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Vigilar y Castigar - Michel Foucault

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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

(Universidad del Perú, DECANA DE AMÉRICA)

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

“VIGILAR Y CASTIGAR – MICHEL FOUCAULT”

CURSO: Epistemología de las Ciencias Sociales

DOCENTE: Carlos Ernesto Morales Cerón

ALUMNOS: Cristhian Raul Ñañez Campos 09150199

Eduard León Balboa 13150165

Miguel Antonio Mota Labán 17150068

Miguel Ángel Gamboa Vigil 17150067

AÑO: 2021
Importancia

En el siguiente trabajo explicaremos de manera concisa el libro de Michel Foucault


Vigilar y Castigar, uno de los más grandes intelectuales del siglo XX, que ha tenido una
relevancia a nivel mundial por los diversos libros ubican de una filosofía del
conocimiento epistemológico.

Entre sus obras tenemos  Historia de la locura, El nacimiento de la clínica, Las palabras
y las cosas, La arqueología del saber, pertenecerían a sus inicios que son marcadamente
estructuralistas.

Tiempo después le seguían los libros muy conocido como Vigilar y castigar y La
historia de la sexualidad en varios volúmenes, pero se le considera generalmente como
un postestructuralista debido a obras posteriores, como Vigilar y Castigar y La
Historia de la Sexualidad.

Justificación
Ante la necesidad de Entender como las relaciones de poder se han ido estructurando en
la sociedad debemos tener conceptos que nos ayuden a pensar como estas relaciones de
poder se irán ordenando dentro de nuestra sociedad.

Por consecuente la necesidad de entender como recrear estas relaciones de dominio a fin
de tener una mayor amplitud del desarrollo de las misma en ese sentido es crucial la
lectura del libro Vigilar y Castigar porque nos permitirá recrea relaciones de dominio.

Marco teórico

Antecedentes

El diseñador del Panóptico fue Jeremy Bentham, un pensador inglés de la Ilustración del
S. XVIII al cual el rey Jorge III encargaría el proyecto del Panopticon, una arquitectura
de vigilancia utilizando la mirada como un dispositivo de poder y dominación sobre los
sujetos recluidos.

Estas ideas de Bentham fueron tomadas por Michel Foucault, estudiando que las
reformas arquitectónicas del S. XVIII conllevaron a un problema de asilamiento hacia
los presos, señalándolos como los anormales a los individuos que se salían de la norma,
viviendo a la periferia del sistema. Por ello el sistema penitenciario empujaba a los
anormales hacia los límites del sistema, privándolos de sus libertades de su propia
subjetividad.

Fue así como el preso, en la Era de las Luces, comenzaría a ser el centro de las
relaciones de poder. Marcos Represas, 2020.

En la metáfora del Panóptico se alega el funcionamiento y circulación del poder en las


sociedades modernas, donde los reos se encuentran recluidos alrededor de una torre y
son vigilados constantemente desde allí, es por medio de una vigilancia constante que
los reos sienten la sensación de siempre estar vigilados, lo que conlleva a la idea de una
vigilancia omnipresente hacia los reos y por ende estos serían empujados a cambiar su
conducta, ya sin la necesidad de un guardián porque estarían ya automatizados.

Esta técnica de observación y dominación sirve para transformar la


conducta, conociendo mejor al sujeto para dominarlo mejor, supone
una reforma conductual del reo a través de la sumisión.

Es en la época de la Ilustración donde se ponen en marcha una serie de reformas para


renovar las conductas de la población, como la medicalización social, el nacimiento de
nuevas fronteras entre los Estados, el sistema penitenciario y como mantener controlada
la preocupación de las masas. Es en la Revolución Francesa donde se enfatiza la idea de
vigilancia, donde las personas estaban constantemente observadas y se acusaban entre
ellos, condicionadas a comportarse según las normas del régimen para seguir en la
normalidad.

El contexto histórico de Foucault empieza con la invasión nazi en Francia,


presenciándola con solo 14 años. Esto lo empuja a unirse a la Liga de Pensadores que
cuestionan las grandes ideologías, tratando de explicar el porqué de las 2 guerras
mundiales.

Con su experiencia internado en instituciones psiquiátricas, publica Historia de la


Locura en la época clásica, donde expone que las concepciones entre lo normal y lo
loco cambian según la sociedad.
En 1963, publica Las palabras y las cosas, una arqueología de las Ciencias
Humanas, donde explora como se origina las mentalidades y los pensamientos de una
época.

Comenzaría sus reflexiones sobre el poder fue el Mayo Francés del 68, una serie de
manifestaciones iniciada por grupos estudiantiles como una crítica a la autoridad en
todos los ámbitos, contra la sociedad de consumo y el autoritarismo capitalista,
significando un hito en el pensamiento filosófico en plena Guerra Fría.

Reflexionando sobre la idea del poder en el pensamiento de Foucault, que antes estaba
visualizado por la filosofía marxista (fuerza represiva que mantenía vigente el
capitalismo y la división de clases) y la filosofía liberal (delegación al soberano por los
individuos a través del contrato social), llega a concebir su idea de relaciones de poder
(el poder está en cada vinculo establecido, entre padres e hijos, profesores y alumnos,
entre médicos y pacientes), siempre flexibles, variables y mediadas por relaciones de
saber.

En 1975, publica Vigilar y Castigar, nacimiento de la prisión, donde expone el


cambio de la idea de criminal y cómo se les castiga a dichos criminales desde las
épocas medievales (exhibimiento pública) hasta el mundo moderno (aislamiento y
vigilancia). Así desarrolla la idea arquitectónica del Panóptico: donde la sociedad no
solo vigila a los delincuentes, sino que, a todos los individuos, vigilando a todos y
castigando a todos.

Es en esta metáfora donde Foucault señala el acondicionamiento de las instituciones


hacia la población, encaminándola hacia la conformación de cuerpos dóciles temerosos
del castigo.

En 1978, Michel Foucault publica su libro la verdad y las formas jurídicas exponiendo
una consolidación de una sociedad disciplinaria, un sistema penal basado en la
corrección de la conducta previa a la ejecución del delito. Esta concepción de la
penalidad en el siglo XIX se basa en un control sobre la psicología y la moral de los
individuos.

Bases teóricas

La teoría de Foucault se centra en los micropoderes que circular en el orden social.


