Amo Pérez, María Pilar Del - Las Actuaciones en El Terreno y La Cimentación
Amo Pérez, María Pilar Del - Las Actuaciones en El Terreno y La Cimentación
Amo Pérez, María Pilar Del - Las Actuaciones en El Terreno y La Cimentación
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TEXTOS UNIVERSITARIOS
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y la cimentación
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UAH
Las actuaciones
en el terreno
y la cimentación
Las actuaciones María Pilar del Amo Pérez
en el terreno
y la cimentación
SERVICIO DE PUBLICACIONES
Titulo: Las actuaciones en el terreno y la cimentación
Autora: © Mª Pilar del Amo Pérez
Queda rigurosamente prohibido, sin la autorización escrita del titular del “Copyright”, bajo las sanciones
establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento,
comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante
alquiler o préstamos públicos.
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PRESENTACIÓN
El contenido de este libro está destinado a todos aquellos que tengan interés en el proyecto y
diseño de los elementos que integran la infraestructura de la edificación, así como en los
aspectos constructivos de la misma. De forma particular va dirigido a los estudiantes de
Grado en Arquitectura, Arquitectura, Arquitectura Técnica e Ingeniería de la Edificación.
En él se exponen, de forma sencilla, las labores y actividades constructivas necesarias para
acondicionar el terreno y encajar el edifico en su superficie, así como los medios de que se
dispone para ello. Se analiza el comportamiento mecánico de los elementos constructivos de
la infraestructura de un edificio y las técnicas necesarias para su construcción. La obra está
ilustrada con fotografías tomadas a lo largo de mi vida profesional en relación con el tema de
estudio.
Todo ello, basado en mi experiencia como Arquitecto.
La autora
UNIDAD I.
EL TERRENO: ACTUACIONES PREVIAS.
RECONOCIMIENTO Y ACONDICIONAMIENTO
Entonces se debe mirar si el terreno sobre que se ha de construir es sólido y firme, ó bien es arena, lastre, tierra echadiza,
blanda ó paludosa. Si el terreno es sólido y firme, se cavarán allí las zanjas hasta la profundidad que tenga por bastante el
Arquitecto juicioso, según la calidad del suelo y la del edificio.
LOS CUATRO LIBROS DE ARQUITECTURA. Palladio. Libro I. Capítulo VII. De las calidades del terreno en el que se
han de abrir las zanjas
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Tema 1
El suelo está compuesto por materia sólida (agregado de minerales que constituye la
estructura del suelo y que procede de la meteorización y descomposición de rocas minerales),
agua con sustancias minerales en disolución y aire ocupando los intersticios entre los granos.
Junto con los componentes inorgánicos aparecen cantidades de materia orgánica procedente
de restos vegetales o animales.
La cantidad de aire, de agua y de materia orgánica que contiene el suelo hace variar las
propiedades del mismo. Los terrenos con poca cantidad de aire son más compactos,
presentando un peso específico mayor y una menor permeabilidad, lo que se traduce en una
mayor capacidad para absorber cargas. Los terrenos con gran cantidad de materia orgánica,
denominados “orgánicos” como los fangos y las turbas, originan gran número de poros al
transformarse los compuestos orgánicos que contienen. Por lo tanto, dan lugar a la formación
de un terreno esponjoso y sin apenas capacidad portante, que con el paso del tiempo llega a
comprimirse.
Las capas más superficiales del terreno constituyen las facies que conforman el relieve natural
aparente. Debajo, se encuentran capas de echadizo o rellenos sin consolidar con gran
cantidad de materia orgánica y sin capacidad resistente. El firme lo constituyen los estratos de
terreno con capacidad resistente y de profundidad variable, dependiendo de numerosos
factores, como la naturaleza del terreno, la presencia de agua, la cota de heladicidad, etc.
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María Pilar del Amo Pérez
ROCAS
Formaciones geológicas sólidas con notable resistencia a la compresión (figura 1.1). Las rocas
están formadas por agregados minerales, unidos por grandes fuerzas coherentes, que dan
lugar a un terreno duro y compacto. Se agrupan, según la citada norma, en:
a. Rocas isótropas: Estructura homogénea, sin visible estratificación, con propiedades
análogas en toda su masa. Son rocas isótropas las rocas eruptivas (granito, basalto,
sienita, diorita…) y gran parte de las metamórficas (gneis, mármol, cuarcita…)
b. Rocas estratificadas: Estructura discontinua, con visible estratificación laminar.
Presentan esta estructura las rocas sedimentarias y algunas metamórficas (pizarras,
esquistos…)
Resistencia a la compresión: Muy alta, no aumentando en general con la profundidad.
2
- Resistencia a la compresión de rocas isótropas 3000-6000 kN/m
2
- Resistencia a la compresión de rocas estratificadas 1000-2000 kN/m
Buen comportamiento frente a la acción de cargas dinámicas.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
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2
- Resistencia a la compresión de gravas 400 a 800 kN/m
2
- Resistencia a la compresión de arenas gruesas 250 a 500 kN/m
2
- Resistencia a la compresión de arenas finas 160 a 320 kN/m
Asientos: Se producen rápidamente al reorganizarse los huecos bajo la acción de las cargas.
En general son pequeños, y se producen tras la aplicación de la carga al disiparse el agua
intersticial. Hay que prestar gran atención a la aplicación de cargas dinámicas en terrenos
granulares que originan, como excepción, grandes asientos al reorganizarse los huecos.
Acción del agua: El agua en reposo no les afecta. El agua en movimiento arrastra los granos,
erosionándolos. Es necesario estudiar el comportamiento de los terrenos de grano muy fino
(arenas finas y limos) en presencia de agua de escorrentía, al transformarse en movedizos,
disminuyendo las fuerzas de rozamiento que los mantenían unidos y produciéndose el
movimiento de las partículas.
Permeabilidad: Permeables.
TERRENOS COHERENTES
Compuestos fundamentalmente por arcillas, pudiendo contener áridos en cantidad moderada.
Cuando se secan, forman terrones que no pueden pulverizarse con los dedos. Predomina en
ellos la resistencia debida a la cohesión. Proceden de la meteorización de los feldespatos
dando lugar a laminillas de tamaño inferior a 0,002 mm.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Acción del agua: La presencia de agua en los suelos arcillosos cambia sustancialmente sus
propiedades. La existencia de agua en las arcillas se debe a tres formas de constitución:
- Agua de constitución o higroscópica, que forma parte de la estructura molecular de
las arcillas y es la responsable de las fuerzas adherentes o cohesión entre las
partículas.
- Agua de absorción o absorbida, que mantiene el contacto entre las diferentes
partículas mediante fuerzas de tensión superficial. Da el carácter de moldeabilidad a
las arcillas, al deformarse plásticamente sin formar grietas.
- Agua intersticial, que rellena los espacios entre partículas.
Un terreno arcilloso con cierta cantidad de agua es un terreno con mucha cohesión, que
mantiene próximas sus partículas al aparecer fuerzas de atracción muy grandes entre las
mismas. Al aumentar la cantidad de agua, ésta se absorbe de forma muy lenta, penetrando
entre las partículas sólidas y desarrollándose una presión intersticial que determina la
expansión del terreno. Por el contrario, si el terreno arcilloso y pierde agua, debido por ejemplo
a un descenso del nivel freático, disminuye gradualmente la presión intersticial entre las
partículas, aumentando la presión entre los granos y disminuyendo el volumen.
Es necesario mencionar a los suelos expansivos, que presentan componentes de alta
plasticidad que propician cambios sustanciales de humedad, produciéndose en ellos cambios
importantes de volumen.
Como terreno de cimentación: Las arcillas de consistencia dura y semidura son buenos
terrenos para cimentar. Los terrenos poco cohesivos se reblandecen fácilmente al ser más
sensibles a las variaciones de humedad, por lo que se requiere mayor precaución al cimentar
sobre ellos.
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María Pilar del Amo Pérez
Las figuras 1.4 y 1.5 muestran dos cortes de terreno coherente para una cimentación,
apreciándose los diferentes estratos atravesados.
TERRENOS DEFICIENTES
Terrenos no aptos para la cimentación (figuras 1.6 y 1.7). En general, se considerará terreno
deficiente a cualquier terreno que se pueda agrupar en uno de los siguientes grupos:
a. Fangos inorgánicos: limos inorgánicos y arcillas con mucha agua. No permiten la
formación de cilindros que soporten su propio peso
b. Terrenos orgánicos: con gran proporción de materia orgánica como la turba y la tierra
vegetal
c. Terrenos de echadizo o de relleno: creados artificialmente acumulando tierras o
escombros.
Resistencia: Mínima.
Como terreno de cimentación: No son aptos para cimentar sobre ellos, únicamente con una
buena compactación pueden adquirir cierta capacidad portante.
Figura 1.6 Terreno con gran cantidad de materia orgánica Figura 1.7 Terreno de echadizo
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
El CTE en su DB SE-C establece una clasificación de los suelos en función de varios criterios
y parámetros que aparecen tabulados a continuación en las figuras 1.8, 1.9, 1.10 y 1.11.
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María Pilar del Amo Pérez
d. Deslizamientos de terreno.
El aumento del contenido de agua en terrenos arcillosos puede ocasionar deslizamientos del
mismo, que aparecen de forma espontánea o son originados por rellenos o excavaciones
cercanas. La expansividad de un terreno es también causa de deslizamientos, al producirse
empujes laterales en el proceso de desecación
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
b. Deslizamientos.
El vertido de rellenos sobre terrenos arcillosos húmedos, dispuestos en pendiente o limitados
por estructuras de contención, provoca deslizamientos.
c. Rozamiento negativo.
El asiento de las capas blandas debidas a la existencia del relleno puede originar la aparición
de fuerzas de rozamiento en el fuste de cimentaciones profundas con una resultante que tiene
una componente vertical en la dirección descendente, que es necesario añadir a la carga que
transmite el pilote. A esta componente vertical se la conoce como “rozamiento negativo”.
relleno
relleno
arenas y gravas
superficie de deslizamiento
terreno compresible
relleno
relleno
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El terreno sobre el que construimos debe cumplir una serie de exigencias a lo largo de la vida
útil del edificio:
- Mantenimiento de la capacidad portante frente al hundimiento, alejándonos de la
rotura mediante un coeficiente de seguridad mínimo
- Transmisión de la tensión al terreno sin que se originen deformaciones o asientos
superiores a los admisibles
- Experimentación de variaciones dimensionales inferiores a las consideradas
admisibles
- Garantía de seguridad frente al deslizamiento
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
1. Comportamiento elástico: mientras que la carga aplicada sea pequeña, las deformaciones o
descensos que experimenta el terreno también lo son, creciendo de manera proporcional a la
misma; es decir existe una proporcionalidad entre los incrementos de tensión y las
deformaciones.
2. Limite de proporcionalidad de tensiones y deformaciones unitarias (A)
3. Comportamiento plástico: al aumentar la carga, la relación carga-asiento aumenta; es decir,
los incrementos de carga se corresponden con asientos cada vez mayores, llegando a una
situación en la que se puede sobrepasar la capacidad de carga del terreno.
4. Carga de rotura (B)
Las diferentes formas que pueden adoptar las curvas presión–asiento dependen de la forma y
tamaño de la zapata, de la naturaleza y resistencia del suelo y de la carga aplicada.
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María Pilar del Amo Pérez
La presión vertical admisible es el máximo valor de presión al que puede estar sometido un
terreno. Trabajamos con la presión de hundimiento, pero alejados de la rotura mediante unos
coeficientes de seguridad.
Las figuras 1.17 y 1.18 muestran dos tablas, extraídas del CTE DB-C, con valores de la
presión admisible para determinados tipos de suelos, en función de su naturaleza
Figura 1.17 Presiones admisibles en suelos granulares (CTE DB-SE-C, Tabla 4.4)
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 1.18 Presiones admisibles a efectos orientativos (CTE DB-SE-C, Tabla D.25.)
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Asiento es la deformación que se produce en un terreno bajo la acción de una carga. Los
asientos (SA) presentan la misma dirección que la tensión que los origina. Por lo tanto, al ser
las cargas fundamentalmente verticales, el asiento también lo es, uniéndose a esta
deformación la consolidación del suelo por efecto de la gravedad.
La figura 1.19 muestra los diferentes movimientos que experimentan las cimentaciones, entre
los que figura el asiento que experimentan los puntos A, B, C y D de una cimentación.
Figura 1.19 Definiciones básicas del movimiento de cimentaciones (CTE DB SE-C, Figura 2.1)
El suelo es un material heterogéneo, compuesto por granos minerales, agua y aire ocluido.
Cuando se somete a una carga a un suelo saturado, es el agua la que recibe de forma
inmediata toda la carga, poniéndose en movimiento y disipándose a una velocidad que
depende de la permeabilidad del medio. Al evacuarse el agua, los granos sustituyen
gradualmente al agua en la transmisión de esfuerzos, produciéndose un reajuste de los
granos, una disminución del índice de huecos y un asentamiento del terreno. El tiempo de este
proceso puede variar desde pocos minutos en terrenos granulares muy permeables, hasta
años en arcillas poco permeables.
Si se carga un suelo no saturado, son los granos los que reciben inmediatamente la carga,
transmitiéndolas unos a otros de forma inmediata, lo que produce una reorganización de los
mismos y una disminución del índice de huecos hasta alcanzar un grado de saturación en el
que se produce la consolidación del suelo.
Observamos que el asiento consta de dos partes: el asiento inmediato o instantáneo,
producido tras la aplicación de la carga sin variación en el contenido de agua y sin variación de
volumen; y el asiento de consolidación, debido a la reducción de volumen por efecto de la
consolidación.
Los asientos no deben sobrepasar unos límites a partir de los cuales aparecen daños en la
estructura del edificio.
Cuando nos referimos a los asientos, debemos distinguir entre los diferentes tipos de asientos:
ASIENTO UNIFORME
Todos los puntos de la cimentación asientan la misma magnitud. Son en general inofensivos,
siempre y cuando el firme presente un espesor uniforme y suficiente, las cargas sean de la
misma magnitud sin que se solapen los bulbos de presiones y se transfieran a la misma
profundidad.
ASIENTO DIFERENCIAL
Existen asientos diferentes entre los diferentes puntos de la cimentación. Son peligrosos,
pudiendo ocasionar la rotura del cimiento y la formación de grietas.
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ASIENTO ADMISIBLE
Asiento máximo que tolera la estructura de un edificio, forjados y tabiquería, sin que aparezcan
lesiones incompatibles con el servicio de la misma. El método empleado para evaluar los
asientos admisible parte de la observación directa de los diferentes sistemas estructurales. La
antigua NBE-AE-88 fijaba unos valores orientativos de los asientos admisibles en función de
las características de la estructura del edificio y del tipo de terreno, que se exponen en la figura
1.20.
ASIENTOS GENERALES ADMISIBLES
CARACTERÍSTICAS DEL EDIFICIO ASIENTO GENERAL MÁXIMO ADMISIBLE
Terrenos sin cohesión Terrenos coherentes
Obras de carácter monumental 12 mm 25 mm
Estructuras muy rígidas de hormigón 35 mm 50 mm
Estructuras poco rígidas de acero 50 mm 75 mm
Estructuras articuladas de madera >50 mm > 75 mm
Las estructuras metálicas admiten, en general mayores deformaciones que las estructuras de
hormigón, a pesar que éstas últimas se comportan mejor frente a las deformaciones lentas por
fluencia del hormigón.
ASIENTO MÁXIMO
Es el asiento máximo absoluto de un punto de la cimentación. Conviene limitar el máximo
asiento, ya que cuanto mayor lo sea, mayor lo podrá ser el diferencial.
DISTORSIÓN ANGULAR
Relación entre el asiento diferencial entre dos puntos de la cimentación contiguos y la
distancia que los separa. La figura 1.21 muestra los valores de la distorsión fijados por el CTE.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Resulta evidente que siempre que sobre un terreno actúa una carga, aparecerán
deformaciones en el mismo asociadas a la misma. Si el suelo es poco deformable, los
asientos serán mínimos. Por el contrario, en suelos deformables será necesario considerar el
coste que supone ejecutar cimentaciones profundas o intervenir en el terreno para mejorarlo.
Hay que tener en cuenta que existen causas ajenas a la naturaleza del terreno y de las cargas
que inciden en la magnitud de los asientos: existencia de cargas dinámicas en la superficie del
terreno, variaciones del nivel freático, presencia de aguas de escorrentía, variaciones en la
humedad del terreno por existencia de calderas u hornos, existencia de socavones o galerías
en el terreno, modificaciones químicas del terreno, etc.
Por lo tanto, es importante conocer la presión admisible del suelo con el que nos enfrentamos,
de manera que los esfuerzos que actúan sobre la estructura se transmitan al terreno de forma
segura frente a la rotura; y que los asientos sean compatibles con las deformaciones de la
estructura, es decir, sean tolerables. Conocida la carga que transmitimos al terreno, dotamos a
la cimentación de una superficie tal que no se sobrepase la tensión admisible del suelo,
garantizando de esta forma que los asientos o deformaciones son compatibles con la
deformación de la estructura.
El empuje de las tierras sobre el trasdós de una estructura se produce por un desequilibrio de
tensiones que aparece al ejecutar un cambio de nivel topográfico, de forma brusca, en un
terreno que no tiene entidad suficiente para el mismo. Para entenderlo mejor, observamos la
figura 1.22.
z
Figura 1.22.
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La rotura del terreno por deslizamiento se producirá cuando debido al empuje del terreno, las
tensiones de corte en el contacto de la cimentación con el terreno superen la resistencia del
mismo. El vuelco se producirá cuando debido al empuje de las tierras, el movimiento
predominante sea el giro de la cimentación. En la figura 1.25, extraída del CTE DB-C, se
reflejan los dos estados límites de deslizamiento y vuelco.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 1.25 Ejemplos de estados límites últimos (CTE DB SE-C, Figura 4.8)
Figura 1.26 Corte de terreno hasta el firme Figura 1.27 Estrato apto para recibir cargas
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 1.28 Existencia de socavones en la cota de vaciado Figura 1.29 Aparición de un pozo en el área de influencia de
la cimentación
Figura 1.30 Nivel freático que aflora en el vaciado Figura 1.31 Posibilidad de aprovechamiento del terreno
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Para definir el terreno sobre el que vamos actuar es necesario conocer las propiedades
geotécnicas del mismo. Este conocimiento resulta imprescindible si queremos intervenir o
edificar al permitirnos proyectar la cimentación más adecuada. Las propiedades geotécnicas
son de orden físico y mecánico.
PROPIEDADES FÍSICAS
Permiten caracterizar y tipificar el tipo de terreno. Entre las propiedades físicas que son
necesarias para el conocimiento del terreno se encuentran:
a. Distribución granulométrica.
Permite la clasificación del terreno por tamaño de las partículas, distinguiendo las distintas
fracciones que lo componen. Clasifica los terrenos en: gravas de tamaño mayor de 2mm,
arenas con un tamaño que oscila entre 0,06 mm y 2 mm, limos con un tamaño entre 0,06 mm
y 0,002 mm y arcillas de tamaño inferior a 0,002 mm.
b. Humedad.
Indica el contenido de agua o humedad de un terreno. Se define como la relación entre el peso
del agua contenida y el peso de las partículas sólidas.
((Peso natural-Peso seco) I Peso seco) .100
c. Densidad.
Es la relación entre el peso y el volumen:
Densidad aparente: γ=Peso seco/V, donde V es el volumen aparente o externo
Densidad real o peso específico: γo= Peso seco/Vo, donde Vo=V-Vp es el volumen real o
absoluto, deduciendo los huecos internos (Vp)
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e. Compacidad.
Se define la compacidad C como el cociente entre la densidad aparente y la densidad real.
C=γ/γo
siendo γ=Peso seco/V y γo=Peso seco/Vo siendo Vo el volumen real o absoluto, son poros
internos.
g. Permeabilidad
Define la capacidad que tiene un terreno para dejarse atravesar por el agua. Relacionado con
la estructura del suelo y la distribución granulométrica.
h. Agresividad.
Expresa la cantidad de materias agresivas para el hormigón de futuras cimentaciones
contenidas en el suelo.
i. Inalterabilidad.
Relacionada con la resistencia ante la acción de los agentes atmosféricos.
j. Expansividad.
PROPIEDADES MECÁNICAS
Derivadas del comportamiento de los suelos frente a acciones exteriores. Estas propiedades
varían dependiendo de la estructura interna.
b. Compresibilidad
Expresa la magnitud de las deformaciones que experimenta un terreno bajo la acción de una
carga. Las deformaciones o asientos que experimenta el suelo dependen de la estructura
interna de éste y de la desecación que el suelo haya experimentado.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
c. Resistencia al corte
Relacionada con el comportamiento del suelo frente a una tensión tangencial. La rotura del
suelo origina un deslizamiento o un hundimiento. La resistencia al corte es debida asimismo al
rozamiento entre partículas y a la cohesión.
Es necesario tener información previa del entorno, del terreno sobre el que vamos a actuar y
del edificio a construir.
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 1.32
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 1.33
De forma general, el mínimo número de puntos a reconocer será de tres, que deberán estar
referidos a puntos fijos del solar. En la tabla de la figura 1.34 se recogen las distancias
máximas entre puntos de reconocimiento (dmáx) y las profundidades orientativas (P) bajo el
nivel final de la excavación que establece en CTE en su DB-C.
Todos los puntos de reconocimiento deben quedar reflejados en planimetría y en altimetría a
puntos fijos del entorno. Si las distancias exceden las dimensiones de la superficie a
reconocer, se disminuirán hasta que se cumpla con el número de puntos mínimos requeridos.
2
Si la superficie en planta es superior a 10000 m se podrá reducir la densidad de puntos,
teniendo como límite el 50% de los obtenidos sobre el exceso de superficie.
Figura 1.34
Se comprobará que la profundidad planificada ha sido suficiente para alcanzar una cota en el
terreno por debajo de la cual no se desarrollarán asientos significativos bajo las cargas que
pueda transmitir el edificio. La unidad geotécnica se comprobará para una profundidad de al
menos 2m, más 0,3m adicionales por cada planta que tenga la construcción a realizar.
Si se va a cimentar mediante cimentaciones profundas, se supondrá que la cota de aplicación
de la carga del edificio sobre el terreno es igual a los 2/3 de la longitud del pilote. En el caso de
pilotes columna se comprobará que la cota investigada alcanza los cinco diámetros por debajo
de la cota prevista para la punta del pilote.
Figura 1.35
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María Pilar del Amo Pérez
La figura 1.35 muestra la Tabla 3.4 del CTE de su DB-C en la que se establece el número
mínimo de sondeos mecánicos y el porcentaje del total de puntos de reconocimiento que
pueden sustituirse por pruebas continuas de penetración, si el número de sondeos mecánicos
supera el mínimo especificado en dicha tabla.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
qrot = Nrot/Spostes;
S es la superficie de apoyo de la placa: 2 ó 4 postes
qadm= qrot/C
C=2,3
Figura 1.38 Realización de catas en un solar
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María Pilar del Amo Pérez
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Sondeos mecánicos
Utilizan sistemas montados sobre maquinaria de transporte. Permiten llegar a profundidades
superiores que las catas y los sondeos manuales, mediante la extracción de testigos
continuos. Son costosos, por lo que deben limitarse. Se utilizan en terrenos resistentes y en
presencia de nivel freático, para la extracción de muestras inalteradas profundas del terreno y
de acuíferos.
Detectan las variaciones del nivel freático mediante la instalación de tubos piezométricos en un
número de sondeos suficiente. Establecen el perfil estratigráfico del terreno.
Se utilizan para prospecciones complementarias como: la realización de diagrafías de
resistividad, radioactividad natural, velocidad sónica, etc.
Se introduce en el terreno una sonda de 7 a 14 cm de diámetro accionada mecánicamente,
pudiéndose alcanzar hasta profundidades de 20 m. La distancia entre sondeos oscila entre los
25 y 100 m. La sonda se introduce por diferentes medios:
- Sondeos por presión en suelos blandos
- Sondeos por percusión en presencia de suelos granulares gruesos: gravas o bolos
- Sondeos por rotación en todo tipo de terreno, utilizando el dispositivo de avance
adecuado a la naturaleza del mismo, especialmente en terrenos rocosos y suelos
duros
- Sondeos por barrenado en terrenos blandos y cohesivos
c. Ensayos de penetración
Son un complemento de los ensayos realizados en laboratorio con las muestras extraídas del
terreno. Permiten solicitar al terreno en su estado natural, realizando predicciones empíricas
de la resistencia al corte, los límites de los distintos estratos y la uniformidad del suelo,
compresibilidad, existencia de cavidades, etc.
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 1.42
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Hinca por el golpeteo de una punta cónica unida a una barra maciza de peso constante que
cae desde una altura también constante sobre una punta o penetrómetro. Se mide el número
de golpes necesarios para que la punta penetre una determinada profundidad. La resistencia
se mide a partiendo del número de golpes N necesarios para conseguir un avance de la punta
de 20 cm. El más conocido es el penetrómetro Borros
En la figura 1.42 se muestra la tabla D.6., extraída del Anejo D del DB SE-C del CTE, en la que
se indican las condiciones de utilización más apropiadas de cada tipo de penetrómetro.
En el reconocimiento de los tipos de construcción C-0 y grupo de terreno T-1, las pruebas de
penetración deben completarse con otras técnicas de reconocimiento como las calicatas.
d. Métodos geofísicos
Técnicas que permiten medir propiedades físicas del terreno desde la superficie: técnicas
magnéticas, gravimétricas, eléctricas y sísmicas. Se utilizan en grandes superficies a construir,
con el fin de obtener información complementaria que ayude a distribuir los puntos de
reconocimiento, así como la profundidad a alcanzar en ellos.
e. Diagrafías.
Perforaciones destructivas que proporcionan información del terreno a través de un taladro en
una prospección en profundidad. El avance de la broca del taladro y de la energía consumida
por el martillo perforador nos aporta información que permite definir el perfil geológico del
terreno. Para la obtención de las diagrafías se introducen en el taladro diferentes aparatos que
permiten medir parámetros como la resistividad del terreno, la propagación de las ondas
sísmicas, la conductividad eléctrica, la radioactividad natural, etc.
Son ensayos que se realizan directamente sobre el terreno natural, proporcionando datos que
pueden relacionarse con la resistencia, deformabilidad y permeabilidad.
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María Pilar del Amo Pérez
qrot = Nrot/Splaca;
S es la superficie de la placa de ensayo Ø 30 cm =πr2
qadm= qrot/C
C=3 en zapatas cuadradas o redondas
C=4 en zapatas continuas
En la figura 1.44 aparece la Tabla D.7., extraída del Anejo D del DB SE-C del CTE, en la que
se describen otros ensayos “in situ” y se indican las condiciones de utilización más apropiadas
de los mismos.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 1.44
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María Pilar del Amo Pérez
Las muestras inalteradas se obtienen mediante tallado en bloque. En la figura 1.45 aparece la
tabla 3.5 del DB SE-C en la que se señala la categoría mínima requerida de la muestra según
los ensayos de laboratorio que se van a realizar.
Figura 1.45
ENSAYOS DE IDENTIFICACIÓN
Identifican la naturaleza del terreno. Entre ellos se encuentran los ensayos granulométricos por
tamizado y los límites de Atterberg.
ENSAYOS FÍSICOS
Determinan los parámetros físicos del suelo como la densidad, la porosidad e índice de poros
y el contenido de humedad.
ENSAYOS QUÍMICOS
Determinan la presencia de compuestos agresivos al hormigón, como sulfatos, cloruros,
carbonatos y materia orgánica.
ENSAYOS MECÁNICOS
Determinan los parámetros geotécnicos del suelo como la resistencia, el ángulo de rozamiento
interno, la deformabilidad, la expansividad, la compactación, la colapsabilidad etc.
La tabla D.18 extraída del Anejo D del DB SE-C que aparece en la figura 1.46 establece el tipo
de ensayo necesario para obtener diferente información respecto al terreno y las normas UNE
que rigen cada uno de los ensayos.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 1.46
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María Pilar del Amo Pérez
- Posibles problemas:
o Presencia y nivel de las aguas freáticas, de forma que sus variaciones no
alteren la naturaleza del terreno bajo la cimentación.
o Inestabilidad de taludes
o Agresividad del terreno
o Agresividad de las aguas freáticas
o Interacción con edificios próximos
- Anejos con los resultados de las técnicas reconocimiento realizas
4. BIBLIOGRAFÍA
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
RODRÍGUEZ ORTIZ, José María, SERRA GESTA Jesús y OTEO MAZO, Carlo.: Curso
aplicado de cimentaciones. Edita: COAM
ISBN-84-85572-37-8
VARIOS AUTORES: Ingeniería del Terreno. IngeoTer1. Editor Carlos López Jimeno. Madrid
2002
ISBN-84-931292-9-1
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María Pilar del Amo Pérez
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Tema 2
1. OBJETO
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 2.2 Solar en el que no se han realizado labores Figura 2.3 Solar con dos niveles topográficos
de limpieza
Figura 2.4 Solar con presencia de nivel freático Figura 2.5 Terreno que es necesario contener
- TRABAJOS PREVIOS
Relacionados con el conocimiento previo del solar y su entorno.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
a. Toma de datos
b. Inspección del entorno
c. Retirada de servicios.
d. Desbroce y limpieza.
- MOVIMIENTO DE TIERRAS
Actividad relacionada con la modificación de la topografía del terreno para adaptarlo
a las características del edificio. Son la excavación, el relleno, la explanación y el
transporte como actividad complementaria a las anteriores. Durante la ejecución de
los movimientos de tierras se produce la compactación y el esponjamiento con
posterior asentamiento del terreno.
a. Excavación.
b. Relleno y terraplenado
c. Compactación, esponjamiento y asentamiento
d. Explanación.
e. Transporte
- CONTROL DE AGUA
Actividad relacionada con la presencia de agua que aflora en el solar en la cota de
los movimientos de tierra.
TOMA DE DATOS
Es necesario tomar nota de cualquier material u objeto que pueda afectar al desarrollo del
trabajo:
- Arboles de gran tamaño, especies a proteger, arboles a trasplantar
- Rocas o piedras voluminosas. En zonas rurales es frecuente la aparición de rulos
compactadores de piedra en las zonas de las eras
- Restos de edificaciones: cimentaciones o muros de edificios anteriores
- Maquinaria agrícola abandonada o en desuso
- Aparición de cuevas u otro tipo de oquedades, etc.
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 2.8 Estado bueno de la medianería colindante Figura 2.9 Excavación con bataches para evitar daños
Figura 2.10 Medianería con cimentación Figuras 2.11 y 2.12 Medianería en mal estado
A nivel superior
Figuras 2.13 y 2,14 Vaciado para ejecución de sótano con interferencia de la zapata del edificio colindante
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
RETIRADA DE SERVICIOS.
Antes de iniciar los movimientos de tierras es necesario retirar o desviar cualquier tipo de
instalaciones urbanas en uso o en desuso que interfieran en la zona de trabajo, previa
comunicación y permiso de la empresa suministradora del servicio, la cual nos dará las
indicaciones oportunas para la ejecución de los trabajos de retirada o desvío.
- Albañales u otro tipo de redes enterradas, pozos negros, galerías, etc. (véanse las
figuras 2.15 y 2.16)
- Líneas eléctricas aéreas o enterradas, en uso o en desuso, líneas de
telecomunicaciones
- Depósitos de combustibles enterrados, etc.
- Restos arqueológicos: su aparición supondrá la paralización de los trabajos para la
posterior catalogación y datación del material encontrado (véase la figura 2.17)
Figura 2.15 Aparición de pozo de agua en zapata Figura 2.16 Aparición de pozo negro en cota de excavación
DESBROCE Y LIMPIEZA.
Estos trabajos comprenden la retirada de todo tipo de árboles y arbustos, la extracción de
tocones y el despeje del terreno de las plantas herbáceas, maleza y cualquier otro material
(escombros, piedras…) que interfiera en la zona de actuación.
Retirada de escombros y piedra.-
Si las piedras a retirar son de gran tamaño es necesario proceder al “cuarteo” mediante
barrenos colocados en el interior del bloque de piedra, aproximadamente a la mitad de su
espesor, o mediante cargas exteriores con objeto de disgregarla en pequeños trozos. También
puede hacerse el cuarteo mediante un martillo rompedor.
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 2.18 Restos de escombros y maleza Figura 2.19 Restos de raíces en la cota de cimentación
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 2.21 Protección de árbol con encofrado Figura 2.22 Hacha de leñador
Los arboles de pequeño porte se retirarán con ayuda de hachas (véase la figura 2.22), sierras
manuales o motosierras. Los de mediano porte se retirarán con la ayuda de un bulldozer,
ejerciendo sobre el tronco un empuje con la pala de abajo a arriba, a unos 50 cm del suelo
(véase la figura 2.23).
Para la retirada de los árboles grandes podemos auxiliarnos excavando alrededor de los
mismos una zanja con el fin de descalzar el árbol descubriendo la raíz (véase la figura 2.24).
Es conveniente dejar una pequeña rampa de aproximación del bulldózer que actuará del
mismo modo que con los arboles de tamaño medio, pero empujando el tronco desde un nivel
superior. También podemos volcar el árbol amarrando un cable alrededor del tercio superior
del tronco y traccionando el árbol hacia la máquina.
Figura 2.23
Extracción de tocones.-
El tacón es la parte inferior del tronco del árbol que queda unida a la raíz. El tocón junto con la
raíz constituye grandes volúmenes, que a veces es costoso retirar. Todos los tocones y raíces
de diámetro mayor de 10 cm se retirarán hasta una profundidad mayor de 50 cm por debajo
del nivel de la excavación.
