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Trabajo Civil Bienes

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Taller penal especial.

Presentado por: Rosa Elvira Agamez.


Liris Nagles Mosquera
Paola Andrea Vasco Zapata

Presentado a: Jonatnan Acevedo

Derecho.

04/ octubre / 2020.


PRESCRIPCION ADQUISITIVA DE DOMINIO

referencia: expediente t-7.269.055

tipo de sentencia: tutela

fecha de sentencia: dieciocho (18) de octubre de dos mil diecinueve (2019).

magistrado ponente: Luis Guillermo Guerrero Pérez

actor o accionante: Sandra Patricia Mora Sarmiento

norma acusada:  artículos 86 y 241.9 de la constitución política y 33 y


subsiguientes del decreto 2591 de 1991.

hechos o elementos facticos:

(a) defecto fáctico por la indebida apreciación de las pruebas que demostraban el


cumplimiento del término de la prescripción extraordinaria adquisitiva de dominio
por parte de la accionante, en la que deberán examinarse los cargos (i) y (iv)
enunciados en el párrafo anterior, en tanto los dos están dirigidos a demostrar que
la valoración efectuada por el juez de los actos de violencia intrafamiliar sucedidos
entre la demandante y su expareja sentimental no podían configurar, a su juicio, la
interrupción de la posesión del inmueble.

(b) defecto fáctico por la falta de apreciación de pruebas que obraban en el


expediente y demostraban la calidad de dueña del inmueble de la accionante, en
la que deberá examinarse el cargo (iii) enunciado en el párrafo anterior.

problema jurídico de la sentencia: la problemática jurídica que le corresponde


inicialmente examinar a la corte pasa por verificar la acreditación de los requisitos
generales de procedencia de la acción de tutela contra providencias judiciales. en
caso de resultar favorable, se proseguirá con el estudio de la controversia de
fondo, la cual se contrae a determinar si el juzgado segundo civil municipal de
Girardot vulneró los derechos fundamentales al acceso a la administración de
justicia, al debido proceso y a la igualdad de la accionante, al incurrir, a su juicio,
(i) en un defecto fáctico por la indebida apreciación de las pruebas que
demostraban el cumplimiento del término de la prescripción extraordinaria
adquisitiva de dominio; (ii) en un defecto fáctico por la falta de  apreciación de
pruebas que obraban en el expediente y demostraban la calidad de dueña del
inmueble; (iii) en un defecto sustantivo por la inaplicación de las normas de la ley
1257 de 2008 que se refieren a la protección de las mujeres víctimas de violencia
intrafamiliar; y (iv) en un defecto sustantivo por la inobservancia del deber de que
toda sentencia guarde congruencia entre los fundamentos y la decisión, de
conformidad con el artículo 281 de la ley 1564 de 2012.

argumento de la corte: "en otras palabras, se presenta defecto fáctico por


omisión cuando el juzgador se abstiene de decretar pruebas. (…). existe defecto
fáctico por no valoración del acervo probatorio, cuando el juzgador omite
considerar pruebas que obran en el expediente bien sea porque 'no los advierte o
simplemente no los tiene en cuenta para efectos de fundamentar la decisión
respectiva, y en el caso concreto resulta evidente que, de haberse realizado su
análisis y valoración, la solución del asunto jurídico debatido variaría
sustancialmente.' hay lugar al defecto fáctico por valoración defectuosa del
material probatorio cuando o bien 'el funcionario judicial, en contra de la evidencia
probatoria, decide separarse por completo de los hechos debidamente probados y
resolver a su arbitrio el asunto jurídico debatido; o cuando a pesar de existir
pruebas ilícitas no se abstiene de excluirlas y con base en ellas fundamenta la
decisión respectiva' dando paso a un defecto fáctico por no excluir o valorar
una prueba obtenida de manera ilícita"

argumento propio de la sentencia: creo que el juzgado no debió fallar sin antes
haber revisado las pruebas que la accionante tenía y mucho menos negarle la
adquisición de dominio porque el juez valoró los actos de violencia física-verbal a
los cuales fue sometida por su expareja como una interrupción de la posesión.

