Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

La Liturgia Del Miércoles de Ceniza

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 12

La Liturgia del Miércoles de Ceniza

Cosas que prever para la celebración de la Palabra

Con relación a las cosas que hay que prever para la celebración, se debe tener a la mano:

 El texto de la celebración.
 Un altar, con un crucifijo, y al menos dos velas encendidas.
 Un recipiente con ceniza.
 Preparar los cantos propuestos para la celebración.
Se deberán tener copias suficientes del texto (o bien, si es posible y con tiempo
suficiente, conseguir el archivo digital, para que cada uno lea desde sus propios
dispositivos electrónicos).

Para el altar, se debe usar una mesa fija, cubierta con un mantel de color morado
(o en su defecto, blanco). La mesa deberá ubicarse en un lugar al que todos puedan
acercarse. Colgado en la pared, o bien sobre la mesa del altar, deberá tenerse un
crucifijo, y en ambos extremos, una vela encendida durante la celebración.

La ceniza deberá obtenerse previamente, quemando ramas de olivo, palmas u otro


tipo ramas de árbol.. La ceniza deberá ponerse en un recipiente digno (puede ser
de madera, metal o cristal), y no debe aparentar ser un recipiente para otros usos.

Si hay facilidad para el canto en algún miembro de la comunidad, este(a) ayudará


a todos a cantar durante la celebración. También se hará cargo del Salmo
responsorial y la aclamación al Evangelio. Si esto no es posible, se puede buscar en
internet algún recurso digital, que ayude a todos a cantar. Si no es posible cantar el
salmo responsorial y la aclamación antes del evangelio honor y gloria... se pueden
leer solamente.
Miércoles de Ceniza
Reunida la asamblea se canta:

Caminaré en presencia del Señor.

1. Amo al Señor
porque escucha mi voz suplicante, porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco.

2. Me envolvían redes de muerte, caí en tristeza y en angustia. Invoqué el


nombre del Señor: “Señor, salva mi vida”.

Ritos iniciales
Terminado el canto, todos se ponen de pie.
El guía, dice:

V. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.


R. Amén.

Continúa:

V. Hermanos, bendigamos juntos al Señ or, que en su


infinita misericordia nos invita benignamente a la mesa
de su Palabra. Digamos todos juntos: Bendito seas por
siempre, Señor.
R. Bendito seas por siempre, Señor.

El guía invita a todos a orar en silencio durante unos momentos. Después dice:

V. Ahora, pidá mosle en silencio a Dios la gracia de la


conversió n.
Oremos.
Se guarda un momento de silencio; después, continúa:

Ritos Iniciales

Que el día de ayuno con el que iniciamos, Señ or esta


Cuaresma, sea el principio
de una verdadera conversió n a ti,
y que nuestros actos de penitencia
nos ayuden a vencer el espíritu del mal. Por nuestro
Señ or Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina
en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
R. Amén.

Luego dice:

Tomemos asiento para escuchar la Palabra de Dios.


Otros miembros de la asamblea pueden hacer la lectura y el salmo.

Liturgia de la Palabra
Lector:

Del libro del profeta Joel


(2 , 1 2 - 1 8 )

Esto dice el Señor: “Todavía es tiempo. Vuélvanse a mí


de todo corazón, con ayunos, con lágrimas y llanto;
enluten
su corazón y no sus vestidos.

Vuélvanse al Señor Dios nuestro, porque es compasivo


y misericordioso, lento a la cólera, rico en clemencia, y
se conmueve ante la desgracia.

Quizá se arrepienta, se compadezca de nosotros y nos


deje una bendición, que haga posible las ofrendas y
libaciones al Señor, nuestro Dios.

Toquen la trompeta en Sion, promulguen un ayuno,


convoquen la asamblea, reúnan al pueblo, santifiquen
la reunión, junten a los ancianos, convoquen a los
niños, aun a los niños de pecho. Que el recién casado
deje su alcoba y su tálamo la recién casada.

Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, guías


del Señor, diciendo: ‘Perdona, Señor, perdona a tu
pueblo. No entregues tu heredad a la burla de las
naciones. Que no digan los paganos: ¿Dónde está el
Dios de Israel?’”

Y el Señor se llenó de celo por su tierra y tuvo piedad de


su pueblo.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos Señor.

