CONVERSATORIO
CONVERSATORIO
CONVERSATORIO
Introducción
El estado actual de la legislación penal en materia de delitos sexuales no puede ser
correctamente comprendido sin tener en cuenta sus antecedentes; pero éstos tampoco
pueden ser captados en toda su significación si no se consideran los resultados de las
sucesivas reformas de la legislación penal. Con la finalidad de aportar aunque de manera
insignificante al estudio de esta realidad, presentaremos de manera sucinta los hitos
principales del desarrollo de las disposiciones penales relativas a los delitos sexuales. Como
criterios ordenadores hemos optado por referirnos a la tradicional manera como se han
separado los diversos períodos de la historia de nuestro país: colonia y república; así como a
los tres Códigos Penales que se han promulgado: el primero de 1867, el de 1924 y el de
1993.
El derecho anterior a la conquista española es mencionado, en razón a la naturaleza y
fines de la presente contribución, con relación al derecho colonial1 . (p.338 ) II. Colonia En el
momento de la conquista, los numerosos pueblos indígenas tenían, de acuerdo con su nivel
de evolución, diversas normas consuetudinarias. Normas que los conquistadores tuvieron que
tener en cuenta ante la imposibilidad de eliminarlas para substituirlas con su sistema legal.
Substitución que consideraban, sobre todo respecto a las relacionadas con la moral, urgente
e indispensable hacer. La evangelización de los paganos era una de las justificantes de la
conquista y colonización.
El paganismo, el canibalismo y la perversión sexual fueron los tres grandes reproches,
los tres pecados capitales, que se imputaron a los indígenas y que cada uno por sí permitía
negarles las garantías y libertades que les conferían los Reyes de Castilla . La superioridad
moral y cultural afirmada a priori por los conquistadores no correspondía siempre a la
realidad. Si bien, aun como los mismos conquistadores, los nativos practicaban
comportamientos sexuales que desde la perspectiva española debían ser considerados como
pecados o delitos, también es cierto que reconocían y aplicaban principios sociales y morales
que coincidían en cierta manera con los de los conquistadores. Aunque percibidos no de la
misma manera, por ejemplo, el adulterio figuraba como un comportamiento prohibido grave,
lo mismo que el estupro . Merece señalarse, igualmente, que las relaciones entre hombres y
mujeres, en las sociedades nativas eran naturalmente diferentes a las reguladas conforme a
los cánones morales y sociales de los conquistadores. Entre los nativos, el apoderarse de
mujeres constituía un elemento esencial para el prestigio y el poder del hombre. El
intercambio de mujeres, según los especialistas, estaba regulado por un código de control
sexual bastante preciso.
La noción de honor sexual no figuraba entre los cánones de comportamiento de la
sociedad indígena. Este factor, entre otros de igual o mayor importancia, permite explicar el
tipo de relaciones que mantuvieron los españoles varones con las mujeres nativas. Para
ellos, éstas carecían de valor, de honor. Prefirieron vivir en amancebamiento que casarse y
cuando contraían matrimonio lo hacía para, mediante la aplicación privilegiada tanto de las
normas españolas como de las costumbres indígenas, adquirir derechos posesorios sobre
tierras y personas .
Por disposición de la Corona, se aplicó a los pueblos conquistados el derecho de
Castilla, conforme a la ley de Toro. Así mismo, estableció que se respetasen las normas
consuetudinarias indígenas "en cuanto no chocaran con principios capitales de la civilización
a difundir o interés básico de la monarquía a consolidar" .
Con relación a las Leyes de indias, dictadas en diferentes épocas, las leyes de Castilla
cumplían la función de normas supletorias para completar sus vacíos y aclarar su sentido. En
el ámbito penal, el derecho castellano, tanto en lo sustantivo como en lo procesal, fue
aplicado de manera amplia. Este hecho explica que en las Leyes de Indias las normas
penales no sean numerosas. Sin llegar a constituir un código penal. El Libro siete de esta
Recopilación, De los asuntos criminales, contenía disposiciones de carácter penal y moral.
El Título octavo de este Libro, De los delitos y penas y su aplicación, preveía normas
en las que se describían desordenadamente numerosos comportamientos punibles y se
estatuían las penas que debían imponerse a los responsables.
El derecho español, producto de la sociedad medioeval, estuvo fuertemente marcado
por las concepciones morales y sociales de la Iglesia católica. Por lo tanto, como en toda
sociedad colonial, patriarcal y estratificada, los comportamientos sexuales de las personas,
en especial de las mujeres, fueron estrictamente regulados. Un papel importante desempeñó
la idea de honor, la misma que era determinante para, en general, establecer las diferencias
entre los diversos estratos sociales mediante la atribución de privilegios de manera
discriminada. En cuanto a la sexualidad, la idea medioeval de honor dio lugar a que se
considerara la virginidad, el recato, la lealtad como fundamentos de la honra del hombre y de
la familia. Por esta razón, la virtud sexual de las mujeres era celosamente vigilada y
controlada. Además, de acuerdo con la concepción de la Iglesia Católica, las mujeres eran
consideradas moral y mentalmente inferiores a los hombres, en razón a su tendencia al mal y
debilidad ante las tentaciones; lo que también justificaba que se les sometiera a la tutela
masculina, considerándolas así como menores en relación con el padre, el marido o el
sacerdote. (p. 340)
Un ejemplo claro del trato diferenciado en el dominio penal es el del adulterio. Si el
hombre era el adultero, su comportamiento no era considerado como deshonroso para su
mujer. Lo contrario sucedía si la mujer era la responsable. En este caso, el adulterio era
considerado consumado aun si sólo estaba unida en esponsales con un varón. Además, se
consideraba que el hombre no sólo tenía el derecho de matar a la mujer infiel, sino también el
deber de hacerlo.
