Estilos Al Final Del S XIX
Estilos Al Final Del S XIX
Estilos Al Final Del S XIX
Admite el folclore como una forma de expresión artística válida, dando vida al
folclorista amante de lo popular, no de lo populachero.
Rechaza las formas musicales de la tradición culta, como la sonata y la sinfonía, siendo
sustituidas por la danza y la canción folclórica, si bien aparecen estilizadas. En el caso
de Rusia, dio origen al ballet moderno.
Se basa en melodías, ritmos y armonías lejanas a la sensibilidad culta occidental, que
resulta enriquecida, facilitándole el acceso a lenguajes muy nuevos o muy arcaicos
(según se mire).
Incorpora un colorido instrumental distinto y exótico.
Sirvió como vía de escape a un importante sentimiento de rebelión política en los países
subyugados. En otros casos, como el de España, que había tenido importancia musical
en épocas pasadas, es un intento de superar un cierto complejo de inferioridad artística y
de colonización cultural, desarrollando una gran música nacional parangonable a la gran
tradición culta europea.
Impresionismo:
Rebelión: reacción contra Wagner y contra las grandes formas románticas. Frente a la
estética del sentimiento, aparece la estética de la sensación, lo sensual, los sentidos.
Frente a las grandes formas románticas: sonata, sinfonía, drama wagneriano, aparecen
las breves formas líricas: preludios, nocturnos, arabescos.
Frente a lo exuberante, surge lo delicado, lo sutil, lo discreto.
Melodía
En lugar de las amplias melodías del estilo romántico, Debussy cultivaba una melodía
compuesta de frases fragmentarias, cada una de las cuales se repetía frecuentemente.
Algo muy francés si se recuerda el Rococó. La melodía es transformada con una nueva
concepción, se diluye, se hace difícil de concretizar, aparece y desaparece. La
disolución de la melodía se puede comparar con la disolución de la línea en pintura.
Debussy busca la emancipación melódica a través de la huida a melodías medievales,
derivadas o influenciadas por el canto llano y en las que estaba presente la teoría modal,
o bien buscando en la música del folklore oriental los mismos cruces. Destaquemos
algunas de las características de la melodía en Debussy que señala Françoise Gervais: la
melodía en Debussy es autónoma, se desarrolla por grados conjuntos, hay una
independencia de la línea melódica con respecto a la armonía que la acompaña.
Presta gran atención a las dinámicas, emplea un amplio abanico de gradación sonora
para un mismo matiz (p,pp,ppp,pppp, etc.)
Ritmo
Se prefería una corriente sonora que velara el compás y que ayudara a la música a
liberarse de la “tiranía de la barra de compás”. Este fluir continuo de un compás al otro
es sumamente característico de la música impresionista.
Armonía
Pedal. Empleo del pedal al que se le contraponía una armonía transitoria, ese
choque entre armonía transitoria y armonía sostenida producía efectos
sorprendentes.
Estructura
Como consecuencia del empleo de estos recursos técnicos se está creando una obra de
arte que nos lleva a la disolución del lenguaje tonal.
El desarrollo del discurso musical aparece continuamente quebrado. Por un lado, queda
anulada toda referencia al polo tonal, por otro, se somete al tema a sucesivas
transformaciones efectuadas “en bloques” sonoros. Aparecen nuevas formas de
cohesión que paradójicamente son muy precisas y más rigurosas que las anteriores,
aunque ocultas.
Tras la salvedad que había marcado Fauré en la larga discreción de la música francesa
para piano durante el siglo XIX, las figuras de Debussy, Ravel y Satie convierten a
Francia en el centro de referencia del piano en la frontera del siglo XX. Aunque el gran
pianista Alfred Cortot ha señalado que la imaginación pianística de Ravel era superior a
la de Claude Debussy, sería éste el que habría de pasar a la historia como el compositor
que protagonizó el salto más importante en cuanto a la forma de entender el piano desde
Frédéric Chopin
Expresionismo: