado ya no reina en nosotros. Nos dio su Espíritu Santo y es El
quien nos guía. Somos herederos con Cristo. Y esperamos la
bienaventuranza de la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
Por consiguiente, hermanos, por todo lo que Dios ha hecho por
nosotros y en nosotros, dice Pablo, “os ruego por las
misericordias de Dios”, por el hecho de que Dios ha derramado su
gran misericordia sobre nosotros, os ruego que sigáis
consagrándoos a Dios. Esa es la idea. ¿Por qué decimos que sigáis?
Porque ya Pablo había tratado el tema de la santificación en el
capítulo 6 de Romanos y ahora continua con ese mismo tema.
Hermanos, cuán importante es esto. La base de nuestra obediencia a
Dios descansa en la gracia de Dios, en lo que Dios ha hecho por
nosotros.
Dios nos salva para obedecer. 1 Pedro 1:2 “elegidos según la
presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para
obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo”. ¿Acaso no
hacemos nosotros lo mismo con nuestros hijos? Nosotros les damos
la vida si es necesario. ¿Y qué esperamos? Que obedezcan en
agradecimiento por todo lo que hemos hecho por ellos. Así es Dios.
El espera que vivamos para El en agradecimiento por sus
misericordias.
   Ahora bien, Dios no llama a una vida consagrada, a una
transformación total de nuestra forma de pensar y a un disfrute y
deleite de la voluntad de Dios. Veamos cada punto.
I. Consagración

            Fíjate cómo Pablo lo presenta. V. 1 “que presentéis


vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que
es vuestro culto racional.” Pablo tiene detrás de su mente la
adoración en el AT, cuando el creyente traía ante Dios su sacrificio.
Y Pablo nos dice, nosotros también debemos presentar un
sacrificio. ¿Cuál? El sacrificio de nuestro cuerpo. Esto es
importantísimo.
            La santificación y consagración a Dios incluye nuestro
cuerpo físico. Cristo vino a salvar a nuestro cuerpo y no solo
nuestra alma. 1 Corintios 6:20 “Porque habéis sido comprados
por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo”. ¿Cuál es
la idea? Pablo la explica en Romanos 6:13 “ni tampoco presentéis
vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad,
sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los
muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de
justicia.” ¿Qué significa? Oh hermanos, muchas veces usamos
nuestro cuerpo para el pecado. Usamos nuestra lengua para los
chismes, o para ofender a nuestro prójimo, burlarnos de él. Usamos
nuestros oídos para escuchar lo que no nos conviene ni edifica.
Usamos nuestras manos para hacer daño, para golpear y maltratar.
Usamos nuestros ojos para ver lo que no nos conviene como
cristianos.  Pero Dios nos llama a presentar nuestros cuerpos como
sacrificio vivo, santo agradable a Dios. A usar nuestro cuerpo de
una manera santa, que agrade a Dios.

            Hay cristianos que piensan que tienen libertad en Cristo para
hacer cualquier cosa que deseen, o ver cualquier cosa que deseen
ver. Eso no es cierto. Hace un tiempo atrás yo puse en el Facebook
de la iglesia un artículo hablando sobre el sexo en la serie de HBO
“Game of Throne”. Y hubo personas que se indignaron por ello.
Hermanos, muchas de las series de televisión hoy día son
pornográficas. Y no es sabio ni prudente verlas. Dios nos llama a
consagrar nuestro cuerpo porque El lo compró. y El demanda y
espera que sus hijos usen su cuerpo como instrumento de justicia no
impiedad. Miremos 1 Corintios 6:13 “Las viandas para el
vientre, y el vientre para las viandas; pero tanto al uno como a
las otras destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la
fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo.” V.
15 “¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?
¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de
una ramera? De ningún modo.” Vuestros cuerpos son miembros
de Cristo, mi unión con Cristo no solo es una unión espiritual sino
también física.

            ¿Cuál es la idea de todo esto? La idea es consagrar mi


cuerpo al Señor. Todo mi cuerpo le pertenece a Él. Consagra tu
cuerpo, úsalo como instrumento para bien. Haz lo mismo que hizo
Job. Job 31:1 “Hice pacto con mis ojos;
¿Cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?”. El consagró sus
ojos a Dios: que no miraría a un virgen para codiciarla. Mis ojos
son del Señor: no son para la pornografía. Mi boca es del Señor, no
es para ofender. Mis partes íntimas son del Señor, no para usarlas
sino cuando me case formalmente con mi esposa.
            La santificación y la consagración conlleva la consagración
de nuestra mente. Vimos que conlleva la consagración de nuestro
cuerpo físico, pero también la consagración de nuestra mente. V. 1
“que es vuestro culto racional.” La palabra racional es importante.
¿Sabes por qué? Porque Dios espera que le sirvamos también con
nuestra mente. Es más, es imposible consagrar nuestro cuerpo a
Dios si no hemos usados nuestra mente. ¿Por qué? Porque Dios
espera que nuestra adoración no sea mecánica, automática. Esto es
importante.