El rigor del control de la sexualidad se revela en la intervención de la Santa
Inquisición, reprimiendo los casos de homosexualidad, bigamia, sodomía y seducción de
mujeres por los curas en los confesionarios (a quienes se les designaba con el término
"solicitantes"). El peso de su intervención aumentó en la medida en que tuvo a su cargo los
procesos contra quienes blasfemaban contra el "sexto mandamiento"; así como contra la
virginidad y el matrimonio. El sistema colonial estratificado, dominado por una concepción
religiosa y moral que discrimina a la mujer, condicionado por los intereses individuales
determinantes para avanzar en la escala social, dio lugar a una doble moral especialmente en
el ámbito sexual. Doble moral que tuvo como uno de sus elementos esenciales el código de
honor. Además de los casos directamente relacionados con las conductas sociales
prohibidas, esta situación se manifestó igualmente a través de mecanismos como la
segregación física - por ejemplo el encierro en conventos -, el sistema de la dote y el
concepto de la honra. El hecho que la independencia no comportará una ruptura con el
sistema social y económico de la colonia, siguieron teniendo vigencia los criterios brevemente
descritos en las nuevas Repúblicas americanas. Los nuevos gobernantes, de manera
parecida a como lo hicieran en su momento los Reyes de Castilla, decretaron que la
legislación colonial se continuaba aplicando siempre y cuando no contradijera los principios e
intereses de la República. Para bien apreciar los alcances de este hecho, hay que recordar
que la "escolástica vencida en Europa, se refugió en América" y que "el Perú, merced al
esfuerzo del sacerdocio católico, imperó soberanamente, con todos sus vicios y errores, casi
todo el periodo colonial" . (p. 341)
Los movimientos de emancipación estuvieron inspirados en las ideas de la Ilustración.
Por esto las reformas legislativas llevadas a cabo después de las guerras de liberación
estuvieron inspiradas de las ideas de igualdad y, por lo tanto, dirigidas a abrogar los
privilegios coloniales de los peninsulares.
. Esto implicó la adopción de medidas en favor de los criollos y de las otras castas que
reemplazaron a los españoles en el poder . La ruptura con la Metrópoli no produjo, en la
práctica, un cambio substancial de la mentalidad de los criollos, ni una revisión a fondo
inmediata de las leyes más importantes. Los cambios legislativos tuvieron lugar,
generalmente, en la segunda mitad del siglo XIX. En el dominio que nos ocupa, por ejemplo,
el primer Código penal republicano fue dictado en 1869. Según Basadre10, esto fue debido
en gran parte al hecho que "el virreinato y la república hallábanse ligados por una comunidad
de idioma, de religión, de instituciones y de espíritu". Las concepciones sociales y morales
referentes a la situación social de la mujer y a la sexualidad predominantes en la colonia
siguieron influenciando de diversas maneras el sistema de control social. Esto se refleja, de
modo relativamente diferente, en dos de los primeros proyectos de Código Penal. El primero,
singular por su originalidad, fue obra de Lorenzo de Vidaurre. Bajo el título de "Violencias
hechas a las mugeres", prevé diversas disposiciones en las que describe ciertos delitos
sexuales. La preocupación sobre la protección de la virginidad, como condición especial de la
virtud sexual de la mujer, se refleja cuando reprime a quien " violenta a la que es virgen" (Ley
1). Como "castigo", estatuye que el responsable "se casará con ella, siendo soltero. Si la
ofendida no admite, o él se niega, le dará la cuarta parte de su haber. Si careciese de
facultades, será destinado a las obras públicas por todo el tiempo que la ofendida
permanezca sin casarse, y a esta se asignará el producto de su trabajo, sacando lo muy
preciso para su subsistencia". La consecuencia penal del comportamiento muestra una clara
tendencia al reconocimiento del matrimonio como circunstancia que regulariza una situación
ilícita, fortaleciendo su preeminencia como institución dentro de la cual deben tener lugar los
actos sexuales. Si bien se toma en cuenta la voluntad de la mujer violentada, en caso de
negarse a (p. 342). contraer matrimonio la sanción se reduce a imponer al responsable el
pago de una renta equivalente a la "cuarta parte de su haber". La sanción deviene
desmesurada, para quien no tiene medios económicos ("careciese de facultades") en la
medida en que se prevé el trabajo obligatorio en obras públicas y la entrega del producto del
trabajo por un tiempo casi indefinido, en la medida en que esta medida durará tanto tiempo
como la ofendida "permanezca sin casarse". La pena es atenuada en caso de que la ofendida
sea viuda (Ley 5) o soltera (Ley 7) y no sean vírgenes. Se agrava la sanción, por el contrario,
si se trata de mujer casada (Ley 11). En consideración de las circunstancias personales de
los autores, se prevén sendas normas para el caso de los clérigos (muchos de ellos quizás
"solicitantes") y de los religiosos. En caso que el autor sea un clérigo, se estatuye que " dará
las dos terceras partes de su renta o caudal si lo tiene, si careciese de rentas y caudal, será
encerrado por quince años en una prisión estrecha" (Ley 3). Y de ser religioso, que "el
monasterio entregará a la ofendida la décima parte de las rentas de un año" (Ley 4). Las
diferencias de castas son tomadas en consideración para describir la infracción y establecer
la sanción. Así, la mujer esclava no es considerada como una persona si no como una cosa.
Por esto, en la Ley 12, se dice, de un lado, "el que usa una esclava suya" y de otro lado, "se
presume la violencia". No siendo persona no se practica el acto sexual con ella, pues éste
supone, de acuerdo con la concepción liberal del autor del proyecto, el acuerdo de la mujer
(persona libre). Se le usa como cualquier otro objeto; por lo que es de recurrir a la ficción que
el propietario de la esclava la somete siempre mediante violencia. Esta disposición implica
igualmente una prohibición tendiente a evitar la mezcla de las dos castas, con miras a
salvaguardar la "pureza" de los esclavistas.
La sanción es de orden patrimonial tanto cuando se estatuye que la esclava ofendida
será liberada y se impone al responsable el pago de "quinientos pesos". La libertad de la
víctima tiene dos efectos contradictorios: disminuir el patrimonio del propietario en la medida
en que pierde una esclava (así, se confirma el criterio que la esclava es una cosa) y atribuir a
una esclava la condición de persona libre (lo que revela la utilización del derecho penal para
restringir la esclavitud).
