Ejercicios Cuaresmales 2021
Ejercicios Cuaresmales 2021
Ejercicios Cuaresmales 2021
2021
Temario:
Sin embargo, no es así. Hay trenes que pasan solo una vez. Solo una vez tendrás
la edad que tienes, y solo esta vez puedes estar seguro de que tienes la
oportunidad de subirte al tren. Puede que otro año no estés, o estés más distraído,
o quizá, no lo quiera Dios, sea demasiado tarde.
Levante la mano ¿quién se siente amado por Dios?, muy bien, ahora les pregunto
¿porque se sienten amados por El? (esperar respuesta de los jóvenes) Dios, todos
los días a todas horas y en todo momento y en todo lugar, nos recuerda cuanto
nos ama, en cosas tan simples y detalles tan pequeños, así como en cosas
grandes, pero a veces no nos damos cuenta o son ya tan comunes y cotidianas
las formas de amarnos que lo pasamos desapercibido.
Dinámica
Cierre. ORACION.
Este pasaje nos cuenta cómo Jesús, entrando en la ciudad de Naín, en Galilea, se
encontró con un cortejo fúnebre que acompañaba a la sepultura a un joven, hijo
único de una madre viuda. Jesús, impresionado por el dolor desgarrador de esa
mujer, realizó el milagro de resucitar a su hijo. Pero el milagro llegó después de
una secuencia de actitudes y gestos: «Al verla, el Señor se compadeció de ella y
le dijo: “No llores”. Y acercándose al féretro, lo tocó (los que lo llevaban se
pararon)» (Lc 7,13-14). Detengámonos a meditar sobre alguno de estos gestos y
palabras del Señor.
Y mi mirada, ¿cómo es? ¿Miro con ojos atentos, o lo hago como cuando doy un
vistazo rápido a las miles de fotos de mi celular o de los perfiles sociales? Cuántas
veces hoy nos pasa que somos testigos oculares de muchos eventos, pero nunca
los vivimos en directo. A veces, nuestra primera reacción es grabar la escena con
el celular, quizás omitiendo mirar a los ojos a las personas involucradas.
Pienso en tantas situaciones negativas vividas por vuestros coetáneos. Hay quien,
por ejemplo, se juega todo en el hoy, poniendo en peligro su propia vida con
experiencias extremas. Otros jóvenes, en cambio, están “muertos” porque han
perdido la esperanza. Escuché decir a una joven: “Entre mis amigos veo que se ha
perdido el empuje para arriesgar, el valor para levantarse”. Por desgracia, también
entre los jóvenes se difunde la depresión, que en algunos casos puede llevar
incluso a la tentación de quitarse la vida. Cuántas situaciones en las que reina la
apatía, en las que caemos en el abismo de la angustia y del remordimiento.
Cuántos jóvenes lloran sin que nadie escuche el grito de su alma. A su alrededor
hay tantas veces miradas distraídas, indiferentes, de quien quizás disfruta su
propia happy hour manteniéndose a distancia.
Las actitudes negativas también pueden ser provocadas por los fracasos
personales, cuando algo que nos importaba, para lo que nos habíamos
comprometido, no progresa o no alcanza los resultados esperados. Puede
suceder en el ámbito escolar, con las aspiraciones deportivas, artísticas… El final
de un “sueño” puede hacernos sentir muertos. Pero los fracasos forman parte de
la vida de todo ser humano, y en ocasiones pueden revelarse también como una
gracia. Muchas veces, lo que pensábamos que nos haría felices resulta ser una
ilusión, un ídolo. Los ídolos pretenden todo de nosotros haciéndonos esclavos,
pero no dan nada a cambio. Y al final se derrumban, dejando sólo polvo y humo.
En este sentido los fracasos, si derriban a los ídolos, son una bendición, aunque
nos hagan sufrir.
Podríamos seguir con otras condiciones de muerte física o moral en las que un
joven se puede encontrar, como las dependencias, el crimen, la miseria, una
enfermedad grave… Pero dejo para vuestra reflexión personal tomar conciencia
de lo que ha causado “muerte” en vosotros o en alguien cercano, en el presente o
en el pasado. Al mismo tiempo, recordemos que aquel muchacho del Evangelio,
que estaba verdaderamente muerto, volvió a la vida porque fue mirado por
Alguien que quería que viviera. Esto puede suceder incluso hoy y cada día.
Tener compasión
Acercarse y “tocar”
El Evangelio no dice el nombre del muchacho que Jesús resucitó en Naín. Esto es
una invitación al lector para que se identifique con él. Jesús te habla a ti, a mí, a
cada uno de nosotros, y nos dice: «¡Levántate!». Sabemos bien que también
nosotros cristianos caemos y nos debemos levantar continuamente. Sólo quien no
camina no cae, pero tampoco avanza. Por eso es necesario acoger la ayuda de
Cristo y hacer un acto de fe en Dios. El primer paso es aceptar levantarse. La
nueva vida que Él nos dará será buena y digna de ser vivida, porque estará
sostenida por Alguien que también nos acompañará en el futuro, sin dejarnos
nunca, ayudándonos a gastar nuestra existencia de manera digna y fecunda.
Hablar significa también entrar en relación con los demás. Cuando estamos
“muertos” nos encerramos en nosotros mismos, las relaciones se interrumpen, o
se convierten en superficiales, falsas, hipócritas. Cuando Jesús vuelve a darnos
vida, nos “restituye” a los demás (cf. v. 15).
Porque si tú das la vida, alguno la acoge. Una joven dijo: “Si ves algo bonito, te
levantas del sofá y decides hacerlo tú también”. Lo que es hermoso suscita
pasión. Y si un joven se apasiona por algo, o mejor, por Alguien, finalmente se
levanta y comienza a hacer cosas grandes; de muerto que estaba, puede
convertirse en testigo de Cristo y dar la vida por Él.
La resurrección del muchacho lo reúne con su madre. En esta madre podemos ver
a María, nuestra Madre, a quien encomendamos a todos los jóvenes del mundo.
En ella podemos reconocer también a la Iglesia, que quiere acoger con ternura a
cada joven, sin excepción. Pidamos, pues, a María por la Iglesia, para que sea
siempre madre de sus hijos que permanecen en la muerte, y que llora e invoca
para que vuelvan a la vida. Por cada uno de sus hijos que muere, muere también
la Iglesia, y por cada hijo que resurge, también ella resurge.
Tema 2: Jesús te Trata con Misericordia
• A los participantes del show de talentos se les llevara a un salón aparte y se les
dará 10 minutos para preparar su espectáculo • Mientras que el resto del grupo
preparara el escenario (con globos, serpentinas, cortinas etc.)
• El expositor dará las siguientes instrucciones al grupo: -Al momento que entren
los participantes aplaudirán y se mostraran emocionados -Al momento que estén
actuando en el escenario empezaran a ignorarlos, ya sea estando en el celular,
platicando unos con otros, poniéndose los audífonos, riéndose entre ellos,
parándose de su asiento y retirándose del salón (no todos, solo unos cuantos) etc.
Y al final no aplaudirán Esto harán con todos los participantes