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KENJUTSU El Arte Del Manejo de La Espada Japonesa

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“KENJUTSU”

El Arte del Manejo de la Espada Japonesa


PREFACIO

El correcto y noble manejo de la espada japonesa, conocido genéricamente con el

nombre de “KATANA” (剣刀-日本刀), ha sido asunto de constante estudio,

esmero, dedicación y admiración por parte de aquel que se adentra en la mística de

las Artes Marciales Japonesas o “Bujutsu” (武術), a la par de seguir cabalmente

con los 7 preceptos que conforman el “BUSHIDO” (武士道); el estricto código


ético y moral del ancestral guerrero feudal japonés conocido como Samurái.
La palabra “Kenjutsu” se deriva de la conjunción de dos palabras raíz o
ideogramas:

“Ken” 剣 “Espada” y “Jutsu” 術 “Arte”.

El “Arte del manejo de la espada japonesa”; “KENJUTSU” (剣術) es la


forma más antigua y la cual conserva la forma esencial y más tradicional del “Ken-
Do”(剣道) o “Camino de la espada”, evocando a los nobles guerreros Samurái,
ahora el Kenjutsu forma parte del compendio del “Ko-budo”(古武道) “artes
marciales ancestrales japonesas”.
Ciertamente a lo largo de la historia en muchas culturas la espada ha sido y sigue
siendo símbolo de poder, así como un infalible instrumento de combate, de ello se
desprende la imagen de la Katana como ícono del caballero medieval japonés
Samurái.

Es la dedicación, constancia y devoción al arte lo que lleva al estudiante a


alcanzar la maestría, plena comprensión y dominio de las técnicas para blandirla, a
la par de una comprensión verdaderamente consiente de los preceptos inherentes
dentro de la mística y conexión con el propio fuego de su altar interno o espíritu; que
es lo que realmente hace a un guerrero digno de honor y ejemplo.
CONSIDERACIONES GENERALES

El “Bushido” o Camino del Guerrero se comprende como todo el conjunto de lo


que un guerrero Samurái debía conocer, practicar y llevar a cabo en cada uno de los
actos diarios de su vida, comportamiento cabal que se le exigían como parte de su
alto estatus social y su función dentro del sistema de gobierno feudal japonés al
servicio de su Señor o “Daimyo”.

El “Bushido”, como ya se ha mencionado, era un código ético y moral que había


de ser seguido de por vida de forma cabal y estricta; es un conjunto de 7 preceptos
que regían la vida del noble samurái, los cuales estaban obligados por ley a acatarlo
rigurosamente y en todo momento, enfocado a una vida digna, ensalzando estas
virtudes en conjunto con la devoción y servicio leal a su “Daimyo”.

Estas siete virtudes a conquistar por cada guerrero son simbolizadas por cada uno
de los pliegues del pantalón tradicional de la indumentaria japonesa masculina
conocido como “Hakama” (5 al frente y 2 en la parte trasera).

Ahora bien, es muy importante y fundamental en el tema del “Kenjutsu” es el


abordar el tema de la espada japonesa, a la cual se le conoce con el nombre de
“Katana”, lo que se interpreta como “espada”, aunque también el vocablo de origen
chino “to” y de igual forma la palabra “ken”, por lo cual es común encontrar estos
términos dentro del compendio del vocabulario marcial en el arte del “Kenjutsu”.

Solo a las espadas forjadas en suelo japonés en la estricta forma tradicional, con
acero “Tamahagane” se les puede llamar “Nihon-to” (日本刀); lo que
literalmente significa “espada japonesa” (Nihon: japonés; To: espada).
HISTORIA DEL “KENJUTSU”

La existencia de varias técnicas de manejo de la espada se agrupaban en una serie


de enseñanzas magistrales que cada “Sensei” o Maestro seguía o desarrollaba en el
seno de su propio Ryu o Tradición.
Los estilos del Kenjutsu son diversos, debido a las diferentes escuelas y a los
estilos o maneras particulares de cada una de ellas. La mayor parte de las escuelas
se fundaron o desarrollaron a partir de la “Era Muromachi” del Japón feudal,
periodo comprendido entre los siglos XV a XVI (años 1400 a 1500).
Las escuelas de Kenjutsu se establecieron mayormente durante el periodo de las
frecuentes guerras civiles del Japón feudal, sin embargo muchas de ellas proliferaron
desde el siglo IX con gran éxito; crónicas de la época mencionan que al final del
período del Shogunado “Tokugawa” (1600-1867) existían más de 200 escuelas en
función.
El estudio del Kenjutsu o “arte del manejo de la Espada japonesa” se
consideraba de gran importancia y si se hace una comparativa con el homólogo en
Europa su aplicación excede evidentemente y con creces el desarrollo de la esgrima
europeo durante el periodo medieval.
En cada época de la historia japonesa muchos hombres dedicaban toda su vida a
adquirir nuevas técnicas en el manejo de su espada, tal es el renombrado ejemplo de
Shinmen Musashi no kammi Fujiwara no Genshin, mejor conocido como
“Musashi Miyamoto”.
Entre los estilos que circundaron la Era Muromachi se destacan Ryus o escuelas de
gran renombre:

 Tenshin Shoden Katori Shinto Ryu (天真正


伝香取神道流) Resalta entre los demás ryus
por ser la Escuela o tradición de mayor
antigüedad, refinamiento y de donde se
derivan otras corrientes del Kenjutsu.
Esta escuela actualmente tiene el título de
“Mukei Bunkasai” Tesoro Nacional
Intangible del Japón”, la cual tiene más de
600 años de historia hasta la actualidad.

 Kashima Shinto Ryu


 Chujo Ryu
 Nen Ryu
 Shinkage Ryu

Es muy importante señalar que muy ligado al Kenjutsu y como parte integrante
del mismo, se tiene a la práctica del “Iai” (居合道), realizada con “Iai-to” por
estudiantes principiantes y con “Shinken” para los de mayor experiencia, la cual,
junto con la práctica de “Tameshigiri” (試し斬り) tuvieron su auge durante el
periodo Edo; que consiste en ejecución de formas, así como de destreza en el
envaine y desenvaine del sable. Esta práctica hace énfasis en la adquisición de
destreza y rapidez para el desenvaine, corte y envaine, lo cual proporciona una
habilidad notoria, determinante y de mucha valía para el Kendoka en momentos de
entrar en combate inesperado o de propia defensa ante uno o varios oponentes.
Algunos de los principales estilos de “Kenjutsu” que se desarrollaron en el periodo
Edo fueron:
 Niten Ichi Ryu (creado por Musashi Miyamoto).
 Yagyu Shinkage Ryu.
 Itto Ryu, que es el linaje legítimo del estilo Chujo Ryu.
 Suio Ryu.
 Muso Shinden Ryu (con algunas derivaciones).
 Omori ryu
 Hasegawa Eishin Ryu
 Ogawa Ryu.
 Jigen Ryu; desarrollado por el Clan Satsuma, quienes invadieron y anexionaron
al Japón el reino de las islas “Ryu kyu” (hoy conocidas como “Nansei Shoto”),
este estilo influyó en el “Karate-Do”, dentro del estilo “Shorin Ryu”, y a su vez
en sus descendientes modernos dentro del “Karate Do” japonés, siendo estos
estilos los siguientes:

1. “Shito ryu”
2. “Shotokan ryu” y
3. “Wado ryu”

Aunque solo un diez por ciento de la población japonesa en el periodo feudal


gozó de los privilegios de pertenecer a la casta Samurái, sus influencias pueden
observarse en todos los aspectos de la cultura japonesa, inclusive hasta el día de hoy.
Ahora bien, la tradición del Kenjutsu y otros ancestrales métodos de combate
continuaron aún después del fin del largo periodo de guerras civiles en el año de
1661 con la victoria del Daimyo Tokukawa Ieyasu al ser nombrado “Shogun”
(gobernante con poder absoluto) por el emperador japonés, dando así origen a un
nuevo periodo de relativa paz entre los Clanes del Japón conocido como Era Edo.
Fue en éste periodo en el cual los antiguos métodos de combate del Samurái
comenzaron a adoptar un cambio en su práctica, ya que por la situación política no
había guerras entre los Clanes, y los duelos no estaban permitidos salvo por expresa
autorización del Daimyo de cada Clan, estos modos ancestrales de combate
comenzaron a practicarse no únicamente como métodos para abatir a un oponente,
sino también con el refinamiento, efectividad, garbo y belleza de un “Arte”, con lo
cual, podría afirmarse que comenzó la transición de sólo “métodos y técnicas de
combate” al estatus de “Artes marciales”.

Durante la “Era Edo” (periodo entre los años 1700 a 1875 dentro del Shogunado
de los Tokukawa), el Kenjutsu tuvo una gran popularidad donde crónicas de la
época dicen que llegaron a haber más de 500 estilos, así como un declive paulatino
debido a la sofocación de las guerras civiles y la consecuente ausencia de conflictos
y practica real de las técnicas y formas, periodo en el cual, el fiero Samurái paso a
convertirse paulatinamente también en estadista y burócrata al servicio de su Señor.
Tras un largo periodo en relativa paz, se gestan nuevos conflictos civiles dentro
de Japón, dando lugar en el Siglo XIX al periodo conocido como “Guerra Boshin”;
en el cual se define el final del feudalismo y el gobierno de la clase Samurái,
acabando el sistema del shogunado por un nuevo gobierno en donde el Emperador y
un nuevo ejército “modernizado” toma el poder del país.
En la Guerra Boshin los Samuráis combatieron con sus ancestrales métodos
de combate a espada contra los nuevos soldados armados con mosquetes y
artillería pesada.
Este periodo fue transcendental para la historia del Japón y al obtener el nuevo
Gobierno y ejército la victoria se gestan grandes cambios políticos, sociales y
económicos; a consecuencia de los cuales los antiguos métodos de combate
quedaron súbitamente en el olvido y pasaron a ser de “otra época”, al descartar lo
antiguo y ser muy distantes de la mirada modernista del nuevo gobierno.

Al finalizar el conflicto, inicia la “Era Meiji”, en la cual los antiguos métodos de


combate de la Casta Samurái se consideraron ya obsoletos como efectivos métodos
de combate para el nuevo ejército, por lo cual al tratar de desacreditar la antigua
usanza se promulgaron leyes que prohibían portar espadas en la vía pública, y donde
se abolió a la Clase Samurái.
A consecuencia de los cambios radicales, y tras los esfuerzos de los
tradicionalistas por no perder el espíritu de la gloriosa y renombrada clase Samurái,
los antiguos métodos de combate del guerrero Samurái se consolidaron como “Artes
Marciales”, con lo cual se logró que subsistieran hasta la actualidad escuelas de artes
marciales.
Derivado de la prohibición de uso y portación de espadas, así como de las
reformas hechas por el nuevo gobierno del “Emperador Meiji”, al final de este
periodo, algunos estilos empezaron a utilizar el Shinai (espada hecha en bambú) y
Bogu (armadura de protección en tela, cuero y metal), para tener mayor seguridad en
los entrenamientos, dejando a un lado el uso del Shinken. Este entrenamiento fue el
que dio origen a lo que ahora se conoce como el “Kendo moderno”, el cual tiene una
connotación más deportiva.

Durante las primeras décadas del siglo XX, se intentó ensalzar nuevamente las
hazañas y afrentas de la Clase Samurái tratando de rescatar los valores y preceptos
del Bushido, sin embargo fueron mal interpretados y enfocados a un militarismo que
desencadenó la guerra de Japón contra las naciones en el Pacífico y después en 1941
contra los Estados Unidos de América.
A la firma de la rendición incondicional del Japón en 1945, nuevamente hubo un
yugo estrangulador sobre las “artes marciales clásicas” japonesas, levantado la
prohibición de práctica en donde el Kenjutsu fue llevado al borde del olvido, sin
embargo nuevamente el esfuerzo y dedicación permitió rescatar las antiguas
tradiciones para que no se perdieran, las cuales son ahora reconocidas
internacionalmente como aspecto icónico de la cultura y pueblo japonés.
En nuestros días, el “Nihon no Bujutsu” o “Artes Marciales Japonesas”
conservan el espíritu tradicional de antaño, siendo aún más notorio en el “Ko-ryu”;
artes marciales clásicas o de tradición ancestral, tal como es el caso del Kenjutsu.
Solo en un “Dojo” y con un Sensei que verdaderamente comprenda el espíritu del
Bushido en su corazón, mente y cuerpo se puede garantizar una verdadera
instrucción integral en el Arte marcial japonés.
BUSHIDO
“EL CAMINO DEL GUERRERO”

El camino del Samurái se encuentra en la muerte….