En el caso de domésticas no esclavas, también se utiliza la formula "el que usa de";
pero se considera sólo a la que "sea virgen". De esta manera, se tiene cuidado en señalar
que la doméstica como la esclava están casi en la misma relación de dependencia con la
persona a quien sirven. A ambas se les usa cuando son sometidas a la práctica del acto
sexual. A contrario, es de deducir que el (p. 343)
proyectista estimó, al establecer la condición de la virginidad de la doméstica, que si no
tenía esta calidad podía ser usada y, por tanto, no "violentada". Este uso es considerado así
como un servicio que la doméstica no virgen está obligada a prestar. Como sanción se prevé
un monto doble al previsto con respecto a la esclava: "la dotará en 7 mil pesos; si carece de
facultades, será destinado a los trabajos públicos, hasta que con el producto de ellos
complete la cantidad" (Ley 13). Por estar colocadas junto a las normas que se refieren a los
atentados contra las mujeres libres (vírgenes, solteras, viudas o casadas), hay que admitir
que sólo a éstas se refieren las reglas especiales sobre la virginidad y la violencia. Con
respecto a la primera, en la Ley 6, se dispone que "no se admite al opresor la excepción de
no ser la ofendida virgen, si está públicamente tenida en ese concepto". La dificultad de la
prueba de la virginidad (la misma que es supuesta) es transferida al hecho que la mujer esté
"públicamente tenida en este concepto". Ficción que, de esta manera, es sólo aparentemente
favorable a la ofendida. En cuanto a la violencia, se considera que no existe, "si la mujer pudo
gritar, ser oída, y socorrida" (Ley 8), "si la mujer recibió presentes; salvo que si hiciesen con el
objeto de matrimonio" (Ley 9) o "si hubo anterior correspondencia amorosa de palabra o por
escrito" (Ley 10). Estas últimas reglas son conformes a la sistemática adoptada por de
Vidaurre; el mismo que no distingue entre violación y estupro. Sólo ha considerado el hecho
de quien "violenta" la ofendida y no el de quien tiene relaciones sexuales mediante engaño. Al
respecto, la duda surge de manera muy limitada cuando se lee la Ley 14, disposición que
regula un caso especial debido a la persona del autor. Esta regla dice: "El tutor o curador que
corrompe la pupila, la dotará en la mitad de sus bienes; si no tiene hijos, en la tercera parte; si
los tiene, careciendo de bienes, será destinado a obras públicas, y el producto de sus trabajo
cederá en favor de la ofendida. Si el seductor es el hijo del tutor o curador, o casará con la
pupila, o le cederá la mitad de su haber". Sin embargo, los términos "corrompe" y "seductor"
muestran la imprecisión lingüística del autor del proyecto, ya que sólo puede estar
refiriéndose al comportamiento regulado en las disposiciones anteriores (violentar una mujer).
Siguiendo la "luminosa guía" del Código español, se elaboró en 1859 el primer proyecto de
Código Penal presentado al Cuerpo Legislativo. Sus autores afirmaron que "la comisión no ha
hecho ni debido hacer otra cosa que adoptar lo mas conveniente a la sociedad peruana,
estudiando sus (p. 344) costumbres, su carácter y sus inclinaciones; tarea sin embargo tan
delicada y difícil, que por si sola constituye cuanto hay de más trascendental y grave en este
ramo". En el Título VII, Delitos contra la honestidad, de la Parte Especial, se prevé, junto al
adulterio, la violación y el estupro. En la definición de este último (art. 316), se consideran
como elementos constitutivos el "acto carnal", la "mujer virgen" y la edad entre "catorce y diez
y ocho años". Así, de manera expresa, se hace nuevamente referencia a la virginidad de la
víctima; lo que muestra la preocupación de proteger la honestidad o castidad concretizada en
la ausencia de relaciones sexuales. Se confirma de esta manera el control sobre la
sexualidad de la mujer, ya que implícitamente significa la prohibición de relaciones fuera de
matrimonio.
Además, se pone en evidencia que la honestidad sexual está estrechamente vinculada
con el honor de la familia y con el temor al nacimiento de hijos ilegítimos. La expresión "acto
carnal" se refiere, en consecuencia, tan sólo al acto sexual practicado fuera de matrimonio.
De manera consecuente, se prevé también la honestidad como elemento de un caso
particular consistente en tener acceso carnal "con viuda honesta o virgen mayor de diez y
ocho años" (art. 317). De acuerdo con los criterios imperantes en la época, se prevé entre los
delitos sexuales el rapto de doncella. Comportamiento que es descrito diciendo que "el rapto
de una doncella, menor de veintiún años con el objeto de casarse, ejecutado con violencia de
los padres, guardadores o protectores será castigado con la pena de cárcel en tercer grado"
(art. 318). La pena es agravada, en el segundo párrafo de esta disposición, si la finalidad del
rapto es "corromper a la mujer". Es atenuada, por el contrario, cuando se ejecuta "sin
violencia de la familia". La ofendida no es considerada en su propia condición de persona
autónoma, sino como miembro de la familia; la misma que sufre una perdida a consecuencia
del rapto. En caso de desaparición de la raptada debido a que el raptor "no entregare la
persona robada o no diere razón satisfactoria del lugar donde se halla" (art 320), el autor será
castigado como homicida. Este carácter patriarcal que distingue a estas disposiciones no es
desmentido por la manera aparentemente neutra como se define la violación. De manera
deficiente, en el art. 315, la forma tradicional de la violación es mencionada junto a otros
casos que, según la terminología acostumbrada, deben ser calificados de violación presunta.