Si el tocón es pequeño se retira con la pala mecánica. Si es grande, es necesario descalzar el
mismo con el objeto de cortar las raíces para facilitar su extracción, amarrando a continuación
un cable alrededor del mismo y traccionándolo a un bulldozer. Si es necesario se pueden volar
poniendo en su pie uno o dos barrenos. Todos los huecos y oquedades resultantes de retirara
los tocones se deberán rellenar y compactar con un material similar al del terreno.
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 2.24
EXCAVACIÓN
La excavación consiste en la extracción de tierras del terreno natural con el objeto de rebajar
su nivel con respecto al original, cuando el terreno natural está más alto que el perfil definitivo.
Los trabajos de excavación dentro de una obra de edificación originan grandes volúmenes de
tierra a remover, en la excavación de vaciados de sótanos, de cimentaciones, en la
explanación del solar y en su ataluzado; y volúmenes menores en la excavación de las
acometidas a las redes generales del edificio. En obras de urbanización los trabajos de
excavación están dirigidos a la preparación de plataformas de jardines, paseos o calzadas y a
la realización de pequeñas zanjas para cimientos de bordillos, redes de drenaje y redes de
instalaciones urbanas.
La excavación se puede realizar a cielo abierto o a cielo cubierto.
a. A cielo abierto
Es aquella en la que los trabajos de extracción de tierras se realizan en toda o en la mayor
parte de la superficie del terreno.
Bajo rasante
- Excavación en vaciado: Las tierras a extraer se encuentran por debajo de la rasante
del plano de acceso al edificio (véase la figura 2.25). Es la excavación más corriente
en la ejecución de los sótanos en edificación. Según el CTE tendrá una anchura
superior a 2 m. Las figuras 2.26 y 2.27 reflejan la excavación de dos grandes
vaciados para la ejecución de un sótano.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
PERFIL DEFINITIVO
Figuras 2.26 y 2.27 Trabajos de excavación por debajo de la rasante del terreno en ejecución de vaciados
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Figura 2.28 Excavación en zanja para cimentación Figura 2.29 Excavación en pozo para cimentación
Sobre rasante.
- Excavación en desmonte: Las tierras a extraer o el terreno natural se encuentran por
encima de la rasante del plano de acceso al edificio o perfil definitivo (véase la figura
2.30). Al menos uno de los lados del perímetro de la excavación está a la cota del
perfil definitivo, permitiendo un acceso fácil para la maquinaria.
- A media ladera: Excavación en desmonte dejando taludes a ambos lados de la
explanada, sobre la rasante en un lado y bajo la rasante en el otro (véase la figura
2.31).
- En pendiente: Excavación en desmonte dejando taludes sobre la rasante a ambos
lados de la explanada (véase la figura 2.32).
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
b. A cielo cubierto
Los trabajos de extracción de tierras se realizan bajo la superficie del terreno. No se requieren
operaciones de desbroce y retirada de servicios, a excepción de los vaciados.
- En vaciado: Después de construir desde la superficie del terreno una pantalla
perimetral de hormigón como elemento de contención de las tierras, se procede al
levantamiento de la estructura horizontal, forjados o losas que apuntalen la pantalla a
medida que se procede a la excavación de las tierras por debajo de la misma.
- En mina o galería subterránea: Excavaciones bajo tierra que exigen la apertura de
pozos para la extracción de las tierras, la entrada y salida de obreros y aireación de la
galería. Una vez abiertos los pozos, se procede a la excavación de la mina entre
cada dos de ellos (véase la figura 2.33). En el caso de galerías para alojar servicios,
es necesario ir entibando la misma a medida que se realizan los trabajos de picado
de las tierras.
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Figura 2.34 Perforación para anclaje de pantalla Figura 2.35 Solar con socavón a rellenar
RELLENO Y TERRAPLENADO.
El relleno consiste en el aporte de tierras y posterior compactación de las mismas en aquellas
zonas en las que el terreno natural está más bajo que el perfil definitivo que va a tener (véase
la figura 2.36). Es muy importante la elección del terreno y la compactación del mismo para el
posterior aprovechamiento del terreno a efectos de una buena capacidad portante.
Para preservar la estabilidad de un relleno ejecutado en ladera o levantar defensas o muros se
construyen terraplenes, rellenos de terreno con taludes de pendientes adecuadas al material
empleado y con un grado de compactación que garantice la estabilidad a corto y largo plazo.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
(%) Cc=Vo-Vc/Vo
b. Esponjamiento.
Durante los trabajos de extracción de tierras, todos los terrenos aumentan de volumen, debido
a la captación del aire del exterior. El esponjamiento es el incremento de volumen que
experimenta el terreno al ser excavado.
Se mide por el coeficiente de esponjamiento Ce, que expresa el aumento de volumen del
terreno respecto al volumen inicial.
(%) Ce=Ve-Vo/Vo
c. Asentamiento.
Una vez extraído el terreno y abandonado a la acción de los agentes exteriores disminuye de
volumen y asienta. El coeficiente de esponjamiento disminuye tendiendo hacia un límite.
Es necesario por lo tanto distinguir entre un coeficiente de esponjamiento inicial, medido en el
momento de extracción del terreno, de un coeficiente final o persistente, medido tras el
asentamiento del terreno.
El asentamiento del terreno se puede medir con el coeficiente de asentamiento Ca, que
expresa la disminución relativa del volumen aparente del terreno después de un asentamiento
respecto del volumen inicial del material recién extraído.
(%) Ca=Ve-Va/Vo
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 2.37
EXPLANACIÓN
TRANSPORTE
Traslado de tierras utilizadas en los movimientos de tierras a otros lugares dentro de la obra,
disponiéndolas en puntos llamados “caballeros”, o a vertederos fuera de la obra.
1. Ataluzado y estabilización
- Transición de nivel suave, dejando un ángulo inclinado que respeta el talud natural
del terreno (véase la figura 2.38)
- Requiere la protección posterior del talud
- Supone la pérdida de espacio ocupada por el talud y el coste de la sobreexcavación
del mismo.
2. Contención
- Cambio de nivel brusco o corte en vertical (véase la figura 2.39 y 2.40)
- Requiere la interposición entre ambos niveles de un elemento que asegure el cambio
de cota de forma segura, ya que el terreno no posee una entidad suficiente que
garantice el cambio de nivel casi en vertical
- Es una condición frecuente en el ámbito urbano, donde la existencia de calles
urbanizadas y solares en medianeras impiden el tránsito de nivel por medio de un
talud. Asimismo la existencia de edificaciones bajo rasante (sótanos,
aparcamientos…) requieren la existencia de una estructura que asegure el cambio de
cota
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 2.42 Entibación de un pozo con tablestaca Figura 2.43 Contención temporal con entibación
Imagen cedida por Ischebeck Ibérica S.L Imagen cedida por Ischebeck Ibérica S.L
Figura 2.44 Contención permanente mediante muro Figura 2.45 Contención permanente mediante pantalla
Figuras 2.46 y 2.47 Presencia de agua que requiere agotamiento en la construcción de la infraestructura
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Los efectos del control del agua, también pueden ocasionar: modificaciones del nivel freático
que originan asientos en cimentaciones colindantes, presencia de humedades dónde antes no
existían, etc. El control de estas aguas requiere su captación, conducción y evacuación
mediante medios naturales o artificiales. Para ello se recurre a dispositivos de contención,
drenaje y agotamiento por diferentes medios, como refleja la figura 2.48.
A veces nos encontramos con terrenos malos desde el punto de vista de su capacidad
portante: terrenos con exceso de huecos, con materia agresiva para la cimentación, presencia
de oquedades y fisuras o terrenos con gran cantidad de agua. Un terreno malo, presenta
escasa cohesión y poca aptitud para soportar cargas. Las intervenciones de mejora del terreno
tienen como objetivo, ante la presencia de un terreno malo:
- Conseguir un terreno que mejore en sus propiedades resistentes y deformacionales.
- Tratar el terreno para mejorar su impermeabilidad, eliminando el exceso del agua.
- Sustitución del terreno, en el caso en que no sea viable económicamente su
corrección.
Todos los trabajos de intervención aumentan la aptitud del terreno para soportar cargas. Las
técnicas de intervención que estudiaremos en el capítulo correspondiente se refieren a dos
tipos de intervención: superficiales y profundas.
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4. BIBLIOGRAFÍA
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Tema 3
1. CONOCIMIENTOS PREVIOS
Antes de comenzar los trabajos de movimiento conviene estudiar la naturaleza del terreno. El
tipo de terreno va a determinar la forma de abordar los trabajos de extracción de las tierras, la
elección de la maquinaria y la valoración de los movimientos de tierra, sobre todo en presencia
de zonas rocosas. Conviene, como hemos señalado en el tema anterior, inspeccionar el
estado de las medianerías para realizar los trabajos en condiciones de seguridad y tomar nota
de cualquier material existente en el solar que pueda dificultar los trabajos. Asimismo,
conviene poseer un plano acotado del terreno. Al realizar trabajos de extracción de tierras
conviene conservar el estado original del terreno. Para ello, se dispondrá en determinados
puntos de "testigos o damas", que son pequeños montoncitos de tierra en forma de pirámide
truncada o de cilindro. Ello nos permitirá comprobar la configuración del terreno en su origen,
antes de comenzar los trabajos, repasando el estado de cubicaciones y el tiempo que llevará
la ejecución de los trabajos. En cualquier actividad de acondicionamiento del terreno, se deben
tener en cuenta ciertos aspectos:
- Prever vías de acceso al solar
- Estudiar la topografía del terreno
- Planificar los trabajos para desarrollarlos con la climatología adecuada, en las épocas
de menores lluvias
- Elección del tipo de maquinara según volumen de obra, distancias a vertedero y
tiempos de carga y transporte.
ORDINARIO.-
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María Pilar del Amo Pérez
Terrenos sueltos que se recogen con pala: Tierras sueltas, arenas y cascotes o escombros
(véanse las figuras 3.1, 3.3 y 3.4).
Terrenos que se mullen con el zapapico o la azada: Tierra vegetal (figura 3.2).
SEMICOMPACTO O MEDIO.-
Terrenos de mediana consistencia, fácilmente atacables con el zapapico y con la azada, pero
difícil de recoger con la pala: Arcillas semicompactas con o sin gravas o gravillas (figuras 3.5,
3.6 y 3.7), terrenos pedregosos y con guijarros.
Figura 3.7
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
DURO.-
Terrenos atacables con máquinas de excavación, y difíciles para la azada o el pico: Arcillas y
margas muy compactas, rocas descompuestas (figuras 3.8 y 3.9).
COMPACTO.-
Atacable únicamente con el martillo neumático y con barrenos: Rocas calizas, restos de
mamposterías o cimentaciones antiguas (figuras 3.10 y 3.11).
Quedan excluidos de la clasificación los fangos, lodos y las rocas compactas (figura 3.12).
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 3.13
El talud natural del terreno es el ángulo que toma el mismo cuando queda expuesto a la acción
prolongada de los agentes atmosféricos: erosión del viento, lavado de las aguas, etc. Depende
fundamentalmente de la naturaleza del terreno y de su grado de consistencia, siendo mayor en
los terrenos secos que para los sumergidos, (entendiendo como terreno seco el sometido a la
acción normal de las lluvias) y para los terrenos normalmente consolidados que para los
rellenos recientes.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Estudiamos únicamente los útiles de replantear más sencillos, que nos permitan, de forma
manual y sin grandes conocimientos de topografía, marcar los elementos del edificio. Los
agrupamos según la función que cumplen en las operaciones de replanteo.
MEDICIÓN DE LONGITUDES
a. Cadena de agrimensor
Actualmente en desuso. Es una sucesión de 10 m de longitud de varillas de hierro de 0,20 m,
unidas unas a otras por anillas (figura 3.15).
Se requieren dos personas colocadas en cada uno de los extremos, colocados en la dirección
de la alineación que se quiere medir. El que va delante, cada 10 m clava en el terreno una
aguja, coincidiendo con el extremo de la cadena y dejándola fija. Al llegar el que va detrás,
introduce la anilla en la aguja, sin moverla hasta que el de detrás no haya clavado una nueva
aguja; a continuación recoge la cadena y quita la aguja de detrás.
b. Cinta métrica
Cinta de plástico o metálica que se enrolla alrededor de un eje encerrado en una caja. La cinta
está dividida en metros y centímetros: los metros están señalados en rojo y los centímetros en
negro. Suelen ser de 10, 25, 50 y 100 metros (figura 3.16).
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María Pilar del Amo Pérez
COMPROBACIÓN DE VERTICALIDAD
a. Plomada
Formada por una pieza pesada de hierro o de latón, plomo, que pende de una cuerda flexible
de cáñamo, arrollada a otra pieza o “nuez”, del mismo ancho que el peso de madera o de
metal. En estado de equilibrio, al ser atraída por la gravedad terrestre, marca la vertical de
cualquier punto, obteniéndose en el terreno la proyección del mismo (figuras 3.17 y 3.18).
COMPROBACIÓN DE HORIZONTALIDAD
a. Nivel de burbuja o nivel tórico
Compuesto por un tubo de cristal curvado de forma tórica, con una radio de unos 15 m, y
cerrado en sus extremos. El tubo está lleno de un líquido movedizo como el alcohol, éter,
sulfuro de carbono…dejando una pequeña burbuja de aire en su interior, que da las
indicaciones de horizontalidad. El tubo de cristal se encuentra en el interior de una carcasa
metálica, que presenta en su parte inferior una regla. El plano tangente a la superficie del tubo
en el punto medio de la burbuja es horizontal mientras la burbuja no toca en los extremos del
tubo. El nivel de burbuja permite asimismo la comprobación de la verticalidad (véanse las
figuras 3.19 y 3.20).
b. Nivel de agua
Tubo de plástico transparente lleno de agua. Su superficie define en los extremos un mismo
plano horizontal, de acuerdo con el principio de los vasos comunicantes (figuras 3.21 y 3.22).
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
d. Nivel de anteojo
Se compone de un basamento de tres brazos o trípode, en el que va dispuesto un anteojo
provisto de un nivel de burbuja, que puede girar sobre su propio eje, eje principal del
instrumento, acusando el movimiento en un limbo graduado. El trípode telescópico permite fijar
el aparato y situarlo a la altura del ojo. El nivel de burbuja tiene por objeto hacer que las
visuales sean horizontales (figuras 3.25 y 3.26).
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e. Mira
Es el complemento del nivel. Mide alturas y distancias entre la mira y el nivel. Se trata de una
regla de madera o de aluminio de 4 m de longitud, plegable, dividida en metros y fracciones de
metros, con colores vivos, blanco, negro y rojo (figura 3.27).
b. Escuadra de agrimensor
Actualmente no se usa. Es un prisma octogonal o cilíndrico en el que hay practicadas 8
hendiduras verticales, con pínulas opuestas para lanzar visuales y trazar ángulos rectos ó a
45º (figura 3.28).
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
TRAZADO DE ALINEACIONES
Una alineación es todo plano determinado por dos verticales, cuya intersección con la
superficie terrestre nos da el perfil de la alineación
a. Jalón
Vástago cilíndrico de madera o metálico, pintado con franjas negras y amarillas o blancas, de
decímetro en decímetro o de doble decímetro en doble decímetro, con objeto de verlas mejor.
Miden de 1,50 a 2m y van provistos de punta para poder clavarse en el suelo (figura 3.29).
Trazan alineaciones y puntos particulares en el terreno, sustituyendo a las estacas cuando hay
dificultades de visión debido a la distancia.
Si mide 3m y lleva en la parte superior una bandera, para hacerla más visible, se llama
“banderola”.
b. Mira
Ya descrito con anterioridad.
c. Estaca
Pieza de madera prismática con la base cuadrada y acabada en punta en el otro extremo para
poder clavarla en el terreno por medio de una maza. Marca alineaciones que pasan por el
centro de la estaca o por uno de los lados (figura 3.30).
Si es de hierro se llama “piquete”.
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María Pilar del Amo Pérez
c. Camilla
Formada por una tabla o tablón horizontal clavado a dos estacas que se clavan en el terreno.
La tabla tiene anchura suficiente para poder señalar mediante lápiz, clavos sobre su canto, la
posición que ocupan ejes y anchos de los elementos de cimentación (véanse las figuras 3.31 y
3.32).
d. Caballetes
Son camillas de 2 m de altura, que al ser menos estables requieren arriostramiento.
Todos estos útiles se deben colocar bien aplomados, con la ayuda de una plomada o de un
nivel de burbuja
e. Cuerda de atirantar
Se trata de una cuerda flexible de cáñamo o nylon, que se ata a las estacas, camillas o
piquetes por medio con la ayuda de clavos. Sirve para fijar en el terreno las alineaciones de los
ejes y anchos de los elementos de cimentación y las alineaciones que delimitan los
movimientos de tierras.
PLANO DE SITUACIÓN
En el vendrán perfectamente definidos:
- Limites del solar
- Superficie del solar
- Emplazamiento del edificio dentro del solar
- Contorno del edificio en relación con unos puntos fijos
- Alineación oficial, que nos señala el deslinde entre solar y calle, pudiendo coincidir en
algún punto con la línea de las fachadas contiguas. Se define en base al
planeamiento y con la ayuda de las construcciones existentes y alineaciones de calle
- Línea de edificación, ya que en la mayoría de los casos se establecen retranqueos
obligatorios a los linderos y a la Alineación Oficial, recogidos en las Ordenanzas
Municipales
- Rasante de la calle o perfil de la misma, indicado mediante curvas de nivel. Se suele
referir al eje del pavimento de la calzada
Es importante, como ya hemos indicado referir el contorno del edificio a puntos fijos fuera del
solar mediante triangulación (véase la figura 3.33).
PLANO DE CIMENTACIÓN
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
En la figura 3.33 se muestra el plano de situación de una vivienda unifamiliar aislada, cuya
ocupación viene sombreada en color azul. El contorno del edificio se ha referenciado a una
esquina de una edificación existente (sombreada en negro) y como segunda opción, a una
valla existente en el noroeste de la parcela.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
En primer lugar se realiza el replanteo del contorno del edificio, y a continuación el de los
vaciados, si los hay.
1. Se realiza la limpieza y el desbroce del solar
2. Se determina la línea base a la que referir todo el replanteo (figura 3.35).
Figura 3.35
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 3.36
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
4. Situamos por medio de jalones o piquetas y cuerdas de atirantar los puntos anteriores,
normalmente esquinas de la construcción (figura 3.37).
5. Las alineaciones que pasa por esos puntos permiten trazar la cara exterior de los muros de
fachada.
Figura 3.37
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 3.38
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 3.39
8. Se reemplazan los piquetes por camillas a fin que este trazado no desaparezca durante la
ejecución de las obras. Las camillas se clavarán en el suelo desplazadas unos 2 m de los
elementos a excavar, a fin de no perder la información señalada en las mismas y poder
utilizarla en el replanteo de la cimentación y estructura.
Las cuerdas colocadas deben quedar sensiblemente horizontales y lo más próximas posible a
la superficie del terreno.
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Si el terreno tiene cierta pendiente, es necesario y colocando las camillas a diferente altura,
pero de tal forma que el entramado de cuerdas permanezca horizontal, realizando un replanteo
escalonado. Comenzaremos por la parte de terreno más alta e iremos nivelando cada 5 ó 6 m,
según sea la pendiente.
Todo el replanteo lo habremos estado refiriendo a la cota de referencia, que en el caso que
nos ocupa es la tapa de la arqueta general de saneamiento.
9. Se traza en el suelo, con la ayuda de la plomada para proyectar los puntos, toda la
información obtenida. Para ello, o bien se ejecutan en el terreno pequeñas rozas
inmediatamente debajo de las cuerdas, o bien se van recorriendo éstas a la vez que las
deslizamos hasta el suelo, y vamos pintando con yeso o pintura su proyección.
10. Para finalizar, se retiran las cuerdas para proceder a la excavación de los vaciados si los
hay, manteniendo las camillas para utilizarlas posteriormente en el replanteo de la
cimentación.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Una vez realizado el replanteo del contorno del edificio se procede con el replanteo de la
cimentación. Para ello es necesario que se hayan excavado previamente los sótanos,
realizándose en replanteo de la cimentación en la rasante obtenida en la ejecución del
vaciado.
Tomamos como base una alineación del contorno del edificio, información que hemos obtenido
en el replanteo del mismo. A partir de ella, marcamos las alineaciones correspondientes a los
ejes de los elementos de cimentación en las camillas utilizadas en el replanteo del contorno, o
en otras nuevas colocadas a unos 70 cm del futuro cimiento.
Desde la figura 3.41 hasta la figura 3.43 y desde la 3.44 hasta la 3.47 se muestran las
diferentes etapas del replanteo de dos cimentaciones.
Figura 3.43 Camillas para replanteo de pilar Figura 3.44 Operación de replanteo de una cimentación
7. BIBLIOGRAFÍA
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Tema 4
EJECUCIÓN DE EXCAVACIONES
1. MÉTODOS DE EXCAVACIÓN
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 4.5 Excavación de vaciado ataluzando Figura 4.6 Excavación de vaciado con corte vertical
VOLUMEN DE TIERRA
Según recoge García Valcarce en su Manual de Edificación, existen tres volúmenes de
tierra que condicionan la elección del método de excavación.
3
- Volumen mínimo: 10 m , son los métodos manuales los que garantizan los costes
mínimos.
3
- Volumen intermedio: 10-200 m , el tipo de obra y de excavación, la naturaleza del
terreno y la distancia a vertedero determinan los métodos manuales o mecánicos.
3
- Volumen máximo: > 200 m , en el que la excavación mecánica garantiza los costes
mínimos, ejecutados en los plazos mínimos y sin riesgo de accidentes.
PRESENCIA DE AGUA
La ejecución de los movimientos de tierras en presencia de agua dificulta los trabajos de
excavación, paralizándolos en la mayoría de los casos, lo que supone retrasos en los plazos y
un sobrecoste económico (véanse las figuras 4.8 y 4.9).
Si se trata de agua superficial de lluvia, es necesario detener la ejecución hasta que el terreno
está seco. El agua impide la rodadura de la maquinaria de excavación, haciéndola muy
costosa, agravándose el problema en presencia de terrenos arcillosos. Lo correcto es
programar los trabajos de movimiento de tierras en una época en la que sean de prever pocas
lluvias.
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María Pilar del Amo Pérez
Se puede acelerar el proceso de secado del terreno mediante la escarificación del mismo,
aumentando la superficie de evaporación en contacto con el aire; o mediante la adición de
cenizas volantes, con gran capacidad de absorción de agua. En todo caso, se trata de
soluciones costosas que es necesario evaluar.
Figura 4.10 Solar limitado por calles de difícil acceso Figura 4.11 Solar entre medianeras
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Por otro lado, existen máquinas que requieren condiciones especiales de acceso al solar,
como la disposición de una plataforma horizontal de gran superficie para el desembarco, lo
que en calles pequeñas es difícil de conseguir.
TIPO DE EXCAVACIÓN
Por último, el tipo de excavación a realizar condiciona la maquinaria a utilizar y la necesidad de
acumular o separar las tareas. En una excavación de zanjas repartidas en una gran superficie
o en un vaciado, no tiene sentido independizar las tareas, obteniéndose un mayor rendimiento
al ejecutar la excavación y la carga en un solo ciclo.
La excavación de pozos o zanjas para recalces, en obras de rehabilitación, implica la
separación de tareas al impedirse el movimiento de la maquinaria de excavación y carga entre
los pozos ya existentes; en algunos casos se exige la excavación y el vertido de forma manual,
y el empleo de mini máquinas de excavación para la carga de las tierras extraídas.
Se plantea cuando:
- Trabajamos con pequeños volúmenes de tierra o volúmenes mínimos, en los que la
excavación manual supone los mínimos costes
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 4.15
Figura 4.16 Zapapico Figura 4.17 Azada Figuras 4.18 y 4.19 Pala de punta cuadrada y redondeada
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
d. Pala.
Herramienta de hierro formada por una chapa cuadrada o redondeada, a utilizar cada una
según la compacidad de las tierras. La de punta redondeada entra mejor en tierras compactas,
debido a su forma de cuña. Excava tierras ordinarias, tierra vegetal, arena, cascajo y terrenos
fangosos (véanse las figuras 4.18 y 4.19)
e. Maza.
Herramienta de hierro en forma paralepipédica y de gran peso, accionada a un mango de
madera. Ataca por golpeo tierras muy compactas y aglomerados (véase la figura 4.20).
f. Rastrillo.
Herramienta de hierro con dientes de acero dispuestos de forma paralela. Extiende tierras ya
extraídas (véase la figura 4.21).
1. Paleta 2. Llana 3. Pico 4. Piquetilla 5. Cuerda 6. Clavos 7. Plomada o perpendículo 8. Regla 9. Nivel 10. Esparabel
11. Fratás 12. Talocha 13. Cubos, cuezos, espuertas 14. Piqueta 15. Zapapico 16. Azadón 17. Pala de hierra 18. Pala
de madera 19. Batidera
Figura 4.22 Herramientas e instrumentos del Albañil
Juan de Villanueva: Arte de Albañilería por D. Pedro Zengotita Vengoa. Oficina de Don Francisco Martínez
Dávila Madrid, 1827, p1
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María Pilar del Amo Pérez
g. Martillo pala.
Herramienta mecánica accionada por un motor o por electricidad. La maneja el operario con la
mano. Sustituye al pico en terrenos compactos, como arcillas o margas
h. Martillo neumático o rompedor.
Herramienta mecánica. Arranca rocas descompuestas
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
e. Dúmper
Cubeta basculante montada sobre un eje,
que gira sobre sí mismo para descargar la
tierra (figura 4.26). Transporte de tierras
fuera y dentro de la obra. Deben tener
tracción a las cuatro ruedas para
adaptarse a las condiciones del terreno.
Existen una amplia gama de dúmpers en
el mercado que presentan diversas
capacidades: con descarga por gravedad
o hidráulica, con basculamiento frontal o
lateral, etc.
Figura 4.26 Dúmper
Se opta por la excavación mecánica, cuando una vez estudiados todos los factores que
influyen en el precio, la excavación mecánica supone una economía respecto a la excavación
manual. Actualmente, la aparición de las mini máquinas de excavación (figura 4.29) ha
supuesto la desaparición de la excavación manual en condiciones de volúmenes mínimos e
inaccesibilidad del solar. La excavación mecánica se plantea en:
1. Excavaciones de grandes volúmenes de tierra a excavar (figura 4.28)
2. Excavaciones en grandes superficies de terreno
Figura 4.28 Solar de grandes dimensiones y con grandes Figura 4.29 Mini máquinas
volúmenes de tierra a excavar
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
- Excavaciones en desmonte
- Excavación de paredes verticales
- Trabajos de nivelación y explanación, escarificando y excavando la superficie del
terreno
- Excavaciones superficiales a unos 30 ó 40 cm por debajo del nivel de las orugas
- Excavación de cimientos poco profundos
- Trabajos de descarga en pilas y sobre dúmper o camión
Retroexcavadora
Montada sobre orugas o sobre ruedas. La cuchara tiene su abertura orientada hacia abajo
(figura 4.31). La cuchara puede ser fija o basculante. El mayor rendimiento se presenta en
eexcavaciones por debajo del nivel de las orugas, por tracción de la cuchara hacia la máquina,
pudiendo realizarse el arranque bajo el agua. La retroexcavadora permite:
- Excavación de tierras bajo el nivel de suelo en vaciado de sótanos. El material se
extrae por bancadas a lo largo de la excavación, dentro de la profundidad alcanzada
por la máquina.
- Excavación de zanjas estrechas hasta 3,80 m
- Excavación en espacios limitados
- Excavación de zanjas para drenaje, trabajando en sentido ascendente. Limpieza y
refinado de de zanjas Carga del material sobre medios de transporte por extensión
del brazo
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María Pilar del Amo Pérez
Pala niveladora
Se utiliza en excavaciones de unos 30 cm por debajo del nivel de las orugas dónde se requiera
gran precisión y en operaciones de desbrozo y limpieza. Requiere equipos auxiliares de
transporte para retirar las tierras. Actualmente se encuentra en desuso.
Dragalina
Accionadas únicamente por cable, montada sobre orugas. Se trata de una grúa de cuyo brazo
se cuelga, mediante un cable, una cuchara de excavación. Requiere el manejo por un
operador experimentado. Mediante una rotación de la máquina se lanza la pluma sobre el
borde de la excavación, tirando después de ella mediante un cabrestante y un cable de
arranque hacia la máquina. Bajo la acción de su peso, la cuchara se arrastra, a la vez que se
va llenando de materiales, pudiendo efectuarse el arranque de las tierras y la cargas en puntos
muy distanciados.
Su utilización se limita a terrenos disgregados, granulares o con contenido medio de arcillas,
debido a su accionamiento por cable. También es posible excavar bajo el agua, mediante la
utilización de una cuchara perforada, pero su rendimiento es menor.
Se utiliza en:
- Excavaciones a gran escala por debajo del nivel de las orugas
- Excavación en terrenos con dificultad para el acceso
- Limpieza y perfilado de fosas y de zanjas anchas
- Excavación de zanjas de drenaje
Excavadora polivalente
Se utiliza en pequeñas obras de constructoras pequeñas. Es una unidad tractora provista de
una cuchara delantera de excavación y carga, y de una cuchara posterior de retro descarga
(véase la figura 4.32).
El trabajo con la cuchara de retro descarga requiere izar la máquina previamente por encima
del nivel de sus ejes, hidráulicamente o posando sobre el suelo la cuchara frontal.
Pueden añadirse diferentes aditamentos: palas de empuje, escarificadores, martillo neumático.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
b. Excavadoras móviles
El material excavado se arranca, carga, transporta y descarga en un mismo ciclo. Se utilizan
en grandes excavaciones, dónde no se requiere gran precisión en los trabajos.
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María Pilar del Amo Pérez
Traíllas
Niveladora o grader
Maquinaria de empuje, similar a los bulldozers. Concebida con una pala de acero de perfil
curvado situada bajo la parte central de la máquina. Puede adoptar cualquier inclinación de
hasta 300º con relación al eje de la marcha y respecto al plano horizontal. Se utiliza en:
Escarificadora o ripper
Especie de rastrillo de grandes dimensiones con dientes de acero, espaciados e
intercambiables, montada generalmente una unidad tractora universal o una pala cargadora.
Su misión fundamental es la disgregación de la superficie del terreno actuando por capas
sucesivas.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
2. EJECUCIÓN DE DESMONTES
Las operaciones que requiere una excavación en desmonte a mano son las siguientes:
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María Pilar del Amo Pérez
1. Replanteo
PICADO A PECHO
En el picado a pecho el obrero ataca directamente las tierras, pudiendo trabajar varios obreros
a la vez. La forma de repartir los obreros es importante en el rendimiento de las tareas de
extracción, siendo conveniente espaciar los obreros cada 2 metros. Un obrero, con un golpe
de pala lanza el terreno horizontalmente 3 ó 4 m. También puede lanzar el material una
distancia horizontal d, elevándolo h, estando relacionados d y h de forma que:
d + 2h = 4 m
Si el material se va a lanzar a distancias superiores, conviene efectuar relevos cada 3 ó 4 m.
Para alturas de terreno a desmontar superiores a los 1,40-1,60 m se debe proceder por
escalones.
PICADO A TUMBO
Se trata de una modalidad de arranque de las tierras que conlleva grandes riesgos para los
operarios, por lo que está prohibida en la actualidad por el CTE en su Pliego General de
Condiciones Técnicas. No obstante, la estudiaremos para tener conocimiento de ella y así,
evitar su ejecución en los trabajos de desmonte.
Tradicionalmente se restringía su uso a terrenos compactos en lo que se procedía a la
excavación a pecho del terreno hasta una altura de 2 escalones, es decir, unos 4 ó 5 m en
corte vertical. Sobre la pared se replanteaban una serie de huecos de dimensiones variables,
dependiendo de la compacidad del terreno, de unos 1,50-2,00 m de ancho, separados por
espacios de 0,60-1,00 m.
Una vez realizada la excavación de los huecos, de 1 m de profundidad en su base y perfilando
un plano inclinado, se colocaba un obrero enfrente de cada uno de los pilarcillos de terreno
que resultaban de la excavación de los huecos, y los iba tirando con mucho cuidado. El
capataz se colocaba en la coronación del desmonte e iba dirigiendo los trabajos, golpeando la
parte superior del desmonte con un pisón para acelerar la caída. Al quedar el terreno superior
sin apoyo, se iba agrietando hasta su hundimiento, quedando en condiciones de ser cargado y
transportado. La figura 4.37 muestra un desmonte con picado a tumbo.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Las operaciones que requiere una excavación en desmonte a mano son las siguientes:
1. Replanteo
2. Picado y carga de las tierras
La forma de abordar los trabajos de extracción de las tierras y la maquinaria empleada
depende, como hemos visto, de la naturaleza del terreno.
a. Terreno suelto
La extracción y la carga se pueden realizar por medio de:
Pala cargadora
Montada sobre neumáticos o sobre orugas para adaptarse mejor a las irregularidades del
terreno. Se puede atacar el terreno por la parte más baja con el borde de la cuchara situado al
ras del suelo, y elevando el brazo para llenar la misma (figura 4.38). No se debe trabajar nunca
bajo los salientes de la excavación que deben ser eliminados. En terrenos poco consistentes
dar al frente una cierta pendiente para evitar desprendimientos.
