¿Diccionario Etimológico o Diccionario Histórico
¿Diccionario Etimológico o Diccionario Histórico
¿Diccionario Etimológico o Diccionario Histórico
La lengua es la herramienta idónea para la comunicación entre los seres humanos. Ninguno
puede pretender edificar una civilización usando tan sólo su propio idioma y poder así vivir in-
dependiente, lejos de los demás. Conservar esta componente primordial del legado humano y
desarrollarla tiene que ser entonces el propósito y deber de cada intelectual, el afán de todos los
eruditos. El mejor modo de realizar tal hazaña reside en el hecho de darle más importancia a la
lexicografía, que no es otra cosa sino la puesta en práctica de la lexicología; ésta es la disciplina
de la lingüística que se encarga de la elaboración de los diccionarios.
Prácticamente, en todos los campos de la vida, se han elaborado diccionarios generales y es-
pecializados, monolingües o plurilingües; existen pues diccionarios de filosofía, derecho, eco-
nomía, sociología...
A nosotros, nos toca presentar, en esta comunicación, un esbozo comparativo entre el diccio-
nario etimológico y el diccionario histórico, tan importantes, más aún, imprescindibles para los
demás diccionarios especializados. Queremos que esto sea una reflexión compartida con todos
vosotros en vistas de saber cuál es de los dos diccionarios es más útil; o acaso ¡¿las dos herra-
mientas no constituirían sino las dos caras de la misma moneda?!
En efecto, visto el gran interés que tiene este tema en los estudios lingüísticos, apareció una se-
rie dialéctica acerca del mismo. No es una labor fácil establecer una diferencia clara y pertinente
entre los dos tipos de diccionarios por causa de la profunda interacción que existe entre ellos; la
fuerte matización tanto en la materia de estudio como en la metodología impide que se entrevea
con precisión la delimitación del campo de acción de cada uno de los dos diccionarios.
Hablaremos primero de la etimología, en segundo lugar de lo histórico; luego estableceremos
la relación entre las dos fuentes y acabaremos rematando la problemática con la conclusión que
este pequeño trabajo pueda sugerirnos como resultado final.
En primer lugar, diremos que hasta la etimología del término «etimología» necesita ser abor-
dada; pues, «etimología» viene del latín y éste procede a su vez del griego y significa «verda-
dero».
La composición de la palabra sería entonces la siguiente: «isri»íÓH»=«significado verdade-
ro», y «Z/0g7£J»=«tratado o estudio», derivado a su vez de «/ogoj»=«palabra, lenguaje, que es
también raíz de otras palabras latinas como locutor, locuaz, etc.» (http://enciclopedia.us.es/in-
dex.pbp/Etimologia: 2004).
En suma, esto significa que la etimología indaga y determina el verdadero significado de las
palabras. Esta rama de la lingüística estudia entonces el origen de las palabras, su evolución tan-
to «fonética como gráfica, sintáctica y semántica», (http://clientes.vianetworks.es/empresas/co-
lecciones/CUERVO.htm: 2004)
Parece ser que los diccionarios más antiguos de la historia de la humanidad son aquellas lis-
tas bilingües akadiano-sumerias (2400 a.C); otras listas de palabras difíciles son las de Grecia.
Vienen después los diccionarios chinos (S. II a.C). Al principio del siglo VII, encontramos en
Las Etimologías u Orígenes de San Isidoro de Sevilla (m. 636) el saber profano y religioso de su
época. Esta obra fue una materia esencial durante toda la Edad Media. Es Al-Jalíl Ibn Ahmad Al-
Farahidi quien redacta el primer diccionario árabe (S. VIII), plataforma de todos los diccionarios
que vinieron después. Un siglo más tarde (IX-X), aparece el famoso Ibn Durayd, quien compu-
so primero un diccionario donde reunió todos los dialectos árabes y luego otro, muy importante,
relativo a la etimología de los nombres propios.
La aparición de la imprenta y la gran labor de traducción son factores decisivos que generaron
diversas series de diccionarios que vieron la luz desde el Renacimiento hasta nuestros días. Sin
embargo, la obra monumental que es considerada como el prototipo de los diccionarios del Oc-
cidente es el Oxford English Dictionary (1884-1928).
