Jossy Murcia
Jossy Murcia
Jossy Murcia
Universidad Surcolombiana
Matemática Aplicada
Neiva - Huila
2021
Resumen:
El artículo “Blast it like Beckham” nos da a conocer la situación en la que se encuentran los
jugadores cuando van a realizar un penal. Está el tirador y el portero, en esta situación tanto el
tirador como el portero tendrán un procedimiento envuelto en la toma de decisiones, en el caso del
portero, se encargará de predecir la dirección en el que la pelota saldrá lanzada por el tirador y en el
caso del tirador, se encargará de fijar un punto dentro del arco en el cual pueda cumplir su objetivo,
ya sea sabiendo las probabilidades que tenga su contrincante para no dejarlo cumplir su objetivo o
no. Además, se da a conocer unos cálculos que se han realizado para estimar la recompensa de cada
uno, con unos valores en especifico para tratar de simular los diferentes resultados que pueden salir
dentro de esa situación.
Planteamiento del problema:
Este modelo matemático conocido como teoría de juegos en la situación mencionada del artículo
“Blast it like Beckham” se da a entender que no solo serían esos casos de penalización en el cual un
jugador se verá dentro del procedimiento de toma de decisiones, la pregunta surge cuando se trata
de expandir la idea de aplicar a otros juegos ese modelo matemático, ¿En qué deporte no se puede
aplicar este modelo matemático?
Todos tenemos entendido que en algún deporte uno como jugador tiene que pensar en las decisiones
que tomaría el contrincante para tratar de cumplir su objetivo o la decisión que uno tomaría para
poder realizar dicho objetivo, posiblemente pueda ser en algún deporte en el que el jugador no
pueda reaccionar de manera racional sino por instinto, pero aún está el hecho de que existe un
objetivo y los movimientos que uno hace para lograr eso, por lo tanto ¿existe algún fallo en la toma
de decisiones?
Introducción:
En Teoría de juegos, un juego se puede considerar como un modelo matemático en el cual se
analiza la competencia entre los jugadores que tratan de lograr sus objetivos, este modelo integra las
normas y condiciones que el juego contiene, además de que se toman las acciones y estrategias de
los jugadores como algoritmos.
Existen dos formas distintas de aproximarse al análisis de una situación de interacciones entre
individuos. (Monsalve, 2003, p.138)
La primera (que es quizás la dominante dentro del ambiente de los economistas) es la teoría de
juegos no cooperativos, en la que, básicamente, tenemos un conjunto de jugadores, cada uno con
estrategias a su disposición, y unas asignaciones de pagos que reciben por llevar a cabo tales
estrategias. La característica “no cooperativa” está en la manera de cómo eligen y en lo que saben
de los otros jugadores cuando eligen: en general, se supone que los individuos toman sus decisiones
independientemente unos de otros, aunque conociendo sus oponentes y las posibles estrategias que
estos tienen a su disposición. Es decir, son individuos egoístas pero que tratan de predecir lo que los
otros agentes harán para obrar entonces en conveniencia propia. En esta estructura de análisis los
agentes no alcanzan ningún nivel de cooperación. (Monsalve, 2003, p.139)
Uno de los resultados que hacen del equilibrio de Nash un punto de referencia para casi todo
análisis en el que las interacciones entre individuos estén involucradas es que:
todo juego finito (es decir, finitos jugadores y finitas estrategias de cada jugador) tiene al menos un
equilibrio de Nash, aunque involucre ciertas probabilidades objetivas de juego de las estrategias por
parte de los jugadores.
Este resultado es del mismo Nash. En un artículo previo a su tesis de doctorado, y publicado
también en 1950 (Equilibrium points in n−person games) él prueba, utilizando un teorema de punto
fijo (el conocido teorema de punto fijo de Brouwer), que un equilibrio de Nash es un “punto fijo”:
las expectativas de la gente con respecto a lo que los demás harán, coinciden, todas, en el equilibrio
de Nash. (Monsalve, 2003, p.140)
La segunda estructura fundamental para el estudio de la teoría de juegos para desde allí predecir
resultados de la interacción, es la teoría de juegos cooperativos o coalicionales. Aquí todavía
tenemos los mismos agentes egoístas, pero ahora se asume que, si pueden obtener algún beneficio
de la cooperación, no dudarán en formar coaliciones que son creíbles. Por supuesto, bajo una
estructura como la de juegos no cooperativos, un acuerdo de cooperación puede no ser la
“solución”, de manera que los agentes deben tener una estructura de información diferente si
queremos un comportamiento acorde. En una estructura cooperativa tenemos el mismo conjunto de
jugadores egoístas, solo que ahora tienen información sobre cierta valoración a priori de las
coaliciones. Es decir, se reconoce cuáles coaliciones son las más “valiosas” y cuáles las “menos
valiosas”. (Monsalve, 2003, p.141)
En la penalización de un partido de futbol siempre entrarán dos jugadores en un estado donde
existen muchas probabilidades que están a favor de ambos o de un solo jugador en el momento de
tirar. Los jugadores están en un proceso continuo y progresivo de toma de decisiones en todo el
partido dando paso a diversos estudios en donde se analizan las diferentes situaciones y por medio
de modelos matemáticos desarrollan los problemas de estos.
Según Hechavarría D., Pacheco A. y Hechavarría D., 2014: “La toma de decisiones ha sido
estudiada desde diferentes ciencias y perspectivas como es el caso de la psicología desde lo
cognitivo por una parte (Coombs y Lehner, 1984) y desde lo afectivo-volitivo por otra, en la
dirección científica y la administración (Cohen y Marh, 1976; H. A. Simon, 1979, 1989;
Ivancenvich y Mattenson, 1987; E. Yáñez Gonzáles, 1992; Carlos A. Conti, 2001; LLyod L. Byars,
2002), la sociología (León, 1987), en campos como la medicina (L. A. Corona Martínez, 2008), el
militar y más recientemente en el ámbito deportivo (D. P. Dennis y A. Carron, 1999; L. M. Ruiz
Pérez, y J. A. Gabilondo, 2005; J. Álvaro, 2005; Araújo, 2006; Carlos Lago Peñas, 2009; Javier
Poveda Leal y J. Benítez Sillero, 2010; A. Tapia Flores y A. Hernández Mendo, 2010, 2011; Arlex
R. Gamboa y D. Hechavarría, 2013; D. Hechavarría C. y R. Hechavarría R., 2013; D. Hechavarría
C., R. Hechavarría y A. Castellanos, 2014). Los presupuestos de dicho proceso parten de los aportes
de la teoría de la decisión enriquecida des de la teoría racional, la teoría racional limitada y la teoría
de juegos. Esta ha sido concesiva en su dimensión de habilidad (Alexis Codina Jiménez, 2001; M.
Hechavarría Urdaneta, 2008; L. A. Corona Martínez, 2008), como un proceso particular de
resolución de problemas o una etapa de este (P. R. Taboas Pereira; L. M. Ruiz Pérez, y J. A.
Gabilondo, 2005), como un proceso general de la dirección (E. Yáñez Gonzáles, 1992) o como
función o entrenador (A. Tapia Flores y A. HernándezMendo,2010,2011).A pesar de la importancia
de la toma de decisiones en la dirección, en el fútbol se ha estudiado poco sobre este proceso,
contextualizado a la dirección técnica, aunque si se encuentran una gran variedad de investigaciones
destacadas sobre el desarrollo de este por los futbolistas en las acciones de juego, (D. Hechavarría y
D. Hechavarría, 2013).
Preguntas: