Origen, Historia y Evolución de Los Tributos-1
Origen, Historia y Evolución de Los Tributos-1
Origen, Historia y Evolución de Los Tributos-1
El origen del tributo se remonta a los tiempos pretéritos en que implicaba sumisión y
humillación, dado que era pagado por los derrotados a los vencedores de las contiendas
bélicas. De ahí en adelante los investi-gadores siguieron su rastro aproximado a lo largo de
la historia. Cosa distinta sucede con el derecho tributario porque, si bien se encuentran
algunos aparentes antecedentes a partir de 1300, carecen de interés por reflejar una
concepción autoritaria alejada de la que se estudia en el presente.
El origen de los tributos se remonta a la era primitiva, cuando los hombres entregaban
ofrendas a los dioses a cambio de algunos beneficios. Posteriormente, desde la civilización
griega, se manejaba el término de la progresividad en el pago de los impuestos por medio
del cual se ajustaban los tributos de acuerdo a las capacidades de pago de las personas.
También se controló su administración y clasificación.
Tras la caída del Imperio Romano el mundo volvió a una economía de subsistencia. La vida
regresó al campo y el sistema impositivo retrocedió. Comenzó a pagarse en especie: partes
alícuotas de cosecha o ganado, porcentajes que percibía el señor de vasallos y colonos
arrendatarios de sus tierras. El señor natural podía ser un noble, un eclesiástico o el rey
mismo. Los tributos se imponían por el concepto de ocupación o uso de tierras de señorío,
de patronazgo real o de propiedad alodial o comunal. Nada escapó a la voracidad feudal.
Las necesidades de dinero por parte de la monarquía favorecieron un sistema de cobranza
muy específico: el Encabezamiento. Cuando un impuesto se encabezaba suponía que el
municipio había acordado con Hacienda un valor aproximado de lo que se pensaba
recaudar en ese año teniendo en cuenta su población. Era habitual que el impuesto se sacase
a pública subasta, poniendo como precio de salida lo acordado con la Corona, por lo que la
recaudación solía quedar en manos de terceras personas. Normalmente la recaudación se
realizaba por imposición directa, es decir cobrando una tasa a las mercancías que entraban
en la ciudad para ser vendidas en el mercado o las tabernas y que obviamente acababa
repercutiendo en el precio final de los productos.
De ahí que muchas veces se obligara a compraventas se realizasen en las alhóndigas o que
ciertos productos, como el vino y el pan, tuvieran que entrar por puertas determinadas de la
ciudad y que estuviese prohibida la salida de productos por la noche sin el permiso del
arrendador. Estos métodos de recaudación y los recaudadores suscitaron quejas durante
todo el periodo hasta el punto de que fueron origen de numerosos motines y revueltas en
épocas de malas cosechas y escasez alimentaria.
En el año 1949 se estableció el primer Impuesto Sobre la Renta a través de la Ley Núm.
1927, y de la misma Ley se creó un organismo que lo administraría, es decir, la Dirección
General de Impuesto Sobre la Renta.
En diciembre del año 1950 se sustituye el Impuesto Sobre la Renta por el Impuesto Sobre el
Beneficio, lo cual implicó igualmente, un cambio en el nombre de la entidad recaudadora
de dicho tributo, la cual pasó a denominarse Dirección General sobre el Beneficio,
quedando oficialmente esta Institución encargada de administrar el impuesto a partir del
año 1951.
En abril del año 1959, se creó la Dirección General Impositiva, por medio de la Ley Núm.
5118, previéndose que tal entidad comenzaría a funcionar a partir del primero de enero de
1960. Esta entidad surgiría de la fusión de la Dirección General de Rentas Internas, la
Dirección General de Aduanas y Puertos, la Dirección General de Impuesto sobre el
Beneficio, la Dirección General de la Cédula Personal de Identidad.
Sin embargo, esta entidad nunca llegó a funcionar toda vez que el 10 de octubre de ese
mismo año (1959) se emitiera la Ley Núm. 5234, la cual suspendía los efectos y aplicación
de la precipitada Ley 5118, que creaba a la Dirección General Impositiva, por lo que se
mantuvieron vigentes las leyes que individualizan dichas entidades.
