Tema 4 Filosofia
Tema 4 Filosofia
Tema 4 Filosofia
Se ha dicho que el origen del pensamiento, por lo menos del occidental, es el ocio.
Los griegos que debaten en la plaza. Este origen pudo confundir y darle la fama de
ociosa a la filosofía. Empero, el ocio parece referirse a tener la disposició n, la
mente desocupada, clara y meridiana para encarar los problemas que la mente, la
observació n, la conversació n, la investigació n y la bú squeda, pueden lanzar. La
utilidad de la filosofía pudo entenderse má s en la interpretació n, el entendimiento
de las cosas; eventualmente, en la sugerencia de soluciones.
Alguno hasta le dará a la filosofía la fundació n y las bases del pensamiento para la
creació n de las sociedades secretas y de las leyes que rigen los países. Entre sus
mayores logros puede estar la fundamentació n de la ley natural, la igualdad o la
desigualdad; en este aspecto, la ley de la propiedad privada, sobrepuesta a la ley
comú n o comunitaria1. La filosofía también ha fundamentado las bases de los
estados, entonces los reinos, después las repú blicas –países, estados, naciones2-.
Plató n es, quizá s, el representante má s temprano de la institucionalidad y de la
distinció n entre la idea, léase el pensamiento y la razó n, de la superstició n y de la
ignorancia. El empírico renacentista má s efectivo, popular e influyente es
Maquiavelo.
1
La constitución política del Estado Plurinacional de Bolivia acepta en su legislación estos dos tipos de
propiedad. El caso de la propiedad comunitaria se reconoce en los casos de territorios indígenas.
2
La nación está más unida a la identidad cultural y étnica. El nacionalismo es la incidencia del
sentimiento por una nación aparentemente uniforme, cuando, en realidad, es un grupo hegemónico el
que procura la uniformidad, basada en su manera de ser, de pensamiento y de institución, de su
identidad. En estos casos no existe la pluralidad cultural, sino la unidad basada en una hegemonía.
Alguien, en broma, sostenía que la filosofía no se sabe para qué sirve, pero cuando
no se la hace –estudia-, se nota. Este es un llamado a lo que dijimos al empezar el
curso: tener la actitud de sospecha. Esta es la desconfianza epistemoló gica, para
crecer en el conocimiento, para no tomar las cosas tal cual se nos definen y dicen.
Esta puede ser la duda metó dica de Descartes, la Mayéutica de Só crates, la
dialéctica de Hegel, aplicada por Engels y Marx a sus sistema de pensamiento y de
conocimiento; puede ser la distinció n entre las ideas que pueden fundamentarse y
las que no de Wittgenstein, de lo cual también podemos colegir lo novísimo del
desafío filosó fico: el mundo real del virtual y las diferencias e influencias de cada
una de las realidades o de ambas. Podemos sumar a esto también los desafíos
cotidianos sobre quién o qué, realmente, rige nuestras vidas, ideas, decisiones y,
sobre todo, nuestra identidad.
Freud analiza la sique occidental mediante los traumas y los desvíos que no só lo
son individuales, sino colectivos. É l planteará el sicoaná lisis como medio para,
primero, conocer los desvaríos y a continuació n. La sicología es asunto social, se
3
Michel Foucault, se dice, fue abiertamente homosexual, y que su obra de investigar los orígenes del
establecimiento entre lo normal o lo abyecto o anormal o ilegal, proviene no de razones naturales, sino
de argumentos establecidos, en los que intervienen los grupos de poder, las religiones, la moral
dominante. A él le corresponde el logro de que el poder, mientras más se ejerza en microsistemas y se
naturaliza en lo cotidiano, es más efectivo. Lo mismo, ser loco o cuerdo, sano o enfermo, mujer o varón,
responden más a este tipo de sistemas que a razones naturales.
4
Estamos a punto de tratar a los filósofos de la sospecha.
5
Walter Benjamin, un pensador de origen judío pensó y combinó la identidad desde la unión étnica, su
origen judío, la religión y quizás, el género. Él cometió suicidio queriendo huir del régimen nazi, la noche
previa, antes de saber que había conseguido el salvoconducto para pasar la frontera hacia Francia.
6
La filosofía latinoamericana se ha preocupado por la realidad, el análisis, la propuesta y la
transformación de ella. En mucho, tomó la dialéctica y también el análisis a partir del análisis del otro,
distinto y desafiante; en esto tomó mucho de las ideas del francés Levinas.