"Me alegra saber que todo está vacío, Honor a la espada del enemigo, solo
herirá la brisa de la primavera con el fulgor del relámpago".
“BUSHIDO”
EL CAMINO DEL GUERRERO

El “Bushido” o “Camino del Guerrero” (también: senda que sigue el guerrero)


es un código ético y los preceptos máximos de la moral del ancestral guerrero
Samurái, cuya fuente es el “Zen”, con el cual el fiero, pero refinado caballero
medieval japonés trataba de guiar su vida y cada una de sus acciones diarias.
Son siete virtudes, atributos o preceptos los pilares que conforman el código del
guerrero Samurái, al mismo tiempo que también es parte de la filosofía ancestral del
pueblo japonés y que sigue siendo válido hasta nuestros días.
El comprender y poner en práctica estas virtudes por propia y verdadera
voluntad, sólo por el deseo mismo de trascender y crecer como ser humano es aún
más importante que el aprender y practicar los “Waza” o diversas técnicas de
empleo y combate con la espada.
El tratar de aprender las diversas técnicas sobre el manejo de la Katana o de
cualquier otra arma sin haber meditado sobre ello y ser consciente de lo que esto
implica y sus consecuencias, solo demuestra la imprudencia, inmadurez, gran
pobreza y flaqueza en el alma de una persona.
El hecho de saber cómo utilizar tal o cual arma de la mejor manera para arrebatar
una vida o herir y lastimar a alguien más, realmente carece de importancia desde la
perspectiva “Zen”, del Bushido mismo y desde la perspectiva de la esencia de las
artes marciales, cuyo fin es la realización del alma, ya que esto solo convertiría a un
inconsciente en un asesino despiadado, en uno más de los tantos que han pasado
vanamente por este mundo desperdiciado su vida causando solo dolor y desolación a
su paso.
El propósito del Bushido no se justifica a sí mismo como filosofía, sino más bien
es por la práctica viva de las virtudes que lo componen, pues es solo en este modo
por medio del cual “la ley cobra vida” y se adapta al hombre y no el hombre a la ley,
viviendo en consecuencia de que “saber y actuar es una y la misma cosa”.
Las virtudes que conforman el Bushido no son ajenas a cualquier persona o
exclusivas del antiguo Japón y el guerrero Samurái, sino más bien, son virtudes y
máximas universales a todos ser humano.
Son máximas o preceptos aplicables a aquellos que buscan y tratan de encontrar
un camino de vida “virtuoso”, por supuesto adaptándose, de acuerdo a la moral de
cada pueblo y sus propias tradiciones y costumbres; algo similar a lo que en
occidente es el cumplimiento cabal de los 10 mandamientos de la “Ley de Moisés”,
por dar un ejemplo muy similar para su comprensión.

士 “BUSHIDO” El Camino de Guerrero

恋心
Koigokoro – Amor pleno


Rei – Rectitud, Justicia, Cortesía


Yu– Coraje, espíritu de audacia y entereza


Jin – Compasión, Benevolencia


Sei / Makoto – Sinceridad completa


Gi / Meiyo – Honor


Chugi – Lealtad, Deber
Las siete virtudes o preceptos del Código Bushido son:

“Koigokoro” (恋心) Amor pleno:

Es el Fundamento, Máxima y más Alta Virtud a alcanzar por cada ser humano,
y es la base fundamental de todo cuanto existe y del Bushido mismo.
Solo en el vasto entendimiento y comprensión del “Amor pleno” hacia uno
mismo (por favor no confundirlo con inmunda y desmesurada egolatría), se puede
amar al prójimo y verdaderamente se podrá vivir en la máxima: “Haz y trata a otros
como te gustaría que hicieran contigo”, de igual forma que otra gran máxima:
“Conócete a ti mismo y conocerás a los demás”, lo anterior, en el más alto sentido
esotérico e iniciático, ya que dentro que cada ser existe la llama viviente de la
Verdad Universal impregne.
El “Amor pleno es la virtud entre las virtudes”, es el fundamento de donde se
derivan y nacen las demás, pues todas tienen su origen irrefutable en éste, de modo
que pretender llevar a la práctica cualquier otra virtud sin el fundamento del “amor
pleno” no es más que hipocresía y charlatanería, palabras vanas y actos vacíos.

“Rei” (礼) Rectitud, Justicia, Cortesía:


Es el precepto más importante del código Samurái.
La “Rectitud” es el poder de decidir sobre el camino por el cual andar en la vida
diaria, sin titubeos ni conductas mediocres, ser uno mismo y “hacer lo correcto
porque es lo correcto”, es en otras palabras: “el hueso que proporciona firmeza y
estatura para mantenerse erguido” , sin rectitud ni comportamiento justo, ni la más
refinada instrucción, ni el más erudito talento podría convertir a una persona en un
buen ser, por lo cual, podría bien entonces afirmarse que con esta virtud la falta de
talento apenas importa en la vida siempre y cuando se viva en “Rectitud” del ser y
“Justicia imparcial”.
Ahora bien, la “Cortesía” no es más la que la sublime manifestación de respeto
hacia los demás en cualquier aspecto, sin embargo, hay que tener siempre presente y
jamás olvidar que la cortesía solo se convierte en un valor mediocre si sólo la
impulsa el temor de ofender el buen gusto o la opinión del vulgo.
La “Cortesía” es, con admiración, la virtud que “aguanta mucho y es amable;
no envidia, no se jacta de sí misma, no es engreída, no se comporta de forma
indecorosa, no busca su propio beneficio, no se deja provocar fácilmente, no
presta atención a tonterías ni toma en cuenta el mal”.
La “Cortesía” una virtud que se gana a verdadero mérito de conciencia propia,
pues la modestia impulsada por el respeto a los demás es la base de la cortesía, es
comprender al prójimo “poniéndose en los zapatos de los demás” en tal o cual
situación, por supuesto que un alma mediocre difícilmente podría comprender tan
sencilla explicación, por lo que se desprende el cuestionamiento: ¿qué es más
importante ser cortés o decir la verdad?

“Yu” (礼) Coraje, Valor, espíritu de audacia y entereza:


El “Coraje o Valor” apenas se consideraba digno de estar entre las virtudes del
código Bushido, a menos que se ejerciera enteramente para defender la causa de la
Rectitud y Justicia. Es defender y mantenerse firme en “hacer lo correcto en todo
momento de la vida”, por lo cual, podemos ahora comprender el dicho japonés que
en cual se menciona que “morir por una causa indigna es morir como un perro”.
Puede definirse que el “Coraje o Valor” es “el conocimiento de las cosas que un
hombre debería temer y también conocer las que no debería temer”, ya que el
verdadero coraje o valor “se evidencia por sí mismo mediante la compostura y la
serena presencia de ánimo”, un hombre verdaderamente valiente siempre esta
sereno, nunca se le ve sorprendido, nada afecta la ecuanimidad de su espíritu.

“Jin” (仁) Compasión, Benevolencia:


El amor, la magnanimidad, el afecto por los demás, la simpatía y la piedad
siempre se han considerado virtudes supremas, los más elevados atributos del alma
humana.
A diferencia de aquellos que han mal interpretado esta noble y sublime virtud por
no comprender su fuente misma y por haberla creído de atribuciones solo femeninas,
la “Compasión y Benevolencia” es muestra de augusta de Sabiduría, verdadera
fortaleza y real poder, ya que solo un ser humano que ha sufrido penas, el que ha
temido, el que ha sido perseguido, acusado injustamente y caído en el fango e
inmundicia ha aprendido verdadera lecciones de vida y puede comprender la
condición humana y albergar compasión en su corazón.
La “Compasión y Benevolencia” son tan dignas de la condición viril como la
espada misma, ya que es universalmente cierto que “los más valientes son los más
cariñosos, los que aman son los más atrevidos”, de lo cual se comprende la
expresión japonesa: “Bushi no nasake” – la ternura del guerrero, sin embargo
siempre hay que considerar que la rectitud excesiva es rigidez; la benevolencia
llevada más allá de la medida justa se torna en debilidad.
“Sei / Makoto” (誠) Sinceridad o Veracidad completa:
La “Sinceridad” es el complemento por excelencia de la Rectitud, Justicia y
Cortesía, ya que sin veracidad y sinceridad la cortesía es tan sólo una apestosa farsa
y no más que apariencias vanas.
Al meditar en ello, se puede comprender entonces el consejo de un antiguo poeta
que dice: “Sé fiel a ti mismo; si en tu corazón no te apartas de la Verdad, no
necesitarás rezar para que los dioses te protejan”.
La “Sinceridad” es en muchos aspectos el principio y fin de todas las cosas: “sin
sinceridad no habría nada”, por lo cual, para el guerrero Samurái la mentira, la
tergiversación y las calumnias se consideraban cobardes y altamente deshonrosas.
La “Sinceridad” era tan importante y tan reconocida para un Samurái que su
palabra misma era su presentación y contrato; “Bushi no icho gon”(la palabra del
guerrero), ya que solo bastaba su palabra, la cual tenía tal peso que las promesas
generalmente se hacían y se cumplían sin necesidad de que existiera un compromiso
por escrito.

“Gi / Meiyo” (義) Honor:


El “Honor”, implica una vívida conciencia de la dignidad y de la valía personal,
sin dejar a un lado ni menos preciar nunca las demás virtudes del Bushido, ya que
una mala interpretación de éste, sólo ocasionaría el afán de salvaguardar un mal
entendido “honor” a cualquier precio, incluso a costa de barbaries y estupidez
indescriptible, violando entonces la esencia del Bushido.

“Chugi” (忠) Lealtad, Deber:


La “Lealtad y Deber” es la firme resolución de cumplir cabalmente con el
compromiso adquirido a propia voluntad.
El precepto de la “Lealtad o Deber” fue, en algunos casos mal interpretado por
muchos Samurái y sigue siendo mal entendido hoy en día.
Hay que tomar en cuenta que en los tiempos del Japón feudal la vida de un
Samurái estaba en la mayoría de los casos devotamente dedicada al servicio a su
Daimyo o Señor.
Un sentido de “Lealtad y Deber” sin tomar en cuenta las demás virtudes
principalmente el Amor pleno, Compasión y Benevolencia tarde o temprano cae en
el “fanatismo” frenético, adicto a las resoluciones del superior que sigue ciegamente
su mandato aunque esto le acarré su propia perdición.
Al igual que las otras virtudes, ninguna es totalmente autónoma por sí misma,
aunque gozan de una excelsa soberanía, todas las virtudes forman un único código y
se ejercen sinérgicamente entre sí como un Todo.
En la actualidad, se pueden ver los rastros del antiguo concepto del Bushido en el
tratado titulado “Go Rin no Sho” - El Libro de los cinco anillos escrito por
Shinmen Musashi no Kammi Fujiwara no Genshin, mejor conocido como
“Musashi Miyamoto” (un célebre Samurái que vivió en el Siglo XVI), también
llamado “Ken-Sei” (santo de la espada), y en “Hagakure”- Oculto bajo las Hojas
por Yamamoto Tsunetomo tal cual como se comprendía y se llevaba a cabo en los
tiempos en los que vivieron estos guerreros.
EL CÓDIGO BUSHIDO
COMO IDEOLOGÍA ÉTICA

Por supuesto, los Samurái, antes que ostentar algún título, tener abolengo o
tradición guerrera familiar, los fieros y refinados guerreros eran “seres humanos”,
por lo tanto, al igual que en la actualidad, todos ellos sin excepción fueron
susceptibles a los aciertos y desaciertos propios de una vida cotidiana, por lo cual, el
Código del “Bushido” se consideró como la guía ética y moral de la casta
guerrera Samurái y posteriormente para gran parte del pueblo japonés.

La condición humana es común para todos los pueblos y toda persona, sin
embargo, para el pueblo japonés, al igual que para otras civilizaciones, ésta
condición se considera perfectible, es decir, la cual puede cambiar y pulirse para ser
cada vez mejores seres humanos.

Para ejemplo de lo anteriormente mencionado, se citarán algunos proverbios


japoneses que ilustran el ímpetu por la superación personal, lo cual trasciende época,
condiciones y fronteras, siendo que éstos son comunes y aplicables a cualquier ser
humano.

Dentro del folclor y cultura del Japón, se pueden encontrar un amplio compendio
de dichos populares o proverbios, como:

“Ishi no ue nimo san en” (石の上にも三年)

“Siéntate tres años y observa una roca”; sin embargo este proverbio es mucho
más profundo, pues de forma completa sería: “Siéntate tres años a observar como
una gota de agua que constantemente cae sobre una roca, tarde o temprano la llegará
a romper”.

Ello, expresa la importancia de la “autodisciplina” y la “constancia” en cualquier


cosa que un ser humano se proponga para su propia vida y para logar sus propios
objetivos o metas, siendo que la competencia verdadera solo puede darse con él
mismo.

La constancia es, entre mucho, la clave, es el factor fundamental determinante


para lograr el éxito, ya que por mucha capacidad que pueda tener una persona, si
ésta carece de esa autodisciplina y constancia en su trabajo, no podrá realizar y
concretar sus objetivos, pues solo hará las cosas de una forma mediocre y carente de
originalidad.
Sin embargo, una persona que es disciplinada y sobre todo constante, aun cuando
carezca de una capacidad envidiable o conocimientos eruditos, por propio fruto de
su esfuerzo y trabajo podrá concretar sus objetivos con el paso del tiempo, todo
proporcional a su trabajo y dedicación para conseguirlo por propio mérito.

