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Conferencias Del Consejo Episcopal Latinoamericano

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Conferencias del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) PDF

Índice

1. Antecedentes del CELAM


1.1 Los primeros encuentros episcopales latinoamericanos
1.2 Creación del CELAM

2. Las conferencias generales del episcopado Latinoamericano


2.1 Primera Conferencia: Río de Janeiro, entre el 25 de Julio – 4 de Agosto de
1955
2.1.1 Contexto social y eclesial
2.1.2 Organización y principales acentos

2.2 Segunda Conferencia: Medellín, entre el 26 de Agosto – 7 de Septiembre de


1968
2.2.1 Contexto social y eclesial
2.2.2 Organización y Principales acentos

2.3. Tercera Conferencia: Puebla, entre el 27 de enero – 13 de febrero de 1979


2.3.1 Contexto social y eclesial
2.3.2 Organización y Principales acentos

2.4 Cuarta Conferencia de Santo Domingo: entre el 12 – 28 Octubre de 1992


2.4.1 Contexto social y eclesial
2.4.2 Organización y Principales acentos

2.5 Quinta Conferencia: Aparecida, entre el 13 – 31 Mayo de 2007


2.5.1 Contexto social y eclesial

3. Breves cuestiones conclusivas


4. Referencias

1 Antecedentes del CELAM


1.1 Los primeros encuentros episcopales latinoamericanos
El episcopado latinoamericano tiene una larga historia de búsqueda de un
organismo colegiado que discierna la ruta del catolicismo del continente. En
efecto, durante la época colonial se desarrollaron 1/7/2021 Verbete 2/10
concilios provinciales o juntas eclesiásticas tanto en ciudad de México como en
Lima, incluso antes de la Real Cédula pos-tridentina de 1621. Ya en 1899, por
iniciativa del Obispo chileno Monseñor Carlos Casanueva, el Papa León XIII
convoca en Roma al Primer Concilio Plenario Latinoamericano, con ocasión del
400 aniversario de la llegada de colonos españoles. Los trece arzobispos y
cuarenta obispos se ocuparon fundamentalmente de discutir más que
cuestiones doctrinales, asuntos relativos a la disciplina eclesiástica, con la
emergencia de problemas socio-eclesiales comunes.
1.2 Creación del CELAM El CELAM se crea en 1956, a propósito de la
celebración de la Primera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano
reunido en Río de Janeiro en 1955. Su nacimiento jurídico se remonta a 1958. La
creación del CELAM precede a la existencia de la mayoría de las Conferencias
Episcopales de iglesias locales, por lo tanto, no podemos leer su surgimiento
como una recepción regional de una experiencia local. En la reunión aludida de
fines del XIX, no habría surgido aún la conciencia común del episcopado
latinoamericano, dado que la Iglesia en América Latina era heredera de la
cristiandad rural, manifestada en formas masivas y pasivas de piedad popular
decimonónica, estrictas pautas sociales tradicionales de convivencia, élites
eclesiásticas de territorio, etc. (HOUTARD, 1986, 94). En este sentido, el CELAM
no fue fraguado en el interior de la reflexión del cuerpo episcopal del continente.
Se institucionalizó como órgano eclesial-episcopal por la iniciativa de algunos
obispos y el impulso de instancias romanas. Con la renovación del Concilio
Vaticano II, esta institución eclesial latinoamericana adquirirá progresivamente
más autoconciencia del significado del afecto colegial y sus positivas
repercusiones pastorales. Para que este Consejo Latinoamericano funcionara
eficazmente, se creó un Secretariado General como órgano permanente para dos
cosas: implementar las resoluciones del Consejo y coordinar la actividad de los
Secretariados Nacionales (IBAN, 1989, 289). En mayo de 1956, Mons. Julián
Mendoza, fue elegido por el Papa como el primer Secretario General, quien de
inmediato preparó la primera reunión del Consejo Episcopal Latinoamericano.
Presidida por el Nuncio Apostólico en Colombia, en esa ocasión se eligió al
Presidente y a los dos Vice-Presidentes del Consejo para el período 1957-1958.
Por mayoría fue elegido Presidente el Arzobispo de Río de Janeiro, Cardenal
Jaime de Barros Cámara, y como Vicepresidentes Mons. Miguel Darío Miranda,
Arzobispo Primado de México y Mons. Manuel Larraín, Obispo de Talca, Chile. El
CELAM se ha reunido en Conferencia General cinco veces: 1955, 1968, 1979,
1992 y 2007, emitiendo un Documento Final como conclusiones de sus trabajos.
Estos documentos no se explican de manera automática e independiente, se
requiere una adecuada hermenéutica para evaluarlos y entender aquello que allí
se ha expresado u omitido.