Salmo Responsorial
Del Salmo 50

R. Misericordia, Señor, hemos pecado.

Lector:
1. Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor,
apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame de todos
mis delitos
y purifícame de mis pecados. R.

2. Puesto que reconozco mis culpas,


tengo siempre presente mi pecados. Contra ti solo
pequé, Señor,
haciendo lo que a tus ojos era malo. R.

3. Crea en mí, Señor, un corazón puro,


un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. No
me arrojes, Señor, lejos de ti,
ni retires de mí tu santo espíritu. R.

4. Devuélveme tu salvación, que regocija, y mantén en


mí un alma generosa. Señor, abre mis labios
y cantará mi boca tu alabanza. R.

Aclamación antes del Evangelio:


R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

V. Hagámosle caso al Señor que nos dice: “No


endurezcan su corazón”.
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Evangelio
Guía:

Queridos hermanos, escuchemos ahora las palabras del


santo Evangelio según san Mateo.
(, 1-6.16-18)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Tengan


cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de
los hombres para que los vean. De lo contrario, no
tendrán recompensa con su Padre celestial.

Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con


trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y
por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les
aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en
cambio, cuando des limosna, que no sepa tu mano
izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna
quede en secreto; y tu padre, que ve lo secreto, te
recompensará.

Cuando ustedes hagan oración, no sean como los


hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las
sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los
vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su
recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra
en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que
está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te
recompensará.

Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como


esos hipócritas que descuidan la apariencia de su
rostro, para que
la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que
ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando
ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que
no sepa la gente que estás y ayunando, sino tu Padre,
que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te
recompensará”.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión en torno a la ceniza


Todos se sientan. El guía hace la siguiente reflexión:

Nos sentamos. Con el “Miércoles de Ceniza” iniciamos la


Cuaresma, que es un tiempo especial, en el que la
Iglesia nos invita a la conversión personal, como
camino de preparación para nuestra fiesta más grande:
la Pascua de Resurrección.

El miércoles de ceniza es un día especial, donde


volvemos nuestro rostro hacia Dios, dejando que su
llamado a cambiar de vida toque nuestro corazón. En
este día, miramos hacia nuestro interior, para reconocer
con sinceridad nuestras faltas. En este tiempo de
confinamiento que nos toca vivir, la Iglesia nos propone
a cada uno buscar la reconciliación con Dios, a través
de la reconciliación con el prójimo, y más
concretamente, con los miembros de nuestra familia.

Esta preparación dura cuarenta días, porque cuarenta


es un número simbólico usado en la Sagrada Escritura
para manifestar tanto la plenitud de la vida y la
voluntad humanas (los 40 años), como para señalar un
periodo de preparación para una misión.

Así, el antiguo Pueblo de Dios peregrinó durante 40


años antes de entrar a la tierra prometida; Moisés y
Elías se prepararon durante 40 días por medio del
ayuno y la oración antes de encontrarse con Dios; y el
mismo Señor Jesucristo tuvo un periodo de 40 días de
preparación antes de iniciar su vida pública.
El sentido de la ceniza es recordarme que necesito a
Dios en mi vida y que quiero restablecer la amistad con
Él, a través de un cambio de vida: la Conversión. Esto
es, en primer lugar, arrepentirme de lo malo que he
cometido y que ofende a Dios; es también renunciar
voluntariamente al pecado, entendido como aquellas
cosas que me apartan de Él. Junto al deseo de
reconciliación, el arrepentimiento y la renuncia al
pecado, con la penitencia fortalecemos nuestro interior,
mediante los ejercicios de ayuno y abstinencia, la
limosna y las obras de caridad.

Por esta razón, al ponerme ceniza en la cabeza,


manifiesto al todo el que me vea, mi decisión de volver
mis pasos hacia Dios, hacia la purificación de mis
pecados, hacia la Pascua, al encuentro con Cristo que
muere en la cruz y que resucita, ofreciéndome vida
nueva.

La ceniza no puede ser sólo una tradición pintoresca y


simpática. Ponerme ceniza debe ser un signo visible de
mis creencias, expectativas y convicciones en relación
con Dios, y con mis hermanos. Este gesto debe
ayudarme a concretar un cambio de vida, y a
experimentar la realidad del encuentro con Dios.

