Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Nuestro Sistema Solar-Romina Di Sisto

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 10

Nuestro Sistema Solar

Romina P. Di Sisto

Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofı́sicas (UNLP)


Instituto de Astrofı́sica de La Plata (CONICET)
Paseo del Bosque s/n (1900) La Plata, Argentina

1 Introducción
En los últimos años, el gran avance en la observación astronómica ha cam-
biado lo que conocemos sobre los sistemas planetarios y particularmente
nuestro Sistema Solar. Objetos grandes más allá de la órbita de Neptuno,
asteroides y objetos binarios, planetas en otras estrellas, son ejemplos de es-
tos cambios. Por otra parte el desarrollo teórico también ha avanzado y se
cuenta con nuevas teorı́as sobre la formación planetaria y sobre la formación
y distribución de los objetos en nuestro Sistema Solar. El descubrimiento
de objetos más allá de Neptuno, llamados objetos transneptunianos, de di-
mensiones similares o más grandes que Plutón es lo que principalmente ha
generado el replanteo y revisión de la nomenclatura de los objetos del Sistema
Solar.
En agosto de 2006, los astrónomos de todo el mundo reunidos en la
Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional (IAU), en Praga
(República Checa), discutieron sobre lo que debemos entender que es un
planeta y lo que no es un planeta. Luego de varios dı́as de discusión se
llegó a un consenso. Particularmente se discutió el estatus de Plutón y se
redactaron dos resoluciones que se transcriben a continuación:

• La IAU resuelve que los planetas y otros cuerpos de nuestro Sistema


Solar, excepto los satélites, se definen en tres categorı́as diferentes de

1
la siguiente manera:

(1) Un planeta: es un cuerpo celeste que:


(a) está en órbita alrededor del Sol,
(b) tiene suficiente masa como para que su propia gravedad supere
las fuerzas de cuerpo rı́gido, de manera que ha alcanzado el equilibrio
hidrostático (forma aproximadamente esférica), y
(c) ha barrido todo el material alrededor de su órbita.

(2) Un “planeta enano”: es un cuerpo celeste que:


(a) está en órbita alrededor del Sol,
(b) tiene suficiente masa como para que su propia gravedad supere
las fuerzas de cuerpo rı́gido, de manera que ha alcanzado el equilibrio
hidrostático (forma aproximadamente esférica),
(c) no ha barrido el material alrededor de su órbita y
(d) no es un satélite.

(3) Todos los demás objetos, excepto los satélites, que orbitan el Sol
deben llamarse Cuerpos Pequeños del Sistema Solar. Esto incluye a la
mayorı́a de los asteroides, la mayorı́a de los objetos transneptunianos,
cometas y otros cuerpos pequeños.

• La IAU resuelve además que:


Plutón es un “planeta enano”, según la definición anterior y se lo re-
conoce como el prototipo de una nueva categorı́a de objetos transnep-
tunianos (más allá de Neptuno).

Estas resoluciones se basan en las teorı́as y observaciones que conocemos


hasta el momento sobre nuestro Sistema Solar. Particularmente los puntos
(b) de las definiciones de planeta y “planeta enano” significan en pocas pal-
abras que los objetos hayan alcanzado la forma esférica. El punto (c) tiene
que ver con un paso crucial en el proceso de la formación planetaria y es

2
básicamente lo que distingue un planeta de un “planeta enano”. Los plan-
etas se forman a partir de un disco de gas y polvo alrededor del Sol. Los
granos de polvo se van agrupando en granos cada vez más grandes; en este
proceso cuando se forma un objeto con masa suficiente como para “tragar” o
dispersar todos los objetos pequeños de su alrededor entonces el producto es
un planeta, si esto no sucede y quedan objetos pequeños alrededor, entonces
el proceso de formación planetaria no pudo concluir y el objeto se denomina
“planeta enano”.
La naturaleza y la forma de todos los cuerpos del Sistema Solar son
el resultados de procesos fı́sicos, quı́micos y dinámicos durante su origen y
subsequente evolución, y de las complejas interacciones entre ellos.
El estudio de los cuerpos del Sistema Solar individual y colectivamente,
es la forma de entender aquellos procesos y pasos que lo han llevado a su
forma actual.

2 Nuestro Sistema Solar


Nuestro Sistema Solar está formado entonces por el Sol (la estrella central)
ocho planetas: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y
Neptuno; hasta el momento cinco “planetas enanos”: Ceres, Plutón, Eris,
Makemake y Haumea; asteroides, cometas y objetos transneptunianos lla-
mados cuerpos pequeños, gas y polvo interplanetario, 4 sistemas de anillos
(alrededor de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno) y los satélites naturales.
Se formó a partir de la condensación de una nube interestelar de gas y polvo
llamada nebulosa solar, la que dió origen a un disco de gas y polvo alrededor
del Sol del cual se formaron todos los objetos del Sistema.