2 Las conferencias generales del episcopado Latinoamericano


2.1 Primera Conferencia: Río de Janeiro, entre el 25 de julio-4 de agosto de 1955
2.1.1 Contexto social y eclesial Dos acontecimientos eclesiales marcarían la
primera Conferencia del Episcopado Latinoamericano, a saber, el XXXVI
Congreso Eucarístico Internacional, celebrado en Río de Janeiro entre el 17 y el
24 de julio y el II Encuentro Latinoamericano de la Juventud Obrera Católica
(JOC), con presencia del sacerdote belga Joseph Cardijn, fundador de la JOC
(DUSSEL, 1965, 63). Allí resonaron las voces del laicado promotor de un
catolicismo marcado por la preocupación de la aplicación de la Doctrina Social de
la Iglesia en contexto latinoamericano, la cuestión laboral y la vivencia social de la
fe. La convocación, programación y presidencia fue responsabilidad Pontificia, el
Secretario de la Sagrada Congregación Consistorial, Cardenal Giovanni Adeodato
Piazza, trabajó en la preparación y conducción 1/7/2021 Verbete 3/10 junto a
Monseñor Antonio Samoré, Monseñor Helder Câmara (Brasil) y los Arzobispos de
Concepción (Chile), de Puebla (México) y de Santo Domingo. Se invitaron a
observadores de los Episcopados de Estados Unidos, Canadá, España, Filipinas y
Portugal. El Papa Pío XII, esperaba expresamente que los obispos de América
Latina se hicieran cargo del problema de la escasez de clero, considerado como el
principal para el catolicismo regional. No hubo mención expresa del enorme
problema social causado por la dependencia latinoamericana de Estados Unidos.
Se había comenzado a establecer la consolidación de gobiernos nacionalistas y
reformistas que buscaban alejarse de la excesiva influencia de Estados Unidos en
la conducción de sus políticas interiores; frente a ello se establecieron políticas de
desestabilización económica y política. Todo esto fue deliberadamente dejado de
lado. La preocupación fundamental estaba centrada en el incremento del
protestantismo lo que, a juicio del Pontífice, estaba directamente relacionado con
la falta de atención pastoral por ministros, quedando un terreno libre a diversos
grupos sociales y religiosos que ponían en riesgo la predominancia de la fe
católica. Por ello el trabajo en pastoral vocacional y el cuidado en la formación del
clero ayudaría a generar más y mejor clero local; pero también se precisaba el
fomento de la llegada de sacerdotes extranjeros, de modo que se renovasen
métodos pastorales apropiados a las exigencias del problema religioso de América
Latina, superando la fragmentación y generando más intercambio entre las
iglesias locales.
2.1.2 Organización y principales acentos La realidad religiosa del Continente
marcó la agenda de la Conferencia. Para descubrir el rostro de Dios, en su
resplandor y deformaciones, el Cardenal Piazza solicitó realizar un análisis
estadístico de la situación pastoral, espiritual y social de las iglesias locales.
Metodológicamente se trataba de hacer localmente estos estudios, para que luego
las asambleas provinciales enviaran los resultados a la asamblea de Río. Las siete
comisiones de la Conferencia fueron: Clero, Auxiliares del clero, Organización y
medios del apostolado, Protestantismo y otros movimientos anticatólicos,
Actividades sociales-católicas, Misiones, indios y personas de color, Emigración y
gente de mar; ellas trazaron un perfil del catolicismo latinoamericano que
enfrentaba un proceso de descristianización producido – según los informes – por
la falta de sacerdotes. Atención especial mereció la cuestión misionera
especialmente frente a la emigración rural y al creciente aumento del
protestantismo y las sectas, comprometiéndose con los inmigrantes y con la
promoción de una cultura autóctona. Se destacó el potencial de las diversas
formas de apostolado laico frente a formas de disgregación cristiana. La
Conferencia se propuso, además, incentivar la creación de un diario católico en
cada país y también limitar la influencia del mal cine. A pesar de identificar el
problema en la escasez de clero, con una eclesiología muy autocentrada, se
evidenció una sensibilidad real por los problemas sociales del momento y la
positiva influencia que un laicado mejor formado podía traer al Continente. La
Conferencia aprobó una Declaración dirigida al clero y a todos los fieles de
América Latina, además de Resoluciones que todo el episcopado de América
Latina debía tener en consideración. La principal sería, sin duda, la constitución de
un Consejo Episcopal Latinoamericano (Conclusiones, 82-84), el cual tendría
como principal preocupación identificar los principales problemas comunes y
coordinar e impulsar las iniciativas católicas en el Continente.

