Belgrano, La Patria Al Norte (2020)
Belgrano, La Patria Al Norte (2020)
Belgrano, La Patria Al Norte (2020)
Presentación
Belgrano,
la Patria al Norte
Elena Perilli de Colombres Garmendia
Sara Peña de Bascary
— Coordinadoras —
2020
Belgrano, la Patria al Norte
Belgrano, la Patria al Norte / Teresa Piossek Prebisch... [et al.] ; compilado por Elena
Perilli de Colombres Garmendia ; Sara Elisa Peña de Bascary. – 1a edición especial –
Tucumán : Junta de Estudios Históricos de Tucumán, 2020.
280 p. ; 22 x 16 cm.
Dirección editorial:
Elena Perilli de Colombres Garmendia, Sara Peña de Bascary
Agradecimientos especiales:
– Lic. Sebastián Rosso, por facilitar las imágenes de la tapa y del cuadernillo color.
Algunas de ellas están publicadas en El Congreso de la Independencia. Antes, durante
y después, de Carlos Páez de la Torre (h) y Sebastián Rosso, La Gaceta, Tucumán,
2016
– Lic. Manuel Belgrano, por la imagen de Manuela Mónica Belgrano
ISBN 978-987-25142-4-2
Impreso en Argentina
Printed in Argentina
Presentación
A modo de presentación
Manuel Belgrano,
servidor de su Patria
S
i me preguntan cuál es el signo predominante de la perso-
nalidad de Manuel Belgrano, respondo que su patriotismo
profundo, manifestado en los distintos servicios que brindó
a su patria. Solemos asociarlo a las luchas por la independencia,
pero hay en él otro aspecto: el del intelectual de acción —no de
gabinete— con visión de estadista, imbuido de las nuevas ideas
políticas, sociales y económicas que surgieron en Occidente a partir
del siglo XVIII.
Manuel Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano nació el 3 de
junio de 1770, en Buenos Aires, en el seno de una familia acau-
dalada. En esa ciudad, capital del Virreinato del Río de la Plata
desde 1776, estudió las primeras letras, gramática latina, filosofía y
teología2 en el Colegio Real de San Carlos. A los 16 años su padre
lo envió a continuar los estudios en España; es decir que era un
adolescente cuando dejó el suelo natal rumbo a Europa, centro de
la cultura occidental.
1
Licenciada. Historiadora. Presidente de la Junta de Estudios Históricos de
Tucumán. Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de la Historia.
2
Manuel Belgrano, “Autobiografía”, en Biblioteca de Mayo, tomo II, p.
955.
Belgrano, la Patria al Norte
3
El 4 de julio de 1776 los Estados Unidos de Norteamérica declararon su
independencia y, en 1787, se dieron una Constitución.
T. Piossek Prebisch: Manuel Belgrano, servidor de su Patria
4
Carlos A. Floria y César A. García Belsunce, Historia de los argentinos,
tomo I, p. 219.
5
Dardo Pérez Guilhou, “Revolución y conciencia nacional”. En Actores y
Testigos de la Revolución de Mayo, p. 57. Entre esos pensadores se contaban José
Moñino conde de Floridablanca; Pedro Pablo Abarca y Bollea, conde de Aranda;
Gaspar Melchor de Jovellanos y Pedro Rodríguez de Campomanes promotor
de la libertad de comercio e industria y de la educación pública. Montesquieu,
Rousseau y Filangieri; Quesnay, Turgot, Dupont, Le Mercier, La Riviere, De
Lolme, Locke, Adam Smith, Blakstone y Bolingbroke, Batel, Puffendorf, Von
Hornick, Tom Payne anticolonialista y propagandista de la independencia nor-
teamericana.
6
Manuel Belgrano, cit., p. 956.
10 Belgrano, la Patria al Norte
7
Bartolomé Mitre, Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina,
tomo I, p. 74.
8
Manuel Belgrano: cit., p. 956.
9
Ibídem. p. 957.
10
Ibídem, p. 957.
T. Piossek Prebisch: Manuel Belgrano, servidor de su Patria 11
11
Ibídem, p. 967.
12
El nombre completo era Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e
Historiográfico del Río de la Plata.
12 Belgrano, la Patria al Norte
13
Cit.
14
El ejecutor fue Juan José Castelli —la mente más jacobina de la Revolución,
según Floria y García Belsunce— siguiendo instrucciones de Mariano Moreno.
Ver Bustos Argañarás, Prudencio: Ibídem, cap. V, p. 181, título Un inicuo plan
terrorista. En Córdoba, la resistencia a la supremacía de Buenos Aires fue sofoca-
da con la ejecución de cinco personas: Santiago de Liniers; Juan Gutiérrez de
la Concha brigadier de la real Armada; Victorino Rodríguez teniente letrado;
Santiago Alejo de Allende, coronel y jefe de las milicias urbanas; Joaquín More-
no ministro de la Real Hacienda. En el Alto Perú con la de tres: el gobernador
Francisco de Paula Sanz, el presidente de la Real Audiencia de Charcas Vicente
Nieto y el general José de Córdoba.
T. Piossek Prebisch: Manuel Belgrano, servidor de su Patria 13
15
Un año después Paraguay se independizó. Fue el primer desmembramien-
to que sufrió el territorio del ex Virreinato del Río de la Plata.
16
Manuel Belgrano, cit., p. 968.
17
Ibídem, Expedición al Paraguay, p. 975.
14 Belgrano, la Patria al Norte
18
María Gabriela Ábalos, “Belgrano y el programa de gobierno para los
pueblos de las misiones”. En: Actores y testigos de la Revolución de Mayo, p. 79.
19
Fernando L. Sabsay, Hombres de la Revolución, Buenos Aires, 2006, p.
253.
T. Piossek Prebisch: Manuel Belgrano, servidor de su Patria 15
Mucho más podemos decir sobre este tema que nos muestra un
aspecto medular de la personalidad de este hombre extraordinario
que sirvió a su patria en todo lo que ella le pidió, como funcionario,
publicista, economista, político, militar. Quizá el servicio más difícil
fue el hacerse cargo del Ejército Auxiliar del Perú o Ejército del
Norte que venía desmoralizado y en humillante retirada después de
la derrota de Huaqui, para reconstituirlo y alcanzar con él y con el
pueblo tucumano la trascendental victoria del 24 de Septiembre de
1812 cuyo bicentenario celebramos, decisiva para la independencia
argentina que él anhelaba y también para la sudamericana.
Bibliografía
Manuela Mónica
del Corazón de Jesús Belgrano.
Una vida marcada por la orfandad
Introducción
E
mprender este tema sobre la hija del General Manuel Bel-
grano no fue tan fácil, ya que son pocos los autores que lo
abordaron. La idea surgió cuando encontré algunos artícu-
los de Fr. Jacinto Carrasco —fraile dominico— en cuya biografía
vengo trabajando hace un tiempo. Los trabajos mencionados son
“Una Vida Ignorada: Manuela Belgrano” y “Los afectos del general
Belgrano”; trabajos que fueron publicados en la Revista Ensayos y
Rumbos y en la Revista Ideas, entre los años 1924 y 1940. Además
de Carrasco podemos mencionar otros autores que trabajaron el
tema: Murga, Carranza Casares,2 García Enciso, Yanicelli y Páez
de la Torre.
1
Doctora. Directora Instituto de Investigaciones Históricas Prof. Manuel
García Soriano UNSTA.
2
Según Murga un escrito da cuenta que el doctor. Rafael Alberto Palome-
que, de Buenos Aires, escribió “La familia y sus amistades. Un espíritu singular”,
quien antes de fallecer le donó los apuntes inéditos a Arturo Carranza Casares,
historiador que hace un tiempo está dedicado a investigar la vida de Manuelita,
a la que llama la Infanta Tucumana.
S. Amenta: Manuela Mónica Belgrano. Una vida marcada por la orfandad 17
Belgrano en Tucumán
Parecía ya entonces verdadera ciudad: por las torres de sus cuatro iglesias
(La Matriz, San Francisco, La Merced y Santo Domingo); por el edificio
del Cabildo, de dos pisos (aunque todavía sin torre); y por las enlucidas
fachadas de sus casas coloniales que circulaban la plaza y se corrían por las
bocacalles hasta una o dos cuadras. Pero más allá, en el contorno, sólo era
una aldea de calles terrosas, casi sin veredas, orilladas de viviendas intermi-
tentes y pobres, donde el techo de teja se codeaba con el techo de paja... Y
todas ellas solo ocuparían unas 12 manzanas en torno de la plaza; pues, más
lejos, sólo eran trazados de calles con casitas y ranchos aislados, y quintas
con sembrados y arboledas frutales… antes del mediodía, por el centro ya el
pueblo hormigueaba. Carretillas y carretas tiradas por bueyes recorrían las
calles levantando polvareda, o estaban paradas: vendiendo unas, carne, leña,
pasto; y las otras, frutos de la campaña, cuando no descargando, frente a las
pulperías y tiendas, mercaderías traídas del sur... Al caer la oración empiezan
a prenderse las lucecitas del pueblo; y en el centro... [en el contorno de la
plaza] varios peones con escalerillas y mechas llameantes, iban por las calles y
3
Jacinto Carrasco OP, “Una Vida Ignorada: Manuela Belgrano”; en Ensayos
y Rumbos. Año XXIII, Buenos Aires, febrero, marzo, abril, Nº 1, 2, 3, 1924, p.
S. Amenta: Manuela Mónica Belgrano. Una vida marcada por la orfandad 19
las esquinas del centro encendiendo las velas de los pocos faroles de cristal y
armaduras de hierro que había entonces... a las diez de la noche, la campana
del Cabildo daba la señal de la ‘queda’, y ya nadie circulaba.4
Como era costumbre por esos tiempos, en las casas de las fami-
lias más importantes de la ciudad se organizaban tertulias, donde
asistían vecinos destacados y eran invitados algunos oficiales de
las compañías que estaban apostados en la ciudad. Fue así como
Belgrano comenzó a frecuentar la casa de los Helguero. Ventura
Murga, los define como una “prestigiosa familia tucumana que
provenía del sargento mayor Juan Francisco Deheza y Helguero,
radicado allí en la primera mitad del s. XVIII”. Don Victoriano
4
Manuel Lizondo Borda, Breve Historia de Tucumán del siglo XVI al siglo
XX. Reproducción facsímil de la edición de 1965. Fundación Miguel Lillo. Cen-
tro Cultural Alberto Rougés, Colección del Bicentenario Nº 4, Tucumán, 2016, pp.
88-114.
5
Julio P. Ávila, La ciudad arribeña. Tucumán, 1810-1816. Reconstrucción his-
tórica, Tucumán 1912, pp. 415-417; este tema además fue estudiado por Félix
Montilla Zavalía en su trabajo “Sitios belgranianos en Tucumán”, publicado
en este mismo libro.
20 Belgrano, la Patria al Norte
6
Ventura Murga, “Los Afectos de Belgrano”; en Revista de la Junta de
Estudios Históricos de Tucumán, nº 3, Tucumán; 1970, p. 69.
7
Carlos Páez de la Torre (h), “La hija tucumana de Belgrano”; De Me-
moria, en La Gaceta, domingo 20 de julio de 2014, Tucumán, p. 7.
8
Jacinto Carrasco OP, “Los afectos del general Belgrano”; en Revista Ideas.
Revista Quincenal de Educación. Año III, Tucumán, enero 15 de 1940, Nº 50;
ver además Ventura Murga, “Los Afectos…, pp. 71-74.
9
Carlos Páez de la Torre (h), cit., 7.
S. Amenta: Manuela Mónica Belgrano. Una vida marcada por la orfandad 21
10
Jacinto Carrasco OP, cit., págs. 44, 46.
11
Documento el referido que obra en el Juzgado Civil y Comercial de Tucu-
mán del doctor Próspero Mena, secretaría del escribano Máximo Sánchez, quien
el 10 de abril de 1889, lo protocolizó bajo el folio 427; en Arturo Carranza
Casares. “La Infanta Tucumana”. Revista del Notariado. Buenos Aires, 1962, p.
22 Belgrano, la Patria al Norte
12
Isaías José García Enciso, Manuela Belgrano la hija del General. Ed. Sud-
americana, Buenos Aires, 2003, p. 95.
13
Judith Figueroa Larraín, Boletín del Instituto Belgraniano de General Sar-
miento, Año I, Nº 3, San Miguel, Buenos Aires, octubre de 1992; citado en Isaías
García Enciso, cit., p. 96.
14
Carlos Páez de la Torre (h), cit., p. 7.
S. Amenta: Manuela Mónica Belgrano. Una vida marcada por la orfandad 23
15
Jacinto Carrasco OP, cit.
16
Ibídem, y Ventura Murga, cit., p. 75.
17
Isaías García Enciso, cit., pp. 107-109.
18
Carlos Páez de la Torre (h), cit., p. 7.
19
Isaías García Enciso, cit., p. 97.
24 Belgrano, la Patria al Norte
que debe aplicar los créditos dejados por Manuel, incluidos los réditos de
los cuarenta mil pesos recibidos por las victorias de Tucumán y Salta, a la
educación física y moral, mantenimiento y vestuario de la niña doña Manuela
que tiene cinco años y reside en Tucumán con doña María Dolores Helguero
y Liendo.22
Miguel falleció al poco tiempo sin poder cumplir con este pe-
dido, por lo que este mandato pasa a su otro hermano Joaquín
Cayetano Lorenzo.