Afirma que todo saber implica poder y todo poder, un saber especifico, este poder
constituye escuelas, fabricas, cárceles y nuevas subjetividades. El poder actúa a través
de la vigilancia, como control y corrección del comportamiento humano, transformando
a los individuos encarcelados en cuerpos dóciles.

Planteando la teoría del panóptico, se basa en ser capaz de imponer conductas al


conjunto de la población a partir de la idea de que están siendo vigilados.

Fuente Bibliográfica Principal

El libro a analizar en esta ocasión es Foucault, Michel (1986). Vigilar y castigar.

Análisis del libro “Vigilar y Castigar”

Damiens, un condenado a muerte por un intento fallido de asesinato al Rey, es víctima


de los suplicios (torturas públicas), sometiéndolo físicamente hasta matarlo. El Rey
dictamina la pena, ejecutándose con el castigo en un mismo acto, haciéndose público
para aleccionar al pueblo si no se rigen a las leyes y asistiendo con niños para confirmar
el ejercicio de la ley. (valor educativo)

El poder del soberano, representando la voluntad de la gente, se demuestra por medio de


estos espectáculos públicos, un poder coercitivo ligado a la violencia (poder soberano).

Este poder empieza a entrar en problemas, dado que el castigo es mucho peor que el
delito cometido, virando a otra forma de plantear esta forma. Foucault la plantearía
separando la pena del castigo, quedando público la ejecución de la pena (juicio) y
colocando un castigo privado (aislamiento), constituyendo el poder disciplinario
(alineamiento de los cuerpos al orden social por medio de la disciplina, creando cuerpos
productivos).

Así nacen diversas disciplinas para estudiar estos cuerpos, analizándolos


minuciosamente para poder intervenir sobre ellos y modificarlos, transformándolos en
cuerpos útiles (anatomopolítica) y apoyados por la arquitectura para extraer un
conocimiento y poder ejercer en los cuerpos prácticas para lograr cosas esperadas.
(Saber – Poder)

A lo heterogéneo, a las personas anormales se les separa del resto de la población para
aislarlas en cárceles o en manicomios para evitar propagación, de esta manera se podría
analizar e intervenir a estos cuerpos por medio de las ciencias disciplinarias para poder
normalizarlos de nuevo y que se reintegren a la sociedad, dentro del ámbito homogéneo.

El control, dentro del poder disciplinario, está representado en una persona con cierta
autoridad sobre las otras, hallándose que luego de un tiempo determinado esta ya no
sería necesaria dentro de las sociedades de control debido a que los cuerpos adoptarían
las conductas repartidas por estos controladores, pasando a un autocontrol en los
individuos privados de su libertad, desarrollando un sistema panóptico.

Las personas se vigilan a si misma, autorregulando sus conductas


para cumplir con las leyes.

Este texto revisa todo el régimen unitivo carcelario desde el siglo XVII hasta el siglo
XIX, analizando la microfísica del poder, el control de los cuerpos y los dispositivos
que se activan con la apareciendo de la cárcel. Empezando con un intento de regicidio
fallido por parte de Robert Francois Damiens hacia Luis XV, llevándolo a un castigo
tormentoso.

Consistiendo la obra en la evolución del castigo, donde Foucault señalaría la


transformación de la política sobre la ley y la norma, analizando los dispositivos del
poder mediante la producción de saberes (el poder atraviesa los cuerpos, los domina y
genera conocimientos).

Suplicio

En el primer capítulo, Suplicio, se analiza el castigo como un dispositivo de dominación


social, estudiando las penas y su caracterización de castigo corporal es el suplicio. Tiene
que tener cierta cantidad de sufrimiento, reglas según la gravedad del crimen y una
ritualista para comprobar el éxito del suplicio tanto para el acusa como para la población
(exhibimiento del suplicio del condenado en las plazas públicas). Mas tarde, estas
manifiestas brutales y espectaculares de poder que proyectaban públicamente el dolor y
sufrimiento del condenado pasarían a ser reemplazadas con una cuidadosa
administración de la conducta dentro de la prisión.

Cuerpo de los condenados

Este capítulo enfatiza un cambio en los castigos de los reos, como ha cambiado la
escena en 70 años, siendo un punto de quiebre la revolución francesa. Foucault explica
el caso de Damiens, fue condenado el 2 de marzo de 1757, es el castigo espectáculo: se
le atenazan partes del cuerpo sobre esas partes se le vierte plomo derretido, intentan
desmembrarlo con 6 caballos al no poder lo cortan con un hacha y esas partes son
arrojadas al fuego para que las cenizas sean tiradas al viento. Las formas de ejercer
justicia cambian drásticamente, basándose en el reglamento de la “Casa de jóvenes
delincuentes” de Paris, teniendo como reglas: un tiempo para orar, comer, trabajo
obligatorio (9 horas), educación. Centrándose en el castigo del “alma” y no en el cuerpo
físico, el propósito de es tratar de reformar al delincuente. La muerte queda reducida a
un acontecimiento instantáneo, uso de la guillotina desde 1792.

La anulación de los suplicios tiene 3 dos factores; Primer factor, a veces el castigo
recibido era mucho peor que lo cometido, emparejando al verdugo con un criminal y los
jueces con unos asesinos. Segundo factor, el pueblo sintiendo admiración o compasión
por el supliciado y el factor fundamental es por el poder político. El suplicio era todo un
espectáculo que debía ser captado por todo el pueblo, es considerado una táctica política
del Rey para que el pueblo no falte su autoridad.

Los procesos judiciales cambian a partir de la revolución francesa, apareciendo agentes


extra judiciales como el psiquiatra, pedagogo teniendo 2 funciones: la primera exculpar
al juez y la segunda función tratar de insertar de nuevo a la civilización a los
condenados, más que todo a los que sufren demencia.

Michel Foucault profundiza acerca del poder poniendo en claro que es multidireccional
y no unidireccional explicando los orígenes de la prisión, en Inglaterra ciertos grupos
religiosos para escapar del poder central se autorregulan (adulterio, alcoholismo), en
Francia la población civil le pide al Rey que actúe creando la prisión.

Resonancia de los suplicios

El suplicio se divide en 4 partes: la primera debe producir cierta de dolor, debe ser
cuantificable, la subdivisión de la muerte en 1000 partes, es un arte cuantitativo del
sufrimiento. La segunda son las reglas para castigar al condenado. El tercero es un ritual
para que sea comprensible para el pueblo. El ultimo que sea resonante siendo un
espectáculo para todo el pueblo, que el poder del Rey no puede ser violentado.

