Escapulario Carmen
Escapulario Carmen
Escapulario Carmen
S. MILLÁN DE LA COGOLLA
LA RIOJA (ESPAÑA)
2018
1
IMPORTANCIA DEL ESCAPULARIO DEL CARMEN
Y SUS MILAGROS
Nihil Obstat
Padre Ricardo Rebolleda
Vicario Provincial del Perú
Agustino Recoleto
Imprimatur
Mons. José Carmelo Martínez
Obispo de Cajamarca (Perú)
S. MILLÁN DE LA COGOLLA
LA RIOJA (ESPAÑA)
2018
2
ÍNDICE GENERAL
INTRODUCCIÓN
1.- La Orden del Carmen.
2.- Aparición de la Virgen.
3.- Documentos antiguos.
4.- Privilegio sabatino.
5.- El escapulario de la Virgen del Carmen.
6.- Algunos Papas y el escapulario.
7.- Algunos santos y el escapulario.
8.- El escapulario y la consagración a María.
9.- Hechos reales.
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
3
INTRODUCCIÓN
En este caso del escapulario es como si la misma Virgen María nos dijera
a cada uno: Si llevas devotamente el escapulario en el momento de tu muerte, yo
intercederé ante mi Hijo Jesús para que mueras en su gracia y amistad y te salves
y así no sufras eternamente en el infierno. Y a los cofrades que vayan al
purgatorio, les prometo sacarlos cuanto antes y llevarlos al cielo.
4
1. LA ORDEN DEL CARMEN
San Brocardo, santo general de la Orden, del siglo XIII, pidió a San
Alberto, patriarca de Jerusalén, que le diera una Regla en la que se dieran normas
concretas para la vida común, aunque algunos vivieran solos la mayor parte del
tiempo en silencio, oración y penitencia. Esta Regla se la entregó a los carmelitas
entre 1205 y 1214. Entre otras cosas, se dice que debía haber en el centro del
eremitorio, un oratorio o capilla donde diariamente pudieran asistir a misa.
5
El carmelita Guillermo de Sanvico, de la provincia de Tierra Santa,
escribió: Estuve presente a la masacre de los cristianos en la toma de la ciudad
de Acre, tomada por los musulmanes. En ella había 30.000 cristianos y sólo se
salvaron algunos huyendo por mar, entre los cuales yo fui uno de ellos. De allí
los infieles subieron al monasterio de la Orden de los hermanos de la
bienaventurada María del monte Carmelo, que estaba cerca y lo quemaron y
mataron a todos los hermanos 1.
1
Chronica Nº 8, que se encuentra en Analecta Ordinis carmelitarum 3 (1914-1916, p. 313 ss.).
6
2. APARICIÓN DE LA VIRGEN
2
Xiberta Bartolomé, De visione sancti Simonis Stock, Roma, 1950, pp. 289-291.
7
El catalogo o santoral más corto, más antiguo y por tanto más fiable, se
considera que fue escrito hacia 1386 o finales del siglo XIV, porque en todos los
catálogos el último santo del que se escribe es san Andrés Corsini, del que se
habla del nuevo sepulcro donde se coloca sus restos y esto sucedió en 1386.
3
Ib. p. 283.
8
establecida en la Iglesia y tenía un puesto de honor entre todas las Órdenes
religiosas 4.
3. DOCUMENTOS ANTIGUOS
4 Actualmente los carmelitas descalzos son 4.000 en el mundo. Las carmelitas descalzas de clausura con
11.500. Esto sin contar los carmelitas calzados, religiosos y religiosas, aparte de más de 65
Congregaciones de hermanas carmelitas de vida activa que son unas 29.000 en total o de seglares
carmelitas de la tercera Orden, así como cofradías o Fraternidades como la Cofradía del escapulario o
el Movimiento carmelitano del escapulario, etc.
9
desaparecer que enviara una embajada al Papa Inocencio, Vicario de su Hijo,
quien remediaría todos los problemas (que nos ocasionaban).
Y este mensaje envió a todos los hermanos que estaban en otros lugares
muy tristes para su consuelo. Y yo sin merecerlo, dictándomelo el hombre de
Dios, escribí para que todos dieran gracias, orando y perseverando 5.
