INCAS
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E
La sucesión del Inca 164
n los últimos años, se han incrementado, de manera progresiva,
Glosario 169
los estudios que explícitamente adoptan al paisaje como el marco
10. Intercambio prehispánico del Spondylus 171 referencial con el cual entender el fenómeno inca (Acuto 2012; Christie
La ruta terrestre 173 2008; Farrington 1992; Julien 2012; Kaulicke et ál. 2003; Kosiba y
Bauer 2013; Vitry 2003; Wernke 2007). En esta perspectiva, el paisaje
La vía marítima 174
no es solo un agente pasivo en el que se dan los hechos, sino que ad-
Más sobre Chincha 175 quiere una dimensión adicional: la de agente activo en la formación de
Los mercaderes norteños 177 fenómenos sociales, como el Imperio incaico. El medio ambiente toma
Conclusiones 178 agencia, después de ser transformado por la acción del hombre, estruc-
turando el espacio donde las posibles respuestas y acciones humanas
Manuscritos y archivos consultados 179 suceden. De esta forma, el paisaje es consecuencia y causa del cambio
social.
Bibliografía 181 Así, progresivamente, hemos entendido con mayor precisión que
la geografía (paisaje y entorno físico) jugó un rol activo en la forma de
las relaciones sociales, políticas, culturales y económicas que llamamos
incaicas (Farrington 1992; Kaulicke et ál. 2003). Cerros, rocas, fuen-
tes de agua y ríos, no son solo accidentes geográficos sino elementos
constituyentes de la relación del hombre con su entorno, una relación
totalmente integrada que forma parte de las ideas del hombre andino.
Estos planteamientos representaron un importante movimiento
frente a las explicaciones funcionalistas del fenómeno inca que habían
dominado las interpretaciones arqueológicas en la primera mitad del
siglo XX, cuando se tendió a priorizar los razonamientos que veían al
10 Giancarlo Marcone Introducción 11
Imperio como una gran red o sistema administrativo. La infraestruc- etnohistóricos que nos dan una dimensión de tiempo más fina. Una
tura inca era, así, una serie de intervenciones en el espacio, siguiendo escala de tiempo mayor que sea sensible a estos cambios graduales
una lógica que facilitase el flujo de información, acortara distancias y en el paisaje, que pasan inadvertidos en escalas más pequeñas. Se ha
permitiera el manejo eficiente de recursos humanos y materiales. Es- señalado alguna vez, que es justamente el estudio de estas escalas am-
tas explicaciones, basadas en una lógica administrativa (ver por ejem- plias de tiempo, donde el análisis arqueológico puede tener un mayor
plo, Hyslop 1984, o una versión más moderna de la misma lógica en impacto o ser más útil (Drennan 2000).
Morris y Covey 2006), a veces impidieron entender otros significados Por ejemplo, la presencia inca en la zona de Huaytará, en el de-
de la presencia de construcciones incas, como por ejemplo, el rol de las partamento de Huancavelica, tiene que entenderse en relación con las
percepciones del espacio de las comunidades a la hora de establecer re- dinámicas económicas y políticas, pero ponderando cómo la existencia
laciones interregionales. Los palacios, casas, caminos y canchas incas o no de una geografía altamente alterada con andenes y terrazas in-
no fueron solo estructuras con funciones administrativas, sino también fluyó o no en las decisiones de los incas, así como en las respuestas
representaciones de su cosmovisión, así como una materialización de de las poblaciones locales. Del mismo modo, la presencia de un san-
las relaciones sociales entre todos los grupos envueltos en el fenómeno. tuario asociado al nevado Pariacaca en la cabecera del valle de Lurín,
Por ejemplo, la red de caminos inca o Qhapaq Ñan, no solo debe ser en- determinó la construcción del camino inca por ese valle, para unir a
tendida como una red administrativa y de intercambio comercial, sino este santuario con el de Pachacamac. Esto es interesante porque des-
también como una manera de relacionarse con el medio ambiente, con de el punto de vista meramente funcional, no se sustenta la decisión
muchos más contenidos que el de establecer una administración buro- de construir el Camino por ese valle. Otro ejemplo son las estrategias
crática eficiente. Así, ahora se reconoce que el hecho de que el Camino incas de expansión en la costa central, que incluían la construcción
pasara por determinado espacio en cercanía a determinado nevado, po- de un edificio sobre un acantilado en directa asociación al mar, como
dría tener repercusiones en cómo se establecían relaciones sociales en en El Huarco (Cerro Azul), El Salitre (Mala), Pachacamac (Lurín) y
el interior de un grupo, así como entre grupos distintos. La localización Paramonga (Paramonga) (Campos 2010), prueba de que estas tácticas
de estos santuarios parece haber sido tan o más importante para la no solo estaban orientadas a someter a las poblaciones locales, sino a
sociedad inca que llegar a un centro administrativo o a un tambo. establecer las adecuadas relaciones con el mar, dominando la religión y
Si bien esta preocupación por entender la interacción del hombre el espacio físico e ideológico. Pero la transformación de la pendiente con
con el espacio representa un avance sobre los modelos funcionalistas, terrazas agrícolas, la identificación del nevado con un santuario y el
pensamos que esto conlleva dos riesgos. El primero sería el haber lle- establecimiento de la relación del hombre con el mar, no son fenómenos
vado el péndulo al lado extremo y terminar minimizando o negando exclusivos del momento de expansión inca, sino reflejo de dinámicas
la relevancia de las relaciones económicas y políticas en la construc- más profundas entre el hombre y su medio ambiente.