20
Fechada en “Costa de San Isidro”, original en el archivo de la familia
Belgrano en Olavarría (Provincia de Buenos Aires).
21
Isaías García Enciso, cit., pp. 98-99.
22
Ibídem, p. 101.
S. Amenta: Manuela Mónica Belgrano. Una vida marcada por la orfandad 25
23
Jacinto Carrasco OP, cit.; ver además Isaías José García Enciso, cit., p. 105.
24
Isaías García Enciso. cit., p. 114.
26 Belgrano, la Patria al Norte
25
Ventura Murga, cit., p. 71.
26
Isaías García Enciso, cit., p.118.
27
Rafael Alberto Palomeque, “La familia y sus amistades. Un espíritu singu-
lar” Citado por Ventura Murga, cit., p. 76.
28
Ventura Murga, cit., p. 77.
29
Ibídem, p. 77; ver además: Vicente O. Cutolo, Nuevo Diccionario Biográ-
fico Argentino, T. I, Buenos Aires, 1968, pp. 395-396.
S. Amenta: Manuela Mónica Belgrano. Una vida marcada por la orfandad 27
Su casamiento y descendencia
30
Isaías García Enciso, cit., p. 120.
31
Ventura Murga, cit., p. 78.
32
Isaías García Enciso, cit., pp. 144-145.
33
Ibídem, pp. 146-147.
28 Belgrano, la Patria al Norte
34
Isaías García Enciso, cit., pp. 147-148.
S. Amenta: Manuela Mónica Belgrano. Una vida marcada por la orfandad 29
Estas letras se las escribo a usted de espalda —dice en una—; hace nueve
meses hoy que estoy padeciendo; pero hace unos ocho días que parece que
Dios quiere tener piedad de mí. El dr. Bárcena le entregará a Ud, o se la hará
entregar por otra persona, una encomienda para que tenga Ud la bondad de
remitírsela con seguridad a Billada (…); dentro de la encomienda va para
Gertrudis un “Ecce Homo”,37 para que me encomiende a Dios.38
35
Jacinto Carrasco OP, cit., pp. 44-46.
36
Isaías García Enciso, cit., 155.
37
Carrasco manifestó que, en ese momento, existía aún en poder de dicha
señora de Peña.
38
Fray. Jacinto Carrasco OP, cit., “Una Vida Ignorada..., p. 45.
30 Belgrano, la Patria al Norte
39
Ibídem, cit., p. 46. Esta carta luego es citada por otros autores.
40
El archivo del enterratorio registra su ingreso escuetamente con la si-
guiente leyenda: Manuela Mónica Belgrano, argentina, casada de 48 años, es
inhumada en la bóveda sección EG (enterratorio general)”. Al año del deceso,
26.1.1867, Manuel Vega y Belgrano amplía dicha bóveda agregándole la capilla.
A su vez el 19.10 1880, Carlos Vega Belgrano, el hijo menor del matrimonio,
amplía la bóveda —ubicada en la sección quinta—, en la que deposita los restos
de sus padres y de sus hermanos, bóveda que aún conserva la familia, al cuidado
S. Amenta: Manuela Mónica Belgrano. Una vida marcada por la orfandad 31
Por lo que hace a la adquisición de algunas cartas [...] debo decirle que
la única carta que se encontró entre los papeles de la familia de mi esposa
(Gertrudis Liendo), fue una que se la remití a su finada esposa, la cual debe
encontrarse entre sus papeles. Esa carta la dirigió el general cuando se mar-
chó de aquí para esa, desde el camino, datada no recuerdo si de Arrecifes o
San Nicolás de los Arroyos, a su amigo Pedro Celestino Liendo (padre de
doña Gertrudis). En esa carta le pedía noticia de la niña, y esa niña era su
esposa [...]
[...] El General, como Ud comprenderá muy bien no debía por moralidad y
por el rango que ocupaba preguntar directamente por su hija, aunque se dirigiese a
un amigo intimo. Mi esposa me dice que ella ha alcanzado a ver muchísimas
cartas dirigidas diariamente de la Ciudadela por el general a su padre Pedro
Celestino Liendo, averiguando por la salud de la niñita, o de “su palomita”;
como él la llamaba. Todas esas cartas fueron destruidas, y la única que mi
esposa conservó fue la que remití a mi finada prima.41
del doctor Luis Belgrano y de su hermana Elisa, ambos tataranietos del general
Belgrano; en Isaías García Enciso. cit., ps. 165-166.
41
Carta de don Marcelino a don Manuel Vega, 6.3.1873, que se encuentra
en el Archivo familiar; citada por Jacinto Carrasco OP, cit.
32 Belgrano, la Patria al Norte
Filiación de Manuela
42
Isaías García Enciso. cit., p. 203.
43
Ibídem, p. 167.
S. Amenta: Manuela Mónica Belgrano. Una vida marcada por la orfandad 33
44
Jacinto Carrasco OP, cit.
45
Carlos Páez de la Torre (h), cit., p.7.
46
Isaías García Enciso, cit., p. 167.
34 Belgrano, la Patria al Norte
47
Jacinto Carrasco OP, cit., pp. 44-46; Ver además para este tema Isaías
García Enciso, cit., pp. 166-172.
S. Amenta: Manuela Mónica Belgrano. Una vida marcada por la orfandad 35
Conclusión
Bibliografía
48
Arturo Carranza Casares. “La Infanta Tucumana”, en Revista del Nota-
riado. Buenos Aires, 1962, p. 7.
49
Jacinto Carrasco OP, “Una vida Ignorada: Manuela Belgrano”, p. 44.
36 Belgrano, la Patria al Norte
E
l 24 de septiembre de 1812, en el Campo de las Carreras
de Tucumán, el general Manuel Belgrano, con los 1.800
hombres mal armados del Ejército Auxiliar de las Provin-
cias Interiores, conocido como “Ejército del Norte”, detuvo el que
parecía triunfal avance del Ejército de Vanguardia del Alto Perú,
que obedecía al rey de España. Esa fuerza, compuesta por 3.000
soldados veteranos, se dirigía al interior de las Provincias Unidas
resuelto a someterlo.
El jefe realista, brigadier Pío de Tristán —primo del comandante
supremo, José Manuel de Goyeneche— no aceptó la intimación
de rendirse en Tucumán. Pero debió retirarse hacia Salta luego de
haber dejado en el campo de batalla 453 muertos, 626 prisioneros,
7 cañones y todo su bagaje de municiones, víveres y dinero, además
de 3 banderas y 2 estandartes.
1
Carlos Páez de la Torre (h). Este artículo, fue escrito especialmente por
el autor para el libro, inédito, Salta 1813, La batalla del campo de Castañares, en
colaboración con Sara Peña de Bascary, Tucumán, junio 2013.
2
Carlos Páez de la Torre (h) (1940-2020). Abogado, historiador, Miembro
de Número Fundador de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán, Miembro
de Número de la Academia Nacional de la Historia. Autor de numerosos libros.
Falleció en Tucumán el 26 de marzo de 2020. La Junta de Estudios Históricos
de Tucumán publica este artículo póstumo en homenaje a su memoria.
38 Belgrano, la Patria al Norte
Persiguiendo a Tristán
Preparativos en Tucumán
Contra Moldes
Contra Balcarce
Belgrano, dice Paz, tuvo que “devorar en secreto tan cruel desaire”.
Pero como estaba enterado, desde dos horas antes, de la situación,
hizo confeccionar una renuncia de Moldes, y la tenía lista cuando
tocaron su puerta los oficiales. Les dijo que existiendo la dimisión,
el requerimiento no tenía sentido. Moldes quedó profundamente
despechado. Volvería a esa ciudad en 1816, elegido diputado de
Salta al Congreso de la Independencia, banca que no pudo asumir.
El 20 de octubre de ese año, elevó al Directorio, desde Tucumán,
una detallada exposición de sus servicios.
42 Belgrano, la Patria al Norte
Balcarce se va
El caso Holmberg
Adiós al artillero
Turbulento Dorrego
Así, cuando el Ejército del Norte parta hacia Salta, habrá claros
notorios en el cuadro de oficiales. Ya no está aquel coronel Moldes
quien, según Vicente F. López, era “moral y honorable bajo todo as-
pecto”, pero “inspiraba odios instintivos, aunque nunca desprecio”.
Tampoco aquel comandante Balcarce, que el mismo historiador
retrata como “arrogante soldado”, de “espíritu impresionable” y de
“genio impetuoso”. Y tampoco el Barón de Holmberg, aquel jefe
de artillería “de genio vivísimo”, según Belgrano, y contra quien
“se levantaba el odio” de muchos colegas.
Eso sí, cabalgaba el teniente coronel Manuel Dorrego. Nadie
duda de su valor, más que comprobado. Según Nicolás Avellaneda,
tenía además “la sagacidad del criollo, la inteligencia fácil y clara, la
palabra abundante, el don de la atracción personal”. Como militar,
era “amado por el soldado, atrayente para sus inferiores y altanero
con sus jefes”. Pero, aunque no promovía desobediencias abiertas,
“se burla, desgastando con su sonrisa, como con una lima, la au-
toridad del mando”. Comenta el tucumano: “¡Ah, cuántos reflejos
tristes tiene en nuestra historia esa sonrisa de Dorrego!”. Dejará el
ejército cuando “empiece a introducirse, con la presencia de San
Martín en el norte, la verdadera disciplina militar”: ya “no es esa
su atmósfera”.
Lo único que contrapesa esos claros es la incorporación —desde
principios de diciembre— del austero y eficaz Juan Antonio Álva-
rez de Arenales.
Mujeres seductoras
Belgrano en marcha
dente victoria del coronel José de San Martín sobre los realistas, el
3 de febrero, en las barrancas de San Lorenzo, sobre el Paraná.
La fuerza arribó al río Pasaje. Estaba crecido, pero pudieron
cruzarlo en “dos o tres días de maniobras”, dice Gregorio Aráoz de
la Madrid en sus memorias. Narra que con ese fin, “se construye-
ron balsas, dos botes o grandes canoas y se colocó una gran cuerda
por una y otra banda del río, asegurada por grandes maderas que
se fijaron al efecto”. Según corrige el realista Mendizábal, el cruce
demandó ocho días. De cualquier manera, atravesó las torrentosas
aguas del río el Ejército de Norte, con todos sus soldados, sus caba-
llos, sus 10 piezas de artillería y sus 50 carretas, sin que apareciera
un solo explorador de Tristán en sus inmediaciones.
Juramento en el Pasaje
y besaron, uno por uno, aquella cruz militar, sellando con su beso
el juramento que acababan de prestar”.
Paz recordaba que, dado lo largo del trámite, Belgrano fue reem-
plazado en el sostén de la espada, primero por Rodríguez y luego
por otros oficiales superiores. Al terminar el acto, el general hizo
grabar con un escoplo, sobre el gran árbol que se alzaba en la mar-
gen, la inscripción “Río del Juramento”. Fue el nombre que desde
entonces reemplazó al antiguo de Pasaje. Además, según Mitre, en
los días que transcurrieron durante el paso del río, Belgrano apro-
vechó para terminar su traducción de la “Washington’s Farewell
Adress”, reiniciada en Tucumán y que editaría ese año en un folleto
impreso en los Niños Espósitos.
Estrategia de Tristán
La ruta inesperada
Belgrano en Castañares
La línea patriota
Tensas vísperas
Así estaban las cosas la noche del viernes 19 de febrero. Según Paz,
hacia el mediodía, el ejército patriota inició un avance y luego se
detuvo. “Todo indicaba que íbamos ese día a llegar a las manos,
pero no sucedió así”, comenta.
La tradición —recogida, como tantas otras, por Bernardo Frías—
asegura que Apolinario Saravia, luego de su feliz intervención en
el ingreso de ejército al valle, se disfrazó de paisano con sombrero
viejo y ojotas, y entró a la ciudad arreando unos burros cargados
con leña. Pudo de ese modo examinar de cerca las posiciones del
enemigo y luego transmitir esa información a Belgrano.
También quiere la tradición que esa noche, en la casa de Her-
nández, hubo una reunión secreta de los oficiales realistas sedu-
cidos, con el marqués de Yavi en primera línea. Acordaron, dice
C. Páez de la Torre (h): Dos siglos, la Batalla de Salta 55
Amanece el 20 de febrero
Empieza la batalla
Fuego generalizado
Enconada resistencia
Por las calles, Dorrego, Pico, Forest, Superí y Zelaya, apoyados por
las dos piezas de artillería que había arrastrado hasta allí el tenien-
te Luna, avanzaron hasta una cuadra y media de la plaza —que
estaba fortificada con empalizadas— y tomaron el antiguo templo
de La Merced, en la actual esquina Veinte de Febrero y Caseros,
dos cuadras al oeste de la plaza. Desde el campanario, agitaron un
poncho de Superí cuyo color en algo se parecía a la bandera celeste
y blanca, para indicar su posición a Belgrano.
60 Belgrano, la Patria al Norte
Tristán se rinde
La capitulación
El abrazo de Belgrano
Orientación bibliográfica
M
anuel Belgrano se interesó desde joven en el conoci-
miento del territorio del Virreinato del Río de la Plata.
