Como Hacer Sermones Textuales
Como Hacer Sermones Textuales
Como Hacer Sermones Textuales
Estas tres clases se subdividen en muchas otras según el carácter o procedimiento que se
adopte para el arreglo del sermón, como tendremos ocasión de ver.
Empezaremos hablando del sermón textual por ser el más fácil, sobre todo en su forma
simple o ilativa.
Los textos bíblicos suelen ser usados en tres formas por los predicadores:
a) Como punto de partida para el sermón. Algunos predicadores hacen uso del texto como
de una especie de plataforma desde la cual se lanzan a hablar sin acordarse del lugar de
donde vinieron. Los que usan así su texto como excusa y no como base del sermón
muestran tener poco respeto a la Palabra de Dios y no serán estimados por una
congregación de creyentes espirituales y fervorosos.
c) Como verdadero texto y fundamento del sermón. En las formas que vamos a analizar.
I. Palabra fiel. — Expónganse los motivos que tenemos para creer en la fidelidad de la
Sagrada Escritura, como son su enseñanza inigualable, profecías cumplidas, fidelidad y
pertinacia de los primeros propagadores del Cristianismo, etc.
Pásese luego al tercer punto diciendo: ¿En qué consiste tan gloriosa noticia que todo
hombre necesita conocer?
III. Que Cristo Jesús vino al mundo. — Cristo significa "ungido", elegido de Dios para una
misión especial. Jesús significa "Salvador". Háblese de las repetidas promesas que Dios
hizo de enviar a un Ser de tal naturaleza a través de los tiempos desde que el primer hombre
pecó. (Resista también aquí la tentación de explicar cómo Cristo nos salva, reservándolo
para el punto que sigue.)
V. De los cuales yo soy el primero. — Esta confesión de parte de cada hombre es
indispensable para poder recibir el beneficio inmenso de este glorioso mensaje de indulto.
Diga a los oyentes, personalizando ya el asunto: "Quizá no seas el más grande pecador del
mundo, pero eres el primero, por cuanto ninguno hay más cercano y que te interese tanto
salvar como tu propia alma inmortal."
Nótese el orden lógico de este texto, que empieza con un preámbulo acreditando la certeza
de la fe cristiana y termina con una aplicación personal.
Otro texto notable que viene lógicamente ordenado es Juan 10:27 y 28, el cual, por referirse
a una metáfora —la del Buen Pastor—, requerirá una explicación y aplicación especial.
No deben ser tratados en forma expositiva simple sino aquellos textos que contienen en sí
mismos un orden lógico y progresivo, es decir, que van de lo general a lo particular y de lo
menos importante a lo más apremiante.
EJEMPLO 7°
I. Un gran acontecimiento futuro. — "El día de la redención". (Se refiere a la liberación de todos los
males en la gloriosa Venida de Cristo.)
II. Un privilegio presente. — "Sellados". O sea, escogidos en lista para el día de la gran libertad.
III. Un gran requerimiento. — "No contristéis al Espíritu". Nos haríamos indignos de tan gloriosa es-
peranza si viviéramos mundanalmente.
Obsérvese que en ambos bosquejos hay un progreso de pensamiento hacia el objeto primordial del
texto, que es exhortar a los creyentes a vivir a la altura de nuestra soberana vocación.
IV. Sistema analítico-expositivo.
El sistema analítico se emplea con gran provecho en textos largos, o sea, porciones formadas por va-
rios versículos, de los cuales se toma, no cada palabra o frase para exponerla a considerarla, sino las que
convienen al plan general del sermón según el tema bajo el cual se comenta.
Esta clase de sermones se llaman expositivos, y aunque trataremos de ellos ampliamente en otros
capítulos, damos aquí estos ejemplos para mostrar cómo se aplica a ellos el método analítico la inversión de
términos. No es posible la formulación homilética de sermones expositivos si no es por el método analítico, ya
que se trata de pensamientos diseminados en un largo pasaje y no de un solo texto que se divide en partes. Por
esta razón, sin las frases analíticas que relacionan sus partes con el tema, no tendrían sentido las frases
escriturales que se escogen para comentar.