ción de las sociedades. El segundo gran riesgo sería el de concebir las Pero entonces, ¿cómo entender el efecto de la acción del hombre
sociedades como fenómenos atemporales, donde solo percibimos la fo- sobre un paisaje determinado a través del tiempo?, ¿y cómo esta inte-
tografía final representada en la superficie de la relación del hombre racción afecta las formaciones de las distintas alineaciones sociales?
con su entorno. Esta relación no es automática, ni la fotografía una Es necesario el uso de categorías conceptuales que nos permitan
instantánea, sino producto de la progresiva transformación humana analizar la interacción humana con su medio ambiente desde una di-
del espacio. Estas transformaciones son en realidad una trayectoria, en námica temporal, midiendo su transformación social y política en re-
la que cada modificación del espacio es a su vez punto de partida de las lación con el cambio que inflige a su medio ambiente. Se requiere de
siguientes. La interacción del hombre con el entorno representa una una categoría que permita reconocer la estrecha relación entre cuatro
continua intervención y transformación del espacio. Por ende, para en- variables: el grupo social (identidad, pertenencia, etc.); las interaccio-
tender la relación de los incas con su medio ambiente, es necesario nes entre sus componentes (relaciones sociales); el espacio geográfico;
comprender la historia de la acción humana en el mismo. y su sistema cultural (ideas, tecnología, organización, economía, etc.).
Si seguimos esta idea, ello implica tratar de analizar el fenóme- Pensamos que el concepto de “territorio” podría ayudar como categoría
no incaico desde una perspectiva mayor, usando una escala de tiempo analítica que nos permite juntar estas cuatro variables, compararlas
inusual para el estudio de los incas, acostumbrado a crónicas y datos desde una perspectiva cronológica y espacial definida, y entender las
12 Giancarlo Marcone Introducción 13
formaciones sociales bajo estudio a diferentes escalas sociales y en di- El Qhapaq Ñan entendido desde una perspectiva de territorio
ferentes regiones.
El concepto de “territorio” ha sido exportado de la geografía y tiene Ya desde los trabajos pioneros de Alberto Regal (1936) y luego, más
una variedad de definiciones. Estas últimas han ido aumentando en claramente, con el de John Hyslop (1984), el camino inca fue entendi-
la medida en que más disciplinas lo han ido incorporando (Altschuler do como una red vial que sirvió de articuladora de un sistema admi-
2013; Schneider y Peyré Tartaruga 2006; Mata 2009). El concepto se nistrativo jerárquico de sitios, que incluían centros administrativos y
origina y desarrolla a partir de las necesidades de manejar política y tambos (se proponía que cada cinco días hubiera un centro ceremonial,
administrativamente una región, usualmente asociadas al surgimien- y cada día, un tambo). Estos eran, al final del día, las estructuras que
to de los estados-nación modernos (Altschuler 2013). En general, el habrían permitido una adecuada administración del área imperial. Sin
concepto reconoce por principio la naturaleza multivariable de las so- embargo, esta visión de red vial está distorsionada por el particular
ciedades y que estas se desarrollan sobre un espacio, siendo ese el lu- énfasis que la arqueología peruana pone en los sitios arqueológicos.