El CTE en su Pliego de Condiciones Técnicas prescribe la ejecución de excavación del
desmonte mediante pala cargadora, actuando por niveles sucesivos de terreno con diferencia
de cota de 1,65 m entre ellos: se excava un primer nivel entre los límites laterales hasta la cota
de base de la máquina, para una vez excavado, descender al nivel inferior, ejecutando la
misma operación hasta la cota base del desmonte.
Es importante, si queremos aumentar el rendimiento de la pala, la espera al lado para la
descarga de un dúmper.
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María Pilar del Amo Pérez
Bulldozer
Si la pendiente no es muy fuerte, menor de 30º, se ataca el terreno desde la coronación del
desmonte siguiendo las curvas de nivel, creando plataformas que sirven de apoyo a las orugas
y arrastrando el material suelto hasta 50 m en nivelaciones dentro de la obra.
En terrenos con fuerte pendiente se utiliza el angledozer, que una vez alcanzado el borde
superior del bancal, orienta la cuchilla 30º hacia el lado de la cima para que deslice el material
hacia la vaguada y ataca la parte superior de la excavación de abajo a arriba, procediendo por
arcos sucesivos.
c. Terreno rocoso
Escarificador o ripper
El desmonte de rocas blandas puede realizarse mediante un escarificador de un solo diente
cuya acción llega a capas más profundas.
Martillo rompedor
El martillo neumático acoplado a una excavadora polivalente permite el desmonte de rocas de
mayor dureza (véanse las figuras 4.40, 4.41 y 4.42)
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 4.41 Desmonte en terreno rocoso con martillo Figura 4.42 Martillo rompedor
rompedor
3. EJECUCIÓN DE VACIADOS
Las operaciones que requiere una excavación en vaciado a mano son las siguientes:
1. Replanteo
2. Picado, carga y transporte de las tierras de modo análogo al desmonte por
banqueos.
Las operaciones que requiere una excavación en vaciado a mano son las siguientes:
1. Replanteo, que deberá ser aprobado por la Dirección Facultativa, que deberá aprobar
así mismo los accesos propuestos. Las camillas utilizadas se dispondrán dobles en
los extremos de las alineaciones y separadas del borde del vaciado al menos 1 m. Se
dispondrán puntos de referencia fuera de la zona de influencia del vaciado, a los
cuales se referirán todas las lecturas de cotas de nivel y desplazamientos verticales y
horizontales.
2. Picado de las tierras por franjas horizontales de altura no mayor de 1,5 ó 3 m.
Si al excavar nos encontramos con cualquier anomalía no prevista (aguas subálveas,
pozos negros, restos arqueológicos), se paralizarán los trabajos, comunicándose a la
Dirección Facultativa para que tome las decisiones oportunas al respecto. Las tareas
de excavación se podrán realizar mediante:
- Arranque: pala retroexcavadora con ripper para rocas blandas
- Arranque y carga: excavadora de cuchara prensil, retroexcavadora y
dragalina.
- Carga: pala cargadora.
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María Pilar del Amo Pérez
3. Previsión de rampas de salida y entrada de los camiones para sacar las tierras
excavadas.
Al realizar la excavación dejaremos configurada la rampa ataluzándola para
garantizar la seguridad en los trabajos (véanse las figuras 4.43 y 4.44). El ancho de la
rampa será mayor de 4,50 m en los tramos rectos, ensanchándose en las curvas. Su
pendiente será inferior a 12% en tramos rectos y al 8% en tramos curvos, para
facilitar el movimiento y el ascenso de la maquinaria de excavación y transporte. Es
conveniente que dispongamos al final de la rampa y antes de salir a la vía pública de
un tramo horizontal mayor de 6 m, para el desembarco de los vehículos. La
excavación de la rampa se empezará por la parte más baja en forma de banqueos y
remontando la tierra para poder seguir utilizando los camiones en su propia
extracción por medio de la retroexcavadora (véase la figura 4.45). También se puede
calcular el volumen de la rampa y la cota de terreno a la que hay que llegar
excavando para dejar por debajo un volumen equivalente al de ella. De esta forma,
una vez que la rampa no es efectiva, extendemos el volumen de tierras ocupado por
ella sobre la base del vaciado, que queda a la cota definitiva.
4. Resolver la contención de las paredes ante el empuje de las tierras.
Para ello es importante la ejecución de sistemas de contención de tierras de carácter
temporal como son las entibaciones, que permiten trabajar a los operarios en
condiciones de seguridad, y que estudiaremos posteriormente.
No se acumularán materiales en el borde del vaciado a distancias menores de dos
veces su profundidad.
RAMPA
LÍNEA DE FACHADA
| 106
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figuras 4.47 y 4.48 Ejecución del vaciado con corte vertical y posterior ejecución de muro de sótano
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María Pilar del Amo Pérez
Talud interior: Vaciado con talud interior, realizando la estructura de contención por detrás del
talud mediante bataches (ver figura 4.51 y 4.52). El proceso de ejecución es el siguiente:
1. Excavación del vaciado, dejando un talud interior que no supere el ángulo de
rozamiento interno del terreno (figura 4.52, punto 1)
2. Replanteo en el frente del talud de los bataches de ancho variable n, dependiendo
de la compacidad del terreno, del estado de la edificación colindante y de la
profundidad de la excavación (figura 4.52, punto 1)
3. Excavación de los bataches pares con acceso desde la zona central del vaciado,
dejando las esquinas sin excavar (figuras 4.52, punto 2 y 4.53). Los bataches se
realizarán por la parte superior cuando se realicen a mano y por la inferior si se
realizan a máquina
4. Construcción de los elementos estructurales de contención en las zonas
excavadas y en el mismo orden, dejando esperas para solape en las armaduras
figuras 4.52, punto 2, 4.54 y 4.55).
| 108
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
5. Excavación de los bataches impares con acceso desde la zonas central y la zona
2, y construcción de la estructura de contención (figura 4.52, punto 3)
6. Excavación de las esquinas, zona 3, y construcción de la estructura de contención
figura 4.52, punto 4)
7
6
5
4
3
2
1
1. REPLANTEO DE BATACHES
7
5
3
1
Figura 4.53
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María Pilar del Amo Pérez
3 1 2 1 3 3 1 2 1 3
2 2 2 2
ZONA CENTRAL ZONA CENTRAL
1 1 1 1
2 2 2 2
RAMPA
RAMPA
1 1 1 1
3 1 1 3 3 1 1 3
1. 2.
1 2 1 1 2 1
3 3 3 3
2 2 2 2
ZONA CENTRAL ZONA CENTRAL
1 1 1 1
2 2 2 2
RAMPA
RAMPA
1 1 1 1
3 1 1 3 3 3
1 1
3. 4.
Figura 4.54
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 4.55
IA
INER
MED
URO
IÓN M
NS TRUCC
CO
N
ACIÓ
ENTIB
N
VACIÓ
EXCA
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María Pilar del Amo Pérez
| 112
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 4.58 Zanja de cimentación Figura 4.59 Pozo de cimentación Figura 4.60 Zanja de drenaje
| 113
María Pilar del Amo Pérez
En todo caso, se dejarán los bordes de la excavación libres de tierra a una distancia
de seguridad > 60 cm, para evitar que el peso de las tierras aumente los empujes del
terreno en las paredes de la excavación.
4. Peinado o refino de las paredes de la excavación: Consiste en repasar las paredes
dejándolas verticales y limpiar el fondo de la excavación de cualquier material que
haya podido caer, para garantizar la planeidad y horizontalidad del plano de asiento
con el fin de evitar así posibles asientos.
| 114
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
y torno, montacargas o grúas con cubos, etc. Al finalizar se realiza asimismo el peinado y
refino del pozo. El material de la excavación se puede cargar sobre un camión para su
transporte, o dejarse alejado del perímetro de la excavación para su posterior utilización en
rellenos dentro del solar.
El diámetro mínimo de los pozos para trabajar en condiciones de seguridad y con holgura son:
> 0,90 m pozos circulares
> 0,80 x 0,80 m pozos rectangulares sin entibación
> 1,00 x 1,00 m pozos rectangulares con entibación
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María Pilar del Amo Pérez
soportadas por el terreno que ha visto disminuida su capacidad portante, junto con la
resistencia a tracción del material del muro de carga.
Si la edificación medianera es de zapatas y la cota del vaciado supera la de la cota de apoyo
de éstas conviene no dejar libres los laterales de las zapatas, intentando que al ejecutar los
bataches permanezca libre como máximo la mitad del lado de las zapatas, según se indica en
la figura 4.63:
| 116
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
ZAPATA DE MEDIANERÍA
SOLERA
VIGA CENTRADORA
MURO SÓTANO
Figura 4.64
Otra solución, que permite resolver el problema sin construir un muro de sótano, es ejecutar un
talud en el terreno con un ángulo de 45º que evite los empujes sobre la pared del sótano. De
esta forma podemos ir a una cimentación mediante zapatas de forma escalonada. Es
fundamental la protección y la estabilización del talud mediante un gunitado (figura 4.65).
ZAPATA DE MEDIANERÍA
FORJADO
VIGA CENTRADORA
GUNITADO
ZAPATA
Figura 4.65
7. BIBLIOGRAFÍA
| 117
María Pilar del Amo Pérez
| 118
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Tema 5
EJECUCIÓN DE RELLENOS
Se utilizarán preferentemente:
- Terrenos predominantemente granulares, de granulometría continua, con % pequeño
de finos y sin piedras de gran tamaño
- Terrenos limoarcillosos con contenido de arenas finas, con unas condiciones
especiales de selección, colocación y compactación.
- Algunos productos resultantes de la actividad industrial como cenizas pulverizadas y
escorias
| 119
María Pilar del Amo Pérez
El terreno sobre el que se efectúa el relleno debe ser tolerable, adecuado y seleccionado.
En presencia de terrenos inadecuados, se optar por:
3. EJECUCIÓN DE UN RELLENO
Las operaciones necesarias para conseguir un relleno con capacidad portante desde el
punto de vista mecánica, son las siguientes:
Según el CTE DB-C, apartado 7.3.2., se tomarán en consideración los siguientes aspectos a la
hora de elección del terreno:
- Granulometría
- Resistencia a la trituración y al desgaste
- Compactabilidad
- Permeabilidad
- Plasticidad
- Resistencia del subsuelo
- Contenido en materia orgánica
- Agresividad química
- Efectos contaminantes
- Solubilidad
- Inestabilidad de volumen
- Susceptibilidad a las bajas temperaturas y a las heladas
- Resistencia a la intemperie
- Posibles cambios de propiedades debidos a la excavación, transporte y colocación
- Posible cementación tras su colocación
| 120
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
- Ajuste de humedad
- Estabilización con cal o cemento
- Corrección de granulometría
- Protección con un material apropiado
- Utilización de capas drenantes intercaladas
- DRENAJE
Cuando el agua de lluvia pueda erosionar el terraplén, las tongadas se extenderán con una
pendiente transversal del 2%, para ayudar a su evacuación.
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María Pilar del Amo Pérez
- COMPACTACIÓN
La compactación de la tongada se realiza aplicando energía sobre ella, una vez extendida y
nivelada, mediante varias pasadas de la maquinaria apropiada, a fin de obtener la densidad
seca mínima exigida en el proyecto, que no debe ser inferior al 95% del Proctor normal,
obtenido en laboratorio para los mismos terrenos que los del relleno.
La compactación debe realizarse de tal manera que toda la superficie de la tongada reciba el
mismo número de pasadas de la máquina compactadora. Si la compactación es defectuosa el
terreno puede sufrir asientos tras la puesta en carga.
En zonas limitadas o junto a obras de fábrica se compactará con medios de energía pequeña,
mediante tongadas de espesor limitado, para conseguir la misma densidad que en el resto del
relleno.
4. MAQUINARIA DE COMPACTACIÓN
La energía para la compactación del terreno es aportada por maquinaria que por su origen
puede ser estática, dinámica o vibratoria.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
El peso de la apisonadora oscila entre 10 y 15 toneladas. Puede ser tándem (figura 5.3), si
está provista de dos rodillos en serie; triciclo, si tiene tres, uno delantero y dos en el eje tractor;
trieje si tiene tres rodillos en serie.
El espesor de las tongadas es de 10 a 20 cm y el número de pasadas es de 4 a 8.Se utilizan
para la compactación de terrenos granulares cohesivos.
Los rodillos de patas apisonadoras tienen la chapa del cilindro cubierto de una serie de
prominencias o patas de cabra de forma tronco-piramidal, tronco-cónica o cilíndrica
dispuestas uniformemente. Al girar el cilindro, las patas se clavan en el terreno iniciándose la
compactación en una sección más profunda. El hundimiento de las patas disminuye a media
que avanza la compactación, lo que se traduce en un aumento progresivo de su capacidad
portante. La compactación se debe continuar hasta que la huella de la pata en el terreno sea
igual o menor de 1/5 del espesor de la tongada.
El espesor de las tongadas es de 20 a 30 cm y el número de pasadas es de 8 a 12. Se utilizan
para la compactación de terrenos cohesivos con cierto grado de humedad.
Existen compactadoras con rodillos intermedios entre los lisos y los de patas de cabra, como
las de rodillos de segmentos provistos de placas lisas en lugar de patas. Otros como los de
rodillos de reja aumentan la presión de contacto con el terreno, utilizándose para triturar y
compactar rocas blandas y terrenos cohesivos secos.
COMPACTADOR DE NEUMÁTICOS
Constan de una serie de neumáticos dispuestos de forma independiente o agrupada de dos en
dos, en una o dos filas (figura 5.4). Las deformaciones y desplazamientos relativos de las
ruedas durante el apisonado consiguen un amasado del terreno que da lugar a una
compactación muy rápida.
La compactación se consigue después de tres a seis pasadas sobre tongadas de espesor de
40 a 60 cm. El peso total de la máquina oscila entre 15 y 45 toneladas.
La compactación con neumáticos es eficaz en terrenos cohesivos, arcillosos arenosos,
zahorras y arenas sueltas con finos limoarcillosos, siendo poco útiles en terrenos granulares
de granulometría uniforme sin finos.
Se utilizan compactadores de hasta 200 toneladas por eje para detectar zonas inestables de
terreno, susceptibles de sufrir asientos.
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María Pilar del Amo Pérez
RODILLOS VIBRATORIOS
El vibrado del terreno es debido a la acción de masas excéntricas que giran a gran velocidad,
produciendo fuerza centrífuga. El rodillo puede disponer de protuberancias, pudiendo disponer
de un rodillo estático y otro vibratorio (rodillo mixto) o de dos rodillos vibratorios (tándem). El
espesor de las tongadas es de 30 a 40 cm, y el número de pasadas necesario es de 3 a 8.
Son apropiados para terrenos arcillosos y para la compactación de pedraplenes.
PLACAS VIBRANTES
Las vibraciones sobre el terreno son producidas por una placa de 100 hasta 3000 kg de peso.
El espesor de las tongadas es de 10-15 cm. Se utilizan para la compactación de terrenos
granulares, y tierras compactas y secas.
La compactación se produce por el impacto de caída de una masa que se eleva y al caer
golpea el terreno, o por un rodillo de protuberancia tronco-piramidales que se mueve con
velocidades de 20 a 25 km/h, produciéndose con el impacto el amasado del terreno.
PISÓN AUTOMÁTICO
Se desplaza fácilmente por el operario (figura 5.5). La compactación es producida por una
zapata apisonadora de 100 a 1200 Kg. que golpea y se separa del terreno con una velocidad
elevada.
El espesor de las togadas de de 15 a 20 cm. y el número de pasadas es de 4 a 6. Se emplea
para compactar rellenos localizados como zanjas y trasdosados de muros de contención.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
RODILLOS APISONADORES
La compactación se produce por el efecto de rodillos, que moviéndose a gran velocidad
impactan sobre el terreno (figura 5.6 y 5.7). El rodillo puede tener protuberancias de pata de
cabra.
El espesor de las tongadas es de 15-30 cm. El número de pasadas necesarias es de 3 a 8. La
compactación requiere unas pasadas mediante rodillos estáticos o vibratorios. Se utiliza en
terrenos algo cohesivos y en la fragmentación y homogeneización de rocas blandas.
6. BIBLIOGRAFÍA
| 125
María Pilar del Amo Pérez
| 126
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Tema 6
1. Ataluzado y estabilización
- Transición de nivel suave
- Requiere la protección posterior del talud
2. Contención
- Cambio de nivel brusco o corte en vertical
- Requiere la interposición entre ambos niveles de un elemento de contención.
1. ATALUZADO Y ESTABILIZACIÓN
Siempre que la naturaleza de los trabajos lo permita, se recurrirá a una transición de nivel
suave, dejando los bordes de la excavación inclinados con un ángulo suave que no debe
superar el ángulo de rozamiento interno del terreno o talud natural. De esta forma se garantiza
el equilibrio de las tierras ante las diferencias topográficas.
En la figura 6.1 se muestra la tabla extraída del CTE DB-C, Anejo D en la que aparecen los
valores del ángulo de rozamiento interno de los diferentes tipos del terreno.
Figura 6.1
Siempre que el talud natural supere al de rozamiento interno del terreno es necesaria la
contención del mismo. En la práctica es aconsejable respetar las pendientes máximas
siguientes:
- Taludes en terraplenes 2/3
- Taludes en vaciados y desmontes 1/1
La inclinación de los taludes se puede ver influenciada por los agentes externos. El agua de la
lluvia, las trepidaciones de la maquinaria de excavación o transporte, las acciones exteriores
provenientes de vehículos o cimentaciones próximas modifican el plano de rotura de los
terrenos.
| 127
María Pilar del Amo Pérez
Un terraplén ejecutado en verano con un talud de unos 35º puede descender su talud natural
hasta los 20º al llegar el invierno, debido a la acción de las lluvias. La presencia de arcilla
mejora el comportamiento del terreno en tiempo muy seco, mientras que los terrenos arcillosos
impregnados en agua se derrumban con facilidad.
Según la NTE-ADV, punto 3 (figura 6.2):” Podrá vaciarse por corte vertical, talud o bataches
sin realizar previamente estructura de contención, hasta una profundidad máxima (h+D/2) junto
a cimentaciones próximas y D/2 junto a viales, y en ningún caso a profundidad superior a Hadm
en corte vertical o talud y a He en corte por bataches.” Siendo:
Figura 6.2
La acción de los agentes exteriores erosiona los taludes a lo largo del tiempo, provocando el
desprendimiento y el arrastre del material del terraplén. Ello modifica el perfil del talud,
pudiendo afectar a su integridad. Para evitarlo, podemos optar por su estabilización.
ESTABILIZACIÓN SUPERFICIAL
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
CUNETA DE CORONACION
Figura 6.5 Bajantes de evacuación de aguas de elementos Figura 6.6 Caz a pie de talud
Prefabricados
ESTAQUILLADO
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María Pilar del Amo Pérez
La hinca de estacas de madera o de piedras con puntos angulosos aumenta la densidad del
terreno del terraplén al disminuir el índice de huecos y aumentar la compactación, lo que se
traduce en un aumento de su capacidad portante (figura 6.7).
Cobertura vegetal
Se estabiliza el talud mediante la siembra y plantación de plantas herbáceas y pequeños. Para
ello es necesario extender sobre el terreno unos 10 cm de tierra vegetal, que debe quedar bien
trabada con el material del terraplén. Se requiere la escarificación o arado de la superficie del
terreno en unos 15 o 20 cm de profundidad antes de la siembra y el desterronado de los 10 cm
primeros. Pueden utilizarse árboles de raíces rastreras, plantas o hierbas como el césped,
trébol, alfalfa, etc. (figura 6.8)
TIERRA VEGETAL
ESCALON
Revestimiento de taludes
- Gunitado: proyección de morteros sobre mallas clavadas al terreno.
- Pedraplenes: el revestimiento de los taludes mediante mampostería continua
incrustada en seco o con mortero es muy útil si se emplean el espesor y la pendiente
adecuados. Los revestimientos se separan unos 15 m entre ellos, ejecutándolos con
una base de 3 m y una coronación de unos 2 m.
Se pueden disponer también formando arcadas, uniendo los revestimientos entre sí
con arcos de mampostería.
- Revestimiento de bloques, obras de fábrica, etc.(figura 6.9 y 6.10)
Figura 6.9
| 130
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 6.11 Colocación de geomallas y vegetación Figura 6.12 Colocación de mallas naturales
| 131
María Pilar del Amo Pérez
ESTABILIZACIÓN PROFUNDA
Tierra armada
La estabilización se produce mediante el revestimiento del talud con un paramento de piezas
prefabricadas de hormigón en masa o ligeramente armado, en forma de cruz, para que
encajen unas con otras. También existen elementos de revestimiento metálicos, que son más
costosos y requieren mayor mantenimiento.
Las armadura del terreno son unas pletinas de acero galvanizado, que van ancladas por medio
de 4 enganches a la pieza de hormigón, por su parte posterior, a distancias de unos 75 cm.
El aparejo de las escamas da lugar a unas juntas verticales y horizontales entre piezas que se
pueden rellenar de diferentes materiales (corcho, poliuretano, materiales textiles, etc.)
produciendo un contacto flexible entre las diferentes piezas y permitiendo movimientos
relativos entre ellas. El espesor de la junta textil es de 50 mm y el de la de corcho de 20 mm.
Al terreno se le pide que tenga cierta resistencia al rozamiento para que se realice bien la
asociación de la armadura con él.
Para la ejecución del paramento es necesario construir una zanja de cimentación de hormigón
en masa, que sirva de apoyo y arranque de la primera hilada, de unos 35 x 15 cm. Colocada la
primera hilada, se monta la segunda, al mismo tiempo que se extienden y compactan
tongadas de terreno de espesor 37,5 cm que es la distancia entre armaduras (véase la figura
6.13).
ZANJA DE CIMENTACIÓN
Figura 6.13
Geoláminas
El armado del terreno para su estabilización profunda a través de láminas sintéticas da menor
resistencia que las armaduras metálicas, aunque el costo es menor. Las fibras sintéticas
utilizadas como armadura del terreno mejoran las propiedades mecánicas del mismo.
| 132
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
GEOMALLA
SOLAPE
MALLAZO
REPIÉ
Si la transición entre los dos niveles topográficos la realizamos mediante un corte vertical, es
necesario interponer entre ambos niveles un elemento de contención, ya que el terreno no
tiene entidad suficiente para garantizar ese salto de forma brusca. Se produce entonces, un
empuje del terreno sobre el trasdós del elemento de contención destinado a contenerlo,
empuje que aparece al realizar la excavación para obtener las dos cotas de nivel diferentes.
| 133
María Pilar del Amo Pérez
MOVIMIENTO MOVIMIENTO
Pa
d 90°
W Pp W
d
90°
ß
ß
| 134
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
δ se expresa en función del ángulo de rozamiento interno del terreno Ø, de forma que:
δ = 0 para empuje activo y muro liso, en el caso de emplear la hipótesis de Rankine para el
cálculo del empuje o si se están empleando lodos tixotrópicos
δ < ó = ⅓ Ø para empuje activo y muro poco rugoso, situación en la que nos encontramos al
encofrar un muro de contención a doble cara; y empuje pasivo
δ ≤ ⅔ Ø para empuje activo y muro rugoso, situación en la que nos encontramos al encofrar
un muro de contención contra el terreno
El ángulo δ puede ser positivo o negativo dependiendo del movimiento relativo del relleno
respecto del elemento de contención.
Como ya hemos visto al estudiar el comportamiento del terreno del trasdós de un elemento de
contención, existen dos estados límites, estado activo y pasivo, correspondientes a dos valores
límites del empuje de ese terreno. El estado activo se corresponde con el mínimo valor que
puede alcanzar el empuje, llegándose al estado pasivo cuando el empuje asciende a su valor
máximo. Ambos estados representan los dos extremos de tensiones que el terreno puede
alcanzar junto a un elemento de contención.
El empuje al reposo representa un estado intermedio entre el empuje activo y el empuje
pasivo. Equivale a un estado tensional inicial en el terreno, en la que el elemento de
contención y el terreno están en una situación en la que no se produce ningún tipo de
deformación, es decir, el elemento de contención es totalmente rígido y el empuje del terreno
produce una deformación nula.
En la figura 6.16 extraía del CTE de su DB SE-C se refleja la evolución de los empujes activo y
pasivo desde el empuje al reposo:
Figura 6.16 Relación entre empuje del terreno y los movimientos necesarios para su desarrollo (DB SE-C, figura 6.5)
El cálculo del empuje del terreno para los suelos granulares es exacto, siendo poco preciso
para otro tipo de suelos. La teoría de Rankine para suelos granulares permite calcular el
empuje de forma simplificada, partiendo de la siguiente hipótesis:
| 135
María Pilar del Amo Pérez
dónde H es la altura total desde la coronación del terreno hasta la cota máxima de vaciado
El empuje total por unidad de longitud de elemento de contención será el valor medio de la
presión unitaria multiplicado por la superficie, y aplicado en el centro de gravedad del
diagrama triangular (figura 6.17).
E= ½ eH H 1m
3
E= ½ (γ Ka H) H 1m =½ (γ Ka H2) 1m en t/m
Figura 6.17 Criterios simplificados para diagramas de empujes debidos a sobrecargas (CTE DB SE-C, Figura 6.8)
| 136
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
SOBRECARGA EN CORONACIÓN
Si sobre la coronación del terreno del trasdós del elemento de contención actúa una
sobrecarga uniformemente distribuida, podemos asimilar la sobrecarga a una altura de tierras
equivalente, de valor de empuje activo en la coronación (figura 6.18):
Ho = s/ γ
eo = γ Ka Hs = s Ka
Ho = s/ γ
Figura 6.18
+ =
γ Ka H Ka s eH
Figura 6.19
NIVEL FREÁTICO
En la práctica es frecuente la presencia de agua en el relleno del trasdós de la estructura de
contención. El empuje del terreno debido a la presencia del agua de lluvia o de infiltraciones
del nivel freático tiene dos componentes: la debida al empuje hidrostático del agua,
perpendicular siempre a la superficie del elemento de contención, y la debida al empuje del
terreno (véase la figura 6.20).
| 137
María Pilar del Amo Pérez
El empuje del agua se deduce del peso específico del agua γw y el empuje del terreno bajo
la acción del agua de la densidad sumergida del terreno γ`.
e1 = γ Ka H1 ew = γw H2
e2 = γ` Ka H2
Figura 6.20
En la figura 6.21 extraída del DB SE-C del CTE aparecen los diagramas de las presiones
de terrenos sometidos a la acción del agua.
Figura 6.21 Empujes con agua en el trasdós y superficie del terreno horizontal (DB SE-C, Figura 6.7)
Como ya hemos visto en las nociones de acondicionamiento del terreno, la contención del
terreno puede abordarse de dos formas diferentes:
- Como contención permanente mediante estructuras de contención: Se trata de
estructuras que absorben las acciones provenientes del terreno y del exterior, y las
transmiten al terreno situado a un nivel inferior en condiciones de seguridad para la
estructura y para el propio terreno.
Resuelven de forma conjunta la contención del terreno y la cimentación, pudiendo
estar o no vinculadas a una edificación.
- Como contención temporal mediante entibaciones: Soportan el empuje del terreno
durante la ejecución de los trabajos de excavación, para garantizar la seguridad de
los operarios.
| 138
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
ACCIONES A CONSIDERAR
La estructura de contención estará sometida en su trasdós a los empujes del terreno Ea de tipo
activo, a su propio peso Wp, al peso de las tierras Wt existentes sobre el cimiento y a posibles
acciones exteriores Ae, que han de ser soportadas por la estructura de contención de forma
segura para sí misma con integridad del material que la constituye y para el terreno situado en
el pie y en la base de la estructura (véase la figura 6.22). El peso de las tierras situadas sobre
la puntera se considerará únicamente, si se tiene la garantía de que el terreno no será
removido o eliminado.
Por ello, la estructura de contención se proyecta para soportar las acciones anteriormente
descritas y transmitirlas al terreno situado por debajo del nivel de excavación.
Ep
Fr
Rt
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María Pilar del Amo Pérez
| 140
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
En la figura 6.26 se reflejan los distintos elementos que constituyen un muro de contención
genérico, así como su nomenclatura.
CORONACIÓN
INTRADÓS
FUSTE O ALZADO
TRASDÓS
PUNTERA
TALÓN
CIMIENTO
TACÓN
Figura 6.26
| 141
María Pilar del Amo Pérez
- Estabilidad global
- Estabilidad frente al vuelco respecto a su arista inferior opuesta
- Estabilidad frente al deslizamiento en su base de apoyo
- Estabilidad frente al hundimiento: comprobación de que las presiones de contacto
transmitidas al terreno en la base del cimiento son inferiores a las admisibles.
4. Capacidad estructural del muro. Se trata de dimensionar el muro como una estructura
de hormigón armado
A efectos del predimensionado seguiremos las indicaciones que se recogen para el mismo en
cada uno de los tipos de muro. Una vez decididas sus dimensiones, verificaremos la
estabilidad del muro ante las acciones a las que está sometido. A tal efecto, la figura 6.27,
extraía del CTE, DB SE-C recoge los tipos de muros más habituales, dónde N y T son las
resultantes de las solicitaciones del muro a nivel de la cimentación, no debiendo considerar en
su cálculo el empuje pasivo.
Figura 6.27 Diagramas de fuerzas sobre muros (DB SE-C, Figura 6.14)
ESTABILIDAD GLOBAL
| 142
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
El conjunto del muro puede fallar por la formación de una superficie de deslizamiento
profunda, mecanismo de rotura más profundo que la totalidad del muro incluyendo al cimiento.
Se produce cuando existe una capa de terreno blando bajo el plano de cimiento del muro a
una profundidad del orden de vez y media la altura del muro. En la figura 6.28, extraída del
CTE en su DB SE-C se recogen casos típicos de inestabilidad frente a un deslizamiento
general.
Para verificar la estabilidad al vuelco debemos comparar los momentos de las fuerzas
estabilizadoras con los de las fuerzas desestabilizadoras respecto de la arista inferior en la
base de la zapata. El empuje pasivo no se tiene en cuenta debido a su efecto estabilizador.
Para ello seguiremos las indicaciones del DB SE-C del CTE y compararemos el valor de
cálculo del efecto de las acciones estabilizadoras con el valor de cálculo de las acciones
desestabilizadoras.
| 143
María Pilar del Amo Pérez
Ed,dst ≤ Ed,stb
siendo Ed,dst valor de cálculo del efecto de las acciones desestabilizadoras
Ed,stb valor de cálculo del efecto de las acciones estabilizadoras
Figura 6.30
| 144
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
dónde:
dónde:
NyT las componentes vertical y horizontal de la resultante de acciones en la base
del muro
Ø*= 2/3 Ø´ siendo Ø´ el ángulo de rozamiento interno efectivo del terreno
B el ancho de la base de la cimentación del muro
c* la cohesión reducida del suelo (c*=0,5 c´k ≤ 0,05Pa)
c´k la cohesión efectiva del terreno
γR el coeficiente parcial de resistencia definido en la tabla de la figura 6.30
Para verificar la seguridad de la cimentación del muro frente al hundimiento será necesario
comprobar que las presiones de contacto transmitidas al terreno en la base del cimiento son
inferiores a las admisibles.
Es conveniente que la resultante de las acciones en la base del muro pase por el núcleo
central de inercia para evitar tracciones en la base del muro. Para ello es condición necesaria
que:
1. e<B/6
2. (Me-Mv)/ΣWi>B/3
| 145
María Pilar del Amo Pérez
MUROS DE GRAVEDAD
Se oponen al empuje de las tierras por efecto de su gran peso (figura 6.31). Son muros
voluminosos construidos con materiales resistentes a la compresión como las fábricas de
mampostería, ladrillo, hormigón en masa o ciclópeo y capaces de obtener una resultante casi
vertical al componerse con el empuje de las tierras debido a la magnitud de su peso sin que se
produzcan tracciones en la fábrica o el hormigón, o siendo estás inapreciables.
| 146
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Ea
Wp
Presentan una sección transversal potente que aumenta con la profundidad, donde el empuje
es mayor, careciendo en la mayoría de los casos de cimiento diferenciado. Aunque la mayoría
de los muros de gravedad presentan una forma trapezoidal derivada de la absorción del
empuje que ejercen las tierras sobre su trasdós, pueden diseñarse con formas muy variadas
justificadas generalmente por la forma del espacio en el que van a ser construidos,
enlazándose sus diferentes partes mediante la disposición de retallos o llaves (véase la figura
6.32).
| 147
María Pilar del Amo Pérez
- Trasdós poligonal
- Trasdós escalonado
- Trasdós e intradós inclinado
- Trasdós vertical e intradós inclinado
- Trasdós e intradós vertical
- Trasdós e intradós inclinados
- Muros en desplome
Resultan económicos para la contención del terreno de pequeñas alturas y longitudes.
a. Muros de mampostería
Los muros de mampostería se construyen con piezas extraídas de la cantera, sin previa
transformación, siendo conveniente la homogeneidad del material evitando la aparición de
zonas blandas o fisuras (figura 6,33).
Las rocas utilizadas en los muros de mampostería deben ser resistentes ante los esfuerzos de
compresión, como las areniscas, basaltos y granitos, que alcanzan resistencias del orden de
300 a 3000 Kg/cm2. Se descartan las rocas blandas y fácilmente degradables frente a la
acción de los agentes exteriores, así como las rocas heladizas. Conviene evitar también las
piedras excesivamente duras, ya que su adherencia con el mortero resulta deficiente
apareciendo con el tiempo fisuras entre las piezas y el material de trabazón.