3 Los planetas
Los planetas orbitan el Sol, todos aproximadamente en un mismo plano, lla-
mado la eclı́ptica. Se dividen en dos grupos principales según su composición.
Los planetas “terrestres”: Mercurio, Venus, Tierra y Marte, caracterizados
por composiciones de silicatos con núcleos de hierro y delgadas atmósferas
gaseosas (con excepción de Mercurio). Esto se debe a que se formaron más
cerca del Sol, donde las altas temperaturas no permitieron que los hielos con-

3
densen y por tener menores masas no pudieron retener los gases de hidrógeno
y helio de la nebulosa solar. Tienen todos superficies sólidas, modificadas
por impactos de meteoritos y por procesos internos (movimientos tectónicos,
clima, etc). Los planetas “jovianos” o “gaseosos”: Júpiter, Saturno, Urano
y Neptuno, están caracterizados por una gruesa atmósfera de hidrógeno y
helio, y dadas su alta temperatura y presión internas, no tendrı́an superficies
sólidas. Sin embargo, existen teorı́as que afirman que pueden tener núcleos
de silicatos y hierro de algunas veces la masa terrestre en sus centros. Los
satélites de los planetas gaseosos son mayormente cuerpos congelados, ricos
en hielo de agua, con algunas excepciones.
Una diferencia notoria entre los planetas terrestres y gaseosos es su tamaño.
Como se puede ver de la tabla 1 los planetas gaseosos son mucho más grandes
que los terrestres.
Las órbitas de los planetas alrededor del Sol son elipses es decir cı́rculos
achatados. El grado de achatamiento de la órbita se denomina excentricidad
y para las elipses es un número entre 0 y 1. Cuanto más achatada es, mayor
es la excentricidad. En general los planetas tienen órbitas casi circulares con
excepción de Mercurio que es algo excéntrica. Otro parámetro importante
en la elipse es el semieje mayor que describe cuan “grande” es la órbita y
representa la distancia media al Sol. Los cuerpos en órbitas elı́pticas no están
siempre a la misma distancia del Sol, sino que ésta varı́a desde su mı́nimo
valor en un punto, llamado perihelio, hasta su máximo valor en un punto,
llamado afelio.
En la tabla 1 y 2 se dan los tamaños y semiejes mayores de los planetas y
de los “planetas enanos” respectivamente. Como puede observarse también la
escala de distancias para los planetas terrestres y gaseosos es muy diferente,
mientras que los terrestres quedan dentro de las 1, 5 UA, los gaseosos cubren
un rango mucho más amplio, desde 5, 2 UA hasta las 30 UA.

4 Los “planetas enanos”


Los “planetas enanos” son hasta el momento cinco: Plutón, Eris, Ceres,
Makemake y Haumea.
Ceres fue hasta hace muy poco el primer asteroide descubierto y tiene un
diámetro aproximado de 1000 kilómetros. Es un objeto rocoso y es el objeto
mayor del Cinturón de asteroides entre las órbitas de Marte y Júpiter.

4
Plutón fue hasta el año 2006 el noveno planeta y fue descubierto en el
año 1930 por el astrónomo norteamericano Clyde Tombaugh. Cuando pasa
por el perihelio se encuentra más cerca del Sol que Neptuno. Tiene una
fina atmósfera probablemente de nitrógeno, metano y monóxido de carbono
y una superficie sólida de metano congelado. Tiene tres satélites: Caronte
cuyo diámetro es alrededor de la mitad del de Plutón y los satélites exteriores
Nix e Hydra, descubiertos el 31 de octubre de 2005 por el Telescopio Espacial
Hubble.
Eris (2003 UB313 ) fue el objeto que provocó el replanteo de la terminologı́a
en el Sistema Solar, justamente el nombre elegido para él significa, en la mi-
tologı́a griega, la diosa de la discordia. Es el mayor objeto transneptuniano,
o sea es de los objetos que se encuentran más allá de la órbita de Neptuno,
en Nuestro Sistema Solar. Tiene una órbita bastante excéntrica e inclinada y
un perı́odo de 557 años y actualmente se encuentra a una distancia de aprox-
imadamente 100 UA del Sol (1 Unidad Astronómica (U.A.) es la distancia
de la Tierra al Sol). Tiene un tamaño levemente superior al de Plutón y un
satélite llamado Disnomia, que en la mitologı́a es la hija de Eris.
Makemake (2005 F Y9 ), se descubrió el 29 de Julio de 2005, con el telesco-
pio espacial Spitzer. Tiene un diámetro de aproximadamente 1500 km, una
órbita poco excéntrica aunque inclinada.
Haumea (2003 EL61 ), es también un objeto transneptuniano y tiene un
diámetro de aproximadamente 1700 km. Fue descubierto el 28 de diciembre
de 2004. Tiene una órbita poco excéntrica e inclinada. Tiene dos satélites
naturales, conocidos como Hi’iaka y Namaka.

