KENJUTSU El Arte Del Manejo de La Espada Japonesa
KENJUTSU El Arte Del Manejo de La Espada Japonesa
KENJUTSU El Arte Del Manejo de La Espada Japonesa
Estas siete virtudes a conquistar por cada guerrero son simbolizadas por cada uno
de los pliegues del pantalón tradicional de la indumentaria japonesa masculina
conocido como “Hakama” (5 al frente y 2 en la parte trasera).
Solo a las espadas forjadas en suelo japonés en la estricta forma tradicional, con
acero “Tamahagane” se les puede llamar “Nihon-to” (日本刀); lo que
literalmente significa “espada japonesa” (Nihon: japonés; To: espada).
HISTORIA DEL “KENJUTSU”
Es muy importante señalar que muy ligado al Kenjutsu y como parte integrante
del mismo, se tiene a la práctica del “Iai” (居合道), realizada con “Iai-to” por
estudiantes principiantes y con “Shinken” para los de mayor experiencia, la cual,
junto con la práctica de “Tameshigiri” (試し斬り) tuvieron su auge durante el
periodo Edo; que consiste en ejecución de formas, así como de destreza en el
envaine y desenvaine del sable. Esta práctica hace énfasis en la adquisición de
destreza y rapidez para el desenvaine, corte y envaine, lo cual proporciona una
habilidad notoria, determinante y de mucha valía para el Kendoka en momentos de
entrar en combate inesperado o de propia defensa ante uno o varios oponentes.
Algunos de los principales estilos de “Kenjutsu” que se desarrollaron en el periodo
Edo fueron:
Niten Ichi Ryu (creado por Musashi Miyamoto).
Yagyu Shinkage Ryu.
Itto Ryu, que es el linaje legítimo del estilo Chujo Ryu.
Suio Ryu.
Muso Shinden Ryu (con algunas derivaciones).
Omori ryu
Hasegawa Eishin Ryu
Ogawa Ryu.
Jigen Ryu; desarrollado por el Clan Satsuma, quienes invadieron y anexionaron
al Japón el reino de las islas “Ryu kyu” (hoy conocidas como “Nansei Shoto”),
este estilo influyó en el “Karate-Do”, dentro del estilo “Shorin Ryu”, y a su vez
en sus descendientes modernos dentro del “Karate Do” japonés, siendo estos
estilos los siguientes:
1. “Shito ryu”
2. “Shotokan ryu” y
3. “Wado ryu”
Durante la “Era Edo” (periodo entre los años 1700 a 1875 dentro del Shogunado
de los Tokukawa), el Kenjutsu tuvo una gran popularidad donde crónicas de la
época dicen que llegaron a haber más de 500 estilos, así como un declive paulatino
debido a la sofocación de las guerras civiles y la consecuente ausencia de conflictos
y practica real de las técnicas y formas, periodo en el cual, el fiero Samurái paso a
convertirse paulatinamente también en estadista y burócrata al servicio de su Señor.
Tras un largo periodo en relativa paz, se gestan nuevos conflictos civiles dentro
de Japón, dando lugar en el Siglo XIX al periodo conocido como “Guerra Boshin”;
en el cual se define el final del feudalismo y el gobierno de la clase Samurái,
acabando el sistema del shogunado por un nuevo gobierno en donde el Emperador y
un nuevo ejército “modernizado” toma el poder del país.
En la Guerra Boshin los Samuráis combatieron con sus ancestrales métodos
de combate a espada contra los nuevos soldados armados con mosquetes y
artillería pesada.
Este periodo fue transcendental para la historia del Japón y al obtener el nuevo
Gobierno y ejército la victoria se gestan grandes cambios políticos, sociales y
económicos; a consecuencia de los cuales los antiguos métodos de combate
quedaron súbitamente en el olvido y pasaron a ser de “otra época”, al descartar lo
antiguo y ser muy distantes de la mirada modernista del nuevo gobierno.
Durante las primeras décadas del siglo XX, se intentó ensalzar nuevamente las
hazañas y afrentas de la Clase Samurái tratando de rescatar los valores y preceptos
del Bushido, sin embargo fueron mal interpretados y enfocados a un militarismo que
desencadenó la guerra de Japón contra las naciones en el Pacífico y después en 1941
contra los Estados Unidos de América.
A la firma de la rendición incondicional del Japón en 1945, nuevamente hubo un
yugo estrangulador sobre las “artes marciales clásicas” japonesas, levantado la
prohibición de práctica en donde el Kenjutsu fue llevado al borde del olvido, sin
embargo nuevamente el esfuerzo y dedicación permitió rescatar las antiguas
tradiciones para que no se perdieran, las cuales son ahora reconocidas
internacionalmente como aspecto icónico de la cultura y pueblo japonés.
En nuestros días, el “Nihon no Bujutsu” o “Artes Marciales Japonesas”
conservan el espíritu tradicional de antaño, siendo aún más notorio en el “Ko-ryu”;
artes marciales clásicas o de tradición ancestral, tal como es el caso del Kenjutsu.
Solo en un “Dojo” y con un Sensei que verdaderamente comprenda el espíritu del
Bushido en su corazón, mente y cuerpo se puede garantizar una verdadera
instrucción integral en el Arte marcial japonés.
BUSHIDO
“EL CAMINO DEL GUERRERO”
"Me alegra saber que todo está vacío, Honor a la espada del enemigo, solo
herirá la brisa de la primavera con el fulgor del relámpago".
“BUSHIDO”
EL CAMINO DEL GUERRERO
礼
Rei – Rectitud, Justicia, Cortesía
勇
Yu– Coraje, espíritu de audacia y entereza
仁
Jin – Compasión, Benevolencia
誠
Sei / Makoto – Sinceridad completa
義
Gi / Meiyo – Honor
忠
Chugi – Lealtad, Deber
Las siete virtudes o preceptos del Código Bushido son:
Es el Fundamento, Máxima y más Alta Virtud a alcanzar por cada ser humano,
y es la base fundamental de todo cuanto existe y del Bushido mismo.
Solo en el vasto entendimiento y comprensión del “Amor pleno” hacia uno
mismo (por favor no confundirlo con inmunda y desmesurada egolatría), se puede
amar al prójimo y verdaderamente se podrá vivir en la máxima: “Haz y trata a otros
como te gustaría que hicieran contigo”, de igual forma que otra gran máxima:
“Conócete a ti mismo y conocerás a los demás”, lo anterior, en el más alto sentido
esotérico e iniciático, ya que dentro que cada ser existe la llama viviente de la
Verdad Universal impregne.
El “Amor pleno es la virtud entre las virtudes”, es el fundamento de donde se
derivan y nacen las demás, pues todas tienen su origen irrefutable en éste, de modo
que pretender llevar a la práctica cualquier otra virtud sin el fundamento del “amor
pleno” no es más que hipocresía y charlatanería, palabras vanas y actos vacíos.
Por supuesto, los Samurái, antes que ostentar algún título, tener abolengo o
tradición guerrera familiar, los fieros y refinados guerreros eran “seres humanos”,
por lo tanto, al igual que en la actualidad, todos ellos sin excepción fueron
susceptibles a los aciertos y desaciertos propios de una vida cotidiana, por lo cual, el
Código del “Bushido” se consideró como la guía ética y moral de la casta
guerrera Samurái y posteriormente para gran parte del pueblo japonés.
La condición humana es común para todos los pueblos y toda persona, sin
embargo, para el pueblo japonés, al igual que para otras civilizaciones, ésta
condición se considera perfectible, es decir, la cual puede cambiar y pulirse para ser
cada vez mejores seres humanos.
Dentro del folclor y cultura del Japón, se pueden encontrar un amplio compendio
de dichos populares o proverbios, como:
“Siéntate tres años y observa una roca”; sin embargo este proverbio es mucho
más profundo, pues de forma completa sería: “Siéntate tres años a observar como
una gota de agua que constantemente cae sobre una roca, tarde o temprano la llegará
a romper”.
Otro proverbio que refleja parte de la actitud de vida japonesa y que está muy
compenetrado con lo anterior es:
“Si te caes siete veces, levántate ocho”; éste dicho popular expresa la gran
necesidad de perseverar y no dejarse vencer por las vicisitudes que cada uno puede
encontrar a lo largo de su camino para logar sus propias metas u objetivos, el cual
podemos equipararlo con el conocido proverbio que dice: “El que persevera
alcanza” y con ello darnos cuenta que no es cuestión de cuanto se sabe, o cuanto se
tiene, sino que simplemente todo es cuestión de actitud.
Los proverbios japoneses al igual que los que se pueden encontrar en muchos
otros pueblos solo reflejan las experiencias de mujeres y hombres que han
experimentado en su propia vida fracasos, pero que han sabido aprender y levantarse
consiguiendo seguir adelante en su camino.
