Varios - Libro de Cuentos
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Varios - Libro de Cuentos
a la de dos, a la de tres...
Ayuntamiento de
He roto el espejo
que muestra las sombras de la envidia,
he atado la cadena
que se traga mi estima,
he tirado cada frasco
que contiene mis penas,
he sellado la puer ta
que abre paso al dolor.
- Papá, eso de la
Navidad, ¿qué es?
Era una pregunta impor-
tante si tenemos en
cuenta que Alberto
era el primer niño
nacido en Marte y que en
las últimas semanas la base espacial que les servía de
hogar estaba inmersa en una actividad frenética. Los
robots de limpieza estaban adornados con gorros celebramos el nacimiento del niño Jesús. Cuando vivía-
rojos, de las paredes se habían colgado inmensas bolas mos en casa, nos juntábamos toda la familia, la abuela
de colores y en un rincón pequeño del comedor habían hacia una carne muy buena, cantábamos villancicos…
montado un escenario con pequeñas figuras de un niño, - ¿Villancicos, papá?
unos animales y unos pastores. - ¡Jajaja! – El padre tomó aire y entonó “A Belén
El padre sonrió. No recordaba cuando a él se lo habían Pastores”, con un vozarrón impresionante ante la
explicado por primera vez. Miró al infinito a través de mirada perpleja de su hijo que nunca le había visto
la cúpula transparente que los mantenía con vida sobre cantar – Deberías mirarlo en los videos de la Intrared,
el paisaje rojo, y recordó su país natal, en la Tierra, ya que en la cena de mañana los cantaremos antes de
con la nieve, los bosques, los puestecillos del parque y que venga Papá Noel.
la comida especial que su madre siempre hacía. Echaba - ¿Quién es Papá Noel? ¿Viene otra nave desde la
de menos los colores y sabores de la Tierra. Tierra? ¿Vienen más niños?
Esta era la primera Navidad que se iba a celebrar en El padre comprendió que su hijo allí estaba solo. Era el
Marte y había sido por una orden que él había dado. único niño que recorría la base a diario, con sus juegos
Era la orden que más feliz le había hecho sentir. y carreras. Nunca había podido jugar con nadie más de
- La Navidad, Alberto, es una fiesta en la que su edad.
Por eso él había pensado comenzar a
celebrar la Navidad en aquella
base remota, para que
el personal pudiera sen-
tirse como niños otra vez
y darle a su hijo una noche
que no olvidara.
- No hijo. No viene otra nave.
Papa Noel es un anciano
que vive en el polo Norte
y recorre el mundo en su
trineo mágico tirado por renos
- No me lo creo… la Tierra está tan lejos….
repartiendo juguetes a los niños que se han portado
- Ya lo verás – dijo el padre- ahora vamos ayudar a los
bien ese año.
robots a adornar la base.
- ¿Y sabe donde está Marte?
Alberto pudo disfrutar ese día de las primeras navi-
- Por supuesto. dades marcianas, con su padre, su madre y las otras
- ¿Y podrá sobrevivir en el personas que vinieron desde las otras bases que colo-
espacio sin aire? nizaban Marte. Cantó los villancicos esos que ponían a
- Claro, es mágico. su padre contento y sobretodo pudo jugar con otras
- ¿Y qué tipo de renos personas. Posiblemente fue de los mejores días de su
tiene? – Alberto conocía corta vida.
todos los animales de la tie- Cuando se levantó al día siguiente, en su habitación
rra, porque pasaba horas mirando encontró las señales del paso de Papa Noel, en forma
los videos de la Intrared. de dos robots nuevos, un objeto redondo que su padre
- Mágicos, por supuesto. llamaba balón de futbol y un sobre cerrado…
- ¿Y pueden respirar sin aire? Intrigado, lo miró un par de veces y lo abrió con rece-
- ¡Jajaja! ¡Claro! lo, encontrando dentro posiblemente el mejor regalo:
- ¿Yo he sido bueno, papá? dentro de 8 meses tendría un hermano, el segundo
- Si, has sido un niño muy bueno este año, así que Papa niño marciano.
Noel vendrá seguro. Él le explicaría lo que es la Navidad.
