Parte2 Tema05
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TEMA 5. La química de las aguas naturales. Química de los procesos de
oxidación-reducción en aguas naturales
1. El oxígeno disuelto
Es el más importante agente oxidante del agua natural. Cuando actúa químicamente,
cada uno de sus átomos constituyentes se reducen desde un estado de oxidación 0
hasta el ‒2 del H2O o del OH‒, dependiendo de si la reacción tiene lugar en agua ácida
o básica, respectivamente, aunque sólo este último caso debe de tenerse en cuenta
para el caso de aguas naturales, cuyos valores de pH varían entre 7 y 8.
+4 e‒
Medio ácido O2 + 4 H +
2 H2O
+4 e‒
Medio básico O2 + 2 H2O 4 OH‒
O2(g) O2(aq)
y por tanto KH = [O2(aq)]/ PO2 = 1,3 · 10‒3 mol / (atm · L) a 25℃ (298 K).
Puesto que en el aire seco la presión parcial de oxígeno, PO2, es de 0,21 atmósferas (el
oxígeno se encuentra en la atmósfera en un 21%, aproximadamente), se deduce que la
solubilidad del O2 en agua es de 8,7 mg/L, lo que equivale en este caso a 8,7 ppm
supuesta una densidad de 1 g/mL para el agua.
Un ejemplo de la aplicación de la ley de Henry está dado por las precauciones que
deben tomarse cuando un buzo vuelve a la superficie. Al disminuir la presión parcial de
los distintos gases, disminuye la solubilidad de los mismos en la sangre, con el
consiguiente riesgo de una eventual formación de burbujas. Para evitarlo, debe de
someterse al llamado proceso de descompresión, el cual debe efectuarse lentamente.
Como la solubilidad de un gas en un líquido aumenta al disminuir la temperatura, la
cantidad de O2 que se disuelve a 0℃ es aproximadamente el doble de la que se
disuelve a 35℃: 14,7 frente a 7,0 ppm. De ahí que la concentración media de O 2
disuelto en aguas naturales superficiales no contaminadas ronde las 10 ppm en climas
moderados. Los peces, para poder vivir, necesitan agua que contenga, al menos, 5 ppm
de O2 disuelto. Sin embargo, su ecosistema puede sufrir, en ocasiones, procesos de
contaminación térmica, esto es, episodios en los que el agua aumenta demasiado su
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temperatura haciendo disminuir dramáticamente su contenido en oxígeno. Esto puede
ocurrir en centrales térmicas u otras instalaciones industriales en las que se recoge el
agua fría de un río, se utiliza como refrigerante de un proceso y luego se vuelve a
emitir pero caliente.
De igual forma, el oxígeno disuelto en agua se consume por la oxidación del amoniaco
y del catión amonio presentes también en agua en agua como resultado de la actividad
biológica, dando lugar a la formación de nitratos. Por ejemplo, la semirreacción que
tendría lugar para el caso del amonio en medio básico (natural) sería:
‒8 e‒
NH4+ + 10 OH‒ NO3‒ + 7 H2O
+4 e‒
que, combinada con 2 ⨯ (O2 + 2 H2O 4 OH‒)
El agua que está aireada por el propio fluir en ríos pocos profundos está
continuamente cargada de oxígeno, pero un agua estancada o la que está en el fondo
de un lago profundo, apenas tiene oxígeno debido al gran consumo que la materia
orgánica presente hace del mismo y a la falta de un mecanismo más rápido de aporte
de oxígeno que la propia difusión del gas en el agua, que es demasiado lenta en
comparación.
La capacidad de la materia orgánica de consumir oxígeno en una muestra de agua
natural se denomina demanda bioquímica de oxígeno (DBO). Se evalúa
experimentalmente determinando la concentración de oxígeno al inicio y al final de un
período de tiempo sobre una muestra de agua sellada, en la oscuridad y a temperatura
constante (generalmente 20 o 25℃). Así, la BDO es igual a la cantidad de oxígeno
consumida como consecuencia de la oxidación de la materia orgánica disuelta en la
muestra. Esta reacción está catalizada por la presencia de microorganismos presentes
en el agua natural. Si se sospecha de una DBO alta, o si la cantidad de oxígeno al final
de la medida es próxima a cero, la muestra debería de diluirse, con objeto de que
nunca se consuma todo el oxígeno disuelto. Habitualmente, el período de tiempo de
medida es de 5 días (DBO 5) para el que se supone que la reacción ha transcurrido en
un 80%. La DBO promedio de un agua superficial en Estados Unidos es de 0,7 mg O 2/L,
valor que es muy inferior a su solubilidad promedio. Para un agua residual, en cambio,
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encontraríamos valores de DBO de varios cientos de mg O2/L.
