10 Cuentos Cortos para Leer Con Niños - Etapa Infantil
10 Cuentos Cortos para Leer Con Niños - Etapa Infantil
10 Cuentos Cortos para Leer Con Niños - Etapa Infantil
La lectura es un hábito muy beneficioso para el desarrollo cognitivo de los niños. Tiene el
poder de trasladar a los pequeños a un mundo de fantasía en el que pueden desplegar toda
su creatividad y aprender muchísimas cosas nuevas. Además, estimula el desarrollo del
lenguaje, mejora la expresión oral y aumenta el vocabulario. Asimismo, los libros potencian
la memoria y el pensamiento abstracto, a la vez que mejoran la concentración y fortalecen
la relación padre-hijo.
Sin embargo, los niños no nacen con la pasión por la lectura, es responsabilidad de los
padres estimular este hábito y nada mejor para empezar que con algunos cuentos cortos
infantiles.
PUBLICIDAD
Tabla de contenidos
Cuentos infantiles cortos que todo padre debería leerle a los niños
1. El niño y los clavos
2. El papel y la tinta
3. Uga, la tortuga
4. Carrera de zapatillas
5. Un conejo en la vía
6. La sepultura del lobo
7. La ratita blanca
8. La aventura del agua
9. La gratitud de la fiera
10. Secreto a voces
Cuentos infantiles cortos que todo padre debería leerle a los
niños
1. El niño y los clavos
Había un niño que tenía muy mal carácter. Un día, su padre le dio una bolsa con
clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma, clavase un clavo en la cerca
del patio de la casa. El primer día, el niño clavó 37 clavos. Al día siguiente,
menos, y así el resto de los días. Él pequeño se iba dando cuenta que era más
fácil controlar su genio y su mal carácter que tener que clavar los clavos en la
cerca. Finalmente llegó el día en que el niño no perdió la calma ni una sola vez y
fue alegre a contárselo a su padre. ¡Había conseguido, finalmente, controlar su
mal temperamento! Su padre, muy contento y satisfecho, le sugirió entonces
que por cada día que controlase su carácter, sacase un clavo de la cerca. Los
días pasaron y cuando el niño terminó de sacar todos los clavos fue a decírselo a
su padre.
– “Has trabajo duro para clavar y quitar los clavos de esta cerca, pero fíjate en
todos los agujeros que quedaron. Jamás será la misma. Lo que quiero decir es
que cuando dices o haces cosas con mal genio, enfado y mal carácter dejas una
cicatriz, como estos agujeros en la cerca. Ya no importa que pidas perdón. La
herida siempre estará allí. Y una herida física es igual que una herida verbal. Los
amigos, así como los padres y toda la familia, son verdaderas joyas a quienes
hay que valorar. Ellos te sonríen y te animan a mejorar. Te escuchan, comparten
una palabra de aliento y siempre tienen su corazón abierto para recibirte”.
Las palabras de su padre, así como la experiencia vivida con los clavos, hicieron
con que el niño reflexionase sobre las consecuencias de su carácter. Y colorín
colorado, este cuento se ha acabado.
2. El papel y la tinta
Había una hoja de papel sobre una mesa, junto a otras hojas iguales a ella,
cuando una pluma, bañada en negrísima tinta, la manchó completa y la llenó de
palabras.
En ese momento, alguien que estaba ordenando el despacho, vio aquellas hojas
esparcidas y las juntó para arrojarlas al fuego. Sin embargo, reparó en la hoja
“sucia” de tinta y la devolvió a su lugar porque llevaba, bien visible, el mensaje
de la palabra. Luego, arrojó el resto al fuego.
Leonardo Da Vinci
3. Uga, la tortuga
– “No es una gran idea”, dijo una hormiguita. “Lo que verdaderamente cuenta no
es hacer el trabajo en tiempo récord, lo importante es hacerlo lo mejor que
sepas, pues siempre te quedarás con la satisfacción de haberlo conseguido. No
todos los trabajos necesitan de obreros rápidos. Hay labores que requieren más
tiempo y esfuerzo. Si no lo intentas, nunca sabrás lo que eres capaz de hacer y
siempre te quedarás con la duda de qué hubiera sucedido si lo hubieras
intentado alguna vez. Es mejor intentarlo y no conseguirlo, que no hacerlo y vivir
siempre con la espina clavada. La constancia y la perseverancia son buenas
aliadas para conseguir lo que nos proponemos, por eso te aconsejo que lo
intentes. Podrías sorprenderte de lo que eres capaz”.
