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como podemos apreciar por el tipo de enunciados con los que se manifiestan las ideas
irracionales, éstas suponen una filosofía de los debos, de los absolutos, difícil de llevar a la
práctica. Ellis integró todas las ideas irracionales en tres debos básicos (Ellis, 1979; Ellis, 1997;
Dryden y DiGiuseppe, 1990), sobre el sí mismo, los otros, y la vida en general.
En relación a la exigencia sobre el sí mismo los pacientes asumen o pueden asumir lo siguiente:
“estoy absolutamente obligado a hacerlo bien y a conseguir la aprobación de los demás o si
no, yo soy, toda mi persona lo es, un inútil”. Este debo absolutista estaría detrás de enunciados
como el siguiente, “debo hacerlo todo bien y ser aprobado por las personas significativas de mi
alrededor y si no lo consigo es horrible”. Creencias de este tipo nos conducen, a menudo, a
experimentar ansiedad, depresión, culpabilidad o vergüenza y sentimientos de que no valemos
para nada (Kendall, Haaga, Ellis, Bernard, DiGiuseppe, y Kasinove, 1995).
El segundo debo absolutista se refiere a las exigencias sobre los otros. Por ejemplo, cuando un
paciente piensa: los demás tienen que tratarme absolutamente de forma amable y justa o si
no ellos son detestables. Creencias de este tipo se asocian con sentimientos de cólera,
PRINCIPALES MODELOS Y RESULTADOS 43 furia y rabia así como con rasgos pasivo-agresivos y
actos de violencia verbales o físicos (Kendall y cols., 1995).
El tercer debo absolutista se refiere a las exigencias sobre las condiciones o lo que debemos
tener en nuestra vida, y se puede manifestar de la siguiente manera: las condiciones de mi
vida deben ser absolutamente confortables y sin dolor ni sufrimiento o si no el mundo es
tremendo y terrible y no puedo resistirlo. Tales creencias se asocian con sentimientos de pena
y de estar heridos, autocompasión, cólera, depresión, así como, con problemas de disciplina,
tales como dejar para mañana lo que tenemos que hacer hoy o con conductas adictivas
(Kendall y cols., 1995).
Pensamiento todo o nada: Si fracaso en una tarea importante, como no debo hacerlo, soy un
fracaso total y nadie me puede apreciar”.
Saltar a conclusiones y nonsequiturs: Ya que me han visto fallar, y bajo ningún concepto debí
hacerlo, me verán como un gusano incompetente”.
Adivinar el porvenir: Se burlan de mí por haber fracasado, pues saben que debía haber tenido
un éxito total, por lo que me despreciarán para siempre”.
Descalificar lo positivo: Cuando me felicitan por algo bueno, sólo están siendo amables,
olvidando las cosas locas que no debería haber hecho, de ninguna manera”.
Totalidad y nunca: Ya que las condiciones de mi vida deben ser buenas y en la actualidad son
tan malas e intolerables, siempre van a ser así, y nunca seré feliz”
TREC es de ELLIS:
abcDE
Ahora D tiene que ver con la Disputa de las creencias irracionales, mientras que E se refiere al
nuevo efecto: a la nueva filosofía y a las nuevas conductas y emociones.
Para Disputar una creencia irracional podemos hacernos las siguientes preguntas (Dryden,
1987):
5. ¿Qué es lo peor que me puede ocurrir si yo nunca logro lo que mi idea irracional me dice
que debo lograr?
6. ¿Qué cosas buenas me pueden ocurrir o podría hacer que ocurrieran si yo nunca logro
aquello que mi idea irracional me dice que debo lograr o que debe ocurrir?
El esquema sería una estructura cognitiva relativamente estable que nos dicta cursos de
acción y cómo debemos interpretar las situaciones. Un esquema permite a una persona
investigar, codificar y evaluar el rango total de estímulos internos u externos y decidir un curso
subsecuente de acción.
Los diferentes esquemas de la organización cognitiva pueden variar en su especificidad y
detalle y en el rango de los estímulos o patrones a los cuales se aplica (Kovacs y Beck, 1978).
Según James, Southam y Blackburn (2004) los esquemas se pueden activar de forma
consciente (por ejemplo, cuando recordamos algún suceso pasado) o de forma inconsciente
(por ejemplo, al hacer una tarea procedimental, como montar en bicicleta). Los esquemas
representan el centro del trastorno cognitivo y por tanto se los puede llamar, también,
creencias centrales (De Rubeis, Tang y Beck, 2001). Se han identificado diversos tipos de
esquemas en función de su contenido y del tipo de experiencias que ayudan a codificar (en el
cuadro 1.6 nos aparecen los principales tipos de esquemas).
Las creencias
Las creencias son los contenidos de los esquemas, y son el
resultado directo de la relación entre la realidad y éstos.
cognitivas. Éstas serían una forma particular de procesar la información que distorsiona la
forma sistemática y tienen como consecuencia un sesgo hacia nosotros mismos. Serían
cogniciones que persisten a pesar de la evidencia en contra (Beck, 1963, 1976). Las
distorsiones cognitivas que podríamos considerar principales, ya que fueron de las primeras
identificadas por Beck, serían: la inferencia arbitraria (sacar una conclusión sin evidencia que la
Apuntes: