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Programación Neurolinguistica

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Programación

Neurolingüística
¿Qué es la PNL?

Programación Neurolingüística

La programación neurolingüística (PNL) es un enfoque


de comunicación, desarrollo personal y psicoterapia, creado por Richard
Bandler y John Grinder en California, Estados Unidos, en la década de 1970.
Sus creadores sostienen que existe una conexión entre los procesos
neurológicos («neuro»), el lenguaje («lingüística»), y los patrones de
comportamiento aprendidos a través de la experiencia («programación»),
afirmando que estos se pueden cambiar para lograr objetivos específicos en la
vida.

Bandler y Grinder afirman que la metodología de la PNL puede «modelar» las


habilidades de personas excepcionales y luego esas habilidades pueden ser
adquiridas por cualquier persona. Bandler y Grinder también sostienen que la
PNL puede tratar problemas como fobias, depresión, trastorno de movimientos
estereotípicos, enfermedades psicosomáticas, miopía,6 alergia, resfriado
común7 y trastornos del aprendizaje, a menudo en una única sesión. La PNL
ha sido adoptada por algunos hipnoterapeutas y en seminarios dirigidos a
empresas y gobiernos.

El análisis de la evidencia científica revela que la PNL es esencialmente


una pseudociencia desacreditada. Revisiones científicas demuestran que
contiene numerosos errores fácticos y no produce los resultados afirmados por
sus defensores.

Postulados básicos

De acuerdo con Jaruffe y Pomares (2011) la Programación Neurolingüística


parte de los fundamentos del constructivismo, en los que se define la realidad
como una invención y no como un descubrimiento. Es un constructo psíquico
basado en el hecho de que el ser humano no opera directamente sobre el
mundo en que vive, sino que lo hace a través de representaciones, modelos,
mapas, entre otros, a partir de los cuales genera y guía su conducta.

Estas representaciones, que también determinan cómo se percibirá el mundo y


qué elecciones se percibirán como posibles en él, difieren necesariamente de
la realidad a la cual representan. Debido a que el ser humano al comunicar su
representación del mundo tiene ciertas limitaciones, las cuales se derivan de
diversas fuentes, tales como las condiciones neurológicas del individuo, la
situación social en que vive y sus características personales (Jaruffe y
Pomares, 2011).

La PNL asegura ocuparse de la influencia que tiene el lenguaje sobre la


denominada «programación mental» y demás funciones atribuidas a nuestro
sistema nervioso, como también sobre los «patrones lingüísticos» que
empleamos.

Los sentidos como olfato, tacto, gusto, vista y oído nos dan diversa información
de otras personas, por lo tanto, una incorrecta utilización de dichos lenguajes
hace que la imagen que nos formamos sea imprecisa. La utilización de estos
sentidos es diversa en todas las personas. Habrá personas que perciban mejor
a través de su sentido de la vista, por lo que buscan situaciones donde este
sentido tenga mayor ventaja que los demás.

De acuerdo a esta variación, la PNL clasifica a las personas en visuales,


auditivas y kinestésicas.

Las personas visuales perciben mejor su entorno mediante el sentido de


la vista, se caracterizan por hablar más rápido de lo normal, su tono de voz es
alto, postura rígida, respiración superficial y rápida. Gustan de actividades
agradables a la vista: el cine, teatro, las artes, paisajes, etc.

Las personas auditivas perciben mejor su entorno mediante el sentido del oído,
se caracterizan por una postura distendida, posición de escucha telefónica,
respiración bastante amplia, voz bien timbrada, ritmo mediano, palabras
referidas a la audición (oye, escucha). Gustan de actividades relacionadas con
la escucha como: la música, contar historias, interactuar con otras personas,
etc.

Finalmente están las personas consideradas kinestésicas ya que perciben el


mundo a través de los sentidos del tacto, gusto y olfato. Se caracterizan por su
postura muy distendida, movimientos que miman las palabras, respiración
profunda y amplia, voz grave, ritmo lento con muchas pausas. Gustan de
actividades físicas, así como del contacto con otras personas.

Historia y concepción

Desarrollo temprano

Según Bandler y Grinder, la PNL comprende una metodología denominada de


«modelización» y un conjunto de técnicas que se derivan de las primeras
aplicaciones hechas por Bandler y Grinder. Muchos de esos métodos que han
llegado a ser considerados fundamentales fueron derivados de la
«modelización» realizada por Bandler y Grinder de la obra de Virginia
Satir, Milton Erickson y Fritz Perls. Bandler y Grinder también se basaron en las
teorías de Gregory Bateson, Alfred Korzybski y Noam Chomsky, en particular
la gramática transformativa. Bandler y Grinder afirman que cierta «magia»
terapéutica se realiza en la terapia de Perls, Satir y Erikson, y por artistas en
cualquier actividad humana compleja, teniendo una estructura que podría ser
codificada utilizando su metodología, y por lo tanto aprendida por otros. Su libro
de 1975 La Estructura de la Magia I: Un libro sobre el lenguaje y
terapia pretende ser una codificación de las técnicas terapéuticas de Perls y
Satir.

Bandler y Grinder afirman que adaptaron el modelo de Virginia Satir para


producir lo que ellos llamaron el «Meta-Modelo» (a través de su proceso de
«modelización»), un modelo para la recopilación de información y para desafiar
el lenguaje del cliente y el pensamiento subyacente. Al desafiar las distorsiones
lingüísticas, especificando las generalizaciones, y recuperar la información
eliminada en los estados de los clientes, los conceptos de gramática
transformacional de «estructura superficial» se dicen para obtener una
representación más completa de la «estructura profunda subyacente» y para
tener beneficio terapéutico. También derivaron de Satir conceptos como
«anclaje», «estimulación futura» y «sistemas de representación». En contraste,
el «Modelo Milton» (un modelo de lenguaje supuestamente hipnótico de Milton
Erickson) fue descrito por Bandler y Grinder como «ingeniosamente vago» y
metafórico. El Modelo Milton se utiliza en combinación con el Meta-Modelo
como un suavizante, para inducir «trance» y para proporcionar sugestión
terapéutica indirecta. Sin embargo, el profesor adjunto de lingüística Stollznow,
describe que la referencia hecha por Bander y Grinder a dichos expertos es
una «mención interesada pero incorrecta» (namedropping). Aparte de Satir, las
personas que citan como influencias no colaboraron con Bandler y Grinder.
Chomsky no tiene ninguna asociación con la PNL en absoluto, su trabajo
original fue concebido como teoría y no como terapia. Según Stollznow,
«aparte de los préstamos de terminología, la PNL no tiene auténtica semejanza
con ninguna de las teorías o filosofías lingüísticas, cognitivas o políticas de
Chomsky».

Según Weitzenhoffer, «la mayor debilidad del análisis lingüístico de Bandler y


Grinder es que gran parte de ella se construye sobre hipótesis no probadas y
con soporte de datos totalmente inadecuados». Weitzenhoffer añade que
Bandler y Grinder hacen uso indebido de la lógica formal y las matemáticas, re
definen o malinterpretan términos del léxico de
la lingüística (substantivación por ejemplo), crean una fachada científica
complicando innecesariamente los conceptos de Erickson con afirmaciones
infundadas, cometen errores objetivos y desprecian o confunden los conceptos
fundamentales del enfoque hecho por Erickson.
Comercialización y evaluación

A fines de 1970, el Movimiento del potencial humano se había convertido en


una industria y proporcionó un mercado para algunas ideas de PNL. El centro
de este crecimiento fue el Instituto Esalen en Big Sur, California. Perls había
dirigido numerosos seminarios de terapia gestáltica en Esalen. Satir era una
lideresa precoz y Bateson era un profesor invitado. Bandler y Grinder afirmaban
que además de ser un método terapéutico, la PNL también era un método de
estudio de la comunicación y comenzaron a comercializarla como una
herramienta de trabajo, afirmando que «si cualquier ser humano puede hacer
cualquier cosa, tú también puedes». Después de que 150 estudiantes pagaron
US$ 1.000 para un taller de diez días en Santa Cruz, California, Bandler y
Grinder abandonaron la escritura académica y produjeron libros de divulgación
de las transcripciones del seminario, como Ranas en Príncipes, que vendió
más de 270.000 copias. De acuerdo con documentos judiciales relacionados
con una disputa de propiedad intelectual entre Bandler y Grinder, Bandler hizo
más de US$ 800.000 en 1980 a partir de talleres y venta de libros.

Una comunidad de psicoterapeutas y estudiantes comenzó a formarse


alrededor de las obras iniciales de Bandler y Grinder, lo que llevó al crecimiento
y la propagación de la PNL como una teoría y práctica. Por ejemplo, Tony
Robbins se formó con Grinder y utilizó algunas ideas de la PNL como parte de
sus propios programas de charlas motivacionales y de auto-ayuda. Bandler
hizo varios esfuerzos infructuosos para excluir a otras personas y grupos del
uso de la PNL. Mientras tanto, el creciente número de practicantes y teóricos
de la PNL la llevó a ser aún menos uniforme de lo que era en su fundación.
Antes de la declinación de la PNL, los investigadores científicos comenzaron a
probar empíricamente sus fundamentos teóricos. Esta investigación determinó
una falta de apoyo empírico para las teorías fundamentales de la PNL. La
década de 1990 se caracterizó por un menor número de estudios científicos
evaluando los métodos de la PNL que la década anterior. Witkowski lo atribuye
a una disminución del interés en el debate como consecuencia de la falta de
apoyo empírico a la PNL de sus proponentes.

Aplicaciones

Psicoterapéutica

Los primeros libros sobre PNL tenían un enfoque psicoterapéutico dado que los
primeros modelos eran psicoterapéuticos. Como un acercamiento a la
psicoterapia, PNL comparte supuestos básicos similares y fundamentos en
común con algunas prácticas breves y sistemáticas contemporáneas,
como terapia breve centrada en soluciones. La PNL también ha sido
reconocida por haber influenciado estas prácticas con sus «técnicas de
replanteo» con las que trata de lograr el cambio de comportamiento a través
del cambio de «contexto» o «significado» del mismo comportamiento, por
ejemplo, mediante la búsqueda de la connotación positiva de un pensamiento o
comportamiento.

Los dos principales usos terapéuticos de la PNL son:

(1) como un complemento por terapeutas que ejercen en otras disciplinas


terapéuticas,

(2) como una terapia específica llamada Psicoterapia Neurolingüística, que es


reconocida por el Consejo Británico de Psicoterapia con acreditación regulada
en un principio por la Asociación para la Programación Neurolingüística y más
recientemente por su organización sucesora, la Asociación de Psicoterapia
Neurolingüística y Asesoramiento. Ninguna de las dos organizaciones está
aprobada por el National Institute for Health and Care Excellence.

Según Stollznow (2010), «El tristemente célebre libro de Bandler y


Grinder Ranas en príncipes y otros libros se jactan de que la PNL es una
panacea que trata una amplia gama de condiciones físicas y mentales y
dificultades de aprendizaje, como la epilepsia, la miopía y la dislexia. Con sus
promesas de curar la esquizofrenia, la depresión y el trastorno de estrés post
traumático, comparte similitudes con la Cienciología y la Comisión Ciudadana
por los Derechos Humanos». Una revisión sistemática de los estudios
experimentales por Sturt et al (2012) concluyeron que hay poca evidencia de
que las intervenciones de PNL mejoren los resultados relacionados con la
salud. En su revisión de la PNL, Stephen Briers escribe, «la PNL no es
realmente un tratamiento coherente sino una mezcolanza de diferentes
técnicas sin una base teórica muy clara ... [y su] base de pruebas es
prácticamente inexistente». Eisner escribe: «La PNL parece ser un enfoque
superficial y artificioso para hacer frente a problemas de salud mental.
Desafortunadamente, la PNL parece ser el primero de una larga serie de
seminarios de marketing de masas que pretenden curar prácticamente
cualquier trastorno mental... parece que la PNL no tiene base empírica o
científica en cuanto a los principios fundamentales de su teoría o efectividad
clínica. Lo que queda es una dosis de psicología barata con mercadeo
masivo».

André Muller Weitzenhoffer, amigo y compañero de Milton Erickson, escribió:


«¿ha abstraído y explicado la PNL la esencia de una terapia exitosa para
proporcionar todos los medios para ser otro Whittaker, Virginia Satir, o
Erickson? (...) La incapacidad de la PNL para hacer esto es evidente, porque
hoy no hay multitud de sus iguales, ni siquiera otro Whittaker, Virginia Satir, o
Erickson. Diez años debieran haber sido suficiente tiempo para que esto
sucediera. En este sentido, no puedo tomar la PNL en serio (...) Las
contribuciones de la PNL a nuestra comprensión y el uso de técnicas
ericksonianas son igualmente dudosas. Los Patrones I y II son obras
pobremente escritas que fueron un esfuerzo ambicioso y pretencioso para
reducir el hipnotismo a una magia de las palabras escritas».

El psicólogo clínico Stephen Briers cuestiona el valor de la máxima de la PNL,


una presuposición en la jerga de la PNL, que dice que no hay fracaso, sólo
retroalimentación. Briers sostiene que la negación de la existencia del fracaso
disminuye su valor instructivo. Él presenta a Walt Disney, Isaac Newton y J. K.
Rowling como tres ejemplos reconocidos de inequívoco fracaso personal que
sirvieron de impulso a un gran éxito. Según Briers, era «el fracaso destructivo y
doloroso, no el fracaso «saneado» ofrecido por la PNL, es decir, la especie de
"fracaso que no es fracaso"» el que impulsó a estos individuos al éxito. Briers
sostiene que la adhesión a la máxima conduce al autodesprecio. Según Briers,
el esfuerzo personal es un producto de los valores adquiridos y aspiraciones y
considerar el fracaso personal significativo como mera información denigra
efectivamente lo que uno valora. Briers escribe: «A veces tenemos que aceptar
y llorar la muerte de nuestros sueños, no sólo despedirlos ocasionalmente
como cosa intrascendente. El reencuadre de PNL nos pone en el papel de un
viudo evitando el dolor del duelo dando un salto hacia una relación con una
mujer más joven, sin detenerse para decir un adiós apropiado a su esposa
muerta». Briers también sostienen que la máxima de la PNL es narcisista,
egocéntrica y disociada de las nociones de responsabilidad moral.

Educación

Según O'Connor y Seymour (1995) todos los seres humanos tienen una
disposición natural por aprender. Postulan que a partir de las experiencias,
particularmente de sus consecuencias, se van modificando los actos. Sin
embargo, a medida que el ser humano crece interpreta este proceso de
aprendizaje, como una serie de éxitos y fracasos. Aprende a sentir miedo de
los fracasos y no a verlos como parte sustancial del proceso.

El aprendizaje se da mediante aproximaciones sucesivas, se compara lo que


se hace con lo que se pretende alcanzar, y se modifica el comportamiento en
función de la diferencia observada. La comparación se realiza a partir de un
criterio "que se considere valioso" es decir, apropiado.

El Modelo Test-Operate-Test-Exit (TOTE) como se citó en O'Connor y Seymour


(1995)

La comparación constituye la Prueba. La Operación es el lugar donde se


aplican los propios recursos. Se vuelve a comparar (otra Prueba), y se sale del
bucle (Salida) cuando nuestro criterio de comprobación nos dice que el objetivo
se ha cumplido. El éxito dependerá del número de opciones de comprobación
de que se disponga: la flexibilidad de conducta, o la variedad de requisitos,
término tomado de la cibernética. De este modo el viaje desde el estado actual
hasta el estado deseado ni siquiera tiene forma de zigzag, sino de una espiral.

Es más que probable que haya bucles menores dentro del bucle mayor:
objetivos menores que debe usted lograr para alcanzar el mayor. El sistema en
su conjunto encaja como una colección de cajas chinas. En este modelo de
aprendizaje, los errores son útiles puesto que son resultados que usted no
quiere en ese contexto. Pueden emplearse como información para acercarse
más al objetivo (p. 117).

Otros usos

Si bien los objetivos originales de la programación neurolingüística eran


terapéuticos, los patrones también se han adaptado para su uso fuera de la
psicoterapia, para la comunicación interpersonal y la persuasión incluyendo la
comunicación empresarial, capacitación en gestión, las ventas, el deporte,
influencias interpersonales, coaching, trabajo en equipo, oratoria, negociación,
y docencia.