Figuras 6.33 Pirámide de Intihuatana en el Machu Picchu: conformación de terrazas con muros de piedra
Figuras 6.34
| 148
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Los mampuestos en los muros de gravedad se colocan sin labrar, en seco o asentados con
mortero (figura 6.34). La mampostería en seco o “a hueso” se utiliza en muros de contención
de huertas o jardines, con espesores de muro considerables. Los mampuestos se colocan a
mano, rellenando y acuñando los huecos entre ellos mediante ripios, piezas más pequeñas de
forma irregular procedentes del desbaste de los mampuestos, o mediante lajas.
La mampostería asentada con mortero permite un reparto más uniforme de las compresiones.
Como conglomerante se utilizan los cementos naturales y las cales aérea e hidráulica. Los
mampuestos se colocan asentándolos a golpe de maza y martillo.
b. Muros de ladrillo
Son muy poco utilizados debido a su bajo poder resistente, por lo que se utilizan para
pequeñas alturas. Se construyen con ladrillos macizos asentados con mortero de cemento y/o
cal. Conviene construir en la base del muro un basamento de mampostería sobre el que
asentaremos la fábrica de ladrillo. De esta forma, la piedra, de mayor resistencia a la
compresión que el ladrillo, absorberá el empuje máximo en esta zona del muro, ofreciendo
mayor resistencia a los agentes externos. Conviene que las hiladas no sean horizontales,
disponiéndolas formando escaleras con pendiente del intradós a trasdós y asentando las
piezas con entrecruzamientos para evitar la aparición de fisuras.
En otros casos se construyen en fábrica mixta, combinando ladrillo y piedra, en muros a modo
“emplectum”, como vemos en la figura 6.35.
| 149
María Pilar del Amo Pérez
d. Muros de gaviones
Constituye una solución integrada en el paisaje, en la que se disponen una serie de
paralelepípedos formados por una malla de triple torsión y tensados por alambres, que
envuelven en su interior piedras, redondas o en forma de guijarro (véanse las figuras 6.37 y
6.38). Los paralepípedos se disponen unos sobre otros, de tal forma que trabajan a
compresión, actuando como un muro de gravedad, con alta capacidad de drenaje y gran
adaptación a los asientos en la base.
| 150
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Están compuestos por piezas prefabricadas normalmente de hormigón que se estabilizan por
su propio peso, sin que existan esfuerzos de tracción en sus elementos que son módulos
huecos o macizos y que se pueden colocar con o sin mortero auxiliar. Pueden alcanzar alturas
de hasta 20 metros.
Muros verdes
El muro se levanta superponiendo módulos huecos rellenos con tierra destinada a la siembra y
plantación de plantas herbáceas. Presentan una gran integración con el entorno, al permitir la
plantación que crece entre los bloques.
Muros de bloques de hormigón macizos
El muro se realiza mediante la superposición de bloques macizos estables por su propio peso,
como vemos en las figuras 6.39, 6.40 y 6.41.
0,1 H
0,12-0,2 H 0,1 H 0,1 H
0,15-0,2 H
0,1 H
0,1 H
| 151
María Pilar del Amo Pérez
Muros de hormigón armado de empleo muy corriente, constituidos por un alzado, fuste o
ménsula de espesor reducido que recibe directamente el empuje y por un cimiento
diferenciado en el que se empotra el alzado. El cimiento puede constar de puntera o de talón,
o de ambos elementos, presentando formas de T o L invertida. A veces aparece un tacón en la
base que mejora la resistencia al deslizamiento del muro. El trasdós puede ser vertical o
presentar una inclinación de pendiente 2% para evitar el efecto de desplome. Constituyen
soluciones económicas para alturas de tierras hasta los 10 ó 12 metros (véase la figura 6.42).
La existencia del tacón aumenta la seguridad frente al deslizamiento en los muros en ménsula.
El tacón colocado en puntera aumenta el empuje pasivo, que en este caso actúa en el frente
de la puntera y en el del tacón. Asimismo también aumenta la fuerza de rozamiento en la base
de la cimentación al contar con su acción en la base del tacón.
la sección considerada
γf peso específico del terreno Md
H
| 152
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Otra solución, que economiza el armado, es disponer armaduras de dos longitudes, cortando
el 50% de las barras que llegan hasta la coronación a la altura conveniente, prolongándolas
sobre dicha altura una longitud de solape, pudiéndose continuar el armado en la puntera o
disponerlo de forma independiente a ella y disponer con solape las barras que continúan
hasta la coronación (figura 6.45).
ls
CRITERIOS DE COLOCACIÓN
Si el muro presenta una altura reducida llevamos la armadura tipo 1 desde la puntera hasta la
coronación, disponiendo de 4-5Ø por metro lineal (véase la figura 6.46). En muros de altura
mayor de 5 m se puede disponer un corte de barras, disponiendo 6Ø por metro lineal en el
armado inferior, pudiéndose continuar o no en la puntera y 3Ø por metro lineal en el armado
superior. En muros de mayor altura, con dos cortes de barras se disponen 9Ø por metro lineal
en el armado inferior, pudiéndose continuar o no en la puntera; 6Ø por metro lineal en el
intermedio; y 3Ø por metro lineal en el superior.
6 Ø/ml 6 Ø/ml
9 Ø/ml
Figura 6.46
| 153
María Pilar del Amo Pérez
Junto con la armadura vertical tipo 1 de la ménsula se dispone otra armadura horizontal que
absorba el 20% del momento flector del alzado a su altura, es decir con un área equivalente al
20% del área de la tipo1. La armadura horizontal se dispondrá con una cuantía mínima del 4
por mil para aceros B400S y del 3,2 por mil para aceros B500S.
Para controlar la fisuración debida a los esfuerzos de retracción y a las variaciones térmicas se
dispone una armadura distribuida entre las dos caras del fuste, de forma que ninguna de ellas
tenga una cuantía inferior a 1/3 de la necesaria. Normalmente se colocan 2/3 de la armadura
necesaria en la cara más expuesta y 1/3 en la cara en contacto con el terreno, pudiéndose
contar con ella efectos resistentes. La cuantía de armadura depende del espesor del muro, de
la resistencia del hormigón y del tipo de acero. La armadura arranca desde la cara superior del
cimiento, anclándose en el mismo una longitud básica, por lo que es necesario que se
disponga de armaduras en espera desde la cimentación. Es conveniente colocar también en la
coronación de la ménsula, zona especialmente expuesta a las fisuraciones por retracción y
temperatura, una armadura adicional formado por 2 Ø 12 ó 16 longitudinales, para alturas <4m
y > 4m respectivamente.
La puntera está sometida a su propio peso, al empuje pasivo en su frente, al peso del relleno
en la cara superior y a la reacción del terreno en su base, lo que origina tracciones en la cara
inferior de la misma. El talón del muro se encuentra sometido a su propio peso, al empuje
activo, que se considera despreciable, al gran peso de las tierras debidas al relleno y que
gravitan sobre la cara superior del talón, y a la reacción del terreno en la base del talón de
valor menor que la puntera al ser la ley trapezoidal. Al ser la resultante de la reacción del
terreno y del peso del relleno, de sentido descendente, aparecen tracciones en la cara superior
del talón. Al ser la ley de presiones debida a la reacción del terreno, trapezoidal o triangular, el
talón puede estar sometido o no en su totalidad a la misma. En todo caso conviene que la
armadura del talón se ancle bajo el alzado una longitud no inferior a la longitud de anclaje.
Si el muro tiene tacón, éste se encuentra sometido al empuje pasivo del terreno, por lo que
necesita armadura en la cara delantera.
En la figura 6.47 aparece la deformada de un muro en ménsula con las fibras traccionadas
grafiadas en las diferentes partes del mismo, lo que nos permite de forma intuitiva conocer la
distribución de las armaduras.
2 Ø ANTIRRETRACCIÓN
ARMADO DE RETRACCIÓN
ARMADO PRINCIPAL DE TRACCIÓN
ARMADO DE TRANSVERSAL
LONGITUD DE ANCLAJE
ARMADO PRINCIPAL DE TRACCIÓN
ARMADO DE TRANSVERSAL
LONGITUD DE ANCLAJE
ARMADO DE TRANSVERSAL
Figura 6.47
| 154
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Predimensionado
El espesor mínimo de la ménsula en la coronación es también de 25 cm. El canto del cimiento
se predimensiona con 0,15-0,2H y el ancho del encastre del alzado en la cimentación con
0,1H, siendo H la altura total del muro. Para el ancho de la cimentación B sea adopta un valor
de 0,6-0,8H. Si el muro tiene tacón éste tiene unas dimensiones mínimas de 25 cm de ancho y
de 30-40 cm de altura, disponiéndolo a una distancia de 25 cm del extremo de la puntera.
En la figura 6.49 aparece la deformada de un muro en ménsula carente de talón con las fibras
traccionadas grafiadas en las diferentes partes del mismo:
| 155
María Pilar del Amo Pérez
2 Ø ANTIRRETRACCIÓN
ARMADO DE RETRACCIÓN
ARMADO PRINCIPAL DE TRACCIÓN
ARMADO DE TRANSVERSAL
ARMADO DE TRANSVERSAL
LONGITUD DE ANCLAJE
Figura 6.49
Predimensionado
A efectos de predimensionado de la ménsula, se adopta también un espesor mínimo de la
misma en la coronación de 25 cm. El canto del cimiento y el ancho del encastre del alzado en
la cimentación es de 0,1H, siendo H la altura total del muro. Para el ancho de la cimentación
sea adopta un valor de 0,5-0,7H.
| 156
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
2 Ø ANTIRRETRACCIÓN
ARMADO DE RETRACCIÓN
ARMADO PRINCIPAL DE TRACCIÓN
ARMADO DE TRANSVERSAL
ARMADO DE TRANSVERSAL
LONGITUD DE ANCLAJE
Figura 6.50
Figura 6.51
| 157
María Pilar del Amo Pérez
CONTRAFUERTES
PUNTERA
Figura 6.52
Predimensionado
El espesor del fuste está comprendido entre 20 y 35 cm y el de los contrafuertes se adopta
mayor de 20 cm, siendo recomendable entre 25 y 30 cm, para absorber el esfuerzo cortante y
permitir la colocación de la armadura de tracción. Los contrafuertes se disponen distanciados
unos de otros de 1/3 a 2/3 de la altura total del muro. El canto del cimiento y el ancho del
encastre del alzado en la cimentación es del orden de 0,12H, siendo H la altura total del muro.
Para el ancho de la cimentación sea adopta un valor de 0,4-0,7H, con una anchura de puntera
de 0,12H (véase la figura 6.53).
20-35cm
0,12 H 0,12 H
0,12 H
0,4-0,7 H
| 158
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
La armadura más importante en el muro será la horizontal, mientras que en los contrafuertes
será la vertical. Tanto en el intradós como en el trasdós se dispone en vertical y horizontal una
armadura que será mayor que la necesaria por retracción y que se podrá computar a efectos
resistentes.
2 Ø ANTIRRETRACCION
d d ARMADO DE TRANSVERSAL
As As/2
DEFORMADA
PUNTERA
TALÓN
PLANTA
ARMADO DE FLEXIÓN DEL CONTRAFUERTE
PUNTERA
Figura 6.54
| 159
María Pilar del Amo Pérez
ARMADURA DE RETRACCIÓN
| 160
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 6.56 Muro anclado por bataches (CTE DB SE-C, figura 6.1)
| 161
María Pilar del Amo Pérez
| 162
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
La armadura superior de la puntera del cimiento se colocará con la ayuda de pies de patos
(figura 6.60). Todas las armaduras se estabilizarán con la ayuda de camillas de madera
clavadas al terreno con estacas o clavos; de esta forma se mantienen en su lugar durante el
proceso de hormigonado (figura 6.61). Si el muro tiene contrafuertes se habrán dispuesto las
esperas necesarias en la cimentación.
Si el terreno que descansa encima de la puntera no se va a colocar de forma inmediata, puede
ser conveniente la disposición en la cara superior de la misma de una armadura de retracción
para controlar la fisuración debida a las variaciones térmicas.
Figura 6.60 Pies de pato Figura 6.61 Sujeción de armaduras con camillas y
puentes de acero
| 163
María Pilar del Amo Pérez
CAMILLAS
PIE DE PATO
SEPARADOR
Figura 6.62
| 164
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
6. Junta cimiento-fuste.
Esta junta está situada en la zona de mayor momento flector y mayor esfuerzo cortante. Se
dejará la rugosidad natural del hormigón vertido y vibrado, limpio de polvo y grasa. Conviene
para ello, antes del hormigonado del fuste, proceder a la limpieza con chorro de agua de la
zona de la junta, para que una vez seca, se proceda al vertido y vibrado de la primera tongada
del hormigón del fuste (figuras 6.63 y 6.64).
No es necesario, en opinión del profesor Calavera dejar endentados o machihembrados, ya
que únicamente representan soluciones tranquilizadoras a “nivel intuitivo”.
| 165
María Pilar del Amo Pérez
muro consta de puntera y talón, ha sido necesaria la retirada del terreno del trasdós del muro,
lo que permitirá el encofrado del fuste por las dos caras. En este caso, el encofrado se sujeta
mediante unos tensores de acero alojados en un tubo de plástico y roscados en sus extremos
(figura 6.68) que impiden el movimiento del encofrado, cerrándose el encofrado lateralmente
con una tapa que permite la salida de las armaduras para su hormigonado con el batache
contiguo.
No conviene hormigonar el fuste contra el terreno con la disposición del encofrado en una de
las caras, a fin de evitar problemas como la corrosión de las armaduras por falta de
recubrimiento en algunas zonas, que el hormigón se mezcle con las tierras del trasdós o que
en las zonas en las que el terreno no admite el corte en vertical y se desestabiliza, aumente el
espesor del muro y por lo tanto el volumen de hormigón, originándose una mayor retracción en
el proceso del fraguado y la consiguiente aparición de fisuras verticales. En este caso el
encofrado se apuntala contra el terreno a través de un encamado de tablones, clavándose lo
puntales en el extremo superior al encofrado.
3. Hormigonado del fuste. Se realiza por tongadas desde una altura máxima de vertido del
hormigón de 1 a 1,25 m, a fin de evitar empujes sobre los largueros, a la vez que se procede al
vibrado del hormigón.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Hay que tener en cuenta que si la excavación del vaciado es muy profunda, si existen
cimentaciones colindantes o medianerías en mal estado, es necesario proceder a la ejecución
del muro de contención por bataches.
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 6.70 Ejecución de muro de contención con puntera y talón encofrado a dos caras
Seguiremos las indicaciones del CTE en lo que respecta a la ejecución y disposición de las
juntas, en su DB HS Salubridad, Sección 1 y el DB SE-C Cimentaciones en el apartado 6.3.3.,
así como las recomendaciones de la NTE.CCM.
1. Juntas de asiento
Permiten asientos diferenciales entre dos zonas del muro, por lo que afectan a la totalidad del
muro, incluida la cimentación. Se deben colocar en los siguientes casos:
- existen dos niveles de apoyo de la cimentación
- cambia la naturaleza del terreno
- cambios en la directriz del muro
- cambios importantes en la altura del muro
Las juntas de asiento pueden ejecutarse de varias formas, disponiendo en todas una abertura
de 2 a 4 cm, según se muestra en la figura 6.71.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
MATERIAL SELLANTE
POLIESTIRENO EXPANDIDO
BANDA DE ESTANQUEIDAD FIJADA A ARMADURAS
a. Junta libre: una vez hormigonado el muro a un lado de la junta se coloca adherida
una plancha de poliestireno expandido de espesor el ancho de la junta, que actúa
como encofrado perdido en el hormigonado del otro lado del muro. En este caso la
estanqueidad no prima demasiado como exigencia.
b. Junta sellada: ejecutada de igual modo que la junta libre y eliminando posteriormente
los bordes exteriores del poliestireno expandido en una profundidad de unos 25 mm,
para colocar en la junta un cordón de relleno compresible o sellar la misma con
masilla elástica
c. Junta a media madera o machihembrada: ejecución análoga a la junta sellada, pero
utilizando un encofrado de la testa del muro que permita la disposición a media
madera o machihembrada. Permita mejorar la transmisión de esfuerzos cortantes a
través de la junta.
d. Junta estanca: se dispone perpendicular a la junta un perfil o banda elástica de
neopreno, caucho o bentonita sólida, resistente a las tracciones, a las agresiones
químicas y a la acción de los agentes exteriores. En la junta se dispone también un
separador de poliestireno expandido introducido en la misma antes del hormigonado
del tramo contiguo. La banda elástica se debe disponer también en el cimiento del
muro. La banda se coloca sujeta al encofrado o a la armadura del fuste, de forma que
las alas de la banda queden embebidas en el hormigón del fuste en su plano medio.
La zona central de la banda presenta un engrosamiento hueco de neopreno que es el
que debe ocupar el espacio de la junta, capaz de dilatarse o retraerse, acompañando
a la junta en su deformación. El aislante térmico se puede dejar o retirar después.
Las juntas de asiento en el cimiento no requieren sellado, debiendo penetrar la banda elástica
si se dispone, una longitud de 50 cm a ambos lados del cimiento.
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María Pilar del Amo Pérez
2. Juntas de dilatación.
Reducen las tensiones debidas a variaciones térmicas y a fenómenos reológicos. Afecta
únicamente al fuste del muro, ya que la cimentación se encuentra al abrigo de las variaciones
térmicas al estar enterrada en el terreno. Las juntas de dilatación se disponen:
- En los cambios de sección del fuste
- En los cambios pequeños de altura del fuste
- Cada 20 m en zonas climáticas con temperaturas extremas
- Cada 30 m en zonas climáticas con temperaturas moderadas
Para la ejecución de las juntas de dilatación se adoptan las mismas soluciones que hemos
estudiado para las juntas de asiento, pero aplicándolas solamente al alzado del muro (figura
6.72).
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
En el alzado, las juntas no se corresponden con las del cimiento, ya que al encontrarse el
cimiento enterrado, los movimientos debidos a la retracción se ven coartados debidos al
rozamiento entre el cimiento y el terreno, cosa que no ocurre en el fuste, donde las juntas
deben situarse más próximas. La distancia recomendada entre juntas de retracción en el
alzado es de:
- Muros de altura menor de 2,40 m: 3H
- Muros de altura entre 2,40 m y 3,60 m: 2H
- Muros de altura mayor de 3,60 m: H
dónde H es la altura del muro, siendo conveniente no superar los 7,50 m de distancia.
En cuanto a la forma de realización de la junta, existen varias soluciones en función del grado
de estanqueidad y estética requerido (figura 6.76):
a. Junta machihembrada: ejecución del muro independiente a un lado y otro de la junta,
disponiendo un encofrado que origine una junta machihembrada. Una vez ejecutado
el muro a un lado de la junta y antes de colocar el encofrado de la otra parte se aplica
una pintura impermeable en la testa del muro a la que se confiará la estanqueidad.
Esta junta permite la transmisión de esfuerzos a través de la misma.
b. Junta con fisura inducida con cuña de madera: el muro a ambos lados de la junta se
ejecuta de forma simultánea, por lo que el armado es continuo a través de la junta
aunque también se pueden disponer las armaduras independientes a ambos lados de
la junta. Para su ejecución se provoca una fisura controlada, mediante la colocación
en la cara interior del encofrado del muro y a ambos lados del mismo, en la zona
donde va ubicada la junta, de una cuña de madera que merme la sección del muro.
Una vez retirado el encofrado y las juntas, el muro tiende a romper por el punto en
que ha visto disminuida su sección. El espacio resultante de alojar la cuña puede
sellarse posteriormente con un producto sellante o dejarse visto.
c. Junta con fisura inducida con banda de estanqueidad exterior: se coloca en las caras
interiores del encofrado una banda estanca que produce el mismo efecto de
reducción de la sección del muro que la cuña anteriormente vista. La banda impide la
entrada de agua de un lado a otro de la junta y debe ser resistente a la acción de los
agentes exteriores
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María Pilar del Amo Pérez
CUÑA DE MADERA
PINTURA IMPERMEABLE
LISTÓN FORMACIÓN BISELADO
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
LARGUERO
SOLAPE DE 2-4 cm
TUBO DE PLÁSTICO
TENSOR DE ACERO
En general, se evitará al paso de las armaduras a través de las juntas, según indica el DB SE-
C en el apartado 6.3.3.1.2, debiéndose proyectar como pasadores lubricados y sin dobleces ni
anclajes que permitan los movimientos longitudinales, cuando sea inevitable su colocación.
Cuando el muro se ejecuta por bataches, dejamos las armaduras del batache en espera para
que una vez solapadas con las armaduras del contiguo, proceder al hormigonado del nuevo
batache (figuras 6.78 y 6.79).
5. MUROS DE SÓTANO
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María Pilar del Amo Pérez
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Un muro de sótano, en el caso de una planta, trabaja como un elemento de hormigón armado
empotrado en la cimentación y apoyado a nivel del forjado de la planta baja, por lo que
requiere armadura en el intradós del fuste para la absorción del momento positivo, que se
debe disponer de extremo a extremo (figura 6.84). En el trasdós del fuste se dispone la
armadura correspondiente al momento negativo. También se puede disponer una armadura
principal escalonada, considerando el trabajo del muro en ménsula durante la fase de
construcción del mismo, si se procede al relleno del trasdós previo a la construcción del
forjado.
En ambas caras se dispone una armadura de reparto. Si los pilares presentan mayor sección
que el muro, éstos actúan como contrafuertes, comenzando a trabajar el muro como una losa
continua, armándose el muro también con armadura horizontal de tracción.
En el sentido longitudinal el muro se asimila a una viga de cimentación o viga flotante,
considerando el muro como un cuerpo rígido sometido a la carga de los pilares, por lo que
requiere la colocación en el borde superior de dos o tres barras, y en el borde inferior o cara
inferior de la cimentación, de varias armaduras longitudinales (figura 6.84).
Para absorber las tensiones por retracción debido a las variaciones térmicas se dispone una
armadura de retracción en ambas caras que se puede computar a efectos resistentes.
La zapata se calcula como una ménsula empotrada sometida a la tensión del terreno, por lo
que requiere armadura transversal de tracción en la cara inferior (figura 6.84). Conviene
conectar el cimiento del muro mediante vigas centradoras a la cimentación del interior del
edificio, para absorber la excentricidad debida a los pilares de la medianería, como vemos en
las figuras 6.85 y 6.86.
Cuando F no existe, como es el caso de la presencia de los huecos de ascensores o escaleras
o la de una rampa, el muro de sótano pasa a comportarse como un muro de contención de
tierras, trabajando en esas zonas como una ménsula empotrada en la cimentación.
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María Pilar del Amo Pérez
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
En el caso de dos o más forjados el cálculo del muro se efectúa asimilándolo a una viga
continua, representándose en la figura 6.87 la disposición de las armaduras principales.
Md
Figura 6.87
Una consideración a tener en cuanta en los muros de sótano es el efecto que causa en
empotramiento de un muro en otro al llegar a la esquina (figura 6.88). En ese punto, el
desplazamiento del muro se ve coartado por la presencia del otro, originándose momentos en
las esquinas, que dan lugar a tracciones en las caras del trasdós de los muros. Cuando las
tracciones se sitúan en la esquina de ángulo saliente, es preciso continuar las armaduras
hasta la cara opuesta para evitar que la resultante de tracción haga saltar el recubrimiento de
la armadura en ese punto.
Md
J.D.
interior
interior
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María Pilar del Amo Pérez
Generalmente, las fases que seguimos en la construcción de un muro de sótano son las
siguientes:
- Excavación del vaciado con talud exterior al perímetro de la excavación
- Levantamiento del muro
- Construcción del forjado y enlace con el muro
- Relleno del trasdós del muro, previa impermeabilización y ejecución del drenaje
- Levantamiento de la estructura superior
Si se efectúa el relleno de las tierras del trasdós antes de la ejecución del forjado de la planta
baja, hay una fase del proceso constructivo en la que el muro de sótano trabaja como una
ménsula, por lo que es necesario verificar la estabilidad frente al vuelco en esta fase.
En cuanto a las técnicas constructivas utilizadas, el proceso constructivo y la resolución de los
diferentes tipos de juntas, hay que señalar que son las mismas que las vistas para la ejecución
de los muros de contención de tierras.
En el muro de sótano debido a su particular situación de vinculación con una edificación se
requiere prestar atención a la enlazabilidad del muro con los demás elementos estructurales
del edificio, así como con la solera u otros muros.
La figura 6.89 recoge parte del proceso de ejecución de un muro de sótano construido con
encofrado metálico a dos caras
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 6.89 Ejecución de muro de sótano encofrado a dos caras (encofrado metálico)
La figura 6.90 recoge parte del proceso de ejecución de un muro de sótano construido con
encofrado de madera a dos caras:
Figura 6.90 Ejecución de muro de sótano encofrado a dos caras (encofrado de madera)
La figura 6.91 recoge parte del proceso de la ejecución de un muro de sótano encofrado a una
cara:
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María Pilar del Amo Pérez
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
1. 2. 3.
Figura 6.92
Figuras 6.93 y 6.94 Pilar de acero embebido en muro Figura 6.95 Pilar de hormigón embebido en muro
Estructura horizontal-muro
Tradicionalmente el muro de sótano se construye de abajo hacia arriba, disponiendo juntas de
hormigonado, por lo que la unión del muro con los elementos estructurales horizontales se
ejecuta a nivel de cada planta (figuras 6.96 y 6.97).
Si la construcción del muro se ejecuta de forma ininterrumpida, es necesario dejar armaduras
de espera embebidas en el muro para el enlace con la estructura de las plantas intermedias
(figura 6.98). Otra solución es la ejecución de unos taladros en el muro ejecutado, que alojarán
las armaduras de anclaje necesarias para el enlace.
En la unión del forjado con el muro se deberán disponer las armaduras necesarias para
garantizar la exigencia de enlazabilidad. Si el forjado discurre paralelo al muro, conviene
disponer en el encuentro de una viga de canto igual al de forjado y de anchura unos 10 cm
mayor que el ancho del muro, que rigidice la unión de ambos elementos.
En la unión de una viga con el muro, se dispondrá de la longitud de anclaje suficiente en la
armadura de negativos, lo que llevará en muchos casos a embeberla en el muro.
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María Pilar del Amo Pérez
ARMADURAS EN ESPERA
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
1/5 h
JUNTA DE DILATACIÓN
SOLERA
LÁMINA IMPERMEABLE
ENCACHADO DE GRAVA
Figura 6.102
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María Pilar del Amo Pérez
JUNTA DE DILATACIÓN
SOLERA
LÁMINA IMPERMEABLE
ENCACHADO DE GRAVA
Figura 6.103
Figura 6.104
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Aunque el drenaje del agua del trasdós del muro lo estudiaremos en el tema correspondiente
al control del agua, los aspectos relativos a la impermeabilización del paramento del muro los
analizamos a continuación. La entrada de agua en el muro se produce por capilaridad a través
de la estructura porosa del hormigón o por presión a través de los orificios que presenta el
hormigón debidos a carencias en el vibrado. El agua ocasiona manchas y filtraciones en la
cara vista que se solucionan con la impermeabilización del alzado y la correcta puesta en obra
del hormigón.
El muro de sótano puede impermeabilizarse según haya sido su puesta en obra por el trasdós
(figura 6.105) o por el intradós (figura 6.106), pudiendo ejecutarse o no, en ambos casos, un
drenaje previo.
GEOTEXTIL
DREN LINEAL
Figura 6.105
CÁMARA BUFA
DREN LINEAL
Figura 6.106
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IMPERMEABILIZACIÓN DE REFUERZO
REFUERZO EN ESQUINA
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Las pantallas son estructuras de contención de carácter flexible utilizadas desde tiempos
remotos en los trabajos de contención del terreno en excavaciones verticales. Aunque en su
origen se utilizaron en los trabajos previos de contención del terreno en obras públicas e
hidráulicas, es a partir del último tercio del siglo XX, con utilización de los lodos bentoníticos y
el avance en la maquinaria de excavación, cuando se aplican a la construcción de sótanos en
edificación. Además de su utilización en trabajos de contención del terreno, las pantallas
eliminan filtraciones de agua a través de los taludes y del fondo de la excavación, y aseguran
la estabilidad del fondo frente a fenómenos de sifonamiento. Se construyen desde la superficie
del terreno y trabajan fundamentalmente a flexión.
Entre los tipos de pantallas se encuentran:
- Pantallas de hormigón ejecutadas “in situ”
o Pantalla continua
o Pantalla discontinua o de pilotes
- Pantallas de elementos prefabricados
o Tablestacados
o Pantallas de paneles de hormigón
PANTALLAS AUTOPORTANTES
El empuje de las tierras es absorbido por el empotramiento de la pantalla o por la presencia de
contrafuertes en el trasdós o en el intradós de la misma.
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María Pilar del Amo Pérez
Pantalla en voladizo
Si la longitud que se empotra es tal que se asegura el equilibrio del conjunto, la pantalla
trabaja en voladizo, pudiéndose ejecutar el vaciado sin grandes precauciones, confiándose al
empotramiento la absorción por flexión del empuje de las tierras (figura 6.111). Se pueden
ejecutar hasta 2 ó 3 sótanos dependiendo del terreno en condiciones económicas. La
excavación del vaciado y la ejecución de la estructura interior no presentan problemas en las
pantallas en voladizo.
Ea Ea Ea
Ep Ep Ep
PANTALLAS ARRIOSTRADAS
Para el trabajo en voladizo de la pantalla se requiere una gran longitud de empotramiento que
puede resultar antieconómica, por lo que se pueden disponer dos o tres niveles de apoyo. En
este caso el empuje de las tierras se contrarresta además de con el pie, mediante anclajes,
puntales, forjados, etc., que proporcionan la reacción necesaria para soportar el empuje. El
vaciado de las tierras se ejecuta por fases que acompañan a la colocación de los diferentes
dispositivos de arriostramiento.
Estos dispositivos pueden ser:
Bermas de tierra
Parte del terreno, en el frente del vaciado, se mantiene hasta una cota determinada,
permitiendo construir la infraestructura interior de las plantas bajo rasante. A medida que se
construyen los forjados en orden descendente empezando por la planta baja, disminuimos la
berma de tierra hasta que ésta no es necesaria (figura 6.113).
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
EJECUCIÓN DE LA PANTALLA VACIADO HASTA COTA INFERIOR CON BERMA EJECUCIÓN FORJADO PLANTA BAJA PILARES INTERIORES
EJECUCIÓN FORJADO SÓTANO 1º CON REDUCCIÓN DE BERMA EJECUCIÓN FORJADO SÓTANO 2ºCON REDUCCIÓN DE BERMA RETIRADA DE LA BERMA
Anclajes
La pantalla se arriostra mediante un anclaje al terreno del trasdós a través de un cable tensor
de acero alojado en una perforación de diámetro muy pequeño, por la que se inyecta una
lechada hasta formar un bulbo en su extremo. Una vez fraguado el mortero de inyección se
debe postensar la cabeza del anclaje contra el muro. La realización de anclajes requiere el
estudio y control de las afecciones a las edificaciones colindante y la autorización de los
propietarios de los terrenos colindantes, al causar tensiones en el terreno. El anclaje permite
reducir considerablemente el empotramiento al absorber el empuje en uno o varios niveles
(figura 6.114). El arriostramiento mediante anclajes es apropiado para grandes profundidades
de excavación.
El proceso de colocación del anclaje comprende las siguientes etapas:
– Ejecución de la peroración e introducción en ella de una entubación auxiliar
– Introducción del cable de acero, empalmando su extremo saliente con la entubación
– Inyección de la lechada de cemento por el taladro y extracción lenta de la entubación
– Colocación de la cabeza del anclaje
– Tensado hidráulico del cable tras cinco días de fraguado
ANCLAJES 1º NIVEL
ANCLAJES 2º NIVEL
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María Pilar del Amo Pérez
La figura 6.115 refleja el proceso de ejecución del anclaje al terreno de una pantalla
discontinua de hormigón:
Acodalamientos metálicos
Se utilizan en recintos cerrados y en zonas existen paredes opuestas a distancias entre los 15
y 25 metros (figura 6.116). Si la planta es cuadrada se disponen anillos metálicos de directriz
el funicular de cargas (figura 6.117). En plantas rectangulares y alargadas se disponen codales
o vigas trianguladas complementados con acodalamientos en las esquinas (figura 6.118). Una
vez construidos los forjados se retira el acodalamiento.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 6.116 Imagen cedidas por Ischebeck Ibérica S.L. Figura 6.117 Imagen cedidas por Ischebeck Ibérica S.L.
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María Pilar del Amo Pérez
EJECUCIÓN DE FORJADO PLANTA PRIMERA Y EXCAVACIÓN 2º NIVEL EJECUCIÓN DE FORJADO PLANTA SEGUNDA Y EXCAVACIÓN 3º NIVEL
Figura 6.119
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
PANTALLAS CONTINUAS
El proceso de ejecución de una pantalla continua de hormigón comprende las siguientes
etapas:
1. Actuaciones previas
a. Preparación de la plataforma de trabajo.
Antes de iniciar cualquier obra de contención es necesario realizar una pre-excavación hasta
dejar una plataforma de trabajo con los niveles y pendientes que queden como definitivos en la
coronación de la pantalla. La plataforma debe quedar libre de obstáculos a fin de facilitar el
movimiento de los equipos de excavación, así como la colocación de las instalaciones
provisionales necesarias, de los depósitos de los lodos y permitir el acopio de los materiales
(figura 6.120). También se procederá al desvío de las conducciones aéreas que puedan
afectar al área de trabajo y a la retirada de los elementos enterrados próximos a la zona de
excavación.