Lo anterior, era un aspecto siempre presente en la mente del guerrero Samurái,


por lo trataba de preocuparse en ser cada día mejor, de ello, se deriva lo que
actualmente se conoce como la filosofía japonesa “Kaisen”, la cual de forma
resumida plantea:

“Ser hoy mejor que ayer y mañana mejor que hoy”

Retomando lo anterior, los Samurái no eran “Dioses”, super- humanos o seres


perfectos, muy por el contrario, eran seres humanos comunes, pero los cuales
nacieron con responsabilidades intrínsecas de una posición social determinada en el
Japón feudal, sin embargo, algo de lo que más destaca al guerrero Samurái era la
fuerza de sus convicciones, la capacidad y seriedad de su palabra, su arrojo
como guerrero, su entrega y compromiso para con su Señor.

Otro proverbio que refleja parte de la actitud de vida japonesa y que está muy
compenetrado con lo anterior es:

“Nana karobi yaoki” (七転び八起き)

“Si te caes siete veces, levántate ocho”; éste dicho popular expresa la gran
necesidad de perseverar y no dejarse vencer por las vicisitudes que cada uno puede
encontrar a lo largo de su camino para logar sus propias metas u objetivos, el cual
podemos equipararlo con el conocido proverbio que dice: “El que persevera
alcanza” y con ello darnos cuenta que no es cuestión de cuanto se sabe, o cuanto se
tiene, sino que simplemente todo es cuestión de actitud.

Los proverbios japoneses al igual que los que se pueden encontrar en muchos
otros pueblos solo reflejan las experiencias de mujeres y hombres que han
experimentado en su propia vida fracasos, pero que han sabido aprender y levantarse
consiguiendo seguir adelante en su camino.

A final de cuentas, hay que tener siempre presente que nada, ni nadie es dueño de
la verdad ni del camino, pues el verdadero caminante solo se hace camino al andar,
solo puede encontrarlo saliendo de la comodidad y atreviéndose enfrentar los retos
de la vida, por lo cual encontramos otro proverbio que dice:
“Shinjintsu shiranu mono wa usono dorei ni naru”
(真実知らぬものは嘘の奴隷になる)

“El desconocer la Verdad te hace esclavo de la mentira”; un proverbio muy claro


y concreto, motivando a buscar cada uno su propia verdad y no la verdad del otro,
pues “todo depende del cristal con que se mire”. Solo hay una Verdad única en
cada ser, con la cual nació y es su derecho individual.

Si éste no la descubre nada ni nadie la descubrirá jamás.

El Código Bushido aplicable exclusivamente a las artes marciales, sin más bien, a
la modo de vida en general, esto era lo que hacían los antiguos Samurái en su
momento, aplicaban estos preceptos para tratar de regir su vida de la mejor manera
posible.

Los modos de lo que se conoce como “moral” han cambiado a lo largo de la


historia y en todas las civilizaciones, sin embargo los “valores universales” y la
“ética” no, éstos son atemporales y son comunes a todos los pueblos, esta es la razón
por la cual el Código Bushido se aplica también actualmente, en cualquier ámbito
como reglas para una vida virtuosa y digna.

Primordialmente cada ser humano debería buscar su propio desarrollo como


persona para lograr y llevar una vida digna y decorosa, esto se pude comprender en
tres etapas fundamentales y progresivas:

1. El bien ser.
Es el pilar fundamental y no es más que buscar primeramente el desarrollo
personal, el que cada ser busque su real y propia identidad como ser único,
para que de esta manera puede ser verdaderamente original, pleno y vivir su
vida de acuerdo a su propio libre albedrio.

2. El bien tener.
Es la segunda etapa, la cual no puede alcanzarse de forma sana si no se ha
alcanzado el “bien ser”, pues éste solo puede gestarse cuando un ser ha
comprendido su propia vida, cuando ha elegido, cuando ha concretado sus
convicciones y ha elegido su camino. Si solo se busca “el tener por tener”,
esa persona raramente sabrá valorar inclusive su propio esfuerzo y a final de
la jornada no tendrá realmente nada, por dentro seguirá vacío y pobre.
3. El bien estar.
Es la culminación y el resultado tal cual de alcanzar en conjunto las dos
primeros puntos o etapas, cuando ya un ser ha concretado los frutos de sus
propio trabajo y esfuerzo a lo largo de “toda su vida”.

El pretender alcanzar estas etapas de la noche a la mañana sería una


mentira, pues solo es por mérito propio producto de un trabajo honesto y
constante a lo largo de años de dedicación y esfuerzo.

Con esto se expone que los siete valores que conforman el Bushido no son
en nada obsoletos y que siguen siendo muy necesarios en la sociedad actual.
EL CÓDIGO BUSHIDO
PARA EL ANTIGUO SAMURÁI

Como ya se ha mencionado con anterioridad, el Código Bushido era para el


caballero Samurái el estricto código ético y moral por el cual el guerrero debía regir
sus acciones y su vida entera, con plena lealtad a su “Daimyo” o Señor.

Para ejemplo fehaciente de esa cabal lealtad que caracterizó al Samurái, se denota
uno de los ejemplos más representativos; la épica japonesa de “Chūshingura”,
también conocida en occidente como “Los 47 Ronin”, una historia que relata hasta
qué punto llegaba la subordinación y lealtad de los nobles caballeros para con su
Señor, más allá de un mero formulismo o protocolo, una verdadera lealtad y cabal
servicio que literalmente llegaba “hasta la muerte”.

En el libro “Hagakure” (oculto bajo las hojas) se puede encontrar la expresión:

El camino del Samurái se encuentra en la muerte….


Primero, es prudente reconocer el entorno en el cual vivió el caballero Samurái,
un vasto periodo que se traslada desde las guerras civiles o “Sengoku” hasta la paz
del periodo Edo, finalizando con la era Meiji.

El Samurái era el caballero feudal subordinado al Señor gobernador de tal o cual


provincia, el cual a su vez, rendía tributo al Jefe del Clan, siendo que éstos últimos
se subordinaban directamente al “Shogun”.

Un antiguo proverbio que muchos Samurái recitaban decía:

"Me alegra saber que todo está vacío, Honor a la espada del enemigo,

solo herirá la brisa de la primavera con el fulgor del relámpago".

Con ello podemos comprender que para el Samurái su actitud ante la vida era
muy valorada, vívida, aunque un tanto áspera por el hecho del tener siempre
presente que al entablar batalla y defender a su señor su propia vida podía
extinguirse, por lo cual, ellos trataban de prepararse para “morir gloriosamente y
honorablemente en combate”.

Para tratar de ilustrar de una manera más clara y comprensible al antiguo Samurái
y su manera de proceder, es necesario retomar nuevamente la historia del Japón,
para lo cual, para ello se selecciona el episodio sobre el “Incidente de Akō”
(Akō Roshi - 赤穂浪士) o también “Los Ronin de Ako”.

Se trata de una historia real, sin embargo en muchas de sus representaciones a


través del tiemplo se han alterado los eventos de su forma original, añadiendo tramas
ficticios y personajes adicionales, de hecho, esa historia fue tan transcendental en su
época, de modo que tan sólo unas semanas después de ocurridos los hechos ya se
estaba representando en los teatros kabuki y se relataba la historia difundiéndola por
cada feudo a lo largo de todo Japón.

De todas las versiones de representación popular, la más conocida es la obra


de bunraku llamada “Chūshingura” del año 1748, tanto que desde entonces esta
palabra suele utilizarse como sinónimo de “Akō Rōshi”, que es como se denomina y
se le conoce a esta historia en Japón.
El incidente de Akō ocurrió aproximadamente entre los años 1701 y 1703 (“era
Genroku”), resaltando entre muchas otras por ser una de las historias más famosas
sobre Samuráis, en la cual se puede apreciar en qué manera tan trascendental influía
el Bushido en sus convicciones, sus vidas y por tanto, en su proceder.

El incidente ocurrido en Akō, también conocido como “la historia de los 47


Rōnin” es, uno de los episodios de la historia japonesa más reconocidos y famosos
en el Japón, donde se considera toda una leyenda de la tradición nacional y se ha
recreado en multitud de obras de teatro kabuki, bunraku (teatro de marionetas),
novelas, series de televisión y hasta en películas de cine.

La historia de “Chūshingura” o de los “47 Ronin” o los 47 Samuráis sin señor,


es una historia derivada de un evento real, esta narración es una de las que mejor
refleja el espíritu del código Código Bushido; la dedicación, el sacrificio, la entrega
y devoción- Lealtad de servicio a su Señor por los ideales más arraigados de los
samuráis en aquellos tiempos.
“LOS RONIN DE AKO”

(AKō ROSHI - 赤穂浪士)

Estos hechos se suscitan durante la era Edo del Japón feudal, en el año 1701
aproximadamente, dentro de la llamada “era Genroku” (1688-1703), considerada
como la Edad de Oro del periodo Edo.

En este año, el Shogun Tokugawa Tsunayoshi ordena a dos Señores o Daimyō


que desde ese momento, se encarguen de recibir en la corte a los emisarios que envíe
el Emperador Higashiyama desde Kioto; estos dos Daimyo fueron: “Kamei
Korechika” y “Asano Naganori” , éste último señor del castillo de Akō, en la
provincia de Harima.

Daimyo Asano Oficial del Shogun Kira Yoshinaka


Antes de empezar a encargarse de la tarea asignada, los dos Señores deben
aprender toda una serie de normas y ceremonias necesarias para este tipo de asuntos.
Un alto oficial de la corte del Shogun fue el encargado de instruirles, se trató de
“Kira Yoshinaka”(también Kira Kozuneko suke).

Así, cada día los dos nobles acuden al palacio del Shogun en Edo para que Kira
les instruyera en protocolos y etiqueta. Tal y como es costumbre en estos casos, los
Señores Asano y Kamei hacen llegar una serie de regalos a Kira en agradecimiento
por su trabajo; pero al parecer Kira no queda nada satisfecho con estas ofrendas por
considerarlas insuficientes, por lo que empieza a instruirles de forma equivocada,
dejándolos en ridículo a menudo y dedicándoles comentarios ofensivos.

El Señor Asano soportó estas ofensas pacientemente, sin embargo el Señor


Kamei no pudo tolerar el comportamiento de este oficial y, una noche, comunica a
sus consejeros que cuando acuda a la mañana siguiente al palacio del Shogun piensa
matar a Kira, sin importarle que este acto implique su detención, condena a muerte y
pérdida de su apellido y posesiones.

Uno de sus consejeros decide hacer algo para evitar la caída en desgracia de su
señor, así que reúne todo el dinero que puede y lo lleva a casa de Kira, ofreciéndolo
como regalo de parte de su Daimyo, en agradecimiento por las clases recibidas.

A la mañana siguiente, cuando Kamei llega al palacio, dispuesto a matar a Kira,


se encuentra con que éste lo recibe haciendo gala de una gran educación y
pidiéndole disculpas por su conducta en los días anteriores. Tanta fue su disculpa
que éste se agasaja complacido y decide olvidar sus intenciones y perdonar la vida al
oficial Kamei.

Por el contrario, las ofensas hacia el Señor Asano fueron cada vez mayores,
siendo que Kira lo ridiculizaba constantemente y lo provocaba con descortesías y
todo tipo de insultos indirectos.
Nuevamente, el Señor Asano hizo gala de una gran paciencia y no se dio por
aludido, incluso cuando el Oficial del Shogun Kira le pidió que atara la cinta de uno
de sus tabis, que se había soltado.

Tras atarla, el oficial del Shogun volvió a ridiculizarlo, riéndose de la forma


tosca en que ha realizado tan sencilla tarea, algo que hizo estallar la ira del Señor
Asano.

El señor de Akō sacó un Tanto (daga japonesa) y atacó a Kira mientras éste se
marchaba de la habitación y aunque erró en el golpe y sólo pudo provocar un corte
en la frente del oficial, una segunda acometida hizo que el Tanto acabara finalmente
clavada en un pilar de madera del salón, dando tiempo a Kira para huir del lugar y a
los oficiales de la corte para detener al Daimyo Asano.

Posterior a ello, se celebró un consejo extraordinario y se condenó al Daimyo a


morir realizándose el “Seppuku” o Suicidio ritual (término también conocido
vulgarmente como “Harakiri”), pues era penado con la muerte el solo hecho de
desenvainar un arma dentro del palacio del Shōgun.
Además de esto, el castillo de Akō y el resto de propiedades de la casa Asano
fueron confiscadas por el gobierno y todos sus samuráis quedaron a la deriva y se
conviertieron por ello en Ronin o samuráis que no sirven a ningún señor.

La mayoría de ellos, ahora Ronin se hacen mercaderes, artesanos, o pasan a servir


a algún otro Daimyo, pero 47 de ellos decidieron vengar la injusta muerte del Señor
Asano, capitaneados por su consejero principal Ōishi Yoshio (Ōishi Kuranosuke), y
cuyas edades iban desde los 16 hasta los 77 años.

Para estos 47 Ronin la venganza no fue un plan sencillo, puesto que Kira
Yoshinaka, temeroso de ser atacado por los seguidores del ya fallecido Señor Asano,
solicitó a su suegro, quien fue un Daimyo del poderoso Clan Uesugi, que le prestase
un buen número de sus Samuráis para protegerlo.

Por ello, los 47 Ronin decidieron que lo mejor era separarse y esperar un mejor
momento para la arremetida, ello sería cuando el enemigo estuviese confiado y al
bajar la guardia, de este modo, cada uno de ellos se puso a trabajar por su lado en
todo tipo de oficios, tal y como lo hizo el resto de sus compañeros.

Por su parte, el líder de los Ronin Ōishi compró una casa en Kioto, se mudó allí
con su familia y se da por completo a una vida de lo más disoluta, emborrachándose
cada día y frecuentando los burdeles y las casas de juego de la ciudad.
Kira, al enterarse de la marcha de Ōishi a Kioto envía espías para que le
informasen cual era el propósito de que estuviese allí, por lo que rápidamente se
entera del tipo de vida alegre que está llevando.

Un día, Ōishi vuelve a casa tan borracho que cae en mitad de la calle y se queda
dormido en el suelo, mientras multitud de personas pasan a su lado; una de estas
personas era un samurái del feudo de Satsuma que, reconociéndolo, le insulta por no
ser más que un borracho y no haber tenido la valentía de vengar la muerte de su
señor, antes de marcharse incluso escupe a Ōishi en la cara.

Estos hechos llegan también a oídos de Kira y hacen que se sienta mucho más
seguro, pues nada parecía estar más alejado de las verdaderas intenciones del
consejero del Señor Asano.

Un tiempo después, la esposa de Ōishi, aún y sabiendo del plan de venganza, le


reprende porque cree que su conducta está llegando demasiado lejos y la situación se
estaba volviendo insostenible; la respuesta del samurái no es otra que divorciarse de
ella y enviarla de vuelta con sus padres junto con sus dos hijos pequeños.

El hijo mayor, llamado Ōishi Chikara, decide quedarse con su padre, quien
entonces compra los servicios de una concubina. Al enterarse de lo sucedido, Kira
devolvió a su suegro la mitad de los hombres que le había prestado.

Mientras tanto, algunos de los otros Ronin vuelven a Edo y consiguen infiltrarse
en casa de Kira para así recopilar todo tipo de información acerca de la casa en sí y
de los hombres de armas y el resto de sirvientes.
Uno de ellos llegó incluso a casarse con la hija del constructor del edificio,
consiguiendo así un plano del mismo. Toda esta información, obviamente, fue
cuidadosamente recopilada y enviada a Ōishi.

Cuando cree que ha llegado el momento oportuno, habiendo pasado más de año y
medio desde la muerte del Señor Asano, Ōishi vuelve a Edo en secreto.

Una noche azotada por una gran tormenta de nieve los 47 Ronin y antiguos
compañeros, entre los que se incluye Chikara, se reúnen y deciden que a
medianoche atacarían por fin la casa de Kira. Para ello, planearon dividirse en dos
grupos: uno dirigido por Ōishi que atacaría por la puerta principal y otro dirigido por
su hijo Chikara, que entraría por la puerta trasera.

Se pusieron en marcha a la hora acordada y, al llegar ésta, envían un mensajero a


las casas vecinas informando de lo que se proponen hacer y asegurando que no se
hará ningún daño a nadie más ni se provocará ningún incendio ni nada que pueda
poner en peligro a las casas colindantes.
Se dividieron en los dos grupos tal y como ya estaba planeado y cuatro hombres
treparon a los muros exteriores para llegar al patio y asegurarse de que los habitantes
de la casa están en el interior durmiendo tranquilamente, además entraron en la
garita en la que descansaron los guardias y los ataron, perdonando sus vidas.

Los Ronin que se encontraban en el exterior de la casa hacen saltar los tablones
que cierran las puertas utilizando unos grandes martillos y, cada grupo por su lado,
entraron en el recinto.
Diez de ellos se apostaron sobre el tejado armados con arcos para evitar que
alguien de la casa pueda huir y pedir refuerzos. Una vez que todos estaban
preparados, Ōishi hizo sonar un tambor, el cual fue la señal acordada para empezar
el ataque sobre Kira.

Al escucharse el sonido inconfundible del tambor, una decena de hombres de


Kira se despiertan y corren a la puerta principal para defender la casa y a su Señor,
enfrentándose a los Ronin, mientras que Kira, con su mujer y sus sirvientas,
corrieron a refugiarse en un escondite.

Los 47 osados Ronin consiguieron acabar con estos primeros soldados que les
salen al paso sin sufrir ninguna baja por su bando, y se reúnen posteriormente con el
grupo de Chikara.
En ese momento llegó a la casa de Kira otro grupo de soldados y se desató un
feroz combate mientras los arqueros acababan con la vida de algunos mensajeros
enviados a pedir ayuda al suegro de Kira.

Tras la batalla, sólo tres hombres se interpusieron entre los Ronin y la habitación
de Kira, sus tres mejores guerreros. Ōishi ordenó a su hijo, de sólo dieciséis años,
que les ataque, y Chikara se lanzó a arremeter contra estos, terminando con la vida
de uno mientras sus compañeros se encargan de los otros dos.

No quedando ya ningún soldado, entraron en las dependencias de Kira y


encuentraron allí únicamente a su hijo, Uesugi Tsunanori (llamado también Kira
Sahioye, seguramente su nombre antes de ser adoptado por el clan Uesugi al que
pertenecía su madre), quien les atacó, sin embargó fue rápidamente abatido.

Ante la ausencia de Kira, los Ronin se dividen en grupos y empiezan a registrar


la casa, encontrando sólo mujeres y niños. Ōishi tocó el futón de Kira y, al notar
que aún está caliente, insiste en que no podía estar muy lejos.

Desesperados, los Ronin decidieron hacer un último intento antes de, si no


encuentran a su enemigo, hacerse todos “seppuku” allí mismo. Entonces, tras una
pintura en la habitación de Kira, descubren un agujero en la pared; uno de ellos entra
por él y va a parar a un oscuro cobertizo, en el que es atacado por dos soldados a los
que consigue resistir lo suficiente para que lleguase algunos de sus compañeros y se
encargasen de ellos.
Tanteando con su lanza en el rincón más oscuro del cobertizo, el Ronin que
primero se había introducido por el agujero clava su hoja en un bulto y se escucha
un grito de dolor, había herido a un hombre.

Lo sacaron al exterior y le preguntaron su nombre, negándose él a responder


hasta que Ōishi lo reconoce como el Oficial del Shogun Kira Yoshinaka, confirmado
además por la cicatriz que tenía en la frente, la misma que le había causado el Señor
Asano Naganori un año y medio atras.

En ese momento, Ōishi se arrodilla ante Kira y, con gran respeto, le explica
quiénes son y a qué han venido, tras lo que le pide que por honor se haga
“seppuku”, para lo cual Ōishi se ofrece a actuar como su segundo y cortarle la
cabeza al concluir.

Kira no responde aún con la insistencia de los Ronin, por lo que Ōishi ordena a
sus hombres que lo pongan de rodillas y le corta la cabeza usando la misma hoja que
había usado el Señor Asano para acabar con su propia vida.
Una vez decapitado Kira y con ello conseguido su objetivo, los Ronin se
aseguraron de apagar cualquier lámpara o fuego que pudiese haber en la casa para
no provocar un incendio y, con la cabeza de Kira dentro en un cubo, se marchan del
lugar.

Estando de camino al “Sengakuji” (templo en el que estaban enterrados los restos


del Señor Asano), se hizo de día y, habiéndose difundido ya la noticia de lo que
había sucedido, son muchos los que salen al encuentro de los Ronin para mostrarles
su respeto y admiración.

Incluso el Daimyo Matsudaira Suketoshi se preparó y ofreció su ayuda a los 47


Ronin en caso de que fuesen atacados por las tropas del suegro de Kira, algo que los
Ronin también temieron pero que finalmente no sucedió.

Aproximadamente hacia las siete de la mañana pasan por delante del palacio del
señor de Sendai, el Daimyo Date Tsunamura (bisnieto del famoso Date Masamune),
quien manda a uno de sus consejeros a hablar con Ōishi e invitarles a comer algo y
descansar, algo que aceptan de buen grado aunque sin demorarse más que lo justo.

Cuando llegan por fin al Sengakuji les está esperando ya el abad del templo,
quien les llevó a la tumba de su Señor Asano Naganori.
Los Ronin lavarón la cabeza de Kira Yoshinaka en un pozo cercano, la colocaron
como ofrenda sobre la tumba de su señor y rezan unas oraciones en su honor.
Al acabar, Ōishi entrega al abad una cantidad de dinero y le pide que se encargue
del entierro de todos ellos una vez hayan muerto. Tras todo esto, se limitan a esperar
órdenes del shōgunato.

La Corte Suprema del Shogún se reunió en Edo y acabaron deliberando,


decidiendo que los 47 Ronin debían morir realizándose “Seppuku”.
A la honorable muerte de los 47 guerreros, sus cuerpos son llevados también al
“Sengakuji” y enterrados frente a la tumba de su Señor Asano Naganori.

Muchas personas, han acudido a partir de ese momento a rezar junto a las tumbas
de los Ronin, entre ellos, aquel samurái de Satsuma que había insultado y escupido a
Ōishi en Kioto en la cara, pidiendo disculpas públicamente por su comportamiento
equivocado y, como compensación, se hizo “seppuku” allí mismo, enterrándose sus
restos junto a las demás tumbas, siendo la suya la número 48.

Los 48 Ronin de Akō fueron:

1. Oishi Yoshio 2. Kataoka Takafusa

3. Chiba Mitsutada 4. Chikamatsu Yukishige

5. Akagaki Masakata 6. Sugeno Harufusa

7. Muramatsu Takanao 8. Fuwa Shigetane

9. Hayami Mitsutaka 10. Katsuta Taketaka

11. Kimura Sadayuki 12. Muramatsu Hidenao


Los 48 Ronin de Akō fueron:
13. Yato Norikane 14. Hazama Mitsuoki

15. Okajima Tsuneoki 16. Mase Masaaki

17. Minura Kanatsune 18. Hazama Mitsukaze

19. Onodera Hidekazu 20. Okuda Shigemori

21. Horibe Takeyasu 22. Takebayashi Takeshige

23. Teraoka Nobuyuki 24. Hara Mototoshi

25. Tominomori Masakata 26. Mayebara Munefusa

27. Otaka Tadao 28. Oishi Nobukiyo

29. Kayano Tsunenari 30. Kaiga Tomonobu

31. Yoshida Kanesada 32. Okano Kanehide

33. Onodera Hidetomo 34. Horibe Kanamura

35. Okuda Yukitake 36. Nakamura Masatoki

37. Sugenoya Masatoshi 38. Ushioda Takanori

39. Kurabayashi Takeyuki 40. Yokogawa Munetoshi

41. Yoshida Kanesuke 42. Yata Suketake

43. Hazama Mitsunobu 44. Kanzaki Yagoro

45. Kanzaki Yagoro 46. Isogai Masahira

47. Amanoya Rihei 48. Kayano Tsuneyo


Con esta historia, se puede apreciar la importancia del Código Bushido sobre la
vida del Samurái, la trascendencia que éste tenía y que no era un asunto trivial para
el Samurái.

Para un Samurái no era admisible un comportamiento descortés, desleal y sin


honor, al igual que no se admitía en ningún modo un proceder mediocre, tibio o
“de medias tintas”.

Para un Samurái el correcto comportamiento de acuerdo a su vocación y


convicciones lo era todo y no importaba llegar a la muerte misma en defensa de lo
que creían digno de ser verdad o correcto, ya fuese por la espada de su oponente o
por su propia mano en suicidio ritual.

Un Samurái admitía y trataba de vivir en su posición y puesto lo mejor posible, tratando


de mantener siempre un conducta cabal, sin embargo, también en la historia de los Ronin
de Ako se puede ver a otros de comportamiento deshonroso y contrario al Código del
Bushido.

Finalmente, todo dependió de cada uno y de su conciencia al momento de vivir en


aquellos duros tiempos, tal cual como lo es ahora.
日本刀
“NIHONTO”

La espada del guerrero simboliza su propia alma…

“No me desenvaines sin motivo ni razón


y no me envaines
sin antes haberme usado con Honor”
“NIHONTO” (日本刀)
LA ESPADA JAPONESA

Se le llama “Nihonto” (Nihon: japonés; To: espada) a la espada japonesa, sin


embargo, es muy importante resaltar que esta denominación es restrictiva única y
exclusivamente a las hojas forjadas dentro del territorio japonés, con acero
Tamahagane, con los métodos tradicionales, la cuales se registran ante el gobierno
del Japón para su control y que son consideradas tesoro nacional.

La espada, fue a lo largo de muchos siglos en la historia japonesa símbolo de


poder y posición de la noble casta Samurái, aunque ahora es reconocida como ícono
del pueblo japonés, así como en una infalible arma, tan afilada y resistente que es
capaz de cortar un torso humano en un solo golpe desde el cuello a la cadera.

Pero hablar sobre la espada japonesa resulta ser un tema muy complejo, inclusive
para aquellos que han dedicado años a su estudio y preservación; pues comprende
aspectos religiosos, filosóficos, científicos, históricos, técnicos de ingeniería
metalúrgica y por supuesto, el denotado aspecto marcial por el cual fue creada.

No es fácil abordar el tema de la espada japonesa debido a que ya sea en uno u


otro aspecto, esta tiene mucho que ofrecer para su análisis y discusión.

La espada japonesa es reconocida en todo el mundo por ser el ícono infalible del
guerrero feudal japonés o Samurái y por tres grandes virtudes que la caracterizan
como tal:

1. Por ser Irrompibles.


2. Por sus propiedades mecánicas como gran dureza y
contradictoriamente también con flexibilidad y gran resistencia
mecánica a esfuerzos.
3. Por su infalible capacidad de corte.

Para la comprensión de lo que es el tema de la “espada japonesa”, es necesario


abordar y estudiar su historia, es decir, lo que dio origen a lo que actualmente se
conoce como “Katana”, para lo cual se explicará someramente de forma
cronológica la evolución de las piezas forjadas hasta que se convirtieron en la
renombrada espada que se conoce en nuestros días.
HISTORIA DE LA ESPADA JAPONESA
EVOLUCIÓN Y DESARROLLO

Las primeras espadas japonesas.

Es muy probable que posterior a la Edad de Piedra y durante la Edad del Hierro
las primeras técnicas de forja hayan sido introducidas a las islas japonesas desde
alguna parte del territorio continental de Asia, lo más probable que de China,
estudios y excavaciones arqueológicas en el territorio japonés de piezas sustraídas
desde el Siglo IV a.C. avalan esta teoría.

De acuerdo a relatos plasmados en el “Nihon shoki” (primer libro sobre la


historia del Japón, data del año 720 aprox.), donde se mencionan espadas “rectas”
cuya longitud va desde los 8 a los 10 “puños” (medida métrica muy antigua).

Se tiene el registro de que las primeras espadas japonesas fueron rectas y de


doble filo, muy similares o tal vez iguales a las espadas chinas y coreanas, tal vez y
debido en gran parte a su primogénita influencia sobre el Japón en este y muchos
otros aspectos y que por otra parte, difieren mucho en su geometría de la espada
japonesa que se conoce actualmente.

Un ejemplo destacado de las primeras espadas rectas, se puede encontrar en el


antiguo relato sintoísta sobre la espada divina “Kusanagi no Tsurugi”, una espada
recta usada por los Dioses, independientemente de algunas piezas encontradas y que
hoy se encuentran como piezas arqueológicas en varios museos.

Esta espada recta fue adaptada para ceñirse sobre un costado por medio de unos
anclajes o “ashi”, los cuales permitían que ésta quedase colgando para poder
desenvainarse con mayor facilidad y rapidez, al contrario de traer sujeta la vaina por
la cintura, esto fue lo que dio origen al “tsurugi no tachi” y posteriormente al
“Tachi”.
Transición de las espadas rectas a las espadas curvas:

La transición propiamente en cuanto a su periodo aproximado esta discutido entre


los historiadores, ya que se han encontrado piezas que fueron producidas con una
curvatura deliberada y no con una curvatura debido a un proceso natural de forja y
temple. Se considera en lo general, que esta transición ocurrió alrededor del
periodo conocido como “Era Heian” (782 – 1184).

La introducción de una curvatura (sori) en la hoja de la espada japonesa fue un


gran acierto y avance en la misma desde un punto de vista práctico. Un aspecto muy
importante a considerar en cambiar la morfología de la hoja de recta a curva es
también el considerar la propia geometría de la hoja y su dureza.

Se tiene que las primeras espadas curvas que se produjeron en Japón tenían una
geometría de costados planos (hira zukuri), con un “filo falso”, por lo tanto no
duradero, y con la consiguiente complicación de forja que ello conllevaba ya que
mucho metal en una sección significaría un mal filo y poco metal ocasionaría
irremediablemente una hoja quebradiza o que pudiese doblarse con facilidad.

La geometría “kihira zukuri” representa la primera etapa de transición, “hira


zukuri” la segunda etapa, hasta que el problema de la geometría en general, pero
sobre todo de la sección cortante fue solucionado con la geometría “Shinogi
zukuri”.

La hojas con geometría “Shinogi zukuri” fueron perfeccionadas hasta finales del
periodo o “Era Heian” (Siglos XI y XII) y es el tipo de geometría de hoja
reconocida actualmente en la espada japonesa por ser la forma que proporciona los
mejores resultados mecánicos al momento de efectuar un corte por poseer una
amplia sección de corte eliminando así el efecto de un “falso filo”.

Consecuentemente, las hojas con geometría “Shinogi zukuri” continuaron su


proliferación exitosamente debido a las grandes ventajas que ofrecen sobre otras,
desde la Era Heian hasta las que se forjan actualmente.
Auge de la Espada japonesa.

Durante el periodo o “Era Kamakura”(1185 – 1332) la producción de espadas


en Japón tuvo un gran auge, reconociéndose hoy en día “Piezas maestras” que datan
de ese periodo.

El tipo de espada más utilizado hasta entonces en Japón era el “Tachi”, una
espada cuyo “nagasa” variaba entre los 68 a 80 cm, algunas veces mayor o menor,
según la Era o periodo y la tradición de forja, sin embargo, durante la Era Kamakura
este era el tipo predominante, usado de tal modo que se era ceñido en la cintura con
el filo hacia abajo, lo cual puede constatarse en literatura de la época como “Heike
Monogatari”, entre otras.

Existieron algunas variaciones en el Tachi, tales como el “Kodachi”, el cual era


un Tachi pero pequeño (60 cm o menor), el cual era usado por los guerreros Samurái
como espada de compañía para el propio Tachi.

A mediados del periodo Kamakura, se gestó un nuevo modo de combate


motivado por la “crisis militar” que enfrentó Japón debido a las invasiones
Mongolas en 1274; siendo que en la primera el Japón se salvó debido a la marejada
provocada por un Tifón, la cual ocasionó el hundimiento de casi toda la flota
invasora, por lo cual, el “Shogun” proclamó edictos para mejorar las capacidades de
defensa y militares en toda la nación como preparativos para el segundo intento
Mongol el cual sucedió en el año de 1281.

Como mejoras en los métodos de combate, se podría afirmar también que surge
el “Tanto”, el cual es una daga muy práctica para el combate cercano, que oscilaba
entre los 24 a 25 cm y que después se hicieron un poco más largos.
Durante la Era Kamakura también se consolida la “Naginata” o Alabarda como
arma para el combate utilizada por el guerrero Samurái.

De igual forma, en el periodo Kamakura surge una espada más corta que el Tachi
y Kodachi llamado “Kashigatana”, la cual entraría en sustitución en el campo de
batalla del Kodachi por ser más práctica que éste, sin tanto adorno en el koshirae y
sin anclajes en la saya o vaina.

Ahora bien, las espadas del periodo o “Era Nambokucho” (1333 – 1391)
representan en si la culminación de la tendencia de hacer la espada más y más larga,
llegando a haber espadas con nagasa de entre los 90 a los 100 cm, ocurriendo lo
mismo con la Naginata haciéndose en su bastón y hoja un poco más largas que en el
Kamakura y ampliándose aún más su uso, pero desapareciendo casi el uso del Tanto.

Al fin de los conflictos y guerras entre los clanes a finales del periodo
Nambokucho e inicios del periodo o “Era Muromachi” (1392 – 1572) la
producción de espadas retomó las influencias de los mediados del periodo
Kamakura, sin embargo también debido a las necesidades de un “combate más
veloz” surge una espada llamada “Uchigatana”, la cual era más corta que el Tachi y
su modo de uso era distinto, ya que se ajustaba la Saya ciñéndola a la cintura con el
filo hacia arriba, con la consecuente ventaja de un desenvaina más veloz y práctico
que usando un Tachi.

La Uchigatana fue rápidamente aceptada por los guerreros Samurái y su uso


ampliamente expandido entre ellos. La Uchigatana tenía un koshirae más elaborado
que un Tanto pero menos aún que un Kodachi, por lo cual en todos los aspectos era
un arma muy versátil y práctica.

La Uchigatana se produjo en dos formas: una larga y otra corta, de las cuales
aquellas largas que superaban los 60 cm de nagasa fueron llamadas “KATANAS”,
siendo que entonces a las versiones cortas se les denominó “WAKIZASHI”
utilizada como espada de compañía de la Katana, de este modo y desde entonces es
cómo surge la icónica espada japonesa que se conoce actualmente.

Igualmente, en este periodo comenzó el uso del “Yari” o lanza.


Consolidación de la Espada japonesa.

En la cultura japonesa la Espada representa el poder conferido para gobernar y


regir sobre el pueblo, por lo cual solo la casta Samurái estaba autorizada para portar
las icónicas espadas.

Se comprende entonces que la “Uchigatana” da origen a la “Katana”, siendo


que ésta última de se hace de uso común entre los Samurái desde entonces por ser
más práctica que el “Tachi”, ligeramente más corta, con la característica primordial
de que se porta con el filo hacia arriba y permite un desenvaine más veloz.

Durante el periodo o “Era Momoyama” (1573 – 1599) se consolida el uso del


par de espadas ceñidas a la cintura del guerrero Samurái, llamándosele a este par
“Daisho” (conjunto de Katana y Wakizashi).

Para el Samurái o Caballero Feudal japonés era rigurosos que portase siempre el
par de armas ceñidas al lado izquierdo de la cintura, pues esto hablaba por si mismo
como símbolo tangible de su autoridad, siendo ellos la clase gobernante desde aprox.
el año 800 d.C. hasta finales del Siglo XIX; donde se gestaron una serie de guerras
civiles y cambios políticos donde se abolió a esta clase y terminando el periodo
feudal en la historia japonesa.

La espada japonesa sigue siendo un arma espada inigualable, a la vez que


también es una “Obra de arte” tanto antigua como moderna.
SIMBOLISMO DE LA ESPADA JAPONESA

La Espada japonesa es ícono del pueblo Nippón y ha sido elemento de adoración


por su símbolo espiritual y representa el Alma del fiero guerrero Samurái.

La espada tiene una conexión muy profunda con el “Shinto” (sintoísmo) japonés
desde hace más de 1000 años, donde se considera que la espada es el conducto del
poder de los Dioses, lo cual, en un sentido esotérico es enteramente cierto.

Ahora bien, de igual forma que la Espada japonesa representa el poder Solar, la
virilidad, la fertilidad, la divinidad, el principio generador del Universo y el poder
divino, esto se puede constatar en las antiguas leyendas del Shinto en donde aparece
la espada divina “Kusanagi no Tsurugi” en la batalla contra el Demonio Dragón
“Yamato No Oroshi”.

De igual forma el aspecto ligado con la Diosa Solar “Amaterasu Omikami” a


quien le fue otorgada esta espada sagrada para su resguardo, lo cual es similar y
homólogamente expresado a lo que también representa la espada sagrada de
“Excalibur” en la leyenda celta de “Arcturus”, ejemplo citado por su idéntico
simbolismo esotérico, místico y espiritual.
Para poder comprender el aspecto cultural de la espada japonesa, hay que saber
que en el Japón se ha considerado desde la antigüedad que la fabricación de espadas
como una de las “artes mayores” y reflejo del espíritu mismo del pueblo japonés.

En la actualidad, en Japón el espíritu de su cultura siempre reacio a romper con


la tradición, sigue dando a sus espadas una muy alta consideración, estando algunos
de ellos calificados como piezas maestras o/y “Bunka” Tesoros Nacionales.

En los tiempos dorados de la clase Samurái la espada era una de las más
preciadas posesiones de las familias y por supuesto de propio guerrero, colocándose
en un lugar privilegiado de la Casa, regularmente al lado del “Yoroi” o Armadura,
creando una especie de altar, pero de menor categoría que el “Kamizana” o Altar
dedicado a los Dioses.

Por otro lado y comentando de manera complementaria, tomando ahora un punto


de vista científico, analizando la estructura metalúrgica de la espada japonesa es
menester reconocer que ésta posee la tecnología metalúrgica más avanzada de su
época, por lo cual es justo y de todo derecho decir que la espada japonesa es la
mejor espada del mundo, y que sólo la espada vikinga “Günferd” es digna de
compararse hasta cierto punto con una “Nihonto” por presentar ciertas similitudes
en la calidad del acero.

Actualmente se continúa con la producción tradicional de la espada japonesa por


los “Katana kaji” o herreros de espadas, los cuales están registrados y certificados
ante el gobierno japonés siguiendo métodos derivados o iguales de las antiguas
Escuelas de foja de espadas.
PRODUCCIÓN DE UNA ESPADA JAPONESA

La producción de una espada japonesa se realiza en varios procesos sucesivos y


complementarios entre si, los cuales conllevan a varios especialistas en cada
materia, es decir que su producción no es exclusiva solo de una persona,
considerándose siempre que todos los procesos de producción son hechos
artesanalmente.

El primer proceso en la producción de la espada japonesa es la obtención de la


materia prima de trabajo llamado “Tamahagane” (acero preparado con carbón y
arena ferrosa), lo cual se hace en un horno prefabricada para tal fin llamado
“Tatara”.
El propio proceso de forja y hechura de cada uno de los detalles de la espada
japonesa, desde el horno “Tatara”, desde donde se obtiene la materia prima hasta
que la espada queda lista, refleja intrínsecamente la habilidad, tenacidad, cuidado,
empeño, inteligencia y sobre todo la constancia y disciplina del pueblo japonés, ya
que desde que se inicia en el primer proceso hasta que la espada queda
completamente lista incluyendo sus aditamentos, pasan de 8 a 12 meses de arduo,
constante y refinado trabajo, hasta completar varios procesos que se realizan
completamente “a mano”.
Es prudente mencionar que un acero con las características de composición
química (alto carbón y muy pocas impurezas) de gran calidad como lo es un buen
“Tamahagane”, el cual se cotiza actualmente en el mercado internacional de 10 a 15
veces más caro que un acero ordinario, por ello y considerando a la par que todo el
proceso de producción de la espada japonesa se realiza artesanalmente.

La ingeniería metalúrgica y de construcción de una espada japonesa es muy


superior a las de su época, ya que entre muchas otras características, combina dos
tipos de acero; uno muy duro que ha sido laminado para el exterior y uno más
blando en el interior de la hoja, lo cual proporciona propiedades mecánicas de
resistencia a esfuerzos muy superiores a todas las demás espadas de su época.

Una verdadera “Nihonto” se obtiene actualmente con un costo de varios miles de


dólares, considerando muchos otros aspectos, principalmente su edad o periodo de
forja, su estado de conservación y las cualidades propias de la pieza.

El siguiente proceso es el trabajo sobre el acero o laminación del mismo.

De forma general la hoja de la espada japonesa es una hecha de aleación de acero


al alto carbón y otros elementos (según la calidad del mismo), siendo que la forja o
proceso de laminación de una hoja japonesa sintetizadamente consiste en laminar
entre 10 y 15 veces el acero primario obtenido en el “Tatara” denominado
“Tamahagane”; que dependiendo la Tradición o Escuela de forja es el estilo o
método de laminación empleado para la producción de la hoja.
Principales métodos de laminación de las escuelas de forja antiguas, en las cuales se
obtienen dos tipos principales de “Jitetsu” con característicos específicas de cada
uno de ellos.
Pasos sintetizados en el
proceso de laminación del
acero; hasta que se forma
la hoja de la espada
japonesa.
Métodos de laminación de una “NIHONTO”

A B C D E F G H I

A Maru
B Makuri
C Kobuse
D Gomai
E Honsanmai
F Orikaeshi Sanmai
G Shihozume
H Soshu
I Wariba Tetsu

SHIGANE: Acero suave.

KAWAGANE: Acero de dureza media.

HAGANE: Acero Duro.

* El método de laminación utilizado variaba según la tradición de forja.


MUNETETSU – acero medio

KAWATETSU – acero laminado

SHINTETSU – acero suave

HATETSU – acero Templado

En la producción de una espada japonesa, cada proceso es necesario, los cuales


son progresivos uno de otro, de tal modo que no se puede iniciar un proceso sin
antes haber concluido el anterior, de otro modo, se tendría una hoja pobre y una
mala forja y mala hoja como consecuencia.

Posterior al proceso de laminado del acero y una vez que se ha dado forma a la
hoja, que se ha definido su geometría, se continua con el siguiente proceso.
El siguiente proceso en la producción de la espada japonesa es en el cual se
realiza el recubrimiento de parte de la hoja con arcilla para poder darle
posteriormente un tratamiento de templado térmico diferencial, lo cual es el temple
del acero y que es crucial para la funcionalidad de hoja como un arma.

Este tratamiento de templado térmico diferencial se realiza empleando una capa


de arcilla que aísla una parte del acero de la hoja del subsecuente tratamiento
térmico al que es expuesta la hoja al ser recalentada hasta que el acero toma un color
similar al “rojo del Sol naciente” y ser enfriada bruscamente en una solución de
sales, lo cual altera la micro estructura del acero formando una línea de templado
característica llamada “Ha-mon” (significa Ha: sección con filo, Mon: emblema).
El templado térmico diferencial ocasiona como propiedad mecánica en el acero
del sable una dureza inigualable en el filo mientras posee un “Mune” o lomo más
flexible, el cual tiene la capacidad de absorber los esfuerzos al ser golpeada la hoja.

A consecuencia de los distinto tiempos en el enfriamiento en el acero, por haber,


sido una parte cubierta con antelación utilizando arcilla una parte de la hoja, al haber
una diferencia en el enfriamiento de estos se forma una curvatura bien definida
llamada “Sori”, característica de la hoja japonesa, dando al final de todo el proceso
como resultado un instrumento de corte efectivo y duradero con la capacidad cortar
y desmembrar sin problema un cuerpo humano.
Como último proceso, se lleva a cabo sobre la hoja es el “Togishi”; el cual es el
arte de pulir, acentuar la geometría de la hoja, afilarla y exponer la belleza del acero
al contrastar el “Hamon” y exponiendo el Ji Hada, dejándola de este modo,
funcional y efectiva como arma, al mismo tiempo que queda reluciente como toda
una obra de arte.

El “Togishi” es un trabajo que no lo hace el herrero, sino un especialista en la


materia. El pulidor o “togishi” realiza este trabajo con piedras y herramientas
especiales, él es quien se encarga de afilar la hoja, definir su geometría y pulirla
eliminando la menor cantidad de acero posible, sacando a flote la belleza de la hoja
y haciéndola funcional como arma.

Posteriormente en la etapa de pulido del acero, se hace igualmente con piedras


mucho más finas, las cuales se manipulan cuidadosamente con la yema de los dedos,
estas se llaman “Hazuya” y “Jizuya” para darle el acabado final utilizando
“nugui”; que es una combinación de “choji” y otros elementos para blanquear el
acero y sacar a relucir el “hamon”, pues es en este proceso donde emerge la belleza
de la hoja forjada por el maestro herrero.
“La hoja es la parte vital de la espada japonesa y es por si misma
la representación tradicional del alma del guerrero Samurái”

Existen otros elementos que complementan a la hoja misma para protegerla y


enaltecerla, los cuales merecen también notable consideración por su sentidos
práctico y funcional como por su sentidos estético y artístico.

Si se observa la espada japonesa, se puede fácilmente llegar a la conclusión


que es un “arma” sumamente práctica y sencilla, ya que los elementos
complementarios como: “Tsuka”, “Seppas”, “Tsuba”, “Habaki” y “Saya”
son los primordiales para asegurar y proteger la hoja, entro muchos otros.
A estos elementos complementarios que “visten la hoja” tal como un traje
de gala se le conoce como “Koshirae”, mientras que la vaina de madera sin
mayor realce que una capa de cera externa se le llama “shirasaya” cuya única
función es proteger la hoja.

De igual forma que la hoja, todos los elementos que conforman un


“koshirae” son hechos dedicadamente por artesanos especializados, con
procesos considerados artesanales por la fineza y alta calidad de los trabajos
que realizan para obtener finalmente piezas tan estéticamente formadas que
combinan de manera formidable con todo el conjunto que viste a la hoja
japonesa.

Todos los elementos del “koshirae” tienen una función práctica por si
misma y aunque son elementos generalmente muy sencillos son sinérgicos
entre sí para conformar el recubrimiento y soporte de la hoja.

Generalmente los elementos del “koshirae” se combinan de tal forma que


conformen un todo que combine con la hoja y con el gusto del dueño de la
pieza, adoptando para ello distintos temas decorativos y colores utilizados,
siendo que en algunos casos se suelen utilizar metales finos como oro y plata
para la manufactura de los herrajes (seppas, hababaki) y Seda de algún color
especial junto con los “Menukis” u ornamentos montados en la Tsuka, con
“Tsukasame” o piel de Raya, en colores blanca o negra generalmente, según
corresponda al gusto del dueño de la pieza.
Era común que para la manufactura de la “Saya” o vaina se utilizaran
maderas finas recubiertas por laca, generalmente negra.

Existían y todavía existen varios modos de trabajar el recubrimiento de la


saya, pues esta puede ser simplemente cubierta con laca, o bien, adornada con
piezas de conchas, perlas, piel de raya, de tiburón, etc, todo con la finalidad de
tener un trabajo más reluciente y lujoso, tal cual era el caso de piezas
destinada para el “Shogun” o los “Daimyo”, en las cuales usualmente se
grababa o insertaban figuras del “Mon” o escudo heráldico familiar, tal como
en los “Tachi” (Sayamaki Dachi) del periodo Kamakura.
Partes y nomenclatura de la hoja japonesa
Partes y nomenclatura del “Koshirae”
Medidas tradicionales en la hoja de la espada japonesa.

Para tomar las medidas de los diferentes aspectos en la hoja japonesa, se


utiliza una terminología especial para ello.

Conocer estos conceptos resulta ser primordial para poder identificar las
características de cada hoja, ya que “no existen dos piezas iguales”, aun
cuando las haya forjado el mismo herrero con un acero de igual calidad en
ambas, por lo cual, cada espada es única.
CLASIFICACIONES DE LA ESPADA JAPONESA

Existen varios tipos de clasificaciones a los cuales puede ser sujeta la hoja
japonesa, esto tomando en consideración varios aspectos o criterios, cada uno
de los cuales a su vez trata de valorar una de las facetas atribuibles a un
“Nihonto”.

Las clasificaciones según los criterios aplicables a un “Nihonto” pueden ser


de la siguiente manera:

I. Por la edad o periodo histórico en cual se forjó la hoja (en años):

A) Ko-to (todas las hojas anteriores al año 1868)


Dividido en varios periodos o Eras:
- Asuka (538 – 644)
- Nara (645 – 781)
- Hakuho (645 – 710)
- Tempyo (711 – 781)
- Heian (782 – 897)
- Jogan (782 – 897)
- Fujiwara (898 – 1184)
- Kamakura (1185 – 1332)
- Nambokucho ( 1333 – 1391)
- Momoyama ( 1573 – 1599)
- Edo (1600 – 1867)
- Meiji (1866 – 1912)

B) Shinto (1868 a 1920 aprox)

C) Gendai-to o/y Shin-Shinto (1920 a 1945)

D) Shinsaku-to (posterior a 1945 y hasta ahora)

* Criterio oficial para el estudio de piezas “Ko-to” y de forja moderna


establecido por la Agencia de Asuntos Culturales del Gobierno Japonés.
II. Por las dimensiones de la hoja (en centímetros):
A) Tachi (más largo que la Katana)
B) Katana (60cm a 70 cm aproximadamente)
C) Wakizashi (30cm a 59.9cm),
D) Tanto (menor de 29.9cm) y otras.

III. Por la Tradición o Escuela de Forja (DEN):


Existieron cinco tradiciones o escuelas de forja, cada una con
características muy significativas de cada tradición, individuales en
ciertos aspectos, pero comunes en la manufactura de espadas de muy
buena o excelente calidad, estas tradiciones son:

A) “Yamashiro”
Originada en Kyoto en el Siglo X aprox.

B) “Sagami” o “Soshu”
Se originó gracias al patrocinio de los Daimyo en la
provincia de Sagamai durante la Era Kamakura.
Su máximo exponente fue el reconocido “Masamune”.

C) “Bizen”
Se originó en la Provincia de Bizen (ahora Prefectura de
Okayama) en el Perido Heian tardío en el pobladod
Osafune; notable por piezas de excelente calidad.

D) “Yamato”
Es la tradición más antigua de todas, se originó en el centro
de del territorio japonés aprox. en el Siglo IV, dio origen a
las primeras espadas forjadas en Japón.

E) “Mino”
Se originó en la Provincia de Seki en el periodo
Muromachi, dio origen a la mayoría de las escuelas de forja
moderna. A esta escuela en algunos casos también se le
conoce como “Echizen”.

En la Era Muromachi tanto Seki en la Provincia de Mino como


Osafune en la Provincia de Bizen, eran los dos mayores centros
de producción de espadas en Japón en ese periodo.
IV. Por la geometría de la hoja:
A) Shinogi Zukuri (predominante a partir de la Era Kamakura).
B) Kihira Zukuri
C) Hira Zukuri
D) Unobuki Zukuri
E) Moroha Zukuri
F) Shobu Zukuri

V. Por el filo de la hoja:


A) Saijo Owazamono (espada de filo supremo)
B) Owazamono (espada de gran filo)
C) Ryowazamono (espadas de buen filo)
D) Wazamono (espada con filo)
E) Clasificación mixta.

Para fines de preservación en el Arte de la espada japonesa, se han establecido


asociaciones oficiales con el auspicio del gobierno japonés, tales como:

1. Nihon Bijutsu Token Hozon Kyokai “NBTHK” (Sociedad


para la preservación del arte de la espada japonesa).
2. Nihon Touken Hozon Kai “NTHK” ( Sociedad para la
preservación de la espada japonesa).
3. Otras organizaciones.

Las cuales tienen la faculta para expedir certificaciones sobre la autenticidad


de la hoja y su koshirae.

Ejemplo de certificación por


NBTHK:
Clasificación de la hoja según sus dimensiones y geometría

(fueron cambiando paulatinamente con en el tiempo):

A Tachi: Chokuto Kiriha zukuri F Wakizashi: Hira zukuri


B Tachi: Chokuto Hira zukuri G Tanto: Hira zukuri
C Tachi: Shinogi zukuri H Ken: Moroha zukuri
D Katana: Shinogi zukuri I Naginata: Shobu zukuri
E Wakizashi: Shinogi zukuri

* La geometría de la hoja japonesa más reconocida es la “Shinogi Zukuri”, la cual fue la que
predomió desde la Era Kamakura por ser la más práctica y útil.
Medidas longitudinales usadas en el Japón feudal
(medidas tradicionales y sus equivalencias )

10 rin= 1 bu= 3 mm
10 bu = 30.3 mm= 1 sun
10 sun= 303 mm= 1 Shaku

Longitud de hoja Komei Jyuku

Hoja para principantes - 2.3 - 2.5 shaku

Hoja para un estudiante avanzado - 2.5 - 2.6 shaku

Hoja para un Sempai - 2.6 - 3.3 shaku


Así mismo, dentro de estas clasificaciones existen todavía más variaciones,
por lo que solamente se exponen las clasificaciones generales aplicables a
todas las hojas japonesas.

Sin embargo, es muy importante destacar los elementos estéticos de la hoja


japonesa que se destacan al observarse el “Ji Hada” (jitetsu)
La línea de temple o “Hamon” esto otro de los atractivos elementos que
hacen a la espada japonesa destacarse por sobre las demás, esta depende en
gran parte en la creatividad del herrero, pues en parte puede manipular el
resultado de éste según sea la aplicación de la arcilla previo al templado.

Entre otros más que existen.


El comprender la espada japonesa es un asunto complejo, ya que tiene que
ver con muchos aspectos en conjunto.

La espada japonesa es un arma de corte por excelencia, sin embargo, al


paso de los años ya no se utiliza como tal, sino que más bien ahora es también
y se le considera como una “obra de arte” antigua y contemporánea,
considerando que la forja de estas hojas continúa hasta el día de hoy.

Por lo tanto, aun cuando se forje una espada japonesa en nuestros días con
el mejor acero, que ésta tenga un hermoso “jitetsu” y un reluciente y definido
“Hamon”, si esta pieza no es capaz de cortar, entonces y debido a este hecho
esta espada carece de valor, por tal motivo, la espada japonesa es tan
compleja, de gran belleza, letal y seductora.
NOCIONES BÁSICAS SOBRE EL “KENJUTSU”
O ARTE DEL MANEJO DE LA ESPADA JAPONESA

El Kenjutsu es un arte marcial comprendida en el amplio contexto del “Nihon no


Bujutsu” (日本の武術) o Artes marciales japonesas y que actualmente se le
considera parte del “Ko-Budo”(古武道) “artes marciales ancestrales o
antiguas”; el cual se basa en el más refinado manejo de la espada japonesa, por lo
cual podría decirse que éste es el verdadero “Ken-Do”(剣道) o “Camino de la
espada”.
Se podría concluir que “el Kenjutsu es la esgrima japonesa”, una técnica de
esgrima muy distinta a la europea, pues el Kenjutsu ofrece técnicas específicas tanto
como refinadas y elegantes que son sumamente eficaces para los fines de ofensa-
defensa para los cuales fue creado, independientemente de considerar las
diametrales diferencias en dimensiones, geometría e ingeniería metalúrgica entre la
hoja europea y la japonesa.
De forma análoga que al estudiar y tratar de comprender la Espada japonesa, se
tiene que el “Kenjutsu” es también un arte que no es exclusiva de una sola
consideración o punto de vista particular, ya que si bien, ésta arte surgió por la
necesidad del combate con la espada en la guerra, éste también tuvo distintas
ramificaciones de evolución en el Japón feudal, en cada Provincia, en cada “Bushi
Den” o Clan y en cada época o Era a lo largo de la historia japonesa.
Estudiar el “Kenjutsu” o Arte del manejo de la espada japonesa es algo que
merece dedicación, pero sobre todo, constancia en el camino que uno mismo ha
elegido, considerando siempre que cada “Ryu” o tradición tiene mucho que ofrecer
y enseñar, pero tener siempre presente la premisa de que en las Artes marciales:

“No existe un Arte perfecta o total,


pues ésta depende de Uno mismo”

Todo depende del propio trabajo, esfuerzo, dedicación y constancia que uno
mismo realice, pues los resultados serán el reflejo de ello.
Sea cual sea el Ryu o tradición por el cual uno haya decidido caminar y aprender
sus aspectos tanto generales como específicos, invariablemente el Budoka o
estudiante de esta arte marcial encontrará que el fin último y la esencia es la misma
en todas las antiguas y modernas escuelas, por supuesto, cada una expresada desde
su propio punto de vista y con sus propios conceptos, sin embargo el trasfondo
original es el mismo en todos.
Tal como decía Musashi Miyamoto, quien entre muchos aspectos a renombrar de
su vida, fundó una técnica específica con el manejo de dos sables y escribió el libro
titulado “Go Rin no Sho” (El Libro de los cinco anillos):

“El aprender el arte del manejo de la espada no se logra con un libro,


solo se logra con la práctica y trabajo constante”
ASPECTOS A CONSIDERAR DEL “KENJUTSU”

De forma muy generalizada, puede comentarse que la esencia del Kenjutsu es el


más eficiente y eficaz uso de la espada japonesa en el combate, tanto para proteger
nuestra propia vida como para abatir a uno o varios contrincantes.
Lo anterior, se logra conociendo nuestro propio cuerpo, forma de movernos o
desplazarnos, el ritmo de nuestros movimientos y su fuerza o intensidad explosiva o
gradual dependiendo de la necesidad en el momento adecuado, pero
primordialmente conocer y guardar:

“El propio punto de Equilibrio y Centro de la Energía”

Se tomará mucho del material dejado por “Miyamoto Musashi”, por ser él uno de
los pocos que parece haber comprendido la esencia del Arte, parte de su trabajo se
citará para explicar al lector y tratar de que se comprenda de manera amplia y clara
lo que implica y es el “Kenjutsu” o Arte del manejo de la espada japonesa.
Miyamoto Musashi decía que si uno entrena día y noche en el Arte, de forma
natural uno adquirirá un amplio espíritu que servirá tanto para luchar
individualmente como en colectivo, lo cual lo pueden constatar hoy en día Maestros
en el Arte que han dedicado años de trabajo y constancia al Arte,
independientemente del Ryu que sigan.
Musashi también identificó algunos puntos ideales para poder obtener los
mejores resultados durante el entrenamiento en el Arte, los cuales son:
1. Pensar en cosas que no estén fuera del camino de la Rectitud u
Honestidad.

2. Entrenarse a fondo en el camino.

3. Practicar las diversas artes (diversas técnicas y con varias armas,


también otras refiriéndose a otras artes como filosofía, caligrafía, etc.).

4. Conocer el camino de los diversos oficios (con esto se refería a


complementar el conocimiento siempre buscando más que aprender y no
enfrascarse o encerrarse uno mismo en las armas y el combate).

5. Conocer la ventaja y desventaja de todas las cosas y situaciones.

6. Entrenarse para discriminar y saber catalogar bien todas las cosas.


7. Prestar atención a todo hasta en los detalles nimios.

8. No hacer nada que no sea útil.

También dijo que:


“El camino del arte del combate deber ejercitarse a fondo teniendo en mente estos
principios generales. En este camino, uno no puede convertirse en un experto del
arte del combate si no discierne la rectitud desde una perspectiva amplia”
“Si uno mantiene siempre un espíritu que busca profundizar el arte del combate y se
adiestra en el camino de la rectitud, conseguirá vencer primero con las manos y
también en lo visible a los ojos. Cuando, entrenando aún más, se logre el libre
manejo de todo el cuerpo, uno conseguirá vencer también en fuerza física. Y cuando
el espíritu consiga dominar este camino, también en espíritu se vencerá a los demás.
Una vez alcanzado este punto de adiestramiento en el camino, uno habrá llegado al
punto en el que será casi imposible perder”
(escrito por M. Musahsi el 12 de Mayo del segundo año de la era Shoho).

Tanto la mirada, como el movimiento en pies y manos, la forma de blandir


la espada son aspectos que varían entre cada Ryu o tradición, sin embargo, de
manera general todos coninciden que no se debe ser tan rígido como para ser
inflexible y de jar pasar por alto detalles que pueden resultar cruciales en el
combate, ni tan descuidados que se caiga en la desidia.
Con respecto a las posiciones iniciales a ser adoptadas por el guerrero o
“Kamaes”, Musashi comentó:
“Existen cinco Kamae: el superior, el medio, el inferior, el del costado derecho y el
del costado izquierdo”
“Aunque se hayan dividio los Kamae en cinco, no hay que olvidar que todos son
para cortar al enemigo y no hay Kamae, se cual fuere el que se adopte, no se ha de
pensar en adoptar Kamae si no es para este fin”.
“En cuanto a Kamae grandes o pequeños, se debe adoptar el que proporcione
mayores ventajas según la situación”.
(escrito por M. Musahsi el 12 de Mayo del segundo año de la era Shoho).
Otro de los apectos primordialmente importantes que puede apreciarse aún más
en los Ko- Ryu o Tradiciones antiguas es el efecto que se puede y debe causarse
por parte de uno mismo al oponente o enemigo, ya que esto resulta en muchos
casos en un desenlace a favor propio por poder manejar y controlar la situación del
combate.
El que un guerrero llegue a “conocer la situación” es de crucial importancia para
su victoria y por lo tanto para su supervivencia.
Siempre hay que tener en cuenta que el fin de entablar combates es vencer y
sobrevivir, de otro modo, no sería más que un suicidio sin sentido, por lo cual el
guerrero debe prepararse arduamente para poder vencer a su oponente.
Como ya se mencionó, el conocer los diferentes factores que se combinan para
dar cabida a tal o cual situación es primordial para el guerrero; en gran parte esto se
identifica haciendo uso de la agudeza de sus sentidos, pero principalmente de su
intuición y buen juicio para sacar el mejor provecho de cada factor.
Musashi comento al respecto de ello:
“Si nuestra fuerza de la Sabiduría es potente, las situaciones de las cosas se
habrán de ver con seguridad, cualquiera que sea el caso”.

Otro de los aspectos de primera consideración es el causar temor o inseguridad en


el adversario para poder desestructurarlo, es decir, infundir falta de seguridad y
anular su iniciativa de ataque, así como hacer que éste se bloquee para atacar a uno
mismo, de esta manera uno puede entrar y romper su estructura; desequilibrarlo,
hacer que pierda el punto focal de su energía, etc.
El guerrero o estudiante, por muy diestro que sea no debe olvidar algo que comento
Musahsi:
“Cuando uno desconoce el camino verdadero, ya sea el del Buda o el del Mundo,
aunque piense que el camino que toma es el correcto, cuando se mira desde el
camino recto del espíritu ajustando la visión a los grandes parámetros del mundo, se
puede comprobar que en realidad es un camino influido por los prejuicios de cada
uno, por las distorsiones de uno mismo. Se puede comprobar que es un camino que
se opone al camino verdadero”
“Una vez comprendido esto, uno ha de tener como base la rectitud, tener como
camino el espíritu de la verdad, entrenar el arte del combate desde la perspectiva
amplia y comprender con firmeza y claridad los grandes rasgos, teniendo el Vacío
como camino y considerando el camino como Vacío”
(escrito por M. Musahsi el 12 de Mayo del segundo año de la era Shoho).
DIVERSAS TÉCNICAS EN EL “KENJUTSU”

Las diferentes técnicas en el “Kenjutsu” fueron creadas para su aplicación en


combate, bien contra un solo contrincante o contra más adversarios, ya sea que estos
estuviesen armados con espada o con armas diferentes.
Es muy importante tener presente que las diversas técnicas, posturas, modos, etc.
varian entre cada Ryu o tradición de enseñanza de este arte, por lo cual, se pueden
encontrar muchos similitudes entre escuelas como diferencias muy grandes entre
técnicas, ya que hubo Ryus que dieron origen a otros y hubo algunos que se
formaron tomando varias técnicas de muchos otros.
Normalmente en ejercicios de entrenamiento y práctica de combate
(KUMITACHI) el Kenjutsu se trabaja con una espada de práctica sin filo “Iai to” o
“Bokken” o “Bokkuto”(木剣) “espada de madera”, para evitar lesiones
innecesarias tanto como para el practicante mismo como para su compañero(a) de
práctica.