A final de cuentas, hay que tener siempre presente que nada, ni nadie es dueño de
la verdad ni del camino, pues el verdadero caminante solo se hace camino al andar,
solo puede encontrarlo saliendo de la comodidad y atreviéndose enfrentar los retos
de la vida, por lo cual encontramos otro proverbio que dice:
“Shinjintsu shiranu mono wa usono dorei ni naru”
(真実知らぬものは嘘の奴隷になる)
El Código Bushido aplicable exclusivamente a las artes marciales, sin más bien, a
la modo de vida en general, esto era lo que hacían los antiguos Samurái en su
momento, aplicaban estos preceptos para tratar de regir su vida de la mejor manera
posible.
1. El bien ser.
Es el pilar fundamental y no es más que buscar primeramente el desarrollo
personal, el que cada ser busque su real y propia identidad como ser único,
para que de esta manera puede ser verdaderamente original, pleno y vivir su
vida de acuerdo a su propio libre albedrio.
2. El bien tener.
Es la segunda etapa, la cual no puede alcanzarse de forma sana si no se ha
alcanzado el “bien ser”, pues éste solo puede gestarse cuando un ser ha
comprendido su propia vida, cuando ha elegido, cuando ha concretado sus
convicciones y ha elegido su camino. Si solo se busca “el tener por tener”,
esa persona raramente sabrá valorar inclusive su propio esfuerzo y a final de
la jornada no tendrá realmente nada, por dentro seguirá vacío y pobre.
3. El bien estar.
Es la culminación y el resultado tal cual de alcanzar en conjunto las dos
primeros puntos o etapas, cuando ya un ser ha concretado los frutos de sus
propio trabajo y esfuerzo a lo largo de “toda su vida”.
Con esto se expone que los siete valores que conforman el Bushido no son
en nada obsoletos y que siguen siendo muy necesarios en la sociedad actual.
EL CÓDIGO BUSHIDO
PARA EL ANTIGUO SAMURÁI
Para ejemplo fehaciente de esa cabal lealtad que caracterizó al Samurái, se denota
uno de los ejemplos más representativos; la épica japonesa de “Chūshingura”,
también conocida en occidente como “Los 47 Ronin”, una historia que relata hasta
qué punto llegaba la subordinación y lealtad de los nobles caballeros para con su
Señor, más allá de un mero formulismo o protocolo, una verdadera lealtad y cabal
servicio que literalmente llegaba “hasta la muerte”.
"Me alegra saber que todo está vacío, Honor a la espada del enemigo,
Con ello podemos comprender que para el Samurái su actitud ante la vida era
muy valorada, vívida, aunque un tanto áspera por el hecho del tener siempre
presente que al entablar batalla y defender a su señor su propia vida podía
extinguirse, por lo cual, ellos trataban de prepararse para “morir gloriosamente y
honorablemente en combate”.
Para tratar de ilustrar de una manera más clara y comprensible al antiguo Samurái
y su manera de proceder, es necesario retomar nuevamente la historia del Japón,
para lo cual, para ello se selecciona el episodio sobre el “Incidente de Akō”
(Akō Roshi - 赤穂浪士) o también “Los Ronin de Ako”.
Estos hechos se suscitan durante la era Edo del Japón feudal, en el año 1701
aproximadamente, dentro de la llamada “era Genroku” (1688-1703), considerada
como la Edad de Oro del periodo Edo.
Así, cada día los dos nobles acuden al palacio del Shogun en Edo para que Kira
les instruyera en protocolos y etiqueta. Tal y como es costumbre en estos casos, los
Señores Asano y Kamei hacen llegar una serie de regalos a Kira en agradecimiento
por su trabajo; pero al parecer Kira no queda nada satisfecho con estas ofrendas por
considerarlas insuficientes, por lo que empieza a instruirles de forma equivocada,
dejándolos en ridículo a menudo y dedicándoles comentarios ofensivos.
Uno de sus consejeros decide hacer algo para evitar la caída en desgracia de su
señor, así que reúne todo el dinero que puede y lo lleva a casa de Kira, ofreciéndolo
como regalo de parte de su Daimyo, en agradecimiento por las clases recibidas.
Por el contrario, las ofensas hacia el Señor Asano fueron cada vez mayores,
siendo que Kira lo ridiculizaba constantemente y lo provocaba con descortesías y
todo tipo de insultos indirectos.