VENTA DE COSA AJENA SENTENCIA: C-174/01

referencia: expediente d-3142

tipo de sentencia: sentencia constitucional.

fecha de sentencia: catorce (14) de febrero del año dos mil uno (2001).

magistrado potente: Dr. Álvaro Tafur Galvis.


actor accionante: los ciudadanos Sandra Liliana Arias Osorio, julio cesar
valencia Carvajal, Diana María Castaño Vargas, Diana Patricia Giraldo Palacio,
Joel Andrada Varona, Juan Manuel González Muñoz y William Andrés Marín
Ossa, estudiantes de derecho de la universidad libre-seccional Pereira

norma acusada

“libro cuarto de las obligaciones en general y de los contratos título XXIII de la


compraventa capítulo IV de la cosa vendida
 
artículo 1871. la venta de cosa ajena vale, sin perjuicio de los derechos del dueño
de la cosa vendida, mientras no se extingan por el lapso de tiempo

capítulo v de los efectos inmediatos del contrato de venta

artículo 1874. la venta de cosa ajena, ratificada después por el dueño, confiera al
comprador los derechos de tal desde la fecha de la venta.

artículo 1875. vendida y entregada a otro una cosa ajena, si el vendedor adquiere


después el dominio de ella, se mirará al comprador como verdadero dueño desde
la fecha de la tradición.
por consiguiente, si el vendedor la vendiere a otra persona después de adquirido
el dominio, subsistirá el dominio de ella en el primer comprador.”

hechos o elementos fácticos.

aducen, que cuando el comprador compra al vendedor el bien que no le


pertenece, celebra un negocio jurídico diferente al deseado, que por tanto el
contrato no puede ser válido debido a que su consentimiento estaría viciado por
error, generado en la conducta del vendedor. estiman que “resulta estéril
pensar” que alguien, sin ser dueño, pueda transferir un bien cumpliendo con todas
las formalidades legales y no incurra en los punibles de falsedad en documento
público y personal, además en “delitos contra el patrimonio económico”. aducen
que como estas conductas se tipifican porque atentan contra el postulado de la
justicia y el principio de seguridad jurídica, consagrados en el preámbulo de la
constitución política, el contrato así celebrado “adolece de nulidad absoluta por
tener objeto y causa ilícitos, más el enriquecimiento sin causa de quien así vende
lo que no le pertenece.” 

sostienen que las disposiciones demandadas deben ser excluidas del


ordenamiento jurídico porque el estado se encuentra obligado a proteger al titular
del derecho a la propiedad privada –artículos 2º y 58 cap.- y consideran que no se
protege al propietario porque las normas demandadas le permiten a cualquiera,
vender los bienes que pertenecen a éste sin su consentimiento. al respecto se
preguntan: “como (sic) explicarle al propietario de un bien que su derecho a la
propiedad privada puede hacerlo efectivo y que además esta efectividad la
garantiza el estado si la ley permite a cualquiera persona vender su bien sin su
consentimiento previo o sin que medie un contrato de mandato expreso que lo
faculte para ello?”. estiman que respecto de la violación del artículo 2º superior, se
presenta el “fenómeno jurídico de la sobreviniencia”, porque las disposiciones
demandadas se tornan en inexequibles a raíz de la obligación del estado de
garantizar los derechos de los particulares, impuesta por la constitución política
que actualmente nos rige. 
 
para concluir aducen que las disposiciones demandadas quebrantan el artículo 58
de la constitución política, porque la garantía de la propiedad privada se queda
en “simple retórica” respecto a la posibilidad de un tercero de disponer
válidamente de los bienes que no le pertenecen. sostienen que conforme al
ordenamiento superior y a los convenios internacionales ratificados por el estado,
sólo éste puede disponer de los bienes de un particular, por motivos de utilidad
pública e interés social y con previa indemnización. y que tal como lo ha sostenido
esta corporación, la propiedad no es un derecho absoluto del cual se puede
disponer arbitrariamente.

problema jurídico de la sentencia: los demandantes solicitan que se excluyan


del ordenamiento jurídico los artículos 1871, 1874 y 1875del código civil porque, a
su juicio, desconocen el preámbulo y los artículos 2º y 58 de la constitución
política. sostienen que el preámbulo de la constitución política preceptúa que la
justicia prevalece, pero que las normas acusadas desconocen tal postulado,
debido a que permiten al vendedor transferir bienes que no le pertenecen sin
reparar en que el comprador no va a poder adquirir el bien cuya adquisición
contrató porque nadie puede dar aquello que no tiene. para sustentar su
afirmación transcriben el artículo 740 del código civil y concluyen que “la venta de
cosa ajena es una proposición jurídica incompleta, falla porque un contrato así
celebrado carece de uno de sus elementos esenciales para su existencia”,
porque como “el comprador recibe la cosa con el ánimo de adquirir el dominio”, “la
tradición es un elemento del contrato de compraventa”.