Sin embargo, no por el hecho de usar una espada de práctica se pierde el espíritu
original en el arte, el cual se maneja con el mismo cuidado y técnicas de
movimientos que un “Shinken”(真剣) “espada real/ verdadera”, es decir, con filo.
El Kenjutsu se compone de un amplio compendio de “Wazas” o técnicas que se
realizan en solitario con el objetivo de lograr el perfeccionamiento de éstas.
En los ejercicios de “Kumi-tachi” o combate, es dónde se llevan a la práctica los
conocimientos sobre estrategia del propio combate, así como los fundamentos de la
escuela o tradición (RYU), según se interpreten dentro de ellas.
Básicamente todo el entrenamiento se basa y es realizado en “KATAS” o
“formas”, que literalmente se traduce como: “formas”, las cuales se desarrollan en
solitario o en pareja y con diferentes niveles de progresión que atienden a las
necesidades estratégicas, tácticas y de nivel de progresión en el aprendizaje del
estudiante.
En cada grupo de “katas” se trabaja sobre un concepto determinado del arte del
Kenjutsu, de forma que cubra todas las posibles situaciones que se puedan dar en un
combate real, siendo entonces una simulación de uno o varios movimientos en
solitario.
Existen muchos “Ryus” estilos o escuelas con diferentes interpretaciones del
Arte mismo, tanto en la forma de realizar los “wazas” o técnicas como en el
contenido estratégico, aunque todas ellas coinciden el propósito único del
perfeccionamiento del manejo del sable, o katana, como vulgarmente se le conoce al
sable característico e icónico del Japón.
El entrenamiento en el Kenjutsu en el estilo antiguo consta de tres niveles de
evolución:
- “SHODEN” - Nivel Básico
- “CHUDEN” - Nivel Medio
- “OKUDEN” - Nivel Avanzando
En cada grado de progresión de aprendizaje en el Arte hay una serie de ejercicios
que ayudan al Kendoka o estudiante del camino de la espada a tener un progreso
lógico y secuencial en el adecuado manejo de la Katana.

Esta forma de enseñanza hace del Kenjutsu una Arte marcial clásica muy
accesible a todos, no solo a los practicantes de artes marciales, sino a los que se
inician, siendo los requisitos más importantes la comprensión del código Bushido, la
constancia en la práctica y el esmero por mejor día a día.

Generalmente pasos progresivos, de los cuales dependen cada Ryu o corriente


son los siguientes:

- KAMAES - Diferentes guardias o posturas iniciales con la Katana.

- SUBURIS - Estudio de la técnica base; moviemientos básicos o diferentes


cortes.
- KATAS – Kata siginifica literalmente: “Forma”.

El estudio y ejecución de las “formas” básicas y conceptos del Kenjutsu con


“Iai to”, “Bokkuto” o “Shinken”, según sea más conveniente, siendo esto un
aspecto fundamental para afinar las técnicas una vez que se ha instruido en
las maneras de su ejecución de cada “kata”. Las formas pueden ser de
“Iaijutsu, Battojutsu” (en solitario) o de combate (en pareja).

- KUMI-TACHI - Estudio y ejecución del combate con espada (comúnmente


se utiliza Bokken o Bokkuto, Bo, Naginata, etc., aplicando la teoría de las
técnicas aprendidas. Ejercicios realizados en pareja.
- AI o BATTO – Ejecución formal de “katas” o formas en solitario con “Iai-
to” o bien, con “Shinken”.

La práctica del “Iai Jutsu” o “Batto Jutsu”es muy importante ya que se


ejecutan las mismas formas pero ya con una espada de peso y dimensiones
reales o muy parecidas a una, consistiendo sintetizadamente en el desenvaine,
ejecución de corte(s) y envaine.

- TAMESHIGIRI – Es la práctica que se realiza en la última etapa de la


instrucción, pues en esta se aplican de forma real las técnicas de corte sobre
blancos de “tatami” o/y bambú; los cuales mimetizan o asemejan un corte
sobre un cuerpo humano en músculo y hueso, respectivamente.
“IAI JUTSU” (居合術) o

“BATTO JUTSU” (抜刀術)

A la práctica del “Iai” o “IAI JUTSU” (居合術) también se le puede llamar


“Batto” o “BATTO JUTSU” (抜刀術) ; que en la práctica real son lo mismo,
pues su diferencia es mera semántica y punto de vista del estudiante, no así sus
descendientes modernos que son el “Iai-do” y “Batto-do” que incorporan en estos
conceptos filosóficos.
Finalmente se desprende una compilación moderna de varías técnicas de distintos
“Ryus” o escuelas, que son lo que ahora se le conoce como las técnicas o la escuela
del “Seitei-Iai” (制定居合い), o bien, la escuela del “Iai-Do” moderno
(especializado en la práctica del Iai), así como el desarrollo del “Aiki jutsu” dio paso
a su descendiente o variante moderno; el “Aiki Do”, los cuales se basan en un
compendio de movimientos a manos libres derivados del propio Kenjutsu para fines
encaminados enteramente a la defensa personal no agresiva a base de sometimiento
del oponente.
En nuestros días solo subsisten algunas escuelas y dentro de las modernas o de
reciente fundación, se destaca la escuela del “Shin-Kendo” (El verdadero camino
de la espada) fundada por Obata Toshihiro Sensei, quien también es fundador de la
Federación Estadounidense de Batto-Do y campeón de Tameshigiri en su natal
Japón.
“DOJO” Lugar de Aprendizaje – Enseñanza

La palabra “Dojo” significa literalmente: "lugar de despertar", aunque también


se puede interpretar como: lugar de "entrenamiento".

En el “Budo” o tradición marcial antigua japonesa; el Dojo es un “lugar sagrado”


equiparable a un Templo; un lugar de purificación mediante la meditación y el
trabajo duro y constante, por el cual el budoka se adentra en sí mismo en lapsos de
meditación consiente al mismo tiempo en el que también aprende a desarrollar parte
de su intuición y ejercita su mente y cuerpo físico intrínsecamente.

Disposición de un Dojo

El Dojo es un lugar donde se aprende a conocer uno o varios aspectos de uno


mismo”, cuando se entra en un Dojo, se entra en la casa del Sensei, lo cual significa
"uno nacido antes que uno"; los Dojos suelen ser de ambiente y decoración muy
tradicional y sencilla, al igual que la vida del Samurái, sencilla pero intensa.

El alumno va a la casa del “Sensei” o Maestro a aprender su estilo o “camino de


vida” dedicándose con esfuerzo y gratitud a escuchar, aprender, trabajar y transmitir
el conocimiento que se le ha otorgado.
Antiguamente la aceptación de un “Denshi” o nuevo aprendiz no era inmediata,
consistía de un proceso difícil el que un Sensei aceptara a un alumno sólo por el
mero hecho que éste quisiese aprender el “Ryu” o Arte/estilo de la escuela, ya que
antes de su formal ingreso tenía que ganarse la aceptación del Sensei poniéndose a
prueba a sí mismo.

Estas pruebas eran tanto físicas, como psicológicas (limpieza del Dojo, favores,
trabajos duros y extenuantes...), estas pruebas eran principalmente realizadas para
que el Maestro o Sensei pudiera conocer el carácter del futuro alumno, para forjarlo
y observar al igual sus capacidades mentales y físicas, fortaleciendo al mismo
tiempo el cuerpo y la moral del alumno, preparándolo de esta manera para su futuro
entrenamiento marcial.

Una vez que el Sensei lo aceptara (que no eran todos los casos) como alumno,
tomaba el nombre de “Nyumon - sha”, que significa "aprendiz aceptado", éste tenía
que realizar un juramento (algunos ryus lo firmaban con sangre) antes de entrar en el
Dojo, llamado "Keppan”, en el cual se establecía la lealtad al Dojo, compromiso y
respeto al Sensei, el no divulgar las enseñanzas a los demás (sin el permiso del
Sensei), así como utilizar el arte en beneficio de la paz y de una causa justa.

Dentro de la tradición japonesa, las diferencias entre un Dojo y un Gimnasio son


casi diametralmente opuestas, comprendiendo que Deporte no es lo mismo que Arte;
pues el deporte es efímero, solo existe cuando el cuerpo pude soportarlo y cuando
hay reconocimientos de por medio, con el fin de ganar premios, trofeos o medallas,
mientras que un arte no busca regocijo más que el propio desarrollo como ser,
preparación mental y fortaleza espiritual, una preparación integral entra espíritu y
cuerpo:

¡Un Dojo, no es un gimnasio!

- A un gimnasio se va a hacer ejercicio físico, a un Dojo se va a formar un


carácter y un espíritu.

- A un gimnasio se va a disfrutar de las instalaciones limpias que se nos brindan


por el pago que damos, en un Dojo uno hace la limpieza como símbolo de
humildad, de unión, de agradecimiento.

- En un gimnasio se llevan ropas y atuendos de diseñador, en un Dojo se lleva


ropa de trabajo.

- En un gimnasio se practica deporte, en un Dojo Arte.

- Un gimnasio es para todo el que pueda pagarlo, un Dojo es para quien el


Sensei elige como digno de aprender el Arte.
- En un gimnasio se enseña a ganar, en un Dojo a luchar por sí mismo y salir
adelante levantándose cuantas veces sea necesario con humildad.

- En un gimnasio se fomenta la competencia, en un Dojo se fomenta derrotar


al ego, la arrogancia y la vanidad.

- Un gimnasio es un momento en la vida, un Dojo es la Vida en un momento.

- Un gimnasio entrena el músculo, un Dojo entrena el espíritu, la mente y el


cuerpo.

- Un gimnasio es regocijo desinteresado, un Dojo es disciplina y servicio.

- En un gimnasio podemos encontrar peleadores, en un Dojo se encuentran


guerreros.

- Un gimnasio puede estar en nuestros recuerdos, un Dojo es para siempre.

¡Un Dojo es el lugar donde se enseña la vía espiritual del guerrero!

Es por esto que en Dojo se agradece y se hace la ceremonia de cortesía tanto al


inicio como al término de la práctica, pues se acepta con humildad la enseñanza que
se ha tomado del Sensei.

De este modo, en un Dojo no se busca reconocimiento o trofeo, pues esto resulta


ser realmente irrelevante, ya que el fin de la enseñanza no es para alardear o
demostrar lo bueno o malo que un estudiante pude ser, pues la verdadera maestría se
adopta con el constancia y el tiempo:

“La práctica hace al maestro”

Es por ello, que cuando se comparte el espacio y practica con un compañero,


éstos se agradecen cortésmente entre sí, para luego proseguir con su práctica, de
igual modo, esta sencilla pero estricta ceremonia se sigue al finalizar, ya que con
esto se demuestra y se hace saber que se se agradece de antemano la enseñanza del
compañero u oponente, pues ambos aprenden, cada uno de su opuesto.
Texto y compilación por:

Peláez Landa Liyén Alexi. México, Diciembre del 2013.

Fuentes y Bibliografía:
- Inazo Nitobe, “Bushido, el espíritu de Japón”, 1/ra. Edición en Sokabo, Tokio,
Japón. 1905.

- Hitoshi Oshima, “La vía del Samurái” España, 2007.

- Yamamoto Tsunetomo, “Hagakure” (Oculto bajo las hojas). Literatura


tradicional japonesa)

- Miyamoto Musashi, “Go Rin no Sho” (El libro de los cinco anillos). Literatura
tradicional japonesa).

- Algernon Bertram F. Mitford, “Tales of old Japan” (Historias del viejo Japón,
texto original en inglés). Londres, 1871.

- Kanzan Sato (traducción al inglés por Joe Earl.) “The Japanese sword”, 1/ra.
Edición en Bunkyo-ku, Tokio, Japón 1983 con el título “Touken” de la serie de
10 tomos titulada “Nihon no Bijutsu”. Editado por: Kodansha International.

- “The Art of the Japanese Sword” (Documental Empty Mind Films, Inc. 2010)

- “The Samurai Sword” (Documental National Geographic, Inc. 2007).

- Mikami Kenji Sensei † (ko-ryu KENJUTSU y Karate Do- Shotokan).

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