5 Cuerpos pequeños del Sistema Solar


5.1 Los asteroides
Los asteroides son cuerpos sólidos pequeños distribuidos por todo el Sistema
Solar pero en su gran mayorı́a se concentran en un cinturón entre las órbitas
de Marte y Júpiter, llamado cinturón principal. En general son rocosos
algunos metálicos y los más alejados del Sol son ricos en agua, materiales
volátiles y carbón.
La persona que descubre el asteroide elige qué nombre ponerle y además se
le asigna un número que indica el orden de su descubrimiento. En general son

5
nombres de mujer aunque hay una gran cantidad de asteroides con nombres
de personajes famosos como por ejemplo John, Paul, George y Ringo (Los
Beatles). El primer asteroide, fue descubierto por el astrónomo italiano J.
Piazzi en 1801, se lo llamó Ceres y se le asignó el número 1. Ahora Ceres
es un “planeta enano”. Pallas y Vesta son entonces ahora los asteroides más
grandes que miden alrededor de la mitad de Ceres. Desde entonces se han
identificado más de 350000 asteroides y continúan descubriéndose nuevos.
No se sabe exactamente el número total de asteroides pero se cree que puede
haber más de 1 millón de ellos de más de 1 kilómetro de diámetro.
A medida que se fueron descubriendo más asteroides, los astrónomos no-
taron que muchos de ellos tenı́an elementos orbitales similares, ası́ se agru-
paban en “Familias” según semieje mayor, exentricidad e inclinación. Estas
Familias de asteroides son seguramente el resultado de la fragmentación por
un choque en el pasado de un gran asteroide “padre” en pequeños fragmen-
tos. El tiempo y la influencia de los cuerpos del Sistema Solar han dispersado
gradualmente las órbitas de estos fragmentos pero no lo suficiente como para
borrar las caracterı́sticas de la familia.
Desde el Observatorio Astronómico se han observado asteroides desde casi
su fundación. Se han descubierto varios, por ejemplo, (965) Angélica, (1029)
La Plata, (1254) Erfodia, (1569) Evita. En el año 2006, inclusive, se ha
nombrado el asteroide 5289, descubierto el 29 de mayo de 1990 desde desde
la Estación Carlos Ulrico Cesco del Observatorio Félix Aguilar, de la Uni-
versidad Nacional de San Juan, Argentina, con el nombre de una prestigiosa
astrónoma del Observatorio de La Plata, la Dra Virpi Niemela.
Los asteroides chocan con la Tierra todo el tiempo, regularmente, se de-
tectan explosiones producidas por pequeños asteroides que chocan con la
atmósfera superior. Los impactos de asteroides son un hecho común y ordi-
nario en el sistema solar. La prueba está en los cráteres que presentan las
superficies de cualquier cuerpo sólido del Sistema Solar. En la Tierra, los pro-
cesos geológicos borran los cráteres de impacto rápidamente y la atmósfera
filtra los pequeños impactores.
Es razonable esperar que un asteroide de aproximadamente 4 metros de
diámetro entre en la atmósfera una vez por año y cada miles de años uno de
aproximadamente 50 metros de diámetro. Un evento de este tipo se produjo
en Tunguska (Siberia) en 1908, cuando un objeto de aproximadamente 60
metros de diámetro (probablemente un cometa) detonó en la capa inferior
de la atmósfera derribando e incendiando árboles en una gran área. Cada 1

6
millón de años se puede esperar el impacto de un asteroide de 1 kilómetro de
diámetro que provocarı́a devastación de grandes áreas y cada 100 millones
de años se esperarı́a un impacto de un asteroide de aproximadamente 10
kilómetros de diámetro; un impacto de este tipo probablemente provocó la
extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años.
Los asteroides que tienen chances de chocar con la Tierra se los denomina
NEOS (Asteroides cercanos a la Tierra) y existen programas en el mundo
que se dedican a la búsqueda y seguimiento de estos objetos para prevenir
los posibles impactos.