argumento de la corte: de conformidad con la competencia que le ha sido


asignada por el artículo 241 de la constitución política, la corte se limitará a
analizar la constitucionalidad de los efectos de la compraventa, cuando el
contratante vendedor no es el verdadero dueño, considerando, además, la
exclusión del verdadero titular, por cuanto –como quedó dicho- respecto de la
expresión “la venta de cosa ajena vale”, que hace parte del artículo 1871 del
código civil, los actores dieron cumplimiento a los requisitos que el artículo 2º del
decreto 2067 de 1991 exige, para los juicios de constitucionalidad y la frase que le
sigue “sin perjuicio de los derechos del verdadero dueño” conforma con la anterior
unidad normativa. 

no obstante, se declarará inhibida para considerar y pronunciarse con relación a


la constitucionalidad de los artículos 1874 y 1875 del estatuto civil, al igual que
respecto de la expresión “mientras no se extinga por el lapso” que hace parte del
1871 demandado, porque –tal como se expuso - contra estas disposiciones no se
formularon cargos y la inconstitucionalidad propuesta no fue motivada. lo anterior
por cuanto al entrar a estudiar de fondo el asunto, para decidir como corresponde,
tal omisión se ha hecho evidente.

argumento propio de la sentencia: el contrato de compraventa es,


generalmente, consensual, porque se perfecciona con el acuerdo de voluntades,
que por lo tanto se equivocan los demandantes cuando sostienen que la titularidad
del bien, en cabeza de un tercero impide que el contrato se perfeccione, porque la
tradición es un modo de adquirir el dominio y no un elemento esencial del contrato
de venta.

estima apoyada en jurisprudencia de la sala civil de la corte suprema de justicia de


la cual trae apartes, que, al validar la venta de cosa ajena, no se vulnera el orden
justo consagrado en la constitución política porque lo que hace el código civil es
preservar el acuerdo de voluntades, proteger al comprador dando la oportunidad
de exigir al vendedor el saneamiento, en caso de evicción de la cosa, y garantizar
los derechos del propietario, porque éste puede acudir a la acción reivindicatoria.
 
estima que, contrario a lo manifestado por los demandantes, los artículos 1874 y
1875 del estatuto civil tampoco desconocen el orden justo y el derecho a la
propiedad privada, por cuanto protegen al comprador de buena fe e impiden que el
comprador que no es dueño celebre válidamente “otro acuerdo de voluntades
sobre el mismo objeto.

COMPRA- VENTAS
referencia: expediente t-761637

tipo de sentencia: acción de tutela

fecha de la sentencia: Bogotá d.c., treinta (30) de octubre de dos mil tres (2003)

magistrado ponente: Dr. Alfredo Beltrán Sierra, Manuel José cepeda espinosa.
Jaime Córdoba Triviño.

actor o accionante: José Ismael ladino rojas.

accionado: sala de decisión civil del tribunal superior del distrito judicial de
Bogotá.

norma acusada: acción de tutela contra providencias judiciales – procedencia


excepcional por vía de hecho judicial

hechos elementos facticos:

1.manifiesta el demandante que el 17 de julio de 1980, presentó demanda que por


reparto correspondió al juzgado trece civiles del circuito de Bogotá, para que se
librara mandamiento de pago por obligación de hacer contra Indalecio Landinez
Afanador, y se ordenara la suscripción de la escritura que perfeccionara el
contrato de compraventa recogido en la promesa de compraventa suscrita por las
partes el 11 de diciembre de 1978, adicionada el 14 de noviembre de 1979. el
ejecutante solicitó como medida cautelar el embargo del inmueble objeto del
contrato prometido, la cual fue decretada por auto de 23 de julio de 1986. no
obstante, esa medida cautelar no pudo ser inscrita en principio, porque sobre el
predio de mayor extensión se hallaba vigente un embargo decretado por el
juzgado veintidós civiles del circuito de esta ciudad, en el proceso ejecutivo con
título hipotecario adelantado por el banco de Bogotá contra Indalecio Landinez
afanador. con todo, una vez cancelada esa medida, se mantuvo vigente la del
juzgado trece civiles del circuito de Bogotá, dentro del proceso de qué trata el
presente asunto, según consta en el certificado del registrador de instrumentos
públicos expedido el 13 de julio de 2000, medida que persiste bajo las anotaciones
nos. 16 y 17 del mismo.