Nuevamente, el Señor Asano hizo gala de una gran paciencia y no se dio por
aludido, incluso cuando el Oficial del Shogun Kira le pidió que atara la cinta de uno
de sus tabis, que se había soltado.
El señor de Akō sacó un Tanto (daga japonesa) y atacó a Kira mientras éste se
marchaba de la habitación y aunque erró en el golpe y sólo pudo provocar un corte
en la frente del oficial, una segunda acometida hizo que el Tanto acabara finalmente
clavada en un pilar de madera del salón, dando tiempo a Kira para huir del lugar y a
los oficiales de la corte para detener al Daimyo Asano.
Para estos 47 Ronin la venganza no fue un plan sencillo, puesto que Kira
Yoshinaka, temeroso de ser atacado por los seguidores del ya fallecido Señor Asano,
solicitó a su suegro, quien fue un Daimyo del poderoso Clan Uesugi, que le prestase
un buen número de sus Samuráis para protegerlo.
Por ello, los 47 Ronin decidieron que lo mejor era separarse y esperar un mejor
momento para la arremetida, ello sería cuando el enemigo estuviese confiado y al
bajar la guardia, de este modo, cada uno de ellos se puso a trabajar por su lado en
todo tipo de oficios, tal y como lo hizo el resto de sus compañeros.
Por su parte, el líder de los Ronin Ōishi compró una casa en Kioto, se mudó allí
con su familia y se da por completo a una vida de lo más disoluta, emborrachándose
cada día y frecuentando los burdeles y las casas de juego de la ciudad.
Kira, al enterarse de la marcha de Ōishi a Kioto envía espías para que le
informasen cual era el propósito de que estuviese allí, por lo que rápidamente se
entera del tipo de vida alegre que está llevando.
Un día, Ōishi vuelve a casa tan borracho que cae en mitad de la calle y se queda
dormido en el suelo, mientras multitud de personas pasan a su lado; una de estas
personas era un samurái del feudo de Satsuma que, reconociéndolo, le insulta por no
ser más que un borracho y no haber tenido la valentía de vengar la muerte de su
señor, antes de marcharse incluso escupe a Ōishi en la cara.
Estos hechos llegan también a oídos de Kira y hacen que se sienta mucho más
seguro, pues nada parecía estar más alejado de las verdaderas intenciones del
consejero del Señor Asano.
El hijo mayor, llamado Ōishi Chikara, decide quedarse con su padre, quien
entonces compra los servicios de una concubina. Al enterarse de lo sucedido, Kira
devolvió a su suegro la mitad de los hombres que le había prestado.
Mientras tanto, algunos de los otros Ronin vuelven a Edo y consiguen infiltrarse
en casa de Kira para así recopilar todo tipo de información acerca de la casa en sí y
de los hombres de armas y el resto de sirvientes.
Uno de ellos llegó incluso a casarse con la hija del constructor del edificio,
consiguiendo así un plano del mismo. Toda esta información, obviamente, fue
cuidadosamente recopilada y enviada a Ōishi.
Cuando cree que ha llegado el momento oportuno, habiendo pasado más de año y
medio desde la muerte del Señor Asano, Ōishi vuelve a Edo en secreto.
Una noche azotada por una gran tormenta de nieve los 47 Ronin y antiguos
compañeros, entre los que se incluye Chikara, se reúnen y deciden que a
medianoche atacarían por fin la casa de Kira. Para ello, planearon dividirse en dos
grupos: uno dirigido por Ōishi que atacaría por la puerta principal y otro dirigido por
su hijo Chikara, que entraría por la puerta trasera.
Los Ronin que se encontraban en el exterior de la casa hacen saltar los tablones
que cierran las puertas utilizando unos grandes martillos y, cada grupo por su lado,
entraron en el recinto.
Diez de ellos se apostaron sobre el tejado armados con arcos para evitar que
alguien de la casa pueda huir y pedir refuerzos. Una vez que todos estaban
preparados, Ōishi hizo sonar un tambor, el cual fue la señal acordada para empezar
el ataque sobre Kira.
Los 47 osados Ronin consiguieron acabar con estos primeros soldados que les
salen al paso sin sufrir ninguna baja por su bando, y se reúnen posteriormente con el
grupo de Chikara.
En ese momento llegó a la casa de Kira otro grupo de soldados y se desató un
feroz combate mientras los arqueros acababan con la vida de algunos mensajeros
enviados a pedir ayuda al suegro de Kira.
Tras la batalla, sólo tres hombres se interpusieron entre los Ronin y la habitación
de Kira, sus tres mejores guerreros. Ōishi ordenó a su hijo, de sólo dieciséis años,
que les ataque, y Chikara se lanzó a arremeter contra estos, terminando con la vida
de uno mientras sus compañeros se encargan de los otros dos.
En ese momento, Ōishi se arrodilla ante Kira y, con gran respeto, le explica
quiénes son y a qué han venido, tras lo que le pide que por honor se haga
“seppuku”, para lo cual Ōishi se ofrece a actuar como su segundo y cortarle la
cabeza al concluir.
Kira no responde aún con la insistencia de los Ronin, por lo que Ōishi ordena a
sus hombres que lo pongan de rodillas y le corta la cabeza usando la misma hoja que
había usado el Señor Asano para acabar con su propia vida.
Una vez decapitado Kira y con ello conseguido su objetivo, los Ronin se
aseguraron de apagar cualquier lámpara o fuego que pudiese haber en la casa para
no provocar un incendio y, con la cabeza de Kira dentro en un cubo, se marchan del
lugar.
Aproximadamente hacia las siete de la mañana pasan por delante del palacio del
señor de Sendai, el Daimyo Date Tsunamura (bisnieto del famoso Date Masamune),
quien manda a uno de sus consejeros a hablar con Ōishi e invitarles a comer algo y
descansar, algo que aceptan de buen grado aunque sin demorarse más que lo justo.
Cuando llegan por fin al Sengakuji les está esperando ya el abad del templo,
quien les llevó a la tumba de su Señor Asano Naganori.
Los Ronin lavarón la cabeza de Kira Yoshinaka en un pozo cercano, la colocaron
como ofrenda sobre la tumba de su señor y rezan unas oraciones en su honor.
Al acabar, Ōishi entrega al abad una cantidad de dinero y le pide que se encargue
del entierro de todos ellos una vez hayan muerto. Tras todo esto, se limitan a esperar
órdenes del shōgunato.
Muchas personas, han acudido a partir de ese momento a rezar junto a las tumbas
de los Ronin, entre ellos, aquel samurái de Satsuma que había insultado y escupido a
Ōishi en Kioto en la cara, pidiendo disculpas públicamente por su comportamiento
equivocado y, como compensación, se hizo “seppuku” allí mismo, enterrándose sus
restos junto a las demás tumbas, siendo la suya la número 48.
Pero hablar sobre la espada japonesa resulta ser un tema muy complejo, inclusive
para aquellos que han dedicado años a su estudio y preservación; pues comprende
aspectos religiosos, filosóficos, científicos, históricos, técnicos de ingeniería
metalúrgica y por supuesto, el denotado aspecto marcial por el cual fue creada.
La espada japonesa es reconocida en todo el mundo por ser el ícono infalible del
guerrero feudal japonés o Samurái y por tres grandes virtudes que la caracterizan
como tal:
Es muy probable que posterior a la Edad de Piedra y durante la Edad del Hierro
las primeras técnicas de forja hayan sido introducidas a las islas japonesas desde
alguna parte del territorio continental de Asia, lo más probable que de China,
estudios y excavaciones arqueológicas en el territorio japonés de piezas sustraídas
desde el Siglo IV a.C. avalan esta teoría.
Esta espada recta fue adaptada para ceñirse sobre un costado por medio de unos
anclajes o “ashi”, los cuales permitían que ésta quedase colgando para poder
desenvainarse con mayor facilidad y rapidez, al contrario de traer sujeta la vaina por
la cintura, esto fue lo que dio origen al “tsurugi no tachi” y posteriormente al
“Tachi”.
Transición de las espadas rectas a las espadas curvas:
Se tiene que las primeras espadas curvas que se produjeron en Japón tenían una
geometría de costados planos (hira zukuri), con un “filo falso”, por lo tanto no
duradero, y con la consiguiente complicación de forja que ello conllevaba ya que
mucho metal en una sección significaría un mal filo y poco metal ocasionaría
irremediablemente una hoja quebradiza o que pudiese doblarse con facilidad.
La hojas con geometría “Shinogi zukuri” fueron perfeccionadas hasta finales del
periodo o “Era Heian” (Siglos XI y XII) y es el tipo de geometría de hoja
reconocida actualmente en la espada japonesa por ser la forma que proporciona los
mejores resultados mecánicos al momento de efectuar un corte por poseer una
amplia sección de corte eliminando así el efecto de un “falso filo”.
El tipo de espada más utilizado hasta entonces en Japón era el “Tachi”, una
espada cuyo “nagasa” variaba entre los 68 a 80 cm, algunas veces mayor o menor,
según la Era o periodo y la tradición de forja, sin embargo, durante la Era Kamakura
este era el tipo predominante, usado de tal modo que se era ceñido en la cintura con
el filo hacia abajo, lo cual puede constatarse en literatura de la época como “Heike
Monogatari”, entre otras.
Como mejoras en los métodos de combate, se podría afirmar también que surge
el “Tanto”, el cual es una daga muy práctica para el combate cercano, que oscilaba
entre los 24 a 25 cm y que después se hicieron un poco más largos.
Durante la Era Kamakura también se consolida la “Naginata” o Alabarda como
arma para el combate utilizada por el guerrero Samurái.
De igual forma, en el periodo Kamakura surge una espada más corta que el Tachi
y Kodachi llamado “Kashigatana”, la cual entraría en sustitución en el campo de
batalla del Kodachi por ser más práctica que éste, sin tanto adorno en el koshirae y
sin anclajes en la saya o vaina.
Ahora bien, las espadas del periodo o “Era Nambokucho” (1333 – 1391)
representan en si la culminación de la tendencia de hacer la espada más y más larga,
llegando a haber espadas con nagasa de entre los 90 a los 100 cm, ocurriendo lo
mismo con la Naginata haciéndose en su bastón y hoja un poco más largas que en el
Kamakura y ampliándose aún más su uso, pero desapareciendo casi el uso del Tanto.
Al fin de los conflictos y guerras entre los clanes a finales del periodo
Nambokucho e inicios del periodo o “Era Muromachi” (1392 – 1572) la
producción de espadas retomó las influencias de los mediados del periodo
Kamakura, sin embargo también debido a las necesidades de un “combate más
veloz” surge una espada llamada “Uchigatana”, la cual era más corta que el Tachi y
su modo de uso era distinto, ya que se ajustaba la Saya ciñéndola a la cintura con el
filo hacia arriba, con la consecuente ventaja de un desenvaina más veloz y práctico
que usando un Tachi.
La Uchigatana se produjo en dos formas: una larga y otra corta, de las cuales
aquellas largas que superaban los 60 cm de nagasa fueron llamadas “KATANAS”,
siendo que entonces a las versiones cortas se les denominó “WAKIZASHI”
utilizada como espada de compañía de la Katana, de este modo y desde entonces es
cómo surge la icónica espada japonesa que se conoce actualmente.
Para el Samurái o Caballero Feudal japonés era rigurosos que portase siempre el
par de armas ceñidas al lado izquierdo de la cintura, pues esto hablaba por si mismo
como símbolo tangible de su autoridad, siendo ellos la clase gobernante desde aprox.
el año 800 d.C. hasta finales del Siglo XIX; donde se gestaron una serie de guerras
civiles y cambios políticos donde se abolió a esta clase y terminando el periodo
feudal en la historia japonesa.
La espada tiene una conexión muy profunda con el “Shinto” (sintoísmo) japonés
desde hace más de 1000 años, donde se considera que la espada es el conducto del
poder de los Dioses, lo cual, en un sentido esotérico es enteramente cierto.
Ahora bien, de igual forma que la Espada japonesa representa el poder Solar, la
virilidad, la fertilidad, la divinidad, el principio generador del Universo y el poder
divino, esto se puede constatar en las antiguas leyendas del Shinto en donde aparece
la espada divina “Kusanagi no Tsurugi” en la batalla contra el Demonio Dragón
“Yamato No Oroshi”.
En los tiempos dorados de la clase Samurái la espada era una de las más
preciadas posesiones de las familias y por supuesto de propio guerrero, colocándose
en un lugar privilegiado de la Casa, regularmente al lado del “Yoroi” o Armadura,
creando una especie de altar, pero de menor categoría que el “Kamizana” o Altar
dedicado a los Dioses.
A B C D E F G H I
A Maru
B Makuri
C Kobuse
D Gomai
E Honsanmai
F Orikaeshi Sanmai
G Shihozume
H Soshu
I Wariba Tetsu
Posterior al proceso de laminado del acero y una vez que se ha dado forma a la
hoja, que se ha definido su geometría, se continua con el siguiente proceso.