Comenzó a promoverlo y difundirlo en 1794, cuando
regresó a Buenos Aires después de casi ocho años de residir y cursar
estudios en España. A pocas semanas de su retorno tomó posesión
de sus funciones como secretario perpetuo del Real Consulado de
Buenos Aires, creado por decreto en enero de aquel año, idea que se
venía gestando desde 1785. La erección del Consulado rioplatense
ratificaba tardíamente la importancia de esta nueva sede virreinal,
erigida en 1776. Si la espera de ese reconocimiento se explica, en
parte, por el paulatino desplazamiento de la importancia del Pa-
cífico hacia Atlántico, también se contrasta y mide por años: el
1
Historiador. Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de la
Historia. Editorialista de Todo es Historia.
G. A. Caro Figueroa: Belgrano y la importancia de conocer el territorio del país 71
Bibliografía principal
Belgrano, Manuel. Autobiografía del General don Manuel Belgrano, que comprende
desde sus primeros años (1770) hasta la Revolución de Mayo. Con notas del
general Don Bartolomé Mitre. Publicada en “Biblioteca de Mayo” Colec-
ción de obras y documentos para la Historia Argentina. Tomo II. Edición
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———. Traducciones. Con un trabajo preliminar de Horacio David Gregoratti
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92 Belgrano, la patria al Norte
Publicaciones periódicas
Un
lugar en el mundo.
Belgrano y un proyecto urbano
para San Miguel de Tucumán, 1812-1820
1
L
os ejércitos revolucionarios enviados desde Buenos Aires
a partir de mayo de 1810 fueron agentes de importantes
cambios políticos, sociales y económicos en las ciudades
en las que estuvieron acantonados, como el caso de Tucumán y
Mendoza. En sintonía con los ideales de la ilustración, sus líderes
promovieron o convergieron con los cabildos locales en la realiza-
ción de proyectos y obras de infraestructura que en su conjunto
fueron dirigidas a lograr una creciente militarización de la sociedad.
Este proceso fue acompañado mediante la incorporación de nuevos
rituales y espacios de representación.
El Ejército del Perú estuvo acuartelado en Tucumán en dos
oportunidades al mando de Manuel Belgrano; en 1812 cuando de-
1
El presente trabajo se desprende de algunos temas abordados en mi Tesis
de Doctorado “La Casa Histórica de la Independencia Argentina”; realizada en
el marco del Doctorado en Rehabilitación Arquitectónica y Urbana de la Escuela
Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla, España y defendida en
enero de 2016. Agradezco a Sara Peña de Bascary la invitación para publicarlo.
2
Arquitecto Universidad de Buenos Aires, Doctor por la Universidad de
Sevilla. Responsable del Distrito Cuyo de la Dirección Nacional de Arquitectura,
MOP.
94 Belgrano, la Patria al Norte
3
La alameda de la muralla costera de Cádiz había sido rediseñada con tres
calles en 1754.
96 Belgrano, la Patria al Norte
ma; también existía una segunda alameda sobre el tajamar del río
Suquía. Las obras para mejorar la provisión de aguas corrientes
concluyeron con la inauguración de la fuente en la Plaza Mayor
en 1792 y la incorporación en el ejido de un tercer paseo arbolado
con sauces en torno a un estanque distribuidor de agua para las
quintas, en cuyo centro se construyó un obelisco.4
En Mendoza, el Cabildo construyó en 1808 una alameda de seis
cuadras con álamos introducidos por el español Juan Cobo, el paseo
se alineó al oeste de la planta urbana junto al canal tajamar que
proveía de agua a las acequias de la ciudad. También se proyecta-
ba la provisión de agua hasta una fuente en la plaza mediante un
acueducto desde la vertiente de El Challao.
La revolución recurrió a la resignificación de las plazas centrales
fundacionales y de estos nuevos espacios periféricos, que serían re-
producidos y ampliados en la capital y en las ciudades del interior
en las que se instalaron los ejércitos de Buenos Aires.
El primer monumento erigido para conmemorar la Revolución
fue la “pirámide” ubicada en el centro de la Plaza Mayor de Buenos
Aires, que había sido resignificada como Plaza de la Victoria luego
de las invasiones inglesas. Era un obelisco de mampostería de 11
metros de altura con un basamento rematado con una cornisa y
un cuerpo piramidal coronado por una esfera de tierra cocida, el
pedestal estaba rodeado por una reja con pilares de mampostería
rematados también con esferas; el austero monumento estaba desti-
nado a ser engalanado con guirnaldas y otros elementos de carácter
efímero. Para el primer aniversario del 25 de Mayo Buenos Aires
contó con un espacio público nuevamente resemantizado y con un
testimonio material donde realizar los rituales vinculados a evo-
car la Revolución de Mayo; este espacio sería a partir de entonces
el que concentraría la mayor densidad política de la nación. La
Alameda de sauces en conjunto con el fuerte y el puerto asumía
también la representación de la “Nueva y gloriosa Nación” ante la
llegada de los navegantes.
4
Actualmente la avenida Vélez Sarsfield, el paseo de la Cañada y el Paseo
Sobremonte.
J. C. Marinsalda: Belgrano y un proyecto urbano para San Miguel de Tucumán 97
5
La propuesta fue aprobada por el Director el 10 de septiembre de 1814,
pero no se cuenta con registros oficiales acerca de su construcción (Campana,
2014).
6
También se realizaron importantes obras de infraestructura para ampliar
las zonas irrigadas; en 1816 San Martín solicitó la cesión de tierras en la zona de
Barriales para construir su finca y el gobernador Luzuriaga dispuso otro tanto
para los soldados que destacaran en la campaña. Luzuriaga dispuso la construc-
ción de una pirámide en recuerdo de San Martín por sus servicios a la provincia
que fue erigida en 1925 (Favre, 2011 p. 336).
7
Gladys Aballay Meglioli afirma que la pirámide fue erigida en 1817 para
conmemorar la declaración de la Independencia y que estaba construida con
98 Belgrano, la Patria al Norte
El Sepulcro de la Tiranía
mampuestos de adobe, por lo que tuvo que ser reparada y reconstruida en varias
oportunidades hasta su reemplazamiento en 1998 (Meglioli, 2016, p. 83-92).
8
“Construyó la pirámide el ingeniero español Díaz, de que quedan tan
chuscos recuerdos en la historia de la guerra de la independencia” (Sarmiento
1850, p. 22). Es probable que el autor se refiera al Ingeniero Arcos, que desertó
en 1818 luego de Cancha-rayada. En ese caso, la pirámide tendría que haber sido
cuanto menos comenzada en 1816, antes de la partida del ejército.
9
En reconocimiento a la victoria se otorgó a los combatientes el uso de un
escudo distintivo con el lema “La patria a su defensor en Tucumán” y se acuñó
en Potosí una medalla con el lema “Tucumán sepulcro de la Tiranía”.
J. C. Marinsalda: Belgrano y un proyecto urbano para San Miguel de Tucumán 99
10
Con este fin se incorporó operativamente al Ejército de Belgrano el regi-
miento de línea de Granaderos de Infantería que se estaba formado en Santiago
del Estero desde principios de 1816.
11
“Sin embargo, también hay que tener en cuenta que en esta caracterización
puede haber influido que el accionar del Ejército Auxiliar del Perú siempre se
consideró en función de la defensa de los intereses políticos de la capital. Esta
percepción se reforzó a partir de 1816 debido a la fuerte intervención de este
ejército en los conflictos políticos que tuvieron lugar en las provincias del in-
terior a partir de ese año. Ambas cuestiones, la gran cantidad de “porteños” y
la defensa de los intereses de las autoridades centrales instaladas en la capital
colaboraron a construir esta imagen del “ejército porteño” (Morea, 2013).
12
Esta campaña, también conocida como cuarta expedición al Alto Perú fue
realizada entre marzo y diciembre de 1817 por un contingente de 300 soldados
de las tres armas dirigidos por Lamadrid, que obligó a retrogradar tres divisiones
del ejército comandado por De la Serna que avanzaba hacia Tucumán.
100 Belgrano, la Patria al Norte
13
“[...] Ha disfrutado mi Sra. Madre al alquiler de veinte y cinco ps mensua-
les en estas Caxas por la casa q le ocupa el Estado, con la Imprenta, almacenes y
otras atenciones [...] Juan Venancio Laguna Tucuman Octubre 13 de 1817 [...]”.
AHT: Comprobantes de Contaduría Nº 279, 1817 p. 127 (Marinsalda, 2016).
14
Información sistematizada del registro de alquileres pagados entre 1817 y
1819; inédita (Parolo, Paula 2014).
15
Estos registros permiten observar que los alquileres de las viviendas fueron
pagados hasta febrero de 1819, por lo que las viviendas habrían sido desocupa-
das al producirse la marcha del Ejército del Norte hacia Córdoba en marzo de
1819.
J. C. Marinsalda: Belgrano y un proyecto urbano para San Miguel de Tucumán 101
16
Este plano fue encontrado por el Arquitecto Ramón Gutiérrez durante sus
investigaciones en la Sección Iconografía de la Biblioteca Nacional de Río de
Janeiro y publicado en el diario La Gaceta de Tucumán en el año 1982, reprodu-
cido en blanco y negro y aclarando que era un plano de San Miguel de Tucumán,
pero sin poder confirmar entonces la fecha de realización ni su autor; respecto
del cual estimaba que podría tratarse de Felipe Bertrés o Enrique Paillardelle.
17
En el año 2012 gestionamos el envío de un ejemplar escaneado en alta
resolución para poder realizar el análisis detallado, fecharlo e identificar tanto
al autor como al comitente La solicitud formal a la Biblioteca Nacional de Río
de Janeiro fue realizada en 2012 por la Directora del Museo de la Casa Histórica
de la Independencia, Mg. Patricia Fernández Murga, a quien agradezco su dis-
102 Belgrano, la Patria al Norte
Las Quintas se hallan en el baxo del Este todas reciben aguas con ace-
quias que toman del rio Nío en estas mismas acequias o canales están barios
Molinos.
El cavildo está demarcado de color celeste
La Acequia del Oeste es una agua exelente que proviene de los Cerros
de Tafí, a trece leguas de distancia al N.O. el pueblo recibe estas aguas con
grande facilidad.
La situación de la Ciudadela no domina el pueblo sin embargo bate parte
de el. Las calles tienen de amplitud doce varas, y el largo de ellas son de 154
varas.
La división de esta Provincia de la de Salta fue el día 8 de Octbre de 1814
y esta Ciudad de Sn Miguel de Tucumán erigida en Capital.
Don José María Echandía, Capitán del Batallón de Inf.ª n10 desempeña
hoy una de las Comisiones más importantes a este Exercito: Se halla encar-
gado de poner agua por un conducto cómodo, aunque de alguna distancia en
la Ciudadela q, l ocupa la Tropa, y sería de grave perjuicio su separación hasta
que concluya su encargo: En esta inteligencia, luego que lo verifique, daré
20
AGN. Sala X Exercito Auxiliar del Perú 1816 Legajo 4.1.3. Nota del 7 de
septiembre de 1816.
21
AGN. Sala X Exercito Auxiliar del Perú 1816 Legajo 4.1.3. Nota del 26
de Septiembre de 1816.
104 Belgrano, la Patria al Norte
22
El plano se conserva expuesto en el Instituto de Arte americano Mario J.
Buschiazzo en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires.
23
La existencia de la laguna de la Plaza San Martín alrededor de 1840 es
confirmada por Florencio Sal (Páez de la Torre (h), 1985, p. 404).
J. C. Marinsalda: Belgrano y un proyecto urbano para San Miguel de Tucumán 105
Fig. 1. Plano del Tucumán. Felipe Bertrés y Antonio Echandías, 1816. ACHIT.
106 Belgrano, la Patria al Norte
24
Lamadrid (1947, p. 116).
J. C. Marinsalda: Belgrano y un proyecto urbano para San Miguel de Tucumán 109
25
Adam Graaner fue enviado a las Provincias Unidas por el Monarca de
Suecia, el Conde Bernadotte.
26
La transcripción completa del discurso en Páez de la Torre (h), 1985, p.
243.
27
Aráoz contaba con amplio apoyo en la campaña; su discurso puede ayudar
a dar una idea del balance de fuerzas y poder territorial entre el Ejército del
Directorio (2.786 integrantes) y las milicias provinciales de más de 5000 com-
batientes.
28
La relación entre Belgrano y Aráoz se había deteriorado como conse-
cuencia de la superposición de las áreas de responsabilidad de sus respectivos
cargos. Los reclamos de Belgrano y los descargos de Aráoz fueron tratados en
el Congreso el 20 de septiembre (Páez de la Torre, 1987, p. 246).
110 Belgrano, la Patria al Norte
La Alameda de Belgrano
29
La Escuela de la Patria en Tucumán fue construida y equipada en el año
1998 con fondos nacionales en los terrenos que antiguamente ocupó la Ciudadela.
La obra quedó inconclusa y el gobierno de Tucumán tuvo que devolver parte de
los fondos no utilizados.
30
Esta Parroquia debía formarse por el desprendimiento del curato Matriz
y estuvo a cargo del padre Pedro Miguel Aráoz a partir de abril de 1813, fun-
cionando provisoriamente en La Merced hasta tanto se erigiera el templo en el
Campo de las Carreras.
31
La referencia al entierro de los caídos en el sitio de la Ciudadela la apor-
taba Adam Graaner en 1816 (Páez de la Torre (h), 1985, p. 242).