La estrella y Candela ella, si vuelve la cara
para un lado huele a
limón y si la vuelve
- Mamá – es Navidad, ¿crees que Papa Noel me traerá lo que para el otro huele a
he pedido? turrón.. Y si alarga su
- ¿Y qué has pedido? brazo puede alcanzar
- ¡Ah! ¡Eso es secreto! un trocito de choco-
late... Desde la rama
Las estrellas en el cielo están revolucionadas, les cuesta ir a del árbol más cercano,
dormir porque esa noche es navidad, la más importante del una estrellita blanca
año para ellas. Tienen que brillar mucho. como la espuma la salu-
Una de ellas, esa a la que los niños piden deseos y además un da, en la mano lleva una
poco más revoltosa que el resto, quiere hacer un experimen- especie de varita mág-
to. ica… Un, dos, tres... La
…Cuando todas duermen ella se marcha al laboratorio y muy sacude sobre su
calladita coge sabores, olores, colores… fresa, limón, lavan- cabeza,
da, romero,… chocolate, turrón, miel, vainilla y canela,... Chass... Candela ater-
verde, azul, rosa y violeta… frishh, frishhhh,… a todas rocía,
riza sobre ella... Y así
por las puntas, por el centro, un poquito de verde, una mijita
vuelan por todo el cielo, tocando estrellas de colores y
de romero, por aquí lavanda, por allí canela…
rozando nubes hechas de algodón de azúcar.
Cuando acaba se marcha a su nube y cierra los ojos para dor-
Candela despierta, es navidad – mira en tu calcetín, ¿qué
mir un poquito, pronto se irá el sol y tendrán que levantarse
te habrá dejado Papa Noel?
para alumbrar en el cielo... una noche grande, ¡la más impor-
tante! Ya anochece, las estrellas se desperezan, se miran Candela sonríe y todavía adormilada baja hasta la chime-
sorprendidas, se huelen se tocan... umm ¿qué pasa aquí? – nea. La estrellita blanca, esa a la que los niños piden
¡Es un secreto! – contesta la estrella revoltosa. deseos, descansa ya en su nube satisfecha y contenta.
Abajo en la tierra, los niños emocionados esperan a Papá Candela en su habitación mira por la ventana, en sus manos
Noel. la cajita hallada en el calcetín, la rama del árbol todavía
En todas las casas los peques ya han colgado sus calcetines brilla. Su carita feliz guiña un ojo mientras mira hacia arri-
en la chimenea, ilusionados se acuestan… todos, menos ba.
Candela que mira por la ventana de su habitación hacia el En la cajita, su secreto: puntas de estrellas, de miel y avel-
cielo. Una gran sonrisa ilumina su rostro, allá arriba en el lanas, de mazapán y vainilla, de fresa y lavanda, de color
universo destellos de colores, suben, bajan, llegan hasta rosa, violeta y hasta anaranjadas.
Juan y la Navidad Cuento de Navidad
Érase una vez una familia que pese a tener una casa gran-
de, tenían como inquilinos a una comunidad de cucarachas.
Pero éstas no eran cucarachas normales, eran ocupas a
rabiar: se comían la comida, le cogían al padre la espuma
de afeitar, utilizaban el albornoz de la madre, se tumba-
ban en el sofá con los pies encima de la mesa. Cuando la
familia llegaba a casa, no tenían sitio donde sentarse…
Cuando venía visita a casa, la comunidad de cucarachas
despachaba a los invitados diciendo que los dueños no
estaban. ¡Se habían apoderado de su casa!
Cuando llegó la Noche Buena, después de haberse comido
las gambas y todas las chocolatinas, turrones, y demás
dulces de Navidad, las cucarachas volcaron el árbol de
Navidad ¡dos veces! Se colocaron en el portal de Belén…
Era el momento de que viniera Papá Noel con los regalos
y la familia preparó el tentempié que le dejarían para que
se recuperara un poco después de dejar tantos regalos
en tantas casas, y el árbol sólo se aguantaba con dos alam-
bres… después del estropicio de la comunidad de cucara- A la mañana siguiente al despertarse, los niños las encon-
chas. Entonces, toda la familia, la verdadera dueña de la traron, a las cucarachas, jugando con sus cochecitos,
casa, se fue a dormir. Y mientras, la comunidad de cuca- usando el perfume de mamá, con el pijama y la corbata de
rachas se zampó todos los dulces que la familia le había papá, y un gran letrero de Papá Noel que decía “A esta
dejado a Papá Noel, con gran disgusto para él… casa yo no vuelvo”.
