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Amo Pérez, María Pilar Del - Las Actuaciones en El Terreno y La Cimentación

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TEXTOS UNIVERSITARIOS

Las actuaciones María Pilar del Amo Pérez


DE ARQUITECTURA

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en el terreno
y la cimentación

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UAH
Las actuaciones
en el terreno
y la cimentación
Las actuaciones María Pilar del Amo Pérez

en el terreno
y la cimentación

SERVICIO DE PUBLICACIONES
Titulo: Las actuaciones en el terreno y la cimentación
Autora: © Mª Pilar del Amo Pérez

Ilustraciones de portada: Fotografías realizadas por la autora


Maquetación: Mª Pilar del Amo Pérez
Fotografías y dibujos realizados por la autora
Agradecimientos a las fotografías cedidas por Ischebeck Ibérica S.L. y Grupo Terratest

ISBN PDF - 978-84-15595-04-5

Queda rigurosamente prohibido, sin la autorización escrita del titular del “Copyright”, bajo las sanciones
establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento,
comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante
alquiler o préstamos públicos.
301

PRESENTACIÓN

El contenido de este libro está destinado a todos aquellos que tengan interés en el proyecto y
diseño de los elementos que integran la infraestructura de la edificación, así como en los
aspectos constructivos de la misma. De forma particular va dirigido a los estudiantes de
Grado en Arquitectura, Arquitectura, Arquitectura Técnica e Ingeniería de la Edificación.
En él se exponen, de forma sencilla, las labores y actividades constructivas necesarias para
acondicionar el terreno y encajar el edifico en su superficie, así como los medios de que se
dispone para ello. Se analiza el comportamiento mecánico de los elementos constructivos de
la infraestructura de un edificio y las técnicas necesarias para su construcción. La obra está
ilustrada con fotografías tomadas a lo largo de mi vida profesional en relación con el tema de
estudio.
Todo ello, basado en mi experiencia como Arquitecto.

La autora
UNIDAD I.
EL TERRENO: ACTUACIONES PREVIAS.
RECONOCIMIENTO Y ACONDICIONAMIENTO

Entonces se debe mirar si el terreno sobre que se ha de construir es sólido y firme, ó bien es arena, lastre, tierra echadiza,
blanda ó paludosa. Si el terreno es sólido y firme, se cavarán allí las zanjas hasta la profundidad que tenga por bastante el
Arquitecto juicioso, según la calidad del suelo y la del edificio.

LOS CUATRO LIBROS DE ARQUITECTURA. Palladio. Libro I. Capítulo VII. De las calidades del terreno en el que se
han de abrir las zanjas
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Tema 1

EL CONOCIMIENTO DEL TERRENO

1. EL TERRENO, MATERIAL DE CONSTRUCCIÓN

El terreno según el diccionario de la Real Academia española es “el conjunto de sustancias


minerales que tienen origen común, o cuya formación corresponde a una misma época”.
Desde el punto de vista arquitectónico y considerándolo como un material de construcción
más, el terreno es la capa más superficial de la corteza terrestre, y por lo tanto, la más
alterable ante la acción de los agentes atmosféricos. Es capaz de resistir las cargas
provenientes de una estructura superior sin que se produzca un cambio en el comportamiento
mecánico del mismo.
Tener un conocimiento exhaustivo del terreno sobre el que vamos a actuar es fundamental
para proyectar e iniciar la construcción de un edificio. Si consideramos el terreno como un
material más dentro del proceso constructivo, no cabe la posibilidad de su elección por parte
del proyectista. Las posibilidades de modificar el terreno con el que nos enfrentamos son
escasas. La situación real es que nos encontramos con un terreno natural en el que
únicamente podemos intervenir modificando algunas de sus propiedades, y de la forma más
económica posible.

1.1 COMPOSICIÓN DEL SUELO

El suelo está compuesto por materia sólida (agregado de minerales que constituye la
estructura del suelo y que procede de la meteorización y descomposición de rocas minerales),
agua con sustancias minerales en disolución y aire ocupando los intersticios entre los granos.
Junto con los componentes inorgánicos aparecen cantidades de materia orgánica procedente
de restos vegetales o animales.
La cantidad de aire, de agua y de materia orgánica que contiene el suelo hace variar las
propiedades del mismo. Los terrenos con poca cantidad de aire son más compactos,
presentando un peso específico mayor y una menor permeabilidad, lo que se traduce en una
mayor capacidad para absorber cargas. Los terrenos con gran cantidad de materia orgánica,
denominados “orgánicos” como los fangos y las turbas, originan gran número de poros al
transformarse los compuestos orgánicos que contienen. Por lo tanto, dan lugar a la formación
de un terreno esponjoso y sin apenas capacidad portante, que con el paso del tiempo llega a
comprimirse.
Las capas más superficiales del terreno constituyen las facies que conforman el relieve natural
aparente. Debajo, se encuentran capas de echadizo o rellenos sin consolidar con gran
cantidad de materia orgánica y sin capacidad resistente. El firme lo constituyen los estratos de
terreno con capacidad resistente y de profundidad variable, dependiendo de numerosos
factores, como la naturaleza del terreno, la presencia de agua, la cota de heladicidad, etc.

1.2 TIPOS DE TERRENO

Al tratarse de un material heterogéneo, que presenta grandes discontinuidades tanto en


vertical como en horizontal, la clasificación del terreno es problemática. La antigua NBE-AE-88
clasificaba los terrenos en base a sus propiedades generales en:

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María Pilar del Amo Pérez

ROCAS
Formaciones geológicas sólidas con notable resistencia a la compresión (figura 1.1). Las rocas
están formadas por agregados minerales, unidos por grandes fuerzas coherentes, que dan
lugar a un terreno duro y compacto. Se agrupan, según la citada norma, en:
a. Rocas isótropas: Estructura homogénea, sin visible estratificación, con propiedades
análogas en toda su masa. Son rocas isótropas las rocas eruptivas (granito, basalto,
sienita, diorita…) y gran parte de las metamórficas (gneis, mármol, cuarcita…)
b. Rocas estratificadas: Estructura discontinua, con visible estratificación laminar.
Presentan esta estructura las rocas sedimentarias y algunas metamórficas (pizarras,
esquistos…)
Resistencia a la compresión: Muy alta, no aumentando en general con la profundidad.
2
- Resistencia a la compresión de rocas isótropas 3000-6000 kN/m
2
- Resistencia a la compresión de rocas estratificadas 1000-2000 kN/m
Buen comportamiento frente a la acción de cargas dinámicas.

Asientos: No producen asientos, pero existe la posibilidad de deslizamientos en las rocas


estratificadas.

Heladicidad: Las rocas compactas e impermeables (granito, basalto, caliza, esquistos


cristalinos, areniscas de grano fino…) resisten las heladas, mientras que las rocas porosas y
permeables (toba, piedra pómez, arenisca granulosa…) presentan gran riesgo de heladicidad,
estando expuestas a una meteorización progresiva por efecto de la misma.

Figura 1.1 Diferentes terrenos rocosos

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Acción del agua: No se ven afectadas ni por el agua en reposo, ni en movimiento.


Permeabilidad: Impermeables.

Como terreno de cimentación: Presentan gran dificultad y coste en su excavación.

A pesar de sus buenas características es necesario tener en cuenta algunos aspectos a la


hora de edificar o intervenir en este tipo de terreno.
La estratificación de las rocas en el sentido de la pendiente posibilita el deslizamiento sobre la
misma, acusándose este comportamiento en presencia de agua debido a la descomposición
de algunas rocas por efecto de la humedad.
La existencia de fisuras o grietas en las rocas requiere el tratamiento previo de las mismas
mediante la inyección con lechadas. El pequeño espesor de algunas rocas o “pseudorrocas”
situadas sobre suelos blandos es susceptible de producir asientos. Existen rocas fácilmente
meteorizables en contacto con la acción de los agentes exteriores, capaces de transformarse
en suelos plásticos.
Por ello, es necesario estudiar los posibles planos de deslizamiento, la situación de las aguas
de escorrentía, la protección del fondo de las excavaciones, la impermeabilización de las
paredes de la excavación, etc.

TERRENOS SIN COHESIÓN


Terrenos formados fundamentalmente por áridos: grava, arena y limo inorgánico, pudiendo
contener arcillas en cantidad moderada. Estos áridos tienen su origen en la disgregación de
las rocas, presentando formas redondeadas y un tamaño apreciable. Predomina en ellos la
resistencia debida al rozamiento interno.
Según el tamaño de sus granos, los terrenos sin cohesión se clasifican en:
a. Gravas y gravillas: entre > 2 mm
b. Arenas gruesas y medias: entre 2 y 0,2 mm
c. Arenas finas: entre 0,2 y 0,06 mm
d. Limos: < 0,06 mm
Según el tamaño del árido que predomine:
a. Terrenos de gravera:
Predominan las gravas y gravillas
Contienen > 30% gravas y gravillas
b. Terrenos arenosos gruesos:
Predominan las arenas gruesas y medias
Contienen
< 30% gravas y gravillas
< 50% arenas finas y limos inorgánicos
c. Terrenos arenosos finos
Predominan las arenas finas
Contienen
< 30% gravas y gravillas
> 50% arenas finas y limos inorgánicos
Resistencia: Al presentar una estructura granular, la resistencia es debida al rozamiento
interno entre sus partículas, aumentando con la profundidad y con el tamaño de los granos.
Los terrenos granulares con una buena distribución granulométrica presentan un índice de
huecos menor y por lo tanto, una mayor superficie de contacto entre los granos, lo que
aumenta su compacidad y resistencia.

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María Pilar del Amo Pérez

2
- Resistencia a la compresión de gravas 400 a 800 kN/m
2
- Resistencia a la compresión de arenas gruesas 250 a 500 kN/m
2
- Resistencia a la compresión de arenas finas 160 a 320 kN/m
Asientos: Se producen rápidamente al reorganizarse los huecos bajo la acción de las cargas.
En general son pequeños, y se producen tras la aplicación de la carga al disiparse el agua
intersticial. Hay que prestar gran atención a la aplicación de cargas dinámicas en terrenos
granulares que originan, como excepción, grandes asientos al reorganizarse los huecos.

Heladicidad: No afecta a las gravas y sí a las arenas.

Acción del agua: El agua en reposo no les afecta. El agua en movimiento arrastra los granos,
erosionándolos. Es necesario estudiar el comportamiento de los terrenos de grano muy fino
(arenas finas y limos) en presencia de agua de escorrentía, al transformarse en movedizos,
disminuyendo las fuerzas de rozamiento que los mantenían unidos y produciéndose el
movimiento de las partículas.

Permeabilidad: Permeables.

Como terreno de cimentación: Buenos terrenos para cimentar si su compacidad es media o


alta, con espesores de estrato suficientes. Mejoran su resistencia con la profundidad, al
aumentar el peso propio del terreno y las fuerzas de rozamiento entre las partículas. Las
figuras 1.2 y 1.3 muestran dos cortes de terreno sin cohesión para una futura cimentación,
apreciándose en ellos los diferentes estratos atravesados.

Figura 1.2 Corte de terreno: Figura 1.3 Corte terreno:


- Horizonte vegetal - Rellenos antrópicos y depósitos de arenas arcillosas
- Arenas de grano fino con matriz arcillosa - Arenas limoarcillosas y limos arenoarcillosos
- Grava silícea

TERRENOS COHERENTES
Compuestos fundamentalmente por arcillas, pudiendo contener áridos en cantidad moderada.
Cuando se secan, forman terrones que no pueden pulverizarse con los dedos. Predomina en
ellos la resistencia debida a la cohesión. Proceden de la meteorización de los feldespatos
dando lugar a laminillas de tamaño inferior a 0,002 mm.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Según su consistencia y resistencia a la compresión es estado natural, no alterados, los


terrenos coherentes se clasifican en:
a. Terrenos arcillosos duros: con su humedad natural se rompen difícilmente con la
mano. Tonalidad clara.
b. Terrenos arcillosos semiduros: con su humedad natural se amasan difícilmente con la
mano. Tonalidad oscura
c. Terrenos arcillosos blandos: con su humedad natural se amasan fácilmente con la
mano, obteniéndose cilindros de 3 mm de diámetro. Tonalidad oscura
d. Terrenos arcillosos fluidos: con su humedad natural, fluyen entre los dedos al
presionarlos con la mano cerrada. Tonalidad clara.
Resistencia: Debida a la cohesión, tendencia a adherirse los granos unos a otros, que
aumenta con el contenido de arcilla.
2
- Resistencia a la compresión de arcillosos duros > 400 kN/m
2
- “ arcillosos semiduros 200-400 kN/m
2
- “ arcillosos blandos 100-200 kN/m
2
- “ arcillosos fluidos <100 kN/m
Asientos: Son grandes y lentos a medida que se va perdiendo el agua intersticial, que se
disipa muy lentamente. Se mantienen a lo largo de grandes periodos, pudiendo durar años e
incluso siglos.

Heladicidad: El hielo rompe las laminillas de arcilla.

Acción del agua: La presencia de agua en los suelos arcillosos cambia sustancialmente sus
propiedades. La existencia de agua en las arcillas se debe a tres formas de constitución:
- Agua de constitución o higroscópica, que forma parte de la estructura molecular de
las arcillas y es la responsable de las fuerzas adherentes o cohesión entre las
partículas.
- Agua de absorción o absorbida, que mantiene el contacto entre las diferentes
partículas mediante fuerzas de tensión superficial. Da el carácter de moldeabilidad a
las arcillas, al deformarse plásticamente sin formar grietas.
- Agua intersticial, que rellena los espacios entre partículas.
Un terreno arcilloso con cierta cantidad de agua es un terreno con mucha cohesión, que
mantiene próximas sus partículas al aparecer fuerzas de atracción muy grandes entre las
mismas. Al aumentar la cantidad de agua, ésta se absorbe de forma muy lenta, penetrando
entre las partículas sólidas y desarrollándose una presión intersticial que determina la
expansión del terreno. Por el contrario, si el terreno arcilloso y pierde agua, debido por ejemplo
a un descenso del nivel freático, disminuye gradualmente la presión intersticial entre las
partículas, aumentando la presión entre los granos y disminuyendo el volumen.
Es necesario mencionar a los suelos expansivos, que presentan componentes de alta
plasticidad que propician cambios sustanciales de humedad, produciéndose en ellos cambios
importantes de volumen.

Permeabilidad: Impermeables, al absorber el agua muy lentamente

Como terreno de cimentación: Las arcillas de consistencia dura y semidura son buenos
terrenos para cimentar. Los terrenos poco cohesivos se reblandecen fácilmente al ser más
sensibles a las variaciones de humedad, por lo que se requiere mayor precaución al cimentar
sobre ellos.

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María Pilar del Amo Pérez

Las figuras 1.4 y 1.5 muestran dos cortes de terreno coherente para una cimentación,
apreciándose los diferentes estratos atravesados.

Figura 1.4 Corte terreno: Figura 1.5 Corte terreno:


- Arcillas arenosas - Arcillas arenosas con porcentaje de arenas limosas
- Gravas arcillosas

TERRENOS DEFICIENTES
Terrenos no aptos para la cimentación (figuras 1.6 y 1.7). En general, se considerará terreno
deficiente a cualquier terreno que se pueda agrupar en uno de los siguientes grupos:
a. Fangos inorgánicos: limos inorgánicos y arcillas con mucha agua. No permiten la
formación de cilindros que soporten su propio peso
b. Terrenos orgánicos: con gran proporción de materia orgánica como la turba y la tierra
vegetal
c. Terrenos de echadizo o de relleno: creados artificialmente acumulando tierras o
escombros.
Resistencia: Mínima.

Asientos: Grandes e irregulares.

Como terreno de cimentación: No son aptos para cimentar sobre ellos, únicamente con una
buena compactación pueden adquirir cierta capacidad portante.

Figura 1.6 Terreno con gran cantidad de materia orgánica Figura 1.7 Terreno de echadizo

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

El CTE en su DB SE-C establece una clasificación de los suelos en función de varios criterios
y parámetros que aparecen tabulados a continuación en las figuras 1.8, 1.9, 1.10 y 1.11.

Figura 1.8 Clasificación de los suelos (CTE DB-SE-C, Tabla D.1)

Figura 1.9 Compacidad de las arenas (CTE DB-SE-C, Tabla D.2)

Figura 1.10 Consistencia de las arcillas (CTE DB-SE-C, Tabla D.3)

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 1.11 Clasificación de las rocas (CTE DB-SE-C, Tabla D.4)

1.3. ALTERACIONES QUE MODIFICAN LA NATURALEZA DEL TERRENO

ALTERACIONES DEBIDAS A LA ACCIÓN DEL AGUA


a. Cambios de volumen en arcillas debidos a variaciones del nivel freático o cambios en el
contenido de agua.
Las variaciones del nivel freático debidas al régimen de lluvias modifican la naturaleza del
terreno. Al aumentar la cantidad de agua en un terreno coherente, ésta se absorbe
lentamente, penetrando entre las partículas sólidas y desarrollando una presión intersticial que
modifica su cohesión y determina un aumento de volumen.
En terrenos no coherentes el aumento de la humedad supone una disminución de la
resistencia al corte al desaparecer la tensión superficial que se produce entre los granos. Por
el contrario, la disminución del agua por descenso del nivel freático supone una disminución de
volumen al desaparecer la presión intersticial.

b. Socavaciones debidas a aguas de escorrentía.


Las aguas de escorrentía pueden ocasionar el descenso de la cimentación al aparecer
socavaciones bajo la misma por fuga del terreno activo a simas recientes. Es conveniente
superar esta cota para evitar la aparición de asientos en la cimentación debidos al arrastre de
los materiales inmediatamente debajo de la misma.

c. Modificación de la capacidad portante del suelo.


El aumento del contenido de agua en los terrenos arcillosos merma su resistencia al reducirse
su cohesión y ángulo de rozamiento interno. En suelos con características expansivas, el
cambio de volumen experimentado al aumentar la humedad por absorción de agua en la cara
exterior del mineral de la arcilla, conlleva una pérdida de la capacidad portante de los mismos
y una retracción por pérdida de volumen en el proceso de desecación.

d. Deslizamientos de terreno.
El aumento del contenido de agua en terrenos arcillosos puede ocasionar deslizamientos del
mismo, que aparecen de forma espontánea o son originados por rellenos o excavaciones
cercanas. La expansividad de un terreno es también causa de deslizamientos, al producirse
empujes laterales en el proceso de desecación

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

ALTERACIONES DEBIDAS A LA EXISTENCIA DE RELLENOS EN TERRENOS


COMPRESIBLES (figura 1.12)

a. Asentamientos en terrenos compresibles.


La extensión de material de vertedero sobre grandes superficies de terreno muy compresibles,
como limos blandos o arcillas con gran cantidad de agua, ocasiona grandes asientos debido a
la influencia de las presiones que provoca el relleno a grandes profundidades. Hay que tener
en cuenta que el aporte de una capa de terreno de un metro de espesor, conlleva una
2 2
sobrecarga de 1500 a 1800 kg/m , es decir, una presión de 15 a 18 KN/m .

b. Deslizamientos.
El vertido de rellenos sobre terrenos arcillosos húmedos, dispuestos en pendiente o limitados
por estructuras de contención, provoca deslizamientos.

c. Rozamiento negativo.
El asiento de las capas blandas debidas a la existencia del relleno puede originar la aparición
de fuerzas de rozamiento en el fuste de cimentaciones profundas con una resultante que tiene
una componente vertical en la dirección descendente, que es necesario añadir a la carga que
transmite el pilote. A esta componente vertical se la conoce como “rozamiento negativo”.

relleno

estrato muy blando húmedo

relleno

arenas y gravas
superficie de deslizamiento

terreno compresible

ASENTAMIENTOS EN TERRENOS COMPRESIBLES DESLIZAMIENTO EN TERRENOS EN PENDIENTE

relleno

relleno

superficie de deslizamiento terreno compresible

estrato muy blando


arcillas

DESLIZAMIENTO PROFUNDO DE MUROS ROZAMIENTO NEGATIVO

Figura 1.12 Alteraciones debidas a rellenos en terrenos compresibles

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María Pilar del Amo Pérez

ALTERACIONES POR HELADAS

a. Cambios en la volumetría del terreno y alteraciones de la capacidad portante.


El agua incorporada al terreno, ya tenga su origen en precipitaciones exteriores o provenga de
la ascensión por capilaridad, debido a las bajas temperaturas se convierte en hielo,
aumentando de volumen. Un terreno granular grueso y húmedo, cuando se hiela, presenta
espacio suficiente entre los granos para que el aumento de volumen se produzca sin
coacciones y sin separaciones entre las partículas. Por el contrario, en un terreno granular
fino, la expansión se produce con trabas y con la separación de las partículas, alterándose la
capacidad portante del terreno. Es recomendable profundizar la cimentación en terrenos
heladizos hasta cota donde no son de prever los efectos de las heladas. En España, esta cota
oscila entre los 50 y 80 cm desde la cota del terreno natural.

ALTERACIONES DEBIDAS A LA PLANTACIÓN DE VEGETACIÓN

La existencia de vegetación supone una importante pérdida de humedad en el terreno, al


captar las raíces el agua que contiene éste. La plantación de arbolado en el terreno próximo a
una edificación debe evitarse o alejarse de la misma al menos una vez la altura del árbol. Los
árboles con raíces muy extendidas y por lo tanto, los más peligrosos, son: el álamo la higuera,
el olmo, el aliso, el chopo, la acacia, el fucus, el eucalipto, el plátano y el sauce.

2. EL COMPORTAMIENTO DEL TERRENO

El terreno sobre el que construimos debe cumplir una serie de exigencias a lo largo de la vida
útil del edificio:
- Mantenimiento de la capacidad portante frente al hundimiento, alejándonos de la
rotura mediante un coeficiente de seguridad mínimo
- Transmisión de la tensión al terreno sin que se originen deformaciones o asientos
superiores a los admisibles
- Experimentación de variaciones dimensionales inferiores a las consideradas
admisibles
- Garantía de seguridad frente al deslizamiento

Analizamos a continuación los conceptos derivados de las exigencias anteriormente expuestas

2.1 CAPACIDAD PORTANTE DE UN TERRENO. CONCEPTO DE HUNDIMIENTO

Para clarificar el concepto de capacidad portante de un terreno estudiamos el comportamiento


del mismo sometido a la acción de una carga vertical creciente. Para ello, observamos el
fenómeno físico que tiene lugar en el suelo cuando al quedar sometido a un incremento de
tensiones, se producen deformaciones en dicho suelo.
El estudio se refleja en las figuras 1.13 y 1.14 a través del diagrama tensión-deformación del
terreno, que sirve para evaluar la capacidad portante del mismo. Se trata de medir las
deformaciones o descensos del terreno originadas por la aplicación de esfuerzos exteriores.
Para ello, sometemos al suelo a una deformación hasta la rotura, incrementando la tensión.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

1. Comportamiento elástico: mientras que la carga aplicada sea pequeña, las deformaciones o
descensos que experimenta el terreno también lo son, creciendo de manera proporcional a la
misma; es decir existe una proporcionalidad entre los incrementos de tensión y las
deformaciones.
2. Limite de proporcionalidad de tensiones y deformaciones unitarias (A)
3. Comportamiento plástico: al aumentar la carga, la relación carga-asiento aumenta; es decir,
los incrementos de carga se corresponden con asientos cada vez mayores, llegando a una
situación en la que se puede sobrepasar la capacidad de carga del terreno.
4. Carga de rotura (B)

Las diferentes formas que pueden adoptar las curvas presión–asiento dependen de la forma y
tamaño de la zapata, de la naturaleza y resistencia del suelo y de la carga aplicada.

A = Limite de proporcionalidad de tensiones y deformaciones unitarias


B = Carga de rotura

Figura 1.13 Diagrama tensión-deformación de un terreno

Figura 1.14 Concepto de presión de hundimiento (CTE DB SE-C, Figura 4.7)

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María Pilar del Amo Pérez

La carga de rotura o de hundimiento es la combinación de tensiones para la cual se da un


cambio en el comportamiento mecánico del suelo. Si esto ocurre, se produce un asiento, el
terreno se desplaza lateralmente y fluye. El terreno no es un sólido simple, sino que está
compuesto por partículas sólidas, aire y agua. Por ello, la rotura del terreno lleva implícita la
separación de las distintas partes, al destruirse los vínculos que las mantenían unidas. En el
caso de terrenos arenosos en el que los granos se encuentran separados, alcanzando el
terreno resistencia debido al rozamiento de unos granos con otros, la rotura se debe a un
deslizamiento y fluencia de los granos alrededor del elemento de cimentación.
La carga de rotura es función de la resistencia al corte del terreno, de las dimensiones, forma y
profundidad de la cimentación, del peso específico del terreno y del estado de las aguas
freáticas.
Expresándonos en términos de tensión:
qhun = Nhun/R/S
qhund Presión o tensión de rotura
Nhund/R Carga de rotura o de hundimiento
S Superficie de la cimentación

Figura 1.15 Ejemplos de estados límites últimos


(CTE DB SE-C, Figura 4.8)

El hundimiento se produce cuando la carga actuante sobrepasa la resistencia del terreno


frente al hundimiento, estado límite que aparece reflejado en la figura 1.15, siendo la presión
de hundimiento la máxima que soporta el terreno antes del hundimiento.

2.2 PRESIÓN ADMISIBLE DE UN TERRENO

La presión vertical admisible es el máximo valor de presión al que puede estar sometido un
terreno. Trabajamos con la presión de hundimiento, pero alejados de la rotura mediante unos
coeficientes de seguridad.

Rd valor de cálculo de la resistencia del terreno o presión admisible (qadm, σadm)


Rk valor característico de la presión de hundimiento (qhund, σhund,)
γR Coeficiente parcial de resistencia (véase figura 1.16)

Las figuras 1.17 y 1.18 muestran dos tablas, extraídas del CTE DB-C, con valores de la
presión admisible para determinados tipos de suelos, en función de su naturaleza

Figura 1.17 Presiones admisibles en suelos granulares (CTE DB-SE-C, Tabla 4.4)

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 1.18 Presiones admisibles a efectos orientativos (CTE DB-SE-C, Tabla D.25.)

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 1.16 Coeficientes de seguridad parciales γR (CTE DB-SE-C, Tabla 2.1)

Además de la seguridad frente al hundimiento en la evaluación de la presión admisible, hay


que tener en cuenta la tolerancia a las deformaciones o asientos. La presión admisible no
debe originar asientos mayores que los admisibles. De esta forma, garantizamos que los
asientos o deformaciones son compatibles con la deformación de la estructura.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

2.3 ASIENTOS. TIPOS Y CAUSAS

Asiento es la deformación que se produce en un terreno bajo la acción de una carga. Los
asientos (SA) presentan la misma dirección que la tensión que los origina. Por lo tanto, al ser
las cargas fundamentalmente verticales, el asiento también lo es, uniéndose a esta
deformación la consolidación del suelo por efecto de la gravedad.
La figura 1.19 muestra los diferentes movimientos que experimentan las cimentaciones, entre
los que figura el asiento que experimentan los puntos A, B, C y D de una cimentación.

Figura 1.19 Definiciones básicas del movimiento de cimentaciones (CTE DB SE-C, Figura 2.1)

El suelo es un material heterogéneo, compuesto por granos minerales, agua y aire ocluido.
Cuando se somete a una carga a un suelo saturado, es el agua la que recibe de forma
inmediata toda la carga, poniéndose en movimiento y disipándose a una velocidad que
depende de la permeabilidad del medio. Al evacuarse el agua, los granos sustituyen
gradualmente al agua en la transmisión de esfuerzos, produciéndose un reajuste de los
granos, una disminución del índice de huecos y un asentamiento del terreno. El tiempo de este
proceso puede variar desde pocos minutos en terrenos granulares muy permeables, hasta
años en arcillas poco permeables.
Si se carga un suelo no saturado, son los granos los que reciben inmediatamente la carga,
transmitiéndolas unos a otros de forma inmediata, lo que produce una reorganización de los
mismos y una disminución del índice de huecos hasta alcanzar un grado de saturación en el
que se produce la consolidación del suelo.
Observamos que el asiento consta de dos partes: el asiento inmediato o instantáneo,
producido tras la aplicación de la carga sin variación en el contenido de agua y sin variación de
volumen; y el asiento de consolidación, debido a la reducción de volumen por efecto de la
consolidación.
Los asientos no deben sobrepasar unos límites a partir de los cuales aparecen daños en la
estructura del edificio.
Cuando nos referimos a los asientos, debemos distinguir entre los diferentes tipos de asientos:

ASIENTO UNIFORME
Todos los puntos de la cimentación asientan la misma magnitud. Son en general inofensivos,
siempre y cuando el firme presente un espesor uniforme y suficiente, las cargas sean de la
misma magnitud sin que se solapen los bulbos de presiones y se transfieran a la misma
profundidad.

ASIENTO DIFERENCIAL
Existen asientos diferentes entre los diferentes puntos de la cimentación. Son peligrosos,
pudiendo ocasionar la rotura del cimiento y la formación de grietas.

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María Pilar del Amo Pérez

ASIENTO ADMISIBLE
Asiento máximo que tolera la estructura de un edificio, forjados y tabiquería, sin que aparezcan
lesiones incompatibles con el servicio de la misma. El método empleado para evaluar los
asientos admisible parte de la observación directa de los diferentes sistemas estructurales. La
antigua NBE-AE-88 fijaba unos valores orientativos de los asientos admisibles en función de
las características de la estructura del edificio y del tipo de terreno, que se exponen en la figura
1.20.
ASIENTOS GENERALES ADMISIBLES
CARACTERÍSTICAS DEL EDIFICIO ASIENTO GENERAL MÁXIMO ADMISIBLE
Terrenos sin cohesión Terrenos coherentes
Obras de carácter monumental 12 mm 25 mm
Estructuras muy rígidas de hormigón 35 mm 50 mm
Estructuras poco rígidas de acero 50 mm 75 mm
Estructuras articuladas de madera >50 mm > 75 mm

Figura 1.20 Asientos Generales admisibles según la antigua norma NBE-AE-88

Las estructuras metálicas admiten, en general mayores deformaciones que las estructuras de
hormigón, a pesar que éstas últimas se comportan mejor frente a las deformaciones lentas por
fluencia del hormigón.

ASIENTO MÁXIMO
Es el asiento máximo absoluto de un punto de la cimentación. Conviene limitar el máximo
asiento, ya que cuanto mayor lo sea, mayor lo podrá ser el diferencial.

DISTORSIÓN ANGULAR
Relación entre el asiento diferencial entre dos puntos de la cimentación contiguos y la
distancia que los separa. La figura 1.21 muestra los valores de la distorsión fijados por el CTE.

Figura 1.21 Valores de la distorsión según CTE DB-SE-C

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Resulta evidente que siempre que sobre un terreno actúa una carga, aparecerán
deformaciones en el mismo asociadas a la misma. Si el suelo es poco deformable, los
asientos serán mínimos. Por el contrario, en suelos deformables será necesario considerar el
coste que supone ejecutar cimentaciones profundas o intervenir en el terreno para mejorarlo.
Hay que tener en cuenta que existen causas ajenas a la naturaleza del terreno y de las cargas
que inciden en la magnitud de los asientos: existencia de cargas dinámicas en la superficie del
terreno, variaciones del nivel freático, presencia de aguas de escorrentía, variaciones en la
humedad del terreno por existencia de calderas u hornos, existencia de socavones o galerías
en el terreno, modificaciones químicas del terreno, etc.
Por lo tanto, es importante conocer la presión admisible del suelo con el que nos enfrentamos,
de manera que los esfuerzos que actúan sobre la estructura se transmitan al terreno de forma
segura frente a la rotura; y que los asientos sean compatibles con las deformaciones de la
estructura, es decir, sean tolerables. Conocida la carga que transmitimos al terreno, dotamos a
la cimentación de una superficie tal que no se sobrepase la tensión admisible del suelo,
garantizando de esta forma que los asientos o deformaciones son compatibles con la
deformación de la estructura.

2.4 EL EMPUJE DEL TERRENO: ESTADO ACTIVO Y PASIVO

El empuje de las tierras sobre el trasdós de una estructura se produce por un desequilibrio de
tensiones que aparece al ejecutar un cambio de nivel topográfico, de forma brusca, en un
terreno que no tiene entidad suficiente para el mismo. Para entenderlo mejor, observamos la
figura 1.22.
z

rvi rvi rvi rvi rvi

rhi rhi rhi rhi rhi rhi rha rhp

rvi rvi rvi rvi rvi

ESTADO INICIAL ESTADO ACTIVO ESTADO PASIVO

Figura 1.22.

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María Pilar del Amo Pérez

Tomamos un elemento de terreno proveniente de un solar en el que no se han ejecutado


trabajos de movimiento de tierras que supongan una alteración de tensiones. El suelo se
encuentra en estado de equilibrio, debido al equilibrio de tensiones horizontales y verticales.
Introducimos en el terreno una pantalla lineal de espesor inapreciable inmediatamente al lado
del elemento elegido, de forma que el estado de tensiones permanece inalterable. A esta
situación la denominamos “estado inicial” y el empuje del terreno sobre la pantalla se
considera “empuje al reposo”.
Si extraemos el suelo a la izquierda de la pantalla, las tensiones sobre la misma mueven la
pantalla hacia la izquierda al desaparecer el terreno que producía el equilibrio. A esta nueva
situación la denominamos “estado activo”. Es el mínimo valor que adquiere el empuje de las
tierras debido a la relajación que experimenta el terreno con el movimiento de la pantalla, lo
que hace disminuir las tensiones horizontales en el terreno en contacto con la misma.
Si empujamos la pantalla contra el terreno, las tensiones horizontales aumentan debido a la
reacción del terreno que se opone al movimiento. Es el máximo valor que adquiere el empuje
de las tierras. A esta situación se la conoce como “estado pasivo”.
Aplicamos de modo práctico los conceptos expuestos, al proceso de ejecución de una
entibación o estructura de contención de las tierras de carácter temporal:
1. En una primera fase se produce la hinca de dos pantallas de tablestacas de madera
coincidentes con las alineaciones de una futura zanja. Las pantallas sobrepasan la
cota del futuro vaciado. Las deformaciones sobre la pantalla son nulas. Es el estado
inicial o de empuje al reposo, que aparece en la figura 1.23.
2. Extracción del terreno existente entre las dos pantallas. A medida que avanzamos
con los trabajos de excavación el terreno empuja sobre las pantallas con un empuje
de tipo activo.
3. Una vez alcanzada la cota de vaciado y acodalada la pantalla, la parte de la misma
que se encuentra enterrada entra las dos pantallas se mueve contra ellas con empuje
de tipo pasivo debido a la reacción del terreno que se opone al movimiento (figura
1.24).

Figura 1.23 Empuje al reposo Figura 1.24 Empuje pasivo


Imagen cedidas por Ischebeck Ibérica S.L Imagen cedidas por Ischebeck Ibérica S.L

La rotura del terreno por deslizamiento se producirá cuando debido al empuje del terreno, las
tensiones de corte en el contacto de la cimentación con el terreno superen la resistencia del
mismo. El vuelco se producirá cuando debido al empuje de las tierras, el movimiento
predominante sea el giro de la cimentación. En la figura 1.25, extraída del CTE DB-C, se
reflejan los dos estados límites de deslizamiento y vuelco.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 1.25 Ejemplos de estados límites últimos (CTE DB SE-C, Figura 4.8)

3. RECONOCIMENTO DEL TERRENO: EL ESTUDIO GEOTÉCNICO

Antes de proceder a la construcción de un edificio, incluso en la fase de elaboración del


Proyecto, es necesario tener un conocimiento completo del terreno. Para saber qué
condiciones presenta el terreno ante el que nos enfrentamos en fundamental el tener
conocimiento de algunos aspectos como:
- Naturaleza y constitución de los diferentes estratos de terreno.
- Espesor, profundidad y regularidad de las capas (figura 1.26).
- Estrato apto para recibir las cargas (figura 1.27).
- Existencia de socavones bajo el área de influencia de la cimentación, con posibilidad
de asientos debidos a ellas (figura 1.28).
- Existencia de antiguas galerías, cuevas cegadas o pozos de prospecciones próximos
a los elementos de cimentación (figura 1.29).
- Existencia, variaciones en el nivel y composición química de las aguas freáticas
(figura 1.30).
- Presencia en la composición del terreno de sustancias agresivas a los elementos de
cimentación. Los yesos (sulfatos) reaccionan con el cemento por vía húmeda y
corroen las armaduras. La cal (carbonatos) y los cloruros corroen así mismo las
armaduras.
- Posibilidad de aprovechamiento del terreno para su uso dentro o fuera de la obra
(figura1.31).

Figura 1.26 Corte de terreno hasta el firme Figura 1.27 Estrato apto para recibir cargas

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 1.28 Existencia de socavones en la cota de vaciado Figura 1.29 Aparición de un pozo en el área de influencia de
la cimentación

Figura 1.30 Nivel freático que aflora en el vaciado Figura 1.31 Posibilidad de aprovechamiento del terreno

La respuesta a estos interrogantes requiere la realización de una serie de actividades que en


su conjunto constituyen el reconocimiento del terreno y cuyo resultado, se refleja en un
estudio geotécnico que nos permita conocer las características geológicas, hidrológicas,
geotécnicas y mecánicas del terreno, para poder decidir el tipo de cimentación más adecuado
a las condiciones del mismo y a la tipología del edificio que vamos a construir.
Otro factor que determina la necesidad del conocimiento del terreno es el porcentaje elevado
de accidentes causados por una cimentación insuficiente e inadecuada. Puede afirmarse que
el 82% de los casos en los que la cimentación ha sido la causa fundamental que motivó los
siniestros, tienen su origen en el desconocimiento de las propiedades geotécnicas del terreno.
Además el conocimiento del terreno nos ayudará a la elección correcta del sistema de
cimentación, optimizando la misma, con el consecuente beneficio económico. Son muchas las
obras iniciadas sin estudio geotécnico en las que es necesario interrumpir los movimientos de
tierras al encontrarnos con un terreno de diferente naturaleza que el estimado, requiriéndose la
reforma de la cimentación. Todo ello conduce a una demora en el proceso constructivo con el
sobrecoste correspondiente, cuando no, a la ejecución de trabajos con los que no se contaba
como la excavación en roca, el rebajamiento del nivel freático, el cambio a un sistema de
cimentación inabordable económicamente, etc.
La intensidad y el alcance del reconocimiento del terreno dependerán de la información previa
disponible, del tipo de terreno con el que nos encontramos y su complejidad, de la extensión
del área a reconocer y del tipo de construcción previsto.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

El estudio geotécnico es una campaña de prospección y reconocimiento del terreno que


realizan empresas especializadas, tomando muestras del terreno para su ensayo en
laboratorio, con el fin de determinar los parámetros geotécnicos del terreno. Comprende la
investigación de los suelos y la interpretación de resultados, siendo necesario que nos aporte
información sobre el tipo de cimentación más adecuado para la naturaleza del terreno y del
edificio. La autoría del informe corresponde al proyectista u a otro técnico competente,
recomendándose que el documento esté visado por el Colegio Oficial correspondiente. Ya que
el estudio geotécnico puede influir en la concepción de la cimentación y de la estructura del
edificio, se debe realizar en las fases iniciales del proyecto.

3.1 PROPIEDADES GEOTÉCNICAS DE LOS TERRENOS.

Para definir el terreno sobre el que vamos actuar es necesario conocer las propiedades
geotécnicas del mismo. Este conocimiento resulta imprescindible si queremos intervenir o
edificar al permitirnos proyectar la cimentación más adecuada. Las propiedades geotécnicas
son de orden físico y mecánico.

PROPIEDADES FÍSICAS
Permiten caracterizar y tipificar el tipo de terreno. Entre las propiedades físicas que son
necesarias para el conocimiento del terreno se encuentran:

a. Distribución granulométrica.
Permite la clasificación del terreno por tamaño de las partículas, distinguiendo las distintas
fracciones que lo componen. Clasifica los terrenos en: gravas de tamaño mayor de 2mm,
arenas con un tamaño que oscila entre 0,06 mm y 2 mm, limos con un tamaño entre 0,06 mm
y 0,002 mm y arcillas de tamaño inferior a 0,002 mm.

b. Humedad.
Indica el contenido de agua o humedad de un terreno. Se define como la relación entre el peso
del agua contenida y el peso de las partículas sólidas.
((Peso natural-Peso seco) I Peso seco) .100

c. Densidad.
Es la relación entre el peso y el volumen:
Densidad aparente: γ=Peso seco/V, donde V es el volumen aparente o externo
Densidad real o peso específico: γo= Peso seco/Vo, donde Vo=V-Vp es el volumen real o
absoluto, deduciendo los huecos internos (Vp)

d. Porosidad. Índice de poros


La porosidad n es el cociente entre el volumen de poros Vp y el volumen total Vp+Vs (volumen
de poros y volumen de partículas sólidas).
n= Vp /(Vp+Vs)
El índice de poros o de huecos e expresa la relación entre el volumen de poros y el de
partículas sólidas.
e= Vp/Vs

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María Pilar del Amo Pérez

e. Compacidad.
Se define la compacidad C como el cociente entre la densidad aparente y la densidad real.
C=γ/γo
siendo γ=Peso seco/V y γo=Peso seco/Vo siendo Vo el volumen real o absoluto, son poros
internos.

f. Consistencia. Límites de Atterberg


Los límites de Atterberg estiman el contenido de humedad necesario para producirse el paso
de un estado de consistencia a otro en los suelos cohesivos:
Límite de retracción Wr: Consistencia sólida a semisólida
Límite plástico Wp: Consistencia semisólida a plástica
Límite líquido Wl: Consistencia plástica a líquida

g. Permeabilidad
Define la capacidad que tiene un terreno para dejarse atravesar por el agua. Relacionado con
la estructura del suelo y la distribución granulométrica.

h. Agresividad.
Expresa la cantidad de materias agresivas para el hormigón de futuras cimentaciones
contenidas en el suelo.

i. Inalterabilidad.
Relacionada con la resistencia ante la acción de los agentes atmosféricos.

j. Expansividad.

Determina el aumento de volumen que experimentan algunos suelos ante la presencia de


agua.

PROPIEDADES MECÁNICAS
Derivadas del comportamiento de los suelos frente a acciones exteriores. Estas propiedades
varían dependiendo de la estructura interna.

a. Resistencia a compresión simple.

Relacionada con el comportamiento del suelo frente a un esfuerzo de compresión simple. La


resistencia a compresión simple es debida al rozamiento entre las partículas y a la cohesión.

b. Compresibilidad

Expresa la magnitud de las deformaciones que experimenta un terreno bajo la acción de una
carga. Las deformaciones o asientos que experimenta el suelo dependen de la estructura
interna de éste y de la desecación que el suelo haya experimentado.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

c. Resistencia al corte

Relacionada con el comportamiento del suelo frente a una tensión tangencial. La rotura del
suelo origina un deslizamiento o un hundimiento. La resistencia al corte es debida asimismo al
rozamiento entre partículas y a la cohesión.

3.2 FASES DEL ESTUDIO GEOTÉCNICO

Para el estudio de la caracterización geotécnica de un terreno en el ámbito de la edificación


seguiremos las prescripciones del CTE incluidas en DB-C (Seguridad Estructural.
Cimientos).También son interesantes las recomendaciones de la NTE.ECG,
Acondicionamiento del Terreno y Cimentaciones, en su apartado Estudios Geotécnicos. Para
caracterizar un terreno deberemos seguir las siguientes fases:
- Información previa del entorno, del terreno y del edificio a construir
- Programación del reconocimiento del terreno
- Prospección
- Ensayos de campo
- Toma de muestras
- Ensayos de laboratorio
- Redacción del informe geotécnico

3.3 INFORMACIÓN PREVIA

Es necesario tener información previa del entorno, del terreno sobre el que vamos a actuar y
del edificio a construir.

INFORMACIÓN DEL ENTORNO


- Consulta sobre la cimentación y estructuras de los edificios colindantes de las
mismas características que el nuestro (nº de plantas, sistema constructivo), así como
la observación de los mismos (fisuras, grietas, desplomes…)
- Antecedentes de irregularidades como fallas, fracturas o corrimientos.
- Reconocimiento del terreno del entorno (presencia de oquedades y socavones,
cuevas o bodegas cegadas, aguas freáticas, antiguas cimentaciones, redes
subterráneas)
- Existencia de terrenos agresivos
- Expansividad del terreno
- Consultas a otros técnicos que hayan intervenido en la zona
- Existencia de rocas o estratos resistentes sobre los que se ha cimentado en el
entorno

INFORMACIÓN DEL TERRENO


- Topografía del solar: curvas de nivel, perímetro y área.
- Ubicación del edificio dentro del solar
- Usos anteriores del solar: existencia de huertas en el entorno, hornos, antiguos
vertederos o rellenos.
- Consulta de los mapas geológicos y geotécnicos de la zona del Instituto Geológico y
Minero, de la Dirección General de Carreteras. Posibles modificaciones del perfil
original.
- Información hidrogeológica y geológica

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María Pilar del Amo Pérez

- Interpretación de fotografías aéreas


- Sismicidad del municipio
- Situación y disposición de redes subterráneas

INFORMACIÓN DEL EDIFICIO A CONSTRUIR


- Sistema constructivo del edificio proyectado: tipo de cimentación y estructura
- Tensión estimada en el cálculo y magnitud de las cargas
- Tolerancia de la estructura a movimientos del terreno
- Relación del edificio con el terreno:
o Planimetría de cimentación con indicación de las cargas a transmitir a la
cimentación
o Altimetría de la cimentación con indicación de los niveles de apoyo de la
misma
- Secciones del edificio, con indicación de las cotas de los diferentes niveles
- Número de plantas sobre y bajorasante
- Uso de las plantas
- Relación de los trabajos de movimiento de tierras

3.4 NIVEL Y PROGRAMACIÓN DEL RECONOCIMIENTO

El alcance y la programación del reconocimiento del terreno vendrán fijados en el estudio


geotécnico y dependerán de la información previa del plan de actuación urbanística, de la
extensión del terreno a reconocer, de su naturaleza y del tipo de edificación.
A efectos del reconocimiento del terreno seguimos las prescripciones del CTE en su DB SE-C
que clasifica la construcción y el terreno según las dos tablas adjuntas de las figuras 1.32 y
1.33. A efectos del reconocimiento, la unidad a considerar es el edificio o el conjunto de
edificios de una misma promoción.

Figura 1.32

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 1.33

De forma general, el mínimo número de puntos a reconocer será de tres, que deberán estar
referidos a puntos fijos del solar. En la tabla de la figura 1.34 se recogen las distancias
máximas entre puntos de reconocimiento (dmáx) y las profundidades orientativas (P) bajo el
nivel final de la excavación que establece en CTE en su DB-C.
Todos los puntos de reconocimiento deben quedar reflejados en planimetría y en altimetría a
puntos fijos del entorno. Si las distancias exceden las dimensiones de la superficie a
reconocer, se disminuirán hasta que se cumpla con el número de puntos mínimos requeridos.
2
Si la superficie en planta es superior a 10000 m se podrá reducir la densidad de puntos,
teniendo como límite el 50% de los obtenidos sobre el exceso de superficie.

Figura 1.34

Se comprobará que la profundidad planificada ha sido suficiente para alcanzar una cota en el
terreno por debajo de la cual no se desarrollarán asientos significativos bajo las cargas que
pueda transmitir el edificio. La unidad geotécnica se comprobará para una profundidad de al
menos 2m, más 0,3m adicionales por cada planta que tenga la construcción a realizar.
Si se va a cimentar mediante cimentaciones profundas, se supondrá que la cota de aplicación
de la carga del edificio sobre el terreno es igual a los 2/3 de la longitud del pilote. En el caso de
pilotes columna se comprobará que la cota investigada alcanza los cinco diámetros por debajo
de la cota prevista para la punta del pilote.

Figura 1.35

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María Pilar del Amo Pérez

La figura 1.35 muestra la Tabla 3.4 del CTE de su DB-C en la que se establece el número
mínimo de sondeos mecánicos y el porcentaje del total de puntos de reconocimiento que
pueden sustituirse por pruebas continuas de penetración, si el número de sondeos mecánicos
supera el mínimo especificado en dicha tabla.

3.5 PROSPECCIÓN. TÉCNICAS DE RECONOCIMIENTO.

El reconocimiento podrá llevarse a cabo mediante técnicas superficiales y profundas. Permiten


el conocimiento directo del terreno, así como la obtención de muestras para su posterior
ensayo en el laboratorio.

TÉCNICAS DE RECONOCIMIENTO SUPERFICIAL


Técnicas muy elementales, utilizadas con buen firme y cuando se conoce la naturaleza del
suelo.
a. Prueba de percusión o rebote
Detecta la presencia de fallos o socavones en el terreno y la resistencia del mismo. Técnica
tradicional consistente en golpear con un pisón la superficie del terreno que suponemos
“firme”. Al impactar el pisón contra el suelo, éste sufre una sacudida cuya onda será mayor o
menor según sea la capacidad resistente del terreno.
El sonido que se produce es hueco (relacionado con la existencia de socavones u oquedades)
o macizo (relacionado con un terreno compacto y resistente). Al lado se puede colocar un cubo
lleno de agua, que se mantendrá en calma o presentará perturbaciones en la superficie,
debido a la onda expansiva que se transmite al cubo, según el caso (véase la figura 1.36).

TERRENO COMPACTO Y DURO TERRENO POCO RESISTENTE

Figura 1.36 Prueba de percusión o rebote

b. Prueba de carga o de la mesa


Sobre el vaciado del terreno colocamos una plataforma o mesa fuerte apoyada sobre unos
postes de sección conocida sobre la que cargamos un peso conocido. Se irán observando los
cedimientos de los postes por la huella marcada en el terreno bajo la acción de los diferentes
pesos, después de descargar, o ayudándonos de una regla escantillada fijada al dado de
apoyo. Se obtiene una curva carga-asientos, de la que podemos estimar la tensión admisible
(figuras 1.37 y 1.38).

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 1.37 Prueba de carga o de la mesa

qrot = Nrot/Spostes;
S es la superficie de apoyo de la placa: 2 ó 4 postes
qadm= qrot/C
C=2,3
Figura 1.38 Realización de catas en un solar

TÉCNICAS DE RECONOCIMIENTO PROFUNDAS


a. Catas o calicatas
Excavación de pozos o zanjas de diámetro mínimo 75 cm, que permiten una observación
directa del terreno en su estado natural, la toma de muestras inalteradas, así como la
realización de ensayos “ in situ”, como el ensayo con placa o el penetrómetro de bolsillo. La
información obtenida, las operaciones realizadas y la configuración de la cata, referida a unos
puntos fijos, constituyen las anotaciones de campo.
Las catas o calicatas deben ubicarse sobre el emplazamiento de los futuros soporte o muros
más solicitados, siempre y cuando no se deteriore el terreno de apoyo de la futura
cimentación, a fin de evitar futuros asientos. Deben tener la profundidad suficiente para llegar
al firme. Se utilizan en terrenos excavables con pala mecánica, terrenos gruesos y
preferentemente cohesivos; o manualmente en ausencia de nivel freático, hasta profundidades
de 4m. En presencia del nivel freático se pueden ejecutar pozos más profundos
perimetralmente y bombear el agua para rebajar el nivel. Suelen presentar una sección
cuadrada de 1-1,5 x 1-1,5m, o circular.
No es aconsejable cuando se pueda deteriorar el terreno debajo de la futura cimentación u
ocasionar problemas en las estructuras colindantes o en el propio terreno. A profundidades
mayores de 3m resultan antieconómicas.
Puede ser necesaria la entibación de la cata por razones de seguridad, para profundidades
que superen los 1,5m, pero siempre se permitirá la observación directa de los diferentes
estratos de terreno

b. Sondeos: manuales y mecánicos


Perforaciones de pequeño diámetro y profundidad variable que permiten conocer la naturaleza
y espesor de los diferentes estratos, extraer muestras inalteradas del mismo, así como la
realización de ensayos de penetración.
Sondeos manuales
Reconocimientos en poca profundidad de capas poco resistentes. Localizan bases rocosas y
determinan niveles freáticos.

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María Pilar del Amo Pérez

- Aguja o “tiento”: El sondeo se realiza por medio de una varilla de 2 a 3 m que se


hinca por rotación en el terreno. La aguja lleva un orificio en su extremo que al
extraerla sin girar, permite la extracción de una muestra de terreno.
- Sonda o cabria: La hinca por rotación a mano de una varilla provista en su extremo
de una barrena helicoidal, sonda o “cabria” permite la extracción de muestras de
terreno hasta una profundidad de 12 m con la ayuda de diferentes barrenos o trépano
(figuras 1.39 y 1.40). Es adecuada para capas poco resistentes, en terrenos con agua
y en profundidad. No es recomendable en terrenos granulares flojos.
En terrenos sueltos se utiliza la barrena de plato y cilíndrica.
En terrenos compactos se utiliza la barrena de cuchara y de espiral.
En gravas se utiliza la barrena de válvula.
En terrenos rocosos se utiliza el trépano

Figura 1.39 Cabria para sacar la sonda


BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras, Fundaciones,
Andamios, Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial de BAILLY-BAILLIERE
E HIJOS, Madrid 1899, p.14

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 1.40 Utillaje empleado en sondeos manuales


BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras, Fundaciones,
Andamios, Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial de BAILLY-BAILLIERE
E HIJOS, Madrid 1899, p.12, 13
Fig. 8 y 9 Cabeza de sonda
Fig. 10 Husillo en forma de cuchara para terrenos arenosos
Fig. 11, 12,18 Husillos de taladro para terrenos arcillosos
Fig. 13 Válvula para sondeo en arenas sueltas o agua
Fig. 14 Husillo de escotadura para terrenos arcillosos
Fig. 15 Trépano simple
Fig. 16 Trépano de teta
Fig. 17 Trépano por punta
Fig. 19 Trépano socavado

Sondeos mecánicos
Utilizan sistemas montados sobre maquinaria de transporte. Permiten llegar a profundidades
superiores que las catas y los sondeos manuales, mediante la extracción de testigos
continuos. Son costosos, por lo que deben limitarse. Se utilizan en terrenos resistentes y en
presencia de nivel freático, para la extracción de muestras inalteradas profundas del terreno y
de acuíferos.
Detectan las variaciones del nivel freático mediante la instalación de tubos piezométricos en un
número de sondeos suficiente. Establecen el perfil estratigráfico del terreno.
Se utilizan para prospecciones complementarias como: la realización de diagrafías de
resistividad, radioactividad natural, velocidad sónica, etc.
Se introduce en el terreno una sonda de 7 a 14 cm de diámetro accionada mecánicamente,
pudiéndose alcanzar hasta profundidades de 20 m. La distancia entre sondeos oscila entre los
25 y 100 m. La sonda se introduce por diferentes medios:
- Sondeos por presión en suelos blandos
- Sondeos por percusión en presencia de suelos granulares gruesos: gravas o bolos
- Sondeos por rotación en todo tipo de terreno, utilizando el dispositivo de avance
adecuado a la naturaleza del mismo, especialmente en terrenos rocosos y suelos
duros
- Sondeos por barrenado en terrenos blandos y cohesivos

c. Ensayos de penetración
Son un complemento de los ensayos realizados en laboratorio con las muestras extraídas del
terreno. Permiten solicitar al terreno en su estado natural, realizando predicciones empíricas
de la resistencia al corte, los límites de los distintos estratos y la uniformidad del suelo,
compresibilidad, existencia de cavidades, etc.

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María Pilar del Amo Pérez

Ensayo de penetración estática


Hinca de una punta o cono mecánico con un sistema de tubos y varillaje, con velocidad de
penetración uniforme y lenta, midiendo la resistencia por punta y la resistencia total valorando
el rozamiento a través del fuste. Se conoce con las siglas CPT (Cono de Penetración Test).
Permite medir la resistencia por la punta qc. Algunos modelos también miden la resistencia por
fuste qf. Los que miden además la presión intersticial se llaman piezoconos (CPTU).
La velocidad de penetración está estandarizada en 2cm/s, con lecturas a intervalos de 20 cm.
Los suelos más indicados son los cohesivos muy blandos y las arenas gruesas sin gravas.
La figura 1.41 muestra los modelos propuestos por las NTE.

Figura 1.41 Modelos propuestos por las NTE. Cotas en mm

Ensayo de penetración dinámica

Figura 1.42

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Hinca por el golpeteo de una punta cónica unida a una barra maciza de peso constante que
cae desde una altura también constante sobre una punta o penetrómetro. Se mide el número
de golpes necesarios para que la punta penetre una determinada profundidad. La resistencia
se mide a partiendo del número de golpes N necesarios para conseguir un avance de la punta
de 20 cm. El más conocido es el penetrómetro Borros
En la figura 1.42 se muestra la tabla D.6., extraída del Anejo D del DB SE-C del CTE, en la que
se indican las condiciones de utilización más apropiadas de cada tipo de penetrómetro.

En el reconocimiento de los tipos de construcción C-0 y grupo de terreno T-1, las pruebas de
penetración deben completarse con otras técnicas de reconocimiento como las calicatas.

d. Métodos geofísicos
Técnicas que permiten medir propiedades físicas del terreno desde la superficie: técnicas
magnéticas, gravimétricas, eléctricas y sísmicas. Se utilizan en grandes superficies a construir,
con el fin de obtener información complementaria que ayude a distribuir los puntos de
reconocimiento, así como la profundidad a alcanzar en ellos.

e. Diagrafías.
Perforaciones destructivas que proporcionan información del terreno a través de un taladro en
una prospección en profundidad. El avance de la broca del taladro y de la energía consumida
por el martillo perforador nos aporta información que permite definir el perfil geológico del
terreno. Para la obtención de las diagrafías se introducen en el taladro diferentes aparatos que
permiten medir parámetros como la resistividad del terreno, la propagación de las ondas
sísmicas, la conductividad eléctrica, la radioactividad natural, etc.

3.6 ENSAYOS DE CAMPO

Son ensayos que se realizan directamente sobre el terreno natural, proporcionando datos que
pueden relacionarse con la resistencia, deformabilidad y permeabilidad.

ENSAYO SPT (STANDARD PENETRATION TEST)


Determina la resistencia del suelo a la penetración de un tomamuestras tubular de acero, en el
interior de un sondeo, mientras se obtiene una muestra alterada del suelo.
Se trata de un ensayo de penetración dinámica, usando una maza de 63,5 kg que golpea un
tomamuestras desde una altura de caída de 76 cm hasta hacerle penetrar 60 cm. Los
resultados se dan en forma de valores N30, que representa el número de golpes necesarios
para que el penetrómetro se introduzca 30 cm. Los valores se toman cada 15 cm,
registrándose como N30 la suma de los golpes practicados cada dos estratos sucesivos.
Para la determinación de N se inicia una primera penetración de 15 cm que se denomina
asiento. Se continúa con dos series de 15 cm que se corresponden con los 30 cm de la
penetración del ensayo, contando el número de golpes de cada una. Si se superan desde el
inicio los 50 golpes se considera que se ha alcanzado el rechazo. El valor de N es la suma de
golpes de las dos series de penetración de 15 cm. Si dicho número supera asimismo el valor
de 50 se dice también que se ha alcanzado el rechazo.
Proporciona información de la compacidad del terreno, de la resistencia y deformabilidad del
mismo, de la existencia de cavidades en el terreno, resistencia al corte, compresibilidad, etc.
Indicado especialmente para las arenas, permitiéndonos medir su compacidad.

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María Pilar del Amo Pérez

ENSAYO DE CARGA CON PLACA


Se utiliza en el caso de cimentaciones superficiales. Permite conocer la resistencia superficial
del terreno y las deformaciones correspondientes.
El método se basa en la medición de los asientos que provoca una placa rígida, al ir
cargándola sobre el terreno. Se utiliza una placa cuadrada o circular de 30 x 30 cm.
La placa se va cargando sobre el terreno a ensayar, con valores de carga progresivos N1, N2…
que van provocando asientos e1, e2…, hasta llegar a la rotura del terreno. La figura 1.43
representa la curva carga-asientos de la placa. Los asientos van siendo proporcionales a las
cargas hasta un punto denominado “límite de proporcionalidad”, a partir del cual, el asiento
aumenta más deprisa que la carga, hasta llegara a la rotura.

A = Limite de proporcionalidad de tensiones y deformaciones unitarias


B = Carga de rotura
Figura 1.43

qrot = Nrot/Splaca;
S es la superficie de la placa de ensayo Ø 30 cm =πr2

qadm= qrot/C
C=3 en zapatas cuadradas o redondas
C=4 en zapatas continuas

En la figura 1.44 aparece la Tabla D.7., extraída del Anejo D del DB SE-C del CTE, en la que
se describen otros ensayos “in situ” y se indican las condiciones de utilización más apropiadas
de los mismos.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 1.44

3.7 TOMA DE MUESTRAS

Su objetivo es la realización de ensayos de laboratorio con una fiabilidad suficiente. El CTE en


su DB SE-C establece tres categorías de muestras:
a. Muestras de categoría A: mantienen inalteradas la estructura, densidad, humedad,
granulometría, plasticidad y componentes químicos.
b. Muestras de categoría B: mantienen inalteradas la humedad, granulometría,
plasticidad y componentes químicos.
c. Muestras de categoría C: aquellas que no cumplen las especificaciones de la
categoría B.

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María Pilar del Amo Pérez

Las muestras inalteradas se obtienen mediante tallado en bloque. En la figura 1.45 aparece la
tabla 3.5 del DB SE-C en la que se señala la categoría mínima requerida de la muestra según
los ensayos de laboratorio que se van a realizar.

Figura 1.45

3.8 ENSAYOS DE LABORATORIO


Permiten ensayar las muestras obtenidas para identificar el suelo y determinar sus
características físicas, químicas y mecánicas. En función de su finalidad, los ensayos pueden
ser de diferentes tipos:

ENSAYOS DE IDENTIFICACIÓN
Identifican la naturaleza del terreno. Entre ellos se encuentran los ensayos granulométricos por
tamizado y los límites de Atterberg.
ENSAYOS FÍSICOS
Determinan los parámetros físicos del suelo como la densidad, la porosidad e índice de poros
y el contenido de humedad.
ENSAYOS QUÍMICOS
Determinan la presencia de compuestos agresivos al hormigón, como sulfatos, cloruros,
carbonatos y materia orgánica.
ENSAYOS MECÁNICOS
Determinan los parámetros geotécnicos del suelo como la resistencia, el ángulo de rozamiento
interno, la deformabilidad, la expansividad, la compactación, la colapsabilidad etc.
La tabla D.18 extraída del Anejo D del DB SE-C que aparece en la figura 1.46 establece el tipo
de ensayo necesario para obtener diferente información respecto al terreno y las normas UNE
que rigen cada uno de los ensayos.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 1.46

3.9 EL INFORME GEOTÉCNICO. CONTENIDO


El estudio geotécnico nos aporta información sobre:
- Descripción de la parcela y de las obras a realizar. Descripción y localización del
edificio en el solar. Se incluye un plano general del solar y otro detallando la posición
del edificio en el mismo a escala >1/500
- Antecedentes y datos recabados
o Antecedentes geológicos y geotécnicos
o Antecedentes de la cimentación del entorno
o Servicios próximos
o Experiencia de estudios geotécnicos realizados por el mismo laboratorio en
la zona

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María Pilar del Amo Pérez

- Trabajos de reconocimiento efectuados: indica el número, tipo y localización de los


reconocimientos realizados, incluyendo la toma de muestras, los encargos “in situ” y
los ensayos de laboratorio.
- Topografía de la parcela: indicando las pendientes, taludes…
- Distribución de unidades geotécnicas: se expresa gráficamente el perfil estratigráfico
del terreno indicando:
o Naturaleza y espesor de los estratos
o Extensión y profundidad
o Comportamiento sísmico
o Determinación del estrato de terreno con capacidad de apoyo suficiente
para compatibilizar asientos y deformaciones de la estructura. Profundidad y
espesor del mismo.
- Evaluación de los resultados: Parámetros geotécnicos de cada estrato de terreno.
- Conclusiones y recomendaciones
o Recomendaciones constructivas en relación con el tipo de cimentación y su
nivel de apoyo. Se determinará el valor de la presión admisible y de
hundimiento. En el caso de pilotes se desglosará la resistencia al
hundimiento por punta y por fuste. En el caso de estructuras de contención
se precisará el valor del empuje activo, pasivo y al reposo
o Control del agua
o Clasificación de los terrenos afectados por las labores de movimiento de
tierras, a fin de elegir la maquinaria más adecuada a su naturaleza, para
intervenir sobre ellos.
o Aprovechamiento del terreno

- Posibles problemas:
o Presencia y nivel de las aguas freáticas, de forma que sus variaciones no
alteren la naturaleza del terreno bajo la cimentación.
o Inestabilidad de taludes
o Agresividad del terreno
o Agresividad de las aguas freáticas
o Interacción con edificios próximos
- Anejos con los resultados de las técnicas reconocimiento realizas

4. BIBLIOGRAFÍA

BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras,


Fundaciones, Andamios, Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería
Editorial de BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899

GARCÍA VALCARCE, Antonio y otros: Manual de Edificación. Derribos y Demoliciones.


Actuaciones sobre el Terreno. Editorial EUNSA (Ediciones Universidad de Navarra, S.A.),
Navarra, 1995
ISBN-84-313-1356-0

GARCÍA VALCARCE, Antonio y otros: Manual de Edificación. Mecánica de los terrenos y


cimientos. EDITORIAL CIE INVERSIONES EDITORIALES DOSSAT 2000
ISBN-84-89656-46-0

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

GONZÁLEZ DE VALLEJO, Luis: Ingeniería Geológica. Editorial PRENTICE HALL.


ISBN- 84-205-3104-9

HIDALGO BAHAMONTES, Ángel: Construcción de cimientos. Monografías CEAC de la


Construcción. Ediciones CEAC, S.A. Febrero 1993.
ISBN-84-329-2922-0

LOZANO APOLO, Gerónimo y LOZANO MARTÍNEZ-LUENGAS, Alfonso: Curso Diseño,


Cálculo Construcción y Patología de cimentaciones y recalces. Lozano y Asociados.
CONSULTORES TÉCNICOS DE CONSTRUCCIÓN, S.L. 1998
ISBN-84920401-2-2

MINISTERIO DE LA VIVIENDA: CTE. DB SE-C. Código Técnico de la Edificación. Documento


Básico: Seguridad Estructural. Cimientos. Real Decreto 314/2006.

MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS, TRANSPORTES Y MEDIO AMBIENTE: NORMAS


TECNOLÓGICAS DE LA EDIFICACIÓN. ACONDICIONAMIENTO DEL TERRENO.
CIMENTACIONES.
ISBN-84-7433-810-7

MUÑOZ HIDALGO, Manuel: Problemas, dudas y soluciones durante el proyecto y ejecución de


la edificación. Edita: Manuel Muñoz Hidalgo. Sevilla 2001.
ISBN-84-607-1419-5

PÉREZ AZUARA, Juan Antonio: Conceptos Básicos de geología general y geología de


España. De aplicación a las obras públicas. Ediciones LITEAM
ISBN-8495596-86-5

RODRÍGUEZ ORTIZ, José María, SERRA GESTA Jesús y OTEO MAZO, Carlo.: Curso
aplicado de cimentaciones. Edita: COAM
ISBN-84-85572-37-8

VARIOS AUTORES: Ingeniería del Terreno. IngeoTer1. Editor Carlos López Jimeno. Madrid
2002
ISBN-84-931292-9-1

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María Pilar del Amo Pérez

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Tema 2

EL ACONDICIONAMIENTO DEL TERRENO

1. OBJETO

La primera labor a la que nos enfrentamos en la obra de Arquitectura es la de transformar el


terreno en el que ésta se va ubicar. Antes de iniciar los trabajos de edificación hay que
preparar adecuadamente el terreno para adaptarlo a las exigencias de la obra.
La situación ideal es la de encontrarnos con un “terreno ideal” (véase la figura 2.1), es decir,
un terreno en el que no hay que intervenir: con una topografía prácticamente horizontal, con
una capacidad portante adecuada a las cargas a las que va a estar sometido, con un estrato
resistente de terreno situado a una profundidad accesible y sin presencia de agua. Un terreno
en el que únicamente serían necesarios los trabajos de excavación.
La situación real es muy distinta: la de un “terreno en el que hay intervenir”:
- Es necesaria la limpieza a nivel superficial del terreno.
- El terreno natural está en un plano superior o inferior al del perfil definitivo.
- La superficie del terreno presenta un relieve superficial muy irregular.
- Presencia de un gran desnivel topográfico que hace necesarios los trabajos de
contención del terreno.
- Existencia de un nivel freático que aflora en el plano de cimentación, siendo
necesario labores de captación, evacuación y conducción de las aguas.
- El terreno no es apto desde el punto de vista geotécnico para soportar las cargas,
siendo necesario realizar labores de mejora.

Figura 2.1Terreno ideal

Es necesario el acondicionamiento del terreno mediante la realización de una serie de


operaciones para adaptar la topografía y las condiciones que presenta el solar a las que
requiere el proyecto. El acondicionamiento del terreno comprenden todas las actuaciones
necesarias para a la implantación del edificio y su adaptación al entorno.
Las figuras 2.2, 2.3, 2.4, 2.5, 2.6 y 2.7 muestran diferentes situaciones de terrenos “reales” en
los que es necesario intervenir.

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 2.2 Solar en el que no se han realizado labores Figura 2.3 Solar con dos niveles topográficos
de limpieza

Figura 2.4 Solar con presencia de nivel freático Figura 2.5 Terreno que es necesario contener

Figura 2.6 Presencia de antiguos pozos Figura 2.7 Solar a desbrozar

2. ACTUACIONES NECESARIAS. CLASIFICACIÓN

Las actividades de acondicionamiento del terreno se engloban en uno de estos grupos de


trabajos:

- TRABAJOS PREVIOS
Relacionados con el conocimiento previo del solar y su entorno.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

a. Toma de datos
b. Inspección del entorno
c. Retirada de servicios.
d. Desbroce y limpieza.

- MOVIMIENTO DE TIERRAS
Actividad relacionada con la modificación de la topografía del terreno para adaptarlo
a las características del edificio. Son la excavación, el relleno, la explanación y el
transporte como actividad complementaria a las anteriores. Durante la ejecución de
los movimientos de tierras se produce la compactación y el esponjamiento con
posterior asentamiento del terreno.
a. Excavación.
b. Relleno y terraplenado
c. Compactación, esponjamiento y asentamiento
d. Explanación.
e. Transporte

- CONTENCIÓN DEL TERRENO


Relacionada con la existencia de desniveles topográficos en el solar y con las
soluciones posibles para salvar esa diferencia de cotas en condiciones de seguridad.
a. Ataluzado
b. Contención temporal de las tierras: entibaciones
c. Contención permanente de las tierras: estructuras de contención

- CONTROL DE AGUA
Actividad relacionada con la presencia de agua que aflora en el solar en la cota de
los movimientos de tierra.

- INTERVENCIONES DE MEJORA EN EL TERRENO


Relacionadas con la posibilidad de mejorar el terreno existente

3. CONCEPTO Y EJECUCIÓN DE LAS ACTIVIDADES DE ADECUACIÓN DEL TERRENO

3.1 TRABAJOS PREVIOS

TOMA DE DATOS
Es necesario tomar nota de cualquier material u objeto que pueda afectar al desarrollo del
trabajo:
- Arboles de gran tamaño, especies a proteger, arboles a trasplantar
- Rocas o piedras voluminosas. En zonas rurales es frecuente la aparición de rulos
compactadores de piedra en las zonas de las eras
- Restos de edificaciones: cimentaciones o muros de edificios anteriores
- Maquinaria agrícola abandonada o en desuso
- Aparición de cuevas u otro tipo de oquedades, etc.

