Guiade Trabajomedieval Segundo Periodo Noveno 19
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AREA: FILOSOFÍA DOCENTE: Esp. LUZMILA CUMPLIDO MUÑOZ GUÍA Nº 2 TEMA: FILOSOFIA MEDIEVAL
1. Filosofía medieval
¿Aunque la filosofía supuso una
pretensión de superación del mito, el
estudio de Dios está excluido de de
ella? ¿Si la filosofía intenta explicar las
causas de la realidad a partir de ella
misma, se puede filosofar creyendo en
Si por un lado el misticismo oriental y el escepticismo influyeron en el desarrollo de un sincretismo filosófico en la Antigüedad, por
otro lado el neoplatonismo, resultado de ese período, influyó notablemente en los intentos de comprensión racional y transmisión
del cristianismo, que trató de refutar la filosofía griega clásica, en especial aquella que fuese en contra de creencias como la
inmortalidad del alma. Pero como las discrepancias fueron inevitables, dentro del cristianismo empezó a surgir una corriente de
pensamiento que se desarrolló en dos períodos:
• Patrística: Se desarrolló con los inicios del cristianismo gracias a los padres de la Iglesia. Se extiende, en Occidente, hasta el año
536 con Isidoro de Sevilla, y en Oriente, hasta el 749 con Juan Damasceno.
• Escolástica: Es propiamente dicha la filosofía desarrollada durante la Edad Media. Comienza en el siglo IX y perdura hasta
alrededor del siglo XVI. Dentro de este período hay que destacar las corrientes árabe y judía.
1.1 Patrística Los apologistas La filosofía de los padres de la Iglesia se designa generalmente con el nombre de patrística, nombre
que proviene del latín patres, que significa ‘padres’. Fue un pensamiento que se desarrolló para elaborar dogmas cristianos que se
mantuvieran cohesionados y los defendieran (apología) de la filosofía griega (que los cristianos consideraban pagana y herética). A
pesar de la aparente incompatibilidad de las creencias cristianas con la filosofía griega, esta fue utilizada como herramienta para la
formulación de la doctrina cristiana. Así, desde la patrística, y en especial con el desarrollo de la escolástica, la filosofía quedará
supeditada, como una sierva, a la teología, cuando no se ha confundido con esta. Los padres apologistas Los padres apologistas
fueron los que se dedicaron a defender al naciente cristianismo de las ideas griegas y judías. Entre los padres apologistas se pueden
mencionar a Justino (fallecido en el 165), Ireneo (fallecido en el 202) y Tertuliano (150 – 225).
Esta primera patrística preparó los presupuestos para la gran síntesis de pensamiento cristiano, la cual debe comprenderse desde
sus bases platónicas: la de Agustín de Hipona. Cuando aparecieron las primeras herejías, el precisar más ciertos puntos doctrinales
fue tarea de los concilios de Nicea, Éfeso y Calcedonia. Las filosofías platónica y estoica influyeron mucho en el pensamiento de los
padres de la Iglesia.
1.2. Agustín de Hipona Aurelio Agustín nació en Tagaste de Numidia en el año 354, en África romana. En su juventud llevó una vida
desordenada. En el 373 leyó la obra Hortensius, de Cicerón, donde se habla del amor a la sabiduría.
En su deseo por encontrar la verdad se adhirió primero a la secta de los maniqueos para luego inclinarse al escepticismo.
En el 384, mientras desempeña la cátedra de Retórica, en Milán siguió las enseñanzas del obispo Ambrosio.
Su primer encuentro con la metafísica lo realiza leyendo las Enéadas de Plotino, donde se insiste en la necesidad de la purificación.
Así, Agustín trata de purificar sus costumbres, pero sus pasiones son tenaces. Por ese tiempo lee sobre la necesidad de la gracia
divina en las cartas de Pablo (Nuevo Testamento).
Se convierte al cristianismo, es ordenado sacerdote y en el 395 es consagrado obispo de Hipona (África). Falleció en el año 430.
Entre las obras más importantes de Agustín se encuentran las Confesiones, donde presenta su filosofía de la interioridad; La ciudad
de Dios, donde estudia la filosofía y la teología de la historia y cuyas ideas influirán en el pensamiento político posterior.
La filosofía y su método El origen del filosofar parte del deseo de felicidad. El hombre anhela, no tanto una verdad teórica, cuanto
una verdad que salve. La verdadera felicidad se encuentra en la unión con Dios por el conocimiento y el amor.
La filosofía se mueve en el ámbito de la religión cristiana, que es la que da la verdadera felicidad. Para ello, Agustín establece una
franca colaboración entre la razón y la fe: la filosofía es una profundización y fundamentación racional de la visión cristiana
entendida en su sentido más amplio.
Para poder reflexionar hay que impedir a todo trance disiparse exteriormente. Solo en el interior de la propia persona se encuentra
la verdad. Agustín afirma el primado de la interioridad. Su esfuerzo filosófico trata de esclarecer el problema de Dios y del alma.
Parte del estudio del interior del hombre para conocer toda la realidad .
La Ciudad de Dios y Confesiones son las
principales obras de Agustín.
La filosofía y su método El origen del filosofar parte del deseo de felicidad. El hombre anhela, no tanto una verdad teórica, cuanto
una verdad que salve. La verdadera felicidad se encuentra en la unión con Dios por el conocimiento y el amor.
La filosofía se mueve en el ámbito de la religión cristiana, que es la que da la verdadera felicidad. Para ello, Agustín establece una
franca colaboración entre la razón y la fe: la filosofía es una profundización y fundamentación racional de la visión cristiana
entendida en su sentido más amplio.
Para poder reflexionar hay que impedir a todo trance disiparse exteriormente. Solo en el interior de la propia persona se encuentra
la verdad. Agustín afirma el primado de la interioridad. Su esfuerzo filosófico trata de esclarecer el problema de Dios y del alma.
Parte del estudio del interior del hombre para conocer toda la realidad.
El problema del conocimiento
Agustín se caracterizó por su búsqueda afanosa de la verdad. Un tiempo de su vida pasó por la duda escéptica. Para llegar a la
verdad recurrió al testimonio de su propia conciencia, que le indicaba la certeza de su existencia individual y del propio
pensamiento. Ni siquiera el error puede quebrantar la certeza, puesto que «si me equivoco, quiere decir que existo».
De esta manera, el alma humana logra llegar a verdades inalterables, universales necesarias y eternas. Tal es el caso de las verdades
matemáticas. ¿Cómo se llega a estas verdades? Sin duda, dice Agustín, no provienen de los sentidos que solo alcanzan a cuerpos
mudables y particulares. Pero tampoco la inteligencia las produce porque esta facultad las encuentra y constata. Entonces, la fuente
de las verdades necesarias y eternas debe estar en Dios, que ilumina la inteligencia para que conozca las verdades que superan los
sentidos. Esta es la famosa teoría de la iluminación.
Dios
Para Agustín, la existencia de Dios es tan clara, que basta una sencilla reflexión para percatarse de ella. Llega a un Dios vivo y
personal porque tiene como punto de partida el alma humana viviente. El argumento de las verdades eternas para el
descubrimiento de Dios es de pura inspiración platónica: encontramos en nuestra inteligencia verdades necesarias inmutables,
eternas como el principio de identidad, los axiomas matemáticos, etc. Pero estas certezas que se encuentran en nuestra mente solo
se pueden comprender en su plenitud, porque realmente existe un ser necesario, inmutable y eterno, que llamamos Dios. El
principio fundamental de este argumento, con claro influjo platónico, se lo puede sintetizar diciendo que una mayor comprensión
de las ideas que no cambian exige la existencia de un ser que no cambie.
Agustín comprende que a Dios se lo conoce mejor callando que tratando de explicarlo, no se lo puede conocer en sus detalles: es
incomprensible e inefable. Sin embargo, Agustín hace algunas afirmaciones positivas de Dios, sobre todo respecto a su
inmutabilidad y a su bondad.
«Las ideas son las formas principales, las razones estables e invariables de las cosas, que en sí mismas son
no formadas, y por eso son eternas, siempre permaneciendo de un mismo modo en el divino
entendimiento. No nacen ni mueren, sino que según ellas se forman todas las cosas que pueden nacer o
existir y las que en realidad nacen y perecen. No toda alma, sino el alma racional las puede intuir con
aquella parte más excelente que tiene y que se llama mente o razón, como con una especie de ojo o vista
interior e inteligible. Aún más, esta intuición de las ideas no las logra un alma racional cualquiera, sino el
alma pura y santa, que tiene una vista sincera, serena, sana y semejante a las cosas que intuye en su
inteligibilidad.» Agustín de Hipona. Ochenta y tres cuestiones diversas.
El mundo El mundo fue creado de la nada por un acto libre y voluntario de Dios. Al principio todo estaba en un estado de confusión,
pero poco a poco se fue organizando gracias a las razones seminales puestas por Dios en la materia creada. A manera de una
semilla, esas ideas se desenvuelven por el influjo de las circunstancias materiales y bajo la acción de Dios. La explicación agustiniana
es, pues, dinámica en un marco evolutivo que no rechaza la acción de Dios ni de la materia.
Para conocer el concepto del alma según Agustín de Hipona, sigue el enlace al vídeo: https://goo.gl/WX07n2
Antropología
Siguiendo la teoría platónica, Agustín concibe al ser humano compuesto de alma y cuerpo. Ambos son esenciales para el hombre,
pero el alma tiene preeminencia sobre el cuerpo, ya que lo gobierna.
El alma es una sustancia espiritual e inmortal, que conoce y quiere, ejecutando actos no materiales. Agustín descubre en el alma
humana una huella de la Trinidad de Dios; en efecto, tiene memoria, inteligencia y voluntad, tres facultades que no anulan la unidad
del alma.
Sin embargo, Agustín no acaba de tomar una posición respecto al origen del alma humana. Está entre el creacionismo (el alma es
creada por Dios en el momento de la concepción) y el traducianismo (el alma es transmitida por los padres, al igual que el cuerpo).
La libertad humana
Dios es el último principio de la moralidad, que no anula la libertad humana. El actuar moral del hombre se centra en la voluntad o
amor. En la voluntad humana están inscritas las leyes del bien; el corazón tiende hacia el bien. Pero es necesario amar rectamente.
Agustín contrapone el «gozar» al «usar».
Dios es el bien supremo que el corazón humano busca para «gozar». Se trata de un amor que no es ciego, sino que incluye
elementos de conocimiento.
Si el amor recto es el centro de la vida ética, llevará entonces a la felicidad. Si la vida humana es amor y anhelo, su plenitud será un
estado de reposo y un goce de la felicidad, habrá llegado a la meta en su fin personal, que es Dios.
La historia
Agustín es el primero que estudia la historia universal a la luz de la fe cristiana. Expone su pensamiento en la obra La ciudad de Dios,
que presenta una filosofía y una teología de la historia. Su concepción social se resume en la lucha de dos ciudades o reinos que
coexisten mezclados en la historia: la «ciudad de Dios» y la »ciudad terrena». Algunos identifican a estas con la Iglesia y el Estado,
respectivamente.
La «ciudad terrestre» está identificada con las estructuras humanas, volcadas al goce de los bienes de la Tierra y no a su uso para el
fin más alto, que es Dios.
En cambio, la «ciudad de Dios» consta de hombres que entran en el eterno orden de Dios. No se sumergen en las cosas exteriores
para gozarlas, sino que viven un orden profundo en Dios y de Dios. Detrás de estas dos ciudades se esconde el sentido de la historia
del mundo. Agustín hace ver cómo el bien y el mal están en lucha constante, pero al final el triunfo será de la «ciudad de Dios».