2.2 Segunda Conferencia: Medellín, entre el 26 de agosto – 7 de septiembre de


1968
2.2.1 Contexto social y eclesial La segunda Conferencia General del Episcopado
Latinoamericano fue también precedida por un Congreso Eucarístico Internacional
realizado en Bogotá. Fue la primera vez que un pontífice pisaba tierras
latinoamericanas. Entre 1962 y 1965 se había celebrado el Concilio Vaticano II,
trayendo consigo la cristalización de décadas de pensamiento teológico renovador
en el catolicismo romano. Este 1/7/2021 Verbete 4/10 magisterio universal sería
contrastado con dos documentos promulgados por el papa Pablo VI: la Encíclica
Populorum Progressio (PP), con muy buena recepción en América Latina y la
Encíclica Humanae Vitae que había desatado una encarnizada polémica. Los
contenidos de ambos documentos perfilaron los discursos de Pablo VI en Bogotá,
añadiendo numerosas condenas contra la justificación y apología de la violencia,
en línea con PP que establecía una clara condena de la violencia institucional
como causante de la inestabilidad social. Socialmente, el continente enfrentaba
una desproporción acelerada entre progreso económico y desarrollo social.
Muchas Iglesias locales, tales como Brasil, Chile, Venezuela, Colombia, Ecuador y
Costa Rica apoyaron la creación de movimientos de inspiración cristiana como
cooperativas y proyectos de promoción humana. La Iglesia también colaboró en la
creación de partidos políticos con inspiración cristiana. Algunas reformas
estructurales, como la agraria, fueron también impulsadas por la Iglesia. La
Conferencia se enfrentó a ese modelo económico neoliberal de desarrollo, unido a
la convulsión estudiantil de varios países del continente. Era imperativo hacerse
cargo del desafío de hablar desde y hacia ese momento presente latinoamericano.
2.2.2 Organización y Principales acentos Medellín puede ser contada como la gran
recepción continental del Concilio Vaticano II. Alrededor de 750 obispos se
reunieron en torno al tema “La Iglesia en la actual transformación de América
Latina a la luz del Concilio”. Junto a la recepción conciliar, quisieron hacer una
apropiada recepción de la situación social, emergiendo desde allí notablemente
los temas de la reestructuración eclesial, las comunidades de base, y un nuevo
método teológico, desde la preocupación por los pobres y por la liberación. Desde
presupuestos bíblicos y pastorales (ABALOS, 1969, 115), resulta evidente que el
nuevo paradigma eclesial que emerge en Medellín resitúa un tema marginal en los
debates conciliares, el paradigma eclesiológico de la “Iglesia de los pobres”
(SCATENA, 2008). Esto reveló una autoconciencia eclesial continental, como una
contribución local a la catolicidad de la Iglesia. De esta manera, fue más allá de
una mera aplicación del magisterio conciliar, proponiéndose una renovación de las
estructuras internas de la Iglesia, como signo de una presencia liberadora en el
complejo contexto social (TAMAYO, 2000,11). Hubo también una valorización de
la acción política de los cristianos, como una característica esencial de la teología
y pastoral del catolicismo del continente (MANZATTO, 2007,532). Los obispos
Gregory, McGrath, Pironio, Proaño, Ruiz, hablaron, desde la tribuna de la teología,
de los signos de los tiempos, atendiendo al paso de Dios en la historia de un
pueblo que busca liberación en medio de situaciones de opresión. Es, además, en
este contexto eclesial, teológico-doctrinal, donde se inscriben las primeras
sistematizaciones de la llamada teología de la liberación, la gran aportación en
método a la teología universal. Liberación, fue la categoría acuñada que contrastó
con la clásica de desarrollo, utilizada en modelos económico-sociales de esa
época (GUTIERREZ, 1988, 17); aunque el Documento Final se refiriera a ambas
(7 y 11) (OLIVEROS,1977, 127). Desde el punto de vista del diseño eclesial, es en
Medellín donde se da particular impulso a la organización y formación de las
Comunidades Eclesiales de Base, un modelo de Iglesia que emerge desde
ambientes eclesiales de frontera, la célula inicial de las estructuras eclesiásticas
(10-11). La Introducción del documento final sostiene claramente que el
Continente se encuentra bajo el signo de transformación y desarrollo, en la
búsqueda de alcanzar cada nivel de actividad humana, enfrentando una nueva
época en la historia del continente (4). Más que la madurez teológico-doctrinal
local, Medellín demuestra en sus resultados, una iglesia que supera la cristiandad
(CANAVAUGH, 1994, 68) y la comprensión dualista, asumiendo la autonomía de
las realidades terrenas con su consistencia propia, lo que llevó a la Conferencia a
empoderarse frente al cambio social, alejada de lo establecido y de las oligarquías
latinoamericanas. Se provee de un análisis estructural del neocolonialismo que
afectaba interna y externamente a los países pobres (9ª), aumentando la brecha
de inequidad (23). Esta Conferencia se convertiría en el lugar que auscultar la
1/7/2021 Verbete 5/10 legitimidad eclesial en el proceso de liberación de las
comunidades cristianas del Continente, un lugar donde advertir el sensus
ecclesiae en las décadas siguientes.