2. añade el demandante que una vez librado el mandamiento de pago, el


demandado compareció al proceso y propuso algunas excepciones, entre ellas, la
de inexistencia de título ejecutivo, teniendo en cuenta que si bien la promesa de
contrato contenía los linderos generales del bien de mayor extensión, no ocurría lo
mismo con los especiales del bien prometido en venta, razón por la cual el
contrato de promesa de compraventa adolecía del requisito señalado en el
numeral 4° del artículo 89 de la ley 153 de 1887.

el juzgado trece civiles del circuito, en providencia de 26 de marzo de 1999, negó


las excepciones propuestas por el ejecutado y, dispuso la continuación de la
ejecución en la forma indicada en la orden de pago “con la aclaración que quienes
debían cumplir con la obligación eran los sucesores del demandado”.

contra esa decisión se interpuso el recurso de apelación, ante la sala civil del
tribunal superior de Bogotá, quien mediante providencia de 25 de octubre de 2002
(con un salvamento de voto), la revocó, dispuso la terminación del proceso y
ordenó la restitución al ejecutante de la suma pagada en razón y con ocasión de la
promesa de compraventa celebrada con el ejecutado, fundando su decisión en el
incumplimiento del requisito exigido por el numeral 4° del artículo 89 de la ley 183
de 1887 y, aduciendo lo siguiente

3.después de citar apartes de la sentencia c-176 de 1994, sobre la procedencia de


la acción de tutela por violación del debido proceso, expresa el demandante que
en la sentencia proferida por el tribunal accionado se incurrió en una vía de hecho,
pues el argumento según el cual han debido consignarse los linderos generales
del predio de mayor extensión o, en su defecto, allegar algún documento en el que
ellos constaran, “resulta totalmente caprichosa por la absoluta falta de respaldo
legal y probatorio que la sustente y, por lo tanto, constitutiva de vía de hecho, por
varias razones a saber:

a) el requisito que exige el numeral 4° del artículo 89 de la ley 153 de 1887,


requiere en relación con la promesa de compraventa de inmuebles, no solamente
la determinación de la cosa que ha de ser objeto del posterior contrato de
compraventa, sino también del precio, por tratarse de los elementos esenciales del
contrato prometido, según lo dispone el artículo 1948 del código civil. para la
determinación del precio en el contrato de compraventa, aduce el demandante, se
puede acudir a cualquiera de las formas establecidas en el código civil (arts.
1864, 1865); así mismo, para la determinación de la cosa objeto del contrato de
compraventa, en particular para la enajenación de bienes inmuebles, se puede
acudir a diversos factores librados al buen criterio de la jurisprudencia y la
doctrina, entre los cuales, cuentan con aceptación, la ubicación geográfica, la
descripción física, la extensión superficiaria, la nomenclatura urbana o rural, los
linderos, y “en general cualquier otro criterio que sirva para determinarlo”. en
efecto, aduce el accionante que en el contrato de compraventa de bienes raíces,
para cumplir con el requisito de la determinación de la cosa vendida, los
contratantes si bien no tienen una pauta legal que les indique en forma clara y
precisa la manera de individualizar los bienes inmuebles, dentro del postulado de
la libertad contractual se pueden valer de cualquier sistema que les permita el
cumplimiento cabal de ese requisito, empleando para el efecto expresiones o
fórmulas aceptadas por la doctrina y la jurisprudencia para darlo por cumplido
“especialmente con el que dice relación con los linderos; pero está visto que tal
omisión no genera tampoco indeterminación del objeto materia de compraventa, si
en el contrato respectivo figuran otros elementos que los suplan suficientemente”.

así las cosas, considera el accionante que las directrices y criterios sugeridas en
materia de determinación de la cosa en el contrato de compraventa de bienes
inmuebles, deben seguirse para la determinación de la cosa cuando se trata de
contrato de promesa de compraventa que recae sobre bienes inmuebles “pues
con ello se cumple, ante la inexistencia de un patrón legal que así lo disponga, con
la exigencia del numeral (4°) del artículo 89 de la ley 153 de 1887”, criterio que
según el actor es aceptado por la corte suprema de justicia, en sentencia de
casación civil de 25 de septiembre de 1979.

4. para el demandante el argumento aducido por el tribunal, al declarar la nulidad


del contrato de promesa de compraventa, aduciendo la insuficiencia en la
identificación del inmueble prometido en venta, resulta completamente arbitrario,
pues lo cierto es que el documento “aducido como fuente de recaudo ejecutivo”,
contiene las especificaciones que exige la ley para que el contrato allí celebrado
produzca obligaciones, en particular la relacionada con la cosa objeto del acuerdo
y, añade, que de no ser así, por lo menos contiene los elementos para
determinarlo, con lo cual se desvirtúa por completo la nulidad del contrato de
promesa de compraventa declarada por el tribunal y, agrega que “la inexistencia
de determinación alguna del bien prometido en venta, no aparece de ‘manifiesto’
en el acto o contrato; y de paso, desde luego, también cumple con las exigencias
que se refieren al título ejecutivo, para demandar válidamente del prometiente
vendedor la suscripción del documento notarial que perfeccione el contrato objeto
de la promesa”.