Así, en el inciso primero del mismo artículo, la violencia es definida, primero, como "el acto
carnal con mujer […] a quien se violenta ". Violentar significa, precisamente, vencer la
resistencia de alguien recurriendo a medios violentos. Luego se consideran como violación,
igualmente: "el acto carnal con mujer menor de catorce años, aunque sea con su
consentimiento" (p. 345)
"el acto carnal con mujer que se halla privada del uso de sus sentidos y "con mujer
casada de quien se abusa haciéndole creer el delincuente que es su marido" Por último, se
equipara así mismo a la violación el caso de estupro cometido con mujer mayor de dieciocho
años. Este caso es descrito como "el acto carnal con mujer honesta a quien se engaña bajo
fingidas promesas de matrimonio" De una manera más detallada que en el Proyecto de
Vidaurre, se estatuye la agravación de la pena en base a la relación especial que une al
agente con la víctima. El art. 323 dispone: "Los ascendientes, los guardadores, maestros y
cualesquiera personas que abusando de la autoridad o cargo que ejerzan, cooperaren como
cómplices a la perpetración de alguno de los delitos expresados en este título, serán
castigados con la pena correspondiente a los autores y con inhabilitación en quinto grado
para ejercer el cargo o autoridad de que abusaron". El objetivo de proteger la castidad de la
mujer es mencionado expresamente cuando, en el art. 324, se establece que "las otras
personas que habitualmente o por lucro facilitaren la ejecución de los delitos contra la
castidad, serán castigados como cómplices". Las consecuencias que resultan del hecho
cometido en detrimento de la víctima y del nuevo ser procreado mediante del acto carnal
impuesto a la mujer son tomadas también en cuenta. A toda condena por violación, estupro o
rapto, se le agrega la obligación del condenado a dotar a la ofendida y a mantener la prole
(art. 321). Mediante la dote se busca reparar la condición de la mujer violentada con miras a
que pueda contraer matrimonio y a compensar el daño moral sufrido. La importancia del
matrimonio como factor restaurador del orden social perturbado (basado en la disciplina de
evitar las relaciones sexuales extraconyugales), se manifiesta en que el agente no es
castigado si se casa con la ofendida (art. 322). En esta regla, no se hace alusión a que la
mujer debe estar de acuerdo con casarse, como lo hacía el proyecto Vidaurre y lo harán los
Códigos de 1863 y de 1924. IV. Código Penal de 1863: supervivencia de la influencia
española El Código Penal de 186312 constituyó una versión mejorada del Proyecto de 1859 y
revisada conforme al Proyecto de la Constitución de 1860. Fuera de los (p. 346) cambios
relativamente importantes en la sistemática y en la terminología, las disposiciones del Título II
(De la violación, estupro, rapto y otros delitos) de la Parte Especial reflejan las mismas
concepciones referentes a la familia, la mujer y la sexualidad. Sigue protegiéndose la
virginidad y la honestidad de la mujer.
Para definir la violación, se recurre de manera expresa a la naturaleza del medio
empleado por el delincuente para vencer la resistencia de la mujer. En el art. 269, se dice
"que viole a una mujer empleando fuerza o violencia". El término fuerza se refiere a la
amenaza por oposición a la fuerza física designada como violencia. Además, se equipara a
estos medios el hecho que el responsable actúe privando a la mujer "del uso de los sentidos
con narcóticos u otros medios". En el párrafo segundo de esta disposición, se regulan como
violación dos casos que se distinguen tanto por la condición personal de la víctima como por
la manera de proceder del agente. Se trata de la violación de "una virgen impúber, aunque
sea con su consentimiento" y de "una mujer casada haciéndole creer que es su marido".
Difícilmente se comprende el criterio considerado para tratar de la misma manera ambas
situaciones, salvo que se tenga en cuenta la importancia que se atribuye a la virginidad y a la
protección de la familia representada por la condición de casada de la víctima. Si el carácter
impúber de la virgen justifica que se admita que es violentada por suponérsele incapaz para
consentir; no sucede lo mismo con la astucia del agente consiste en hacer creer a la mujer
casada "que es su marido". Con el mismo cuidado se hace referencia al medio empleado
para la comisión del delito. En la definición del estupro; se indica que el agente “estupre” a la
ofendida "empleando sólo la seducción" (art. 270). La víctima sólo puede ser "una virgen
mayor de doce años y menor de veintiuno". La virginidad es nuevamente mencionada como
muestra de la honestidad y castidad de la mujer. La honestidad sexual es puesta en evidencia
como factor determinante para la protección de la mujer, cuando se regula el rapto en el art.
273. En esta disposición, se enumeran las posibles víctimas aludiendo a la "mujer casada,
doncella o viuda honesta". Lo que muestra que el matrimonio es el contexto en que las
relaciones sexuales son moralmente permitidas, razón por la que su supone que la mujer
casada es honesta. La misma suposición vale para la doncella, es decir la virgen (sin
experiencia sexual). Pero no así respecto a la viuda respecto a la cual se menciona
expresamente que debe ser honesta; dicho de otra manera que haya mantenido relaciones
sexuales después de desecho el matrimonio por muerte de su marido. De manera amplia, se
prevé en el párrafo segundo de esta norma, que la pena será atenuada cuando el rapto es
cometido en agravio de "otra clase de mujer", lo que lleva a pensar que se considera, de un
lado, las (p. 347) solteras y las divorciadas (honestas o deshonestas) y, de otro lado, las
viudas deshonestas. Esto estaría mostrando la particular manera de valorar estas situaciones
personales. Además de las otras reglas mencionadas al presentar el Proyecto de 1859, en el
Código Penal se incluyen otras entre las cuales merece destacarse las que establecen la
acción penal por querella en relación con todos los delitos de este Título y las que regulan
delitos no previstos en el Proyecto. En cuanto al ejercicio de la acción penal, por ejemplo, se
dispone en el art. 278 que "no se procederá a formar causa por los delitos a que se refiere
este título, sino por acusación o instancia de la interesada, o de la persona bajo cuyo poder
se hubiere hallado cuando se cometió el delito, debiendo el consejo de familia nombrar a la
agraviada, en caso necesario, el correspondiente defensor". Disposición que es completada
indicándose que "si el delito se cometiere contra una impúber que no tenga padres ni
guardador, puede acusar cualquiera del pueblo, y procederse de oficio". Entre las nuevas
conductas delictivas, se prevé la sodomía. De acuerdo con el art. 272, el responsable será
reprimido con las mismas penas que se imponen a los autores de los delitos previstos en los
artículos anteriores (referentes a la violación y al estupro). Abandonando la referencia al
hecho de corromper una mujer, se reprime a quien "habitualmente, o con abuso de autoridad