La filosofía latinoamericana habla mucho de la liberación y tiende también a cargar con la realidad,
encargarse de ella y a transformarla. La influencia marxista es evidente, como también lo es,
curiosamente, la perspectiva de la identidad individual y colectiva: Latinoamérica con voz y con opinión.
puede hablar tanto del inconsciente individual como del colectivo. Como buen
descendiente de judíos7, él acude a los sueñ os para analizar a la sociedad y al
individuo. Mucho de la manera de ser y de comportarse del individuo y de la
sociedad, viene dictada por la manera de ser de la sociedad, las maneras có mo se
conducen las instituciones, la moralidad y las maneras de relació n.
Estudió derecho en Bonn y en Berlín. Ahí fue influenciado por las lecturas que hizo
de la obra de Hegel. Su tesis doctoral versó sobre “Diferencias entre la filosofía de la
naturaleza de Epicuro y de Demócrito”. Esta tesis muestra su tendencia materialista
y atea.
“Toda clase que pretenda implantar su dominio, aunque este, como ocurre en
el caso del proletariado, condicione en absoluto la abolición de todas las
formas de la sociedad anterior y de toda dominación en general, tiene que
9
Konstantinof, miembro de la academia de ciencias de Moscú explica el origen de los dioses de la
siguiente manera: “Las condiciones de vida extremadamente rigurosas, la impotencia en la lucha con la
naturaleza, el pavor ante las terribles y espontáneas fuerzas naturales de las que pendía
constantemente la vida del hombre primitivo y, por último, la ignorancia de las verdaderas causas de los
fenómenos dieron origen a la religión”.
El marxismo no ha explicado las razones por las que la religión no sólo no ha desaparecido, sino que
parece cada vez más fuerte y radical. La explicación de Konstantinof, empero, parece prevalecer: el
origen de las religiones se debe a la ignorancia humana. Sin embargo, ahora que el hombre es capaz de
explicar esos fenómenos, sigue acudiendo a una relación de trascendencia.
10
El subrayado es mío.
empezar conquistando el poder político para poder presentar su interés como
interés general”.
4. Alienación social: lucha de clases. Este es el tema clá sico del marxismo, el
describir la historia como la lucha de clases, con intereses totalmente opuestos.
Por una parte, la burguesía, con la virtud de haber creado fuerzas productoras
má s abundantes y grandiosas que todas las generaciones juntas. Empero critica
sus grandes males porque “en lugar de la explotación velada por las ilusiones
religiosas, ha establecido una explotación abierta, descarada, directa y brutal”.
En breve: “La historia de todas las sociedades no ha sido más que la historia de la
lucha de clases”. El gran acierto de Marx procura la defensa de los má s desposeídos.
El materialismo dialéctico tiene una doble raíz. a) Procede del empirismo inglés y
de los materialistas franceses del siglo XVIII, pensamiento al que se calificó de
“chato y vulgar” porque se pretende explicar todos los cambios de la materia por
las solas fuerzas físico químicas. b) Proviene de la dialéctica de Hegel, alabado por
el descubrimiento del “todo fluye” de Herá clito; al mismo tiempo es criticado por
idealista. El encuentro de ambas corrientes desemboca en el materialismo
dialéctico.
Engels es el autor principal. Esboza las ideas bá sica en el Anti During. La posterior
sistematizació n se debe a Lenin y a Stalin.
El monismo materialista se expresa así en el Anti During: “La certeza de que fuera
del mundo material no existe separadamente otro espiritual es el resultado de una
larga y fastidiosa investigación del mundo real, comprendidos los procesos y
productos del cerebro humano13”.
12
Tomás Moro, ahora santo, había escrito Utopía (del griego, sin lugar) una obra que tuvo mucha
influencia. Él entiende el ideal del Reino de Dios como la suma de todos los bienes y de todos los ideales,
la práctica terrena de todo lo que Jesús vino a predicar, algo así como el antecedente del paraíso y la
vida eterna.
Evidentemente, Marx no se refiere a este tipo de utopía, sino al de la dictadura del proletariado, donde
habrá igualdad, desaparecerá la propiedad privada y el colectivo socialista habrá solucionado todas las
alienaciones, haciendo innecesarias cualquier superstición, explotación o desigualdad.
13
Esta idea será perfeccionada por el positivismo: sólo lo que se pueda corroborar y visible tienen
existencia y posibilidad de tratamiento y de estudio. Con posterioridad, los distintos tipos de ateísmo, el
realismo y sobre todo las ideas de la filosofía analítica de Ludwig Wittgenstein, postularán que
metodológicamente, sólo se puede hablar de lo que se pueda conocer, no de lo que se pueda idealizar o
ficcionalizar.
producto más alto de la materia, sólo puede reflejar esta sujeción a las
leyes14”.
La historia, por tanto, está determinada por el sistema de trabajo, por los modos de
producció n.
2. Infraestructura y superestructura.
14
La duda viene cuando esto, dicho, se pueda aplicar a los fenómenos sociales. Las diferencias
culturales, de identidad, incluso las geográficas, hacen dudable la aplicación de esas leyes, expresadas
universales. Si a esto se suma, como el mismo marxismo reconoce, la prevalencia de los estados que
defienden los intereses de los dominantes, la religión, que también aliena y la lucha de clases, es difícil
aplicar la norma de las leyes, como que se trataran de leyes físicas.
Esta afirmación ha traído a la discusión epistemológica la manera cómo se hade calificar a la ramas
sociales dentro de las ciencias. Para el marxismo es claro que cuando tratamos con instancias humanas
tratamos con leyes absolutas, quizás parecidas a las físicas y matemáticas, por nombrar a dos.
15
La acomodación de los paréntesis me pertenecen; empero, es aplicable a la dialéctica como método
de investigación y de conocimiento.
3. Fin de las alienaciones: la Revolución.
La revolució n será seguida por la etapa socialista, la revolució n será una etapa para
superar los resabios del régimen anterior. La etapa comunista será el final del
proceso, la supresió n total de la explotació n del hombre por el hombre. Segú n
Engels:
El ideal de una sociedad sin clases por el advenimiento de la revolució n que, por
etapas, instaurará el socialismo y el comunismo, suponen un proceso de cambio 16
que tenderá a eliminar todo tipo de alienació n que la sociedad burguesa y la
religió n o cualquier institució n alienante hayan podido instaurar en el inconsciente
colectivo o en la conciencia institucional.
16
Quizás no exactamente en el sentido nacional, del Estado Plurinacional.
La justicia se logrará de ello, por la eliminació n de la plusvalía, por el advenimiento
de la dictadura del proletariado. El empeñ o es, en principio, violento, luego es
cambio de actitud.
El complejo de Edipo.17
Es posible que este aná lisis sea de los má s acertados y originales en Freud. Esta
obra trá gica de Só focles es tomado por Freud para advertir sobre la posibilidad, el
hecho, de que las relaciones familiares determinan las actitudes sexuales y el
manejo y prá ctica del sexo en el mundo occidental.
17
La obra trágica de Sófocles, Edipo, rey inspira su análisis. Edipo, según las profecías, será asesino de su
padre, Layo y se casará con su madre, Yocasta, después de resolver ciertos acertijos que una efigie le
pone. Al final, sabida la verdad, Yocasta se suicida y Edipo se ciega y pide a su cuñado Creonte partir al
exilio.
El complejo contrario, la hija que se enamora de su padre se llama Complejo de Elantra.
18
Una de las doctrinas principales de las religiones es todavía que la finalidad del sexo es la
reproducción, no tanto el goce ni el placer. En contraposición surgió la doctrina del hedonismo que
prima el placer y la libertad sexual sobre cualquier doctrina o escrúpulo sexual.
19
En principio la pederastia es permitida siempre y cuando acabe en matrimonio. La ley, ahora, la
condena en general bajo el entendimiento de que hay abuso y de que un menor o una menor no
pueden consentir legalmente.
Lo mismo, la norma sobre la endogamia, primero, por el peligro genético de que el defecto es patente, a
la posibilidad de consanguineidad.
Sólo últimamente se ve con buenos ojos los matrimonios interreligiosos.
El complejo de Edipo, al margen de lo normado y lo normalizado quiere destacar la
tendencia inconsciente de las inclinaciones sexuales que se ven enfrentadas a las
normas y las normalizaciones de las instituciones y de las sociedades. A la vez,
llama la atenció n sobre el hecho de que las sociedades occidentales han normado,
quizá s, contra natura o no han prestado demasiada atenció n en el subconsciente
individual ni colectivo.
Los sueñ os son comunes a todas las culturas y maneras de pensar. Para Freud los
sueñ os, el contenido de ellos no son algo que deba pasarse por alto. Los sueñ os
cargan las informaciones culturales, la fe, los traumas, los deseos, las frustraciones,
los ideales y los sueñ os. Los sueñ os, cuando uno ya no tiene control de la
conciencia, son del gobierno del inconsciente, sobre el que no se tiene control
ninguno, ni racional ni de imaginació n. Es en los sueñ os, mediante sus contenidos,
que el verdadero ser se muestra.
20
Algún sociólogo, con ironía y verdad sostiene que este tipo de relación es la verdadera venganza de
género en el que el poder femenino se muestra en la práctica: hacer del hijo totalmente incapaz para
que sea la madre la que solucione y decida sobre él.
21
Es posible que su alto sentido religioso haya hecho que acudiera a los libros del Pentateuco –los cinco
primeros de la Biblia, especialmente al Génesis y al Éxodo. José, el hijo menor de Jacob –Israel-, vendido
por sus hermanos se convierte en el intérprete de los sueños del faraón. En parte provoca la migración
israelita y la consecuente reproducción y esclavitud de este pueblo a manos del faraón en Egipto.
La tradición de que los sueños, no sólo son manifestaciones del inconsciente, sino que también suelen
determinar el carácter y las actuaciones, es transcultural.
mandato de cuidar de Jesú s y María y de huir a Egipto para evitar la muerte del
niñ o Jesú s.
El sueñ o está muy ligado a las visiones, a las revelaciones, divinas o no. Las
culturas nativas de todas partes, entre ellas también las americanas, practican todo
tipo de alucinaciones, sueñ os y visiones, inducidas o no. Los griegos creen
profundamente en la interpretació n de los sueñ os. Los orá culos son famosos.
Freud en su vejez tuvo una proximidad mayor con la fe de sus antepasados. Tanto
que alguno dirá que en el final de sus añ os parecía má s un teó logo que un analista
sicoló gico.
El inconsciente.
Los poderes, los valores o sus contrarios, las ideas, las actuaciones que se practican
sin esfuerzo, naturalizados, tienden a asentarse en la base del inconsciente. Freud
aumentará la moció n de subconsciente –lo que está debajo de lo consciente, lo
evidente o lo que está por encima-, como una esfera en la que se asienta la
actuació n y la manera humanas.
22
Foucault abunda más en la efectividad del poder, este mientras más inconsciente es, más efectivo y
dominante es. Si el poder ha conquistado al individuo muy bien podría pensarse que también lo ha
hecho con el colectivo. Cuando esto sucede se cuestiona menos el estado de cosas; muchas veces, la
obediencia se interpreta como la corrección, el cuestionamiento de ello como escrúpulo –a veces
rebeldía- de que se esté cuestionando algo largamente establecido.
Aunque parezca contradictorio, la verdadera conciencia o, por lo menos, lo que
decide la conciencia es el inconsciente, aquello que es el sello imborrable. El
inconsciente es como el depó sito “inadvertido” que realmente nos hace ser lo que
somos y actuar como actuamos, a pesar de las supuestas manifestaciones y
decisiones conscientes.23 Esto trae desperfectos en la persona y en la sociedad.
En una sociedad represiva, los ideales, los sueñ os –como proyecciones-, las
rebeldías se depositan en el inconsciente y en el sueñ o de cambio. Este tipo de
sociedades quieren normativizar todas las cosas al mínimo, de modo que el
pensamiento y el criterio propio se borra. Lo que no puede esta sociedad es borrar
la individualidad, a pesar de que puede ejercer sobre el individuo el dominio o la
represió n. Este tipo de sociedades, si son realmente efectivas, también pueden
afectar el inconsciente.
La libre asociación.24
La libido.
La mayor crítica a Freud consiste en su fijació n con lo sexual. Mal entendido, Freud
pudiera ser catalogado como el sicoanalista centrado en el comportamiento sexual;
empero, lo que parece advertir es má s bien que el comportamiento humano está
demasiado dominado por el comportamiento, la simbología, el tabú , la permisió n,
la imaginació n, el comercio, la desviació n o “la correcció n” sexuales.26
26
Las conversaciones, los chistes, el negocio, las vestimentas, los cánones de belleza y mucho de la vida
tienen una fuerte carga sexual, permitida o dicha clandestinamente. Los famosos piropos son más bien
groserías sexuales y marcadamente machistas. El uso de las imágenes de género y el discurso sobe ellos
son acuerdos o agresiones culturales y sociales.
Las religiones han tejido una serie de discursos y han normado sobre la práctica y la concepción sexual.
Los conceptos de varón y mujer, de matrimonio, de normalidad en el comportamiento y la identidad
sexual, según Foucault y la sicología moderna no son necesariamente consecuencia de la naturalidad,
cuanto de las convenciones y sanciones. Por eso, la discusión moderna de matrimonio gay provoca tanto
“alboroto” y cuestionamiento en las maneras “normales” de concebir y de practicar el género como
norma social, cultural y religiosa..
pretende no es la liberalizació n del tema, sino la vuelta a la naturalidad, que el
potencial sexual no sea visto ni practicado con escrú pulo ni sospecha. Que el
inconsciente sexual sea coherente con el consciente sexual, que sentimiento y
concepció n o norma no se contradigan en funció n a demonizaciones o limitaciones.
Quizá s por estas concepciones surjan los males tan extendidos por el mundo, las
violaciones, la pederastia, muchas concepciones de trá fico y consumo sexual. Las
estéticas de género y el lenguaje proceden de esta libido practicada con
moderació n, vergü enza, rabia, malicia, no con naturalidad.
La culpa neurótica.
Freud considera el influjo de las religiones en este aspecto. La culpa se acepta con
un desgarro, no como la posibilidad de correcció n, si es que del todo la culpa existe.
Este cuestionamiento puede exigir la revisió n de pecado y de culpa que las
religiones practican y hacen que sus fieles practiquen.
La sociedad y los credos imprimen en el individuo imá genes y prá cticas negativas;
a veces, si pregonan la bondad la hacen con la amenaza del castigo o de la sanció n.
La actuació n, entonces, es “taimada”, por el miedo a romper alguna ley o por el
placer o la malicia de romperla.
Vivimos en una sociedad y en una cultura enfermas.27 Las instituciones, los credos,
las normas, los valores impuestos o acordados só lo han hecho que la humanidad, el
individuo pierda el rumbo de la felicidad y de la vida.
27
Alcides Arguedas y los autores latinoamericanos del indigenismo –criollos o mestizos que escriben
sobre el asunto indígena en los años 50’, 60’ y 70’- reivindican al indio como ideal. Reniegan de cualquier
cultura o raza, como las razas enfermas, mezcladas. En un sueño metafórico, hasta paternalista postulan
que la eliminación y la humillación de los pueblos originarios ha sido el mayor error y la pérdida del
rumbo original.
Arguedas, con su Pueblo enfermo es quien mejor postula la vuelta del aymara, originario y original. En
Bolivia, otro de los indigenistas es Jesús Lara. En el Ecuador surge Jorge Icaza. En Perú destacan dos, José
María Arguedas y Ciro Alegría. En México destaca Mariano Azuela.
No se cree que estos autores hayan seguido a Freud; sin embargo, la base de la sospecha puede ser
interesante: haber nacido a una sociedad enferma, con urgencia de reparación. Para los indigenistas la
solución es la vuelta al origen, por la raza originaria; para Freud la solución es la terapia profunda que
cuestione valores que malean y enferman en vez de solucionar cualquier cosa.
muerte, al margen de concebir que todos moriremos; el asunto es la actitud que se
tenga respecto a ella.
En un grado de expresió n cínica se podría decir que la sociedad practicada tal cual
tiende a naturalizar el suicidio entendido como la conciencia de la nada y del sin
sentido, radicalizado por los existencialismos de las posguerras.
Los contenidos de la educació n, las instrucciones, las maneras de ser, los valores de
los credos y de las instituciones, incluso de las culturas no transmite, en realidad, la
naturalidad y, en un sentido, la normalidad, sino el trauma porque basa sus
principios en la prohibició n, en lo que se debe evitar y no en lo que realmente se
puede desarrollar. El tabú crea las diferencias y naturaliza los modos de proceder
que no convienen necesariamente a todos, sino a quienes han establecido esos
modos de ser.
Primera etapa. Resalta su idea del hombre presocrá tico. Da aquí es su obra El
origen de la tragedia.
El último periodo. En la que domina la voluntad del poder. En esta época produce
mucho. Sus má ximas obras proceden de este periodo. Así habló Zarathustra, Más
allá del bien y del mal, Genealogía de la moral, Voluntad de dominio, El
anticristo, Ecce Homo –una especie de autobiografía-, Apolo y Dionisio.
28
Compositor y conductor alemán (1813-1883). Es el compositor de la ópera Tristán e Isolda. Adolf Hitler
adoptó varias de sus composiciones, por eso se lo asocia con el nazismo; aunque él nada tuvo que ver
con esa ideología. Nació antes que eso y su obra sólo fue usada por el nacional socialismo.
29
La voluntad de poder y de dominio, no se refiere necesariamente al deseo por el poder, sino a la
posibilidad de que las mentes superiores y los de la moral superior puedan llevar a cabo su voluntad, sus
sueños o sus ideas. El advenimiento del superhombre no es sino la imposición de la vitalidad de la
humanidad superior.
Nietzsche es uno de los maestros de la sospecha, con el que se acaba una época de
infundados optimismos y la proclamació n del nacimiento de una nueva era. Con
Marx y Kierkegaard forman la terna de filó sofos revolucionarios del siglo XIX.
Ademá s, los filó sofos llamados posmodernos reconocen inspirarse en Nietzsche, el
pensador nihilista30 y vitalista por excelencia.
Para Nietzsche no existen valores absolutos ni eternos. El hombre está “más allá
del bien y del mal”, es el forjador de sus propios valores. El autor anuncia el fin de
los valores dominantes del judeocristianismo, a cambio proclama la pró xima llegaa
de una nueva moral sustentada por los valores de la vida y la voluntad de dominio.
La moral vigente es la de los esclavos, esta moral dejará paso a la moral de los
señ ores.
En un principio era bueno lo que hacían los señ ores; ellos fueron los creadores del
valor, que no buscaba el bien ni era ú til para la mayoría.
Con argumentos filoló gicos, en base a etimologías griegas y latinas concluye que:
“creo estar autorizado a interpretar el latín “bonus” en el sentido de guerrero”.
Las ideas de Nietzsche, para nada son apegadas al vulgo o a lo popular. É l privilegia
a los poderosos, capaces de crear pensamiento, dominio y capaces de crear valor y
moral. Por eso, para él, la moral judeocristiana tiene un nacimiento y origen en la
esclavitud, el lamento, en la debilidad; supuestamente, busca el bien de la mayoría.
Esta es la moral del esclavo. Como veremos a continuació n.
El resentimiento judío.
“Los judíos, ‘un pueblo nacido para la esclavitud’ como dicen Tácito y todo el
mundo antiguo, ‘El pueblo elegido entre todos los pueblos’, como dicen y creen
ellos mismos. Los judíos han llevado a efecto aquel prodigio de inversión de
valores gracias al cual la vida en la tierra ha adquirido, por unos cuantos
milenios, un nuevo y peligroso atractivo: sus profetas han fundido,
30
El nihilismo tiene que ver con la incredulidad, el escepticismo, la desconfianza. En la filosofía, el
nihilismo se ha ubicado en la esfera de la crítica de los epistemes, sistemas de conocimiento que tienen
a absolutizar regímenes, ideas o ideologías. En el caso de los filósofos de la sospecha se refiere a los
regímenes e ideologías alienantes que sólo han esclavizado a la humanidad.
reduciéndolas a una sola, las palabras ‘rico’, ‘ateo’, ‘malvado’, ‘violento’,
‘sensual’, y han transformado la palabra ‘mundo’ en una palabra infamante
en esta inversión de valores (de la que forma parte la palabra ‘pobre’ como
sinónimo de ‘santo’ y ‘amigo’) reside la importancia del pueblo judío, con él
comienza la rebelión de los esclavos en la moral’? (La genealogía de la
moral).
“Los sacerdotes son, como es sabido, los enemigos más malvados ¿Por qué?
Porque son los más impotentes. A causa de esta impotencia el odio crece en
ellos hasta convertirse en algo monstruoso, siniestro… los judíos, ese pueblo
sacerdotal por excelencia, que no ha sabido tomar satisfacción de sus
enemigos y dominadores más que con la radical transvaloración de los
valores propios de éstos, es decir, por un acto de la más espiritual venganza…
y han mantenido con los dientes el odio más abismal (el odio de la
impotencia) esa inversión, a saber, los miserables son los buenos, los pobres,
los impotentes, los bajos son los únicos buenos. Los que sufren, los indigentes,
los enfermos, los deformes son también los únicos benditos de Dios,
únicamente para ellos existe la bienaventuranza”. (La genealogía de la
moral)
“Ese Jesús de Nazaret, evangelio viviente del amor, ese ‘redentor’ que trae la
bienaventuranza y la victoria a los pobres, a los enfermos, a los pecadores,
¿no era él precisamente la seducción en su forma más inquietante e
irresistible, la seducción y el desvío precisamente hacia aquellos valores judíos
y hacia aquellas innovaciones judías del ideal? ¿No ha alcanzado Israel,
justamente por el rodeo de ese ‘redentor’, de este aparente antagonista y
liquidador de Israel, la última meta de su sublime ansia de venganza?’ (La
genealogía de la moral)
4.3.2. El Superhombre.
Otro influjo pudo ser, aunque no necesariamente clarificado, su influjo en las tiras
có micas de los sú per seres o supermanes. Lo haya sido, se intentará discutir el
tema con fragmentos de su propia obra, en especial de Así habló Zarathustra.
“Toda comunidad nos hace en alguna manera, en algún lugar, alguna vez,
vulgares”. (Más allá del bien y del mal. 284)
“Más al despuntar el nuevo día se me reveló una nueva verdad: entonces
aprendí a decir, qué me importa la plaza y la plebe y el bullicio de la plebe y
las orejas largas de la plebe”. (Así habló Zarathustra)
“En todos los lugares en donde el pueblo come y bebe, incluso donde rinde
veneración, suele heder. No debemos entrar en iglesias si queremos respirar
aire puro”. (Más allá del bien y del mal).
Lo suyo es puro elitismo y desprecio por el populacho al que condena de
corderismo, es decir, de seguir las pasiones, los sentimientos, no la creació n ni la
voluntad. Su filosofía es profundamente elitista.
El superhombre debe dominar a todos los demás hombres casi como una
necesidad histó rica para superar la moral de los esclavos.
31
Kant, en su Crítica de la razón pura práctica establece que el tipo de hombre que tenga una práctica
coherente, capaz de crear acción, hábito y cohesión, es el tipo de hombre ético, capaz de hacer que sus
actuaciones y pensamiento se imiten. Empero, este tipo de pensamiento no se parece en nada a lo
planteado por Nietzsche, quien apunta al completo individualismo superlativo del hombre que
prescinde de los demás.
El caso de Kant acepta la comunidad, sólo resalta a los precursores y a los humanos capaces de crear un
precedente de comportamiento y de hábito.
“Siempre las estupideces ha sido hechas por los compasivos, y jamás nada en
el mundo ha causado tantos sufrimientos como las estupideces de los
compasivos”. (Así habló Sarathustra).
32
Ya se sugirió en páginas anteriores que una de las razones de El nombre de la rosa de Humberto Eco
es que Dios pudo haber sido risueño; argumento, según el autor, presentado en el volumen cuarto de la
Ética nicomaquea de Aristóteles. Un bibliotecario ciego de un convento medieval envenena las páginas
para que los curiosos no se inmiscuyan con este interesante argumento.
Es posible pensar que las fiestas religiosas, mezcla de tragedia, viernes santo y pascua, intenten rescatar
este aspecto en su fue. Sólo que los bailes se realizan, literalmente, fuera de los templos, en el dominio
público, la calle.
sus propuestas, como esta del racismo, por la superioridad de la raza blanca, que el
superhombre pudiera identificarse con la raza aria 33.
“¿Dónde está Dios?, gritó, os lo diré. Nosotros lo hemos matado, vosotros y yo.
Todos nosotros somos asesinos. Pero, ¿cómo lo hemos hecho? ¿Cómo hemos
podido bebernos el mar?, ¿quién nos dio la esponja para borrar el horizonte
entero?, ¿qué hemos hecho, qué hemos soltado a la tierra de su sol?, ¿hacia
dónde se mueve ahora?, ¿hacia dónde nos movemos? Lejos de todos los soles,
¿nos precipitamos más y más?, ¿y hacia atrás, del lado, hacia delante, de todas
partes?, ¿hay todavía un arriba y un abajo?, ¿no erramos como a través de
una nada infinita?, ¿no nos sopla el viento de una nada infinita?, ¿no nos sopla
el viento del espacio vacío?, ¿no hace más frío?, ¿no viene siempre la noche y
más noche?, ¿no tienen que ser encendidas las linternas a media mañana?,
¿todavía no oímos el tumulto de los enterradores que enterraron a Dios?,
¿todavía no olemos nada de la divina corrupción? También los dioses se
pudren ¡Dios ha muerto!, ¡Dios sigue muerto!, ¡y nosotros lo hemos matado!,
¿cómo nos consolaremos los asesinos de todos los asesinos? Lo más sagrado y
lo más poderoso que el mundo poseyó hasta ahora se ha desangrado bajo
nuestros cuchillos ¿Quién borrará de nosotros esa sangre?, ¿con qué agua
podríamos purificarnos?, ¿qué ceremonias de expiación, qué juegos sagrados
habremos de inventar?, ¿no es la grandeza de este acto demasiado grande
33
En EE.UU. el KKK (Ku Kux Klan), un grupo de supremacistas blancos, sobre todo del sur este y sur
medio este de ese país, proclamaba, aún lo hace su superioridad, sobre las otras razas, sobre todo la
negra.
No se casual que sigan surgiendo grupos de supremacistas blancos, quienes inspirados o no por la
ideología nazi, siguen proclamando que el dominio y el poder está destinado a esta raza. Algunos
grupos, incluso, sostienen que este es un destino divino.
34
El nihilismo es la negación de todo principio religioso, político y social, es el escepticismo, la
incredulidad y puede ser relacionado al ateísmo, la irreverencia por lo sagrado. A ratos, el nihilismo es la
simple indiferencia o el nomeimportismo respecto a las cosas religiosas, los valores o las verdades.
para nosotros?, ¿no tendremos que devenir dioses nosotros mismos para, al
menos, parecer dignos de ella?” (Gaya ciencia. 125).