J. C. Marinsalda: Belgrano y un proyecto urbano para San Miguel de Tucumán 111
32
AHT Gobierno, 1817 -1818 fs. 385, 387, 388, 404.
33
Los Húsares de Tucumán de dos escuadrones de nueva formación en 1817,
estaban comandados por Lamadrid.
34
Los cuatro escuadrones de Húsares de Tucumán y Dragones de la Patria
integraban toda la caballería de Línea del Ejército del Perú luego de la partida
de los dos escuadrones de Granaderos a Caballo hacia Mendoza. Se encontraban
acuartelados en el Convento Dominico de San José del Monte de los Lules.
35
AGN, Sala X, Legajo 4-1-3 Ejército Auxiliar del Perú 1816 (En Morea
2013, p. 165).
36
Actas del Cabildo, Vol. II, 1817-1824 (Lizondo Borda 1940). En Páez de
la Torre (h), 1985 p. 246.
112 Belgrano, la Patria al Norte
[...] Los oficiales prisioneros de sargento para abajo que quedaron en San
Juan y Mendoza fueron destinados por lo pronto, una parte, a la apertura de
canales de irrigación, obra de utilidad pública costeada por el Estado con el
objeto de habilitar terrenos de grande extensión para labranza, y el resto, que
era lo más, a ser empleados por los dueños de quintas de agricultura bajo un
reglamento que les garantía el buen trato. [Hudson, 1966, pp. 156 -157.]
37
“Desde el acantonamiento en la quebrada de Humahuaca, los españoles del
Nº 2 fueron remitidos a Salta para que fuesen distribuidos, en clase de peones, al
vecindario con cargo de responder de ellos los que se constituyesen sus patrones
[...] allí quedaron desvalidos y pobres, pero años después encontré a algunos en
muy buena fortuna y hechos caballeros” (Paz, 1898, pp. 200-201).
38
Francisco Antonio Pinto era Abogado, en 1811 representó a Chile ante la
Junta Grande. En 1814 se encontraba en Europa en misión diplomática y regresó
al Río de la Plata con Belgrano. Comandó el Batallón Nº 10 de Infantería, tuvo a
cargo el diario del ejército y en Tucumán se casó con Luisa Garmendia de Alu-
rralde apadrinado por Belgrano. En 1820 regresó a Chile para incorporarse a la
Expedición Libertadora del Perú bajo las órdenes de San Martín. Fue presidente
de Chile entre 1827 y 1829.
39
Los oficiales procedían en su mayoría de Buenos Aires y el litoral y en
casos puntuales de Chile, Francia e Italia (Morea, 2013, pp. 220-224).
J. C. Marinsalda: Belgrano y un proyecto urbano para San Miguel de Tucumán 113
40
El caso emblemático fue el del triple matrimonio de Emidio Salvigni,
Antonio Pinto y Gerónimo Helguera con las hermanas Crisanta, Luisa y Cruz
Garmendia Alurralde, apadrinados por Belgrano.
41
El recurso de Belgrano a destinar sitios a los oficiales del Ejército, podemos
encontrarlo documentado en el AHT. como la solicitud que realiza en octubre de
1818 al Cabildo para que se “adjudique un terreno vaco al Sargento Mayor don
Pablo Alemán del Regimiento Nº 9 por ser Oficial de Honor y Mérito” (AHT
Gobierno, 1817-1818, fs. 416).
42
Sus muebles “se reducían a doce sillas de paja ordinaria, dos bancos de
madera, una mesa ordinaria, un catre pequeño de campaña con delgado colchón
que siempre estaba doblado” (Balbín, 1860, p. 23).
43
Estimamos 12 cuadras a partir de la media legua que indicaba Alberdi en
su Memoria Descriptiva (1834).
44
El recurso a construir paseos y alamedas en el espacio creado por el glacis
de las ciudadelas o fortalezas y las áreas urbanas reconocía un importante ante-
cedente en el Paseo de la Explanada de Barcelona de 1798.
114 Belgrano, la Patria al Norte
45
“[...] La última de estas victorias, después de la impresión que había pro-
ducido en los ánimos el desastre de Cancha-rayada, fue celebrada en Tucumán
con locura. El general Belgrano hizo levantar un monumento para perpetuar su
memoria, el que se conservaba hasta estos últimos años” (Paz, 1898, p. 322).
46
Respecto de la batalla a la que hacía honor la pirámide, Salvigni sostiene
que fue Chacabuco, por lo que es probable que Belgrano hubiera proyectado o
comenzado la pirámide en 1817, pero como su inauguración fue luego de Maipú,
es probable que hubiera habría sido dedicada a ambas victorias; por convención
seguiremos refiriéndola con el nombre de Chacabuco.
47
Lamadrid, 1947, pp. 170-171.
J. C. Marinsalda: Belgrano y un proyecto urbano para San Miguel de Tucumán 115
48
Paterlini; Perilli, 2012, p. 283.
J. C. Marinsalda: Belgrano y un proyecto urbano para San Miguel de Tucumán 117
49
Carta de José Celedonio Balbín al General Bartolomé Mitre, 1° de setiem-
bre de 1860. Original en Museo Mitre. Buenos Aires. Archivo de Belgrano. Doc.
A.5-C.1-C.-3.
118 Belgrano, la Patria al Norte
50
Lizondo Borda, Actas del Cabildo V.2 (Paterlini; Perilli, 2012 p. 284).
J. C. Marinsalda: Belgrano y un proyecto urbano para San Miguel de Tucumán 119
51
Bertrés mantuvo su condición militar en el nuevo ejército de la República
de Tucumán.
52
[...] “La parte íntegra de las sobras de chacras al Norte y Oeste correspon-
dientes a los ejidos de la ciudad, hasta encontrar con propiedades particulares”
Lizondo Borda, Actas del Cabildo V.2 (Paterlini; Perillli, 2012 p. 285).
120 Belgrano, la Patria al Norte
53
La batalla de La Ciudadela, en el relato de Lamadrid, brinda información
sobre el sitio: “Traté de colocar mi línea apoyando ambos flancos, el derecho en
un potrero con cerca de tunal y zanja al oeste, y el izquierdo en la Ciudadela [...]
quería atraerlos sin resistencia al norte del Manantial para que no tuvieran otra
salida que el paso del Rincón, en razón de no dar paso dicho arroyo en toda su
extensión sino por aquel, porque el otro del puente, quedaba a mi derecha [...]”
(Lamadrid, 1944, p. 198).
54
Decreto del 8 de Julio de 1829 en AHT; SA, T32 f.386v. (Wilde, 2011, p.
101).
122 Belgrano, la Patria al Norte
pólvora. Sea por el prestigio que le comunican los recuerdos tristes y gloriosos
que excita, o sea por la elevación que dan a las ideas y los sentimientos las
magníficas montañas que se elevan a su vista, es indudable que en este sitio
se agranda el alma y predispone a lo elevado y sublime.
A dos cuadras de la antigua casa del General Belgrano, está la Ciudadela.
Hoy no se oyen músicas ni se ven soldados. Los cuarteles derribados, son
rodeados de una eterna y triste soledad. Únicamente un viejo soldado del
General Belgrano, no ha podido abandonar las ilustres ruinas y ha levantado
un rancho que habita solitario con su familia en medio de los recuerdos y de
los monumentos de sus antiguas glorias y alegrías.
55
Memoria Descriptiva de Tucumán. Sección Cuarta, Monumentos patrióticos
(Alberdi, 1834, p. 25).
J. C. Marinsalda: Belgrano y un proyecto urbano para San Miguel de Tucumán 123
Baz pudo haber realizado este cuadro entre 1856 y 1857, años en
los que residió y trabajó en Santiago de Chile.
La Pirámide de la Independencia
y la Plaza paseo de la Libertad
56
“[...] La elegante y costosa pirámide que adorna la plaza de la Capital. Es
un bello monumento de las glorias de la Independencia realzadas por los triun-
fos de la Confederación argentina; y es, además una prueba de nuestra cultura
social como la reputarán los ilustrados extranjeros que vengan a saludar nuestro
hermoso territorio”. Mensaje, 21 de Septiembre de 1843 (Wilde, 2011, p. 132).
57
Páez de la Torre (h), 2014.
58
Julio E. Padilla recuerda los festejos del 9 de Julio en la segunda mitad del
siglo XIX, que se realizaban en la plaza en cuyo centro se encontraba la pirámide
y culminaban con el espectáculo de los fuegos artificiales, al que acudía toda la
población “[...] La gente en grupos iba llegando a la plaza, se venían desde las
orillas todos los habitantes de las casas, las que quedaban abandonadas, sin un
alma que las cuidara porque el padre, la madre, los hijos y hasta el tonto o la ton-
ta y el perro iban a ver los fuegos artificiales” (Álbum del Centenario, 1916).
124 Belgrano, la Patria al Norte
El renacimiento
59
AHT, Sección Judicial, Exp. Nº 34, Caja 6, serie B.
60
Plano perteneciente al archivo de Julio Aráoz Sal publicado por Carlos
Páez de la Torre (h) para ilustrar la ciudadela de 1814. (Páez de la Torre (h),
1994).
J. C. Marinsalda: Belgrano y un proyecto urbano para San Miguel de Tucumán 125
Fig. 6. Boulevard Alberdi con la nueva alameda, las acequias empedradas y el remate
en la pirámide de Chacabuco; a la derecha la Capilla y Casa de Jesús, y a la izquierda
el nuevo Hospital Mixto con carruajes. Fotografía ca. 1885. ACHIT.
61
AHT. Sección Judicial 1858, Serie A, Caja 100, Exp. 29.
62
Fueron extendidos a 6 cuadras al Sur, Oeste y Norte de la plaza “Liber-
tad”, conservando las cuatro cuadras fundacionales al Este (Marinsalda et al.
1994).
63
En 1873 la municipalidad ordenó ratificar los ejidos municipales de acuer-
do al plano de 1821 realizado por Bertrés, pero para entonces el decreto evitaba
la aplicación de la tabula rasa, dando origen a la única alteración a la trama en
la ciudad.
J. C. Marinsalda: Belgrano y un proyecto urbano para San Miguel de Tucumán 127
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Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Tucumán. Tucu-
mán ISBN 950-554-175-9.
64
Concurso Nacional de Ideas “Tres por Dos, Ideas para San Miguel de Tucu-
mán en el Marco del Bicentenario de la Independencia Nacional”, 2012 (CAM-FA-
DEA).
65
Un posible marco institucional para desarrollar este rescate lo estaría fa-
cilitando el plan estratégico urbano territorial para la ciudad de San Miguel de
Tucumán del año 2016, que reconoce la necesidad de considerar un área especial
para la ciudadela, sin mayores fundamentos ni precisiones (p. 47). https://www.
mininterior.gov.ar/planificacion/pdf/planes-loc/TUCUMAN/Plan-Estrategico-
Urbano-Territorial-San-Miguel-de-Tucuman.pdf
J. C. Marinsalda: Belgrano y un proyecto urbano para San Miguel de Tucumán 129
Imágenes
Belgranianas
132 Belgrano, la Patria al Norte
Belgrano, la Patria al Norte 133
Ojo de Belgrano.
Acuarela sobre marfil atribuida al
artista suizo-francés
Jean Philippe Goulu (1786-1853),
Museo Histórico Nacional.
Belgrano, la Patria al Norte 145
Médicos , capellanes
Médicos , capellanes y sacerdotes
y sacerdotes cronistas
cronistas
elel
en en Ejército
Ejércitodel
del NNorte (1812-1820)
orte(1812-1820)
E
l propósito principal de esta contribución es reunir noti-
cias de vida de los médicos y sacerdotes, en especial de los
capellanes que tuvieron decidida participación en las filas
patriotas, durante la permanencia del ejército que dirigió Manuel
Belgrano, en el norte argentino. Se incluyen, como excepción en
este trabajo, al ex jesuita Diego León Villafañe, quien no participó
en la Batalla de Tucumán, pero fue el primer historiador de este
hecho de armas. También al sacerdote dominico Ramón del Suel-
do, como testigo de este acontecimiento en 1812, quien narró los
sucesos del 24 de septiembre de 1812, en una carta al Provincial
de la Orden, Julián Pedriel.
La acción de los facultativos que fueron médicos de los ejércitos
libertadores del Norte, fue heroica durante toda la campaña de
los generales Belgrano y Güemes y marcó cambios en el sistema
sanitario.
Después de la Revolución de Mayo en 1810, el movimiento
emancipador se difundió en las distintas regiones del Virreinato
del Río de la Plata con la declaración de la Guerra de la Inde-
1
Profesora. Historiadora. Vicepresidente de la Junta de Estudios Históricos
de Tucumán. Miembro Correspondiente Academia Nacional de la Historia.
150 Belgrano, la Patria al Norte
A comienzos del siglo XIX, señala Ramón Leoni Pinto, en San Mi-
guel de Tucumán no había hospitales, aunque se hicieron diversos
intentos. También la escasez de médicos era notoria y ejercían las
curaciones y prácticas, numerosos curanderos. Al estallar la Revolu-
ción de Mayo y con la movilización de tropas, hubo cambios en lo
referente a servicios sanitarios. Los ejércitos se movían con médicos
cirujanos y parque sanitario, aunque con muchas dificultades. Así,
en Tucumán se instalaron hospitales improvisados, si bien precarios
e insuficientes, para los soldados enfermos y los llamados “de san-
gre,” para atención de los heridos. Hasta 1812 la obra del hospital
en Tucumán no se había concluido y desde 1814, la Comisión Di-
rectiva del Interior puso énfasis en proveer de un hospital militar a
la ciudad. El sistema era incompleto pero perseguía la organización
y mayor competencia. Vale señalar que Hermenegildo Rodríguez
era el boticario que proveía al hospital del Ejército.