Crítica por parte de la comunidad científica

La Programación Neurolingüística ha sido caracterizada como una


pseudociencia de la ‘Nueva era’. Witkowski (2010) escribe que «la PNL
representa basura pseudocientífica, que debe ser eliminada para siempre». El
mismo nombre de ‘programación Neuro-lingüística’ también ha sido criticado.
Roderique-Davies (2009) afirma que usar la palabra «neuro» en PNL es
«efectivamente fraudulento, dado que la PNL no ofrece ninguna explicación a
nivel neuronal y se podría argumentar que su uso se alimenta falazmente de la
noción de credibilidad científica». Witkowski (2010) también indica que, a nivel
neuronal, la PNL no ofrece ninguna explicación en absoluto y no tiene nada en
común con las disciplinas académicas de la lingüística o la programación. Del
mismo modo, el psicólogo experimental Corballis en su crítica de la
lateralización de la función cerebral (mito del cerebro izquierdo/derecho), afirma
que «la PNL es un título completamente falso, diseñado para dar la impresión
de respetabilidad científica» y describe la PNL como una actividad de «culto»,
con «poca credibilidad científica». De acuerdo con el psicolingüista Willem
Levelt «la PNL no se informa de la literatura, sino que se inicia a partir de ideas
que se han vuelto obsoletas hace mucho tiempo, conceptos poco sólidos o que
son una mera ficción, conclusiones que se basan en presunciones erróneas. La
teoría y la práctica de la PNL no tienen nada que ver con las ideas
neurocientíficas, ni con la lingüística, ni con la informática y la teoría de la
programación».

Los neurocientíficos Sergio Della Sala y Barry Beyerstein escribieron, «[la PNL]
comenzó con un poco de información de la psicología, la lingüística y la
neurociencia que ahora está fuera de moda, pero que incluso la mayoría de los
expertos aceptaban en la década de los ‘60, cuando la PNL apareció en
escena. Lo bueno de la ciencia real, a diferencia de la pseudociencia, es que la
ciencia real corrige sus errores a medida que surgen nuevos descubrimientos.
La PNL sigue sumida en el pasado o en lo que nunca fue». De acuerdo con
Beyerstein (1995) y Witkowski (2010), la jerga de la PNL, como pragmagráfica,
metamodelado, metaprogramación, submodalidades, está destinado a
impresionar, confundir y dar la falsa impresión de que la PNL es una disciplina
científica. Beyerstein dice, «aunque sostiene que la neurociencia está en su
pedigrí, la visión anticuada de la PNL sobre la relación entre el estilo cognitivo y
la función del cerebro, en última instancia se reduce a simples analogías».
Además Beyerstein (1995) cree que la PNL ha ayudado a popularizar mitos
sobre el cerebro y la neurología y que el aforismo «tú creas tu propia realidad»
promueve una perspectiva epistemológicamente relativista, cuya finalidad es
obtener inmunidad ante las pruebas científicas. El neurocientífico Lauren Julius
Harris, revisando diversas aplicaciones del mito de la lateralización cerebral a
la educación y la psicoterapia, escribe, «la denominada Programación
Neurolingüística es el uso científicamente más pretencioso de estas
aplicaciones».

Devilly sostiene que las así llamadas «terapias de poder» ganan popularidad
porque se promueven, al igual que otras pseudociencias, utilizando un conjunto
de tácticas de influencia social. Este incluye hacer afirmaciones extraordinarias
(por ejemplo, una cura en una sola sesión para cualquier recuerdo traumático),
la creación de una ‘trampa de la racionalización’ mediante la obtención de
compromisos adicionales de los estudiantes que aprenden la terapia de poder
(por ejemplo, la primera lección es gratis y luego hay un consiguiente aumento
en el precio de los cursos), la fabricación de una ‘fuente de credibilidad y
sinceridad’, creando un líder-gurú que está más capacitado en la terapia de
poder, la creación de un organismo autorregulado compuesto por aquellos que
han completado un curso de la terapia de poder, y la definición de un enemigo
para facilitar la identidad y el comportamiento del grupo y para servir de chivo
expiatorio.

La PNL ha sido criticada junto con otras teorías y prácticas caracterizadas


como cuestionables, pseudocientíficas y/o prácticas desacreditadas en la
terapia. Algunas fuentes dentro de la terapia y la psicología incluyen libros
como «Terapias Locas» (1997), «Ciencia y pseudociencia en psicología
clínica» (2002), y «Cuentos acerca de la Mente y el Cerebro» (2007). También
existen artículos críticos de la PNL en la Enciclopedia de la pseudociencia
(2000) y Diccionario del escéptico (2003). La PNL también se ha utilizado como
un ejemplo de pseudociencia para facilitar la comprensión de la importancia del
pensamiento racional y crítico en un número de materias académicas.

Según Witkowski (2010), la PNL también aparece en «la lista de terapias


desacreditadas», publicada en Journal of Professional Psychology: Research
and Practice Con referencia al trabajo de Carroll (2003), Della Sala (1999),
Lilienfeld et al. (2003) y Singer y Lalich (1996) sobre psicoterapias
pseudocientíficas, no validadas, o «de curandero» dentro de la psicología
clínica, Norcross et al. (2006) indagó acerca de la PNL (para el tratamiento de
trastornos mentales o del comportamiento) en un estudio que recopiló
opiniones de psicólogos, quienes calificaron a la PNL como una terapia entre
«posiblemente desacreditada» y «probablemente desacreditada»; esta
calificación es similar a la terapia asistida con delfines, la equinoterapia,
psicosíntesis, y la técnica de liberación emocional (EFT). Norcross et al. (2010)
ubicaron a la PNL en el séptimo lugar de su lista de las 10 terapias más
desacreditadas para la dependencia de drogas y alcohol y está catalogada
como «sin duda desacreditada» en la Evidence-based practices in addiction
treatment: review and recommendations for public policy (Prácticas basadas en
la evidencia en el tratamiento de adicciones: revisión y recomendaciones para
política pública).

Invalidez empírica

A principios de la década de 1980, la PNL fue anunciada como un avance


importante en la psicoterapia y el asesoramiento, y atrajo a un cierto interés en
la investigación del asesoramiento (consejería) y la psicología clínica. Sin
embargo, como los ensayos controlados no demostraron ningún beneficio de la
PNL y sus partidarios hicieron afirmaciones cada vez más dudosas, el interés
científico en la PNL se desvaneció.

Centrándose principalmente en los sistemas de representación preferidos, las


revisiones de Sharpley (1984) y – en respuesta a las críticas de Einspruch y
Forman (1987) – Sharpley (1987) concluyeron que había poca evidencia de la
utilidad de la PNL como una herramienta de orientación eficaz. Revisando la
literatura, Pila (1988) también concluyó que las investigaciones objetivas e
imparciales, no han mostrado apoyo a las afirmaciones de la PNL sobre
sistemas de representación preferidos.

Un comité de investigación del Consejo Nacional de Investigación de Estados


Unidos dirigido por Daniel Druckman llegó a dos conclusiones. En primer lugar,
la comisión «encontró poca o ninguna» evidencia para apoyar los supuestos de
la PNL o para indicar que es eficaz como estrategia de influencia social. «Se
supone que mediante el seguimiento de los movimientos oculares y el lenguaje
del otro, un entrenador PNL podría identificar los pensamientos de la persona,
sus sentimientos y opiniones (Dilts, 1983). No hay evidencia científica para
estos supuestos». En segundo lugar, los miembros del comité «quedaron
impresionados con el enfoque de modelado utilizado para desarrollar la técnica.
La técnica fue desarrollada a partir de la observación cuidadosa de la forma en
que tres psicoterapeutas experimentados llevan a cabo sus sesiones, haciendo
hincapié en la imitación de las conductas verbales y no verbales... Esto llevó al
comité a abordar el tema del modelado experto en la segunda fase de su
trabajo ". Von Bergen et al. (1997) afirman que «el comentario más revelador
sobre la PNL puede ser que en la última revisión de su texto sobre la mejora
del rendimiento humano, Druckman (Druckman y Bjork 1991) omite toda
referencia a la Programación Neurolingüística." De acuerdo con Gelso y
Fassinger (1990), la revisión de la literatura de Sharpley, marcó un declive en la
investigación empírica de la PNL, y en particular en la adecuación de los
predicados sensoriales y su uso en la relación consejero-cliente en psicología
de consejería.