En los procesos penales, el rol de la confesión es fundamental porque estarían aceptando


el castigo y significaría que el sistema está funcionando, siendo uno dominante. El
supliciado se hace pregonero de su propia condena, es paseado por las calles
importantes. Foucault pone como ejemplo al “buen condenado”, un hombre que mató a
su esposa, cumpliendo con dignidad su condena. También analiza al verdugo
exponiendo una crueldad superior al reo, pero este es el brazo del soberano político

El papel del pueblo: tiene derecho a estar en los suplicios y comprobar su aplicación Su
participación implica impedir ejecuciones injustas, liberar condenados del verdugo,
obtener el perdón, perseguir a los ejecutores, maldecir a los jueces, alborotar la
sentencia.

Castigo

En el segundo capítulo, Castigo, se lo analiza desde la práctica política, desapareciendo


el espectáculo punitivo (castigo público), que no solo significaba una represalia
punitiva, sino que era un rito político que significaba la sanción por quebrantar la ley y
voluntad del soberano, reafirmando la autoridad de ese soberano castigando
excesivamente a los criminales.

Una vez muerto el condenado, el poder cesa, mostrando la limitación


del poder imponente del rey dado que era necesario reactivar toda la
maquinaria del castigo.

Aquí es donde la idea de prisión nacería, fruto de la Ilustración junto con otros cambios
sociales, justificándose en el Contrato Social para reformar al castigo como uno
moderado, ya que las acciones del criminal acusan no solo a él sino que a toda la
sociedad, corrigiendo su conducta para poder reintegrarlo a lo sociedad. Este nuevo
castigo, tomado como un signo, siendo representativo de la naturaleza del crimen
(objeto) como el remedio para corregirlo, sirviendo como recompensa a la sociedad y
respondiendo a la raíz motivadora del crimen (como la terapia de aversión, que asocia
un estímulo negativo con el acto ilícito).

La idea original de los reformadores humanistas era que la sociedad (receptor)


contemple la reintegración del criminal para que tenga el efecto sanador pretendido,
estando en contacto con la sociedad por medio de su participación en la realización de
obras públicas, como caminos, plazas, limpieza y reparaciones, todo lo que hiciera falta
para constatar el pago de su deuda con la sociedad, sirviendo de catalizador para la
reforma de almas y moralización social.
Poder Monárquico Ideales reformadores
El castigo del soberano era activado por Se procura que el castigo, como signo, se
periodos discontinuos. mantenga en circulación lo más constante
posible.
El poder del soberano se aplica Mediante técnicas de manipulación de
directamente en el cuerpo del criminal de signos se aplica a la mente del criminal.
manera brutal.
Mediante la tortura, se le fuerza al El criminal proclama su lección moral
criminal a confesar sus crímenes. mediante los signos sociales.

Estas ideas se implementaron en la época de la Revolución Francesa en Francia y


Alemania, pero serian reemplazadas rápidamente por el nuevo experimento: la prisión.

Compartiendo sólo con los ideales reformadores el concepto del trabajo, pero bajo un
aislamiento, se desecha la dimensión representativa del castigo que tenían los
reformadores.

En el contexto carcelario, el criminal no es un signo para la sociedad, sino que es un


objeto para ser moldeado, no buscando aniquilar al criminal ni usarlo con un fin
moralista, sino que ansía la modificación de conductas en cuerpo y alma del criminal,
transformándolo en un cuerpo dócil para entrenarlo de forma mecanizada.

Aún se conservaba la normalización de conductas alineadas a la ley, al poder de las


autoridades, pero se convierte en la certidumbre de una posibilidad de recibir un castigo,
comenzando la transformación del suplicio a la corrección del comportamiento del
criminal (una suspensión de sus derechos por medio de las prisiones).

Se pasa del castigo punitivo del soberano a un castigo humano de


reintegración, sustituyendo el conocimiento por la violencia, con la
sumisión de los cuerpos por el control de las ideas.

La atención vuelve al cuerpo del criminal, como en el castigo monárquico, solo que
ahora se busca analizarlo y supervisarlo mediante una vigilancia continua y total,
siendo el arte de la prisión una tecnología disciplinaria, una alegoría institucional
aplicable a todos los niveles de la sociedad. Aparecen la psiquiatría, la criminología y la
antropología criminal para justificar científicamente esta nueva idea de institución
penitenciaria (la cárcel).

Disciplina

En el tercer capítulo, Disciplina, luego de la corrección conductual del preso, Foucault


enlaza el derecho penal y las CCSS, imponiéndose la institución carcelaria dentro de las
nuevas formas de Estado Moderno como una disciplina del aislamiento del preso.

El procedimiento de la disciplina es:

 Reducir a partes le cuerpo


 Entrenar de forma mecánica
 Formalizar operaciones y relaciones
 Aplicar a una escala mayor

Este procedimiento se utiliza tanto en el ejercito como en fábricas, implementándolo


H. Ford en la cadena de montaje de sus fábricas, logrando no solo mayor eficiencia
en el proceso de producción sino también una estandarización de su producto (nueva
clase que trabajaba en sus fábricas).

Para que el poder actúe de manera disciplinaria, los cuerpos deben estar encerrados
dentro de un lugar específico, ubicados dentro de una red, evidenciando la importancia
del espacio-tiempo (lugar y horario) en la conformación de cuerpos dóciles.

Así nace la política punitiva, usando la disciplina para dominar y atravesar el poder
sobre los cuerpos de los condenados para imponer así una actitud dócil mediante
mecanismos discretos invisibles, discretos y de vigilancia (panoptismo), normalizando
así el comportamiento del reo. Todo esto se fundamentó en una justificación terapéutica,
correctica de vigilancia, refinando la microfísica del poder.

Para Michel Foucault hay un ruptura en los siglos vii y viii respecto a la funcionabilidad
que va disciplinando los cuerpos, debido a una mayor rigurosidad en el ejercicio del
poder, no se piensa solo en la funcionabilidad que puede tener un orden disciplinario
reglado por determinados actores dentro de lo social. Si no se tratara de comprender al
individuo como un todo, para poder entenderlo en su medio social; así poder explorar,
desarticular y recomponer en palabras de Foucault la “Anatomía Política” como la
reunificación de la sociedad.
Para el autor hay una necesidad de control estatal que se ira articulando de una manera
más minuciosa en a partir del siglo xiii, dentro del capítulo Foucault se encarga de
construir un nuevo concepto de la forma como se iría construyendo el poder ya que no
es necesario utilizar las relaciones de fuerza sino mas bien serian estrategias diseñadas
para la docilización del cuerpo para obtener un obediencia que le permita un pleno
ejercicio del poder.