Una determinación más rápida de la demanda de oxígeno puede realizarse evaluando
la demanda química de oxígeno (DQO). En este caso, es el anión dicromato en
medio ácido (típicamente ácido sulfúrico ya que él mismo es a su vez un agente
oxidante) el responsable de realizar la oxidación de la materia orgánica presente a
través de la siguiente semirreacción
+6 e‒
Cr2O72‒ + 14 H+ 2 Cr3+ + 7 H2O
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bacterias
2 CH2O CH4 + CO2
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situación en la que el agua está estratificada. Cuando hay un agua turbulenta, se
produce un paso acelerado del oxígeno al agua y se produce una mezcla que uniforma
el gradiente vertical de oxígeno en el agua.
4. La escala de pE
Los científicos ambientales utilizan con frecuencia el concepto de pE para caracterizar
la extensión en la que las aguas naturales son químicamente reductoras, por analogía a
la forma con la que se usa el pH para caracterizar su acidez (p por 'potenz'). Así pues,
se define como el valor negativo del logaritmo decimal de la concentración efectiva de
electrones en agua, a pesar de que los electrones (al igual que los protones) no existen
como tales en disolución. Bajos valores de pE indican la presencia de sustancias con
electrones fácilmente disponibles para ser empleados en procesos de reducción, es
decir, indicativos de medios reductores. Valores altos de pE, en cambio, implicarían
aguas con carácter oxidante.
pE = ‒log[e‒]
+e‒
1/8 NO + 5/4 H
3
‒ +
1/8 NH4+ + 3/8 H2O
Para este proceso, E0 = +0,836 V (obtenido de las tablas de potenciales de reducción
+ 1/8
([NH 4 ] )
estándar) siendo pE = pE − log
0
− 1/8 + 5/4 (nótese que el agua líquida no
([NO3 ] [H ] )
aparece en la expresión de Q) y, por tanto, se tiene finalmente que:
[NH +4 ]
pE = 14,15 ‒ 5/4 pH ‒ 1/8 log , todo ello sabiendo que el logaritmo de un
[NO−3 ]
producto es la suma de los logaritmos de los multiplicandos, que el logaritmo de un
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cociente es la diferencia de los correspondientes logaritmos del numerador y del
denominador y que el logaritmo de una potencia es el producto del exponente por el
logaritmo de la base. Nótese que el valor 14,15 sale de la expresión de pE 0, por lo que
es igual a +0,836/0,0591.
Al igual que con el pH, donde pueden coexistir múltiples equilibrios que ofrecen un
balance final para la concentración de H+, también en un agua pueden darse distintos
procesos redox, existiendo un balance global para la disponibilidad de electrones
medida a través de su pE. Así, cuando se disuelve una cantidad significativa de oxígeno
en un agua, es la reducción de dicho oxígeno a agua la reacción predominante y, por
tanto, la que determina la disponibilidad final de electrones.
+e‒
¼ O 2 + H+ ½ H2O E0 = +1.229 V
Al igual que en el caso anterior, el pE de este agua puede relacionarse con la acidez y
la presión parcial de oxígeno mediante la siguiente ecuación:
Así, para un agua neutra saturada de oxígeno (PO2 = 0,21 atm) y sin CO2 disuelto
obtendríamos un valor de pE = 13,6. De esta forma, un agua natural no contaminada
normalmente tendrá un valor de pE inferior a 13,6 y, en ocasiones, incluso negativo
(esto puede tener lugar a pH altos y, sobre todo, a muy bajas presiones parciales de
oxígeno en aguas anaerobias) aunque no necesariamente debido a esta ecuación. Por
ejemplo, una baja disponibilidad de oxígeno en un agua suele ser consecuencia de la
actuación catalítica de microorganismos en reacciones de descomposición de la
materia orgánica. En estos casos, el pE puede venir determinado por la presencia de
iones como nitrato o sulfato. En el caso extremo de condiciones anaeróbicas, como las
que se dan en el fondo de los lagos en verano, en las ciénagas y en los campos de
arroz, la disponibilidad de electrones está determinada por la proporción relativa entre
el metano disuelto, que es un agente reductor, y el CO 2, que es, por el contrario, un
agente oxidante. Ambos se producen por la fermentación de la materia orgánica y
están relacionados a través de la siguiente semirreacción
+e‒
1/8 CO2 + H+ 1/8 CH4 + 1/4 H2O E0 = +0.17 V
P CH
pE = 2,87 ‒ pH ‒ 1/8 log
4
P CO
2
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estratificado están caracterizados por valores negativos de pE, mientras que la capa
superior está caracterizada claramente por un valor positivo.