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María Pilar del Amo Pérez
Por todo ello, coincide en directriz y en anchura con la pantalla. Para evitar que las paredes de
la zanja se desmoronen es preciso construir unos muretes de hormigón armado o en masa a
modo de contención o muretes guía, fundidos contra el terreno en presencia de suelos
cohesivos y con una sección en L en suelos granulares. La construcción de los muretes se
lleva a cabo por métodos tradicionales, encofrándose a una o a dos caras (figura 6.121). Su
disposición lleva a la pérdida en el perímetro del solar del espacio ocupado por el murete
exterior, obligando a que la pantalla quede retranqueada respecto a la medianería una
distancia igual al espesor del murete.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
La separación entre los muretes oscila entre 40 y 150 cm siendo superior entre 20 y 50 mm al
espesor de la pantalla. Su altura está comprendida entre 50 y 150 cm. El espesor de los
muretes es de unos 20 a 30 cm. La parte superior de los muretes es horizontal estando a la
misma cota a cada lado de la zanja. Conviene que la cara superior del murete guía sobrepasa
en un 1,50 m la máxima cota prevista para el nivel freático. Una vez que el murete ha sido
desencofrado se procede al replanteo del ancho de los bataches, de longitud comprendida
entre los 2,5 y 4,5 metros, siendo el valor mínimo el ancho necesario para la apertura de la
cuchara de excavación y el valor máximo en función de la estabilidad del terreno.
En la figura 6.122, extraída de las NTE CCP-1 Muretes guía, se recogen especificaciones
relativas a la ejecución de los mismos:
Figura 6.122
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 6.125
| 198
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
excavará con la ayuda de lodos que se van introduciendo en el batache a medida que avanza
la excavación, compensando el volumen excavado.
Una variante de la excavación en seco es la excavación con mortero, que se utiliza en terrenos
granulares gruesos, en rellenos, o en presencia de galerías o cuevas. Requiere una
excavación previa, un relleno posterior de mortero y una nueva perforación en seco.
En la figura 6.126, extraída de las NTE CCP-3 Perforación de zanja de panel, se recogen
especificaciones relativas a la excavación del batache en presencia de lodos:
Figura 6.126
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 6.127 y 6.128 Moldeado de las juntas con elemento machihembrado de hormigón
Para su colocación, la jaula se deja posicionada con la ayuda de la grúa (figura 6.131), y
colgada de los muretes guía a través de las armaduras de cuelgue (figura 6.130 y 6.132),
asegurándonos de esta forma, la longitud de las esperas necesarias, la posición correcta de
las armaduras de refuerzo y de formación de los huecos, enlace de forjados, etc.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 6.131 Puesta en obra de las armaduras Figura 6.132 Armaduras de cuelgue en murete guía
Figura 6.133
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María Pilar del Amo Pérez
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
En la figura 6.134 extraída de las NTE CCP-8 Viga de atado de paneles se recogen
especificaciones relativas a la ejecución de la viga de coronación:
Figura 6.134
La viga se encofra a una o dos caras, colocando en el interior del encofrado la armadura de la
misma, las armaduras en espera de los bataches y las armaduras de espera o las placas de
la estructura superior. El ancho de la viga suele coincidir con el de la pantalla y el canto viene
definido por el cálculo.
VIGA DE CORONACIÓN
PERNOS DE ANCLAJE
VIGA DE CORONACIÓN
Figura 6.135
| 203
María Pilar del Amo Pérez
En las figuras 6.136 y 6.137 aparecen diferentes soluciones del enlace del muro pantalla
con jácenas:
ARMADURA DE JÁCENA
PLACA DE ESPERA
SOLDADURA
| 204
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
11. Estanqueidad
Aunque la pantalla impermeabiliza el recinto, no debe considerarse un elemento
absolutamente impermeable, siendo necesario prever un acabado final de la superficie y en
excavaciones bajo el nivel freático atender a lo dispuesto en el DB HS, Sección 1 del CTE
En la figura 6.138, extraída de las NTE CCP Pantallas aparece el proceso de construcción
de una pantalla continua:
Figura 6.138
| 205
María Pilar del Amo Pérez
| 206
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
hormigonado. Los inconvenientes que presenta esta forma de barrenado son, la dificultad en la
introducción de la armadura en el hormigón fresco, la posibilidad de que el pilote quede
cortado si extraemos la barrena de forma instintiva y las menores longitudes y diámetros de
perforación.
a. Pilotes ejecutados con barrena corta b. Pilotes ejecutados con barrena continua
Figura 6.139
| 207
María Pilar del Amo Pérez
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 6.140
b. Medio incoherente
Barrena corta
Se perfora un taladro de diámetro superior, para introducir en él una camisa metálica (figura
6.141). Una vez colocada la armadura se procede a la extracción de la camisa antes del
fraguado del hormigón.
También se puede perforar el pilote con un diámetro superior y rellenar la cavidad con mortero,
para su retaladro posterior.
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María Pilar del Amo Pérez
a. Pilote ejecutado con entubación auxiliar y azuche b. Pilote ejecutado con entubación auxiliar y tapón de grava
Figura 6.142
c. Medio rocoso
La excavación en medio rocoso se realiza con un trépano que consiste en una cabeza con
coronas dentadas o dientes provistos de cuchillas que mediante rotación va arrancando el
terreno. El terreno se extrae con ayuda de lodos.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
| 211
María Pilar del Amo Pérez
3. Extracción de la barrena
| 212
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
9. Extracción de la entubación
10. Retirada del primer hormigón 11. Limpieza de la cabeza del pilote
| 213
María Pilar del Amo Pérez
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 6.145
Las tablestacas son elementos prefabricados de carácter lineal, de poca anchura, cuya
sección permite un ensamblado tal que una vez introducidas en el terreno dan lugar a una
pared hermética (figura 6.146). Sus extremos tienen formas especiales que permiten el enlace
con el elemento contiguo y sirven de guía durante el proceso de hinca.
Figura 6.146
(Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L.)
| 215
María Pilar del Amo Pérez
Los tablestacados originan recintos de gran impermeabilidad debido a la dificultad que ofrecen
sus juntas al paso del agua, pudiéndose construir con un desarrollo lineal o formar recintos
circulares o rectangulares en planta (figura 6.147).
| 216
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
El DB SE-C del CTE considera dos tipos de tablestacas: las de hormigón armado o pretensado
y las de acero. Estas últimas, al presentar menor sección, se clavan con más facilidad en el
terreno, originando menos vibraciones en el mismo, por lo que son las que mayor difusión han
alcanzado. Al ser susceptibles de oxidación, lo que afecta a la durabilidad en obras de
contención de carácter permanente, se fabrican con aceros resistentes a la corrosión, con
protección catódica, pinturas especiales o utilizando perfiles más resistentes mecánicamente.
En las secuencias de imágenes siguientes, cedidas por la empresa Ischebeck Ibérica S.L.,
aparecen las diferentes situaciones de los tablestacados en función de su forma de trabajo:
- Pantalla de tablestacas empotrada en el terreno y trabajando en voladizo o pantalla
autoportante (figura 6.149).
El empuje de las tierras se absorbe por el empotramiento de las tablestacas,
pudiéndose ejecutar, de forma general, el vaciado, sin sistemas de arriostramiento
previos.
| 217
María Pilar del Amo Pérez
Figura 6.151 Pantalla arriostrada con codales. (Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L.)
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 6.152 Pantalla arriostrada con tirantes. Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L.
Cuando al excavar un terreno se opte por un corte en vertical como transición de los dos
niveles a los que da lugar la excavación, es necesario asegurar la estabilidad de las paredes
mediante entibaciones (figura 6.153). Estas son necesarias por razones de seguridad de los
operarios y de los edificios colindantes, así como para evitar los accidentes que acaecen en la
apertura de vaciados por desmoronamientos.
Figura 6.153
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 6.154
ENTIBACIÓN DE ZANJAS
La entibación de una zanja está formada por unos elementos de sujeción que están en
contacto directo con el terreno y que absorben el empuje de las tierras a nivel de la pared de la
zanja, transmitiéndolo a la pared opuesta mediante la disposición de unos elementos
horizontales o codales, que trabajan a compresión. Los elementos de sujeción se consideran
como vigas apoyadas que recibiendo la carga del terreno transmitiéndola por igual a los
codales. (Figura 6.155)
ENTIBACIÓN DE POZOS
El esquema estructural de trabajo de un pozo es similar al de una zanja, con la diferencia que
en el pozo, los empujes del terreno deben ser absorbidos por las cuatro caras. Por ello se
repite la disposición de la zanja en las dos direcciones perpendiculares: elementos de sujeción
en contacto directo con el terreno en las cuatro caras y que absorben el empuje de las tierras a
nivel de la paredes del pozo, y elementos horizontales o codales en las dos direcciones que
transmiten el empuje a la pared opuesta.
En el caso de pozos de sección circular el empuje de las tierras produce fuerzas tangenciales
que es necesario absorber. Estas fuerzas son mayores, cuanto mayor es el radio de curvatura
del pozo. Por ello, el elemento de sujeción reviste la superficie perimetral del pozo,
disponiéndose unos tensores circulares de acero con un dispositivo regulable, encargados de
la absorción de la componente tangencial del empuje. (Figura 6.156)
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
ELEMENTO DE SUJECIÓN
ELEMENTO DE SUJECIÓN
ELEMENTO DE CONTENCIÓN ( CODAL)
E E
ELEMENTO DE SUJECIÓN
Figura 6.155. Excavación en zanja. Figura 6.156. Excavación en pozo. Esquema estructural
Esquema estructural
ENTIBACIÓN DE VACIADOS
El empuje de las tierras es absorbido a nivel de la pared del vaciado por los elementos de
sujeción. Los esfuerzos se transmiten al terreno mediante elementos inclinados o tornapuntas,
al no poder acodalar horizontalmente contra la pared de enfrente. Las riostras hacen solidaria
toda la estructura.
El empuje tiene una componente vertical en la pared de la entibación y otra horizontal a nivel
del terreno que intenta desplazar a los elementos de contención, siendo necesario absorberla
mediante estacas.
Para ello, el terreno del fondo de la excavación debe ser lo suficientemente resistente como
para recibir los empujes del apuntalamiento. (Figura 6.157)
ELEMENTO DE SUJECIÓN
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 6.158
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 6.159
Entibación tradicional de madera en zanja
Entibación de zanja
BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras Fundaciones, Andamios,
Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899,
p.139
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María Pilar del Amo Pérez
La elección del tipo de entibación depende de varios factores. La figura 6.160 muestra la tabla
1, extraída de las NTE ADZ, punto 3, que permite la elección del tipo de entibación más
adecuado la naturaleza del terreno, a la profundidad y al tipo de corte.
d d
P P
Figura 6.160
A los efectos de utilización de dicha tabla se considera corte del terreno sin solicitación de
cimentación si se cumple que P<ó=(h+d/2) y corte de terreno sin solicitación de vial si se
cumple que P</=d/2
dónde: P profundidad del corte
h profundidad del plano de apoyo de la cimentación próxima. En el
caso de un pilotaje, h se considera desde la cara inferior del
encepado
d distancia horizontal desde el borde de coronación del corte a la
cimentación o vial
En la tabla aparecen tres grados de entibación:
- Entibación ligera: es una entibación sencilla que se ejecuta después de la
excavación. La contención del terreno se realiza en puntos concretos del corte.
- Entibación semicuajada: en ella el terreno tiene la suficiente cohesión como para
entibar conforme se va excavando. El elemento de sujeción cubre alrededor del 50 %
de la superficie del terreno. Excavado y entibado un primer tramo se procede a
continuar con un segundo.
- Entibación cuajada: Debido a la naturaleza del corte, a su profundidad o al tipo de
terreno, se reviste la totalidad de la superficie de las caras del vaciado.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
<15cm 100-200cm
TABLERO 25ó30x5cm
SUJECIÓN TIERRAS EN CORONACIÓN
Alzado
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María Pilar del Amo Pérez
>5cm
TABLERO 25ó30x5cm
l/5
SUJECIÓN TIERRAS EN CORONACIÓN
Sección
En la figura 6.163 aparecen los elementos que conforman la entibación semicuajada de una
zanja con tablas horizontales, con sus escuadrías y disposición.
<15cm 100-175cm
TRAVESAÑOS 4x20;5x25;6x30 cm
<12cm
<80cm
Alzado
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
>5cm
l/5
CODALES O PUNTALES D 10-20 cm
TRAVESAÑOS 4x20;5x25;6x30 cm
Sección
<15cm 100-200cm
TRAVESAÑOS 4x20;5x25;6x30 cm
Alzado
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María Pilar del Amo Pérez
>5cm
30-60cm l/10
CODALES O PUNTALES D 10-20 cm
TRAVESAÑOS 4x20;5x25;6x30 cm
Sección
b. Entibación de pozos
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Las figuras 6.165 y 6.166, extraídas de las NTE ADZ-10 y 11 muestran los elementos que
conforman la entibación de un pozo de sección cuadrada y circular.
| 229
María Pilar del Amo Pérez
c. Entibación de vaciados
La entibación de un vaciado es similar a la de una zanja, con la diferencia que al no ser posible
acodalar contra la pared opuesta, es necesaria la disposición de unas piezas inclinadas
denominadas “puntales” o “tornapuntas” que transmitan los empujes que reciben de los
elementos de sujeción a través de los “cabeceros”, “velas” o “correas” al terreno. Los
elementos de sujeción se pueden disponer horizontal o verticalmente, recomendándose el
forrado horizontal que permita el empleo de tablas de diferentes longitudes. (Figuras 6.167 y
6.168)
Los elementos de contención o tornapuntas se acodalan contra el terreno a través de un
durmiente de madera o taco que absorbe la componente horizontal del empuje,
transmitiéndose la componente vertical directamente al terreno.
Para acortar la luz de los tornapuntas y asegurar la invariabilidad de la forma se disponen
“riostras” de madera. Si la altura del paramento que se entiba es considerable es necesario
disponer de dos o más órdenes de tornapuntas, distribuidos a lo largo de la altura.
TACO
DURMIENTE
CUÑAS DE APRIETE
Figura 6.168
Entibación de vaciado
BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras Fundaciones, Andamios,
Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899,
p.138, figura 173
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Las entibaciones tradicionales que hemos visto hasta ahora y que recogen las normas NTE, no
son aplicables a suelos granulares y sin cohesión, fáciles de derrumbarse con la acción de la
maquinaria de excavación que se introduce a través de la entibación. Para este tipo de
terrenos son más efectivas las soluciones verticales de entibación.
a. Tablestacados de madera
Las tablestacas son unas piezas de madera, de directriz recta, de gran longitud y con una
sección ligeramente plana (figura 6.170).Uno de los extremos está aguzado en una dirección,
para favorecer la hinca por percusión, estando el extremo superior protegido frente a impacto
de la hinca. Las tablestacas se hincan en el terreno, solapadas unas con otras, hasta
sobrepasar la cota de vaciado en unos 50 cm. Se utilizan escuadrías rectangulares, de 8/16 a
10/20 cm, o cuadradas, del orden de 14/14 a 16/16.
Una vez hincadas, las tablestacas se van apuntalando a medida que avanzan los trabajos de
excavación del vaciado. En la entibación de zanjas con tablestacas el acodalamiento se
produce contra la pared opuesta por medio de cabeceros y codales (figura 6.171, b). En la
entibación de vaciados las tablestacas se atirantan al terreno de la coronación (figura 6.171,
a).
Las tablestacas de madera en entibación están indicadas hasta 3,5 metros de cota de vaciado.
En la actualidad se usan las tablestacas metálicas, que estudiaremos dentro de los sistemas
industrializados.
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María Pilar del Amo Pérez
Cepo de guía
JUNTA PLANA
JUNTA EN PICO
TABLESTACA DE MADERA
JUNTA MACHIEMBRADA
Azuche
Cota de vaciado
>50 cm
Cota de empotramiento
Figura 6.170
ESTACA PARA ANCLAJE
PUNTAL TELESCÓPICO
CABLE TENSOR
LARGUERO DE ACERO
TABLESTACA DE MADERA
TABLESTACA DE MADERA
COTA VACIADO
>30 cm
>30 cm
>30 cm
Figura 6.171
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
CUÑA
CALA
LARGUEROS D>18cm
CODALES O PUNTALES D 18 cm
CUÑA CUÑA
TABLEROS ADOSADOS AL TERRENO "MARCHA AVANTE" TABLEROS ADOSADOS AL TERRENO "MARCHA AVANTE"
CALA CALA
TENSOR
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María Pilar del Amo Pérez
c. Entibación berlinesa
La entibación se resuelve mediante la disposición de tablestacas o tableros de madera
colocados horizontalmente en contacto con el terreno, encargados de absorber el empuje de
las tierras y transmitírselo a unos elementos lineales verticales formados por perfiles de acero
de la serie H que se empotran en el terreno y se disponen a distancias del orden de 1,5 a 2,5
metros. Estos perfiles se acodalan contra los de la pared opuesta de la zanja por medio de
codales, pudiendo disponerse una familia intermedia de soportes verticales si la anchura de la
zanja es grande. En la coronación se dispone un cabecero formado por un perfil de acero UPN
soldado a los pies derechos. El conjunto se arriostra con cruces de San Andrés.
Los perfiles de acero H se clavan en el terreno, empotrándose en el mismo por debajo de la
cota de vaciado una distancias de 1 a 3 metros. A medida que se procede a la excavación de
las tierras se van deslizando las tablestacas entre dos perfiles, en el espacio que queda entre
las alas del perfil, acuñándolas al final con cuñas o grapas. (Figura 6.174)
PERFIL H
TABLERO
CODAL
TABLERO
CUÑA
1-3 m
PLANTA SECCIÓN
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Una vez finalizados los trabajos en el interior de la zanja se procede a la extracción por
tracción de las tablestacas, previo relleno y compactación de la zanja.
SISTEMAS DE PANELES
Entibación formada por el montaje de módulos metálicos que una vez introducidos en la
excavación, se expanden contra el terreno por medio de sistemas mecánicos. La unidad de
entibación está formada por paneles metálicos de aluminio o acero y un sistema de
acodalamiento. El conjunto de blindaje de la zanja se introduce completo en la excavación.
Si el terreno es coherente podemos realizar previamente la excavación hasta la cota total de
vaciado e introducir posteriormente la unidad de entibación que ha sido montada para tal cota.
En este caso, una vez realizados los trabajos en el interior de la zanja se procede a la
extracción total de la entibación como conjunto, o extrayéndola por escalones según avanzan
los trabajos de relleno y compactación.
En presencia de terrenos incoherentes es necesario ir entibando por escalones a medida que
avanza la excavación. La extracción es similar a la de los terrenos cohesivos.
| 235
María Pilar del Amo Pérez
En los extremos de los paneles van situados unos carriles agujereados dónde se introduce los
codales que se sujetan mediante pernos. La luz entre codales es de 2,80 metros. Las piezas
que unen unos paneles y otros permiten cambiar la posición de los codales.
| 236
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Paneles de acero
La unidad de entibación está formada por paneles de acero de 3 a 4 metros de longitud,
anchura 1 metro y espesor 14 cm y por codales. En el lado en contacto con el terreno, la
plancha de acero es lisa y de espesor 4mm. El panel consta de una estructura portante de
largueros travesaños de acero con puntos de alojamiento para los codales, pudiendo ser el
acodalamiento periférico o central (figura 6.179). La entibación, debido a su gran espesor de
material y a su resistencia, es apta para profundidades de 4 a 6 metros y de diferentes
anchuras.
| 237
María Pilar del Amo Pérez
Una variante es el panel en forma de cuchilla utilizado para el método de descenso continuo,
con la cara interior también lisa, conformado en toda su altura como una cuchilla y que se
monta como unidad de blindaje inferior.
La extracción de la entibación acompaña a los trabajos de relleno y compactación, pudiéndose
extraer en conjunto o por escalones.
| 238
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Una vez ejecutados los trabajos en el interior de la zanja se procede al relleno y compactación
de la misma hasta llegar al borde inferior del panel, momento en el que se procede a la
extracción de las tablestacas mediante aparatos de tracción, finalizándose con la extracción
del panel de cámara y el relleno de la parte superior de la zanja.
| 239
María Pilar del Amo Pérez
tierras. En terrenos sueltos las tablas o tabones presentaran los extremos biselados para
permitir la clavazón en el terreno antes de la excavación. Las tablas se empotraran al menos
20 cm en cada nivel de excavación. En terrenos arcillosos fluidos o en presencia de capas
acuíferas de arenas finas en mejor la entibación a base de paneles que recogen diferentes
patentes.
8. BIBLIOGRAFÍA
CALAVERA RUIZ, José María: Muros de contención y muros de sótano. 3º Edición. INTEMAC,
S.A. 2001
ISBN-8488764-10-3
| 240
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
LOGEAIS, Louis: Patología de las cimentaciones. Editorial Gustavo Gili, Barcelona 1984
RODRÍGUEZ ORTIZ, José María, SERRA GESTA Jesús y OTEO MAZO, Carlo.: Curso
aplicado de cimentaciones. Edita: COAM
ISBN-84-85572-37-8
| 241
María Pilar del Amo Pérez
| 242
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Tema 7
Es frecuente, al realizar una excavación, encontrar agua en las cotas en las que estamos
realizando los trabajos (figura 7.1). La excavación en terrenos anegados requiere escoger el
sistema más conveniente de control del agua, para obtener recintos estancos de trabajo,
conducir y evacuar el agua, o rebajar el nivel freático del terreno.
Es muy importante tener conocimiento de los efectos que puede causar la eliminación del
agua del entorno de trabajo para planificar el control de agua con un criterio que evite
problemas futuros. Es el caso del asentamiento de cimentaciones cercanas al rebajar el nivel
freático, de la aparición de humedades dónde antes no existían por variaciones de las
corrientes de agua, del aumento del nivel freático debido a la construcción de estructuras de
contención permanentes en el perímetro de la edificación, de la aparición de inestabilidades en
taludes, pérdidas de suelo en el trasdós o en la base de la excavación debidas al lavado del
terreno, etc.
Figura 7.1
El agua que aparece en el entorno de la zona de trabajo puede tener diferentes orígenes:
| 243
María Pilar del Amo Pérez
Aguas superficiales
Proceden de la escorrentía superficial. Es el agua que escurre por la superficie de la tierra,
suponiendo aproximadamente el 10% del total que cae sobre la misma.
- Aguas meteóricas provenientes de las precipitaciones atmosféricas: lluvia, nieve,
granizo
- Aguas de riego
- Aguas de escorrentía: deshielo, corrientes, etc.
Aguas profundas
Aguas contenidas en el subsuelo.
- Aguas subálveas o de escorrentía interior: En general proceden de las filtraciones de
las aguas superficiales que, al infiltrarse y llegar a capas de terreno impermeables, se
detienen, formando una capa de terreno acuífera. Si la base del estrato impermeable
es horizontal formará bolsas de agua en reposo, permaneciendo estática. Si la base
es inclinada dará lugar a la formación de corrientes subterráneas. Si el estrato
impermeable presenta grietas habrá un descenso del agua hasta otros estratos
impermeables más profundos, formándose así las distintas capas acuíferas, siendo la
primera de ellas la que nos determina el nivel freático.
- Aguas provenientes de filtraciones de las redes de alcantarillado, saneamiento o
abastecimiento.
- Aguas ascendentes por subpresión a través de la capilaridad del terreno.
La función de control en el caso de aguas superficiales será la de su evacuación. En presencia
de aguas profundas, el control del agua contemplará su captación, conducción y evacuación,
así como el rebajamiento del nivel freático.
El control del agua puede tener finalidades distintas, lo que permiten agrupar los trabajos en
tres sistemas de control:
- Sistemas de contención, cuyo fin es la obtención de un recinto estanco donde poder
ejecutar los trabajos de movimiento de tierras
- Sistemas de drenaje, cuyo objetivo es el control y eliminación del agua y de la
humedad de los terrenos
- Sistemas de agotamiento, destinados a rebajar el nivel freático.
Los sistemas de contención del agua buscan conseguir un recinto de trabajo suficientemente
impermeable como para que previo agotamiento del agua de su interior, se pueda trabajar
dentro del mismo.
Existen varios tipos de sistemas de contención del agua:
- Ataguías
- Congelación artificial por pantallas
- Inyección de terrenos
- Muros y pantallas
| 244
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
3.1 ATAGUÍAS
Las ataguías son sistemas de contención de las aguas que aparecen en los trabajos de
excavación en terrenos anegados. Se utilizan para conseguir un recinto de trabajo estanco,
protegido del agua durante la ejecución de los trabajos. Son de carácter provisional.
Experimentan el empuje de las aguas que contienen, por lo que deben ser estables e
impermeables. Se trata de formar un recinto cerrado completamente impermeable, para que
previo agotamiento de las aguas del interior del mismo, se puedan llevar a cabo los trabajos de
excavación.
ATAGUÍAS DE TIERRA
Protegen de las aguas superficiales con alturas de retención pequeñas, entre 3 y 5 metros,
en aguas tranquilas (figura 7.2). La ataguía se construye mediante un relleno de un terreno
arcilloso con un ataluzado de 2:1 a ambos lados, impermeable al agua. La base del relleno
debe tener suficiente superficie de apoyo, con un ancho de la parte inferior que depende del
talud natural de las tierras. En la parte superior, el ancho suele ser igual a la profundidad del
agua. La tierra arcillosa se va compactando a medida que se va apilando.
Tierra arcillosa
Agua
Tierra impermeable
ATAGUÍAS DE TABLESTACAS
Protegen de las aguas freáticas. Las tablestacas son unas piezas de madera, acero u
hormigón de directriz recta, gran longitud y con una sección ligeramente plana. Presentan uno
de los extremos aguzado en una dirección para favorecer la hinca por percusión.
Las de madera están formadas por tablas ensambladas con el extremo inferior provisto de un
azuche metálico, alcanzan profundidades de hasta 6 m (figura 7.3). Las de hormigón armado
suelen ser de sección cuadrada o rectangular, con azuche cortado a bisel. Las tablestacas
metálicas están formadas por perfiles con formas características para permitir el ensamble
(figura 7.4).
Las tablestacas se clavan en el terreno hasta la capa impermeable, unas al lado de las otras.
La hinca se inicia por una pieza, aguzada en las dos direcciones, que se introduce más que las
otras, haciendo las veces de pilote. Se hincan formando recintos cerrados hasta llegar a la
capa impermeable para realizar continuación la excavación, resistiendo a flexión debido a su
empotramiento en el terreno, o a la colocación de sistemas de arriostramiento a base de
puntales o tirantes. A fin de evitar el desplazamiento del tablestacado debido al empuje se
procede a la colocación de costillas de perfiles de acero laminado, a nivel de las cabezas,
que unen unas tablestacas a otras (figura 7.5).
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María Pilar del Amo Pérez
Pilote
Tablestaca
Terreno impermeable
| 246
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Si la profundidad no alcanza los 1,25 metros se construyen las tablestacas con dos familias de
tablas solapadas de unos 4 ó 5 cm de espesor (figura 7.6). También se puede sustituir una de
las familias por una serie de tapajuntas.
Cepo de guía
Azuche
Terreno impermeable
Figura 7.8
(Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L.)
| 247
María Pilar del Amo Pérez
Una vez ejecutado el tablestacado, el agua del interior se recoge y se bombea en el fondo.
Las tablestacas de acero se suelen recuperar, mientras que las de madera u hormigón
permanecen formando el recinto. La figura 7.8 muestra un tablestacado para la formación de
un recinto estanco en presencia de agua. La secuencia que recoge la figura 7.9, muestra el
proceso de ejecución de una ataguía de tablestacas, como protección de las aguas freáticas.
Figura 7.9
(Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L.)
| 248
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
ATAGUÍAS MIXTAS
Se utilizan cuando el terreno no es arcilloso, si el agua está en movimiento o la cota de
excavación está por encima del nivel del terreno impermeable. Para su ejecución se procede a
la hinca de una fila de pilotes contra los que se fijan tablestacas unidas y encepado el conjunto
mediante un larguero de madera o acero. La tablestaca resuelve la estanqueidad,
estabilizándose el conjunto con la tierra.
Hasta 2 metros de altura se construyen ataguías mixtas de pared sencilla (figura 7.10). Hasta 3
metros de altura es preferible la construcción de dos paredes de tablestacas separadas por un
macizo de tierra que estabiliza el conjunto (figura 7.11). Los pilotes de cada pared distancian
un metro y se enlazan por medio de piezas de madera en forma de cepo, atornilladas, o por
maderos que se clavan horizontalmente. Entre estos maderos se disponen las tablestacas
colocadas a topes o ensambladas con junta de ranura y lengüeta. Una vez extraído el fango de
entre las dos paredes se procede al aporte por tongadas de 20 cm de tierra arcillosa. La
ataguía debe tener un espesor igual a la altura del agua a contener.
Tablestaca Tablestaca
2:1 2:1
Agua Agua
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María Pilar del Amo Pérez
4. SISTEMAS DE DRENAJE
Los sistemas de drenaje controlan y eliminan el agua natural del terreno mediante su
captación, conducción y evacuación fuera de la zona de trabajo.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
“Se adoptarán las medidas necesarias para mantener libre de agua la zona de las
excavaciones. Las aguas superficiales serán desviadas y encauzadas antes de que alcancen
las proximidades de los taludes o paredes de la excavación, para evitar que la estabilidad del
terreno pueda quedar disminuida por un incremento de presión del agua intersticial y no se
produzcan erosiones en los taludes”
El drenaje de las aguas superficiales se puede llevar a cabo de forma natural o artificial. El
drenaje natural capta y evacúa el agua de forma natural, es decir, por gravedad, aprovechando
la topografía del terreno. Para ello el agua se capta en pequeñas regueras o zanjas para su
evacuación fuera de la zona de trabajo. El drenaje artificial requiere la presencia de elementos
artificiales para la captación, conducción y evacuación. Entre los drenajes superficiales
artificiales están:
ZANJAS DRENANTES
Es la forma más sencilla de llevar a cabo un drenaje superficial. Consiste en la creación de
una serie de zanjas con el lecho de apoyo inclinado hacia otros sistemas de drenaje como
pueden ser los drenes lineales (sistema de drenaje profundo).
Las zanjas presentan secciones variadas (rectangular, triangular o trapezoidal) y se rellenan
de un material filtrante, generalmente grava o arena, por tongadas de unos 20 cm de espesor
(figura 7.12). Una vez aportada cada tongada se procede a su compactación. En este sistema
se aprovecha la inclinación natural del terreno.
cota máxima
DE SEGURIDAD
TRAPEZOIDAL
TRIANGULAR
CACES
Consiste en el revestimiento de canales estrechos con piezas normalmente prefabricadas, con
el fin de favorecer la conducción del agua hasta los puntos de desagüe (figura 7.13).
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María Pilar del Amo Pérez
DRENES LINEALES
Formados por una serie de tubos dren o tubos porosos unidos entre sí, con la capacidad de
captar el agua a través de sus paredes o de sus juntas. Los tubos se asientan sobre una zanja
cuya base tiene una pendiente no inferior al 5 por mil y se rodean de material filtrante, encima
del cual se dispone terreno natural hasta alcanzar la rasante del terreno.
A veces los drenes lineales se conciben como zanjas drenantes con un relleno de grava de Ø
2-5-cm procedente de machaqueo, aportada por tongadas de unos 20 cm. Encima de la grava
se puede disponer tierra apisonada con el fin de que pueda soportar cargas.
Si el dren se rellena con terreno natural se debe disponer una capa superficial de 20 cm de
espesor de arcilla, con el fin de aislar el dren lineal de las aguas superficiales y evitar el
arrastre de finos sobre el material filtrante.
Los drenes lineales desaguan a pozos filtrantes o a colectores de la red de alcantarillado, o a
cauces naturales. Se disponen para rebajar el nivel freático cuando se encuentra en la rasante
o próximo a ella. Es muy frecuente su disposición junto con los drenes superficiales para la
eliminación de las aguas profundas de grandes superficies de terreno.
Tubos dren
Los tubos dren se fabrican con diferentes materiales:
- Tubo dren de hormigón poroso: el tubo dren se fabrica con hormigón sin finos con
perforaciones que lo hacen parcialmente poros. El tubo se dispone en seco sobre un
lecho de arena o grava, envuelto con un geotextil, sobre todo en presencia de
terrenos arcillosos, para evitar la obstrucción de los poros del tubo.
De sección circular o cuadrada, se fabrica con los siguientes diámetros: 80-100-125-
150-200-250-300 mm.
- Tubo dren de PVC: uniones en forma de copa o con manguito. Los de sección
circular de diámetro: 50-75-90-110-125-160-200mm. Los de sección ovoide con 80-
100-125-150-200-250-300 mm.
| 252
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Las figura 7.14 y 7.15, extraídas de las NTE ASD, muestran un tubo de hormigón poroso y otro
de PVC de junta abierta y ranurado:
La figura 7.16 refleja la ejecución de una zanja para el asiento de un dren lineal de PVC
parcialmente perforado.
Zanja para asiento del tubo dren Tubo dren de PVC parcialmente perforado
Figura 7.16
| 253
María Pilar del Amo Pérez
Figura 7.17
siendo: ADZ-12 relleno de la zanja con tierra procedente de la excavación, por tongadas
de 20 cm
ASD-4 material filtrante de granulometría adecuada, con el que se rellena la zanja en
toda su longitud hasta una altura de 25 cm.
ASD-2 tubo de hormigón poroso dispuesto sobre un lecho de material filtrante de 10
cm de espesor, iniciándose la colocación a partir de la arqueta de registro en la
cabecera de la red. Los tubos penetran en las arquetas y pozos 1 cm.
Figura 7.18
| 254
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
siendo: ASD-12 relleno de zanja con tierra procedente de la excavación, por tongadas de
20 cm
ASD- material filtrante de granulometría adecuada a las características del terreno y
del tubo, dispuesto únicamente en los puntos de embocadura de los tubos, formando
un tronco de pirámide hasta una altura de 25 cm por encima del tubo.
ASD-1 Tubo de PVC con junta abierta dispuesto sobre un lecho de material filtrante
de 10 cm de espesor, iniciándose la colocación a partir de la arqueta de registro en la
cabecera de la red, con la copa en el sentido de la pendiente. Los tubos penetran en
las arquetas y pozos 1 cm.
Figura 7.19
siendo: ADZ-12 relleno de la zanja con tierra procedente de la excavación, por tongadas de
20 cm
ASD-4 material filtrante de granulometría adecuada, con el que se rellena la zanja en
toda su longitud hasta una altura de 25 cm.
ASD-2 tubo de PVC ranurado dispuesto sobre un lecho de material filtrante de 10 cm
de espesor, iniciándose la colocación a partir de la arqueta de registro en la cabecera
de la red, con la copa en el sentido de la pendiente. Los tubos penetran en las
arquetas y pozos 1 cm.
Figura 7.20
| 255
María Pilar del Amo Pérez
siendo: EHF-3 grava procedente de machaqueo de tamaño entre 2 y 5 cm, dispuesta por
tongadas de 20 cm, y compactada mediante rodillo vibratorio una vez concluido el
relleno
ADZ-12 relleno de la zanja con tierra procedente de la excavación, por tongadas de
20 cm
DRENES SUPERFICIALES
Formados por una superficie filtrante de espesor variable encargada de captar el agua y
conducirla hacia drenes lineales, para ser posteriormente evacuada a un colector u obra de
desagüe. Los drenes superficiales pueden ser de dos tipos: encachados y pantallas porosas.
a. Encachados
Constituidas por capas de material filtrante que se disponen directamente sobre el terreno
natural (figura 7.21), inclinando su lecho de apoyo hacia los drenes lineales de recogida de las
aguas.
Figura 7.21
| 256
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 7.22
b. Pantallas porosas
Constituidas por una pared vertical o ligeramente inclinada de placas porosas unidas entre sí,
apoyando su arista inferior en un dren lineal. Las placas presentan unos alveolos que al
colocarlas en posición vertical favorecen el drenaje. Entre el terreno natural y la pantalla es
conveniente colocar una capa de material filtrante que evite la obstrucción de la pantalla por el
arrastre de los finos.
La figura 7.23, extraída de las NTE-ASD, muestra la constitución de una pantalla porosa:
Figura 7.23
| 257
María Pilar del Amo Pérez
COLECTORES
Tienen como función la conducción de las aguas desde los tubos dren hasta los puntos de
desagüe. El tubo de conducción puede tener o no una función drenante. Para su disposición
se requiere la apertura previa de una zanja en el terreno, en el fondo de la cual se coloca un
lecho de hormigón en masa para el apoyo del tubo. El tubo se asienta sobre el lecho mediante
el relleno de los laterales hasta la mitad de la sección. Dado que la estanqueidad del tubo no
es necesaria, se pueden disponer con las juntas sin sellar. Para evitar la obstrucción de la
junta se puede disponer un geotextil o malla sobre la misma. Se finaliza con el relleno de la
zanja por tongadas de grava gruesa, grava media, gravilla y arena, según nos alejamos de la
conducción.
La figura 7.24, extraída de las NTE ISS, refleja la disposición de un colector no drenante de
hormigón.
Figura 7.24
| 258
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
ARQUETAS
Son elementos de registro para prevenir obstrucciones, de unión entre los drenes lineales y
entre éstos y los colectores. Se dispone también en los puntos de cambio de dirección, cambio
de pendiente y de nivel.
a. Arqueta ciega
De unión entre drenes, en cambios de dirección y de pendiente. En los tramos rectos se
dispone cada 15 ó 20 metros. En su interior se dispone un semitubo o cauce que da
orientación a los drenes hacia el tubo de salida, formando ángulos obtusos con la dirección,
facilitando de este modo la salida del agua. Hay que procurar que los drenes acometan
descentrados en la arqueta, y no más de uno por cada cara. Las arquetas ciegas presentan
unas dimensiones de 28x38x50 cm.
La arqueta se construye sobre una solera de hormigón en masa de 10 a 15 cm de espesor,
que sirve de base a una fábrica de ladrillo cerámico o bloque de hormigón. La fábrica se
dispone de ½ pie de espesor para alturas hasta 80 cm, y de 1 pie para alturas mayores. La
arqueta lleva una tapa de hormigón armado con un marco metálico de refuerzo y se recibe a la
fábrica. La estanqueidad se resuelve mediante bandas de neopreno o caucho. El interior de la
arqueta se bruñe con un enfoscado de mortero de cemento, rodeando las aristas y armado
con fibra de vidrio para evitar fisuraciones.
Existe la posibilidad de que los drenes se unan en los puntos de registro con piezas
especiales, configurándose en éste vaso la arqueta como seca, no siendo necesaria la
formación del cauce ni el bruñido de las paredes.
La figura 7.25, extraída de las NTE ISS, refleja la disposición de una arqueta de paso, a cuya
ejecución se ajusta la arqueta ciega.
Figura 7.25
b. Arqueta de registro
Accesible para conservación y limpieza de los drenes. Se dispone en la unión de los drenes
principales y como mínimo cada 100 metros de dren. Se construyen con un diámetro mínimo
de 90 cm para permitir su descenso mediante pates hasta el fondo de la misma. La tapa de
registro debe permitir el paso de una persona. Se constituyen igual que las anteriores, sobre
una solera de hormigón y con fábrica de ladrillo de 1 pie.
La figura 7.26, extraída de las NTE ISA, refleja la disposición de un pozo de registro de sección
circular
| 259
María Pilar del Amo Pérez
Figura 7.26
c. Arqueta de ventilación.
Permiten la entrada de aire al sistema de drenaje, utilizándose como ventilación de los drenes
en presencia de terrenos arcillosos o limosos. Se construyen como arquetas ciegas
comunicadas con el exterior mediante un tubo, o como arquetas de registro provista de una
tapa con orificios de ventilación.
DESAGÜE
El último elemento del sistema de drenaje es el desagüe del agua a un cauce natural o
artificial, directamente al terreno o a la red de alcantarillado. En los dos primeros casos es
necesaria la disposición en la salida de una arqueta de desagüe, ubicando el nivel de la salida
suficientemente alto para evitar la inundación. Para la construcción de esta arqueta se dispone
una solera de 20 cm de espesor en el fondo y para la formación de la pendiente. La caja de la
arqueta se levanta con hormigón en masa de resistencia 100 N/mm2. Cuando el desagüe se
produce a la red de alcantarillado es necesario finalizar colocando un pozo de registro.
Figura 7.27
| 260
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
- Zona de filtrado
Constituida por un elemento que actúe de filtro entre la zona de captación y la de
conducción, con el fin de retener los finos y los lodos. Se suele colocar un geotextil
de fibra de vidrio, envolviendo al terreno granular.
El trazado de los drenes lineales depende de su aplicación en el campo del control del agua.
- Trazado del drenaje en espina de pez: el drenaje está formado por un dren lineal
principal que discurre centrado al que acometen ramificaciones por ambos lados con
un ángulo de convergencia agudo. Indicados para drenajes superficiales.
- Trazado del drenaje en peine: el drenaje está formado por un dren lineal principal al
que acometen perpendicularmente y por un solo lado otras redes lineales. Indicados
para drenajes superficiales.
- Trazado del drenaje en cinturón, en línea o en zanja corrida: formado por un único
dren lineal en forma de línea, en forma de U o formando un circuito cerrado. El dren
desagua en uno de sus extremos a un pozo filtrante, cauce natural o red de
alcantarillado. Es de aplicación en el drenaje de muros de sótano y en la eliminación
del agua en el arranque de los cerramientos de los edificios.
La figura 7.28 refleja las tres situaciones a las que responde el trazado de la red de
drenaje.
| 261
María Pilar del Amo Pérez
PENDIENTE TERRENO
CONSTRUCCIÓN
DREN LINEAL
COLECTOR
ARQUETA
Figura 7.28
TERRENO NATURAL
NIVEL FREÁTICO
Figura 7.29
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
| 263
María Pilar del Amo Pérez
</
I2+D1+D5 I2+I3+D1+D V1 C1+I2+D1+D5 I2+I3+D1+D5 V1 C2+I2+D1+ C2+I2+D1+D5
= 5 D5
1
</
C3+I1+D1+ I1+I3+D1+D D4+V1 C1+C3+I1+ I1+I3+D1+D3 D4+V1 C1+C2+I1 C2+I1 D4+V1
= D3(3) 3
2 D1+D3
Grado de impermeabilidad
</
C3+I1+D1+ I1+I3+D1+D D4+V1 C1+C3+I1+ I1+I3+D1+D3 D4+V1 C1+C2+I1 C2+I1 D4+V1
= D3(3) 3 D1+D3(2)
3
</
I1+I3+D1+D D4+V1 I1+I3+D1+D3 D4+V1 C1+C2+I1 C2+I1 D4+V1
= 3
4
</
I1+I3+D1+ D4+V1 I1+I3+D1 D4+V1 C1+C2+I1 C2+I1 D4+V1
= (1)
5 D2+D3 +D2+D3
Figura 7.30
I) Impermeabilización:
I1 La impermeabilización debe realizarse mediante la colocación en el muro de una
lámina impermeabilizante, o la aplicación directa in situ de productos líquidos, tales
como polímeros acrílicos, caucho acrílico, resinas sintéticas o poliéster. En los muros
pantalla construidos con excavación la impermeabilización se consigue mediante la
utilización de lodos bentoníticos. Si se impermeabiliza interiormente con lámina ésta
debe ser adherida. Si se impermeabiliza exteriormente con lámina, cuando ésta sea
adherida debe colocarse una capa antipunzonamiento en su cara exterior y cuando
sea no adherida debe colocarse una capa antipunzonamiento en cada una de sus
caras. En ambos casos, si se dispone una lámina drenante puede suprimirse la capa
antipunzonamiento exterior. Si se impermeabiliza mediante aplicaciones líquidas
debe colocarse una capa protectora en su cara exterior salvo que se coloque una
lámina drenante en contacto directo con la impermeabilización. La capa protectora
puede estar constituida por un geotextil o por mortero reforzado con una armadura.
I2 La impermeabilización debe realizarse mediante la aplicación de una pintura
impermeabilizante o según lo establecido en I1. En muros pantalla construidos con
excavación, la impermeabilización se consigue mediante la utilización de lodos
bentoníticos.
I3 Cuando el muro sea de fábrica debe recubrirse por su cara interior con un
revestimiento hidrófugo, tal como una capa de mortero hidrófugo sin revestir, una
hoja de cartón-yeso sin yeso higroscópico u otro material no higroscópico.
| 264
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
D) Drenaje y evacuación:
D1 Debe disponerse una capa drenante y una capa filtrante entre el muro y el
terreno o, cuando existe una capa de impermeabilización, entre ésta y el
terreno. La capa drenante puede estar constituida por una lámina drenante,
grava, una fábrica de bloques de arcilla porosos u otro material que
produzca el mismo efecto. Cuando la capa drenante sea una lámina, el
remate superior de la lámina debe protegerse de la entrada de agua
procedente de las precipitaciones y de las escorrentías.
D2 Debe disponerse en la proximidad del muro un pozo drenante cada 50 m
como máximo. El pozo debe tener un diámetro interior igual o mayor que 0,7
m y debe disponer de una capa filtrante que impida el arrastre de finos y de
dos bombas de achique para evacuar el agua a la red de saneamiento o a
cualquier sistema de recogida para su reutilización posterior.
D3 Debe colocarse en el arranque del muro un tubo drenante conectado a la
red de saneamiento o a cualquier sistema de recogida para su reutilización
posterior y, cuando dicha conexión esté situada por encima de la red de
drenaje, al menos una cámara de bombeo con dos bombas de achique.
D4 Deben construirse canaletas de recogida de agua en la cámara del muro
conectadas a la red de saneamiento o a cualquier sistema de recogida para
su reutilización posterior y, cuando dicha conexión esté situada por encima
de las canaletas, al menos una cámara de bombeo con dos bombas de
achique.
D5 Debe disponerse una red de evacuación del agua de lluvia en las partes de
la cubierta y del terreno que puedan afectar al muro y debe conectarse
aquélla a la red de saneamiento o a cualquier sistema de recogida para su
reutilización posterior.
V) Ventilación de la cámara:
V1 Deben disponerse aberturas de ventilación en el arranque y la coronación
de la hoja interior y ventilarse el local al que se abren dichas aberturas con
un caudal de, al menos, 0,7 l/s por cada m2 de superficie útil del mismo. Las
aberturas de ventilación deben estar repartidas al 50% entre la parte inferior
y la coronación de la hoja interior junto al techo, distribuidas regularmente y
dispuestas al tresbolillo. La relación entre el área efectiva total de las
aberturas, Ss, en cm2, y la superficie de la hoja interior, Ah, en m2, debe
cumplir la siguiente condición:
30 >S s/Ah > 10 (2.1)
El grado de impermeabilidad exigido al muro se obtiene de la tabla 2.1 del DB HS que refleja la
figura 7.31.
Figura 7.31
| 265
María Pilar del Amo Pérez
En el mismo punto, las citadas normas establecen para cualquier otro caso el tipo de drenaje
para los muros de contención en función de las características del terreno inmediatamente
detrás del trasdós y de la cimentación. En cuanto al drenaje del trasdós del muro, se
procurará, en general, si este terreno se puede excavar, realizar el relleno con material
granular y permeable como gravas o arenas, evitando rellenos arenosos y limosos.
La figura 7.32, refleja los tipos de drenaje que recogen las NTE ASD en su punto 3 Criterios de
diseño.
Figura 7.32
Las citadas normas exponen para los diferentes tipos de relleno, las siguientes
consideraciones:
- Relleno de grava
Se recomienda la disposición de mechinales de 1 cm de diámetro, separados
dispuestos cada 1,50 metros tanto en horizontal como en vertical. La hilada más
próxima al suelo se debe disponer a una altura de este menor de 0,50 metros. El
agua que conducen los mechinales se recoge en un caz dispuesto con una pendiente
mínima del 5 por mil.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
- Relleno de arena
El drenaje consta de un dren lineal dispuesto sobre el tacón del muro y rodeado de
material filtrante encargado de captar y conducir el agua del trasdós del muro. Es
necesario efectuar desagües cada 60 metros lineales de dren a un colector de
recogida exterior, mediante arquetas ciegas o de registro.
- Relleno de arcilla
A la disposición anterior se le añaden dos capas de arena de río de 25 cm de
espesor aislando completamente el relleno de arcilla para mantener su humedad
constante. Si no es posible actuar sobre el relleno impermeabilizaremos la superficie
del trasdós del muro hasta su coronación para evitar infiltraciones en la zona del
trasdós.
Figura 7.33
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 7.34
| 268
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Las NTE ASD recogen asimismo las condiciones necesarias para el drenaje de muros de
sótano. Si el terreno bajo la cimentación del muro de sótano es granular y permeable, y el nivel
freático no afecta el plano de cimentación, no es necesario drenar el muro de sótano.
Si el nivel freático supera el nivel de la cimentación es necesario dispone un drenaje perimetral
si el caudal no es excesivo.
Si el caudal es grande, habrá que recurrir a la disposición de una cámara bufa ventilada,
situación también necesaria en presencia de medianeras (figura 7.36). En el interior de la
cámara bufa y al pie de la misma se dispone un canal de recogida de las aguas filtrada con
una pendiente mínima del 5% y máxima del 14% con un sumidero cada 25 m2 del muro. La
cámara se trasdosa con un tabique de ladrillo hueco sencillo revestido con un enfoscado de
mortero hidrófugo.
| 269
María Pilar del Amo Pérez
LÁMINA IMPERMEABLE
PANTALLA POROSA
MATERIAL FILTRANTE
SOLERA
DRENAJE SUPERFICIAL
Como hemos visto en el drenaje de muros de contención, se puede sustituir la pantalla porosa
por una placa gofrada complementada con un geotextil, con la misma función drenante que la
pantalla, siendo también preciso impermeabilizar mediante una membrana impermeable. En el
caso de que el nivel freático supere el nivel de la cara inferior de la solera, también será
necesario el drenaje de la misma, según aparece en la figura 7.38.
TERRENO NATURAL
IMPRIMACIÓN ASFÁLTICA
LÁMINA IMPERMEABILIZANTE
PLACA GOFRADA
RELLENO DE ARENA DE RÍO
CAPA SEPARADORA GEOTEXTIL
CAPA DE GRAVA PARA DRENAJE
DREN LINEAL PVC
LECHO ARENA ASIENTO DEL COLECTOR
NIVEL FREÁTICO REBAJADO
Figura 7.38 Drenaje de sótano con el nivel freático superior a la cota de la solera
En la secuencia que recoge la figura 7.39, se muestra el drenaje de una solera de un muro de
sótano con un nivel freático que aflora por encima del plano de cimentación. El agua es
drenada y evacuada por medio de un dren lineal perimetral interior y de drenes lineales
dispuestos a lo largo de la superficie de la solera, que confluyen en un punto de recogida
dónde es bombeada a cotas superiores, debido a la diferencia de cotas con la acometida a la
red de alcantarillado.
| 270
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
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María Pilar del Amo Pérez
SOLERA
DRENAJE DREN LINEAL
NIVEL FREÁTICO
SOLERA
DRENAJE DREN LINEAL
NIVEL FREÁTICO
3-3,5 metros
DREN TOTALMENTE PERFORADO SIN FUNCION DRENANTE
TERRENO NATURAL
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
PRADERA
ENCACHADO
DREN LINEAL
5. SISTEMAS DE AGOTAMIENTO
El control del agua freática por agotamiento permite rebajar el nivel freático y captar
infiltraciones de la zona de excavación. Sea cual sea el sistema que empleemos como
agotamiento del agua, es importante contar con un estudio hidrológico y geotécnico previo.
El agotamiento del agua se puede realizar por:
- Zanjas perimetrales
- Pozos filtrantes
- Lanzas de drenaje tipo well-point
- Electroósmosis
Se utilizan cuando al excavar se alcanza una cota inferior del nivel freático, siendo necesaria
su extracción de forma continua, hasta conseguir taponar los orificios de entrada del agua.
Consiste en la apertura en el perímetro de la excavación principal y a una profundidad que
supere la cota de ésta, de una zanja a través de la cual mediante bombeo se evacúa el agua
(figura 7.44). Las filtraciones de agua deben ser pequeñas y aflorar de forma regular.
BOMBA
nivel freático
Terreno impermeable
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María Pilar del Amo Pérez
nivel explanación
Terreno impermeable
Permiten rebajar el nivel freático mediante la aspiración e impulsión de las aguas. Consiste en
la hinca en el terreno de una serie de tubos filtrantes o lanzas de acero galvanizado o
inoxidable, de 2”-3” de diámetro y de 30 a 100 cm de longitud, provistos de una punta de hinca
con doble válvula para evitar la entrada de material y la pérdida del agua de inyección (figura
7.46).
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Las lanzas, una vez hincadas en el terreno por vibración o inyección de agua a presión,
absorben el agua al conectarse a través de unos tubos flexibles o manguitos a una conducción
de aspiración o colector. Este conduce las aguas hasta una bomba de absorción o de vacío,
que al crear una subpresión, absorbe el agua (figura 7.47).
5.4 ELECTROÓSMOSIS
Sistemas basados en hacer pasar una corriente eléctrica continúa en un terreno con
granulometría fina través de un material con tubos capilares, lo que produce un movimiento del
agua del ánodo hacia el cátodo. Forzamos la circulación del agua mediante el paso de una
corriente eléctrica. El método es de carácter temporal, y se aplica a suelos arcillosos blandos y
a limos, dónde es complicado el drenaje por los métodos estudiados.
6. BIBLIOGRAFIA
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María Pilar del Amo Pérez
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Tema 8
En presencia de terrenos formados por rellenos no controlados, fangos y arcillas con alto
contenido de agua puede resultar económico proceder al vaciado del terreno no apto, y
sustituirlo por un encachado de terreno granular adecuado siguiendo la técnica de ejecución
de los rellenos vista en el tema correspondiente.
La sustitución del terreno se aplica tanto en áreas industriales como en la construcción de
viviendas proyectadas sobre dos tipos de terreno diferentes, lo que daría lugar a la elección de
dos cimentaciones diferentes, y por lo tanto a la existencia de asientos diferenciales. En estos
casos la sustitución puede ser económica hasta cotas de sustitución inferiores a los 3 metros.
En todo caso se recomienda que las tensiones en la cota de vaciado no superen el 10% de las
producidas por la cimentación.
Para profundidades mayores de 3 metros es preferible únicamente la sustitución del terreno de
zanjas o pozos situados bajo la línea de muros de carga o de pilares. En general, este método
resulta antieconómico para profundidades mayores de 4 metros.
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María Pilar del Amo Pérez
Es fundamental que el aporte del nuevo terreno se haga de un modo correcto, por tongadas
debidamente compactadas y controlando el grado de humedad del terreno.
1.3 PRECONSOLIDACIÓN
| 278
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
De esta forma se produce una preconsolidación, o aceleración del asentamiento y del proceso
de consolidación, que produce una mejora de la capacidad portante. El descenso que
experimenta el terreno depende de la naturaleza del mismo, de la sobrecarga a aplicar, de la
permeabilidad y del tiempo de aplicación de la sobrecarga. Este método no es demasiado
económico, pues para que tenga efectividad es necesaria la presencia de la sobrecarga en el
terreno a edificar por lo menos de 1 año, lo que demora el comienzo de las obras.
Sobrecarga
1. 2.
Sobrecarga
3. 4.
Figura 8.2
Para favorecer la eliminación del agua intersticial se pueden disponer una red de drenes
lineales formados por un tubo dren rodeado de material filtrante, o disponer drenes verticales
rellenos de arena de diámetro 25 ó 30 cm, en el caso de que el terreno bajo la cota de
consolidación sea granular y permeable (figura 8.3).
Sobrecarga Sobrecarga
Drenaje superficial
Dren vertical
10D
Los drenes verticales se disponen a distancias iguales a 10 veces el diámetro del dren. Si el
estrato inferior es impermeable se puede disponer en la parte superior un drenaje superficial
formado por una capa de arena (figura 8.4).
| 279
María Pilar del Amo Pérez
SANEAMIENTO PROVISIONAL
a. Pozos filtrantes
El saneamiento se produce mediante la ejecución de unos sondeos verticales de drenaje,
llegando hasta la cota del terreno impermeable, y bombeando el agua. El nivel freático se
rebaja mientras se mantiene el bombeo. Los pozos se sitúan a distancias entre los 6 y los 60
metros.
b. Tubos filtrantes
El saneamiento se produce mediante la hinca en el terreno de una serie de lanzas de drenaje
que absorben el agua, al ser conectados a una bomba de vacío. Las lanzas son tubos de
acero galvanizado de 2-3” con la punta provista de un filtro. La hinca de la lanza se produce
por vibración o por inyección de agua a presión. Es aplicable a terrenos arenosos
SANEAMIENTO DEFINITIVO
El sistema más utilizado es el trazado de redes de drenaje a base de drenes lineales.
1.5 ESTABILIZACIÓN
La mejora del terreo por estabilización consiste en añadir al suelo diferentes adiciones secas
como tierras, cemento, cal, cenizas volantes, productos bituminosos, productos químicos, etc.,
con el fin de mejor su resistencia, aumentar su impermeabilidad y estabilizar sus dimensiones,
evitando hinchamientos.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
1.6 ZAMPEADO
Consiste en la asociación del terreno con una armadura de acero o de fibras sintéticas, con el
objeto de conseguir un material más resistente. Es necesario que el terreno posea una cierta
resistencia al rozamiento para que exista iteración entre ambos elementos: terreno y
armadura.
Las aplicaciones del refuerzo del terreno mediante el armado del mismo la hemos estudiado
en el tema de contención del terreno.
La mejora del terreno por consolidación dinámica se produce al impactar contra la superficie
del terreno una masa pesada que cae desde una gran altura (figura 8.5). El impacto produce
un aumento de la densidad del terreno al disminuir el índice de huecos del mismo. La
compactación profunda es efectiva para suelos cohesivos y granulares saturados. Es
importante drenar el agua del terreno a fin de evitar su almacenamiento en los cráteres que se
forman tras el impacto, para lo cual se disponen zanjas de drenaje y en el caso de suelos
cohesivos saturados, una capa de terreno granular para favorecer la salida del agua
intersticial.
El peso de la maza alcanza hasta las 200 toneladas, dejándola caer desde alturas desde hasta
40 metros lo que produce consolidaciones hasta los 30 m de profundidad. Los puntos de caída
de la maza están dispuestos en una red triangulada de 5 a 10 metros de lado.
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María Pilar del Amo Pérez
ALTURA DE CAÍDA
15-40 metros
CRÁTER
RED TRIANGULAR
5-10 metros
SUELO COMPACTADO
Figura 8.5
Es necesario preparar una superficie del terreno horizontal que permita el acceso de la
maquinaria de compactación. Tras el lanzamiento de la maza en los puntos de la red se
concluye con la nivelación de la superficie del terreno, el relleno en su caso y la compactación
final. La compactación profunda del suelo produce una mayor resistencia y rigidez y una menor
permabilidad
Son una serie de técnicas en las que se produce una mejora del terreno a través de la energía
liberada por un vibrador que se introduce en el terreno. En general se consigue un aumento de
la capacidad portante del terreno, reduciéndose los asientos, aumentando la estabilidad frente
al deslizamiento. El vibrador tiene un diámetro entre 35 y 45 cm, una longitud entre 2 y 4,5
metros y un peso de 2 a 4 toneladas.
VIBROCOMPACTACION Y VIBROFLOTACION
La vibración introducida consigue compactar el terreno del entorno mejorando la capacidad
portante del mismo al aumentar su densidad. El vibrador se introduce en los vértices de una
malla triangular de lado entre 1,5 a 3 metros.
La vibrocompactación utiliza vibradores de baja frecuencia que se cuelgan de grúas. La
compactación se lleva a cabo por una serie de pasadas ascendentes. Las vibraciones que
emite el vibrador reorganizan los granos, disminuyendo la porosidad y aumentando por tanto la
densidad. Es aplicable a terrenos granulares (gravas y arenas), heterogéneos y poco
consolidados, con un contenido de finos inferior al 15 ó 20%. Si es necesario se añade como
relleno un grano de terreno que permita la homogeneización del suelo y su posterior
compactación
En la vibroflotación el vibrador es ayudado a penetrar en el terreno por medio de una inyección
de agua a presión hasta alcanzar la profundidad necesaria (figura 8.6). Según se corta el
aporte del agua y se va extrayendo el vibrador, se compacta y consolida el terreno circundante
| 282
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
mientras se rellena la perforación con el propio suelo o con terreno de aportación. Es aplicable
a suelos granulares o escasamente cohesivos.
La compactación del suelo produce un cráter en la superficie del mismo que se rellena con
material de aporte o con el propio terreno. Se obtienen así volúmenes cilíndricos de terreno
compactado.
MANGUERA DE AGUA
VIBRADOR
APORTE DE MATERIALES
VOLUMEN COMPACTADO
VOLUMEN COMPACTADO
VIBROSUSTITUCION
En los suelos limosos y arcillosos la cohesión de los granos impide la disipación de la energía
liberada por el vibrador, por lo que no es eficaz la vibrocompactación, procediéndose a la
técnica de la vibrosustitución.
| 283
María Pilar del Amo Pérez
En ella, la vibración produce un desplazamiento lateral del suelo, produciendo un hueco que
se rellena con grava. El vibrador es de descarga inferior y lleva en la parte superior una
cámara de descarga y un tubo alargador-alimentador. El resultado es la formación de una
columna de grava de un diámetro que depende de la naturaleza del terreno (figura 8.7 y 8.8).
El vibrador (figura 8.9) se introduce en los vértices de una malla triangular de lado entre 1 y 6
metros. En la fase de ascensión el suelo que envuelve al vibrador se compacta,
desplazándose, mientras se va rellenando la perforación con grava u hormigón que va
cayendo por el orificio de salida. El vibrador vuelve a descender dentro del material de
aportación, compactándolo y desplazándolo lateralmente contra el terreno. El terreno original
queda confinado entre columnas de grava o de hormigón, sobre los que se dispone la
cimentación.
CIMENTACIÓN
| 284
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 8.9 Vibrador sobre orugas que asegura la verticalidad de las columnas de
grava (Imagen cedidas por Terratest)
| 285
María Pilar del Amo Pérez
Son técnicas de mejora del terreno que incorporan al mismo adiciones húmedas, mediante la
inyección de productos, mejorando alguna de sus características. Las adiciones se inyectan en
unos sondeos previamente ejecutados en el terreno o bombeando el fluido a través de unos
taladros dispuestos en la superficie o en el extremo de un trépano. La inyección de la adicción
en el terreno da lugar a un aumento de resistencia, de la cohesión y fricción, y a una
reducción de la permeabilidad, deformabilidad y compresibilidad del suelo.
Los procedimientos de inyección son variados agrupándose, en función de la forma en que se
inyecta el fluido y en función del producto inyectado, en inyecciones de presión y de velocidad.
En las inyecciones de presión la adición se incorpora al terreno debido a la presión transmitida
a través de un tubo que se aloja en un sondeo. Según sea la presión ejercida, la adición
penetra por impregnación rellenando los intersticios, por compactación desplazando al terreno
perimetral o por fracturación rellenando las fisuras y grietas producidas al romperse el terreno
por hidrofracturación.
Las inyecciones de impregnación son las más antiguas. Entre los productos destinados a las
inyecciones de impregnación se encuentran:
- Lechadas de cemento: aumentan la resistencia de gravas y arenas gruesas, al
rellenar los huecos intersticiales y disminuyen la permeabilidad. Son los más
económicos. Se utilizan relaciones de agua-cemento que oscilan desde 10/1 al inicio
de la inyección hasta 2/1 durante el proceso.
- Emulsiones asfálticas y suspensiones de bentonita: disminuyen la permeabilidad al
colmatar los intersticios en arenas finas
- Mezclas de cemento con bentonita
- Soluciones químicas en estado liquido: silicato de sodio y cloruro de calcio que
reaccionan formando geles de sílice.
- Otros: cauchos, plásticos, compuestos polímeros, resinas sintéticas y fenólicas
Para las inyecciones de compactación (figura 8.10) se utilizan productos más densos que
eviten la pérdida de fluido y consigan el desplazamiento del suelo. Se utilizan morteros de baja
relación agua-cemento y lechadas de materiales inertes. En ellas la inyección se realiza a gran
presión.
| 286
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
3. BIBLIOGRAFÍA
| 287
María Pilar del Amo Pérez
| 288
UNIDAD II.
LA CIMENTACIÓN
“…entonces se procederá a echar los cimientos de las torres y murallas, lo que se hará de esta manera: se cavará
hasta hallar terreno firme, si es posible encontrarlo, ahondando en él cuanto se crea necesario y en proporción a la
.
grandeza de la construcción, pero dando a los cimientos un mayor espesor que el de las paredes que se alzarán sobre
ellos, y se irá rellenando hueco de una manera muy compacta y con piedra lo más dura posible…”
LOS DIEZ LIBROS DE ARQUITECTURA. Marco Lucio Vitrubio. Obras Maestras. Editorial Ibérica S.A., p2
María Pilar del Amo Pérez
| 290
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Tema 1
LA CIMENTACIÓN
Vamos a analizar la interrelación que existe entre los dos elemento directamente implicados en
la transmisión de los esfuerzos de una edificación al terreno situado inmediatamente debajo.
Por un lado, se encuentra el terreno, la capa más superficial de la corteza terrestre y por lo
tanto la más alterable frente a la acción de los agentes exteriores. Debe resistir todas las
cargas que actúan en el edificio alejado de la rotura y deformándose dentro de unos valores
admisibles.
Por otro lado, está la estructura del edificio encargada de transmitir su propio peso y el de los
elementos que descansan sobre ella al terreno.
El contacto entre estos dos medios tan distintos sólo es posible mediante la interposición de
un elemento intermedio, que garantice que la transmisión de esfuerzos de un medio a otro se
realiza de forma segura. Ese elemento intermedio es el cimiento. Si el cimiento no existiese, el
elemento más débil, en este caso el terreno, se “rompería” frente a la acción del más fuerte.
Un ejemplo es el hundimiento que sufren nuestros pies al caminar sobre un terreno con muy
poca resistencia como el fango o la nieve. La colocación de los esquíes ó unas tablas,
aumentan la superficie de reparto de nuestro peso, y permite que caminemos por ellos sin
hundirnos (figura 1.1).
Figura 1.1
291 |
María Pilar del Amo Pérez
Salvo raras excepciones, la estructura tiene una resistencia y rigidez mucho mayor que la del
terreno. Pensemos que mientras que la resistencia del material con el que se construye la
estructura es del orden de 25 N/mm2, la resistencia media del terreno es del orden de 0,25
N/mm2, lo que obliga a interponer en el punto de contacto, un elemento de transición que
presente un área mayor que la suma de las áreas de los elementos estructurales verticales.
Ello obliga a la interposición del elemento de transición o “cimiento”, capaz de repartir las
cargas de la forma más apropiada (figura 1.2).
N CARGA DE ESTRUCTURA
σ
Figura 1.2
El cimiento como elemento de transición entre la estructura y el terreno, es la parte del edificio
encargada de transmitir las cargas de la estructura al terreno de forma segura frente al
hundimiento (sin superar la presión admisible del mismo) y frente a la aparición de asientos no
tolerables, es decir, compatibles con la estructura del edificio
| 292
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
En general es preferible que las cargas que se transmiten al terreno sean centradas,
de forma que el terreno está solicitado de forma homogénea y no se produzcan
sobrecargas bajo alguna de las aristas.
4. Comprobar estructuralmente el cimiento. Comprobar que la pieza de cimentación,
elemento intermedio entre la estructura y el terreno, es suficientemente resistente
como elemento estructural: capaz de soportar las acciones y reacciones que se
ejercen sobre ella, que no rompa por punzonamiento frente a la acción de las cargas
verticales y que soporte los esfuerzos de flexión que ejerce sobre ella el suelo.
5. Comprobar que los asientos son compatibles con la deformada de la estructura y que
las distorsiones se mantienen dentro de los límites aceptables. En otro caso, se
redimensiona la estructura.
293 |
María Pilar del Amo Pérez
compresión transmitido a partir de la base de su cimentación. Las isobaras tenían una forma
que asemeja un bulbo de presiones. Podemos observar que la presión disminuye con la
profundidad y a medida que nos acercamos al centro del cimiento, para una misma
profundidad.
La presión σ que se transmite al terreno a una profundidad z es la siguiente:
σ= σo + σz
Figura 1.3
| 294
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
En la figura 1.4, extraída del CTE de su DB-C, observamos que ante dos zapatas contiguas de
diferente tamaño que transmiten la misma carga al terreno, a igualdad de presión, las
solicitaciones que transmiten al terreno no son iguales, siendo la zapata de mayor tamaño la
que ejerce una comprensión mayor para la misma profundidad.
Figura 1.4 Influencia de las dimensiones del cimiento (CTE DB-C, figura E.6.)
Es importante saber que las solicitaciones que transmite al terreno una zapata aislada de lado
B, no son las mismas que las que ejercen dos zapatas aisladas, del mismo lado que la anterior
pero situados a una distancia 2B, en las que los bulbos de presiones están muy cerca,
alcanzando una cota mayor la profundidad activa. Así mismo, tampoco es igual la presión que
ejercen dos zapatas iguales a las anteriores, situadas muy próximas a distancia 1B, en las que
los bulbos de presiones interaccionan, o el bulbo al que da lugar dos zapatas solapadas.
Estas apreciaciones las observamos en la figura 1.5, extraída del CTE en su DB-C, siendo
recomendable en estos casos comprobar la cimentación como si tuviera el ancho total del
conjunto de las zapatas.
Figura 1.5 Influencia de la proximidad de los cimientos (CTE DB-C, figura E.7.)
Estas presiones que transmite el bulbo al suelo se traducen en asientos, por lo que es muy
importante considerar la acción del mismo ante los diferentes estratos de terreno.
295 |
María Pilar del Amo Pérez
Figura 1.6
El bulbo de presiones se puede asemejar a un triángulo de presiones que nos permite hallar la
tensión σ ejercida sobre el terreno en los diferentes estratos (figura 1.7).
2
σ = N/B
2
σ` = N/B`
N
B
r
r`
B´
CONO DE PRESIONES
Figura 1.7
| 296
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Si consideramos que la capacidad portante del terreno aumenta a medida que profundizamos
en él, podemos tomar como profundidad activa el ancho B de la cimentación. En otro caso, la
profundidad activa es igual a varias veces el ancho del cimiento (figura 1.8 y 1.9). Así
consideramos los diferentes valores de la profundidad activa:
- Zapata aislada 1,5 B
- Zapata continua 2,7 B
- Zapata combinada 1,5 B
- Losa 1,4 B
- Pilotaje 1,5 B medido a partir de dónde comienza la
profundidad activa, 2/3h
Figura 1.8
297 |
María Pilar del Amo Pérez
Un vez que conocemos las estructura del edificio y las cargas actuantes en él, el terreno y su
naturaleza, es necesario decidir el sistema de cimentación a adoptar.
Se trata de una elección que aunque personal, viene recomendada en las conclusiones del
estudio geotécnico, y depende de factores como:
- Características del edificio: tipología edificatoria, nº de plantas, características de la
estructura, etc.
- Acciones que genera el edificio
- Naturaleza del terreno y espesor de los diferentes estratos
- Profundidad del estrato con capacidad portante
- Presencia de agua en el terreno
- Capacidad del cimiento para funcionar como elemento de transición entre la
estructura y el terreno
- Rapidez de construcción
- Coste de ejecución
Hay que señalar que puede haber más de una solución para proyectar la cimentación de un
edificio, pero que es necesario decidir cuál es la más adecuada desde el punto de vista de su
comportamiento mecánico, pero también desde el punto de vista económico.
4. SISTEMAS DE CIMENTACIÓN
Según que la cota respecto a la cual, se encuentre el terreno capaz de compatibilizar asientos
y deformaciones, y según sea la superficie de transmisión de las cargas al terreno, los
sistemas de cimentación tradicionalmente se han clasificado en tres tipos:
- Cimentación superficial o directa
• El firme se encuentra próximo a la superficie del terreno (< 3 metros) o
inmediatamente debajo del arranque de la estructura, como es el caso de
las losas en edificios con sótanos; caso aparte es el de las losas flotantes
en las que el firme no existe
• La transmisión de las cargas al terreno se realiza a través de superficies de
apoyo considerables respecto de su canto
• El terreno trabaja fundamentalmente a compresión
• El cimiento apoya directamente sobre el firme
• Entre los elementos de cimentación superficiales se encuentran las zapatas,
los emparrillados y las losas. También se consideran dentro de este sistema
los muros de contención y de sótano, ya estudiados.
- Cimentación semiprofunda
• El firme se encuentra a cierta profundidad (entre 3 y 6 metros)
• La transmisión de las cargas al terreno se realiza a través de elementos de
cimentación en los que la extensión en planta es inferior respecto del canto
• El terreno trabaja a compresión, pero también a rozamiento debido a las
dimensiones que alcanza la dimensión vertical del cimiento
• Entre los elementos de cimentación semiprofunda se encuentran las
diferentes tipologías de pozos de cimentación
| 298
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
- Cimentación profunda
• El firme se encuentra a estratos muy profundos, muy por debajo de la cota
del arranque de la estructura (entre 6 y 12 metros), o no existe (caso
especial de las cimentaciones flotantes)
• La transmisión de las cargas al terreno se realiza a través de elementos de
cimentación en los que la extensión en planta es muy inferior a la dimensión
vertical del elemento
• El terreno trabaja fundamentalmente por rozamiento
• Entre las cimentaciones profundas se encuentran los pilotajes y las
pantallas estudiadas con anterioridad
En la figura 1.10, extraída del CTE de su DB-C, se exponen los diferentes tipos de cimentación
directos:
299 |
María Pilar del Amo Pérez
1. Zapata aislada
Figura 1.11 Zapata aislada bajo pilar interior Figura 1.12 Zapata aislada bajo pilar medianero
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
2. Zapata combinada
301 |
María Pilar del Amo Pérez
Figura 1.20 Zapata corrida bajo muro Figura 1.21 Zapata corrida bajo alineación de pilares
4. Emparrillado
5. Losa
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
6. CIMENTACIONES PROFUNDAS
Las figuras 1.27, 1.28 y 1.29 corresponden a diferentes tipos de cimentación profunda:
303 |
María Pilar del Amo Pérez
7. BIBLIOGRAFÍA
RODRÍGUEZ ORTIZ, José María, SERRA GESTA Jesús y OTEO MAZO, Carlo.: Curso
aplicado de cimentaciones. Edita: COAM
ISBN-84-85572-37-8
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Tema 2
CIMENTACIONES SUPERFICIALES
2. ZAPATA AISLADA
Las zapatas aisladas son aquellas sobre la que actúan cargas puntuales y concentradas en
pequeñas superficies provenientes de un soporte, considerando también como zapata aislada
aquella que recibe la carga de dos soportes separados por una junta de diapasón. Estas
cargas pueden ser centradas o excéntricas respecto del centro de gravedad de su base,
siendo preferible que el punto de aplicación de la carga éste centrado.
La profundidad activa de una zapata aislada es pequeña, del orden de 1,5 B donde B es el
ancho del cimiento.
El CTE en el punto 4.1.1 del DB-C expone:
“Cuando el terreno sea firme y competente, se pueda cimentar con una presión media alta y
se esperen asientos pequeños o moderados, la cimentación normal de los pilares de un
edificio estará basada en zapatas individuales o aisladas.”
La zapata aislada permite el asiento independiente de los pilares del edificio, presentando
muy poca resistencia frente a los giros y los desplazamientos horizontales.
2.2 CLASIFICACIÓN
305 |
María Pilar del Amo Pérez
Figura 2.1
a. Zapata rígida
En una zapata rígida, la reacción del terreno se considera uniforme, siendo la distribución de
deformaciones no lineal a nivel de la sección, considerándose como método de análisis el de
bielas y tirantes. El método considera una estructura de barras articuladas en el que las barras
comprimidas se definen como bielas, representando la compresión del hormigón, y las barras
traccionadas se definen como tirantes y representan la fuerza de tracción de las armaduras.
Se considera que la carga se distribuye en el elemento de cimentación a través de bielas de
compresión.
En la zapata rígida (figura 2.2), la carga, al llegar a la zapata, se encuentra concentrada en la
parte superior, y se va distribuyendo por el elemento de cimentación a través de unas bielas o
isostáticas que forman 45º con la horizontal y que llegan uniformemente distribuidas a la base.
En ésta se originan esfuerzos de tracción que requieren la disposición de una armadura no
estructural en las dos direcciones.
v
ZONA NO ACTIVA
45°
C N
qt
| 306
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
La armadura necesaria para anclar las tracciones se dispone en toda la longitud de la zapata y
debidamente anclada. Es recomendable el anclaje mediante barras soldadas transversales.
Si las cargas son apreciables se recomienda disponer una armadura perimetral que trabaja a
tracción y zuncha las bielas de compresión (figura 2.4).
b. Zapata flexible
En ella, la distribución de deformaciones a nivel de sección se puede considerar lineal, siendo
de aplicación la teoría general de flexión. La zapata flexible bajo la influencia de la carga, al
tener un canto pequeño, se flexiona. En la zona central de la zapata, la carga se distribuye a
través de bielas de compresión y en las dos zonas correspondientes a los vuelos, la reacción
del terreno origina el trabajo a flexión (figura 2.5).
Ello produce la aparición de esfuerzos de compresión en la parte superior de la zapata y
esfuerzos de tracción en la base de la misma, que es necesario absorber mediante la
disposición de una armadura estructural de acero.
307 |
María Pilar del Amo Pérez
N N
COMPRESIÓN
45°
COMPRESIÓN
TRACCIÓN
TRACCIÓN
qt
(qt x a x B2)/8=M
| 308
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
El resto de la armadura se reparte en las dos bandas laterales. La armadura llega hasta los
bordes de la zapata y se prolonga doblada en ángulo recto para anclar los esfuerzos de
tracción.
a/A=b/B A a
B A
Según que el punto de aplicación de la carga esté centrado o no respecto del centro de
gravedad de la zapata, clasificamos las zapatas en dos tipos:
a. Zapata centrada
El punto de aplicación de la carga coincide con el centro de gravedad de la zapata. La
excentricidad es 0. El diagrama de tensiones del terreno es rectangular, con una distribución
uniformemente repartida de las tensiones.
qt
B/2 B/2
Figura 2.8
b. Zapata excéntrica
El punto de aplicación de la carga está excéntrico respecto al centro de gravedad de la zapata.
Dentro de esta situación de excentricidad, nos podemos encontrar varios casos:
309 |
María Pilar del Amo Pérez
e=M/N
q1
+
q2
=
q1 - q 2 q1 + q 2
Figura 2.9
e=M/N
q1
0
q1 + q 2
Figura 2.10
| 310
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
- Si la zapata está sometida a una carga excéntrica con una excentricidad que cae
fuera del tercio central de inercia de la cimentación, se considera entonces, una
distribución triangular de las presiones en el terreno, ya que la zapata no es capaz de
introducir tracciones en el suelo (figura 2.11). La excentricidad es ≥ B/6. Esta
situación debe ser, por lo general evitada, ya que existe una zona del terreno que no
trabaja. Esto suele ocurrir cuando el axil es muy pequeño y el momento flector muy
grande.
e=M/N
q1
q2
q1 - q 2
q1 + q 2
Figura 2.11
En este último caso, si la zapata se encuentra lo suficientemente enterrada como para que el
peso de las tierras encima de ella constituya un peso estabilizador frente al momento debido a
la carga excéntrica, es necesaria la disposición de una armadura en la cara superior de la
zapata, en la zona traccionada (figura 2.12).
e=M/N
N
CONTRAPESO
M
Figura 2.12
311 |
María Pilar del Amo Pérez
La figura 2.13 refleja las diferentes formas que pueden adoptar las zapatas.
ZONA INEFICAZ
Figura 2.13
Como hemos visto al inicio del tema 1 de esta unidad, en el dimensionamiento de las
cimentaciones distinguimos dos fases:
- Comprobamos que las presiones de contacto no superan las tensión admisible del
terreno
- Calculamos el cimiento como elemento estructural
En la comprobación geotécnicas, las cargas actuantes: axil y pesos propios del cimiento y de
las cargas que actúan directamente sobre él, no se mayoran. A partir de ellas deducimos la
tensión que se transmite al terreno, necesaria para la comprobación geotécnica, y nos
aseguramos de que no supera el valor de la tensión admisible del suelo. Para ello dotamos a
la cimentación de una base de apoyo suficiente, garantizando de esta forma que los asientos o
deformaciones son compatibles con la deformación de la estructura.
| 312
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
qt=(N+Pp)/(AxB)
qt=(N+0,05N)/(AxB)
qt=1,05N/(AxB)
AxB=1,05N/qt
Pp
qt
B/2 B/2
Figura 2.14
Si la zapata es cuadrada, podemos deducir su lado fácilmente y, una vez fijado el canto de la
cimentación determinar Pp. Sustituyendo en la ecuación qt=(N+Pp)/(AxB), obtenemos la
tensión a la que trabaja el terreno, que debe ser inferior a la admisible.
313 |
María Pilar del Amo Pérez
e=M/N
Pp
q1
+
q2
=
q1 - q 2 q1 + q 2
Figura 2.15
2
Si la distribución de las presiones es triangular (N+Pp)/(AxB)<6M/(B xA), donde Pp es el peso
propio de la zapata y el de los elementos que descansan directamente sobre ella (figura 2.16).
| 314
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
e=M/N
Pp
q1
q2
q1 - q 2
q1 + q 2
Figura 2.16
CANTO MÍNIMO
Conviene que el canto de la zapata sea constante. El canto mínimo en el borde de las zapatas
según el artículo 58.8.1 de la EHE es de 35 cm para zapatas de hormigón en masa y de 25 cm
para las zapatas de hormigón armado si se apoyan sobre el terreno. Conviene modular en
planta y alzado con módulos de 10, lo que nos lleva a cantos mínimos de 30 y 40 cm.
315 |
María Pilar del Amo Pérez
ARMADURA A 45º
Figura 2.19
- ≥ al diámetro de la barra
- ≥ 0,80 veces el tamaño máximo del árido
- Será mayor que los valores mínimos indicados en la figura 2.19, extraída de la EHE,
tabla 37.2.4.1), a cuyos efectos se considera como recubrimiento mínimo de una
barra, aquel que debe cumplirse en cualquier punto de la misma
| 316
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
317 |
María Pilar del Amo Pérez
De ahí que ante esfuerzos de compresión no sea necesario superar la longitud de anclaje para
la transmisión de los esfuerzos a la cimentación, siendo desde el punto de vista del anclaje por
adherencia más conveniente permanecer en los dos tercios superiores del canto.
Si el esfuerzo es de tracción, el comportamiento de la pieza de cimentación se invierte.
Siempre y cuando el peso W de la pieza sea mayor que la tracción, la cimentación sometida a
flexión presenta tracciones en su cara superior y compresiones en la inferior (figura 2.21). De
ahí que la cara inferior presente una adherencia mayor a la hora de anclar el esfuerzo de
tracción.
ARMADURA EN ESPERA
BORDES EN COMPRESIÓN
ENTREGA L2
>10 cm
L3
Figura 2.22
| 318
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
ARMADURA EN ESPERA
ANCLAJE
e N
BORDE EN COMPRESIÓN
BORDE EN TRACCIÓN
SOLAPE L
ARMADURA EN ESPERA
ANCLAJE
h
Lxb/h
Figura 2.23
BORDES EN COMPRESIÓN
PLACA BASE
AGARRES
Figura 2.24
319 |
María Pilar del Amo Pérez
e N
BORDE EN COMPRESIÓN
BORDE EN TRACCIÓN
AGARRE
PERNO DE ANCLAJE
Lxb/h
Figura 2.25
En las figuras 2.26 y 2.27 se muestran diferentes tipos de placas de anclaje de cimentación:
Es muy raro en las estructuras de edificación la aparición de esfuerzos de tracción en los dos
bordes del pilar, que en este caso actuaría como un tirante. El anclaje necesario para
transmitir la tracción al elemento de cimentación se realiza por adherencia entre el acero y el
| 320
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
hormigón, embebiendo el soporte de acero hasta la base del cimiento. Para aumentar la
adherencia del acero y el hormigón utilizamos soportes empresillados en los que soldamos en
la parte de fuste enterrada perfiles transversales (angulares, redondos de acero, etc.) en una o
dos direcciones (figura 2.28).
N N
Figura 2.28
VERDUGADA
Figura 2.29
La zapata aislada es la que recibe la carga de un soporte interior o dos adosados (figura 2.30).
En este caso de zapatas aisladas que cimentan dos pilares separados por una junta de
dilatación conviene armar la cara superior de la zapata para evitar que la junta avance a través
de la cimentación, sobre todo cuando la estructura del edificio se ha realizado en la época
calurosa, produciéndose retracciones al llegar el frio.
321 |
María Pilar del Amo Pérez
0,3 As
As
Figura 2.30
Según indica el CTE en su DB-C en el punto 4.1.1, las zapatas aisladas bajo un pilar
interior serán preferentemente cuadradas por su sencillez constructiva y por su modo
estructural de trabajo, aunque expone una serie de casos en las que puede convenir
zapatas con otra forma:
a) las separaciones entre crujías sean diferentes en dos sentidos perpendiculares
b) existan momentos flectores en una dirección
c) los pilares sean de sección rectangular
d) se hayan de cimentar dos pilares contiguos separados por una junta de dilatación
e) casos especiales de difícil geometría
| 322
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
a) b)
Figura 2.33
323 |
María Pilar del Amo Pérez
Los estribos se disponen separados a distancias máximas de: 0,85b, 30cm ó 15Ø, a excepción
de funciones diferentes de las de simple arriostramiento (figura 2.36).
A1
cercos/0,85b, 15D,30cm
A2
| 324
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
La viga de atado, al igual que la zapata se hormigona contra el suelo, por lo que es necesaria
la colocación de una capa de hormigón de limpieza de un mínimo de 10 cm de espesor
(figuras 2,37 y 2.38).
Figura 2.37 Hormigón de limpieza y separador normalizado Figura 2.38 Sin hormigón de limpieza
En general, las instalaciones deberán discurrir por encima de los elementos de atado.
Excepcionalmente, cuando estos tienen una función de simple atado, pueden acometer por
debajo (figura 2.39).
Las zapatas aisladas que transmiten al terreno las cargas de pilares situados en los límites del
solar o situados en juntas de asiento, se denominan zapatas de medianería. Estas zapatas
son excéntricas, transmitiéndose al terreno una tensión que origina un diagrama con una
distribución trapezoidal o triangular (figura 2.40).
El esfuerzo axil se transmite con una gran excentricidad, generándose un momento flector
capaz de desequilibrar la zapata y producir su vuelco.
325 |
María Pilar del Amo Pérez
M=Nxe
Pp
q2
q1
Figura 2.40
ZAPATA COMBINADA
Figura 2.41
VIGA CENTRADORA
Figura 2.42
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
- Proyectar un tirante superior con una fuerza de tracción T que se equilibra con el
rozamiento que existe entre el terreno y el cimiento (figura 2.43).
-
TIRANTE SUPERIOR
Figura 2.43
- Proyectar un tirante a nivel inferior entre la zapata de medianería y otra cercana, que
debido a la fuerza de rozamiento produzca un par opuesto al momento, pero con un
brazo de palanca menor que el caso anterior (figura 2.44).
TIRANTE INFERIOR
Figura 2.44
- Disponer bajo la cimentación un dado de hormigón en masa de gran peso que centre
la carga (figura 2.45).
DADO DE HORMIGÓN
Figura 2.45
327 |
María Pilar del Amo Pérez
Figura 2.46 Ejemplo del empleo de vigas centradoras para redistribución de presiones sobre el terreno
(CTE DB-C, figura 4.4)
| 328
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
N1 N2
TENSIÓN ADMISIBLE Rd R2
R1
N1 N2
DIAGRAMA DE MOMENTOS
M1=N1xe M
VIGA CENTRADORA
R1 R2
Figura 2.47
>ó = 1,4 lb N2
>ó=lb ; >ó=d/2
Figura 2.48
329 |
María Pilar del Amo Pérez
Figuras 2.49 y 2.50 Anclaje de viga centradora en el pilar medianero y disposición en zapata centrada
Los estribos se disponen a lo largo de toda la viga centradora (figura 2.51) y abarcan el ancho
de la zapata de medianería. En la zapata centrada se colocarán al menos hasta una distancia
d/2.
e e
DIAGRAMA DE MOMENTOS
N1 N2
M2=N2xe
M1=N1xe
VIGA CENTRADORA
R1 R2
Figura 2.52
| 330
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
TIRANTE
N1 N2
RELLENO
R2
FIRME
R1
Figura 2.53
Las zapatas aisladas que transmiten al terreno las cargas de pilares situados en esquinas de
solares o en el encuentro de juntas de asiento con medianerías, se denominan zapatas de
esquina.
VIGA CENTRADORA
VIGA CENTRADORA
VIGA RIOSTRA
VI
G
A
C
EN
TR
AD
O
R
A
VIGA RIOSTRA
VIGA RIOSTRA
VIGA RIOSTRA
a) b)
Figura 2.54
331 |
María Pilar del Amo Pérez
Estas zapatas son excéntricas en las dos direcciones principales, por lo que podemos resolver
el problema proyectando vigas centradoras que absorban los momentos de excentricidad en
cada dirección, enlazando la zapata de esquina con las dos zapatas medianeras inmediatas
(figura 2.54, a). También se puede proyectar una viga centradora en la dirección de la diagonal
que la enlace con otra zapata interior aislada (figura 2.54, b).
Las zapatas de esquina serán de planta cuadrada, siempre que lo permitan los condicionantes
geométricos.
En el caso de proyectar dos vigas centradoras en ambas direcciones, se considera a efectos
del dimensionado que la zapata se comporta como una placa cuadrada apoyada en las vigas,
que se empotran a su vez en el pilar de esquina. Se generan tracciones en ambas caras de la
placa, por lo que se arma con dos familias de horquillas iguales en ambas direcciones (figura
2.55, a).
En el caso de proyectar una única viga centradora, se considera a la zapata como una
ménsula de vuelo variable a lo largo de la viga centradora, por lo que requiere armadura a
modo de emparillado en la dirección paralela a los lados en la cara inferior (figura 2.55, b).
a. b.
Figura 2.55
1. Replanteo de la cimentación
Antes de replantear debe comprobarse que la documentación del proyecto tiene la suficiente
calidad gráfica y escrita, tanto a nivel cualitativo como cuantitativo, de forma que se pueda
ejecutar correctamente el replanteo. Deben estar perfectamente definidas las dimensiones de
los elementos de cimentación, sus ejes, orientaciones, niveles, así como las características de
los materiales a emplear. Recordamos lo dicho al hablar del replanteo, en cuanto a la
necesidad de referenciar respecto de unos puntos fijos, fuera del ámbito del solar.
| 332
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 2.56
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María Pilar del Amo Pérez
3. Nivelación y refino
Consiste en la limpieza de las paredes y del fondo de la excavación manual o mecánicamente,
a fin de dejarlas perfectamente niveladas y libres de residuos.
El CTE DB-C, en su punto 4.5.1.2, expone en cuanto al refino:
“Una vez hecha la excavación hasta la profundidad necesaria y antes de constituir la solera de
asiento, se nivelará bien el fondo para que la superficie quede sensiblemente de acuerdo con
el proyecto, y se limpiará y apisonará ligeramente”
5. Hormigón de limpieza
Una vez ejecutada la excavación de las zanjas y de los pozos de cimentación se procede al
vertido del hormigón de limpieza (figura 2.60 y 2.61). Es conveniente posponer la excavación
de los últimos 20 cm para el momento previo al hormigonado, a fin de preservar el terreno del
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
6. Impermeabilización.
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María Pilar del Amo Pérez
Figuras 2.64 y 2.65 Evitar los residuos de material de construcción como separadores
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
8. Puesta en obra de las armaduras de las zapatas, de las armaduras de espera de los pilares
de hormigón armado, vigas riostras y basas de pilares de acero (figuras 2.67, 2.68 y 2.69).
Las armaduras de espera de los pilares deben conservar en todo momento la verticalidad, por
lo que se atarán por la parte inferior a la parrilla de la zapata, y por la parte superior se
sujetarán con alambres a bastidores anclados fuertemente al terreno.
El solape es del orden de 30Ø.El diámetro mínimo de las armaduras principales en la zapata
es de 12 mm a fin de retardar la posible rotura por corrosión de las mismas. La separación
entre armaduras estará comprendida entre los 10 y los 30 cm.
Figuras 2.67 Puesta en obra de las armaduras de una zapata de un pilar de hormigón armado
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María Pilar del Amo Pérez
Figuras 2.68 Puesta en obra del armado inferior de una zapata con junta de diapasón
Figuras 2.69 Puesta en obra de las armaduras de una zapata de un pilar acero
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
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María Pilar del Amo Pérez
3. ZAPATA COMBINADA
Si al predimensionar una cimentación por zapatas, nos encontramos en la situación de que las
zapatas quedan muy cercanas o que las superficies obtenidas se solapan (figura 2,73), se
plantean dos problemas: por un lado, el de tener que sujetar el terreno que queda entra las
dos zapatas cercanas sin que sufra desmoronamientos y sin tener que recurrir a un encofrado;
por otro lado, el de la influencia que tiene el bulbo de presiones de una zapata con respecto de
la otra, y que puede ser o no soportado por el terreno.
En estas situaciones recurrimos a cimentar mediante una zapata combinada (figura 2.74 y
2.75), que cimenta dos soportes alineados, o más de dos desalineados.
El CTE en su DB-C, en el punto 4.1.2 dice:
“Cuando la capacidad portante del terreno sea pequeña o moderada, existan varios pilares
muy próximos entre sí, o bien las cargas por pilar sean muy elevadas; el dimensionamiento de
los cimientos puede dar lugar a zapatas aisladas muy cercanas, incluso solapadas. En este
caso se podrá recurrir a la unión de varias zapatas en una sola, llamada zapata combinada
cuando recoja dos o más pilares…”
Figura 2.73 Cimentación con zapatas aisladas que solapan Figura 2.74 Zapata combinada de 2 pilares
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
La zapata combinada se dimensiona para evitar momentos flectores adicionales, de forma que
el punto de aplicación de la resultante coincida con el centro de gravedad de la base de la
zapata. Para ello:
a. Determinamos el punto de aplicación de las cargas qua transmiten los pilares
b. Una vez conocida el valor de la resultante y su punto de aplicación coincidente con el
centro de gravedad de la futura zapata, proyectamos la misma, de forma que las
tensiones que se transmiten al terreno sean admisibles.
En la figura 2.76 se detalla la solución de una zapata combinada de forma trapecial cuyo
centro de gravedad coincide con la resultante de cargas, lo que consigue un reparto uniforme
de las tensiones sobre el terreno frente a la solución de zapatas aisladas que originaría la
superposición de los bulbos de presiones y la aparición de asientos diferenciales.
R
P1 P2
C.D.G.
Figura 2.76
3.3 DISEÑO
Para las zapatas combinadas adoptamos habitualmente para la base, la forma rectangular,
aunque también podemos emplear otras formas como la trapecial, en T, u otras formas
irregulares (figura 2.77).
Figura 2.77
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María Pilar del Amo Pérez
Para la sección transversal, por la sencillez se utiliza la sección rectangular, aunque también
utilizamos la de T invertida cuando el firme está a cierta profundidad y para evitar
deformaciones en el caso de cargas desiguales (figura 2.78). La sección con nervio aumenta
la rigidez, disminuyendo la cuantía de acero y de hormigón. En general conviene adoptar un
canto mínimo de 25 cm.
h
h
Figura 2.78
h b h
Figura 2.79
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 2.80 Disposición de armadura cara inferior Figura 2.81 Disposición de armadura cara superior
1. Replanteo
2. Excavación del cimiento
3. Nivelación y refino
4. Encofrado si es necesario
5. Disposición de armaduras
6. Vertido del hormigón de limpieza
7. Impermeabilización en caso necesario
8. Disposición de separadores
9. Puesta en obra de las armaduras. La armadura superior conviene que esté atada a la
armadura de arranque de los pilares, y provista de pies de pato (figuras 2.82 y 2.83)
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María Pilar del Amo Pérez
4. ZAPATA CORRIDA
ÁMBITO DE UTILIZACIÓN
La zapata corrida bajo muros se encuentra solicitada por una carga lineal sensiblemente
uniforme, y eventualmente por un momento flector. La carga se debe a la existencia de un
muro, por lo que tienen la misma dirección que éste. Normalmente el plano medio del muro
coincide con el eje longitudinal de la cimentación.
Presentan mayor tolerancia de asientos debidos a las heterogeneidades del suelo o a
variaciones importantes de las cargas. Están indicadas en todo tipo de terrenos, incluso con
2
resistencias muy bajas de hasta 50 kN/m como cimentación a cotas superficiales.
Para cimentar muros de carga a cierta profundidad, la zapata corrida no resulta económica,
además de transmitir mucho peso al terreno, por lo que resulta más indicado apoyar el muro
sobre una viga o zócalo de hormigón armado apoyado puntualmente en zapatas, pozos o
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
pilotes. En las figuras 2.85 y 2.86, observamos en el nivel superior una cimentación con zapata
corrida en la que el firme se encuentra a cierta profundidad, lo que ha llevado a la decisión de
disponer la zapata sobre un relleno de hormigón no resistente, lo que aporta mucho peso al
terreno.
Para cimentar muros de sótano con pilares que sobresalen del mismo, el cimiento del muro
con el del pilar se considera una zapata corrida que presenta ensanchamientos en la zona del
pilar en el sentido transversal.
CLASIFICACIÓN
Hay que destacar que se clasifican, según sea la relación vuelo-canto, en rígidas y flexibles,
con los mismos criterios vistos para las zapatas aisladas. Las zapatas rígidas trabajan a
compresión y requieren únicamente una armadura de reparto en la cara inferior. Las zapatas
flexibles, debido su trabajo a flexión llevan armadura estructural en la misma cara.
COMPROBACIÓN GEOTÉCNICA
La comprobación geotécnica se realiza de forma similar a las zapatas aisladas. Se puede
considerar que un elemento de zapata corrida de longitud l y anchura a es similar a una
zapata rectangular aislada de dimensiones a x l. Particularizamos el caso a una zapata aislada
rectangular de ancho a y longitud 100 cm (figura 2.87). Consideramos que el peso propio de la
zapata es el 5% de la carga N por metro lineal de muro.
l=100 cm
Figura 2.87
qt=(N+Pp)/(a x l)
qt=1,05N/100a
a=1,05N/qt
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María Pilar del Amo Pérez
DISEÑO
Se adopta en planta como forma habitual la rectangular, empleándose a veces plantas
trapeciales o irregulares. En cuanto a la sección, se adoptan diferentes formas: recta,
escalonada, ataluzada (figura 2.88). Es preferible la sección recta, pero si la zapata es muy
ancha es más económico el escalonamiento o ataluzado de la misma. El escalonamiento
requiere la ejecución por fases y el encofrado, pero disminuye el volumen de hormigón, lo que
resulta económico. El ataluzado se puede realizar sin necesidad de encofrado, mediante el
vertido de un hormigón de consistencia plástica con un ángulo menor de 30º. El canto mínimo
de la zapata es de 25 cm.
<30º
h>25cm
h>25cm
Figura 2.88
h
lb lb
< 30 cm
Figura 2.89
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
menos con la tensión del terreno actuante a lo largo del hueco. El armado a flexión bajo el
hueco se soluciona disponiendo una armadura simétrica en las dos caras que absorban el
momento de cálculo, ancladas convenientemente a partir de las jambas del hueco. En la
dirección transversal se dispone también en las dos caras una armadura de reparto. En el
extremo de la zapata conviene prolongar la armadura una longitud igual a su vuelo.
Figura 2.92 Excavación de zanja para cimentación Figura 2.93 Limpieza y refino de la excavación
Conviene que la zapata corrida apoye en un solo plano horizontal, pero si es necesario
disponer banqueos debido a la inclinación del terreno, la altura de los mismos será < ¾ de la
altura de la zapata. En todo caso, el plano de apoyo será siempre ortogonal a la dirección de
las cargas (figura 2.94 y 2.95).
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 2.96 Zapata encofrada Figura 2.97 Zapata hormigonada contra el terreno
Figura 2.98 Ausencia de hormigón de limpieza Figura 2.99 Ausencia de separador y recubrimiento
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 2.100 Patillas como separador Figura 2.101 Separador de redondo de acero
Figura 2.102 Separador normalizado en zapata Figura 2.103 Disposición de separadores en zapata corrida
Figura 2.104 Puenteados para la sujeción de la armadura Figura 2.105 Armaduras en cambio de nivel
En todo caso seguiremos los criterios expuestos en el proceso de ejecución de las zapatas
aisladas.
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 2.109 Esquina con armadura de refuerzo en ángulo Figura 2.110 Esquina con armadura en continuidad
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
8. Juntas de hormigonado
En las zapatas corridas se pueden disponer juntas de hormigonado en los puntos previstos en
el proyecto y en los tercios de la distancia entre pilares y alejadas de las esquinas. Conviene
que la junta presente una superficie rugosa o que disponga de dientes o adarajas y de
armaduras en espera. En ausencia de encofrado se dejará la terminación que da el vibrado del
hormigón.
Figura 2.112 Interrupción de armadura por paso de tubería Figura 2.113 Puenteado en armadura de esquina
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María Pilar del Amo Pérez
ÁMBITO DE UTILIZACIÓN
Cuando nos encontremos ante un terreno de resistencia media-baja o deformable y queramos
transmitir al mismo las cargas provenientes de una alineación de tres o más pilares muy
próximos o con pilares muy solicitados, el dimensionamiento al que daría lugar la utilización de
zapatas aisladas llevaría a una superposición e interferencia de los bulbos de las mismas. En
esta situación conviene cimentar mediante un único elemento transmisor de las acciones al
terreno, que es la zapata corrida bajo pilares o viga flotante.
Conviene su utilización cuando queramos reducir las tensiones sobre el terreno y
deformaciones en las estructura. La zapata corrida bajo pilares presenta mejor
comportamiento que las zapatas aisladas frente a los asientos del terreno, permitiendo
puentear zonas de baja resistencia en terrenos heterogéneos.También interesa su utilización
en la cimentación de pilares de medianería a través de muretes de contención.
Interesa que los soportes presenten una distribución homogénea en lo que respecta a las
cargas que transmiten y a las distancias que los separa. La heterogeneidad del terreno o la
diferencia de cargas y luces conducen a la aparición de problemas de excentricidad y torsión
que recomiendan el atado de las zapatas en la otra dirección, siendo preferible en estos casos
la disposición en las dos direcciones de vigas flotantes, constituyendo un emparrillado.
DISEÑO
Interesa la sección rectangular, excepto en el caso de muy resistentes, con pilares muy
distanciados compensándose el ahorro de hormigón con el coste del encofrado y las juntas en
la ejecución. Cuando se trate de cimentar pilares de medianería utilizamos la sección en L. En
vigas de cimentación flexibles con cargas elevadas o con estratos resistentes por debajo de
los 1,5 metros, puede resultar interesante proyectar un ábaco inferior o superior en el
encuentro con el pilar o un plinto de hormigón en masa.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
h
ARMADURA MOMENTOS NEGATIVOS
h
OS
>20cm
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María Pilar del Amo Pérez
5. EMPARRILLADOS
6. LOSAS
La losa es un elemento de cimentación superficial y directo que transmite las cargas de todos
los elementos estructurales de la edificación, repartiéndolos en todo el área disponible para la
ocupación de la edificación. De esta forma se transmite al terreno la mínima tensión, con la
máxima superficie. La superficie de cimentación es muy elevada en relación con el canto de la
misma, constituyendo el límite de las cimentaciones superficiales.
En presencia de suelos muy compresibles y con cargas muy heterogéneas, la cimentación por
losa puede dar lugar a grandes asientos, por lo que se debe plantear recurrir a una
compensación de cargas.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
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María Pilar del Amo Pérez
Figura 2.120 Cimentación con zapatas que interaccionan Figura 2.121 Cimentación con losa
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 2.122
6.3 DISEÑO
Conviene que los pilares estén alineados en una o en las dos direcciones a fin de facilitar el
cálculo. Interesa que las cargas y las luces entre pilares no difieran en más de un 20%,
proyectando plantas regulares sin entrantes ni ángulos agudos.
A fin de reducir tensiones debido a torsiones y punzonamiento en el perímetro de la losa
conviene proyectar un voladizo perimetral, evitando que los pilares se dispongan en ese punto.
A fin de evitar el giro de la losa, interesa que la resultante de las cargas aplicadas quede
dentro de una figura homotética de razón 0,50 respecto del núcleo central de inercia del
cimiento. Para conseguir este equilibrio podemos ampliar o disminuir la losa en alguna
dirección.
Es muy importante también la elección del canto de la losa. De él depende la respuesta del
terreno y la aparición de problemas de punzonamiento. El canto medio está comprendido entre
los 50 y 120 cm. En general es preferible proyectar losas rígidas que flexibles, con el fin de que
el reparto de tensiones en el terreno y los asientos sean más uniformes. Las losas flexibles
requieren mayor cantidad de armadura, además de incrementar las deformaciones y las
tensiones. Las losas rígidas homogeneízan los asientos, pero son más costosas.
La rotura de punzonamiento en una losa (figura 2.123) se puede evitar de diferentes formas:
- Aumentando el canto de la losa en la totalidad de la superficie. A estos efectos
conviene que el canto de la losa sea mayor que 1/10 de la máxima luz entre pilares
- Aumentando el canto de la losa debajo de los pilares mediante la disposición de un
refuerzo (figura 2.124)
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María Pilar del Amo Pérez
LOSA
Figura 2.123
N N
ARMADURA A 45º
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
estructura en cada zona coincida con el centro de gravedad de las losas, de forma que se
reduzca cualquier tendencia al giro. Asimismo será necesario analizar con detalle los asientos
inducidos sobre las construcciones colindantes.”
La deformada a la que da lugar la forma de trabajo de una losa se asemeja a una superficie
sinuosa adaptada a una retícula que pasa por los puntos medios de la distancia entre pilares
en ambas direcciones.
ARMADO LOSA
+ +
- - -
Figura 2.126
Bajo los pilares aparecen valles que indican la existencia de fibras traccionadas en la cara
inferior de la losa en esa posición. En el espacio entre pilares aparecen cúpulas que indican la
existencia de fibras traccionadas en la cara superior de la losa.
De ello se deduce la disposición de las armaduras en una losa de espesor constante (figura
2.126). Se coloca una armadura básica en cada cara de la losa, suplementándola debajo de
los pilares en la cara inferior y en el espacio entre pilares en la cara superior. Las armaduras
se dispondrán convenientemente ancladas con separaciones comprendidas entre los 10 y los
30 cm. Si es necesario se colocamos la armadura de punzonamiento.
Si el canto de la losa supera el metro, armamos el canto de la losa con una parrilla en forma
de horquilla que solape con la armadura de ambas caras (figura 2.128). Si se hormigona la
losa en dos tongadas conviene disponer una armadura de retracción intermedia de cuantía la
mitad de la mínima (figura 2.127).
359 |
María Pilar del Amo Pérez
ARMADURA LATERAL
ARMADURA RETRACCIÓN
> 1m > 1m
Conviene la disposición de un zuncho perimetral de borde que ayude a absorber las tensiones
que se puedan originar en el borde (figura 2.129).
ZUNCHO PERIMETRAL
Figura 2.129
Si la losa presenta refuerzos bajo los pilares (figura 2.130), el armado es similar al de la losa
de espesor constante disponiendo una parrilla de refuerzo inferior, no requiriéndose en este
caso armadura de punzonamiento.
ARMADURA REFUERZO
ARMADURA REFUERZO
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
En las losas nervadas, la absorción del esfuerzo cortante puede llevar a proyectar chaflanes
en las proximidades del pilar. El armado de la losa es igual que el de la losa de espesor
constante, añadiendo el nervio de refuerzo en ambas direcciones, que se arma suplementando
las armaduras en las caras superior e inferior, según nos encontremos en el espacio entre
pilares o bajo los pilares (figura 2.132).
>20cm
1. Excavación del vaciado, dejando los huecos previstos para la ejecución de los fosos del
ascensor. En presencia de terrenos arcillosos, una vez ejecutada la excavación, debe
disponerse una solera de asiento, o dejar los últimos 10 ó 15 cm sin excavar hasta el momento
del vertido del hormigón de la losa. Esta acción protege al terreno de la base de la losa de la
acción de los agentes exteriores.
2. Vertido del hormigón de limpieza en un espesor de 10 cm. Si estamos en presencia de un
terreno agresivo para el hormigón de la cimentación o en una cota de la base de la losa
afectada por las fluctuaciones del nivel freático, conviene interponer entre el hormigón de
limpieza y el de la losa, así como en los laterales, una lámina impermeable protectora.
Puede ser necesario el encofrado del canto de la losa, como se muestra en la figura 2.133.
Figura 2.133
361 |
María Pilar del Amo Pérez
Figura 2.134
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
363 |
María Pilar del Amo Pérez
6. Armaduras de refuerzo
La disposición de un zuncho perimetral de borde reduce las tensiones que se puedan originar
en el mismo (figuras 2.142 y 2.143).
Figuras 2.142 y 2.143 Refuerzo de armado en borde de losa para apoyo de muro de carga
Las figuras 2.144 y 2.145 muestran los refuerzos de las armaduras superior e inferior de una
losa de cimentación
Figura 2.144 Refuerzo en armadura superior Figura 2.145 Refuerzo en armadura inferior
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 2.148
Figura 2.149 Juntas de dilatación Figura 2.150 Banqueo en losa con junta
365 |
María Pilar del Amo Pérez
L/4-L/5
JUNTA DE HORMIGONADO
Figura 2.151
Figura 2.152
7. POZOS DE CIMENTACIÓN
La ejecución de pozos como sistema de cimentación se utiliza desde la época romana. Los
pozos se iban excavando a medida que se entibaban y se rellenaban con aglomerados de
piedra con morteros puzolánicos, fábricas de ladrillo, mamposterías de piedra u hormigón en
masa o armado.
Las soluciones transmitían al terreno cargas aisladas, pero también se proyectaban para la
transmisión de cargas continuas como cimentación de muros de cargas.
Para ello se ejecutaban alineaciones de pozos situados en los puntos más cargados y se les
enlazaba por medio de arcos de ladrillo de medio punto de tres roscas o rebajados de cuatro,
por medio de arcos de hormigón armado o sin armar, o por medio de jácenas de hormigón
armado. Los arcos o jácenas repartían homogéneamente los esfuerzos a los pozos. El propio
terreno constituía la cimbra para la construcción de los elementos de enlace. Sobre ellos se
levantaba el muro de carga o las columnas.
La figura 2.153, extraída de la “Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción” de Barré, nos
muestra la construcción de un edificio de dos sótanos con el sistema de cimentación descrito
con anterioridad.
| 366
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 2.153
BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras, Fundaciones, Andamios,
Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial de BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899,
p.84
Tradicionalmente los pozos se han clasificado como cimentaciones intermedias entre las
superficiales y las profundas, al intentar resolver de una forma económica la cimentación con
estratos resistentes a profundidades apreciables entre los 3 y los 6 metros, al encontrarse
inadecuados los estratos superficiales para cimentar sobre ellos.
También utilizamos pozos con niveles del estrato resistente más superficies, pero en los que la
presencia de agua impide la ejecución de zapatas a ese nivel y con niveles del firme mayores
de 6 metros como alternativa al pilotaje.
En presencia de esfuerzos horizontales de cierta importancia conviene la ejecución de pozos,
al absorberse los mismos debido a la existencia del empuje pasivo.
El CTE en su DB-C, los incluye en las cimentaciones superficiales o directas y dice al respecto
en el punto 4.1.3.:
“Se podrán realizar pozos de cimentación cuando el terreno lo permita y la ejecución sea
ventajosa con respecto a otras soluciones.
367 |
María Pilar del Amo Pérez
RELLENO COMPACTADO
PARRILLA ABSORCIÓN
ESFUERZOS TRANSVERSALES
0,10a
a
PLINTO O PEDESTAL
ENANO
BASA
Ó Ó
Figura 2.154 Enano de hormigón en masa Figura 2.155 Plinto de hormigón armado
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
369 |
María Pilar del Amo Pérez
PARRILLA ABSORCIÓN
FISURACIONES
JUNTA DE HORMIGONADO
Figura 2.157 Macizo de hormigón en masa Figura 2.158 Macizo de hormigón armado
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 2.159 Excavación de pozo para cimentación Figura 2.160 Relleno de hormigón bajo zapata
8. BIBLOGRAFÍA
LOGEAIS, Louis: Patología de las cimentaciones. Editorial Gustavo Gili, Barcelona 1984
RODRÍGUEZ ORTIZ, José María, SERRA GESTA Jesús y OTEO MAZO, Carlo.: Curso
aplicado de cimentaciones. Edita: COAM. ISBN-84-85572-37-8
371 |
María Pilar del Amo Pérez
Tema 3
CIMENTACIONES PROFUNDAS
| 372
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
En la figura 3.1, extraída del CTE DE SU DB-C se refleja el esquema de un posible pilotaje.
1. ÁMBITO DE UTILIZACIÓN
373 |
María Pilar del Amo Pérez
En general se admite que la carga de hundimiento de un pilote se absorbe parte por punta y
parte por rozamiento a través del fuste, predominando en proporción muy diferente una de las
dos situaciones sobre la otra. Lo normal es la existencia de situaciones intermedias, en las que
es difícil diferenciar entre ambas formas de trabajo, lo que conduce a admitir que la resistencia
característica al hundimiento (carga de hundimiento Qh) de un pilote es (figura 3.2):
Rck(Qh) = Rpk + Rfk
Rpk = qp * Ap
Rfk = qf * Af
dónde
Rck resistencia frente a la carga vertical que produce el hundimiento
Rpk resistencia soportada por la punta
Rfk resistencia soportada por el rozamiento entre el fuste y el terreno
qp resistencia unitaria por punta
Ap área de la base del pilote
qf resistencia unitaria por fuste
Af área del fuste
Figura 3.2 Esquema de distribución de la carga de un pilote aislado (CTE DB-C, figura 5.5)
Cuando existe a cierta profundidad, entre los 6 y los 12 m, un estrato claramente más
resistente, las cargas del pilotaje se transmitirán fundamentalmente por punta. Son pilotes
cortos que atraviesan capas de suelo blando para apoyar en el estrato duro. Los esfuerzos que
el pilote recibe del pilar se transmiten al estrato resistente por compresión en la punta del
pilote. La carga de hundimiento de un pilote por punta se genera toda ella por la resistencia en
la base:
Rck = Rpk + Rfk = Rpk + 0 = Rpk
Si no existe un nivel claramente más resistente, al que transmitir la carga del pilotaje, o el firme
es inaccesible, el pilote transmitirá su carga al terreno fundamentalmente a través del fuste.
Son pilotes largos que atraviesan capas homogéneas. La carga de hundimiento de un pilote
por fuste se genera debido al rozamiento del fuste con el terreno:
| 374
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
La figura 3.3, extraída del CTE de su DB-C, nos muestra las dos situaciones de trabajo en las
que se puede encontrar un pilote:
Hay que tener en cuenta que la presencia de pilotes próximos entre sí produce una interacción
de los bulbos de presiones entre ellos, quedando zonas de terreno sometidas a la influencia de
varios pilotes. Al acercarse los pilotes de un grupo, los bulbos individuales se van fundiendo en
un bulbo cónico de mayor extensión y mayor profundidad, lo que nos indica que el asiento de
un grupo de pilotes es muy superior al de un pilote aislado sometido a la media de la carga del
grupo. Es muy importante valorar este efecto sobre todo en presencia de terrenos con estratos
blandos.
Este “efecto grupo” es la causa de que la capacidad portante de un grupo de pilotes no sea
igual a la suma de las capacidades portantes de los pilotes si fuesen aislados. El CTE en su
DB-C no considera el efecto grupo para una separación entre ejes de pilotes igual o mayor de
3 veces el diámetro, considerando que a partir de 4 existe interacción entre ellos.
El rozamiento negativo (figura 3.4) es un fenómeno que se produce al moverse el terreno que
rodea al pilote de forma paralela al mismo, apareciendo un rozamiento que tiende a la hinca
del pilote. El rozamiento negativo disminuye o anula el rozamiento de signo positivo que se
genera entre el fuste del pilote y el terreno, disminuyendo la capacidad resistente del pilote y
aumentando la carga que el pilote tiene que absorber.
El CTE en su DB-C, punto 5.2.2 expone algunas situaciones en las que es necesario el
estudio de este fenómeno:
“a) consolidación por su propio peso de rellenos o niveles de terreo de reciente deposición;
b) consolidación de niveles compresibles bajo sobre cargas superficiales;
c) variaciones del nivel freático;
d) humectación de niveles colapsables
e) asientos de materiales granulares inducidos por cargas dinámicas (vibraciones, sismo);
f) subsidencias inducidas por excavaciones o disolución de materiales profundos.”
375 |
María Pilar del Amo Pérez
relleno
terreno compresible
arcillas
3. TIPOS DE PILOTES
Los pilotes prefabricados se hincan en el terreno por medio de martinetes, sin necesidad de
realizar excavaciones previas, produciéndose un desplazamiento del terreno al ser introducido
el pilote en el mismo. Para su fabricación se utilizan materiales de alta calidad, capaces de
soportar las tensiones de hinca y transporte a las que están sometidos. Están indicados en
terrenos no cohesivos como arenas sueltas y suelos granulares de baja resistencia, terrenos
embebidos en agua, limos y arcillas. Se utilizan para su fabricación piezas prismáticas,
lineales, de diferentes materiales: madera, acero y hormigón armado o pretensado.
Como ventajas destacamos el menor plazo de ejecución, la mejora que producen en el terreno
al aumentar la densidad del mismo, la disminución de la posibilidad de corte del pilote debido
al hormigonado si lo ejecutásemos con hormigón “in situ”, así como la mayor resistencia que
ofrecen ante la presencia de terrenos agresivos debido a la calidad de sus materiales. Por otro
lado, la hinca del pilote nos da una idea de la capacidad portante de los estratos atravesados,
lo que constituye una prueba de carga, ofreciendo también mayor resistencia frente al
rozamiento negativo.
Entre los inconvenientes destacamos la dificultad de su transporte, la posibilidad de aparición
de vibraciones en las edificaciones colindantes que producen una consolidación del terreno y
ocasionan asientos, así como el desconocimiento de cómo se produce la hinca.
Las diferentes técnicas de hinca generan una compactación diferente del terreno, cono vemos
en la figura 3.6, recomendándose que se inicie la hinca de un grupo en el centro de éste e ir a
continuación procediéndose de forma simétrica a ambos lados respecto al centro del grupo.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 3.6
La altura de caída de la maza está comprendida entre los 0,5 a 2 metros, con una masa que
supere la mitad del peso del pilote. Para evitar daños al pilote, se le coloca una sufridera o
almohadilla que proteja su cabeza frente al golpeo. En cuanto a su proceso de hinca, el CTE
dice al respecto en su punto 5.1.2.2.4:
1. “Las formas de hincar pilotes pueden ser diferentes según se use vibración o se emplee,
como suelo ser más frecuente, la hinca o percusión con golpes de maza. A efectos de este DB
se considerará el pilote prefabricado hincado de directriz recta cuya profundidad de hinca sea
mayor a 8 veces su diámetro equivalente.
2. Los pilotes hincados podrán estar constituidos por un único tramo, o por la unión de varios
tramos, mediante las correspondientes juntas, debiéndose, es estos casos, considerar que la
resistencia a flexión, compresión y tracción del pilote nunca será superior a la de las juntas que
unan sus tramos.
3. Los pilotes prefabricados hincados se podrán construir aislados siempre que se realice un
arriostramiento en dos direcciones ortogonales y que se demuestre que los momentos
resultantes en dichas direcciones son nulos o bien absorbidos por la armadura del pilote o por
las vigas riostras.”
PILOTES DE MADERA
Actualmente en desuso, se utilizaban en cimentaciones profundas en presencia continua de
agua, a fin de evitar que los ciclos alternativos de sequedad y humedad por variaciones del
nivel freático provoquen la aparición de hongos o xilófago. Se utilizan para su fabricación
maderas duras como el roble, el haya, el aliso, el pino, el abeto y el nogal, para fabricar piezas
prismáticas de diámetro de 0,20 a 0,30 metros.
La hinca de los pilotes se realizaba con una machina movida con cuerdas por hombres (figura
3.7) o por un martinete de torno o de vapor a mano, o automático (figura 3.8)
Los pilotes van provistos de una punta o azuche de hierro o acero para favorecer la hinca, con
una espiga central dentada (figura 3.9). En la cabeza disponen de una arandela de hierro o
virola, que evita que la acción del martinete abra la madera de la cabeza del pilote, imágenes
de la izquierda. Si el estrato resistente está muy profundo se pueden empalmar los pilotes
mediante una espiga en su prolongación. Lo más sencillo es disponer en el empalme a tope
con espiga, un anillo de hierro con una espera en la cabeza del pilote hincado, recibiendo la
otra mitad del extremo (figura 3.10).
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María Pilar del Amo Pérez
Los pilotes se hincaban a tresbolillo hasta que se producía el rechazo. Al cabo de unos días se
continuaba la hinca al ir disminuyendo la compresión inicial. Una vez hincados, se les cortaba
a la misma altura extrayendo la tierra que quedaba entre ellos y rellenando el espacio con
piedra en seco u hormigón o mampostería con mortero hidráulico, apisonándoles a medida
que se les asienta.
A continuación se construía un emparrillado o zampeado de largueros y traveseros de madera
unidos a media madera, rellenando los espacios entre ellos y disponiendo encima una
plataforma de tablones sobre la que se levantaba el edificio (figura 3.11).
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 3.11
BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras, Fundaciones, Andamios,
Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial de BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899,
p.92, figuras 118 y 119
También se podían envolver las cabezas con conglomerados de piedra y cal que servían de
cimiento al muro o a los pilares. Para evitar su putrefacción se les envolvía con alquitranes o
creosota...
PILOTES DE ACERO
Para su fabricación se utilizan perfiles laminados de acero y tubos huecos o rellenos de
hormigón, hincándose en el terreno por percusión o rotación (figura 3.12). Los de rotación se
utilizan en presencia de terrenos sujetos a variaciones de humedad, incorporando en su base
una espiral que favorezca su penetración en el terreno. Los de percusión se introducen con la
ayuda de agua a presión. Se utilizan en el ámbito de las obras públicas.
El problema grande que presentan además de su coste, es la posibilidad de corrosión que
presentan, siendo importante evitar la acción de aguas agresivas, así como la presencia de
oxígeno. La puesta en obra de pilotes formados por tubos rellenos de hormigón armado de alta
resistencia a las aguas agresivas, disminuye este problema.
Figura 3.12
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María Pilar del Amo Pérez
Suelen presentar una sección circular, cuadrada o hexagonal, armada con barras
longitudinales dispuestas en los vértices o repartidas en el perímetro si la sección es circular,
con un número mínimo de barras de 4 en secciones cuadradas y 6 en secciones circulares.
Como armadura transversal se disponen cercos individuales o una armadura helicoidal que
abrazan a las barras longitudinales, dispuestas a menores distancias en la cabeza del pilote a
fin de confinar el hormigón en esta zona. En la zona de la cabeza se refuerza la armadura
longitudinal doblando la sección en una altura de 2 a 3 veces el diámetro del pilote. En el
extremo inferior presentan un azuche que favorece la hinca.
Se pueden descomponer en tramos que se empalman de diferentes formas, permitiendo la
hinca a profundidades mayores que las que permiten las longitudes de los medios de
transporte.
La figura 3.14, extraída de las NTE CCP, nos muestra un pilote prefabricado de hormigón
armado.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 3.14
El CTE contempla la posibilidad de realizar pilotes de carácter intermedio entre los pilotes
prefabricados y los hormigonados “in situ”, como los ejecutados mediante la hinca de pilotes
en preexcavaciones de menor longitud y mayor sección que las del pilote.
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María Pilar del Amo Pérez
distancias no superiores a 15Ø. Los recubrimientos son del orden de 5 cm. Si el pilote no
trabaja a flexión, se puede interrumpir el armado al llegar a los 6 metros de profundidad.
A efectos de este DB-C del CTE se consideran los siguientes tipos de pilotes, según que su
proceso de puesta en obra se realice mediante una excavación previa o mediante hinca de
una entubación con desplazamiento del terreno:
- Pilotes de desplazamiento:
o Pilote de desplazamiento con azuche
o Pilote de desplazamiento con tapón de gravas
- Pilotes excavados
o Pilotes de extracción con entubación
Pilotes de extracción con entubación recuperable
Pilotes de extracción con camisa perdida
o Pilotes perforados
Sin entubación con lodos tixotrópicos
o Pilotes barrenados:
Hormigonados por el tubo central de la barrena
Sin entubación ni lodos
Los pilotes ejecutado por hinca y desplazamiento del terreno mejoran la capacidad portante
del mismo por compactación. Los pilotes hormigonados “in situ” tienen una resistencia por
fuste con el terreno mucho mayor que los pilotes prefabricados, mejorando su capacidad
portante.
El CTE en su DB-C tiene en cuenta las siguientes consideraciones para la ejecución de pilotes
hormigonados “in situ”:
“a) diámetro < 0,45 m: no se deben ejecutar pilotes aislados, salvo en elementos de poca
responsabilidad en los que un posible fallo del elemento de cimentación no tenga una
repercusión significativa;
b) 0,45 m < diámetro < 1,00 m: se podrán realizar pilotes aislados siempre que se realice un
arriostramiento en dos direcciones ortogonales y se asegure la integridad del pilote en toda su
longitud de acuerdo con los métodos de control recogidos en el apartado 5.4.
c) diámetro > 1,00m; se podrán realizar pilotes aislados sin necesidad de arriostramiento
siempre y cuando se asegure la integridad del pilote en toda su longitud de acuerdo con los
métodos de control recogidos en el apartado 5.4. y el pilote se arme para las excentricidades
permitidas y momentos resultantes.”
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
5. Colocación de la armadura
6. Hormigonado desde el fondo, vertiendo el hormigón desde una altura < 1m
7. Extracción de la entubación con vibrado del mismo mediante golpeo, manteniendo
una distancia de 2Ø de hormigón dentro del tubo.
8. Pilote terminado
1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.
CABLES DE
CASCO DE EXTRACCIÓN
GOLPEO
MAZA DE
TUBO DE
GOLPEO
HORMIGONADO
AZUCHE
N.F.
ESTRATO RESISTENTE
Figura 3.15
Pilote hincado por desplazamiento, que trabaja por fuste en estratos granulares medios o en
terrenos heterogéneos de alguna resistencia. Su proceso de puesta en obra es el siguiente
(figura 3.16):
1. Puesta en posición de la entubación que contiene un tapón de grava, arena u
hormigón de espesor 3Ø, introducido previamente en la entubación
2. Hinca del tubo por golpeo contra el tapón de grava
3. Control del rechazo
4. Desalojo del tapón que queda como cabeza del pilote
5. Colocación de la armadura previo desalojo del tapón de gravas
6. Hormigonado desde el fondo, vertiendo el hormigón desde una altura < 1m
7. Extracción de la entubación con vibrado del mismo mediante golpeo, manteniendo
una distancia de 2Ø de hormigón dentro del tubo.
8. Pilote terminado
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María Pilar del Amo Pérez
1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.
CABLES DE
EXTRACCIÓN
TAPÓN DE TUBO DE
GRAVAS HORMIGONADO
MAZA DE
GOLPEO
N.F.
ESTRATO RESISTENTE
Figura 3.16
Pilote de extracción, que trabaja por punta en terrenos duros bajo capas blandas y por fuste en
terrenos coherentes. Su proceso de puesta en obra es el siguiente (figura 3.17):
1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.
MAZA DE
GOLPEO
CABLES DE
CASCO DE EXTRACCIÓN
GOLPEO
TUBO DE
HORMIGONADO
ENTUBACIÓN
N.F.
ESTRATO RESISTENTE
Figura 3.17
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Pilote de extracción, que trabaja por punta en terrenos duros bajo capas agresivas o con agua
y por fuste en terrenos coherentes. Su proceso de puesta en obra es el siguiente (figura 3.18):
1. Puesta en posición de la entubación
2. Hinca del tubo por golpeo contra un casco situado en la cabeza de la entubación
3. Extracción del terreno, acompañando a la introducción de la entubación
4. Control del rechazo y verificación de la profundidad
5. Colocación de la camisa en la zona agresiva o con agua y puesta en obra de la
armadura
6. Hormigonado desde el fondo, vertiendo el hormigón desde una altura < 1m
7. Extracción de la entubación con vibrado del mismo mediante golpeo, manteniendo
una distancia de 2Ø de hormigón dentro del tubo, quedando la camisa perdida
8. Pilote terminado
1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.
MAZA DE
GOLPEO
CABLES DE
CASCO DE EXTRACCIÓN
GOLPEO
TUBO DE
HORMIGONADO
ENTUBACIÓN
CAMISA
TERRENO AGRESIVO
PERDIDA
N.F.
ESTRATO RESISTENTE
Figura 3.18
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María Pilar del Amo Pérez
Pilote perforados, que trabaja por punta en terrenos rocosos bajo terrenos que requieren
estabilización de sus paredes. Su proceso de puesta en obra es el siguiente (figura 3.19):
1. Puesta en posición del dispositivo de perforación
2. Perforación del terreno con ayuda de lodos tixotrópicos, a fin de mantener las
paredes estables
3. Extracción del terreno con cazo entre los lodos
4. Control del rechazo y verificación de la profundidad
5. Introducción de la armadura entre los lodos
6. Hormigonado desde el fondo, vertiendo el hormigón desde una altura < 1m, a la vez
que se van recuperando los lodos
7. Pilote terminado
1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.
LODOS
TIXOTRÓPICOS
N.F.
ESTRATO RESISTENTE
Figura 3.19
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
4. Extracción de la barrena y del terreno a la vez que se hormigona el pilote por bombeo
por el tubo central de la barrena.
5. Introducción de la armadura en el hormigón fresco
6. Pilote terminado
1. 2. 3. 4. 5. 6.
BARRENA TUBO DE
CONTINUA HORMIGONADO
N.F.
ESTRATO RESISTENTE
Figura 3.20
1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.
ESTRATO RESISTENTE
Figura 3.21
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María Pilar del Amo Pérez
Pilote barrenados, que trabaja por punta en terrenos rocosos y por fuste en presencia de
terrenos homogéneos y coherentes, que permitan la excavación sin estabilización. Su proceso
de puesta en obra es el siguiente (figura 3.21):
1. Puesta en posición del dispositivo de perforación
2. Barrenado mediante barrena corta, introduciéndola en el terreno con extracción del
mismo.
3. Extracción de las tierras mediante cazo, acompañando al barrenado
4. Control del rechazo y verificación de la profundidad
5. Introducción de la armadura en el hormigón fresco
6. Hormigonado desde el fondo, vertiendo el hormigón desde una altura < 1m, a la vez
que se van recuperando los lodos
7. Pilote terminado
4. ENCEPADOS
Es más conveniente el proyecto de encepados rígidos, ya que éstos son más económicos para
pocos pilotes y más seguros frente al punzonamiento. En la figura 3.23 se reflejan las
dimensiones recomendables para el diseño de encepados. Conviene que la distancia s entre
ejes de pilotes:
- s > 2d si el pilote trabaja por rozamiento
- s > 1m “
- s > 1,5 d si el pilote trabaja por punta
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
1,5D
h 40cm
1,5v
D/2 ó 20cm
D/2 ó 20cm
D/2 ó 20cm
Figura 3.23
a. Encepados de un pilote
Al transmitir la carga de forma directa del pilar al pilote a través de bielas de compresión,
únicamente requieren el zunchado mediante un armado perpendicular a la carga (figura 3.24).
Figura 3.24
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
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María Pilar del Amo Pérez
ATADO DE ENCEPADOS
Conviene que los encepados se arriostren unos con otros a fin de evitar torsiones debidas a
las excentricidades de ejecución de los pilotes y del propio encepado. El encepado de un pilote
se debe arriostrar en las dos direcciones, pudiéndose prescindiré de él si el diámetro del pilote
es mayor de 1 metro, o en el caso de estar unidos los encepados por medio de losas de
espesor mayor de 20 cm. El encepado de dos pilotes (figuras 3.31 y 3.32) se debe arriostrar al
menos en la dirección ortogonal al eje que une los pilotes. A partir encepados de tres pilotes
no se requiere arriostramiento, aunque siempre es recomendable. Es conveniente asimismo el
arriostramiento de los pilotes que conforman el perímetro de la edificación.
Las vigas de arriostramiento o vigas centradoras además de rigidizar el conjunto, absorben
posibles excentricidades de hinca o de ejecución in situ. Suelen proyectarse con secciones
mayores de 30x35 cm.
3. Descabezado de los pilotes de forma que queden al menos 20 cm por encima de la cota
de excavación del encepado
6. Hormigonado
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Extracción de la barrena y del terreno con hormigonado por el tubo interior de la misma
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María Pilar del Amo Pérez
Introducción de la armadura
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
Figura 3. 33
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María Pilar del Amo Pérez
6. BIBLIOGRAFÍA
CALAVERA RUIZ, José María: Muros de contención y muros de sótano. 3º Edición. INTEMAC,
S.A. 2001
ISBN-8488764-10-3
LOGEAIS, Louis: Patología de las cimentaciones. Editorial Gustavo Gili, Barcelona 1984
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN
RODRÍGUEZ ORTIZ, José María, SERRA GESTA Jesús y OTEO MAZO, Carlo.: Curso
aplicado de cimentaciones. Edita: COAM
ISBN-84-85572-37-8
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