Para esto Foucault plantea un conjunto de conceptos en cómo se tecnifica la obediencia


en base a creaciones de nuevos espacio políticos administrativos en función de un
ejercicio disciplinario que genera una heterogeneidad normativa.

Esto a la vez estará normado por:

Vigilancia jerárquica: el monitoreo debe ser un aspecto que se ve sin ser visto. Por
ejemplo, se fabricarán edificios que no serán hechos para ser observados como eran los
palacios, así como los que no permitían al vista al exterior como las fortalezas, pero
para permitir el control interno. De esta manera, se forma el edificio del hospital (como
un instrumento para la acción médica), el edificio de la escuela (como una pedagogía
mecánica), etc.

En todos los procedimientos de disciplina, mediados por sus propias leyes, sus castigos
específicos, sus reglas de sanción. Que buscara corregir comportamientos que sean
positivos y negativos con el fin de alcanzar un equilibrio dentro de los mismos
individuos

Estas cargas punitivas están compuestas no por castigos físicos sino multas permite
determinar con precisión la clasificación de cada uno para que la disciplina pueda
recompensar simplemente otorgando campañas y castigando con humillación.

Por lo tanto, el castigo del poder disciplinario no tiende a la reconciliación sino a la


normalización.

El examen, que será absolutamente sustancial en la constitución de las ciencias humanas


y sociales, se basa en los siguientes mecanismos:

Pero el poder disciplinario se ejerce volviéndose invisible y, en cambio, ejerciendo


sobre aquellos que ejercen una transparencia obligatoria.
El examen se acompaña de un sistema de registro y acumulación de documentos. De
esta manera, el individuo se convierte en un objeto descriptible, analizable, que se
estudia en sus características especiales y en su desarrollo individual; y, por otro lado, se
forma un sistema comparativo que permite estudiar fenómenos globales y la descripción
de grupos.

Panoptismo

El diseñador del Panóptico fue Jeremy Bentham, un pensador inglés de la Ilustración del
S. XVIII al cual el rey Jorge III encargaría el proyecto del Panopticon, una arquitectura
de vigilancia utilizando la mirada como un dispositivo de poder y dominación sobre
los sujetos recluidos.

Estas ideas de Bentham fueron tomadas por Michael Foucault, estudiando que las
reformas arquitectónicas del S. XVIII conllevaron a un problema de asilamiento hacia
los presos, señalándolos como los anormales a los individuos que se salían de la norma,
viviendo a la periferia del sistema. Por ello el sistema penitenciario empujaba a los
anormales hacia los límites del sistema, privándolos de sus libertades de su propia
subjetividad.

Fue así como el preso, en la Era de las Luces, comenzaría a ser el centro de las
relaciones de poder. Marcos Represas, 2020.

En la metáfora del Panóptico se alega el funcionamiento y circulación del poder en las


sociedades modernas, donde los reos se encuentran recluidos alrededor de una torre y
son vigilados constantemente desde allí, es por medio de una vigilancia constante que
los reos sienten la sensación de siempre estar vigilados, lo que conlleva a la idea de una
vigilancia omnipresente hacia los reos y por ende estos serían empujados a cambiar su
conducta, ya sin la necesidad de un guardián porque estarían ya automatizados.

Esta técnica de observación y dominación sirve para transformar la


conducta, conociendo mejor al sujeto para dominarlo mejor, supone
una reforma conductual del reo a través de la sumisión.

Es en la época de la Ilustración donde se ponen en marcha una serie de reformas para


renovar las conductas de la población, como la medicalización social, el nacimiento de
nuevas fronteras entre los Estados, el sistema penitenciario y como mantener controlada
la preocupación de las masas. Es en la Revolución Francesa donde se enfatiza la idea de
vigilancia, donde las personas estaban constantemente observadas y se acusaban entre
ellos, condicionadas a comportarse según las normas del régimen para seguir en la
normalidad.

Foucault comenzara hablando de Jeremy Bentham, quien introdujo el termino y


desarrollo la importancia de panóptico como sistema de vigilancia que se materializan.
El efecto más importante de los panópticos es inducir una transparencia sensata y
constante que garantice el manejo espontáneo del poder sin tener que ejercer ese poder
todo el tiempo, porque el prisionero no puede saber cuándo está mirando y cuándo no.

Panópticos también actúa como un laboratorio para que los técnicos modifiquen el
comportamiento o eduquen a las personas, por lo que no solo es una herramienta
poderosa sino también un conocimiento.

La característica panorámica hace posible que el ejercicio del poder sea perfecto, ya que
permite reducir el número de quienes lo ejercen y multiplicar lo que están haciendo.
Además, permite actuar incluso antes de que se cometa el error y prevenirlos. Sin otro
instrumento que la arquitectura, funciona directamente en individuos.

De esta manera, aparecerá una “sociedad disciplinaria” debido a la expansión de las


instituciones disciplinarias:

En el pasado, se pedía principalmente a las disciplinas que jugarán un papel en la


neutralización del peligro para la sociedad o el soberano. Pero lo que se les pide, sin
embargo, es aumentar la utilidad de los individuos. Es por eso que tienden a
implementarse en los sectores más centrales y productivos de la sociedad.

Los mecanismos disciplinarios tienden a abandonar las áreas específicas donde


trabajaron para emerger en toda la red social. Además, las instituciones dejan de ejercer
sólo la supervisión interna y también comienzan a ejercer control sobre el exterior (los
hospitales, por ejemplo, ejercen la salud general de la población).

Existe una tendencia a la nacionalización de los mecanismos de disciplina. Para ejercer,


el poder debe ser un instrumento de monitoreo general permanente, integral y
apropiado.
Prisión

En el cuarto capítulo, Prisión, transformando el castigo del cuerpo hacia el castigo del
alma, introduciendo el saber científico en el proceso punitivo del reo marcado en el
derecho penal. La cárcel se posicionaría, así como espacio de castigo para disminuir
los delitos, pero no esta hecha en realidad para erradicar los delitos y las infracciones,
sino que está instalada como institución política punitiva para distribuir, administrar y
usar el conocimiento del sometimiento del castigado. Por eso se desplaza de la pena
infligida sobre el cuerpo del castigado hacia el alma del castigado por medio de la
psiquiatría, desplazando la tortura física y publica hacia una pena que no intenta
producir tanto dolor sino ejercer una corrección psicológica para reconfigurar conductas
en el reo.