ASELE. 972
Actas XV (2004). AHMED OUNANE Y SADEK KHECHAB. ¿Diccionario etimológico o dicciona...
ACTAS D E L XV CONGRESO INTERNACIONAL D E ÁSELE
Para la lengua española, a nuestro juicio, el primer y verdadero diccionario etimológico fue
el Tesoro de la lengua española o castellana de Sebastián de Covarrubias, editado en Madrid en
1611. Las expresiones y las costumbres de la época son muy bien representadas. Podemos citar
también El Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana del colombiano Ru-
fino José Cuervo, iniciado en 1872 y continuado por el Instituto Caro y Cuervo. Es una obra gi-
gantesca en 08 tomos con más de 8.000 páginas. En él se funden el Diccionario etimológico y el
Diccionario histórico. A pesar de ello, casi todos los letrados de la lengua de Cervantes se que-
jan de la falta de un diccionario etimológico capaz de satisfacer a los cuatrocientos millones de
hispanohablantes.
En el siglo pasado, los dos diccionarios etimológicos más importantes son, sin duda, el Dic-
cionario etimológico español e hispánico (Madrid, 1954 de V. García de Diego,) y el Dicciona-
rio crítico etimológico de la lengua castellana. (Madrid-Berna, 1954), de Joan Coraminas. Éste
es considerado por muchos el mejor de todos, refrendado por los especialistas como el de mayor
rigor científico y de inmensa riqueza en la documentación referente a la etimología hispánica.
Emilio Alarcos Llorach de la Real Academia Española escribe en un artículo de «ABC»: «Para la
mayoría de nosotros, la obra cumbre de Coraminas es el citado diccionario etimológico del cas-
tellano. Quien se sumerge en sus tupidas páginas, con tiempo y deleite, asiste a una conversada
tertulia erudita de filólogos y de talantes sensibles al idioma» (Alarcos Llorach, E., 1997: 62).
Del diccionario de Coraminas existe una edición abreviada en un solo volumen {Breve diccio-
nario etimológico de la lengua castellana, Editorial Gredos, 1976). En 1984, aparece una edi-
ción titulada diccionario crítico etimológico castellano e hispánico (Editorial Gredos) del mis-
mo autor con José A. Pascual, reeditado en 1991. Recientemente, en 1996 aparece una interesan-
te obra de «síntesis» bastante original: el Diccionario etimológico indoeuropeo de la lengua es-
pañola donde se relacionan palabras muy diversas semántica y geográficamente pero que tienen
raíces comunes. Es una obra de Edward A. Roberts y Bárbara Pastor, editada por Alianza Edito-
rial (Madrid, 1996).
Como salta a la vista, la metodología científico-lingüística de la etimología, reside en la com-
paración y en el hecho de basarse en las primeras raíces de la lengua comparada. Esto requiere
un previo conocimiento de las palabras, de su sentido original, de su evolución semántica y de
los diferentes cambios fonéticos que ha sufrido a través de un período preciso. En este contexto,
el enfoque no puede ser otro sino el de la lingüística histórica.
Además de lo que acabamos de decir, podemos también afirmar que el propósito del estudio
de la etimología es fijar la raíz más remota de un vocablo con el fin de aprehender su significa-
do primero, es decir el original, y evitar la confusión e interacción con los préstamos y las even-
tuales pérdidas. Estos estudios nos permiten por otro lado medir el grado de evolución de una
civilización y el desarrollo cultural de una nación a través de esta operación lingüística; al notar
que las estadísticas y las compilaciones de palabras facilitan la reconstrucción de las lenguas an-
tiguas o desaparecidas.
En lo que sigue vamos a ver algunas definiciones del diccionario histórico. Se trata pues de
una herramienta que recoge la historia de cada palabra de una lengua, sus diferentes significados
o acepciones a través del tiempo, sus convergencias o divergencias con otros idiomas. Se llama
también diccionario diacrónico porque describe las transformaciones que las palabras sufren a
través del tiempo. Otra definición de este tipo de obras precisa que se trata de un diccionario «que
indaga la historia del uso lingüístico desde la aparición de la palabra hasta el momento de la ela-
boración del diccionario» (Al Ba'labaki, Muñir, 1990: 227).