La guerra fue el origen de numerosos conflictos médico-asisten-
ciales significativos. Entre 1810 y 1815 se debía atender los proble-
mas creados por los heridos en las batallas de Tucumán y Salta y
otros combates, como también los inválidos y las fuerzas que fueron
derrotadas en Sipe-Sipe.
Desde 1816, se prestó asistencia las tropas que, de acuerdo al
plan sanmartiniano, debían estar “acantonadas” en el medio, por
ser la retaguardia de las montoneras salto-jujeñas. Un cirujano en
1815, ganaba 15 pesos mensuales; en relación a los soldados el pro-
blema era más difícil cuando el hospital se ubicaba alejado.
El general Belgrano era muy exigente para conservar la discipli-
na en sus tropas. En 1814, impuso una sanción a Pedro Carrasco,
médico mayor del Ejército Auxiliar del Perú. Se lo condenó a no
percibir sueldo y a que en la primera expedición que saliese fuera
destinado a cirujano auxiliar.2
2
Ramón Leoni Pinto, Tucumán y la Región Noroeste Período 1810-1825. Insti-
tuto de Historia Ramón Leoni Pinto, Facultad de Filosofía y Letras. Universidad
Nacional de Tucumán y Academia Nacional de la Historia. Tucumán, 2007, p.
E. Perilli de Colombres Garmendia: Médicos, capellanes y sacerdotes cronistas (1812-1820) 153
3
Academia Nacional de la Historia, en: Fray Cayetano Rodríguez. Corres-
pondencia con el Doctor José Agustín Molina, Bs. As., 2008. Carta del 10-I-1813.
Gentileza de Sara Peña de Bascary.
4
Fernanda Jara, “Quién fue Cosme Argerich, el hombre que dio nombre a
uno de los hospitales más importantes de la ciudad”, htpps//www.infobae.com.
E. Perilli de Colombres Garmendia: Médicos, capellanes y sacerdotes cronistas (1812-1820) 155
Reloj de oro que el General Manuel Belgrano obsequió al Dr. Joseph Redhead.
5
https//wwwinfobae.com/sociedad/2020/06/19/belgrano-lector-y-traductor-de
Washington-entre campana y campana.
156 Belgrano, la Patria al Norte
6
Elena Perilli de Colombres Garmendia, “Joseph Redhead, entre Tucu-
mán y Salta”, en: Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán, Nº 15,
Tucumán, 2018.
E. Perilli de Colombres Garmendia: Médicos, capellanes y sacerdotes cronistas (1812-1820) 157
7
Francisco Centeno, Crónicas históricas de Salta, Edición de Eulalia Figue-
roa Solá. Biblioteca del Norte, Salta, 2010.
8
Roque Manuel Gómez, (s/f). Historia de la Medicina de Salta, Salta Portal
de Salta gov. Recuperado de http//www.portaldesalta.gov.ar/medicina.htm.
9
Carlos Páez de la Torre (H) y Sara Peña de Bascary, Porteños, Provincia-
nos y Extranjeros en la Batalla de Tucumán, Emecé, Bs. As., 2012. Páez de la Torre
y Peña de Bascary han realizado un prolijo registro de todos los participantes
en la batalla de Tucumán con minuciosas biografías. Otra investigación sobre la
Batalla de Salta es de su autoría (2013), inédita.
158 Belgrano, la Patria al Norte
10
Archivo Histórico de Tucumán, Secc. Adm. 24, folio 36. Ramón Leoni
Pinto, cit., p. 290.
E. Perilli de Colombres Garmendia: Médicos, capellanes y sacerdotes cronistas (1812-1820) 159
Que en los diez años que hacen vive en la ciudad ha advertido que reinan
las fiebres intermitentes y remitentes, las ardientes biliosas e inflamatorias,
y todas las afecciones hepáticas que clasifican los nosologistas como que son
resultado de un clima húmedo y caluroso y el motivo para llamarles ende-
mias. Si se advierte que la mayor parte de nuestros habitantes se alimentan
ordinariamente de carne en abundancia, de granos nutritivos y raíces fecu-
lentas, y todo de la más pésima condición, se vendrá en conocimiento que el
clima y los alimentos son el origen y causa de que enferman comúnmente los
pobres. los acopios que se hacen del maíz, arroz, charqui, patatas o comoteos
en ese temperamento alteran necesariamente estas substancias y los que lo
toman pobres! sufren las enfermedades que después originan sus muertes; al
contrario los que tienen comodidades las evitan porque tienen carne fresca,
los granos en la mejor condición, usan de bebidas y frutas que moderan la
acrimonia de los humores, principalmente el bilioso, evitan las intemperies
con sus mejores proporciones de casas y ropa; y cuando a pesar de todo son
atacados de ellas del modo más vigoroso consultan oportunamente a quien
dirija por la senda de la salud a la naturaleza particular extraviada de aquel
individuo; este es el médico que hecho cargo de la enfermedad temperamento
etc, indica los remedios, dice el modo y tiempo en que se deben administrar
para que resulte de ello la salud y cuando no, consolarse con haber inten-
tado el bien. Así sucede con los que gozan de fortuna pero los pobres, esos
infelices que componen más de las tres cuartas partes de nuestra población
y campaña, que nada tienen ni saben cómo han de tener lo poco que poseen
con harto trabajo. ¿Cómo evitarán ni la enfermedad ni la muerte? Sin casa,
160 Belgrano, la Patria al Norte
11
Ibídem, pp. 294-295.
E. Perilli de Colombres Garmendia: Médicos, capellanes y sacerdotes cronistas (1812-1820) 161
12
Armando Pérez de Nucci, “Historia Médica del NOA: Güemes, Belgrano
y San Martín”, Boletín del Instituto Güemesiano de Salta, Nº 27-28, 2001-2002.
13
Partes Oficiales y Documentos relativos a la Guerra de la Independencia Argen-
tina. Archivo General de la Nación. Parte de la Batalla de Salta. AGN, Tomo I,
Bs. As., 1900, pág. 222.
162 Belgrano, la Patria al Norte
14
Ricardo Piccirilli, Francisco Romay, Leoncio Gianello, Diccionario
Histórico Argentino, Tomo II, p. 186, Ediciones Históricas Argentinas, Bs. As.,
1953.
164 Belgrano, la Patria al Norte
15
Cecilia Guerra Orosco, “ El clero secular tucumano”, en: La República
Extraordinaria (Gabriela Tío Vallejo, coordinadora). Protohistoria, Rosario 2011.
Esta historiadora realizó un pormenorizado estudio del clero tucumano y su
papel en la Independencia Argentina.
E. Perilli de Colombres Garmendia: Médicos, capellanes y sacerdotes cronistas (1812-1820) 165
firmeza para seguir una marcha que inutilizó las astucias de Goye-
neche, restableciendo la opinión religiosa del ejército patriota, que
se moralizó por este medio, formando un cuerpo homogéneo con
las poblaciones, inofensivo a las costumbres y creencias populares.
Así no solo dio nervio a la revolución, no solo la generalizó, sino
que le dio crédito y la ennobleció.16
16
General José María Paz, Memorias Póstumas, Círculo Militar, Biblioteca
del Oficial. Anotada por el Teniente Coronel Juan Beverina, Tomo I, Bs As, 1924.
Cfr. Bartolomé Mitre, Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina, Tomo
II, Bs As., 1947, p. 123.
166 Belgrano, la Patria al Norte
17
Carlos Páez de la Torre (h), “Belgrano en Tucumán”, en: La Gaceta,
Tucuman, 11.VIII-2012.
E. Perilli de Colombres Garmendia: Médicos, capellanes y sacerdotes cronistas (1812-1820) 167
18
Carlos Páez de la Torre (h) y Ventura Murga, San Miguel de Tucumán:
Las calles y sus nombres, La Gaceta, Tucumán 1981, pp. 30-31.
19
R. Piccirilli, F. Romay y L. Gianello, Diccionario..., cit., Tomo I, Bs. As.,
1953, p. 257.
168 Belgrano, la Patria al Norte
20
Jorge F. Lima Bonorino, “Manuel Antonio de Acevedo”, en: Los Congresa-
les de Tucumán. Su Genealogía y Descendencia. Ernesto A. Spangenberg (Director),
Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, Bs. As., 2016. Recientemente la
Magister Gabriela de la Orden, de la Junta de Estudios Históricos de Cata-
marca se ha ocupado de Acevedo y Colombres, congresales por Catamarca en
1816.
E. Perilli de Colombres Garmendia: Médicos, capellanes y sacerdotes cronistas (1812-1820) 169
21
J. Toscano, Estudios Históricos, Imprenta de M. Biedma e Hijo, Bs. As.,
1906, p. 482.
170 Belgrano, la Patria al Norte
22
Ricardo Piccirilli, Francisco Romay Leoncio Gianello, cit., Tomo II, p.
241.
E. Perilli de Colombres Garmendia: Médicos, capellanes y sacerdotes cronistas (1812-1820) 171
23
Archivo General de la Nación, Bs. As., Carta de Belgrano al Supremo
Poder Ejecutivo, Sala X, 1-10-7.
24
Partes Oficiales y Documentos relativos a la Guerra de la Independencia Argen-
tina. Archivo General de la Nación. Tomo I. Bs. As., 1900 y Ricardo Piccirilli,
Francisco Romay y Leoncio Gianello. cit. Tomo IV, Bs. As, 1954.
172 Belgrano, la Patria al Norte
25
Piccirilli, Romay y Gianello, cit. Tomo V, 277.
E. Perilli de Colombres Garmendia: Médicos, capellanes y sacerdotes cronistas (1812-1820) 173
26
Bartolomé Mitre, Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina.
Tomo IV, Bs. As., 1947, p. 276.
174 Belgrano, la Patria al Norte
Los cronistas
27
Archivo General de La Nación, Oficiales de Tucumán y Salta en Partes,
Planillas y otras fuentes de la Guerra de la Independencia Argentina. Agradezco
la información a la historiadora Sara Peña de Bascary.
E. Perilli de Colombres Garmendia: Médicos, capellanes y sacerdotes cronistas (1812-1820) 175
mismo se oía a algunos soldados y oficiales que entraban del campo. Entre
este tiempo los nuestros los tenían desordenados por dicho campo, por el bajo
que llaman de Aguilar, por la orilla del monte del rio, en el paso de Madrid
y por todo el campo que sigue hacia Lules y Manantial. Toda esta tragedia
aconteció desde las doce para la una de la tarde, hora en que comenzaron
a entrar la presa de bagajes y equipajes, que llenaban las dos cuadras que
forman el ángulo de nuestro pretil.
28
Sara Graciela Amenta, “La Batalla de Tucumán contada por un fraile
dominico”, en: Facebook Junta de Estudios Históricos de Tucumán,19 de junio
2020. Esta nota es del libro digital Belgrano según historiadores, cronistas, soldados
y testimonios (en prensa), Archivo Provincial OP (Buenos Aires). Cartas, Tomo
I, pp. 276-277, y Rubén González OP, El General Belgrano y la Orden de Santo
Domingo. UNSTA, Tucumán, 2002, pp. 14-15.
176 Belgrano, la Patria al Norte
29
Guillermo Furlong SJ., “Diego León Villafañe y su Batalla de Tucumán”,
Bs. As., 1962.
178 Belgrano, la Patria al Norte
30
Ibídem, p. 42.
31
Ibídem, p. 46.
E. Perilli de Colombres Garmendia: Médicos, capellanes y sacerdotes cronistas (1812-1820) 179
El cura de las Trancas, Doctor Laguna, ya estará en Bs. As., o cerca. Fal-
samente le llaman prisionero de guerra. El día de la Acción (de la Batalla) él
se pudo desprender del General Tristán, que lo traía y vino a dar a esta casa
de Santa Bárbara, bastante enfermo, y luego que se puso bueno, trataba de
ir a presentarse a Belgrano, cuando vino un oficial por él.32
Palabras finales
32
Ibídem, p. 47.
33
Elena Perilli de Colombres Garmendia, El cura Miguel Martin Laguna y
su Historia social y política de Tucumán, Centro Cultural Rougés, Fundación Miguel
Lillo, Tucumán 2011.
180 Belgrano, la Patria al Norte
Bibliografía
“... En
el día se trata de monarquizarlo
todo ...”. Debates en torno a la
monarquía. El protagonismo de Belgrano
E
l objetivo del presente artículo es repensar los debates que
tuvieron lugar en el territorio del Río de la Plata entorno al
gobierno monárquico frente a la crisis de la corona española
a partir de 1808. Primero con la posibilidad de la regencia de la
infanta Carlota Joaquina de Borbón y luego en el Congreso General
Constituyente que declaró la independencia en julio de 1816. Uno
de los protagonistas de estas ideas en nuestros territorios fue Ma-
nuel Belgrano, quien participó activamente en defensa de las ideas
monárquicas de gobierno en el periodo aquí mencionado.
En el contexto del año Belgraniano creemos importante rescatar
este aspecto en los análisis del proceso de revolución e indepen-
dencia.