5
Xiberta Bartolomé, De visione sancti Simonis Stock, Roma, 1950, pp. 125-126.
6
Ib. pp. 126-127.
10
escapulario, se atrevió a decir que la devoción del escapulario está avalada por
documentos históricos, por la autoridad de la Iglesia y por los innumerables
milagros realizados por Dios a sus devotos. Aparte de que no hay ningún
documento contemporáneo de la aparición que la niegue, afirmando su falsedad.
Por tanto, podemos creer en la autenticidad de los privilegios del escapulario sin
vacilación alguna.
4. PRIVILEGIO SABATINO
El año 1528, el Papa Clemente VII tenía preparada una bula para
confirmar la considerada bula sabatina del Papa Juan XXII. En ella se hablaba de
que la Virgen María visitaría a los hermanos religiosos o religiosas, y los
liberaría del purgatorio el sábado siguiente a su muerte; pero esta bula no fue
publicada. Dos años más tarde, en 1530, el mismo Papa Clemente VII, en la bula
Ex clementi evita hablar de que la Virgen bajará al purgatorio el sábado después
de su muerte y lo sustituye por la idea de que la Virgen María les daría su
especial protección y auxilios especiales por su intercesión, pero evitaba decir
7
Xiberta, o.c., p. 144.
11
que todos los sábados la Virgen bajaría materialmente al purgatorio a sacar las
almas (de los cofrades) y de los religiosos o religiosas, que llevaran el santo
hábito carmelitano 8.
8
Ib. p. 415.
12
Constituciones de 1357 y 1369 y que al celebrar la santa misa lo hagan con el
escapulario puesto 9.
Santa Teresa de Jesús visitaba de noche a sus monjas para ver si llevaban
el escapulario de dormir. Y este pequeño escapulario de dormir se fue reduciendo
a un tamaño simbólico tal como lo conocemos actualmente y como usan los
devotos, aunque el escapulario de lana puede sustituirse por la medalla del
Carmen y puede cambiarse sin necesidad de nueva bendición, suponiendo que el
primer escapulario fue impuesto por un sacerdote. Como información digamos
que, además del escapulario marrón del Carmen, hay otros escapularios con otros
privilegios.
9
Xiberta p. 148.
13
Ciertamente que se cuentan muchos casos extraordinarios de personas que
no querían confesarse y estaban anclados en sus pecados, rebeldes contra Dios, y
que al aceptar llevar el escapulario Dios cambió su corazón y se arrepintieron. El
escapulario fue como el golpe de gracia final para conseguir su salvación. En
otros casos, su pertinacia hizo que antes de morir ellos mismos se quitaran el
escapulario, como si les quemara, y así murieron impenitentes pero sin el
escapulario. De todos modos, no olvidemos que el escapulario debe ser signo
externo de nuestro amor a María.
En 1567 el Papa Pío V por una bula renovó todas las indulgencias
concedidas hasta entonces a los que llevaran el escapulario. Gregorio XIII en
1577 con el Breve Ut laudes confirmó estas indulgencias.
10
Oeuvres complétes, tomo 2, vol 2 pp. 377-406.
14
que llevaban. Cuántas otras, en los peligros del cuerpo y del alma, han sentido
gracias a él la protección materna de María. La devoción del escapulario ha
hecho derramar sobre todo el mundo ríos de gracias espirituales y temporales.
Recordemos una vez más que los privilegios del escapulario reciben toda
su eficacia de la aprobación de la Iglesia y no de la historicidad de la aparición o
de las palabras de la Virgen a S. Simón Stock.
San Pedro Claver, cuando venían los esclavos a Cartagena de Indias, los
catequizaba y les imponía el escapulario del Carmen. Convirtió a 300.000
esclavos.
Cuando santa Teresita del Niño Jesús visitó en su viaje a Roma la iglesia
de Nuestra Señora de las Victorias de París, refiere: Comprendí que (la Virgen)
velaba por mí, que yo era su hija y que, siendo así no podía darle otro nombre
que el de mamá, pues me parecía más tierno que el de madre. Con cuánto fervor
le rogué que me guardase siempre y que realizase mi sueño, escondiéndome a la
sombra de su manto original 11.
San Antonio María Claret nos dice: Os recomiendo Que vistáis el santo
escapulario a vuestros niños. Si así lo hacéis, no temáis para ellos el infierno ni
11
MA fol 57.
15
las astucias del mal. ¡Qué alegría ver a sus niños consagrados a María!
También vosotros, mayores, vestid el escapulario. Nada malo os podrá hacer el
mundo, el demonio y la carne.
El beato Manuel Domingo y Sol era muy devoto de la Virgen del Carmen.
Él llevaba siempre puesto el escapulario y, si le llamaban para ir a algún
moribundo, le ponía un escapulario para bien morir y lo inscribía en la Cofradía
del Carmen 12. Y anota: Siempre estimaré más mi pequeño escapulario que las
más ricas y pomposas condecoraciones 13.
12
Summarium del proceso de canonización, p. 50.
13
Torres Antonio, Vida de Don Manuel Domingo Sol, Tortosa, 1934, p. 707.
14
Camino Nº 500.
16
Virgen, en este escapulario, un espejo de humildad y castidad; y reconozcan en
él su consagración al Corazón sacratísimo de la Virgen Inmaculada.
Según Pío XII, el escapulario debe ser una señal de nuestra pertenencia a
María, no solamente ser sus devotos, sino, si es posible estar consagrados a ella
de modo total y llevar esta señal exterior de nuestra entrega total.
María es el camino más rápido, más corto y más seguro para llegar a
Jesús. A Jesús por María. Pidamos al Espíritu Santo que nos dé su gracia para ser
santos. Vivir consagrados a María significa vivir bajo su manto. Así se lo explicó
santa Teresita de Jesús a su hermana Inés de Jesús, cuando ya estaba gravemente
enferma. Le contó una gracia que había recibido en la gruta del convento,
dedicada a santa María Magdalena. Le dijo así: Era como si hubiesen echado un
velo entre mí y las cosas de la tierra. Estaba enteramente escondida bajo el
manto de la santísima Virgen No vivía ya en la tierra. Hacía todo lo que tenía
17
que hacer, realizaba mi tarea en el comedor, como si me hubieran prestado un
cuerpo 15.
9. HECHOS REALES
**************
15
Proceso apostólico de canonización (en francés), Roma, 1976, pp. 198-199.
16
Sermones de La Colombière, tomo IV, edición de Clermont Ferrand, 1884.
18
los hechos que se desarrollaron después, pero, que me refirieron al siguiente día
todos los que habían asistido a la ejecución.
Cuando esposaron a los presos y los subieron al camión, que los había de
conducir al lugar donde habían de ser ejecutados, uno de ellos empezó a
blasfemar horriblemente. Ni las reconvenciones de sus compañeros, ni las
reflexiones que le hiciera el carmelita y otro sacerdote que los acompañaba,
sirvieron para otra cosa que para enfurecerle más y para que arreciara cada vez
con mayor rabia en sus maldiciones y blasfemias.
17
Fernández Martin Juan, Milagros y prodigios del santo escapulario del Carmen, Madrid, 1956, pp. 42-
44.
19
especie de rugido y unos sollozos fuertes y entrecortados, que me alarmaron.
Entré de nuevo en la celda y vi a aquel hombre que me decía entre lágrimas:
*************
Un buen día, recibo aviso urgente de que el judío se había tirado por las
escaleras, y miro hacia arriba, al último piso, y veo a un grupo de ancianos,
tirando de un hombre, amarrado a la cintura y colgando sobre el hueco de la
escalera. ¿Qué había pasado? El judío, en un arranque de desesperación, se
había tirado de la parte más alta de la escalera; pero, cuando ya su cuerpo
estaba todo en el aire, se salió el cordón del escapulario y, como si fuera una
cadena, se enredó entre sus dedos y la muñeca, formando un círculo con el brazo
alrededor de uno de los hierros de la baranda y lo había retenido y dejado
colgado en el vacío del último piso. Entonces, empezó a gritar y acudieron para
ayudarlo, admirados por el gran prodigio que su celestial protectora la Virgen
María había realizado. No hay que decir que el judío dejó de serlo y el poco
tiempo que después vivió, fue un buen cristiano.
*************
Desde muy niño vistió san Juan Bosco el santo escapulario del Carmen
con sumo fervor, y, cuando en 1898 voló al cielo su alma, su cuerpo fue
enterrado con el santo crucifijo y el escapulario del Carmen.
20
arzobispo de Turín, de Monseñor Carlos Salotti, promotor general de la fe, y de
los Superiores salesianos: Todos miran con ansiedad llena de devoción el
cadáver momificado, pero alrededor de sus labios persevera la sonrisa
agradabilísima que siempre fue tan propia del siervo de Dios. Los vestidos están
deshechos, y los ojos de todos los circunstantes se fijan con sorpresa en el santo
escapulario de la Virgen del Carmen y en el santo crucifijo, que permanecen
limpios e intactos, como si hubiesen sido recién colocados sobre el pecho del
santo. Los señores que rodean el féretro ábrense en 2 filas, a fin de que el gentío
pueda desfilar contemplando el escapulario incólume de toda corrupción, cual si
acabase de ponerse sobre su pecho, como para patentizar a la Virgen Santísima
el amor que el santo tuvo siempre a su bendito escapulario y la estima con que lo
llevo y lo propagó entre sus hijos y sus alumnos 18.
*************
*************
18
Fernández Martin Juan, o.c., p. 177.
19
Ib. pp. 177-178.
21
sabe si moriré esta misma noche?”, y diciendo esto, comenzó a llorar sin
consuelo el niño. Compadecido el buen padre, y muy satisfecho de la piadosa
confianza que el fervoroso niño tenía puesta en el santo escapulario, bajó a la
portería, recogió el escapulario y se lo entregó. El niño, poniéndolo
fervorosamente a su cuello y besándolo con devoción, durmióse tranquilo,
invocando tiernamente el Nombre de María”.
*************
20
Ib. pp. 707-71.
21
López-Melús Rafael María, Vestid el escapulario, Ed. Amacar, Onda (Castellón), 2001, p. 213.
22
Trasladada la niña al pueblo, se celebró al día siguiente una misa de
acción de gracias. Y la niña, al entrar en el templo y ver la imagen de la Virgen
del Carmen, exclamó:
*************
*************
Así fue. A los cinco días ya estaba en aguas de Cádiz a bordo del Artabro.
La mar estaba gruesa y con fuerte marejada. Era noche cerrada, cuando el joven
22
Fernández Martín Juan, o.c., p. 173.
23
marinero tuvo la desgracia de caer desde cubierta al mar, sin que nadie se
percatara del hecho. El barco se alejó rápidamente del lugar y se quedó solo entre
las olas en medio de la borrasca. Entonces, le pidió ayuda a la Virgen con todo su
fervor. Así estuvo diez terribles horas de angustia hasta que una ola gigante lo
lanzó a tierra.
*************
23
Tomado del libro de Fray Antonio Corredor, María en ejemplos, Ed. Apostolado mariano, Sevilla,
1986, pp. 81-82.
24
bueno el indio y hoy está robusto y sano, con sorpresa de todos, aun del mal
abuelo.
Cuando los jaibanaes son amigos y quieren curar, alcanzan triunfos sobre
enfermedades que jamás se curan entre los civilizados; pero jamás entran en
curación si el enfermo no renuncia a llevar el santo escapulario 24.
Otro caso. El enfermo debía permanecer sentado con los pies en el suelo y
nosotras en silencio sin luz. Eran las ocho de la noche. No tuve inconveniente en
obedecer la orden de apagar la luz, porque, al hacerlo, dejé un fósforo listo para
encenderlo cuando empezara la operación, bien segura de que los jaibanaes
(brujos), una vez principiado su oficio, no ven lo que sucede alrededor. Tan
pronto como sentí que el médico comenzó a hablar convulsivamente, prendí la
luz, y como lo esperaba, no lo notó el Doctor. Después de muchas monerías y de
darle al enfermo aguardiente bien revuelto con hojas de murrapo, dio principio
a las sobas con el muñeco, hablando a media voz. Dio de pronto el médico un
silbido largo y fuerte que, según dijo una india que estaba presente, era toque de
llamada al demonio. Con él, la actitud del médico se mudó de un modo que
parecía otro hombre; se tornó en fiera, por decirlo así. Le frotaba al enfermo los
brazos, desde las manos hasta el pecho; pero llegando el muñeco al escapulario
del Carmen, que pendía del cuello del enfermo, se detenía (con enfado) y volvía
a la misma operación, diciendo: “Mi animalito no quiere entrar onde corazón”.