A nuestro parecer, la clasificación que podemos dar a los diccionarios históricos es la de po-
nerlos en dos apartados: diccionario histórico general y diccionario histórico especializado. El
primero se refiere a las preocupaciones lingüísticas de orden general; es decir, todas las palabras
que puede incluir la lengua, en todos los campos de la vida. El segundo tipo se ocupa de un as-
pecto histórico específico, tales como los diccionarios histérico-políticos, biográficos, arqueoló-
gicos, toponímicos -diccionario histórico de la Comunidad de Valencia o diccionario histórico
de las calles de Sevilla, por ejemplo-...
El análisis de la palabra en un diccionario histórico se apoya sobre los siguientes elementos:
• Delimitar la primera significación de la palabra.
• Apuntar la naturaleza de la transformación que la palabra ha sufrido.
• Explorar los campos en los cuales ha sido usada la palabra.
• Determinar la fecha de aparición de la palabra si se trata de un vocablo original o de un
préstamo, en el momento de registrarlo en el diccionario.
973
ASELE. Actas XV (2004). AHMED OUNANE Y SADEK KHECHAB. ¿Diccionario etimológico o dicciona...
LAS GRAMÁTICAS Y LOS DICCIONARIOS EN LA ENSEÑANZA DEL ESPAÑOL COMO SEGUNDA LENGUA: DESEO Y REALIDAD
Estamos muy seguros que el diccionario histórico tiene una metodología histórica en la clasi-
ficación de las significaciones y transformaciones ocurridas durante el uso de la palabra. La ope-
ración de búsqueda está condicionada por esta metodología que requiere el conocimiento del vo-
cablo, su significación mientras esté usado.
Estudiar una palabra en un diccionario histórico, significa que se está intentando explorar un
período de la historia de la humanidad y las significaciones y connotaciones que conlleva el vo-
cablo. Esto, sin duda alguna, constituye una puerta abierta sobre las civilizaciones, costumbres y
patrimonios de toda índole de los pueblos de la Tierra. Ya que estamos inquiriendo en el poten-
cial lingüístico almacenado por una lengua, estamos al mismo tiempo determinando la datación
de la pertenencia de esta lengua y las naciones que la usan. Con ello, podemos también estable-
cer el grado de pureza o heterogeneidad y diversidad del contenido de un idioma.
¿Qué relación puede existir entre el diccionario etimológico y el diccionario histórico"? Los
especialistas confirman la patentísima interacción entre ambos diccionarios. Pues se dieron cuen-
ta de la trayectoria y evolución de la palabra y su significación. Este proceso de indagación se
realiza mediante el estudio de las transformaciones que se operan al nivel de las formas fonéti-
cas y estructura de los vocablos. Por ejemplo, respecto a la lengua árabe, el Consejo Superior de
la Lengua Árabe, con sede en el Cairo, ha elaborado un diccionario histórico de la lengua árabe
sin que ponga una delimitación evidente y clara entre los dos diccionarios citados ya. Sin embar-
go, los intentos que surgieron han confirmado la estrechísima interrelación entre sus materias.
Un ejemplo muy representativo es el de August Fischer (1865-1949) (Hallam, Djillali, sin fecha:
333) que, intentando remediar a este problema de ambigüedad, estudió conjuntamente los dos
diccionarios y cayó en la trampa confundiendo lo que él quería aclarar. Pensaba que lo mejor en
el asunto era la elaboración de un diccionario histórico. Pero en su campaña, en vez de salir con
un resultado favorable a lo histórico, acabó desarrollando corpus etimológicos.
A pesar de la evidentísima relación de complementariedad entre los dos diccionarios, pode-
mos precisar los matices y determinar más o menos la línea de separación entre estas dos herra-
mientas. El diccionario etimológico trata el origen y evolución de las palabras y es un enfoque
dentro de la lingüística histórica, mientras que el diccionario histórico se ocupa más de las trans-
formaciones que se operan al nivel de las palabras a través del tiempo. Proponemos el siguien-
te esquema:
BIBLIOGRAFÍA