***
1
Magister. Historiadora. Directora del Museo Nacional Casa Histórica de
la Independencia. Instituto de Investigaciones Históricas Ramón Leoni Pinto
(INIHLEP), Universidad Nacional de Tucumán. Miembro de Número de la
Junta de Estudios Históricos de Tucumán.
M. C. Guerra Orozco: Debates sobre la monarquía. El protagonismo de Belgrano 183
2
Bartolomé Mitre, Obras completas, ed. Kraft, Buenos Aires; 1939, Manuel
Belgrano, Autobiografía del General Belgrano, Biblioteca de Mayo, T. II, Buenos
Aires, 1960; Bartolomé Mitre, “Filiación de la Revolución Sudamericana”, en
Mayo: su filosofía, sus hechos, sus hombres, Buenos Aires, Concejo Deliberante,
1960, Bartolomé Mitre, Historia de Belgrano y de la independencia Argentina, ed.
Anaconda, Buenos Aires, 1950.
3
Su preocupación por la educación intentó ser saldada desde el momento
mismo en que regresó a Buenos Aires, donde creó una escuela de matemáticas,
por ejemplo. Pero su acción educativa fue más allá de eso y después de su ac-
tuación como militar en las guerras de independencia, el Poder Central decidió
darle dinero por tan heroica actuación. Ese dinero fue donado por Belgrano para
la construcción de escuelas en diferentes lugares, entre ellos nuestra provincia de
M. C. Guerra Orozco: Debates sobre la monarquía. El protagonismo de Belgrano 185
Tucumán. Sin embargo, murió sin ver su sueño cumplido y tendrían que pasar
casi doscientos años para que se construya, en nuestra provincia, la escuela que
quería Belgrano. La misma fue inaugurada a principios de este siglo.
4
Manuel Belgrano, Autobiografía del General..., cit.
5
Ibídem.
186 Belgrano, la Patria al Norte
6
Manuel Belgrano, Autobiografía del General..., cit.
M. C. Guerra Orozco: Debates sobre la monarquía. El protagonismo de Belgrano 187
7
Este relato forma parte del libro de Marcela Ternavasio, Candidata a la
corona. La infanta Carlota Joaquina en el laberinto de las revoluciones hispanoameri-
canas, Buenos Aires, Siglo XXI, 2015.
8
Marcela Ternavasio, “Una mujer que desafió a los reyes: algunos mo-
mentos de la trayectoria de Carlota Joaquina de Borbón”, Rev. Legado, Archivo
General de la Nación, 2018, pp. 19 a 35, pág. 23.
188 Belgrano, la Patria al Norte
[...] Los firmantes aseguraban allí que eran “muchos los hombres de bien
y de sano juicio” con los que podían contar las propuestas bragantinas y se
colocaban como los más fidelistas y defensores del orden vigente al privilegiar
la prelación del vínculo dinástico por sobre el movimiento juntista español
que reclamaba para sí el legítimo depósito de la soberanía vacante de todo
el imperio [...] 9
9
Marcela Ternavasio, “Una mujer…, pág. 25.
190 Belgrano, la Patria al Norte
10
Manuel Belgrano, Epístola dirigida a la Princesa Carlota Joaquina de
Borbón. Le comunica que la considera Representante legítima de la Corona
Española, y como tal “sostén de la Soberanía”, Buenos Aires, 17 de julio de
1809, en Instituto Belgraniano Central, Documentos para la Historia del General
Don Manuel Belgrano, T. 1, Buenos Aires, 1982.
11
Juan Martín de Pueyrredón será designado Director Supremo de las Pro-
vincias Unidas del Río de la Plata, en 1816. Fue el Congreso General Cons-
tituyente quien aprobó que fuera él quien ocupara ese lugar. Asimismo, es
importante tener en cuenta que desde 1810 y aún después de que se declare
la independencia, Pueyrredón será una de los principales enviados a misiones
diplomáticas. Los fines de estas eran negociar la regencia de estos territorios
M. C. Guerra Orozco: Debates sobre la monarquía. El protagonismo de Belgrano 191
[...] He formado esta carta que [...] dirigimos [...] de ella inferirá V.A.R. el
estado actual de los negocios y adquirirá los conocimientos circunstanciados
que suministra para su mejor real inteligencia y poder tomar la decisión que
sea más conforme a los reales derechos de su Augusta Casa, para destruir
la usurpación que de ellos ha hecho la Junta Central, amparándose de la
austeridad real en todos los ramos, cuando apenas le era disimulable que la
hubiera adquirido, sin contar con V.A.R. para rechazar la fuerza con la fuerza,
en las circunstancias apuradas en que se vio la península. No puede ser otra la
decisión que V.A.R. tome más conforme a todos los principios más sagrados,
que la de venir a mandar proclamarse, y hacer reconocerse por Regenta de
estos dominios; porque de otro modo, cada vez más, va V.A.R. dejando que
esa Junta se posesione de la autoridad, y que creando criaturas a la sombra
del sagrado nombre de Fernando VII, mañana sean otros tantos que llevan
a todos los dominios españoles el espíritu de usurpación, o tal vez la prose-
cución de unas miras tan ajenas a la razón y a la ley [...] 12
con una de las Coronas más importantes de Europa, entre las que destacamos
Inglaterra y Portugal. En esta carta a la que estamos haciendo mención en el
texto Belgrano le informa a la princesa que el enviado a Brasil para entablar las
negociaciones es justamente Pueyrredón de quien le dice que es uno de los más
entregados a la causa y que goza de los mejores sentimientos entre muchos de
los que nosotros podríamos llamar “carlotistas”.
12
Epístola enviada por Manuel Belgrano a la Princesa Carlota Joaquina el 9
de agosto de 1809, en Instituto Belgraniano Central, Documentos para la Historia
del General Don Manuel Belgrano, T. 1, Buenos Aires, 1982.
192 Belgrano, la Patria al Norte
desde tierras americanas era muy difícil y poco probable. Para él,
los españoles habían pasado por encima de la autoridad real de la
princesa, por lo que actuaban en contra del poder monárquico y
por fuera de la legalidad.
[...] Nosotros creemos [...] que en V.A.R. está nuestra libertad, propiedad
y seguridad, y es una natural consecuencia que la sostengamos hasta, si es
posible, perder nuestra existencia para tan santa causa [...] 13
13
Ibídem.
M. C. Guerra Orozco: Debates sobre la monarquía. El protagonismo de Belgrano 193
[...] cinco años de repetidas experiencias han hecho ver de un modo indu-
dable a los hombres de juicio y opinión que este país no está en edad ni
en estado de gobernarse por sí mismo, y que necesita una mano exterior
que lo dirija y contenga en la esfera del orden, antes que se precipite en los
horrores de la anarquía [...] en estas circunstancias solamente la Generosa
Nación Británica puede poner un remedio eficaz a tantos males, acogiendo
en sus brazos a estas Provincias, que obedecerán su Gobierno, y recibirán
sus leyes con el mayor placer, porque conocen que es el único remedio de
evitar la destrucción del país, a que están dispuestos antes que volver a la
M. C. Guerra Orozco: Debates sobre la monarquía. El protagonismo de Belgrano 195
[...] Estas provincias desean pertenecer a la Gran Bretaña, recibir sus leyes,
obedecer a su gobierno y vivir bajo su influjo poderoso. Ellas se abandonan
sin condición alguna a la generosidad y buena fe del pueblo inglés, y yo estoy
dispuesto a sostener tan justa solicitud para liberarlas de los males que las
afligen. Es necesario que se aprovechen los momentos, que vengan las tropas
que impongan a los genios díscolos, y un jefe autorizado que empiece a dar
al país las formas que sean del beneplácito del rey y de la nación, a cuyos
efectos espero que V. E. me dará sus avisos con la reserva y prontitud que
conviene para preparar oportunamente la ejecución [...] 15
14
R. F. Garbini, “Factores internacionales que incidieron en la independen-
cia argentina” en AAVV, El Congreso de Tucumán, actitudes, decisiones, hombres.
Publicaciones del seminario de estudios de historia argentina, S.E.H.A., Club
de Lectores, Bs. As., 1966, pág. 153.
15
Ibídem.
196 Belgrano, la Patria al Norte
Fue así como entraron en contacto con Carlos IV, quien se en-
contraba exiliado en Roma, con el objeto de coronar a su hijo me-
nor, Francisco de Paula, en el Río de la Plata bajo una monarquía
constitucional.
Belgrano envió un informe el 3 de febrero de 1816 donde expre-
saba el porqué de estas nuevas negociaciones.
16
Instituto Belgraniano, General Belgrano, Apuntes Biográficos, Buenos Ai-
res, 1984, pág. 91 y 92.
17
Ibídem.
M. C. Guerra Orozco: Debates sobre la monarquía. El protagonismo de Belgrano 197
Congreso de Tucumán.
18
Actas Secretas del Soberano Congreso de las Provincias Unidas en Sud-
América, de 1816- 1819, “Sesión Secreta del 6 de Julio de 1816” en Ravignani,
Emilio, Asambleas Constituyentes Argentinas, Tomo 1, 1813- 1833, Talleres S.A. Casa
Jacobo Peuser, Ltda., Buenos Aires, 1937.
19
Bartolomé Mitre, Historia de Belgrano..., cit. Pág. 362 y 363.
20
Tomás Manuel de Anchorena, fue un abogado nacido en Buenos Aires
en 1783. También se doctoró en la Universidad San Francisco Xavier en Charcas,
y cuando terminó sus estudios decidió volver a su ciudad natal, donde fue uno
de los regidores del Cabildo de Buenos Aires, donde se inició la revolución en
mayo del 10. Fue secretario de Manuel Belgrano en el ejército que se dispuso
para la expedición a Charcas, participando en las Batallas de Tucumán y Salta.
Cuando se eligieron los diputados para el Congreso, Buenos Aires lo designó
200 Belgrano, la Patria al Norte
25
José Andrés Pacheco de Melo, fue un sacerdote salteño, nacido en 1779.
Estudió en Córdoba y continuó sus estudios en Charcas, donde se graduó en
cánones y en 1808 obtuvo el título de abogado. Contribuyó con la difusión del
ideal emancipador a partir de 1810, siendo un elemento importante del Ejército
del Norte. En 1815 Chichas lo eligió diputado para el Congreso. Tuvo una des-
tacada labor y fue uno de los que se opuso a que el Congreso fuera trasladado
a Buenos Aires, pero igualmente participó del mismo hasta su disolución en
1820. En 1823 fue Ministro Secretario del Gobierno de Mendoza, con carácter
interino. Una revuelta lo despojó de su cargo, lo que significó que se alejara
de la vida pública. Si bien les dedicó mucho empeño a las cuestiones políticas,
nunca abandonó su función eclesiástica. No tenemos datos sobre la fecha en la
que falleció.
26
Pedro Joaquín Castro Barros, nació en La Rioja en 1777. Hizo sus pri-
meras letras en Santiago del Estero, para luego trasladarse a Córdoba, donde
M. C. Guerra Orozco: Debates sobre la monarquía. El protagonismo de Belgrano 203
30
El Redactor del Congreso Nacional, n° 11, 17 de octubre de 1816, sesión del
5 de agosto de 1816.
31
Ibídem.
206 Belgrano, la Patria al Norte
32
E. Ravignani, Documentos..., op. cit. Acta secreta del día 4 de septiembre
de 1816, pág. 497 a 501.
33
Tomás Godoy Cruz, nació en Mendoza en 1791. Su padre fue una figura
pública reconocida en su ciudad natal y también participó como vocal de la Junta
de Gobierno del 10. Tomás realizó sus primeros estudios en Mendoza, para luego
pasar a la Universidad de Córdoba. En 1810 decidió ir a la Universidad de San
Felipe en Chile donde obtuvo el grado de Bachiller en filosofía y tres años des-
pués, el de sagrados cánones y leyes. El Cabildo lo eligió Síndico Procurador en
Mendoza, en 1815. En 1816 representó a su ciudad natal en el Congreso, donde
fue uno de los impulsores de la sanción de un Estatuto Provisional de Urgencia,
hasta que se jurara la constitución. Fue un gran amigo y colaborador de San
Martín. Entre 1820 y 1822 fue gobernador de Mendoza, impulsando la actividad
comercial y económica, así como el desarrollo intelectual y cultural de la ciudad.
Creó imprentas, periódicos y estableció la enseñanza pública. En 1830, hubo una
invasión de las fuerzas de Quiroga, por lo que tuvo que emigrar hacia Chile. Allí
se dedicó a la enseñanza y la minería. Volvió a su provincia ya enfermo, y falleció
en 1852, luego de que lo designaran consejero del Gobierno.
M. C. Guerra Orozco: Debates sobre la monarquía. El protagonismo de Belgrano 207
34
Bartolomé Mitre, Historia de..., cit.
208 Belgrano, la Patria al Norte
35
E. Ravignani, Documentos...,cit. Sesión Secreta del día 12 de noviembre de
1819, pág. 576 y 577.
M. C. Guerra Orozco: Debates sobre la monarquía. El protagonismo de Belgrano 209
Consideraciones finales
36
Dardo Pérez Guilhou, Las ideas monárquicas en el Congreso de Tucumán,
Ed. De Palma, Buenos Aires, 1966, pág. 30.