gar donde podemos analizarlas en relación unas con otras. Esta concentración en el estudio de los sitios hizo que la investigación
En sus acepciones más modernas, el territorio es el lugar geográ- se centrara en entender los “nodos” de la red y su relación entre ellos,
fico entendido como marco de vida, donde la interacción, en un espacio dejando a los caminos como meros enlaces dentro de la red, que solo
de construcciones políticas, económicas y sociales, define un sentido tenían importancia en la medida en que facilitaban la interacción, el
de pertenencia y reconocimiento como grupo (González Navarro 2012; flujo de información y el intercambio entre los distintos nodos. Este
Altschuler 2013). planteamiento engranaba perfectamente con la arqueología imperante
El territorio no solo es un fenómeno en términos físicos, sino que a fines del siglo pasado, en la que la visión de los imperios y estados
implica también la concepción del espacio en términos ideológicos expansivos estaba contenida en la lógica administrativa del flujo de
(González Navarro 2012). Como mencionábamos líneas arriba, esto información (Schreiber 1992).
significa que las realidades físicas (las formas que vemos), históricas Este enfoque “administrativo” de las relaciones sociales entre los
y culturales (memoria y experiencia) son concéntricas y que las socie- incas y otras sociedades andinas, apoyado en la concepción de la red
dades son resultado de la convivencia e interacción de las mismas. En vial en términos de una construcción lineal, jerárquica y estática de
esta realidad, la correspondencia entre las variables no es exacta y sus centro provincial-tambo, ha sido paulatinamente dejado de lado por
parámetros son cambiantes, lo que hace que, por definición, el territo- visiones más dinámicas de las relaciones sociales prehispánicas.
rio sea alterable, flexible e inclusive discontinuo (Altschuler 2013). El Muchas veces hemos estado demasiado concentrados en los sitios,
territorio no es estático; puede cambiar por factores ambientales, polí- dejando otras preguntas de carácter medio ambiental o social que no
ticos o sociales, redefiniendo su composición (González Navarro 2012). pueden ser contestadas por los sitios arqueológicos entendidos de ma-
El territorio, al integrar la definición de grupo social con la de es- nera tradicional. Así, perdimos algunas sutilezas del aprovechamiento
pacio y las relaciones socioculturales que lo constituyen, permite, ade- del espacio en los Andes, que estamos seguros, estructuró las relacio-
más, entender el mecanismo de cómo se da la estructuración de los nes sociales y políticas de las sociedades precolombinas.
grupos, sus identidades y el sentimiento de pertenencia a los mismos a En parte por el surgimiento del Proyecto Qhapaq Ñan en el 2001 y
través de las escalas sociales. El concepto de territorio nos permite exa- la confluencia de un proyecto internacional de nominación del mismo
minar, usando variables similares (lugar, cultura, poder e identidad), como patrimonio mundial ante la Unesco, esta visión tradicional de
los contextos locales, regionales y nacionales (Altschuler 2013). entender el sistema vial empezó a cambiar. En primer lugar, las ca-
En el ámbito temporal, el análisis de estas variables, su interac- racterísticas de esta iniciativa obligaron a hacer un cambio de escala
ción y su efecto en las relaciones sociales, nos provee de una perspecti- en el análisis. Había que tener una concepción general que permitiera
va de trayectoria. La transformación de las relaciones sociales, de los articular no solo el área andina peruana sino también la regional. Este
sentimientos de identidad, de los desarrollos socioculturales, así como cambio de escala también vino en términos de tiempo. El camino inca
del medio ambiente, es progresiva y mutuamente constituida. no estaba muerto, ni era el remanente de un pasado, sino que conti-
nuaba teniendo uso y función en el presente. Este cambio de escala
temporal y espacial también nos obligó a buscar (o a descubrir) formas
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de manejo patrimonial del Camino, que permitieran vincular el pasado tecnológicos hasta los ideológicos), así como las relaciones sociales—
de la red vial con el presente. En esta misma línea, se incorporaron en han sido estudiadas permanentemente en relación unas con las otras.
el manejo del bien, gracias a esta iniciativa, antropólogos, geógrafos y El entendimiento de la interdependencia de estas variables ha sido
otros científicos sociales. Esta influencia y necesidades facilitaron que largo tiempo reconocido y usado para generar reconstrucciones de los
nociones como territorio, paisaje cultural y participación comunitaria fenómenos incas.