En enero de 1962, se dicta el Decreto Núm. 7601 que deja sin efecto la fusión existente
entre la Dirección General de Rentas Internas y la Dirección General de Bienes Nacionales,
y en mayo del mismo año se deroga la Ley que establece el Impuesto sobre el Beneficio y
se emite la Ley Núm. 5911, que establece el Impuesto Sobre la Renta y crea nuevamente la
Dirección General del Impuesto Sobre la Renta.
Edad Antigua
Egipto
En el antiguo Egipto, los faraones eran vistos como dioses y tenían la tarea de garantizar la
seguridad y la salud de las personas. Los egipcios no tenían un sistema monetario y en su
lugar se aplicaban impuestos sobre la propiedad y la cosecha. El faraón se basó en los
bienes excedentes recibidos como impuestos en tiempos de sequía, hambre y guerra. El
trabajo manual también era una forma de impuesto que apoyaba al ejército egipcio y los
proyectos de construcción. La documentación sugiere que los Faraones aparecieron ante la
gente para recaudar impuestos. Los visires mantuvieron registros de los impuestos
recaudados y se aseguraron de que se cumplieran los requisitos
Grecia
• Los griegos creían que un ciudadano rico estaba éticamente obligado a contribuir
con su ciudad porque la ciudad y sus trabajadores le permitían al hombre obtener
esas riquezas. El honor asociado con retribuirle a su ciudad fue tan grande que hubo
una competencia continua entre los ciudadanos más ricos de Atenas.
Roma
El sistema tributario romano cambió muchas veces a lo largo de los años y varió bastante
de una región a otra. Una vez que los romanos conquistaron Egipto, adoptaron el sistema
impositivo actualmente existente. El gobierno recaudó impuestos sobre personas, ganado,
tierra, petróleo, aceitunas, vino, cerveza, pescado y más. Casi todos los intercambios
comerciales fueron gravados. El impuesto más importante en la antigua Roma era el
tributun, que era un impuesto a la riqueza material. Los ciudadanos de Roma no tenían que
pagar este impuesto, aparte de los tiempos de necesidad financiera, mientras que todos los
no ciudadanos que vivían en el territorio romano debían pagar tributun en todas sus
propiedades.
• Era bastante común que los dueños de esclavos liberaran a sus esclavos después de
cierto número de años y / o pagos en la Antigua Roma. Muchos esclavos finalmente
pudieron pagar la tarifa porque pudieron trabajar en varios lugares, permitiéndoles
ganar el dinero utilizado para obtener su libertad. Curiosamente, el gobierno romano
requirió que el esclavo recién liberado pagara un impuesto sobre su propia libertad.
Edad media
En la Edad Media, los impuestos eran cuantiosos y diversos, constituían una obligación que
los vasallos debían satisfacer al Rey, a la Iglesia y a su Señor. Hay que tener presente que la
Monarquía, para cubrir sus cuantiosos gastos, desarrolló un modelo tributario que le
permitía obtener de sus súbditos rentas cada vez más cuantiosas. Hasta mediados del siglo
XIII, dichos gravámenes se reducían a prestaciones personales que se pagaban en especie.
Conforme pasó el tiempo estas prestaciones se diversificaron y algunas se convirtieron en
económicas y otras se podían redimir una pena mediante el pago de una determinada
cantidad monetaria estipulada previamente.
La hacienda regia obtenía los fondos principalmente de tributos directos: rentas sobre las
personas, sobre las propiedades reales, las regalías y los monopolios. Los vasallos y siervos
tenían que cumplir con dos tipos de contribuciones: las prestaciones de servicios personales
y las prestaciones de tipo económico, que podían abonarse en dinero o especie.
Había también el Impuesto de la talla o pecho, que era pagado por cada familia de
campesinos en forma de dinero o especie; se le llamaba de tal forma porque al pagarlo se
hacía una talla con cuchillo en un pedazo de madera.
La mano muerta consistía en que si un siervo moría, la mayor parte de sus bienes pasaban
al señor feudal.
• Abadía o Luctuosa que era el derecho que tenían los curas a percibir a la muerte de
sus feligreses cierto tributo de sus bienes que dejaba.
• Acémilas: eran aportaciones de mulas o animales de carga para el acarreo de
víveres y cargas en campañas militares.
• Axadero era el tributo que debía pagar cada persona que trabajaba con una “axada”
(azada)
• Caballerías era el pago que se hacía anualmente para mantener todo lo relacionado
con las mismas (guerreros con su montura, equipo de armamento y manutención de
los animales)
• Calumnias o Calonias eran las multas que imponía la justicia en el ejercicio de sus
funciones.
• Carneraje que se aplicaba sobre los ganados trashumantes que atravesaban las
tierras del reino.
La exigencia del pago de las maquilas, fornático y llosol, las tenía el Rey en monopolio
como señor, al construir en sus dominios el molino, el horno y la fragua. Más importantes
fueron los recursos obtenidos por regalías o derechos privativos del monarca, entre las que
destacan las de la moneda, salinas y minas. La regalía de la moneda reportó a la hacienda
regia dos tipos de beneficio: el propio de la diferencia entre el valor nominal y el real de la
moneda puesta en circulación; y el impuesto que los pueblos de realengo y señorío pagaban
para que el monarca no alterara o quebrara su ley, impuesto llamado en Castilla moneda
forera y en la Corona de Aragón monedaje. Las regalías de minas y salinas suponían a su
vez la percepción de ingresos derivados de la explotación de esas fuentes de riqueza.
El uso y aprovechamiento de los montes y prados del rey originaban la doble contribución
del montazgo y del herbazgo. Numerosas contribuciones fueron las que gravaron el tránsito
de personas y mercaderías. En el siglo X, en León, queda patente la obligatoriedad de pagar
el portaticum o portazgo, que se aplica a la entrada de mercancías en ciudades para el uso y
consumo en ellas o para la venta en el mercado. Para el paso de puentes o el uso de barcas
para atravesar los ríos se pagó otro impuesto o carga conocido como pontazgo y barcaje. En
Castilla, el impuesto de tránsito fue conocido en general como peaje, y en Aragón con el
mismo nombre y con el de lezda, términos quizá sinónimos o aplicables el primero a la
circulación de personas y el segundo a la contribución de mercancías según su medida y
peso.
Edad moderna
Este periodo comprendido a partir del siglo XVI hasta principios de la Revolución Francesa
daría lugar, en el plano del tributo y del Derecho tributario a connotaciones particulares
respecto del carácter que adquirió las contribuciones económicas a los nacientes Estados
modernos. Al desaparecer el feudalismo, en la Edad Moderna, los señores feudales
perdieron el dominio que ejercían sobre sus posesiones, se fortaleció el poder de la
monarquía y la economía urbana en relación a la rural.
El advenimiento histórico de la Edad Moderna y la formación de los Estados Nacionales,
condujo al desarrollo de gobiernos centralizados, lo que implicó el aumento de las
necesidades de ingresos y gastos, que trajo aparejada fenómenos como: deseos de
predominio, excesiva burocracia y multiplicación de rivalidades entre Estados, que derivó
en constantes guerras que indujeron a la formación de ejércitos cada vez más grandes y
poderosos.
Edad Contemporánea
En materia impositiva, como ya se hizo una reseña de manera sintética, si bien los
impuestos estuvieron presentes prácticamente desde el albor de la humanidad y en todos los
tiempos en los que el hombre se integró en comunidades más o menos organizadas, es
precisamente en el siglo XVIII, después de este hito trascendente de la Revolución
Francesa que repercutió en el mundo entero, cuando se generalizó la opinión de que los
impuestos son contribuciones necesarias e indispensables para la vida de los Estados,
principio tributario fundamental.
Finalmente, en este periodo histórico de la humanidad se desarrolló, paralelamente, la
teoría del Estado de Derecho, fundamento por el cual éste surge a modo de un contrato que
vincula a los ciudadanos entre sí, como también con el Estado y las autoridades en
respuesta a sus necesidades; tanto políticas, cuanto económicas y sociales.
En la actualidad, hay dos principales modelos a nivel mundial para celebrar tratados
internacionales en materia tributaria: el de la ONU y el de la OCDE, ambos ofrecen la
posibilidad a los Estados que lo suscriben de gravar impuestos tanto en el país donde se
genera la fuente generadora de la renta como el lugar donde reside el sujeto que la obtuvo a
modo de evitar la doble tributación, aunque en el de Naciones Unidas se le da prioridad a la
fuente. Los principios rectores en materia fiscal para elaborar tratados internacionales,
evitando la doble tributación, con el propósito de facilitar el comercio son: principio de
ahorro, principio de fuerza de atracción, principio de fuerza de origen, principio de
residencia, principio de no discriminación, principio de asistencia en el cobro y principio de
procedimiento amistoso.
