Analisis Cassacion 2280-2005
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INDEPENDENCIA”
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2021
INTRODUCCION
En suma, el objeto del presente curso es, el análisis crítico de las vertientes
tradicionales esbozadas en materia de Responsabilidad Civil, contrastándolas
con las concepciones más modernas imperantes en esta materia, que
demuestran finalmente que el camino a tomar, legislativamente hablando, es el
de la unificación de la Responsabilidad Civil. En tal sentido, es necesario que los
discentes interrelacionen los contenidos con el de Acto Jurídico, Reales,
Contratos y, principalmente, el de Obligaciones, para así entender a cabalidad la
teoría general de la Responsabilidad Civil Moderna, la que se mira desde el
ángulo de la víctima del daño (en la hipótesis de incumplimiento) y no desde el
punto de vista del causante, como agente emisor de voluntad.
Este recurso de casación fue interpuesto por María Teresa Jiménez Lazo,
mediante escrito, contra la resolución emitida por la Sala Mixta Descentralizada
de Ilo. Que Confirmando la apelada, declara Fundada la demanda interpuesta por
la actora, sobre nulidad de acto jurídico, contenido en el documento que contiene
la fianza, en contra de Banco Continental de Ilo; en consecuencia, declaró Nula y
sin efecto legal el documento que contiene la fianza de Súper Deposito, sin fecha
de emisión, hasta 1 2230.21 dólares americanos, y se ordenó que el BC devuelva.
CONCEPTOS BASICOS
Nulidad de acto jurídico: Según señala el art. 219 del Código Civil.
La diferencia entre esos dos elementos del daño está en el hecho de que la
pérdida sufrida corresponde a la sustracción de un valor que ya existía en
el patrimonio del damnificado mientras que el lucro cesante corresponde a
nuevas utilidades que el damnificado habría presumiblemente conseguido
si no se hubiera verificado el hecho ilícito o el incumplimiento. Por ejemplo
el valor de la casa destruida por el incendio, el valor del auto destruido en
un accidente, el daño en la salud de una persona que por haber sufrido
lesiones debe afrontar gastos para atención médica e internación
hospitalaria son considerados daños emergentes;
Pero además tiene que comprar remedios, requiere pagar la ambulancia que lo
llevó hasta el hospital desde el lugar del accidente, puede necesitar tratamiento
psiquiátrico, quizá va a tener que someterse a una costosa rehabilitación por
varios meses, paralelamente pierde un negocio importante debido a su
hospitalización y además no se encuentra en aptitud de trabajar para mantener a
su familia durante un largo tiempo, etc. (Ídem)
Nulidad de Acto Jurídico Lima, diecinueve de octubre del dos mil seis.-
SEXTO - Que, esta decisión es apelada por ambos sujetos procesales, en los
extremos que lei son adversos;
UN DECIMO - Que, tanto el autor citado, como los Juristas Felipe Osterling Parodi
y Fernando de Trazegnies, ubican a la pérdida de oportunidad o la pérdida del
chance dentro del daño emergente, al ser un elemento económico que se suma al
patrimonio del dañado; DUODÉCIMO - Que, de acuerdo con la pretensión
demandada por la actora y admitida como punto controvertido en la audiencia
correspondiente, la actora ha solicitado el pago de un monto por daño emergente;
sin embargo, las instancias, a pesar de haber amparado en parte la demanda y
señalar que si se habría incurrido en un comportamiento dañoso, utilizan el falaz
argumento de, por tratarse de una expectativa, no sería indemnizables, sin
reparar que lo que se indemniza, cuando se desarrolla esta figura, no es el premio
que se dejó de ganar, sino la frustración de la posibilidad de obtenerlo, lo cual
debe ser, si en este caso cabe, de acuerdo con el análisis que deben hacer las
instancias, analizado prudencialmente y con mucho cuidado, para evitar excesos
u omisiones imputables a los jueces, por desconocimiento de la institución, la cual
no sólo es posible aplicarla en nuestro Ordenamiento Jurídico sino que también
se aplica al Ordenamiento Comunitario, como lo ha hecho la Corte
Interamericana; por ejemplo, en el caso Bulacio versus Argentina, en sentencia
del diecisiete de noviembre del dos mil cuatro; DECIMOTERCERO Que, como se
ha señalado, éste ítem requiere de análisis probatorio y discrecionalidad judicial,
que este Supremo Tribunal, de acuerdo con la naturaleza estricta que le ha
impreso el legislador al recurso de casación, no puede emplear, por lo que,
excepcionalmente, deberá remitirse los autos a la instancia debida para que ésta
sea que emita pronunciamiento sobre este punto; DECIMOCUARTO - Que, por
otro lado, también corre el recurso de casación del Banco Continental, en donde
denuncia la interpretación errónea del artículo mil ochocientos setentiuno del
Código Civil, señalando que la Sala Revisora, en su considerando cuarto, dispone
que la formalidad exigida por esta norma, es de carácter constitutiva para la
validez de dicho acto jurídico, lo cual es erróneo, ya que para la validez de la
fianza, basta que ella conste por escrito, bajo sanción de nulidad; sostiene que en
este caso, la fianza consta por escrito, por los sujetos intervinientes (acreedor y
fiador), en donde consta indubitablemente la voluntad del otorgante; por ende,
esta norma se ha interpretado erróneamente, ya que debió interpretarse en el
sentido que la validez de la fianza constituida por la actora y el Banco recurrente,
al constar por escrito, contiene una expresa manifestación de voluntad, como
aparece de la pericia grafotécnica; DÉCIMO QUINTO - Que, el Banco sostiene
que ha cumplido con la formalidad establecida en la ley, puesto que su fianza está
por escrito; sin embargo, es preciso reparar en que el contrato de fianza,
legalmente, es definido como aquel en el que el fiador se obliga frente al acreedor
a cumplir determinada prestación, en garantía de una obligación ajena, si ésta no
es cumplida por el deudor; Cárdenas Quiroz ha señalado que este contrato tiene
las siguientes características: "(...) la fianza se celebra entre el fiador y el
acreedor; el fiador se obliga a cumplir determinada prestación, que puede ser de
cualquier clase; el fiador garantiza el cumplimiento de una obligación ajena; el
fiador responde en caso de incumplimiento del deudor (...)"; DECIMO SEXTO -
Que, conforme los artículos mil ochocientos setentiuno y mil ochocientos
setentitrés del Código Civil, según los cuales la fianza debe constar por escrito
bajo sanción de nulidad, siendo que el fiador sólo puede obligarse por aquello a lo
que expresamente se hubiere comprometido; DÉCIMO SÉPTIMO - Que, no
puede dejar de señalarse que por la propia naturaleza del contrato de fianza, éste
forma un acuerdo solemne; DÉCIMO OCTAVO - Que, este Supremo Tribunal no
puede reexaminar los elementos probatorios pero si puede recoger las
conclusiones a las que han arribado las instancias, y es así que, existen tres
peritajes que, de manera contundente, hacen concluir que el aludido contrato de
fianza ha sido firmada por el fiador, en blanco, para luego ser llenada,
unilateralmente, por el Banco, lo que demuestra o pone en evidencia que no
estaríamos ante, propiamente dicho, un contrato de fianza sino ante la presencia
de una garantía unilateral, constituida por el Banco, que es ajena a la relación
obligatoria propia del contrato de fianza; DÉCIMO NOVENO - Que, en ese orden
de ideas, la entidad recurrente no puede pretender la subsistencia del acto
jurídico nulo alegando que sí existió voluntad de la actora de garantizar a un
tercero, cumpliéndose con el requisitos de que conste por escrito, si es que ha
utilizado un mecanismo que no es idóneo para la celebración de un contrato de la
naturaleza, importancia y trascendencia, especialmente patrimonial, del contrato
de fianza, que le permitiría al Banco, cobrar una deuda de una empresa,
sacrificando la cuenta de una clienta, esto debido a que el aludido contrato de
fianza ha sido, conforme han señalado los jueces, recogiendo la opinión común
de los peritos, ha sido suscrito en blanco y Ilenado posteriormente por el mismo
Banco recurrente, siendo por tanto irrelevante que la actora haya manifestado su
voluntad;