2.3. Tercera Conferencia: Puebla, entre el 27 de enero – 13 de febrero de 1979


2.3.1 Contexto social y eclesial La extraordinaria recepción de Evangelii nuntiandi
en la Iglesia de América Latina, fue el escenario en el cual surgió la idea de
convocar a una nueva Conferencia General del Episcopado, en el décimo
aniversario de Medellín. La Iglesia latinoamericana fue madurando entre Medellín
y Puebla y ese sería el contexto que determinó la propuesta temática: “La
evangelización en el presente y en el futuro de América Latina”. El Continente
asistía a una de las épocas sociales más complejas de la historia reciente,
enfrentaba regímenes dictatoriales, represivos, violencia institucionalizada,
bloqueos, desmantelamiento a revoluciones, abstenciones electorales, fronteras
de apoyo político y militar de potencias extranjeras, etc. (BORRAT, 1978, 32-34).
La Iglesia, de esa manera, habría asumido en un gran sector del Continente un rol
de liderazgo religioso en defensa de los derechos de las personas en un ambiente
de tortura, desaparición y muerte. La Teología de la Liberación se había
convertido en ese momento, en una herramienta eclesial militante que se ocupaba
de sistematizar las experiencias de opresión y liberación desde la opción creyente;
un método de análisis y un lenguaje apropiado para expresar cristianamente la
realidad, mucho más que la doctrina social de la Iglesia (POBLETE, 1979, 38).
2.3.2 Organización y Principales acentos El Documento Previo de Consulta a las
Conferencias Episcopales fue parcialmente fruto de sugerencias hechas durante el
cuarto encuentro episcopal regional de varios episcopados del Continente entre
julio y agosto de 1977 (CELAM, 1978). En torno al tema general de la Conferencia
“La evangelización en el presente y futuro de América Latina”, este Documento
realiza un diagnóstico social, económico y político, enumerando los principales
núcleos del pensamiento social de la Iglesia. Se advierte transversalmente que, a
pesar del desarrollo económico, la brecha entre ricos y pobres es demasiado
grande y que la existencia de extrema pobreza desafía fuertemente a los
cristianos. El Documento Previo tuvo una masiva socialización, recibiéndose
comentarios de todas las conferencias episcopales. Con representantes de las
cuatro regiones fueron analizados y sobre esa base, se elaboró el Documento
Base para la Conferencia, que estuvo en continuidad temática con el previo. Los
resultados en el Documento Final fueron notables, significó un paso adelante
respecto de aquel encuentro de Medellín. La recuperación de conciencia histórica,
en la exigencia de una cierta comprensión de misión, determinó el modo en cómo
se entendió la evangelización de la cultura y de la piedad popular; la opción
preferencial de la Iglesia por los pobres y oprimidos, por los jóvenes, por la
dignidad de las personas y por la liberación integral. La Iglesia evidenció la
capacidad de conseguir una autoconciencia histórica totalizante de su misión,
haciendo su propia lectura contextual católica de la realidad del pueblo fiel, de los
gozos y esperanzas del pueblo latinoamericano creyente. En Puebla se confirma
en su estatuto a las Comunidades Eclesiales de Base, como camino de
construcción de una Iglesia de comunión y participativa (MANZATTO. 2007, 538).
El modelo de Iglesia como sacramento del Reino de Dios se instala, promoviendo
vivamente la activa participación laical y el desarrollo de ministerios. Se confirma a
la Iglesia en su irrenunciable misión religiosa de establecer una comunidad más
humana, frente a la compleja situación sociopolítica que enfrentaban la mayoría de
los países de América Latina (42).