En esta parte del texto Michael va a contarnos qué es a su entendimiento la real función
de una institución punitiva muy importante como la prisión, en ese sentido, cuáles son
sus bases fundamentales y como repercute en las personas, dejándonos ver el poder de
la biopolítica en todo su esplendor.

Unas instituciones completas y austeras

En esta parte del capítulo notamos que las prisiones tienen una larga data, mucho más
antigua a la que se suele creer con las prisiones modernas conformadas en las nacientes
repúblicas. El acto de privar de la libertad a las personas como método punitivo tiene
una larga data que se va describiendo, pero sin duda retoma mayor fuerza cuando
entramos a un periodo de ilustración moderna donde el concepto de libertad asume una
gran importancia puesto que este concepto de ser libre se vuelve un elemento de gran
valor para las personas y el solo pensar en su pérdida genera una enorme angustia. Un
segundo aspecto a reconocer dentro de las prisiones es el trabajo forzado. Este trabajo se
reconoce como una manera de reinsertar al criminal al sistema productivo y de ese
modo coadyuve a su proceso de resocialización. Sin duda esto puede traer debates como
se expone en esta parte, habiendo incluso reclamos de cierta parte de trabajadores y
trabajadoras libres quienes sientes que a los y las criminales les ‘premian’ con trabajos
seguros, e incluso en algunos casos remunerados. Ahora hay que considerar que las
prisiones trascienden esta figura de ser solo espacios donde se priva al preso aislándolo
de la sociedad y resocializarlos mediante trabajos forzados, sino también es un campo
de modulación del individuo donde se puede hacer uso de las recompensas o no, según
el proceder que tiene el individuo dentro de la prisión. Podríamos hablar acá de la
reducción de condenas según cuanto el o la criminal haya trabajado en su proceso de
socialización. Por consiguiente es importante considerar la prisión como una institución
completa donde existe la posibilidad de ‘redimir’ la culpa y demostrar esto. Finalmente
en este apartado se puede observar nuevamente la figura del panóptica, esta vez bajo
análisis del Panóptico de Bentham. Una prisión que tiene una enorme influencia sobre la
subjetividad del criminal.

Ilegalidades y delincuencia

En esta parte del capítulo podemos ver como se ha ido desarrollando a lo largo de los
años nuevas formas para representar el suplicio en las personas que cometen crímenes,
uno de ellos es el carro panóptico donde es llevada la persona con una cadena y rodeada
de dos personas. Notamos que pueden cambiar las formas, pero el proceso se sigue
manteniendo.

También acá podemos resaltar que las prisiones a pesar de los cambios y reformar que
ha tenido no está consiguiendo el objetivo por el cual en parte existe: reformar
delincuentes, es más, se puede señalar que en los lugares donde existen prisiones la
delincuencia va en crecimiento. Las prisiones de manera indirecta fabrica delincuentes e
incluso ayuda a organizarse entre ellos. Es necesario seguir reformando las prisiones y
dar a cumplir cambios pendientes como se cita en esta parte una reforma penitenciaria
del año 1945 que, para el año que este libro fue escrito, aún no se implementaba del
todo.

Es importante notar como la prisión permite que se legitime la ilegalidad de las clases
dominantes y que incluso pasen desapercibidas, porque el generar la figura de
delincuente, y asociar este a ciertas actividades más que a otras, influye en la percepción
de las personas sobre lo que es la criminalidad. Es decir, cuando se plante la idea de un
delincuente, que roba, hurta, etc, y esos actos se denominan delincuencia, la opinión
pública recae sobre ello y la admite como la única criminalidad posible, mientras que
otras prácticas ilegales pasan vistas de otra forma, como errores administrativos,
infracciones, y otros propios de los sistemas burocráticos. Ahora, nuevamente esto recae
sobre la ideal anterior de las prisiones como espacios que fomentan la delincuencia,
puesto que al dirigirse principalmente a este tipo de actividades, que son frecuentes en
los sectores más marginados, siguen oprimiendo sus vidas quitándoles a veces el
mínimo sustento que tenían y obligándolos a reincidir. Un ejemplo que notamos hasta la
actualidad son los famosos antecedentes penales o policiales que los trabajos suelen
pedir.

Lo carcelario

Para finalizar con el libro Foucault nos va a presentar la prisión de Mettray, un


correccional de menores, que en palabras del autor es la verdadera prisión que muestra
en todo su esplendor su funcionalidad como institución punitiva que quiere moldear la
conducta de personas en edad temprana ante cualquier desvío conductual, donde ya no
solo se hablan de crímenes en sí, sino también de desviaciones sociales como la no
ocupación laboral. Es un sistema punitivo que no espera un crimen considerable, mas
bien controlar las acciones de las nuevas generaciones que se resisten a los procesos de
socialización y formación de conducta general.

Se indica también que entre los diversos efectos que tiene la prisión en la sociedad
podemos rescatar que: la prisión ha legitimado el castigo como una forma de sanción
válida, como una relación de poder incluso necesaria.

Aplicación Práctica

Luego de todo lo que hemos podido conocer y comprender de la obra de M. Foucault,


en específico sobre este libro notamos que existe una entrada muy interesante e
importante a conceptos útiles, más aún hoy en día, como la biopolítica, el control, el
castigo y el poder.

Si bien nosotros del equipo tenemos carreras distintas como antropología, sociología y
arqueología rescatamos estos conceptos anteriormente mencionados y podemos notar
como de útil y necesarios son para comprender la sociedad y su variada dinámica.

En este último proceso de la cuarentena casi total que vivimos desde marzo del año
pasado notamos como nuestra sociedad puso a prueba su capacidad de seguir pautas de
conducta sociales, normas e incluso prácticas autoritarias.

La cuarentena fue un periodo donde la vigilancia y el castigo tuvieron un efecto


avasallador en gran parte de la población, convirtiendo a muchas personas como
‘policías civiles’ ante el desacato de algunas personas a llevar a cabo las medidas de
salud dictaminadas por el gobierno. También ante diversos sucesos que se suscitaron
entre las fuerzas del orden y población infractora, como abusos y excesos policiales o
militares, la población aceptó y hasta aplaudió el castigo, viéndolo como necesario e
inevitable para mantener el control de las personas que se resistían a cumplir los
protocolos exigidos.

