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Los Actos Fallidos

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LOS ACTOS FALLIDOS

El psicoanálisis presta atención a las equivocaciones orales y las que cometemos en la


escritura o la lectura, lo importante es saber cuándo y en qué condiciones se producen, sin
embargo también es importante estudiar la forma y efectos de la equivocación.

A. La equivocación oral o también denominada “lapsus linguae” es la más frecuente y la que


mayor impresión produce, al respecto existe 3 tipos de error:

1. El primero, consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queremos decir, por


ejemplo:
El jefe de área expresó “Estoy tan interesado en cerrar la sesión y discutir este punto de la
agenda” en vez de decir abrir la sesión para discutir ese punto de la agenda.

2. El segundo, es mencionar en el discurso una palabra por otra que cambia el sentido de la
oración o frase que el orador quiere dar a conocer, por ejemplo:
Un congresista al juramentar dijo ¡Por Dios y por la Plata! en vez de decir por la Patria.

3. El tercero, el lapsus añade al sentido intencional de la oración un segundo sentido, por


ejemplo:
Una conversación entre médico y la esposa de su paciente, en la cual la pregunta fue que
puede comer mi esposo, a lo que el médico respondió puede comer lo que desee, luego
la esposa replicó, entonces doctor “el puede comer y beber lo que yo quiera” en vez de
decir lo que él quiera.

Los actos fallidos son importantes actos psíquicos y que tienen su origen en la oposición de
dos acciones con intenciones diferentes u opuestas, que implica una tendencia contraria al
sentimiento y afecto que se desea expresar.

Estas dos intenciones puede calificarse la primera como una intención perturbada y la otra
una intención perturbadora en la cual existe alguna relación de contenido entre ambas, en
tal caso la primera contendrá una contradicción, una rectificación o un complemento de la
segunda.

En casi todos los casos la equivocación oral nos hace decir lo contrario de lo que queríamos
decir, la intención perturbadora es opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el
conflicto entre las dos tendencias irreconciliables.

En los otros casos la intención perturbadora no tiene nada que ver con el contenido de la
intención perturbada.

Un caso muy particular es cuando la perturbación proviene de una serie de ideas que había
preocupado al sujeto poco tiempo antes de que se produzca el error y que interviene en el
discurso de manera particular, a esto se le llama eco, por ejemplo, cuando uno menciona un
listado de cosas que debía hacer y olvidó enumerar alguna de ellas, entonces en la narración
siguiente la mencionará sin tener ninguna conexión o relación con lo que se está diciendo.

B. En la equivocación escrita o también denominada “lapsus calami” se produce las


contracciones y anticipaciones, vale decir, escribir tratando de terminar esta acción lo
más rápido posible, obviando una parte del texto; lo que en realidad sucede es que el
sujeto quiere obviar la intención perturbadora (opuesta o franca) que le genera malestar
o incomodidad, por ello es su deseo de terminar pronto de escribir.

C. En la lectura se presenta la sustitución, es decir leer una palabra por otra, lo importante
aquí es determinar cuáles son las circunstancias en que ocurrió este error, que por lo
general se debe a una preocupación.

II. El olvido

A. El olvido de nombres representa la escasez de simpatía que el sujeto siente por la


persona cuyo nombre es olvidada.

B. En el olvido de las acciones es igual, por ejemplo, cuando olvidamos expedir una carta, la
tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma. Ahora
cuando nos olvidamos de devolver libros o pagar las facturas, la intención es la de aún
conservar los libros y no pagar las deudas.

El sujeto tiene la intención de esto pero no se da cuenta y muchas veces ni lo acepta. No


recordar nombres de personas, ciudades, en sí, es albergar un sentimiento hostil sobre
esta persona o ciudad.

C. El olvido de impresiones y sucesos vividos intenta alejar del recuerdo todo aquello que
puede sernos desagradable o displacentero, principalmente está referido a sucesos de los
años infantiles o de traumas psicológicos.

III. Los actos de término erróneo

Perdemos un objeto con la imposibilidad de encontrarlo cuando se ha estropeado por el uso


o lo reemplazamos por otro mejor, o ha dejado de agradarnos, o cuando procede de alguna
persona con la cual nos hemos disgustado o ha llegado a nuestras manos en circunstancias
desagradables que no queremos recordar. De igual modo se puede atribuir al hecho de
romper, deteriorara o dejar caer un objeto.

Esto explicaría porque los padres al ser obligados a reconocer a sus hijos o tener hijos sin
planificación presentan una tendencia marcada a descuidar y ser negligentes con los
mismos.

La conservación de los objetos tendrá similar explicación. Algunas veces se pierde un objeto
de valor con la intención de sacrificar algo importante por no perder o temer perder algo o
alguien muy querido; sin embargo las personas tienden a experimentar esto como algo
extraño e inconexo.

Y es que la mente tiende a asociar eventos, sucesos que vivimos con nuestros afectos,
especialmente si son de naturaleza desagradable.

LOS SUEÑOS: FENÓMENOS ONÍRICOS

Muchos pacientes indican entre sus síntomas algunos de sus sueños, lo cual hizo suponer a
Freud que dichos sueños tienen un sentido propio como material de estudio para la
neurosis.