EJEMPLO 8º.
LA RELIGIÓN GENUINA
Ezequiel 31:19-21
EJEMPLO 9º.
Salmo 73:24-26
Nótese cómo en el primer bosquejo todo el desarrollo giró alrededor de la palabra religión y en el
segundo en la persona de Dios. Esta es la ventaja de tener un tema que une y da cohesión al sermón.
En ambas porciones bíblicas hay muchas más palabras y frases interesantes que tientan al expositor a
comentarlas, pero para que el discurso siga un plan deben tomarse solamente aquellas que tienen relación con
el tema y desarrollarlas con la suficiente extensión para que el conjunto forme el sermón interesante y edificante
que deseamos dar a nuestros oyentes.
En el desarrollo del ejemplo 9 aparece dentro del texto bíblico el vers. 25, el cual puede ser citado, y
hasta comentado, durante el desarrollo del vers. 26, explicando que a veces, con motivo de las tribulaciones
con las cuales Dios prueba a sus hijos, el creyente es tentado a sentirse solo, abandonado de la Providencia y
llevado a pronunciar con ironía y amargura la pregunta del versículo 25; pero, basado en la gloriosa esperanza
del vers. 24, se cambia la amargura en confianza, hasta poder llegar a decir en un sentido ponderativo, no con
signos interrogantes sino de admiración, la pregunta "¡A quién tengo yo en los Cielos!" Este cambio del
interrogante al admirativo puede estar basado en el poder y sabiduría de Dios que observamos en la
Naturaleza, o en las promesas de la Biblia, y también en ambas cosas. Para ello podemos presentar a los
oyentes ejemplos científicos o citas bíblicas.
Pero en este comentario el vers. 25 debe entrar, no en el orden en que lo hallamos en la Biblia, sino
como un desarrollo del vers. 26; o sea, después de haber explicado la primera parte del texto que dice: "Mi
carne y mi corazón desfallecen", para terminar con el clímax optimista "Mi porción es Dios para siempre". Esto
es: tanto en los días malos como en los días buenos.
Si tratáramos de explicar el 25 antes del 26, resultaría una regresión de pensamiento el tener que decir:
"Mi carne y mi corazón desfallecen", después de haber declarado: "Fuera de Ti nada deseo en la tierra." Pero el
esqueleto del sermón, basado en su título "Dios, el todo en la vida del creyente", nos ayuda a rectificar el vaivén
de contrastes propio de la poesía hebrea, para construir un mensaje escalonado, que empieza por la guía divina
que comenzamos a recibir desde nuestra infancia, y termina en una preciosa seguridad para todo tiempo y
circunstancia.
Vamos a poner el ejemplo de un texto tratado en las tres formas que venimos explicando:
EJEMPLO 10º.
MÉTODO ILATIVO:
I. Siendo rico. II.
Se hizo pobre. III.
MÉTODO ANALÍTICO: I.
Nótese cómo en ambos casos se expresa lo mismo, pero el segundo bosquejo es más sugestivo para el
predicador.
MÉTODO ANALÍTICO-INVERTIDO:
I.La incomparable riqueza original de Cristo. — "Siendo rico". El Cielo y el Universo le pertenecen.
II.La incomparable riqueza moral de Cristo. — "La gracia". Dios no es solamente rico en poder, en ciencia,
en gloria, etc., sino que lo es en amor. "Dios es amor". Ilústrese con ejemplos de la Naturaleza y de
la Biblia.
III.El gran motivo que le movió. — "Por amor de nosotros". Compadecido de nuestra miseria. Ilústrese con
ejemplos de pecado y desgracia en este mundo.
IV.El admirable método que adoptó. — "Se hizo pobre". Confírmese e ilústrese con ejemplos de los cuatro
Evangelios.
V.La inmensa riqueza que con ello nos proporcionó. — "Fuésemos enriquecidos" con una paz y gozo
presentes, y las riquezas del Cielo por siglos sin fin.
