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La Guerra de Los Mundos

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LA GUERRA DE LOS MUNDOS

a guerra de los mundos, la invasión


de marte que aterrorizó a américa
El 30 de octubre de 1938, el joven Orson Welles inició la retransmisión radiofónica que 80 años más tarde
todavía se considera como una de las mayores y mas grandes "fake news" de la historia de la radio, aunque
estudios recientes sugieren que en realidad no hubo tantos crédulos como se había afirmado.
Josep Gavaldà
30 de octubre de 2019 · 04:04  Actualizado a  30 de octubre de 2019 · 11:27
Lectura: 6 min
Biografías
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Foto: CordonPress

el 30 de octubre de 1938 se inició la retransmisión del que, casi un siglo más tarde,
sigue siendo considerado uno de los momentos mas grandes de la historia de la
radio: "Señoras y señores, interrumpimos nuestro programa de baile para comunicarles
una noticia de última hora procedente de la agencia Intercontinental Radio. El profesor
Farrel del Observatorio de Mount Jennings de Chicago reporta que se ha observado en el
planeta Marte algunas explosiones que se dirigen a la Tierra con enorme rapidez...
Continuaremos informando".
A las ocho de la tarde, un principiante Orson Welles –destinado a convertirse en un
famoso actor, director, guionista y productor de cine– informaba de que un astrónomo
había visto una llamarada azul saliendo de Marte. De esta manera, el joven Welles
adaptó el guión de La guerra de los mundos, la obra más emblemática del novelista
inglés H. G. Wells, al formato radiofónico, transformándola para crear una historia
creíble y radiarla –junto a su compañía Mercury Theatre– en su su programa On the Air,
de la CBS.
80 años más tarde todavía se considera uno de los momentos mas grandes de la historia
de la radio
para saber más
UNA DRAMATIZACIÓN MUY REAL
Durante la introducción del programa, se explicó que se trataba de una
dramatización basada en la novela del autor británico, pero los oyentes rezagados
pensaron que estaban ante una invasión alienígena real. Tras el primer corte, y para
dar mayor credibilidad a la noticia, Welles retomó la supuesta emisión de una orquesta
desde el Hotel Meridian Plaza de Nueva York con el tema Stardust, interpretado por
Ramón Raquello y su orquesta, para volver a parar a medida que la supuesta invasión
extraterrestre se iba produciendo: "Damas y caballeros, tengo que anunciarles una
grave noticia. Por increíble que parezca, tanto las observaciones científicas como la
más palpable realidad nos obligan a creer que los extraños seres que han aterrizado
esta noche en una zona rural de Jersey son la vanguardia de un ejército invasor
procedente del planeta Marte".
Se estima que unos doce millones de personas escucharon la transmisión y muchas
cayeron presa del pánico, abandonando sus casas y colapsando carreteras,
estaciones y comisarías de policía. Las interrupciones durante el programa eran cada
vez más frecuentes y el alarmismo iba en aumento, como prueba la secuencia del
periodista Carl Philips desde Grovers Mill, en el estado de Nueva Jersey, donde
supuestamente se estaba produciendo el aterrizaje: "Señoras y señores, esto es lo más
terrorífico que nunca he presenciado... ¡Espera un minuto! Alguien está avanzando desde
el fondo del hoyo. Alguien... o algo. Puedo ver escudriñando desde ese hoyo negro dos
discos luminosos... ¿Son ojos? Puede que sean una cara. Puede que sea...".
A pesar de las claras advertencias que los creadores del programa lanzaron durante la
transmisión a los oyentes, muchos creyeron en todo momento que la invasión era real