5. finalmente, considera el actor que la acción de tutela es el único mecanismo


judicial con que cuenta para la corrección o enmienda del error en que incurrió el
tribunal accionado, porque contra esa clase de procesos no procede sino el
recurso extraordinario de revisión, y dentro de las causales previstas para el efecto
“ninguna subsume la situación jurídica y probatoria que aquí se controvierte.

los elementos facticos también se presentan cuando, cuando se aprecian pruebas


que no se han debido admitir ni valorar por ej, fueron indebidamente recaudadas
(art. 29 c.p)

problema jurídico:

considera el demandante, que la sala de decisión civil del tribunal superior de


Bogotá, incurrió en una vía de hecho por defecto fáctico al declarar la nulidad
absoluta del contrato de promesa de compraventa celebrado entre él y el señor
Indalecio Landinez afanador, aduciendo para ello la falta de cumplimiento del
requisito establecido en el numeral 4° del artículo 89 de la ley 153 de 1887, que
dispone: “Q]ue se determine de tal suerte el contrato, que para perfeccionarlo sólo
falte la tradición de la cosa o las formalidades legales, porque el apoyo probatorio,
legal y doctrinario en que se basó para llegar a la decisión que se cuestiona,
resultó absolutamente inadecuado, con lo cual se vulneró su derecho fundamental
al debido proceso.
compete entonces a esta sala de revisión, establecer si en efecto, la valoración
probatoria realizada por la entidad demandada resulta inadecuada, arbitraria y
caprichosa, por lo tanto, violatoria del derecho fundamental al debido proceso, o si,
por el contrario, el juez colegiado al proferir su sentencia se sujetó a las normas
constitucionales y legales y, acudiendo a una hermenéutica que las consulte con
rigor, asumió la decisión que consideró ajustada al ordenamiento jurídico.

argumento de la corte.

la corte advierte que, en concordancia con su propia jurisprudencia, que solo es


factible fundar una acción de tutela cuando se observa de manera manifiesta
aparece de manera arbitraria la valoración probatoria, hecha por el juez en la
correspondiente providencia. el error en el juicio valorativo de la prueba debe ser
de tal entidad que sea ostensible, flagrante y manifiesto, y el mismo debe tener
una incidencia directa en la decisión, pues el juez de tutela no puede convertirse
en una instancia revisoría de la actividad evolución probatoria del juez que
ordinariamente conoce el asunto, según sus reglas generales. la corte considera
que la decisión adoptada por el tribunal no es con finalmente, la corte debe
advertir, en finalmente la corte debe advertir en concordancia con su propia
jurisprudencia, que sólo es factible fundar una acción de tutela cuando se observa
que de una manera

argumento propio:
El tribunal superior de Bogotá hiso caso omiso a las pruebas y señalamiento del
accionante cuando estipulo que los linderos y las señalizaciones del predio
estaban claras, y no vulneraban los derechos al debido proceso. aduciendo que
los requisitos de los linderos, ubicación y descripción del sitio estaban claro y
establecido en el numeral 4º del artículo 89 de la ley 153 del 1887. Siendo estos
los requerimientos legales que faltaban para legalizar el contrato de compraventa.
El demandante deja claro que la nulidad del contrato de promesa de compraventa
fue un acto arbitrario, pero para la corte no es así. Esta acción de tutela se
instauró con el fin de que el tribunal corrigiera los hechos por los cuales revoco
esta sentencia, pero la corte fue enfática en decir que no, a la decisión de revocar
no es arbitraria y tampoco vulnera los derechos del demandante y menos el
debido proceso, es por ello que no le dio vía libre para que se cumpliera con el
contrato de compraventa del inmueble al este no estar debidamente determinado y
no cumplía los requisitos para llevarlo a cabo.
En conclusión, pese a todo lo que se llevó a cabo en este proceso resulta
improcedente para la corte no es viable, porque no cumple con aquellos requisitos
específicos que se necesitan para llevar a la terminación y legalización del
contrato de compraventa del inmueble.
Para la corte no hubo soporte que reafirmara los linderos, y tampoco un
documento donde se pudiera verificar el mismo

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