Las Vías Excretoras
Las Vías Excretoras
Las Vías Excretoras
Las vías excretoras o vías urinarias recogen la orina desde la pelvis renal y la expulsan al
exterior. Se trata de un conjunto de conductos que veremos a continuación:
URÉTERES
Los uréteres son dos conductos o tubos de unos 21 a 30 cm de largo, y entre 3 y 4 milímetros
de diámetro, aunque su anchura no es uniforme y presentan varios estrechamientos.
Comunican la pelvis renal con la vejiga. Están compuestos por fibra muscular lisa y epitelio
musculoso, además de terminaciones nerviosas. Estos componentes se encargan de regular el
paso de la orina hacia la vejiga, impulsándola.
PELVIS
RENAL
URETERES
VEJIGA
VEJIGA
Un órgano hueco de forma triangular ubicado en el abdomen inferior. Está sostenida por
ligamentos unidos a otros órganos y a los huesos de la pelvis. Las paredes de la vejiga se
relajan y dilatan para acumular la orina, y se contraen y aplanan para vaciarla a través de la
uretra por medio de la micción.
Lo que conocemos como micción o simplemente como orinar es el proceso de vaciado de la
vejiga.
A medida que recibe la orina y la almacena, la vejiga va hinchándose hasta que se llega a un
volumen concreto, el cual dependerá del tamaño de la vejiga de cada persona, aunque
normalmente es lo equivalente a uno o dos vasos. Sea como sea, cuando se supera este límite,
los nervios de la vejiga envían el mensaje al cerebro de que hay que orinar.
Sea como sea, la función de la vejiga es almacenar la orina hasta que se llega a un volumen en
el que se puede garantizar que el flujo miccional será adecuado.
Orificios ureterales
Como hemos dicho, la orina es producida por los riñones y conducida hasta la vejiga a través
de los uréteres, unos tubos delgados por cuyo interior circula la orina. Los orificios ureterales
son las vías de entrada a la vejiga, es decir, son dos perforaciones por las que entran el uréter
derecho y el izquierdo y es el lugar por el que penetra la orina. Están situados en la región
media de la vejiga y van entrando orina constantemente.
Músculo detrusor
El detrusor es un músculo liso el cual se relaja para contener la orina, este se comunica con
una red de nervios para que, cuando la vejiga llegue a un volumen de orina determinado, los
nervios se exciten y envíen al cerebro la información de que es hora de orinar. Cuando, por
acción voluntaria, queremos realizar la micción, estas fibras de músculo liso se contraen. Y esta
contracción de toda la vejiga provoca que la orina salga a través de la uretra en dirección hacia
el exterior.
Pliegues
URETRA
Es el último conducto por el cual pasa la orina antes de ser eliminada. Se trata de un tubo que
conecta con el exterior del cuerpo que se sitúa en la parte inferior de la vejiga. Posee dos
esfínteres con tejido muscular que se encargan de regular la salida de la orina.
Hay diferencias en su estructura en función del sexo. La uretra femenina tiene entre 3 y 4 cm
de longitud, yendo desde la base de la vejiga hasta los labios menores, justo delante de la
obertura vaginal. En el caso masculino, la uretra puede llegar a tener una longitud de 20 cm,
distinguiéndose tres partes: porción pélvica, porción membranosa y porción esponjosa, siendo
esta última el pene en sí.
El esfínter uretral interno y el esfínter uretral externo brindan control muscular del flujo de
orina. El esfínter interno es involuntario. Rodea la abertura de la vejiga a la uretra y se relaja
para permitir el paso de la orina. El esfínter externo es voluntario. Rodea la uretra fuera de la
vejiga y debe relajarse para poder orinar.
FISIOLOGÍA DEL SISTEMA URINARIO
El cuerpo toma las sustancias nutritivas de los alimentos y las convierte en energía. Una vez
que el cuerpo ha incorporado los componentes de los alimentos que necesita, deja productos
de desecho en el intestino y en la sangre.
Los riñones y el aparato urinario ayudan al cuerpo a eliminar los desechos líquidos, conocidos
como "urea", y a mantener en equilibrio las sustancias químicas como el potasio, el sodio y el
agua. La urea se produce cuando los alimentos que contienen proteínas, tales como la carne,
el pollo y ciertos vegetales, se degradan en el cuerpo. La urea se transporta en la circulación
sanguínea hacia los riñones, donde se elimina junto con el agua y otros desechos en forma de
orina.
La unidad funcional básica del riñón es la nefrona. Es una unidad estructural responsable de la
purificación de la sangre. Su principal función es filtrar la sangre para regular el agua y las
sustancias solubles, reabsorbiendo lo que es necesario y excretando el resto como orina. Está
situada principalmente en la corteza renal.
La nefrona
En la siguiente imagen se muestra una nefrona, con las distintas partes que la forman:
La mayor parte del riñón está formado por las nefronas, de las que existen alrededor de 1,25
millones en cada riñón. La forma de la nefrona recuerda a un diminuto embudo con un largo y
enrevesado tallo y está perfectamente adaptada a su función de filtrado de plasma sanguíneo
y formación de la orina. Cada nefrona contiene las siguientes estructuras:
Mecanismo de la excreción
Cuando la sangre llega a los glomérulos de los riñones, una parte del componente del plasma
sanguíneo abandona la circulación capilar para ingresar en las nefronas. En su recorrido por los
túbulos, ese filtrado retendrá las sustancias de desecho que más tarde se transformará en la
orina y hará retornar nuevamente a la sangre los componentes útiles al organismo.
Filtración glomerular
Los glomérulos funcionan como filtros de sangre.
El flujo de sangre que ingresa al corpúsculo renal a través de la arteriola aferente (ver su
localización en la imagen de arriba) soporta una gran resistencia debido a la disposición en
ovillo de los capilares glomerulares y como consecuencia de esto la sangre empieza a filtrarse.
Ello significa que sustancias de bajo peso molecular como el agua, algunos aminoácidos,
glucosa, sales minerales y sustancias nitrogenadas de desecho como la urea, el ácido úrico y el
amoníaco abandonan en forma pasiva los capilares arteriales y se depositan en la cápsula de
Bowman.
Las moléculas pesadas como proteínas, lípidos y células de la sangre no son filtradas. Los
riñones filtran alrededor de 125 mililitros por minuto, lo que hace un total de 180 litros diarios.
Reabsorción tubular
La mayor parte del agua y sustancias disueltas que se filtran por el glomérulo son reabsorbidas
y pasan a los capilares peritubulares ingresando nuevamente a la sangre. Estos capilares
terminan confluyendo en la vena renal, que sale del riñón llevando sangre libre de residuos. El
líquido restante, que llega al final del tubo colector, es una solución concentrada de urea y
otras sustancias de desecho no reabsorbidas, que dará lugar a la orina.
Secreción tubular
Así como existe la capacidad de reabsorber sustancias, el túbulo renal también es capaz de
secretar otras, como iones que se encuentran en exceso (creatinina, Na+), o de ciertas
sustancias químicas, como la penicilina, pasando desde el torrente sanguíneo a los túbulos. La
secreción tubular libera al cuerpo de ciertos materiales y controla el pH sanguíneo.