Gran parte de la población que se dedica a la economía no formalizada y se veía con la


obligación de salir a trabajar a pesar de las sanciones y disposiciones fue señalada como
‘delincuentes’ por gran parte de la población y una sanción ejemplar era exigida desde
muchos sectores.

Las relaciones sociales se vieron transformadas y trastocadas a la virtualidad y esto


también ha repercutido y sigue repercutiendo en la capacidad de socializar de muchas
personas, especialmente niños y niñas quienes están en proceso de aprendizaje de ello.
Ahora, están formándose en un contexto de vigilancia y control muy fuerte, y eso tendrá
efectos diversos que será importante examinar en los siguientes años.

Finalmente rescatamos que estas categorías son necesarias a tomar en cuenta en nuestras
carreras para poder conocer las pautas de conductas, normas, procesos de socialización,
institucionalización de las penas y sanciones. Algo que sin duda ha acompañado a
nuestras antiguas civilizaciones (estudiadas por la arqueología) y lo sigue y seguirá
haciendo.

Conclusiones y Recomendaciones:
En la época actual, este poder meticuloso y riguroso es representado en la presencia ya
normalizada de cámaras de vigilancia a lo largo de todas las ciudades, generando el
efecto panóptico de estar potencialmente observados a cada momento, estando estos
observadores ocultos para nosotros.

La tecnología de la técnica del yo, como lo llama Foucault, se enfoca mas a la vigilancia
de la población, observando a todos los individuos para que ellos mismos adopten
ciertas creencias por cuenta propia, internalizando normas y expandiendo las
sociedades de control.

Para Foucault, vigilar es la nueva forma de castigar. Como el panóptico, su función no


es meramente negativa, puesto que con este sistema es más fácil y rápido detectar e
intervenir a infractores de la ley, claro sacrificando libertad por seguridad.
En este proceso de entrenamiento de cuerpo dóciles se ve:

1. Inspección jerárquica
2. Sanción normalizadora (distinción entre lo normal y anormal, mediante la
distinción)

Mediante este proceso, se normaliza un orden social en base al modelo conductual que
buscan las autoridades, creando y moldeando nuevas conductas en los anormales
mediante el sistema penitenciario.

Una carencia notoria en el sistema penitenciario es que no solo no ha cumplido con la


reforma conductual en los reos, privándoles de sus libertades para supuestamente
reformar la persona, sino que aumenta el nivel de represión psicológica en este anormal,
incluso apoyándose en los avances tecnológicos como la tobillera electrónica para sacar
a los reos fuera de las cárceles, pero continuando siendo vigilados para tener un nuevo
comportamiento normal.

“En las sociedades de control, los mecanismos de control son variaciones inseparables,
en lugar de encierros que moldean individuos, se toma un entorno generalizado de
control que opera con modulaciones y variaciones para modular fragmentos de
individuos, llamados dividuos: información o bases de datos que son modulados.”
(Deleuze)

Una ilustración de esto sería el cambio generacional acentuada actualmente, con el salto
de una educación tradicional a una digital, implicando en que dejando la escuela, los
niños entraban a otro entorno dentro de la casa (más familiar e íntimo). En contraste con
el actual, en el que los niños traen a la escuela y todo su bagaje las 24 horas del día, no
pudiendo escapar de estas interacciones.

Se refleja la alegoría de Foucault sobre las escuelas, siendo estas un


encierro y el examen un mecanismo de poder. Para Deleuze, la
formación permanente tiende a sustituir la escuela y el control
continuo a sustituir al examen. En la sociedad de control, nosotros
somos dividuos, un flujo constante de datos cuantificables modulados
constantemente. Este tipo de control nos libera de los encierros, pero
ya no se puede desconectar, estando siempre pendiente a toda hora.
A diferencia del Panóptico, ubicado en el centro con una vigilancia radiando hacia
afuera, la vigilancia en la sociedad de control está dispersa, esparcida entre los códigos
y contraseñas que regulan acceso a la información, generando continuamente
información para el estudio del mercado y para los gobiernos. (BIG DATA)

Por toda la problemática que conllevaría la pandemia actual, se pueden hallar


semejanzas con lo escrito por Foucault sobre la vigilancia y poder disciplinario, cuando
describe un reglamento de finales del S XVII expresando las medidas a tomar cuando la
peste se desata en una ciudad. Estas medidas se parecen mucho a las medidas tomadas
principalmente por las mega urbes actuales, añadiendo que el espacio cerrado,
recortado, vigilado en todos sus puntos, conteniendo en lugares fijos a los individuos ,
en el que todos los movimientos son controlados, en el que todos los acontecimientos
están registrados, en el que el poder se ejerce continuamente y el individuo está
localizado, examinado y distribuido entre los vivos, los enfermos y los muertos, todo
constituyendo en un modelo compacto del dispositivo disciplinario.

Todo el libro Vigilar y Castigar refleja cómo los individuos modernos son creados y
controlados por el poder disciplinario (esta ingeniería social traída con el proyecto de la
modernidad se vería aún más expuesta con el posmodernismo), llamando un modelo
compacto del funcionamiento del poder disciplinario a la situación de una ciudad
puesta en cuarentena por la peste, logrando ver una forma de control social.

Foucault explica la naturaleza de la peste al contrastarlo con la lepra, cuya reacción


social era el confinamiento de los leprosos lejos de la población, excluyéndolos a las
afueras de la ciudad. El grupo separado y tachado a variado conforme el paso del
tiempo, donde una enfermedad como la lepra conduce a una división social en 2 grupos
diferenciados, la peste conduce a una forma de control que toma a toda la sociedad,
segmentándola en jerarquías y entrenando sus partes de forma disciplinada.

Luego de desarmar la idea jerárquica de poder, Foucault gira su interés hacia las
Sociedades de normalización, siendo las ideas de lo normal condicionada por la
normalización institucional ejercida por la familia, la escuela, la Iglesia, las empresas,
el Estado, etc. A través de interiorizar estas normas, podemos formar parte de una
sociedad productiva.

Las Sociedades disciplinarias (sistemas monárquicos) se transforman


en Sociedades de control (sistemas capitalistas modernos).
La propuesta de Foucault sobre cómo resistir al poder consiste en entender la
existencia propia, robándole poder al propio poder para producirte como individuo y
convertirte en tu propio creador, dejando de lado el discurso social ya interiorizado
dentro de nosotros mismos en donde juzgamos y vigilamos constantemente al otro,
teniendo vergüenza cuando realizamos cualquier acción incorrecta.