Los profesionales de la PNL y académicos Tosey y Mathison han argumentado


que el enfoque experimental no siempre es adecuada para la investigación de
la PNL, proponiendo en cambio que la PNL debe ser investigada
fenomenológicamente. Gareth Roderique-Davies (2009) respondió que «la
investigación fenomenológica está libre de hipótesis, preconceptos y
suposiciones, y trata de describir en vez de explicar. Dadas las afirmaciones
hechas por los defensores de la PNL, esto agrega poco al debate de
credibilidad y podría llevar a presentar informes sobre la experiencia desde el
punto de vista del individuo más que la confirmación de la supuesta eficacia. El
hecho es que los defensores de la PNL hacen afirmaciones específicas acerca
de cómo funciona la PNL y lo que esta puede hacer y esto obliga a presentar
pruebas para corroborar estas afirmaciones». Él sostiene que la propuesta de
llevar a cabo investigación fenomenológica de la PNL «constituye una admisión
de que la PNL no tiene una base de pruebas y que los profesionales de la PNL
buscan su credibilidad post-hoc”.

Revisiones sistemáticas más recientes de toda la investigación relacionada con


la PNL concluyen que la eficacia de la PNL y la validez de sus principios
básicos no se ha demostrado; esta visión es compartida por algunos
defensores de la PNL que reclaman una rigurosa investigación científica. Los
revisores Witkowski (2010) y Sturt et al (2012) coinciden en que la PNL carece
de una base de pruebas, pero no están totalmente de acuerdo sobre la
invalidez de la PNL. Witkowski, expresando la opinión de consenso científico,
dice: «Mi análisis conduce indudablemente a la afirmación de que la PNL es
basura pseudocientífica, que debe ser eliminada para siempre»; Sturt et al. –
en común con algunos defensores de la PNL – afirman que las conclusiones
sobre la falta de efecto de la PNL reflejan más bien la limitada cantidad y
calidad de la investigación sobre PNL, en lugar de dar pruebas sólidas de
ningún efecto. Revisando el trabajo de Sturt et al. (2012), Murray (2013) apoya
su conclusión.

Control mental

El control mental es una técnica o un conjunto de técnicas encaminadas a la


modificación de los procesos mentales de los individuos. Puede emplearse
sobre la propia persona y también en personas ajenas con fines diversos:
desde la superación del propio ser y sus habilidades mentales a través del
dominio de la mente, pasando por la sanación de complejos o problemas
mentales, hasta un uso perverso tal como la manipulación de otras mentes.

Se emplea en salud mental para el estudio de las reacciones en el


pensamiento, el sentimiento y el comportamiento del ser humano. Las técnicas
cuya eficacia está científicamente demostrada se aplican para el desarrollo de
la mente en todas sus facetas. Realizado por el propio sujeto sobre su mente,
puede emplearse para el autodominio de los pensamientos y
consiguientemente las emociones generadas por ellos. Se emplean las
técnicas de focalización mental en "Hipnoterapia" para la sanación o mejoría
del paciente. El estudio del "control mental" también ha interesado a la
Parapsicología y a multitud de religiones y sectas.

Definición

A continuación se desarrolla una definición de "control mental" entendido como


concepto de "manipulación mental", es decir, el empleo perverso sobre mentes
ajenas:

El control mental es una técnica variada o conjunto de técnicas encaminadas a


suprimir la personalidad de la persona, controlando y anulando su libre
albedrío, para hacerla dependiente de lo dictado por otra persona u
organización. Pese a que puede realizarlo cualquier colectivo, son
las sectas las que más profusamente lo emplean, especialmente las sectas
destructivas.

Existe una técnica muy popular y calificada en algunos ámbitos de


pseudocientifica o religiosa, el "Método Silva de Control Mental", desarrollada y
perfeccionada por José Silva a lo largo de su vida durante el siglo XX, que
promulga que su objetivo fundamental es la mejoría en la concentración,
imaginación, creatividad y autoestima, y por extensión, mejoría de la vida del
sujeto en su conjunto.
Antecedentes del control mental

El deseo de controlar a las personas totalmente es muy antiguo y


cualquier dictadura, régimen autoritario o monarquía despótica siempre han
tratado de que sus ciudadanos o súbditos tengan las mismas ideas y actitudes,
especialmente hacia sus dirigentes. Para este fin se ha utilizado desde hace
mucho tiempo la propaganda y la represión de cabecillas u organizaciones.
Pero estas acciones no pueden acabar con las ideas díscolas en la totalidad de
la población, pese a que así consiguen evitar que se manifiesten abiertamente,
al menos durante algún tiempo.

Para lograr acabar con las ideas de algunas personas concretas se ha


recurrido a la tortura que en muchas ocasiones se limitaba a extraer
confesiones (fuesen veraces o no) como en el caso de la Inquisición; pero
distintas organizaciones represoras, como la CHEKA de la Revolución rusa,
descubrieron que con técnicas desorientadoras, frío, mala alimentación y
presión constante podía implantar en sus torturados la idea que quisieran para
que después declararan esa idea implantada ante jueces y tribunales, por
ejemplo. En esto los soviéticos se convirtieron en auténticos expertos e incluso
fue denunciado por Amnistía Internacional en informes sobre la utilización de la
medicina para la tortura entre otros, así como en una publicación específica
sobre la medicina en la URSS. A todas estas técnicas se las suele englobar
dentro del término lavado de cerebro.

El problema del lavado de cerebro estribaba en que cuando cesaba la


violencia, el miedo o la presencia de la persona que amenaza, las ideas
implantadas también desaparecía y son sustituidas por las iniciales con
rapidez.

Por tanto, desde el mismo momento casi que comenzó la tortura como método
de represión, se percibió la poca vigencia de esta técnica y la necesidad de
conseguir otras más persistentes en el tiempo. Por otra parte la tortura produce
graves secuelas psicológicas en el torturador, empezando por el rechazo social
que sufrían los verdugos (funcionarios del estado encargados de ejecutar, pero
también torturar) y siguiendo por todo tipo de miedos, remordimientos y
depresiones por tener que infligir dolor y sufrimiento a personas contra las que
en el fondo nada tiene en contra. Existen muy pocos informes sobre el
entrenamiento de torturadores, por ser un auténtico secreto de estado; pero
Amnistía Internacional sí tuvo acceso a uno realizado por la dictadura griega en
la que se veía que para mantener un cuerpo de torturadores estable era
necesarios buscar gente del medio rural que no desearan llevar esa vida,
asegurarles trabajo en ciudades, ofrecer grandes sueldos y reforzarles
constantemente la importancia de su misión para la patria (no para el régimen
que sea), el peligro que corren si dejan de torturar y la maldad de las personas
que deben torturar. Pese a todo, en actos como la Comisión para la Verdad y la
Reconciliación de Sudáfrica, se comprobó que muchos torturadores estaban
profundamente arrepentidos y dolidos por sus acciones.

Estos ejemplos muestran que el lavado de cerebro no está al alcance de todas


las organizaciones y cuesta muchos esfuerzos mantenerlo.

Técnicas de control mental

Las técnicas de control mental no tienen por qué salir de investigaciones


meticulosas y científicas, pese a que tales investigaciones puedan existir, más
bien son fruto de la experiencia de personas u organizaciones que han llegado
a perfeccionarlas por medio del ensayo y el error.

Asimismo, son muy empleadas por organizaciones dictatoriales como


las sectas. Pilar Salarrullana hace una recopilación de ellas:

Aislamiento del núcleo familiar y social: pese a no ser la primera en aplicarse


es una de las más importantes. Consiste en ir apartando a la persona captada
de su familia, sus amigos e incluso de cualquier relación con el mundo exterior
a la secta o entorno que lo desea captar. Tanto es así que muchas sectas,
especialmente las más destructivas, cuentan con granjas, albergues y casas
particulares donde reúnen a sus fieles.

Agotamiento físico: se trata de llevar a los captados hasta casi el límite de sus
fuerzas físicas para dificultar el pensamiento racional porque, según Pilar
Salarrullana, la inteligencia de cada uno no se puede aumentar ni disminuir,
razón por la cual lo que tratan las técnicas de control mental es dificultar el uso
de la inteligencia individual.

Cambio de dieta por otra escasa de proteínas: para reducir la fuerza del cuerpo
y con ella la capacidad de utilizar la inteligencia un cambio de dieta ayuda. Esto
puede provocar trastornos o perdida de la menstruación de las mujeres
e impotencia en los hombres.