INSPECCIÓN DEL ENTORNO


Es necesario observar el entorno construido. El reconocimiento del estado de los edificios
colindantes es fundamental para poder abordar actuaciones posteriores en condiciones de

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María Pilar del Amo Pérez

seguridad, sin problemas de asientos o derrumbes. Esta inspección no se limitará al estado de


las medianerías. Es necesario obtener información acerca del sistema de cimentación del
edificio colindante, del nivel de apoyo de la misma y su posible interferencia con la cimentación
de nuestro edificio.
Las figuras 2.8, 2.9, 2.10, 2.11, 2.12, 2.13 y 2,14 reflejan el entorno construido de diferentes
edificios.

Figura 2.8 Estado bueno de la medianería colindante Figura 2.9 Excavación con bataches para evitar daños

Figura 2.10 Medianería con cimentación Figuras 2.11 y 2.12 Medianería en mal estado
A nivel superior

Figuras 2.13 y 2,14 Vaciado para ejecución de sótano con interferencia de la zapata del edificio colindante

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

RETIRADA DE SERVICIOS.
Antes de iniciar los movimientos de tierras es necesario retirar o desviar cualquier tipo de
instalaciones urbanas en uso o en desuso que interfieran en la zona de trabajo, previa
comunicación y permiso de la empresa suministradora del servicio, la cual nos dará las
indicaciones oportunas para la ejecución de los trabajos de retirada o desvío.
- Albañales u otro tipo de redes enterradas, pozos negros, galerías, etc. (véanse las
figuras 2.15 y 2.16)
- Líneas eléctricas aéreas o enterradas, en uso o en desuso, líneas de
telecomunicaciones
- Depósitos de combustibles enterrados, etc.
- Restos arqueológicos: su aparición supondrá la paralización de los trabajos para la
posterior catalogación y datación del material encontrado (véase la figura 2.17)

Figura 2.15 Aparición de pozo de agua en zapata Figura 2.16 Aparición de pozo negro en cota de excavación

Figura 2.17 Aparición de aljibe en excavación

DESBROCE Y LIMPIEZA.
Estos trabajos comprenden la retirada de todo tipo de árboles y arbustos, la extracción de
tocones y el despeje del terreno de las plantas herbáceas, maleza y cualquier otro material
(escombros, piedras…) que interfiera en la zona de actuación.
Retirada de escombros y piedra.-
Si las piedras a retirar son de gran tamaño es necesario proceder al “cuarteo” mediante
barrenos colocados en el interior del bloque de piedra, aproximadamente a la mitad de su
espesor, o mediante cargas exteriores con objeto de disgregarla en pequeños trozos. También
puede hacerse el cuarteo mediante un martillo rompedor.

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María Pilar del Amo Pérez

Retirada de tierra vegetal.-


Eliminación de la capa más superficial del terreno que contiene gran cantidad de materia
orgánica. Alcanza hasta los 35 ó 40 cm de profundidad y carece de capacidad portante,
pudiendo ser agresiva al hormigón de cimentación. La presencia de raíces vivas en la cota de
cimentación altera la naturaleza del terreno bajo la misma, al captar la humedad natural del
mismo. Si es posible, la tierra vegetal se reutilizará en la formación de jardines o en la
protección de taludes, dentro o fuera de la obra.
Las figuras 2.18 y 2.19 nos muestran dos solares en los que no se han realizado labores de
retirada de tierra vegetal, previas a la excavación del vaciado de las zanjas de cimentación y a
la colocación de las armaduras

Figura 2.18 Restos de escombros y maleza Figura 2.19 Restos de raíces en la cota de cimentación

La retirada de la tierra vegetal se realiza mediante un bulldozer, maquinaria de excavación que


lleva articulada en la parte delantera una cuchilla horizontal. La cuchilla se introduce en la capa
más superficial del terreno, y lo empuja a su paso, acumulándolo en una zona del solar (véase
la figura 2.20).

RETIRADA DE TIERRA VEGETAL


Figura 2.20

Retirada de árboles y arbustos.-


En general debemos intentar salvar el mayor número de especies, trasplantándolas a otro
lugar. Las que permanezcan en la zona de actuación se protegerán mediante un vallado sólido
(véase la figura 2.21). La protección afectará a todo el árbol, desde la raíz hasta las hojas,
quedando el árbol talmente protegido del paso de la maquinaria, de los trabajos de movimiento
de tierras que pudieran afectar a las raíces y de los impactos.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 2.21 Protección de árbol con encofrado Figura 2.22 Hacha de leñador

Los arboles de pequeño porte se retirarán con ayuda de hachas (véase la figura 2.22), sierras
manuales o motosierras. Los de mediano porte se retirarán con la ayuda de un bulldozer,
ejerciendo sobre el tronco un empuje con la pala de abajo a arriba, a unos 50 cm del suelo
(véase la figura 2.23).
Para la retirada de los árboles grandes podemos auxiliarnos excavando alrededor de los
mismos una zanja con el fin de descalzar el árbol descubriendo la raíz (véase la figura 2.24).
Es conveniente dejar una pequeña rampa de aproximación del bulldózer que actuará del
mismo modo que con los arboles de tamaño medio, pero empujando el tronco desde un nivel
superior. También podemos volcar el árbol amarrando un cable alrededor del tercio superior
del tronco y traccionando el árbol hacia la máquina.

RETIRADA DE ARBOLES DE MEDIANO PORTE

Figura 2.23

Extracción de tocones.-
El tacón es la parte inferior del tronco del árbol que queda unida a la raíz. El tocón junto con la
raíz constituye grandes volúmenes, que a veces es costoso retirar. Todos los tocones y raíces
de diámetro mayor de 10 cm se retirarán hasta una profundidad mayor de 50 cm por debajo
del nivel de la excavación.
Si el tocón es pequeño se retira con la pala mecánica. Si es grande, es necesario descalzar el
mismo con el objeto de cortar las raíces para facilitar su extracción, amarrando a continuación
un cable alrededor del mismo y traccionándolo a un bulldozer. Si es necesario se pueden volar
poniendo en su pie uno o dos barrenos. Todos los huecos y oquedades resultantes de retirara
los tocones se deberán rellenar y compactar con un material similar al del terreno.

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María Pilar del Amo Pérez

RETIRADA DE ARBOLES DE GRAN PORTE

Figura 2.24

3.2 MOVIMIENTO DE TIERRAS

EXCAVACIÓN
La excavación consiste en la extracción de tierras del terreno natural con el objeto de rebajar
su nivel con respecto al original, cuando el terreno natural está más alto que el perfil definitivo.
Los trabajos de excavación dentro de una obra de edificación originan grandes volúmenes de
tierra a remover, en la excavación de vaciados de sótanos, de cimentaciones, en la
explanación del solar y en su ataluzado; y volúmenes menores en la excavación de las
acometidas a las redes generales del edificio. En obras de urbanización los trabajos de
excavación están dirigidos a la preparación de plataformas de jardines, paseos o calzadas y a
la realización de pequeñas zanjas para cimientos de bordillos, redes de drenaje y redes de
instalaciones urbanas.
La excavación se puede realizar a cielo abierto o a cielo cubierto.

a. A cielo abierto
Es aquella en la que los trabajos de extracción de tierras se realizan en toda o en la mayor
parte de la superficie del terreno.

Bajo rasante
- Excavación en vaciado: Las tierras a extraer se encuentran por debajo de la rasante
del plano de acceso al edificio (véase la figura 2.25). Es la excavación más corriente
en la ejecución de los sótanos en edificación. Según el CTE tendrá una anchura
superior a 2 m. Las figuras 2.26 y 2.27 reflejan la excavación de dos grandes
vaciados para la ejecución de un sótano.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

PLANO DE ACCESO AL EDIFICIO O PERFIL ORIGINAL

PERFIL DEFINITIVO

Figura 2.25 Excavación en vaciado

Figuras 2.26 y 2.27 Trabajos de excavación por debajo de la rasante del terreno en ejecución de vaciados

- Excavación en zanja: Excavación de un vaciado en el que una de las dimensiones, el


ancho, es mucho menor que las otras dos. Los trabajos de excavación en zanja se
realizan para ejecutar cimentaciones superficiales y alojar instalaciones (véase la
figura 2.28).
- Excavación en pozo: Excavación de un vaciado en la que la profundidad predomina
sobre las dimensiones del perímetro, que puede ser circular, cuadrado o rectangular.
Los trabajos de excavación de sótanos se realizan para ejecutar cimentaciones
semiprofundas y profundas, y para alojar instalaciones (véase la figura 2.29).

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 2.28 Excavación en zanja para cimentación Figura 2.29 Excavación en pozo para cimentación

Sobre rasante.
- Excavación en desmonte: Las tierras a extraer o el terreno natural se encuentran por
encima de la rasante del plano de acceso al edificio o perfil definitivo (véase la figura
2.30). Al menos uno de los lados del perímetro de la excavación está a la cota del
perfil definitivo, permitiendo un acceso fácil para la maquinaria.
- A media ladera: Excavación en desmonte dejando taludes a ambos lados de la
explanada, sobre la rasante en un lado y bajo la rasante en el otro (véase la figura
2.31).
- En pendiente: Excavación en desmonte dejando taludes sobre la rasante a ambos
lados de la explanada (véase la figura 2.32).

TERRENO NATURAL O PERFIL ORIGINAL

PLANO DE ACCESO AL EDIFICIO O PERFIL DEFINITIVO

Figura 2.30 Excavación en desmonte

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

EXCAVACIÓN A MEDIA LADERA EXCAVACIÓN EN PENDIENTE

Figura 2.31 Figura 2.32

b. A cielo cubierto
Los trabajos de extracción de tierras se realizan bajo la superficie del terreno. No se requieren
operaciones de desbroce y retirada de servicios, a excepción de los vaciados.
- En vaciado: Después de construir desde la superficie del terreno una pantalla
perimetral de hormigón como elemento de contención de las tierras, se procede al
levantamiento de la estructura horizontal, forjados o losas que apuntalen la pantalla a
medida que se procede a la excavación de las tierras por debajo de la misma.
- En mina o galería subterránea: Excavaciones bajo tierra que exigen la apertura de
pozos para la extracción de las tierras, la entrada y salida de obreros y aireación de la
galería. Una vez abiertos los pozos, se procede a la excavación de la mina entre
cada dos de ellos (véase la figura 2.33). En el caso de galerías para alojar servicios,
es necesario ir entibando la misma a medida que se realizan los trabajos de picado
de las tierras.

Figura 2.33 Ejecución de trabajos en excavación de galería


BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras, Fundaciones, Andamios,
Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial de BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899,
p.154

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 2.34 Perforación para anclaje de pantalla Figura 2.35 Solar con socavón a rellenar

- Túneles: Galerías para alojar servicios de transporte.


- Perforaciones: Excavaciones de pequeño diámetro horizontales o con una ligera
inclinación para ejecutar anclajes de pantallas de contención de tierras, drenajes, etc.

RELLENO Y TERRAPLENADO.
El relleno consiste en el aporte de tierras y posterior compactación de las mismas en aquellas
zonas en las que el terreno natural está más bajo que el perfil definitivo que va a tener (véase
la figura 2.36). Es muy importante la elección del terreno y la compactación del mismo para el
posterior aprovechamiento del terreno a efectos de una buena capacidad portante.
Para preservar la estabilidad de un relleno ejecutado en ladera o levantar defensas o muros se
construyen terraplenes, rellenos de terreno con taludes de pendientes adecuadas al material
empleado y con un grado de compactación que garantice la estabilidad a corto y largo plazo.

PLANO DE ACCESO AL EDIFICIO O PERFIL DEFINITIVO

TERRENO NATURAL O PERFIL ORIGINAL

Figura 2.36 Relleno o terraplenado

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

COMPACTACIÓN, ESPONJAMIENTO Y ASENTAMIENTO


a. Compactación.
La compactación o contracción de las tierras es la disminución de volumen que experimentan
las mismas al ser apisonadas. La compactación supone un aumento de la densidad seca del
terreno mediante la aplicación de una energía en cada tongada de terreno que se aporta, lo
que se traduce en una disminución del índice de huecos y en un acercamiento entre las
partículas del terreno, aumentando la capacidad portante del terreno. Es por lo tanto una forma
de mejorar el terreno.
Se trata de un aumento de densidad rápido por efecto de la energía de compactación liberada
por una maquina. Se diferencia de la consolidación, en que en ésta, el aumento de densidad
es debido a la acción de las cargas gravitatorias y las sobrecargas, mediante la expulsión del
aire y del agua de los poros que se produce muy lentamente, pudiendo alargarse años o
siglos.
En algunos casos, el volumen obtenido tras la compactación es incluso menor que el que tenía
el terreno original antes de ser excavado.
Los trabajos de compactación se realizan a medida que se va extendiendo el terreno por
capas o tongadas de espesor uniforme, sobre las que se pasa a continuación una maquinaria
de compactación adecuada a la naturaleza del terreno. El espesor de las tongadas depende
del tipo de terreno y de la maquinaria de compactación elegida.

Se mide por el coeficiente de compactación Cc (%), que expresa la disminución de volumen


del terreno respecto al volumen inicial.

(%) Cc=Vo-Vc/Vo

b. Esponjamiento.
Durante los trabajos de extracción de tierras, todos los terrenos aumentan de volumen, debido
a la captación del aire del exterior. El esponjamiento es el incremento de volumen que
experimenta el terreno al ser excavado.
Se mide por el coeficiente de esponjamiento Ce, que expresa el aumento de volumen del
terreno respecto al volumen inicial.

(%) Ce=Ve-Vo/Vo

c. Asentamiento.
Una vez extraído el terreno y abandonado a la acción de los agentes exteriores disminuye de
volumen y asienta. El coeficiente de esponjamiento disminuye tendiendo hacia un límite.
Es necesario por lo tanto distinguir entre un coeficiente de esponjamiento inicial, medido en el
momento de extracción del terreno, de un coeficiente final o persistente, medido tras el
asentamiento del terreno.

El asentamiento del terreno se puede medir con el coeficiente de asentamiento Ca, que
expresa la disminución relativa del volumen aparente del terreno después de un asentamiento
respecto del volumen inicial del material recién extraído.

(%) Ca=Ve-Va/Vo

En la figura 2.37 se muestran los diferentes valores de los coeficientes de compactación,


esponjamiento y asentamiento de los diferentes tipos de terreno.

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María Pilar del Amo Pérez

Naturaleza de los terrenos Cei(%) Cef(%) Ca(%) Cc(%)


Rocas compactas extraídas con barrenos 40-65 25-40 10-15 15
Tierras margosas o arcillosas compactas 40-60 8-15 19-23 25
Tierras margosas o arcillosas poco compactas 30-40 6-8 23-30 20
Gravas 15-20 1,5-2 12-15 12
Tierras vegetales, arenas 10-15 1-1,5 8-12 8
Cei Coeficiente de esponjamiento inicial
Cef Coeficiente de esponjamiento final
Ca Coeficiente de asentamiento
Cc Coeficiente de compactación

Figura 2.37

EXPLANACIÓN

Realización simultánea de trabajos de excavación en desmonte y relleno. El terreno


desmontado en unas zonas de la explanada se va aportando en otras zonas de la misma que
lo precisan, hasta obtener la rasante definitiva. La explanación tiene por objeto obtener
plataformas para firmes, paseos, jardines, etc. y ataluzar las mismas.

TRANSPORTE
Traslado de tierras utilizadas en los movimientos de tierras a otros lugares dentro de la obra,
disponiéndolas en puntos llamados “caballeros”, o a vertederos fuera de la obra.

3.3 CONTENCIÓN DEL TERRENO

Ante la existencia de diferencias de nivel en un terreno podemos actuar de dos formas:

1. Ataluzado y estabilización
- Transición de nivel suave, dejando un ángulo inclinado que respeta el talud natural
del terreno (véase la figura 2.38)
- Requiere la protección posterior del talud
- Supone la pérdida de espacio ocupada por el talud y el coste de la sobreexcavación
del mismo.

2. Contención
- Cambio de nivel brusco o corte en vertical (véase la figura 2.39 y 2.40)
- Requiere la interposición entre ambos niveles de un elemento que asegure el cambio
de cota de forma segura, ya que el terreno no posee una entidad suficiente que
garantice el cambio de nivel casi en vertical
- Es una condición frecuente en el ámbito urbano, donde la existencia de calles
urbanizadas y solares en medianeras impiden el tránsito de nivel por medio de un
talud. Asimismo la existencia de edificaciones bajo rasante (sótanos,
aparcamientos…) requieren la existencia de una estructura que asegure el cambio de
cota

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 2.38 Cambio de nivel con ataluzado en vaciado

Figuras 2.39 y 2.40 Cambio de nivel con corte vertical

La contención puede abordarse:


- Contención temporal mediante entibaciones. Evitan que en el proceso de excavación
del terreno bajo la rasante (zanjas, pozos…), con un corte en vertical, las tierras se
desmoronen, al superarse el talud natural del terreno. Sujetan las tierras durante la
ejecución de los trabajos, para garantizar la seguridad de los operarios (véanse las
figuras 2.41, 2.42 y 2.43).
- Contención permanente mediante estructuras de contención. Soportan las acciones
provenientes del terreno y del exterior y las transmiten al terreno en condiciones de
seguridad. Resuelven la contención del terreno y la cimentación. Se construyen
muros y pantallas como elementos de contención de tierras (véanse las figuras 2.44 y
2.45).

Figura 2.41 Entibación de vaciado


BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción Nº1-Movimientos de tierras, Fundaciones, Andamios,
Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial de BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899,
p.138

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 2.42 Entibación de un pozo con tablestaca Figura 2.43 Contención temporal con entibación
Imagen cedida por Ischebeck Ibérica S.L Imagen cedida por Ischebeck Ibérica S.L

Figura 2.44 Contención permanente mediante muro Figura 2.45 Contención permanente mediante pantalla

3.4 CONTROL DEL AGUA

La existencia del agua en el terreno ocasiona dificultades en el desarrollo de los trabajos de


movimiento de tierras: problemas en el tránsito de la maquinaria, interrupción de los trabajos,
sobrecoste económico. Las figuras 2.46 y 2.47 muestran la presencia del nivel freático que
aflora en la cota del vaciado.

Figuras 2.46 y 2.47 Presencia de agua que requiere agotamiento en la construcción de la infraestructura

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Los efectos del control del agua, también pueden ocasionar: modificaciones del nivel freático
que originan asientos en cimentaciones colindantes, presencia de humedades dónde antes no
existían, etc. El control de estas aguas requiere su captación, conducción y evacuación
mediante medios naturales o artificiales. Para ello se recurre a dispositivos de contención,
drenaje y agotamiento por diferentes medios, como refleja la figura 2.48.

Figura 2.48 Canaleta de drenaje de un terreno

3.5 INTERVENCIONES DE MEJORA EN EL TERRENO

A veces nos encontramos con terrenos malos desde el punto de vista de su capacidad
portante: terrenos con exceso de huecos, con materia agresiva para la cimentación, presencia
de oquedades y fisuras o terrenos con gran cantidad de agua. Un terreno malo, presenta
escasa cohesión y poca aptitud para soportar cargas. Las intervenciones de mejora del terreno
tienen como objetivo, ante la presencia de un terreno malo:
- Conseguir un terreno que mejore en sus propiedades resistentes y deformacionales.
- Tratar el terreno para mejorar su impermeabilidad, eliminando el exceso del agua.
- Sustitución del terreno, en el caso en que no sea viable económicamente su
corrección.
Todos los trabajos de intervención aumentan la aptitud del terreno para soportar cargas. Las
técnicas de intervención que estudiaremos en el capítulo correspondiente se refieren a dos
tipos de intervención: superficiales y profundas.

INTERVENCIONES DE MEJORA EN SUPERFICIE


- Sustitución del terreno y posterior compactación
- Compactación superficial
- Preconsolidación
- Encachado
- Saneamiento
- Estabilización
- Zampeado
- Armado del terreno

INTERVENCIONES DE MEJORA EN PROFUNDIDAD


- Compactación profunda
- Vibrocompactación, vibrosustitución y vibroflotación
- Inyecciones
- Tablestacado
- Congelación

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María Pilar del Amo Pérez

4. BIBLIOGRAFÍA

BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras,


Fundaciones, Andamios, Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería
Editorial de BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899

GARCÍA VALCARCE, Antonio y otros: Manual de Edificación. Derribos y Demoliciones.


Actuaciones sobre el Terreno. Editorial EUNSA (Ediciones Universidad de Navarra, S.A.),
Navarra, 1995
ISBN-84-313-1356-0

GARCÍA VALCARCE, Antonio y otros: Manual de Edificación. Mecánica de los terrenos y


cimientos. EDITORIAL CIE INVERSIONES EDITORIALES DOSSAT 2000
ISBN-84-89656-46-0

GONZÁLEZ DE VALLEJO, Luis: Ingeniería Geológica. Editorial PRENTICE HALL.


ISBN- 84-205-3104-9

HIDALGO BAHAMONTES, Ángel: Construcción de cimientos. Monografías CEAC de la


Construcción. Ediciones CEAC, S.A. Febrero 1993.
ISBN-84-329-2922-0

INSTITUTO VALENCIANO DE LA EDIFICACIÓN, CONSEJO SUPERIOR DE LOS COLEGIOS


DE ARQUITECTOS DE ESPAÑA, CONSEJO GENERAL DE COLEGIOS OFICIALES DE
APAREJADORES Y ARQUITECTOS TÉCNICOS: Pliego General de Condiciones Técnicas en
la Edificación. Conforme al Código Técnico de la Edificación. Edición 2007
ISBN-978-84-96602-25-0

INSTITUTO VALENCIANO DE LA EDIFICACIÓN, CONSEJO SUPERIOR DE LOS COLEGIOS


DE ARQUITECTOS DE ESPAÑA, CONSEJO GENERAL DE COLEGIOS OFICIALES DE
APAREJADORES Y ARQUITECTOS TÉCNICOS: Pliego General de Seguridad y Salud en la
Edificación. Edición 2007
ISBN-978-84-96602-26-7

LOZANO APOLO, Gerónimo y LOZANO MARTÍNEZ-LUENGAS, Alfonso: Curso Diseño,


Cálculo Construcción y Patología de cimentaciones y recalces. Lozano y Asociados.
CONSULTORES TÉCNICOS DE CONSTRUCCIÓN, S.L. 1998
ISBN-84920401-2-2

MINISTERIO DE LA VIVIENDA: CTE. DB SE-C. Código Técnico de la Edificación. Documento


Básico: Seguridad Estructural. Cimientos. Real Decreto 314/2006.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Tema 3

ORGANIZACIÓN DE LOS MOVIMIENTOS DE TIERRA

1. CONOCIMIENTOS PREVIOS

Antes de comenzar los trabajos de movimiento conviene estudiar la naturaleza del terreno. El
tipo de terreno va a determinar la forma de abordar los trabajos de extracción de las tierras, la
elección de la maquinaria y la valoración de los movimientos de tierra, sobre todo en presencia
de zonas rocosas. Conviene, como hemos señalado en el tema anterior, inspeccionar el
estado de las medianerías para realizar los trabajos en condiciones de seguridad y tomar nota
de cualquier material existente en el solar que pueda dificultar los trabajos. Asimismo,
conviene poseer un plano acotado del terreno. Al realizar trabajos de extracción de tierras
conviene conservar el estado original del terreno. Para ello, se dispondrá en determinados
puntos de "testigos o damas", que son pequeños montoncitos de tierra en forma de pirámide
truncada o de cilindro. Ello nos permitirá comprobar la configuración del terreno en su origen,
antes de comenzar los trabajos, repasando el estado de cubicaciones y el tiempo que llevará
la ejecución de los trabajos. En cualquier actividad de acondicionamiento del terreno, se deben
tener en cuenta ciertos aspectos:
- Prever vías de acceso al solar
- Estudiar la topografía del terreno
- Planificar los trabajos para desarrollarlos con la climatología adecuada, en las épocas
de menores lluvias
- Elección del tipo de maquinara según volumen de obra, distancias a vertedero y
tiempos de carga y transporte.

2. LA NATURALEZA DEL TERRENO ANTE LOS MOVIMIENTOS DE TIERRAS

En función de la dificultad que presentan para el movimiento de tierras, los terrenos se


clasifican en:

ORDINARIO.-

Figura 3.1 Tierras sueltas Figura 3.2 Azada

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María Pilar del Amo Pérez

Terrenos sueltos que se recogen con pala: Tierras sueltas, arenas y cascotes o escombros
(véanse las figuras 3.1, 3.3 y 3.4).
Terrenos que se mullen con el zapapico o la azada: Tierra vegetal (figura 3.2).

Figuras 3.3 y 3.4 Pala

SEMICOMPACTO O MEDIO.-
Terrenos de mediana consistencia, fácilmente atacables con el zapapico y con la azada, pero
difícil de recoger con la pala: Arcillas semicompactas con o sin gravas o gravillas (figuras 3.5,
3.6 y 3.7), terrenos pedregosos y con guijarros.

Figuras 3.5 y 3.6 Arcillas semicompactas con gravas

Figura 3.7

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

DURO.-
Terrenos atacables con máquinas de excavación, y difíciles para la azada o el pico: Arcillas y
margas muy compactas, rocas descompuestas (figuras 3.8 y 3.9).

Figura 3.8 Terreno compacto Figura 3.9 Pico

COMPACTO.-
Atacable únicamente con el martillo neumático y con barrenos: Rocas calizas, restos de
mamposterías o cimentaciones antiguas (figuras 3.10 y 3.11).

Figuras 3.10 y 3.11 Terrenos rocosos

Quedan excluidos de la clasificación los fangos, lodos y las rocas compactas (figura 3.12).

Figura 3.12 Pozo negro en terreno. No apto para cimentar

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María Pilar del Amo Pérez

3. LAS DIFERENCIAS DE NIVELES EN LOS MOVIMIENTOS DE TIERRAS

Así mismo, el tipo de terreno nos condicionará la forma de abordar la excavación de


plataformas con diferencias topográficas. Se plantea la posibilidad de hacer el tránsito entre
los dos niveles diferentes mediante un corte vertical, cuando lo permita la naturaleza del
terreno, o mediante un tránsito más suave, ataluzando y dejando los bordes de la excavación
inclinados. La inclinación con la horizontal, que deben tener los taludes que limitan los
movimientos de tierra, se definen por el ángulo i del talud con la horizontal o por el valor:
H/B=tag i
El ángulo de inclinación i debe ser inferior a un límite que es el ángulo de rozamiento interno
del terreno o talud natural. La figura 3.13 refleja los diferentes valores estimados para el
ángulo de rozamiento interno, en función de la naturaleza del terreno y del grado de
consistencia.
TALUD DE EXCAVACIÓN EN TERRENOS TALUD DE EXCAVACIÓN EN TERRENOS
NATURALEZA VIRGEN O RELLENOS ANTIGUOS NO COMPACTADOS Y RELLENOS
DEL TERRENO NORMALMENTE CONSOLIDADOS RECIENTES

SECOS SUMERGIDOS SECOS SUMERGIDOS

ROCA DURA 80º 80º - -


ROCA BLANDA 55º 55º - -
RESTOS ROCOSOS
PEDREGOSOS, 45º 40º 45º 40º
DERRIBOS
TIERRA DURA Y
TERRENO DE 45º 30º 35º 30º
TRÁNSITO
TIERRA ARCILLOSA
COMPACIDAD MEDIA 40º 20º 35º 20º
GRAVA, ARENA
GRUESA NO 35º 30º 35º 30º
ARCILLOSA
ARENA FINA
NO ARCILLOSA 30º 20º 30º 20

Figura 3.13

El talud natural del terreno es el ángulo que toma el mismo cuando queda expuesto a la acción
prolongada de los agentes atmosféricos: erosión del viento, lavado de las aguas, etc. Depende
fundamentalmente de la naturaleza del terreno y de su grado de consistencia, siendo mayor en
los terrenos secos que para los sumergidos, (entendiendo como terreno seco el sometido a la
acción normal de las lluvias) y para los terrenos normalmente consolidados que para los
rellenos recientes.

4. DOCUMENTACIÓN GRÁFICA. PLANOS TOPOGRÁFICOS

El plano topográfico nos aportará información sobre (véase la figura 3.14):


- Disposición de las rasantes
- Accesos al edificio en relación con la pendiente
- Superficie y límites del solar
- Aceras
- Fincas colindantes
- Cotas del movimiento de tierras
3
- m implicados en el proyecto

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 3.14 Plano de situación

5. ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO

La organización del trabajo varía según se realicen a mano o a máquina.


A MANO.- Los trabajos de movimiento de tierras a mano están prácticamente en desuso. En el
origen las labores de movimiento de tierras eran exclusivamente manuales. Se utilizaban
herramientas muy elementales para el picado o la extracción de las tierras, labor en la que
intervenían gran cantidad de operarios ayudados por animales de tiro para el transporte de las
tierras.
- Encargado de obra o maestro desmontista: dirige y organiza los trabajos de
movimiento de tierras, con conocimientos de trazado y replanteo
- Capataz, encargado de vigilar y conducir los trabajos
- Peón, que es el obrero que acomete directamente el trabajo
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María Pilar del Amo Pérez

Actualmente es impensable abordar manualmente los trabajos de movimiento de tierras. La


fuerza y la resistencia que aportaba el peón han sido sustituidas por las máquinas de
excavación. Únicamente para volúmenes reducidos de tierras, o condiciones de gran dificultad
de acceso para la maquinaria se continúa organizando el trabajo manualmente.

A MÁQUINA.- Se requiere el conocimiento y el manejo de la maquinaria implicada en los


trabajos

6. EJECUCIÓN DE LOS TRABAJOS DE REPLANTEO

6.1 ¿QUÉ ES EL REPLANTEO?

Antes de iniciar los trabajos de movimiento de tierras es imprescindible el replanteo de las


zonas en las que vamos a intervenir.
Replantear, en general, consiste en determinar y materializar en obra, a escala natural, la
posición que ocupan los distintos elementos de la edificación. Y esta operación de marcar la
posición se debe realizar tanto en planta como en altura. En construcción, el replanteo, es una
de las operaciones más importantes en las etapas previas a la implantación del edificio. Del
replanteo depende la correcta ubicación del edificio dentro del solar; un replanteo mal
ejecutado y no detectado a tiempo, origina un problema de difícil solución.
El replanteo, por lo tanto, debe ser preciso, visible, perdurable y restituible en las diferentes
etapas de la construcción. Para ello es importante referenciar los puntos del replanteo tanto en
planta como en alzado, a otros puntos fijos o líneas fuera de la zona de la obra.

En zonas urbanas estos puntos pueden ser:


- la Alineación Oficial o alineación prescrita por los Técnicos Municipales, que define el
deslinde entre el solar y la calle
- los lindes que señalan los límites del solar
- las medianeras de nuestro solar
- las esquinas o los muros de las construcciones próximas
En el medio rural nos valdremos de hitos o mojones de piedra, postes, cercas o árboles
milenarios.
Para marcar la cota de referencia, a la que referenciar todos los niveles de la obra elegiremos
algún elemento que esté relacionado con una referencia cartográfica. También podemos elegir
cualquier elemento fijo del solar como una tapa de una arqueta, un poste de la luz
El replanteo puede llevarlo a cabo el contratista, sus técnicos o el jefe de obra, por medio de la
información que contiene el proyecto realizado por el Arquitecto. También lo puede realizar el
Arquitecto Técnico. Es importante que el contratista esté presente durante las operaciones de
replanteo, debido a la responsabilidad que conlleva. Conviene asimismo que sea revisado por
diferentes personas a las que lo ejecutaron y por un método diferente, para no acumular fallos.
Una vez realizado el replanteo, se revisará por parte de la Dirección Facultativa de la obra. A
continuación, se expresará la conformidad de todas las partes, Arquitecto, Arquitecto Técnico y
Constructor, mediante el levantamiento del Acta de Replanteo.
En el proceso constructivo es necesario el replanteo de todos los elementos. Así nos
enfrentaremos al replanteo del contorno del edificio, de los movimientos de tierras, de la
cimentación, de la estructura, de los cerramientos, de la tabiquería y de las instalaciones.
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

6.2 INSTRUMENTOS Y ÚTILES DE REPLANTEO

Estudiamos únicamente los útiles de replantear más sencillos, que nos permitan, de forma
manual y sin grandes conocimientos de topografía, marcar los elementos del edificio. Los
agrupamos según la función que cumplen en las operaciones de replanteo.

MEDICIÓN DE LONGITUDES
a. Cadena de agrimensor
Actualmente en desuso. Es una sucesión de 10 m de longitud de varillas de hierro de 0,20 m,
unidas unas a otras por anillas (figura 3.15).
Se requieren dos personas colocadas en cada uno de los extremos, colocados en la dirección
de la alineación que se quiere medir. El que va delante, cada 10 m clava en el terreno una
aguja, coincidiendo con el extremo de la cadena y dejándola fija. Al llegar el que va detrás,
introduce la anilla en la aguja, sin moverla hasta que el de detrás no haya clavado una nueva
aguja; a continuación recoge la cadena y quita la aguja de detrás.

Figura 3.15 Cadena de agrimensor


BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras, Fundaciones, Andamios,
Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial de BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899,
p.28

b. Cinta métrica
Cinta de plástico o metálica que se enrolla alrededor de un eje encerrado en una caja. La cinta
está dividida en metros y centímetros: los metros están señalados en rojo y los centímetros en
negro. Suelen ser de 10, 25, 50 y 100 metros (figura 3.16).

Figura 3.16 Cinta métrica Figuras 3.17 y 3.18 Plomada

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María Pilar del Amo Pérez

COMPROBACIÓN DE VERTICALIDAD
a. Plomada
Formada por una pieza pesada de hierro o de latón, plomo, que pende de una cuerda flexible
de cáñamo, arrollada a otra pieza o “nuez”, del mismo ancho que el peso de madera o de
metal. En estado de equilibrio, al ser atraída por la gravedad terrestre, marca la vertical de
cualquier punto, obteniéndose en el terreno la proyección del mismo (figuras 3.17 y 3.18).

COMPROBACIÓN DE HORIZONTALIDAD
a. Nivel de burbuja o nivel tórico
Compuesto por un tubo de cristal curvado de forma tórica, con una radio de unos 15 m, y
cerrado en sus extremos. El tubo está lleno de un líquido movedizo como el alcohol, éter,
sulfuro de carbono…dejando una pequeña burbuja de aire en su interior, que da las
indicaciones de horizontalidad. El tubo de cristal se encuentra en el interior de una carcasa
metálica, que presenta en su parte inferior una regla. El plano tangente a la superficie del tubo
en el punto medio de la burbuja es horizontal mientras la burbuja no toca en los extremos del
tubo. El nivel de burbuja permite asimismo la comprobación de la verticalidad (véanse las
figuras 3.19 y 3.20).

Figuras 3.19 y 3.20 Nivel de burbuja

b. Nivel de agua
Tubo de plástico transparente lleno de agua. Su superficie define en los extremos un mismo
plano horizontal, de acuerdo con el principio de los vasos comunicantes (figuras 3.21 y 3.22).

Figuras 3.21 y 3.22 Nivel de agua

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

c. Nivel de albañil y de asentador


El nivel de albañil está formado por un rectángulo o un triángulo de madera que lleva en su
parte inferior un travesaño de madera colocado 5 cm del extremo inferior de los montantes
verticales o inclinados. Del punto medio del travesaño superior o del vértice pende una
plomada. El fundamento del nivel se basa en la propiedad de que la bisectriz del ángulo
formado por los dos lados iguales de un triángulo isósceles es perpendicular al lado opuesto,
dividiéndolo en dos partes iguales (figura 3.23).
El nivel de asentador es similar al de albañil de forma triangular, en el que el vértice
corresponde al de un triángulo rectángulo, lo que permite usarlo también como escuadra, en el
trazado de ángulos rectos (véase la figura 3.24).

Figura 3.23 Nivel de albañil


BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras, Fundaciones,
Andamios, Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial de BAILLY-BAILLIERE
E HIJOS, Madrid 1899, p.20.

Figura 3.24 Nivel de asentador

d. Nivel de anteojo
Se compone de un basamento de tres brazos o trípode, en el que va dispuesto un anteojo
provisto de un nivel de burbuja, que puede girar sobre su propio eje, eje principal del
instrumento, acusando el movimiento en un limbo graduado. El trípode telescópico permite fijar
el aparato y situarlo a la altura del ojo. El nivel de burbuja tiene por objeto hacer que las
visuales sean horizontales (figuras 3.25 y 3.26).

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María Pilar del Amo Pérez

Figuras 3.25 y 3.26 Nivel de anteojo

e. Mira
Es el complemento del nivel. Mide alturas y distancias entre la mira y el nivel. Se trata de una
regla de madera o de aluminio de 4 m de longitud, plegable, dividida en metros y fracciones de
metros, con colores vivos, blanco, negro y rojo (figura 3.27).

Figura 3.27 Mira Figura 3.28 Escuadra de agrimensor


BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras,
Fundaciones, Andamios, Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería
Editorial de BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899, p.28.

TRAZADO DE ÁNGULOS RECTOS


a. Escuadra o nivel de asentador
Ya descrito en la comprobación de la horizontalidad. Puede ser de madera o metálica.
También podemos utilizar la cinta métrica como escuadra, tomando 12 m de cinta y formando
un triángulo rectángulo de 3, 4 y 5 m de lados (figura 3.24).
Con la escuadra trazamos alineaciones perpendiculares a otras dadas.

b. Escuadra de agrimensor
Actualmente no se usa. Es un prisma octogonal o cilíndrico en el que hay practicadas 8
hendiduras verticales, con pínulas opuestas para lanzar visuales y trazar ángulos rectos ó a
45º (figura 3.28).

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

TRAZADO DE ÁNGULOS CUALESQUIERA


a. Nivel de anteojo
Ya descrito anteriormente

TRAZADO DE ALINEACIONES
Una alineación es todo plano determinado por dos verticales, cuya intersección con la
superficie terrestre nos da el perfil de la alineación
a. Jalón
Vástago cilíndrico de madera o metálico, pintado con franjas negras y amarillas o blancas, de
decímetro en decímetro o de doble decímetro en doble decímetro, con objeto de verlas mejor.
Miden de 1,50 a 2m y van provistos de punta para poder clavarse en el suelo (figura 3.29).
Trazan alineaciones y puntos particulares en el terreno, sustituyendo a las estacas cuando hay
dificultades de visión debido a la distancia.
Si mide 3m y lleva en la parte superior una bandera, para hacerla más visible, se llama
“banderola”.

Figura 3.29 Jalón


BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras, Fundaciones,
Andamios, Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial de BAILLY-BAILLIERE
E HIJOS, Madrid 1899, p.28

b. Mira
Ya descrito con anterioridad.
c. Estaca
Pieza de madera prismática con la base cuadrada y acabada en punta en el otro extremo para
poder clavarla en el terreno por medio de una maza. Marca alineaciones que pasan por el
centro de la estaca o por uno de los lados (figura 3.30).
Si es de hierro se llama “piquete”.

Figura 3.30 Estaca Figuras 3.31 y 3.32 Camilla

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María Pilar del Amo Pérez

c. Camilla
Formada por una tabla o tablón horizontal clavado a dos estacas que se clavan en el terreno.
La tabla tiene anchura suficiente para poder señalar mediante lápiz, clavos sobre su canto, la
posición que ocupan ejes y anchos de los elementos de cimentación (véanse las figuras 3.31 y
3.32).

d. Caballetes
Son camillas de 2 m de altura, que al ser menos estables requieren arriostramiento.

Todos estos útiles se deben colocar bien aplomados, con la ayuda de una plomada o de un
nivel de burbuja

e. Cuerda de atirantar
Se trata de una cuerda flexible de cáñamo o nylon, que se ata a las estacas, camillas o
piquetes por medio con la ayuda de clavos. Sirve para fijar en el terreno las alineaciones de los
ejes y anchos de los elementos de cimentación y las alineaciones que delimitan los
movimientos de tierras.

6.3 PLANOS NECESARIOS


Para poder replantear un edificio es necesario disponer previamente de dos planos:

PLANO DE SITUACIÓN
En el vendrán perfectamente definidos:
- Limites del solar
- Superficie del solar
- Emplazamiento del edificio dentro del solar
- Contorno del edificio en relación con unos puntos fijos
- Alineación oficial, que nos señala el deslinde entre solar y calle, pudiendo coincidir en
algún punto con la línea de las fachadas contiguas. Se define en base al
planeamiento y con la ayuda de las construcciones existentes y alineaciones de calle
- Línea de edificación, ya que en la mayoría de los casos se establecen retranqueos
obligatorios a los linderos y a la Alineación Oficial, recogidos en las Ordenanzas
Municipales
- Rasante de la calle o perfil de la misma, indicado mediante curvas de nivel. Se suele
referir al eje del pavimento de la calzada

Es importante, como ya hemos indicado referir el contorno del edificio a puntos fijos fuera del
solar mediante triangulación (véase la figura 3.33).

PLANO DE CIMENTACIÓN

En el vendrán perfectamente (véase la figura 3.34):


- Definidos todos los elementos que componen la cimentación
- Acotadas sus dimensiones
- Acotadas las distancias entre ejes de elementos
- Fijados los ángulos, si no son rectos, por triangulación
- Fijados el centro y radio de arcos de circunferencia
- Referenciada la posición de todos los elemento de cimentación a un punto o una
línea de referencia, que si es posible se tomará el mismo que el plano de situación.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 3.33 Plano de situación

En la figura 3.33 se muestra el plano de situación de una vivienda unifamiliar aislada, cuya
ocupación viene sombreada en color azul. El contorno del edificio se ha referenciado a una
esquina de una edificación existente (sombreada en negro) y como segunda opción, a una
valla existente en el noroeste de la parcela.

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 3.34 Plano de cimentación

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

6.4 ORDEN DE LOS TRABAJOS. REPLANTEO DEL CONTORNO

En primer lugar se realiza el replanteo del contorno del edificio, y a continuación el de los
vaciados, si los hay.
1. Se realiza la limpieza y el desbroce del solar
2. Se determina la línea base a la que referir todo el replanteo (figura 3.35).

Figura 3.35

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María Pilar del Amo Pérez

3. Tomamos un punto de la línea de referencia y establecemos en él un sistema de ejes


cartesianos (figura 3.36). A partir de este sistema de ejes cartesianos, trazaremos los puntos
más importantes dados en los planos.

Figura 3.36

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

4. Situamos por medio de jalones o piquetas y cuerdas de atirantar los puntos anteriores,
normalmente esquinas de la construcción (figura 3.37).
5. Las alineaciones que pasa por esos puntos permiten trazar la cara exterior de los muros de
fachada.

Figura 3.37

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María Pilar del Amo Pérez

6. Se trazan el resto de los puntos por triangulación o coordenadas cartesianas, hasta


completar la planta (figura 3.38). En todo el proceso se utilizarán los útiles de replanteo
básicos explicados en el apartado 6.2 de este capítulo.

Figura 3.38

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

7. Comprobación de diagonales: ello nos permitirá la detección de errores en la realización del


replanteo (figura 3.39).

Figura 3.39

8. Se reemplazan los piquetes por camillas a fin que este trazado no desaparezca durante la
ejecución de las obras. Las camillas se clavarán en el suelo desplazadas unos 2 m de los
elementos a excavar, a fin de no perder la información señalada en las mismas y poder
utilizarla en el replanteo de la cimentación y estructura.
Las cuerdas colocadas deben quedar sensiblemente horizontales y lo más próximas posible a
la superficie del terreno.

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María Pilar del Amo Pérez

Si por la naturaleza del solar, rodeado de edificaciones o calles en ejecución de vaciados, no


se pueden colocar las camillas alejadas de la zona a excavar, se pueden clavar éstas en las
paredes de las medianeras, o sustituirlas por clavos fijados directamente a la pared (véase la
figura 3.40).

Figura 3.40 Camillas clavadas a la pared

Si el terreno tiene cierta pendiente, es necesario y colocando las camillas a diferente altura,
pero de tal forma que el entramado de cuerdas permanezca horizontal, realizando un replanteo
escalonado. Comenzaremos por la parte de terreno más alta e iremos nivelando cada 5 ó 6 m,
según sea la pendiente.
Todo el replanteo lo habremos estado refiriendo a la cota de referencia, que en el caso que
nos ocupa es la tapa de la arqueta general de saneamiento.
9. Se traza en el suelo, con la ayuda de la plomada para proyectar los puntos, toda la
información obtenida. Para ello, o bien se ejecutan en el terreno pequeñas rozas
inmediatamente debajo de las cuerdas, o bien se van recorriendo éstas a la vez que las
deslizamos hasta el suelo, y vamos pintando con yeso o pintura su proyección.
10. Para finalizar, se retiran las cuerdas para proceder a la excavación de los vaciados si los
hay, manteniendo las camillas para utilizarlas posteriormente en el replanteo de la
cimentación.

6.5 REPLANTEO DE LA CIMENTACIÓN

Figuras 3.41 Trazado de alineaciones en el suelo Figura 3.42 Excavación de cimiento

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Una vez realizado el replanteo del contorno del edificio se procede con el replanteo de la
cimentación. Para ello es necesario que se hayan excavado previamente los sótanos,
realizándose en replanteo de la cimentación en la rasante obtenida en la ejecución del
vaciado.
Tomamos como base una alineación del contorno del edificio, información que hemos obtenido
en el replanteo del mismo. A partir de ella, marcamos las alineaciones correspondientes a los
ejes de los elementos de cimentación en las camillas utilizadas en el replanteo del contorno, o
en otras nuevas colocadas a unos 70 cm del futuro cimiento.
Desde la figura 3.41 hasta la figura 3.43 y desde la 3.44 hasta la 3.47 se muestran las
diferentes etapas del replanteo de dos cimentaciones.

Figura 3.43 Camillas para replanteo de pilar Figura 3.44 Operación de replanteo de una cimentación

Figuras 3.45, 3.46 y 3.47 Operación de replanteo de una cimentación

7. BIBLIOGRAFÍA

BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras,


Fundaciones, Andamios, Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería
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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Tema 4

EJECUCIÓN DE EXCAVACIONES

1. MÉTODOS DE EXCAVACIÓN

1.1 ACTIVIDADES NECESARIAS

La ejecución completa de una excavación, requiere la ejecución de tres actividades: el


arranque o picado de las tierras, la carga de las mismas a un vehículo de transporte y el
transporte a otro punto del solar o a un vertedero fuera de la obra. Estas actividades pueden
realizarse de forma independiente o agruparlas entre ellas, abordándolas a mano o a máquina.
De esta forma, nos encontraremos con excavaciones, en las que cada tarea se ejecuta en una
fase independiente de la otra:
- Tarea 1.- Arranque y vertido de las tierras al borde de la excavación (figura 4.1 y 4.2).
- Tarea 2.- Carga en el vehículo para su transporte (figura 4.3).
- Tarea 3.- Transporte dentro del solar o vertedero.
Cuando el vertedero está a grandes distancias de la obra; cuando el acceso de la maquinaria
de transporte a la zona de extracción de las tierras presenta dificultad, siendo más fácil el
empleo de maquinaria de excavación; o cuando la naturaleza del terreno, la presencia de agua
o el tipo de excavación impide la utilización de la misma maquinaria para las tres tareas, se
procede a la ejecución independiente de cada una de ellas.

Figuras 4.1 y 4.2 Tarea 1- Arranque de las tierra con retroexcavadora

Figura 4.3 Tarea 2- Carga con pala en vehículo de transporte

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María Pilar del Amo Pérez

También podemos agrupar dos o tres de las actividades o tareas:


- Tareas 1 y 2.- Arranque y carga en vehículo de transporte
- Tarea 3.- Transporte dentro del solar o vertedero.
- Tareas 1, 2 y 3.- Arranque, carga y transporte de las tierras, en una sola fase,
utilizando la misma máquina. Se requieren unas distancias cortas a vertedero, que en
este caso se encuentra dentro de la obra. La agrupación de tareas economiza la
excavación.

Figura 4.4 Tarea 1, 2 y 3- Arranque, carga y transporte mediante bulldozer

1.2 ELECCIÓN DEL MÉTODO

La elección de la forma de abordar la excavación, agrupando o no las tareas mediante medios


manuales o mecánicos, depende como hemos comentado en el punto anterior y según las
indicaciones de García Valcarce, de una serie de factores como son la naturaleza del terreno,
la presencia de agua en el mismo, la topografía original, la situación del solar y el tipo de
excavación a acometer.

NATURALEZA DEL TERRENO


La naturaleza del terreno es fundamental a la hora de agrupar las tareas. No todos los terrenos
pueden ser excavados y cargados con la misma maquinaria. La separación de las tres
actividades se plantea cuando la naturaleza del terreno impide la utilización de la misma
maquinaria para las tres tareas o se requiere una preparación previa del terreno antes de
abordar el picado de las tierras. Es fácil que en la excavación de terrenos rocosos se proceda
a la disgregación de la superficie del terreno antes de acometer el picado y carga de las
tierras, labores que implican a maquinarias de excavación diferentes.
Por otro lado, en presencia de terrenos sueltos en excavaciones a gran escala se puede
plantear unificar las tres actividades: extracción, carga y transporte, abordando la excavación
mediante una maquinaria de excavación móvil, como es el bulldozer, capaz de realizar la
excavación en un mismo ciclo mientras la máquina está en movimiento.
También es fundamental el tipo de terreno al que nos enfrentamos para elegir la forma de
abordar los trabajos. Ante un salto en la topografía del terreno, algunos terrenos permiten el
salto mediante un corte en vertical, mientras que la mayoría requiere un tránsito más suave
disponiendo un talud, como vemos en las figuras 4.5, 4.6 y 4.7.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 4.5 Excavación de vaciado ataluzando Figura 4.6 Excavación de vaciado con corte vertical

Figura 4.7 Terreno que no admite el tránsito en vertical

VOLUMEN DE TIERRA
Según recoge García Valcarce en su Manual de Edificación, existen tres volúmenes de
tierra que condicionan la elección del método de excavación.
3
- Volumen mínimo: 10 m , son los métodos manuales los que garantizan los costes
mínimos.
3
- Volumen intermedio: 10-200 m , el tipo de obra y de excavación, la naturaleza del
terreno y la distancia a vertedero determinan los métodos manuales o mecánicos.
3
- Volumen máximo: > 200 m , en el que la excavación mecánica garantiza los costes
mínimos, ejecutados en los plazos mínimos y sin riesgo de accidentes.

PRESENCIA DE AGUA
La ejecución de los movimientos de tierras en presencia de agua dificulta los trabajos de
excavación, paralizándolos en la mayoría de los casos, lo que supone retrasos en los plazos y
un sobrecoste económico (véanse las figuras 4.8 y 4.9).
Si se trata de agua superficial de lluvia, es necesario detener la ejecución hasta que el terreno
está seco. El agua impide la rodadura de la maquinaria de excavación, haciéndola muy
costosa, agravándose el problema en presencia de terrenos arcillosos. Lo correcto es
programar los trabajos de movimiento de tierras en una época en la que sean de prever pocas
lluvias.

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María Pilar del Amo Pérez

Se puede acelerar el proceso de secado del terreno mediante la escarificación del mismo,
aumentando la superficie de evaporación en contacto con el aire; o mediante la adición de
cenizas volantes, con gran capacidad de absorción de agua. En todo caso, se trata de
soluciones costosas que es necesario evaluar.

Figuras 4.8 y 4.9 Solar con excavación en presencia de agua

La presencia de aguas freáticas requiere un control de agua previo a la ejecución de la


excavación por diferentes medios: ataguías, tablestacados, bombeos, etc., que estudiaremos
más adelante.

SITUACIÓN Y SUPERFICIE DEL SOLAR


La situación del solar condiciona la forma de abordar los trabajos de excavación, pudiendo
limitar el acceso de la maquinaria.
No es lo mismo disponer de un solar aislado donde se dispone de gran amplitud para el
movimiento de la maquinaria, que de un solar entre medianeras o limitado por calles ya
urbanizadas en áreas consolidadas (véase la figura 4.12). En el ámbito urbano es frecuente la
existencia de solares entre medianeras o rodeados de calles de difícil acceso para la
maquinaria de excavación. En algunas calles es necesario cortar el tráfico durante el acceso
de la maquinaria al solar, lo que condiciona los horarios de trabajo y dificulta la excavación
(véanse las figuras 4.10 y 4.11).

Figura 4.10 Solar limitado por calles de difícil acceso Figura 4.11 Solar entre medianeras

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 4.12 Solar limitado calles urbanizadas

Por otro lado, existen máquinas que requieren condiciones especiales de acceso al solar,
como la disposición de una plataforma horizontal de gran superficie para el desembarco, lo
que en calles pequeñas es difícil de conseguir.

TIPO DE EXCAVACIÓN
Por último, el tipo de excavación a realizar condiciona la maquinaria a utilizar y la necesidad de
acumular o separar las tareas. En una excavación de zanjas repartidas en una gran superficie
o en un vaciado, no tiene sentido independizar las tareas, obteniéndose un mayor rendimiento
al ejecutar la excavación y la carga en un solo ciclo.
La excavación de pozos o zanjas para recalces, en obras de rehabilitación, implica la
separación de tareas al impedirse el movimiento de la maquinaria de excavación y carga entre
los pozos ya existentes; en algunos casos se exige la excavación y el vertido de forma manual,
y el empleo de mini máquinas de excavación para la carga de las tierras extraídas.

1.3 EXCAVACIÓN MANUAL

Se plantea cuando:
- Trabajamos con pequeños volúmenes de tierra o volúmenes mínimos, en los que la
excavación manual supone los mínimos costes

Figuras 4.13 y 4.14 Excavación de zanjas y pozos en recalce de cimentación

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 4.15

- El solar presenta un acceso complicado para la maquinaria de excavación. En las


figuras 4.13, 4.14 y 4.15 se muestra un solar en el que se está procediendo a una
excavación de pozos y zanjas para ampliar la cimentación mediante un recalce. Al
estar el edificio ya construido se ve impedido el acceso de maquinaria de excavación,
abordándose la excavación de forma manual, y en algunas tareas con el empleo de
mini máquinas de excavación.

ARRANQUE DE LAS TIERRAS


a. Pico
Herramienta de hierro con dos brazos en forma de pirámide curvada, con un ensanche en el
centro por donde pasa el mango. Pica tierras, aglomerados, arcillas compactas y rocas
b. Zapapico.
Herramienta similar al pico, pero con uno de los brazos acabado en forma plana y biselado. Se
usa un brazo u otro según la naturaleza de las tierras y la compacidad que ofrezcan. Mulle
tierras, y pica arcillas y margas no muy compactas (véase la figura 4.16).
c. Azada.
Herramienta de hierro formada por una chapa curvada reforzada con una costilla y con un
nudo dónde se recibe el mango de madera mediante un ángulo. Excava terreno blandos,
terrenos fangosos, tierra vegetal y remueve la tierra ya picada (véase la figura 4.17).

Figura 4.16 Zapapico Figura 4.17 Azada Figuras 4.18 y 4.19 Pala de punta cuadrada y redondeada

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

d. Pala.
Herramienta de hierro formada por una chapa cuadrada o redondeada, a utilizar cada una
según la compacidad de las tierras. La de punta redondeada entra mejor en tierras compactas,
debido a su forma de cuña. Excava tierras ordinarias, tierra vegetal, arena, cascajo y terrenos
fangosos (véanse las figuras 4.18 y 4.19)
e. Maza.
Herramienta de hierro en forma paralepipédica y de gran peso, accionada a un mango de
madera. Ataca por golpeo tierras muy compactas y aglomerados (véase la figura 4.20).
f. Rastrillo.
Herramienta de hierro con dientes de acero dispuestos de forma paralela. Extiende tierras ya
extraídas (véase la figura 4.21).

Figura 4.20 Maza Figura 4.21 Rastrillo

1. Paleta 2. Llana 3. Pico 4. Piquetilla 5. Cuerda 6. Clavos 7. Plomada o perpendículo 8. Regla 9. Nivel 10. Esparabel
11. Fratás 12. Talocha 13. Cubos, cuezos, espuertas 14. Piqueta 15. Zapapico 16. Azadón 17. Pala de hierra 18. Pala
de madera 19. Batidera
Figura 4.22 Herramientas e instrumentos del Albañil
Juan de Villanueva: Arte de Albañilería por D. Pedro Zengotita Vengoa. Oficina de Don Francisco Martínez
Dávila Madrid, 1827, p1

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María Pilar del Amo Pérez

g. Martillo pala.
Herramienta mecánica accionada por un motor o por electricidad. La maneja el operario con la
mano. Sustituye al pico en terrenos compactos, como arcillas o margas
h. Martillo neumático o rompedor.
Herramienta mecánica. Arranca rocas descompuestas

CARGA DE LAS TIERRAS


Para la carga de las tierras en la excavación manual, utilizamos:
a. Pala
Lanza tierra y la deposita en un medio de transporte como la espuerta o carretilla.
b. Espuerta.
Carga la tierra depositada por la pala y la transporta al vertedero o la deposita en otro
medio de transporte.

TRANSPORTE DE LAS TIERRAS


Para el transporte de las tierras a pequeña distancia, utilizamos:
a. Pala
El transporte se realiza por paleo simple, doble o triple, para pequeños volúmenes y distancias
y el vertedero dentro de la obra
b. Espuerta
Para pequeñas distancias y el vertedero al lado de la obra, o cuando las tierras que se extraen,
se aprovechan para rellenar otras zonas dentro de la obra. El obrero que carga las espuertas
es el mismo que las transporta.
c. Carretilla
Se trata de un cajón de madera (figura 4.25) o metálico (figura 4.23) dispuesto sobre dos
varales, con unos pies en la parte posterior para asiento de la carretilla. El transporte se realiza
por relevos, hasta distancias de 90 m.
d. Carretilla mecánica
Carretilla con tolva basculante accionada mecánicamente, para mayores distancias (véase la
figura 4.24).

Figura 4.23 Carretilla de acero Figura 4.24 Carretilla mecánica

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 4.25 Carretilla de madera


BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras, Fundaciones,
Andamios, Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial de BAILLY-BAILLIERE
E HIJOS, Madrid 1899, p.52

e. Dúmper
Cubeta basculante montada sobre un eje,
que gira sobre sí mismo para descargar la
tierra (figura 4.26). Transporte de tierras
fuera y dentro de la obra. Deben tener
tracción a las cuatro ruedas para
adaptarse a las condiciones del terreno.
Existen una amplia gama de dúmpers en
el mercado que presentan diversas
capacidades: con descarga por gravedad
o hidráulica, con basculamiento frontal o
lateral, etc.
Figura 4.26 Dúmper

Figura 4.27 Torno


BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras Fundaciones, Andamios,
Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899,
p.154

ELEVACIÓN DE LAS TIERRAS


a. Torno
Se trata de un cilindro de madera, sobre el cual se enrolla una cuerda o un cable que gira
alrededor de un eje horizontal y sustentado mediante un chasis montado sobre una
plataforma. Puede ser movido a mano, accionado por manivelas montadas sobre la
prolongación de su eje, o mecánicamente (véase la figura 4.27).
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1.4 EXCAVACIÓN MECÁNICA

Se opta por la excavación mecánica, cuando una vez estudiados todos los factores que
influyen en el precio, la excavación mecánica supone una economía respecto a la excavación
manual. Actualmente, la aparición de las mini máquinas de excavación (figura 4.29) ha
supuesto la desaparición de la excavación manual en condiciones de volúmenes mínimos e
inaccesibilidad del solar. La excavación mecánica se plantea en:
1. Excavaciones de grandes volúmenes de tierra a excavar (figura 4.28)
2. Excavaciones en grandes superficies de terreno

Figura 4.28 Solar de grandes dimensiones y con grandes Figura 4.29 Mini máquinas
volúmenes de tierra a excavar

ARRANQUE, CARGA Y TRANSPORTE DE LAS TIERRAS: MAQUINARIA DE


EXCAVACIÓN

La maquinaria de excavación se clasifica en dos grandes grupos: excavadoras de posición


fija y excavadoras móviles.

a. Excavadoras de posición fija


Excavan y cargan el terreno desde una posición fija disponiendo de gran fuerza en el frente de
arranque de la excavación, por lo que presentan una movilidad reducida. Se destinan a la
realización de tareas específicas. La máquina puede estar accionada por cable o
hidráulicamente. Las accionadas por cable se configuran a partir de una unidad tractora
universal, montada sobre orugas o sobre ruedas y con una capacidad de giro de 360º, siendo
convertibles en diferentes equipos. El rendimiento de la máquina depende del peso de la
cuchara y del brazo, siendo su mantenimiento elevado. Actualmente están en desuso. Las
accionadas hidráulicamente se fabrican para un trabajo determinado, no siendo convertibles
en otros equipos. Sus cucharas son de menor capacidad que las accionadas por cable. Tienen
buen rendimiento y mayor fuerza de arranque en el frente de la excavación. Presentan menor
costo de mantenimiento y mayor duración.

Pala excavadora frontal


Montadas sobre orugas o sobre ruedas. Presenta su mayor rendimiento si el frente de ataque
está por encima del nivel de las orugas y si está emplazada sobre una superficie plana (figura
4.30). La excavadora frontal permite:

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

- Excavaciones en desmonte
- Excavación de paredes verticales
- Trabajos de nivelación y explanación, escarificando y excavando la superficie del
terreno
- Excavaciones superficiales a unos 30 ó 40 cm por debajo del nivel de las orugas
- Excavación de cimientos poco profundos
- Trabajos de descarga en pilas y sobre dúmper o camión

Figura 4.30 Pala excavadora frontal

Retroexcavadora
Montada sobre orugas o sobre ruedas. La cuchara tiene su abertura orientada hacia abajo
(figura 4.31). La cuchara puede ser fija o basculante. El mayor rendimiento se presenta en
eexcavaciones por debajo del nivel de las orugas, por tracción de la cuchara hacia la máquina,
pudiendo realizarse el arranque bajo el agua. La retroexcavadora permite:
- Excavación de tierras bajo el nivel de suelo en vaciado de sótanos. El material se
extrae por bancadas a lo largo de la excavación, dentro de la profundidad alcanzada
por la máquina.
- Excavación de zanjas estrechas hasta 3,80 m
- Excavación en espacios limitados
- Excavación de zanjas para drenaje, trabajando en sentido ascendente. Limpieza y
refinado de de zanjas Carga del material sobre medios de transporte por extensión
del brazo

Figura 4.31 Retroexcavadora

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Pala niveladora
Se utiliza en excavaciones de unos 30 cm por debajo del nivel de las orugas dónde se requiera
gran precisión y en operaciones de desbrozo y limpieza. Requiere equipos auxiliares de
transporte para retirar las tierras. Actualmente se encuentra en desuso.

Excavadora de almeja y con cuchara bivalva


Consta de una cuchara que presenta dos valvas que al introducirse verticalmente en el
terreno, presionan sobre el mismo penetrando en él, a medida que se van cerrando. La
eficacia en las accionadas por medio de cables depende del peso la cuchara y sus accesorios,
por lo que se limitan a terrenos sueltos.
La excavadora de almeja se utiliza en:
- Excavaciones en espacios limitados: pozos, pilotes perforados, zanjas de
cimentación
- Excavación en trabajos que superan las profundidades alcanzadas por las máquinas
normales anteriormente descritas. La accionada por cable excavan hasta 20 m de
profundidad y las hidráulicas alcanzan los 14 m.

Dragalina
Accionadas únicamente por cable, montada sobre orugas. Se trata de una grúa de cuyo brazo
se cuelga, mediante un cable, una cuchara de excavación. Requiere el manejo por un
operador experimentado. Mediante una rotación de la máquina se lanza la pluma sobre el
borde de la excavación, tirando después de ella mediante un cabrestante y un cable de
arranque hacia la máquina. Bajo la acción de su peso, la cuchara se arrastra, a la vez que se
va llenando de materiales, pudiendo efectuarse el arranque de las tierras y la cargas en puntos
muy distanciados.
Su utilización se limita a terrenos disgregados, granulares o con contenido medio de arcillas,
debido a su accionamiento por cable. También es posible excavar bajo el agua, mediante la
utilización de una cuchara perforada, pero su rendimiento es menor.
Se utiliza en:
- Excavaciones a gran escala por debajo del nivel de las orugas
- Excavación en terrenos con dificultad para el acceso
- Limpieza y perfilado de fosas y de zanjas anchas
- Excavación de zanjas de drenaje

Excavadora polivalente
Se utiliza en pequeñas obras de constructoras pequeñas. Es una unidad tractora provista de
una cuchara delantera de excavación y carga, y de una cuchara posterior de retro descarga
(véase la figura 4.32).
El trabajo con la cuchara de retro descarga requiere izar la máquina previamente por encima
del nivel de sus ejes, hidráulicamente o posando sobre el suelo la cuchara frontal.
Pueden añadirse diferentes aditamentos: palas de empuje, escarificadores, martillo neumático.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 4.32 Excavadora polivalente

b. Excavadoras móviles
El material excavado se arranca, carga, transporta y descarga en un mismo ciclo. Se utilizan
en grandes excavaciones, dónde no se requiere gran precisión en los trabajos.

Excavadora de empuje o bulldozer


Consiste en una unidad tractora montada sobre orugas o sobre ruedas, dotada de una hoja de
acero soldado accionada hidráulicamente, aunque existen modelos mandados por cables. La
pala se coloca perpendicularmente a la dirección del movimiento para empujar el material
hacia delante (figura 4.33). Según los trabajos que se vayan a ejecutar, la hoja presenta
diferentes formas: recta, cóncava, en V, etc.
Si el bulldozer puede orientar la hoja según diferentes ángulos en relación con el eje de la
marcha, se denomina angledozer o bulldozer angular. Algunos bulldozers permiten el
acoplamiento de accesorios en la parte superior, como cilindros compactadores y
escarificadores. Se utilizan en:
- Excavaciones bajo la rasante del terreno de poca profundidad, hasta 30 cm, en
terreno llano o a media ladera
- Desmonte de la capa superficial del terreno
- Operaciones de desbrozo, retirada de arbustos y árboles de pequeño porte
- Nivelaciones del terreno
- Disgregación y escarificado de la capa superficial del terreno
- Apertura de caminos de acceso

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Figura 4.33 Bulldozer

Traíllas

Son máquinas autocargadoras que arrancan, transportan y descargan el material en un mismo


ciclo. Llevan incorporadas un cucharón que puede adoptar tres posiciones:
1. Posición de carga: el borde del cucharón desciende penetrando en la superficie del
terreno, mientras que el avance de la máquina provoca la entrada de terreno hasta
llenar el cucharón. La excavación se realiza en pendiente para aprovechar la acción
de la gravedad.
2. Posición de transporte: una vez lleno, el cucharón se eleva, cerrándose por una
compuerta que impide la pérdida de tierra, mientras la traílla se desplaza hasta el
lugar de vertido.
3. Posición de descarga: una vez llegado al punto de descarga, se vierte la tierra por
basculamiento del cucharón o elevación de la compuerta.
La traílla empujada por medio de un tractor se utiliza para distancias pequeñas, existiendo
versiones de moto traílla, que se usan con preferencia. Las traíllas se utilizan en operaciones
de limpieza y nivelaciones a gran escala.

Niveladora o grader
Maquinaria de empuje, similar a los bulldozers. Concebida con una pala de acero de perfil
curvado situada bajo la parte central de la máquina. Puede adoptar cualquier inclinación de
hasta 300º con relación al eje de la marcha y respecto al plano horizontal. Se utiliza en:

- Trabajos de refino de la explanada de firmes y caminos, dando un acabado fino y


preciso
- Perfilado y nivelación de taludes
- Nivelación de zonas que han sido previamente escarpadas o explanadas por una
traílla o bullzoder
- Desplazamiento de grandes cantidades de terreno
- Nivelación del fondo de excavaciones
- Relleno de desniveles, de zanjas o pozos
- Construcción de cunetas.

Escarificadora o ripper
Especie de rastrillo de grandes dimensiones con dientes de acero, espaciados e
intercambiables, montada generalmente una unidad tractora universal o una pala cargadora.
Su misión fundamental es la disgregación de la superficie del terreno actuando por capas
sucesivas.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Pala cargadora o tractora


Tiene dos misiones: la excavación y carga de material suelto al nivel de las orugas, en
posición fija, y el transporte a pequeñas distancias (figura 4.34). El terreno se ataca con el
cucharón en posición baja, elevando la cuchara hasta la posición adecuada para descargar el
material sobre el dúmper. Se adapta a las tareas del bulldozer y de la pala frontal vistas con
anterioridad:
- Excavación de terrenos sueltos
- Excavación de pozos de gran anchura
- Excavaciones por banqueos o capas de la superficie del terreno, actuando como
bulldozer
- Carga y transporte a distancias de hasta 10 m.

Figura 4.34 Pala cargadora

El dúmper es la maquinaria de transporte más utilizada en la excavación mecánica, para el


transporte de tierras fuera y dentro de la obra (figura 4.35).

Figura 4.35 Dúmper

2. EJECUCIÓN DE DESMONTES

2.1 EXCAVACIÓN DE DESMONTES A MANO

Las operaciones que requiere una excavación en desmonte a mano son las siguientes:

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1. Replanteo

2. Picado de las tierras: existen dos procedimientos que tradicionalmente se han


utilizado en el picado de las tierras: el picado a pecho y el picado a tumbo.

PICADO A PECHO
En el picado a pecho el obrero ataca directamente las tierras, pudiendo trabajar varios obreros
a la vez. La forma de repartir los obreros es importante en el rendimiento de las tareas de
extracción, siendo conveniente espaciar los obreros cada 2 metros. Un obrero, con un golpe
de pala lanza el terreno horizontalmente 3 ó 4 m. También puede lanzar el material una
distancia horizontal d, elevándolo h, estando relacionados d y h de forma que:
d + 2h = 4 m
Si el material se va a lanzar a distancias superiores, conviene efectuar relevos cada 3 ó 4 m.
Para alturas de terreno a desmontar superiores a los 1,40-1,60 m se debe proceder por
escalones.

Figura 4.36 Picado a pecho

PICADO A TUMBO
Se trata de una modalidad de arranque de las tierras que conlleva grandes riesgos para los
operarios, por lo que está prohibida en la actualidad por el CTE en su Pliego General de
Condiciones Técnicas. No obstante, la estudiaremos para tener conocimiento de ella y así,
evitar su ejecución en los trabajos de desmonte.
Tradicionalmente se restringía su uso a terrenos compactos en lo que se procedía a la
excavación a pecho del terreno hasta una altura de 2 escalones, es decir, unos 4 ó 5 m en
corte vertical. Sobre la pared se replanteaban una serie de huecos de dimensiones variables,
dependiendo de la compacidad del terreno, de unos 1,50-2,00 m de ancho, separados por
espacios de 0,60-1,00 m.
Una vez realizada la excavación de los huecos, de 1 m de profundidad en su base y perfilando
un plano inclinado, se colocaba un obrero enfrente de cada uno de los pilarcillos de terreno
que resultaban de la excavación de los huecos, y los iba tirando con mucho cuidado. El
capataz se colocaba en la coronación del desmonte e iba dirigiendo los trabajos, golpeando la
parte superior del desmonte con un pisón para acelerar la caída. Al quedar el terreno superior
sin apoyo, se iba agrietando hasta su hundimiento, quedando en condiciones de ser cargado y
transportado. La figura 4.37 muestra un desmonte con picado a tumbo.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 4.37 Picado a tumbo

2.2 EXCAVACIÓN DE DESMONTES A MÁQUINA

Las operaciones que requiere una excavación en desmonte a mano son las siguientes:
1. Replanteo
2. Picado y carga de las tierras
La forma de abordar los trabajos de extracción de las tierras y la maquinaria empleada
depende, como hemos visto, de la naturaleza del terreno.

a. Terreno suelto
La extracción y la carga se pueden realizar por medio de:
Pala cargadora
Montada sobre neumáticos o sobre orugas para adaptarse mejor a las irregularidades del
terreno. Se puede atacar el terreno por la parte más baja con el borde de la cuchara situado al
ras del suelo, y elevando el brazo para llenar la misma (figura 4.38). No se debe trabajar nunca
bajo los salientes de la excavación que deben ser eliminados. En terrenos poco consistentes
dar al frente una cierta pendiente para evitar desprendimientos.
El CTE en su Pliego de Condiciones Técnicas prescribe la ejecución de excavación del
desmonte mediante pala cargadora, actuando por niveles sucesivos de terreno con diferencia
de cota de 1,65 m entre ellos: se excava un primer nivel entre los límites laterales hasta la cota
de base de la máquina, para una vez excavado, descender al nivel inferior, ejecutando la
misma operación hasta la cota base del desmonte.
Es importante, si queremos aumentar el rendimiento de la pala, la espera al lado para la
descarga de un dúmper.

ATAQUE DESDE BASE ELIMINACIÓN DE SALIENTES

Figura 4.38 Cuchara de pala cargadora en terrenos consistentes

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Bulldozer
Si la pendiente no es muy fuerte, menor de 30º, se ataca el terreno desde la coronación del
desmonte siguiendo las curvas de nivel, creando plataformas que sirven de apoyo a las orugas
y arrastrando el material suelto hasta 50 m en nivelaciones dentro de la obra.
En terrenos con fuerte pendiente se utiliza el angledozer, que una vez alcanzado el borde
superior del bancal, orienta la cuchilla 30º hacia el lado de la cima para que deslice el material
hacia la vaguada y ataca la parte superior de la excavación de abajo a arriba, procediendo por
arcos sucesivos.

ATAQUE DESDE CORONACIÓN

Figura 4.39 Bulldozer en excavación de desmonte

b. Terreno duro de gran cohesión


Pala excavadora hidráulica
Colocando un cazo de gran dimensión, y atacando el terreno desde la base. También se utiliza
en grandes explanaciones de terreno

c. Terreno rocoso
Escarificador o ripper
El desmonte de rocas blandas puede realizarse mediante un escarificador de un solo diente
cuya acción llega a capas más profundas.
Martillo rompedor
El martillo neumático acoplado a una excavadora polivalente permite el desmonte de rocas de
mayor dureza (véanse las figuras 4.40, 4.41 y 4.42)

Figura 4.40 Desmonte en terreno rocoso con martillo rompedor

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 4.41 Desmonte en terreno rocoso con martillo Figura 4.42 Martillo rompedor
rompedor

3. Transporte de las tierras


El transporte hasta 50 m se puede realizar con el bulldozer. Hasta los 2000 m de
distancia a vertedero se utiliza la moto traíllas. Para distancias mayores de 2000 m se
utilizan traíllas, equipos de pala, dúmpers y camiones.

3. EJECUCIÓN DE VACIADOS

3.1 EXCAVACIÓN DE VACIADOS A MANO

Las operaciones que requiere una excavación en vaciado a mano son las siguientes:
1. Replanteo
2. Picado, carga y transporte de las tierras de modo análogo al desmonte por
banqueos.

3.2 EXCAVACIÓN DE VACIADOS A MÁQUINA

Las operaciones que requiere una excavación en vaciado a mano son las siguientes:
1. Replanteo, que deberá ser aprobado por la Dirección Facultativa, que deberá aprobar
así mismo los accesos propuestos. Las camillas utilizadas se dispondrán dobles en
los extremos de las alineaciones y separadas del borde del vaciado al menos 1 m. Se
dispondrán puntos de referencia fuera de la zona de influencia del vaciado, a los
cuales se referirán todas las lecturas de cotas de nivel y desplazamientos verticales y
horizontales.
2. Picado de las tierras por franjas horizontales de altura no mayor de 1,5 ó 3 m.
Si al excavar nos encontramos con cualquier anomalía no prevista (aguas subálveas,
pozos negros, restos arqueológicos), se paralizarán los trabajos, comunicándose a la
Dirección Facultativa para que tome las decisiones oportunas al respecto. Las tareas
de excavación se podrán realizar mediante:
- Arranque: pala retroexcavadora con ripper para rocas blandas
- Arranque y carga: excavadora de cuchara prensil, retroexcavadora y
dragalina.
- Carga: pala cargadora.

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María Pilar del Amo Pérez

3. Previsión de rampas de salida y entrada de los camiones para sacar las tierras
excavadas.
Al realizar la excavación dejaremos configurada la rampa ataluzándola para
garantizar la seguridad en los trabajos (véanse las figuras 4.43 y 4.44). El ancho de la
rampa será mayor de 4,50 m en los tramos rectos, ensanchándose en las curvas. Su
pendiente será inferior a 12% en tramos rectos y al 8% en tramos curvos, para
facilitar el movimiento y el ascenso de la maquinaria de excavación y transporte. Es
conveniente que dispongamos al final de la rampa y antes de salir a la vía pública de
un tramo horizontal mayor de 6 m, para el desembarco de los vehículos. La
excavación de la rampa se empezará por la parte más baja en forma de banqueos y
remontando la tierra para poder seguir utilizando los camiones en su propia
extracción por medio de la retroexcavadora (véase la figura 4.45). También se puede
calcular el volumen de la rampa y la cota de terreno a la que hay que llegar
excavando para dejar por debajo un volumen equivalente al de ella. De esta forma,
una vez que la rampa no es efectiva, extendemos el volumen de tierras ocupado por
ella sobre la base del vaciado, que queda a la cota definitiva.
4. Resolver la contención de las paredes ante el empuje de las tierras.
Para ello es importante la ejecución de sistemas de contención de tierras de carácter
temporal como son las entibaciones, que permiten trabajar a los operarios en
condiciones de seguridad, y que estudiaremos posteriormente.
No se acumularán materiales en el borde del vaciado a distancias menores de dos
veces su profundidad.

Figuras 4.43 y 4.44 Disposición de rampas en solares

RAMPA
LÍNEA DE FACHADA

Figura 4.45 Ejecución de excavación por bermas

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Existen dos posibilidades de abordar las tareas de excavación en un vaciado:


a) Realizando la excavación del vaciado sin haber construido previamente una
estructura de contención de las tierras
b) Habiendo construido previamente una estructura de contención.

EJECUCIÓN DE VACIADO SIN CONSTRUIR PREVIAMENTE LA ESTRUCTURA DE


CONTENCIÓN
La figura 4.46 refleja las diferentes opciones que contempla la NTE ADV, en su punto 3 para la
excavación de un vaciado, sin haber construido previamente la estructura de contención

Figura 4.46 NTE-ADV, punto 3

a. Por corte vertical


Para poder abordar la excavación de esta forma es imprescindible que el terreno sea muy duro
y que admita el corte en vertical. Además, la ejecución debe ser muy rápida. En general, en
terrenos coherentes se podrá excavar con corte vertical hasta una altura de 60 ó de 80 cm.
Una vez alcanzada esta altura se deberá entibar el terreno. Las figuras 4.47, 4.48 y 4.49
reflejan un vaciado ejecutado con corte vertical, para posteriormente ejecutar el sistema de
contención.

Figuras 4.47 y 4.48 Ejecución del vaciado con corte vertical y posterior ejecución de muro de sótano

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 4.49 Ejecución del muro de sótano tras el vaciado

b. Por corte en taludes


Talud definitivo: Vaciado con talud como elemento de contención definitivo.
Talud exterior: Vaciado con talud exterior, realizando la estructura de contención por delante
del talud (véase la figura 4.50). Una vez ejecutado el muro y el forjado se rellena el trasdós del
muro, previa colocación del drenaje.

Figura 4.50 Ejecución de un vaciado con talud exterior

Talud interior: Vaciado con talud interior, realizando la estructura de contención por detrás del
talud mediante bataches (ver figura 4.51 y 4.52). El proceso de ejecución es el siguiente:
1. Excavación del vaciado, dejando un talud interior que no supere el ángulo de
rozamiento interno del terreno (figura 4.52, punto 1)
2. Replanteo en el frente del talud de los bataches de ancho variable n, dependiendo
de la compacidad del terreno, del estado de la edificación colindante y de la
profundidad de la excavación (figura 4.52, punto 1)
3. Excavación de los bataches pares con acceso desde la zona central del vaciado,
dejando las esquinas sin excavar (figuras 4.52, punto 2 y 4.53). Los bataches se
realizarán por la parte superior cuando se realicen a mano y por la inferior si se
realizan a máquina
4. Construcción de los elementos estructurales de contención en las zonas
excavadas y en el mismo orden, dejando esperas para solape en las armaduras
figuras 4.52, punto 2, 4.54 y 4.55).

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

5. Excavación de los bataches impares con acceso desde la zonas central y la zona
2, y construcción de la estructura de contención (figura 4.52, punto 3)
6. Excavación de las esquinas, zona 3, y construcción de la estructura de contención
figura 4.52, punto 4)

7
6
5
4
3
2
1

1. REPLANTEO DE BATACHES
7
5
3
1

2. EXCAVACIÓN DE BATACHES ALTERNOS

3. EJECUCIÓN DE ESTRUCTURA DE CONTENCIÓN

Figura 4.51 Proceso de ejecución de vaciado por bataches

Figura 4.53

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María Pilar del Amo Pérez

3 1 2 1 3 3 1 2 1 3

2 2 2 2
ZONA CENTRAL ZONA CENTRAL
1 1 1 1

2 2 2 2
RAMPA

RAMPA
1 1 1 1

3 1 1 3 3 1 1 3

1. 2.

1 2 1 1 2 1
3 3 3 3

2 2 2 2
ZONA CENTRAL ZONA CENTRAL
1 1 1 1

2 2 2 2
RAMPA

RAMPA

1 1 1 1

3 1 1 3 3 3
1 1

3. 4.

Figura 4.52 Orden de ejecución de excavación

Figura 4.54

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 4.55

EJECUCIÓN DE VACIADO HABIENDO CONSTRUIDO PREVIAMENTE LA ESTRUCTURA


DE CONTENCIÓN
a. Con muros de contención
Para la ejecución de un muro de sótano o de contención previo al vaciado del solar
ejecutaremos las siguientes tareas (véase la figura 4.56):
1. Replanteo en el perímetro del vaciado de una serie de pozos alternos de
dimensiones variables. La profundidad del pozo será la de la cota del vaciado
añadiéndole la profundidad de la cimentación. El lado paralelo al perímetro será
variable dependiendo de la compacidad del terreno, profundidad del corte y estado
de las medianerías colindantes. El lado perpendicular al perímetro será tal que
permita trabajar dentro del pozo a un obrero que realice la cimentación, con
entibación del pozo previa, en condiciones de seguridad y con la holgura suficiente
para realizar los trabajos.
2. Excavación de los pozos y entibación de los mismos acompañando a la excavación.

IA
INER
MED

URO
IÓN M
NS TRUCC
CO
N
ACIÓ
ENTIB

N
VACIÓ
EXCA

Figura 4.56 Ejecución de muro de contención por pozos

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María Pilar del Amo Pérez

3. Construcción de la estructura de contención, a la vez que se va retirando la


entibación. En los laterales del muro de contención dejaremos previsto esperas
dobladas en las armaduras horizontales, para que solapen, una vez excavado el pozo
contiguo con las armaduras del mismo.
4. Una vez excavados y ejecutados todos los muros dentro de los pozos, podemos
realizar el vaciado de la zona central por capas.

Una alternativa a la excavación de pozos alternos es la excavación en el perímetro del vaciado


de una trinchera perimetral, que una vez entibada, permitirá la construcción de la estructura de
contención. Las operaciones necesarias para la construcción de la estructura de contención
las estudiaremos en el tema correspondiente.

b. Con muros pantallas


Los muros pantallas de hormigón armado “in situ” o prefabricados permiten la ejecución de la
estructura de contención de las tierras previa al vaciado. Las pantallas “in situ” consisten en la
construcción desde la superficie del terreno y dentro del mismo, de un muro de hormigón
continuo o discontinuo mediante una sucesión de pilotes (figura 4.57).
El proceso de ejecución de las pantallas lo estudiaremos en el tema correspondiente a las
estructuras de contención.

Figura 4.57 Muro pantalla discontinua como contención de vaciado

4. EJECUCIÓN DE ZANJAS Y POZOS

El vaciado en forma de zanjas y pozos puede destinarse a la ejecución de elementos de


cimentación (figura 4.58 y 4.59), como es el caso de las zanjas para zapatas corridas o los
pozos para la ejecución de cimentaciones semiprofundas. También se utilizan ambos para
alojar diferentes instalaciones, como es el caso de las zanjas de drenaje (figura 4.60).
La apertura de zanjas y pozos también se puede ejecutar a mano o a máquina. En los dos
casos, una vez realizada el desbroce y limpieza del solar se procede al replanteo de las zanjas
y pozos.
El comienzo de la excavación de zanjas y pozos para cimentación sólo se acometerá cuando
se dispongan a pie de obra de todos los elementos necesarios para ejecutar los trabajos,
excavándose los últimos 30 cm en el momento de verter el hormigón de limpieza. Si al realizar
los trabajos nos encontramos con cualquier anomalía deberemos suspender los mismos hasta
que la Dirección Facultativa de las indicaciones oportunas al respecto. Se deberá asegurar la
estabilidad de las paredes a medida que avanzamos en la excavación mediante entibaciones u
otros medios de sostenimiento o refuerzo, a fin de evitar desprendimientos o deslizamientos.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Deberá evitarse la entrada de aguas superficiales en el fondo de la excavación, que deberán


achicarse si entran, lo antes posible.

Figura 4.58 Zanja de cimentación Figura 4.59 Pozo de cimentación Figura 4.60 Zanja de drenaje

4.1 EXCAVACIÓN DE ZANJAS

EXCAVACIÓN DE ZANJAS A MANO


En el caso de zanjas de cimentación, el ancho de la zanja es función del espesor que deben
tener los cimientos; las zanjas para instalaciones, tendrán el ancho necesario para que el
obrero trabaje cómodamente, por lo que no deben ser inferiores a 80 cm. Según el CTE, en su
Pliego General de Condiciones Técnicas, las zanjas mayores de 2 m se consideran vaciados a
efectos de acometer los trabajos de entibación que acompañan a la excavación. La
profundidad será menor de 7m y con nivel freático inferior.
Las operaciones que comprende una excavación a mano son:
1. Replanteo
2. Picado de las tierras: Una vez replanteada la zanja, se distribuyen a lo largo de ella
una serie de operarios que van atacando el terreno por capas de unos 20 cm.
trabajando todos en el mismo sentido, cavando en dirección contraria cuando llegan
al punto en que se encuentra el obrero de al lado. Para el picado de las tierras se
utiliza las herramientas vistas con anterioridad, según la naturaleza del terreno: pico,
zapapico, azadón, etc.
Según el CTE en su Pliego General de Condiciones Técnicas: “Se realizará la
excavación por franjas horizontales de altura no mayor a la separación entre codales
más 30 cm, que se entibará a medida que se excava.”
3. Paleo de tierras a uno o dos lados de la zanja: La extracción de las tierras se realiza
a pulso mediante un lanzamiento directo de las mismas, hasta una altura de unos
1,50 m.
Para alturas mayores lleva la excavación escalonadamente, dejando y paleando las
tierras a unos tableros dispuestos en las paredes de la entibación de las zanjas
superficie, o mediante tornos. Las palas que se emplean son las redondas, más fácil
de clavar, utilizándose las cuadradas en terrenos sueltos.
La excavación de zanjas de profundidad mayor de 1 m requiere la disposición de las
tierras paleadas a una distancia suficiente del borde de la excavación para poder
disponer de espacio suficiente para las tierras de cotas más profundas.

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María Pilar del Amo Pérez

En todo caso, se dejarán los bordes de la excavación libres de tierra a una distancia
de seguridad > 60 cm, para evitar que el peso de las tierras aumente los empujes del
terreno en las paredes de la excavación.
4. Peinado o refino de las paredes de la excavación: Consiste en repasar las paredes
dejándolas verticales y limpiar el fondo de la excavación de cualquier material que
haya podido caer, para garantizar la planeidad y horizontalidad del plano de asiento
con el fin de evitar así posibles asientos.

EXCAVACIÓN DE ZANJAS A MÁQUINA


Las operaciones son las siguientes:
1. Replanteo
2. Picado de las tierras: Se utiliza la retroexcavadora con cuchara cuya anchura
coincide con la de la zanja; en zanjas muy profundas y para la excavación de
bataches en ejecución de muros pantallas y con presencia de lodos tixotrópicos, se
utiliza la excavadora prensil; la zanjadora se utiliza para la realización de zanjas de
anchuras mayores de 60 cm en terrenos sueltos y en gran longitud.
3. Carga y transporte
4. Peinado o refino
Cuando la excavación se realiza por medios mecánicos, el terreno admitirá el corte vertical
para esa profundidad (véase la figura 4.61).

Figura 4.61 Excavación de zanja con retroexcavadora

4.2 EXCAVACIÓN DE POZOS

EXCAVACIÓN DE POZOS A MANO


Los pozos a excavar pueden ser rectangulares o circulares, de dimensiones según NTE:
- Estrechos: <1,50 x 1,50 m.
- Anchos: > 6,00 x 6,00 m y < 1,50 x 1,50
Una vez replanteados los pozos se procede al picado de las tierras. La excavación manual de
pozos estrechos la realiza un solo operario, elevando la tierra con un torno. Si lo pozos son de
mayores dimensiones trabajan simultáneamente varios obreros, empleando paleos sucesivos

| 114
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

y torno, montacargas o grúas con cubos, etc. Al finalizar se realiza asimismo el peinado y
refino del pozo. El material de la excavación se puede cargar sobre un camión para su
transporte, o dejarse alejado del perímetro de la excavación para su posterior utilización en
rellenos dentro del solar.
El diámetro mínimo de los pozos para trabajar en condiciones de seguridad y con holgura son:
> 0,90 m pozos circulares
> 0,80 x 0,80 m pozos rectangulares sin entibación
> 1,00 x 1,00 m pozos rectangulares con entibación

EXCAVACIÓN DE POZOS A MAQUINA


La profundidad máxima de excavación a máquina oscila entre 5 y 8 m, aunque existe
maquinaria con brazos con alargaderas que permiten alcanzar hasta los 12 m de profundidad.
Las máquinas más utilizadas son la excavadora de almeja y la retroexcavadora.

5. EXCAVACIÓN DE TERRENOS EN PRESENCIA DE AGUA


Las excavaciones en terrenos en presencia de agua requieren la captación, conducción y
evacuación del agua fuera del ámbito de la excavación (figura 4.62).
Para ello se recurre a diferentes soluciones de desviación de las aguas, contención, drenaje o
agotamiento que estudiaremos en el tema del control del agua.

Figura 4.62 Presencia de nivel freático en cota de cimentación

6. EXCAVACIONES PRÓXIMAS A CIMENTACIONES

Es frecuente en la excavación de vaciados para construcción de sótanos en el ámbito urbano,


que nos encontremos con un solar en el que parte del perímetro está limitado por edificios
medianeros con cimentaciones cercanas que presentan un nivel que queda por encima del
nivel del vaciado.
La excavación de sótanos junto a medianerías de edificios construidos con muros de carga
requiere la excavación del vaciado por bataches. Estos serán de anchura variable en función
del tipo de terreno, del estado del muro y la cimentación medianera, así como de la altura del
vaciado. La anchura del batache genera un arco de descarga como consecuencia de la
eliminación de parte del terreno, desviándose las cargas que soporta el muro por encima del
arco de descarga hacia los laterales. Las cargas que actúan bajo el arco de descarga serán

| 115
María Pilar del Amo Pérez

soportadas por el terreno que ha visto disminuida su capacidad portante, junto con la
resistencia a tracción del material del muro de carga.
Si la edificación medianera es de zapatas y la cota del vaciado supera la de la cota de apoyo
de éstas conviene no dejar libres los laterales de las zapatas, intentando que al ejecutar los
bataches permanezca libre como máximo la mitad del lado de las zapatas, según se indica en
la figura 4.63:

Figura 4.63 NTE-ADZ, Punto 3: Condiciones generales de ejecución

El CTE en su Pliego General de Condiciones Técnicas expone en el punto 2.1.5:


“Los pozos junto a cimentaciones próximas y de profundidad mayor que éstas, se excavarán
con las siguientes prevenciones:
- reduciendo cuando se pueda, la presión de la cimentación próxima sobre el terreno,
mediante apeos;
- realizando los trabajos de excavación y consolidación en el menor tiempo posible;
- dejando como máximo media cara vista de zapata pero entibada
- separando los ejes de pozos abiertos consecutivos no menos de la suma de las
separaciones entre tres zapatas aisladas o igual a 4 m en zapatas corridas o losas.”

Si el edificio colindante se encuentra en muy mal estado es preferible alejarnos de la


medianería en la ejecución del vaciado, proyectando un sótano distanciado de la misma a una
cota igual o mayor a la profundidad del sótano, y resolviendo la cimentación contigua a la
medianera mediante una zapata de medianería (figura 4.64).

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

ZAPATA DE MEDIANERÍA

SOLERA

VIGA CENTRADORA

MURO SÓTANO

CON MURO DE SÓTANO Y SOLERA EN PLANTA BAJA

Figura 4.64

Otra solución, que permite resolver el problema sin construir un muro de sótano, es ejecutar un
talud en el terreno con un ángulo de 45º que evite los empujes sobre la pared del sótano. De
esta forma podemos ir a una cimentación mediante zapatas de forma escalonada. Es
fundamental la protección y la estabilización del talud mediante un gunitado (figura 4.65).

ZAPATA DE MEDIANERÍA

FORJADO

VIGA CENTRADORA

GUNITADO

ZAPATA

SIN MURO DE SÓTANO Y FORJADO EN PLANTA BAJA

Figura 4.65

7. BIBLIOGRAFÍA

BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras,


Fundaciones, Andamios, Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería
Editorial de BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899

| 117
María Pilar del Amo Pérez

GARCÍA VALCARCE, Antonio y otros: Manual de Edificación. Derribos y Demoliciones.


Actuaciones sobre el Terreno. Editorial EUNSA (Ediciones Universidad de Navarra, S.A.),
Navarra, 1995
ISBN-84-313-1356-0

LOZANO APOLO, Gerónimo y LOZANO MARTÍNEZ-LUENGAS, Alfonso: Curso Diseño,


Cálculo Construcción y Patología de cimentaciones y recalces. Lozano y Asociados.
CONSULTORES TÉCNICOS DE CONSTRUCCIÓN, S.L. 1998
ISBN-84920401-2-2

MINISTERIO DE LA VIVIENDA: CTE. DB SE-C. Código Técnico de la Edificación. Documento


Básico: Seguridad Estructural. Cimientos. Real Decreto 314/2006.

MINISTERIO DE LA VIVIENDA: CTE. DB SE-C. Código Técnico de la Edificación. Documento


Básico: Seguridad Estructural. Cimientos. Real Decreto 314/2006.

MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS, TRANSPORTES Y MEDIO AMBIENTE: NORMAS


TECNOLÓGICAS DE LA EDIFICACION. ACONDICIONAMIENTO DEL TERRENO.
CIMENTACIONES.
ISBN-84-7433-810-7

MUÑOZ HIDALGO, Manuel: Problemas, dudas y soluciones durante el proyecto y ejecución de


la edificación. Edita: Manuel Muñoz Hidalgo. Sevilla 2001.
ISBN-84-607-1419-5

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Tema 5

EJECUCIÓN DE RELLENOS

Se considera relleno a toda operación de aporte, extensión y compactación de material o


terreno en zanjas y pozos, trasdós de muros, explanadas, etc. con objeto de alcanzar la
rasante definitiva.
Es necesario comprobar que los terrenos naturales como aquellos con los que vamos a
ejecutar el relleno dan respuesta a las exigencias que se les demanda, si son capaces de
soportar las cargas sin variaciones dimensionales y si se mantienen inalterables frente a los
agentes exteriores, teniendo las propiedades geotécnicas adecuadas.

1. NATURALEZA DEL TERRENO A APORTAR

Lo más económico es la utilización de terreno de excavaciones dentro de la propia obra.


Siempre se puede mejorar este terreno, añadiendo materiales no cohesivos.
Otra opción es la utilización de terreno de préstamo, con las siguientes propiedades:
- Facilidad de acceso al lugar de extracción
- Distancias mínimas a vertedero
- Facilidad de compactación
- Resistencia a las variaciones dimensionales
- Resistencia a las heladas

Se utilizarán preferentemente:
- Terrenos predominantemente granulares, de granulometría continua, con % pequeño
de finos y sin piedras de gran tamaño
- Terrenos limoarcillosos con contenido de arenas finas, con unas condiciones
especiales de selección, colocación y compactación.
- Algunos productos resultantes de la actividad industrial como cenizas pulverizadas y
escorias

Se deben evitar en todo caso:


- Terrenos orgánicos como turberas, marismas y tierra vegetal.
Los rellenos construidos con suelos como los turbosos dan lugar posteriormente a
graves desórdenes.
Los microorganismos anaerobios absorben por solvatación una cantidad
considerable de agua. Si mueren por falta de humedad o por calor, el agua que
retenían desaparece, produciéndose una reducción de volumen que puede llegar
hasta el 20%, produciéndose grandes asentamientos
- Tierras sucias
- Terrenos procedentes de escombreras y vertederos, ya que pueden originar asientos
- Terrenos con sulfatos o yesíferos
- Terrenos expansivos
- Terrenos susceptibles de heladas, o que contengan hielo o nieve en rellenos
estructurales.

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María Pilar del Amo Pérez

2. NATURALEZA DEL TERRENO SOBRE EL QUE SE EFECTÚA EL RELLENO

El terreno sobre el que se efectúa el relleno debe ser tolerable, adecuado y seleccionado.
En presencia de terrenos inadecuados, se optar por:

GEOMALLA ENTRE TERRENO NATURAL Y RELLENO SUBBASE ARMADA

Figura 5.1 Figura 5.2

- Eliminación del terreno y sustitución por un terreno adecuado


- Estabilización y posterior compactación del terreno natural con una adición de cal o
cemento
- Colocación de una capa de geotextil o una geomalla resistente (figura 5.1) a los
esfuerzos de tracción, en la base del terreno natural sobre la que se extienden capas
de terreno granular, que se empotran en dicho terreno, evitando el corte
- Construcción de una subbase armada que reciba las cargas del relleno (figura 5.2).

3. EJECUCIÓN DE UN RELLENO

Las operaciones necesarias para conseguir un relleno con capacidad portante desde el
punto de vista mecánica, son las siguientes:

- ELECCIÓN DEL TERRENO PARA EL RELLENO

Según el CTE DB-C, apartado 7.3.2., se tomarán en consideración los siguientes aspectos a la
hora de elección del terreno:
- Granulometría
- Resistencia a la trituración y al desgaste
- Compactabilidad
- Permeabilidad
- Plasticidad
- Resistencia del subsuelo
- Contenido en materia orgánica
- Agresividad química
- Efectos contaminantes
- Solubilidad
- Inestabilidad de volumen
- Susceptibilidad a las bajas temperaturas y a las heladas
- Resistencia a la intemperie
- Posibles cambios de propiedades debidos a la excavación, transporte y colocación
- Posible cementación tras su colocación

Asimismo, contemple el citado apartado la posibilidad de mejorar el terreno natural por


diferentes medios:

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

- Ajuste de humedad
- Estabilización con cal o cemento
- Corrección de granulometría
- Protección con un material apropiado
- Utilización de capas drenantes intercaladas

- PREPARACIÓN DEL TERRENO SOBRE EL QUE SE EJECUTA EL RELLENO


a. Desbroce y limpieza del terreno natural
Ante un terreno natural apto para constituir la base de un buen relleno, deberemos
ejecutar el desbroce de la capa superficial del terreno y el despeje de maleza, árboles y
arbustos. Si el terreno natural es inadecuado como arcillas y turbas blandas, se procederá
a la retirada de las capas necesarias. Cuando en el terreno existan aguas superficiales o
profundas, se desviarán o captarán, conduciéndolas fuera del relleno.
b. Escarificación y posterior compactación del terreno natural
Consiste en la roturación y disgregación de la capa superficial del terreno natural, unos 15
cm bajo la rasante, consolidada a lo largo del tiempo y por la acción de los agentes
exteriores, mediante un arado o ripper.
La escarificación permite que el terreno quede en condiciones óptimas para trabarse junto
con la tongada inicial, formando un material único. Si el terreno a escarificar está muy
desecado conviene regarlo hasta conseguir la humectación necesaria. Posteriormente se
compactará con el mismo grado de compactación del relleno.
c. Interposición de una geomalla entre el terreno natural y el aportado para la formación
de la primera tongada del relleno.
La colocación de una geomalla, membrana agujereada de material polimérico, en la base
del relleno reparte las cargas, aumenta la capacidad portante, disminuyendo los asientos
y colabora en la resistencia al rozamiento de los taludes favoreciendo el drenaje.

- DRENAJE
Cuando el agua de lluvia pueda erosionar el terraplén, las tongadas se extenderán con una
pendiente transversal del 2%, para ayudar a su evacuación.

- EXTENSIÓN DEL TERRENO POR TONGADAS


Una vez preparado el cimiento del relleno se procede a la extensión de las tierras mediante
tongadas sucesivas de espesor uniforme y sensiblemente paralelas a la explanada.
El espesor de las tongadas varía entre 15 y 80 cm, en función del tipo de terreno y la
maquinaria de compactación utilizada para obtener el grado de compactación requerido.
Conviene dar a las primeras tongadas un espesor mínimo para facilitar la trabazón y la mejor
compactación. El material de cada tongada será de características uniformes.
Después de la extensión de cada tongada se procederá a su control mediante una inspección
visual, de forma que revisemos su espesor, anchura, grado de compactación y humedad, de
forma que no se vierta la tongada siguiente hasta que la anterior no cumpla las condiciones de
humedad y compactación necesarias.
Los trabajos deben interrumpirse si la temperatura es inferior a 2 ºC debido al riesgo de
congelación del terreno.

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María Pilar del Amo Pérez

- HUMECTACIÓN O DESECACIÓN DEL TERRAPLÉN


Una vez extendida cada tongada, se debe proceder si es necesario a su humectación o
desecación, a fin de conseguir su grado de humectación óptimo, dato obtenido mediante un
ensayo Proctor en laboratorio sobre el terreno del relleno.
Si es necesario el aporte de humedad, se procederá al vertido de agua mediante un vehículo
cisterna de forma que el humedecimiento de los materiales sea uniforme. La desecación se
puede obtener:
- Mediante oreo, que se puede acelerar con la escarificación de la capa más
superficial, al aumentar la superficie de evaporación.
- En terrenos limoarcillosos mediante estabilización por adicción de cal, cenizas
volantes, arenas o escorias, al variar la granulometría del terreno.

- COMPACTACIÓN

La compactación de la tongada se realiza aplicando energía sobre ella, una vez extendida y
nivelada, mediante varias pasadas de la maquinaria apropiada, a fin de obtener la densidad
seca mínima exigida en el proyecto, que no debe ser inferior al 95% del Proctor normal,
obtenido en laboratorio para los mismos terrenos que los del relleno.
La compactación debe realizarse de tal manera que toda la superficie de la tongada reciba el
mismo número de pasadas de la máquina compactadora. Si la compactación es defectuosa el
terreno puede sufrir asientos tras la puesta en carga.
En zonas limitadas o junto a obras de fábrica se compactará con medios de energía pequeña,
mediante tongadas de espesor limitado, para conseguir la misma densidad que en el resto del
relleno.

4. MAQUINARIA DE COMPACTACIÓN

La energía para la compactación del terreno es aportada por maquinaria que por su origen
puede ser estática, dinámica o vibratoria.

4.1 MAQUINARIA DE COMPACTACIÓN POR PRESIÓN ESTÁTICA

La compactación se produce por el propio peso de la máquina.

APISONADORA DE RODILLOS LISOS

Figura 5.3 Apisonadora estática de dos rodillos

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

El peso de la apisonadora oscila entre 10 y 15 toneladas. Puede ser tándem (figura 5.3), si
está provista de dos rodillos en serie; triciclo, si tiene tres, uno delantero y dos en el eje tractor;
trieje si tiene tres rodillos en serie.
El espesor de las tongadas es de 10 a 20 cm y el número de pasadas es de 4 a 8.Se utilizan
para la compactación de terrenos granulares cohesivos.

PATAS ASPISONADORAS O DE CABRA

Los rodillos de patas apisonadoras tienen la chapa del cilindro cubierto de una serie de
prominencias o patas de cabra de forma tronco-piramidal, tronco-cónica o cilíndrica
dispuestas uniformemente. Al girar el cilindro, las patas se clavan en el terreno iniciándose la
compactación en una sección más profunda. El hundimiento de las patas disminuye a media
que avanza la compactación, lo que se traduce en un aumento progresivo de su capacidad
portante. La compactación se debe continuar hasta que la huella de la pata en el terreno sea
igual o menor de 1/5 del espesor de la tongada.
El espesor de las tongadas es de 20 a 30 cm y el número de pasadas es de 8 a 12. Se utilizan
para la compactación de terrenos cohesivos con cierto grado de humedad.
Existen compactadoras con rodillos intermedios entre los lisos y los de patas de cabra, como
las de rodillos de segmentos provistos de placas lisas en lugar de patas. Otros como los de
rodillos de reja aumentan la presión de contacto con el terreno, utilizándose para triturar y
compactar rocas blandas y terrenos cohesivos secos.

COMPACTADOR DE NEUMÁTICOS
Constan de una serie de neumáticos dispuestos de forma independiente o agrupada de dos en
dos, en una o dos filas (figura 5.4). Las deformaciones y desplazamientos relativos de las
ruedas durante el apisonado consiguen un amasado del terreno que da lugar a una
compactación muy rápida.
La compactación se consigue después de tres a seis pasadas sobre tongadas de espesor de
40 a 60 cm. El peso total de la máquina oscila entre 15 y 45 toneladas.
La compactación con neumáticos es eficaz en terrenos cohesivos, arcillosos arenosos,
zahorras y arenas sueltas con finos limoarcillosos, siendo poco útiles en terrenos granulares
de granulometría uniforme sin finos.
Se utilizan compactadores de hasta 200 toneladas por eje para detectar zonas inestables de
terreno, susceptibles de sufrir asientos.

Figura 5.4 Compactadora de neumáticos

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María Pilar del Amo Pérez

4.2 MAQUINARIA DE COMPACTACIÓN POR VIBRACIÓN

La compactación se produce al vibrar por diferentes procedimientos.

RODILLOS VIBRATORIOS
El vibrado del terreno es debido a la acción de masas excéntricas que giran a gran velocidad,
produciendo fuerza centrífuga. El rodillo puede disponer de protuberancias, pudiendo disponer
de un rodillo estático y otro vibratorio (rodillo mixto) o de dos rodillos vibratorios (tándem). El
espesor de las tongadas es de 30 a 40 cm, y el número de pasadas necesario es de 3 a 8.
Son apropiados para terrenos arcillosos y para la compactación de pedraplenes.

PLACAS VIBRANTES
Las vibraciones sobre el terreno son producidas por una placa de 100 hasta 3000 kg de peso.
El espesor de las tongadas es de 10-15 cm. Se utilizan para la compactación de terrenos
granulares, y tierras compactas y secas.

4.3 MAQUINARIA DE COMPACTACIÓN POR EFECTO DINÁMICO

La compactación se produce por el impacto de caída de una masa que se eleva y al caer
golpea el terreno, o por un rodillo de protuberancia tronco-piramidales que se mueve con
velocidades de 20 a 25 km/h, produciéndose con el impacto el amasado del terreno.

PISÓN AUTOMÁTICO
Se desplaza fácilmente por el operario (figura 5.5). La compactación es producida por una
zapata apisonadora de 100 a 1200 Kg. que golpea y se separa del terreno con una velocidad
elevada.
El espesor de las togadas de de 15 a 20 cm. y el número de pasadas es de 4 a 6. Se emplea
para compactar rellenos localizados como zanjas y trasdosados de muros de contención.

Figura 5.5 Pisón automático

PISONES DE CAÍDA LIBRE


Consiste en un pisón o mazo que una vez elevado mediante una grúa se deja caer sobre el
terreno, efectuando de 5 a 20 golpes por minuto, desde una altura que oscila de 2 a 30 m
sobre puntos dispuestos en una retícula de 2 a 12 m. El impacto de la masa sobre la superficie
del terreno produce tensiones dinámicas que se propagan mediante ondas de compresión y de
corte, reduciéndose el índice de huecos y aumentando la capacidad portante del terreno.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

RODILLOS APISONADORES
La compactación se produce por el efecto de rodillos, que moviéndose a gran velocidad
impactan sobre el terreno (figura 5.6 y 5.7). El rodillo puede tener protuberancias de pata de
cabra.
El espesor de las tongadas es de 15-30 cm. El número de pasadas necesarias es de 3 a 8. La
compactación requiere unas pasadas mediante rodillos estáticos o vibratorios. Se utiliza en
terrenos algo cohesivos y en la fragmentación y homogeneización de rocas blandas.

Figuras 5.6 y 5.7 Rodillos apisonadores

5. TALUDES SEGÚN LOS TIPOS DE TERRENOS


Los taludes recomendados para la formación de terraplenes son los siguientes:

1. ROCA DURA 45º


2. ROCA BLANDA O FISURADA 45º
3. TERRENO COHERENTE COMPACTO 35º
4. TERRENO COHERENTE POCO COMPACTO 35º
5. GRAVAS Y ARENAS GRUESAS 35º
6. ARENAS FINAS 30º

6. BIBLIOGRAFÍA

GARCÍA VALCARCE, Antonio y otros: Manual de Edificación. Derribos y Demoliciones.


Actuaciones sobre el Terreno. Editorial EUNSA (Ediciones Universidad de Navarra, S.A.),
Navarra, 1995
ISBN-84-313-1356-0

LOZANO APOLO, Gerónimo y LOZANO MARTÍNEZ-LUENGAS, Alfonso: Curso Diseño,


Cálculo Construcción y Patología de cimentaciones y recalces. Lozano y Asociados.
CONSULTORES TÉCNICOS DE CONSTRUCCIÓN, S.L. 1998
ISBN-84920401-2-2

INSTITUTO VALENCIANO DE LA EDIFICACIÓN, CONSEJO SUPERIOR DE LOS COLEGIOS


DE ARQUITECTOS DE ESPAÑA, CONSEJO GENERAL DE COLEGIOS OFICIALES DE
APAREJADORES Y ARQUITECTOS TÉCNICOS: Pliego General de Condiciones Técnicas en
la Edificación. Conforme al Código Técnico de la Edificación. Edición 2007
ISBN-978-84-96602-25-0

| 125
María Pilar del Amo Pérez

INSTITUTO VALENCIANO DE LA EDIFICACIÓN, CONSEJO SUPERIOR DE LOS COLEGIOS


DE ARQUITECTOS DE ESPAÑA, CONSEJO GENERAL DE COLEGIOS OFICIALES DE
APAREJADORES Y ARQUITECTOS TÉCNICOS: Pliego General de Seguridad y Salud en la
Edificación. Edición 2007
ISBN-978-84-96602-26-7

MINISTERIO DE LA VIVIENDA: CTE. DB SE-C. Código Técnico de la Edificación. Documento


Básico: Seguridad Estructural. Cimientos. Real Decreto 314/2006.

| 126
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Tema 6

CONTENCIÓN DEL TERRENO

Como ya hemos visto en la descripción de las diferentes actividades de acondicionamiento


del terreno, ante la existencia de diferencias de nivel en un terreno podemos actuar de dos
formas, mediante:

1. Ataluzado y estabilización
- Transición de nivel suave
- Requiere la protección posterior del talud
2. Contención
- Cambio de nivel brusco o corte en vertical
- Requiere la interposición entre ambos niveles de un elemento de contención.

1. ATALUZADO Y ESTABILIZACIÓN

1.1 FORMACIÓN Y REGULARIZACIÓN DE TALUDES

Siempre que la naturaleza de los trabajos lo permita, se recurrirá a una transición de nivel
suave, dejando los bordes de la excavación inclinados con un ángulo suave que no debe
superar el ángulo de rozamiento interno del terreno o talud natural. De esta forma se garantiza
el equilibrio de las tierras ante las diferencias topográficas.
En la figura 6.1 se muestra la tabla extraída del CTE DB-C, Anejo D en la que aparecen los
valores del ángulo de rozamiento interno de los diferentes tipos del terreno.

Figura 6.1

Siempre que el talud natural supere al de rozamiento interno del terreno es necesaria la
contención del mismo. En la práctica es aconsejable respetar las pendientes máximas
siguientes:
- Taludes en terraplenes 2/3
- Taludes en vaciados y desmontes 1/1
La inclinación de los taludes se puede ver influenciada por los agentes externos. El agua de la
lluvia, las trepidaciones de la maquinaria de excavación o transporte, las acciones exteriores
provenientes de vehículos o cimentaciones próximas modifican el plano de rotura de los
terrenos.
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María Pilar del Amo Pérez

Un terraplén ejecutado en verano con un talud de unos 35º puede descender su talud natural
hasta los 20º al llegar el invierno, debido a la acción de las lluvias. La presencia de arcilla
mejora el comportamiento del terreno en tiempo muy seco, mientras que los terrenos arcillosos
impregnados en agua se derrumban con facilidad.

Según la NTE-ADV, punto 3 (figura 6.2):” Podrá vaciarse por corte vertical, talud o bataches
sin realizar previamente estructura de contención, hasta una profundidad máxima (h+D/2) junto
a cimentaciones próximas y D/2 junto a viales, y en ningún caso a profundidad superior a Hadm
en corte vertical o talud y a He en corte por bataches.” Siendo:

Figura 6.2

El ataluzado supone la pérdida de espacio ocupada por el talud y el coste de la


sobreexcavación del talud, por lo que es necesario evaluar desde el punto de vista económico
la repercusión de una excavación con taludes, frente a una mediante elementos de
contención.
Una vez se han ejecutado y asentado los taludes conviene regularizarlos
mediante maquinaria de excavación, y no por aporte de tierras. Si no se requiere gran
precisión la regularización se puede ejecutar con un bulldozer. La regularización precisa
requiere el empleo de la niveladora, inclinando la cuchilla hacia delante y orientándola con la
inclinación necesaria.

1.2 ESTABILIZACIÓN Y PROTECCIÓN DE LOS TALUDES

La acción de los agentes exteriores erosiona los taludes a lo largo del tiempo, provocando el
desprendimiento y el arrastre del material del terraplén. Ello modifica el perfil del talud,
pudiendo afectar a su integridad. Para evitarlo, podemos optar por su estabilización.

ESTABILIZACIÓN SUPERFICIAL

Escalonamiento del terraplén


La formación de bermas horizontales o plataformas intermedias en el terraplén disminuye la
velocidad del agua de escorrentía que desciende por la ladera. El ancho de la berma oscila de
0,50 a 1 m de anchura (véase la figura 6.3).

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

CUNETA DE CORONACION

CUNETA DE PIE CUNETA DE PIE

ESCALONAMIENTO CON BERMAS ESCALONAMIENTO CON DRENAJE

Figura 6.3 Figura 6.4

Drenaje con cunetas


Se recogen las aguas superficiales mediante cunetas de pendiente adecuada hacia los puntos
más bajos del perfil longitudinal. Para ello se dispone de una cuneta o caz en la coronación del
desmonte que recoja el agua superior, protegiendo el pie del talud mediante una cuneta de pié
(véase la figura 6.4).
Se pueden disponer en el talud a distancias iguales, una serie de bajantes de agua protegidas
con césped o recubiertas de mampostería o de elementos prefabricados de hormigón para
evacuar el agua del nivel superior al inferior (véase la figura 6.5 y 6.6). La plataforma del
terraplén se puede drenar mediante la disposición de drenes superficiales en espina de pez o
drenes verticales de arena.

Figura 6.5 Bajantes de evacuación de aguas de elementos Figura 6.6 Caz a pie de talud
Prefabricados

Hinca de piedras o estacas

ESTAQUILLADO

HINCA DE ESTACAS Figura 6.7

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María Pilar del Amo Pérez

La hinca de estacas de madera o de piedras con puntos angulosos aumenta la densidad del
terreno del terraplén al disminuir el índice de huecos y aumentar la compactación, lo que se
traduce en un aumento de su capacidad portante (figura 6.7).

Cobertura vegetal
Se estabiliza el talud mediante la siembra y plantación de plantas herbáceas y pequeños. Para
ello es necesario extender sobre el terreno unos 10 cm de tierra vegetal, que debe quedar bien
trabada con el material del terraplén. Se requiere la escarificación o arado de la superficie del
terreno en unos 15 o 20 cm de profundidad antes de la siembra y el desterronado de los 10 cm
primeros. Pueden utilizarse árboles de raíces rastreras, plantas o hierbas como el césped,
trébol, alfalfa, etc. (figura 6.8)

TIERRA VEGETAL

ESCALON

COBERTURA VEGETAL Figura 6.8

Revestimiento de taludes
- Gunitado: proyección de morteros sobre mallas clavadas al terreno.
- Pedraplenes: el revestimiento de los taludes mediante mampostería continua
incrustada en seco o con mortero es muy útil si se emplean el espesor y la pendiente
adecuados. Los revestimientos se separan unos 15 m entre ellos, ejecutándolos con
una base de 3 m y una coronación de unos 2 m.
Se pueden disponer también formando arcadas, uniendo los revestimientos entre sí
con arcos de mampostería.
- Revestimiento de bloques, obras de fábrica, etc.(figura 6.9 y 6.10)

Figura 6.9

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 6.10 Revestimiento con arcadas


BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras Fundaciones,
Andamios, Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial BAILLY-BAILLIERE E
HIJOS, Madrid 1899, p.78

Protección con mallas


Colocación de mallas sintéticas, naturales (figura 6.12) o metálicas
El refuerzo de taludes mediante mallas sintéticas se produce utilizando membranas de fibras
sintéticas dispuestas de diferentes formas. En el mercado aparecen en forma de geotextiles y
geomallas para su aplicación en la estabilización de taludes. Mejoran las características del
terreno, dando lugar a taludes estables con mayores pendientes.
Los geotextiles son telas sintéticas que se obtienen a base de fibras continuas filamentosas o
planas, soldadas térmicamente. Si se presentan con una trama regular reciben el nombre de
tejidos, si se presentan con una trama sin orden reciben el nombre de fieltros.
Las geomallas son mallas agujereadas de polímeros sintéticos. Las geomallas según el
proceso de fabricación pueden ser: de barras constituida por elementos filamentosos
termosoldados; perforadas, obtenidas por el punzonamiento de geotextiles; estiradas,
obtenidas por estiramiento de geotextiles.
Para la estabilización superficial de taludes se disponen las geomallas o los geotextiles
extendidas sobre el terraplén y protegidas de la acción de las radiaciones solares mediante
plantación de vegetación que crece entre sus huecos, evitando el desarrollo de raíces leñosas
que puedan punzonar las membranas (véase las figuras 6.11 y 6.12).

Figura 6.11 Colocación de geomallas y vegetación Figura 6.12 Colocación de mallas naturales

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María Pilar del Amo Pérez

ESTABILIZACIÓN PROFUNDA

Un procedimiento de estabilización del terraplén en profundidad es el armado del terreno, o la


asociación de un suelo y una armadura de fibras sintéticas o metálicas. La idea de reforzar el
terreno ha estado presente siempre a lo largo de la historia de la construcción con la utilización
de elementos vegetales como lino, algodón, yute, juncos, etc. para el refuerzo del terreno. La
presencia de la armadura en el terreno mejora el comportamiento de éste ante los esfuerzos
de tracción al producir un efecto de cosido que evita las fisuras debidas a variaciones
dimensionales y el desmoronamiento del terreno. Las técnicas de refuerzo del terreno tienen
distintas aplicaciones. En este punto estudiaremos las relativas al armado del terreno para su
utilización en la estabilización de los taludes.

Tierra armada
La estabilización se produce mediante el revestimiento del talud con un paramento de piezas
prefabricadas de hormigón en masa o ligeramente armado, en forma de cruz, para que
encajen unas con otras. También existen elementos de revestimiento metálicos, que son más
costosos y requieren mayor mantenimiento.
Las armadura del terreno son unas pletinas de acero galvanizado, que van ancladas por medio
de 4 enganches a la pieza de hormigón, por su parte posterior, a distancias de unos 75 cm.
El aparejo de las escamas da lugar a unas juntas verticales y horizontales entre piezas que se
pueden rellenar de diferentes materiales (corcho, poliuretano, materiales textiles, etc.)
produciendo un contacto flexible entre las diferentes piezas y permitiendo movimientos
relativos entre ellas. El espesor de la junta textil es de 50 mm y el de la de corcho de 20 mm.
Al terreno se le pide que tenga cierta resistencia al rozamiento para que se realice bien la
asociación de la armadura con él.
Para la ejecución del paramento es necesario construir una zanja de cimentación de hormigón
en masa, que sirva de apoyo y arranque de la primera hilada, de unos 35 x 15 cm. Colocada la
primera hilada, se monta la segunda, al mismo tiempo que se extienden y compactan
tongadas de terreno de espesor 37,5 cm que es la distancia entre armaduras (véase la figura
6.13).

ZANJA DE CIMENTACIÓN

Figura 6.13

Geoláminas
El armado del terreno para su estabilización profunda a través de láminas sintéticas da menor
resistencia que las armaduras metálicas, aunque el costo es menor. Las fibras sintéticas
utilizadas como armadura del terreno mejoran las propiedades mecánicas del mismo.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

La estabilización se realiza plegando la geomalla y anclándola en el estrato siguiente. El


armado se realiza por capas de 50 a 70 cm, múltiplos del espesor de la tongada, extendiendo
la malla, rellenándola y compactándola hasta la mitad de la distancia entre geomallas.
Después se ejecuta un machón delantero con la ayuda de un encofrado de madera que sujeta
el terreno y permite la formación del machón. Posteriormente se dobla la geomalla para su
anclaje en la mitad del espesor de la tongada. Se finaliza la tongada con el aporte y
compactación de la otra mitad de la capa, continuando después con la inmediata superior
hasta acabar el relleno. Requiere la protección exterior de la geomalla mediante gunitado o
plantación (véase la figura 6.14).

GEOMALLA

SOLAPE

MALLAZO

REPIÉ

Figura 6.14 Formación de talud estable en terraplén mediante geoláminas

2. CONTENCIÓN DEL TERRENO

2.1 ELEMENTOS DE CONTENCIÓN

Si la transición entre los dos niveles topográficos la realizamos mediante un corte vertical, es
necesario interponer entre ambos niveles un elemento de contención, ya que el terreno no
tiene entidad suficiente para garantizar ese salto de forma brusca. Se produce entonces, un
empuje del terreno sobre el trasdós del elemento de contención destinado a contenerlo,
empuje que aparece al realizar la excavación para obtener las dos cotas de nivel diferentes.

Asimismo, según se indica en el DB SE-C, en el punto 6.2.1 “las acciones principales a


considerar son:
a) el peso propio del elemento de contención, de acuerdo con el material previsto para
su ejecución;
b) el empuje y el peso de terreno circundante, teniendo en cuenta la posición del nivel
freático;
c) los empujes debidos al agua, bien en forma de presión intersticial, subpresión o
presión de filtración;
d) las sobrecargas sobre la estructura de contención o sobre el terreno de trasdós;
e) los efectos sísmicos, cuando sea necesario su previsión por la zona de
emplazamiento de la estructura de contención;
f) excepcionalmente, los empujes de terrenos expansivos, los debidos a la congelación
del agua en el suelo, los inducidos por la compactación del relleno o las incidencias
constructivas previsibles”

| 133
María Pilar del Amo Pérez

Por lo tanto, el elemento de contención se proyectará para soportar adecuadamente las


acciones provenientes del terreno y del exterior, motivadas por el hecho de que el terreno
carece de entidad propia para soportar un cambio de nivel brusco.

2.2 EL EMPUJE DE LAS TIERRAS. EMPUJE ACTIVO Y PASIVO

Observemos cómo se comporta un elemento de contención sometida al empuje de las tierras


que actúan sobre su trasdós. Para ello nos fijamos en la figura 6.15. Ante la situación de las
fuerzas que actúan sobre el elemento de contención y ante la deformabilidad del suelo, al no
ser el elemento infinitamente rígido, se produce un giro del mismo alrededor del punto más
bajo de su trasdós. Como consecuencia, el terreno del trasdós del elemento de contención
experimenta una relajación o descarga lateral, expandiéndose su volumen. La expansión va
acompañada de un pequeño movimiento vertical debido al asiento que experimenta el terreno
inmediatamente situado en el trasdós.
Al aumentar el giro se aprecia como una pequeña cuña de terreno acompaña al movimiento
horizontal, descendiendo el terreno. A ese asiento del terreno se opone el trasdós del
elemento de contención, apareciendo una fuerza de rozamiento paralela al elemento de
contención.
Por lo tanto, el empuje de las tierras tiene dos componentes: una debida a la acción de la
contención perpendicular al trasdós y otra debida a la acción del rozamiento paralela al
trasdós. El empuje gira respecto a su posición original, normalmente perpendicular al trasdós
del elemento de contención, hasta una posición que forma un ángulo δ (ángulo de rozamiento
entre terreno y muro) con dicha perpendicular. En el momento en que se produce la rotura del
terreno el empuje adquiere su valor mínimo Ea o “empuje activo”.
Si el movimiento del elemento de contención se produce contra el terreno de su trasdós, sin
eliminar éste, por las cargas transmitidas por una estructura u otro efecto, se produce una
compresión del terreno. El empuje de las tierras aumenta debido a la reacción del terreno que
se opone al movimiento, llegando en el momento de la rotura a su valor máximo Ep o “empuje
pasivo”.

MOVIMIENTO MOVIMIENTO

Pa
d 90°
W Pp W
d
90°

ß
ß

EMPUJE ACTIVO EMPUJE PASIVO


Figura 6.15

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

δ se expresa en función del ángulo de rozamiento interno del terreno Ø, de forma que:
δ = 0 para empuje activo y muro liso, en el caso de emplear la hipótesis de Rankine para el
cálculo del empuje o si se están empleando lodos tixotrópicos
δ < ó = ⅓ Ø para empuje activo y muro poco rugoso, situación en la que nos encontramos al
encofrar un muro de contención a doble cara; y empuje pasivo
δ ≤ ⅔ Ø para empuje activo y muro rugoso, situación en la que nos encontramos al encofrar
un muro de contención contra el terreno
El ángulo δ puede ser positivo o negativo dependiendo del movimiento relativo del relleno
respecto del elemento de contención.
Como ya hemos visto al estudiar el comportamiento del terreno del trasdós de un elemento de
contención, existen dos estados límites, estado activo y pasivo, correspondientes a dos valores
límites del empuje de ese terreno. El estado activo se corresponde con el mínimo valor que
puede alcanzar el empuje, llegándose al estado pasivo cuando el empuje asciende a su valor
máximo. Ambos estados representan los dos extremos de tensiones que el terreno puede
alcanzar junto a un elemento de contención.
El empuje al reposo representa un estado intermedio entre el empuje activo y el empuje
pasivo. Equivale a un estado tensional inicial en el terreno, en la que el elemento de
contención y el terreno están en una situación en la que no se produce ningún tipo de
deformación, es decir, el elemento de contención es totalmente rígido y el empuje del terreno
produce una deformación nula.

En la figura 6.16 extraía del CTE de su DB SE-C se refleja la evolución de los empujes activo y
pasivo desde el empuje al reposo:

Figura 6.16 Relación entre empuje del terreno y los movimientos necesarios para su desarrollo (DB SE-C, figura 6.5)

2.3 EL EMPUJE DE LAS TIERRAS PARA SUELOS GRANULARES. TEORÍA DE RANKINE

El cálculo del empuje del terreno para los suelos granulares es exacto, siendo poco preciso
para otro tipo de suelos. La teoría de Rankine para suelos granulares permite calcular el
empuje de forma simplificada, partiendo de la siguiente hipótesis:

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María Pilar del Amo Pérez

1. El terreno presenta una superficie libre plana horizontal


2. El terreno se encuentra en el “estado de Rankine” al presentar dos superficies planas de
rotura, que forman ángulos con la horizontal de 45+Ø/2 para el estado activo y 45-Ø/2 para
el pasivo, siendo Ø el ángulo de rozamiento interno del terreno
3. El elemento de contención presenta un trasdós vertical
4. El ángulo de rozamiento δ entre el terreno y el muro es nulo, δ = 0.

En este caso, el empuje tiene únicamente componente horizontal, siendo su presión


unitaria a la altura z:
ez = γ Ka Z
3
γ peso específico del terreno expresada en t/m
Ka coeficiente de empuje activo, adimensional, cuyo valor viene dado por Ka = tg2 (45-Ø/2)
siendo Ø el ángulo de rozamiento interno del terreno.
Z diferencia de altura entre la superficie del terreno y el punto que se está considerando,
expresada en metros

La presión unitaria a la altura H será:


eH = γ Ka H

dónde H es la altura total desde la coronación del terreno hasta la cota máxima de vaciado

El empuje total por unidad de longitud de elemento de contención será el valor medio de la
presión unitaria multiplicado por la superficie, y aplicado en el centro de gravedad del
diagrama triangular (figura 6.17).
E= ½ eH H 1m
3
E= ½ (γ Ka H) H 1m =½ (γ Ka H2) 1m en t/m

Figura 6.17 Criterios simplificados para diagramas de empujes debidos a sobrecargas (CTE DB SE-C, Figura 6.8)

| 136
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

SOBRECARGA EN CORONACIÓN
Si sobre la coronación del terreno del trasdós del elemento de contención actúa una
sobrecarga uniformemente distribuida, podemos asimilar la sobrecarga a una altura de tierras
equivalente, de valor de empuje activo en la coronación (figura 6.18):
Ho = s/ γ
eo = γ Ka Hs = s Ka

Ho = s/ γ
Figura 6.18

La presión vertical se ve incrementada en el valor de la sobrecarga en coronación s:


eH = γ Ka H + s Ka = Ka (γ H + s)

+ =

γ Ka H Ka s eH

Figura 6.19

La ley de empujes es trapezoidal suma de una rectangular causada por la sobrecarga y


otra triangular generada por el terreno del trasdós (véase la figura 6.19).

NIVEL FREÁTICO
En la práctica es frecuente la presencia de agua en el relleno del trasdós de la estructura de
contención. El empuje del terreno debido a la presencia del agua de lluvia o de infiltraciones
del nivel freático tiene dos componentes: la debida al empuje hidrostático del agua,
perpendicular siempre a la superficie del elemento de contención, y la debida al empuje del
terreno (véase la figura 6.20).

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María Pilar del Amo Pérez

El empuje del agua se deduce del peso específico del agua γw y el empuje del terreno bajo
la acción del agua de la densidad sumergida del terreno γ`.

e1 = γ Ka H1 ew = γw H2
e2 = γ` Ka H2
Figura 6.20

En la figura 6.21 extraída del DB SE-C del CTE aparecen los diagramas de las presiones
de terrenos sometidos a la acción del agua.

Figura 6.21 Empujes con agua en el trasdós y superficie del terreno horizontal (DB SE-C, Figura 6.7)

2.4 TIPOS DE CONTENCIÓN

Como ya hemos visto en las nociones de acondicionamiento del terreno, la contención del
terreno puede abordarse de dos formas diferentes:
- Como contención permanente mediante estructuras de contención: Se trata de
estructuras que absorben las acciones provenientes del terreno y del exterior, y las
transmiten al terreno situado a un nivel inferior en condiciones de seguridad para la
estructura y para el propio terreno.
Resuelven de forma conjunta la contención del terreno y la cimentación, pudiendo
estar o no vinculadas a una edificación.
- Como contención temporal mediante entibaciones: Soportan el empuje del terreno
durante la ejecución de los trabajos de excavación, para garantizar la seguridad de
los operarios.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

3. CONTENCIÓN PERMANENTE: ESTRUCTURAS DE CONTENCIÓN

3.1 DISTRIBUCIÓN DE TENSIONES EN LAS ESTRUCTURAS DE CONTENCIÓN

ACCIONES A CONSIDERAR

La estructura de contención estará sometida en su trasdós a los empujes del terreno Ea de tipo
activo, a su propio peso Wp, al peso de las tierras Wt existentes sobre el cimiento y a posibles
acciones exteriores Ae, que han de ser soportadas por la estructura de contención de forma
segura para sí misma con integridad del material que la constituye y para el terreno situado en
el pie y en la base de la estructura (véase la figura 6.22). El peso de las tierras situadas sobre
la puntera se considerará únicamente, si se tiene la garantía de que el terreno no será
removido o eliminado.
Por ello, la estructura de contención se proyecta para soportar las acciones anteriormente
descritas y transmitirlas al terreno situado por debajo del nivel de excavación.

Ae Ea = Empuje activo del terreno


Wp= Peso propio de la estructura
Wt = Peso propio de las tierras
Ae = Acciones exteriores
Rt = Reacción del terreno situado bajo el cimiento
Ep = Reacción en el pie o empuje pasivo
Fr = Rozamiento tierras-muro en la base del cimiento
Ea
d
90°
Wt1
Wp
Wt2

Ep

Fr
Rt

Figura 6.22 Acciones sobre una estructura de contención

Al estar apoyada la estructura de contención en un material relativamente blando, como es el


terreno, y estar sometidas a unas acciones de gran importancia, como las anteriores, la
estructura de contención experimentará una serie de movimientos (véase la figura 6.23) que
movilizan una reacción del terreno en la base de la estructura Rt y otra en la parte delantera
Ep. Esta última, debida al empuje pasivo del terreno, se genera en el frente de la puntera del
cimiento y es una acción de carácter favorable, que no debe ser considerada si no se tiene la
seguridad que el terreno situado sobre la puntera de la estructura no se va a remover o
eliminar.
No se debe tener en cuenta el empuje del terreno situado encima de la puntera, que puede ser
excavado, ni el situado en los primeros 50 cm de profundidad que se ven afectados por las
infiltraciones de agua. Para que el empuje pasivo sobre la puntera se pueda considerar se
debe garantizar la existencia de terreno durante la vida útil de la estructura a una distancia del
cimiento al menos de dos veces la profundidad de la puntera hp.

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 6.23 Movimientos de la estructura de contención

3.2 TIPOS DE ESTRUCTURAS DE CONTENCIÓN

ESTRUCTURAS DE CONTENCIÓN RÍGIDAS


Aquellas que por su morfología, dimensión y materiales que las constituyen cumplen su
función de contención del terreno sin presentar deformaciones apreciables ante las acciones a
las que están sometidas.
Se comportan como una estructura rígida, siendo sus únicos movimientos de giro o de
desplazamiento de la totalidad del elemento.
Como estructuras de contención rígidas consideramos a los “muros”, estructuras de
contención no vinculadas a ninguna edificación, de carácter macizo y ejecutadas normalmente
después de realizada la excavación (exceptuamos la ejecución de muros previa al vaciado del
solar mediante la realización de pozos o trincheras).
En la figura 6.24 extraída del CTE en su DB SE-C se establece una clasificación de los muros:

Figura 6.24 Tipos de muros (DB SE-C, Figura 6.1)

ESTRUCTURAS DE CONTENCIÓN FLEXIBLES


Aquellas que por su morfología, dimensión y materiales que las constituyen cumplen su
función de contención del terreno experimentando deformaciones apreciables de flexión ante
las acciones a las que están sometidas.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Como estructuras de contención flexible consideramos a las pantallas y las entibaciones.


Estas últimas, al ser estructuras de carácter temporal, las estudiaremos de forma
independiente.
La figura 6.25, extraída del CTE en su DB SE-C, establece una clasificación de las pantallas:

Figura 6.25 Tipos de pantallas (DB SE-C, Figura 6.1)

4. ESTRUCTURAS DE CONTENCIÓN RÍGIDAS. MUROS DE CONTENCIÓN

4.1 MUROS DE CONTENCIÓN. COMPOSICIÓN

En la figura 6.26 se reflejan los distintos elementos que constituyen un muro de contención
genérico, así como su nomenclatura.

CORONACIÓN

INTRADÓS
FUSTE O ALZADO

TRASDÓS

PUNTERA

TALÓN
CIMIENTO

TACÓN

Figura 6.26

4.2 MUROS DE CONTENCION. PREDIMENSIONADO Y ESTABILIDAD

En el proyecto de un muro de contención son necesarias las siguientes etapas:


1. Selección de sus dimensiones o predimensionado del muro.
2. Cálculo del empuje del terreno.
3. Análisis de la estabilidad de un muro de contención. Según el DB SE-C, para poder
cumplir su misión de contención, los muros han de verificar las siguientes
condiciones fundamentales de estabilidad:

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María Pilar del Amo Pérez

- Estabilidad global
- Estabilidad frente al vuelco respecto a su arista inferior opuesta
- Estabilidad frente al deslizamiento en su base de apoyo
- Estabilidad frente al hundimiento: comprobación de que las presiones de contacto
transmitidas al terreno en la base del cimiento son inferiores a las admisibles.
4. Capacidad estructural del muro. Se trata de dimensionar el muro como una estructura
de hormigón armado

A efectos del predimensionado seguiremos las indicaciones que se recogen para el mismo en
cada uno de los tipos de muro. Una vez decididas sus dimensiones, verificaremos la
estabilidad del muro ante las acciones a las que está sometido. A tal efecto, la figura 6.27,
extraía del CTE, DB SE-C recoge los tipos de muros más habituales, dónde N y T son las
resultantes de las solicitaciones del muro a nivel de la cimentación, no debiendo considerar en
su cálculo el empuje pasivo.

Figura 6.27 Diagramas de fuerzas sobre muros (DB SE-C, Figura 6.14)

ESTABILIDAD GLOBAL

Figura 6.28 Estabilidad global (DB SE-C, Figura 6.13)

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

El conjunto del muro puede fallar por la formación de una superficie de deslizamiento
profunda, mecanismo de rotura más profundo que la totalidad del muro incluyendo al cimiento.
Se produce cuando existe una capa de terreno blando bajo el plano de cimiento del muro a
una profundidad del orden de vez y media la altura del muro. En la figura 6.28, extraída del
CTE en su DB SE-C se recogen casos típicos de inestabilidad frente a un deslizamiento
general.

ESTABILIDAD FRENTE AL VUELCO


El muro, debido a la componente horizontal del empuje activo, tiende a girar alrededor de la
arista inferior en la base de la puntera. El empuje pasivo, por el contrario, constituye una
acción estabilizadora frente al vuelco que origina el empuje activo, al ser una acción opuesta al
mismo. El peso propio del muro, el de las tierras que gravitan sobre el cimiento y la
componente vertical del empuje son, asimismo, acciones de carácter estabilizador frente al
vuelco.
Si la resultante de las fuerzas que actúan sobre el muro, incluido el peso propio del mismo y la
resultante de posibles elementos de arriostramiento del mismo, pasa por el tercio central de
inercia, podemos prescindir de la comprobación de la estabilidad al vuelco. El tercio central de
inercia en el caso de bases rectangulares está constituido por una franja de anchura B/3.
En la figura 6.29, extraída del DB SE-C del CTE observamos las leyes lineales que siguen las
presiones del terreno bajo la acción de la componente vertical V de la resultante de las
acciones sobre el muro, actuando centrada o excéntricamente respecto de la base de la
cimentación.

Figura 6.29 Estabilidad al vuelco (DB SE-C, Figura 6.16)

Para verificar la estabilidad al vuelco debemos comparar los momentos de las fuerzas
estabilizadoras con los de las fuerzas desestabilizadoras respecto de la arista inferior en la
base de la zapata. El empuje pasivo no se tiene en cuenta debido a su efecto estabilizador.
Para ello seguiremos las indicaciones del DB SE-C del CTE y compararemos el valor de
cálculo del efecto de las acciones estabilizadoras con el valor de cálculo de las acciones
desestabilizadoras.

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María Pilar del Amo Pérez

Ed,dst ≤ Ed,stb
siendo Ed,dst valor de cálculo del efecto de las acciones desestabilizadoras
Ed,stb valor de cálculo del efecto de las acciones estabilizadoras

Frepr el valor representativo de las acciones que intervienen en la situación de


dimensionado
xk el valor característico de los materiales
ad el valor de cálculo de los datos geométricos
γE el coeficiente parcial para el efecto de las acciones
γF el coeficiente parcial para las acciones
γM el coeficiente parcial para las propiedades de los materiales

Los coeficientes de seguridad parciales frente al efecto de las acciones se obtienen de la


figura 6.30 que muestra la tabla 2.1 del DB SE-C del CTE.

Figura 6.30

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

ESTABILIDAD FRENTE AL DESLIZAMIENTO


Para que el muro no deslice es necesario que se produzca una fuerza de rozamiento en la
base del muro, entre el terreno y éste, que junto con el empuje pasivo equilibre la
componente horizontal del empuje, que es la fuerza que puede producir el deslizamiento.

La verificación de la estabilidad frente al deslizamiento sólo debe comprobarse en aquellos


casos en que la máxima componente del empuje horizontal sea mayor de un 10% del valor de
la carga vertical total. Según el CTE en su DB SE-C la seguridad frente al deslizamiento en
suelos granulares se determina mediante la fórmula:

dónde:

NyT componentes vertical y horizontal de la resultante de acciones en la base


del muro
Ø*= 2/3 Ø´ siendo Ø´ el ángulo de rozamiento interno efectivo del terreno
γR coeficiente parcial de resistencia definido en la tabla de la figura 6.30

Asimismo el DB SE-C determina la seguridad frente al deslizamiento cuando el suelo posea


cohesión y rozamiento:

dónde:
NyT las componentes vertical y horizontal de la resultante de acciones en la base
del muro
Ø*= 2/3 Ø´ siendo Ø´ el ángulo de rozamiento interno efectivo del terreno
B el ancho de la base de la cimentación del muro
c* la cohesión reducida del suelo (c*=0,5 c´k ≤ 0,05Pa)
c´k la cohesión efectiva del terreno
γR el coeficiente parcial de resistencia definido en la tabla de la figura 6.30

Si queremos aumentar la seguridad frente al deslizamiento será necesario redimensionar el


muro modificando sus dimensiones, de forma que aumenten las fuerzas estabilizadoras;
modificar la geometría, disponiendo un tacón, inclinando el plano de cimentación o
profundizando hasta una cota inferior, de forma que aumente el empuje pasivo.

ESTABILIDAD FRENTE AL HUNDIMIENTO

Para verificar la seguridad de la cimentación del muro frente al hundimiento será necesario
comprobar que las presiones de contacto transmitidas al terreno en la base del cimiento son
inferiores a las admisibles.
Es conveniente que la resultante de las acciones en la base del muro pase por el núcleo
central de inercia para evitar tracciones en la base del muro. Para ello es condición necesaria
que:
1. e<B/6
2. (Me-Mv)/ΣWi>B/3

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María Pilar del Amo Pérez

dónde: Me el momento de las fuerzas estabilizadoras


Mv el momento de las fuerzas desestabilizadoras
ΣWi la resultante de los pesos estabilizadores
B el ancho de la base de la cimentación del muro

4.3 MUROS DE CONTENCIÓN. CLASIFICACIÓN

El DB SE-C establece una clasificación de los muros, excluyendo de su ámbito de aplicación


los de simple protección o revestimiento, los muros criba, los muros de suelo reforzado y todos
aquellos que requieren métodos particulares de diseño, cálculo y construcción. El DB SE-C
incluye en la clasificación de muro a los de sótano, que nosotros estudiaremos
independientemente, al ser su comportamiento muy distante del resto de los muros de
contención.
Para el estudio de las estructuras rígidas, seguimos la siguiente clasificación, atendiendo
fundamentalmente a su forma de contrarrestar los empujes y a los materiales con los que se
construyen:
- Muros de gravedad
o Mampostería
o Ladrillo
o Hormigón en masa
o Gaviones metálicos
o Muro jaula o muro criba
o Muros de gravedad prefabricados
 Muros verdes
 Muros de bloques macizos
- Muros en ménsula o en voladizo
o Con puntera y talón
o Sin puntera
o Sin talón
o Muros en ménsula prefabricados
- Muros con contrafuertes
- Muros con placas o muros bandeja
- Muros estabilizados mecánicamente
o Muros anclados o por bataches
o Muro de suelo armado con armaduras de acero
o Muro de suelo reforzado con armaduras sintéticas

4.4 MUROS DE CONTENCIÓN. TIPOLOGÍA

MUROS DE GRAVEDAD
Se oponen al empuje de las tierras por efecto de su gran peso (figura 6.31). Son muros
voluminosos construidos con materiales resistentes a la compresión como las fábricas de
mampostería, ladrillo, hormigón en masa o ciclópeo y capaces de obtener una resultante casi
vertical al componerse con el empuje de las tierras debido a la magnitud de su peso sin que se
produzcan tracciones en la fábrica o el hormigón, o siendo estás inapreciables.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Ea

Wp

Figura 6.31 Muros de gravedad

Presentan una sección transversal potente que aumenta con la profundidad, donde el empuje
es mayor, careciendo en la mayoría de los casos de cimiento diferenciado. Aunque la mayoría
de los muros de gravedad presentan una forma trapezoidal derivada de la absorción del
empuje que ejercen las tierras sobre su trasdós, pueden diseñarse con formas muy variadas
justificadas generalmente por la forma del espacio en el que van a ser construidos,
enlazándose sus diferentes partes mediante la disposición de retallos o llaves (véase la figura
6.32).

Figuras 6.32 Paramentos en muros de gravedad

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María Pilar del Amo Pérez

- Trasdós poligonal
- Trasdós escalonado
- Trasdós e intradós inclinado
- Trasdós vertical e intradós inclinado
- Trasdós e intradós vertical
- Trasdós e intradós inclinados
- Muros en desplome
Resultan económicos para la contención del terreno de pequeñas alturas y longitudes.

a. Muros de mampostería
Los muros de mampostería se construyen con piezas extraídas de la cantera, sin previa
transformación, siendo conveniente la homogeneidad del material evitando la aparición de
zonas blandas o fisuras (figura 6,33).
Las rocas utilizadas en los muros de mampostería deben ser resistentes ante los esfuerzos de
compresión, como las areniscas, basaltos y granitos, que alcanzan resistencias del orden de
300 a 3000 Kg/cm2. Se descartan las rocas blandas y fácilmente degradables frente a la
acción de los agentes exteriores, así como las rocas heladizas. Conviene evitar también las
piedras excesivamente duras, ya que su adherencia con el mortero resulta deficiente
apareciendo con el tiempo fisuras entre las piezas y el material de trabazón.

Figuras 6.33 Pirámide de Intihuatana en el Machu Picchu: conformación de terrazas con muros de piedra

Figuras 6.34

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Los mampuestos en los muros de gravedad se colocan sin labrar, en seco o asentados con
mortero (figura 6.34). La mampostería en seco o “a hueso” se utiliza en muros de contención
de huertas o jardines, con espesores de muro considerables. Los mampuestos se colocan a
mano, rellenando y acuñando los huecos entre ellos mediante ripios, piezas más pequeñas de
forma irregular procedentes del desbaste de los mampuestos, o mediante lajas.
La mampostería asentada con mortero permite un reparto más uniforme de las compresiones.
Como conglomerante se utilizan los cementos naturales y las cales aérea e hidráulica. Los
mampuestos se colocan asentándolos a golpe de maza y martillo.

b. Muros de ladrillo
Son muy poco utilizados debido a su bajo poder resistente, por lo que se utilizan para
pequeñas alturas. Se construyen con ladrillos macizos asentados con mortero de cemento y/o
cal. Conviene construir en la base del muro un basamento de mampostería sobre el que
asentaremos la fábrica de ladrillo. De esta forma, la piedra, de mayor resistencia a la
compresión que el ladrillo, absorberá el empuje máximo en esta zona del muro, ofreciendo
mayor resistencia a los agentes externos. Conviene que las hiladas no sean horizontales,
disponiéndolas formando escaleras con pendiente del intradós a trasdós y asentando las
piezas con entrecruzamientos para evitar la aparición de fisuras.
En otros casos se construyen en fábrica mixta, combinando ladrillo y piedra, en muros a modo
“emplectum”, como vemos en la figura 6.35.

Figuras 6.35 Tapia mixta en la Alhambra de Granada

c. Muros de hormigón en masa


Al carecer de armadura presenta una sección transversal voluminosa por unidad de longitud
de muro (figura 6.36). Únicamente son rentables para alturas de contención pequeña y de
poca longitud, hasta 3 ó 4 metros.
Se construyen normalmente con secciones trapezoidales con anchuras en la base el 30% de
la altura, pudiendo tener un cimiento diferenciado. La existencia de la puntera constituye una
mejora de la estabilidad del muro frente al vuelco al aumentar el brazo estabilizador. El trasdós
del muro suele ser vertical o inclinado.
La ventaja fundamental que ofrecen respecto a los de hormigón armado es la ausencia del tajo
de ferralla en la obra, lo que representa una economía para pequeños volúmenes de
hormigón.

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María Pilar del Amo Pérez

Figuras 6.36 Muros de gravedad de hormigón en masa

d. Muros de gaviones
Constituye una solución integrada en el paisaje, en la que se disponen una serie de
paralelepípedos formados por una malla de triple torsión y tensados por alambres, que
envuelven en su interior piedras, redondas o en forma de guijarro (véanse las figuras 6.37 y
6.38). Los paralepípedos se disponen unos sobre otros, de tal forma que trabajan a
compresión, actuando como un muro de gravedad, con alta capacidad de drenaje y gran
adaptación a los asientos en la base.

Figuras 6.37 y 6.38 Muro de gaviones

e. Muros jaula o muros criba


La contención del terreno se lleva a cabo a través de una red espacial de piezas prefabricadas
de diferentes materiales, formando un armazón que es rellenado posteriormente con un
material granular drenante.
En su origen se utilizaban troncos de árboles. Actualmente los muros de gaviones de madera
están formados por redondos o secciones cuadradas de madera tratada contra la acción de
los agentes exteriores, rellenos de piedras redondeadas o en forma de guijarro.
Los muros jaula de hormigón o de perfiles de acero están formados por dos familias de vigas
cortas entrecruzadas entre sí, con los espacios entre piezas rellenos con el propio suelo o con
material granular.

f. Muros de gravedad prefabricados


Las estructuras de contención prefabricadas permiten alcanzar mayor rapidez en la ejecución
de las obras y minimizan el impacto ambiental, compaginando además las funciones
estructurales de contención del terreno con las funciones ecológicas.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Están compuestos por piezas prefabricadas normalmente de hormigón que se estabilizan por
su propio peso, sin que existan esfuerzos de tracción en sus elementos que son módulos
huecos o macizos y que se pueden colocar con o sin mortero auxiliar. Pueden alcanzar alturas
de hasta 20 metros.
Muros verdes
El muro se levanta superponiendo módulos huecos rellenos con tierra destinada a la siembra y
plantación de plantas herbáceas. Presentan una gran integración con el entorno, al permitir la
plantación que crece entre los bloques.
Muros de bloques de hormigón macizos
El muro se realiza mediante la superposición de bloques macizos estables por su propio peso,
como vemos en las figuras 6.39, 6.40 y 6.41.

Figuras 6.39, 6.40 y 6.41 Muros de boques macizos y huecos

MUROS EN MÉNSULA O EN VOLADIZO

>25cm >25cm >25cm


H

0,1 H
0,12-0,2 H 0,1 H 0,1 H
0,15-0,2 H
0,1 H

0,1 H

0,4-0,6 H 0,6-0,8 H 0,5-0,7 H

CON PUNTERA Y TALÓN CON PUNTERA CON TALÓN

Figura 6.42 Predimensionado de muros en ménsula

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María Pilar del Amo Pérez

Muros de hormigón armado de empleo muy corriente, constituidos por un alzado, fuste o
ménsula de espesor reducido que recibe directamente el empuje y por un cimiento
diferenciado en el que se empotra el alzado. El cimiento puede constar de puntera o de talón,
o de ambos elementos, presentando formas de T o L invertida. A veces aparece un tacón en la
base que mejora la resistencia al deslizamiento del muro. El trasdós puede ser vertical o
presentar una inclinación de pendiente 2% para evitar el efecto de desplome. Constituyen
soluciones económicas para alturas de tierras hasta los 10 ó 12 metros (véase la figura 6.42).

La existencia del tacón aumenta la seguridad frente al deslizamiento en los muros en ménsula.
El tacón colocado en puntera aumenta el empuje pasivo, que en este caso actúa en el frente
de la puntera y en el del tacón. Asimismo también aumenta la fuerza de rozamiento en la base
de la cimentación al contar con su acción en la base del tacón.

a. Muros con puntera y talón


Predimensionado
A efectos de predimensionado de la ménsula, se adopta un espesor mínimo de la misma en la
coronación de 25 cm. El canto del cimiento y el ancho del encastre del alzado en la
cimentación es del orden de 0,1H, siendo H la altura total del muro. Para el ancho de la
cimentación se adopta un valor de 0,4-0,6H, con una anchura de puntera de 0,12-0,2H. Como
norma general se puede establecer la relación entre el ancho B de la cimentación, y la altura
total H del muro, en B/H=1/3

Forma de trabajo y esquema de armado


El alzado del muro trabaja como una losa en ménsula de canto variable sometida a la ley de
presiones del terreno. En la práctica se suele considerar la directriz del alzado vertical y por lo
tanto sometido únicamente a la componente horizontal de la presión del terreno. La armadura
del alzado se obtiene del momento flector debido a la componente horizontal Eh en la sección
del encastre y en todos caso con una cuantía mínima de 1,2 por mil para acero B400S y de 0,9
por mil para acero B500S, según recoge el artículo 42.3.5 de la EHE-08, disponiéndose en la
cara comprimida un 30% de la armadura mínima de la cara traccionada (figura 6.43).

M=γf x Eh x (H-h) (kg.m)


Eh componente horizontal del empuje
H-h distancia del punto de aplicación a ARMADO TIPO 1

la sección considerada
γf peso específico del terreno Md
H

El diseño del fuste del muro ensanchado en Eh


su base es debido a los valores máximos que
adquieren en esta zona el momento flector y
el cortante. El esfuerzo cortante lo absorbe el
?f Eh (H-h)
hormigón en su totalidad.
Figura 6.43 Dimensionado ménsula

Existen dos soluciones en cuanto a la disposición de la armadura en el alzado. Una solución


es disponer la armadura de la puntera disponiéndola en el tramo vertical en espera, para
solaparlas con el 100% de las armaduras de la ménsula en la misma sección. Es decir,
llevamos toda la armadura tipo 1 hasta la coronación figura 6.44.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Otra solución, que economiza el armado, es disponer armaduras de dos longitudes, cortando
el 50% de las barras que llegan hasta la coronación a la altura conveniente, prolongándolas
sobre dicha altura una longitud de solape, pudiéndose continuar el armado en la puntera o
disponerlo de forma independiente a ella y disponer con solape las barras que continúan
hasta la coronación (figura 6.45).

50% ARMADURAS ENTERAS

SOLAPE 100% ARMADURA SOLAPE 50% ARMADURA


ls

ls

CRITERIOS DE COLOCACIÓN

Figura 6.44 Figura 6.45

Si el muro presenta una altura reducida llevamos la armadura tipo 1 desde la puntera hasta la
coronación, disponiendo de 4-5Ø por metro lineal (véase la figura 6.46). En muros de altura
mayor de 5 m se puede disponer un corte de barras, disponiendo 6Ø por metro lineal en el
armado inferior, pudiéndose continuar o no en la puntera y 3Ø por metro lineal en el armado
superior. En muros de mayor altura, con dos cortes de barras se disponen 9Ø por metro lineal
en el armado inferior, pudiéndose continuar o no en la puntera; 6Ø por metro lineal en el
intermedio; y 3Ø por metro lineal en el superior.

4-5 Ø/ml 3 Ø/ml 3 Ø/ml

6 Ø/ml 6 Ø/ml

9 Ø/ml

DISPOSICION DE ARMADURAS EN LA MÉNSULA

Figura 6.46

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María Pilar del Amo Pérez

Junto con la armadura vertical tipo 1 de la ménsula se dispone otra armadura horizontal que
absorba el 20% del momento flector del alzado a su altura, es decir con un área equivalente al
20% del área de la tipo1. La armadura horizontal se dispondrá con una cuantía mínima del 4
por mil para aceros B400S y del 3,2 por mil para aceros B500S.
Para controlar la fisuración debida a los esfuerzos de retracción y a las variaciones térmicas se
dispone una armadura distribuida entre las dos caras del fuste, de forma que ninguna de ellas
tenga una cuantía inferior a 1/3 de la necesaria. Normalmente se colocan 2/3 de la armadura
necesaria en la cara más expuesta y 1/3 en la cara en contacto con el terreno, pudiéndose
contar con ella efectos resistentes. La cuantía de armadura depende del espesor del muro, de
la resistencia del hormigón y del tipo de acero. La armadura arranca desde la cara superior del
cimiento, anclándose en el mismo una longitud básica, por lo que es necesario que se
disponga de armaduras en espera desde la cimentación. Es conveniente colocar también en la
coronación de la ménsula, zona especialmente expuesta a las fisuraciones por retracción y
temperatura, una armadura adicional formado por 2 Ø 12 ó 16 longitudinales, para alturas <4m
y > 4m respectivamente.
La puntera está sometida a su propio peso, al empuje pasivo en su frente, al peso del relleno
en la cara superior y a la reacción del terreno en su base, lo que origina tracciones en la cara
inferior de la misma. El talón del muro se encuentra sometido a su propio peso, al empuje
activo, que se considera despreciable, al gran peso de las tierras debidas al relleno y que
gravitan sobre la cara superior del talón, y a la reacción del terreno en la base del talón de
valor menor que la puntera al ser la ley trapezoidal. Al ser la resultante de la reacción del
terreno y del peso del relleno, de sentido descendente, aparecen tracciones en la cara superior
del talón. Al ser la ley de presiones debida a la reacción del terreno, trapezoidal o triangular, el
talón puede estar sometido o no en su totalidad a la misma. En todo caso conviene que la
armadura del talón se ancle bajo el alzado una longitud no inferior a la longitud de anclaje.
Si el muro tiene tacón, éste se encuentra sometido al empuje pasivo del terreno, por lo que
necesita armadura en la cara delantera.
En la figura 6.47 aparece la deformada de un muro en ménsula con las fibras traccionadas
grafiadas en las diferentes partes del mismo, lo que nos permite de forma intuitiva conocer la
distribución de las armaduras.
2 Ø ANTIRRETRACCIÓN

ARMADO DE RETRACCIÓN
ARMADO PRINCIPAL DE TRACCIÓN

ARMADO DE TRANSVERSAL

LONGITUD DE ANCLAJE
ARMADO PRINCIPAL DE TRACCIÓN

ARMADO DE TRANSVERSAL

LONGITUD DE ANCLAJE

ARMADO PRINCIPAL DE TRACCIÓN

ARMADO DE TRANSVERSAL

ACCIONES DEFORMADA DISPOSICIÓN DE ARMADURAS


FIBRAS TRACCIONADAS

Figura 6.47

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

b. Muros con puntera


Se construyen los muros en ménsula sin talón cuando existen causas que impiden la
excavación del mismo, como es la existencia de terreno rocoso en el trasdós del muro, o
cuando el terreno medianero está a una cota superior a la del nuestro.

Predimensionado
El espesor mínimo de la ménsula en la coronación es también de 25 cm. El canto del cimiento
se predimensiona con 0,15-0,2H y el ancho del encastre del alzado en la cimentación con
0,1H, siendo H la altura total del muro. Para el ancho de la cimentación B sea adopta un valor
de 0,6-0,8H. Si el muro tiene tacón éste tiene unas dimensiones mínimas de 25 cm de ancho y
de 30-40 cm de altura, disponiéndolo a una distancia de 25 cm del extremo de la puntera.

Forma de trabajo y esquema de armado


El muro trabaja como una ménsula de canto variable sometida a la ley de presiones del
terreno, necesitando armadura vertical en la cara en contacto con el terreno. La puntera, al
igual que el muro visto anteriormente está sometida a su propio peso, al empuje pasivo en su
frente, al peso del relleno en la cara superior y a la reacción del terreno en su base, por lo que
necesita armadura horizontal en la cara inferior de la misma. La existencia de la puntera en
este tipo de muros es un factor estabilizador frente al vuelco.
En todo caso, el proyecto de muros con vigas centradoras y dados de hormigón en su extremo
mejora el comportamiento del muro con puntera frente al vuelco y al deslizamiento (véase la
figura 6.48). La viga centradora se dispone enrasada con la cara inferior de la puntera y va
armada a tracción en su cara inferior.

ARMADO PRINCIPAL DE TRACCIÓN

ARMADO PRINCIPAL DE TRACCIÓN

DADO DE HORMIGON VIGA CENTRADORA

Figura 6.48 Disposición con viga centradora

En la figura 6.49 aparece la deformada de un muro en ménsula carente de talón con las fibras
traccionadas grafiadas en las diferentes partes del mismo:

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María Pilar del Amo Pérez

2 Ø ANTIRRETRACCIÓN

ARMADO DE RETRACCIÓN
ARMADO PRINCIPAL DE TRACCIÓN

ARMADO DE TRANSVERSAL

ARMADO PRINCIPAL DE TRACCIÓN

ARMADO DE TRANSVERSAL

LONGITUD DE ANCLAJE

ACCIONES DEFORMADA DISPOSICIÓN DE ARMADURAS


FIBRAS TRACCIONADAS

Figura 6.49

c. Muros con talón


Se construyen los muros en ménsula carentes de puntera cuando existen causas que impiden
la ejecución de la misma, como la presencia o el proyecto de conducciones enterradas en la
zona de la puntera, o cuando el terreno dónde se excavaría la misma no es de nuestra
propiedad.
Debido a las dimensiones que adopta el talón, el peso del volumen de tierras que gravita sobre
el mismo aumenta la seguridad frente al vuelco del muro, al disminuir el momento de vuelco.

Predimensionado
A efectos de predimensionado de la ménsula, se adopta también un espesor mínimo de la
misma en la coronación de 25 cm. El canto del cimiento y el ancho del encastre del alzado en
la cimentación es de 0,1H, siendo H la altura total del muro. Para el ancho de la cimentación
sea adopta un valor de 0,5-0,7H.

Forma de trabajo y esquema de armado


El alzado del muro trabaja como una losa en ménsula de canto variable sometida a la ley de
presiones del terreno, estando el talón sometido a su propio peso, al empuje pasivo, al peso
de las tierras debidas al relleno y a la reacción del terreno en la base del talón. Ello causa la
aparición de tracciones en la cara en contacto con el terreno en la ménsula y en la cara
superior del talón. En la figura 6.50 se refleja la deformada y el armado de un muro en
ménsula carente de puntera.

d. Muros en ménsula prefabricados


El muro se prefabrica total o parcialmente en un proceso industrial, siendo necesarias
únicamente en obra el ensamblaje entre las piezas con la inclusión en algunos de armaduras
de refuerzos.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

2 Ø ANTIRRETRACCIÓN

ARMADO DE RETRACCIÓN
ARMADO PRINCIPAL DE TRACCIÓN

ARMADO DE TRANSVERSAL

ARMADO PRINCIPAL DE TRACCIÓN

ARMADO DE TRANSVERSAL

LONGITUD DE ANCLAJE

ACCIONES DEFORMADA DISPOSICIÓN DE ARMADURAS


FIBRAS TRACCIONADAS

Figura 6.50

MUROS CON CONTRAFUERTES


Cuando la altura del muro supera los 10 metros es más económico proyectar un muro con
contrafuertes, ya que, al crecer la altura, el espesor del fuste y las cuantías de acero empiezan
a ser considerables. El proyecto de un muro con contrafuertes reduce el espesor del fuste, el
volumen de hormigón y por lo tanto, también disminuyen las tensiones sobre el terreno. La
presencia de los contrafuertes encarece el encofrado y dificulta la ferralla, por lo que el muro
empieza a ser rentable a partir de los 8 metros de altura.
Los contrafuertes pueden aparecer en el intradós o en el trasdós del muro (figura 6.51), pero la
disposición de contrafuertes en el trasdós disponiéndose la armadura de tracción en el borde
del contrafuerte, es mejor desde el punto de vista del comportamiento mecánico.
Se pueden proyectar muros con contrafuertes embebidos en la ménsula, mediante una
disposición quebrada de la misma (figura 6.52). Con ello conseguimos mayor rigidez.

CONTRAFUERTES EN INTRADÓS CONTRAFUERTES EN TRASDÓS

Figura 6.51

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María Pilar del Amo Pérez

CONTRAFUERTES

PUNTERA

Figura 6.52

Predimensionado
El espesor del fuste está comprendido entre 20 y 35 cm y el de los contrafuertes se adopta
mayor de 20 cm, siendo recomendable entre 25 y 30 cm, para absorber el esfuerzo cortante y
permitir la colocación de la armadura de tracción. Los contrafuertes se disponen distanciados
unos de otros de 1/3 a 2/3 de la altura total del muro. El canto del cimiento y el ancho del
encastre del alzado en la cimentación es del orden de 0,12H, siendo H la altura total del muro.
Para el ancho de la cimentación sea adopta un valor de 0,4-0,7H, con una anchura de puntera
de 0,12H (véase la figura 6.53).

20-35cm

0,12 H 0,12 H
0,12 H

0,4-0,7 H

Figura 6.53 Predimensonado de muro con contrafuertes

Forma de trabajo y esquema de armado


Según sea la distancia existente entre los contrafuertes, el muro puede trabajar en ménsula o
como losa continua.
Al mismo tiempo, el comportamiento del alzado es diferente en la coronación y en la puntera.
En la coronación, el alzado se apoya en unos contrafuertes de muy poco canto, teniendo el
borde superior libre. En la proximidad al cimiento el movimiento de la losa se ve coaccionado
debido al gran canto de los contrafuertes en esa zona y debido al empotramiento con la
cimentación.
Si la altura del muro supera la mitad de la luz entre los contrafuertes, la presencia de éstos
impide el trabajo del muro en ménsula (véase la figura 6.54). El muro pasa a trabajar como
una losa continua apoyada en tres lados y sometida a flexión vertical y horizontal, por lo que es
necesario disponer armadura vertical y horizontal en las dos caras.

| 158
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

La armadura más importante en el muro será la horizontal, mientras que en los contrafuertes
será la vertical. Tanto en el intradós como en el trasdós se dispone en vertical y horizontal una
armadura que será mayor que la necesaria por retracción y que se podrá computar a efectos
resistentes.
2 Ø ANTIRRETRACCION

ARMADO DE FLEXIÓN EN CONTRAFUERTE

ARMADO VERTICAL DE TRACCIÓN EN CONTRAFUERTE

ARMADURA DE CORTANTE EN CONTRAFUERTE

ARMADO PRINCIPAL DE TRACCIÓN

d d ARMADO DE TRANSVERSAL

As As/2

ARMADO PRINCIPAL DE TRACCIÓN


ARMADO DE TRANSVERSAL

ALZADO MURO CON CONTRAFUERTES SECCION POR CONTRAFUERTE

PRESIONES DEL TERRENO

DEFORMADA

PUNTERA

TALÓN
PLANTA
ARMADO DE FLEXIÓN DEL CONTRAFUERTE

ARMADURA DE CORTANTE EN CONTRAFUERTE

PUNTERA

Figura 6.54

El armado de la puntera es similar al de los muros en ménsula, debiéndose prolongar de forma


simétrica al otro lado del alzado, en la zona del talón, disponiéndola hasta el extremo en una
cuantía de la mitad de la de la puntera.

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María Pilar del Amo Pérez

De esta forma se transmite al talón el momento de la puntera y se cubre el momento de


empotramiento que se produce en la dirección perpendicular al alzado.
Los contrafuertes trabajan como una ménsula de canto variable, por lo que necesitan una
armadura inclinada colocada en varias capas y que se ancla en el talón. El cortante se
absorbe mediante estribos colocados horizontalmente y anclados alrededor de la armadura
vertical del intradós del alzado.

MUROS CON PLACAS O MUROS BANDEJA


El muro con placas se concibe con la idea de repartir el peso del terreno del trasdós en una
serie de losas o bandejas dispuestas en el trasdós del muro. Con ellos se consigue la
aparición de unos momentos estabilizadores frente al empuje de las tierras, debido a la
componente vertical del peso del terreno en cada una de las losas.
La gran ventaja es la posibilidad de construcción de muros carentes de talón y con una
relación entre el ancho del cimiento y la altura del muro relativamente bajas.
El inconveniente que presentan es el alto coste que supone la ejecución de las losas, con
encofrados y cimbrado complejos. Existe la posibilidad de suprimir el encofrado, hormigonando
cada una de las losas directamente contra el terreno del trasdós del muro previamente
compactado.
El alzado del muro trabaja a flexión, disponiéndose la armadura principal en la cara del trasdós
y colocando en ambas la armadura correspondiente a la retracción (véase la figura 6.55). En
las losas se dispone una armadura superior debido a su trabajo en ménsula.

ARMADURA DE RETRACCIÓN

ARMADURA DE TRACCIÓN EN BANDEJA

ARMADURA PRINCIPAL DE TRACCIÓN EN ALZADO


ARMADURA TRANSVERSAL

ARMADO PRINCIPAL DE TRACCIÓN


ARMADO DE TRANSVERSAL

Figura 6.55 Muro con bandejas

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

MUROS MECÁNICAMENTE ESTABILIZADOS


La técnica de construcción del muro se basa en la estabilización mecánica del terraplén con la
inclusión de armaduras en el terreno, que aumentan la resistencia del mismo, debido a la
interacción que existe entre ellos.

a. Muros anclados o por bataches


Indicados para la construcción de muros de una o dos plantas en terreno inestable y en
ausencia de nivel freático. La construcción del muro realiza por bataches a medida que avanza
la excavación, es decir, construimos el muro de arriba hacia abajo (figura 6.56). Están
constituidos por unas placas de hormigón armado, de unos 3x3 metros de lado y espesor
comprendido entre los 40 y 80 mm, que se hormigonan contra el terreno. Una vez endurecido
el hormigón, las losas se anclan contra el terreno. Para dar continuidad a las losas se
disponen esperas tanto en vertical como en horizontal. La apertura de un batache comienza
hasta que la losa superior esté debidamente anclada a terreno. El muro carece de cimiento y
no se empotra debajo en el terreno, por lo que su estabilidad se debe exclusivamente a los
anclajes.

Figura 6.56 Muro anclado por bataches (CTE DB SE-C, figura 6.1)

b. Muro de suelo armado con armadura de acero


El sistema de contención del terreno basado en el revestimiento del mismo mediante una piel
de escamas prefabricadas de hormigón armado o en masa que se anclan al terreno por
rozamiento a través de unas armaduras de acero enganchadas a la pieza de hormigón en su
reverso, lo hemos estudiado ya en este mismo tema, al analizar los diferentes sistemas de
protección y estabilización de taludes (figura 6.57).
En este apartado hago referencia a su utilización como elemento de contención del terreno y a
la existencia en el mercado de otros elementos prefabricados modulares, además del de las
escamas en forma de cruz, para la formación del paramento del muro de contención. En
general, los elementos prefabricados se pueden colocar sin mortero. La existencia de las
juntas entre elementos permite la existencia de deformaciones parciales. La combinación del
paramento del muro junto a los tirantes de acero anclados por rozamiento al terreno permite
una gran flexibilidad, gran resistencia y estabilidad, así como rapidez de ejecución.

Figura 6.57 Tierra armada

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María Pilar del Amo Pérez

c. Muro de suelo reforzado con armaduras sintéticas


La contención del terreno mediante la formación de un terraplén armado horizontalmente con
geomallas de polímeros sintéticos, la hemos estudiado con anterioridad en su aplicación a la
estabilización profunda de taludes.
Las fibras sintéticas utilizadas como armaduras ofrecen una alta durabilidad y resistencia a la
tracción, que aunque la resistencia es menor que las metálicas, el coste es también menor.
Una solución alternativa a la estudiada de formación del paramento mediante geomallas que
se doblan sobre sí mismas, interponiendo tongadas de terreno entre ellas, es la utilización de
gaviones o sacos de geotextil en combinación con mallas de alta resistencia para la formación
del paramento de contención.
En todo caso, la utilización de polímeros sintéticos requiere la protección frente a las
radiaciones ultravioleta, mediante:
- la plantación de vegetación o “ecomuros” perfectamente integrados en el paisaje,
Requiere la disposición en su cara exterior de otras telas selectivas que permiten la
revegetación y controlan la pérdida del suelo. Permiten la construcción de estructuras
de contención de hasta 80º de pendiente y sin grandes limitaciones de altura.
- el gunitado
- la disposición de placas prefabricadas

4.5 PROCESO DE EJECUCIÓN DE UN MURO DE CONTENCIÓN. CRITERIOS DE DISEÑO

CONSTRUCCIÓN DEL CIMIENTO


El proceso de ejecución del cimiento diferenciado de un muro de contención consta de las
siguientes etapas que se reflejan en la figura 6.62).
1. Excavación del cimiento, sobrepasando en 20 cm la cota del hormigón de limpieza.
Al ejecutar la excavación del cimiento deberemos contrastar “in situ” la naturaleza del terreno
con los resultados del estudio geotécnico (figura 6.58).
A la vista del terreno real y de las recomendaciones de la empresa que ha realizado el estudio
geotécnico una vez abierta la excavación, se reconsiderará si los cálculos efectuados en el
proyecto son válidos para la naturaleza del mismo o si, por el contrario, es necesaria la
modificación de la cimentación que requerirá el reformado del Proyecto. En todo caso, no se
podrá continuar con los trabajos de ejecución de la cimentación hasta que la Dirección
Facultativa no haya dado el visto bueno al terreno real.
Conviene demorar la excavación de los últimos 20 cm hasta el momento de verter el hormigón
de limpieza, con el fin de preservar el terreno de la base de la excavación de la acción de los
agentes exteriores.
2. Compactación y nivelación del fondo de la excavación, con el fin de asegurarnos un plano
de apoyo y de transmisión de las cargas estable.
3. Vertido del hormigón de limpieza, previo refino de las paredes del cimiento.
4. Colocación de las armaduras del cimiento y de las esperas de las armaduras del fuste (de
trabajo y de retracción) ayudándonos de separadores (figura 6.59).
Las armaduras de espera se anclan en patilla con la horizontal una longitud mayor que 15 ó 20
cm para facilitar su atado a la parilla del fondo. Es necesario que tanto las esperas de la
armadura de tracción como la de retracción tengan las longitudes de solape necesarias.

| 162
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

La armadura superior de la puntera del cimiento se colocará con la ayuda de pies de patos
(figura 6.60). Todas las armaduras se estabilizarán con la ayuda de camillas de madera
clavadas al terreno con estacas o clavos; de esta forma se mantienen en su lugar durante el
proceso de hormigonado (figura 6.61). Si el muro tiene contrafuertes se habrán dispuesto las
esperas necesarias en la cimentación.
Si el terreno que descansa encima de la puntera no se va a colocar de forma inmediata, puede
ser conveniente la disposición en la cara superior de la misma de una armadura de retracción
para controlar la fisuración debida a las variaciones térmicas.

Figura 6.58 Replanteo Figura 6.59 Disposición de armaduras

Figura 6.60 Pies de pato Figura 6.61 Sujeción de armaduras con camillas y
puentes de acero

En cualquier caso se deberán respetar los recubrimientos necesarios o distancia entre la


superficie exterior de la armadura y la superficie de hormigón más cercana, según establece la
EHE-08 en su artículo 37.2.4, con el fin de garantizar la durabilidad de las armaduras, su
protección contra la corrosión, así como la necesaria adherencia entre el hormigón y el acero.
El recubrimiento de la armadura deberá cumplir las siguientes condiciones:
- será mayor o igual al diámetro de la barra
- será mayor o igual a 0,80 veces el tamaño máximo del árido
- será mayor que los valores mínimos indicados en las tablas 37.2.4.1.a y b, a cuyos
efectos se considera como recubrimiento mínimo de una barra, aquel que debe
cumplirse en cualquier punto de la misma

| 163
María Pilar del Amo Pérez

rnom = rmín + Δr , siendo:


rnom Recubrimiento nominal
rmín Recubrimiento mínimo
Δr Margen de recubrimiento en función del control:
0 mm en elementos prefabricados con control intenso de ejecución
5 mm en el caso de elementos ejecutados “in situ” con nivel intenso de
control de ejecución
10 mm en el resto de los casos

COTA HORMIGÓN DE LIMPIEZA

1.EXCAVACIÓN 2.COMPACTACIÓN Y NIVELACIÓN

ARMADURAS EN ESPERA DE RETRACCIÓN


ARMADURAS EN ESPERA DE TRABAJO

CAMILLAS

PIE DE PATO

SEPARADOR

3.VERTIDO DEL HORMIGÓN DE LIMPIEZA 4.COLOCACIÓN DE ARMADURAS DEL CIMIENTO

RUGOSIDAD NATURAL DEL HORMIGÓN VIBRADO

5. HORMIGONADO DEL CIMIENTO 6. JUNTA CIMIENTO-FUSTE

Figura 6.62

Si se hormigona contra el terreno dejaremos un recubrimiento > 70mm.


En todo caso es preceptiva la colocación del hormigón de limpieza debajo del hormigón del
cimiento. Una merma en el espesor de los recubrimientos acarrea problemas de durabilidad
por corrosión de las armaduras. Un exceso en el recubrimiento trae consigo la aparición de
fisuras en las zonas traccionadas, con el mismo problema de durabilidad.
Se dispondrán separadores para garantizar los recubrimientos. Los separadores serán

| 164
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

normalizados, evitándose la utilización de material restante de obra y se colocarán en la


zapata del muro según establece la tabla 69.8.2 de la EHE-08 a distancias máximas de 50Ø y
no mayor de 100 cm el emparrillado inferior, y a distancias de 50Ø y no mayor de 50 cm en el
superior.

5. Hormigonado del cimiento.


Cuando el hormigón está todavía fresco se procede a la ejecución de la junta con el fuste.

6. Junta cimiento-fuste.
Esta junta está situada en la zona de mayor momento flector y mayor esfuerzo cortante. Se
dejará la rugosidad natural del hormigón vertido y vibrado, limpio de polvo y grasa. Conviene
para ello, antes del hormigonado del fuste, proceder a la limpieza con chorro de agua de la
zona de la junta, para que una vez seca, se proceda al vertido y vibrado de la primera tongada
del hormigón del fuste (figuras 6.63 y 6.64).
No es necesario, en opinión del profesor Calavera dejar endentados o machihembrados, ya
que únicamente representan soluciones tranquilizadoras a “nivel intuitivo”.

Figuras 6.63 y 6.64 Junta cimiento-fuste

CONSTRUCCIÓN DEL FUSTE


1. Colocación de las armaduras
Una vez esté ejecutado el cimiento procedemos a la colocación de las armaduras del fuste y la
de los contrafuertes si existen (figura 6.65). Para garantizar los recubrimientos en el armado,
dispondremos también de separadores en las barras del fuste según establece la tabla 69.8.2
de la EHE-08 a distancias máximas de 50Ø y no mayor de 50 cm en cada emparrillado
(figuras 6.66).
Es necesaria colocar en la coronación del muro un refuerzo en el armado que lo proteja frente
a las fisuraciones por retracción, al ser esta zona del muro la más expuesta a los efectos de
los agentes exteriores (figura 6.67). Se suelen colocar 2 redondos de un diámetro variable en
función de la altura del muro entre 12 y 20mm. También podemos colocar un zuncho en el
sentido longitudinal.

2. Colocación del encofrado.


El encofrado del muro se puede colocar en una cara o en las dos caras, pudiendo ser de
madera o metálico. Si hemos ejecutado el vaciado con talud exterior o si la cimentación del

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María Pilar del Amo Pérez

muro consta de puntera y talón, ha sido necesaria la retirada del terreno del trasdós del muro,
lo que permitirá el encofrado del fuste por las dos caras. En este caso, el encofrado se sujeta
mediante unos tensores de acero alojados en un tubo de plástico y roscados en sus extremos
(figura 6.68) que impiden el movimiento del encofrado, cerrándose el encofrado lateralmente
con una tapa que permite la salida de las armaduras para su hormigonado con el batache
contiguo.

Figura 6.65 Disposición de armaduras en fuste Figura 6.66 Separadores

Figura 6.67 Refuerzo de armado en coronación Figura 6.68 Tensor de acero

No conviene hormigonar el fuste contra el terreno con la disposición del encofrado en una de
las caras, a fin de evitar problemas como la corrosión de las armaduras por falta de
recubrimiento en algunas zonas, que el hormigón se mezcle con las tierras del trasdós o que
en las zonas en las que el terreno no admite el corte en vertical y se desestabiliza, aumente el
espesor del muro y por lo tanto el volumen de hormigón, originándose una mayor retracción en
el proceso del fraguado y la consiguiente aparición de fisuras verticales. En este caso el
encofrado se apuntala contra el terreno a través de un encamado de tablones, clavándose lo
puntales en el extremo superior al encofrado.
3. Hormigonado del fuste. Se realiza por tongadas desde una altura máxima de vertido del
hormigón de 1 a 1,25 m, a fin de evitar empujes sobre los largueros, a la vez que se procede al
vibrado del hormigón.

La figura 6.69 recoge imágenes del el proceso de ejecución de un muro de contención


hormigonado a una cara.

| 166
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 6.69 Ejecución de muro de contención encofrado a una cara

Hay que tener en cuenta que si la excavación del vaciado es muy profunda, si existen
cimentaciones colindantes o medianerías en mal estado, es necesario proceder a la ejecución
del muro de contención por bataches.

En la figura 6.70 se muestra parte del proceso de la ejecución de un muro de contención


con puntera y talón encofrado a dos caras.

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 6.70 Ejecución de muro de contención con puntera y talón encofrado a dos caras

EJECUCIÓN Y DISPOSICIÓN DE JUNTAS EN LOS MUROS

Seguiremos las indicaciones del CTE en lo que respecta a la ejecución y disposición de las
juntas, en su DB HS Salubridad, Sección 1 y el DB SE-C Cimentaciones en el apartado 6.3.3.,
así como las recomendaciones de la NTE.CCM.

1. Juntas de asiento
Permiten asientos diferenciales entre dos zonas del muro, por lo que afectan a la totalidad del
muro, incluida la cimentación. Se deben colocar en los siguientes casos:
- existen dos niveles de apoyo de la cimentación
- cambia la naturaleza del terreno
- cambios en la directriz del muro
- cambios importantes en la altura del muro
Las juntas de asiento pueden ejecutarse de varias formas, disponiendo en todas una abertura
de 2 a 4 cm, según se muestra en la figura 6.71.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

ESPESOR 20-40mm ESPESOR 20-40mm ESPESOR 20-40mm

POLIESTIRENO EXPANDIDO POLIESTIRENO EXPANDIDO POLIESTIRENO EXPANDIDO

MATERIAL SELLANTE MATERIAL SELLANTE

JUNTA LIBRE JUNTA SELLADA JUNTA A MEDIA MADERA

ESPESOR 20-40mm ESPESOR 20-40mm

MATERIAL SELLANTE
POLIESTIRENO EXPANDIDO
BANDA DE ESTANQUEIDAD FIJADA A ARMADURAS

JUNTA MACHIHEMBRADA JUNTA ESTANCA

Figura 6.71 Resolución de juntas de asiento

a. Junta libre: una vez hormigonado el muro a un lado de la junta se coloca adherida
una plancha de poliestireno expandido de espesor el ancho de la junta, que actúa
como encofrado perdido en el hormigonado del otro lado del muro. En este caso la
estanqueidad no prima demasiado como exigencia.
b. Junta sellada: ejecutada de igual modo que la junta libre y eliminando posteriormente
los bordes exteriores del poliestireno expandido en una profundidad de unos 25 mm,
para colocar en la junta un cordón de relleno compresible o sellar la misma con
masilla elástica
c. Junta a media madera o machihembrada: ejecución análoga a la junta sellada, pero
utilizando un encofrado de la testa del muro que permita la disposición a media
madera o machihembrada. Permita mejorar la transmisión de esfuerzos cortantes a
través de la junta.
d. Junta estanca: se dispone perpendicular a la junta un perfil o banda elástica de
neopreno, caucho o bentonita sólida, resistente a las tracciones, a las agresiones
químicas y a la acción de los agentes exteriores. En la junta se dispone también un
separador de poliestireno expandido introducido en la misma antes del hormigonado
del tramo contiguo. La banda elástica se debe disponer también en el cimiento del
muro. La banda se coloca sujeta al encofrado o a la armadura del fuste, de forma que
las alas de la banda queden embebidas en el hormigón del fuste en su plano medio.
La zona central de la banda presenta un engrosamiento hueco de neopreno que es el
que debe ocupar el espacio de la junta, capaz de dilatarse o retraerse, acompañando
a la junta en su deformación. El aislante térmico se puede dejar o retirar después.
Las juntas de asiento en el cimiento no requieren sellado, debiendo penetrar la banda elástica
si se dispone, una longitud de 50 cm a ambos lados del cimiento.

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María Pilar del Amo Pérez

2. Juntas de dilatación.
Reducen las tensiones debidas a variaciones térmicas y a fenómenos reológicos. Afecta
únicamente al fuste del muro, ya que la cimentación se encuentra al abrigo de las variaciones
térmicas al estar enterrada en el terreno. Las juntas de dilatación se disponen:
- En los cambios de sección del fuste
- En los cambios pequeños de altura del fuste
- Cada 20 m en zonas climáticas con temperaturas extremas
- Cada 30 m en zonas climáticas con temperaturas moderadas
Para la ejecución de las juntas de dilatación se adoptan las mismas soluciones que hemos
estudiado para las juntas de asiento, pero aplicándolas solamente al alzado del muro (figura
6.72).

Figura 6.72 Juntas de dilatación estancas

3. Juntas de retracción o contracción


Permiten la retracción del hormigón en el proceso del fraguado del muro y la absorción de las
retracciones por variaciones térmicas. Afectan a la totalidad del muro: cimiento y fuste. Son de
carácter vertical, ya que la contracción en la dirección vertical que obligaría a una junta
horizontal está coartada.

Figuras 6.73 y 6.74 Juntas de retracción y hormigonado en cimiento

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

En el cimiento se disponen en clima seco de 10 a 16 m, según estemos en la época calurosa o


la fría, y en clima húmedo de 12 a 18 m dependiendo de la época calurosa o fría. Para la
ejecución de la junta en el cimiento se deja el talud natural del hormigón vibrado (25º),
pudiéndose también proceder al encofrado del cimiento, siendo la junta vertical en este caso,
según recoge la imagen anterior (figuras 6.73, 6.74 y 6.75).

Figuras 6.75 Juntas de retracción y hormigonado en cimiento

En el alzado, las juntas no se corresponden con las del cimiento, ya que al encontrarse el
cimiento enterrado, los movimientos debidos a la retracción se ven coartados debidos al
rozamiento entre el cimiento y el terreno, cosa que no ocurre en el fuste, donde las juntas
deben situarse más próximas. La distancia recomendada entre juntas de retracción en el
alzado es de:
- Muros de altura menor de 2,40 m: 3H
- Muros de altura entre 2,40 m y 3,60 m: 2H
- Muros de altura mayor de 3,60 m: H
dónde H es la altura del muro, siendo conveniente no superar los 7,50 m de distancia.
En cuanto a la forma de realización de la junta, existen varias soluciones en función del grado
de estanqueidad y estética requerido (figura 6.76):
a. Junta machihembrada: ejecución del muro independiente a un lado y otro de la junta,
disponiendo un encofrado que origine una junta machihembrada. Una vez ejecutado
el muro a un lado de la junta y antes de colocar el encofrado de la otra parte se aplica
una pintura impermeable en la testa del muro a la que se confiará la estanqueidad.
Esta junta permite la transmisión de esfuerzos a través de la misma.
b. Junta con fisura inducida con cuña de madera: el muro a ambos lados de la junta se
ejecuta de forma simultánea, por lo que el armado es continuo a través de la junta
aunque también se pueden disponer las armaduras independientes a ambos lados de
la junta. Para su ejecución se provoca una fisura controlada, mediante la colocación
en la cara interior del encofrado del muro y a ambos lados del mismo, en la zona
donde va ubicada la junta, de una cuña de madera que merme la sección del muro.
Una vez retirado el encofrado y las juntas, el muro tiende a romper por el punto en
que ha visto disminuida su sección. El espacio resultante de alojar la cuña puede
sellarse posteriormente con un producto sellante o dejarse visto.
c. Junta con fisura inducida con banda de estanqueidad exterior: se coloca en las caras
interiores del encofrado una banda estanca que produce el mismo efecto de
reducción de la sección del muro que la cuña anteriormente vista. La banda impide la
entrada de agua de un lado a otro de la junta y debe ser resistente a la acción de los
agentes exteriores

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María Pilar del Amo Pérez

d. Junta con banda de estanqueidad interior: el muro a ambos lados de la junta se


ejecuta de forma independiente, disponiendo a un lado del muro y perpendicular a la
junta un perfil o banda elástica de neopreno, similar a la utilizada en las juntas de
dilatación, omitiendo en este caso el separador de poliestireno expandido. La banda
se coloca sujeta al encofrado o a la armadura del fuste, de forma que las alas de la
banda queden embebidas en el hormigón del fuste en su plano medio, así como la
zona central de la banda. Una vez retirado el encofrado de un lado de la junta, se
procede a la extensión del ala de la banda que ha quedado libre, para embeberla en
el hormigón del muro, al otro lado de la junta. Esta junta es más costosa de resolver,
pero las garantías de estanqueidad son muy grandes.
ENCOFRADO
FISURA INDUCIDA FISURA INDUCIDA

CUÑA DE MADERA

JUNTA CON FISURA INDUCIDA CON CUÑA DE MADERA

BANDA ELÁSTICA FIJADA A ENCOFRADO FISURA INDUCIDA

BANDA ESTANCA ELÁSTICA

JUNTA CON FISURA INDUCIDA CON BANDA ELÁSTICA

PINTURA IMPERMEABLE
LISTÓN FORMACIÓN BISELADO

BANDA ELASTICA FIJADA A ARMADURAS

JUNTA MACHIHEMBRADA JUNTA CON BANDA DE ESTANQUEIDAD INTERIOR

Figuras 6.76 Juntas de contracción

4. Juntas de trabajo y hormigonado


Las juntas de trabajo verticales las hacemos coincidir con las juntas de retracción o de
dilatación por lo que no las estudiamos como tales.
Las juntas de trabajo horizontales o de hormigonado se disponen a distancias en función de la
resistencia del encofrado a la presión del hormigón fresco y por la capacidad de hormigonado.
Para su correcta ejecución se disponen tubos de plástico entre los largueros del encofrado,
que alojan un tensor de acero roscado que evita que los largueros se abran hacia el exterior y
soportan la presión del hormigón fresco (figura 6.77). El tubo de plástico impide la caída al
interior de los largueros. Para evitar la formación de rebabas en la junta horizontal, se
disponen unos listones en la cara interior del encofrado.

| 172
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

LISTÓN DE MADERA PARA MOLDEADO DE LA JUNTA

LARGUERO

SOLAPE DE 2-4 cm

TUBO DE PLÁSTICO
TENSOR DE ACERO

Figuras 6.77 Juntas de hormigonado

En general, se evitará al paso de las armaduras a través de las juntas, según indica el DB SE-
C en el apartado 6.3.3.1.2, debiéndose proyectar como pasadores lubricados y sin dobleces ni
anclajes que permitan los movimientos longitudinales, cuando sea inevitable su colocación.
Cuando el muro se ejecuta por bataches, dejamos las armaduras del batache en espera para
que una vez solapadas con las armaduras del contiguo, proceder al hormigonado del nuevo
batache (figuras 6.78 y 6.79).

Figuras 6.78 y 6.79 Juntas de trabajo en muro ejecutado por bataches

El drenaje de los muros lo estudiaremos en el tema correspondiente al control del agua.

5. MUROS DE SÓTANO

El muro de sótano es una estructura de contención que se utiliza para la excavación en


vaciado de una o dos plantas (figura 6.80 y 6.81), siempre que lo permitan los condicionantes
relativos al tipo de terreno, al estado de las edificaciones vecinas y a la presencia del nivel
freático.

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María Pilar del Amo Pérez

MURO DE SÓTANO MURO CON PUNTERA MURO CON PUNTERA Y TALÓN

Figuras 6.80 y 6.81 Figura 6.82

Debido a la particularidad de su comportamiento mecánico en las diferentes fases de la obra,


lo estudiamos de forma independiente, ya que aunque se puede considerar una estructura de
contención flexible, en la fase de construcción se comporta como un muro de hormigón
armado en ménsula, siendo su forma y constitución muy similar a las del muro de contención.
El CTE en su DB SE-C incluye el muro de sótano dentro de la clasificación genérica de muros.
Predimensionado y diseño
Similar al muro de contención de tierras, puede aparecer con puntera si la medianería no es de
nuestra propiedad, o con puntera y talón en el caso contrario (figura 6.82). Son proyectan de
espesor contante, que por motivos constructivos, interesa que coincida con el de los soportes,
que se apantallan en la planta superior, lo que simplifica el encofrado. El espesor del fuste
conviene que supere los 30 cm y el del cimiento los 60 cm. El ancho B de la cimentación se
proyecta entre los 60 y los 120 cm.

5.1 FORMA DE TRABAJO Y ESQUEMA DE ARMADO

Su comportamiento mecánico presenta grandes diferencias con los muros de contención de


tierras de hormigón armado estudiados con anterioridad (figura 6.83).
Esta diferencia radica en las acciones a las que está sometido el muro. Al estar vinculado a
una edificación, el empuje de las tierras en el trasdós de muro se ve compensado con el axil N
transmitido por los pilares de la estructura o por los muros de carga, las acciones verticales
debidas a las solicitaciones de los forjados que descansan directamente sobre el muro y con la
resultante horizontal F debido a la reacción de los forjados sobre el muro. Además de estas
acciones, el muro de sótano se encuentra sometido a su peso propio y al de las tierras y al de
la solera que gravitan sobre su cimiento.
Por ello, el muro de sótano se proyecta para resistir los empujes de las tierras situadas en su
trasdós y el efecto de las sobrecargas existentes en coronación, y además, para resistir y
transmitir al terreno las cargas verticales provenientes de la estructura superior y de los pesos
propios de los elementos que gravitan sobre el muro.
La presencia del forjado como elemento arriostrante horizontal impide el trabajo del muro en
ménsula al restringir éste el movimiento transversal del muro, lo que hace que normalmente no
se produzcan las deformaciones necesarias para alcanzar las condiciones de empuje activo,
aproximándonos a un caso de empuje al reposo.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 6.83 Muro de sótano (CTE DB SE-C, figura 6.18)

Un muro de sótano, en el caso de una planta, trabaja como un elemento de hormigón armado
empotrado en la cimentación y apoyado a nivel del forjado de la planta baja, por lo que
requiere armadura en el intradós del fuste para la absorción del momento positivo, que se
debe disponer de extremo a extremo (figura 6.84). En el trasdós del fuste se dispone la
armadura correspondiente al momento negativo. También se puede disponer una armadura
principal escalonada, considerando el trabajo del muro en ménsula durante la fase de
construcción del mismo, si se procede al relleno del trasdós previo a la construcción del
forjado.
En ambas caras se dispone una armadura de reparto. Si los pilares presentan mayor sección
que el muro, éstos actúan como contrafuertes, comenzando a trabajar el muro como una losa
continua, armándose el muro también con armadura horizontal de tracción.
En el sentido longitudinal el muro se asimila a una viga de cimentación o viga flotante,
considerando el muro como un cuerpo rígido sometido a la carga de los pilares, por lo que
requiere la colocación en el borde superior de dos o tres barras, y en el borde inferior o cara
inferior de la cimentación, de varias armaduras longitudinales (figura 6.84).
Para absorber las tensiones por retracción debido a las variaciones térmicas se dispone una
armadura de retracción en ambas caras que se puede computar a efectos resistentes.
La zapata se calcula como una ménsula empotrada sometida a la tensión del terreno, por lo
que requiere armadura transversal de tracción en la cara inferior (figura 6.84). Conviene
conectar el cimiento del muro mediante vigas centradoras a la cimentación del interior del
edificio, para absorber la excentricidad debida a los pilares de la medianería, como vemos en
las figuras 6.85 y 6.86.
Cuando F no existe, como es el caso de la presencia de los huecos de ascensores o escaleras
o la de una rampa, el muro de sótano pasa a comportarse como un muro de contención de
tierras, trabajando en esas zonas como una ménsula empotrada en la cimentación.

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María Pilar del Amo Pérez

En la figura 6.84 aparece el diagrama de momentos de un muro de sótano y la disposición de


las armaduras necesarias en el mismo, teniendo en cuenta que en la fase de ejecución el
muro trabaja en ménsula:
- De momentos positivos en la cara vista del muro
- De momentos negativos en el empotramiento con la cimentación en la cara en
contacto con el terreno y en el apoyo del forjado.
- Armadura escalonada para el trabajo del muro en ménsula durante la fase de
construcción
- De retracción en las dos caras
- De flexión en los bordes superior e inferior
- Armadura transversal en la zapata

ARMADO DE FLEXIÓN 2-3 BARRAS

ARMADO ESCALONADA TRABAJO EN MÉNSULA

ARMADO PRINCIPAL DE TRACCIÓN


MOMENTOS +
ARMADO TRANSVERSAL

ARMADO PRINCIPAL DE TRACCIÓN


MOMENTOS - Md

ARMADO DE FLEXION n BARRAS


ARMADO TRANSVERSAL ZAPATA

Figura 6.84 Disposición de armaduras en un muro de sótano

Figuras 6.85 y 6.86 Muro de sótano con viga centradora

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

En el caso de dos o más forjados el cálculo del muro se efectúa asimilándolo a una viga
continua, representándose en la figura 6.87 la disposición de las armaduras principales.

Md

Figura 6.87

Una consideración a tener en cuanta en los muros de sótano es el efecto que causa en
empotramiento de un muro en otro al llegar a la esquina (figura 6.88). En ese punto, el
desplazamiento del muro se ve coartado por la presencia del otro, originándose momentos en
las esquinas, que dan lugar a tracciones en las caras del trasdós de los muros. Cuando las
tracciones se sitúan en la esquina de ángulo saliente, es preciso continuar las armaduras
hasta la cara opuesta para evitar que la resultante de tracción haga saltar el recubrimiento de
la armadura en ese punto.

Md

J.D.
interior

interior

DISPOSICIÓN DE JUNTA DE DILATACIÓN AUSENCIA DE JUNTA DE DILATACIÓN


Figura 6.88

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María Pilar del Amo Pérez

5.2 PROCESO CONSTRUCTIVO DEL MURO DE SÓTANO

Generalmente, las fases que seguimos en la construcción de un muro de sótano son las
siguientes:
- Excavación del vaciado con talud exterior al perímetro de la excavación
- Levantamiento del muro
- Construcción del forjado y enlace con el muro
- Relleno del trasdós del muro, previa impermeabilización y ejecución del drenaje
- Levantamiento de la estructura superior

Si se efectúa el relleno de las tierras del trasdós antes de la ejecución del forjado de la planta
baja, hay una fase del proceso constructivo en la que el muro de sótano trabaja como una
ménsula, por lo que es necesario verificar la estabilidad frente al vuelco en esta fase.
En cuanto a las técnicas constructivas utilizadas, el proceso constructivo y la resolución de los
diferentes tipos de juntas, hay que señalar que son las mismas que las vistas para la ejecución
de los muros de contención de tierras.
En el muro de sótano debido a su particular situación de vinculación con una edificación se
requiere prestar atención a la enlazabilidad del muro con los demás elementos estructurales
del edificio, así como con la solera u otros muros.
La figura 6.89 recoge parte del proceso de ejecución de un muro de sótano construido con
encofrado metálico a dos caras

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 6.89 Ejecución de muro de sótano encofrado a dos caras (encofrado metálico)

La figura 6.90 recoge parte del proceso de ejecución de un muro de sótano construido con
encofrado de madera a dos caras:

Figura 6.90 Ejecución de muro de sótano encofrado a dos caras (encofrado de madera)

La figura 6.91 recoge parte del proceso de la ejecución de un muro de sótano encofrado a una
cara:

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 6.91 Ejecución de muro de sótano encofrado a una cara

ENLACE CON ELEMENTOS ESTRUCTURALES


Pilar-muro
Los pilares de la estructura superior pueden encontrarse en tres situaciones respecto al muro
de sótano:
1. El pilar, de menor o igual espesor que la del muro, nace arrancando desde la
cimentación (figura 6.92, punto1).
2. El pilar arranca de la coronación del muro, siendo su dimensión transversal igual o
menor a la anchura del muro. En este caso, el pilar enlaza con el muro a través de
unas esperas independientes o anclando las patillas del pilar en prolongación recta
(figura 6.92, punto 2).
3. El pilar, de mayor sección que la del muro, nace arrancando de la cimentación, lo que
complica y encarece el encofrado. En este caso es necesario contar con las flexiones
que el empuje de las tierras sobre el muro origina en los pilares (figura 6.92, punto 3).
En general, conviene que la anchura del muro coincida con la dimensión del pilar en el sentido
transversal al muro, debido a que es más sencilla la ejecución y no hay momentos negativos
en la coronación (figuras 6.93, 6.94 y 6.95).

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

1. 2. 3.
Figura 6.92

Figuras 6.93 y 6.94 Pilar de acero embebido en muro Figura 6.95 Pilar de hormigón embebido en muro

Estructura horizontal-muro
Tradicionalmente el muro de sótano se construye de abajo hacia arriba, disponiendo juntas de
hormigonado, por lo que la unión del muro con los elementos estructurales horizontales se
ejecuta a nivel de cada planta (figuras 6.96 y 6.97).
Si la construcción del muro se ejecuta de forma ininterrumpida, es necesario dejar armaduras
de espera embebidas en el muro para el enlace con la estructura de las plantas intermedias
(figura 6.98). Otra solución es la ejecución de unos taladros en el muro ejecutado, que alojarán
las armaduras de anclaje necesarias para el enlace.
En la unión del forjado con el muro se deberán disponer las armaduras necesarias para
garantizar la exigencia de enlazabilidad. Si el forjado discurre paralelo al muro, conviene
disponer en el encuentro de una viga de canto igual al de forjado y de anchura unos 10 cm
mayor que el ancho del muro, que rigidice la unión de ambos elementos.
En la unión de una viga con el muro, se dispondrá de la longitud de anclaje suficiente en la
armadura de negativos, lo que llevará en muchos casos a embeberla en el muro.

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María Pilar del Amo Pérez

Figuras 6.96 y 6.97 Enlace forjado-muro

ARMADURAS EN ESPERA

Figuras 6.98 Ejecución de muro sin interrupción

ENLACE CON OTRO MURO


En la unión de un muro con otro se produce una concentración de esfuerzos capaz de producir
asientos diferenciales en la cimentación, así como la fisuración y rotura del enlace. Ya hemos
hablado de la necesidad de disponer en la esquina del muro de juntas de asiento que permitan
el asiento diferencial de cada parte del muro.

Figuras 6.99 y 6.100 Armadura de refuerzo en esquina de muro

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Otra solución, alternativa a la disposición de la junta, es la de reforzar el ángulo mediante la


colocación de unas armaduras adicionales dispuestas de forma oblicua, cosiendo de este
modo la esquina. También se puede optar por colocar las armaduras dobladas en ángulo recto
con una dimensión en cada dirección igual a 1/5 de la altura del muro (figuras 6.99, 6.100 y
6.101). Las armaduras en todo caso se disponen cada 20 ó 25 cm y con un Ø de 12 mm.

ARMADURA DE REFUERZO ARMADURA DE COSIDO


1 D 12/20 ó 25 cm 1 D 12/20 ó 25 cm
1/5 h

1/5 h

Figura 6.101 Disposición de armaduras de refuerzo en esquina

ENLACE CON SOLERA


En la unión del muro con la solera es necesario disponer una junta de dilatación de 3 cm,
además de interponer entre la solera y el terreno una sub-base de material granular de unos
15 ó 20 cm que garantice un apoyo más homogéneo y nivelado de la losa, mejorando la
capacidad resistente del pavimento además de incrementar las posibilidades de drenaje (figura
6.102). Si queremos aumentar la altura del sótano podemos enrasar la cara superior del
cimiento del muro con la de la solera, presentándose en este caso mayor dificultad para
ocultar la junta (figura 6.103).

JUNTA DE DILATACIÓN

SOLERA

LÁMINA IMPERMEABLE

ENCACHADO DE GRAVA

Figura 6.102

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María Pilar del Amo Pérez

JUNTA DE DILATACIÓN

SOLERA

LÁMINA IMPERMEABLE

ENCACHADO DE GRAVA

Figura 6.103

La figura 6.104 refleja tres momentos correspondientes a la ejecución de una solera, en su


enlace con el muro de sótano. En la 1ª imagen se muestra el terreno natural, una vez
ejecutada la cimentación. En la 2ª imagen se ha procedido a la colocación del drenaje, la
lámina impermeable y parte de la solera, disponiendo la junta perimetral en el muro. En la 3ª
imagen se muestra un detalle del armado de la solera.

Figura 6.104

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

5.3 IMPERMEABILIZACIÓN DE MUROS

Aunque el drenaje del agua del trasdós del muro lo estudiaremos en el tema correspondiente
al control del agua, los aspectos relativos a la impermeabilización del paramento del muro los
analizamos a continuación. La entrada de agua en el muro se produce por capilaridad a través
de la estructura porosa del hormigón o por presión a través de los orificios que presenta el
hormigón debidos a carencias en el vibrado. El agua ocasiona manchas y filtraciones en la
cara vista que se solucionan con la impermeabilización del alzado y la correcta puesta en obra
del hormigón.
El muro de sótano puede impermeabilizarse según haya sido su puesta en obra por el trasdós
(figura 6.105) o por el intradós (figura 6.106), pudiendo ejecutarse o no, en ambos casos, un
drenaje previo.

GEOTEXTIL

ÁRIDO GRANULOMETRÍA CRECIENTE

DREN LINEAL

IMPERMEABILIZACIÓN TRASDÓS IMPERMEABILIZACIÓN TRASDÓS


SIN DRENAJE CON DRENAJE

Figura 6.105

CÁMARA BUFA

DREN LINEAL

IMPERMEABILIZACIÓN INTRADÓS IMPERMEABILIZACIÓN INTRADÓS


SIN DRENAJE CON DRENAJE

Figura 6.106

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María Pilar del Amo Pérez

IMPERMEABILIZACIÓN DE MUROS ENCOFRADOS POR AMBAS CARAS


La impermeabilización de muros que han sido ejecutados mediante la excavación de un talud
exterior, y por lo tanto, encofrados por ambas caras, es relativamente sencilla ya que permite
el acceso al trasdós del muro para la ejecución de las tareas. Plantearse la impermeabilización
del muro por su intradós no tiene mucho sentido, ya que el agua atraviesa el muro,
entumeciéndolo, no garantizándose en este caso la durabilidad del hormigón, sobre todo en
presencia de aguas agresivas.
Por tanto, estudiaremos únicamente la impermeabilización del trasdós de muro, con sus
diferentes posibilidades, en función de los sistemas de aplicación que aparecen en el
mercado, siguiendo en todo caso las prescripciones del fabricante en lo que respecta a la
puesta en obra de los productos. En todo caso la impermeabilización deberá ser lo
suficientemente resistente para soportar las cargas mecánicas y con una durabilidad que
garantice su funcionamiento el mayor tiempo posible. En el caso de sistemas prefabricados
habrá que prestar especial atención a la correcta ejecución de las juntas entre unas láminas y
otras, disponiendo las longitudes de solape necesarias para evitar la entrada de agua en el
punto más débil, así como la colocación de bandas de refuerzo.
La impermeabilización puede llevarse a cabo con diferentes materiales:
Láminas prefabricadas
De naturaleza bituminosa o sintética, las láminas se suministran en rollos. Para que la
impermeabilización sea eficiente es importante que las soluciones sean del tipo “adherido” al
soporte, en este caso, el muro, sin que exista la posibilidad de que el agua discurra entre la
impermeabilización y el muro. Es importante proteger la impermeabilización con una capa de
geotextil, drenajes de protección, etc. para evitar desgarros por punzonamiento, así como que
la superficie del paramento exterior del muro está exenta de resaltes, coqueras u otros
defectos de planeidad. Las láminas se disponen desde la coronación del muro hasta el tacón
de la cimentación, aplicándose sobre el mismo. Se deben colocar bandas de refuerzos de
unos 30 cm en el encuentro de la cimentación con el arranque del muro, así como en la
entrega con el forjado y en las esquinas y juntas de hormigonado (figura 6.107). Las láminas
de betunes asfálticos modificadas con elastómeros llevan una armadura de fieltro de fibra de
vidrio o de poliéster que aumenta su resistencia a las tracciones. Requieren la aplicación de
una capa de imprimación asfáltica. Las láminas sintéticas de caucho incluyen una armadura de
hojas de polietileno o poliéster.

IMPERMEABILIZACIÓN DE REFUERZO

REFUERZO EN ESQUINA

Figura 6.107 Bandas de refuerzo en impermeabilización con láminas

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Placas de materiales plásticos nodulados


Son membranas de polietileno de alta densidad que presentan unos relieves con nódulos en
forma de cómo truncado, que se complementan con un geotextil para evitar roturas por
punzonamiento debidas a la colocación del relleno.
La membrana se clava al muro con pistola o tacos desde su coronación y desciende hasta el
tubo de drenaje por su trasdós, quedando una cámara de aire en contacto con el muro, que
permite que éste permanezca seco favoreciendo la ventilación, al mismo tiempo que el
geotextil filtra el agua y protege la lámina. Las placas se disponen unas a continuación de las
otras, dejando longitudes de solape de unos 20 cm entre ellas.
En la base del muro se coloca un tubo drenante encargado de captar y evacuar las aguas
alrededor del cual se dispone el geotextil filtrante y el encachado que impedirán la colmatación
de los orificios del dren (figura 6.108).

Figura 6.108 Colocación de membrana de polietileno en muro

Membranas conformadas “in situ”


En el caso de aplicaciones “in situ” la continuidad del material impermeable favorece la
estanqueidad, garantizándose la total adherencia al soporte y la fácil disposición ante
geometrías complejas. Se utilizan:
- másticos de alquitrán
- cauchos líquidos
- pastas cementicias
- revestimientos sintéticos
En todo caso, puede ser necesario proteger el elemento de impermeabilización de los
esfuerzos de tracción, de punzonamiento y del desgarro que se producen al ejecutar el relleno
de las tierras del trasdós. Dicha protección se lleva a cabo con la interposición de un velo
separador o geotextil o de una pantalla de hormigón poroso.

IMPERMEABILIZACIÓN DE MUROS ENCOFRADOS POR UNA CARA


Cuando el muro no el trasdós del muro no es accesible debido a la ejecución del vaciado por
corte vertical o por bataches, la impermeabilización queda limitada a la colocación de una
lámina o una manta impermeable en contacto con el terreno, previa a la ejecución del muro.
En este caso, la impermeabilización se reduce a la utilización de láminas prefabricadas
bituminosa, de caucho o plásticas, o a la de mantas de bentonita o polietileno. La utilización de
las láminas obliga a tratar el terreno del corte mediante un perfilado con una capa de gunita
armada. De esta forma se evita la rotura de la lámina por punzonamiento.

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María Pilar del Amo Pérez

En el caso de utilizar membranas de polietileno, éstas actúan de encofrado perdido (figura


6.109). Las mantas de bentonita admiten irregularidades de hasta 5 cm estando formadas por
dos geotextiles tejidos entre sí con gránulos de bentonita en su interior, con un espesor total
de unos 6mm.
Tanto unas como otras se disponen ancladas al terreno desde su coronación, desenrollándose
verticalmente hasta llegar al plano de cimentación.
En la figura 6.109 se muestra una secuencia de imágenes sobre impermeabilización de muros
a una cara, disponiendo una membrana de polietileno:

Figura 6.109 Impermeabilización de muro a una cara con membrana de polietileno

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

La figura 6.110 se muestra una secuencia de imágenes sobre impermeabilización de muros a


una cara, disponiendo una lámina plástica:

Figura 6.110 Impermeabilización de muro a una cara con lámina plástica

6. ESTRUCTURAS DE CONTENCIÓN FLEXIBLES. PANTALLAS

Las pantallas son estructuras de contención de carácter flexible utilizadas desde tiempos
remotos en los trabajos de contención del terreno en excavaciones verticales. Aunque en su
origen se utilizaron en los trabajos previos de contención del terreno en obras públicas e
hidráulicas, es a partir del último tercio del siglo XX, con utilización de los lodos bentoníticos y
el avance en la maquinaria de excavación, cuando se aplican a la construcción de sótanos en
edificación. Además de su utilización en trabajos de contención del terreno, las pantallas
eliminan filtraciones de agua a través de los taludes y del fondo de la excavación, y aseguran
la estabilidad del fondo frente a fenómenos de sifonamiento. Se construyen desde la superficie
del terreno y trabajan fundamentalmente a flexión.
Entre los tipos de pantallas se encuentran:
- Pantallas de hormigón ejecutadas “in situ”
o Pantalla continua
o Pantalla discontinua o de pilotes
- Pantallas de elementos prefabricados
o Tablestacados
o Pantallas de paneles de hormigón

6.1 PANTALLAS. ESTABILIDAD

En las estructuras flexibles, los cambios de forma influyen notablemente en la distribución y


magnitud de los empujes. Por lo general, el elemento de contención se introduce en el terreno,
atravesando el nivel freático hasta alcanzar una cota tal, que una vez ejecutado el vaciado a
un lado de la pantalla, el empuje activo en el trasdós de la misma se contrarresta con el
empuje pasivo o reacción en el intradós de la zona de la pantalla empotrada en el terreno.

PANTALLAS AUTOPORTANTES
El empuje de las tierras es absorbido por el empotramiento de la pantalla o por la presencia de
contrafuertes en el trasdós o en el intradós de la misma.

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María Pilar del Amo Pérez

Pantalla en voladizo
Si la longitud que se empotra es tal que se asegura el equilibrio del conjunto, la pantalla
trabaja en voladizo, pudiéndose ejecutar el vaciado sin grandes precauciones, confiándose al
empotramiento la absorción por flexión del empuje de las tierras (figura 6.111). Se pueden
ejecutar hasta 2 ó 3 sótanos dependiendo del terreno en condiciones económicas. La
excavación del vaciado y la ejecución de la estructura interior no presentan problemas en las
pantallas en voladizo.

Pantalla con contrafuertes


La construcción de contrafuertes en la pantalla permite absorber el empuje parte por
empotramiento y parte por la presencia de los mismos (figura 6.112). Al aumentar la inercia de
la pantalla podemos disminuir el armado. Los contrafuertes se suelen proyectar coincidiendo
con las crujías para no entorpecer el proyecto de la estructura interior. La presencia de
contrafuertes permite alcanzar hasta 4 sótanos en terrenos de mediana consistencia.