El cuento de Juan
A Juan no le gustaba mucho ir al Así acababa el cuento de
cole, sin embargo un día apareció Puff. Juan nuestro protago-
una seño nueva. Su nueva seño se nista, creció, se hizo adulto,
colocó un gorro gigante, de tercio- pasaba mucho tiempo durmiendo
pelo de colores y en las puntas cas- ya no leía, ni escuchaba música,
cabeles, dio golpecitos con un trián- verdaderos dragones, esta
gulo y empezó su clase. Lo hizo con- vez sin magia y si muy fero-
tando un cuento, la seño puso ces, se apoderaban de él, los
música, cogió el cuento de lámi- que inventaba su cabeza,
nas muy bonitas y empezó a solo en su mundo, era inca-
narrar… paz de comunicarse con otras
La melodía y la voz dulce de la seño personas, si salía de su cuarto
enseguida captó la atención de Juan. amenazantes voces le asustaban,
Contaba la historia de un dragón si miraba la tele sus ojos veían
mágico, Puff, que vivía en una tierra figuras que se deformaban y
lejana llamada Honalee, en la calle salían de la pantalla, si hablaba por teléfono la voz de
de las cerezas, era amigo de un niño sus seres queridos se transformaba en gritos, en
que se llamaba Juan como él.… Era palabras que él no entendía… era un suplicio. Juan
mágico ver las láminas del cuento al son de la canción cada vez más solo se aislaba para no recibir amenazas
y descubrir como Juan llevaba ceras y cuerdas para ni insultos.
jugar con su amigo... como se convertía en pirata mon- Una navidad cualquiera, ante la insistencia de su
tado en la cola del dragón... o como les visitaban reyes madre se levantó. Allí encima de la mesa un regalo
y princesas. envuelto en papel celofán brillante y un gran lazo de
Un día Juan creció, se hizo mayor y no volvió, sin raso. Al desliarlo su corazón empezó a latir fuerte,
embargo el dragón en su cueva seguía esperando a recordó su cuento preferido de niño, ya olvidado, el
otros niños... a todos los que querían conocerle y jugar que le cautivó por la dulzura y la magia que desperta-
con él. ron en él.
La historia de Puff, el dragón mágico. Lo abrió, descu-
Por segunda vez
brió una dedicatoria:
“Los dragones pueden ser tus amigos, vuelve a pisar la Una vez más, la parlanchina Noa narra al
tierra de Honalee, donde la magia y la emoción se pequeño Nico la increíble historia de
mezclan, donde la amistad y la fantasía se alían para cómo se hicieron hermanos. La niña
vencer batallas poderosas, vuelve a la calle de las confiesa al bebé, que la mira fija-
cerezas donde un día fuiste feliz junto a Puff, tu mente sin pestañear, con los ojos
amigo”. atónitos y la boca entreabierta, que
aquel es el mejor regalo que
Volvió a su habitación, cogió sus pinturas y empezó a
ha recibido en su vida.
dibujar, cuando lo terminó colgó el dibujo en la pared. <<Era Navidad, como
Un dragón grande y verde lo miraba sonriente, un niño ahora. Había deseado
pequeño le tiraba cuerdas. Juan se emocionó. Recordó tanto tener una familia que no
su niñez y como una seño peculiar sacó lo mejor de él, podía creer que hubiese una
su sensibilidad. Juan esbozó una sonrisa por primera para mí. Antes tenía otros
vez en mucho tiempo. padres que no podían cui-
darme bien y aunque viví
El cuento en su escritorio, abierto justo donde
con otros niños me sentí
comienza la calle de las cerezas, sintió alivio, se le
un poco sola.
ocurrió que podría hacer magia y transformar sus Cuando llegué a nuestra casa por primera vez me detuve
miedos, alejar los dragones fieros creados en su frente al estante de la colección de muñecas de trapo de
mente, vencer batallas si se preparaba para ello, no la abuela. Mamá me dijo que eligiese una, que sería para mí.
sería fácil pero lo intentaría. Señalé la de la esquina, que estaba medio escondida. "Esa
La casualidad hizo que una seño peculiar un día cual- no, hija, mira, está rota", susurró con dulzura. Mientras la
quiera le mostrara un cuento. sujetaba cuidadosamente entre mis manos rompí mi silen-
cio: "¿Yo también estoy rota?".
La casualidad hizo que una navidad cualquiera desper-
Al día siguiente mamá y papá me preguntaron si quería
tara en su memoria, tener un hermanito. Ya llevaban tiempo esperándote, y a
Puff, el dragón mágico, su amigo. mí también. Podría decirse que los dos nacimos casi al
mismo tiempo, yo por segunda vez.
Toma, Nico, ya puedes jugar con ella. Ahora que está como
nueva puede que ya no se rompa>>.
Las Navidades de Joe