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Presupuestos para El Ejercicio de La Acciòn Reivindicatoria

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IV.

Presupuestos para el ejercicio de la acción reivindicatoria

De las definiciones doctrinarias antes señ aladas se deducen cuatro supuestos bá sicos
de la acció n reivindicatoria:

a. El demandante debe ser el propietario del bien que reclama: Salvat (1946)
advierte que "Esta condició n se justifica, porque tradicionalmente la acció n de
reivindicació n ha sido considerada como una acció n nacida del derecho de
propiedad y que está destinada a ampararla cuando este derecho era
desconocido" (p. 457). El mismo autor agrega que "si esta condició n falta, la
reivindicació n no puede prosperar; tanto en el caso de no haber tenido nunca
la propiedad de la cosa, como en el de habérsela perdido por cualquiera de los
medios que la ley determina" (p. 457).

En efecto, la propiedad debe demostrarse al inicio de la acció n reivindicatoria y


debe mantenerse a lo largo de todo proceso. En tal sentido, si la reivindicació n
se solicita por una adquisició n posterior a la demanda o se pierde la propiedad
durante el trascurso del proceso, dicha pretensió n será improcedente.

Nó tese que la misma suerte corre el derecho a la propiedad sometido a


condició n suspensiva, pues la reivindicació n exige que dicho derecho exista y
sea perfecto al momento de iniciar la acció n.

b. Identidad entre lo pretendido y lo poseído: Sobre la identidad del bien que


se reclama, es decir, la identidad entre lo pretendido y lo poseído, el actor debe
individualizar el bien en la demanda de tal forma que exista coincidencia plena
con el bien poseído por el demandado. En otros términos, el bien sobre el que
versa la demanda de reivindicació n debe ser el mismo poseído por el
demandado y estar determinado en el título de dominio en que se funda la
acció n. No cabe la reivindicació n de algo que el demandado tiene en su poder y
que, aun siendo de igual género y calidad que el bien de propiedad del
demandante, no sea el mismo.

Segú n Borda (2008) "no son reivindicables los bienes que no sean cosas, ni las
cosas futuras, ni las cosas accesorias, aunque lleguen a separarse de las
principales, a no ser estas reivindicadas, ni las cosas muebles cuya identidad no
puede ser reconocida como el dinero, títulos al portador, o cosas fungibles" (p.
707).

Por su parte, Musto (2000) nos advierte que: “(...) solo son reivindicables las
cosas particulares por oposició n a las universalidades de derecho que,
conforme a los antecedentes romanos, son susceptibles de ser reclamadas por
vía de la petició n de herencia" (p. 526).

c. Bien singular y reivindicable: Son reivindicables los bienes singulares (una


casa, un fundo, etc.) y las universalidades de hecho (bienes que integran una
biblioteca, un rebañ o, etc.). No son reivindicables las universalidades de
derecho (el patrimonio de una persona, una sucesió n hereditaria). En
consecuencia, no se comprenden, entonces, en esta acció n las universalidades
jurídicas, tales como la herencia (esta se encuentra tutelada específicamente
por el derecho de petició n de herencia, recogido en el artículo 664 del Có digo
Civil). Por lo tanto, si la cosa reivindicada no es concretamente determinada, la
acció n no puede prosperar.

El objeto de la individualizació n del bien es circunscribir el debate probatorio a


una cosa concreta y que los tribunales de justicia resuelvan con pleno
conocimiento de los hechos.

Debemos congregar la opinió n del profesor Gonzales Linares (2012), quien


explica que: "cuando se tratan de bienes que integran una universalidad
juridica como la herencia, se excluyen de la reivindicació n. En la pretensió n de
petició n de herencia (artículo 664 del Có digo Civil) no existe propiamente la
reivindicació n; se trata de la reclamació n de un heredero frente a otro
heredero. En cuanto a la pretensió n de reivindicació n de herencia que
contempla el artículo 665 del Có digo Civil, se genera cuando el heredero
reclama la posesió n de los bienes heredados frente a un tercero, en el fondo
segú n precisa el autor es una tipica reivindicació n" (p. 538).

En consecuencia, este presupuesto señ ala que al proponerse una acció n


reivindicatoria se requiere para su procedencia, que la cosa que se reivindica
debe determinarse e identificarse en tal forma que no quepa duda alguna que
la cosa cuya restitució n se reclama es la misma que el demandado posee. El
actor debe determinar e identificar la cosa que pretende reivindicar, es decir,
demostrar que ella es la misma que el demandado posee, porque precisamente
la posesió n de esta cosa determinada es la que funda la legitimació n pasiva del
demandado, y el desposeimiento de la misma, la legitimació n activa del
demandante.

d. El demandado no debe tener derecho de posesión oponible al


demandante: El demandado debe ser un poseedor sin derecho por ser
precario (carece de título o el que tenía se ha extinguido, como es el caso de un
usurpador, un ocupante clandestino) o ilegítimo (desconoce el vicio que
invalida su título, como el caso del que adquiere un bien de quien no tiene
derecho para transferirlo, por ejemplo, “A" vende a "B" un predio que es de
propiedad de "C", quien puede reivindicarlo). En suma, para vencer en la acció n
reivindicatoria no basta que se acredite que el demandante sea el propietario
del bien, sino también que el demandado posea sin contar con un título
oponible al demandante con el cual justifique su posesió n.

La demanda debe dirigirse contra el poseedor actual o sus herederos que estén
poseyendo, porque si se demanda a persona que no tiene la posesió n, la
sentencia no va a producir ningú n efecto en contra del verdadero poseedor.

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