Dejar de ser nuestros propios policías para llegar a una libertad.

En el debate entre Noam Chomsky y Michael Foucault sobre la naturaleza humana en


1971 “Justicia vs Poder”, se toca el tema de justicia como emancipación del individuo,
en cómo se llega a librarse de estos sistemas de dominación y opresión.

Para Chomsky, la dominación es resultado del poder opresivo del Estado ejercido sobre
los ciudadanos (viendo al poder negativamente), evocando a que por medio de la
verdad el individuo consigue su libertad (desmintiendo los discursos del gobierno para
hacerle frente).

Para Foucault, analiza el poder en distintos niveles para distinguir los procedimientos
disciplinarios inmersos en cada institución, reflejado en el funcionamiento de las
prisiones (viendo al poder positivamente).

La sexualidad, el conocimiento, la locura y más. Foucault hace un recorrido histórico


desde las prisiones y los métodos de castigo en el Medioveo hasta el sistema
penitenciario occidental. Así estatuaría la composición de la técnica disciplinaria y el
panoptismo.

La disciplina, para Foucault, es una técnica para fabricar individuos dentro de una
sociedad y enderezar conductas, vigilados por un superior casi omnipresente que toma
acciones (castigos) si no se sigue la norma. Micropoderes

Así, desde una perspectiva panóptica, los ciudadanos estarían predispuestos a


comportarse dentro de la norma por temor a un castigo impuesto por el discurso social
(moralidad y ética) creado por las instituciones de poder (político, económico y
religioso). Como este discurso ya está interiorizado dentro de nosotros mismos, el
miedo a ser juzgados por la sociedad es tan potente que nos obliga a actuar según las
normas establecidas.
Para Foucault, todo saber implica poder y todo poder, un saber especifico. Presenta
que todo discurso esta atravesado por relaciones inherente de poder.

Esta técnica disciplinaria estaría ya condicionada desde el nacimiento de los ciudadanos,


cambiando la presencia de Dios por un Estado absoluto, adecuándose al sistema actual y
no saliéndose de la norma, construyendo cuadros de cada uno de nosotros y
prescribiendo nuestras actividades específicas para superar objetivos determinados por
medio de la vigilancia jerárquica (panoptismo).

El Dr. José Andrés Quintero compara el modelo físico de encierro de la época medieval
(las torres) con los mecanismos más sutiles de ahora de control disciplinario
(aprobación social), los chantajes de la modernidad.

Una persona ya no seria coaccionada a actuar de una forma, sino


seria animada a hacerlo.

La Biopolítica, otra forma de ejercicio de poder que surge en la Modernidad, es la


preocupación creciente por regular la vida biológica de la población por medio de
censos y la demografía. Se puso en práctica mediante el Estado de Bienestar para
mejorar la calidad de vida de la población, como también bajo el sistema fascista,
exterminando a buena parte de la población. Consiste en la regulación desde el gobierno
de la vida biológica de la población

Foucault integra la Biopolítica luego de publicar Vigilar y Castigar, explicando que el


poder disciplinario (anatómico) se centra en los individuos viendo el cuerpo como
máquinas, mientras que el biopoder (orgánico) se centra en poblaciones enteras viendo
el cuerpo como un organismo que obedece leyes a nivel de poblaciones.

La problemática de la Biopolítica se centra en las epidemias y las campañas médicas,


mostrando su cuestión de control en un énfasis en la vida biológica de las poblaciones,
en su administración y promoción.

En este nuevo arte de gobernar, en conjunto con la Revolución Digital, vivimos en un


mundo cuyo motor son los datos, facilitando la gobernabilidad de una población entera
analizando las bases de datos (en contraste con el control de cada cuerpo mediante
técnicas disciplinarias).
Al principio de la pandemia, con una ausencia de datos, un control más disciplinario
necesariamente tuvo que resurgir, el encierro.

Rastreo de contactos ya realizado por Alemania y Corea del Sur, ejemplo de


Biopoder: Apple y Google están colaborando para desarrollar una app con la misma
funcionalidad, que registre vía Bluetooth otros celulares cercanos para cuando seas
diagnosticado con algún virus, una notificación les llegará a todos estos celulares que
estuvieron cerca de ti, advirtiéndoles.

Una observación acerca del Biopoder fue realizada por un filósofo italiano:

 Giorgio Agamben: afirma que el Covid-19 no es mas peligroso que la influenza


normal y que los gobiernos utilizan el miedo generalizado para controlar a las
personas, en lugar de un Biopoder estaría hablando de un Necropoder, un poder
de la muerte (la nuda vida). Viendo al proyecto de Apple y Google como un
dispositivo de control para la propagación de la nuda vida, teniendo como
objetivo recopilar mayor información de los usuarios para ofrecerles servicios
acordes a sus gustos personalizados, entregándolos al sistema capitalista de
explotación.

El poder disciplinario se aplica a los cuerpos de individuos que se ubican en encierros


definidos, tomado como molde, variando entre:

1. En el aeropuerto, la formación de cuerpos dóciles se efectúa en las filas, siendo


separadas por vuelos nacionales e internacionales y los que se ven observados
por el control de temperatura (coronavirus), en adición con el control canino y
los chequeos sobre las maletas. El aeropuerto es un encierre que toma una masa
potencialmente peligrosa que baja de un avión, que bajo su organización
estructural individualiza por nacionalidades, mercancías y enfermedades.
2. En las escuelas y fábricas, la organización se presta a mayores posibilidades de
control mediante las calificaciones y exámenes, calificando la calidad de sus
productos por media de éstas. Por estas observaciones jerárquicas, los alumnos y
trabajadores se portan bien para sobreponerse a las pruebas periódicas.
3. En los desfiles militares, los soldados marchando en fila como si fueran
máquinas, como un conjunto funcionando coordinadamente porque cada uno de
los soldados ha sido entrenado para eso, representando el poder aplicado al
cuerpo (cuerpos dóciles) y un micropoder ejercido sobre las diversas partes del
cuerpo.
4. Siendo común que las ventanas en las oficinas del gerente de una tienda sean
polarizadas, el legado del panóptico, de modo que los trabajadores no sepan si el
jefe los está observando o no. Otro ejemplo de ello es la enorme red de cámaras
de seguridad presente en todas las ciudades, vigilándonos constantemente pero
no pudiendo visualizar a quien nos está vigilando.
5. En las manifestaciones, cuando el pueblo sale a reclamar a las calles, aparece la
represión policial (ejercicio de la fuerza), recurriendo a las prácticas
disciplinarias cuando los cuerpos evaden las prácticas de control.

