Psicología Saúl Castaño
Psicología Saúl Castaño
Psicología Saúl Castaño
● Amplitud.
● Intensidad.
Es innegable que todos sentimos alguna vez la sensación de estar más o menos
atentos, a esto se le denomina intensidad de la atención o tono atencional. Puede
definirse entonces como la cantidad de atención que le prestamos a un objeto o
tarea y está directamente relacionada con el nivel de vigilia y alerta de un individuo.
Pueden producirse variaciones en la intensidad denominadas como fluctuaciones de
la atención al descenso de la intensidad de la atención se le denomina “lapsus de
atención”. Los cambios de atención pueden ser cortos y transitorios denominándose
“cambios fásicos”, cuando son largos y relativamente permanentes se denominan
cambios tónicos.
Condiciones de la atención
Determinantes externos:
Los determinantes externos son los que proceden del medio y posibilitan que el
individuo mantenga la atención hacia los estímulos que se le proponen, es decir,
depende del medio ambiente.
Determinantes internos:
Los determinantes internos o propios de la persona, son los que dependen del
individuo, son propios de él y condicionan aún más, no sólo la capacidad y
desarrollo de la atención, sino también su rendimiento.
Por ejemplo, un aficionado al alpinismo se sentirá fuertemente atraído por una vista
de montañas nevadas, mientras que un biólogo será atrapado por la imagen de una
especie en peligro de extinción.
Clasificación:
La atención puede ser de tres tipos:
Aunque los días de gran cantidad de gente pueden ser estresantes para los
socorristas, al menos, su atención por lo general aumenta con el tamaño de la
multitud. La mayoría de los socorristas de acuerdo en los días de poca afluencia de
público son más lentos ante un problema, al menos desde el punto de vista de la
atención y la concentración, que los días de gran afluencia de público.
En los días de gran cantidad de gente, sin embargo, son necesarios más socorristas
para cubrir visualmente la zona de baño adecuado.
Hay estrategias psicológicas y fisiológicas que los socorristas deben utilizar para
reducir el aburrimiento y la vigilancia, para ello los socorristas deben tratar de
cambiar de posición o asignaciones por lo menos cada 30 minutos. El desplazarse
con frecuencia, el ejercicio suave, colaboración con otro socorrista, agua fría, y la
reducción de las temperaturas ambientales ha demostrado que aumentan la
atención y la concentración. Aumentos moderados en el movimiento físico, la
respiración y la frecuencia cardíaca estimulan las vías neurológicas, que a su vez
mejora la atención, la concentración y la vigilancia.
En resumen, las pruebas apoyan la idea de que un socorrista activo e interactivo
está más alerta que un socorrista pasivo. Los socorristas que continuamente se
sientan sin menearse, no se puede mantener el mismo nivel de vigilancia como los
que están siempre en movimiento. El socorrista que está sentado, y realiza paseos
en acto de servicio, según lo requerido por la estrategia de exploración de cinco
minutos, debería estar más alerta fisiológica y psicológicamente, a condición de que
esté bien descansado y no excesivamente estimulado por otros factores
ambientales.
Cuando los socorristas están ocupados y el clima es caliente, son necesarios más
socorristas para la vigilancia y para proporcionar descansos frecuentes para los
socorristas. Por el contrario, cuando los clientes son pocos en el agua, dado que las
condiciones en las playas como de los parques acuáticos a menudo se prestan a la
vida real rescates por los socorristas, el aburrimiento y los bajos niveles de
excitación no son tan comunes en comparación con las piscinas. A pesar de los
altos niveles de excitación puede ocurrir con frecuencia para socorristas de playa y
del parque, los bajos niveles de excitación son más comunes para los socorristas
por el aburrimiento en las piscinas.
Los socorristas de playa y parque acuático con frecuencia tienen incidentes críticos,
mientras que los socorristas de la piscina a menudo no lo hacen.
Independientemente del tipo de custodiar el medio ambiente, los días lentos y
monótonos puede conducir al aburrimiento y la falta de vigilancia, mientras que los
días ocupados pueden conducir a una sobrecarga. Para mantener la vigilancia para
la mayoría de los socorristas de la mayoría de los días, los coordinadores deben
utilizar trucos del oficio para mantener a los socorristas en alerta.
Desafortunadamente, en la actualidad esto no existe y debería aplicarse a los
socorristas en la actualidad.
Los socorristas tenemos relojes biológicos que predicen los niveles de alerta y
fatiga, con los dos niveles fluctuantes y alternando a lo largo de cada día. Por
desgracia, los tiempos máximos para el estado de alerta no suelen coincidir con los
momentos más intensos del día en los lugares de baño. En general, los socorristas
están más alerta en la primera hora a media mañana y otra por la tarde tarde. Entre
el mediodía y la tarde, la mayoría de los socorristas experimentan mayor estado de
alerta y fatiga reducida. Esto no es reconfortante para los coordinadores que son los
que supervisan y gestionan a los socorristas porque estos tiempos de fatiga ocurren
con mayor frecuencia cuando los lugares de baño están muy concurridos.
* Al ver a una persona muerta - pupilas fijas, los ojos en blanco, la piel azul, piel
flácida, la falta de tono muscular, el movimiento no, húmeda y resbaladiza - son
características recordadas por todos. ...