Sesiones periódicas de cánticos, recitación de consignas, mantras... llegando


en ocasiones a caer dormidos por el sueño, lo que incluso ayuda porque las
frases se siguen oyendo, pero la persona no recuerda dónde las escuchó y
quién las dijo, por lo que puede llegar a pensarse que son ideas propias, a las
que siempre se las tiene gran afecto.

Charlas de líder de la organización y sus acólitos sobre las bondades de la


organización, los riesgos de salirse y especialmente los desprecios a quienes
critican o muestran actitudes díscolas.

Realización de agradables recibimientos, acogidas y atención a quienes llegan


por primera vez o aún no cuentan con mucha experiencia. Técnica que
aumenta el placer de ser parte del grupo y al mismo tiempo la dependencia de
ese presunto afecto y estima. Estas recepciones deben hacerse a cada
persona en solitario, si esta fuese acompañada por un amigo, por ejemplo, los
esfuerzos deben encaminarse a separarlos.

Utilización de drogas para anular la voluntad.

Realización de pequeños test psicológicos para adecuar las técnicas de


captación a cada persona. Un ejemplo es el experimentado por Steven
Hassan en la secta Moon donde les pedían dibujar un camino, una casa y un
árbol.

Consecuencias del control mental

La principal consecuencia de un proceso de control mental exitoso es


la implantación de la personalidad deseada sobre la anterior, pero la
personalidad inicial nunca es destruida y terminará por imponerse si se dan las
condiciones adecuadas. Pero es difícil desprogramar a personas que no tiene
una personalidad anterior que recuperar, porque no existiera todavía, como en
los niños, o porque en un lapso de tiempo largo, ha sido totalmente olvidada.

Además de esta, se producen otros efectos en la persona, bien por el control


mental o por los métodos para conseguirlo. La ONG española Pro-
Juventud cita los siguientes:

Sociales

Falta o reducción de la capacidad para relacionarse con los demás,


especialmente si son extraños a la secta.

Anulación de las relaciones con la familia y pérdida de amigos.

Consecuencias laborales, como relegación en el puesto de trabajo o despido,


por la pérdida de competitividad a causa del cansancio.

Cambio de residencia.

Físicas

Dependen completamente del tipo de control mental ejercido. Pero


generalmente son fatiga muscular y desgarros.
Psicológicas

Cambios inesperados entre la euforia y la depresión.

Incapacidad de mantener relaciones afectivas con personas extrañas al


entorno donde es controlado.

Esclavitud involuntaria al perder la capacidad de decisión.

Disminución del sentido del humor, del vocabulario y la capacidad intelectual en


general, pero no de la inteligencia.

Razonamiento escaso o nulo.

Tendencia neurótica, psicótica o suicida.

Pérdida de identidad, desdoblamiento de la


personalidad, pánico, alucinaciones.

La desprogramación

Se conoce como desprogramación al proceso de liberar a alguien del control


mental al que ha sido sometido. Puesto que el control es una técnica larga y
compleja también lo es la desprogramación, por esa razón existen
profesionales versados en la materia.

Circunstancias

Para lograr la desprogramación, especialmente del control más destructivo, es


necesaria la concurrencia de varias circunstancias.

Separación del grupo controlador.

Descanso físico.

Alimentación adecuada.

Perseverancia.

Técnicas

Una vez reunidas las circunstancias anteriores, expertos en el tema como


Steven Hassan siguen una serie de técnicas desprogramadoras.

Establecer relaciones de mutua confianza.


Comunicarse con la persona para conocer su situación (¿desea seguir?,
¿siente dudas sobre la bondad de los que le han controlado?, ¿está
desencantado pero temeroso?...).

Desarrollar modelos de identidad: cómo era la persona antes de entrar, como


es el modelo de personalidad impuesto por el control mental y cual es la
personalidad que adopta dentro de la estructura controladora (iniciado, con
algo de responsabilidad, controlador...).

Poner a las personas en contacto con la identidad original, por eso es tan difícil
desprogramar a niños que no tiene una personalidad anterior que recuperar.

Conseguir cambiar la perspectiva desde la que mira el controlado (la que le


impuso el grupo controlador).

Interrumpir el autoengaño que sistemáticamente se ha enseñado a la persona


controlada que haga cuando siente dudas sobre lo que le han enseñado.

Terminar con las fobias que han implantado a la persona para que no
abandone el grupo y mostrarle el bienestar que se puede obtener fuera del
grupo.

Explicar a la persona controlada las características del control mental que ha


sufrido.

El control mental en España

El control mental o inducción mental, es actualmente poco conocido en la tierra


de Cervantes, donde uno de sus más pioneros conocedores de dicha técnica
se encuentra en Zamora y es el dueño del dominio oficial web en castellano de
dicha técnica, su nombre es David Ribas y actualmente realiza la técnica del
control mental para cientos de Españoles que la requieren, en su mayoria por
problemas de autoestima o de pareja.

Estructuras Mentales

Un esquema (pl. esquema o esquemas), en psicología y en ciencia cognitiva,


describe cualquiera de varios conceptos como:

Un patrón organizado de pensamiento o comportamiento.

Un conjunto estructurado o ideas preconcebidas.

Una estructura mental que representa algún aspecto del mundo.


Una estructura de conocimientos específicos o representación cognitiva del yo.

Un marco mental centrado en un tema específico, que nos ayuda a organizar la


información social.

Las estructuras que organizan nuestros conocimientos y suposiciones sobre


algo y son utilizados para la interpretación y procesamiento de la información.

Un esquema puede ser visto como una teoría sobre la representación del
conocimiento y de cómo esa representación facilita el uso del conocimiento, y
puede ser entendido como tener una estructura de conocimiento o un proceso
interpretativo. Rumelhart menciona que los individuos tienen repertorios
disponibles de esquemas bajo los cuales interpretan los eventos. Un cambio en
un esquema es un cambio en la perspectiva y afecta nuestra atención y
recuerdo.

El concepto de esquema, asume que nuestro conocimiento sobre el mundo es


representado en la memoria como la suma de unidades organizadas llamadas
esquemas. La teoría de esquemas ha sido utilizada para explicar como la
nueva información se conecta e interactúa con las estructuras existentes de
conocimiento, para producir un aprendizaje significativo según Ausubel.

Los esquemas se adquieren a través del aprendizaje, pero algunos pueden ser
innatos como la estructura del lenguaje. Los esquemas representan objetos,
personas, estados subjetivos o relaciones entre objetos. Un esquema que
describe acciones se le llama guión. Los esquemas no son una copia del
mundo, sino una interpretación privada de este. El esquema posee distintos
niveles de abstracción, podemos tener un esquema abstracto de hogar y uno
específico de nuestra propia casa. Los elementos que constituyen un esquema
pueden verse como conceptos que a su vez se conforman de otros,
compatibles al esquema asociado, por ejemplo para un maestro de cognición el
esquema APRENDIZAJE puede incluir los elementos integración, memoria,
esquema, declarativo y procedural. Un esquema puede incorporar información
nueva o estar incluido dentro de otro, por ejemplo el esquema de memoria
puede estar dentro del de aprendizaje.

Dentro de los procesos mentales superiores la noción de estructura cognitiva


es central para explicar el aprendizaje y el recuerdo, dicha estructura también
es llamada frecuentemente esquema cognitivo y se le atribuye el control de la
información almacenada. Los esquemas son estructuras de datos abstractos
que organizan grandes cantidades de información. Son patrones o guías para
comprender un evento, concepto o habilidad.

El concepto de esquema enfatiza la idea de que la memoria tiene estructura, a


la vez que permite mostrar como el conocimiento está conectado en la
memoria, lo cual es importante para explicar que información es recuperada en
respuesta a un estímulo y como esa información es utilizada en el
razonamiento.

Un esquema de sí mismo se llama "esquema de sí mismo". Esquemas para


otras personas son llamados "esquemas de personas". Esquemas para
papeles y profesiones son llamados "esquemas de rol", y esquemas para
eventos o situaciones son llamados "esquemas de eventos" (o guiones).

Los esquemas influencian nuestra atención, ya que tenemos más posibilidades


de notar cosas que encajen en nuestro esquema. Si algo contradice nuestro
esquema, puede ser codificado o interpretado como una excepción o como
único. Por lo tanto, los esquemas son propensos a la distorsión. Influencian lo
que observamos en una situación. Tienen una tendencia a permanecer sin
cambios, incluso en la cara de información contradictoria. Nos inclinamos a
situar personas que no encajan en nuestro esquema en una categoría
"especial" o "diferente", en lugar de considerar la posibilidad que nuestro
esquema puede estar defectuoso. Como resultado de los esquemas, podemos
actuar de tal manera que en realidad hace que nuestras expectativas se hagan
realidad.

El concepto de esquema fue introducido inicialmente a la psicología y


educación a través del trabajo del psicólogo británico Frederic Bartlett (1886-
1969). Esta teoría de aprendizaje organizan el conocimiento como una
compleja red de estructuras mentales que representan el entendimiento de uno
en el mundo. La teoría de esquema fue desarrollada por el psicólogo educativo
R. C. Anderson. El término esquema fue utilizado por Jean Piaget en 1926, por
lo que no fue un concepto totalmente nuevo. Anderson, sin embargo, amplió el
significado.

Las personas utilizan esquemas para organizar el conocimiento actual y


proporciona un marco para entender el futuro. Ejemplos de esquemas
incluyen Rubrica, esquemas sociales, estereotipos, roles sociales,
guiones, cosmovisiones, y arquetipos.

Esquema de la teoría de esquema

Desarrollos tempranos de la idea en la psicología surgieron con la Psicología


de la Gestalt y Piaget. Sin embargo, es con el trabajo de Bartlett (él mismo
dibujado en el término utilizado por el neurólogo Henry Head) que el término
llegó a ser usado en su sentido moderno. El trabajo de Bartlett fue descuidado
en América durante la era conductista hasta su recapitulación al por mayor en
forma masiva influenciada en la psicología cognitiva (1967). El trabajo de
Neisser llevó a la ubicuidad del término en la psicología, y su extensión a otras
disciplinas, en particular el desarrollo cognitivo y las ciencias computacionales.
Desde entonces, muchos otros términos han sido utilizados, incluyendo
"marco", "escena" y "guión".

Las Estructuras mentales son comportamientos, costumbres que se van


acumulando a través del tiempo en los seres humanos aprendidas en la familia,
en la escuela, en sus relaciones con los demás individuos. El objetivo del
estudio de laestructura social es entender las relaciones sociales con la ayuda
de modelos.

Los Tres Estilos Básicos de Comunicación

Los estilos de comunicación principales son el pasivo, asertivo y agresivo,


siendo aceptado que el asertivo es el más adecuado para establecer relaciones
personales y comunicarse.

La comunicación es una capacidad, además de una necesidad, propia del ser


humano cuyas habilidades se desarrollan y mejoran a lo largo de nuestra
existencia. Con ella, trasladamos la información relacionada con nuestras
emociones, expectativas, sentimientos, datos, opiniones, etc. La comunicación
nos ayuda al crecimiento tanto personal como a nivel grupal.

Elementos de la comunicación

Visto desde un punto de vista más definitorio, la comunicación se considera


como un proceso dinámico en el que intervienen 3 elementos:

Emisor: es el que transmite el mensaje.

Receptor: es el receptor de dicho mensaje.

Canal: es el soporte a través del cual se transmite el mensaje. Este puede ser
verbal, vocal o visual.

Una comunicación siempre tiene como objetivo obtener una respuesta. Esta
respuesta es considerada el propósito de realizar el mensaje. Cuando la
respuesta que recibimos del receptor coincide con la que esperábamos, se
considera que la comunicación ha sido efectiva.

Estilos de comunicación

Cada estilo de comunicación puede describirse en función de los componentes


de las habilidades sociales que utiliza el individuo. Cada persona tiene un estilo
de comunicación que predomina en relación a los otros dos.
Si bien es cierto que nos solemos comunicar de una forma más frecuente en
uno de estos estilos, dependiendo tanto de cual sea nuestro interlocutor, del
tema o la situación dada, podemos ir rotando entre los tres estilos que existen.

Por ejemplo, si nos encontramos en un ambiente que nosotros consideramos


inseguro como puede ser el trabajo, lo más seguro es que adoptemos un estilo
de comunicación pasivo. Por el contrario, en el entorno familiar solemos
adoptar un estilo entre agresivo y asertivo, debido a la confianza que este
entorno nos genera.

Alguno de estos estilos nos servirá para facilitar las relaciones con los demás,
mientras que otros la dificultarán afectando al vínculo que nos une con esa
persona. Los factores facilitadores de la comunicación son todos aquellos que
contribuyen a disminuir el esfuerzo que tiene que hacer el receptor para
entender el mensaje.

Estos factores generan en este individuo una actitud positiva y de colaboración,


beneficiando la relación entre emisor-receptor. Así, dependerá del estilo de
comunicación que utilicemos para comunicarnos, que nuestro mensaje llegue
al receptor tal y como nosotros hemos querido emitirlo desde un principio y no
sea malinterpretado.

Tres son los estilos de comunicación existentes:

Estilo de comunicación asertivo

Este estilo es el intermedio entre el estilo agresivo y el pasivo y es


característico de las personas que son capaces de defender sus propios
intereses y opiniones al mismo tiempo que respetan que los demás tengan los
suyos. Es el único estilo de comunicación que facilita la relación entre las
personas.

La persona asertiva sabe defender sus derechos a la vez que discrepa y


además entiende y respeta los puntos de vista de su interlocutor. Suelen ser
personas que disfrutan de buena autoestima, poseen seguridad en sí mismos y
se muestran confiadas.

Buscan en la comunicación soluciones satisfactorias para ambas partes sin


ninguna intención de manipulación. En definitiva, se sienten relajadas y con
control ante la situación, lo cual facilita la comunicación. Se gustan a sí mismos
y gustan a los demás. Estas personas suelen utilizar mensajes “yo”, es decir,
mensajes como pueden ser: “yo opino”, “yo creo”, “yo deseo”…

Las habilidades comunicativas que suelen tener las personas con estilo
asertivo son:
Por un lado la empatía, es decir, la habilidad para ponerse en el lugar y punto
de vista del otro y poder ponerse en su situación, teniendo en cuenta sus
sentimientos, expectativas y sus intereses.

Por otro lado, la escucha activa, que consiste en percibir y entender toda la
información que recibimos de nuestro interlocutor y su contexto, evitando
realizar interrupciones o juicios previos.

A su vez, emitiremos mediante nuestra comunicación no verbal (gestos,


señales y conductas) un feedback para que la otra persona sepa que estamos
recibiendo correctamente su mensaje.

Estas personas se adaptan a cada contexto donde se desarrolla la interacción


con el otro individuo, consiguiendo comunicarse de la manera más óptima
posible en cada situación.

Este estilo favorece el afecto y afianza lazos familiares a nivel educativo,


enseña a resolver conflictos de forma respetuosa, establece bien las normas y
utiliza adecuadamente las contingencias. Todos estos aspectos ayudarán a
que, a medida que se va acercando a la edad adulta, la persona se desarrolle
de forma autónoma y con madurez.

Su conducta no verbal está caracterizada por una expresión facial amigable y


relajada. Miran fijamente a su interlocutor, pero siempre respetando los
descansos necesarios. Sonríen frecuentemente y se sitúan frente a frente a la
otra persona pero siempre respetando los espacios personales.

Hacen uso de gestos firmes frecuentemente, pero sin resultar amenazantes. Se


muestra atento a lo que su interlocutor le quiere transmitir mediante la
realización de preguntas adecuadas y, respondiendo también de forma óptima,
al tipo de pregunta que recibe del otro individuo.

En relación a la conducta verbal, hacen uso de la primera persona del singular


de cada verbo para mostrar abiertamente sus propias opiniones e ideas,
emociones, y sentimientos.

Aunque es el estilo de comunicación más efectivo, resulta bastante complicado


ser asertivos en todas las situaciones y con todas las personas. Sin embargo,
existen métodos y herramientas que nos ayudan a aumentar la fluidez y
frecuente uso de este estilo.

Voy a poner un ejemplo. Nos encontramos en un debate grupal, en el que tu


opinión difiere a las del resto de los participantes, ¿Cómo actuaría este estilo?

Una persona asertiva defendería sus opiniones y si se diera la situación de que


las demás personas no están de acuerdo con ella, lo entendería y respetaría.
Gracias a este estilo, los sentimientos que se tienen cada vez que se interactúa
son de satisfacción, seguridad y control emocional y de la situación.