Finalmente, aunque acercarme al sacramento de la


reconciliación en este tiempo de confinamiento es
complicado, si puedo hacer un examen de conciencia a
profundidad, para pedir a Dios me perdone de mis
pecados, y así experimentar la vida de la gracia;
siempre con el compromiso de confesarme a la primera
oportunidad.
Después se hace la oración universal.
Oración Universal

V. Puestos de pie, vamos a presentar juntos, nuestras


preces a Dios nuestro Padre que, rico en misericordia, no
quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y
viva. A cada petició n diremos: Escú chanos, Padre.
R. Escúchanos, Padre.

1. Para que todos los cristianos vivamos intensamente


este tiempo de cuaresma como un encuentro con
Dios vivo, y sigamos más de cerca a Jesucristo.
Oremos. R.
2. Para que los que están alejados de la fe, participen
en este tiempo de la llamada alegre de la Iglesia y
puedan experimentar el amor de Dios. Oremos. R.
3. Para que encuentren nuestro amor y consuelo
todos aquellos que a causa de esta Pandemia,
experimentan tristeza, soledad, desesperación,
enfermedad y muerte. Oremos. R.
4. Para que los que viven hundidos bajo el peso del
pecado encuentren la ayuda necesaria para
convertirse y cambiar de vida. Oremos. R.
5. Para que los que hoy nos hemos reunido aquí para
recibir el signo de la ceniza, nos dispongamos a
una conversión sincera, que de abundantes frutos
de amor y caridad durante esta cuaresma y
siempre. Oremos. R.
La asambea puede hacer sus propias peticiones. Luego, el guía concluye la oración
diciendo:

V. Acoge, Padre misericordioso, nuestras plegarias, y


renuévanos con tu gracia amorosa. Por Jesucristo,
nuestro
Señ or.
R. Amén.

Padre nuestro

V. Hermanos: Unidos con Jesucristo, con toda confianza


oremos a Dios, nuestro Padre, para implorar su perdó n,
su fuerza para vencer al mal y renunciar al pecado. Por
eso, nos atrevemos a decir: Padrenuestro...
Rito de la imposición de la ceniza
En este momento, se pone en el altar el recipiente con la ceniza, y el guía de la celebración,
invita a todos a orar a Dios:

Imposición de la Ceniza
Antes que cada uno se imponga la ceniza, el guía comenta:

Haciendo caso al evangelio de hoy, se sugiere a cada


uno ponerse la ceniza en la coronilla. Pero a quien así
guste, puede hacer la señal de la cruz con ceniza en la
frente.
Cuando cada uno se acerca, el guía le dice:

Arrepiéntete y cree en el Evangelio.


Mientras se impone la ceniza se entona el siguiente canto.

Perdona Tu Pueblo, Señor


Perdona a tu pueblo, Señor
Perdona a tu pueblo
Perdónale, Señor

No estés eternamente enojado


No estés eternamente enojado
Perdónale, Señor

Perdona a tu pueblo, Señor


Perdona a tu pueblo
Perdónale, Señor

Por tus profundas llagas crueles


Por tus salivas y por tus hieles
Perdónale, Señor

Perdona a tu pueblo, Señor


Perdona a tu pueblo
Perdónale, Señor

Por las heridas de pies y manos


Por los azotes tan inhumanos
Perdónale, Señor

Perdona a tu pueblo, Señor


Perdona a tu pueblo
Perdónale, Señor

Por los tres clavos que te clavaron


Y las espinas que te punzaron
Perdónale, Señor
Perdona a tu pueblo, Señor
Perdona a tu pueblo
Perdónale, Señor

ó
Mi alma espera en el Señor.
1. Desde lo hondo, a ti grito, Señor. Señor, escucha mi voz,
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.

Mi alma espera en el Señor. Mi alma espera en su palabra. Mi alma aguarda


al Señor, porque en él está la salvación.

2. Mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. Aguarde Israel al


Señor,
como el centinela la aurora.

Oración final
Terminada la imposición de la ceniza, el guía invita a todos a dar gracias.

V. Señ or, haz que nos convirtamos a ti de todo corazó n,


pues si nos defiendes cuando pecamos, con mayor razó n
nos proteges cuando sinceramente nos entregamos a ti.
Por Jesucristo, nuestro Señ or.
R. Amén.

V. El Señ or nos bendiga,


nos guarde de todo mal,
y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

También podría gustarte