Obsérvese que en los dos primeros bosquejos hemos tenido que omitir frases muy importantes del texto,
como son: "la gracia" y "por amor a nosotros", porque no venían en el versículo en el orden lógico que
convenía, mientras que en éste, gracias al método analítico y a la inversión de términos, hemos hallado la
manera de incorporar estos buenos pensamientos al bosquejo, sin dejar de formar un conjunto lógico y
ordenado bajo un plan.
Es natural que en el desarrollo de los dos primeros bosquejos la idea de la gracia o amor del Salvador
habrá de entrar y el predicador tendrá ocasión de exponerla en sus puntos II y III, pero ello será en el curso de
la explicación sin poder formar una división especial, que no correspondería con las otras.
Es indispensable usar el método analítico para poder invertir los términos de un texto, pues sin la frase que
analiza y completa la idea del texto, el predicador no podría dar razón del porqué de la inversión o cambio de
orden de las frases que entran en el texto.
Supongamos que el lector hallara en algún libro de sermones un bosquejo bíblico formulado en esta forma:
I. Siendo rico.
II. La gracia.
Sentiría que el punto segundo rompe la relación entre el primero y el tercero; pero la definición de la
gracia como "riqueza moral de Cristo", une perfectamente el segundo punto con el primero y prepara el terreno
para el tercero.
V. Sermón textual-sintético.
Denominados así aquellos sermones basados sobre un solo texto para el desarrollo de los cuales el
predicador no sigue las mismas palabras del texto, ni en forma ilativa, ni tampoco por medio de frases
analíticas, pero todas derivadas del texto y relacionadas con éste.
EJEMPLO 11º.
SEGURA INVITACIÓN
Como introducción puede decirse: Jesús no puede echar a nadie fuera, de los que vienen a El, y las
razones lógicas son:
5. Anularía la obra de gracia iniciada por el Espíritu Santo en el corazón que se siente constreñido a
acudir a Cristo.
EJEMPLO 12º.
SIGÚEME
Introducción. — Describir gráficamente el caso de la vocación de Mateo, con cierto aire de misterio, sin
citar el nombre sino dejándolo adivinar a los oyentes.
Debe hacerse notar que todo el cambio fue realizado por una sola palabra. A nosotros nos cuesta a
veces miles de palabras convencer a personas hasta hacerles tomar una resolución quizá trivial. En este caso
una sola palabra bastó para determinar una decisión trascendental que cambió toda una vida. Tras esta
introducción puede procederse al desarrollo del sermón formulando estas tres divisiones:
PADRE, PERDÓNALOS
Pero si se hacen las divisiones de tal modo que formen proposiciones u observaciones resulta aún más
interesante y sugestivo el bosquejo. Se puede entonces decir:
1.Es la primera oración jamás oída de tal índole en la tierra. Es la cruz de Cristo que introduce tal oración.
2.Es el Hijo de Dios venido del cielo que ora así por sus verdugos. La idea de perdón ha venido del Cielo.
a) Su ternura.
b) Su clemencia.
d) Amor.
e) Nobleza.
f) Abnegación.
a) Desde la misma cruz procura el perdón para los más indignos.
Conclusión. — Esta oración proclama que la única manera para salvarnos es por la clemencia divina, por
gracia.
Obsérvese que en ambos bosquejos hay una gradación de pensamiento de lo general a lo particular,
dentro del texto, pero sin sujetarse a la letra del mismo.
El sermón textual-sintético, más que ningún otro de los que hasta aquí hemos estudiado, reclama
subdivisiones. Este bosquejo queda muy seco con sólo las cuatro divisiones principales, mientras que tratado
por proposiciones resulta muy sugestivo.
Aunque debemos tratar de las subdivisiones del sermón en otro capítulo más adelante, pondremos aquí
un bosquejo completo con sus subdivisiones para dar una idea más clara del sermón textual-tópico.
EJEMPLO 14º.
Mateo 5:44
I. Quién lo manda.
1.A los discípulos, seguidores, imitadores, que tienen el deber de seguir sus pisadas.
