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Resumen Maliandi

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Ricardo Maliandi: ETICA Y “ETHOS” (Introduccion)

La palabra griega “ethos” es el origen etimológico de la Ética, y posee varios significados:


genéricamente significa “costumbre”; moralmente es “carácter” (modo de actuar de una
persona); y psicológicamente alude a “habito”.

 “El carácter es lo que se forma a través de la práctica de hábitos y costumbres”.

 Antes “ethos” aludía al lugar donde se habita: el hogar.

Según Ricardo Maliandi: Hoy ethos alude al conjunto de actitudes, creencias morales,
convicciones y formas de conducta, ya sea de una persona individual o un grupo social.
El ethos es un fenómeno cultural que suele presentarse con aspectos muy diversos, pero
que no puede estar ausente de ninguna cultura.

Ethos: nos remite a determinados códigos de normas, escalas de valores acerca de lo que


es moral o lo que no lo es. La pluralidad de concepciones acerca de lo que está bien y de lo
que está mal es también el punto de partida de la reflexión ética racional, de la aplicación
de la razón a la consideración de los problemas normativos: “La ética es la tematización
del ethos”.

Tematización: es convertir algo en tema, en objeto de estudio. Ética sería entonces la


aplicación de la razón a los problemas normativos, se intenta darle
un fundamento coherente a las normas.

La ética es un modo de reflexión que apunta a dos cosas:

1) a fundamentar las normas y los valores de unos ethos determinados. La disciplina que
surge de aquí es la Ética Normativa

2) a aclarar lo mejor posible el sentido y el uso de los términos propios del lenguaje moral.
Esto se denomina Metaética

 La ética es reflexiva porque nos hace pensar y sacar conclusiones, modificando así
nuestro obrar y ayudándonos en la toma de decisiones.

Reflexionar no significa solamente pensar, sino también la idea de reflejar

Maliandi: “La ética es una disciplina que constituye una tematización del ethos,
tematización que es de carácter reflexivo (formas en que el hombre se mira a sí mismo).  El
ethos (que es el objeto de estudio de la ética) consiste en su propia reflexión. La ética es
peculiarmente difícil porque no podemos, como humanos, salir de él, del objeto de
estudio”.
A determinados tipos de ethos le corresponde una te matización distinta. El ethos varía de
acuerdo a dos ejes:

1)     Diacrónico-temporal (el ethos varia con el paso del tiempo)

2)     Étnico-cultural (el ethos varía geográficamente y de acuerdo a los diferentes


grupos culturales)

Maliandi: “La ética filosófica se desarrolla como un permanente esfuerzo por poner
claridad en un fenómeno complejo. La claridad se logra indagando la estructura general
del ethos, aquello que es común a las diversas formas y los diversos tipos de ethos”.

MALIANDI

1. 1 Ética y ethos. La ética como tematización del ethos.

El modo más genérico de definir la ética consiste en decir que ella es la  “tematización del
ethos”. Vamos a hablar de ética como una particular disciplina. La tematización en que
consiste esta es de carácter “reflexivo”. La ética es una forma en la que el hombre se auto
observa. En la ética, la reflexión en que ella se ejerce es también parte constitutiva del
ethos (fenómeno de moralidad), es decir, del objeto de estudio de tal reflexión.

No hay que confundir a ética y ethos como sinónimos, es necesario distinguirlos. Lo que
ocurre es que la ética se integra en el ethos, se adhiere a él, enriqueciéndolo y haciéndolo
más complejo. La reflexión ética es algo más que una reflexión, ya que involucra un
compromiso, una actitud práctica, normativa. No es lo mismo un “moralista”, un
predicador de normas, que un investigador de tales normas, esforzado en
fundamentarlas; “predicar moral es fácil; fundamentarla es difícil”.

1.2. El concepto de ethos.

Se usa hoy ethos para aludir al conjunto de actitudes, convicciones, creencias morales y
formas de conducta, sea una persona individual o de un grupo social, o étnico, etc. El
ethos es un fenómeno cultural (el fenómeno de la moralidad), que suele presentarse con
aspectos muy diversos, pero que no puede estar ausente de ninguna cultura. Aquí
hablamos de facticidad humana que acompaña ineludiblemente a la vida humana. El
ethos en su carácter de facticidad normativa, remite siempre a determinados códigos de
normas o a sistemas de valores, o a ciertos tipos de concepciones sobre lo que es moral y
no lo es. Que hay una pluralidad de tales códigos, o sistemas o concepciones; es un hecho
de experiencia que puede ser siempre corroborado. Esta pluralidad es percibida tanto por
ética como disciplina particular, sino también por casi todos los hombres, ejemplo: no hay
una misma moralidad en un país que en otro.

Cuando se advierte que no todos opinan unánimemente sobre lo que “se debe hacer”,
surge la duda, la pregunta básica a cerca de que se debe hacer y la de porque se lo debe
hacer. Con este tipo de preguntas se inicia entonces la ética filosófica, la cual se procura
explicitar (“reconstruir”) los principios que rigen la vida moral, es decir, intenta
fundamentar las normas. Ahora bien, la reflexión filosófica se efectúa según diversos
criterios, también allí se mantiene la pluralidad, y es así como a determinados ethos les
corresponden determinados tipos de ética.

1.3. Sentido de la “tematización”.

La ética es un modo de reflexión que apunta principalmente a dos cosas: a) a fundamentar


las normas (o a cuestionar problemas fundamentales) y ; b) a aclarar lo mejor posible el
sentido y el uso de los términos propios del lenguaje moral. Así decimos que la
tematización del ethos, es una tematización reflexiva, con un doble aspecto, que
corresponde a dos niveles de reflexión (el de la ética normativa y el de la metaetica). Pero
no basta con entender que es y cómo se desarrolla una tematización, sino que se necesita
también discriminar las connotaciones propias del neologismo “tematización”. Convertir
algo en “tema”, en este caso sobre la ética, puede hacerse mediante:

a) explicitaciones: alude a los procedimientos por medio de los cuales se procura dar
expresión a lo que está implícito o tácito. En ética, la explicitaciones es la tarea de hacer
hablar al “ethos”.

b) problematizaciones: no solo planteamientos de problemas, sino también


descubrimientos de ellos. Es lo propio de la actitud crítica en el examen de un tema. En la
ética equivale a asumir las dificultades de comprensión de los elementos del ethos y de las
relaciones entre ellos.

c) investigaciones: esfuerzos por hallar soluciones posibles a los problemas. La


investigación filosófica es una manera de entrar en dialogo con los demás pensadores, que
a su vez elaboran su pensamiento a través de investigaciones.

D) teorizaciones: elaboraciones de respuestas teóricas (apoyadas en la investigación) a los


problemas descubiertos o afrontados. En su sentido ordinario, la teoría es un esfuerzo por
ver mejor, un modo de observación, sistemática y detenida acerca de la dificultad de un
problema.

e) ordenaciones (sistematizaciones): operar de manera ordenada, sistemática cada uno de


los pasos de la tematización. El orden de los procedimientos es también una exigencia
racional; las sistematizaciones constituyen momentos instrumentales, que encierran en si
mismo problemas muy específicos, ante todo lógicos o metodológicos. La ética, como las
demás disciplinas, tiene que poner atención a esos problemas, aunque no al punto de
olvidar, por ellos, los problemas éticos en sentido estricto.

f) meditaciones: toda autentica reflexión filosófica es a la vez “meditación”, o por lo


menos está ligada a alguna. La meditación genuina produce hallazgos de nuevas ideas, hay
un intento de aislar el pensar propiamente dicho de otros trabajos que suelen ir adosados
al pensar, trabajos como los de lectura, el estudio, la investigación.

g) discusiones (disputaciones): el dialogo, la discusión mediante argumentos, hace


descubrir problemas, posibilita la “problematización” y obliga a la “teorización”. La
tematización del ethos alcanza sus formas culminantes en el dialogo, o sea, en los
discursos o disputaciones.

1.4. La reconstrucción normativa.

La ética contemporánea ha descubierto el carácter “reconstructivo” de la tematización del


ethos. La “reconstrucción” constituye la elaboración sistemática de un saber pre-teórico.
El presupuesto más general con el que trabaja la tematización del ethos es el de que, en
principio, todo ser humano puede ajustar su obrar a determinada normas y puede
asimismo juzgar los actos humanos (propios o ajenos) de acuerdo con la adecuación de
tales actos a aquellas normas y a los valores aceptados. Esto significa que existe un saber
moral de carácter prefilosofico, ósea independiente de la tematización como tal. La ética
filosófica constituye el esfuerzo sistemático por explicitar un saber que ya posee todo ser
racional dotado de voluntad, un saber que resulta imposible de expresar sin el recurso a la
terminología y la metodología filosóficas. Como ese saber es parte del ethos mismo, la
ética con su tematización, reconstruye el ethos. Ella es la reconstrucción normativa critica
de un saber intuitivo, preteorico. La problematización pone al descubierto la dificultad,
hacer ver el hecho de que aun ese saber no es explicito, por lo que ya es un primer paso
reconstructivo. Entonces tiene que comenzar la investigación, y esa tarea les permite al
cabo presentar su teoría, sus hipótesis que someterán por su parte a las discusiones
pertinentes.

Toda reconstrucción normativa es una especie de “saber acerca de un saber”. La


reconstrucción normativa es tarea ardua, ya desde su inicio, por que se “conoce” y a la vez
no se conoce lo que se trata de reconstruir: se está cierto de su existencia, de lo que cabe
llamar facticidad normativa, pero no hay una aprehensión clara.

En su carácter de “reconstrucción normativa”, la ética filosófica tematiza al ethos, no


meramente contemplándolo o analizándolo como objeto de estudio, sino configurándose
ella misma, en cuanto forma peculiar de saber a partir del saber ínsito en ese objeto de
estudio.

2. Dicotomías del ethos.

2.1 La complejidad del hecho moral.

El ethos constituye una realidad ineludible, es nuestra realidad, lo que otorga sentido a
nuestra vida. La reflexión ética es una necesidad derivada de la complejidad del ethos. Ella
es en primera instancia, la toma de conciencia de esa complejidad y a partir de esa toma
de conciencia es el esfuerzo por esclarecer el ethos en la medida de lo posible. Es la
aplicación de la razón a ese conglomerado de costumbres, creencias y actitudes que tiene
que ver con la conducta de los hombres. La complejidad del ethos y la consiguiente
dificultad de la ética, se explican no solo en razón de la amplitud de aquel, es decir, de su
comprensión lógica (intensión), sino también en razón de su denotación (extensión), ya
que cada etnia tiene un repertorio de conductas y creencias morales diferentes.

Podemos hablar de variaciones sincrónicas cuando nos referimos a la coexistencia  de


distintas formas de ethos, pertenecientes a distintas culturas o incluso dentro de una
misma cultura compleja; y de variaciones diacrónicas para aludir a las transformaciones
que van operándose en el transcurso temporal.  Aunque es claro que las variaciones
sincrónicas y diacrónicas del ethos aumentan la dificultad propia de la ética; el trabajo
paciente, consecuente y sistemático de la razón aplicada a ese ámbito logra ir
esclareciendo aspectos esenciales del ethos. La reflexión ética consigue extraer elementos
que son comunes a toda forma de ethos y que revelan su estructura peculiar. Uno de esos
elementos es de las dicotomías. El ethos presenta dimensiones bipolares a través de cuyo
estudio es posible comprender mejor el fenómeno  general.

Hay tres dicotomías que son sumamente características y se denominan en: Dicotomía
deontoaxiologias (Horizontal) y Dicotomía Axiológica (Vertical), en donde ambas son
intraeticas; y Dicotomía Ontodeontica que es extraetica. A continuación se verán por
separado.

La dicotomía deontoaxiologica.

Se trata de el fenómeno de la moralidad  con dos grandes puertas de acceso: la puerta


normativa o deóntica (en sentido estricto) y la puerta valorativa o axiológica (también en
sentido estricto).Lo normativo y lo valorativo están presentes y contrapuestos en cada
uno de los rincones y nos ofrecen un primer criterio de orientación .Lo normativo alude a
cómo debemos obrar; lo axiológico da pautas de enjuiciamiento o evaluación de los actos
y las personas que realizan estos actos.
Las relaciones entre lo deóntico y lo axiológico determinan problemas básicos de la ética.
La norma es algo sin lo cual la moralidad no puede entenderse. Una norma es un tipo
específico de regla. Una norma moral es la expresión de una determinada exigencia para
la acción. Esta norma moral da lugar a problemas éticos específicos ya que el problema
central de la ética normativa es el de la fundamentación de normas. La norma dice que se
debe hacer; la filosofía práctica (la ética) pregunta porque se lo debe hacer. Exige la
mostración de un fundamento de la norma.

La dicotomía axiológica

Ahora vamos a usar el término axiológico en su sentido lato, que abarca también todas las
connotaciones deónticas o normativas. Esta dicotomía no es horizontal como la anterior,
sino vertical.

La dicotomía axiológica es una de las características más sobresalientes del ethos, porque
el mismo tiene una estructura axiológica, y todo lo axiológico tiene la dimensión vertical
que separa lo mejor de lo peor (jerarquía) y lo positivo de lo negativo (polaridad
axiológica). La ley por la cual a todo valor positivo se le opone un valor negativo (disvalor),
por ejemplo cuando se opone lo bello de lo feo, la salud de la enfermedad, es lo que se
conoce como polaridad axiológica.

La dicotomía bien-mal, en sentido moral, tiene en todo el ethos y en todas las formas
reales o imaginables de ethos una importancia decisiva. No se concibe el ethos sin esa
contraposición.

La dicotomía ontodeontica

Esta dicotomía no es intrínseca del ethos sino que se refiere a la bipolaridad entre lo ético
y lo extraetico.

Lo meramente normativo se opone a lo meramente fáctico, pero esto no excluye zonas de


intersección. El reconocimiento de determinadas normas o determinados valores, las
creencias compartidas acerca de cómo se debe obrar, etc, son en sí, factas, hechos. Son
hechos específicos caracterizados precisamente por su normatividad.

Si queremos tematizar al ethos, si queremos hacer ética, tenemos que empezar por
demarcar, por circunscribir nuestro objeto de tematización y en tal caso tenemos q
distinguir lo ético y lo extraetico.

Junto a estas tres dicotomías, están las dicotomías correspondientes a la estructura


conflictivas del ethos. El sentido de la vida moral se halla indisolublemente vinculado a
conflictos, que se manifiestan siempre de manera concreta, pero que la ética puede
contribuir a aclarar mediante la tematización de dicotomías representadas, por ejemplo,
por la contraposición entre lo universal y lo particular, o entre la permanencia y el cambio.
La mostración de dicotomías, la explicitación de ellas, ha sido un paso de
problematización. Sin embargo, ya sabemos que el ethos siempre se especifica y se
individualiza. Y como la tematización es reflexiva, existen distintos niveles en que puede
tener lugar esa reflexión.

3. Niveles de reflexión ética.

3.1. Concepto de reflexión y sentido de sus niveles.

La reflexión es un intentio obliqua, un acto por el que el sujeto se convierte un objeto de sí


mismo: como en un espejo, se refleja. Es una auto observación de la que surgirá alguna
forma de autoconocimiento. Es una operación que la conciencia humana lleva a cabo en el
marco de su propio carácter de autoconciencia o apercepción. La posibilidad de esta toma
de distancia con respecto a lo propio constituye de por si un problema. Helmuth Plessner,
la vincula con lo que llama “posicionalidad excéntrica” propia del hombre, en donde este
se desplaza de su centro, toma distancia y provoca una duplicación subjetiva, en donde
por ejemplo, siente que “es” cuerpo, pero también que “tiene” cuerpo. De este modo
puede contemplarse a sí mismo, escindiéndose. Tal escisión representa una ruptura, una
hendidura entre el yo y sus vivencias, que lo hace encontrarse simultáneamente en sus
estados y frente a sí mismo, como objeto. Pero la posicionalidad excéntrica, es un factor
fundamental pero no suficiente. Para que la reflexión en sentido estricto y sobre todo la
reflexión deliberada se haga posible tiene que haberse producido un intercambio
comunicativo con ellas. Es decir, tiene que haber dialogo y especialmente dialogo
argumentativo, tiene que haber discurso.

Entonces partiremos de un ethos “prerreflexivo” como un plano o nivel por el cual se


establecerán distintos niveles o planos considerados “reflexivos” dentro del ethos
reflexivo.

En el ethos prerreflexivo nos encontramos con la normatividad pura, no cuestionada aun,


la conducta ajustada a determinadas normas y la manera de juzgar tales conductas
cuando esta se aparta de aquellas normas. Sin embargo, esas normas requieren siempre
de una reflexión, por lo que se pasa del nivel “prerreflexivo” a niveles de “reflexión”.

-El primero de estos se refiere a la “reflexión moral”, la cual influye sobre la acción y
justamente por eso concierne a la ética, y esta ejerce una peculiar influencia indirecta
sobre la acción. La reflexión moral es practicada especialmente por el predicador de
moral, el “moralista”; el moralista necesita de la reflexión para reforzar su poder
persuasivo. Todo ser humano puede ser moralista, cada vez que dice a otros lo que deben
o lo que no deben hacer. Las características principales son: es presupone principios y
busca aplicarlos a las situaciones; se pregunta “que” se debe hacer; juzga sobre el carácter
moral de los actos particulares; es un saber prefilosofico; reclama respuesta situacionales;
es una saber imprescindible para el obrar; es espontanea, asistemática; es acrítica; es una
saber apoyado en el prerreflexivo, son reflexiones normativas, se expresan en lenguaje
normativo, son endógenas con respecto al ethos.

- la ética normativa: este nivel de reflexión está dirigida a la cuestión de la validez de los
principios morales. Aquí está presente la razón y es ella la que tematiza al ethos. La ética
normativa es la búsqueda de los fundamentos de las normas y de las valoraciones, esta
búsqueda va asociada a la crítica, es decir, al permanente cuestionamiento de cada
fundamentación. Tanto la fundamentación como la critica son tareas filosóficas, entonces
hablamos aquí de un saber filosófico; a partir de situaciones se buscan los principios;
pregunta “porque” se debe hacer lo que recomienda la norma o la reflexión moral; indaga
fundamentos de juicios morales; reclama respuestas validas; es reflexión sistemática, es
crítica; es reconstructiva; se trata de reflexiones normativas, se expresan en lenguaje
normativo, son endógenas también con respecto al ethos.

-  la metaetica: implica por parte de quien la practica una distanciación con respecto a la
facticidad normativa en la que necesariamente está inmerso. Lo que corresponde a la
metaetica es examinar la validez de los argumentos que se utilizan para aquella
fundamentación que lleva a cabo la ética normativa. Las tareas de la metaetica serian: 1)
establecer el método correcto para fundamentar los enunciados éticos normativos y 2)
establecer el significado de los términos y enunciados éticos. Con estas dos tareas está
estrechamente relacionada la cuestión de la validez de las proposiciones normativas y es
esta la razón de que la reflexión ético-normativa y la reflexión metaetica a menudo se
encuentran entre sí. La metaetica en síntesis es el esfuerzo racional por aclarar todo lo
que “dice” la reflexión moral y todo lo que “dice” la reflexión ético-normativa. Así
podemos decir que la metaetica se interesa  por la semiosis del ethos; es un saber
filosófico por que busca examinar validez de los conocimientos; se expresa en un
metalenguaje; tiene pretensión de neutralidad y es exógena con respecto al ethos.

-la ética descriptiva: es el nivel de reflexión exógena por excelencia. Esto quiere decir que
la intentio reflexiva proviene de afuera del ethos, a diferencia de lo que ocurre en la
reflexión moral y ético-normativa, donde la intentio proviene del ethos mismo. En la
reflexión y en la ético-normativa nos comportamos como pertenecientes al ethos, nuestro
reflexionar es parte del acontecer del ethos. En cambio, en la ética descriptiva nos
colocamos por fuera del ethos, observamos y describimos lo que vemos; a esto podemos
llamarlo “ethoscopia” y “ethografia”. Aquí hablamos de una tarea científica y no filosófica,
ya que requiere metodología e instrumental científico. Las observaciones de la etica
descriptiva  intentan extraer información de la facticidad normativa. Entonces podemos
decir que no es un saber filosófico, es científico; tiene pretensión de neutralidad.

Tipo de preguntas que cada nivel de reflexión intenta responder:

Reflexión moral: ¿debo hacer X?

Ética normativa: ¿Por qué debo hacer X?

Metaetica: ¿este bien planteado la pregunta anterior? ¿Porque si y porque no?

Ética descriptiva: ¿cree A que debe hacer X?(A puede ser una persona, cultura, grupo
religioso, etc).

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