Ea Ea Ea

Ep Ep Ep

Figura 6.111 Pantalla en voladizo Figura 6.112 Pantallas con contrafuertes

PANTALLAS ARRIOSTRADAS
Para el trabajo en voladizo de la pantalla se requiere una gran longitud de empotramiento que
puede resultar antieconómica, por lo que se pueden disponer dos o tres niveles de apoyo. En
este caso el empuje de las tierras se contrarresta además de con el pie, mediante anclajes,
puntales, forjados, etc., que proporcionan la reacción necesaria para soportar el empuje. El
vaciado de las tierras se ejecuta por fases que acompañan a la colocación de los diferentes
dispositivos de arriostramiento.
Estos dispositivos pueden ser:
Bermas de tierra
Parte del terreno, en el frente del vaciado, se mantiene hasta una cota determinada,
permitiendo construir la infraestructura interior de las plantas bajo rasante. A medida que se
construyen los forjados en orden descendente empezando por la planta baja, disminuimos la
berma de tierra hasta que ésta no es necesaria (figura 6.113).

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

EJECUCIÓN DE LA PANTALLA VACIADO HASTA COTA INFERIOR CON BERMA EJECUCIÓN FORJADO PLANTA BAJA PILARES INTERIORES

EJECUCIÓN FORJADO SÓTANO 1º CON REDUCCIÓN DE BERMA EJECUCIÓN FORJADO SÓTANO 2ºCON REDUCCIÓN DE BERMA RETIRADA DE LA BERMA

Figura 6.113 Arriostramiento con bermas de tierra

Anclajes
La pantalla se arriostra mediante un anclaje al terreno del trasdós a través de un cable tensor
de acero alojado en una perforación de diámetro muy pequeño, por la que se inyecta una
lechada hasta formar un bulbo en su extremo. Una vez fraguado el mortero de inyección se
debe postensar la cabeza del anclaje contra el muro. La realización de anclajes requiere el
estudio y control de las afecciones a las edificaciones colindante y la autorización de los
propietarios de los terrenos colindantes, al causar tensiones en el terreno. El anclaje permite
reducir considerablemente el empotramiento al absorber el empuje en uno o varios niveles
(figura 6.114). El arriostramiento mediante anclajes es apropiado para grandes profundidades
de excavación.
El proceso de colocación del anclaje comprende las siguientes etapas:
– Ejecución de la peroración e introducción en ella de una entubación auxiliar
– Introducción del cable de acero, empalmando su extremo saliente con la entubación
– Inyección de la lechada de cemento por el taladro y extracción lenta de la entubación
– Colocación de la cabeza del anclaje
– Tensado hidráulico del cable tras cinco días de fraguado

ANCLAJES 1º NIVEL

ANCLAJES 2º NIVEL

Figura 6.114 Arriostramiento con anclajes

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María Pilar del Amo Pérez

La figura 6.115 refleja el proceso de ejecución del anclaje al terreno de una pantalla
discontinua de hormigón:

Figura 6.115 Proceso de la ejecución del anclaje al terreno

Acodalamientos metálicos
Se utilizan en recintos cerrados y en zonas existen paredes opuestas a distancias entre los 15
y 25 metros (figura 6.116). Si la planta es cuadrada se disponen anillos metálicos de directriz
el funicular de cargas (figura 6.117). En plantas rectangulares y alargadas se disponen codales
o vigas trianguladas complementados con acodalamientos en las esquinas (figura 6.118). Una
vez construidos los forjados se retira el acodalamiento.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 6.116 Imagen cedidas por Ischebeck Ibérica S.L. Figura 6.117 Imagen cedidas por Ischebeck Ibérica S.L.

Figura 6.118 Imagen cedidas por Ischebeck Ibérica S.L.

Construcción en orden descendente de los forjados


Una vez que ha sido construida la pantalla se procede al vaciado de la cimentación de los
pilares de la estructura interior, que se proyecta mediante pozos o pilotes de gran diámetro.
Previamente se puede haber ejecutado el vaciado del solar hasta la cota en la que la pantalla
puede trabajar en voladizo. Una vez que se han levantado los pilares interiores del edificio
normalmente metálicos, se procede a la construcción de los forjados de las plantas bajo la
rasante en orden descendente. Los forjados arriostran la pantalla a medida que avanza la
excavación. El problema que se plantea es la extracción del gran volumen de tierras a cielo
cubierto, en condiciones precarias, con una estructura vertical de por medio y bajo un forjado.
El proceso se recoge en la figura 1.119

EJECUCIÓN DE POZOS DE CIMENTACIÓN EJECUCIÓN DE FORJADO PLANTA BAJA Y EXCAVACIÓN 1º NIVEL

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María Pilar del Amo Pérez

EJECUCIÓN DE FORJADO PLANTA PRIMERA Y EXCAVACIÓN 2º NIVEL EJECUCIÓN DE FORJADO PLANTA SEGUNDA Y EXCAVACIÓN 3º NIVEL

ARRIOSTRAMIENTO CON FORJADOS EN ORDEN DESCENDENTE

Figura 6.119

6.2 PANTALLAS DE HORMIGÓN CONSTRUIDAS “IN SITU”

El sistema de pantallas de hormigón consiste en la realización desde la superficie del terreno


de una pared de hormigón armado continua o discontinua, resistiendo al vuelco y al
deslizamiento al empotrarse por debajo del futuro fondo de la excavación. Se ejecutan
previamente a la ejecución del vaciado de las tierras. Se diferencia del muro de sótano en la
ausencia del encofrado propio del muro, y la ausencia asimismo de la zapata de cimentación.
La técnica de las pantallas de hormigón tiene su origen en Italia, datando las primeras
patentes de los años 1952 y 1953.
Las pantallas de hormigón:
- Constituyen un sistema idóneo para resolver la contención de las tierras y la
cimentación de edificios con varios sótanos junto a medianerías y obras frágiles
cercanas
- Permiten el aprovechamiento de solares en profundidad, siendo para
profundidades mayores de 6 m más económicas y seguras que el muro de sótano
- Permiten la contención de las tierras con estructuras flexibles en terrenos duros o
con estratos que no permitan la hinca de tablestacas
- Alcanzan un grado máximo de estanqueidad con la ejecución de pantallas de tipo
continuo frente a las tablestacas
- Se utilizan en:
o Obras de edificación
o Galerías y túneles en obras públicas
o Muros de contención en obras públicas
o Diques y ataguías en obras hidráulicas
o Se utilizan también como cimentación profunda
En la elección de la pantalla de hormigón continua o discontinua hay que tener en cuenta los
siguientes condicionantes:
- Estado de las medianerías
- Grado de estanqueidad exigido
- Presencia del nivel freático
- Aprovechamiento del solar
- Tipo de solar

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Las pantallas continuas se utilizan:


- Con niveles freáticos por encima o a nivel de la planta más baja.
- Cuando se pretende conseguir un mejor acabado interior
- Por su facilidad de arriostramiento
Las pantallas discontinuas o de pilotes se utilizan:
- En solares con medianerías de fábrica o que presenten una estructura frágil, lo que
permite la ejecución de la pantalla en ausencia de las vibraciones de la maquinaria
propia de las continuas
- En solares de pequeñas dimensiones que presentan dificultades para el movimiento
de la maquinaria de excavación propia de la pantalla continua
- Cuando se pretende el mayor aprovechamiento del solar, al no producirse la pérdida
de muretes guía que se produce en la ejecución de las pantallas continuas
- En ausencia de nivel freático

PANTALLAS CONTINUAS
El proceso de ejecución de una pantalla continua de hormigón comprende las siguientes
etapas:
1. Actuaciones previas
a. Preparación de la plataforma de trabajo.
Antes de iniciar cualquier obra de contención es necesario realizar una pre-excavación hasta
dejar una plataforma de trabajo con los niveles y pendientes que queden como definitivos en la
coronación de la pantalla. La plataforma debe quedar libre de obstáculos a fin de facilitar el
movimiento de los equipos de excavación, así como la colocación de las instalaciones
provisionales necesarias, de los depósitos de los lodos y permitir el acopio de los materiales
(figura 6.120). También se procederá al desvío de las conducciones aéreas que puedan
afectar al área de trabajo y a la retirada de los elementos enterrados próximos a la zona de
excavación.

Figura 6.120 Plataforma de trabajo

b. Ejecución de la zanja guía de la maquinaria de excavación. El objetivo de la zanja guía es:


- Alinear la pantalla
- Servir de guía a los equipos de excavación
- Canalizar los lodos si los hubiere
- Estabilizar las tierras de la coronación de la pantalla
- Permitir el replanteo de los bataches sobre sí misma
- Servir de soporte a las jaulas de armaduras y a los elementos de formación de juntas

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María Pilar del Amo Pérez

Por todo ello, coincide en directriz y en anchura con la pantalla. Para evitar que las paredes de
la zanja se desmoronen es preciso construir unos muretes de hormigón armado o en masa a
modo de contención o muretes guía, fundidos contra el terreno en presencia de suelos
cohesivos y con una sección en L en suelos granulares. La construcción de los muretes se
lleva a cabo por métodos tradicionales, encofrándose a una o a dos caras (figura 6.121). Su
disposición lleva a la pérdida en el perímetro del solar del espacio ocupado por el murete
exterior, obligando a que la pantalla quede retranqueada respecto a la medianería una
distancia igual al espesor del murete.

Figura 6.121 Imágenes de la ejecución de la zanja guía

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

La separación entre los muretes oscila entre 40 y 150 cm siendo superior entre 20 y 50 mm al
espesor de la pantalla. Su altura está comprendida entre 50 y 150 cm. El espesor de los
muretes es de unos 20 a 30 cm. La parte superior de los muretes es horizontal estando a la
misma cota a cada lado de la zanja. Conviene que la cara superior del murete guía sobrepasa
en un 1,50 m la máxima cota prevista para el nivel freático. Una vez que el murete ha sido
desencofrado se procede al replanteo del ancho de los bataches, de longitud comprendida
entre los 2,5 y 4,5 metros, siendo el valor mínimo el ancho necesario para la apertura de la
cuchara de excavación y el valor máximo en función de la estabilidad del terreno.
En la figura 6.122, extraída de las NTE CCP-1 Muretes guía, se recogen especificaciones
relativas a la ejecución de los mismos:

Figura 6.122

siendo: ADZ-6 Excavación en zanja


EME-6 Encofrado de costero
EFH-7 Hormigón
EFH-5 Armaduras

2. Excavación de los bataches


La excavación se realiza por paneles o bataches de 2,5 a 4,5 metros de anchura y de la
profundidad que exija la cota de vaciado suplementada en un 30% para el empotramiento si va
a trabajar en voladizo, y unos 20 cm de más que la longitud prevista para la armadura. Con la
maquinaria convencional de excavación podemos llegar a cotas de excavación de hasta 35
metros.
La excavación de los bataches se realiza en general con maquinaria provista de cucharas
autoexcavadoras o cucharas bivalvas con una anchura de mordisco entre 1,5 y 3,0 metros
(figura 6.123), barrenas (figura 6.124), con trépano en presencia de terrenos duros o con
hidrofresa para grandes profundidades y excavaciones en roca, no tomando ninguna medida si
el terreno tiene la consistencia suficiente para que sus paredes se mantengan estables. La
excavación se puede realizar de forma consecutiva o alternada, dependiendo del rendimiento
que se pretenda obtener, siendo más alta la producción en la excavación alternada.

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 6.123 Cuchara de mordisco Figura 6.124 Barrena

3. Estabilización de las paredes


La excavación de los bataches se puede realizar en seco, cuando el equilibrio de las paredes
de la excavación de la pantalla se logra por sí misma, o con la ayuda de lodos tixotrópicos,
suspensión coloidal de bentonita o sepiolita en agua, que rellenan la excavación, ocupando el
volumen de las tierras desalojadas. Un material tixotrópico es una arcilla muy fin de densidad
entre 1,5 y 1,8, que se caracteriza por ser semilíquido en reposo y líquido en movimiento.
Esta sustancia se introduce en la excavación y forma una especia de costra impermeable o
“kake” sobre las paredes de la misma, apuntalándolas y compensando los empujes del
terreno. Impide asimismo la entrada de las aguas freáticas en el batache y colmata las grietas
naturales del terreno.
Los lodos se introducen en la zanja guía al comienzo de la excavación y se mantiene el nivel
de los lodos en ella hasta finalizar los trabajos de excavación. Los lodos se bombean desde un
depósito, pudiéndose recuperar y utilizar previo desarenado de los mismos. Conviene controlar
periódicamente la viscosidad, ph y densidad de los lodos a efectos de su posible
contaminación.
En la figura 6.125 se muestra la tabla 6.6, extraída del DB SE-C del CTE, en la que aparecen
las características que se les exigen a los lodos.

Figura 6.125

Si el terreno es coherente y sin agua procederemos a la excavación en seco. Si aunque tenga


agua, las paredes se mantienen estables, se excavará igualmente en seco. Si el terreno es
coherente con agua y paredes inestables, o en presencia de terrenos granulares flojos, se

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

excavará con la ayuda de lodos que se van introduciendo en el batache a medida que avanza
la excavación, compensando el volumen excavado.
Una variante de la excavación en seco es la excavación con mortero, que se utiliza en terrenos
granulares gruesos, en rellenos, o en presencia de galerías o cuevas. Requiere una
excavación previa, un relleno posterior de mortero y una nueva perforación en seco.
En la figura 6.126, extraída de las NTE CCP-3 Perforación de zanja de panel, se recogen
especificaciones relativas a la excavación del batache en presencia de lodos:

Figura 6.126

4. Formación de las juntas


Una vez excavados los bataches se procede al remate lateral de los mismos, mediante la
introducción de un elemento prefabricado vertical que configure la junta y la moldee, guiando
la excavación de los paneles siguientes, limitando lateralmente el hormigonado y dando
continuidad a la pantalla.
Las juntas de hormigonado facilitan la excavación del panel contiguo asegurando la traba
mecánica entre dos bataches y evitando la contaminación con terreno de la unión entre
ambos.
Los tipos más frecuentes de juntas de hormigonado son las tubulares y las provistas de aletas,
ya sean de hormigón (figuras 6.127 y 6.128) o de chapa plegada, siendo mejores las
tubulares, ya que evita la adhesión de los lodos en la zona de la aletas. Las juntas son válidas
para profundidades hasta 25 ó 30 metros. Para profundidades mayores no es posible la
utilización de elementos de formación de juntas, creándose éstas por mordedura del hormigón
del batache ya hormigonado en el proceso de la excavación del contiguo. Este sistema
requiere una maquinaria de excavación más sofisticada como la hidrofresa.

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 6.127 y 6.128 Moldeado de las juntas con elemento machihembrado de hormigón

5. Colocación de las armaduras


Una vez dispuesto el elemento de formación de la junta de hormigonado se introduce la
armadura en el interior de la excavación mediante una grúa. La armadura forma una jaula
convenientemente rigidizada uniendo las armaduras transversales y longitudinales por medio
de soldadura y no por atado, o mediante “cruces de San Andrés” que impidan el desarme de la
jaula en el proceso de izado y colocación (figura 6.129). La jaula se confecciona de una sola
pieza o de varias si la excavación es muy profunda. En este caso, las barras en espera de la
parte de armadura ya introducida se sueldan a las de la zona de jaula por introducir y que se
mantiene colgada a tal efecto.
La jaula se proyecta de forma que una vez introducida en la excavación de lugar a
recubrimientos de las armaduras del orden de unos 7 cm, dadas las irregularidades de las
paredes de la excavación. Las armaduras verticales se disponen cada 15 cm como y las
horizontales cada 20 cm. En todo caso se recomienda que la separación entre barras de la
jaula no sea inferior a los 10 cm. Se utilizan barras corrugadas para no reducir la adherencia
entre el acero y el hormigón, al introducirse la jaula a través de los lodos bentoníticos.

Figura 6.129 Armadura de pantalla Figura 6.130 Armaduras de cuelgue

Para su colocación, la jaula se deja posicionada con la ayuda de la grúa (figura 6.131), y
colgada de los muretes guía a través de las armaduras de cuelgue (figura 6.130 y 6.132),
asegurándonos de esta forma, la longitud de las esperas necesarias, la posición correcta de
las armaduras de refuerzo y de formación de los huecos, enlace de forjados, etc.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 6.131 Puesta en obra de las armaduras Figura 6.132 Armaduras de cuelgue en murete guía

Si se proyectan huecos en la pantalla, se incorporan en la misma, elementos de poliestireno


expandido para su formación. Una vez ejecutado el vaciado se localizan y retiran. En todo
caso, la jaula se diseña de tal forma que permite introducir a través de ella el tubo de
hormigonado.
En la figura 6.133, extraída de las NTE CCP-5 Armado del panel, se recogen especificaciones
relativas a la formación de la jaula:

Figura 6.133

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María Pilar del Amo Pérez

6. Hormigonado de los bataches


El hormigonado se realiza mediante un tubo vertical, tubo Tremie, desde el fondo de la
excavación, ya que el vertido desde la superficie produciría la disgregación del hormigón al
chocar con las paredes del batache, el arrastre del terreno de las paredes y por lo tanto, la
contaminación del hormigón con los lodos en el caso de que se hayan utilizado.
El tubo se coloca por tamos de varias longitudes para su acoplamiento a la profundidad. El
tubo se cuelga de la grúa centrado y se introduce por la parte central del batache. El tubo va
provisto en el extremo superior de un embudo para recibir el hormigón. El extremo inferior
debe quedar embebido en el hormigón al menos una altura de 3 metros para evitar el corte del
hormigonado por terreno que aflore en la excavación o por contaminación de los lodos.
El hormigón a utilizar será fabricado en central con un sistema implantado de control de
producción, y cumplirá lo que establece la EHE vigente al respecto:
- Alta capacidad de resistencia a la segregación
- Alta plasticidad y buena compacidad
- Buena fluidez
- Capacidad de autocompactación
- Suficiente trabajabilidad durante todo el proceso de puesta en obra
El contenido mínimo en cemento del hormigón, y la relación agua-cemento seguirán las
prescripciones del capítulo de durabilidad de la EHE, siendo conveniente que en pantallas
continuas el contenido mínimo de cemento sea superior a 325 kg/m3 en hormigón vertido en
seco y superior a 375 kg/m3 en hormigón sumergido. El valor de la relación agua-cemento
deberá estar comprendido entre 0,45 y 0,60. La resistencia del hormigón será la indicada en
proyecto, y la consistencia del hormigón fresco antes del hormigonado debe corresponder a un
asiento del cono de Abrams entre 160 mm y 220mm, recomendándose un valor de 180 mm.
La docilidad será la suficiente para garantizar una continuidad en el hormigonado.
En el proceso de hormigonado, el hormigón asciende desde el fondo de la excavación y va
desalojando por empuje a los lodos que se recuperan en la zona superior de la pantalla.
Después del hormigonado se rellenará de hormigón pobre u otro material el bataches las
excavaciones que hayan quedado por encima de la cota general del hormigonado hasta
alcanzar la de los muretes guía.

7. Extracción del elemento de formación de las juntas de hormigonado


La extracción de las juntas se realiza antes del fraguado total del hormigón mediante una grúa
o gatos hidráulicos apoyados en los muretes guía.

8. Ejecución de la viga de coronación


El hormigón superior de la pantalla, el primero que se vertió, se debe eliminar en una altura
entre 0,25 y 0,50 metros, ya que es un hormigón contaminado con bentonita y con gran
cantidad de agua segregada. Además en la zona de coronación se procede a construir una
viga de atado o de coronación de los paneles de la pantalla.
La viga de coronación:
- Unifica la pantalla en su coronación
- Permite la colocación de las armaduras de espera o las placas base de los pilares
que se apoyan en la pantalla (figura 6.135)
- Solidariza entre sí los paneles ante el reparto de cargas de la estructura superior
Si antes de excavar el intradós se ejecuta algún elemento estructural que arriostra
horizontalmente la pantalla, no es necesaria la viga de coronación.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

En la figura 6.134 extraída de las NTE CCP-8 Viga de atado de paneles se recogen
especificaciones relativas a la ejecución de la viga de coronación:

Figura 6.134

La viga se encofra a una o dos caras, colocando en el interior del encofrado la armadura de la
misma, las armaduras en espera de los bataches y las armaduras de espera o las placas de
la estructura superior. El ancho de la viga suele coincidir con el de la pantalla y el canto viene
definido por el cálculo.

ARMADURAS DEL PILAR PILAR DE ACERO

ARMADURAS DE ESPERA DEL PILAR

PLACA DE ANCLAJE Y REPARTO

VIGA DE CORONACIÓN
PERNOS DE ANCLAJE

VIGA DE CORONACIÓN

ARMADURA DEL MURO PANTALLA ARMADURA DEL MURO PANTALLA

ENLACE MURO-PILAR DE HORMIGÓN ARMADO ENLACE MURO-PILAR DE ACERO

Figura 6.135

9. Vaciado del solar con o sin arriostramiento


Una vez ejecutada la pantalla se procede al vaciado del interior de la misma, previendo el
arriostramiento de la misma antes de excavar hasta la cota de vaciado. Para ello realizaremos
un primer nivel de excavación hasta el primer nivel de arriostramiento, y ejecutaremos el
mismo.

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María Pilar del Amo Pérez

A continuación se excavará una segunda excavación si se proyecta un segundo nivel de


arriostramiento. Así, hasta realizar el último, después del cual se excavará hasta la cota final
prevista para el vaciado.

10. Enlace de la pantalla con otros elementos estructurales.


El enlace de la pantalla con la estructura vertical superior se materializa, como hemos visto en
la figura 6.135, mediante la colocación de armaduras en espera o placas de anclaje en la viga
de coronación.
El enlace con la estructura horizontal, a un nivel intermedio de la pantalla, se resuelve de dos
formas:
- Dejando previstas en la pantalla, fijadas a la armadura, unas chapas metálicas para
una vez ejecutado el vaciado y localizadas, soldar en ella los elementos estructurales
de acero o las armaduras de los elementos de hormigón.
- Dejando fijadas a la jaula de la pantalla una armadura de enlace, que una vez
descubierta y picado su recubrimiento, desdoblar y enderezar la misma para que
solape con las armaduras de los elementos estructurales de hormigón.

En las figuras 6.136 y 6.137 aparecen diferentes soluciones del enlace del muro pantalla
con jácenas:

RESERVA HECHA EN LA PANTALLA CON


ARMADURAS DOBLADAS EN ESPERA POLIESTIRENO EXPANDIDO

ARMADURA DE JÁCENA

Figura 6.136 Enlace muro-viga perpendicular, hormigón armado

PLACA DE ESPERA

SOLDADURA

Figura 6.137 Enlace muro-viga perpendicular, acero

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

11. Estanqueidad
Aunque la pantalla impermeabiliza el recinto, no debe considerarse un elemento
absolutamente impermeable, siendo necesario prever un acabado final de la superficie y en
excavaciones bajo el nivel freático atender a lo dispuesto en el DB HS, Sección 1 del CTE

En la figura 6.138, extraída de las NTE CCP Pantallas aparece el proceso de construcción
de una pantalla continua:

Figura 6.138

PANTALLAS DISCONTINUAS O DE PILOTES


Las pantallas discontinuas o de pilotes consisten en la construcción de una alineación de
pilotes, normalmente circulares, dispuestos lo suficientemente próximos como para constituir
una barrera capaz de absorber el empuje de las tierras, una vez que se ha ejecutado el
vaciado del solar.
Los pilotes se ejecutan normalmente “in situ” utilizando los medios de excavación más
adecuados a la naturaleza del terreno, aunque en ocasiones se construyen pantallas mediante
la hinca de pilotes prefabricados.

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María Pilar del Amo Pérez

Si no se requiere estanqueidad, los pilotes se disponen separados unos de otros con


separaciones entre ejes que no superen el doble del diámetro del pilote. En todo caso la
separación entre pilotes es función de la naturaleza del terreno, de los esfuerzos a resistir y de
la capacidad de flexión de los pilotes.
Si el terreno tiene poca cohesión los dispondremos a distancias que no superen el doble del
diámetro a fin de evitar el vaciado a través del espacio que queda entre los pilotes. Si el
terreno es coherente podemos distanciar los pilotes hasta el triple de su diámetro, debido al
efecto de bóveda que se produce entre los pilotes. En el caso de excavaciones bajo el nivel
freático es necesario disponer los pilotes secantes unos respecto a los otros, por lo que la
pantalla se realiza con pilotes perforados. En presencia de terreno muy suelto es necesario
acudir a la ejecución de una pantalla continua.
El proceso constructivo de una pantalla discontinua reúne las siguientes etapas:
1. Replanteo de los ejes de los pilotes
La ejecución de una pantalla se inicia con el replanteo de los ejes de la alineación de los
pilotes de la misma. Otra opción es replantear la envolvente horizontal de la pantalla.

2. Excavación de los pilotes


Normalmente las pantallas de pilotes se ejecutan mediante pilotes perforados, utilizándose en
algunas ocasiones, como hemos comentado con anterioridad, los pilotes prefabricados
hincados. Según el medio en que nos encontremos, la perforación y extracción de las tierras
se realiza con diferentes sistemas:
a. Medio coherente
Se utiliza la barrena corta y la barrena continua, con independencia de la presencia de agua
en el terreno.
Barrena corta
La barrena presenta un brazo telescópico que acaba en una cabeza helicoidal barrenadora. Se
consiguen profundidades de excavación del orden de los 50 metros, sin añadir suplementos al
brazo. Una vez centrada la barrena en el eje del pilote, se coloca una guía utilizando un
cilindro de hormigón armado o una virola de acero, recibidos en una pequeña solera.
En un giro a derechas la barrena se introduce en el terreno una profundidad entre 2 y 3
metros. En un giro a izquierdas, la hélice de la barrena recoge las tierras y las extrae. Una vez
extraídas las tierras se produce una aceleración en el giro que produce una fuerza centrífuga
que despide las tierras. La extracción se puede completar por medio de cucharas. Una vez que
se ha limpiado el fondo se procede a la colocación de las armaduras. (Figura 6.139, a)
Barrena continua
La barrena presenta una hélice de acero, cuyo eje es un tubo hueco de acero de unos 100 mm
de diámetro. La longitud de la barrena debe ser igual o mayor que la longitud del pilote,
pudiéndose empalmar varios tramos de barrena para llegar a la longitud necesaria. Una vez
situada la barrena sobre el eje del pilote, la barrena se introduce en una sola operación hasta
llegar a la profundidad deseada. Alcanzada la cota de fondo se procede a la extracción de la
barrena al tiempo que se inyecta hormigón bombeado a través del eje hueco de la misma. El
hormigón va rellenando la cavidad perforada mientras se recoge la barrena. Una vez
hormigonado el pilote se procede a la colocación de las armaduras dentro del hormigón fresco,
suspendidas de la barrena. (Figura 6.139, b)
La ventaja de la barrena corta frente a la continua es el mayor rendimiento que se obtiene, al
no existir tiempos muertos en la extracción del material y en la colocación del tubo de

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

hormigonado. Los inconvenientes que presenta esta forma de barrenado son, la dificultad en la
introducción de la armadura en el hormigón fresco, la posibilidad de que el pilote quede
cortado si extraemos la barrena de forma instintiva y las menores longitudes y diámetros de
perforación.

a. Pilotes ejecutados con barrena corta b. Pilotes ejecutados con barrena continua
Figura 6.139

La secuencia que recoge la figura 6.140 muestra el proceso constructivo de la ejecución de un


pilote con barrena continua:

1. Replanteo 2. Centrado de barrena

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María Pilar del Amo Pérez

3. Barrena continua 4. Extracción del terreno

5. Hormigonado del pilote 6. Pilote hormigonado

7. Raseado del perímetro 8. Armaduras apiladas

9. Izado de armaduras 10. Introducción de armaduras

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

11. Vibrador 12. Vibrado del pilote

Figura 6.140

b. Medio incoherente
Barrena corta
Se perfora un taladro de diámetro superior, para introducir en él una camisa metálica (figura
6.141). Una vez colocada la armadura se procede a la extracción de la camisa antes del
fraguado del hormigón.
También se puede perforar el pilote con un diámetro superior y rellenar la cavidad con mortero,
para su retaladro posterior.

Figura 6.141 Entubación auxiliar

Hinca con camisa metálica recuperable


Existen varios métodos basados en la hinca de una camisa recuperable. El primero consiste
en la hinca de un tubo con su extremo inferior cegado mediante un palastro. Una vez
introducido el tubo se procede a colocar en su interior la armadura y a su hormigonado. Antes
del fraguado se extrae la entubación, quedando el palastro perdido.
El segundo y tercer método incorporan en el extremo inferior de la entubación una cabeza de
hormigón plana o tapón de grava; o cónica o azuche, dependiendo de la capacidad portante
del terreno (véanse las figuras 6.142 a y b).

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María Pilar del Amo Pérez

a. Pilote ejecutado con entubación auxiliar y azuche b. Pilote ejecutado con entubación auxiliar y tapón de grava
Figura 6.142

c. Medio rocoso
La excavación en medio rocoso se realiza con un trépano que consiste en una cabeza con
coronas dentadas o dientes provistos de cuchillas que mediante rotación va arrancando el
terreno. El terreno se extrae con ayuda de lodos.

3. Colocación de las armaduras


Al estar el pilote sometido a esfuerzos de flexocompresión, la jaula de armaduras estará
formada por unas armaduras longitudinales y unas transversales (figura 6.143). Estás últimas
deben ir soldadas a la armadura principal longitudinal o en su defecto dispuestas con doble
atado. Las armaduras transversales pueden estar formadas por cercos individualizados o por
medio de un armado continuo en hélice.
La jaula debe ir rigidizada para impedir su deformación, permitiendo el dispositivo empleado el
paso del tubo de hormigonado. Asimismo debe ir dispuesta de separadores que asegure un
recubrimiento mínimo de 70 mm. También se incorpora una armadura de suspensión que
permita su izado y puesta en obra. Si la longitud del pilote es muy grande se disponen la
armadura por tramos electrosoldados a solapo.

4. Hormigonado de los pilotes


El hormigonado de los pilotes es similar al que hemos estudiado en la ejecución de las
pantallas continuas. Se introduce el tubo de hormigonado (figura 6.144) hasta el fondo de la
perforación, y se hormigona, si es posible, en una sola operación, ascendiendo el tubo a
medida que hormigonamos. Para pequeñas profundidades se puede vibrar la armadura
teniendo precaución de no segregar los finos. En el caso de la barrena continua, el vibrado de
la armadura se consigue mediante la disposición de un plato de acero al que se fija un vibrador
y al que se solidarizan por su cara inferior las armaduras mediante roscas.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 6.143 Armaduras apiladas Figura 6.144 Tubo Tremie

5. Ejecución de la viga de coronación


Una vez ejecutados los pilotes y retirados los tubos de guía, se procede al descabezado de los
pilotes, eliminando el primer hormigón que se vertió en una altura entre los 0,25 y 0,50 metros,
para proceder a continuación al encepado de los pilotes mediante la ejecución de una viga de
coronación según el método utilizado en la pantalla continua.

6. Vaciado del solar con o sin arriostramiento de la pantalla


Las técnicas del vaciado y arriostramiento son las mismas que se utilizan en la pantalla
continua. Una vez ejecutado el vaciado es conveniente proceder a la protección de la banda
de terreno que queda vista entre los pilotes por medio de hormigón proyectado

7. Enlace de la pantalla con otros elementos estructurales


El enlace de la pantalla con elementos estructurales de acero, dispuestos a un nivel
intermedio, se soluciona con la disposición de virolas metálicas unidas a la armadura o con
anclajes que quedan embebidos en el hormigón. Una vez ejecutado el vaciado se descubren
para soldar sobre ellos la estructura de acero.
En el caso del enlace de elementos estructurales de hormigón se procede ejecutar en el pilote
un taladro que aloje parte de un redondo o un bulón de acero recibido con resinas “epoxi”,
quedando en espera el otro extremo del redondo para su hormigonado conjunto con la
estructura intermedia.

1. Replanteo 2. Introducción de la barrena en medio coherente

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María Pilar del Amo Pérez

3. Extracción de la barrena

4. Colocación de la entubación auxiliar

5. Introducción de la barrena en la entubación

6. Barrenado dentro de la entubación en la zona de medio incoherente

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

7. Colocación de la armadura 8. Hormigonado

9. Extracción de la entubación

10. Retirada del primer hormigón 11. Limpieza de la cabeza del pilote

12. Descabezado de los pilotes y protección de las armaduras en espera

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13. Ejecución de la viga de coronación

14. Perforación para disposición del anclaje

15. Introducción del cable tensor 16. Cabeza de anclaje

17. Pantalla arriostrada y vaciado completo

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

18. Bulón de enlace con estructura de hormigón

19. Bulón colocado

Figura 6.145

La secuencia de imágenes de la figura 6.145 se muestra el proceso constructivo de la


ejecución de un pilote en un medio incoherente con barrena corta y entubación auxiliar:

6.3 PANTALLAS DE TABLESTACAS

Las tablestacas son elementos prefabricados de carácter lineal, de poca anchura, cuya
sección permite un ensamblado tal que una vez introducidas en el terreno dan lugar a una
pared hermética (figura 6.146). Sus extremos tienen formas especiales que permiten el enlace
con el elemento contiguo y sirven de guía durante el proceso de hinca.

Figura 6.146
(Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L.)

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María Pilar del Amo Pérez

Los tablestacados originan recintos de gran impermeabilidad debido a la dificultad que ofrecen
sus juntas al paso del agua, pudiéndose construir con un desarrollo lineal o formar recintos
circulares o rectangulares en planta (figura 6.147).

Figura 6.147 Tablestacado en desarrollo lineal y en recinto rectangular


(Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L.)

Las pantallas de paneles prefabricados o tablestacas se construyen hincando en el terreno a


golpes de maza, martinete o por vibración (figura 6.148), alineaciones de dichos elementos,
enlazándolos de tal forma que se obtienen pantallas resistentes o impermeables. El
acoplamiento de una tablestaca con la otra se produce por el deslizamiento de un elemento
con relación al contiguo a lo largo de las juntas.

Figura 6.148 Hinca de tablestacas por vibración


(Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L.)

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

El DB SE-C del CTE considera dos tipos de tablestacas: las de hormigón armado o pretensado
y las de acero. Estas últimas, al presentar menor sección, se clavan con más facilidad en el
terreno, originando menos vibraciones en el mismo, por lo que son las que mayor difusión han
alcanzado. Al ser susceptibles de oxidación, lo que afecta a la durabilidad en obras de
contención de carácter permanente, se fabrican con aceros resistentes a la corrosión, con
protección catódica, pinturas especiales o utilizando perfiles más resistentes mecánicamente.
En las secuencias de imágenes siguientes, cedidas por la empresa Ischebeck Ibérica S.L.,
aparecen las diferentes situaciones de los tablestacados en función de su forma de trabajo:
- Pantalla de tablestacas empotrada en el terreno y trabajando en voladizo o pantalla
autoportante (figura 6.149).
El empuje de las tierras se absorbe por el empotramiento de las tablestacas,
pudiéndose ejecutar, de forma general, el vaciado, sin sistemas de arriostramiento
previos.

Figura 6.149 Pantalla de tablestacas autoportante.


(Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L.)

- Pantalla de tablestacas apoyada o arriostrada mediante anclajes al terreno (figura


6.150), codales (figura 6.151) o tirantes (figura 6.152). En este caso, es necesario
ejecutar el vaciado por fases y con dispositivos de arriostramiento.

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 6.150 Pantalla de tablestacas arriostrada con anclajes.


(Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L.)

Figura 6.151 Pantalla arriostrada con codales. (Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L.)

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 6.152 Pantalla arriostrada con tirantes. Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L.

7. CONTENCIÓN TEMPORAL: ENTIBACIONES

Cuando al excavar un terreno se opte por un corte en vertical como transición de los dos
niveles a los que da lugar la excavación, es necesario asegurar la estabilidad de las paredes
mediante entibaciones (figura 6.153). Estas son necesarias por razones de seguridad de los
operarios y de los edificios colindantes, así como para evitar los accidentes que acaecen en la
apertura de vaciados por desmoronamientos.

ANTES DEL VACIADO DESPUES DEL VACIADO NECESIDAD DE ENTIBACIÓN


EQUILIBRIO DE TENSIONES DESPLAZAMIENTO DEL TERRENO

Figura 6.153

En general, no es necesaria la entibación si la profundidad del vaciado es menor de 1.30m,


con nivel freático inferior o rebajado, cuando la sección del vaciado sea un trapecio isósceles
con taludes estables y no existan solicitaciones de vial o de cimentación.
La figura 6.154 muestra la tabla 2 de las NTE-ADZ, en la que se obtiene la proyección
horizontal N del talud, en función de la profundidad y del ángulo máximo admisible del mismo.

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 6.154

Las entibaciones por su forma de trabajo se consideran estructuras de contención flexibles.

7.1 COMPORTAMIENTO ESTRUCTURAL DE LAS ENTIBACIONES

ENTIBACIÓN DE ZANJAS
La entibación de una zanja está formada por unos elementos de sujeción que están en
contacto directo con el terreno y que absorben el empuje de las tierras a nivel de la pared de la
zanja, transmitiéndolo a la pared opuesta mediante la disposición de unos elementos
horizontales o codales, que trabajan a compresión. Los elementos de sujeción se consideran
como vigas apoyadas que recibiendo la carga del terreno transmitiéndola por igual a los
codales. (Figura 6.155)

ENTIBACIÓN DE POZOS
El esquema estructural de trabajo de un pozo es similar al de una zanja, con la diferencia que
en el pozo, los empujes del terreno deben ser absorbidos por las cuatro caras. Por ello se
repite la disposición de la zanja en las dos direcciones perpendiculares: elementos de sujeción
en contacto directo con el terreno en las cuatro caras y que absorben el empuje de las tierras a
nivel de la paredes del pozo, y elementos horizontales o codales en las dos direcciones que
transmiten el empuje a la pared opuesta.
En el caso de pozos de sección circular el empuje de las tierras produce fuerzas tangenciales
que es necesario absorber. Estas fuerzas son mayores, cuanto mayor es el radio de curvatura
del pozo. Por ello, el elemento de sujeción reviste la superficie perimetral del pozo,
disponiéndose unos tensores circulares de acero con un dispositivo regulable, encargados de
la absorción de la componente tangencial del empuje. (Figura 6.156)

| 220
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

ELEMENTO DE SUJECIÓN

ELEMENTO DE SUJECIÓN
ELEMENTO DE CONTENCIÓN ( CODAL)
E E
ELEMENTO DE SUJECIÓN

ELEMENTO DE CONTENCIÓN ( CODAL)


E E TENSOR CIRCULAR

Figura 6.155. Excavación en zanja. Figura 6.156. Excavación en pozo. Esquema estructural
Esquema estructural

ENTIBACIÓN DE VACIADOS
El empuje de las tierras es absorbido a nivel de la pared del vaciado por los elementos de
sujeción. Los esfuerzos se transmiten al terreno mediante elementos inclinados o tornapuntas,
al no poder acodalar horizontalmente contra la pared de enfrente. Las riostras hacen solidaria
toda la estructura.
El empuje tiene una componente vertical en la pared de la entibación y otra horizontal a nivel
del terreno que intenta desplazar a los elementos de contención, siendo necesario absorberla
mediante estacas.
Para ello, el terreno del fondo de la excavación debe ser lo suficientemente resistente como
para recibir los empujes del apuntalamiento. (Figura 6.157)

ELEMENTO DE SUJECIÓN

ELEMENTO DE CONTENCIÓN ( TORNAPUNTAS)


ELEMENTO DE SOLIDARIZACIÓN

CARGA HORIZONTAL A ABSORBER

CARGA VERTICAL TRANSMITIDA AL TERRENO

Figura 6.157 Excavación en vaciado. Esquema estructural

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María Pilar del Amo Pérez

7.2 SISTEMAS DE ENTIBACIÓN

En la contención de las paredes de vaciados, zanjas y pozos se pueden utilizar diferentes


sistemas y materiales.
Se utilizan desde los sistemas de entibación más tradicionales, como es el caso de las
entibaciones de madera, en los que se cortan y disponen los diferente elementos en obra;
pasando por los sistemas de tablestacas de madera y metálicas; hasta los últimos sistemas
patentados, que utilizan el acero o el aluminio preferentemente y se montan fuera de la zanja,
introduciéndolos en ella de forma completa y mejorando la seguridad en la obra.
La clasificación que vamos a seguir en el estudio de las entibaciones es la siguiente:
- Sistemas tradicionales
• Entibaciones tradicionales de madera
• Entibaciones con soluciones verticales
o Tablestacados
o Entibación vertical “marcha avante”
o Entibación berlinesa

- Sistemas patentados o industrializados


• Sistemas de tablestacas
• Sistemas de paneles

7.3 SISTEMAS TRADICIONALES DE ENTIBACIÓN

ENTIBACIONES TRADICIONALES DE MADERA


El material que más se ha usado tradicionalmente en la ejecución de entibaciones es la
madera (figuras 6.158 y 6.159), dada la facilidad que presenta el material para la fabricación
de los elementos y la puesta en obra.
Para ello se utilizan maderas resistentes, resinosas y de buena calidad como estudiaremos en
el punto 7.5 de este capítulo relativo a las “Prescripciones para la ejecución de entibaciones”.

Figura 6.158

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 6.159
Entibación tradicional de madera en zanja
Entibación de zanja
BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras Fundaciones, Andamios,
Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899,
p.139

En general la entibación de madera se constituye por los elementos de sujeción dispuestos en


contacto con el terreno, recibidos o no según el grado de entibación que se disponga por
cabeceros, y los elementos de contención encargados de transmitir los esfuerzos a la pared
opuesta o al suelo, en función del tipo de corte.
Las NTE ADZ describen los diferentes sistemas de entibación de vaciados de zanjas y pozos
con madera, así como las prescripciones necesarias para su ejecución.
Las escuadrías y diámetros considerados para la disposición de los diferentes elementos de la
entibación de madera son los siguientes:
- Elemento de sujeción
• Tablas o tableros adosados al terreno: 10x2,5cm, 20-25-30x5cm
• Tabloncillo : 15x5 cm
• Travesaños, cabeceros, velas o correas que reciben a los tableros o tablas:
4x20, 5x25, 6x30 cm
- Elemento de contención:
• Codales de madera y tornapuntas: rollizos de madera de pino o de álamo de
Ø10-20cm
• Codales metálicos o telescópicos
- Cuñas, tacos, para ajuste de las piezas
El ámbito de aplicación que se contempla para las entibaciones de madera es el siguiente:
- Ancho o diámetros del corte no mayores de 2 m. Si el ancho de zanjas y pozos
supera los 2 metros es necesario entibarlas como vaciados, lo que requiere una
capacidad portante del terreno de la cota de vaciado suficiente como para soportar
los esfuerzos del apuntalamiento.
- Profundidades de corte hasta 7m
- Nivel freático inferior o rebajado
- Medios manuales o mecánicos
- Se exceptúan los terrenos muy blandos y granulares

| 223
María Pilar del Amo Pérez

La elección del tipo de entibación depende de varios factores. La figura 6.160 muestra la tabla
1, extraída de las NTE ADZ, punto 3, que permite la elección del tipo de entibación más
adecuado la naturaleza del terreno, a la profundidad y al tipo de corte.

Tabla 1 Profundidad del corte


Tipo de Solicitación Tipo de corte < 1,30 1,30-2,00 2,00-2,50 >2,50
terreno
Coherente Sin solicitación Zanja * Ligera Semicuajada Cuajada
Pozo * Semicuajada Cuajada Cuajada
Solicitación de Zanja Ligera Semicuajada Cuajada Cuajada
vial
Pozo Semicuajada Cuajada Cuajada Cuajada
Solicitación de Cualquiera Cuajada Cuajada Cuajada Cuajada
cimentación
Suelto Cualquiera Cualquiera Cuajada Cuajada Cuajada Cuajada
Tipo de entibación
* Entibación no necesaria en general

d d

P P

CORTE VERTICAL JUNTO A CIMENTACIÓN CORTE VERTICAL JUNTO A VIAL

Figura 6.160

A los efectos de utilización de dicha tabla se considera corte del terreno sin solicitación de
cimentación si se cumple que P<ó=(h+d/2) y corte de terreno sin solicitación de vial si se
cumple que P</=d/2
dónde: P profundidad del corte
h profundidad del plano de apoyo de la cimentación próxima. En el
caso de un pilotaje, h se considera desde la cara inferior del
encepado
d distancia horizontal desde el borde de coronación del corte a la
cimentación o vial
En la tabla aparecen tres grados de entibación:
- Entibación ligera: es una entibación sencilla que se ejecuta después de la
excavación. La contención del terreno se realiza en puntos concretos del corte.
- Entibación semicuajada: en ella el terreno tiene la suficiente cohesión como para
entibar conforme se va excavando. El elemento de sujeción cubre alrededor del 50 %
de la superficie del terreno. Excavado y entibado un primer tramo se procede a
continuar con un segundo.
- Entibación cuajada: Debido a la naturaleza del corte, a su profundidad o al tipo de
terreno, se reviste la totalidad de la superficie de las caras del vaciado.

| 224
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

a. Entibación de zanjas (figura 6.161)

Figura 6.161 Proceso de la entibación de una zanja.


(Figura extraída de las NTE ADZ)

Entibación ligera de zanjas


La entibación se reduce a la colocación de unos elementos de sujeción verticales u
horizontales denominados “cabeceros” dispuestos de forma puntual y equidistante con su cara
mayor en contacto con las paredes de la zanja. La situación de los cabeceros es simétrica en
la pared opuesta de la zanja, para permitir de esta forma el acodalamiento mediante unos
rollizos denominados “codales”. Los cabeceros se sitúan a distancias comprendidas entre los 1
y 2,0 metros. Los codales, de diámetro entre 10 y 20 cm, serán 2 cm más largos que la
separación real entre cabeceros opuestos y se llevan a su posición mediante el golpeo con
una maza. Los codales, se colocan a distancias comprendidas entre 30 y 100 cm y una vez
colocados deben vibrar al golpearlos. Para evitar el deslizamiento de los codales y cabeceros,
se colocan taquetes clavados.
En la coronación de la zanja se dispone un tablero horizontal sobresaliendo por encima de la
rasante una distancia mayor de 5 cm, a fin de evitar el desmoronamiento y caída del terreno
más superficial al interior de la zanja.
En la figura 6.162 aparecen los elementos que conforman la entibación ligera de una zanja con
cabeceros verticales con sus escuadrías y disposición.

<15cm 100-200cm

TABLERO 25ó30x5cm
SUJECIÓN TIERRAS EN CORONACIÓN

CODALES O PUNTALES D 10-20 cm

TRAVESAÑOS O CABECEROS 4x20;5x25;6x30 cm


<80cm

Alzado

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María Pilar del Amo Pérez

>5cm
TABLERO 25ó30x5cm

l/5
SUJECIÓN TIERRAS EN CORONACIÓN

l<120cm ( para 2 puntales)


30-100cm

CODALES O PUNTALES D 10-20 cm

TRAVESAÑOS O CABECEROS 4x20;5x25;6x30 cm

Sección

Figura 6.162 Entibación ligera: Cabeceros verticales

Entibación semicuajada de zanjas


La entibación se resuelve con la colocación en contacto con el terreno de unas tablas o
elementos de sujeción horizontales colocadas a distancias iguales y aproximadas a su ancho.
Las tablas se reciben por medio de tablones verticales, travesaños o “cachas”, dispuestos a
distancias entre 1 y 1,75 metros y acodalados contra la pared opuesta.
Los travesaños tienen una longitud igual a la profundidad excavada. Los codales, se colocan a
distancias comprendidas entre 30 y 100 cm y una vez colocados deben vibrar al golpearlos.

En la figura 6.163 aparecen los elementos que conforman la entibación semicuajada de una
zanja con tablas horizontales, con sus escuadrías y disposición.
<15cm 100-175cm

CODALES O PUNTALES D 10-20 cm

TRAVESAÑOS 4x20;5x25;6x30 cm
<12cm
<80cm

Alzado

| 226
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

>5cm

l/5
CODALES O PUNTALES D 10-20 cm

l<120cm ( para 2 puntales)


30-100cm
TABLAS ADOSADAS AL TERRENO 25 ó 30x5 cm
<12cm

TRAVESAÑOS 4x20;5x25;6x30 cm

Sección

Figura 6.163 Entibación semicuajada: Tablas horizontales

Entibación cuajada de zanjas


Las tablas se disponen tanto en vertical como en horizontal ocupando la totalidad de la
superficie a entibar. Se reciben con travesaños dispuestos a distancias comprendidas entre1 y
2,0 metros y se acodalan contra la pared opuesta.
En la figura 6.164 aparecen los elementos que conforman la entibación cuajada de una zanja
con tablas horizontales, con sus escuadrías y disposición.

<15cm 100-200cm

CODALES O PUNTALES D 10-20 cm

TRAVESAÑOS 4x20;5x25;6x30 cm

Alzado

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María Pilar del Amo Pérez

>5cm

30-60cm l/10
CODALES O PUNTALES D 10-20 cm

l<250cm ( para 4 puntales)


TABLAS ADOSADAS AL TERRENO 25 ó 30x5 cm
>15cm

TRAVESAÑOS 4x20;5x25;6x30 cm

Sección

Figura 6.164 Entibación cuajada: Tablas horizontales

b. Entibación de pozos

Figura 6.165 Pozo cuadrado con entibación (NTE, ADZ-10)

| 228
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

La entibación de pozos de sección cuadrada o rectangular con madera es similar a la de las


zanjas, obligando a considerar la disposición vista para las zanjas en las dos direcciones, y
pudiendo disponer las tablas que conforman los elementos de sujeción en vertical o en
horizontal. Se aconseja la disposición de tablas verticales que permiten el ahorro de material,
evitándose el aserrado que conlleva la disposición de tablas horizontales. Las tablas deben ser
de diferentes longitudes con el fin de conseguir un entrelazado en la entibación.
En el caso de pozos de sección circular se realiza un revestimiento de las paredes con tablas
verticales y estrechas, para adaptarse mejor a la curvatura del pozo. Las tablas se sujetan con
tensores circulares de acero dispuestos horizontalmente y provistos de mecanismos
extensibles y regulables, con posición de bloqueo.

Las figuras 6.165 y 6.166, extraídas de las NTE ADZ-10 y 11 muestran los elementos que
conforman la entibación de un pozo de sección cuadrada y circular.

Figura 6.166 Pozo circular con entibación (NTE, ADZ-11)

| 229
María Pilar del Amo Pérez

c. Entibación de vaciados
La entibación de un vaciado es similar a la de una zanja, con la diferencia que al no ser posible
acodalar contra la pared opuesta, es necesaria la disposición de unas piezas inclinadas
denominadas “puntales” o “tornapuntas” que transmitan los empujes que reciben de los
elementos de sujeción a través de los “cabeceros”, “velas” o “correas” al terreno. Los
elementos de sujeción se pueden disponer horizontal o verticalmente, recomendándose el
forrado horizontal que permita el empleo de tablas de diferentes longitudes. (Figuras 6.167 y
6.168)
Los elementos de contención o tornapuntas se acodalan contra el terreno a través de un
durmiente de madera o taco que absorbe la componente horizontal del empuje,
transmitiéndose la componente vertical directamente al terreno.
Para acortar la luz de los tornapuntas y asegurar la invariabilidad de la forma se disponen
“riostras” de madera. Si la altura del paramento que se entiba es considerable es necesario
disponer de dos o más órdenes de tornapuntas, distribuidos a lo largo de la altura.

TABLEROS ADOSADOS AL TERRENO ( 25x5 cm; 30x5cm)


CABECERO VERTICAL, VELA O CORREA QUE RECIBE A LOS TABLEROS

TACO

TORNAPUNTAS O PUNTAL 20 ó 30 cm DE DIÁMETRO


RIOSTRA

DURMIENTE

CUÑAS DE APRIETE

ESTACA PARA ABSORCIÓN DE CARGA HORIZONTAL

Figura 6.167 Entibación de vaciado

Figura 6.168
Entibación de vaciado
BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras Fundaciones, Andamios,
Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899,
p.138, figura 173

| 230
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Si la altura del vaciado es muy grande se puede acometer la entibación escalonadamente,


procediendo a la excavación y posterior entibación de los niveles por bataches, según muestra
la figura 6.169.

Figura 6.169 Entibación de vaciado por escalones

ENTIBACIONES CON SOLUCIONES VERTICALES

Las entibaciones tradicionales que hemos visto hasta ahora y que recogen las normas NTE, no
son aplicables a suelos granulares y sin cohesión, fáciles de derrumbarse con la acción de la
maquinaria de excavación que se introduce a través de la entibación. Para este tipo de
terrenos son más efectivas las soluciones verticales de entibación.
a. Tablestacados de madera
Las tablestacas son unas piezas de madera, de directriz recta, de gran longitud y con una
sección ligeramente plana (figura 6.170).Uno de los extremos está aguzado en una dirección,
para favorecer la hinca por percusión, estando el extremo superior protegido frente a impacto
de la hinca. Las tablestacas se hincan en el terreno, solapadas unas con otras, hasta
sobrepasar la cota de vaciado en unos 50 cm. Se utilizan escuadrías rectangulares, de 8/16 a
10/20 cm, o cuadradas, del orden de 14/14 a 16/16.
Una vez hincadas, las tablestacas se van apuntalando a medida que avanzan los trabajos de
excavación del vaciado. En la entibación de zanjas con tablestacas el acodalamiento se
produce contra la pared opuesta por medio de cabeceros y codales (figura 6.171, b). En la
entibación de vaciados las tablestacas se atirantan al terreno de la coronación (figura 6.171,
a).
Las tablestacas de madera en entibación están indicadas hasta 3,5 metros de cota de vaciado.
En la actualidad se usan las tablestacas metálicas, que estudiaremos dentro de los sistemas
industrializados.

| 231
María Pilar del Amo Pérez

Cepo de guía

JUNTA PLANA

JUNTA EN PICO

TABLESTACA DE MADERA

JUNTA MACHIEMBRADA

Azuche

Cota de vaciado
>50 cm

Cota de empotramiento

Figura 6.170
ESTACA PARA ANCLAJE
PUNTAL TELESCÓPICO
CABLE TENSOR

LARGUERO DE ACERO

TABLESTACA DE MADERA

TABLESTACA DE MADERA

COTA VACIADO
>30 cm

>30 cm

>30 cm

TABLESTACADO EN VACIADO CON ANCLAJE POR DETRÁS TABLESTACADO EN ZANJA

Figura 6.171

b. Entibación vertical “marcha avante”


Se utiliza en terrenos muy fluyentes, cuando se quieren evitar asientos y en la realización de
excavaciones de más de 3,5 metros de profundidad. La entibación “marcha avante” utiliza
tablas verticales de madera aguzada en su extremo inferior para facilitar la penetración en el
terreno (figura 6.172).
Las tablas se hincan por impacto, disponiéndolas en varios niveles, comenzando con la hinca
de una primera familia de tablas denominadas”marcha avante” en disposición vertical o
inclinada hasta superar la cota del fondo en unos 30 a 50 cm. Se utilizan escuadrías
rectangulares del orden de 8/16 a 10/20 cm o cuadradas de 14/14 a 16/16cm. Para los
largueros se utilizan rollizos de 18 cm de diámetro. Al ir avanzando en la excavación se van
acodalando contra los largueros de la pared opuesta. Para evitar el desplazamiento de los
codales y de los largueros se colocan “candelas” o montantes de rollizos de madera. Es
necesario que todos los elementos estructurales se entrelacen entre sí con grapas o garfios.

| 232
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

En la actualidad se usan tablestacas metálicas de perfiles de acero de ala ancha que se


hincan en el terreno por impacto o vibración solapados unos con otros y acodaladas con
puntales telescópicos de acero. Se utiliza este sistema hasta profundidades de 3,5 m.

CUÑA

TABLEROS ADOSADOS AL TERRENO "MARCHA AVANTE"

CALA

LARGUEROS D>18cm

CODALES O PUNTALES D 18 cm

Figura 6.172 Entibación “marcha avante” vertical

Si la profundidad supera los 3,5 m, se procede a la disposición inclinada de las tablestacas


(figura 6.173).

CUÑA CUÑA

TABLEROS ADOSADOS AL TERRENO "MARCHA AVANTE" TABLEROS ADOSADOS AL TERRENO "MARCHA AVANTE"

MONTANTE O CANDELA MONTANTE O CANDELA

CALA CALA

TENSOR

LARGUEROS D>18cm LARGUEROS D>18cm

CODALES O PUNTALES D 18 cm CODALES O PUNTALES D 18 cm

POSIBILIDAD BASTIDORES SUSPENDIDOS BASTIDORES APOYADOS

Figura 6.173 Entibación “marcha avante” inclinada

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María Pilar del Amo Pérez

c. Entibación berlinesa
La entibación se resuelve mediante la disposición de tablestacas o tableros de madera
colocados horizontalmente en contacto con el terreno, encargados de absorber el empuje de
las tierras y transmitírselo a unos elementos lineales verticales formados por perfiles de acero
de la serie H que se empotran en el terreno y se disponen a distancias del orden de 1,5 a 2,5
metros. Estos perfiles se acodalan contra los de la pared opuesta de la zanja por medio de
codales, pudiendo disponerse una familia intermedia de soportes verticales si la anchura de la
zanja es grande. En la coronación se dispone un cabecero formado por un perfil de acero UPN
soldado a los pies derechos. El conjunto se arriostra con cruces de San Andrés.
Los perfiles de acero H se clavan en el terreno, empotrándose en el mismo por debajo de la
cota de vaciado una distancias de 1 a 3 metros. A medida que se procede a la excavación de
las tierras se van deslizando las tablestacas entre dos perfiles, en el espacio que queda entre
las alas del perfil, acuñándolas al final con cuñas o grapas. (Figura 6.174)

PERFIL H

TABLERO

CODAL

TABLERO

CUÑA
1-3 m

PLANTA SECCIÓN

Figura 6.174 Entibación berlinesa

7.4 SISTEMAS INDUSTRIALIZADOS Y PATENTADOS

Se trata de sistemas de entibación prefabricados, comercializados y patentados.

SISTEMAS DE TABLESTACAS METÁLICAS


La entibación se compone de tablestacas de acero o perfiles ligeros, vigas de refuerzo y
codales (figura 6.175). Las tablestacas se introducen por vibración en el terreno hasta la cota
de empotramiento, solapadas unas con otras, revistiendo por completo las paredes de la
zanja. Para su acodalamiento, durante el proceso de excavación se van disponiendo unas
vigas de refuerzo aseguradas mediante cadenas o cuerdas y formadas por perfiles IPN 140-
240 según estén distanciados los codales que van provistos de tubo y rosca y constan de un
apoyo angular sobre la viga de refuerzo que garantiza el centrado de las cargas.
La entibación con tablestacas permite grandes alturas de trabajo debido al empotramiento de
las mismas bajo la cota de vaciado, siendo aptas para suelos no cohesivos o poco cohesivos.

| 234
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Una vez finalizados los trabajos en el interior de la zanja se procede a la extracción por
tracción de las tablestacas, previo relleno y compactación de la zanja.

Figura 6.175 Entibación con tablestacas


(Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L)

SISTEMAS DE PANELES
Entibación formada por el montaje de módulos metálicos que una vez introducidos en la
excavación, se expanden contra el terreno por medio de sistemas mecánicos. La unidad de
entibación está formada por paneles metálicos de aluminio o acero y un sistema de
acodalamiento. El conjunto de blindaje de la zanja se introduce completo en la excavación.
Si el terreno es coherente podemos realizar previamente la excavación hasta la cota total de
vaciado e introducir posteriormente la unidad de entibación que ha sido montada para tal cota.
En este caso, una vez realizados los trabajos en el interior de la zanja se procede a la
extracción total de la entibación como conjunto, o extrayéndola por escalones según avanzan
los trabajos de relleno y compactación.
En presencia de terrenos incoherentes es necesario ir entibando por escalones a medida que
avanza la excavación. La extracción es similar a la de los terrenos cohesivos.

Paneles ligeros de aluminio


La unidad de entibación está formada por planchas de aluminio de alta resistencia de 1,5 a 3
metros de longitud, anchura 0,50 metros y 50 mm de espesor (figura 6.176).

| 235
María Pilar del Amo Pérez

En los extremos de los paneles van situados unos carriles agujereados dónde se introduce los
codales que se sujetan mediante pernos. La luz entre codales es de 2,80 metros. Las piezas
que unen unos paneles y otros permiten cambiar la posición de los codales.

Figura 6.176 Panel ligeros de aluminio


(Imagen cedidas por Ischebeck Ibérica S.L)

Se utilizan en zanjas y pozos de hasta 3 metros de profundidad, como blindaje de superficies


de hasta 1,75 metros, en suelos temporalmente estables (figuras 6.177 y 6.178). El peso de
los paneles los hace manejables, requiriéndose únicamente la presencia de dos operarios que
eleven el panel y lo introduzcan en la excavación. Una vez introducido el panel en la zanja, se
pueden continuar los trabajos de extracción de tierras con la retroexcavadora o cuchara
bivalva, actuando entre la luz libre entre codales, así como la colocación de las tuberías.
La extracción de la entibación es simultánea al relleno y compactación de la zanja.

Figura 6.177 Entibación de zanja con paneles ligeros de aluminio


(Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L)

| 236
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 6.178 Entibación de pozos con paneles ligeros de aluminio


(Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L)

Paneles de acero
La unidad de entibación está formada por paneles de acero de 3 a 4 metros de longitud,
anchura 1 metro y espesor 14 cm y por codales. En el lado en contacto con el terreno, la
plancha de acero es lisa y de espesor 4mm. El panel consta de una estructura portante de
largueros travesaños de acero con puntos de alojamiento para los codales, pudiendo ser el
acodalamiento periférico o central (figura 6.179). La entibación, debido a su gran espesor de
material y a su resistencia, es apta para profundidades de 4 a 6 metros y de diferentes
anchuras.

| 237
María Pilar del Amo Pérez

Figura 6.179 Entibación de zanjas con paneles de acero


(Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L)

Una variante es el panel en forma de cuchilla utilizado para el método de descenso continuo,
con la cara interior también lisa, conformado en toda su altura como una cuchilla y que se
monta como unidad de blindaje inferior.
La extracción de la entibación acompaña a los trabajos de relleno y compactación, pudiéndose
extraer en conjunto o por escalones.

Paneles con cámara y tablestacas


La unidad de entibación está formada por dos paneles de acero normal o reforzado, al que se
le atornilla una pared de cámara con perfiles que sirve de guía para la hinca de tablestacas. La
unidad se completa con cuatro codales que se ajustan según la anchura de la zanja y se
introducen en ella previa excavación de la parte superior. La entibación acodala y estabiliza la
zona superior de la zanja (figura 6.180).
Si el suelo es coherente se puede proceder a la excavación de la totalidad de la zanja antes de
la hinca de las tablestacas. En suelos no coherentes las tablestacas se introducen en la
cámara empujándose con la cuchara de la maquinaria de la excavación penetrando en el
terreno según avanzan los trabajos de excavación. También se pueden introducir con equipos
de vibración o de hinca. Las tablestacas se empotran bajo la cota de vaciado una profundidad
suficiente, pudiéndose acodalar el sistema a niveles intermedios, lo que permite obtener una
gran superficie en profundidad de trabajo.
La entibación con paneles con cámara y tablestacas es apta para cualquier tipo de terreno,
altura y circunstancias. Son preferibles los suelos blandos y sin bolos.

| 238
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Una vez ejecutados los trabajos en el interior de la zanja se procede al relleno y compactación
de la misma hasta llegar al borde inferior del panel, momento en el que se procede a la
extracción de las tablestacas mediante aparatos de tracción, finalizándose con la extracción
del panel de cámara y el relleno de la parte superior de la zanja.

Figura 6.180 Entibación con paneles con cámara y tablestacas


(Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L)

7.5 PRESCRIPCIONES PARA LA EJECUCIÓN DE ENTIBACIONES

El CTE en su Pliego General de Condiciones Técnicas establece una serie de prescripciones


para la ejecución de las entibaciones:

a. En cuanto a los materiales:


La madera para las entibaciones será resinosa y de fibra recta como el pino o el abeto, con un
contenido de humedad menor del 15%. No presentará ningún síntoma de pudrición, ni defecto
alguno. La madera aserrada se deberá ajustar a la clase I/80.Los tensores circulares de acero
se encontrarán debidamente protegidos contra la corrosión.

b. En cuanto a la disposición según el tipo de terreno:


En terrenos cohesionados, a partir de los 60 ó de los 80 cm es necesario colocar algún tipo de
sujeción que estabilice el corte. A partir de esta cota se pueden disponer dos o tres tablas
horizontales como elemento de sujeción de las tierras sujetadas por tablones verticales
apuntalados mediante codales de madera o acero. Cuando la entibación se realice con tablas
verticales, se procederá a la excavación del terreno cada 1,80 m de profundidad, utilizándose
tablas de 2 m de longitud. Es conveniente que las tablas sobrepasen el borde superior de la
excavación unos 20 cm para evitar la caía de cualquier material dentro del vaciado. En
terrenos dudosos, se deberá entibar verticalmente acompañando a la excavación de las

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María Pilar del Amo Pérez

tierras. En terrenos sueltos las tablas o tabones presentaran los extremos biselados para
permitir la clavazón en el terreno antes de la excavación. Las tablas se empotraran al menos
20 cm en cada nivel de excavación. En terrenos arcillosos fluidos o en presencia de capas
acuíferas de arenas finas en mejor la entibación a base de paneles que recogen diferentes
patentes.

Según establece el CTE en su Pliego General de Condiciones Técnicas:


“La entibación permitirá desentibar una franja dejando las restantes entibadas. Los codales
serán 2 cm más largos que la separación real entre cabeceros opuestos, llevándolos a su
posición mediante golpeteo con maza en sus extremos y, una vez colocados, deberán vibrar al
golpearlos. Se impedirá mediante taquetes clavados el deslizamiento de codales, cabeceros y
tensores. Los empalmes de cabeceros se realizarán a tope, disponiendo codales a ambos
lados de la junta”.
Otras condiciones a tener en cuenta son:
- La anchura de la excavación será tal que permita la entibación en condiciones
normales.
- El material a utilizar en la entibación deberá estar disponible a pie de obra con la
antelación suficiente para ejecutar los trabajos.
- Si la profundidad del corte es mayor de 2 m deberá disponerse de una escalera para
facilitar el acceso a la excavación. Dicha escalera deberá rebasar en 1 la coronación
de la excavación.

Las NTE-ADZ, en el punto 4 relativo a las Condiciones de seguridad en el trabajo, exponen:


- “El acopio de materiales y las tierras extraías en cortes de profundidad mayor de 1,30
m, se dispondrán a distancia no menor de 2 m del borde del corte alejados de
sótanos.
- Se revisarán diariamente las entibaciones antes de comenzar la jornada de trabajo
tensando los codales cuando se hayan aflojado, asimismo se comprobarán que están
expeditos los cauces de aguas superficiales.
- En general las entibaciones o parte de estas se quitarán solo cuando dejen de ser
necesarias y por franjas horizontales empezando por la parte inferior del corte.”

8. BIBLIOGRAFÍA

BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras,


Fundaciones, Andamios, Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería
Editorial de BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899

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CEAC, S.A. Febrero 1994.
ISBN-84-329-2962-X

CALAVERA RUIZ, José María: Muros de contención y muros de sótano. 3º Edición. INTEMAC,
S.A. 2001
ISBN-8488764-10-3

CALAVERA RUIZ, José María y GONZÁLEZ VALLE, E: Juntas en construcciones de


hormigón. Cuadernos de Intemac nº 14- 2º Trimestre 94. INTEMAC 1994
ISSN-1133-9365

| 240
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

GARCÍA VALCARCE, Antonio y otros: Manual de Edificación. Derribos y Demoliciones.


Actuaciones sobre el Terreno. Editorial EUNSA (Ediciones Universidad de Navarra, S.A.),
Navarra, 1995. ISBN-84-313-1356-0

GARCÍA VALCARCE, Antonio y otros: Manual de Edificación. Mecánica de los terrenos y


cimientos. EDITORIAL CIE INVERSIONES EDITORIALES DOSSAT 2000
ISBN-84-89656-46-0

HIDALGO BAHAMONTES, Ángel: Construcción de cimientos. Monografías CEAC de la


Construcción. Ediciones CEAC, S.A. Febrero 1993.
ISBN-84-329-2922-0

INSTITUTO VALENCIANO DE LA EDIFICACIÓN, CONSEJO SUPERIOR DE LOS COLEGIOS


DE ARQUITECTOS DE ESPAÑA, CONSEJO GENERAL DE COLEGIOS OFICIALES DE
APAREJADORES Y ARQUITECTOS TÉCNICOS: Pliego General de Condiciones Técnicas en
la Edificación. Conforme al Código Técnico de la Edificación. Edición 2007
ISBN-978-84-96602-25-0

INSTITUTO VALENCIANO DE LA EDIFICACIÓN, CONSEJO SUPERIOR DE LOS COLEGIOS


DE ARQUITECTOS DE ESPAÑA, CONSEJO GENERAL DE COLEGIOS OFICIALES DE
APAREJADORES Y ARQUITECTOS TÉCNICOS: Pliego General de Seguridad y Salud en la
Edificación. Edición 2007
ISBN-978-84-96602-26-7

LOGEAIS, Louis: Patología de las cimentaciones. Editorial Gustavo Gili, Barcelona 1984

LOZANO APOLO, Gerónimo y LOZANO MARTÍNEZ-LUENGAS, Alfonso: Curso Diseño,


Cálculo Construcción y Patología de cimentaciones y recalces. Lozano y Asociados.
CONSULTORES TÉCNICOS DE CONSTRUCCIÓN, S.L. 1998
ISBN-84920401-2-2

MINISTERIO DE LA VIVIENDA: CTE. DB SE-C. Código Técnico de la Edificación. Documento


Básico: Seguridad Estructural. Cimientos. Real Decreto 314/2006.

MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS, TRANSPORTES Y MEDIO AMBIENTE: NORMAS


TECNOLÓGICAS DE LA EDIFICACIÓN. ACONDICIONAMIENTO DEL TERRENO.
CIMENTACIONES. ISBN-84-7433-810-7

MUÑOZ HIDALGO, Manuel: Problemas, dudas y soluciones durante el proyecto y ejecución de


la edificación. Edita: Manuel Muñoz Hidalgo. Sevilla 2001.
ISBN-84-607-1419-5

RODRÍGUEZ ORTIZ, José María, SERRA GESTA Jesús y OTEO MAZO, Carlo.: Curso
aplicado de cimentaciones. Edita: COAM
ISBN-84-85572-37-8

MINISTERIO DE LA PRESIDENCIA: EHE-08, Instrucción de hormigón estructural. Real


Decreto 1247/2008, de 18 de julio.

URBAN BROTONS, Pascual: Construcción de estructuras. Hormigón Armado. Adaptado a las


instrucciones EHE, EFHE, NCSE-02 y CTE. Edita: Editorial Club Universitario. Alicante, 2006
ISBN-978-84-8454-661-0

| 241
María Pilar del Amo Pérez

| 242
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Tema 7

CONTROL DEL AGUA

Es frecuente, al realizar una excavación, encontrar agua en las cotas en las que estamos
realizando los trabajos (figura 7.1). La excavación en terrenos anegados requiere escoger el
sistema más conveniente de control del agua, para obtener recintos estancos de trabajo,
conducir y evacuar el agua, o rebajar el nivel freático del terreno.
Es muy importante tener conocimiento de los efectos que puede causar la eliminación del
agua del entorno de trabajo para planificar el control de agua con un criterio que evite
problemas futuros. Es el caso del asentamiento de cimentaciones cercanas al rebajar el nivel
freático, de la aparición de humedades dónde antes no existían por variaciones de las
corrientes de agua, del aumento del nivel freático debido a la construcción de estructuras de
contención permanentes en el perímetro de la edificación, de la aparición de inestabilidades en
taludes, pérdidas de suelo en el trasdós o en la base de la excavación debidas al lavado del
terreno, etc.

Figura 7.1

1. PROCEDENCIA DE LAS AGUAS

El agua que aparece en el entorno de la zona de trabajo puede tener diferentes orígenes:

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María Pilar del Amo Pérez

Aguas superficiales
Proceden de la escorrentía superficial. Es el agua que escurre por la superficie de la tierra,
suponiendo aproximadamente el 10% del total que cae sobre la misma.
- Aguas meteóricas provenientes de las precipitaciones atmosféricas: lluvia, nieve,
granizo
- Aguas de riego
- Aguas de escorrentía: deshielo, corrientes, etc.

Aguas profundas
Aguas contenidas en el subsuelo.
- Aguas subálveas o de escorrentía interior: En general proceden de las filtraciones de
las aguas superficiales que, al infiltrarse y llegar a capas de terreno impermeables, se
detienen, formando una capa de terreno acuífera. Si la base del estrato impermeable
es horizontal formará bolsas de agua en reposo, permaneciendo estática. Si la base
es inclinada dará lugar a la formación de corrientes subterráneas. Si el estrato
impermeable presenta grietas habrá un descenso del agua hasta otros estratos
impermeables más profundos, formándose así las distintas capas acuíferas, siendo la
primera de ellas la que nos determina el nivel freático.
- Aguas provenientes de filtraciones de las redes de alcantarillado, saneamiento o
abastecimiento.
- Aguas ascendentes por subpresión a través de la capilaridad del terreno.
La función de control en el caso de aguas superficiales será la de su evacuación. En presencia
de aguas profundas, el control del agua contemplará su captación, conducción y evacuación,
así como el rebajamiento del nivel freático.

2. SISTEMAS DE CONTROL DEL AGUA

El control del agua puede tener finalidades distintas, lo que permiten agrupar los trabajos en
tres sistemas de control:
- Sistemas de contención, cuyo fin es la obtención de un recinto estanco donde poder
ejecutar los trabajos de movimiento de tierras
- Sistemas de drenaje, cuyo objetivo es el control y eliminación del agua y de la
humedad de los terrenos
- Sistemas de agotamiento, destinados a rebajar el nivel freático.

3. SISTEMAS DE CONTENCIÓN DEL AGUA

Los sistemas de contención del agua buscan conseguir un recinto de trabajo suficientemente
impermeable como para que previo agotamiento del agua de su interior, se pueda trabajar
dentro del mismo.
Existen varios tipos de sistemas de contención del agua:
- Ataguías
- Congelación artificial por pantallas
- Inyección de terrenos
- Muros y pantallas

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

3.1 ATAGUÍAS

Las ataguías son sistemas de contención de las aguas que aparecen en los trabajos de
excavación en terrenos anegados. Se utilizan para conseguir un recinto de trabajo estanco,
protegido del agua durante la ejecución de los trabajos. Son de carácter provisional.
Experimentan el empuje de las aguas que contienen, por lo que deben ser estables e
impermeables. Se trata de formar un recinto cerrado completamente impermeable, para que
previo agotamiento de las aguas del interior del mismo, se puedan llevar a cabo los trabajos de
excavación.

ATAGUÍAS DE TIERRA
Protegen de las aguas superficiales con alturas de retención pequeñas, entre 3 y 5 metros,
en aguas tranquilas (figura 7.2). La ataguía se construye mediante un relleno de un terreno
arcilloso con un ataluzado de 2:1 a ambos lados, impermeable al agua. La base del relleno
debe tener suficiente superficie de apoyo, con un ancho de la parte inferior que depende del
talud natural de las tierras. En la parte superior, el ancho suele ser igual a la profundidad del
agua. La tierra arcillosa se va compactando a medida que se va apilando.

Tierra arcillosa

Agua

Tierra impermeable

Figura 7.2 Ataguía de tierra

ATAGUÍAS DE TABLESTACAS
Protegen de las aguas freáticas. Las tablestacas son unas piezas de madera, acero u
hormigón de directriz recta, gran longitud y con una sección ligeramente plana. Presentan uno
de los extremos aguzado en una dirección para favorecer la hinca por percusión.
Las de madera están formadas por tablas ensambladas con el extremo inferior provisto de un
azuche metálico, alcanzan profundidades de hasta 6 m (figura 7.3). Las de hormigón armado
suelen ser de sección cuadrada o rectangular, con azuche cortado a bisel. Las tablestacas
metálicas están formadas por perfiles con formas características para permitir el ensamble
(figura 7.4).
Las tablestacas se clavan en el terreno hasta la capa impermeable, unas al lado de las otras.
La hinca se inicia por una pieza, aguzada en las dos direcciones, que se introduce más que las
otras, haciendo las veces de pilote. Se hincan formando recintos cerrados hasta llegar a la
capa impermeable para realizar continuación la excavación, resistiendo a flexión debido a su
empotramiento en el terreno, o a la colocación de sistemas de arriostramiento a base de
puntales o tirantes. A fin de evitar el desplazamiento del tablestacado debido al empuje se
procede a la colocación de costillas de perfiles de acero laminado, a nivel de las cabezas,
que unen unas tablestacas a otras (figura 7.5).

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 7.3 Tablestacas de madera

Figura 7.4 Tablestacas de acero


(Imagen cedidas por Ischebeck Ibérica S.L.)

Pilote

Larguero lateral de acero

Tablestaca

Terreno con agua

Terreno impermeable

Figura 7.5 Ataguía de tablestacas

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Si la profundidad no alcanza los 1,25 metros se construyen las tablestacas con dos familias de
tablas solapadas de unos 4 ó 5 cm de espesor (figura 7.6). También se puede sustituir una de
las familias por una serie de tapajuntas.

Figura 7.6 Tablestacado de doble serie

Para guiarlas en el proceso de la hinca se procede previamente a la colocación de piezas


escuadradas de madera hincadas con una separación múltiple del ancho de las tablas. Estas
piezas van encepadas con otras dos horizontales situadas a una distancia igual al grueso de la
tablestaca (figura 7.7).

Cepo de guía

Azuche

Terreno impermeable

Figura 7.7 Hinca mediante guía

Figura 7.8
(Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L.)

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María Pilar del Amo Pérez

Una vez ejecutado el tablestacado, el agua del interior se recoge y se bombea en el fondo.
Las tablestacas de acero se suelen recuperar, mientras que las de madera u hormigón
permanecen formando el recinto. La figura 7.8 muestra un tablestacado para la formación de
un recinto estanco en presencia de agua. La secuencia que recoge la figura 7.9, muestra el
proceso de ejecución de una ataguía de tablestacas, como protección de las aguas freáticas.

Figura 7.9
(Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L.)

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

ATAGUÍAS MIXTAS
Se utilizan cuando el terreno no es arcilloso, si el agua está en movimiento o la cota de
excavación está por encima del nivel del terreno impermeable. Para su ejecución se procede a
la hinca de una fila de pilotes contra los que se fijan tablestacas unidas y encepado el conjunto
mediante un larguero de madera o acero. La tablestaca resuelve la estanqueidad,
estabilizándose el conjunto con la tierra.
Hasta 2 metros de altura se construyen ataguías mixtas de pared sencilla (figura 7.10). Hasta 3
metros de altura es preferible la construcción de dos paredes de tablestacas separadas por un
macizo de tierra que estabiliza el conjunto (figura 7.11). Los pilotes de cada pared distancian
un metro y se enlazan por medio de piezas de madera en forma de cepo, atornilladas, o por
maderos que se clavan horizontalmente. Entre estos maderos se disponen las tablestacas
colocadas a topes o ensambladas con junta de ranura y lengüeta. Una vez extraído el fango de
entre las dos paredes se procede al aporte por tongadas de 20 cm de tierra arcillosa. La
ataguía debe tener un espesor igual a la altura del agua a contener.

Larguero lateral de acero Larguero lateral de acero

Tablestaca Tablestaca
2:1 2:1

Agua Agua

Terreno ordinario Escollera Terreno ordinario

Terreno permeable Terreno permeable

Terreno impermeable Terreno impermeable

Figura 7.10 Ataguía mixta

Figura 7.11 Ataguía de doble pared


BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras Fundaciones, Andamios,
Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899,
p.107, figuras 129 y 130

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María Pilar del Amo Pérez

3.2 CONGELACIÓN ARTIFICAL POR PANTALLAS

Consiste en congelar el terreno mediante frio artificial, endureciendo y consolidando el terreno.


Se realiza una pantalla de hielo, consiguiéndose un recinto estanco, estable y hermético que
permite trabajar en él. Para ello se procede a la realización de una serie de sondeos
entubados dispuestos en círculo o en forma elíptica en torno al área a excavar, separados a
distancias entre 0,75 y 1,5 metros. En el interior se introducen tubos congeladores que a su
vez incluyen un tubo concéntrico con líquidos como el nitrógeno líquido o el freón, a
temperaturas entre -15ºC y -30º. Los líquidos congelantes se bombean por el tubo interior para
su reciclado y vuelta la estación frigorífica. La consolidación que se produce en el terreno
únicamente es de tipo transitorio, lo suficiente para la ejecución de los trabajos. El método de
congelación es adecuado para suelos saturados, rocosos, y suelos con un grado de humedad
superior al 8%.Exige cierto tiempo y un coste económico elevado, por lo que su utilización se
restringe a obras de grandes dimensiones.

3.3 INYECCIÓN DE TERRENOS

La inyección de los terrenos mediante diferentes sustancias cementantes busca el aumento de


su resistencia y de su estanqueidad, al obtenerse una petrificación del suelo. Las inyecciones
pueden ser de tres tipos:
- Inyecciones inestables: inyecciones de cemento en polvo
- Inyecciones estables: disoluciones de arcilla y cemento en agua mediante lechadas
preparadas con la inclusión de aditivos estabilizadores
- Inyecciones líquidas: inyección de productos químicos como silicatos, resinas
orgánicas, etc.

El proceso requiere el replanteo de mallas de unos 25 a 50 m de lado, dónde se clavan unas


lanzas inyectoras hasta llegara a las capas más profundas que se quieren consolidar. Una vez
hincadas se procede a su levantamiento de forma muy lenta, proceso que petrifica las capas
superiores del terreno.

3.4 MUROS Y PANTALLAS DE HORMIGÓN

Aunque la aplicación de la ejecución de muros y de pantallas de hormigón está en el campo de


la contención del terreno, se pueden construir con el fin de modificar el nivel freático en una
zona concreta. Para ellos se utilizan en su ejecución hormigones con características
especiales de estanqueidad, siendo necesario llevar en el proceso de ejecución un control
rigurosísimo. La ejecución es similar a la de su función como sistema de contención de tierras.

4. SISTEMAS DE DRENAJE

Los sistemas de drenaje controlan y eliminan el agua natural del terreno mediante su
captación, conducción y evacuación fuera de la zona de trabajo.

4.1 DRENAJES DE AGUAS SUPERFICIALES

Según establece el CTE en su Pliego General de Condiciones Técnicas:

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

“Se adoptarán las medidas necesarias para mantener libre de agua la zona de las
excavaciones. Las aguas superficiales serán desviadas y encauzadas antes de que alcancen
las proximidades de los taludes o paredes de la excavación, para evitar que la estabilidad del
terreno pueda quedar disminuida por un incremento de presión del agua intersticial y no se
produzcan erosiones en los taludes”

El drenaje de las aguas superficiales se puede llevar a cabo de forma natural o artificial. El
drenaje natural capta y evacúa el agua de forma natural, es decir, por gravedad, aprovechando
la topografía del terreno. Para ello el agua se capta en pequeñas regueras o zanjas para su
evacuación fuera de la zona de trabajo. El drenaje artificial requiere la presencia de elementos
artificiales para la captación, conducción y evacuación. Entre los drenajes superficiales
artificiales están:

ZANJAS DRENANTES
Es la forma más sencilla de llevar a cabo un drenaje superficial. Consiste en la creación de
una serie de zanjas con el lecho de apoyo inclinado hacia otros sistemas de drenaje como
pueden ser los drenes lineales (sistema de drenaje profundo).
Las zanjas presentan secciones variadas (rectangular, triangular o trapezoidal) y se rellenan
de un material filtrante, generalmente grava o arena, por tongadas de unos 20 cm de espesor
(figura 7.12). Una vez aportada cada tongada se procede a su compactación. En este sistema
se aprovecha la inclinación natural del terreno.

INCLINACIÓN NATURAL DEL


ESTRATO DE LA EXCAVACIÓN

cota máxima

DE SEGURIDAD

RELLENO MATERIAL FILTRANTE: LECHO DE APOYO INCLINADO


cota máxima
cota máxima GRAVA O ARENA HASTA DREN LINEAL

TRAPEZOIDAL

TRIANGULAR

Figura 7.12 Zanjas drenantes

CACES
Consiste en el revestimiento de canales estrechos con piezas normalmente prefabricadas, con
el fin de favorecer la conducción del agua hasta los puntos de desagüe (figura 7.13).

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 7.13 Caz central

4.2 DRENAJES DE AGUAS PROFUNDAS

El drenaje de las aguas subterráneas se realiza a través de sistemas de drenaje enterrados y


de tipo artificial, entre los que se encuentran:

DRENES LINEALES
Formados por una serie de tubos dren o tubos porosos unidos entre sí, con la capacidad de
captar el agua a través de sus paredes o de sus juntas. Los tubos se asientan sobre una zanja
cuya base tiene una pendiente no inferior al 5 por mil y se rodean de material filtrante, encima
del cual se dispone terreno natural hasta alcanzar la rasante del terreno.
A veces los drenes lineales se conciben como zanjas drenantes con un relleno de grava de Ø
2-5-cm procedente de machaqueo, aportada por tongadas de unos 20 cm. Encima de la grava
se puede disponer tierra apisonada con el fin de que pueda soportar cargas.
Si el dren se rellena con terreno natural se debe disponer una capa superficial de 20 cm de
espesor de arcilla, con el fin de aislar el dren lineal de las aguas superficiales y evitar el
arrastre de finos sobre el material filtrante.
Los drenes lineales desaguan a pozos filtrantes o a colectores de la red de alcantarillado, o a
cauces naturales. Se disponen para rebajar el nivel freático cuando se encuentra en la rasante
o próximo a ella. Es muy frecuente su disposición junto con los drenes superficiales para la
eliminación de las aguas profundas de grandes superficies de terreno.

Tubos dren
Los tubos dren se fabrican con diferentes materiales:
- Tubo dren de hormigón poroso: el tubo dren se fabrica con hormigón sin finos con
perforaciones que lo hacen parcialmente poros. El tubo se dispone en seco sobre un
lecho de arena o grava, envuelto con un geotextil, sobre todo en presencia de
terrenos arcillosos, para evitar la obstrucción de los poros del tubo.
De sección circular o cuadrada, se fabrica con los siguientes diámetros: 80-100-125-
150-200-250-300 mm.

- Tubo dren de PVC: uniones en forma de copa o con manguito. Los de sección
circular de diámetro: 50-75-90-110-125-160-200mm. Los de sección ovoide con 80-
100-125-150-200-250-300 mm.

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

• Junta abierta: el tubo presenta una sección circular, terminada en copa en


uno de sus extremos, por donde entra el agua. La junta tiene una capacidad
de absorción equivalente a la de un tubo ranurado de 1 metro de longitud.
• Ranurado o perforado en media sección, con una superficie lisa u ondulada
y sección ovoidal con base recta o circular, terminada en copa en uno de
sus extremos, o sin copa para su unión por medio de un manguito. Las
perforaciones o ranuras se disponen en la cara superior del tubo.
• Totalmente perforado en el perímetro y de sección circular. Se utilizan para
drenajes verticales o en su aplicación a la desecación de terrenos por
ventilación

Las figura 7.14 y 7.15, extraídas de las NTE ASD, muestran un tubo de hormigón poroso y otro
de PVC de junta abierta y ranurado:

Figura 7.14 Figura 7.15

La figura 7.16 refleja la ejecución de una zanja para el asiento de un dren lineal de PVC
parcialmente perforado.

Zanja para asiento del tubo dren Tubo dren de PVC parcialmente perforado

Figura 7.16

Disposición de los tubos dren


Las figuras 7.17, 7.18, 7.19 y 7.20, extraídas de las NTE-ASD, reflejan la disposición de los
drenes lineales los diferentes tubos dren.

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 7.17

siendo: ADZ-12 relleno de la zanja con tierra procedente de la excavación, por tongadas
de 20 cm
ASD-4 material filtrante de granulometría adecuada, con el que se rellena la zanja en
toda su longitud hasta una altura de 25 cm.
ASD-2 tubo de hormigón poroso dispuesto sobre un lecho de material filtrante de 10
cm de espesor, iniciándose la colocación a partir de la arqueta de registro en la
cabecera de la red. Los tubos penetran en las arquetas y pozos 1 cm.

Figura 7.18

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

siendo: ASD-12 relleno de zanja con tierra procedente de la excavación, por tongadas de
20 cm
ASD- material filtrante de granulometría adecuada a las características del terreno y
del tubo, dispuesto únicamente en los puntos de embocadura de los tubos, formando
un tronco de pirámide hasta una altura de 25 cm por encima del tubo.
ASD-1 Tubo de PVC con junta abierta dispuesto sobre un lecho de material filtrante
de 10 cm de espesor, iniciándose la colocación a partir de la arqueta de registro en la
cabecera de la red, con la copa en el sentido de la pendiente. Los tubos penetran en
las arquetas y pozos 1 cm.

Figura 7.19

siendo: ADZ-12 relleno de la zanja con tierra procedente de la excavación, por tongadas de
20 cm
ASD-4 material filtrante de granulometría adecuada, con el que se rellena la zanja en
toda su longitud hasta una altura de 25 cm.
ASD-2 tubo de PVC ranurado dispuesto sobre un lecho de material filtrante de 10 cm
de espesor, iniciándose la colocación a partir de la arqueta de registro en la cabecera
de la red, con la copa en el sentido de la pendiente. Los tubos penetran en las
arquetas y pozos 1 cm.

Figura 7.20

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María Pilar del Amo Pérez

siendo: EHF-3 grava procedente de machaqueo de tamaño entre 2 y 5 cm, dispuesta por
tongadas de 20 cm, y compactada mediante rodillo vibratorio una vez concluido el
relleno
ADZ-12 relleno de la zanja con tierra procedente de la excavación, por tongadas de
20 cm

El CTE DB-C en su apartado 4.5.1.3.5 nos indica:


1. “Siempre que se estime necesario, se realizará un drenaje del terreno de
cimentación.
2. “El drenaje se podrá realizar con drenes colocados en el fondo de zanjas, en unas
perforaciones inclinadas con suficiente pendiente (por lo menos 5 cm por metro),
mediante empedrados, o con otros materiales idóneos.”
3. “Los empedrados se rellenarán de cantos o grava, dispuesta en una zanja, cuyo
fondo penetrará en la medida necesaria y tendrá una pendiente longitudinal de la
menos 3 a 4 cm por metro. Con anterioridad a la colocación de la grava, en su caso
se colocará un geotextil en la zanja que cumpla las condiciones de filtro necesarias
para evitar la migración de materiales finos”.
4. “Se podrá también emplear un procedimiento mixto, de dren y empedrado, colocando
un dren en el fondo del empedrado.”

DRENES SUPERFICIALES
Formados por una superficie filtrante de espesor variable encargada de captar el agua y
conducirla hacia drenes lineales, para ser posteriormente evacuada a un colector u obra de
desagüe. Los drenes superficiales pueden ser de dos tipos: encachados y pantallas porosas.

a. Encachados
Constituidas por capas de material filtrante que se disponen directamente sobre el terreno
natural (figura 7.21), inclinando su lecho de apoyo hacia los drenes lineales de recogida de las
aguas.

Figura 7.21

La figura 7.22, extraída de las NTE-ASD refleja la constitución de un encachado:

| 256
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 7.22

siendo: ASD-4 material filtrante de 20 cm de espesor, extendido uniformemente y compactado


EFH-3 grava de tamaño entre 2 y 5 cm, extendida uniformemente y compactada

b. Pantallas porosas
Constituidas por una pared vertical o ligeramente inclinada de placas porosas unidas entre sí,
apoyando su arista inferior en un dren lineal. Las placas presentan unos alveolos que al
colocarlas en posición vertical favorecen el drenaje. Entre el terreno natural y la pantalla es
conveniente colocar una capa de material filtrante que evite la obstrucción de la pantalla por el
arrastre de los finos.
La figura 7.23, extraída de las NTE-ASD, muestra la constitución de una pantalla porosa:

Figura 7.23

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María Pilar del Amo Pérez

siendo: ASD-2 tubo de hormigón poroso


ASD-3 boque poroso dispuesto sobre el bloque poroso, colocados con las juntas
verticales alternas
EFB-4 mortero de agarre M-40b de cemento P-350 y arena de río en proporción 1:6
dispuesto únicamente en la parte maciza del bloque con juntas de 1 cm
ASD-4 material filtrante de granulometría adecuada al terreno y al tubo, interpuesto
entre la pantalla y el terreno a medida que se levanta la pantalla, con un espesor
mínimo de 25 cm
QAT-10 membrana impermeabilizante

4.3 ELEMENTOS DEL DRENAJE

DRENES LINEALES Y/O SUPERFICIALES


Con una función drenante de captación y recogidas de las aguas del terreno, según lo
estudiado en los puntos anteriores.

COLECTORES
Tienen como función la conducción de las aguas desde los tubos dren hasta los puntos de
desagüe. El tubo de conducción puede tener o no una función drenante. Para su disposición
se requiere la apertura previa de una zanja en el terreno, en el fondo de la cual se coloca un
lecho de hormigón en masa para el apoyo del tubo. El tubo se asienta sobre el lecho mediante
el relleno de los laterales hasta la mitad de la sección. Dado que la estanqueidad del tubo no
es necesaria, se pueden disponer con las juntas sin sellar. Para evitar la obstrucción de la
junta se puede disponer un geotextil o malla sobre la misma. Se finaliza con el relleno de la
zanja por tongadas de grava gruesa, grava media, gravilla y arena, según nos alejamos de la
conducción.
La figura 7.24, extraída de las NTE ISS, refleja la disposición de un colector no drenante de
hormigón.

Figura 7.24

| 258
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

ARQUETAS
Son elementos de registro para prevenir obstrucciones, de unión entre los drenes lineales y
entre éstos y los colectores. Se dispone también en los puntos de cambio de dirección, cambio
de pendiente y de nivel.
a. Arqueta ciega
De unión entre drenes, en cambios de dirección y de pendiente. En los tramos rectos se
dispone cada 15 ó 20 metros. En su interior se dispone un semitubo o cauce que da
orientación a los drenes hacia el tubo de salida, formando ángulos obtusos con la dirección,
facilitando de este modo la salida del agua. Hay que procurar que los drenes acometan
descentrados en la arqueta, y no más de uno por cada cara. Las arquetas ciegas presentan
unas dimensiones de 28x38x50 cm.
La arqueta se construye sobre una solera de hormigón en masa de 10 a 15 cm de espesor,
que sirve de base a una fábrica de ladrillo cerámico o bloque de hormigón. La fábrica se
dispone de ½ pie de espesor para alturas hasta 80 cm, y de 1 pie para alturas mayores. La
arqueta lleva una tapa de hormigón armado con un marco metálico de refuerzo y se recibe a la
fábrica. La estanqueidad se resuelve mediante bandas de neopreno o caucho. El interior de la
arqueta se bruñe con un enfoscado de mortero de cemento, rodeando las aristas y armado
con fibra de vidrio para evitar fisuraciones.
Existe la posibilidad de que los drenes se unan en los puntos de registro con piezas
especiales, configurándose en éste vaso la arqueta como seca, no siendo necesaria la
formación del cauce ni el bruñido de las paredes.
La figura 7.25, extraída de las NTE ISS, refleja la disposición de una arqueta de paso, a cuya
ejecución se ajusta la arqueta ciega.

Figura 7.25

b. Arqueta de registro
Accesible para conservación y limpieza de los drenes. Se dispone en la unión de los drenes
principales y como mínimo cada 100 metros de dren. Se construyen con un diámetro mínimo
de 90 cm para permitir su descenso mediante pates hasta el fondo de la misma. La tapa de
registro debe permitir el paso de una persona. Se constituyen igual que las anteriores, sobre
una solera de hormigón y con fábrica de ladrillo de 1 pie.
La figura 7.26, extraída de las NTE ISA, refleja la disposición de un pozo de registro de sección
circular

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 7.26

c. Arqueta de ventilación.
Permiten la entrada de aire al sistema de drenaje, utilizándose como ventilación de los drenes
en presencia de terrenos arcillosos o limosos. Se construyen como arquetas ciegas
comunicadas con el exterior mediante un tubo, o como arquetas de registro provista de una
tapa con orificios de ventilación.

DESAGÜE
El último elemento del sistema de drenaje es el desagüe del agua a un cauce natural o
artificial, directamente al terreno o a la red de alcantarillado. En los dos primeros casos es
necesaria la disposición en la salida de una arqueta de desagüe, ubicando el nivel de la salida
suficientemente alto para evitar la inundación. Para la construcción de esta arqueta se dispone
una solera de 20 cm de espesor en el fondo y para la formación de la pendiente. La caja de la
arqueta se levanta con hormigón en masa de resistencia 100 N/mm2. Cuando el desagüe se
produce a la red de alcantarillado es necesario finalizar colocando un pozo de registro.

Figura 7.27

dónde: RSS-3 solera en fondo de arqueta y formación de pendientes de 20 cm de espesor


EFH-o fábrica de hormigón en masa

| 260
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

4.4 ESQUEMA DEL DRENAJE

En todo sistema de drenaje distinguimos tres zonas:


- Zona de captación
Para captar el agua directamente del terreno se dispone una selección de terreno
granular, de granulometría creciente a medida que nos acercamos a la zona de
conducción. Esta degradación evita el arrastre de los finos y la obstrucción de los
tubos dren.

- Zona de filtrado
Constituida por un elemento que actúe de filtro entre la zona de captación y la de
conducción, con el fin de retener los finos y los lodos. Se suele colocar un geotextil
de fibra de vidrio, envolviendo al terreno granular.

- Zona de canalización y conducción


Integrada por los elementos del drenaje: drenes lineales o/y superficiales, colectores
y arquetas.

- Zona de evacuación y eliminación


Una vez que el agua ha sido captada, desviada y conducida, debe buscarse una
solución para su retirada. Para su eliminación se dan las siguientes posibilidades:
• Evacuación a cauces de ríos, lagos, acequias, mar, etc.
• Evacuación al propio terreno por filtrado al mismo en estratos filtrantes o
mediante otros medios como pozos y zanjas filtrantes
• Evacuación al alcantarillado urbano, siempre que lo autorice el
Ayuntamiento

4.5 TRAZADO DE LA RED DE DRENAJE

El trazado de los drenes lineales depende de su aplicación en el campo del control del agua.
- Trazado del drenaje en espina de pez: el drenaje está formado por un dren lineal
principal que discurre centrado al que acometen ramificaciones por ambos lados con
un ángulo de convergencia agudo. Indicados para drenajes superficiales.
- Trazado del drenaje en peine: el drenaje está formado por un dren lineal principal al
que acometen perpendicularmente y por un solo lado otras redes lineales. Indicados
para drenajes superficiales.
- Trazado del drenaje en cinturón, en línea o en zanja corrida: formado por un único
dren lineal en forma de línea, en forma de U o formando un circuito cerrado. El dren
desagua en uno de sus extremos a un pozo filtrante, cauce natural o red de
alcantarillado. Es de aplicación en el drenaje de muros de sótano y en la eliminación
del agua en el arranque de los cerramientos de los edificios.

La figura 7.28 refleja las tres situaciones a las que responde el trazado de la red de
drenaje.

| 261
María Pilar del Amo Pérez

PENDIENTE TERRENO

CONSTRUCCIÓN

ESPINA DE PEZ EN PEINE EN CINTURÓN

DREN LINEAL

COLECTOR
ARQUETA

Figura 7.28

4.6 APLICACIONES DEL DRENAJE

DESCENSO PROVISIONAL O DEFINITIVO DEL NIVEL FREÁTICO


Se disponen drenes paralelos con un trazado en peine a una profundidad y separados una
distancia en función de la altura del nivel freático que se quiere rebajar y de la permeabilidad
del terreno (figura 7.29). A menor distancia entre drenes, menor altura alcanza el nivel freático
entre los drenes. A mayor profundidad, mayor será el descenso del agua.

TERRENO NATURAL

NIVEL FREÁTICO

Figura 7.29

DRENAJE DE UN MURO DE CONTENCIÓN


El CTE en su DB-C en el punto 6.3.3.1.3 Drenaje, considera preferentemente los siguientes
sistemas de drenajes de muros:
a) “drenes verticales de material granular, hormigón poroso, u otros que puedan ocupar
toda la altura del muro o parte de ella;
b) láminas drenantes;
c) drenes inclinados;

| 262
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

d) tapices drenantes horizontales a uno o varios niveles;


e) drenes horizontales a través del relleno;
f) drenes longitudinales en la base o talud del relleno;
g) mechinales en contacto directo con el relleno.”

En general establece una serie de consideraciones en cuanto a drenaje:


a)“Los filtros verticales son más difíciles de construir que los inclinados y producen
menor reducción de presiones del agua infiltrada o freática.
b) Funcionalmente el mejor sistema consiste en una cuña de relleno granular filtrante.
Este sistema es el más sencillo de ejecución y debe preferirse a los demás cuando
existan materiales adecuados en la zona y su coste no sea excesivo.
c) Todos los sistemas deben tener fácil evacuación del agua drenada, evitando su
acumulación en el trasdós.
d) Los mechinales constituyen un sistema de resultado problemático si no están
combinados con algún filtro o dren interior al relleno. Estos deben, salvo justificación,
cumplir las siguientes características:
i) tener un diámetro o lado no inferior a 10 cm, y su separación horizontal no
debe ser superior a 3 m. Deben colocarse lo más bajos posible, disponiendo
además otra hilada de mechinales a media altura del muro o a 1,50 m sobre
la hilada inferior en paralelo o al tresbolillo, para prever la obstrucción de
éstos. Debe existir, como mínimo, un mechinal por cada 4 m2 de muro;
ii) cuando se trate de muros de contrafuertes deben existir, como mínimo, dos
mechinales por panel entre contrafuertes;
iii) si la salida del agua almacenada en el trasdós es a través de mechinales,
deben tenerse en cuenta los empujes debidos a una saturación parcial del
relleno;
iv) en la salida de los mechinales por el paramento de trasdós se colocará un
filtro de grava gruesa de volumen aproximado 0,40x0,40x0,30 m, o el
necesario para evitar el escape del material de relleno y la colmatación del
mechinal;
v) siempre que sea posible debe evitarse la infiltración de agua de lluvia o
escorrentía por la superficie del relleno, para lo cual se colocarán materiales
o pavimentos poco permeables, con fácil drenaje por gravedad y
complementados con las oportunas cunetas o sumideros.
Debe evitarse el paso de humedad por absorción capilar a través del muro cuando el filtro sea
vertical o exista riesgo alto de estancamiento en el trasdós.”

Además, el CTE en su DB HS Salubridad, en el punto 2.1.2 Condiciones de las soluciones


constructivas, para el diseño de muros, expone una serie de condiciones que se le exigen a
cada solución constructiva en función del tipo de muro, del tipo de impermeabilización y del
grado de impermeabilidad, obtenido de la tabla 2.2 del mismo documento, que se muestra en
la figura 7.30. Las casillas que aparecen sombreadas constituyen soluciones no aceptables. La
casilla en blanco no requiere condiciones especiales de impermeabilización.
Transcribimos las condiciones que expone agrupadas en bloques homogéneos:
“C) Constitución del suelo:
C1 Cuando el muro se construya in situ debe utilizarse hormigón hidrófugo.
C2 Cuando el muro se construya in situ debe utilizarse hormigón de consistencia
fluida
C3 Cuando el muro sea de fábrica deben utilizarse bloques o ladrillos hidrofugados y
mortero hidrófugo.

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María Pilar del Amo Pérez

Tabla 2.2 Condiciones de las soluciones de muro

Muro de gravedad Muro flexorresistente Muro pantalla


Imp. Imp. Parcial Imp. Imp. Parcialme Imp. Imp. Parcialme
interior exterior mente interior exterior nte interior exterior nte
estanc estanco estanco
o

</
I2+D1+D5 I2+I3+D1+D V1 C1+I2+D1+D5 I2+I3+D1+D5 V1 C2+I2+D1+ C2+I2+D1+D5
= 5 D5
1
</
C3+I1+D1+ I1+I3+D1+D D4+V1 C1+C3+I1+ I1+I3+D1+D3 D4+V1 C1+C2+I1 C2+I1 D4+V1
= D3(3) 3
2 D1+D3
Grado de impermeabilidad

</
C3+I1+D1+ I1+I3+D1+D D4+V1 C1+C3+I1+ I1+I3+D1+D3 D4+V1 C1+C2+I1 C2+I1 D4+V1
= D3(3) 3 D1+D3(2)
3
</
I1+I3+D1+D D4+V1 I1+I3+D1+D3 D4+V1 C1+C2+I1 C2+I1 D4+V1
= 3
4
</
I1+I3+D1+ D4+V1 I1+I3+D1 D4+V1 C1+C2+I1 C2+I1 D4+V1
= (1)
5 D2+D3 +D2+D3

Figura 7.30

I) Impermeabilización:
I1 La impermeabilización debe realizarse mediante la colocación en el muro de una
lámina impermeabilizante, o la aplicación directa in situ de productos líquidos, tales
como polímeros acrílicos, caucho acrílico, resinas sintéticas o poliéster. En los muros
pantalla construidos con excavación la impermeabilización se consigue mediante la
utilización de lodos bentoníticos. Si se impermeabiliza interiormente con lámina ésta
debe ser adherida. Si se impermeabiliza exteriormente con lámina, cuando ésta sea
adherida debe colocarse una capa antipunzonamiento en su cara exterior y cuando
sea no adherida debe colocarse una capa antipunzonamiento en cada una de sus
caras. En ambos casos, si se dispone una lámina drenante puede suprimirse la capa
antipunzonamiento exterior. Si se impermeabiliza mediante aplicaciones líquidas
debe colocarse una capa protectora en su cara exterior salvo que se coloque una
lámina drenante en contacto directo con la impermeabilización. La capa protectora
puede estar constituida por un geotextil o por mortero reforzado con una armadura.
I2 La impermeabilización debe realizarse mediante la aplicación de una pintura
impermeabilizante o según lo establecido en I1. En muros pantalla construidos con
excavación, la impermeabilización se consigue mediante la utilización de lodos
bentoníticos.
I3 Cuando el muro sea de fábrica debe recubrirse por su cara interior con un
revestimiento hidrófugo, tal como una capa de mortero hidrófugo sin revestir, una
hoja de cartón-yeso sin yeso higroscópico u otro material no higroscópico.

| 264
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

D) Drenaje y evacuación:
D1 Debe disponerse una capa drenante y una capa filtrante entre el muro y el
terreno o, cuando existe una capa de impermeabilización, entre ésta y el
terreno. La capa drenante puede estar constituida por una lámina drenante,
grava, una fábrica de bloques de arcilla porosos u otro material que
produzca el mismo efecto. Cuando la capa drenante sea una lámina, el
remate superior de la lámina debe protegerse de la entrada de agua
procedente de las precipitaciones y de las escorrentías.
D2 Debe disponerse en la proximidad del muro un pozo drenante cada 50 m
como máximo. El pozo debe tener un diámetro interior igual o mayor que 0,7
m y debe disponer de una capa filtrante que impida el arrastre de finos y de
dos bombas de achique para evacuar el agua a la red de saneamiento o a
cualquier sistema de recogida para su reutilización posterior.
D3 Debe colocarse en el arranque del muro un tubo drenante conectado a la
red de saneamiento o a cualquier sistema de recogida para su reutilización
posterior y, cuando dicha conexión esté situada por encima de la red de
drenaje, al menos una cámara de bombeo con dos bombas de achique.
D4 Deben construirse canaletas de recogida de agua en la cámara del muro
conectadas a la red de saneamiento o a cualquier sistema de recogida para
su reutilización posterior y, cuando dicha conexión esté situada por encima
de las canaletas, al menos una cámara de bombeo con dos bombas de
achique.
D5 Debe disponerse una red de evacuación del agua de lluvia en las partes de
la cubierta y del terreno que puedan afectar al muro y debe conectarse
aquélla a la red de saneamiento o a cualquier sistema de recogida para su
reutilización posterior.

V) Ventilación de la cámara:
V1 Deben disponerse aberturas de ventilación en el arranque y la coronación
de la hoja interior y ventilarse el local al que se abren dichas aberturas con
un caudal de, al menos, 0,7 l/s por cada m2 de superficie útil del mismo. Las
aberturas de ventilación deben estar repartidas al 50% entre la parte inferior
y la coronación de la hoja interior junto al techo, distribuidas regularmente y
dispuestas al tresbolillo. La relación entre el área efectiva total de las
aberturas, Ss, en cm2, y la superficie de la hoja interior, Ah, en m2, debe
cumplir la siguiente condición:
30 >S s/Ah > 10 (2.1)

La distancia entre aberturas de ventilación contiguas no debe ser mayor que 5 m. “

El grado de impermeabilidad exigido al muro se obtiene de la tabla 2.1 del DB HS que refleja la
figura 7.31.

Figura 7.31

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María Pilar del Amo Pérez

Las NTE ASD en su punto 3 Criterios de diseño, en el apartado correspondiente al “Drenaje de


los muros de contención” expone:
“Cuando el terreno de apoyo del muro y el situado en su trasdós, sean de naturaleza granular
y alta permeabilidad, permaneciendo el nivel freático bajo el plano de apoyo de la cimentación,
el drenaje no será necesario.”

En el mismo punto, las citadas normas establecen para cualquier otro caso el tipo de drenaje
para los muros de contención en función de las características del terreno inmediatamente
detrás del trasdós y de la cimentación. En cuanto al drenaje del trasdós del muro, se
procurará, en general, si este terreno se puede excavar, realizar el relleno con material
granular y permeable como gravas o arenas, evitando rellenos arenosos y limosos.
La figura 7.32, refleja los tipos de drenaje que recogen las NTE ASD en su punto 3 Criterios de
diseño.

Figura 7.32

Las citadas normas exponen para los diferentes tipos de relleno, las siguientes
consideraciones:

- Relleno de grava
Se recomienda la disposición de mechinales de 1 cm de diámetro, separados
dispuestos cada 1,50 metros tanto en horizontal como en vertical. La hilada más
próxima al suelo se debe disponer a una altura de este menor de 0,50 metros. El
agua que conducen los mechinales se recoge en un caz dispuesto con una pendiente
mínima del 5 por mil.

| 266
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Esta solución no garantiza la ausencia de agua en el paramento, por lo que si se


requiere esta exigencia, es preferible optar por la solución siguiente.

- Relleno de arena
El drenaje consta de un dren lineal dispuesto sobre el tacón del muro y rodeado de
material filtrante encargado de captar y conducir el agua del trasdós del muro. Es
necesario efectuar desagües cada 60 metros lineales de dren a un colector de
recogida exterior, mediante arquetas ciegas o de registro.

- Relleno de gravas y arenas con arcillas o limo


En este caso se compone de un dren lineal sobre el tacón y una pantalla porosa
levantada sobre el dren.

- Relleno de arcilla
A la disposición anterior se le añaden dos capas de arena de río de 25 cm de
espesor aislando completamente el relleno de arcilla para mantener su humedad
constante. Si no es posible actuar sobre el relleno impermeabilizaremos la superficie
del trasdós del muro hasta su coronación para evitar infiltraciones en la zona del
trasdós.

Si no existe relleno deberemos impermeabilizar el terreno de la coronación y recoger el agua


en un caz que discurre paralelo al muro, según recoge la figura 7.33.

Figura 7.33

Existen en la actualidad en el mercado sistemas de drenaje que sustituyen a la pantalla


porosa, como es el caso de la placa gofrada que se complementa con un geotextil que actúa
de filtro para los finos que arrastra el agua, según refleja la figura 7.34 y 7.35.

| 267
María Pilar del Amo Pérez

Figura 7.34

Figura 7.35 Placa gofrada en trasdós

En cuanto al drenaje de la cimentación del muro de contención, éste será necesario si el


terreno de la misma es arcilloso o cuando se prevea la presencia de agua en la zona. En este
caso el drenaje se soluciona con la colocación de una capa de material filtrante compactado
bajo la cimentación que desagua a un dren lineal y una capa filtrante en el plano del corte
recogida también en un dren lineal.

PROTECCIÓN DEL PERÍMETRO DE LOS EDIFICIOS


a. Drenaje cuerpos de la edificación enterrados: muro de sótano
Seguiremos también las especificaciones que recoge el CTE en su documento básico DB HS
en el punto 2.1, descritas con anterioridad para los muros de contención y aplicables asimismo
a los muros de sótano.

| 268
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Las NTE ASD recogen asimismo las condiciones necesarias para el drenaje de muros de
sótano. Si el terreno bajo la cimentación del muro de sótano es granular y permeable, y el nivel
freático no afecta el plano de cimentación, no es necesario drenar el muro de sótano.
Si el nivel freático supera el nivel de la cimentación es necesario dispone un drenaje perimetral
si el caudal no es excesivo.
Si el caudal es grande, habrá que recurrir a la disposición de una cámara bufa ventilada,
situación también necesaria en presencia de medianeras (figura 7.36). En el interior de la
cámara bufa y al pie de la misma se dispone un canal de recogida de las aguas filtrada con
una pendiente mínima del 5% y máxima del 14% con un sumidero cada 25 m2 del muro. La
cámara se trasdosa con un tabique de ladrillo hueco sencillo revestido con un enfoscado de
mortero hidrófugo.

REVESTIMIENTO CONTINUO DE MORTERO HIDROFUGO DE CEMENTO Y ARENA e=1cm

LADRILLO CERÁMICO HUECO SENCILLO TOMADO CON MORTERO M-40a e=5 cm

CÁMARA BUFA VENTILADA e=10 cm

MURO DE HORMIGÓN ARMADO e=25 cm

CANALETA INFERIOR DE EVACUACIÓN

Figura 7.36 Drenaje con cámara bufa

En presencia de terrenos poco permeables bajo la cimentación, se deberá drenar el trasdós


del muro y su solera. El drenaje está formado por un dren lineal perimetral dispuesto sobre el
tacón del muro, situado en un nivel inferior al de la solera. Encima del dren se levanta una
pantalla porosa interponiendo entre ésta y el terreno una capa de material filtrante con un
espesor mínimo de 25 cm (figura 7.37).
Si aparecen un estrato permeable sobre otro impermeable el dren se situará en el nivel del
estrato impermeable. Es necesario además de drenar impermeabilizar el trasdós del muro
mediante una membrana impermeabilizante.

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María Pilar del Amo Pérez

LÁMINA IMPERMEABLE

PANTALLA POROSA

MATERIAL FILTRANTE

SOLERA
DRENAJE SUPERFICIAL

DREN LINEAL PERIMETRAL

Figura 7.37 Drenaje de sótano

Como hemos visto en el drenaje de muros de contención, se puede sustituir la pantalla porosa
por una placa gofrada complementada con un geotextil, con la misma función drenante que la
pantalla, siendo también preciso impermeabilizar mediante una membrana impermeable. En el
caso de que el nivel freático supere el nivel de la cara inferior de la solera, también será
necesario el drenaje de la misma, según aparece en la figura 7.38.

MURO DE SÓTANO DE HORMIGÓN ARMADO

TERRENO NATURAL
IMPRIMACIÓN ASFÁLTICA
LÁMINA IMPERMEABILIZANTE
PLACA GOFRADA
RELLENO DE ARENA DE RÍO
CAPA SEPARADORA GEOTEXTIL
CAPA DE GRAVA PARA DRENAJE
DREN LINEAL PVC
LECHO ARENA ASIENTO DEL COLECTOR
NIVEL FREÁTICO REBAJADO

Figura 7.38 Drenaje de sótano con el nivel freático superior a la cota de la solera

En la secuencia que recoge la figura 7.39, se muestra el drenaje de una solera de un muro de
sótano con un nivel freático que aflora por encima del plano de cimentación. El agua es
drenada y evacuada por medio de un dren lineal perimetral interior y de drenes lineales
dispuestos a lo largo de la superficie de la solera, que confluyen en un punto de recogida
dónde es bombeada a cotas superiores, debido a la diferencia de cotas con la acometida a la
red de alcantarillado.

| 270
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 7.39 Drenaje de solera en muro de sótano

b. Drenaje de zócalos de arranque de cerramientos y cimientos


El sistema de drenaje es el similar al visto para muros: disposición de un dren lineal
perimetral sobre un lecho de apoyo y rodeado de material filtrante e impermeabilización del
arranque del cerramiento (figura 7.40).

Figura 7.40 Drenaje de arranque de cerramiento

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María Pilar del Amo Pérez

DRENAJE DE UNA SOLERA


Si el nivel freático supera el nivel de la cara inferior de la solera, es necesario disponer un
drenaje formado por un encachado de espesor uniforme bajo toda la superficie de asiento de
la solera y una red de drenes lineales comunicados con la red perimetral (figura 7.41).
También es necesario este drenaje si la superficie de la solera es muy grande y el dren
perimetral no rebaja por completo el nivel freático.

SOLERA
DRENAJE DREN LINEAL

NIVEL FREÁTICO

SOLERA SIN DRENAJE

SOLERA
DRENAJE DREN LINEAL
NIVEL FREÁTICO

SOLERA CON DRENAJE

Figura 7.41 Drenaje de una solera

DESECACIÓN RÁPIDA DE ÁREAS EXTERIORES DE TERRENO POR VENTILACIÓN


La desecación de áreas exteriores de terreno de tipo arcilloso se soluciona con la disposición
de trazados de redes no drenantes, en las que los drenes lineales no conducen agua, sino que
su función se reduce a facilitar la desecación del terreno por evaporación a través de los poros
o perforaciones que presenta el tubo (figura 7.42).

3-3,5 metros
DREN TOTALMENTE PERFORADO SIN FUNCION DRENANTE

PAVIMENTO EXTERIOR POROSO

ENCACHADO DE PIEDRA O GRAVA

TERRENO NATURAL

Figura 7.42 Desecación de áreas exteriores

DRENAJE DE PRADERAS Y JARDINES


El drenaje está constituido por una red de drenes tubulares o de grava, si la pendiente del
terreno es mayor del 10%, colocados a profundidades mayores de 1 metro y bajo un
encachado sobre el que se sitúa la pradera (figura 7.43). Conviene la interposición de un
geotextil rodeando al tubo dren para evitar la obstrucción del tubo por acumulación de finos.

| 272
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

PRADERA

ENCACHADO

DREN LINEAL

Figura 7.43 Desecación de jardines

5. SISTEMAS DE AGOTAMIENTO

El control del agua freática por agotamiento permite rebajar el nivel freático y captar
infiltraciones de la zona de excavación. Sea cual sea el sistema que empleemos como
agotamiento del agua, es importante contar con un estudio hidrológico y geotécnico previo.
El agotamiento del agua se puede realizar por:
- Zanjas perimetrales
- Pozos filtrantes
- Lanzas de drenaje tipo well-point
- Electroósmosis

5.1 ZANJAS PERIMETRALES

Se utilizan cuando al excavar se alcanza una cota inferior del nivel freático, siendo necesaria
su extracción de forma continua, hasta conseguir taponar los orificios de entrada del agua.
Consiste en la apertura en el perímetro de la excavación principal y a una profundidad que
supere la cota de ésta, de una zanja a través de la cual mediante bombeo se evacúa el agua
(figura 7.44). Las filtraciones de agua deben ser pequeñas y aflorar de forma regular.
BOMBA

nivel freático

ZANJA PERIMETRAL nivel explanación

Terreno impermeable

Figura 7.44 Zanja perimetral

5.2 POZOS FILTRANTES

Consiste en la excavación en el perímetro de la excavación, y antes de realizar ésta de una


serie de pozos distanciado ente 6 y 60 m cuya cota base llegue hasta el terreno impermeable.
En el interior de cada pozo se introduce una bomba que permite rebajar el nivel freático hasta
que se alcanza el equilibrio entre el caudal del agua evacuada y la que entra en cada pozo
debido a la permeabilidad del terreno (figura 7.45).

| 273
María Pilar del Amo Pérez

nivel freático original

nivel explanación

BOMBA nivel freático rebajado

Terreno impermeable

Figura 7.45 Pozo filtrante

5.3 LANZAS DE DRENAJE TIPO WELL-POINT

Permiten rebajar el nivel freático mediante la aspiración e impulsión de las aguas. Consiste en
la hinca en el terreno de una serie de tubos filtrantes o lanzas de acero galvanizado o
inoxidable, de 2”-3” de diámetro y de 30 a 100 cm de longitud, provistos de una punta de hinca
con doble válvula para evitar la entrada de material y la pérdida del agua de inyección (figura
7.46).

Figura 7.46 Lanzas de acero galvanizado y colector de recogida


(Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L.)

| 274
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Las lanzas, una vez hincadas en el terreno por vibración o inyección de agua a presión,
absorben el agua al conectarse a través de unos tubos flexibles o manguitos a una conducción
de aspiración o colector. Este conduce las aguas hasta una bomba de absorción o de vacío,
que al crear una subpresión, absorbe el agua (figura 7.47).

Figura 7.47 Bomba de absorción


(Imágenes cedidas por Ischebeck Ibérica S.L.)

5.4 ELECTROÓSMOSIS
Sistemas basados en hacer pasar una corriente eléctrica continúa en un terreno con
granulometría fina través de un material con tubos capilares, lo que produce un movimiento del
agua del ánodo hacia el cátodo. Forzamos la circulación del agua mediante el paso de una
corriente eléctrica. El método es de carácter temporal, y se aplica a suelos arcillosos blandos y
a limos, dónde es complicado el drenaje por los métodos estudiados.

6. BIBLIOGRAFIA

BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras,


Fundaciones, Andamios, Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería
Editorial de BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899

BARROS, José: Muros de contención. Monografías CEAC de la Construcción. Ediciones


CEAC, S.A. Febrero 1994.
ISBN-84-329-2962-X

GARCÍA VALCARCE, Antonio y otros: Manual de Edificación. Derribos y Demoliciones.


Actuaciones sobre el Terreno. Editorial EUNSA (Ediciones Universidad de Navarra, S.A.),
Navarra, 1995. ISBN-84-313-1356-0

INSTITUTO VALENCIANO DE LA EDIFICACIÓN, CONSEJO SUPERIOR DE LOS COLEGIOS


DE ARQUITECTOS DE ESPAÑA, CONSEJO GENERAL DE COLEGIOS OFICIALES DE
APAREJADORES Y ARQUITECTOS TÉCNICOS: Pliego General de Condiciones Técnicas en
la Edificación. Conforme al Código Técnico de la Edificación. Edición 2007
ISBN-978-84-96602-25-0

INSTITUTO VALENCIANO DE LA EDIFICACIÓN, CONSEJO SUPERIOR DE LOS COLEGIOS


DE ARQUITECTOS DE ESPAÑA, CONSEJO GENERAL DE COLEGIOS OFICIALES DE

| 275
María Pilar del Amo Pérez

APAREJADORES Y ARQUITECTOS TÉCNICOS: Pliego General de Seguridad y Salud en la


Edificación. Edición 2007
ISBN-978-84-96602-26-7

LOZANO APOLO, Gerónimo y LOZANO MARTÍNEZ-LUENGAS, Alfonso: Curso Diseño,


Cálculo Construcción y Patología de cimentaciones y recalces. Lozano y Asociados.
CONSULTORES TÉCNICOS DE CONSTRUCCIÓN, S.L. 1998
ISBN-84920401-2-2

MINISTERIO DE LA VIVIENDA: CTE. DB SE-C. Código Técnico de la Edificación. Documento


Básico: Seguridad Estructural. Cimientos. Real Decreto 314/2006.

MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS, TRANSPORTES Y MEDIO AMBIENTE: NORMAS


TECNOLÓGICAS DE LA EDIFICACION. ACONDICIONAMIENTO DEL TERRENO.
CIMENTACIONES.
ISBN-84-7433-810-7

| 276
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Tema 8

MEJORA DEL TERRENO

El objetivo de la mejora del terreno es el tratamiento y la corrección de las características


resistentes (resistencia al corte, resistencia a esfuerzos dinámicos, resistencia a tracción),
deformacionales (reducción de los asientos) y de impermeabilidad (reducción de la
permeabilidad, mejorando el comportamiento frente a la erosión provocada por el agua) de los
suelos. Se aplica cuando:
- el terreno contiene gran cantidad de poros y fisuras
- existe una gran cantidad de agua en el terreno
- el terreno tiene una capacidad portante insuficiente
- en la cimentación de edificaciones industriales, en las que las cargas son livianas y
repartidas en grandes superficies, el firme se encuentra a gran profundidad y la
ejecución de una cimentación convencional no resulta económica
Las técnicas de intervención pueden ser superficiales o profundas.
1. Intervenciones de mejora en superficie
- Sustitución del terreno y encachado
- Compactación superficial
- Preconsolidación
- Saneamiento y drenaje
- Estabilización
- Zampeado
- Armado del terreno

2. Intervenciones de mejora en profundidad


- Compactación profunda
- Vibrocompactación, vibrosustitución y vibroflotación
- Inyecciones

1. INTERVENCIONES DE MEJORA EN SUPERFICIE

1.1 SUSTITUCIÓN DEL TERRENO Y ENCACHADO

En presencia de terrenos formados por rellenos no controlados, fangos y arcillas con alto
contenido de agua puede resultar económico proceder al vaciado del terreno no apto, y
sustituirlo por un encachado de terreno granular adecuado siguiendo la técnica de ejecución
de los rellenos vista en el tema correspondiente.
La sustitución del terreno se aplica tanto en áreas industriales como en la construcción de
viviendas proyectadas sobre dos tipos de terreno diferentes, lo que daría lugar a la elección de
dos cimentaciones diferentes, y por lo tanto a la existencia de asientos diferenciales. En estos
casos la sustitución puede ser económica hasta cotas de sustitución inferiores a los 3 metros.
En todo caso se recomienda que las tensiones en la cota de vaciado no superen el 10% de las
producidas por la cimentación.
Para profundidades mayores de 3 metros es preferible únicamente la sustitución del terreno de
zanjas o pozos situados bajo la línea de muros de carga o de pilares. En general, este método
resulta antieconómico para profundidades mayores de 4 metros.

| 277
María Pilar del Amo Pérez

Es fundamental que el aporte del nuevo terreno se haga de un modo correcto, por tongadas
debidamente compactadas y controlando el grado de humedad del terreno.

1.2 COMPACTACIÓN SUPERFICIAL

La compactación es el aumento de la densidad y la disminución de la porosidad de un terreno


de forma instantánea, con objeto de:
- aumentar la capacidad portante
- disminuir los asientos
- reducir el nº huecos y por lo tanto la permeabilidad y la heladicidad
Al compactar un terreno logramos mayor resistencia, mayor rigidez y menor permeabilidad. La
compactación como ya hemos visto se puede realizar sobre un terreno de aporte, aunque
también es frecuente la compactación de terrenos “in situ”, pudiendo ser de carácter puntual o
afectar a un área de gran extensión.
Para aumentar la densidad del terreno se aplica sobre cada tongada extendida y nivelada una
energía mediante varias pasadas de la maquinaria apropiada (figura 8.1), a fin de obtener la
densidad seca mínima exigida, que no debe ser inferior al 95% del Proctor normal obtenido en
laboratorio para los mismos terrenos que los que aportamos. Cada tongada debe recibir el
mismo número de pasadas de la máquina compactadora, a fin de evitar asientos tras la puesta
en carga.
Como hemos visto en la ejecución de los rellenos, los equipos de compactación pueden ser
por presión estática, por efecto dinámico o por vibración. La compactación estática es
aplicable a terrenos cohesivos, como los limos y los terrenos limo-arenosos. La compactación
por vibración es aplicable a terrenos no cohesivos como las arenas y los limo-arenosos.

Figura 8.1 Maquinaria para áreas extensas de compactación

1.3 PRECONSOLIDACIÓN

La consolidación de terrenos saturados poco permeables, como las arcillas blandas es un


fenómeno que se produce de forma muy lenta, como consecuencia de la pérdida del agua
intersticial que se disipa muy lentamente. La consolidación se da lo largo de grandes periodos,
pudiendo durar años e incluso siglos. Es por ello, que las técnicas de aumento de la densidad
por compactación vistas con anterioridad no son de aplicación directa para estos tipos de
suelos. Pero podemos acelerar ese proceso de consolidación cargando el terreno
previamente, con una sobrecarga de grava u otro material similar (figura 8.2).

| 278
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

De esta forma se produce una preconsolidación, o aceleración del asentamiento y del proceso
de consolidación, que produce una mejora de la capacidad portante. El descenso que
experimenta el terreno depende de la naturaleza del mismo, de la sobrecarga a aplicar, de la
permeabilidad y del tiempo de aplicación de la sobrecarga. Este método no es demasiado
económico, pues para que tenga efectividad es necesaria la presencia de la sobrecarga en el
terreno a edificar por lo menos de 1 año, lo que demora el comienzo de las obras.

Sobrecarga

Terreno natural Terreno natural

1. 2.

Sobrecarga

Terreno consolidado Terreno consolidado

3. 4.

Ho altura terreno original


Hc altura terreno consolidado
Hr altura terreno relajado

Figura 8.2

Para favorecer la eliminación del agua intersticial se pueden disponer una red de drenes
lineales formados por un tubo dren rodeado de material filtrante, o disponer drenes verticales
rellenos de arena de diámetro 25 ó 30 cm, en el caso de que el terreno bajo la cota de
consolidación sea granular y permeable (figura 8.3).

Sobrecarga Sobrecarga
Drenaje superficial

Dren vertical

10D

Terreno permeable Terreno impermeable

Figura 8.3 Figura 8.4

Los drenes verticales se disponen a distancias iguales a 10 veces el diámetro del dren. Si el
estrato inferior es impermeable se puede disponer en la parte superior un drenaje superficial
formado por una capa de arena (figura 8.4).

| 279
María Pilar del Amo Pérez

En todo caso interesa que la construcción de la edificación después de la preconsolidación


sea muy rápida, a fin de evitar la relajación del terreno. La preconsolidación es aplicable a
arcillas y terrenos limo-arenosos.

1.4 SANEAMIENTO Y DRENAJE

En terrenos que contienen gran cantidad de agua es necesario el control de la misma


mediante el saneamiento y drenaje. El drenaje reduce la presión del agua, lo que produce una
consolidación. Es aplicable a arcillas-limosas y limos.
Con frecuencia, los trabajos del control del agua tienen como objetivo el rebajamiento del nivel
freático cuando éste coincide con la rasante o está próximo a ella. Con ello conseguimos
mejorar la resistencia del terreno al aumentar las presiones efectivas Este rebajamiento puede
ser de tipo provisional o definitivo. Las diferentes soluciones las hemos estudiado con detalle
en el tema correspondiente al control del agua. Aquí nos limitaremos a repasar los sistemas de
drenaje más utilizados.

SANEAMIENTO PROVISIONAL
a. Pozos filtrantes
El saneamiento se produce mediante la ejecución de unos sondeos verticales de drenaje,
llegando hasta la cota del terreno impermeable, y bombeando el agua. El nivel freático se
rebaja mientras se mantiene el bombeo. Los pozos se sitúan a distancias entre los 6 y los 60
metros.
b. Tubos filtrantes
El saneamiento se produce mediante la hinca en el terreno de una serie de lanzas de drenaje
que absorben el agua, al ser conectados a una bomba de vacío. Las lanzas son tubos de
acero galvanizado de 2-3” con la punta provista de un filtro. La hinca de la lanza se produce
por vibración o por inyección de agua a presión. Es aplicable a terrenos arenosos

SANEAMIENTO DEFINITIVO
El sistema más utilizado es el trazado de redes de drenaje a base de drenes lineales.

1.5 ESTABILIZACIÓN

La mejora del terreo por estabilización consiste en añadir al suelo diferentes adiciones secas
como tierras, cemento, cal, cenizas volantes, productos bituminosos, productos químicos, etc.,
con el fin de mejor su resistencia, aumentar su impermeabilidad y estabilizar sus dimensiones,
evitando hinchamientos.

a. Estabilización con cemento portland


Se consigue un aumento de la resistencia y la durabilidad, por medio de la adición de un 2-4%,
en peso seco, de cemento en suelos granulares, y un 10-15%, en peso seco, de cemento
para suelos cohesivos. Para que sea efectiva es necesario disgregar previamente el terreno y
una vez mezclado, controlar la humedad y proceder a su compactación.

b. Estabilización con cal


Se consigue una mejora de la resistencia, manejabilidad y el control de los cambios
volumétricos, por medio de la adición de un 2-8% en peso seco.

| 280
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

c. Estabilización con cenizas volantes procedentes de centrales térmicas


Su composición a base de sílice, aluminio y álcalis permite rebajar la cantidad de cemento en
estabilizaciones con éste aditivo. Su adicción a estabilizaciones con cal forma compuestos
cementantes.

d. Estabilización con productos bituminosos


Impermeabilizan terrenos granulares al crear una capa cohesiva y aumentan la humedad en
terrenos arcillosos, evitando la disminución de su capacidad portante.

e. Estabilización con productos químicos


Utilizan diferentes aditivos químicos como cloruro de calcio y soluciones de acido silíceo que
reaccionan con el terreno dándole estabilidad dimensional.

1.6 ZAMPEADO

Consiste en la hinca en el terreno de diferentes elementos o zampas, normalmente provistos


de un extremo aguzado para favorecer la hinca y de forma troncocónica. La zampa se
introduce en el terreno hasta profundidades de 1 ó 2 metros. Su hinca se transfiere en un
aumento de la capacidad portante del terreno, debido al aumento de la densidad del mismo, al
disminuir el índice de huecos. Es importante que la hinca de las zampas se efectúe de forma
simétrica para logra una compactación homogénea.

1.7 ARMADO DEL TERRENO

Consiste en la asociación del terreno con una armadura de acero o de fibras sintéticas, con el
objeto de conseguir un material más resistente. Es necesario que el terreno posea una cierta
resistencia al rozamiento para que exista iteración entre ambos elementos: terreno y
armadura.
Las aplicaciones del refuerzo del terreno mediante el armado del mismo la hemos estudiado
en el tema de contención del terreno.

2. INTERVENCIONES DE MEJORA EN PROFUNDIDAD

2.1 COMPACTACIÓN PROFUNDA

La mejora del terreno por consolidación dinámica se produce al impactar contra la superficie
del terreno una masa pesada que cae desde una gran altura (figura 8.5). El impacto produce
un aumento de la densidad del terreno al disminuir el índice de huecos del mismo. La
compactación profunda es efectiva para suelos cohesivos y granulares saturados. Es
importante drenar el agua del terreno a fin de evitar su almacenamiento en los cráteres que se
forman tras el impacto, para lo cual se disponen zanjas de drenaje y en el caso de suelos
cohesivos saturados, una capa de terreno granular para favorecer la salida del agua
intersticial.
El peso de la maza alcanza hasta las 200 toneladas, dejándola caer desde alturas desde hasta
40 metros lo que produce consolidaciones hasta los 30 m de profundidad. Los puntos de caída
de la maza están dispuestos en una red triangulada de 5 a 10 metros de lado.

| 281
María Pilar del Amo Pérez

PESO HASTA 200 toneldas

ALTURA DE CAÍDA
15-40 metros
CRÁTER

RED TRIANGULAR
5-10 metros

SUELO COMPACTADO

Figura 8.5

Es necesario preparar una superficie del terreno horizontal que permita el acceso de la
maquinaria de compactación. Tras el lanzamiento de la maza en los puntos de la red se
concluye con la nivelación de la superficie del terreno, el relleno en su caso y la compactación
final. La compactación profunda del suelo produce una mayor resistencia y rigidez y una menor
permabilidad

2.2 VIBROCOMPACTACIÓN, VIBROSUSTITUCIÓN Y VIBROFLOTACIÓN

Son una serie de técnicas en las que se produce una mejora del terreno a través de la energía
liberada por un vibrador que se introduce en el terreno. En general se consigue un aumento de
la capacidad portante del terreno, reduciéndose los asientos, aumentando la estabilidad frente
al deslizamiento. El vibrador tiene un diámetro entre 35 y 45 cm, una longitud entre 2 y 4,5
metros y un peso de 2 a 4 toneladas.

VIBROCOMPACTACION Y VIBROFLOTACION
La vibración introducida consigue compactar el terreno del entorno mejorando la capacidad
portante del mismo al aumentar su densidad. El vibrador se introduce en los vértices de una
malla triangular de lado entre 1,5 a 3 metros.
La vibrocompactación utiliza vibradores de baja frecuencia que se cuelgan de grúas. La
compactación se lleva a cabo por una serie de pasadas ascendentes. Las vibraciones que
emite el vibrador reorganizan los granos, disminuyendo la porosidad y aumentando por tanto la
densidad. Es aplicable a terrenos granulares (gravas y arenas), heterogéneos y poco
consolidados, con un contenido de finos inferior al 15 ó 20%. Si es necesario se añade como
relleno un grano de terreno que permita la homogeneización del suelo y su posterior
compactación
En la vibroflotación el vibrador es ayudado a penetrar en el terreno por medio de una inyección
de agua a presión hasta alcanzar la profundidad necesaria (figura 8.6). Según se corta el
aporte del agua y se va extrayendo el vibrador, se compacta y consolida el terreno circundante

| 282
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

mientras se rellena la perforación con el propio suelo o con terreno de aportación. Es aplicable
a suelos granulares o escasamente cohesivos.
La compactación del suelo produce un cráter en la superficie del mismo que se rellena con
material de aporte o con el propio terreno. Se obtienen así volúmenes cilíndricos de terreno
compactado.

MANGUERA DE AGUA

VIBRADOR

APORTE DE MATERIALES

VOLUMEN COMPACTADO
VOLUMEN COMPACTADO

Figura 8.6 Vibroflotación

VIBROSUSTITUCION
En los suelos limosos y arcillosos la cohesión de los granos impide la disipación de la energía
liberada por el vibrador, por lo que no es eficaz la vibrocompactación, procediéndose a la
técnica de la vibrosustitución.

| 283
María Pilar del Amo Pérez

En ella, la vibración produce un desplazamiento lateral del suelo, produciendo un hueco que
se rellena con grava. El vibrador es de descarga inferior y lleva en la parte superior una
cámara de descarga y un tubo alargador-alimentador. El resultado es la formación de una
columna de grava de un diámetro que depende de la naturaleza del terreno (figura 8.7 y 8.8).
El vibrador (figura 8.9) se introduce en los vértices de una malla triangular de lado entre 1 y 6
metros. En la fase de ascensión el suelo que envuelve al vibrador se compacta,
desplazándose, mientras se va rellenando la perforación con grava u hormigón que va
cayendo por el orificio de salida. El vibrador vuelve a descender dentro del material de
aportación, compactándolo y desplazándolo lateralmente contra el terreno. El terreno original
queda confinado entre columnas de grava o de hormigón, sobre los que se dispone la
cimentación.

CUBETA CARGA MATERIAL APORTE

VIBRADOR CON CÁMARA DE DESCARGA

CIMENTACIÓN

COLUMNA DE GRAVA U HORMIGÓN

DESCARGA DE GRAVA U HORMIGÓN

Figura 8.7 Vibrosustitución

| 284
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 8.8 Vibrosustitución


(Imagen cedidas por Terratest)

La vibrosustitución es aplicable a suelos cohesivos (limosos o arcillosos), rellenos


heterogéneos, etc. En este caso, la mejora del terreno es debida a la presencia de las
columnas de grava. La aplicación de la vibroflotación es hasta 70 metros de profundidad.
Una vez estacionada la máquina en el punto de introducción del vibrador y estabilizada, se
llena la tolva con el material de aportación. Una vez vertido el contenido de la tolva a la
cámara, se cierra ésta, fluyendo el material por medio de aire comprimido hasta el orificio de
salida.

Figura 8.9 Vibrador sobre orugas que asegura la verticalidad de las columnas de
grava (Imagen cedidas por Terratest)

| 285
María Pilar del Amo Pérez

2.3 INYECCIÓN O IMPREGNACIÓN DEL TERRENO

Son técnicas de mejora del terreno que incorporan al mismo adiciones húmedas, mediante la
inyección de productos, mejorando alguna de sus características. Las adiciones se inyectan en
unos sondeos previamente ejecutados en el terreno o bombeando el fluido a través de unos
taladros dispuestos en la superficie o en el extremo de un trépano. La inyección de la adicción
en el terreno da lugar a un aumento de resistencia, de la cohesión y fricción, y a una
reducción de la permeabilidad, deformabilidad y compresibilidad del suelo.
Los procedimientos de inyección son variados agrupándose, en función de la forma en que se
inyecta el fluido y en función del producto inyectado, en inyecciones de presión y de velocidad.
En las inyecciones de presión la adición se incorpora al terreno debido a la presión transmitida
a través de un tubo que se aloja en un sondeo. Según sea la presión ejercida, la adición
penetra por impregnación rellenando los intersticios, por compactación desplazando al terreno
perimetral o por fracturación rellenando las fisuras y grietas producidas al romperse el terreno
por hidrofracturación.

Las inyecciones de impregnación son las más antiguas. Entre los productos destinados a las
inyecciones de impregnación se encuentran:
- Lechadas de cemento: aumentan la resistencia de gravas y arenas gruesas, al
rellenar los huecos intersticiales y disminuyen la permeabilidad. Son los más
económicos. Se utilizan relaciones de agua-cemento que oscilan desde 10/1 al inicio
de la inyección hasta 2/1 durante el proceso.
- Emulsiones asfálticas y suspensiones de bentonita: disminuyen la permeabilidad al
colmatar los intersticios en arenas finas
- Mezclas de cemento con bentonita
- Soluciones químicas en estado liquido: silicato de sodio y cloruro de calcio que
reaccionan formando geles de sílice.
- Otros: cauchos, plásticos, compuestos polímeros, resinas sintéticas y fenólicas

Para las inyecciones de compactación (figura 8.10) se utilizan productos más densos que
eviten la pérdida de fluido y consigan el desplazamiento del suelo. Se utilizan morteros de baja
relación agua-cemento y lechadas de materiales inertes. En ellas la inyección se realiza a gran
presión.

Figura 8.10 Inyección de lechada por compactación


(Imagen cedida por Terratest)

| 286
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

En las inyecciones de fracturación se utilizan adiciones fluidas como la lechada de cemento.


La presión ejercida es muy grande, entre 10 y 20 bares, para conseguir romper el suelo.
Indicadas en suelos arcillosos y limosos en los que el producto no entra en los intersticios.
En las inyecciones de velocidad, como el “jet grouting”, el líquido disgrega las partículas de
terreno mezclándose ambos. Son de aplicación en el recalce de cimentaciones

3. BIBLIOGRAFÍA

GARCÍA VALCARCE, Antonio y otros: Manual de Edificación. Derribos y Demoliciones.


Actuaciones sobre el Terreno. Editorial EUNSA (Ediciones Universidad de Navarra, S.A.),
Navarra, 1995. ISBN-84-313-1356-0

GARCÍA VALCARCE, Antonio y otros: Manual de Edificación. Mecánica de los terrenos y


cimientos. EDITORIAL CIE INVERSIONES EDITORIALES DOSSAT 2000
ISBN-84-89656-46-0

LOZANO APOLO, Gerónimo y LOZANO MARTÍNEZ-LUENGAS, Alfonso: Curso Diseño,


Cálculo Construcción y Patología de cimentaciones y recalces. Lozano y Asociados.
CONSULTORES TÉCNICOS DE CONSTRUCCIÓN, S.L. 1998
ISBN-84920401-2-2

| 287
María Pilar del Amo Pérez

| 288
UNIDAD II.
LA CIMENTACIÓN

“…entonces se procederá a echar los cimientos de las torres y murallas, lo que se hará de esta manera: se cavará
hasta hallar terreno firme, si es posible encontrarlo, ahondando en él cuanto se crea necesario y en proporción a la
.
grandeza de la construcción, pero dando a los cimientos un mayor espesor que el de las paredes que se alzarán sobre
ellos, y se irá rellenando hueco de una manera muy compacta y con piedra lo más dura posible…”

LOS DIEZ LIBROS DE ARQUITECTURA. Marco Lucio Vitrubio. Obras Maestras. Editorial Ibérica S.A., p2
María Pilar del Amo Pérez

| 290
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Tema 1

LA CIMENTACIÓN

1. TERRENO, CIMIENTO Y ESTRUCTURA

Vamos a analizar la interrelación que existe entre los dos elemento directamente implicados en
la transmisión de los esfuerzos de una edificación al terreno situado inmediatamente debajo.
Por un lado, se encuentra el terreno, la capa más superficial de la corteza terrestre y por lo
tanto la más alterable frente a la acción de los agentes exteriores. Debe resistir todas las
cargas que actúan en el edificio alejado de la rotura y deformándose dentro de unos valores
admisibles.
Por otro lado, está la estructura del edificio encargada de transmitir su propio peso y el de los
elementos que descansan sobre ella al terreno.
El contacto entre estos dos medios tan distintos sólo es posible mediante la interposición de
un elemento intermedio, que garantice que la transmisión de esfuerzos de un medio a otro se
realiza de forma segura. Ese elemento intermedio es el cimiento. Si el cimiento no existiese, el
elemento más débil, en este caso el terreno, se “rompería” frente a la acción del más fuerte.
Un ejemplo es el hundimiento que sufren nuestros pies al caminar sobre un terreno con muy
poca resistencia como el fango o la nieve. La colocación de los esquíes ó unas tablas,
aumentan la superficie de reparto de nuestro peso, y permite que caminemos por ellos sin
hundirnos (figura 1.1).

Figura 1.1

291 |
María Pilar del Amo Pérez

1. 1 CONDICIÓN DE CONTACTO TERRENO-CIMENTACIÓN

La condición de contacto entre el terreno y el cimiento, fundamental para la estabilidad del


edificio, es que terreno en el que se apoya la estructura resista el peso del edificio con unas
deformaciones mínimas y sin romperse. El terreno debe ser capaz de oponer una reacción
igual a la que ejerce el edificio sobre él.
Ello obliga al cumplimiento de dos exigencias básicas:
1. A toda acción gravitatoria le corresponde una reacción de la misma intensidad y
sentido contrario, de manera que la primera quede equilibrada
2. Todo elemento o parte de él, que quede situado entre ambas fuerzas, debe
permanecer indeformado.

Salvo raras excepciones, la estructura tiene una resistencia y rigidez mucho mayor que la del
terreno. Pensemos que mientras que la resistencia del material con el que se construye la
estructura es del orden de 25 N/mm2, la resistencia media del terreno es del orden de 0,25
N/mm2, lo que obliga a interponer en el punto de contacto, un elemento de transición que
presente un área mayor que la suma de las áreas de los elementos estructurales verticales.
Ello obliga a la interposición del elemento de transición o “cimiento”, capaz de repartir las
cargas de la forma más apropiada (figura 1.2).

N CARGA DE ESTRUCTURA

σ
Figura 1.2

2. COMPORTAMIENTO MECÁNICO DE LA CIMENTACIÓN

2.1 ACCIONES A CONSIDERAR

El cimiento como elemento de transición entre la estructura y el terreno, es la parte del edificio
encargada de transmitir las cargas de la estructura al terreno de forma segura frente al
hundimiento (sin superar la presión admisible del mismo) y frente a la aparición de asientos no
tolerables, es decir, compatibles con la estructura del edificio

A la hora de proyectar una cimentación es necesario:


1. Conocer los esfuerzos actuantes que la estructura transmite, obtenidos a partir del
cálculo estructural, así como las presiones de contacto o reacciones inducidas al
terreno en la base de la cimentación

| 292
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

N, esfuerzos axiles debidos a la estructura


H, esfuerzos horizontales debidos a la estructura
M, momentos flectores debidos a la estructura.
P, peso propio del cimiento
Q, peso de cualquier otra carga que descansa sobre el cimiento: peso propio de la
solera y encachado, sobrecarga de la planta baja (si no es recibida directamente por
la estructura), peso propio de las tierras, etc.
Los esfuerzos horizontales inducidos al terreno se desprecian, al ser absorbido por el
rozamiento del terreno, por el empuje pasivo de las tierras y por los elementos de
rigidización de la cimentación.
2. Conocer la presión admisible del terreno, con los coeficientes de seguridad
establecidos respecto a la rotura. (Conviene repasar lo estudiado en el tema 1 de la
Unidad Didáctica I, en lo referente a presión admisible)

Rd valor de cálculo de la resistencia del terreno o presión admisible (qadm, σadm,)


Rk valor característico de la presión de hundimiento (qhund, σhund)
γR Coeficiente parcial de resistencia
3. Realizar la comprobación geotécnica. Se trata de asegurarnos de que las presiones
de contacto no superan el valor de la tensión admisible del suelo. Para ello dotamos
a la cimentación de una base de apoyo suficiente, de esta forma garantizamos que
los asientos o deformaciones son compatibles con la deformación de la estructura. La
comprobación geotécnica se realiza con la combinación pésima de de los esfuerzos
sin mayorar que transmite la estructura, el peso propio del cimiento y el del terreno o
cualquier otra carga situada sobre él.

En general es preferible que las cargas que se transmiten al terreno sean centradas,
de forma que el terreno está solicitado de forma homogénea y no se produzcan
sobrecargas bajo alguna de las aristas.
4. Comprobar estructuralmente el cimiento. Comprobar que la pieza de cimentación,
elemento intermedio entre la estructura y el terreno, es suficientemente resistente
como elemento estructural: capaz de soportar las acciones y reacciones que se
ejercen sobre ella, que no rompa por punzonamiento frente a la acción de las cargas
verticales y que soporte los esfuerzos de flexión que ejerce sobre ella el suelo.
5. Comprobar que los asientos son compatibles con la deformada de la estructura y que
las distorsiones se mantienen dentro de los límites aceptables. En otro caso, se
redimensiona la estructura.

2.2 DISTRIBUICIÓN DE TENSIONES EN EL TERRENO. PROFUNDIDAD ACTIVA

El problema del diseño y cálculo de la cimentación no se queda en lo expuesto en el apartado


anterior. Hay que tener en cuenta que el suelo no es un medio homogéneo ni elástico. Las
cargas que llegan a la base de la cimentación a través de la estructura se transmiten al terreno
a través de los diferentes estratos.
En el año 1885 el matemático francés Joseph Boussines estableció unas ecuaciones que
permitieron trazar las curvas de igual presión de un suelo sometido a un esfuerzo de

293 |
María Pilar del Amo Pérez

compresión transmitido a partir de la base de su cimentación. Las isobaras tenían una forma
que asemeja un bulbo de presiones. Podemos observar que la presión disminuye con la
profundidad y a medida que nos acercamos al centro del cimiento, para una misma
profundidad.
La presión σ que se transmite al terreno a una profundidad z es la siguiente:

σ= σo + σz

siendo σo la presión que transmite el suelo situado sobre la cota z


σz la presión que transmite la zapata
Ello permitió definir la “profundidad activa”, o profundidad hasta la cual, la carga “q” que actúa
sobre la zapata altera el estado de tensiones del suelo, en un valor tal que resulte perceptible
su influencia sobre los asientos.
En la figura 1.3 observamos el bulbo de presiones de un cimiento de ancho B sometido a una
carga q. Hasta la curva de presiones correspondiente al 20%q, las deformaciones que
experimenta el terreno con elásticas y permanentes, siendo a partir de la profundidad activa
que corresponde con esta cota prácticamente mínimas. El CTE en su DB-C considera que el
bulbo de presiones alcanza hasta el 10%q.

Figura 1.3

La profundidad activa depende fundamentalmente del tamaño de la zapata, de la carga que


soporta, del perfil del suelo y de su naturaleza.

| 294
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

En la figura 1.4, extraída del CTE de su DB-C, observamos que ante dos zapatas contiguas de
diferente tamaño que transmiten la misma carga al terreno, a igualdad de presión, las
solicitaciones que transmiten al terreno no son iguales, siendo la zapata de mayor tamaño la
que ejerce una comprensión mayor para la misma profundidad.

Figura 1.4 Influencia de las dimensiones del cimiento (CTE DB-C, figura E.6.)

Es importante saber que las solicitaciones que transmite al terreno una zapata aislada de lado
B, no son las mismas que las que ejercen dos zapatas aisladas, del mismo lado que la anterior
pero situados a una distancia 2B, en las que los bulbos de presiones están muy cerca,
alcanzando una cota mayor la profundidad activa. Así mismo, tampoco es igual la presión que
ejercen dos zapatas iguales a las anteriores, situadas muy próximas a distancia 1B, en las que
los bulbos de presiones interaccionan, o el bulbo al que da lugar dos zapatas solapadas.
Estas apreciaciones las observamos en la figura 1.5, extraída del CTE en su DB-C, siendo
recomendable en estos casos comprobar la cimentación como si tuviera el ancho total del
conjunto de las zapatas.

Figura 1.5 Influencia de la proximidad de los cimientos (CTE DB-C, figura E.7.)

Estas presiones que transmite el bulbo al suelo se traducen en asientos, por lo que es muy
importante considerar la acción del mismo ante los diferentes estratos de terreno.

295 |
María Pilar del Amo Pérez

Si sobredimensionamos una cimentación, situación reflejada en la figura 1.6, corremos el


riesgo de que el bulbo de presiones de la zapata sobredimensionada, al ser mayor, alcance
estratos de terreno no considerados en el estudio geotécnico y desfavorable, con el
consiguiente riesgo de asientos.

 

Figura 1.6

El bulbo de presiones se puede asemejar a un triángulo de presiones que nos permite hallar la
tensión σ ejercida sobre el terreno en los diferentes estratos (figura 1.7).
2
σ = N/B
2
σ` = N/B`
N

B
r

r`

CONO DE PRESIONES

Figura 1.7

| 296
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Si consideramos que la capacidad portante del terreno aumenta a medida que profundizamos
en él, podemos tomar como profundidad activa el ancho B de la cimentación. En otro caso, la
profundidad activa es igual a varias veces el ancho del cimiento (figura 1.8 y 1.9). Así
consideramos los diferentes valores de la profundidad activa:
- Zapata aislada 1,5 B
- Zapata continua 2,7 B
- Zapata combinada 1,5 B
- Losa 1,4 B
- Pilotaje 1,5 B medido a partir de dónde comienza la
profundidad activa, 2/3h

Figura 1.8

Figura 1.9 Concepto de bulbo de tensiones (CTE DB-C, figura E.5.)

297 |
María Pilar del Amo Pérez

3. ELECCIÓN DEL TIPO DE CIMENTACIÓN

Un vez que conocemos las estructura del edificio y las cargas actuantes en él, el terreno y su
naturaleza, es necesario decidir el sistema de cimentación a adoptar.
Se trata de una elección que aunque personal, viene recomendada en las conclusiones del
estudio geotécnico, y depende de factores como:
- Características del edificio: tipología edificatoria, nº de plantas, características de la
estructura, etc.
- Acciones que genera el edificio
- Naturaleza del terreno y espesor de los diferentes estratos
- Profundidad del estrato con capacidad portante
- Presencia de agua en el terreno
- Capacidad del cimiento para funcionar como elemento de transición entre la
estructura y el terreno
- Rapidez de construcción
- Coste de ejecución
Hay que señalar que puede haber más de una solución para proyectar la cimentación de un
edificio, pero que es necesario decidir cuál es la más adecuada desde el punto de vista de su
comportamiento mecánico, pero también desde el punto de vista económico.

4. SISTEMAS DE CIMENTACIÓN

Según que la cota respecto a la cual, se encuentre el terreno capaz de compatibilizar asientos
y deformaciones, y según sea la superficie de transmisión de las cargas al terreno, los
sistemas de cimentación tradicionalmente se han clasificado en tres tipos:
- Cimentación superficial o directa
• El firme se encuentra próximo a la superficie del terreno (< 3 metros) o
inmediatamente debajo del arranque de la estructura, como es el caso de
las losas en edificios con sótanos; caso aparte es el de las losas flotantes
en las que el firme no existe
• La transmisión de las cargas al terreno se realiza a través de superficies de
apoyo considerables respecto de su canto
• El terreno trabaja fundamentalmente a compresión
• El cimiento apoya directamente sobre el firme
• Entre los elementos de cimentación superficiales se encuentran las zapatas,
los emparrillados y las losas. También se consideran dentro de este sistema
los muros de contención y de sótano, ya estudiados.
- Cimentación semiprofunda
• El firme se encuentra a cierta profundidad (entre 3 y 6 metros)
• La transmisión de las cargas al terreno se realiza a través de elementos de
cimentación en los que la extensión en planta es inferior respecto del canto
• El terreno trabaja a compresión, pero también a rozamiento debido a las
dimensiones que alcanza la dimensión vertical del cimiento
• Entre los elementos de cimentación semiprofunda se encuentran las
diferentes tipologías de pozos de cimentación

| 298
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

- Cimentación profunda
• El firme se encuentra a estratos muy profundos, muy por debajo de la cota
del arranque de la estructura (entre 6 y 12 metros), o no existe (caso
especial de las cimentaciones flotantes)
• La transmisión de las cargas al terreno se realiza a través de elementos de
cimentación en los que la extensión en planta es muy inferior a la dimensión
vertical del elemento
• El terreno trabaja fundamentalmente por rozamiento
• Entre las cimentaciones profundas se encuentran los pilotajes y las
pantallas estudiadas con anterioridad

El CTE establece únicamente dos tipos de cimentación:


1. Cimentación superficial o directa, englobando a las cimentaciones semiprofundas
dentro de las superficiales
2. Cimentación profunda

5. CIMENTACIONES SUPERFICIALES O DIRECTAS


El CTE, en su DB-C expone en el punto 4.2:
1. “Una cimentación directa es aquella que reparte las cargas de la estructura en un
plano de apoyo horizontal. Las cimentaciones directas se emplearán para transmitir al
terreno las cargas de uno o varios pilares de la estructura, de los muros de carga o
de contención de tierras en los sótanos, de los forjados o de toda la estructural.”
2. “Cuando las condiciones lo permitan se emplearán cimentaciones directas, que
habitualmente, pero no siempre, se construyen a poca profundidad bajo la superficie,
por lo que también son llamadas cimentaciones superficiales.”
En este último punto, el CTE se está refiriendo al caso de la cimentación mediante losa en
el caso de edificios con varios sótanos.

En la figura 1.10, extraída del CTE de su DB-C, se exponen los diferentes tipos de cimentación
directos:

Figura 1.10 Concepto de bulbo de tensiones (CTE DB-C, Tabla 4.1.)

Las siguientes imágenes corresponden a los diferentes tipos de cimentación directa:

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María Pilar del Amo Pérez

1. Zapata aislada

Figura 1.11 Zapata aislada bajo pilar interior Figura 1.12 Zapata aislada bajo pilar medianero

Figuras 1.13 Y 1.14 Zapata aislada bajo pilar en esquina

Figuras 1.15 y 1.16 Zapata arriostrada

| 300
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

2. Zapata combinada

Figuras 1.17 y 1.18 Zapata combinada bajo dos pilares contiguos

Figura 1.19 Zapata combinada bajo más de dos pilares no alineados

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María Pilar del Amo Pérez

3. Zapata corrida: alineación de 3 ó más pilares o muros

Figura 1.20 Zapata corrida bajo muro Figura 1.21 Zapata corrida bajo alineación de pilares

4. Emparrillado

Figura 1.22 Emparrillado

5. Losa

Figuras 1.23 y 1.24 Losa bajo conjunto de pilares muros

| 302
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

6. Pozo de cimentación: pilar aislado

Figuras 1.25 y 1.26 Pozo de cimentación

6. CIMENTACIONES PROFUNDAS

El CTE, en su DB-C expone en el punto 5.1:


“A efectos de este DB se considerará que una cimentación es profunda si su extremo inferior,
en el terreno, está a una profundidad superior a 8 veces su diámetro o ancho.”
En el mismo punto se clasifican las cimentaciones profundas en 4 tipos:
a) “pilote aislado: aquel que está a una distancia lo suficientemente alejada de otros
pilotes como para que no tenga interacción geotécnica con ellos;
b) “grupo de pilotes: son aquellos que por su proximidad interaccionan entre sí o están
unidos mediante elementos constructivos lo suficientemente rígidos, como para que
trabajen conjuntamente;
c) “zonas pilotadas: son aquellas en las que los pilotes están dispuestos con el fin de
reducir asientos o mejorar la seguridad frente al hundimiento de las cimentaciones.
Suelen ser pilotes de escasa capacidad portante individual y estar regularmente
espaciados o situados en puntos estratégicos;
d) micropilotes: son aquellos compuestos por una armadura metálica formada por tubos,
barras o perfiles introducidos dentro de un taladro de pequeño diámetro, pudiendo
estar o no inyectados con lechada de mortero a presión más o menos elevada.”

Las figuras 1.27, 1.28 y 1.29 corresponden a diferentes tipos de cimentación profunda:

303 |
María Pilar del Amo Pérez

Figura 1.27 Pilote aislado

Figuras 1.28 y 1.29 Grupo de dos pilotes

7. BIBLIOGRAFÍA

GARCÍA VALCARCE, Antonio y otros: Manual de Edificación. Mecánica de los terrenos y


cimientos. EDITORIAL CIE INVERSIONES EDITORIALES DOSSAT 2000
ISBN-84-89656-46-0

LOZANO APOLO, Gerónimo y LOZANO MARTÍNEZ-LUENGAS, Alfonso: Curso Diseño,


Cálculo Construcción y Patología de cimentaciones y recalces. Lozano y Asociados.
CONSULTORES TÉCNICOS DE CONSTRUCCIÓN, S.L. 1998
ISBN-84920401-2-2

MINISTERIO DE LA VIVIENDA: CTE. DB SE-C. Código Técnico de la Edificación. Documento


Básico: Seguridad Estructural. Cimientos. Real Decreto 314/2006.

RODRÍGUEZ ORTIZ, José María, SERRA GESTA Jesús y OTEO MAZO, Carlo.: Curso
aplicado de cimentaciones. Edita: COAM
ISBN-84-85572-37-8

URBAN BROTONS, Pascual: Construcción de estructuras. Hormigón Armado. Adaptado a las


instrucciones EHE, EFHE, NCSE-02 y CTE. Edita: Editorial Club Universitario. Alicante, 2006
ISBN-978-84-8454-661-0

| 304
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Tema 2

CIMENTACIONES SUPERFICIALES

1. CIMENTACIÓN POR ZAPATAS

La cimentación a través de zapatas es la solución de cimentación tradicionalmente utilizada


debido a su sencillez de ejecución y economía. Está indicada cuando se dan las siguientes
condiciones:
- Estrato con capacidad portante situado a menos de 3 metros, siendo recomendable
no sobrepasar los1,50 metros
- Se puede cimentar con una resistencia del terreno media-alta, entre 0,1 y 0,3 Mpa
- El terreno es lo suficientemente homogéneo como para no esperar la producción de
asientos diferenciales entre los diferentes elementos de la estructura, o éstos son
muy pequeños
- El terreno tiene la suficiente cohesión como para poder ejecutar con un corte vertical
el vaciado de los elementos de cimentación
- No existe afluencia de agua en la cota de cimentación

2. ZAPATA AISLADA

2.1 ÁMBITO DE UTILIZACIÓN

Las zapatas aisladas son aquellas sobre la que actúan cargas puntuales y concentradas en
pequeñas superficies provenientes de un soporte, considerando también como zapata aislada
aquella que recibe la carga de dos soportes separados por una junta de diapasón. Estas
cargas pueden ser centradas o excéntricas respecto del centro de gravedad de su base,
siendo preferible que el punto de aplicación de la carga éste centrado.
La profundidad activa de una zapata aislada es pequeña, del orden de 1,5 B donde B es el
ancho del cimiento.
El CTE en el punto 4.1.1 del DB-C expone:
“Cuando el terreno sea firme y competente, se pueda cimentar con una presión media alta y
se esperen asientos pequeños o moderados, la cimentación normal de los pilares de un
edificio estará basada en zapatas individuales o aisladas.”
La zapata aislada permite el asiento independiente de los pilares del edificio, presentando
muy poca resistencia frente a los giros y los desplazamientos horizontales.

2.2 CLASIFICACIÓN

CLASIFICACIÓN DE LAS ZAPATAS AISLADAS SEGÚN SU RIGIDEZ

La rigidez de una zapata frente a la distribución de las cargas y frente a la deformación,


depende de sus dimensiones, es decir de la relación entre el vuelo y el canto, de su forma, del
material y del tipo de terreno. El CTE en su DB-C sigue las prescripciones de la instrucción
EHE en cuanto a rigidez estructural. Esta instrucción EHE, en su artículo 58.2 clasifica las
zapatas según sea la relación entre sus dimensiones en dos tipos: zapata rígida y zapata

305 |
María Pilar del Amo Pérez

flexible, según refleja la siguiente figura extraída de la anterior instrucción.


Se considera zapata rígida aquella cuyo vuelo máximo vmax es menor o igual que dos veces el
canto de la zapata. Se considera zapata flexible aquella cuyo vuelo máximo es mayor que dos
veces el canto de la zapata. El vuelo de la zapata es la distancia de la cara del pilar o del
muro, o del borde de la placa de anclaje, a la arista de la zapata más cercana. La figura 2.1,
extraída de la EHE, muestra los dos tipos de zapatas descritos.

Figura 2.1

a. Zapata rígida
En una zapata rígida, la reacción del terreno se considera uniforme, siendo la distribución de
deformaciones no lineal a nivel de la sección, considerándose como método de análisis el de
bielas y tirantes. El método considera una estructura de barras articuladas en el que las barras
comprimidas se definen como bielas, representando la compresión del hormigón, y las barras
traccionadas se definen como tirantes y representan la fuerza de tracción de las armaduras.
Se considera que la carga se distribuye en el elemento de cimentación a través de bielas de
compresión.
En la zapata rígida (figura 2.2), la carga, al llegar a la zapata, se encuentra concentrada en la
parte superior, y se va distribuyendo por el elemento de cimentación a través de unas bielas o
isostáticas que forman 45º con la horizontal y que llegan uniformemente distribuidas a la base.
En ésta se originan esfuerzos de tracción que requieren la disposición de una armadura no
estructural en las dos direcciones.

v
ZONA NO ACTIVA

45°

C N
qt

Figura 2.2 Zapata rígida

La EHE en su artículo 58.4.1.1 recoge el modelo a utilizar en zapatas rígidas sometidas a

| 306
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

flexocompresión recta (figura 2.3).

Figura 2.3 Modelo de zapata rígida (EHE)

La armadura necesaria para anclar las tracciones se dispone en toda la longitud de la zapata y
debidamente anclada. Es recomendable el anclaje mediante barras soldadas transversales.
Si las cargas son apreciables se recomienda disponer una armadura perimetral que trabaja a
tracción y zuncha las bielas de compresión (figura 2.4).

Figura 2.4 Armadura perimetral en zapata rígida

b. Zapata flexible
En ella, la distribución de deformaciones a nivel de sección se puede considerar lineal, siendo
de aplicación la teoría general de flexión. La zapata flexible bajo la influencia de la carga, al
tener un canto pequeño, se flexiona. En la zona central de la zapata, la carga se distribuye a
través de bielas de compresión y en las dos zonas correspondientes a los vuelos, la reacción
del terreno origina el trabajo a flexión (figura 2.5).
Ello produce la aparición de esfuerzos de compresión en la parte superior de la zapata y
esfuerzos de tracción en la base de la misma, que es necesario absorber mediante la
disposición de una armadura estructural de acero.

307 |
María Pilar del Amo Pérez

N N

v ZONA TRABAJANDO COMO BIELAS

ZONA TRABAJANDO A FLEXIÓN

COMPRESIÓN
45°
COMPRESIÓN

TRACCIÓN
TRACCIÓN

qt

(qt x a x B2)/8=M

Figura 2.5 Zapata flexible

La armadura se coloca a lo largo de las dos direcciones de la zapata debidamente anclada.En


la zapata cuadrada disponemos la armadura uniformemente repartida en las dos direcciones
de la zapata (figura 2.6).
Si los pilares son rectangulares se construye la zapata rectangular, de lados proporcionales a
los del pilar. Disponemos en la dirección paralela al lado de mayor dimensión la armadura
uniformemente repartida y en la dirección paralela al lado de menor dimensión, se dispone en
una banda central uniformemente repartida de longitud igual a la del lado menor, una fracción
del área total As igual a 2A/(B+A), dónde A es el lado menor de la zapata (figura 2.7). El ancho
de la banda central no será inferior al lado del soporte o muro paralelo al lado mayor de la
zapata más el doble del canto de la misma: A>b+2h

Figura 2.6 Disposición de armadura en zapata cuadrada

| 308
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

El resto de la armadura se reparte en las dos bandas laterales. La armadura llega hasta los
bordes de la zapata y se prolonga doblada en ángulo recto para anclar los esfuerzos de
tracción.

a/A=b/B A a

B A

Figura 2.7 Disposición de armadura en zapata rectangular

CLASIFICACIÓN DE LAS ZAPATAS AISLADAS SEGÚN LA DISPOSICIÓN DE LA CARGA

Según que el punto de aplicación de la carga esté centrado o no respecto del centro de
gravedad de la zapata, clasificamos las zapatas en dos tipos:

a. Zapata centrada
El punto de aplicación de la carga coincide con el centro de gravedad de la zapata. La
excentricidad es 0. El diagrama de tensiones del terreno es rectangular, con una distribución
uniformemente repartida de las tensiones.

qt

B/2 B/2

Figura 2.8

b. Zapata excéntrica
El punto de aplicación de la carga está excéntrico respecto al centro de gravedad de la zapata.
Dentro de esta situación de excentricidad, nos podemos encontrar varios casos:

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María Pilar del Amo Pérez

- El punto de aplicación de la carga cae dentro del tercio central de inercia de la


cimentación. La excentricidad es ≤ B/6. En este caso, el diagrama de tensiones del
terreno es trapezoidal, con una zona de terreno más sobrecargada que otra (figura
2.9).

e=M/N

q1
+
q2

=
q1 - q 2 q1 + q 2

Figura 2.9

- Si la excentricidad es igual a B/6, la distribución de tensiones en el terreno tiene un


diagrama triangular, de valor nulo en un extremo y máximo en el otro (figura 2.10)

e=M/N

q1

0
q1 + q 2

Figura 2.10

| 310
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

- Si la zapata está sometida a una carga excéntrica con una excentricidad que cae
fuera del tercio central de inercia de la cimentación, se considera entonces, una
distribución triangular de las presiones en el terreno, ya que la zapata no es capaz de
introducir tracciones en el suelo (figura 2.11). La excentricidad es ≥ B/6. Esta
situación debe ser, por lo general evitada, ya que existe una zona del terreno que no
trabaja. Esto suele ocurrir cuando el axil es muy pequeño y el momento flector muy
grande.

e=M/N

BORDE SIN TRABAJAR


N
(levantamiento)
M

q1

q2

q1 - q 2

q1 + q 2

Figura 2.11

En este último caso, si la zapata se encuentra lo suficientemente enterrada como para que el
peso de las tierras encima de ella constituya un peso estabilizador frente al momento debido a
la carga excéntrica, es necesaria la disposición de una armadura en la cara superior de la
zapata, en la zona traccionada (figura 2.12).

e=M/N

N
CONTRAPESO
M

Figura 2.12

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María Pilar del Amo Pérez

CLASIFICACIÓN DE LA ZAPATA AISLADA SEGÚN LA MORFOLOGÍA

La figura 2.13 refleja las diferentes formas que pueden adoptar las zapatas.
ZONA INEFICAZ

ZAPATA RECTA ZAPATA ATALUZADA ZAPATA CANTO VARIABLE

ZAPATA ESCALONADA ZAPATAS ALIGERADAS

Figura 2.13

2.3 DETERMINACIÓN DE LOS LADOS DE UNA ZAPATA AISLADA. COMPROBACIÓN


GOTÉCNICA

Como hemos visto al inicio del tema 1 de esta unidad, en el dimensionamiento de las
cimentaciones distinguimos dos fases:
- Comprobamos que las presiones de contacto no superan las tensión admisible del
terreno
- Calculamos el cimiento como elemento estructural
En la comprobación geotécnicas, las cargas actuantes: axil y pesos propios del cimiento y de
las cargas que actúan directamente sobre él, no se mayoran. A partir de ellas deducimos la
tensión que se transmite al terreno, necesaria para la comprobación geotécnica, y nos
aseguramos de que no supera el valor de la tensión admisible del suelo. Para ello dotamos a
la cimentación de una base de apoyo suficiente, garantizando de esta forma que los asientos o
deformaciones son compatibles con la deformación de la estructura.

| 312
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

a. Zapata centrada (figura 2.14)

Las cargas actuantes en la zapata son:


N esfuerzos axiles debidos a la estructura
Pp = P+Q, P peso propio del cimiento
Q peso de cualquier otra carga que descansa sobre el cimiento: peso
propio de la solera y encachado, sobrecarga de la planta baja (si
no es recibida directamente por la estructura), peso propio de las
tierras, etc.

La tensión transmitida al terreno es:

qt=(N+Pp)/(AxB)

Pp es desconocido para nosotros ya que ignoramos la superficie de la cimentación, por lo que


estimamos este valor en un porcentaje del esfuerzo axil debido a la estructura y en función del
valor de la tensión admisible, qadm del terreno. Para valores de qadm comprendidos entre 0,3 y
0,5 Mpa, tomamos como Pp=5%N y para valores comprendidos entre 0,05 y 0,2 Mpa tomamos
un 10%N. Si tomamos un 5%, la qt es la siguiente:

qt=(N+0,05N)/(AxB)
qt=1,05N/(AxB)
AxB=1,05N/qt

Pp

qt

B/2 B/2

Figura 2.14

Si la zapata es cuadrada, podemos deducir su lado fácilmente y, una vez fijado el canto de la
cimentación determinar Pp. Sustituyendo en la ecuación qt=(N+Pp)/(AxB), obtenemos la
tensión a la que trabaja el terreno, que debe ser inferior a la admisible.

313 |
María Pilar del Amo Pérez

La condición de equilibrio es:


qt ≤ qadm
Si se supera la qadm del terreno, redimensionamos la superficie del cimiento, y recalculamos la
qt para las nuevas dimensiones.
Si la zapata es rectangular, el problema es similar relacionando uno de los lados respecto del
otro.

b. Zapata excéntrica (figura 2.15)

Si la distribución de tensiones es trapezoidal, por la ley de Navier, deducimos las tensiones


que se transmiten al terreno:
2
qt1= q1+ q2=(N+Pp)/(AxB)+6M/(B xA)
2
qt2= q1- q2=(N+Pp)/(AxB)-6M/(B xA)
En este caso, la condición de equilibrio para la comprobación geotécnica es:
qm = (qt1 + qt2)/2 ≤ qadm
qt1 ≤ 1,25 qadm

e=M/N

Pp

q1
+
q2

=
q1 - q 2 q1 + q 2

Figura 2.15

2
Si la distribución de las presiones es triangular (N+Pp)/(AxB)<6M/(B xA), donde Pp es el peso
propio de la zapata y el de los elementos que descansan directamente sobre ella (figura 2.16).

La condición de equilibrio necesaria para la comprobación geotécnica es:


qt1 ≤ 1,25 σadm , siendo qt1= q1+ q2

| 314
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

e=M/N

BORDE SIN TRABAJAR


N
(levantamiento)
M

Pp

q1

q2

q1 - q 2

q1 + q 2

Figura 2.16

2.4 DIMENSIONES Y DISPOSICIÓN DE LAS ARMADURAS DE LA ZAPATA AISLADA

CANTO MÍNIMO
Conviene que el canto de la zapata sea constante. El canto mínimo en el borde de las zapatas
según el artículo 58.8.1 de la EHE es de 35 cm para zapatas de hormigón en masa y de 25 cm
para las zapatas de hormigón armado si se apoyan sobre el terreno. Conviene modular en
planta y alzado con módulos de 10, lo que nos lleva a cantos mínimos de 30 y 40 cm.

ARMADURA POR PUNZONAMIENTO


Si la zapata tiene poco canto y el esfuerzo vertical es elevado se puede llegar a la rotura de la
zapata por punzonamiento (figura 2.17).

Figura 2.17 Rotura por punzonamiento

Para evitar el punzonamiento se puede ir a soluciones como la de aumentar el canto de la


zapata, disponer un pilar de mayores dimensiones, aumentar la resistencia del hormigón o
disponer una armadura a 45 º en la base y doblada hacia la cara superior de la zapata
(figura 2.18).

315 |
María Pilar del Amo Pérez

ARMADURA A 45º

Figura 2.18 Armadura de punzonamiento

DISTANCIA ENTRE ARMADURAS


Para los dos tipos de zapata rígida y flexible, la distancia máxima horizontal entre barras de
armaduras situadas en la cara inferior, superior o lateral no debe superar los 30 cm. La
distancia mínima entre armaduras no será inferior a 10 cm, pudiéndose agrupar las
armaduras. El diámetro Ø de las barras de las armaduras será como mínimo de 12 mm.

RECUBRIMIENTOS DE LAS ARMADURAS


Se deberán respetar los recubrimientos, según establece la EHE-08 en su artículo 37.2.4, que
cumplirán las siguientes condiciones:

Figura 2.19

- ≥ al diámetro de la barra
- ≥ 0,80 veces el tamaño máximo del árido
- Será mayor que los valores mínimos indicados en la figura 2.19, extraída de la EHE,
tabla 37.2.4.1), a cuyos efectos se considera como recubrimiento mínimo de una
barra, aquel que debe cumplirse en cualquier punto de la misma

| 316
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

rnom = rmín + Δr , siendo:


rnom Recubrimiento nominal
rmín Recubrimiento mínimo
Δr Margen de recubrimiento en función del control:
0 mm en elementos prefabricados con control intenso de ejecución
5 mm en el caso de elementos ejecutados “in situ” con nivel intenso de
control de ejecución
10 mm en el resto de los casos

Si se hormigona contra el terreno dejaremos un recubrimiento nominal > 80mm.

2.5 ANCLAJE ZAPATA-SOPORTE

Para estudiar como el elemento de cimentación enlaza con el soporte de la estructura,


analizamos como actúa dicho elemento ante los esfuerzos de compresión o tracción
transmitidos a través del pilar.
 




 

Figura 2.20 Figura 2.21

Ante un esfuerzo vertical de compresión F, la cimentación como pieza sometida a flexión


presenta compresiones en la cara superior y tracciones en la cara inferior. Al introducir un
redondo comprimido a modo de anclaje en la zapata, la parte superior del anclaje está en una
zona de adherencia mejorada con respecto a la zona inferior, o zona sin rozamiento, en la que
la adherencia acero-hormigón es casi nula (figura 2.20).

317 |
María Pilar del Amo Pérez

De ahí que ante esfuerzos de compresión no sea necesario superar la longitud de anclaje para
la transmisión de los esfuerzos a la cimentación, siendo desde el punto de vista del anclaje por
adherencia más conveniente permanecer en los dos tercios superiores del canto.
Si el esfuerzo es de tracción, el comportamiento de la pieza de cimentación se invierte.
Siempre y cuando el peso W de la pieza sea mayor que la tracción, la cimentación sometida a
flexión presenta tracciones en su cara superior y compresiones en la inferior (figura 2.21). De
ahí que la cara inferior presente una adherencia mayor a la hora de anclar el esfuerzo de
tracción.

a. Enlace con soporte de hormigón


Si no existe excentricidad o ésta es muy pequeña (figura 2.22), se coloca en el cimiento una
armadura en espera que se empalman con las armaduras del soporte, en las que se disponen
las siguientes longitudes l1, l2 y l3:

ARMADURA EN ESPERA

BORDES EN COMPRESIÓN

EMPALME POR SOLAPE L1 ARMADURA EN ESPERA

ENTREGA L2

>10 cm

L3

Figura 2.22

l1 ó empalme por solape ≥ lb


l2 ó entrega ≥ lb
l3 ó patilla ≥ 200mm
Ante esfuerzos de compresión centrada, la patilla se dispone hacia afuera debido al patrón de
bielas que conecta con el fondo de la zapata.
Ante esfuerzos de compresión excéntrica (figura 2.23), uno de los bordes del pilar se
encuentra comprimido y el otro traccionado, por lo que es necesario absorber la tracción por
anclaje disponiendo la patilla hacia adentro.

| 318
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

ARMADURA EN ESPERA

ANCLAJE

e N

BORDE EN COMPRESIÓN
BORDE EN TRACCIÓN

SOLAPE L
ARMADURA EN ESPERA

ANCLAJE
h

Lxb/h

Figura 2.23

b. Enlace con soporte de acero


Disponemos una basa que transmita los esfuerzos que provienen del soporte, de manera que
el cimiento pueda resistirlos. En general, la basa está formada por una placa base, unas
cartelas de rigidización y unos pernos de anclaje (figura 2.24).
Los esfuerzos de compresión centrada se transmiten al cimiento a través de una placa de
dimensiones axb y con una rigidez suficiente. La tensión que transmite el soporte a la basa no
debe superar la tensión admisible del material de cimentación, de tal forma que:
N/(axb) ≤ qadm cim.
Los pernos en este caso actúan como armadura del hormigón, siendo suficiente que la basa
esté constituida por la placa bien nivelada, unida al cimiento con cuatro patillas soldadas.
N

BORDES EN COMPRESIÓN

PLACA BASE

AGARRES

Figura 2.24

319 |
María Pilar del Amo Pérez

Los esfuerzos de compresión excéntrica se transmiten originando compresiones en uno de los


bordes de la placa, por lo que es necesario establecer el equilibrio anclando la tracción en el
borde opuesto mediante pernos de anclaje atornillados (figura 2.25). Conviene aumentar la
placa base en la dirección del momento actuante, para aumentar el brazo mecánico,
disminuyendo los esfuerzos del anclaje, y disponer cartelas de rigidización en la misma
dirección.
Si existen esfuerzos cortantes que el rozamiento entre la placa y el cimiento no sea capaz de
absorber se disponen soldados bajo la placa perfiles de acero.
Conviene retacar el espacio que queda entre la placa y el cimiento con un mortero sin
retracción para que las cargas se transmitan correctamente. La placa puede llevar un taladro
central que permita comprobar el retacado del hormigón contra la placa.

e N

BORDE EN COMPRESIÓN
BORDE EN TRACCIÓN

TUERCA MORTERO SIN RETRACCIÓN

AGARRE

PERNO DE ANCLAJE

Lxb/h

Figura 2.25

En las figuras 2.26 y 2.27 se muestran diferentes tipos de placas de anclaje de cimentación:

Figuras 2.26 y 2.27

Es muy raro en las estructuras de edificación la aparición de esfuerzos de tracción en los dos
bordes del pilar, que en este caso actuaría como un tirante. El anclaje necesario para
transmitir la tracción al elemento de cimentación se realiza por adherencia entre el acero y el

| 320
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

hormigón, embebiendo el soporte de acero hasta la base del cimiento. Para aumentar la
adherencia del acero y el hormigón utilizamos soportes empresillados en los que soldamos en
la parte de fuste enterrada perfiles transversales (angulares, redondos de acero, etc.) en una o
dos direcciones (figura 2.28).
N N

ANGULARES DE ACERO REDONDOS DE ACERO


SOLDADOS EN DOS DIRECCIONES SOLDADOS EN DOS DIRECCIONES

PLACA BASE PLACA BASE

Figura 2.28

c. Enlace con soporte de fábrica


El enlace se consigue mediante la colocación sobre el cimiento perfectamente nivelado y
limpio, de verdugadas de fábrica de ladrillo de mayor resistencia a la utilizada en el soporte
(figura 2.29).

VERDUGADA

Figura 2.29

2.6 ZAPATA AISLADA BAJO PILAR INTERIOR

La zapata aislada es la que recibe la carga de un soporte interior o dos adosados (figura 2.30).
En este caso de zapatas aisladas que cimentan dos pilares separados por una junta de
dilatación conviene armar la cara superior de la zapata para evitar que la junta avance a través
de la cimentación, sobre todo cuando la estructura del edificio se ha realizado en la época
calurosa, produciéndose retracciones al llegar el frio.

321 |
María Pilar del Amo Pérez

0,3 As

As

ZAPATA AISLADA ZAPATA AISLADA CON JUNTA DE DIAPASÓN

Figura 2.30

Según indica el CTE en su DB-C en el punto 4.1.1, las zapatas aisladas bajo un pilar
interior serán preferentemente cuadradas por su sencillez constructiva y por su modo
estructural de trabajo, aunque expone una serie de casos en las que puede convenir
zapatas con otra forma:
a) las separaciones entre crujías sean diferentes en dos sentidos perpendiculares
b) existan momentos flectores en una dirección
c) los pilares sean de sección rectangular
d) se hayan de cimentar dos pilares contiguos separados por una junta de dilatación
e) casos especiales de difícil geometría

2.7 ARRIOSTRAMIENTO DE ZAPATAS AISLADAS

El CTE en su DB-C, en el punto 4.1.1 dice:


“Las zapatas aisladas se podrán unir entre sí mediante vigas de atado o soleras, que tendrán
como objeto principal evitar desplazamientos laterales. En especial se tendrá en cuenta la
necesidad de atado de zapatas en aquellos casos prescritos en la Norma de Construcción
Sismorresistente NCSE vigente”
El arriostramiento de las zapatas tiene como finalidad:
- Absorber acciones horizontales provenientes de la estructura o del terreno, evitando
de esta forma desplazamientos laterales y giros
- Enlazar zapatas aisladas evitando desplazamientos relativos (figuras 2.31 y 2.32)
- Reducir esfuerzos de flexión
- Absorber las solicitaciones debidas a excentricidades adicionales
- Servir de apoyo a los cerramientos
- Atar las zapatas en zonas sísmica

| 322
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figuras 2.31 y 2.32 Arriostramiento de zapatas

En las zonas de obligado cumplimiento de la NCSR-02, en el artículo 4.3.2., ésta prescribe el


arriostramiento en las dos direcciones de todos los elementos estructurales que transmitan
acciones verticales significativas, mediante dispositivos de atado que sean capaces de resistir
los esfuerzos axiales, tanto de tracción como de compresión, igual a la carga sísmica
horizontal que se transmite en cada apoyo.
Si la aceleración sísmica es ac ≥ 0,16g, el arriostramiento se realiza mediante vigas de
hormigón armado. Si la ac<0,16g, el arriostramiento se puede realizar mediante una solera de
hormigón, situada a nivel de las zapatas o apoyada en su cara superior. En este último, entre
la solera y el soporte no se interpondría la junta de dilatación perimetral indicada para las
soleras y pavimentos de hormigón. El espesor de la solera debe ser >15 cm y que 1/50 de la
luz entre pilares.
Un buen criterio es arriostrar todas las zapatas en los dos sentidos de las dos direcciones
principales, dando lugar a un emparrillado, si la ac ≥ 0,08g, (figura 2.33, a) y al menos en uno
de los dos sentidos de cada dirección principal si la ac < 0,08g, (figura 2.33, b).

a) b)
Figura 2.33

323 |
María Pilar del Amo Pérez

DIMENSIONES Y ARMADO DE LA VIGA DE ATADO


Es recomendable que las vigas de atado presenten una sección cuadrada cuando su función
es la de simple arriostramiento (figura 2.34) y una sección es rectangular cuando la finalidad
sea otra.

Figura 2.34 Viga de atado

En cuanto a la dimensiones, si se va a encofrar, se recomienda un ancho b ≥ 25 cm y un canto


h ≥ 25 cm. Si se hormigona contra el terreno, el ancho b dependerá de la forma de abordar la
excavación y el canto recomendable h ≥ 40 cm. Para garantizar que la esbeltez de la viga es ≤
35, adoptamos un ancho b ≥ l/20 y un canto h ≥ 1/20.
Los recubrimientos de las armaduras seguirán lo indicado en la la EHE-08 en su artículo
37.2.4. Las armaduras longitudinales se prolongan, sobrepasando el eje del soporte las
longitudes de anclaje: 0,7lb, 10Ø, ó 15 cm (figura 2.35).

0,7 lb, 10D, 15cm

Figura 2.35 Armadura longitudinal viga de atado

Los estribos se disponen separados a distancias máximas de: 0,85b, 30cm ó 15Ø, a excepción
de funciones diferentes de las de simple arriostramiento (figura 2.36).

A1

cercos/0,85b, 15D,30cm

A2

Figura 2.36 Armadura transversal viga de atado

| 324
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

La viga de atado, al igual que la zapata se hormigona contra el suelo, por lo que es necesaria
la colocación de una capa de hormigón de limpieza de un mínimo de 10 cm de espesor
(figuras 2,37 y 2.38).

Figura 2.37 Hormigón de limpieza y separador normalizado Figura 2.38 Sin hormigón de limpieza

En general, las instalaciones deberán discurrir por encima de los elementos de atado.
Excepcionalmente, cuando estos tienen una función de simple atado, pueden acometer por
debajo (figura 2.39).

Figura 2.39 Instalación excepcionalmente bajo viga de atado

2.8 ZAPATA AISLADA BAJO PILAR MEDIANERO. ZAPATA DE MEDIANERÍA

Las zapatas aisladas que transmiten al terreno las cargas de pilares situados en los límites del
solar o situados en juntas de asiento, se denominan zapatas de medianería. Estas zapatas
son excéntricas, transmitiéndose al terreno una tensión que origina un diagrama con una
distribución trapezoidal o triangular (figura 2.40).
El esfuerzo axil se transmite con una gran excentricidad, generándose un momento flector
capaz de desequilibrar la zapata y producir su vuelco.

325 |
María Pilar del Amo Pérez

M=Nxe

Pp

q2

q1

Figura 2.40

Este problema se puede solucionar de varias formas:


- Si tenemos una zapata lo suficientemente próxima a la zapata excéntrica, podemos
combinar ambas cimentándolas conjuntamente mediante una zapata combinada
(figura 2.41).

ZAPATA COMBINADA

Figura 2.41

- Si la zapata más próxima a la excéntrica no se encuentra tanto como para


cimentarlas conjuntamente, disponemos una viga que enlace la zapata de
medianería a esa zapata aislada que se encuentra próxima. Esta viga llamada
“centradora” es capaz de absorber el momento flector y centrar la resultante de las
tensiones que se transmiten al terreno, logrando así que el diagrama de tensiones
tenga una distribución rectangular (figura 2.42).

VIGA CENTRADORA

Figura 2.42

| 326
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

- Proyectar un tirante superior con una fuerza de tracción T que se equilibra con el
rozamiento que existe entre el terreno y el cimiento (figura 2.43).
-
TIRANTE SUPERIOR

Figura 2.43

- Proyectar un tirante a nivel inferior entre la zapata de medianería y otra cercana, que
debido a la fuerza de rozamiento produzca un par opuesto al momento, pero con un
brazo de palanca menor que el caso anterior (figura 2.44).

TIRANTE INFERIOR

Figura 2.44

- Disponer bajo la cimentación un dado de hormigón en masa de gran peso que centre
la carga (figura 2.45).

DADO DE HORMIGÓN

Figura 2.45

327 |
María Pilar del Amo Pérez

SOLUCIÓN CON VIGA CENTRADORA


El CTE en su DB-C, en el punto 4.1.1 expone:
“Podrá ser conveniente unir zapatas aisladas, en especial las fuertemente excéntricas como
son las de medianería y esquina, a otras zapatas contiguas mediante vigas centradoras para
resistir momentos aplicados por muros o pilares, o para redistribuir cargas y presiones sobre el
terreno (véase fig. 4.4).Para cumplir este cometido se podrá disponer asimismo de otras
múltiple posibilidades de diseño (contribución de forjados, introducción de tirantes, etc.)
debiendo justificarse en cada caso.”
En la figura 2.46, extraída del DB SE-C del CTE se representa una zapata de medianería sin
viga centradora, que transmite al terreno una presión con una distribución trapezoidal o
triangular, que puede superar la tensión admisible del terreno, al lado de una zapata aislada
son una distribución de presiones rectangular. En la misma figura en la parte inferior aparece
la mismas zapatas disponiéndose entre ellas una viga centradora.

Figura 2.46 Ejemplo del empleo de vigas centradoras para redistribución de presiones sobre el terreno
(CTE DB-C, figura 4.4)

El efecto que causa la presencia de la viga es la de una distribución rectangular de las


presiones en la zapata de medianería, con una tensión mayor que el de la zapata colindante
aislada debido a la cesión de parte de la carga de la zapata aislada a la de medianería. El
diagrama de tensiones de la zapata aislada sigue siendo rectangular, pero de menor valor,
debido a la cesión de la carga. La función de la vigas centradora es la de equilibrar las
presiones en las zapatas de medianería, así como la de reducir los asientos.
Siempre que lo permitan los condicionantes geométricos, las zapatas de medianería serán de
planta rectangular, con la dimensión mayor paralela a la medianería. Conviene que la
dimensión paralela a la medianería sea el doble que la perpendicular a la misma, ya que así
disminuye el brazo del par. Conviene así mismo, por temas constructivos, que el canto de la
viga centradora coincida con el de la zapata.

En cuanto al dimensionamiento y armado de la zapata medianera, se puede considerar


análogo al de la centrada, aunque no es objeto de estudio. La zapata, debido a la existencia
de la viga centradora flecta únicamente en el sentido perpendicular a la viga, dirección de las
armaduras principales. En el otro sentido se dispone una armadura de reparto capaz de
absorber el 20% del momento en la dirección principal.

| 328
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

La viga centradora trabaja a flexión y para su armado se suele considerar el momento M


actuante en la unión entre la zapata y la viga. En la figura 2.47 aparece el diagrama de
momentos, del cual deducimos la colocación de la armadura de flexión en la cara superior de
la viga, zona traccionada de la misma.

N1 N2

TENSIÓN ADMISIBLE Rd R2

R1

N1 N2

DIAGRAMA DE MOMENTOS
M1=N1xe M

VIGA CENTRADORA

R1 R2

Figura 2.47

El armado longitudinal superior, armado de tracción, debe penetrar al menos ¼ lb en la zapata


centrada y se anclará convenientemente a partir del eje del pilar de medianería (figura 2.48,
2.49 y 2.50). La armadura longitudinal inferior se coloca a lo largo de la zapata de medianería y
se introduce en la zapata centrada la lb ó la mitad del canto útil (figura 2.48).

>ó = 1,4 lb N2
>ó=lb ; >ó=d/2

ANCLAJE SEGÚN FUERZA


VIGA CENTRADORA

Figura 2.48

329 |
María Pilar del Amo Pérez

Figuras 2.49 y 2.50 Anclaje de viga centradora en el pilar medianero y disposición en zapata centrada

Los estribos se disponen a lo largo de toda la viga centradora (figura 2.51) y abarcan el ancho
de la zapata de medianería. En la zapata centrada se colocarán al menos hasta una distancia
d/2.

Figura 2.51 Viga centradora

Si se trata de dos zapatas de medianería enfrentadas, el problema se resuelve también


con la colocación de una viga centradora, que en este caso lleva la armadura superior a lo
largo de toda la viga (figura 2.52).

e e
DIAGRAMA DE MOMENTOS
N1 N2

M2=N2xe
M1=N1xe

VIGA CENTRADORA

R1 R2

Figura 2.52

| 330
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Si la zapata de medianería y la zapata aislada se encuentran a diferente cota, no es posible


centrar la carga mediante una viga centradora, siendo necesario entonces la colocación de
una viga que actúa de tirante a nivel del terreno (figura 2.53).

TIRANTE

N1 N2

RELLENO

R2
FIRME

R1

Figura 2.53

2.9 ZAPATA AISLADA BAJO PILAR EN ESQUINA. ZAPATA DE ESQUINA

Las zapatas aisladas que transmiten al terreno las cargas de pilares situados en esquinas de
solares o en el encuentro de juntas de asiento con medianerías, se denominan zapatas de
esquina.

VIGA CENTRADORA VIGA RIOSTRA VIGA RIOSTRA VIGA RIOSTRA


VIGA CENTRADORA

VIGA CENTRADORA

VIGA CENTRADORA
VIGA RIOSTRA

VI
G
A
C
EN
TR
AD
O
R
A

VIGA CENTRADORA VIGA RIOSTRA VIGA CENTRADORA VIGA RIOSTRA


VIGA RIOSTRA

VIGA RIOSTRA

VIGA RIOSTRA

VIGA RIOSTRA

a) b)
Figura 2.54

331 |
María Pilar del Amo Pérez

Estas zapatas son excéntricas en las dos direcciones principales, por lo que podemos resolver
el problema proyectando vigas centradoras que absorban los momentos de excentricidad en
cada dirección, enlazando la zapata de esquina con las dos zapatas medianeras inmediatas
(figura 2.54, a). También se puede proyectar una viga centradora en la dirección de la diagonal
que la enlace con otra zapata interior aislada (figura 2.54, b).
Las zapatas de esquina serán de planta cuadrada, siempre que lo permitan los condicionantes
geométricos.
En el caso de proyectar dos vigas centradoras en ambas direcciones, se considera a efectos
del dimensionado que la zapata se comporta como una placa cuadrada apoyada en las vigas,
que se empotran a su vez en el pilar de esquina. Se generan tracciones en ambas caras de la
placa, por lo que se arma con dos familias de horquillas iguales en ambas direcciones (figura
2.55, a).
En el caso de proyectar una única viga centradora, se considera a la zapata como una
ménsula de vuelo variable a lo largo de la viga centradora, por lo que requiere armadura a
modo de emparillado en la dirección paralela a los lados en la cara inferior (figura 2.55, b).

ZAPATA EN ESQUINA ZAPATA EN ESQUINA


VIGAS CENTRADORAS EN AMBAS DIRECCIONES VIGA CENTRADORA EN DIRECCIÓN DIAGONAL

a. b.

Figura 2.55

2.10 PROCESO DE EJECUCIÓN Y DISPOSICIONES CONSTRUCTIVAS DE UNA ZAPATA


AISLADA

1. Replanteo de la cimentación
Antes de replantear debe comprobarse que la documentación del proyecto tiene la suficiente
calidad gráfica y escrita, tanto a nivel cualitativo como cuantitativo, de forma que se pueda
ejecutar correctamente el replanteo. Deben estar perfectamente definidas las dimensiones de
los elementos de cimentación, sus ejes, orientaciones, niveles, así como las características de
los materiales a emplear. Recordamos lo dicho al hablar del replanteo, en cuanto a la
necesidad de referenciar respecto de unos puntos fijos, fuera del ámbito del solar.

2. Excavación del cimiento, sobrepasando en 20 cm la cota del hormigón de limpieza (figura


2.56).
Conviene eliminar una capa de terreno adicional de 20 cm en presencia de terrenos duros y de
unos 30 ó 40 cm en terrenos arcillosos, por debajo del firme, garantizando el canto en las
zonas más bajas del terreno. Es conveniente que la zapata quede empotrada como mínimo 10
cm en el estrato resistente. A fin de que la base de apoyo de la cimentación no se vea alterada
por los agentes exteriores conviene situarla al menos 50 cm de la superficie del terreno.

| 332
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 2.56

El CTE DB-C, en su punto 4.5.1.2. expone:


“Aunque el terreno firme se encuentre muy superficial, es conveniente profundizar de 0,5 a 0,8
m por debajo de la rasante.”
Una vez ejecutado el vaciado de las zanjas y pozos se debe contrastar la naturaleza del
terreno excavado con la indicada en el estudio geotécnico (figura 2.57). Si el terreno contiene
piedras de gran tamaño es conveniente comprobar que no existen oquedades en el plano de
apoyo de la cimentación, por medio de ultrasonidos o clavando una barra de acero en la base
de la cimentación.
A la vista del terreno real y de las recomendaciones del estudio geotécnico, una vez abierta la
excavación, se reconsiderará si los cálculos efectuados en el proyecto son válidos para la
naturaleza del mismo o si, por el contrario, es necesaria la modificación de la cimentación que
requerirá el reformado del Proyecto.
En todo caso, no se podrá continuar con los trabajos de ejecución de la cimentación hasta que
la Dirección Facultativa no haya dado el visto bueno al terreno real. Antes de continuar el
Director de las obras debe reconocer todas las excavaciones realizadas, comprobando que el
terreno sobre el que se va a construir es uniforme y no presenta discontinuidades (figura 2.58).
El plano de asiento de la cimentación deber completamente horizontal, perfectamente
perpendicular a la dirección de las cargas que gravitan sobre él, evitando así deslizamientos.

Figura 2.57 Figura 2.58

333 |
María Pilar del Amo Pérez

El CTE DB-C, en su punto 4.5.1.2. expone:


“Si la solera de asiento no puede ponerse en obra inmediatamente después de terminada la
excavación, debe dejarse ésta de 10 a 15 centímetros por encima de la cota definitiva de
cimentación hasta el momento en que todo esté preparado para hormigonar.
La excavación debe hacerse con sumo cuidado para que la alteración de las características
mecánicas del suelo sea la mínima inevitable”
El mismo documento del CTE, en su artículo 4.5.1.3, expone unas prescripciones en cuanto a
la excavación de zapatas a diferentes niveles:
“En el caso de excavaciones para cimentaciones a diferentes niveles, la ejecución de los
trabajos debe hacerse de modo que se evite todo deslizamiento de las tierras comprendidas
entre los dos niveles distintos.
La inclinación de los taludes de separación entre zapatas a diferentes niveles debe ajustarse a
las características del terreno. A efectos indicativos y salvo justificación en contra, la línea de
unión de los bordes inferiores entre dos zapatas situadas a diferentes nivel no debe superar
una inclinación 1H:1V en el caso de rocas y suelos duros, debiendo reducirse dicha inclinación
a 2H:1V para suelos flojos medios.”

3. Nivelación y refino
Consiste en la limpieza de las paredes y del fondo de la excavación manual o mecánicamente,
a fin de dejarlas perfectamente niveladas y libres de residuos.
El CTE DB-C, en su punto 4.5.1.2, expone en cuanto al refino:
“Una vez hecha la excavación hasta la profundidad necesaria y antes de constituir la solera de
asiento, se nivelará bien el fondo para que la superficie quede sensiblemente de acuerdo con
el proyecto, y se limpiará y apisonará ligeramente”

4. Encofrado del terreno si es necesario (figura 2.59).

Figura 2.59 Zapata encofrada

5. Hormigón de limpieza
Una vez ejecutada la excavación de las zanjas y de los pozos de cimentación se procede al
vertido del hormigón de limpieza (figura 2.60 y 2.61). Es conveniente posponer la excavación
de los últimos 20 cm para el momento previo al hormigonado, a fin de preservar el terreno del

| 334
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

fondo de la excavación de la acción de los agentes exteriores, evitando un cambio en la


naturaleza del terreno y el depósito de sedimentos en la base que podrían causar asientos
diferenciales.
El hormigón de limpieza o solera de asiento es un hormigón de muy poca resistencia que
preserva el terreno del fondo y lo prepara para la colocación de las armaduras, permitiendo
también una limpieza rápida de las tierras que hayan podido caer en el fondo.

Figuras 2.60 y 2.61 Hormigón de limpieza en elementos de cimentación

El CTE DB-C, en su punto 4.5.1.2., dice al respecto:


1. “Si las zapatas son de hormigón en masa o armado, sobre la superficie de la
excavación debe extenderse una capa de hormigón, de regularización, que recibe el
nombre de solera de asiento u hormigón de limpieza.
2. La solera de asiento tiene por misión crear una superficie plana y horizontal de apoyo
de la zapata y, en suelos permeables, evitar que penetre la lechada del hormigón
estructural en el terreno y queden los áridos de la parte inferior mal recubiertos
3. El espesor mínimo de la solera de asiento será de 10 cm. El nivel de enrase de la
solera de asiento será el previsto en el proyecto para la base de las zapatas y las
vigas riostras. El perfil superior tendrá una terminación adecuada a la continuación
de la obra”

6. Impermeabilización.

Figuras 2.62 y 2.63 Disposición de láminas impermeables bajo cimentación

335 |
María Pilar del Amo Pérez

En terrenos yesíferos o agresivos para el hormigón de la cimentación puede disponerse una


lámina impermeable de protección bajo la cimentación (figuras 2.62 y 2.63). Se debe intentar
que la cota de la cimentación se encuentre entre el mínimo y máximo del nivel freático, a fin de
evitar que las oscilaciones de humedad debidos al nivel fluctuante en esas zonas constituyan
una vía de entrada a la corrosión. Puede ser efectiva, también a estos efectos, la colocación
de una lámina impermeable en la base de apoyo de la cimentación y en los laterales.

7. Disposición de separadores para garantizar los recubrimientos mínimos


Las armaduras de los elementos de cimentación deben disponerse sobre unos tacos de
mortero rico en cemento u otro material normalizado, que se llaman separadores o calzos.
Sirven de espaciadores respecto del fondo de la cimentación, teniendo la altura prefijada en el
recubrimiento.
La colocación de separadores sobre el hormigón de limpieza permite la disposición correcta de
las armaduras, permitiendo que queden recubiertas de hormigón en todo su perímetro y así
protegidas frente a la corrosión, y garantizando así mismo la adherencia acero-hormigón.
Se evitará la utilización de material restante de obra como separador (figuras 2.64, 2.65 y
2.66), así como patas metálicas que queden en contacto con la superficie del terreno, y se
colocarán en la zapata según establece la tabla 69.8.2 de la EHE-08 a distancias máximas de
50Ø y no mayor de 100 cm el emparrillado inferior, y a distancias de 50Ø y no mayor de 50 cm
en el superior.

Figuras 2.64 y 2.65 Evitar los residuos de material de construcción como separadores

Figuras 2.66 Ausencia de separadores normalizados

| 336
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

8. Puesta en obra de las armaduras de las zapatas, de las armaduras de espera de los pilares
de hormigón armado, vigas riostras y basas de pilares de acero (figuras 2.67, 2.68 y 2.69).
Las armaduras de espera de los pilares deben conservar en todo momento la verticalidad, por
lo que se atarán por la parte inferior a la parrilla de la zapata, y por la parte superior se
sujetarán con alambres a bastidores anclados fuertemente al terreno.
El solape es del orden de 30Ø.El diámetro mínimo de las armaduras principales en la zapata
es de 12 mm a fin de retardar la posible rotura por corrosión de las mismas. La separación
entre armaduras estará comprendida entre los 10 y los 30 cm.

Figuras 2.67 Puesta en obra de las armaduras de una zapata de un pilar de hormigón armado

337 |
María Pilar del Amo Pérez

Figuras 2.68 Puesta en obra del armado inferior de una zapata con junta de diapasón

Figuras 2.69 Puesta en obra de las armaduras de una zapata de un pilar acero

9. Hormigonado de la zapata, siguiendo las mismas condiciones que se aplican a las


estructuras.
En el proceso de hormigonado, si se hormigona contra el terreno, hay que evitar el
desprendimiento de las tierras de las paredes y que éstas queden incorporadas al hormigón.
El vertido se realzará desde la menor altura posible intentando que las armaduras no se
desorganicen. El hormigonado de las zapatas se realizará en una sola fase.

| 338
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

En el caso de disponer juntas de hormigonado en algún elemento de la cimentación, éstas se


dispondrán en los puntos donde las solicitaciones sean mínimas o nulas y se realizarán con
ayuda de encofrados y disponiendo armaduras en espera (figuras 2.70, 2.71 y 2.72).

Figuras 2.70 y 2.71 Junta de hormigonado en viga centradora de zapata de medianería

Figura 2.72 Junta inmediata al pilar: no recomendable

10. Disposición de juntas de asiento


A fin de reducir la aparición de asientos diferenciales, es conveniente proyectar juntas de
asiento cuando:
- Cambie la naturaleza del terreno
- Grandes diferencias en las cargas debidas a diferencias de altura en la edificación
- Diferencias en el tipo de cimentación

11. Interacción cimentación y red de saneamiento horizontal


El nivel de apoyo de las zapatas debe de estar por debajo de cualquier canalización, de
forma que bajo el bulbo de presiones de la zapata no exista ningún componente de la red
de saneamiento que altere el estado tensional del terreno.

339 |
María Pilar del Amo Pérez

3. ZAPATA COMBINADA

3.1 ÁMBITO DE UTILIZACIÓN

Si al predimensionar una cimentación por zapatas, nos encontramos en la situación de que las
zapatas quedan muy cercanas o que las superficies obtenidas se solapan (figura 2,73), se
plantean dos problemas: por un lado, el de tener que sujetar el terreno que queda entra las
dos zapatas cercanas sin que sufra desmoronamientos y sin tener que recurrir a un encofrado;
por otro lado, el de la influencia que tiene el bulbo de presiones de una zapata con respecto de
la otra, y que puede ser o no soportado por el terreno.
En estas situaciones recurrimos a cimentar mediante una zapata combinada (figura 2.74 y
2.75), que cimenta dos soportes alineados, o más de dos desalineados.
El CTE en su DB-C, en el punto 4.1.2 dice:
“Cuando la capacidad portante del terreno sea pequeña o moderada, existan varios pilares
muy próximos entre sí, o bien las cargas por pilar sean muy elevadas; el dimensionamiento de
los cimientos puede dar lugar a zapatas aisladas muy cercanas, incluso solapadas. En este
caso se podrá recurrir a la unión de varias zapatas en una sola, llamada zapata combinada
cuando recoja dos o más pilares…”

Figura 2.73 Cimentación con zapatas aisladas que solapan Figura 2.74 Zapata combinada de 2 pilares

Figura 2.75 Zapata combinada de 4 pilares

| 340
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

También las consideramos cuando:


- queremos evitar asientos diferenciales entre pilares cercanos debidos a la
heterogeneidad del terreno o a la diferencia de carga entre ellos
- para solucionar la excentricidad de pilares de medianería, construyendo una zapata
que combine el pilar medianero con el pilar centrado más próximo y centrando la
carga
- en el diseño de la estructura existen dos pilares muy próximos como es el caso de los
pilares de la caja de escalera o el ascensor

3.2 COMPROBACIÓN GEOTÉCNICA

La zapata combinada se dimensiona para evitar momentos flectores adicionales, de forma que
el punto de aplicación de la resultante coincida con el centro de gravedad de la base de la
zapata. Para ello:
a. Determinamos el punto de aplicación de las cargas qua transmiten los pilares
b. Una vez conocida el valor de la resultante y su punto de aplicación coincidente con el
centro de gravedad de la futura zapata, proyectamos la misma, de forma que las
tensiones que se transmiten al terreno sean admisibles.
En la figura 2.76 se detalla la solución de una zapata combinada de forma trapecial cuyo
centro de gravedad coincide con la resultante de cargas, lo que consigue un reparto uniforme
de las tensiones sobre el terreno frente a la solución de zapatas aisladas que originaría la
superposición de los bulbos de presiones y la aparición de asientos diferenciales.

R
P1 P2

C.D.G.

Figura 2.76

3.3 DISEÑO
Para las zapatas combinadas adoptamos habitualmente para la base, la forma rectangular,
aunque también podemos emplear otras formas como la trapecial, en T, u otras formas
irregulares (figura 2.77).

Figura 2.77

341 |
María Pilar del Amo Pérez

Para la sección transversal, por la sencillez se utiliza la sección rectangular, aunque también
utilizamos la de T invertida cuando el firme está a cierta profundidad y para evitar
deformaciones en el caso de cargas desiguales (figura 2.78). La sección con nervio aumenta
la rigidez, disminuyendo la cuantía de acero y de hormigón. En general conviene adoptar un
canto mínimo de 25 cm.

h
h

SECCIÓN RECTANGULAR SECCIÓN NERVADA

Figura 2.78

3.4 DIMESIONADOY DISPOSICIÓN DE LAS ARMADURAS DE UNA ZAPATA COMBINADA

La zapata combinada se dimensiona en sentido longitudinal a flexión, como si se tratase de


una pieza lineal apoyada en los pilares y cargada con la tensión del terreno.
La zapata combinada se calcularía así como una losa biapoyada con dos voladizos. De ello se
obtienen armaduras en la cara inferior y en la cara superior, distribuidas uniformemente en
todo el ancho de la zapata (figura 2.79, 2.80 y 2.81). Cuanto menor es la distancia entre
soportes, se requiere menor armadura en la cara superior.
En el sentido transversal se consideran dos losas virtuales de ancho el pilar más dos veces el
canto de la zapata, cada una cargada con la tensión del terreno obtenida al dividir el axil del
pilar entre el área de la losa. La armadura transversal se distribuye uniformemente en el ancho
de cada losa, y se dispone una armadura de reparto en las zonas restantes, equivalente al
20% de la cuantía mecánica de la dispuesta en cada losa virtual.

h b h

Figura 2.79

| 342
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 2.80 Disposición de armadura cara inferior Figura 2.81 Disposición de armadura cara superior

3.5. PROCESO DE EJECUCIÓN Y DISPOSICIONES CONSTRUCTIVAS DE UNA ZAPATA


COMBINADA
Para su ejecución seguimos las mismas indicaciones que hemos visto para la ejecución de
zapatas aisladas, y que a continuación enumeramos:

1. Replanteo
2. Excavación del cimiento
3. Nivelación y refino
4. Encofrado si es necesario
5. Disposición de armaduras
6. Vertido del hormigón de limpieza
7. Impermeabilización en caso necesario
8. Disposición de separadores
9. Puesta en obra de las armaduras. La armadura superior conviene que esté atada a la
armadura de arranque de los pilares, y provista de pies de pato (figuras 2.82 y 2.83)

Figuras 2.82 y 2.83 Camillas de fijación de armadura de pilares

343 |
María Pilar del Amo Pérez

10. Hormigonado de la zapata (figura 2.84)

Figura 2.84 Zapata combinada hormigonada

4. ZAPATA CORRIDA

4.1 ZAPATA CORRIDA BAJO MUROS

ÁMBITO DE UTILIZACIÓN
La zapata corrida bajo muros se encuentra solicitada por una carga lineal sensiblemente
uniforme, y eventualmente por un momento flector. La carga se debe a la existencia de un
muro, por lo que tienen la misma dirección que éste. Normalmente el plano medio del muro
coincide con el eje longitudinal de la cimentación.
Presentan mayor tolerancia de asientos debidos a las heterogeneidades del suelo o a
variaciones importantes de las cargas. Están indicadas en todo tipo de terrenos, incluso con
2
resistencias muy bajas de hasta 50 kN/m como cimentación a cotas superficiales.

Figuras 2.85 y 2.86

Para cimentar muros de carga a cierta profundidad, la zapata corrida no resulta económica,
además de transmitir mucho peso al terreno, por lo que resulta más indicado apoyar el muro
sobre una viga o zócalo de hormigón armado apoyado puntualmente en zapatas, pozos o

| 344
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

pilotes. En las figuras 2.85 y 2.86, observamos en el nivel superior una cimentación con zapata
corrida en la que el firme se encuentra a cierta profundidad, lo que ha llevado a la decisión de
disponer la zapata sobre un relleno de hormigón no resistente, lo que aporta mucho peso al
terreno.
Para cimentar muros de sótano con pilares que sobresalen del mismo, el cimiento del muro
con el del pilar se considera una zapata corrida que presenta ensanchamientos en la zona del
pilar en el sentido transversal.

CLASIFICACIÓN
Hay que destacar que se clasifican, según sea la relación vuelo-canto, en rígidas y flexibles,
con los mismos criterios vistos para las zapatas aisladas. Las zapatas rígidas trabajan a
compresión y requieren únicamente una armadura de reparto en la cara inferior. Las zapatas
flexibles, debido su trabajo a flexión llevan armadura estructural en la misma cara.

COMPROBACIÓN GEOTÉCNICA
La comprobación geotécnica se realiza de forma similar a las zapatas aisladas. Se puede
considerar que un elemento de zapata corrida de longitud l y anchura a es similar a una
zapata rectangular aislada de dimensiones a x l. Particularizamos el caso a una zapata aislada
rectangular de ancho a y longitud 100 cm (figura 2.87). Consideramos que el peso propio de la
zapata es el 5% de la carga N por metro lineal de muro.

l=100 cm

Figura 2.87

qt=(N+Pp)/(a x l)
qt=1,05N/100a
a=1,05N/qt

Una vez fijado el canto y conocido a, determinamos Pp, y sustituyendo en la ecuación


qt=(N+Pp)/(ax100), obtenemos la tensión a la que trabaja el terreno, que debe ser inferior a la
admisible.

345 |
María Pilar del Amo Pérez

La condición de equilibrio es:


qt ≤ qadm
Si se supera la qadm del terreno, redimensionamos la superficie del cimiento, y recalculamos la
qt para las nuevas dimensiones.

DISEÑO
Se adopta en planta como forma habitual la rectangular, empleándose a veces plantas
trapeciales o irregulares. En cuanto a la sección, se adoptan diferentes formas: recta,
escalonada, ataluzada (figura 2.88). Es preferible la sección recta, pero si la zapata es muy
ancha es más económico el escalonamiento o ataluzado de la misma. El escalonamiento
requiere la ejecución por fases y el encofrado, pero disminuye el volumen de hormigón, lo que
resulta económico. El ataluzado se puede realizar sin necesidad de encofrado, mediante el
vertido de un hormigón de consistencia plástica con un ángulo menor de 30º. El canto mínimo
de la zapata es de 25 cm.

<30º

h>25cm
h>25cm

ZAPATA RECTA ZAPATA ATALUZADA ZAPATA ESCALONADA

Figura 2.88

DIMENSIONADO Y DISPOSICIÓN DE LAS ARMADURAS


De su dimensionamiento a flexión se obtienen unas armaduras principales dispuestas en la
dirección transversal de la zapata, al trabajar en esta dirección como una viga en ménsula
cargada con la tensión del terreno. Se disponen 4, 5 ó 6 barras / 1m longitud. La armadura
longitudinal o de reparto se dimensiona para absorber un momento flector del orden del 20%
del valor del transversal. La armadura se reparte a lo largo de la longitud de la zapata a
distancias máximas de 30 cm (figura 2.89).

1,4lb HUECO DE PASO 1,4lb

h
lb lb
< 30 cm

Figura 2.89

La armadura se dispone en continuidad bajo los huecos de paso, si no se interrumpe la


cimentación bajo éstos, ya que la cimentación se encuentra solicitada en estos puntos al

| 346
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

menos con la tensión del terreno actuante a lo largo del hueco. El armado a flexión bajo el
hueco se soluciona disponiendo una armadura simétrica en las dos caras que absorban el
momento de cálculo, ancladas convenientemente a partir de las jambas del hueco. En la
dirección transversal se dispone también en las dos caras una armadura de reparto. En el
extremo de la zapata conviene prolongar la armadura una longitud igual a su vuelo.

PROCESO DE EJECUCIÓN Y DISPOSICIONES CONSTRUCTVAS DE UNA ZAPATA


CORRIDA
Al poder asimilarla a la zapata aislada, los criterios de diseño relativos al escalonamiento y
disposición de juntas de asiento son los mismos.
1. Replanteo (figuras 2.90 y 2.91)

Figuras 2.90 y 2.91 Replanteo y excavación de zanja para zapata corrida

2. Excavación del cimiento con nivelación y refino (figuras 2.92 y 2.93)


El CTE DB-C, en su punto 4.5.1.2. expone: “Si los cimientos son muy largos es conveniente
también disponer llaves o anclajes verticales más profundos, por lo menos cada 10 m.”

Figura 2.92 Excavación de zanja para cimentación Figura 2.93 Limpieza y refino de la excavación

Conviene que la zapata corrida apoye en un solo plano horizontal, pero si es necesario
disponer banqueos debido a la inclinación del terreno, la altura de los mismos será < ¾ de la
altura de la zapata. En todo caso, el plano de apoyo será siempre ortogonal a la dirección de
las cargas (figura 2.94 y 2.95).

347 |
María Pilar del Amo Pérez

Figura 2.94 Escalonamiento de zapata Figura 2.95 Desnivel sin escalonamiento

3. Encofrado si es necesario y vertido del hormigón de limpieza (figuras 2.96 y 2.97)

Figura 2.96 Zapata encofrada Figura 2.97 Zapata hormigonada contra el terreno

4. Impermeabilización en caso necesario


5. Disposición de separadores y puesta en obra de las armaduras (véanse las siguientes
figuras).

Figura 2.98 Ausencia de hormigón de limpieza Figura 2.99 Ausencia de separador y recubrimiento

| 348
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 2.100 Patillas como separador Figura 2.101 Separador de redondo de acero

Figura 2.102 Separador normalizado en zapata Figura 2.103 Disposición de separadores en zapata corrida

Figura 2.104 Puenteados para la sujeción de la armadura Figura 2.105 Armaduras en cambio de nivel

En todo caso seguiremos los criterios expuestos en el proceso de ejecución de las zapatas
aisladas.

349 |
María Pilar del Amo Pérez

Figura 2.106 Solape de armaduras

6. Resolución de esquinas y encuentros en t


Conviene prolongar las armaduras de los muros que acometen en esquina hasta la cara más
exterior del otro muro, a fin de reforzar la esquina, punto de encuentro de dos muros cargados
desigualmente y con posibilidad de sufrir asientos diferenciales (figuras 2.107 y 2.108).
En los encuentros en T se dispone la armadura con el mismo criterio (figuras 2.109 y 2.110).

Figuras 2.107 y 2.108 Encuentros en T

Figura 2.109 Esquina con armadura de refuerzo en ángulo Figura 2.110 Esquina con armadura en continuidad

| 350
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

7. Hormigonado de la zapata (figura 2.111)

Figura 2.111Hormigonado de zapata corrida

8. Juntas de hormigonado
En las zapatas corridas se pueden disponer juntas de hormigonado en los puntos previstos en
el proyecto y en los tercios de la distancia entre pilares y alejadas de las esquinas. Conviene
que la junta presente una superficie rugosa o que disponga de dientes o adarajas y de
armaduras en espera. En ausencia de encofrado se dejará la terminación que da el vibrado del
hormigón.

9. Interacción cimentación y red de saneamiento horizontal


Es fundamental evitar que la red horizontal de saneamiento atraviese a las zapatas corridas o
pase bajo su plano de apoyo, quedando dentro del bulbo de presiones de la zapata.
En todo caso, sólo podrá disponerse bajo la zapata, cuando quede bajo la profundidad activa.
En las figuras 2.112, 2.113, 2.114 y 2.115 se muestran situaciones que se deben evitar.

Figura 2.112 Interrupción de armadura por paso de tubería Figura 2.113 Puenteado en armadura de esquina

351 |
María Pilar del Amo Pérez

Figuras 2.114 y 2.115 Merma en sección de la zapata corrida

4.2 ZAPATA CORRIDA BAJO ALINEACION DE PILARES

ÁMBITO DE UTILIZACIÓN
Cuando nos encontremos ante un terreno de resistencia media-baja o deformable y queramos
transmitir al mismo las cargas provenientes de una alineación de tres o más pilares muy
próximos o con pilares muy solicitados, el dimensionamiento al que daría lugar la utilización de
zapatas aisladas llevaría a una superposición e interferencia de los bulbos de las mismas. En
esta situación conviene cimentar mediante un único elemento transmisor de las acciones al
terreno, que es la zapata corrida bajo pilares o viga flotante.
Conviene su utilización cuando queramos reducir las tensiones sobre el terreno y
deformaciones en las estructura. La zapata corrida bajo pilares presenta mejor
comportamiento que las zapatas aisladas frente a los asientos del terreno, permitiendo
puentear zonas de baja resistencia en terrenos heterogéneos.También interesa su utilización
en la cimentación de pilares de medianería a través de muretes de contención.
Interesa que los soportes presenten una distribución homogénea en lo que respecta a las
cargas que transmiten y a las distancias que los separa. La heterogeneidad del terreno o la
diferencia de cargas y luces conducen a la aparición de problemas de excentricidad y torsión
que recomiendan el atado de las zapatas en la otra dirección, siendo preferible en estos casos
la disposición en las dos direcciones de vigas flotantes, constituyendo un emparrillado.

DISEÑO
Interesa la sección rectangular, excepto en el caso de muy resistentes, con pilares muy
distanciados compensándose el ahorro de hormigón con el coste del encofrado y las juntas en
la ejecución. Cuando se trate de cimentar pilares de medianería utilizamos la sección en L. En
vigas de cimentación flexibles con cargas elevadas o con estratos resistentes por debajo de
los 1,5 metros, puede resultar interesante proyectar un ábaco inferior o superior en el
encuentro con el pilar o un plinto de hormigón en masa.

DIMENSIONADO Y DISPOSICIÓN DE LAS ARMADURAS


El cálculo de las zapatas corridas bajo alineación de pilares es complejo, ya que depende de la
rigidez de la zapata, de la respuesta del terreno en función de la deformabilidad del cimiento, y
de la flexibilidad de la estructura respecto de la cimentación.

| 352
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

En la dirección transversal se dispone un armado principal similar al visto para zapatas


corridas bajo muros. En la dirección longitudinal la viga de cimentación trabaja como una viga
invertida cargada con la tensión del terreno, lo que conduce a la disposición de refuerzos de la
armadura en la cara inferior bajo los pilares y en la superior en el espacio entre pilares (figura
2.116 y 2.117). Si se necesitan estribos éstos se tienen en cuenta en el armado transversal.

h
ARMADURA MOMENTOS NEGATIVOS

Figuras 2.116 Sección rectangular por pilar

ARMADURA MOMENTOS POSITIVOS

h
OS

Figuras 2.117 Sección rectangular entre pilares

Si la sección es nervada, habrá dos tipos de armaduras: la correspondiente a la zapata corrida


y a la del nervio rigidizador, con armadura de tracción en la cara superior (figura 2.118 y
2.119).

>20cm

ARMADURA PRINCIPAL ZAPATA


ARMADURA DE REPARTO ZAPATA

h ARMADURA DE PIEL SI h>30cm ARMADURA MOMENTOS NEGATIVOS EN NERVIO

Figuras 2.118 Sección nervada por pilar

353 |
María Pilar del Amo Pérez

ARMADURA MOMENTOS POSITIVOS EN NERVIO

ARMADURA PRINCIPAL ZAPATA


ARMADURA DE REPARTO ZAPATA

Figura 2.119 Sección nervada entre pilares

5. EMPARRILLADOS

El emparrillado es un sistema de cimentación superficial y directo formado por dos familias de


zapatas corridas dispuestas en ambas direcciones. Al aumentar la superficie de transmisión de
las cargas, se reduce la tensión que se transmite al terreno y los asientos o deformaciones
producidos en éste. El emparrillado requiere una distribución ortogonal de los pilares de la
estructura, para poder ejecutar las dos familias de vigas de cimentación que aparecen en
ambas direcciones.
El CTE en su DB-C, en el punto 4.1.4 dice al respecto:
“Cuando el terreno presente baja capacidad de carga y elevada deformabilidad, o bien muestre
heterogeneidades que hagan prever asiento totales elevados y, consiguientemente,
importantes asientos diferenciales, se podrá cimentar por el sistema de emparrillado.
En este caso todos los pilares de la estructura quedarán recogidos en una única cimentación,
consistente en zapatas corridas entrecruzadas en malla habitualmente ortogonal. Al quedar así
reunidos todos los apoyos de la estructura en una sola cimentación se podrá conseguir una
considerable rigidización con el fin de disminuir el problema de la heterogeneidad del terreno
impidiendo grandes asientos diferenciales”.
En zonas de sismicidad alta, el atado bidireccional de los cimientos se puede solucionar
mediante la ejecución de un emparrillado. También nos conduce a esta solución el
arriostramiento de zapatas de medianería dispuestas en ambas direcciones.
Las secciones de los emparrillados y sus armados son las mismas que las expuestas para las
zapatas corridas bajo alineación de pilares.

6. LOSAS

La losa es un elemento de cimentación superficial y directo que transmite las cargas de todos
los elementos estructurales de la edificación, repartiéndolos en todo el área disponible para la
ocupación de la edificación. De esta forma se transmite al terreno la mínima tensión, con la
máxima superficie. La superficie de cimentación es muy elevada en relación con el canto de la
misma, constituyendo el límite de las cimentaciones superficiales.
En presencia de suelos muy compresibles y con cargas muy heterogéneas, la cimentación por
losa puede dar lugar a grandes asientos, por lo que se debe plantear recurrir a una
compensación de cargas.

| 354
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

6.1 ÁMBITO DE UTILIZACIÓN

Se emplean losas de cimentación en los siguientes casos:


- En presencia de terrenos con resistencia media o baja, y con pilares muy solicitados,
si:
o el área de las posibles cimentaciones aisladas o por emparrillados supere el
50% del terreno de ocupación del edificio
o existe dificultad para la excavación debido a la proximidad a la que se
encontrarían los elementos de cimentación si éstos fueran aislados (figura
2.120)
o necesitamos entibar las paredes de los elementos de cimentación
o se encarecen los trabajos de excavación debido a los factores anteriores
- En presencia de terrenos de resistencia baja o con una estrato resistente muy
profundo (figura 2.121)
- En presencia de terrenos heterogéneos o de cargas muy desiguales en pilares
cercanos, a fin de para asientos diferenciales
- En presencia de terrenos homogéneos y resistente en edificios con sótanos bajo la
cota del nivel freático, para poder soportar la subpresión que ejercen las aguas
freáticas
- En combinación con pantallas o sótano cuando queremos obtener un recinto estanco
- Cuando las edificaciones medianeras se encuentran en mal estado, con el fin de
evitar riesgos si excavamos pozos para alojar zapatas a cierta profundidad.
- Cuando la estructura del edificio es muy rígida y queremos que la cimentación sea
capar de absorber asientos del terreno sin daño para la estructura

355 |
María Pilar del Amo Pérez

Figura 2.120 Cimentación con zapatas que interaccionan Figura 2.121 Cimentación con losa

6.2 TIPOS DE LOSAS

La losa continua uniforme, de sección constante es la más utilizada en la edificación, debido a


su sencillez de ejecución, facilidad de encofrada, simplificación de la ferralla y economía. Se
utiliza en presencia de cargas normales y luces de igual magnitud.
El canto recomendable es e= 1/10 de la luz. Si queremos reducir el canto de la losa en
presencia de cargas grandes y equilibradas, dispondremos de refuerzos bajo los pilares, o
pedestales que mejoran el comportamiento de la losa frente al punzonamiento. Los refuerzos
bajo los pilares tienen como ventaja la ausencia de encofrado. Los pedestales requieren la
colocación de un encofrado y la ejecución de un forjado sanitario o relleno para obtener una
solera de acabado.
La losa nervada se utiliza al aumentar el valor de las cargas y de las luces, pudiendo ser éstas
desequilibradas. Las nervaduras pueden disponerse por debajo o por encima de la losa y
coincidiendo con las alineaciones de pilares, siendo el primer caso más utilizado porque
conduce al acabado de la solera y el volumen excavado es menor. Se pueden proyectar
también nervios secundarios si las luces entre pilares son muy elevadas. En la losa nervada, la
economía de la excavación compensa la complejidad del encofrado. Podemos rebajar los
cantos de la losa hasta los 20 ó 25 cm.
Interesa que la anchura del nervio supere en 20 cm a la de los pilares, lo que favorece el
reparto de las tensiones a la losa y facilita el encofrado de los nervios.
La losa aligerada reduce el peso de las losas de gran espesor mediante la incorporación de
casetones o cajas de hormigón o de catón hidrófugo.
La figura 2.122, extraída del CTE de su DB-C, muestra los diferentes tipos de losa: continua y
uniforme, con refuerzos bajo pilares, con sección en cajón, nervada y aligerada.

| 356
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 2.122

6.3 DISEÑO

Conviene que los pilares estén alineados en una o en las dos direcciones a fin de facilitar el
cálculo. Interesa que las cargas y las luces entre pilares no difieran en más de un 20%,
proyectando plantas regulares sin entrantes ni ángulos agudos.
A fin de reducir tensiones debido a torsiones y punzonamiento en el perímetro de la losa
conviene proyectar un voladizo perimetral, evitando que los pilares se dispongan en ese punto.
A fin de evitar el giro de la losa, interesa que la resultante de las cargas aplicadas quede
dentro de una figura homotética de razón 0,50 respecto del núcleo central de inercia del
cimiento. Para conseguir este equilibrio podemos ampliar o disminuir la losa en alguna
dirección.
Es muy importante también la elección del canto de la losa. De él depende la respuesta del
terreno y la aparición de problemas de punzonamiento. El canto medio está comprendido entre
los 50 y 120 cm. En general es preferible proyectar losas rígidas que flexibles, con el fin de que
el reparto de tensiones en el terreno y los asientos sean más uniformes. Las losas flexibles
requieren mayor cantidad de armadura, además de incrementar las deformaciones y las
tensiones. Las losas rígidas homogeneízan los asientos, pero son más costosas.
La rotura de punzonamiento en una losa (figura 2.123) se puede evitar de diferentes formas:
- Aumentando el canto de la losa en la totalidad de la superficie. A estos efectos
conviene que el canto de la losa sea mayor que 1/10 de la máxima luz entre pilares
- Aumentando el canto de la losa debajo de los pilares mediante la disposición de un
refuerzo (figura 2.124)

357 |
María Pilar del Amo Pérez

- Aumentando la sección de los pilares


- Colocación de una armadura de punzonamiento en la losa a 45º (figura 2.125)
-
N

LOSA

ROTURA POR PUNZONAMIENTO

Figura 2.123

N N

ARMADURA A 45º

AUMENTO DEL CANTO DE LA LOSA ARMADURA DE PUNZONAMIENTO

Figura 2.124 Figura 2.125

Es necesario disponer juntas de asiento en la losa en presencia de zonas muy desigualmente


cargadas, sobre todo en presencia de terreno compresibles, a fin de evitar grandes asientos.
La longitud de las losas no debe superar los 30 y 40, sin disponer juntas de dilatación.
Si se supera el valor de la tensión admisible del terreno y no es posible ampliar la superficie de
la losa, podemos disminuir las tensiones transmitidas al terreno proyectando sótanos, si no
existían, o aumentando su número. El CTE en su DB-C, en el punto 4.1.5 dice al respecto:
“Cuando el edificio vaya a disponer de sótanos y se vaya a cimentar por medio de losa, es
posible que el peso de las tierras excavadas sea semejante al peso total del edificio. En este
caso, la presión unitaria neta que transmitirá la losa al terreno será del mismo orden de
magnitud que la presión efectiva preexistente, y los asientos serán probablemente de pequeña
entidad. Esta situación particular se denomina cimentación compensada.
La cimentación compensada de edificios con zonas de diferente altura (y por tanto de peso)
podrá requerir la disposición de un número variable de sótanos distribuidos de forma
proporcional al número de plantas a construir por encima de la superficie del terreno. En estas
circunstancias será preciso disponer juntas estructurales debidamente tratadas entre las
diferentes zonas del edificio, e intentar que el centro de gravedad de las acciones de la

| 358
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

estructura en cada zona coincida con el centro de gravedad de las losas, de forma que se
reduzca cualquier tendencia al giro. Asimismo será necesario analizar con detalle los asientos
inducidos sobre las construcciones colindantes.”

6.4 DIMENSIONADO Y DISPOSICIÓN DE LAS ARMADURAS

La deformada a la que da lugar la forma de trabajo de una losa se asemeja a una superficie
sinuosa adaptada a una retícula que pasa por los puntos medios de la distancia entre pilares
en ambas direcciones.

ARMADURA REFUERZO MOMENTOS + ARMADURA BÁSICA SUPERIOR


ENTRE PILARES

ARMADURA BÁSICA INFERIOR ARMADURA REFUERZO MOMENTOS -


BAJO PILARES

ARMADO LOSA

+ +

- - -

DIAGRAMA MOMENTOS FLECTORES

Figura 2.126
Bajo los pilares aparecen valles que indican la existencia de fibras traccionadas en la cara
inferior de la losa en esa posición. En el espacio entre pilares aparecen cúpulas que indican la
existencia de fibras traccionadas en la cara superior de la losa.
De ello se deduce la disposición de las armaduras en una losa de espesor constante (figura
2.126). Se coloca una armadura básica en cada cara de la losa, suplementándola debajo de
los pilares en la cara inferior y en el espacio entre pilares en la cara superior. Las armaduras
se dispondrán convenientemente ancladas con separaciones comprendidas entre los 10 y los
30 cm. Si es necesario se colocamos la armadura de punzonamiento.
Si el canto de la losa supera el metro, armamos el canto de la losa con una parrilla en forma
de horquilla que solape con la armadura de ambas caras (figura 2.128). Si se hormigona la
losa en dos tongadas conviene disponer una armadura de retracción intermedia de cuantía la
mitad de la mínima (figura 2.127).

359 |
María Pilar del Amo Pérez

ARMADURA LATERAL

ARMADURA RETRACCIÓN

> 1m > 1m

Figura 2.127 Figura 2.128

Conviene la disposición de un zuncho perimetral de borde que ayude a absorber las tensiones
que se puedan originar en el borde (figura 2.129).
ZUNCHO PERIMETRAL

Figura 2.129

Si la losa presenta refuerzos bajo los pilares (figura 2.130), el armado es similar al de la losa
de espesor constante disponiendo una parrilla de refuerzo inferior, no requiriéndose en este
caso armadura de punzonamiento.

ARMADURA BÁSICA SUPERIOR

ARMADURA REFUERZO

ARMADURA BÁSICA INFERIOR

Figura 2.130 Armado losa con refuerzo inferior


El refuerzo por la cara superior de la losa (figura 2.131) requiere asimismo la colocación de
una parrilla anclada a la armadura superior.

ARMADURA REFUERZO

ARMADURA BÁSICA SUPERIOR

ARMADURA BÁSICA INFERIOR

Figura 2.131 Armado losa con refuerzo superior

| 360
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

En las losas nervadas, la absorción del esfuerzo cortante puede llevar a proyectar chaflanes
en las proximidades del pilar. El armado de la losa es igual que el de la losa de espesor
constante, añadiendo el nervio de refuerzo en ambas direcciones, que se arma suplementando
las armaduras en las caras superior e inferior, según nos encontremos en el espacio entre
pilares o bajo los pilares (figura 2.132).

>20cm

ARMADURA BÁSICA SUPERIOR


ARMADURA DE PIEL SI h>30cm

ARMADURA MOMENTOS - EN NERVIO


ARMADURA BÁSICA INFERIOR
ARMADURA REFUERZO BAJO PILARES

Figura 2.132 Armado losa nervada

6.5 PROCESO DE EJECUCION Y DISPOSICIONES CONSTRUCTIVAS DE UNA LOSA

1. Excavación del vaciado, dejando los huecos previstos para la ejecución de los fosos del
ascensor. En presencia de terrenos arcillosos, una vez ejecutada la excavación, debe
disponerse una solera de asiento, o dejar los últimos 10 ó 15 cm sin excavar hasta el momento
del vertido del hormigón de la losa. Esta acción protege al terreno de la base de la losa de la
acción de los agentes exteriores.
2. Vertido del hormigón de limpieza en un espesor de 10 cm. Si estamos en presencia de un
terreno agresivo para el hormigón de la cimentación o en una cota de la base de la losa
afectada por las fluctuaciones del nivel freático, conviene interponer entre el hormigón de
limpieza y el de la losa, así como en los laterales, una lámina impermeable protectora.
Puede ser necesario el encofrado del canto de la losa, como se muestra en la figura 2.133.

Figura 2.133

361 |
María Pilar del Amo Pérez

3. Colocación de los separadores o calzos para asegurar la correcta posición de la armadura


inferior de la losa, así como para garantizar los recubrimientos mínimos que conviene que
seas superiores a los 5 cm
4. Colocación de las armaduras principales y de refuerzo de la losa. Al ser la longitud máxima
de las barras de acero de 12 metros, es necesario solaparlas cuando la losa supera dicho
valor. Este solape debe venir indicado en los planos, siendo conveniente que se disponga en
el centro de la luz entre pilares en la armadura inferior y bajo los pilares en la armadura
superior, que son los puntos en los que el momento flector alcanza su mínimo valor (figura
2.134 y 2.135).

ZONA DE SOLAPE ARMADURA SUPERIOR

ZONA DE SOLAPE ARMADURA INFERIOR

Figura 2.134

Figura 2.135 Zona de solape en losa


Para la correcta colocación de las armaduras superiores de la losa se utilizan “pies de pato”
elaborados con restos de barras o despuntes(figura 2.136). Los pies de patos se pueden
agrupar mediante una barra que se ata a la armadura superior, facilitando y economizando su
disposición (figuras 2.137 y 2.138).

| 362
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 2.136 ”Pie de pato” en losa

Figuras 2.137 y 2.138

5. Disposición de esperas y placas de anclaje de pilares (figuras 2.139, 2.140 y 2.141)

Figuras 2.139 y 2.140 Disposición de placas de anclaje de pilares de acero

363 |
María Pilar del Amo Pérez

Figura 2.141 Armaduras de espera para muros de sótano

6. Armaduras de refuerzo
La disposición de un zuncho perimetral de borde reduce las tensiones que se puedan originar
en el mismo (figuras 2.142 y 2.143).

Figuras 2.142 y 2.143 Refuerzo de armado en borde de losa para apoyo de muro de carga

Las figuras 2.144 y 2.145 muestran los refuerzos de las armaduras superior e inferior de una
losa de cimentación

Figura 2.144 Refuerzo en armadura superior Figura 2.145 Refuerzo en armadura inferior

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

7. Un tema delicado en la ejecución de una losa es el que respecta a la ejecución de la red de


saneamiento horizontal (figura 2.146, 2.147 y 2.148). Conviene no empotrar la red en la losa,
intentando que la misma discurra por encima de ella, alojada en una cámara sanitaria. Si no es
posible esta solución, dispondremos las arquetas en las zonas menos armadas de losa, que
es la comprendida entre 4 pilares, distanciándose de ellos una cota mayor al canto de la losa.

Figuras 2.146 y 2.147

Figura 2.148

8. Disposición de juntas de dilatación (figuras 2.149 y 2.150)

Figura 2.149 Juntas de dilatación Figura 2.150 Banqueo en losa con junta

365 |
María Pilar del Amo Pérez

9. Hormigonado de la losa. Las juntas de hormigonado se deben disponer en los puntos de


inflexión del diagrama de momentos, que suele estar situado entre ¼ y 1/5 de la luz entre
pilares (figura 2.151 y 2.152).

L/4-L/5

JUNTA DE HORMIGONADO

Figura 2.151

Figura 2.152

7. POZOS DE CIMENTACIÓN

La ejecución de pozos como sistema de cimentación se utiliza desde la época romana. Los
pozos se iban excavando a medida que se entibaban y se rellenaban con aglomerados de
piedra con morteros puzolánicos, fábricas de ladrillo, mamposterías de piedra u hormigón en
masa o armado.
Las soluciones transmitían al terreno cargas aisladas, pero también se proyectaban para la
transmisión de cargas continuas como cimentación de muros de cargas.
Para ello se ejecutaban alineaciones de pozos situados en los puntos más cargados y se les
enlazaba por medio de arcos de ladrillo de medio punto de tres roscas o rebajados de cuatro,
por medio de arcos de hormigón armado o sin armar, o por medio de jácenas de hormigón
armado. Los arcos o jácenas repartían homogéneamente los esfuerzos a los pozos. El propio
terreno constituía la cimbra para la construcción de los elementos de enlace. Sobre ellos se
levantaba el muro de carga o las columnas.
La figura 2.153, extraída de la “Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción” de Barré, nos
muestra la construcción de un edificio de dos sótanos con el sistema de cimentación descrito
con anterioridad.

| 366
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 2.153
BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras, Fundaciones, Andamios,
Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial de BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899,
p.84

7.1 ÁMBITO DE UTILIZACIÓN

Tradicionalmente los pozos se han clasificado como cimentaciones intermedias entre las
superficiales y las profundas, al intentar resolver de una forma económica la cimentación con
estratos resistentes a profundidades apreciables entre los 3 y los 6 metros, al encontrarse
inadecuados los estratos superficiales para cimentar sobre ellos.
También utilizamos pozos con niveles del estrato resistente más superficies, pero en los que la
presencia de agua impide la ejecución de zapatas a ese nivel y con niveles del firme mayores
de 6 metros como alternativa al pilotaje.
En presencia de esfuerzos horizontales de cierta importancia conviene la ejecución de pozos,
al absorberse los mismos debido a la existencia del empuje pasivo.
El CTE en su DB-C, los incluye en las cimentaciones superficiales o directas y dice al respecto
en el punto 4.1.3.:
“Se podrán realizar pozos de cimentación cuando el terreno lo permita y la ejecución sea
ventajosa con respecto a otras soluciones.

367 |
María Pilar del Amo Pérez

7.2 TIPOS DE POZOS

ENANO DE HORMIGÓN EN MASA O PEDESTAL DE HORMIGÓN ARMADO DESDE


DONDE ARRANCA EL PILAR
Consiste en excavar hasta la cota del estrato resistente y construir sobre ella una zapata de
hormigón en masa o armado. A fin de evitar los problemas de pandeo que ocasionaría la
existencia de un pilar de gran esbeltez, construimos un enano de hormigón en masa, o un
plinto o pedestal de hormigón armado. El enano de hormigón en masa se arma para absorber
los esfuerzos transversales de tracción que produce la comprensión, disponiendo a una
distancia comprendida entre 0,1a y a, donde a es el lado del pozo, unas parrillas de acero
(figura 2.154). La armadura longitudinal del pedestal se distribuye en las cuatro caras y se
dispone una armadura transversal en forma de cercos, similar a la colocada en pilares (figura
2.155). Se utiliza para grandes secciones de pozos.

RELLENO COMPACTADO

PARRILLA ABSORCIÓN
ESFUERZOS TRANSVERSALES
0,10a

a
PLINTO O PEDESTAL

ENANO

BASA

Ó Ó
Figura 2.154 Enano de hormigón en masa Figura 2.155 Plinto de hormigón armado

RELLENO DE HORMIGÓN EN MASA, CICLÓPEO O POBRE BAJO ZAPATA


Consiste en rellenar la excavación desde la cota de apoyo con un relleno de hormigón en
2
masa HM20, hormigón pobre (resistencia de 5 N/mm con poca dosificación de cemento) o
ciclópeo (aglomerado de bolos o gravas de gran tamaño vertidos por tongadas y con lechada),
hasta dejar una altura que permita la disposición de una zapata de hormigón en masa o
armada. Con ello buscamos la sustitución de un terreno de escasa capacidad portante por un
hormigón de baja resistencia, pero en todo caso superior a la del terreno extraído. De esta
forma transmitimos las cargas a la profundidad deseada. Esta solución se utiliza en pozos de
secciones medias, comprendidas entre los 1,75 y los 2,25 metros. Su disposición aparece en
la figura 2.156 y 2.160.

| 368
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

ARMADURA ZAPATA CONVENCIONAL

ARMADO DE REFUERZO EN ESQUINAS

HORMIGÓN POBRE O CICLOPEO

Figura 2.156 Relleno de hormigón bajo zapata

MACIZO DE HORMIGÓN EN MASA O ARMADO


Excavamos un pozo hasta el estrato resistente o firme y lo rellenamos de hormigón en masa o
armado, arrancando el pilar de la zona superior del pozo.
El pozo relleno de hormigón en masa (figura 2.157) se utiliza con secciones intermedias entre
los 1,25 y los 1,75 metros. Debido a sus características dimensionales particulares en las que
la profundidad es mucho mayor que la sección, y las cargas se transmiten través de elementos
en los que se cumple que el vmáx < h, no se requiere la disposición de armadura resistente. Es
necesario anclar en el pozo la armadura de espera del soporte, al menos con el mismo
número de barras y diámetro que las que disponga el pilar, lo que exige la ejecución de una
junta de hormigonado al nivel del enlace. Por ello conviene disponer una armadura en forma
de parrilla que evita la fisuración por retracción en la cara superior del pozo, sobre todo con
relaciones de agua/cemento altas.
El relleno del pozo con hormigón armado (figura 2.158) permite la utilización de secciones
más pequeñas y profundas que si rellenamos con hormigón en masa, así como la ejecución en
presencia de agua y en terrenos inestables. Se trata de soluciones intermedias entre el pozo y
el pilotaje. Para secciones circulares que permiten alcanzar grandes profundidades hay que
considerar la disposición de una armadura, a fin de absorber las posibles excentricidades de
implantación del soporte con respecto al pozo y absorber esfuerzos transversales derivados de
la comprensión.
Si aumentamos la superficie de apoyo en la base, acampanándola, se consideran
“zapapilotes”.

369 |
María Pilar del Amo Pérez

PARRILLA ABSORCIÓN
FISURACIONES

JUNTA DE HORMIGONADO

Figura 2.157 Macizo de hormigón en masa Figura 2.158 Macizo de hormigón armado

7.3 DISPOSICIONES CONSTRUCTIVAS DE LOS POZOS

El CTE en su DB-C dice al respecto en su artículo 4.5.3:


“La excavación de los pozos se puede hacer manualmente, si no se alcanza el nivel freático, o
mecánicamente en cualquier caso. Se cuidará de que los medios de excavación no alteren el
terreno en el fondo del pozo. Si las paredes del pozo no son estables sin un revestimiento, se
entibarán.
Si la excavación se ejecuta por debajo del nivel freático y se procede al agotamiento para
rellenar en seco, se pondrá especial cuidado en evitar la alteración del terreno en el fondo por
las corrientes de agua. Esto es especialmente importante si el fondo está constituido por
arenas finas o limos son cohesión.
Antes de proceder al relleno, se ejecutará una buena limpieza del fondo y, si es necesario, se
apisonará o compactará debidamente.”
La excavación manual de un pozo requiere una sección del mismo de dimensiones mínimas
que permitan que una persona se introduzca y pueda trabajar en su interior. Conviene en este
punto repasar lo estudiado al hablar de las entibaciones de pozos en el tema correspondiente.
La excavación mecánica se realiza con cuchara bivalva, ensanchando la base de la
excavación mediante un acampanado con un ángulo de 60º y un remate vertical de unos 20 ó
30 cm, para aumentar la superficie de contacto con el terreno. En presencia de medianerías la
base se ensancha en la única dirección posible (figura 2.159).
En el caso de pozos rellenos con hormigón armado, para pequeñas secciones y con firmes a
grandes profundidades se puede afrontar la excavación con maquinaría de pilotaje y con el
empleo de lodos tixotrópicos, al tratarse de soluciones intermedias entre el pozo y el pilotaje.

| 370
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 2.159 Excavación de pozo para cimentación Figura 2.160 Relleno de hormigón bajo zapata

8. BIBLOGRAFÍA

GARCÍA VALCARCE, Antonio y otros: Manual de Edificación. Mecánica de los terrenos y


cimientos. EDITORIAL CIE INVERSIONES EDITORIALES DOSSAT 2000
ISBN-84-89656-46-0

HIDALGO BAHAMONTES, Ángel: Construcción de cimientos. Monografías CEAC de la


Construcción. Ediciones CEAC, S.A. Febrero 1993.ISBN-84-329-2922-0

LOGEAIS, Louis: Patología de las cimentaciones. Editorial Gustavo Gili, Barcelona 1984

LOZANO APOLO, Gerónimo y LOZANO MARTÍNEZ-LUENGAS, Alfonso: Curso Diseño,


Cálculo Construcción y Patología de cimentaciones y recalces. Lozano y Asociados.
CONSULTORES TÉCNICOS DE CONSTRUCCIÓN, S.L. 1998. ISBN-84920401-2-2

MINISTERIO DE FOMENTO: Norma de Construcción Sismorresistente: parte general y


edificación (NCSR-02), Real Decreto 997/2002, de 27 de septiembre.

MINISTERIO DE LA PRESIDENCIA: EHE-08, Instrucción de hormigón estructural. Real


Decreto 1247/2008, de 18 de julio.

MINISTERIO DE LA VIVIENDA: CTE. DB SE-C. Código Técnico de la Edificación. Documento


Básico: Seguridad Estructural. Cimientos. Real Decreto 314/2006.

MUÑOZ HIDALGO, Manuel: Problemas, dudas y soluciones durante el proyecto y ejecución de


la edificación. Edita: Manuel Muñoz Hidalgo. Sevilla 2001.
ISBN-84-607-1419-5

RODRÍGUEZ ORTIZ, José María, SERRA GESTA Jesús y OTEO MAZO, Carlo.: Curso
aplicado de cimentaciones. Edita: COAM. ISBN-84-85572-37-8

URBAN BROTONS, Pascual: Construcción de estructuras. Hormigón Armado. Adaptado a las


instrucciones EHE, EFHE, NCSE-02 y CTE. Edita: Editorial Club Universitario. Alicante, 2006
ISBN-978-84-8454-661-0

371 |
María Pilar del Amo Pérez

Tema 3

CIMENTACIONES PROFUNDAS

La experiencia de la cimentación profunda abarca desde tiempos muy remotos, como es el


caso de los palafitos prehistóricos, cimentaciones en terrenos fangosos y de muy mala calidad.
En su origen el pilote era de madera limitándose su diámetro y longitud a la naturaleza del
material. Actualmente el material por excelencia para la fabricación de los pilotes es el
hormigón armado, pretensado y de acero formando parte de cajones, tubos o perfiles
estructurales. En todo caso, se trata de fundaciones en las que la transmisión de los esfuerzos
se realiza a grandes profundidades, al no ser el terreno superficial capaz de absorber los
esfuerzos.
El CTE en su DB-C en el punto 5 expone:
1. “A efectos de este DB se considerará que una cimentación es profunda si su extremo
inferior, en el terreno, está a una profundidad superior a 8 veces su diámetro o ancho.
2. Cuando la ejecución de una cimentación superficial no sea técnicamente viable, se debe
contemplar la posibilidad de realizar una cimentación profunda.
3. Las cimentaciones profundas se pueden clasificar en los siguientes tipos:
a) pilote aislado: aquél que está a una distancia lo suficientemente alejada de otros
pilotes como para que no tenga interacción geotécnica con ellos
b) grupo de pilotes: son aquellos que por su proximidad interaccionan entre sí o están
unidos mediante elementos estructurales lo suficientemente rígidos, como para que
trabajen conjuntamente
c) zonas pilotadas: son aquellas en las que los pilotes están dispuestos con el fin de
reducir asientos o mejorar la seguridad frente a hundimiento de las cimentaciones.
Suelen ser pilotes de escasa capacidad portante individual y estar regularmente
espaciados o situados en puntos estratégicos
d) micropilotes: son aquellos compuestos por una armadura metálica formada por
tubos, barras o perfiles introducidos dentro de un taladro de pequeño diámetro,
pudiendo estar o no inyectados con lechada de mortero a presión más o menos
elevada . El cálculo de micropilotes inyectados no se contempla en el presente
Documento Básico.”
En las cimentaciones profundas, el firme se encuentra muy por debajo de la zona inferior de la
estructura o no existe. La extensión en planta es inferior al canto, trabajando el terreno
fundamentalmente por rozamiento.
El estudio de las cimentaciones profundas lo vamos a restringir al sistema de pilotaje o
infraestructura formada por pilotes, actuando de forma individual o en grupo, y enlazados entre
sí y a la estructura por medio de un encepado.
El pilote es un elemento estructural prismático, de directriz lineal con una gran longitud en
relación con su sección, encargado de transmitir la carga al terreno. Actualmente es de
hormigón armado, prefabricado o “in situ”, y se introduce en el terreno hasta alcanzar su base
un estrato resistente profundo al que transmitir la carga. Si se trata de transmitir al terreno la
carga proveniente de un muro, los pilotes se disponen alineados, o en grupos de dos o de tres,
en doble fila. Si la carga a transmitir al terreno es proviene de un pilar, los pilotes se disponen
en grupos. El encepado es un elemento paralepipédico que une la cabeza de los pilotes, sirve
de arranque al pilar, repartiendo los esfuerzos a los pilotes y enlazando a las vigas de centrado
y atado. El arriostramiento de los encepados se puede ejecutar también mediante una solera
de hormigón armado. El encepado puede ser individual si cimenta a un pilar o continuo, si
cimenta a un muro o alineación de soportes.

| 372
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

En la figura 3.1, extraída del CTE DE SU DB-C se refleja el esquema de un posible pilotaje.

Figura 3.1 Esquema de posible pilotaje (CTE DB-C, figura 5.2)

1. ÁMBITO DE UTILIZACIÓN

Se recurre a una cimentación mediante un pilotaje en los siguientes casos:


- El terreno tiene una capacidad portante muy baja
- El estrato resistente se encuentra a profundidades entre los 5 y 12 metros o es
inaccesible con los medios normales de excavación.
- Los axiles son muy grandes y concentrados (edificios de grandes luces o gran
número de plantas)
- La edificación se proyecta con varias alturas y se quieren minimizar los asientos
diferenciales
- En cimentaciones bajo el nivel freático donde es inviable la excavación de las
tierras
- En presencia de terrenos incoherentes que requieren una entibación continua
- Cuando existen acciones horizontales o inclinadas importantes
- Ante la posibilidad de tracciones en la cimentación de vidas a la acción del viento
en edificios de gran altura.
- En presencia de grandes rellenos artificiales, de antiguos vertederos o de
aluviales donde existe dificultad para cimentar a nivel superficial.

2. MECANISMO DE TRABAJO DE UN PILOTE

El pilote introducido en el terreno transmite las cargas al terreno de dos formas:


1. Debido a la resistencia que ofrece al terreno a la penetración del pilote en su base
2. Debido al rozamiento que se genera entre el fuste y el terreno.
Si predomina la primera situación estamos en presencia de un pilote por punta; si predomina la
segunda, el pilote trabaja por rozamiento.

373 |
María Pilar del Amo Pérez

En general se admite que la carga de hundimiento de un pilote se absorbe parte por punta y
parte por rozamiento a través del fuste, predominando en proporción muy diferente una de las
dos situaciones sobre la otra. Lo normal es la existencia de situaciones intermedias, en las que
es difícil diferenciar entre ambas formas de trabajo, lo que conduce a admitir que la resistencia
característica al hundimiento (carga de hundimiento Qh) de un pilote es (figura 3.2):
Rck(Qh) = Rpk + Rfk
Rpk = qp * Ap
Rfk = qf * Af
dónde
Rck resistencia frente a la carga vertical que produce el hundimiento
Rpk resistencia soportada por la punta
Rfk resistencia soportada por el rozamiento entre el fuste y el terreno
qp resistencia unitaria por punta
Ap área de la base del pilote
qf resistencia unitaria por fuste
Af área del fuste

Figura 3.2 Esquema de distribución de la carga de un pilote aislado (CTE DB-C, figura 5.5)

2.1 PILOTE COLUMNA O DE PUNTA

Cuando existe a cierta profundidad, entre los 6 y los 12 m, un estrato claramente más
resistente, las cargas del pilotaje se transmitirán fundamentalmente por punta. Son pilotes
cortos que atraviesan capas de suelo blando para apoyar en el estrato duro. Los esfuerzos que
el pilote recibe del pilar se transmiten al estrato resistente por compresión en la punta del
pilote. La carga de hundimiento de un pilote por punta se genera toda ella por la resistencia en
la base:
Rck = Rpk + Rfk = Rpk + 0 = Rpk

2.2 PILOTE FLOTANTE, DE FUSTE O DE ROZAMIENTO

Si no existe un nivel claramente más resistente, al que transmitir la carga del pilotaje, o el firme
es inaccesible, el pilote transmitirá su carga al terreno fundamentalmente a través del fuste.
Son pilotes largos que atraviesan capas homogéneas. La carga de hundimiento de un pilote
por fuste se genera debido al rozamiento del fuste con el terreno:

| 374
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Rck = Rpk + Rfk = 0 + Rfk = Rfk

La figura 3.3, extraída del CTE de su DB-C, nos muestra las dos situaciones de trabajo en las
que se puede encontrar un pilote:

Figura 3.3 Esquema de cimentaciones profundas (CTE DB-C, figura 5.1)

2.3 EFECTO GRUPO

Hay que tener en cuenta que la presencia de pilotes próximos entre sí produce una interacción
de los bulbos de presiones entre ellos, quedando zonas de terreno sometidas a la influencia de
varios pilotes. Al acercarse los pilotes de un grupo, los bulbos individuales se van fundiendo en
un bulbo cónico de mayor extensión y mayor profundidad, lo que nos indica que el asiento de
un grupo de pilotes es muy superior al de un pilote aislado sometido a la media de la carga del
grupo. Es muy importante valorar este efecto sobre todo en presencia de terrenos con estratos
blandos.
Este “efecto grupo” es la causa de que la capacidad portante de un grupo de pilotes no sea
igual a la suma de las capacidades portantes de los pilotes si fuesen aislados. El CTE en su
DB-C no considera el efecto grupo para una separación entre ejes de pilotes igual o mayor de
3 veces el diámetro, considerando que a partir de 4 existe interacción entre ellos.

2.4 ROZAMIENTO NEGATIVO

El rozamiento negativo (figura 3.4) es un fenómeno que se produce al moverse el terreno que
rodea al pilote de forma paralela al mismo, apareciendo un rozamiento que tiende a la hinca
del pilote. El rozamiento negativo disminuye o anula el rozamiento de signo positivo que se
genera entre el fuste del pilote y el terreno, disminuyendo la capacidad resistente del pilote y
aumentando la carga que el pilote tiene que absorber.
El CTE en su DB-C, punto 5.2.2 expone algunas situaciones en las que es necesario el
estudio de este fenómeno:
“a) consolidación por su propio peso de rellenos o niveles de terreo de reciente deposición;
b) consolidación de niveles compresibles bajo sobre cargas superficiales;
c) variaciones del nivel freático;
d) humectación de niveles colapsables
e) asientos de materiales granulares inducidos por cargas dinámicas (vibraciones, sismo);
f) subsidencias inducidas por excavaciones o disolución de materiales profundos.”

375 |
María Pilar del Amo Pérez

Si se presume la existencia de rozamiento negativo es importante tenerlo en cuenta a la hora


del cálculo e intentar disminuirlo o eliminarlo, procurando que el fuste del pilote sea más liso y
carezca de rugosidades que eviten la aparición del rozamiento. En pilotes prefabricados (figura
3.5) se pueden aplicar pinturas bituminosas que reducen el rozamiento. En pilotes ejecutados
“in situ”, iremos a sistemas de ejecución mediante entubaciones de acero.
Q

relleno

terreno compresible

arcillas

Figura 3.4 Rozamiento negativo Figura 3.5 Pilote prefabricado

3. TIPOS DE PILOTES

3.1 PILOTES PREFABRICADOS

Los pilotes prefabricados se hincan en el terreno por medio de martinetes, sin necesidad de
realizar excavaciones previas, produciéndose un desplazamiento del terreno al ser introducido
el pilote en el mismo. Para su fabricación se utilizan materiales de alta calidad, capaces de
soportar las tensiones de hinca y transporte a las que están sometidos. Están indicados en
terrenos no cohesivos como arenas sueltas y suelos granulares de baja resistencia, terrenos
embebidos en agua, limos y arcillas. Se utilizan para su fabricación piezas prismáticas,
lineales, de diferentes materiales: madera, acero y hormigón armado o pretensado.
Como ventajas destacamos el menor plazo de ejecución, la mejora que producen en el terreno
al aumentar la densidad del mismo, la disminución de la posibilidad de corte del pilote debido
al hormigonado si lo ejecutásemos con hormigón “in situ”, así como la mayor resistencia que
ofrecen ante la presencia de terrenos agresivos debido a la calidad de sus materiales. Por otro
lado, la hinca del pilote nos da una idea de la capacidad portante de los estratos atravesados,
lo que constituye una prueba de carga, ofreciendo también mayor resistencia frente al
rozamiento negativo.
Entre los inconvenientes destacamos la dificultad de su transporte, la posibilidad de aparición
de vibraciones en las edificaciones colindantes que producen una consolidación del terreno y
ocasionan asientos, así como el desconocimiento de cómo se produce la hinca.
Las diferentes técnicas de hinca generan una compactación diferente del terreno, cono vemos
en la figura 3.6, recomendándose que se inicie la hinca de un grupo en el centro de éste e ir a
continuación procediéndose de forma simétrica a ambos lados respecto al centro del grupo.

| 376
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

RESULTADO DESEADO HINCA EXTERIOR-CENTRO HINCA CENTRO-EXTERIOR HINCA CENTRO-EXTERIOR

Figura 3.6

La altura de caída de la maza está comprendida entre los 0,5 a 2 metros, con una masa que
supere la mitad del peso del pilote. Para evitar daños al pilote, se le coloca una sufridera o
almohadilla que proteja su cabeza frente al golpeo. En cuanto a su proceso de hinca, el CTE
dice al respecto en su punto 5.1.2.2.4:
1. “Las formas de hincar pilotes pueden ser diferentes según se use vibración o se emplee,
como suelo ser más frecuente, la hinca o percusión con golpes de maza. A efectos de este DB
se considerará el pilote prefabricado hincado de directriz recta cuya profundidad de hinca sea
mayor a 8 veces su diámetro equivalente.
2. Los pilotes hincados podrán estar constituidos por un único tramo, o por la unión de varios
tramos, mediante las correspondientes juntas, debiéndose, es estos casos, considerar que la
resistencia a flexión, compresión y tracción del pilote nunca será superior a la de las juntas que
unan sus tramos.
3. Los pilotes prefabricados hincados se podrán construir aislados siempre que se realice un
arriostramiento en dos direcciones ortogonales y que se demuestre que los momentos
resultantes en dichas direcciones son nulos o bien absorbidos por la armadura del pilote o por
las vigas riostras.”

PILOTES DE MADERA
Actualmente en desuso, se utilizaban en cimentaciones profundas en presencia continua de
agua, a fin de evitar que los ciclos alternativos de sequedad y humedad por variaciones del
nivel freático provoquen la aparición de hongos o xilófago. Se utilizan para su fabricación
maderas duras como el roble, el haya, el aliso, el pino, el abeto y el nogal, para fabricar piezas
prismáticas de diámetro de 0,20 a 0,30 metros.
La hinca de los pilotes se realizaba con una machina movida con cuerdas por hombres (figura
3.7) o por un martinete de torno o de vapor a mano, o automático (figura 3.8)
Los pilotes van provistos de una punta o azuche de hierro o acero para favorecer la hinca, con
una espiga central dentada (figura 3.9). En la cabeza disponen de una arandela de hierro o
virola, que evita que la acción del martinete abra la madera de la cabeza del pilote, imágenes
de la izquierda. Si el estrato resistente está muy profundo se pueden empalmar los pilotes
mediante una espiga en su prolongación. Lo más sencillo es disponer en el empalme a tope
con espiga, un anillo de hierro con una espera en la cabeza del pilote hincado, recibiendo la
otra mitad del extremo (figura 3.10).

377 |
María Pilar del Amo Pérez

Figura 3.7 Figura 3.8


BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras, Fundaciones, Andamios,
Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial de BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899,
p.90, 91

Figura 3.9 Figura 3.10


BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras, Fundaciones, Andamios,
Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial de BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899,
p.91

Los pilotes se hincaban a tresbolillo hasta que se producía el rechazo. Al cabo de unos días se
continuaba la hinca al ir disminuyendo la compresión inicial. Una vez hincados, se les cortaba
a la misma altura extrayendo la tierra que quedaba entre ellos y rellenando el espacio con
piedra en seco u hormigón o mampostería con mortero hidráulico, apisonándoles a medida
que se les asienta.
A continuación se construía un emparrillado o zampeado de largueros y traveseros de madera
unidos a media madera, rellenando los espacios entre ellos y disponiendo encima una
plataforma de tablones sobre la que se levantaba el edificio (figura 3.11).

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LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 3.11
BARRÉ, L.A.: Pequeña Enciclopedia Práctica de Construcción. Nº1-Movimientos de tierras, Fundaciones, Andamios,
Talleres, etc. Traducida del francés por D. Antonio Aguirre. Librería Editorial de BAILLY-BAILLIERE E HIJOS, Madrid 1899,
p.92, figuras 118 y 119

También se podían envolver las cabezas con conglomerados de piedra y cal que servían de
cimiento al muro o a los pilares. Para evitar su putrefacción se les envolvía con alquitranes o
creosota...

PILOTES DE ACERO
Para su fabricación se utilizan perfiles laminados de acero y tubos huecos o rellenos de
hormigón, hincándose en el terreno por percusión o rotación (figura 3.12). Los de rotación se
utilizan en presencia de terrenos sujetos a variaciones de humedad, incorporando en su base
una espiral que favorezca su penetración en el terreno. Los de percusión se introducen con la
ayuda de agua a presión. Se utilizan en el ámbito de las obras públicas.
El problema grande que presentan además de su coste, es la posibilidad de corrosión que
presentan, siendo importante evitar la acción de aguas agresivas, así como la presencia de
oxígeno. La puesta en obra de pilotes formados por tubos rellenos de hormigón armado de alta
resistencia a las aguas agresivas, disminuye este problema.

Figura 3.12

PILOTES DE HORMIGÓN ARMADO


Son los más comunes en edificación. Requieren refuerzos en la cabeza del pilote para
soportar los esfuerzos derivados de la hinca del pilote (figura 3.13). Se fabrican con
hormigones armados de alta resistencia, hormigones pretensados o postensados, con
2.
resistencias características superiores a 35 N/mm

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María Pilar del Amo Pérez

Figura 3.13 Pilote prefabricado. Proceso de hinca


(Imágenes cedidas por el Grupo Terratest)

Suelen presentar una sección circular, cuadrada o hexagonal, armada con barras
longitudinales dispuestas en los vértices o repartidas en el perímetro si la sección es circular,
con un número mínimo de barras de 4 en secciones cuadradas y 6 en secciones circulares.
Como armadura transversal se disponen cercos individuales o una armadura helicoidal que
abrazan a las barras longitudinales, dispuestas a menores distancias en la cabeza del pilote a
fin de confinar el hormigón en esta zona. En la zona de la cabeza se refuerza la armadura
longitudinal doblando la sección en una altura de 2 a 3 veces el diámetro del pilote. En el
extremo inferior presentan un azuche que favorece la hinca.
Se pueden descomponer en tramos que se empalman de diferentes formas, permitiendo la
hinca a profundidades mayores que las que permiten las longitudes de los medios de
transporte.
La figura 3.14, extraída de las NTE CCP, nos muestra un pilote prefabricado de hormigón
armado.

| 380
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Figura 3.14

El CTE contempla la posibilidad de realizar pilotes de carácter intermedio entre los pilotes
prefabricados y los hormigonados “in situ”, como los ejecutados mediante la hinca de pilotes
en preexcavaciones de menor longitud y mayor sección que las del pilote.

3.2 PILOTES EJECUTADOS “IN SITU”

Se realizan mediante una excavación previa en el terreno, mediante desplazamiento en el


terreno o con técnicas mixtas, hormigonándose y armándose “in situ”. Se utilizan en presencia
de terrenos arcillosos y cohesivos. Los pilotes hormigonados “in situ” se ejecutan en solares
urbanos, a fin de evitar las perturbaciones que ocasiona la hinca en el terreno de los pilotes
prefabricados.
Suelen presentar una sección circular, disponiendo de una armadura longitudinal formada por
barras dispuestas en el perímetro del pilote en un número mínimo de 6 de un diámetro
superior a los 12 mm y por una armadura transversal en forma de estribos o de hélice de
diámetro superior a ¼ el de la armadura longitudinal ó 6 mm. Los cercos se dispondrán a

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María Pilar del Amo Pérez

distancias no superiores a 15Ø. Los recubrimientos son del orden de 5 cm. Si el pilote no
trabaja a flexión, se puede interrumpir el armado al llegar a los 6 metros de profundidad.
A efectos de este DB-C del CTE se consideran los siguientes tipos de pilotes, según que su
proceso de puesta en obra se realice mediante una excavación previa o mediante hinca de
una entubación con desplazamiento del terreno:
- Pilotes de desplazamiento:
o Pilote de desplazamiento con azuche
o Pilote de desplazamiento con tapón de gravas
- Pilotes excavados
o Pilotes de extracción con entubación
 Pilotes de extracción con entubación recuperable
 Pilotes de extracción con camisa perdida
o Pilotes perforados
 Sin entubación con lodos tixotrópicos
o Pilotes barrenados:
 Hormigonados por el tubo central de la barrena
 Sin entubación ni lodos
Los pilotes ejecutado por hinca y desplazamiento del terreno mejoran la capacidad portante
del mismo por compactación. Los pilotes hormigonados “in situ” tienen una resistencia por
fuste con el terreno mucho mayor que los pilotes prefabricados, mejorando su capacidad
portante.

El CTE en su DB-C tiene en cuenta las siguientes consideraciones para la ejecución de pilotes
hormigonados “in situ”:
“a) diámetro < 0,45 m: no se deben ejecutar pilotes aislados, salvo en elementos de poca
responsabilidad en los que un posible fallo del elemento de cimentación no tenga una
repercusión significativa;
b) 0,45 m < diámetro < 1,00 m: se podrán realizar pilotes aislados siempre que se realice un
arriostramiento en dos direcciones ortogonales y se asegure la integridad del pilote en toda su
longitud de acuerdo con los métodos de control recogidos en el apartado 5.4.
c) diámetro > 1,00m; se podrán realizar pilotes aislados sin necesidad de arriostramiento
siempre y cuando se asegure la integridad del pilote en toda su longitud de acuerdo con los
métodos de control recogidos en el apartado 5.4. y el pilote se arme para las excentricidades
permitidas y momentos resultantes.”

PILOTES HINCADOS POR DESPLAZAMIENTO CON AZUCHE PERDIDO


Pilote hincado por desplazamiento, que trabaja por punta en terrenos duros bajo capas
blandas y por fuste en estratos granulares medios o en terrenos con capas alternadas de
alguna resistencia. Su proceso de puesta en obra es el siguiente (figura 3.15):
1. Puesta en posición de la entubación provista de un azuche de punta cónica o plana
de diámetro exterior mayor que el pilote en 5 cm, de hormigón o de acero
2. Hinca del tubo por golpeo contra un casco situado en la cabeza de la entubación
3. Penetración en el estrato resistente y verificación de la profundidad
4. Control del rechazo

| 382
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

5. Colocación de la armadura
6. Hormigonado desde el fondo, vertiendo el hormigón desde una altura < 1m
7. Extracción de la entubación con vibrado del mismo mediante golpeo, manteniendo
una distancia de 2Ø de hormigón dentro del tubo.
8. Pilote terminado

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.

CABLES DE
CASCO DE EXTRACCIÓN
GOLPEO
MAZA DE
TUBO DE
GOLPEO
HORMIGONADO

AZUCHE

N.F.

ESTRATO RESISTENTE

Figura 3.15

PILOTES HINCADOS POR DESPLAZAMIENTO CON TAPÓN DE GRAVAS

Pilote hincado por desplazamiento, que trabaja por fuste en estratos granulares medios o en
terrenos heterogéneos de alguna resistencia. Su proceso de puesta en obra es el siguiente
(figura 3.16):
1. Puesta en posición de la entubación que contiene un tapón de grava, arena u
hormigón de espesor 3Ø, introducido previamente en la entubación
2. Hinca del tubo por golpeo contra el tapón de grava
3. Control del rechazo
4. Desalojo del tapón que queda como cabeza del pilote
5. Colocación de la armadura previo desalojo del tapón de gravas
6. Hormigonado desde el fondo, vertiendo el hormigón desde una altura < 1m
7. Extracción de la entubación con vibrado del mismo mediante golpeo, manteniendo
una distancia de 2Ø de hormigón dentro del tubo.
8. Pilote terminado

383 |
María Pilar del Amo Pérez

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.

CABLES DE
EXTRACCIÓN

TAPÓN DE TUBO DE
GRAVAS HORMIGONADO

MAZA DE
GOLPEO

N.F.

ESTRATO RESISTENTE

Figura 3.16

PILOTES DE EXTRACCIÓN CON ENTUBACIÓN RECUPERABLE

Pilote de extracción, que trabaja por punta en terrenos duros bajo capas blandas y por fuste en
terrenos coherentes. Su proceso de puesta en obra es el siguiente (figura 3.17):

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.

MAZA DE
GOLPEO

CABLES DE
CASCO DE EXTRACCIÓN
GOLPEO

TUBO DE
HORMIGONADO

ENTUBACIÓN

N.F.

ESTRATO RESISTENTE

Figura 3.17

| 384
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

1. Puesta en posición de la entubación


2. Hinca del tubo por golpeo contra un casco situado en la cabeza de la entubación
3. Extracción del terreno, acompañando a la introducción de la entubación
4. Control del rechazo y verificación de la profundidad
5. Colocación de la armadura
6. Hormigonado desde el fondo, vertiendo el hormigón desde una altura < 1m
7. Extracción de la entubación con vibrado del mismo mediante golpeo, manteniendo
una distancia de 2Ø de hormigón dentro del tubo.
8. Pilote terminado

PILOTES DE EXTRACCIÓN CON CAMISA PERDIDA

Pilote de extracción, que trabaja por punta en terrenos duros bajo capas agresivas o con agua
y por fuste en terrenos coherentes. Su proceso de puesta en obra es el siguiente (figura 3.18):
1. Puesta en posición de la entubación
2. Hinca del tubo por golpeo contra un casco situado en la cabeza de la entubación
3. Extracción del terreno, acompañando a la introducción de la entubación
4. Control del rechazo y verificación de la profundidad
5. Colocación de la camisa en la zona agresiva o con agua y puesta en obra de la
armadura
6. Hormigonado desde el fondo, vertiendo el hormigón desde una altura < 1m
7. Extracción de la entubación con vibrado del mismo mediante golpeo, manteniendo
una distancia de 2Ø de hormigón dentro del tubo, quedando la camisa perdida
8. Pilote terminado

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.

MAZA DE
GOLPEO

CABLES DE
CASCO DE EXTRACCIÓN
GOLPEO

TUBO DE
HORMIGONADO

ENTUBACIÓN

CAMISA
TERRENO AGRESIVO
PERDIDA

N.F.

ESTRATO RESISTENTE

Figura 3.18

385 |
María Pilar del Amo Pérez

PILOTES SIN ENTUBACIÓN CON LODOS TIXOTRÓPICOS

Pilote perforados, que trabaja por punta en terrenos rocosos bajo terrenos que requieren
estabilización de sus paredes. Su proceso de puesta en obra es el siguiente (figura 3.19):
1. Puesta en posición del dispositivo de perforación
2. Perforación del terreno con ayuda de lodos tixotrópicos, a fin de mantener las
paredes estables
3. Extracción del terreno con cazo entre los lodos
4. Control del rechazo y verificación de la profundidad
5. Introducción de la armadura entre los lodos
6. Hormigonado desde el fondo, vertiendo el hormigón desde una altura < 1m, a la vez
que se van recuperando los lodos
7. Pilote terminado

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.

BARRENA EXTRACCIÓN HORMIGONADO Y


CORTA CON CAZO RECUPERACIÓN DE LODOS

LODOS
TIXOTRÓPICOS

N.F.

ESTRATO RESISTENTE

Figura 3.19

PILOTES BARRENADOS HORMIGONADOS POR EL TUBO CENTRAL DE LA BARRENA


Pilote barrenados, que trabaja por punta en terrenos rocosos y por fuste en presencia de
terrenos homogéneos y coherentes. Su proceso de puesta en obra es el siguiente (figura
3.20):
1. Puesta en posición del dispositivo de perforación
2. Barrenado mediante barrena de hélice continua, introduciéndola en el terreno sin
extracción del mismo.
3. Control del rechazo y verificación de la profundidad

| 386
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

4. Extracción de la barrena y del terreno a la vez que se hormigona el pilote por bombeo
por el tubo central de la barrena.
5. Introducción de la armadura en el hormigón fresco
6. Pilote terminado

1. 2. 3. 4. 5. 6.

BARRENA TUBO DE
CONTINUA HORMIGONADO

N.F.

ESTRATO RESISTENTE

Figura 3.20

PILOTES BARRENADOS SIN ENTUBACIÓN NI LODOS

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.

BARRENA EXTRACCIÓN TUBO DE


CORTA CON CAZO HORMIGONADO

ESTRATO RESISTENTE

Figura 3.21

387 |
María Pilar del Amo Pérez

Pilote barrenados, que trabaja por punta en terrenos rocosos y por fuste en presencia de
terrenos homogéneos y coherentes, que permitan la excavación sin estabilización. Su proceso
de puesta en obra es el siguiente (figura 3.21):
1. Puesta en posición del dispositivo de perforación
2. Barrenado mediante barrena corta, introduciéndola en el terreno con extracción del
mismo.
3. Extracción de las tierras mediante cazo, acompañando al barrenado
4. Control del rechazo y verificación de la profundidad
5. Introducción de la armadura en el hormigón fresco
6. Hormigonado desde el fondo, vertiendo el hormigón desde una altura < 1m, a la vez
que se van recuperando los lodos
7. Pilote terminado

4. ENCEPADOS

La EHE-08, en su artículo 58.2 clasifica los elementos de cimentación en rígidos y flexibles,


incluyendo dentro del grupo de las cimentaciones rígidas a los encepados cuyo vuelo v en la
dirección principal sea menor o igual que 2h, y dentro de las cimentaciones flexibles aquellos
cuyo vuelo sea mayor que 2h, según recoge la figura 3.22, extraída de la citada norma:

Figura 3.22 EHE, figura 58.2.1.a

Es más conveniente el proyecto de encepados rígidos, ya que éstos son más económicos para
pocos pilotes y más seguros frente al punzonamiento. En la figura 3.23 se reflejan las
dimensiones recomendables para el diseño de encepados. Conviene que la distancia s entre
ejes de pilotes:
- s > 2d si el pilote trabaja por rozamiento
- s > 1m “
- s > 1,5 d si el pilote trabaja por punta

| 388
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

1,5D
h 40cm
1,5v

D/2 ó 20cm

D/2 ó 20cm

D/2 ó 20cm

Figura 3.23

A partir de su forma de trabajo deducida del modelo de bielas y tirantes, se determina la


armadura inferior necesaria para absorber las tracciones de los tirantes de un encepado rígido.

a. Encepados de un pilote
Al transmitir la carga de forma directa del pilar al pilote a través de bielas de compresión,
únicamente requieren el zunchado mediante un armado perpendicular a la carga (figura 3.24).

Figura 3.24

389 |
María Pilar del Amo Pérez

b. Encepados de dos pilotes


La carga que proviene del pilar se transmite a través del encepado a los dos pilotes según el
modelo de bielas y tirantes. La armadura principal necesaria para absorber las tracciones se
dispone a lo largo de toda la longitud del encepado, sin reducción de sección y
convenientemente anclada en prolongación recta, en ángulo recto o mediante barras
transversales, según muestra en la figura 3.25, extraída de la EHE.

Figura 3.25 Figura 3.26

Figuras 3.27 y 3.28 Armado de encepado de dos pilotes

| 390
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Se requiere también la disposición de una armadura secundaria en la cara superior del


encepado extendida a lo largo del mismo y con una capacidad mecánica igual a 1/10 de la
capacidad mecánica de la armadura principal (figura 3.27 y 3.28).
La armadura secundaria también está formada por dos familias de cercos: unos cercos
verticales cerrados que atan la armadura principal y la secundaria superior, y unos cercos
horizontales cerrados que atan a la armadura vertical anterior. Conviene aproximar más los
cercos verticales en la zona de anclaje de la armadura principal, a fin de garantizar el
zunchado de dicha armadura, como vemos en la figura 3.26, extraída de la EHE. La armadura
secundaria absorbe los esfuerzos de torsión debidos a la excentricidad de ejecución.

c. Encepado de varios pilotes


La armadura vertical se dispone en bandas sobre los pilotes, en un ancho igual al diámetro
del pilote más dos veces la distancia entre la cara superior del pilote y el centro de gravedad
de la armadura del tirante, según indica la EHE, en su artículo 58.4.1.2.2 y que reflejan las
figuras 3.29 y 3.30, extraídas de la mencionada instrucción.
La armadura secundaria se sitúa entre las bandas con una cuantía mecánica igual a ¼ de la
cuantía mecánica de la armadura principal, y a modo de cercos que atan la armadura principal
de las bandas.

Figura 3.29 Figura 3.30

391 |
María Pilar del Amo Pérez

ATADO DE ENCEPADOS
Conviene que los encepados se arriostren unos con otros a fin de evitar torsiones debidas a
las excentricidades de ejecución de los pilotes y del propio encepado. El encepado de un pilote
se debe arriostrar en las dos direcciones, pudiéndose prescindiré de él si el diámetro del pilote
es mayor de 1 metro, o en el caso de estar unidos los encepados por medio de losas de
espesor mayor de 20 cm. El encepado de dos pilotes (figuras 3.31 y 3.32) se debe arriostrar al
menos en la dirección ortogonal al eje que une los pilotes. A partir encepados de tres pilotes
no se requiere arriostramiento, aunque siempre es recomendable. Es conveniente asimismo el
arriostramiento de los pilotes que conforman el perímetro de la edificación.
Las vigas de arriostramiento o vigas centradoras además de rigidizar el conjunto, absorben
posibles excentricidades de hinca o de ejecución in situ. Suelen proyectarse con secciones
mayores de 30x35 cm.

Figuras 3.31 y 3.32 Viga centradora en encepado de dos pilotes

5. PROCESO DE EJECUCIÓN DE UN PILOTAJE

Las etapas de la ejecución de un pilotaje son las siguientes:

1. Replanteo y ejecución de los pilotes según el tipo elegido

2. Excavación del encepado contra el terreno, o encofrado del mismo si es necesario

3. Descabezado de los pilotes de forma que queden al menos 20 cm por encima de la cota
de excavación del encepado

4. Vertido de 10 cm de hormigón de limpieza

5. Colocación de las armaduras

6. Hormigonado

En la siguiente secuencia de imágenes se muestra el proceso de ejecución de un pilotaje, con


pilotes barrenados con barrena continua.

| 392
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Replanteo del pilote Colocación de la barrena

Barrenado Extracción de la barrena y del terreno con hormigonado por


el tubo interior de la misma

Extracción de la barrena y del terreno con hormigonado por el tubo interior de la misma

393 |
María Pilar del Amo Pérez

Retirada de las tierras Puesta en obra de la armadura en el hormigón fresco

Introducción de la armadura

Pilote terminado Descabezado de pilote

| 394
LAS ACTUACIONES EN EL TERRENO Y LA CIMENTACIÓN

Armadura de encepado de un pilote y colocación de encofrado

Idem de encofrado de dos pilotes

Arriostramiento de encofrado de dos pilotes

Figura 3. 33

395 |
María Pilar del Amo Pérez

6. BIBLIOGRAFÍA

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DE ARQUITECTOS DE ESPAÑA, CONSEJO GENERAL DE COLEGIOS OFICIALES DE
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