El concepto de pE es útil, por ejemplo, para predecir la relación entre las formas
oxidadas y reducidas de un elemento en un reservorio de agua, siempre y cuando se
conozca cómo está controlada la disponibilidad de los electrones por otra especie. En
el caso del equilibrio existente entre las dos formas más comunes de hierro
+e‒
Fe3+ Fe2+ E0 = +0.770 V
[Fe 3+ ]
Para este proceso, pE = 13,0 + log
[Fe 2+ ]
[Fe 3+ ]
log = ‒17,1
[Fe 2+ ]
de donde
[Fe3+]/[Fe2+] = 1,26 ⨯ 10‒17
Lo que indica la supremacía absoluta de la especie reducida (Fe 2+). Sin embargo, en un
agua aeróbica, controlada por la presencia de oxígeno disuelto, con un pE = +13,6,
obtendríamos una relación de 4 a 1 a favor de la especie oxidada (Fe 3+). Así:
[Fe 3+ ]
log = +0,6
[Fe 2+ ]
y, por tanto
[Fe3+]/[Fe2+] = 4
Claro que, para este equilibrio en particular, estos resultados sólo tienen valor para un
agua ácida, ya que en medios neutros y alcalinos los hidróxidos participarían también
en los equilibrios al determinar (a partir de las correspondientes constantes de
solubilidad) qué cantidad de cada una de las especies está disponible a un pH dado.
Podemos decir que el valor base de pE es el valor de pE 0, que se deduce directamente
del potencial estándar (E0). Resulta obvio que, cuanto más oxidante sea la
semirreacción dominante, tanto más alto será el valor base de pE y más posibilidades
tendremos de tener un agua oxidante.
Por ejemplo, si un agua con baja disponibilidad de oxígeno tuviese una disponibilidad
electrónica dependiente del par sulfato/azufre, podríamos escribir:
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+e‒
1/6 SO42‒ + 4/3 H+ 1/6 S + 2/3 H2O E0 = +0.621 V
Dado que el valor de E0 para este proceso es algo menor que el controlado por nitratos
(E0 = +0.836), se obtendrá un valor base (pE 0) algo menos oxidante por lo que puede
deducirse que este agua tendrá unas características algo menos oxidativas. Así, para
este proceso podemos escribir:
1
pE = pE0 − log
([SO ] [H + ]4/3 )
2- 1/6
4
Si queremos ver en qué condiciones el agua será menos oxidante (más reductora),
simplemente hay que atender a los términos que acompañan a pE 0, de tal forma que el
agua será menos oxidante a pH altos y con muy bajas concentraciones de sulfatos ya
que estos términos restarían sobre el valor base de pE.
Estado de oxidación
Estado de agregación
‒2 ‒1 0 4 6
Sólidos moleculares S8
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agua puede oxidarse, ayudado por ciertas bacterias, a azufre elemental y/o a sulfato.
De forma global, para la oxidación completa, podemos escribir:
bacterias
H2S + 2 O2 H2SO4
Algunas bacterias son, a su vez, capaces de utilizar el ion sulfato como agente oxidante
de la materia orgánica cuando la concentración de oxígeno disuelto es muy baja. En
este proceso, el sulfato se reduce a azufre elemental y/o a sulfuro de hidrógeno. Para el
paso a azufre elemental se tendría:
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Los sulfitos actúan químicamente inhibiendo la formación de bacterias, mohos y
levaduras; debido a estas características que les son propias, los sulfitos se utilizan
frecuentemente en el vino, en la cerveza, en la conservación de crustáceos, en los
preparados a base de hortalizas y de frutas, en las mermeladas en conserva, en las
galletas, en las frutas confitadas y en numerosos otros alimentos.
Ingeridos en grandes cantidades, los sulfitos son nocivos para la salud por cuanto
pueden provocar lesiones en el aparato digestivo; no obstante, el mayor riesgo para la
salud humana radica en las fuertes reacciones alérgicas que pueden provocar en
individuos predispuestos, especialmente en las personas asmáticas, incluso cuando se
trate de niveles bajos de ingestión. Las personas que son intolerantes a los sulfitos de
origen natural también deben evitar aquellos productos a los que se le hayan agregado
suplementos de sulfitos (E221-228). La ingesta máxima diaria es de 0.7 mg/Kg de peso
corporal.
La primera de las reacciones es, a su vez, la reacción global del proceso redox (donde
el Fe2+ se oxida y el O2 se reduce), mientras que la segunda es la reacción de
precipitación del Fe3+.
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Una reacción análoga ocurre en algunas minas subterráneas. Normalmente, el FeS 2
(pirita) es un componente estable e insoluble de las rocas mientras no esté en contacto
con el aire. Sin embargo, como consecuencia de la extracción de carbón y otros
minerales, algo de este mineral (presente en muchos yacimientos) queda expuesto al
oxígeno, disolviéndose parcialmente una vez se ha oxidado. Dicha oxidación consiste
en el paso del anión disulfuro (S 22‒), donde el azufre se encuentra en un estado de
oxidación ‒1, a sulfato, donde el azufre presenta un estado de oxidación +6.