2.A los redimidos, los que le deben el inmenso favor de la vida eterna; favor obliga.
3.Es indispensable para asemejarnos a Cristo y prepararnos para la vida de amor en el Cielo.
2.Nos libra a nosotros mismos de los peligros del odio. (Donde las dan, las toman.)
Será el mejor medio para ganar almas para Cristo, y si son hermanos, para
El sermón textual es aquel que presenta un aspecto del mensaje de un texto bíblico corto, en
fidelidad a su contenido, forma y función. Decimos “corto”, porque la atención al detalle que
requiere este tipo de sermón nos obliga a examinar sólo uno o dos versículos de las Sagradas
Escrituras a la vez.
Aunque no todos los textos bíblicos se prestan para el sermón textual, hay infinidad de
versículos que bien pueden servir como punto de partida para nuestras reflexiones. Entre los
muchos textos “clásicos” que podemos señalar, destacamos pasajes bíblicos tales como Mateo
28.18 al 20, Juan 3.16 y Romanos 5.1.
En esta ocasión, sugiero tres modelos básicos para bosquejar sermones textuales. En
particular, les presento tres técnicas homiléticas:Bosquejos basados en palabras clave
Tomemos Romanos 5.1 para ilustrar estas técnicas. Ese hermoso pasaje bíblico dice de la
siguiente manera, en la versión Reina-Valera Revisión del 1960: “Justificados, pues, por la fe
tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.”
Justificar
Fe
Paz
Dios
Jesucristo.
Es necesario, pues, buscar en un buen diccionario bíblico el significado de estas palabras tan
importantes. Si posible, se debe identificar el vocablo hebreo o griego que está en la base de
nuestra traducción. En este caso, como el Nuevo Testamento fue escrito en griego,
encontramos que el verbo “justificar” es la traducción de “diakaióo”; “fe” la de “pístis”; y “paz”
la de “eiréne”.
Claro está, las divisiones centrales o “puntos” del pasaje bíblico deben enunciarse en oraciones
completas, no en palabras sueltas o frases carentes de verbos. Por lo tanto, es importante
desarrollar puntos que, basados en estos conceptos, transmitan ideas completas. Por ejemplo:
1. Justificar significa ser declarado por Dios como una persona “justa”, es decir, que
está en una relación correcta tanto con el Señor como con la comunidad.
2. Fe significa desarrollar una relación de fidelidad a y de confianza en Dios.
3. Paz, en el sentido griego de la palabra “eiréne”, marca el fin de un conflicto y el
comienzo de una relación sana con el Señor.
Un análisis gramatical nos lleva a considerar los verbos principales, los secundarios y los
implícitos, así como las cláusulas independientes y dependientes del texto. Esto nos permite
identificar las frases clave del texto. Por ejemplo:
Aunque esto facilita la tarea de bosquejar el pasaje, es necesario recordar que los puntos o
divisiones principales del sermón deben ser enunciados en oraciones completas, con sujeto,
verbo y predicado. Por ejemplo:
Conclusión
Como podemos ver, estas técnicas pueden ser muy útiles a la hora de bosquejar un sermón
textual. Esperamos, pues, que estas sugerencias sean de bendición para usted y para su
ministerio homilético.
Si usted desea leer, escuchar o ver más bosquejos de sermones de distintos tipos puede visitar
la sección titulada “Sermones” en nuestra página principal en el
Internet: www.drpablojimenez.com. Esa sección le dará acceso a varias páginas donde
encontrará sermones expositivos, narrativos, temáticos, doctrinales y de ocasión especial,
entre otros. Los sermones textuales se encuentran contenidos entre los expositivos.
Apéndice
A manera de apéndice, comparto unas notas homiléticas textuales basadas en Hebreos 11.1,
esperando que las mismas también puedan motivarles a redactar bosquejos para sermones
textuales:
La fe
Texto: Hebreos 11:1
Área: Formación espiritual
Diseño: Textual-Expositivo
Puntos a desarrollar: