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Ceiba Pentandra

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CEIBA PENTANDRA

(Año 2018)
El árbol nacional de Guatemala escogido entre bellos ejemplares luce como un soldado fervoroso que guarda día y
noche nuestro suelo.
Ceiba Pentandra, tu solemne porte, simboliza lealtad y poderío. Tu fronda amplia habla de cobertura, de refugio en tu
sombra y gallardía.
Símbolo patrio, me inspiraste siempre y en mi alma de niña (o) te he llevado junto al Quetzal, Bandera,  Monja
Blanca,cual tesoros de estirpe real, guardados.

A GUATEMALA
(Año 2004)
Guatemala, ¡ Tierra mía !
el lugar donde nací,
hoy traigo con alegría
una canción para ti.
Guatemala, tierra hermosa,
de belleza sin igual,
eres cual perla preciosa
por tu riqueza ancestral.
Cuatro razas en tu suelo:
Garífuna, Xinca, Maya
y Ladinos, que con celo,
velaremos que paz haya.
Y así todos como hermanos
en la tierra del Quetzal
forjaremos con las manos
el progreso nacional.

 
El niño y los clavos
Había un niño que tenía muy mal carácter. Un día, su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que
perdiera la calma, clavase un clavo en la cerca del patio de la casa. El primer día, el niño clavó 37 clavos. Al día siguiente,
menos, y así el resto de los días. Él pequeño se iba dando cuenta que era más fácil controlar su genio y su mal carácter
que tener que clavar los clavos en la cerca. Finalmente llegó el día en que el niño no perdió la calma ni una sola vez y fue
alegre a contárselo a su padre. ¡Había conseguido, finalmente, controlar su mal temperamento! Su padre, muy contento
y satisfecho, le sugirió entonces que por cada día que controlase su carácter, sacase un clavo de la cerca. Los días
pasaron y cuando el niño terminó de sacar todos los clavos fue a decírselo a su padre.
Entonces el padre llevó a su hijo de la mano hasta la cerca y le dijo:
– “Has trabajo duro para clavar y quitar los clavos de esta cerca, pero fíjate en todos los agujeros que quedaron. Jamás
será la misma. Lo que quiero decir es que cuando dices o haces cosas con mal genio, enfado y mal carácter dejas una
cicatriz, como estos agujeros en la cerca. Ya no importa que pidas perdón. La herida siempre estará allí. Y una herida
física es igual que una herida verbal. Los amigos, así como los padres y toda la familia, son verdaderas joyas a quienes
hay que valorar. Ellos te sonríen y te animan a mejorar. Te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre tienen
su corazón abierto para recibirte”.
Las palabras de su padre, así como la experiencia vivida con los clavos, hicieron con que el niño reflexionase sobre las
consecuencias de su carácter. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

El papel y la tinta
Había una hoja de papel sobre una mesa, junto a otras hojas iguales a ella, cuando una pluma, bañada en negrísima
tinta, la manchó completa y la llenó de palabras.
– “¿No podrías haberme ahorrado esta humillación?”, dijo enojada la hoja de papel a la tinta. “Tu negro infernal me ha
arruinado para siempre”.
– “No te he ensuciado”, repuso la tinta. “Te he vestido de palabras. Desde ahora ya no eres una hoja de papel sino un
mensaje. Custodias el pensamiento del hombre. Te has convertido en algo precioso”.
En ese momento, alguien que estaba ordenando el despacho, vio aquellas hojas esparcidas y las juntó para arrojarlas al
fuego. Sin embargo, reparó en la hoja “sucia” de tinta y la devolvió a su lugar porque llevaba, bien visible, el mensaje de
la palabra. Luego, arrojó el resto al fuego.
Leonardo Da Vinci
El Sombrerón
Estos son algunos de los párrafos que canta el Sombrerón a las muchachas de cabello largo y ojos grandes. Con
serenata es como conquista a las señoritas de las que se enamora.
Los luceros, en el cielo,
caminan de dos en dos
así caminan mis ojos cuando voy detrás de vos.
Eres palomita blanca,
como la flor de limón
si no me das tu palabra,
moriré de pasión.
Te quiero más que a mis ojos
más que a mis ojos te quiero
pero más quiero a mis ojos
porque mis ojos te vieron.
Esta es una de las leyendas de Guatemala que parece que trata de una historia romántica, pero a veces hay que
desconfiar hasta del mismo amor, no todo es lo que parece.
Mide la altura de un dedo de la mano, por ello algunos consideran que es un duende y algunos lo conocen con el
nombre tzitzimite o tzipitío.
¿Cómo viste el Sombrerón?
Va de negro y marca su paso con botas de tacón, un sombrero de ala grande, un cincho grueso y brillante, va con su
guitarra para envolver a las patojas.
Siempre anda con sus cuatro mulas buscando de quién enamorarse.
Juega con los caballos; les hace trenzas y nudos en el pelo, los hace correr en la noche para cansarlos, se vuelven ariscos
y no dejan que se les acerquen.
Enamora a las muchachas hasta que las pobres se enferman y poco a poco se van muriendo; afirman que el sombrerón
llega a llorar lágrimas de cristal al entierro y a la tumba todos los días.
Les roba el sueño con las serenatas que les da en la noche, ni las deja comer porque le coloca tierra a la comida de las
pobres muchachas.
Así anda el sombrerón, llevando cantos nocturnos para enamorar a las muchachas que no las deja ni a sol ni sombra
hasta enamorarlas.
Si lo ves, lo escuchas cantar o pasar, no dejes que te atrape y mantente firme al ignorar sus serenatas.
 El Cadejo

Una de las leyendas de Guatemala que habla del espíritu que cuida el andar de los ebrios, ayudándoles a encontrar el
camino a casa.
Lanudo, negro, con ojos de fuego y unos cascos de cabra que lo hace marcar su andar, así es este espíritu cuidador.
Protector de los hombres ebrios que divagan muy de noche; anda distante e inquieto hasta que el protegido llegue a
casa, aun así la historia mencione que es un espíritu protector se debe tener cuidado, porque si este te llega a lamer la
boca, te llevara al infierno.
No se logra ver, solo se siente el espíritu y si deja que el cadejo lama su mano, puede que la persona nunca deje el
alcohol hasta llegar a su muerte.
Cadejo blanco
Dentro de esta leyenda de Guatemala, se encuentra la versión del cadejo bueno, que cuida a mujeres y niños. Se
mantiene fiel al lado de ellos cuidando su andar.
Si el cadejo blanco y negro se encuentran pelearan por cuidar a la persona; el cadejo negro ataca a la persona y el
blanco la defiende siempre.
Esta es una de las leyendas de Guatemala que habla del espíritu que cuida incluso de otras almas que quieran hacer
daño, como la Llorona o La Siguanaba.
Así que si alguna vez te sigue un perro blanco, no lo espantes, puede que sea tu salvación.

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