El siguiente proceso en la producción de la espada japonesa es en el cual se
realiza el recubrimiento de parte de la hoja con arcilla para poder darle
posteriormente un tratamiento de templado térmico diferencial, lo cual es el temple
del acero y que es crucial para la funcionalidad de hoja como un arma.
Todos los elementos del “koshirae” tienen una función práctica por si
misma y aunque son elementos generalmente muy sencillos son sinérgicos
entre sí para conformar el recubrimiento y soporte de la hoja.
Conocer estos conceptos resulta ser primordial para poder identificar las
características de cada hoja, ya que “no existen dos piezas iguales”, aun
cuando las haya forjado el mismo herrero con un acero de igual calidad en
ambas, por lo cual, cada espada es única.
CLASIFICACIONES DE LA ESPADA JAPONESA
Existen varios tipos de clasificaciones a los cuales puede ser sujeta la hoja
japonesa, esto tomando en consideración varios aspectos o criterios, cada uno
de los cuales a su vez trata de valorar una de las facetas atribuibles a un
“Nihonto”.
A) “Yamashiro”
Originada en Kyoto en el Siglo X aprox.
B) “Sagami” o “Soshu”
Se originó gracias al patrocinio de los Daimyo en la
provincia de Sagamai durante la Era Kamakura.
Su máximo exponente fue el reconocido “Masamune”.
C) “Bizen”
Se originó en la Provincia de Bizen (ahora Prefectura de
Okayama) en el Perido Heian tardío en el pobladod
Osafune; notable por piezas de excelente calidad.
D) “Yamato”
Es la tradición más antigua de todas, se originó en el centro
de del territorio japonés aprox. en el Siglo IV, dio origen a
las primeras espadas forjadas en Japón.
E) “Mino”
Se originó en la Provincia de Seki en el periodo
Muromachi, dio origen a la mayoría de las escuelas de forja
moderna. A esta escuela en algunos casos también se le
conoce como “Echizen”.
* La geometría de la hoja japonesa más reconocida es la “Shinogi Zukuri”, la cual fue la que
predomió desde la Era Kamakura por ser la más práctica y útil.
Medidas longitudinales usadas en el Japón feudal
(medidas tradicionales y sus equivalencias )
10 rin= 1 bu= 3 mm
10 bu = 30.3 mm= 1 sun
10 sun= 303 mm= 1 Shaku
Por lo tanto, aun cuando se forje una espada japonesa en nuestros días con
el mejor acero, que ésta tenga un hermoso “jitetsu” y un reluciente y definido
“Hamon”, si esta pieza no es capaz de cortar, entonces y debido a este hecho
esta espada carece de valor, por tal motivo, la espada japonesa es tan
compleja, de gran belleza, letal y seductora.
NOCIONES BÁSICAS SOBRE EL “KENJUTSU”
O ARTE DEL MANEJO DE LA ESPADA JAPONESA
Todo depende del propio trabajo, esfuerzo, dedicación y constancia que uno
mismo realice, pues los resultados serán el reflejo de ello.
Sea cual sea el Ryu o tradición por el cual uno haya decidido caminar y aprender
sus aspectos tanto generales como específicos, invariablemente el Budoka o
estudiante de esta arte marcial encontrará que el fin último y la esencia es la misma
en todas las antiguas y modernas escuelas, por supuesto, cada una expresada desde
su propio punto de vista y con sus propios conceptos, sin embargo el trasfondo
original es el mismo en todos.
Tal como decía Musashi Miyamoto, quien entre muchos aspectos a renombrar de
su vida, fundó una técnica específica con el manejo de dos sables y escribió el libro
titulado “Go Rin no Sho” (El Libro de los cinco anillos):
Se tomará mucho del material dejado por “Miyamoto Musashi”, por ser él uno de
los pocos que parece haber comprendido la esencia del Arte, parte de su trabajo se
citará para explicar al lector y tratar de que se comprenda de manera amplia y clara
lo que implica y es el “Kenjutsu” o Arte del manejo de la espada japonesa.
Miyamoto Musashi decía que si uno entrena día y noche en el Arte, de forma
natural uno adquirirá un amplio espíritu que servirá tanto para luchar
individualmente como en colectivo, lo cual lo pueden constatar hoy en día Maestros
en el Arte que han dedicado años de trabajo y constancia al Arte,
independientemente del Ryu que sigan.
Musashi también identificó algunos puntos ideales para poder obtener los
mejores resultados durante el entrenamiento en el Arte, los cuales son:
1. Pensar en cosas que no estén fuera del camino de la Rectitud u
Honestidad.