2.4 Cuarta Conferencia de Santo Domingo: entre el 12 – 28 octubre de 1992


2.4.1 Contexto social y eclesial 1/7/2021 Verbete 6/10 Más de veinte años
mediaron entre la cuarta y la quinta conferencia. Ya desde mediados de los 80’ se
consideró que el quinto centenario de la presencia de la Iglesia en América Latina
sería un escenario apropiado para una nueva reunión episcopal. Juan Pablo II
inaugurando en Port-au-Prince la XIX Asamblea ordinaria de los Obispos del
CELAM, el 9 de marzo de 1983, sostuvo que el Continente tenía necesidad de una
evangelización nueva: nueva en su ardor, en sus métodos, en su expresión. En la
preparación de esta Conferencia se advierte un declive en participación, afectando
su recepción e impacto en la vida eclesial. Por la diversidad de interpretaciones
que merece, la ocasión del V Centenario suscitó reacciones contrastantes en
sectores eclesiales bien definidos. La ‘nueva evangelización’ fue leída en no pocos
ámbitos eclesiales en clave ideológica, como respaldo del catolicismo romano a la
actitud colonizadora en los pueblos indoamericanos. La vitalidad de las
Comunidades Eclesiales de Base, provocada por la integración y participación
social, se va progresivamente a desplazar por otras instancias que habían abierto
las incipientes democracias. Este hecho había también tendido a confinar a los
episcopados nacionales en sus propias fronteras, disminuyendo el potencial del
CELAM, el cual enfrentaba además ciertas fricciones con la Comisión Pontificia
para América Latina.
2.4.2 Organización y principales acentos Dos nuevos impulsos del Papa fueron
especialmente significativos en Santo Domingo. El primero es el que lo llevó a
plantear la iniciativa de un Sínodo de Obispos de todo el continente americano. El
segundo fue un fuerte apoyo a los nuevos procesos de integración que estaban
surgiendo en América Latina desde comienzos de los años noventa. El CELAM
convocó la cuarta conferencia bajo el tema “Nueva Evangelización, promoción
humana, cultura cristiana. Jesucristo ayer, hoy y siempre (Heb. 13,8)”, preparando
un Documento de Consulta que no permeó todos los estamentos eclesiales y
resultó insatisfactorio para un amplio número de obispos. Algunos obispos y
teólogos prepararon el Segundo Informe o Relatio, que parecía más inspirador y
profético y que representaría la auténtica alma de la Iglesia de América Latina
(HENNELLY, 1993, 31); sin embargo, el Documento de Trabajo final, el que
recibieron los conferencistas, cambió radicalmente el tradicional método teológico-
pastoral utilizado en las Conferencias anteriores. El diagnóstico de la realidad
social y eclesial fue débil, debido especialmente al desplazamiento desde
categorías teológicas adquiridas para abrazar esa realidad por otras más
genéricas y menos comprometidas. La catequesis y la liturgia son muy enfatizadas
como canales de inculturación del Evangelio (42-53). La cuestión cultural,
desplazó en gran medida a la cuestión sociopolítica y de esa manera los
documentos finales insistieron en la afirmación de la necesidad de la
evangelización desde el paradigma de cultura de vida v/s cultura de muerte (Cf.
228ss), distanciándose en gran medida de aquella asumida teología positiva de la
historia y de la autonomía de las realidades terrenas. Se insistió, sin embargo, en
un modelo de misión más polarizado y menos penetrante, que salvaguardaba la
exclusividad romano-católica (Cfr. 275ss).