fueran empleadas para conceptualizar el Camino y su gestión, dándole Los ensayos de María Rostworowski en este volumen nos mues-
sentido a un manejo patrimonial, vinculando el Camino a su territorio tran que ella ya se preguntaba por estas variables, sin necesidad de
y a su gente. ser explícitamente un análisis de paisaje o territorio. Rostworowski
La inclusión del concepto de territorio en la investigación del cami- rastrea las formas como se construyen las instituciones políticas, en
no inca nos facilita concebirlo no solo como una estructura, sino como qué medida estas corresponden a entidades étnicas y cómo se desa-
un estructurante social, formado a partir de la adaptación cotidiana rrollan en el espacio. Existen dos temas recurrentes en sus ensayos: el
del poblador andino a su medio ambiente. Como toda estructura, esta conflicto con los chancas, como el momento definitivo en el cual se reo-
influirá en el desarrollo social del área. Una vez organizado el paisaje rienta la geopolítica de la región permitiendo el surgimiento y apogeo
andino y el movimiento a través de él, los siguientes procesos sociales del Tahuantinsuyu; y la misión ordenadora de los incas, en especial de
se dieron sobre el Qhapaq Ñan. El Camino se convierte, así, en un eje Pachacutec, quien de una manera civilizadora ensayó los parámetros
sobre el que se organiza y reinventa el territorio. Por ejemplo, si uno si- culturales, en particular económicos, que forman el Incario. Así, la au-
gue los relatos de Cieza de León (1985) sobre las guerras entre Pizarro tora mantiene un marco conceptual a través de los ensayos en el que
y Almagro, vemos, a través de la descripción de las campañas, que el la geopolítica y el desarrollo cultural, tanto económico como ideológico,
movimiento de los ejércitos se realizó usando los caminos que existían. están íntimamente relacionados.
La utilización del camino inca por los españoles, primero para sus gue- En el primer ensayo del presente volumen, “El apogeo del Impe-
rras y luego para la explotación del mercurio, marcó el rápido despo- rio”, Rostworowski se pregunta por la expansión del Imperio inca liga-
blamiento del área y la desaparición del grupo local llamado chocorvos. da a la distribución de etnias en la región, proponiendo que a través de
Esta visión en términos de territorio nos permite ver la historia alianzas y combates los incas lograron la organización del territorio.
prehispánica, colonial y republicana con un sentido de continuidad, en Este manejo territorial es lo que finalmente permite la consolidación
la naturaleza del uso y la concepción del espacio, que implícitamente se inca. Similar análisis podemos encontrar en el ensayo “Las tierras rea-
niega en la historiografía peruana tradicional, acostumbrada a la idea les y su mano de obra en el Tahuantinsuyu”. Aquí también hallamos
de un quiebre irreparable con la llegada de los españoles. un enfoque territorial en la explicación de cómo se organizaba la explo-
Por ello pensamos que el Camino modeló el territorio andino, dejan- tación y el trabajo, proponiendo una maestría inca en la organización
do una impronta en la construcción de la sociedad, presente inclusive productiva del territorio. El ensayo explora, de manera paralela, la re-
en nuestros días, ya que este continúa siendo usado, sigue comuni- lación entre cambio político, cambio en la organización del espacio (po-
cando a los pobladores. De ahí nuestra convicción de que su estudio y sesión y uso de la tierra) y cambio social, que implica el surgimiento de
entendimiento contribuyan a convertirlo en el eje sobre el cual se pro- una nueva “élite” que termina modificando las costumbres y prácticas
muevan formas inclusivas de manejo del patrimonio arqueológico, que culturales. Una visión similar también está presente en su versión de
permitan que nuestra nación deje de lado los esquemas excluyentes la desintegración de esta formación política en el artículo titulado “El
y las valoraciones utópicas del pasado, cuestionando el simplismo de enfrentamiento entre Huascar y Atahualpa”, donde los componentes
la historiografía clásica y sirviendo de base para entender la relación geopolíticos que subyacen al conflicto explican su impacto.