SIGUE LA HISTERIA A PESAR DE LAS ADVERTENCIAS


Los teléfonos de emergencia echaron humo durante varias horas por la multitud de
mensajes de personas asustadas que decían haber visto a los extraterrestres. El
polémico acontecimiento, tras 59 minutos de emisión, terminaba con la "muerte" del propio
Orson Welles –que interpretaba al profesor Richard Pierson– a causa de los gases tóxicos
lanzados por los invasores. Aunque esta retransmisión pudo ser el fin de su fulgurante
carrera, en realidad fue el inicio de una leyenda. La ficción de la invasión marciana fue
recreada con unos trucos tan ingeniosos y con unos efectos especiales de sonido
tan bien logrados, que la histeria colectiva continuó a pesar de los cuatro avisos que
se fueron emitiendo durante toda la retransmisión informando a los oyentes de que
nada de lo que estaba sucediendo era real.
Los periódicos del 31 de octubre llevaron la historia a primera plana: "Falso boletín de
guerra difunde el terror por todo el país", “"Obra radiofónica aterroriza a la nación",
"Oyentes de radio entran en pánico, confunden un drama bélico como una crónica
real". Son algunos de los titulares que pudieron leerse de un suceso que hizo correr ríos
de tinta en forma de más de 12.000 artículos en periódicos de todo el país.
La ficción de la invasión marciana fue recreada con unos trucos tan ingeniosos y con
unos efectos especiales de sonido tan bien logrados, que la histeria colectiva continuó a
pesar de las advertencias

DISPAROS Y DENUNCIAS
En algunos puntos se produjeron momentos de gran tensión, como el provocado por
unos lugareños de Grover's Mill cuando dispararon con sus armas de fuego al
tanque de agua de su ciudad creyendo se había transformado en una "máquina de
guerra marciana gigante". Hubo al menos una mujer que denunció a Welles y a su
equipo por haberle causado un ataque de pánico y un hombre recibió una
indemnización del propio Welles, que le pagó unos zapatos a los que el hombre dijo haber
renunciado para poder pagar un billete de tren y huir de la invasión alienígena.
La tensión llegó a tal extremo que algunos lugareños llegaron a disparar a un tanque de
agua creyendo que se había transformado en una "máquina de guerra marciana gigante"
Se incrementaron las llamadas a hospitales de personas que querían acercarse para
donar sangre. Muchos habitantes llamaron asimismo a las comisarías de policía para
asegurarse de que se trataba de una falsa alarma. Querían confirmar que todo era una
farsa. También hubo quien llamó para protestar por la retransmisión de un programa
que podía estar engañando a la gente, pero también algunos lo hicieron para
felicitarles por ese magnífico especial.

EL PODER DE LOS MEDIOS


La histeria colectiva que desató la retransmisión de La guerra de los
mundos demostró el poder de los medios de comunicación de masas, y este curioso
episodio también catapultó a la cima la carrera de Welles. No obstante, estudios
posteriores han reducido el impacto real del pánico que causó la retransmisión. Una
publicación de 1940 de la Universidad de Princeton, dirigida por Handley Cantril,
llamada La invasión desde Marte, concluyó que 1,7 millones de estadounidenses creyeron
realmente en la invasión alienígena y 1,2 millones de personas "se asustaron o fueron
perturbados". Sin embargo, a finales de la década de 1990, algunos sociólogos como
Robert Bartholomew, de la Universidad James Cook, afirmaron que la extensión del
pánico tal como se relató en la obra de Cantril y posteriormente fue "enormemente
exagerada". Por ejemplo, Cantril sólo entrevistó para su estudio a 135 personas. Aunque,
no obstante, no se pone en duda que posiblemente decenas de miles de personas en
Nueva Jersey y Nueva York estuvieran realmente asustadas y creyeran de verdad que la
Tierra estaba siendo invadida por marcianos.
Los sociólogos apuntan hoy en día a que el poder de los medios de información
contribuyó a crear el mito posterior de que una gran parte de la población se tomó en
serio la invasión alienígena
Orson Welles aceptó con orgullo la gran controversia que se levantó respecto al
tema y no quiso desmentirla porque reforzaba la imagen de sí mismo como gran
contador de historias y excelente director de cine. Y eso mismo debió de pensar el
estudio RKO, que le contrató para realizar su primera película, Ciudadano Kane. Los
hechos que rodearon la retransmisión de La guerra de los mundos son un ejemplo perfecto
para reflexionar, ochenta años después, en las consecuencias de sobrevalorar un
acontecimiento y atribuirle una relevancia que tal vez no tuvo en realidad. Hoy, en tiempos
de propagación de noticias falsas por redes sociales, pensar en ello parece volverse
más importante que nunca.

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