210 Belgrano, la Patria al Norte
Bibliografía
Penurias y contrariedades
de Belgrano en el Norte
D
esde que Bartolomé Mitre publicara su Historia de Belgrano
y de la Independencia Argentina en 1857, cobra nacimiento
nuestra historiografía independentista, considerada des-
pués como la “historia oficial”, para distinguirla de los ulteriores
trabajos e investigaciones que fueron adquiriendo distintas ópti-
cas del apasionante período de tiempo de los primeros diez años
transcurridos desde Mayo de 1810. Y es inapartable de aquella
primera visión, la imagen de Manuel Belgrano como paradigma
de patriotismo, honestidad, entrega y desinterés, al punto que sea
justificadamente calificado como “artífice de la Nación” y “soldado
de la libertad”.
El creador de la bandera, el abogado que fuera uno de los máxi-
mos exponentes de la causa revolucionaria, el devenido militar que
luchó infatigablemente conduciendo ejércitos maltrechos pero ani-
mados por la llama de la victoria o resignados ante las derrotas, dejó
enseñanzas que generaciones de argentinos han venido apreciando
cada vez con mayor dimensión y claridad, con su ejemplo de vida
y de sacrificio. Y esta veneración generalizada por el prócer, acep-
1
Abogado. Escritor. Miembro de Número de la Junta de Estudios Históri-
cos de Tucumán.
212 Belgrano, la Patria al Norte
[...] la retirada voy haciéndola con pausa y con el mayor orden posible. Hasta
ahora [lleva fecha 31 de agosto] se han desertado pocos, y según mis medidas
no han de ser muchos los que se me vayan: lo que hay es que no se duerme,
se come poco y se trabaja mucho; pero no hay otro remedio para conseguir
aquel fin.
[...] debo hablar con la ingenuidad propia de mi carácter, y decirle, con todo
respeto, que me ha sido sensible la represión que me da en su oficio del 27
del pasado, y el asomo que hace de poner en ejecución su autoridad contra
mí, si no cumplo con lo que se manda relativo a la Bandera Nacional, acu-
sándome de haber faltado a la prevención del 3 de marzo, por otro tanto que
hice en el Rosario.
[...] parece que la enfermedad me quiere dejar: llevo unos cuantos días de
alivio y espero que el sol, aproximándose más, me restituirá a mi antigua
robustez, si me dejan vegetar siquiera cuatro meses, que son los que voy a
contar de padecimientos e incomodidades.
Bibliografía consultada
Cornet, Pedro León: “Noticia sobre la vida y méritos del doctor Domingo José
García (1759-1834), en Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán
Nº 14, San Miguel de Tucumán, Diciembre 2014.
Iglesia de la Merced
y el convento de Santa Catalina
E
n 1565, al fundarse San Miguel de Tucumán y Nueva Tie-
rra de Promisión, la Orden de la Merced recibió una cuadra
cuadrada de 166 varas. Allí la Orden edificó su iglesia y el
Convento de Santa Catalina Virgen y Mártir.
Al trasladarse la ciudad a La Toma, en 1685, la Orden recibió
idéntica propiedad con exacta ubicación en el nuevo sitio.
El nuevo templo se levantó con adobe y piedra, y según fray José
Brunet “el primitivo templo se situaba con su frente a la actual calle 24
de septiembre y tenía una sola torre o campanario. Era de una sola nave,
sin crucero ni ventanas”.2
La sacristía se encontraba tras el templo, por la actual calle Ri-
vadavia por donde también se encontraba el ingreso al convento.
Frente a la Iglesia se ubicaba la “plazuela de Nuestra Señora de
las Mercedes” según surge de actuaciones administrativas del 13 de
1
Abogado. Doctor. Historiador. Miembro de Número, Secretario, de la Jun-
ta de Estudios Históricos de Tucumán.
2
José Brunet (Fr.), O. de M., Los Mercedarios en la Argentina, Buenos Aires,
1973.
F. A. Montilla Zavalía: Sitios belgranianos en Tucumán 225
3
Archivo Histórico de Tucumán, Sección Administrativa, volumen 2, años
1705-1742, folio 36.
226 Belgrano, la Patria al Norte
fraile: Juan Felipe Reto, que fue el que retomó los trabajos de edi-
ficación del templo que nuevamente fueron abandonados en 1845
cuando, nonagenario, el fraile falleció.4
El Provincial de la Orden, en Córdoba, solicitó autorización al
gobernador Gutiérrez para enviar nuevos frailes al convento tucu-
mano, pero Gutiérrez, por el contrario, impulsó a que la Sala de
Representantes sancionara una Ley (del 28 de julio de 1848) que
declaraba propiedad del Estado los bienes mercedarios, y lo facul-
taba para instalar una escuela en sus claustros.5
Los bienes sacros fueron entregados al servicio de la Iglesia Ma-
triz de Tucumán al igual que la inconclusa iglesia.
Seis años más tarde, en 1854, el gobernador presbítero José Ma-
ría del Campo tomó dos medidas que repercutieron sobre los bienes
provincializados de la Orden mercedaria.
La primera fue crear el curato de la Victoria para rememorar la
parroquia antiguamente creada a instancias de Belgrano como un
homenaje a la Virgen de la Merced en 1813 y luego extinguida a
pedido del presbítero José Eusebio Colombres en 1828. El goberna-
dor Alejandro Heredia restituyó, en 1838, la parroquia para luego,
nuevamente, resultar extinguida a pedido del mismo Colombres.
No obstante estos avatares, el gobernador del Campo procuró una
vez más que la sede parroquial y su administración estuvieran a
cargo de los franciscanos, hecho que generó una áspera disputa con
el por entonces ya obispo de Salta José Eusebio Colombres.
El problema fue resuelto, luego de cuatro años, creándose el cu-
rato pero en contra de lo propuesto por el gobernador del Campo,
pues la parroquia se estableció en el sitio del ex convento de La
Merced y se puso bajo la administración directa de la diócesis y no
de la orden mendicante franciscana.6
4
Carlos Páez de la Torre (h), Historia de Tucumán, Tucumán 1987, pág.
500.
5
Actas de la Sala de Representantes, Volumen II 1836-1857, edición dirigida
y anotada por Alfredo Coviello, Tucumán 1939, págs. 257 y 258.
6
Marcelo Lorca Albornoz Ariel (Pbro.) Las once primeras Parroquias del
Tucumán: origen y evolución (Siglos XVI-XVIII), I Jornadas de Historia de la
Iglesia en el NOA, Salta 12, 13 y 14 de octubre de 2006.
F. A. Montilla Zavalía: Sitios belgranianos en Tucumán 227
7
Stella Maris Molina de Muñoz Moraleda y Ernesto Muñoz Moraleda,
Temas del Tucumán, Tucumán, 1994, pág. 140.
8
Carlos Páez de la Torre (h), cit., pág. 523.
228 Belgrano, la Patria al Norte
9
Nicolás Avellaneda, Escritos y discursos, volumen 8, Buenos Aires, 1910,
págs. 367 y siguientes.
F. A. Montilla Zavalía: Sitios belgranianos en Tucumán 229
La Casa de Belgrano
10
Julio P. Ávila, La Ciudad Arribeña, Tucumán 1810-1816. Reconstrucción
histórica, Tucumán, 1920, página 410.
11
Ibídem, pág. 417.
12
Gregorio Araoz de Lamadrid, Observaciones, sobre las memorias póstumas
del brigadier general d. José M. Paz, Buenos Aires 1855, pág. 108.
232 Belgrano, la Patria al Norte
13
Archivo Histórico de Tucumán, Sección Judicial, Serie A, Caja 100, ex-
pediente 29l, foja 2.
14
Ventura Murga, Los Helguero. Genealogía, en: Genealogía, Revista del Ins-
tituto Argentino de Ciencias Genealógicas, N° 18, Buenos Aires, 1979, página
225.
15
Juan Bautista Alberdi, Memoria descriptiva de Tucumán, en: Obras Com-
pletas de J. B. Alberdi, Buenos Aires, 1886, Tomo I, página 78.
16
Ramón Gutiérrez, Un plano inédito de Tucumán a principios del siglo XIX,
en: La Gaceta, Tucumán, Suplemento Literario del día 30 de junio de 1982.
234 Belgrano, la Patria al Norte
17
El plano fue copiado por el ingeniero Antonio M. Correa y se publicó
en el Álbum General de la Provincia de Tucumán en el Primer Centenario de la In-
dependencia Argentina (1916).
18
Archivo Histórico de Tucumán, Borradores de Oficios Varios nº 3
1856/1858, folio 307.
19
Las actuaciones administrativas y el plano de Revol pueden consultarse
en: Archivo Histórico de Tucumán, sección Administrativa, año 1860, tomo
85, folio 247.
236 Belgrano, la Patria al Norte
20
El expediente completo obra en Archivo Histórico de Tucumán, Sección
Judicial, Serie A, Caja 100, expediente 29.
F. A. Montilla Zavalía: Sitios belgranianos en Tucumán 237
La Ciudadela
21
José María Paz, Memorias póstumas del brigadier general D. José M. Paz,
Buenos Aires 1855, pág. 284.
22
Gregorio Araoz de Lamadrid, cit. página 108.
F. A. Montilla Zavalía: Sitios belgranianos en Tucumán 239
23
Archivo Histórico de Tucumán, Sección Protocolos Notariales, serie B,
Volumen 3, folio 40.
24
Ibídem, Sección Protocolos Notariales, serie B, Volumen 3, folio 54.
240 Belgrano, la Patria al Norte
Belgrano en el Norte
según Fray Cayetano Rodríguez
en su epistolario y otros escritos
Introducción
P
ara recordar a Belgrano, en su bicentenario, he considerado
interesante indagar opiniones de protagonistas de la época.
A este fin consulté la correspondencia de Fray Cayetano
Rodríguez con su amigo el sacerdote, doctor José Agustín Molina.
Este epistolario fue publicado por la Academia Nacional de la His-
toria con un excelente estudio preliminar de la Lic. Susana Frías,
Miembro de Número esa institución.2 Se trata una valiosa fuente
documental ya que son cartas privadas que brindan opiniones so-
bre el General. Al leer las misivas se aprecia que compartían, en
la mayoría de los casos, ideas y conceptos de hechos vinculados a
Belgrano en el Norte entre 1812 a 1820. Son opiniones personales
y expresadas con singular énfasis y franqueza. La correspondencia
1
Historiadora. Miembro de Número, Vocal de la Junta de Estudios Histó-
ricos de Tucumán.
2
Academia Nacional de la Historia, Fray Cayetano Rodríguez. Correspon-
dencia con el Doctor, José Agustín Molina 1812.1820. Buenos Aires, 2008. Compi-
lación y Estudio preliminar de Lic. Susana R. Frías.
242 Belgrano, la Patria al Norte
Quiénes fueron
3
Sara Peña de Bascary, “Tucumán 1812, Vida cotidiana en tiempos difí-
ciles”. En IX Jornadas La Generación del Centenario y su proyección en el Noroeste
Argentino (1900-1950). Fundación Miguel Lillo Centro Cultural Alberto Rougés,
Tucumán, 2013.
244 Belgrano, la Patria al Norte
4
Guillermo Furlong S.J. El trasplante Cultural: Ciencia. Buenos Aires, 1967,
Págs. 466-467.
S. Peña de Bascary: Belgrano en el Norte según Fray Cayetano Rodríguez 245
5
Carlos Páez de la Torre (h) “La crónica del Congreso”, La Gaceta, 3 de
julio de 2015.
6
Ibídem. “La larga amistad de dos congresales”, La Gaceta, 1 de septiembre
de 2016.
246 Belgrano, la Patria al Norte
7
Academia Nacional de la Historia, (en adelante ANH), Fray Cayetano...,
cit., pág. 38.
8
Ibídem.
9
Susana Frías, “Estudio Preliminar”, en: Academia Nacional de la His-
toria, Fray Cayetano Rodríguez..., cit., pág. 28.
S. Peña de Bascary: Belgrano en el Norte según Fray Cayetano Rodríguez 247
10
Ibídem, pág. 30.
11
ANH, cit. pág. 44. Esta carta tiene incompleta la fecha. No se consigna
el día posiblemente fines de septiembre ya que se menciona la batalla de Tucu-
mán.
12
Ibídem.
13
Elena Perilli de Colombres Garmendia, “¿Realistas o Revolucionarios?
Entre el Rey y el nuevo orden”, En Revista de la Junta de Estudios Históricos de
Tucumán Nº 16, Tucumán, 2019. Págs. 56 a 62.
S. Peña de Bascary: Belgrano en el Norte según Fray Cayetano Rodríguez 249
La Batalla de Tucumán
“Belgrano ha dado principio a nuestra Libertad”
La deseaba con ansia, para oír de tu boca algo de las glorias del encantado
y encantador Tucumán; aunque por los partes circunstanciados de Belgrano,
que ya corren impresos, lo sabemos todo bien. Que por mayor por no ser
posible menudear en una acción tan llenas de acciones pequeñas, cuyo todo es
el compuesto más glorioso que salió del Tucumán [...] Hasta ahora no duermo
bien de noche. Muchos momentos me roba el Campo de las Carreras, que
debe llamarse Hacéldama, aguer sanguinis,14 por verse regado con la sangre
de tantos facinerosos que querían mancillar nuestras glorias; o si no, el valle
de Terebinto, donde los tucumanos, como otros tantos Davides, han hollado
la soberbia del Goliat arequipeño [...] [Se refería a Pio Tristán]15
14
Susana Frías en ANH, cit., pág. 45. En nota al pie consigna: Aceldama
es lugar situado al sur del pozo de Siloé, en las afueras de Jerusalén, comprado
por los sacerdotes con las monedas que Judas devolvió después de entregar a
Cristo. En arameo significa Campo de sangre que es exactamente lo que dice la
expresión latina del texto. Subrayado en el original.