Estilo de comunicación agresivo

Las personas que utilizan este estilo tratan de imponer su criterio y conseguir
sus objetivos sin importarle la opinión ni los sentimientos de su interlocutor. El
modus operandi de estos individuos es el uso de estrategias como amenazas,
intimidación, sarcasmo, acusaciones, sentimiento de culpabilidad, enfado y
reproches.

En ningún momento se tiene en cuenta los derechos que deben tener los
demás y su lenguaje suele tener un exceso de expresiones tales como: “tienes
que..”, “debes de…”, “no te voy a permitir que..”, interrumpiendo el discurso de
la otra persona y dando órdenes. Su comportamiento es de tipo egocéntrico.

Su conducta verbal se caracterizará por tono de voz elevado y frió impidiendo


la entonación, habla rápida y fluida, haciendo uso de monólogos y con muy
poco intervalo entre una intervención y otra, no dejando que su interlocutor de
su opinión. Además, hacen uso de un modo verbal imperativo.

Critican el comportamiento de los demás, llegando incluso a propagar insultos


hacia el otro. No muestran ningún tipo de interés por sus interlocutores,
contestando a las preguntas que se le realizan con otra pregunta, e incluso,
ignorándolas.

Los rasgos característicos de su conducta no verbal suelen ser un cuerpo


adelantado, mirada fija penetrante con signos de tensión o enfado constante,
gestos excesivos amenazantes hacia su receptor, cara crispada, invasión del
espacio vital de la otra persona posicionándose frente a frente, entre otros.

Estas conductas provocan sentimientos en la otra persona de tensión,


descontrol, mala imagen con relación al emisor, humillación, frustración y
rechazo.

Si tomásemos la situación del debate grupal expuesta como ejemplo en el caso


del lenguaje asertivo, la réplica en en el caso del estilo agresivo sería
totalmente distinta. En este caso, el individuo intervendría en el debate de
forma brusca y expondría sus ideas por encima de las de los demás
participantes, sin mostrar ningún tipo de interés en mis decisiones.

Etilo de comunicación pasivo o inhibido

Los individuos que se caracterizan por este estilo, inhiben su comportamiento


con tal de evitar cualquier confrontación con otra persona en vez de hacerse
respetar. Tienen una excesiva necesidad y preocupación por agradar a los
demás y, a menudo, se sienten incomprendidos por los demás o manipulados.
Suelen estar dudosos en relación a sus intervenciones en la comunicación con
otras personas, haciendo uso de frases tales como “Eh… bueno, quizás..”
“mmm, tal vez…”. Son personas a las que no les gusta llamar la atención y
hacen lo que sea para evitarlo. No se implican en los temas y muestran
conformidad ante las decisiones de los demás, anteponiendo los deseos y
opiniones de los demás a los suyos propios.

Aunque la persona no muestra su opinión llevando a cabo una actitud


conformista, esto es recibido por su interlocutor como una muestra de actitud
de inseguridad y temor frente a la situación.

Su conducta verbal está representada por un tono de voz excesivamente bajo y


vacilante. La entonación resulta monótona, habla entrecortad y la velocidad es,
o muy rápida (producto de los nervios) o excesivamente lenta. Las frases son
cortas, incluso a veces haciendo uso solamente de monosílabos.

A menudo hace uso del modo condicional, sin afirmativas y frecuentes


muletillas dubitativas. Sus respuestas tienen el menor número de palabras
posible.

Su conducta no verbal se caracteriza por cabeza y/o mirada cabizbaja,


expresión facial seria o sonrisa tímida. La postura y movimientos son rígidos,
alejados y encorvados y evitando estar frente a frente con su interlocutor.
Afirmación frecuente con movimientos con la cabeza. Evita el contacto físico y
ocular.

A nivel fisiológico, suelen ser frecuentes los movimientos nerviosos de brazos y


piernas y las manos sudorosas. Este estilo suele ser la causa de sentimientos
de ansiedad, irritación, resentimiento, disgusto y frustración en el individuo.
Además, como ya hemos visto, estos individuos suelen tener una baja
autoestima y mantener este estilo de comunicación no hace más que
acrecentar esta baja autoestima.

En la misma situación propuesta anteriormente, este estilo optaría por


mantenerse callado, pensando que si todo el mundo piensa de la misma forma
debería adaptar mis ideas a las suyas para que sean iguales a las del resto de
personas.

Tanto el estilo agresivo como el pasivo más allá de favorecer la comunicación


entre las personas, la dificulta. Solamente lograremos generar conflictos que
pueden llegar a acarrear consecuencias no deseables a corto, medio y largo
plazo, o quizá, las podamos sufrir inmediatamente.

Nos es muy útil identificar el estilo de comunicación de una persona, ya que


nos ayudará a relacionarnos de forma más óptima con este. Hay que tener en
cuenta que detrás de cada estilo de comunicación hay inmersa una
personalidad.
Así que si observamos al emisor que tenemos en frente podremos conocerle
mejor y adaptarnos mejor a él para poder llevar a cabo una relación más
exitosa entre ambos.

¿Qué nos impide comunicarnos eficazmente?

Las barreras de la comunicación son aquellos factores que dificultan o impiden


la recepción e interpretación adecuada del mensaje que queremos transmitir.

Si la información emitida llega distorsionada a nuestro interlocutor, este puede


tomar un significado distinto al que nosotros nos proponíamos, provocando una
mala efectividad en la interacción. Existen diversas barreras en la
comunicación entre dos o más personas que dificultan la efectividad de las
relaciones. Estas barreras se pueden dividir en 3 tipos:

Barreras psicológicas: son las propias de las emociones, los valores,


interpretaciones, los hábitos de conducta o las percepciones.

Barreras conductuales: son las relativas a la falta de empatía, de escucha


activa, agresividad, y pasividad. Todas ellas dificultan la efectividad de la
comunicación.

Barreras semánticas: son las relativas a las verbales y vocales, las palabras
inadecuadas, confusión en la estructura, que hacen que adquieran distintos
significados según la situación.

Barreras ambientales: se refieren al contexto físico en el que se da la


interacción. En este se puede dar una temperatura extrema, ruido externo, o un
espacio inadecuado, que dificultarán la comunicación fluida.

No nos tenemos que olvidar de la percepción de cada individuo, que sin lugar a
dudas afecta al significado e interpretación de la información recibida.

¿Qué es el rapport?

La palabra rapport viene del francés rapporter y significa literalmente llevar algo
al cambio. Si la centramos en la comunicación entre dos personas, alude a
que lo que una persona envía a otra esta última se lo devuelve. En palabras
más sencillas, el rapport hace referencia a la vinculación entre dos o más seres
humanos, a la sintonía psicológica y emocional que se necesita para que
puedan producirse cambios en alguna de las partes.

La escuela, la evaluación psicológica previa o las técnicas puestas en marcha


en el curso del tratamiento son sumamente importantes de cara a la curación
del paciente. Sin embargo, no menos importante es establecer una buena
relación con él, de manera que este confíe plenamente en nosotros y se sienta
motivado para enfrentarse al tratamiento.

De nada sirve todo lo demás si no tenemos feeling con nuestro paciente, ya


que esto repercutirá negativamente en el resto de variables: la persona dejará
de asistir a la terapia, no se comprometerá con las tareas entre sesiones, no
estará motivado para alcanzar el cambio y tampoco confiará en lo que le
proponemos o indicamos como estrategias.

Por lo tanto, cuando hablamos de rapport terapéutico nos referimos al


entendimiento mutuo, a la actitud de colaboración y a la empatía necesaria
para que dos personas puedan abordar un problema común y alcanzar los
objetivos deseados. Es un elemento terapéutico tan relevante que hoy en día
ya se enseña a futuros terapeutas en las universidades e incluso existen cursos
especializados destinados a formar a los distintos profesionales, sobre todo
sanitarios, que van a tener un trato con otra persona que tiene un problema que
es preciso solucionar en colaboración.

Orígenes del rapport

La alianza terapéutica o rapport fue desarrollada a lo largo del siglo XX. Ya el


conocido psicoanalista Freud, en su trabajo de 1912 The Dynamics
of Transferencia, planteó lanecesidad de que el analista tuviera un interés y
una actitud comprensiva hacia su paciente: el objetivo con esta “estrategia” era
que la parte más saludable de este estableciera una relación positiva con el
analista.