o confianza, promoviere o facilitare la prostitución de las personas menores de edad, para
satisfacer los deseos de otro, sufrirá pena de cárcel en cuarto grado" (art. 279). Por último,
señalemos que se regula de manera más completa, en la medida en que se considera el
consentimiento de la mujer concernida, la excepción de pena por matrimonio subsecuente al
delito. En el art. 277, se estatuye que "en los casos de estupro, violación o rapto de una mujer
soltera, quedará excepto de pena el delincuente, si se casare con la ofendida, prestando ella
su libre consentimiento, después de restituida a poder de su padre o guardador, o a otro lugar
seguro". V. Código de 1924: la influencia suiza El modelo hispano fue abandonado al
reformarse el Código de 192413. Los proyectos fueron elaborados siguiendo los proyectos de
Código penal redactados para la unificación del derecho penal suizo. Esto significó un cambio
substancial (p. 348) en la legislación penal peruana. Esta mutación se debió al hecho que la
Comisión redactora del nuevo Código estuvo conformada por juristas parlamentarios y no por
jueces como había sido con las anteriores comisiones. De manera conservadora, estas
últimas se limitaron a realizar algunos retoques, de acuerdo sobre todo a los sucesivos
intentos de reforma españoles. En materia de delitos sexuales, en el nuevo Código, se previó
un Título dedicado a los Delitos contra las buenas costumbres y a la libertad sexual. Su
contenido, casi reproducción fiel de las disposiciones suizas, refleja las concepciones
imperantes en una sociedad fuertemente marcada por la tendencia a buscar soluciones
pragmáticas mediante la adopción de soluciones intermedias. De modo que si en esa parte
del Código se nota una cierta modernización, también se percibe un aspecto conservador en
la medida en que se mantienen ciertos criterios moralistas. Por ejemplo, los utilizados para
determinar qué comportamientos deben ser reprimidos (en particular, en la represión de los
atentados "contra el pudor de menores") y que están constituidos por los criterios o prejuicios
medios imperantes en la sociedad. Así, en el Código de 1924, se distingue, en primer lugar,
entre violación y seducción. La nota distintiva básica está dada por el medio utilizado por el
delincuente. Según el art. 196, la violación se produce mediante "violencia o amenaza grave";
mientras que en el art. 201, el autor debe "seducir" a la víctima. En cuanto al estado personal
de ésta última, si bien toda mujer puede ser violada, sólo puede ser seducida una "joven de
conducta irreprochable, de más de dieciséis y menos de veintiún años". La honestidad o
virginidad de la víctima no son más tomadas en cuenta, aunque en la práctica judicial en
repetidas ocasiones la "conducta irreprochable" fue comprendida como la falta de experiencia
sexual, es decir de no haber mantenido relaciones de este tipo. La violación fue precisada
tomando en consideración ciertas circunstancias especiales. Los casos previstos fueron
designados como casos de violación presunta debido a que, por falta de capacidad de la
víctima, se presuponía que había sido violentada. Por ejemplo, los casos agravados de poner
a la víctima, con el fin de hacerle sufrir el acto sexual, "en estado de inconsciencia o en la
imposibilidad de resistir" (art. 197) o de hacerlo, "conociendo el estado de la víctima", con una
"mujer idiota, inconsciente o incapaz de resistencia" (art. 198). En todos los casos de
violación, el hecho debe producirse "fuera de matrimonio"; dicho de otra manera, se
considera que el derecho penal no debe intervenir en la esfera privada de marido y mujer. Por
más que ésta se oponga y que, mediante violencia, el marido la obligue a practicar el acto
sexual, éste no puede ser considerado como autor de violación. (p. 349) Sin embargo, no se
sigue diferenciando entre doncella, soltera y viuda, como se hizo en el Código de 1863. Un
caso singular de violación, ya previsto en el Código de 1924, es caracterizado mediante el
hecho que el autor explote una relación de jerarquía o dependencia que lo une con la víctima.
Según el art. 202, agente debe aprovechar que la víctima está bajo su autoridad o vigilancia,
o que se encuentra internada en un establecimiento especial. Con relación a la edad de la
víctima, el Código de 1924 amplia la protección de los menores de uno y otro sexo. Con este
objeto, reprime, por un lado, el acto de "hacer sufrir el acto sexual o un acto análogo a un
menor de dieciséis años". La finalidad perseguida era la de garantizar penalmente la
integridad sexual de los menores y el desarrollo normal de su personalidad. Por otro lado,
amplia la represión a los comportamientos vinculados con la sexualidad pero que no
consisten en el acto sexual propiamente dicho, ni el acto análogo (acto contra natura o
sodomía). En el art. 200, se prevé la represión de quien comete "un acto contrario al pudor en
la persona de un menor de dieciséis años". En ambos casos, la pena era agravada, si la
"víctima es un discípulo, aprendiz o doméstico del delincuente, o su descendiente, su hijo
adoptivo, o hijo de su cónyuge, o su pupilo o un niño confiado a su cuidado" (art. 199, pf. 2 y
art. 200 pf. 2). Una agravante general a todos los delitos sexuales es estatuida en el art. 203.
Se trata, primero, de la denominada preterintención. La pena es agravada, si a consecuencia
del delito se, culposamente, se lesiona gravemente a la víctima o se le causa la muerte ("y el
delincuente pudo prever este resultado[muerte o lesiones]". Segundo, de la practica de actos
de tortura; es decir innecesarios a la realización del delito sexual y con el fin de hacer sufrir a
la víctima. La obligación de dar una dote a la víctima, si es soltera o viuda, es regulada, en el
art. 204, de la misma manera como en el Código de 1863. Lo mismo sucede, en el párrafo
segundo de esta disposición, respecto a la excepción del subsecuente matrimonio entre el
agente y la víctima, restituida a una situación que le permita consentir con libertad. La
represión del responsable sigue siendo dependiente de la querella o denuncia de la agraviada
o de la persona que la tenía a su cuidado al momento de producirse el delito. Debido a la
previsión de los casos agravados por la preterintención, se dispone que la acción será de
oficio cuando se haya producido el resultado muerte o lesiones graves, previsto pero no
querido (art. 205). Un segundo caso (p. 350) de ejercicio de la acción pública es previsto para
los casos de menores de dieciséis años que no tengan padres ni guardador o cuando el autor
sea un ascendiente, guardador u otra persona encargada de su cuidado (art. 205, pf. 3). La
severidad de la represión de los delincuentes sexuales fue aumentada mediante sendas
modificaciones de algunas disposiciones del Código de 1924. La Ley 17388 de 1969, de
manera no sistemática, previó un delito denominado de asalto (a mano armada, con concierto
o banda) "con el objeto de hacer sufrir el acto sexual o contra natura, aun cuando los