Esta concepción social sirvió de fundamento a la Teoría de las dos espadas con la cual la Iglesia argumentó la preeminencia del
poder espiritual (del papa) sobre el temporal (del emperador) en al disputa por el poder político en la Europa de los siglos XI y XII.
ACTIVIDAD #2
1. Investiga el concepto de teología.
2. Responde: ¿Qué relación existe entre la teología y la filosofía patrística?
3. Explique las principales características de la cultura y la sociedad en la Edad Media.
4. ¿Qué importancia jugó la iglesia católica en el pensamiento filosófico del Medioevo?
5. Compara las filosofías de Platón y Agustín de Hipona y escribe una lista con los elementos comunes a ambas.
6. Compara el pensamiento de Agustín con las teorías planteadas por los filósofos griegos. • Responde:
¿Qué diferencias encuentras? ¿Cuáles de las teorías abordadas explican el origen de la realidad y los fenómenos a
partir de sí mismos?
¿La teología explica el origen del mundo a partir del él mismo o de una realidad externa (trascendente)?
Ante todo la filosofía cristiana de la Edad Media se presenta como ciencia de las escuelas. En la primera parte de la Edad Media
escolástico es el maestro de las artes liberales: gramática, lógica y retórica (Trivium); geometría, aritmética, astronomía y música
(Quadrivium). Desde el siglo XII en adelante, se llamará escolástico a todo aquel que enseña en las escuelas, especialmente de
Filosofía y Teología.
Desde la pedagogía Durante la Edad Media, la pedagogía escolástica de las escuelas se ceñía al
siguiente método: Lectio: Consistía en la lectura y explicación de libros escogidos como base de la
enseñanza. Se comentaban pasajes de la Biblia, las obras de Aristóteles y trabajos de Boecio (final del
siglo V). En esta solo intervenía el maestro. Questio: Cuando habían dificultades de comprensión y
desacuerdos se entraba en una etapa de comparación de los conceptos y que, generalmente, daba
lugar al siguiente paso, la disputatio. Disputatio: Era la discusión de los aspectos a favor y en contra
sobre un tema, con el fin de llegar a una conclusión. En esta intervenían el maestro y los alumnos.
¿Cómo escribían?
En la escolástica encontramos varias formas de escritos, que reflejan la profundización creciente de la especulación filosófica.
En el primer período (siglos IX – XII) nos encontramos con pequeños tratados de lógica, en parte independientes, en parte
aclaraciones sobre escritos lógicos de Aristóteles y de Porfirio (neoplatónico del siglo III). También existen pequeños escritos
filosóficos en forma de diálogo como algunos tratados de Anselmo (siglo XI).
En el período de oro de la escolástica (siglo XIII), los comentarios a Aristóteles introducen al lector en el mundo filosófico y
desarrollan una gran cantidad de puntos de vista.
Abundante material filosófico contienen las grandes obras teológicas, la multitud de comentarios a las Sentencias de Pedro
Lombardo (siglo XII) y las grandes sumas teológicas y filosóficas. Informaciones menudas, resúmenes de las disputatio se presentan
en estos escritos de tipo peculiar que son las questiones.
Los escritos escolásticos se hacían en latín. Este tipo de literatura puede resultar desconcertante por la rigurosidad de su técnica, el
formulismo de los razonamientos, las extensas divisiones y subdivisiones y la impersonalidad en el estilo.
Autoridad y razón
La autoridad y la razón son los dos rieles por los que transitaba el tren de la filosofía escolástica. Toda producción literaria teológica,
que utilizaba conceptos filosóficos, se basaba en las siguientes fuentes:
• La auctoritas es el texto bíblico, la enseñanza de la Iglesia y la doctrina de los padres de la Iglesia. También se le conoce como
tradición.
• La traditio es la tradición cristiana heredada de los apóstoles que no fue puesta por escrito en la Biblia pero sigue viva en la Iglesia
por la transmisión de los obispos. La traditio es considerada parte de la revelación divina.
• La ratio es la razón humana: la lógica, la reflexión, la filosofía.
Los temas escolásticos
La escolástica medieval fue un esfuerzo extraordinario para alcanzar la verdad, mediante la razón, en los terrenos filosófico y
teológico. Entre los grandes temas que ocuparon el pensamiento escolástico se encuentran:
• La trascendencia de la vida: desde presupuestos cristianos, en la Edad Media la vida terrenal se concebía como una preparación
para el más allá. De modo que la vida, según este punto de vista, tiene una finalidad trascendente.
• La fe y la razón: la fe sería la luz que ilumina la inteligencia; y la gracia de Dios, la fuerza que anima a actuar. Sin embargo, fue la
profundidad y sobrenaturalidad de la fe cristiana la que llevó a los escolásticos a profundizarla y querer comprenderla.
• Metafísica aristotélica: en este empeño les resultó de vital importancia el estudio de la metafísica, llamada por Aristóteles filosofía
primera, cimiento de la teología.
La filosofía escolástica, que se desarrolla en un ambiente teológico, es preferentemente metafísica, centrada en el estudio del ser,
de las realidades intangibles. La primera de ellas es Dios, el Ser absoluto, según el cristianismo .
Metafísica y teología Etimológicamente, metafísica significa «lo que está más allá de las cosas físicas», en
específico del ser, de ahí que también se le denomine ontología (estudio del ser). Siguiendo este sentido,
podemos definir la metafísica como el tratado o estudio del ser en cuanto ser. Como en la Edad Media la
principal preocupación intelectual era entender la fe cristiana y a Dios como Ser supremo, la metafísica sirvió
de base conceptual a la teología, e inclusive fue un tema principal determinar la subordinación de la filosofía a
la teología. La teología (estudio de Dios) es la ciencia sobre la existencia, naturaleza y atributos de Dios, así
como de su relación con el mundo. Durante la Edad Media, la teología fue considerada el más elevado de los
estudios, pero debe su desarrolló a la filosofía, en especial a una de sus partes: la metafísica
Períodos y orientaciones
En el desarrollo del pensamiento escolástico, podemos distinguir los siguientes períodos:
Siglos VII – XI
En el período preescolástico, que arranca con la patrística, los problemas filosóficos se refieren casi exclusivamente al campo de la
lógica. La orientación del pensamiento sigue una línea marcadamente platónica y agustinista.
La figura central del siglo XI es Anselmo de Canterbury (1033 – 1109). Toda su obra es un diálogo entre la lógica y la fe cristiana.
Es famosa su prueba de la existencia de Dios, conocida como argumento ontológico: «El Ser que pienso como el más perfecto debe
existir para que sea perfecto; si no, no sería perfecto». Según Anselmo, la existencia de la idea de Dios en el pensamiento exige la
afirmación de Dios, el ser del cual no se puede pensar otro mayor, existe en la realidad.
Siglo XII
Crece la intensidad de la actividad filosófica. Pedro Abelardo plantea el problema de los universales: ¿Los universales existen en la
realidad o solo en el pensamiento? ¿Son corpóreos o incorpóreos? ¿Están en las cosas individuales o fuera de ellas?
Por otra parte, en este siglo se redescubren las obras de Aristóteles, gracias al aporte de filósofos árabes y judíos, quienes
reintroducen en Occidente el aristotelismo, pero con influencias neoplatónicas que pretendía conciliar la filosofía con la fe islámica
(Avicena y Averroes) y judía (Avicebrón y Moisés Maimónides).
La ciencia medieval Aunque suele caracterizarse a la Edad Media como un período culturalmente oscuro por la
subordinación de la ciencia y la filosofía a la teología, el pensamiento autónomo y las ciencias no dejaron de
cultivarse. Por ejemplo, en el siglo XII, en la Escuela de Chartres, de tendencia platonista, cultivaron un
humanismo científico, el estudio de la naturaleza, las matemáticas, la astronomía y la medicina.