Sin embargo, no por el hecho de usar una espada de práctica se pierde el espíritu
original en el arte, el cual se maneja con el mismo cuidado y técnicas de
movimientos que un “Shinken”(真剣) “espada real/ verdadera”, es decir, con filo.
El Kenjutsu se compone de un amplio compendio de “Wazas” o técnicas que se
realizan en solitario con el objetivo de lograr el perfeccionamiento de éstas.
En los ejercicios de “Kumi-tachi” o combate, es dónde se llevan a la práctica los
conocimientos sobre estrategia del propio combate, así como los fundamentos de la
escuela o tradición (RYU), según se interpreten dentro de ellas.
Básicamente todo el entrenamiento se basa y es realizado en “KATAS” o
“formas”, que literalmente se traduce como: “formas”, las cuales se desarrollan en
solitario o en pareja y con diferentes niveles de progresión que atienden a las
necesidades estratégicas, tácticas y de nivel de progresión en el aprendizaje del
estudiante.
En cada grupo de “katas” se trabaja sobre un concepto determinado del arte del
Kenjutsu, de forma que cubra todas las posibles situaciones que se puedan dar en un
combate real, siendo entonces una simulación de uno o varios movimientos en
solitario.
Existen muchos “Ryus” estilos o escuelas con diferentes interpretaciones del
Arte mismo, tanto en la forma de realizar los “wazas” o técnicas como en el
contenido estratégico, aunque todas ellas coinciden el propósito único del
perfeccionamiento del manejo del sable, o katana, como vulgarmente se le conoce al
sable característico e icónico del Japón.
El entrenamiento en el Kenjutsu en el estilo antiguo consta de tres niveles de
evolución:
- “SHODEN” - Nivel Básico
- “CHUDEN” - Nivel Medio
- “OKUDEN” - Nivel Avanzando
En cada grado de progresión de aprendizaje en el Arte hay una serie de ejercicios
que ayudan al Kendoka o estudiante del camino de la espada a tener un progreso
lógico y secuencial en el adecuado manejo de la Katana.
Esta forma de enseñanza hace del Kenjutsu una Arte marcial clásica muy
accesible a todos, no solo a los practicantes de artes marciales, sino a los que se
inician, siendo los requisitos más importantes la comprensión del código Bushido, la
constancia en la práctica y el esmero por mejor día a día.
Disposición de un Dojo
Estas pruebas eran tanto físicas, como psicológicas (limpieza del Dojo, favores,
trabajos duros y extenuantes...), estas pruebas eran principalmente realizadas para
que el Maestro o Sensei pudiera conocer el carácter del futuro alumno, para forjarlo
y observar al igual sus capacidades mentales y físicas, fortaleciendo al mismo
tiempo el cuerpo y la moral del alumno, preparándolo de esta manera para su futuro
entrenamiento marcial.
Una vez que el Sensei lo aceptara (que no eran todos los casos) como alumno,
tomaba el nombre de “Nyumon - sha”, que significa "aprendiz aceptado", éste tenía
que realizar un juramento (algunos ryus lo firmaban con sangre) antes de entrar en el
Dojo, llamado "Keppan”, en el cual se establecía la lealtad al Dojo, compromiso y
respeto al Sensei, el no divulgar las enseñanzas a los demás (sin el permiso del
Sensei), así como utilizar el arte en beneficio de la paz y de una causa justa.
Fuentes y Bibliografía:
- Inazo Nitobe, “Bushido, el espíritu de Japón”, 1/ra. Edición en Sokabo, Tokio,
Japón. 1905.
- Miyamoto Musashi, “Go Rin no Sho” (El libro de los cinco anillos). Literatura
tradicional japonesa).
- Algernon Bertram F. Mitford, “Tales of old Japan” (Historias del viejo Japón,
texto original en inglés). Londres, 1871.
- Kanzan Sato (traducción al inglés por Joe Earl.) “The Japanese sword”, 1/ra.
Edición en Bunkyo-ku, Tokio, Japón 1983 con el título “Touken” de la serie de
10 tomos titulada “Nihon no Bijutsu”. Editado por: Kodansha International.
- “The Art of the Japanese Sword” (Documental Empty Mind Films, Inc. 2010)
- Masayoshi Ardila Daniel Sensei (Tenshin Shoden Katori Shinto Ryu – Shidosha
México).
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