agraviados sean mayores de edad". En caso de muerte de la víctima, la pena era la de
muerte. En 1971, por Ley 18968, esta pena fue reemplazada por la de internamiento. Tres
años más tarde, mediante la Ley 20583, se estableció nuevamente la pena capital para los
responsables de violación (acto sexual o acto análogo) de menores de siete o menos años de
edad. Se agravó la pena para quien práctica un acto contra natura en la persona de un menor
de catorce años y, finalmente, se estatuyó la pena de penitenciaría no menor de diez años si
la víctima era mayor de siete años y menor de catorce. VI. Código Penal de 1993 y sus
modificaciones Las disposiciones del Código de 1993, relativas a los delitos sexuales, no son
fundamentalmente diferentes a las respectivas del Código de 1924. El esquema del Título en
las que han sido reunidas y las clases de delitos tomadas en cuenta son los mismos. Se
consideran la violación y la seducción, así como el acto contrario al pudor. Las circunstancias
agravantes son casi las mismas, comprendiendo el caso de la preterintención. En cuanto a la
severidad de las penas, la adopción del nuevo Código significó un retorno a criterios menos
draconianos que los incorporados mediante las modificaciones aportadas al Código de 1924,
sobre todo en relación con los atentados contra los menores y a los casos agravados como el
hecho de actuar a mano armada. El abandono de los criterios morales subsistentes en la
legislación derogada se evidencia, en primer lugar, en la substitución del título que hacía
referencia a las “buenas costumbres” por uno que se limita a referirse únicamente a "la
libertad sexual". En segundo lugar, tanto en la mención del acto análogo junto al acto sexual y
en la descripción de todos los casos de violación, como en la (p. 351) supresión del requisito
de la "conducta irreprochable" en el tipo legal del delito de seducción (art. 175). Si bien con
respecto a este último delito, se considera que su realización consiste en la práctica del acto
sexual, el medio utilizado debe ser el "engaño". Esta circunstancia es lo único que permite
seguir calificando el comportamiento incriminado de seducción, ya que la víctima es
designada con la expresión "persona de catorce años y menos de dieciocho". Esto permite
pensar que puede serlo tanto una persona de sexo femenino como masculino. Sólo una
interpretación restrictiva de la expresión "practicar el acto sexual", en el sentido de identificar
el sujeto activo del delito con el sujeto activo del acto biológico, tradicionalmente atribuido al
hombre, permitiría seguir hablando de seducción en razón de la manera astuta de actuar del
delincuente. En realidad, una mujer también puede, mediante falsas promesas, convencer a
un varón (no menor de catorce ni mayor de dieciocho años) para que tengan relaciones
sexuales consistentes en el acto sexual propiamente dicho. La interpretación de la definición
contenida en el art. 175 en el sentido que no se trata más de la seducción, es reforzada por la
modificación de esta disposición, mediante la Ley n° 26357 del 23 de setiembre de 1994.
Junto al acto sexual, se menciona ahora el acto análogo y se sigue considerando como
víctima a toda persona sin distinción de sexo. La finalidad perseguida es la de proteger a los
varones. El fenómeno social de la delincuencia sexual ha provocado siempre un intenso
rechazo de parte de las personas, quienes han exigido, por considerar sobre todo grave las
agresiones contra los menores, una severa represión de los autores. Esta actitud justificada
de parte de la población ha sido aprovechada e incitada por ciertos medios de comunicación.
Mediante una técnica caracterizada por el favorecer el escándalo y la desmesura, las
personas han sido alarmadas e incitadas a la vindicta. Con fines políticos, sobre todo, se han
propuesto una serie de reformas legislativas en el ámbito de los delitos sexuales en general.
Esta actitud es sólo un aspecto de la política difundida de recurrir a medidas legislativas de
carácter penal con el fin de demostrar que se reacciona contra la delincuencia. Desde 1995,
se han presentado en el Parlamento, en ejercicio del derecho a la iniciativa, 250 proyectos de
ley tendientes a modificar el Código Penal. Muchos de estos proyectos se refieren al derecho
penal sexual. La nota distintiva de todos estos proyectos es la tendencia a aumentar la
severidad de las penas previstas en el Código Penal para reprimir a los respon (p. 352)
sables de delitos sexuales. En este sentido, se ha propuesto por ejemplo que quienes violen
a menores de edad sean reprimidos, de acuerdo con la edad de la víctima, con la pena de
cadena perpetua, penas privativas de libertad no menores de veinte o veinticinco años y no
mayores de 30 años (por ejemplo proyectos números 603, 2554, 3678, 4525, 4640, 5161,
5540) y, hasta con la pena de muerte (proyecto número 1735). Para agravar la pena se
recurren a diversas circunstancias que a veces se distinguen por una especial particularidad
(por ejemplo, en el proyecto número 4525, se prevé la agravación en caso que la violación
sea cometida por quienes estén prestando servicio público de pasajeros en Anuario de
Derecho penal Numero 1999-2000 16 vehículos de transporte). La agravación de la represión
se revela igualmente cuando se propone por diversas razones que la acción penal sea
pública para reprimir a los autores de delitos sexuales (salvo en el caso del art. 175 C.P.)
(proyecto número 4185). Con este objeto, se ha denunciando la frecuente impunidad de los
responsables, la falta de protección de las víctimas mujeres y menores por no apreciarse
debidamente la gravedad de los atentados contra su sexualidad, el hecho de que se
consideren estos atentados como formando parte de la esfera íntima de las víctimas, todo lo
que supone que el Estado no cumple su función de garantizar y promover la libertad e
integridad sexuales de las personas. Por otro lado, cuando se postula, por un lado, garantizar
el cumplimiento pleno de la pena impuesta al responsable; es decir, se le excluye de todas
las medidas reguladas en el Código con la finalidad de evitar los efectos nocivos de la
privación de libertad (suspensión de fallo condenatorio, suspensión de la ejecución de la
pena, liberación condicional, beneficios penitenciarios) (proyecto número 3653). Con respecto
a este último tipo de propuesta, es de señalar que por Ley No. 26770 se abrogó la
circunstancia de eximente de penal del matrimonio subsiguiente entre el delincuente y su
víctima; eximente que favorecía también a los participantes en la comisión del delito. Esta
reforma dio lugar a amplio debate y diversas propuestas (Proyectos de Ley No 1934, 2023,
2184, 2280) para substituir el proyecto original (Proyecto de Ley No 1147), aprobado con
ciertas modificaciones14. Entre los argumentos en favor de esta medida se ha invocado la
naturaleza y función de la familia base del sistema social, el matrimonio como fundamento de
su legitimidad y el consentimiento de la mujer como elemento esencial del matrimonio. (p.