2.5 Quinta Conferencia: Aparecida, entre el 13 – 31 mayo de 2007


2.5.1 Contexto social y eclesial En los quince años que mediaron entre Santo
Domingo y Aparecida, se habían producido muchos cambios sociales y eclesiales.
El cambio de pontificado llegaba a un Continente en el que las Conferencias
Episcopales locales y el mismo CELAM habían decrecido en su importancia como
órganos colegiados para el impulso pastoral (MANZATTO, 540). La emergencia
masiva de nuevos movimientos religiosos había cambiado el rostro confesional en
un Continente que había prácticamente perdido el influjo pastoral directo de las
comunidades cristianas de base. 1/7/2021 Verbete 7/10 Además, América Latina y
el Caribe se veían afectados por el establecimiento de un nuevo orden mundial,
regido por el neoliberalismo como sistema económico y la globalización que
atravesaba todas las esferas de la sociedad.
2.5.2 Organización y Principales acentos A diferencia de la metodología de otras
Conferencias donde se enviaba un Documento de Consulta, que después de ser
revisado y enmendado servía como Documento de Trabajo, para la de Aparecida,
el CELAM tuvo la intuición de proponer un Documento de Participación (CELAM,
2005), con fichas de trabajo para las comunidades para incentivar la activa
participación de los diversos sectores y estamentos eclesiales. El tema que
convocaba era “Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos
en Él tengan vida. Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida (Jn. 14,6)”. Este proceso
de consulta duró alrededor de tres años, donde los nuevos movimientos eclesiales
y las nuevas comunidades, congregaciones religiosas y asociaciones de fieles
tomaron también parte. Este documento mostró una gran preocupación por
considerar integralmente la vida de los fieles y de esa manera generar
transformaciones sociales (BRIGHENTI, 2005, 302-336). Luego se elaboró una
Síntesis que reafirmó la necesidad y hondo deseo de una Iglesia abierta y
participativa (CELAM, 2007). Esta síntesis redundó en un Documento Base que
recibieron los obispos al comenzar la Conferencia. Este material refleja la gran
riqueza teológico-pastoral del Continente que se afirma en el método jocista del
ver-juzgar y actuar  (BOFF, 2007, 5-35). El tema general de la Conferencia se
ubicó en sintonía con las categorías teológicas latinoamericanas tradicionales
“Discípulos y Misioneros de Jesucristo para que en él nuestros pueblos tengan
vida: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (CELAM, 2007), a saber, el del
discipulado comunitario y de la valorización de la historia concreta donde se
expresa ese discipulado, seguimiento del Verbo encarnado (61ss). Una renovada
comprensión de misión se dibuja en la Conferencia, más abierta e inclusiva, sin las
cargas de un eclesiocentrismo excluyente (163ss) y más atenta a la reivindicación
de la pluralidad étnica de América Latina. Aunque se advierta un cambio de
nomenclatura por un cierto clima de oposición, ya no se hablará de teología de la
liberación como venía siendo tradicional desde Medellín (RICHARD, 2006), sino
que se hablará de teología latinoamericana, sin renunciar a la tradición teológico-
pastoral del Continente que se impulsaba por la irrenunciable opción preferencial
por los más pobres (SOTER/AMERINDIA, 2006). En este sentido, se enfatiza
explícitamente la continuidad tanto con Medellín, como con Puebla (19). Así se
leen los pasajes en los cuales reaparecen con fuerza tanto la opción preferencial
por los más pobres, contra la pobreza; como, el aprecio por una eclesiología de
base, para los obispos, desde las Comunidades Eclesiales de Base (178-180);
emerge la iglesia en salida, tan propia de esta Asamblea. Este tema, convertido en
un paradigma eclesiológico, sería universalizado por el papa Bergoglio en
Evangelii Gaudium. En ambos acentos, sin embargo, se advierte con claridad el
criticismo de los obispos, se ha perdido la urgencia pastoral de la opción por los
más pobres en circunstancias que han aumentado las formas de exclusión
estructural. Además, las Comunidades Eclesiales de Base, no han podido
desarrollarse a pesar del valor enorme que tienen, por las restricciones que la
misma iglesia local ha establecido.

