DDHH 1.3 Osmary Rauseo
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EVOLUCIÓN HISTORICA
DEL RECONOCIMIENTO DE LOS DERECHOS HUMANOS
Facilitador (a):
Triunfador(a):
Sin embargo, antes de llegar a este momento de 1948 en el que la viuda del ex
presidente estadounidense Theodore Roosevelt presentó al mundo este documento, ya
existían tratados que recogían la necesidad de otorgar un estatus único e igualitario a todos
los seres humanos
Las Naciones Unidas marcan el origen de los Derechos Humanos en el año 539 antes de
Cristo. Cuando las tropas de Ciro el Grande conquistaron Babilonia, Ciro liberó a los
esclavos, declaró que cualquier hombre era libre de escoger la religión que quisiera y
estableció la igualdad racial. Estos y otros preceptos fueron grabados en un cilindro de
barro conocido como el Cilindro de Ciro, cuyas disposiciones inspiran los cuatro primeros
artículos de la actual Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Basándose en estos decretos, civilizaciones indias, así como Grecia y Roma, ampliaron
el concepto de “ley natural” y la sociedad siguió avanzando hasta llegar a otro momento
clave en la historia de los Derechos Humanos: la Carta Magna de 1215 aceptada por el Rey
Juan de Inglaterra, considerado por muchos expertos el documento que marca el inicio de la
democracia moderna.
También conocido como la Gran Carta, ese documento recogía, entre otros aspectos, el
derecho de una viuda a no volver a casarse si poseía propiedades o garantías de igualdad
ante la ley.
El pensamiento filosófico, moral y ético que está detrás del concepto de derechos
humanos se remonta a los tiempos de las primeras civilizaciones.
Las luchas por conseguir libertades humanas fundamentales han transformado para
siempre la manera como los seres humanos se relacionan unos con otros, así como la
relación existente entre el individuo y el Estado, y las expectativas de justicia social,
normas internacionales consensuadas y un orden global.
Durante las siguientes décadas, sin embargo, los derechos humanos no ocuparon un
papel central en las prácticas del desarrollo, y lo que sucedió fue que las organizaciones que
se esforzaban por introducir mejoras en los derechos humanos actuaron en paralelo con
practicantes del sector del desarrollo.
En 1997 se llegó a una coyuntura de importancia crítica para muchos organismos del
desarrollo cuando el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas hizo
una llamada a favor de que fuesen integrados (mainstreaming) los derechos humanos en
todo el sistema de las Naciones Unidas (es decir, incluyéndolos en todos sus temas y
aspectos). Desde entonces, la integración de los derechos humanos en la programación del
desarrollo – tema al que se ha dado el nombre de "planteamiento basado en los derechos
humanos" – viene ganándose cada vez con más intensidad la atención de las personas
dedicadas a estos temas, sea porque trabajan en los organismos de las Naciones Unidas
(notablemente UNICEF y OACDH), las ONG (tanto nacionales como internacionales), o
gobiernos donantes (como por ejemplo SIDA – Swedish International Development
Agency, Agencia sueca de desarrollo internacional - y DFID – Department for International
Development, Ministerio británico de cooperación internacional).
Primera generación
Surgieron por la revolución francesa en 1789, son también derechos consagrados porque
también son el derecho a la nacionalidad, derecho a la participación, derecho a la
movilización y libertad de expresión
Estos derechos surgieron como respuesta a los reclamos que motivaron los principales
movimientos revolucionarios de finales del siglo xviii (18) en occidente. Estas exigencias
fueron consagradas como auténticos derechos y como tales difundidos internacionalmente.
Los derechos civiles y políticos están destinados a la protección del ser humano
individualmente, contra cualquier agresión de algún órgano público.
Más que un concepto específico, se considera que el término es una categoría práctica
para designar ya sea un conjunto de propuestas o una propuesta general acerca de cómo el
Estado debe o puede proceder.
Segunda generación
Se desarrollaron a finales del siglo XIX y a comienzos del siglo XXI. La constituyen los
derechos económicos, sociales y culturales, incorporados en la Declaración de 1948,
debidos a los cuales, el Estado de Derecho pasa a una etapa superior, es decir, a un Estado
Social de Derecho.