353) En cuanto a la descripción misma de los delitos sexuales y, en especial, del delito de
violación, las propuestas han estado dirigidas a renovar la definición legal tradicionalmente
prevista en los Códigos Penales. Así, se ha propuesto que se introduzca la noción amplia de
"agresión sexual". Según el Proyecto de Ley No * , originalmente redactado por CLADEM -
PERU, debe comprenderse "toda conducta que vulnere el derecho de una persona al libre
ejercicio de su sexualidad". Así mismo, se propone que si "la agresión consiste en la
penetración vaginal, anal u oral, la introducción de objetos u otros medios, la pena será no 14
Ver BEATRIZ MERINO LUCERO (autora del proyecto original), Matrimonio y violación. El
debate del artículo 178 del Código Penal Peruano. Lima 1997. Anuario de Derecho penal
Numero 1999-2000 17 menor de cinco años ni mayor de diez años". En este proyecto se
reflejan de manera más nítida las ideas propugnadas, de manera justificada, por los
movimientos feministas para atenuar sensiblemente la actual orientación discriminante en
detrimento de las mujeres del derecho penal. Sin embargo, algunas de las propuestas
implican un riesgo de recurrir excesivamente a medidas represivas superadas. Sin proponer
un cambio tan claro, se ha propuesto definir mejor las expresiones ya utilizadas en el Código
Penal. Así, en el Proyecto n° 1702, se establece la norma interpretativa siguiente: "entiéndase
comprendido dentro de acto análogo no sólo el acto sexual contra natura efectuado por un
varón, sino al realizado por cualquier persona y con cualquier otro medio cuya finalidad sea la
misma". Esta propuesta es justifica afirmándose que los jueces interpretan restrictivamente la
noción de acto análogo, "dejando desprotegidos a quienes son víctimas de conductas que
tienen la misma finalidad delictiva, pero que son calificadas de "lesiones y sancionadas con
una pena menor, o simplemente quedan impunes por ser cometidas por una mujer, dándose
un trato desigual ante la ley a quienes cometen el mismo delito pero por otros medios".
Debido a que el proceso penal, cuando tiene lugar, comporta una carga excesiva para las
víctimas tanto porque vuelven a enfrentarse a sus agresores, como porque son sometidas a
tratamientos vejatorios (interrogatorios abusivos, exámenes médicos dudosos,
cuestionamiento de su sinceridad, etc.), se ha reclamado se modifiquen las normas
procesales para garantizar mejor los derechos personales de las víctimas y evitar los
perjuicios psíquicos que pueden producirse. Habiéndose llegado a proponer que ciertos actos
procesales, como la confrontación o la presencia de la víctima, sólo tengan lugar a pedido de
ésta o con su consentimiento previo (Proyecto de Ley No * ). (p. 354) VII. A manera de
conclusión La presentación de la evolución legislativa de los delitos sexuales que acabamos
de hacer sólo constituye un resumen incompleto y, por lo tanto, permite apreciar de manera
imperfecta las concepciones morales, políticas y penales referentes a la criminalidad sexual y
al tratamiento desigual de los sexos. Para alcanzar a comprender de modo cabal las razones
que impulsan a los responsables del sistema de control penal a tratar de esa manera los
comportamientos calificados de delitos sexuales es indispensable tener en cuenta el contexto
social en el que se elaboran y aprueban las disposiciones legales. Estudios de esta
naturaleza no se han efectuado debidamente en nuestro medio, lo que hace más ardua la
tarea de concebir y poner en práctica una política penal adecuada, eficaz y respetuosa de los
derechos fundamentales de las personas y, en especial, de las mujeres y menores.
Asfixiología Médico Legal
Asfixia mecánica
Se definen como alteraciones en la función respiratoria producida por medios mecánicos.
Ocurre cuando es impedida la penetración o renovación del aire en los pulmones, o bien el
contacto del aire con la superficie alveolar, de modo que no se produce la función respiratoria.
Se habla de asfixia mecánica como medio de diferenciarla de la asfixia producida por causas
patológicas, o la asfixia química, ocasionada por la inhalación de gases tóxicos.
La asfixia mecánica puede producirse por un accidente, suicidio u homicidio.
Como características comunes están que:
1. Son producidas por factores exógenos.
2. Actúan por mecanismos físicos.
3. Impide el flujo de aire a los pulmones.
4. Son muertes violentas.
Fases de la sumersión
1. Sorpresa: El momento en el cual el cuerpo cae al agua. Si no se sumerge por la cabeza,
se produce un movimiento de hiperinspiración.
2. Resistencia o Apnea: El sumergido retiene la respiración a voluntad, acto que se ve
interrumpido por movimientos respiratorios involuntarios.
3. Disnea respiratoria: Presencia de grandes movimientos respiratorios con paralización de
movimientos generales. Inicia la pérdida de la conciencia,
4. Pausa respiratoria: También es conocida como “fase de muerte aparente”, en la cual
cesan los movimientos respiratorios.
5. Terminal o agónica: Hay breves reanudaciones de los movimientos de respiración.
Es importante señalar que no siempre este proceso se cumple a cabalidad; todo dependerá
del tiempo en que la víctima permanezca sumergida y el modo en que se produce la
sumersión. El tiempo de muerte puede ir de 2 a 10 minutos.
Signos
Examen externo
Pocas horas después de la muerte se observa una cianosis generalizada, con espuma en la
boca y la nariz, mejor conocido como “hongo de espuma”.
Se observa también enrojecimiento de los ojos, blanquiamiento y arrugamiento de las palmas
de las manos y plantas de los pies (conocido como maceración), rigidez de los músculos
erectores de los vellos (piel de gallina), contusiones agónicas o post-mortem de la
frente, dorso de la nariz, codos, dorso de las manos, rodillas y dorso de las piernas. Entre las
uñas se podría hallar restos de arena o tierra.
Autopsia
Los signos más importantes van determinados por la penetración del líquido en las vías y
cavidades respiratorias.
Se encontrara espuma en el aparato respiratorio, la sangre fluida y acuosa, líquido en el
estómago y congestión visceral notable.
El cadáver saldrá a flote entre 3 y 7 días después de la muerte. De 3 a 5 días la cara se pone
negruzca, y el cadáver presentará maceración en manos y pies. A los 10 días se caen las
uñas, entre 30 y 45 días se desprenden las partes blandas y a los 6 meses ocurre la
saponización.
Definición de asfixia
“Es el trastorno de la función respiratoria que origina la hipoxia o anoxia por interferencia en el
intercambio gaseoso de oxígeno y anhídrido carbónico, a cualquier nivel del aparato
respiratorio, pudiendo ser reversible o irreversible.”