Freud, en sus primeros escritos definió el afecto del paciente hacia el terapeuta
como una forma beneficiosa y positiva de transferencia. Recordemos que para
el psicoanálisis la transferencia es la función psíquica mediante la cual el
cliente transfiere sus pensamientos y emociones inconscientes hacia otra
persona, en este caso el terapeuta.

Este aspecto transferencial promovía la confianza, aceptación y credibilidad en


las interpretaciones del terapeuta, tal y como hemos explicado anteriormente.
Sin embargo, posteriormente se vio que no era la transferencia entendida como
tal la que generaba aquella confianza y clima de colaboración mutuo entre
profesional y cliente, ya que en ocasiones podían surgir malos entendidos en la
relación y esto no era, en ningún caso, positivo.

Fue Zetzel quien distinguió entonces entre transferencia y alianza terapéutica,


sugiriendo que la alianza era la parte no neurótica de la relación., lo que
posibilitaba el insight o asimilación de los cambios terapéuticos.
Más adelante, el concepto de rapport o alianza fue incorporado por la mayoría
de escuelas terapéuticas, distanciándose de la lectura de transferencia que
aportada el contexto psicoanalítico.

La probabilidad del progreso terapéutico dependería menos de la personalidad


del terapeuta y sus actitudes que del modo en que estas son experimentadas
por el paciente en la relación terapéutica. Para que el esta interpretación sea
positiva, es imprescindible que se sienta comprendido (que exista empatía) y
aceptado sin condiciones.

Posteriormente, Bordin, en los años 70, describirá las características comunes


que han de existir en la relación terapéutica en todas las escuelas. Este autor
identificó tres componentes que configuran el rapport: el acuerdo en las tareas,
el vínculo positivo y el acuerdo en los objetivos.

Técnicas para generar un buen rapport

Los dos pilares fundamentales sobre los que actualmente se asienta el rapport
son la confianza y la comunicación fluida. Cuando hablamos de comunicación
fluida no queremos decir que esta deba ser simétrica, sino que lo importante es
que terapeuta y cliente se entiendan a todos los niveles: verbal y no verbal.

La comunicación, en realidad, debe ser asimétrica, donde el paciente


intervenga bastante más que el terapeuta. Algunas técnicas que se han
demostrado eficaces para establecer un buen rapport son:

Escucha activa

Es una técnica sencilla a priori, pero que en muchas ocasiones nos cuesta
llevar a cabo. Se trata de escuchar lo que el paciente tiene que contarnos sin
interrumpirle, con la predisposición de no hacer ningún juicio de valor, pero
mostrando mediante gestos y expresiones que estamos a su lado,
escuchándolo atentamente, entendiendo lo que quiere transmitirnos y
empalizando con sus emociones.

Calidez

Para que exista un buen rapport, es sumamente importante que el terapeuta se


muestre cálido con su cliente. Un profesional puede conocer muchas técnicas y
albergar gran cantidad de conocimientos y tener mucha experiencia. Sin
embargo, si no es cálido con su paciente, todo esto no servirá de mucho.
Como hemos explicado antes, la persona no podrá confiar en su terapeuta, no
es abrirá del todo a él y, por lo tanto, mucha información no saldrá a la luz.
Además, la falta de confianza repercutirá directamente en el grado de
compromiso del paciente con la terapia: una baja confianza aumentará las
posibilidades de que el paciente no haga las tareas que el terapeuta le mande
fuera de consulta.

Pensemos que estamos ante una persona que sufre por un problema vital o
emocional, por lo que la frialdad no ayuda en absoluto. Para promover la
empatía y la aceptación de la que hablaba Rogers, hay que ser cálido.

Empatía

Es obvio que ponernos en los zapatos de quien tenemos enfrente es


indispensable si queremos ayudarle. No importa que nuestro paciente sea una
persona que sufre un trastorno afectivo o sea un delincuente. Si vamos a tratar
con él, debemos ver el mundo desde sus ojos, aunque no compartamos ni sus
sentimientos ni creamos que sus acciones sean correctas. Solo siendo
empáticos generaremos confianza y podremos ayudar a la persona.

Establecer confianza

Como hemos comentado, para el futuro de la terapia es muy positivo que el


paciente se sienta confiado y a gusto cuando acude a las sesiones de terapia.
Para generar confianza, además de todo lo que acabamos de comentar,
debemos de ser creíbles y además parecerlo.

La persona ha de percibir que somos profesionales, que estamos


correctamente formados y actualizados y que, si en algún aspecto no fuese así,
haremos lo posible por dar respuesta a su demanda lo antes posible, bien
derivando a otro profesional o bien formándonos en ese aspecto concreto. De
esta forma, el paciente confiará en que vamos a poder ayudarle.

Buscar puntos comunes

Este punto hace referencia a la necesidad de centrar el foco de atención en


intereses comunes. En este caso, de encaminarnos hacia el objetivo
terapéutico que se propuso en un principio por parte del cliente. Es importante
no desviarnos del tema y acabar hablando de puntos comunes, pero que nada
tienen que ver con nuestro objetivo. Si lo hacemos, perderíamos tiempo de la
sesión y al final la relación dejaría de ser asimétrica experto-cliente, algo que
no es recomendable de cara a la terapia.
No obstante, no está de más ser flexibles y crear un ambiente distendido en la
sesión donde se puede comentar algo fuera de los objetivos, pero siempre con
cuidado de no caer en lo que acabamos de comentar.

Coherencia entre lenguaje verbal y no verbal

Intentemos ser cuidadosos a la hora de comunicarnos con nuestro paciente, ya


que muchas veces decimos algo que puede resultar incoherente con nuestra
expresión o nuestros gestos. La coherencia entre lenguaje verbal y no verbal
resulta fundamental en la relación terapéutica ya que sin ella, no cabría la
posibilidad de generar el clima de confianza y colaboración del que venimos
hablando.

Cuando existe contradicción entre lo que decimos y nuestra postura o


expresión, prevalece lo segundo y es en realidad lo auténtico, ya que el
lenguaje no verbal trabaja a un nivel más inconsciente que el verbal.

Por lo tanto, es necesario, como bien decía Rogers, que nos mostremos
auténticos o genuinos con nuestro paciente. Siempre cuidando las formas y
manteniendo la calidez, la aceptación y la empatía, pero sin generar
incongruencias entre nuestro lenguaje verbal y no verbal a la hora de
expresarnos ante nuestro paciente.

¿Qué hacer cuando este buen feeling no se produce?

Aunque todas estas técnicas puedan parecer de sentido común, lo cierto es


que no son fáciles de poner en práctica a la hora de enfrentarnos a un paciente
en consulta: el terapeuta también es un ser humano, con sus propios valores,
actitudes, emociones, etc., y muchas veces ha de dejarlas fuera de la terapia
en beneficio del progreso de esta.

Aun con todo, puede ocurrirnos que no generemos buena relación con el
cliente y no debemos sentirnos decepcionados por ello. Al igual que en las
relaciones informales puede ocurrirnos que no tengamos buen feeling con
alguien, en la relación terapéutica también puede ocurrirnos, aunque pongamos
todo nuestro empeño para que no pase.

En este caso, lo más honesto y sensato es derivar al paciente a otro


profesional con el que pueda desarrollar una alianza terapéutica mejor y pueda
proseguir con su crecimiento personal. De esta manera, ninguna de las dos
partes perdemos el tiempo y nos encaminamos a lo que realmente nos
interesa: la recuperación del paciente.

El Sentido de las Palabras

Sentido lingüístico

El sentido lingüístico existe en el texto como un acto del habla. Es la reseña


ideal que se hace notar con la expresión hablada, por lo tanto es pragmático en
sentido gramatical. Es importante distinguir en un texto los contenidos propios
de la lengua: las palabras poseen un contenido particular propio de cada
idioma y además tienen un significado o sentido, dependiendo del emisor, la
intención, la situación y el contexto (tiempo y espacio).

Dos frases pueden tener los mismos significados pero distinto sentido,
dependiendo de cuándo, cómo y quiénes las pronuncien. Depende de otros
elementos lingüísticos y de las relaciones sintagmáticas. Una palabra en otro
idioma sin tener exactamente el mismo significado puede señalar al mismo
objeto, designar la misma realidad, expresar el mismo sentido.

El sentido depende del contexto, tanto lingüístico como extralingüístico.

Connotación + denotación = Sentido del texto

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