15
ANH, cit., pag. 45.
16
Ibídem.
250 Belgrano, la Patria al Norte
Proseguía exultante:
17
Ibídem. Pág. 46.
18
Ibídem.
19
Guillermo Furlong, S.J., Diego León Villafañe y su Batalla de Tucumán,
Buenos Aires, 1962.
S. Peña de Bascary: Belgrano en el Norte según Fray Cayetano Rodríguez 251
Que vayan llegando nuestras tropas al auxilio de las de ese pueblo. Su-
pongo que aguardará Belgrano al complemento de todas las tropas para de-
terminarse a caminar. En fin, él sabe lo que hace y da prueba de que no se
lo han de llevar por tonto. Tenemos copia de su Carta a Goyeneche, que
20
ANH, cit. pág. 47.
21
ANH, cit. pág. 48.
22
Susana Frías cita en pág. 48, Juan M. Garro en: El Congreso de Tucumán,
Biografías de sus diputados, Buenos Aires, 1916.
252 Belgrano, la Patria al Norte
23
ANH, cit., pág. 48.
24
Ibídem, pág. 49.
25
“Sonetos que expresan el carácter y mérito del General Manuel Belgrano”.
Por José Agustín Molina y Villafañe, Prosecretario del Congreso de Tucumán,
Imprenta de la Independencia medidas: 0,25 x 039 cm. Enmarcado. Donación
Miguel Alfredo Nougués. Inventario nº 248. En: “Catalogo Museo Histórico Pro-
vincial de Tucumán Pte. Nicolás Avellaneda. Tucumán, 1981.
S. Peña de Bascary: Belgrano en el Norte según Fray Cayetano Rodríguez 253
habrá pesado la cosa con juicio y tomándole el pulso con reflexión. En fin,
ustedes lo ven cerca. Aquí murmuramos lo mismo de nuestra expedición
a la otra banda. Se suscitan recelos y sospechas y el pueblo [...] forman sus
discursos, criticas de perezoso al Gobierno.26
26
ANH, cit., pág. 51.
27
Ibídem, pág. 51 y 52.
28
Ibídem, pág. 54.
29
Ibídem, págs. 55 y 56.
254 Belgrano, la Patria al Norte
30
Ibídem, pág. 57.
31
Ibídem, pág. 59.
S. Peña de Bascary: Belgrano en el Norte según Fray Cayetano Rodríguez 255
[...] a los soldados que militaron en la acción de guerra del 24: [les correspon-
de] el distintivo de una charretera de hilo de lana blanca y celeste; [...] a los
sargentos, un cordón de lana blanca y celeste [...] y al oficial, hasta coronel
inclusive, un escudo de paño blanco con orla de paño celeste y en el centro
bordado en hilo de seda La Patria a su defensor en Tucumán.
32
Rodolfo Mom y Laurentino Vigil, Historia de los Premios Militares en la
República Argentina, Buenos Aires, 1910.
33
Ibídem, págs. 203 a 206.
34
Citado en Historia de los premios..., cit., pág. 206.
35
Fernando Chao (h) y Mariano Cohen, 1813, Medallas, premios y distintivos
de Belgrano en Potosí”. En: Academia Nacional de Ciencias. Publicación digital.
Buenos Aires, 2020.
256 Belgrano, la Patria al Norte
Con fecha 10 de marzo de 1813 [debe ser fines de ese mes por
el contenido], Fray Cayetano escribe exultante a Molina sobre la
victoria en Salta:
37
“La condecoración (medalla)” figura con inventario Nº 255 en: Museo His-
tórico Provincial de Tucumán Pte. Nicolás Avellaneda, Catálogo General, Tucumán,
1981.
38
Carlos Páez de la Torre (h) y Sara Peña de Bascary, Porteños, Provin-
cianos y Extranjeros en la Batalla de Tucumán. Buenos Aires Ciudad, septiembre
2012.
S. Peña de Bascary: Belgrano en el Norte según Fray Cayetano Rodríguez 257
39
ANH, cit., pág. 61.
40
Ibídem, pág. 62.
41
Ibídem, págs. 63 a 64.
258 Belgrano, la Patria al Norte
42
Fray Cayetano Rodríguez: “Elogio fúnebre al General Belgrano”, 1821.
En: El Clero Argentino 1810 a 1830 Alocuciones y panegíricos. Edición Museo His-
tórico Nacional, Buenos Aires, 1907.
43
ANH, pág. 65.
S. Peña de Bascary: Belgrano en el Norte según Fray Cayetano Rodríguez 259
44
Ibídem, pág. 66.
45
Carlos Páez de la Torre (h) y Sara Peña de Bascary, en: Salta, 1813.
La Batalla del Campo de Castañares, cit. Tucumán, junio 2013. Inédito.
46
ANH, pág. 66.
260 Belgrano, la Patria al Norte
Me alegro con nuestros triunfos arriba. Me dices que los que han huido
con Goyeneche y no nombras a Iriarte, siendo uno de ellos. ¡Donde habrá
ido ese hombre majadero! Esta sola acción decide contra él.47
Con que vamos bien por arriba. Aquí se escribe que ha huido el ejército
de Lima a la Paz y que no para hasta el Desaguadero. Allá lo seguirán los
nuestros. Va furiosa la empresa. Por acá se despliega cada vez más patriotis-
mo. El Obispo de Córdoba empeñado en llenar la confianza del Gobierno
por la carta de ciudadanía que ha merecido, ha suspendido de confesar y
predicar por antipatriotas a todo el Convento de la Merced, a cinco frailes
de mi convento y muchos clérigos. ¿Qué tal refriega! Me parece que anda el
hombre por los extremos para poner en el credo el artículo de patriotismo.
¿Qué te parece? ¿Me engaño? 49
47
Ibídem, pág. 72.
48
Susana Frías, acota, a pie de página, que se trataba de un tarco o jacaran-
dá, en las afueras de la ciudad, bajo cuya sombra se sentaban los dos amigos,
subrayado en el original. En: ANH, cit., pág. 75.
49
ANH, cit., pág. 76.
S. Peña de Bascary: Belgrano en el Norte según Fray Cayetano Rodríguez 261
50
Ibídem, pág. 78 “A ello se dirigió, completamente, nuestra conmoción”
(subrayado en original), aclaración de Susana Frías.
51
Ibídem, pág. 78.
52
Ibídem.
262 Belgrano, la Patria al Norte
Malas noticias.
Las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma.
53
Ibídem, pág. 80.
54
Ibídem.
S. Peña de Bascary: Belgrano en el Norte según Fray Cayetano Rodríguez 263
oír el suceso, aunque amargo, cuanto por las causas que lo ocasionan y que
ya conocer por esas partes, como lo da a entender bastantemente el capítulo
de la carta que me incluyes, de Salta ¿Lo quieres más terminante? Esto me
ejecuta a pensar que Dios, con estos castigos, quiere purificarnos y hacernos
más dignos o menos indignos, del bien que quiere hacernos. Así yo no des-
aliento Belgrano escribe con la mayor animosidad y confianza. No se abate
este genio cortado a medida de nuestra necesidad. Así quiso que la emulación
derribarlo de su puesto, olvidando enteramente sus servicios, pero el coronel
San Martín, que ya camino para allí con mil quinientos hombres, armas y
pertrechos, se opuso fuertemente en consejo de guerra, protestando no ir a la
expedición si se rebaja un ápice la autoridad de Belgrano. En consecuencia,
no ha querido ir Belgrano. El San Martín es jefe de provecho, de moralidad
y disciplina. Muchísimo ha de hacer. Por lo tanto, no hay que desanimarse.
Si Deus et Virgo pronovis, quis contra nos? 55
[...] Aquí hay noticias más avanzadas del estado de Belgrano. Los tucuma-
nos, me parecen, son capaces de meter confusión en las falanges peruanas. La
gente que va de aquí es guapa, de confianza y de satisfacción del jefe. Cuando
menos hemos de atajarlos para que nos den lugar de rehacernos. Dios nos
ayude, nos abra los ojos para calcular nuestros males y acudir con el remedio.
No hay que desfallecer, aunque, la emulación, la envidia y los diablos todos
se opongan a nuestra dicha.56
55
ANH, cit., pág. 82. “Si Dios y la Virgen están con nosotros, ¿quién contra
nosotros?”. Nota al pie. Aclaración de Susana Frías.
56
Ibídem.
264 Belgrano, la Patria al Norte
[...] El asunto interesante ahora es que no tome el enemigo posesión del Tu-
cumán. La razón, breve, que me das de nuestro armamento me consuela. No
son poca cosa tres mil hombres, otros tantos fusiles y cañones, sin contar con
el valiente paisanaje tucumano. Ya habrán llegado los negros: Me aseguran
que San Martín pide ahora mil quinientos hombres, no sé de donde salgan.
El sitio de Montevideo nos quita muchos auxilios.57
57
Ibídem, pág. 85.
58
Ibídem, pág. 86
59
Miguel Ángel de Marco, Belgrano Artífice de la Nación, soldado de la Li-
bertad. Emecé. Buenos Aires 2012 Pág. 212
60
Ibídem, pág. 217.
S. Peña de Bascary: Belgrano en el Norte según Fray Cayetano Rodríguez 265
61
ANH, cit., pág. 91 .
62
Ibídem, pág. 91.
266 Belgrano, la Patria al Norte
63
Ibídem, pág. 94.
64
Ibídem, pág. 95
65
Ibídem, pág. 96.
S. Peña de Bascary: Belgrano en el Norte según Fray Cayetano Rodríguez 267
66
Ibídem, pág. 99.
67
Ibídem, pág. 101.
68
ANH, cit., pág. 105.
268 Belgrano, la Patria al Norte
69
Manuel Belgrano, Documentos Archivo Belgrano Museo Mitre, Tomo IV.
Buenos Aires, 1914, pág. 123.
70
ANH, cit., pág. 110.
71
Ibídem, pág. 119.
S. Peña de Bascary: Belgrano en el Norte según Fray Cayetano Rodríguez 269
72
Ibídem, pág. 114.
73
Ibídem, pag. 117.
74
Ibídem, pág. 121.
75
Ibídem, pág. 129.
270 Belgrano, la Patria al Norte
76
Ibídem, pág. 132.
77
Pag. 136.
78
Pág. 140.
S. Peña de Bascary: Belgrano en el Norte según Fray Cayetano Rodríguez 271
Se aproxima el Congreso
79
145.
80
Ibídem, pág. 148.
272 Belgrano, la Patria al Norte
Corren noticias, escritas en Santa Fe, que está muy enfermo Artigas. Dios
quiera glorificarlo. Amén. Es un canalla intolerable, aunque ahora se ve odia-
do por todos: portugueses, paraguayos, porteños, y el paso cerrado para Santa
Fe y Córdoba, dos indecentes pueblos que le habían tomado por protector
contra Buenos Aires.81
81
Ibídem.
82
Ibídem, pág. 150.
83
Carlos Páez de la Torre (h), “El Fusilamiento de Borges”. En: La Ga-
ceta, Tucumán, 16 de mayo de 2013.
S. Peña de Bascary: Belgrano en el Norte según Fray Cayetano Rodríguez 273
84
ANH, cit., pág. 152.
85
Ibídem, pág. 153.
86
Miguel Ángel de Marco. “Artífice de la Nación, soldado de la libertad”.
Emecé, Buenos Aires, 2012, pág. 254.
274 Belgrano, la Patria al Norte
Correspondencia de 1817
Mucho me llenan las noticias del Interior, y que ya Tucumán vea im-
prenta. Gazcón me ha prometido el diario del Ejército, de que hay aquí
dos números. ¿Pero Belgrano no se mueve? ¿Y por qué? Sigue quejándose
amargamente a este gobierno del dómine Bernabé, que le obstruye todos
los caminos para progresar con su ejército, lo pinta muy feo y con mucha
instancia.88
87
Pedro León Cornet, “Los propósitos y contenidos del “Diario del Ejercito
Auxiliador del Perú”, editado en Tucumán”, en: Revista de la Junta de Estudios
Históricos de Tucumán N° 16, Tucumán, 2018.
88
ANH, cit., pág. 164.
S. Peña de Bascary: Belgrano en el Norte según Fray Cayetano Rodríguez 275
89
Carlos Páez de la Torre (h) y Sara Peña de Bascary, en: Porteños, Pro-
vincianos..., cit., pág. 59.
90
Ibídem, pág. 166.
276 Belgrano, la Patria al Norte
93
Ibídem, pág. 199.
94
Fray Cayetano Rodríguez: “Elogio fúnebre al General...”, cit.
95
Carlos Páez de la Torre (h) y Sara Peña de Bascary, en: Porteños, Pro-
vincianos..., cit., pág. 51.
S. Peña de Bascary: Belgrano en el Norte según Fray Cayetano Rodríguez 277
A modo de conclusión
Bibliografía
Índice
A modo de presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Imágenes Belgranianas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Apéndice gráfico color