De ahí el surgimiento del constitucionalismo social que enfrenta la exigencia de que los
derechos sociales y económicos, descritos en las normas constitucionales, sean realmente
accesibles y disfrutables. Se demanda un Estado de Bienestar que implemente acciones,
programas y estrategias, a fin de lograr que las personas los gocen de manera efectiva
En este aspecto, deben verificarse los indicadores de desarrollo integral en relación con
la distribución que hace el Poder Público de sus ingresos en razón de la justicia social.
Tercera generación
Los unifica su incidencia en la vida de todos, a escala universal, por lo que precisan para
su realización una serie de esfuerzos y cooperaciones en un nivel planetario. Normalmente
se incluyen en ella derechos heterogéneos como el derecho a la paz, a la calidad de vida o
las garantías frente a la manipulación genética, aunque diferentes juristas asocian estos
derechos a otras generaciones: por ejemplo, mientras que para Vallespín Pérez la
protección contra la manipulación genética sería un derecho de cuarta generación, para
Roberto González Álvarez es una manifestación, ante nuevas amenazas, de derechos de
primera generación como el derecho a la vida, la libertad y la integridad física. Este grupo
fue promovido a partir de los ochenta para incentivar el progreso social y elevar el nivel de
vida de todos los pueblos.
Ahora bien, a pesar de la existencia y aparición histórica de las dos generaciones o tipos de
derechos humanos que acabamos de analizar, no se trata de dos compartimentos estancos,
dos categorías completamente autónomas, sino que ambas categorías van a estar
profundamente interrelacionadas. Es lo que se denomina
la indivisibilidad e interdependencia de las dos generaciones de derechos humanos.
Surgidos los derechos humanos en las esferas nacionales de cada Estado, será a partir de
1945, tras la finalización de la II Guerra Mundial, cuando se inicie un proceso paulatino de
internacionalización de los derechos humanos, es decir, un proceso mediante el cual no sólo
los Estados sino también la comunidad internacional va a asumir progresivamente
competencias en el campo de los derechos humanos. Un papel destacado en este proceso de
internacionalización le va a corresponder a la Organización de las NACIONES
UNIDAS (ONU), que se va a convertir en el marco en el que se va configurando el nuevo
Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
De todas formas, desde los mismos inicios de la nueva Organización Internacional se vio
claramente que los derechos humanos se iban a convertir en un arma arrojadiza más entre
las grandes potencias ya enfrascadas en la Guerra Fría, período que abarca desde poco
después del fin de la II Guerra Mundial hasta principios de los años 90. Los derechos
humanos han sido una cuestión que ha estado absolutamente politizada, entrando en juego
factores externos a lo que constituye la esencia y la razón de ser de los derechos humanos:
la defensa de la dignidad de la persona.
Cuando nos referimos a los derechos humanos debemos tener en cuenta las dos ideas
fundamentales que subyacen en este fenómeno. La primera idea es la dignidad inherente a
la persona humana, es decir, los derechos humanos pretenden la defensa de dicha dignidad.
La segunda idea hace referencia al establecimiento de límites al poder, siendo los derechos
humanos uno de los límites tradicionales al poder omnímodo de los Estados.
Los derechos humanos a los que dio lugar la Revolución francesa fueron los
denominados derechos de la primera generación, los derechos civiles y políticos (libertad
de credo, libertad de expresión, derecho de voto, derecho a no sufrir malos tratos, etc.). Son
derechos en los que prima, ante todo, la reivindicación de un espacio de autonomía y
libertad frente al Estado; lo que plantean estos derechos humanos es la no interferencia del
Estado en la vida de los ciudadanos y ciudadanas. Sin embargo, con el paso del tiempo se
fue viendo que los derechos civiles y políticos eran insuficientes y que necesitaban ser
complementados. No será hasta fines del siglo XIX y principios del XX cuando, debido al
auge del movimiento obrero y a la aparición de partidos de ideología socialista, se empiece
a calificar a los derechos civiles y políticos como meras “libertades formales”, en sentido
marxista, si no se garantizan, a su vez, otro tipo de derechos: los derechos económicos,
sociales y culturales (derecho al trabajo, al alimento, a la educación, etc.). Se considera que
la dignidad humana descansa tanto en el reconocimiento de los derechos civiles y políticos
como en el reconocimiento de los derechos económicos, sociales y culturales.