Características

1. La mayoría de los sueños escapa al recuerdo, ya que solo quedan fragmentos


insignificantes en la memoria del sujeto.
2. Los sueños son una manifestación de la vida psíquica durante el reposo.
3. Es un estado intermedio entre el reposo y la vigilia (muchas veces el sueño es lo que nos
hace despertar).
4. El reposo es un estado donde el sujeto está desligado del mundo exterior protegiéndose
de las excitaciones que de él proceden. Nos dormimos cuando nos hallamos fatigados del
mundo exterior y de sus excitaciones.
5. Su carácter psicológico del sueño consiste en el descanso, ya que tenemos la necesidad
de desconectarnos del mundo exterior, al menos temporalmente, como cuando nos
hallábamos en el vientre de nuestra madre, en la época intrauterina, en condiciones
análogas de oscuridad, calor y libre de excitaciones.
6. Durante el descanso no debería haber ninguna actividad psíquica, pero sólo cuando no
hemos alcanzado el estado completo de reposo, quedan algunos rezagos o restos de la
actividad psíquica, los cuales son traducidos en sueños.
7. Los sueños serían retos de actividad psíquica del estado de vigilia que son capaces de
perturbar el reposo, actúan como un mecanismo de compensación.
8. Los sueños se presentan en forma de imágenes, algunas veces acompañados de
sentimientos, ideas e impresiones.

Clases

 Hay sueños tan precisos y claros como los sucesos de la vida real, en cambio hay otros
que son borrosos.
 Hay sueños que son cortos y otros largos como una novela.
 Hay algunos con sentido y coherencia y otros que son absurdos.
 Algunos nos dejan por completo fríos y otros nos despiertan emociones.
 Algunos se olvidan rápidamente y otros los recordamos siempre.
 Algunos se repiten con ciertas modificaciones y otros sólo surgen una vez.
La historia y la sabiduría de los pueblos nos dicen que los sueños poseen un sentido de
anticipar el porvenir. Los sueños son representaciones de nuestros deseos, ya que no
fantaseamos nada, sino de lo que pensamos en realidad, se trata pues de escenas en las
cuales el egoísmo, la ambición de poder o los deseos eróticos hallan satisfacción.

La técnica

Pediremos al sujeto cómo ha llegado a soñar tal o cual cosa, de las cuales pueden
desprenderse dos respuestas: la primera que el sujeto cree saber y dar una explicación a su
sueño y la segunda donde mencione ignorarlo todo. En este caso no puede ocurrírsele nada
ni mencionar algo que tenga conexión o relación de lo que queremos investigar.

Hay que distinguir que un sueño se distingue por la multiplicidad de sus elementos y la
técnica debe tener en cuenta esta diferencia. Si no se le ocurre nada insistiremos,
preguntando por lo primero que se viene a la mente, una ocurrencia cualquiera, que nos
conducirá a relatarnos determinada información de su historia personal, luego narrará las
impresiones experimentadas los últimos días y por otro lado, recordar sucesos vividos más
lejanos que tienen relación con el sueño.

Cuando se le dice al paciente que diga lo primero que se le ocurre con respecto a
determinado elemento de sus sueño, se solicita que se abra paso a la libre asociación,
conservando siempre la representación inicial del sueño, ya que todas estas ideas evocadas
tienen un enlace con elementos del sueño.

El sueño es una sustitución deformada de un suceso inconsciente, de allí la importancia de


su análisis, de lo cual se derivan 3 reglas:

1. El aspecto exterior del sueño no tiene que preocuparnos para nada, pues no constituye lo
inconsciente buscado.
2. El análisis debe reducirse a encontrar representaciones sustitutivas alrededor de cada
elemento del sueño, sin buscar reflexionar sobre ello o encontrar un contenido exacto o
pensar que esto nos aleja del sueño.
3. Debe buscarse que lo inconsciente oculto surja espontáneamente.

La persona cuyo sueño queremos interpretar prometerá obedecer estas reglas pues la labor
del analista en su interpretación se realiza contra la denominada resistencia, que se
manifiesta a través de críticas, objeciones, reparos hechos por el sujeto.

Sueños infantiles

Los sueños infantiles, por lo general no sufren deformaciones, coincide el contenido


manifiesto y el contenido latente; el sueño infantil es una reacción a un suceso del día
anterior que deviene de un deseo insatisfecho y trae consigo la realización o cumplimiento
de ese deseo.
Tendencia Satisfacción
Tendencia
Sueño perturbadora del deseo
perturbada

Deseo que Excitación Podemos seguir


dormir
exige ser psíquica durmiendo
satisfecho

Su principal característica del sueño infantil es la realización de deseos. El ensoñar o soñar


despierto también tiene las mismas características.

Hay sueños no deformados igual que los infantiles que se muestra como realizaciones de
deseos, que son provocadas por imperiosas necesidades orgánicas como el hambre, la sed y
la necesidad sexual, es decir, debido a excitaciones internas. Es por ello que cuando no
hemos comido o bebido lo suficiente en el día podemos tener sueños en los cuales
satisfacemos estas necesidades.

Por otro lado, el deseo de seguir durmiendo participa también en la formación de los
sueños, por eso soñamos que nos hemos levantado y nos estamos vistiendo pues lo que
realmente se prefiere es levantarse en sueños que realmente.

Censura onírica

Cuando los sueños presentan lagunas o interrupciones es debido a la intervención de esta


censura onírica. Cada vez que nos encontramos ante un elemento del sueño particularmente
débil, indeterminado o dudoso es porque ha sufrido la acción de la censura.

Cuando los elementos del sueño sufren una modificación o agrupación arbitraria es debido a
un fenómeno llamado desplazamiento.

La censura actúa de una manera permanente e ininterrumpida con el fin de mantener y


conservar la deformación del sueño. Desde el punto de vista ético (moral) se censuran cosas
que no nos atrevemos a pensar o si lo pensamos lo hacemos con horror o repugnancia. La
búsqueda del placer o mejor dicho de la “líbido” escoge en los sueños sus objetos, sin
tropezar con resistencia alguna y escoge preferentemente lo prohibido.

Resumen elaborado por el Lic. en Psic. Jesús Soto


Docente del Curso Técnicas Proyectivas de la UPeU

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