2 Breves cuestiones conclusivas Las conferencias del episcopado


latinoamericano, sin duda, han marcado la agenda del catolicismo del
Continente, le han otorgado nuevos lenguajes pastorales, de modo que el
pueblo creyente latinoamericano ha podido aproximarse al mundo con
mediaciones más cercanas a su propia realidad. Las tempranas asambleas le
otorgaron una cierta legitimidad a los movimientos sociales cristianos
emergentes o consolidados; las últimas, especialmente Aparecida, ha
visibilizado con solidez categorías de comprensión de la realidad social y
eclesial que han devenido comunes, como la violencia institucionalizada, la
opción eclesial preferencial por los más pobres, la inculturación del evangelio,
la 1/7/2021 Verbete 8/10 promoción de la dignidad humana y sus derechos
inalienables, la iglesia inclusiva, en salida hacia las nuevas realidades y nuevos
rostros. A través de estas Asambleas, apreciamos un continente más maduro
en buscar y utilizar formas más colegiadas de discernimiento eclesial, aunque
aún falte mayor creatividad latinoamericana en el diseño de formas de gobierno
más representativas de toda la membresía eclesial. Resulta evidente, además,
que, en la gestación de magisterio local, la consideración de otras disciplinas
en el análisis de la realidad es necesaria, así como la asesoría permanente de
quienes cultivan la disciplina teológica. El episcopado latinoamericano ha
madurado y esto debe proyectarse en las relaciones con otros cuerpos
episcopales, así como con la curia romana. Y esta madurez debe traducirse en
la proactividad en el diseño de políticas eclesiales locales que reviertan la
suerte de irrelevancia en la que el catolicismo latinoamericano se va
convirtiendo. Sandra Arenas. Facultad de Teología. Pontificia Universidad
Católica de Chile. Texto original en español.

4 Referencias

ABALOS, David. “The Medellín Conference”. Em CrossCurrents, Vol. 19, N°2


(Spring 1969), 113- 132.
BOFF, Clodovis. “Re-partir da realidade ou da experiencia de fé? Propostas
para a Celam de Aparecida”. En Revista eclesiástica brasileira, 265, enero de
2007, 5-35.
BOTERO RESTREPO, J. El CELAM. Apuntes para una crónica de sus 25 años
1955-1980, Medellín, 1982.
BORRAT, Héctor. “Puebla de los Obispos”. En El Ciervo, Año 27, N° 332
(Octubre 1978) 32-34. BRIGHENTI, Agenor. “O Documento de Participacão da
V Conferência. Apresentacão e comentario analítico”. En Revista eclesiástica
brasileira, 262, abril de 2006, 312-336. CARRIGUIRY, G. El Concilio en
América Latina, Nexo, Montevideo, 1983.
CAVANAUGH, William. “The Ecclesiologies of Medellín and the Lessons of the
Base Communities”. En CrossCurrents, Vol. 44, N°1 (Spring 1994), 67-84.
CELAM, Las cinco conferencias generales del episcopado latinoamericano. Río
de Janeiro, Medellín, Puebla, Santo Domingo, Aparecida. Bogotá: CELAM,
2014. _____. Medellín. Reflexiones en el CELAM, Madrid, 1977. _____.
Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. La Iglesia en
la actual transformación de América Latina a la luz del Concilio (tomo I,
Ponencias; tomo II, Conclusiones), Bogotá, 1969. _____. La Evangelización en
el presente y en el futuro de América Latina, Puebla, México, 1978.
Preparación. Documento de Consulta a las Conferencias Episcopales. III
Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. _____. Documento de
Participación, CELAM, Bogotá, 2005. _____.  Aparecida: Documento
Conclusivo. Bogotá: CELAM, 2007. _____. Síntese das contribuições
recebidas. São Paulo: Paulus/Paulinas, 2007. 1/7/2021 Verbete 9/10 PIAZZA,
Cardenal. Discurso pronunciado por el Exmo. Sr. Cardenal Adeodato Piazza en
la clausura de la Conferencia General del Episcopado Latino-Americano (5 de
agosto de 1955). En L’Osservatore Romano, 6 de agosto de 1955. DOIG,
Klinge. De Río a Santo Domingo. México, 1993. DUSSEL, Henrique. Vers une
histoire de l’Église d’Amérique latine. Em Esprit, Nouvelle série, N° 340 (7/8)
(Julliet-Août 1965) 53-65. ERRÁZURITZ, Cardinal F. J. Juan Pablo II y
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