Mecanismo de producción:
Las asfixias pueden depender de trastornos de la ventilación pulmonar y de la pequeña
circulación, que obstaculizan la captación de oxígeno; de alteraciones cuantitativas y
cualitativas de la sangre circulante, que impiden el transporte de oxígeno de los pulmones a
los tejidos; y de inhibición de la respiración intraorgánica, que obstaculiza el uso de oxígeno
por los tejidos.
TIPOS DE ASFIXIA:
La asfixia mecánica existe cuando sean impedidas la penetración o renovación del aire de los
pulmones, o bien del contacto de él con la superficie alveolar, de modo tal que se produzca
una suspensión de la función respiratoria y consiguientemente de la hematosis.
Asfixia es anoxia más hipercapnia.
2. Estrangulamiento
-a mano
-a lazo
II. Por sofocación:
3.-Compresión tóraco-abdominal
4.-Sepultamiento o tapiamiento
5.-Confinamiento
-completa
-incompleta
HALLAZGOS ANATOMOPATOLÓGICOS:
Internamente se evidencia:
Definición: es la muerte violenta producida por la constricción de cuello, ejercida por un lazo
sujeto a un punto fijo, y sobre el que ejerce tracción el propio peso del cuerpo.
Completo: la fuerza pasiva de constricción la ejerce todo el peso del cuerpo por estar
suspendido integramente.
Incompleto: la tracción sobre el lazo constrictor la realiza solo una parte del cuerpo, por estar
éste apoyado parcialmente sobre el piso o muebles.
3. Inhibitorio: por irritación del nervio neumogástrico de los senos carotídeos, o por lujación
o sección medular.
4.-congestión visceral.
ESTRANGULAMIENTO
“Es la constricción mortal ejercida en el cuello, mediante lazo, o directamente con las manos,
de modo tal que es una fuerza activa de origen externo que produce oclusión de las vías
respiratorias y no el peso del cuerpo”.
A lazo: hay un mecanismo circulatorio que ocasiona una anemia cerebral, produciéndose
también una obstaculización al paso del aire por las vías respiratorias, provocando un
fenómeno asfíctico, al hacer compresión directa sobre la laringe.
Formas de sumersión:
1.-Sumersión asfíctica: individuos que han muerto en el agua “ahogándose”. Los cadáveres
adquieren una coloración cianótica característica de la muerte por aspiración de líquido
(Ahogados azules).
2.-Sumersión-inhibición: el individuo sufre un reflejo inhibidor de la respiración y de la
circulación, al contacto brusco con el líquido frío de la piel o mucosa de las vías respiratorias
altas. Se produce un síncope mortal (Ahogados blancos).
SOFOCACIÓN
“Es el impedimento mecánico para la penetración del aire atmosférico en el árbol respiratorio
por la existencia de cuerpos extraños en las vías o en los orificios respiratorios o por la
existencia de una fuerza que anula los movimientos respiratorios de los músculos toráxicos”
Clasificación de sofocación:
1.-Por oclusión directa de los orificios respiratorios:
-oclusión directa de boca y nariz.
-introducción de cuerpos extraños en las vías aereas.
2.-Compresión directa toraco-abdominal.
3.-Por carencia de aire respirable:
-confinamiento
-sepultamiento.
GINECO-SEXOLOGÍA FORENSE
GINECO-SEXOLOGÍA
DEFINICIÓN:
Es la rama de la medicina legal que estudia los problemas ligados al sexo, tales como los
vinculados a las parafilias, al aborto, a la reproducción, al matrimonio, a la fecundación, a la
impotencia.
DEFINICIÓN DE COITO:
Desde el punto de vista médico-legal, el coito o acceso carnal es la penetración del pene,
total o parcialmente, en la vagina o en el ano-recto, pudiéndose o no producir el orgasmo, y
no siendo indispensable la eyaculación.
5.Con puente o brida: el orificio vulvo-vaginal se encuentra atravesado por una banda de
tejido himeneal.
10.Complaciente: himen muy elástico, con orificio himeneal amplio, que permite el paso del
pene o del tacto bidigital sin producirse ningún desgarro ni molestia.
DESFLORACIÓN RECIENTE:
1.bordes del desgarro son vivos, irregulares, sangrantes, rojos tumefactos.
2.los bordes del desgarro van cicatrizando por separado, no llegando a unirse jamás por
segunda intención.
3. al afrontar los bordes desgarrados se reproduce la forma primitiva que tenía el himen.
4. la profundidad del desgarro generalmente llega hasta el borde adherente.
5. la data que tienen es de hasta ocho días.
DESFLORACIÓN ANTÍGUA:
1. los bordes quedan ligeramente engrosados, de aspecto fibroso.
2. las partes distales de los bordes son anguladas.
3. la data es mayor a ocho días.
4. al cicatrizarse, los bordes se retraen queda una separación o abertura entre los mismos.
ESCOTADURAS CONGÉNITAS:
1. son bilaterales y simétricas.
2. presentan bordes redondeados u ondulados.
3. se presentan desde el nacimiento.
4. no tienen los bordes engrosados.
5. al tomar una muestra de tejido para la biopsia el estudio histopatológico no demuestra la
presencia de tejido cicatricial.
VIOLACIÓN
“Es el acceso carnal, es decir, penetración del pene en la cavidad vaginal o ano rectal por
medio de violencias o amenazas”
VIOLACIÓN PRESUNTA
Aún cuando el acceso carnal se realiza con el consentimiento de la víctima es considerado un
hecho punible si al momento del delito la víctima:
-no tuviese doce años de edad
-o que no haya cumplido dieciseis años, si el culpable es un ascendiente, tutor o institutor
-o que hallándose detenida o condenada, haya sido confinada a la custodia del culpable.
-o que no estuviere en capacidad de resistir por causa de enfermedad física y mental; por otro
motivo independiente de la voluntad del culpable o por consecuencia del empleo de medidas
fraudulentas o sustancias narcóticas o excitantes de que éste se haya valido.
VIOLACIÓN ANAL
En este tipo de violación es importante determinar si hay signos de violencia reciente o si la
víctima tiene coito anal habitual.
En caso de haber violencia, el ano presenta las siguientes características:
-desgarro triangular
-desgarro de algunos pliegues anales
-desgarros rectoperineales
-hemorragias en las paredes del ano y del perineo
Los signos del coito anal habitual son los siguientes:
-borramiento de los pliegues radiados perineales
-relajación del esfínter anal
-ano infundibuliforme