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RESUMEN

Durante el periodo del 25 de marzo y 25 de agosto del año 2020, periodo en que inicio el
confinamiento, las estadísticas del observatorio de violencia, del Instituto Nacional de Medicina
Legal y Ciencias Forenses, dieron a conocer las cifras de 15.478 casos de violencia intrafamiliar, las
cuales corresponde a violencia de pareja en 9.877 casos donde la mujer continúa siendo la
mayormente afectada y 5.601 casos de violencia entre otros miembros del grupo familiar.

Se encontró con preocupación, que, por el confinamiento, habían aumentado los casos de este
subtipo de violencia intrafamiliar ocurriendo los hechos como escenario, la vivienda. La violencia
contra niños, niñas y adolescentes, durante año 2020 mantuvo la tendencia a tener mayoría de
víctimas de sexo femenino, en edad adolescente, y con bajo nivel de escolaridad; siendo los
padres y madres los mayores agresores se ha mantenido.

Gran parte de los casos de violencia contra la familia, se dieron en el hogar y en las cabeceras
municipales. Las ciudades donde ocurrieron la mayoría de los casos siguen un orden similar al de
años anteriores. Bogotá, Antioquia, y Cali.

Igualmente, el observatorio de violencia resalta que “el confinamiento aviva la tensión y el estrés
generados por preocupaciones relacionadas con la seguridad, la salud y el dinero. Asimismo,
refuerza el aislamiento de las mujeres que tienen compañeros violentos, separándolas de las
personas y los recursos que mejor pueden ayudarlas. Es la situación perfecta para ejercer un
comportamiento controlador y violento en el hogar”.

INTRODUCCIÓN

Históricamente, en el contexto de la violencia intrafamiliar, los estudios se han concentrado en las


violencias de pareja, contra niños, niñas y adolescentes y contra adultos mayores. En la actualidad,
la literatura disponible al respecto en países europeos y en los Estados Unidos sugiere que la
violencia filio – parental (violencia de los hijos hacia los padres) tiene tendencia al incremento;
igualmente, también se observa tendencia a que la figura materna es la que es receptora de la
agresión en una mayor proporción.

De acuerdo a los estudios del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, la violencia
filio parental es un fenómeno que se ha ido abordando progresivamente en los

estudios de violencia intrafamiliar; de hecho, desde antes de la década de los sesenta del siglo XX,
ya existía literatura que explicaba su aparición. Observándose también que la violencia
intrafamiliar ejercida, no se limita solamente a la agresión física, sin que también generan las
consecuencias en el plano mental con distintas manifestaciones, como la intimidación, el
desprecio, los insultos, entre otras, también son resaltables y, muchas veces, son invisibilidades
por la sociedad y también por parte de la misma victima agredida.

Frente a las lesiones de carácter físico, se mostraron datos sobre violencia contra niños, niñas y
adolescentes, violencia contra población adulta mayor, y violencia contra otros familiares. Siendo
esta última, una violencia filio parental, que en gran parte de los casos ha pasado desapercibido.
Motivos por los cuales se hace necesario que, todos los actores involucrados en la atención a las
personas víctimas de violencia intrafamiliar (sector judicial, sector salud, fuerza pública) estén
prestos a realizar el reporte de este tipo de violencia, ya que muchas veces, al estar asociada a
otros tipos de delitos (como la violencia de pareja, por ejemplo) se puede obviar y, finalmente, no
reportar, con lo cual las estadísticas se alteran y no se puede determinar con precisión la
magnitud del problema de la violencia intrafamiliar.

La violencia familiar es una realidad en nuestro país, sobre todo en el confinamiento provocado
por la pandemia del virus Covid-19. El encierro, la restricción de movilidad, la incertidumbre, el
estrés y la presión por la situación económica, la educación a distancia de manera improvisada,
causan situaciones difíciles para los miembros de la familia en distintos contextos.

En el año 2020, el mes de marzo, ha sido, cuando se han presentado más presuntos delitos de
violencia familiar. Este mes, comparado con el mismo mes de los cinco años anteriores, ha sido en
el que más presuntos delitos de violencia familiar se han reportado.

De acuerdo con el último informe del Observatorio Colombiano para las Mujeres, entre el 25 de
marzo y el 11 de abril, la línea nacional 155 atendió 1674 reportes de violencia intrafamiliar,
evidenciando un aumento significativo con respecto al mismo periodo del año pasado.