entre territorio e historia, sin mencionar visiones más contextuales del Es, sin embargo, en “Etnohistoria de un valle costeño durante el
imperio inca. Tahuantinsuyu” donde podríamos reconocer un análisis territorial, en
Ahora bien, aunque no de manera explícita, la perspectiva terri- el que la comprensión del espacio y la distribución política son entendi-
torial ha estado presente en nuestro entendimiento del pasado. Las das en la medida en la que se mapea la historia de las diversas etnias y
principales variables de un análisis territorial —el espacio, su identi- sus movimientos en el espacio, hasta terminar integradas en una uni-
ficación y pertenencia a él, los sistemas culturales (desde los aspectos dad como provincia inca. En este ensayo, Rostworowski explícitamente
16 Giancarlo Marcone Introducción 17
se pregunta por la vida cotidiana de estos valles, como herramienta Altschuler, Barbara
para comprender la organización imperial inca, en general, y en espe- 2013 “Territorio y desarrollo: aportes de la geografía y otras disciplinas
cífico la interacción con la costa central. El entendimiento de esta rela- para repensarlos”. En Revista Theomai 27-28, pp. 64-79.
ción con el entorno es una herramienta poderosa para la comprensión
Campos, Carlos
de fenómenos mayores. Dice la autora: “Las noticias del manuscrito
2010 “Sacralización del paisaje, culto solar y poder en los Andes: una
son importantísimas para el conocimiento de las relaciones costa-sie- aproximación desde la arquitectura inka de la Costa Sur Cen-
rra y ofrecen una visión concreta de una colonia agrícola desde sus tral”. En Revista Inka Llaqta, Revista de Investigaciones Arqueo-
inicios. Conocer lo que ocurría en un determinado lugar, por pequeño lógicas y Etnohistóricas Inka 1, pp. 121-142.
que fuera, permite lograr una mejor comprensión de la vida y de las
circunstancias en aquellos tiempos”. Christie, Jessica J.
Como dijimos líneas arriba, el ensayo no solo se preocupa por cómo 2008 “Inka Roads, Lines, and Rock Shrines: A Discussion of the Con-
se desarrollan las relaciones intergrupos en función del espacio, sino texts of Trail Markers”. En Journal of Anthropological Research,
que les da una profundidad histórica estudiando la trayectoria de es- vol. 64, núm. 1, pp. 41-66.
tas relaciones (rastreándolas hasta por lo menos el Horizonte Medio),
Cieza de León, Pedro
determinando que los límites de los territorios de estos grupos, en es-
1985 Obras completas II. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones
pecial entre costeños y serranos, fluctúan según los ciclos políticos de Científicas, Instituto Gonzalo Fernández de Oviedo.
cada grupo.
En resumidas cuentas, ya desde hace mucho tiempo se sabe que es Drennan, Robert D.
necesario integrar el vínculo entre el medio ambiente y el hombre como 2000 “Game, Players, Rules, and Circumstances: Looking for Unders-
marco de referencia para explorar las relaciones entre las distintas va- tanding of Social Change at Different Levels”. En Feinman, G. M.
riables que dan forma a las sociedades. Lo que falta es un marco con- y L. Manzanilla, eds., Cultural Evolution: Contemporary View-
ceptual que nos permita leerlas en conjunto, tratando de equilibrarlas, points. Nueva York: Kluwer Academic, Plenum Publishers.
sin convertir a ninguna de ellas en “el” factor explicativo, sino que la
explicación se encuentre en la relación entre las variables. Los trabajos Farrington, Ian
1992 “Ritual Geography, Settlement Patterns and the Characteriza-
de este volumen nos muestran exactamente este afán de relacionar
tion of the Provinces of the Inka Heartland”. En World Archaeo-
las distintas variables. Así, la adopción del concepto de territorio para logy, vol. 23 (3).
pensar en las sociedades del pasado no es un modelo de interpretación,
sino más bien una herramienta de investigación que nos permite cues- González Navarro, Constanza
tionar el pasado de una manera relacional para mantener un marco 2012 “Una aproximación al territorio indígena prehispánico, Córdova
contextual, temporalmente relevante. Los artículos de Rostworowski (siglo XVI)”. En Andes 23.
discuten las variables de espacio, identidad y organización sociocul-
tural que hemos mencionado más arriba y exploran la relación entre Hyslop, John
ellas. Es claro, entonces, que el estudio y relectura de sus trabajos son 1984 The Inka Road System. Nueva York: Academic Press.
un excelente punto de partida para hacer análisis territoriales de los
Julien, Catherine
procesos de nuestra historia.
2012 “The Chinchaysuyu Road and the Definition of an Inca Imperial
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