Tema 51
Tema 51
Tema 51
- LA LÍRICA EN EL BARROCO:
GÓNGORA, QUEVEDO Y LOPE DE VEGA.
1.- Góngora (1561 - 1627).................................................................................................1
1.1.- Culteranismo y conceptismo.................................................................................1
1.2.- Producción.............................................................................................................2
2.- Quevedo (1580 - 1645)................................................................................................3
2.1.- El conceptismo de Quevedo..................................................................................3
2.2.- Poesía religiosa y moral........................................................................................3
2.3.- Poesía política.......................................................................................................4
2.4.- Poesía amorosa......................................................................................................4
2.5.- Poesía burlesca......................................................................................................4
3.- Lope de Vega (1562 - 1635)........................................................................................5
1.2.- Producción.
En un principio, Góngora parece reservar el arte menor para la poesía burlesca y
conceptista, siguiendo la línea tradicional cancioneril en romances, letrillas, glosas,...
mientras que los temas más elevados y tratados según la técnica culteranista se escriben
en formas de arte mayor, especialmente en sonetos. No obstante, con el tiempo Góngora
usará indistintamente los metros cortos o largos para unos u otros temas.
La poesía satírica se dirige contra la sociedad en general: los literatos, como
Lope, los oficios, especialmente los del ámbito judicial (tal vez reflejo de su vida, llena
de pleitos por sus posesiones y su limpieza de sangre), las mujeres interesadas, y los
autobiográficos de juventud, donde se ríe de su propia persona, sus amantes y su vida en
general. Estos temas se reducen a las críticas contra la ambición humana, la brevedad de
la vida y el desengaño del mundo en su poesía moral, reflejando su azarosa vida en la
corte.
En un principio, sus poemas amorosos recogen todos los tópicos de Garcilaso y
Herrera (incluso llegó a tener su propia amada para la lírica, Clori), reelaborándolos al
modo culteranista y barroco, especialmente mediante el carpe diem, que se irá
acentuando con los años dentro de la perspectiva barroca de la fugacidad del tiempo.
Escribió abundantes romances de cautivos, pescadores, cazadores y moriscos,
abundantes letrillas religiosas y de parodia mitológica, permeabilizando lo culto y lo
popular progresivamente dentro de la moda neorromacística de esta época.
Dos son los grandes poemas de este autor, en cuanto son la expresión máxima de
su revolución poética culteranista: la Fábula de Polifemo y Galatea y las Soledades.
Aquélla se compone de sesenta y tres octavas reales que narran la pasión del pastor -
cíclope Polifemo por la ninfa Galatea y la de ésta por el bello pastor Acis, representante
del aurea mediocritas frente a los bienes del cíclope. Mediante metáforas ascendentes y
descendentes se genera un continuo contraste entre la ternura y la fealdad de Polifemo y
la belleza desdeñosa, en la línea petrarquista, de Galatea.
Las Soledades, por su parte, quedaron inacabadas: de las cuatro previstas
Góngora escribió dos en silvas, con una extensión de 1091, y 975 versos,
respectivamente. El hilo argumental es tan tenue que apenas sabemos que se trata del
peregrinaje de un noble joven náufrago, que ha abandonado su patria por unos amores
desgraciados. Pellicer y Jammes han visto en ellas la plasmación de las cuatro edades
del hombre, tal vez por influencia de la Arcadia y las Ecclogae Piscatoriae, de
Sannazaro. En la Soledad de los campos se muestra la Edad de Oro ligada a la niñez: el
náufrago huye de las calamidades de la vida a una ucronía de armonía perfecta con la
naturaleza: de ahí que una los tópicos de beatus ille, hortus amoenus y menosprecio de
corte y alabanza de aldea, sobre todo en cuanto los escenarios son un albergue de
cabreros, campos de labranza y una fiesta de bodas rural, que son refugio de un noble
que huye de la vida azarosa de la corte. La Soledad de las riberas, se correspondería,
siguiendo a Jammes y a Pellicer, con la primera madurez y la Edad de Plata. Transcurre
ésta en los mismos tópicos de antes salvo que ahora la armonía de la naturaleza con el
hombre parece no ser tan perfecta: aparecen las inclemencias del tiempo y los hombres
son ahora pescadores o practican la cetrería.