Repitió muchas veces lo mismo; pero no pasaba de los cordones del escapulario.
Con mayor convulsión y con creciente furor empezó las sobas del vientre al
pecho, pero no pasaba el muñeco, del escapulario. Repitió esto muchas veces
con idéntico resultado: el muñeco se le resistía al tocar el escapulario. De
repente quedó el médico como lelo como por cinco minutos; luego se estregó el
cuerpo con el muñeco, y dijo (cogiendo el escapulario como pretendiendo
botarlo): “Este tiene que botar; mi animalito dice este trapo impide”. Le dije: Si
ese trapo impide, entonces la camisa también debe impedirle. A lo que me
repuso: “La camisa no, mi animalito dice, este trapo impide pasar, porque es
como Cristo”. Resueltamente le dije entonces: Ese trapo no se lo dejo quitar,
prefiero dejar morir al enfermo. Y volviéndome a éste le dije: Si usted quiere
quitarse el escapulario, tiene que irse de aquí y no volverá a ser hijo mío. Al oír
esto Justiniano, con acento de indecible devoción, dijo, apretando el escapulario
con las manos: “Este no me lo quito yo, aunque por ello tenga que morir en el
acto”.
24
Cartas misionales (1915-1922), Ed. Coculsa, Madrid, 1960, pp. 334-335.
25
Ib. pp. 106-107.
25
Sobre milagros del escapulario hay libros enteros. Pueden ver la
bibliografía.
CONCLUSIÓN
Por eso en los momentos de tentación acude a María, aprieta fuerte con tus
manos el escapulario como pidiéndole ayuda y ella, como buena madre, no
dejará de atender tus suplicas. No olvides que el escapulario es señal de la
protección permanente de la Virgen sobre ti y garantía de salvación eterna.
Que Dios te bendiga por medio de María y seas santo. Es mi mejor deseo
para ti.
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Pueden leer todos los libros del autor en
www.libroscatolicos.org
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BIBLIOGRAFÍA
Albino del Bambino Gesù, Lo scapolare della Madonna del Carmine, Milán,
1958.
Anónimo, Lo scapolare del Carmine, Ed. Mimep-Docete, Pessano, 1998.
Esteve Enrique, De valore spirituali: devotionis S. Scapularis, Roma, 1953.
Esteve Enrique, Espiritualidad del escapulario del Carmen, Madrid, 1964.
Fernández Martín Juan, Milagros y prodigios del santo escapulario del Carmen,
Madrid, 1956.
Forcadell, Commemoratio solemnis beatae Mariae Virginis de Monte Carmelo,
Roma, 1951.
Ildefonso de la Inmaculada, S. Simón Stock (el escapulario del Carmen).
Reivindicación histórica, Valencia, 1976.
López-Melús Rafael, El escapulario del Carmen, Sevilla, 1989.
López-Melús Rafael, Mi escapulario, Madrid, 1963.
López-Melús Rafael, Flos Carmeli, Madrid, 1963.
López-Melús Rafael, Pío XII y María, Zaragoza, 1958.
López-Melús Rafael María, Prodigios del escapulario del Carmen, Sevilla, 2000.
Lucía de Fátima, Memorias de Lucía, Ed. Sol de Fátima, Madrid, 1974.
Ludovico Saggi, La bolla sabatina, Ambiente, testo, tempo, Roma, 1967.
Matías de San Juan, La verdadera devoción del santo escapulario de Nuestra
Señora del Monte Carmelo, París, 1656.
Xiberta Bartolomé, De visione sancti Simonis Stock, Roma, 1950.
Xiberta Bartolomé, La fiesta de la Virgen del Carmen, Onda, 1988.
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