– “¡Hormiguita, tienes razón! Esas palabras son lo que necesitaba: alguien que
me ayudara a comprender el valor del esfuerzo, prometo que lo intentaré.”
Había llegado por fin el gran día. Todos los animales del bosque se levantaron
temprano porque ¡era el día de la gran carrera de zapatillas! A las nueve ya
estaban todos reunidos junto al lago. También estaba la jirafa, la más alta y
hermosa del bosque. Pero era tan presumida que no quería ser amiga de los
demás animales, así que comenzó a burlarse de sus amigos:
– Ja, ja, ja, ja, se reía de la tortuga que era tan bajita y tan lenta.
– Jo, jo, jo, jo, se reía del rinoceronte que era tan gordo.
– Je, je, je, je, se reía del elefante por su trompa tan larga.
Y todos los animales se quedaron mirándola. El zorro fue a hablar con ella y le
dijo:
– “Tú te reías de los demás animales porque eran diferentes. Es cierto, todos
somos diferentes, pero todos tenemos algo bueno y todos podemos ser amigos
y ayudarnos cuando lo necesitemos”.
Entonces la jirafa pidió perdón a todos por haberse reído de ellos. Pronto
vinieron las hormigas, que treparon por sus zapatillas para atarle los cordones.
Finalmente, se pusieron todos los animales en la línea de partida. En sus
marcas, preparados, listos, ¡YA! Cuando terminó la carrera, todos festejaron
porque habían ganado una nueva amiga que además había aprendido lo que
significaba la amistad.
5. Un conejo en la vía
La mamá comenzó a tararear una canción. Sin embargo, Daniel miró por la
ventana trasera y vio tendido sobre la carretera a un conejo.
Hubo una vez un lobo muy rico pero muy avaro. Nunca dio ni un poco de lo
mucho que le sobraba. Sin embargo, cuando se hizo viejo, empezó a pensar en
su propia vida, sentado en la puerta de su casa. Un burrito que pasaba por allí le
preguntó:
A los pocos días el lobo murió y el burrito fue a velar su sepultura. Durante la
tercera noche se le unió el pato que no tenía casa. Y juntos estaban cuando, en
medio de una espantosa ráfaga de viento, llego el aguilucho y les dijo:
– “Si me dejáis apoderarme del lobo os daré una bolsa de oro”. “Será suficiente
si llenas una de mis botas”, le dijo el pato, que era muy astuto.
El aguilucho se marchó para regresar enseguida con un gran saco de oro, que
empezó a volcar sobre la bota que el sagaz pato había colocado sobre una fosa.
Como no tenía suela y la fosa estaba vacía no acababa de llenarse. El aguilucho
decidió ir entonces en busca de todo el oro del mundo. Y cuando intentaba
cruzar un precipicio con cien bolsas colgando de su pico, cayó sin remedio.
– “Amigo burrito, ya somos ricos”, dijo el pato.
– “La maldad del aguilucho nos ha beneficiado. Y ahora nosotros y todos los
pobres de la ciudad con los que compartiremos el oro nunca más pasaremos
necesidades”, dijo el borrico.
Así hicieron y las personas del pueblo se convirtieron en las más ricas del
mundo.
7. La ratita blanca
El hada soberana de las cumbres invitó un día a todas las hadas de las nieves a
una fiesta en su palacio. Todas acudieron envueltas en sus capas de armiño y
guiando sus carrozas de escarcha. Sin embargo, una de ellas, Alba, al oír llorar a
unos niños que vivían en una solitaria cabaña, se detuvo en el camino. El hada
entró en la pobre casa y encendió la chimenea. Los niños, calentándose junto a
las llamas, le contaron que sus padres hablan ido a trabajar a la ciudad y
mientras tanto, se morían de frío y miedo.
– “Me quedaré con vosotros hasta que vuestros padres regresen”, prometió.
Y así lo hizo, pero a la hora de marcharse, nerviosa por el castigo que podía
imponerle su soberana por la tardanza, olvidó la varita mágica en el interior de
la cabaña.
– “No solo te presentas tarde, sino que además lo haces sin tu varita? ¡Mereces
un buen castigo!”.
Las demás hadas defendieron a su compañera en desgracia.
Así que si veis por casualidad a una ratita muy linda y de blancura
deslumbrante, sabed que es Alba, nuestra hadita, que todavía no ha cumplido
su castigo.
9. La gratitud de la fiera
– “Este pobre animal debe estar herido. Parece como si el destino me hubiera
guiado hasta aquí para que pueda ayudarle. Vamos, amigo, no temas, te
ayudaré”.
Gretel, la hija del Alcalde, era muy curiosa. Quería saberlo todo, pero no sabía
guardar un secreto.
– “Estábamos hablando sobre el gran reloj que mañana, a las doce, vamos a
colocar en el Ayuntamiento. Pero es un secreto y no debes divulgarlo”.
Gretel prometió callar, pero a las doce del día siguiente estaba en la plaza con
todas sus compañeras de la escuela para ver cómo colocaban el reloj en el
ayuntamiento. Sin embargo, grande fue su sorpresa al ver que tal reloj no
existía. El Alcalde quiso dar una lección a su hija y en verdad fue dura, pues las
niñas del pueblo estuvieron mofándose de ella durante varios años. Eso sí, le
sirvió para saber callar a tiempo.
Jennifer Delgado
En Educación
¡IMPERDIBLE EN HITES.COM!
Hites | Patrocinado VER OFERTA
Todos los ladrones están asustados por este sistema económico de videovigilancia
Verisure | Patrocinado
Bianca dice:
Fue muy lindo este cuento esta muy bueno que se llama
Responder
sebastian dice:
Responder
Responder
yrbania dice:
me gustan mucho los comentarios y lo cuento tambien a mi hermano pequeño le gustaron mucho
Responder
Responder
Pati dice:
Muchas gracias por compartir estos cuentos tan preciosos. Vivimos en los Estados Unidos y para
mi es muy importante que mis hijos aprendan a leer en español. Estos cortos cuentos son muy
utiles. Gracias.
Responder
Responder
angela dice:
Responder
Están muy lindos gracias por compartir. Uno de ellos lo utilizaré para una tarea.
Responder
Responder
Me gusta mucho.
Responder
Responder
Alex dice:
Muy intresantes
Responder
brayan dice:
Responder
Mayra dice:
Responder
Javier dice:
Le mandaron a hacer una tarea de escribir 2 cuentos de 15 líneas y elegí el de el niño y los clavos.
Responder
josué dice:
Responder
26 MAR 2020 a las 6:44 AM
Ehuri dice:
Cada uno cuentos tienen una estrella para compartir con las personas que lo necesitan, son
excelentes gracias por compartir.
Responder
Luis dice:
Es todo lo correcto.
Responder
Excelentes cuentos en especial nos gustó mucho “El niños de los clavos”.
Responder
Responder
Responder
19 NOV 2020 a las 5:37 AM
Mireys dice:
Hola, alguien sabe ¿quién es el autor del cuento “El papel y la tinta”?
Responder
Hola Mireys,
De Leonardo Da Vinci.
Saludos
Responder
Jhojan dice:
Me dio risa mucho el de la hoja blanca y la tinta pero los demas son muy lindos.
Responder
Samuel dice:
Excelente la introducción a la serie. Muy buenos los cuentos. Te lo dice un maestro de Colombia.
Responder
Muchas gracias por la aportación, están muy divertidos y además con moraleja. Felicidades,
Saludos!!
Responder
Muchas gracias, a mis hijos les gustan mucho los cuentos para leer y ustedes tienen muy buenos.
Saludos
Responder
Los cuentos están muy lindos. Soy Isabella Restrepo Castro de la IED José Antonio Galán – Grado
3. He leido varios.
Responder