De acuerdo a la docente menciona Lina Marcela Estrada, investigadora en Universidad de Medellín


afirma que “desde el punto de vista jurídico, lo primero que se debe hacer es proteger a quien
está sufriendo de violencia intrafamiliar que, según los reportes, son las mujeres, los niños, los
adultos mayores y las personas en situación de discapacidad”, ya que a la luz de la legislación y el
orden jurídico colombiano, se consideran sujetos de especial protección constitucional; lo cual
quiere significa, que todas las instituciones del Estado deben garantizar la protección de los
derechos de estos individuos.

Como puntos a favor el gobierno colombiano en esta pandemia, ha generado y reforzado, el


acompañamiento creando canales institucionales donde los afectados pueden realizar denuncias
ante las diferentes formas de violencia, pues el marco jurídico indica que hay otras formas a parte
de la física estipuladas en la Ley 1257 de 2008, donde se dictan cuatro formas de violencia (física,
psicológica, sexual y económica), de las cuales, durante la contingencia, se ha evidenciado el
aumento de la violencia psicológica. Generando así elementos de protección implementados para
la cuarentena como “un decreto donde el Gobierno Nacional indica que en este periodo de
confinamiento las comisarías de familia de todos los municipios deben brindar una atención
temprana y rápida a los casos de violencia intrafamiliar reportados”.

En este momento también existen unos convenios con D1 y Justo y Bueno para que cuando vaya
una persona que esté siendo víctima de violencia pueda indicarlo a los encargados del lugar y
hacer el llamado a las autoridades.

Finalmente, debemos resaltar y reflexionar que hoy en el aislamiento social obligatorio y siempre,
lo más importante es que la familia entienda que existe una problemática, que debe denunciar dar
a conocer para recibir el apoyo para las víctimas de violencia, ya que esto es un asunto que nos
compete tratar a todos como sociedad.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Para muchas personas creen, que las vivencias familiares no suelen ser como en tantos cuentos y
novelas se veían: de amor, cuidado y protección. Por el contrario, el hogar para ellas y ellos es un
lugar de ambiente de terror y riesgo permanente a su vida e integralidad. La violencia intrafamiliar
es un problema que afecta con mayor fuerza a las mujeres, niñas, niños, adolescentes y personas
mayores que han sido vulnerabilidades/os por su condición de género, edad, discapacidad y
reducidos poderes sociales y materiales.

PREGUNTA DE INVESTIGACION

¿La violencia intrafamiliar sería un acto hereditario?

OBJETIVO GENERAL

Brindar al grupo estudiantil, conocimiento sobre la violencia intrafamiliar, vivenciada antes y


después de la pandemia del virus Covid-19 en los grupos familiares de la sociedad colombina.
Reconocido este hecho como una problemática de salud pública.

OBJETIVO ESPECIFICO

• Dar a conocer las estadísticas presentadas en el confinamiento del virus Covid-19

• Crear conciencia de la denuncia para no callar hechos que pueda estar afectando la
integridad de nuestro grupo familiar

• Hacer el llamado a la sana convivencia y respeto a nuestros padres y adultos mayores, ya


que existe un porcentaje alto de agresión por parte de los adolescentes.

JUSTIFICACION

El aumento de los casos de violencia en el hogar nos deja varias lecciones para seguir
fortaleciendo nuestros sistemas de prevención y detección de la violencia intrafamiliares,
especialmente mientras duren las medidas de confinamiento y restricciones. El incremento en las
llamadas a las líneas de atención directa es una clara estadística; de que estas líneas cumplen un
papel importante y esencial de apoyo a las víctimas, pero más que eso es el compromiso que cada
integrante familiar esté dispuesto a denunciar y dar a conocer la problemática que se vive, y no
por miedo, desinterés al amor propio como víctima, deje pasar los hechos, de los cuales con el
tiempo serán en un futuro, una cadena que no parara y quizás termine en muchos caso en un
tragedia fatal.

Reflexiones

El aumento de los casos de violencia en el hogar nos deja varias lecciones para seguir
fortaleciendo nuestros sistemas de prevención y detección de la violencia doméstica –
especialmente mientras duren las medidas de confinamiento y restricciones de movilidad. El
incremento en las llamadas a las líneas de atención directa es un claro indicador de que estas
líneas cumplen un rol esencial de apoyo a las víctimas. Además, parece cada vez más
determinante capacitar al personal de atención para apoyar mejor a los distintos tipos de víctimas.
Eso incluye, por ejemplo, mecanismos para identificar a víctimas de violencia psicológica, o
anticiparse a potenciales situaciones de riesgo entre las familias que sufren las mayores pérdidas
de ingresos.

Sin duda, es vital que los organismos públicos y organizaciones sociales actúen de forma
coordinada y compartan sus bases de datos para seguir avanzando. Solo así podremos seguir
entendiendo las dinámicas de un problema social muy complejo y multidimensional, y podremos
orientar de forma más precisa las respuestas necesarias.

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