            Dios desea que le amemos no solo con todo nuestro cuerpo
sino también con toda nuestra alma.  Marcos 12:30. Dios espera
que le sirvamos con nuestra mente y con nuestra voluntad.  ¿Qué
implica esto? Implica que le sirvamos con amor y por amor. Servir
a Dios no debe ser una carga para nosotros. Debe ser algo que surja
espontáneamente. Dios debe estar presente en todos nuestros
pensamientos. Todo lo hacemos pensando: ¿le agradará a Dios lo
que yo hago? ¿Cómo yo puedo servirle mejor? ¿De qué manera yo
puedo estar más involucrado en el servicio a Dios en la iglesia? Tal
vez no puedo barrer, pero puedo fregar, traer galletitas para los
niños, comprar productos de limpieza, darle pon a alguien, comprar
papel de baño, llamar a mi hermano. ¿Por qué? Porque amo a Dios,
amo a su iglesia de la cual formo parte.
II. Transformación

            V. 2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos


por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y
perfecta.” Ahora bien. Esta transformación tiene un aspecto
negativo y uno positivo. Veamos cada uno.
            El aspecto negativo es separarnos del mundo, “No os
conforméis a este siglo”. ¿Qué quiere decir Pablo por siglo? Por
siglo Pablo quiere decir la forma de pensar, vivir, actuar y valorar
que posee el mundo que no tiene a Dios. Lo podemos llamar la
filosofía del mundo o la mentalidad del mundo, los valores del
mundo, la forma de pensar del mundo. De un mundo que no tiene a
Dios como su Dios y Rey. De un mundo que no obedece a la
Palabra de Dios. De un mundo que no busca ser gobernado por
Dios. Ese es el siglo del cual Pablo nos dice: “no os conforméis”.
            Esa separación no es una física necesariamente sino moral y
espiritual. Cuando digo física me refiero que no significa
encerrarnos en nuestras casas y no tener contacto con el mundo
externo. De esa mentalidad surgió el monaquismo, lo monasterio,
los anacoretas. Esa no es la idea. Dios nos llama a una vida moral y
espiritual distinta a la vida que vive el mundo. Nuestra ética es
distinta del mundo porque es una ética basada en la Palabra de Dios
no en la democracia, sociología, en la estadística, etc.

            Nuestra vida no debe conformarse al mundo. ¿Cómo


pensamos acerca del matrimonio? ¿Cómo pensamos acerca de las
relaciones sexuales fuera del matrimonio? ¿Cómo pensamos acerca
de criar a nuestros hijos? ¿Cómo pensamos acerca del aborto, del
homosexualismo? ¿Cómo pensamos acerca de nuestro prójimo?
¿Cómo debemos reaccionar ante el paso del huracán María: solo
pensamos en nosotros y nos ocupamos de nosotros y después que
todo esté bien pues que cada cual se salve como pueda? ¿A quiénes
hemos servido a parte de nosotros mismos y los que nos rodean,
nuestros familiares y qué del prójimo?
            Esta trasformación tiene también un aspecto positivo y ese
es: renovando nuestra mente. V. 2 “No os conforméis a este siglo,
sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento”. Hermanos, Dios nos llama a cambiar nuestra
forma de pensar. No podemos consagrar nuestro cuerpo ni
apartarnos del mundo de una forma correcta a menos que
cambiemos nuestra forma de pensar. Tiene que haber una
metamorfosis intelectual. Nuestra forma de pensar ha sido afectada
por el pecado y necesitamos que esta sea cambiada completamente.

            Pero esa renovación no viene sino por medio de la Palabra


de Dios. No viene sino por el estudio consciente, dedicado, arduo,
consistente de la Palabra de Dios. No viene sino por el estudio de
buenos libros que nos ayudan a entender la Palabra e Dios. No
viene sino por exponernos constantemente al ministerio educativo
de la iglesia: sea escuela dominical, estudio bíblico los jueves y la
predicación de la Palabra.  No viene sino por la constante
meditación de la Palabra de Dios. No viene sino por evaluar toda
forma de pensar a la luz de la Biblia. pero no podemos evaluar
correctamente a menos que conozcamos la Palabra de Dios, a
menos que escudriñemos la Palabra de Dios. Ni viene a menos que
reconozcamos que ella es la Palabra de Dios y que yo debe
someterme en alma y corazón a esa Palabra.  
            Solo podremos “comprobéis cuál sea la buena voluntad
de Dios, agradable y perfecta.” ¿Qué significa eso? Significa que
solo cuando nuestra mente es transformada por la Palabra de Dios
podremos decir verdaderamente la voluntad de Dios es agradable,
es buena para mí, es perfecta, no tengo nada más que buscar. Eso es
lo que yo necesito. Eso es lo que necesita el mundo. Que buena es
esa Palabra. Lo mejor que me ha sucedido es conocerla y vivirla.
            Hermanos, Dios nos da dado el regalo más grande que
alguien puede dar en este mundo: la salvación. Su gran misericordia
sobre nosotros ha sido abundante. Dios no ha retenido ninguna
bendición para nosotros. ¿Qué pide de nosotros? Que le amemos
como nos ha amado. Que consagremos toda nuestra vida a El de
una manera consciente, inteligente y voluntaria. Que ese sea tu
resolución para este nuevo año: vivir una vida totalmente
consagrada para Él.

También podría gustarte