Evidentemente, cada uno de los principios está encaminado a un fin; sin embargo, en
general lo que buscan se reduce a facilitar las relaciones internacionales en materia
comercial de modo que el tema de tributación o pago de impuestos no se convierta en un
impedimento para que dichos negocios puedan realizarse óptimamente, eliminado la doble
tributación para personas físicas o morales que tengan que celebrar transacciones
financieras a nivel internacional. Vale la pena destacar en este punto que la doble
tributación ocurre cuando en un acto comercial celebrado entre sujetos de diferentes países,
se gravan dos o más tributos pertenecientes a las naciones en que residen originalmente
esos sujetos, lo cual a veces es un gran inconveniente o impedimento para que se
desarrollen operaciones mercantiles en el plano mundial.
TEMA 2: LA ACTIVIDAD FINANCIERA:
Es aquel sector del Ordenamiento jurídico que regula la actividad financiera del Estado y
demás entes públicos. El Estado, como todo grupo social organizado, tiene unos objetivos o
fines que cumplir y, para poder alcanzarlos, ha de realizar unos gastos que exigen, a su vez,
la obtención de los ingresos necesarios para ello.
El Derecho financiero se ha definido, sucintamente, como aquella rama jurídica que tiene
por objeto la Hacienda Pública o, también, como el ordenamiento de la actividad financiera
de los entes públicos. (Rodríguez Bereijo Introducción al estudio del Derecho Financiero,
IEF, Madrid, 1976, pág. 39.)
Se encarga de regular y organizar todas las actividades que tienen que ver con las finanzas
y la presupuestación de un Estado. Como tal, el derecho financiero (a diferencia del
derecho tributario o fiscal) forma parte del derecho público ya que se establece entre
entidades públicas como los Estados, instituciones administrativas, legislativas, etc.
Por ejemplo, la obtención de ingresos por parte de los institutos de derechos privados,
como es la explotación de su propio patrimonio.
Las finanzas públicas son el conjunto gastos que realiza el gobierno de turno y con los
correspondientes ingresos obtenidos por él en el ejercicio de su función. El Estado cumple
una serie de funciones que son catalogadas como impostergables, estas son las funciones
públicas que son muy importantes y exclusivas, ya que son la razón de ser del Estado, si
estas no son cumplidas, el Estado corre el riesgo de desaparecer. (Martín 2011)
Las finanzas públicas brindan un resumen o un balance de todo el conjunto de
conocimientos que son parte de las labores financieras del Estado, y los presenta de una
manera organizada, ordenada y armónica. Su fin primordial es la de ofrecer un panorama
que sea congruente, razonable de normas, de reglas vinculados con una misma fase de
realidades, a pesar que esos elementos sean diversos o múltiples, puedan ser analizados
detenidamente por otras disciplinas especialistas. (Villegas 2000)
El término fiscal proviene del latín “fisco” el cual es el tesoro del emperador, por lo que se
pagaba un impuesto el cual era llamado tributum que era determinado por el emperador.
Por otro lado fisco deriva de fiscus, que era la cesta que servia de recipiente en la
recolección de higos y también era usada por el recaudador para el pago del impuesto, por
lo que dicho autor concluye diciendo que fiscal se refiere a todo tipo de ingresos, todo
aquello que ingresa en el fiscus o erario que es el tesoro que entra al pueblo y que va parar a
manos del emperador. (44 Ibid., Página 26.)
En que Consiste el Derecho Tributario. (De una Breve explicación con ejemplo)
Para Fernando Sainz de Bufanda, el derecho tributario “es la rama del derecho financiero
que organiza los elementos estructurales constitutivos de tributo y determinar
normativamente las potestades, sujeciones y deberes a través de los que se desenvuelven las
funciones públicas de gestión y de resolución encaminadas a la aplicación del llamado
recurso financiero”.
El Derecho Tributario es una parte fundamental del Derecho Financiero, el cual se encarga
de explicar los impuestos o las obligaciones como contribuyentes, ya que se relacionan con
la administración tributaria, ya sea la de los particulares con particulares, o particulares con
el Estado o el mismo Estado con el Estado, por lo que de esa manera se hace posible
establecer las obligaciones y derechos, así como el respeto a las normas legales por parte de
la administración y los contribuyentes.
Ejemplo tenemos los tributos provenientes del Impuesto Sobre la Renta, Impuesto al
consumir, etc.