Siglos XIII – XIV El siglo XIII significa el inicio del apogeo de la escolástica, gracias a síntesis profundas, como la de Tomás de Aquino.
Las dos escuelas principales serán dos órdenes religiosas y una interpretación de Aristóteles:
• Escuela Franciscana: Representada por Buenaventura (1221 – 1274), se desarrolló bajo el influjo del agustinismo y Anselmo de
Canterbury.
• Escuela Dominica: Representada por Alberto Magno y Tomás de Aquino, se centra en el aristotelismo.
• Averroísmo latino: Esta orientación se basa en el aristotelismo transmitido por Averroes, quien creía que la materia era al mismo
tiempo eterna y creada. También sostiene que la verdad revelada y la verdad filosófica son una sola, pero la primera va dirigida a la
instrucción moral, y la segunda a la razón.
La decadencia de la escolástica empezó en el siglo XIV, con la filosofía de Guillermo de Ockham que desvalorizaba la metafísica y el
retorno del misticismo. De esta manera, la atmósfera escolástica de los siglos XIV y XV se va degradando y desviándose.
1.4. Tomás de Aquino Conviene ampliar los aspectos más destacados de la filosofía de Tomás de Aquino (1225 – 1274),
dominico italiano que realizó la gran síntesis de filosofía y teología medievales y cuya influencia se prolongó por siglos, y
llegó al siglo XX, cuando su pensamiento renació con el nombre de neotomismo.
Tomás asimiló a Aristóteles para unir los datos de la razón con los de la fe. Su mérito radica en haber intentado
armonizar la razón y la fe, puesto que, según él, ambas derivan de la misma fuente y llevan al mismo fin: Dios, plenitud
de la verdad. La persona humana y el conocimiento
Tomás tiene una visión más concreta que sus predecesores sobre la bondad moral de los actos y sobre el conocimiento.
El Doctor Angélico, como es llamado Tomás, consideró que lo primero que conoce el ser humano es el orden concreto
del mundo que le rodea y del que forma parte como realidad biológica. En el conocimiento del mundo se descubre la
unidad del Ser. Pero además de conocer, el humano posee voluntad, que es la tendencia intelectual que lo hace desear
un bien aprehendido por la razón. La voluntad se inclina naturalmente al bien, de modo que cuando alguien actúa
moralmente mal, lo hace no porque quiera el mal, sino porque le parece deseable y, por ello, bueno. La persona es libre,
y por ello es capaz de actos morales. Dios y el mundo
A pesar de ser aristotélico, Tomás no se queda con la idea del Dios motor coeterno con el mundo increado. La idea de
creación (tránsito del no – ser al ser) le llevó a precisar el ser creado (innecesario) y Dios (Ser pleno y necesario).
Para Tomás, toda criatura es contingente, porque en ella distinguimos la esencia de la existencia. Esta es una derivación
de los conceptos aristotélicos de acto y potencia.
La consecuencia de esta conclusión es que la naturaleza se convierte en objeto de conocimiento, ya que, al haber sido
creadas por Dios, participa de las perfecciones divinas que pueden ser comprendidas
ACTIVIDAD #3
1 Responde: ¿Cuál fue la importancia de los filósofos árabes y judíos en la Edad Media? 20. Responde: ¿Quién
formuló el argumento ontológico sobre la existencia de Dios y en qué consiste?
2. Identifica los temas concretos sobre la realidad humana que aborda Tomás de Aquino
. • Responde:
¿Con cuál de las situaciones límite se relaciona el concepto de voluntad de Tomás de Aquino? ¿Estás de
acuerdo con el Doctor Angélico en cuanto a que la voluntad se inclina naturalmente al bien? ¿Estás de acurdo
con Tomás de Aquino en este punto? Argumenta tus respuestas.
• Reflexiona sobre alguna acción moralmente mala que hayas realizado creyendo que era buena. Ejemplo de
respuestas: El concepto de voluntad de Tomás de Aquino da respuesta a la situación límite del mal.