5.2 Los cometas


El otro gran grupo de cuerpos primitivos del Sistema Solar son los cometas.
Junto con los asteroides se piensa que son los “residuos” de la formación
planetaria. Se cree que se formaron en la parte externa de la nebulosa solar
cerca de las órbitas de los planetas Jovianos, y como producto de la formación
de estos planetas fueron dispersados hacia el exterior. Mayormente, durante
el proceso de formación de Urano y Neptuno gran cantidad de objetos fueron
dispersados por estos planetas y fueron de alguna manera “acumulándose”
dentro de una esfera de entre aproximadamente 1000 y 100 mil Unidades
Astronómicas, llamada “Nube de Oort”. Esta región es el reservorio de
los cometas llamados de largo perı́odo (perı́odos mayores a 200 años) y no
periódicos.
El segundo reservorio de cometas es el “Cinturón de Edgeworth-Kuiper”
más allá de la órbita de Neptuno. Cuando algún objeto interactúa gravitato-
riamente con Neptuno su órbita puede cambiar de manera que se acerque al
Sol y puede entonces transformarse en un cometa visible. Esta es la fuente
de los llamados cometas de perı́odo corto (perı́odos menores a 20 años) e
intermedio (perı́odos entre 20 y 200 años).
Como los cometas se formaron lejos del Sol son objetos congelados, con-
tienen principalmente hielo de agua y en menor proporción otros materiales
volátiles como CO, CO2, etc. Permanecen sin actividad lejos del Sol, pero
cuando se acercan a el, subliman sus hielos, produciéndose ası́ la “cola del
cometa”. Sin duda este fenómeno es uno de los más hermosos de la natu-
raleza. El reciente paso del cometa Mc Naugh en enero de 2007 nos posibilitó
tener la experiencia de contemplar a simple vista en el cielo la cola de un
cometa. Como se puede apreciar en la fotografı́a de la Figura 1, la cola se

7
extiende varios grados en el cielo.

5.3 Los objetos transneptunianos


En los últimos años, el número de objetos conocidos como transneptunianos
ha crecido enormemente gracias a los avance en la observación astronómica.
El número de objetos descubiertos asciende a aproximadamente 1100. In-
clusive, muy recientemente comenzaron a descubrirse objetos binarios en la
región transneptuniana y es de esperar que estos descubrimientos no sean ca-
sos aislado en estas zonas, sino que por el contrario sean bastante comunes.
En esta región se pueden distinguir tres tipos de objetos según sus carac-
terı́sticas dinámicas. Los objetos clásicos, los objetos resonantes y los objetos
del disco extendido. Estos últimos son cuerpos en órbitas muy elı́pticas (con
alta exentricidad) con distancias perihélicas mayores a 30 UA (aproximada-
mente 30 UA es el semieje mayor de la órbita de Neptuno).
Además estos objetos son cuerpos congelados con una composición similar
a la de los cometas.
Los “planetas enanos” Eris y Plutón son objetos transneptunianos. Eris es
un objeto del Disco extendido y Plutón un objeto resonante, particularmente
un “plutino”. Los plutinos están en resonancia 2:3 con Neptuno, es decir,
que los perı́odos de revolución alrededor del Sol están sincronizados de modo
que cada 2 vueltas de los plutinos, Neptuno da 3 vueltas.
Cuando un objetos transneptuniano es enviado hacia el Sistema Solar
interior, pasa entre las órbitas de Júpiter y Neptuno antes de transformarse
en cometa. En este estadı́o se llaman “Centauros”.

6 Conclusiones
Nuestro conocimiento y entendimiento de nuestro Sistema Solar y de los cuer-
pos que lo forman ha cambiado desde las primeras observaciones y teorı́as
astronómicas. Seguramente continúe cambiando a medida que se refinen las
teorı́as y se mejoren las técnicas de observación. Lo que hoy definimos y afir-
mamos puede volver a ser redefinido en el futuro, ası́ como sucedió en el año
2006 con la definición de planeta, simplemente, ası́ avanza el conocimiento
cientı́fico. Lo importante, es que podamos tener la tranquilidad y convicción

8
Tabla 1
Planeta Radio [km] a [UA]
Mercurio 2439 0.387
Venus 6051 0.723
Tierra 6378 1.000
Marte 3396 1.524
Júpiter 70850 5.203
Saturno 60330 9.575
Urano 25400 19.310
Neptuno 24300 30.481

Table 1: Radio y semieje mayor, a (distancia media al Sol) de los planetas.

Tabla 2
“Planeta enano” Radio [km] a [UA]
Eris 1199 67.695
Plutón 1150 39.482
Ceres 457 2.768
Makemake 750 45.8
Haumea 700 2.768

Table 2: Radio y semieje mayor, a (distancia media al Sol) de los “planetas


enanos”.

para afrontar los cambios como algo constructivo y positivo para tratar de
entender, solo un poco más, la naturaleza.

9
Figure 1: Fotografı́a del cometa Mc Naught tomada por el fotógrafo
Guillermo E. Sierra de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofı́sicas
de la UNLP. Esta imagen fue tomada al atardecer del 20 de enero de 2007
desde el Instituto Argentino de Radioastronomı́a (Villa Elisa, Pcia de Bs.
As.). La antena en la fotografı́a tiene un diámetro de 30 metros.

10

También podría gustarte