‒14e‒
2 ⨯ (S22‒ + 8 H2O 2 SO42‒ + 16 H+)
+4e‒
7 ⨯ (O2 + 4 H+ 2 H2O)
Dado que en la pirita el hierro existente es Fe 2+, este proceso implica que esta termina
disolviéndose en presencia de oxígeno y agua dando lugar a la formación de sulfato
ferroso, FeSO4, y ácido sulfúrico, H2SO4, ambos muy solubles en agua. Adicionalmente,
el Fe2+ disuelto puede oxidarse también a través de una reacción promovida por el
oxígeno y catalizada por determinadas bacterias, usando parte de los protones
generados en la oxidación del disulfuro:
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7. Compuestos nitrogenados en aguas naturales
En algunas aguas naturales, el nitrógeno se encuentra en formas orgánicas e
inorgánicas, las cuales representan determinados problemas en relación a la salud
humana. Las formas más reducidas son el amoniaco, NH 3, y su ácido conjugado, NH 4+,
donde el nitrógeno presenta un estado de oxidación de ‒3, mientras que la más
oxidada es la especie aniónica nitrato, NO 3‒, en la que el estado de oxidación del
nitrógeno es +5. En disolución, los intermedios más importantes son el anión nitrito,
NO2‒ (donde el estado de oxidación del nitrógeno es +3), y el nitrógeno molecular, N2
(con un estado de oxidación 0).
Las diferentes especies químicas quedan recogidas en la siguiente tabla en función de
sus estados de oxidación y agregación.
NH3
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crecimiento explosivo de algas que contaminan el agua una vez que mueren. El ion
nitrato, normalmente, no causa este efecto en los reservorios de agua dulce, donde el
fósforo es el nutriente limitante, en lugar del nitrógeno. Así, un aumento de los niveles
de nitrógeno no conduce a un aumento del crecimiento de las plantas si no se ve
acompañado de un aumento del contenido de fósforo. Sin embargo, hay casos en los
que el nitrógeno es el nutriente limitante de manera temporal.
Un aumento del ion nitrato en el agua de consumo es un peligro potencial para la salud
ya que puede dar lugar a metahemoglobinemia en bebés menores de 4 meses que
consuman aguas con más de 50 ppm de NO 3‒, así como en adultos con deficiencia
enzimática para el transporte de oxígeno en la sangre (carácter hereditario). Lo que
sucede es que el nitrato es reducido a nitrito por mediación de determinadas bacterias
(por ejemplo, presentes en biberones no esterilizados o en el propio intestino).
+2e‒
NO3‒ + 2 H+ NO2‒ + H2O
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Si un agua contiene bajos niveles de nitratos, su ingesta principal vendrá dada por el
consumo de hortalizas y productos cárnicos. Entre las hortalizas que contienen los
niveles más altos de nitrato están, por orden: las acelgas (con diferencia son las
mayores contenedoras del mismo), la lechuga y las espinacas (con contenidos
similares), el puerro y el calabacín.
Por otro lado, las sales sódica y potásica de nitrato y nitrito se utilizan como aditivos
conservadores en alimentos (E-251 y E-252 para nitrato, y E-249 y E-250 para nitrito),
especialmente en productos cárnicos (embutidos), donde el nitrito impide eficazmente
el desarrollo de las esporas de Clostridium botulinum y por lo tanto la formación de la
toxina botulínica. Asimismo, contribuyen al desarrollo del aroma y estabilización del
color característico de este tipo de productos. Las cantidades máximas permitidas por
la legislación dependen del tipo de compuesto y del alimento al que se destine,
oscilando entre 50 y 150 mg/kg para nitrito y entre 125 y 300 para nitrato (expresados
en forma de las correspondientes sales). Se detectan con frecuencia en este tipo de
productos niveles por encima de los permitidos, sobre todo en contenido de nitratos.
Junto al establecimiento comunitario de concentraciones máximas de nitrato como
factor de calidad de algunos vegetales, se hace necesaria la implantación de
programas de vigilancia orientados a la reducción progresiva de los niveles en las
especies con contenidos más elevados, como la elaboración de códigos de buenas
prácticas agrícolas dirigidos, entre otros aspectos, a la utilización adecuada de los
fertilizantes, así como hacia una selección de variedades que acumulen poco nitrato.
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En particular, el compuesto en el que R es un grupo metilo, N-
nitrosodimetilamina (NDMA), no solo preocupa su producción en
el estómago y su presencia en alimentos como el queso, el tocino
frito, carne o pescado ahumados y cerveza, sino también como
contaminante ambiental en el agua de bebida.
NDMA
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