Con una evidente presencia de los mecanismos del sistema carcelario dentro de toda
nuestra sociedad (ya sea en escuelas, hospitales, trabajo, espacios públicos) se crean
espacios de confinamiento. Se ve representado en un episodio de Midnigth Gospel, en
donde los personajes principales se hallan encarcelados en un panóptico.

Pero no solo está representado, sino que ya forma parte de nuestra vida cotidiana. Es
una jaula invisible en el que nos encontramos inmersos, predominando las prácticas de
control por sobre las disciplinarias.

Un ejemplo perfecto y oscuro es el Sistema de Créditos Social de China, apremiando


conductas aceptables con acceso a servicios e información y condenas conductas
anormales / antisociables bloqueando el acceso a esta información, excluyendo a un
individuo “anormal” del entorno social y convirtiéndolo en un leproso moderno.

Las 2 cosas que motivan al ser humano son el dolor y el placer, el


miedo al primero y el deseo al segundo.

¿El entorno social es placentero o doloroso?

 Si está relacionado al dolor, se le asocia al entorno totalitario de la novela 1984,


en donde el Big Brother nos vigila como todos los Gobiernos con su control del
internet y las numerosas cámaras en las calles. Poder disciplinario
 Si está relacionado al placer, todos los ciudadanos del mundo actúan en base a
una adicción de las redes sociales, acumulando seguidores y popularidad dentro
de las mismas para mantener su status social, como en Un Mundo Feliz, que los
servicios en línea que tanto consumimos no son gratis y que las grandes
compañías tecnológicas recaban nuestra información, en conjunto con los
gobiernos para en muchos casos vender publicidad y propaganda política.
 Se estaría alineando con la postura de Agamben, donde los gobiernos nos vigilan
y controlan cada vez más. Sociedad de Control

Otro es el complejo sistema de seguimiento realizado por empresas multinacionales,


utilizando la Big Data para registrar todos los movimientos del individuo, sus
preferencias para comida, vestimenta, viajes, amigos, espiando las conversaciones de las
redes sociales y aplicaciones de ocio que realizan un perfil completo sobre su usuario
(los permisos que otorgas cuando descargas cualquier app). Todo esto se asemeja
mucho a sociedades distópicas de ficción como la de 1984 de Orwell o Un mundo feliz
de Huxley, pero la vigilancia digital ya nos ha atrapado en nuestras sociedades “libres y
democráticas”.

Esto solo pone en evidencia la decadencia de occidente, señalado por Amin Maalouf
como el hundimiento de todas las civilizaciones. Durante el último siglo, las profundas
contradicciones internas del mundo occidental como en sus premisas de:

 Libertad – bajo vigilancia no consentida


 Individualidad – sin capacidad política
 Expresión Libre – sujeta a aprobación
 Dignidad Humana – deshumanizada en una casi esclavitud o maltrato laboral

Una lista de puntos que destacan el panóptico integrado al individuo, no necesitando


ya de un Big Brother porque la misma sociedad se comporta y adecua para ser vigilada,
pues solo así podría ser reconocida y fundamentar su valor publicando sin cesar en
redes sociales. La práctica de ver y reconocer al otro se ha expandido en todas
direcciones, desde los influencers pasando por streamers, youtubers y vtubers.

Un producto de todo esto son la conversión de los usuarios en simples dividuos


(volúmenes y flujos de datos), todo formando parte del Deep Shock que atraviesa en
mundo actual.

Como dijo Heidegger: “Todo comienza a girar en torno a la efectividad medible.”

La sociedad hace cosas para hacerlas más rápido y mejor, no porque tenga una razón
concreta para hacerlas sino para ser eficientes en hacerlas, basando todo en la técnica.
Este asunto es claro tanto en China como en USA, donde en la primera se habla de
lograr un gobierno algorítmico y en la segunda se observa un enorme historial de
manipulación de la realidad en todo sentido para mantener su status hegemónico
mundial. Ambos no tienen más intenciones de la que no quedarse atrás.

Foucault enfatiza en que no todo es un escenario distópico, posibilitando que este


control ejercido de forma positiva para el ser humano, señalando en una entrevista de
1983: “El punto no es que todo es malo, sino que todo es peligroso, lo cual no es
exactamente lo mismo. Si todo es peligroso, entonces siempre tenemos algo que
hacer.”

Anexo

Experiencia de un reo
Sujeto: Anónimo
Delito: Narcotráfico
Lugar: Establecimiento Penitenciario Sarita Colonia
Año: 2018

Mi primer día, me dieron la bienvenida los tombos nos pusieron en fila a


todos los que llegamos, calatos y nos preguntaban porque estábamos
entrando debíamos gritar nuestro delito y los violadores les pegaban fuerte

Los primeros días sentí vergüenza porque pensé que era un lugar feo, pero
como sabían mi delito me tenían respeto, luego me di cuenta que era un
lugar tranquilo. Los días de visita eran miércoles, sábado para las mujeres y
domingo los hombres. Gracias a Dios supe mantenerme, cuidarme y aparte
no me metía con nadie, me comía mi cana tranquilo.

Lo más triste eran las historias ya que algunos le habían dado 30 años de
prisión, había de todo choros, violadores, traficantes, asesinos. Los que se
encargaban de la limpieza eran los violadores a los cuales le decían “ñatos”
eran los únicos maltratados.

La cárcel estaba divida en dependiendo los crimines hayas cometido, yo


estaba una zona tranquila y tenia de todo, no me metía con nadie y te
dabas cuenta con quien podías tener una “amistad”, solo estuve un año y
los días festivos son los más tristes.
Bibliografía

Foucault, Michel (1986). Vigilar y castigar. Madrid: Siglo XXI Editores. p. 86. ISBN
84-323-0332-1.

Gilles Deleuze. La fragmentación del individuo en la Sociedad de Control.

Referencias Canales de YouTube

Claudio Ojeda. Vigilar y castigar – Michel Foucault

Esquizofrenia Natural. La jaula invisible en que vivimos / Deep Shock: El mundo del
mañana

Darin McNabb, La Funda Filosófica. Vigilar y castigar: el poder y la subjetividad en


Michel Foucault 1/2/3

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