El vitalismo que proclama Nietzsche nos deja un sabor pesimista con esta teoría
del eterno retorno. Primero, parece que ha sido imposible implantar la doctrina de
la moral de los señ ores. Segundo, el advenimiento del superhombre no ha logrado
la instauració n de un nuevo estado de cosas puesto que todo retorna a lo mismo,
incluso la doctrina de Nietzsche. Tercero, todas las etapas de la historia humana
retornan y parece que no hay ninguna solució n, a pesar de las soluciones que el
autor parece proponer. Cuarto, má s que vitalismo, la doctrina propuesta por
Nietzsche parece pesimismo: nada se puede solucionar, a pesar de los intentos.
Uno de los planteamientos que tiende a hacer creer que, a pesar de todos los
esfuerzos del advenimiento del superhombre es la teoría suya del eterno retorno.
É l parece concebir que este sistema pendular tenderá a reinstaurar todas las taras
y todos los periodos de la historia y el pensamiento humanos. La repetició n, a
pesar de los esfuerzos, parece inevitable.
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Lingüísticamente, la convención de la lengua y de sus significados y sentidos, es muy difícil de ignorar,
excepto que se cree otro lenguaje, al que se puedan adscribir los colectivos o un colectivo de élite. Por
eso, quizás, Nietzsche no puede deshacerse del lenguaje que todos entienden, aunque lo use en sentido
negativo.
Se ha dicho que Nietzsche es muy difícil de sistematizar bajo un solo sistema de
pensamiento, no só lo por sus ideas ricamente metafó ricas, sino porque parece
imaginar má s que proponer, criticar, má s que crear realmente un sistema de
pensamiento coherente. Empero, su manera de decir las cosas es radical, sugerente
y atractiva.
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Esto porque el pensamiento abandona los conventos y el dominio eclesial y vuelve a ser asunto de
pensadores, no necesariamente ligados a la iglesia. El hombre, como tal, vuelve a privilegiar la razón;
con esto, surge el redescubrimiento del pensamiento clásico, iniciado por los griegos.
de asumir el asunto cotidiano, son actividades, no só lo de filosofía prá ctica, sino de
creació n y prá ctica de valores, sistemas de conocimiento, comunicació n,
instituciones, alianzas y proposiciones.
Este punto de vista considera que las sociedades, las instituciones, los valores, los
ideales, las religiones o las creencias son productos humanos, hechos y pensados
por hombres. Por lo que no se presta atenció n má xima a la institució n, sino a las
identidades e individuos que procuran las sociedades.
Es correcto decir que el auge del pensamiento latinoamericano, ligado a la prá ctica,
tuvo su auge durante los periodos de dictadura (añ os setenta a mediados de los
ochenta).
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La analogía puede parecer forzada. Sin embargo no lo es si lo usamos como metodología. La dialéctica
presenta el diagnóstico, la actuación o el análisis de ello para transformarlo o plantear modos de
transformación, los tres pasos de la dialéctica materialista: tesis, síntesis y antítesis.
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Muchos literatos sufrieron en exilio. Entre ellos podemos contar a cuatro de los premios Nobel:
Gabriela Mistral, poetisa chilena, Pablo Neruda, poeta chileno, Gabriel García Márquez, colombiano y
Mario Vargas Llosa –antes de su conversión a la derecha-. También estuvieron en exilio Augusto Roa
Bastos, paraguayo. Levemente también lo estuvo Ernesto Sábato, inicialmente, uno de los primeros
físicos nucleares latinoamericanos, venido a pintor, literato y activista. Sábato, se quedó en Argentina y
fue uno de los impulsores de la comisión de la verdad que juzgó a las personas, militares responsables
de la dictadura; reconstruyó y recuperó a niños adoptados por familias de militares, quitados a políticos
ejecutados.
La intelectualidad latinoamericana fue muy activa contra los estados totalitarios.
El pensamiento en Bolivia es escaso. Podemos destacar a dos pensadores.
Guillermo Francovich, un pensador chuquisaqueñ o que intentó sistematizar el
pensamiento filosó fico boliviano. Una de sus virtudes fue, como los griegos, pensar
las tradiciones como fuente de identidad y de pensamiento.
Otro, má s famoso, fue René Zabaleta Mercado, un pensador orureñ o que gastó la
mayor parte de su vida intelectual como profesor de la UNAM (Universidad
Nacional Autó noma de México). É l fue soció logo y pensó el conflicto del Chaco
como la construcció n de la identidad nacional, entre otras cosas. La guerra del
Chaco, segú n Zabaleta, habría finalmente obligado a pensar Bolivia como un ente
integrado, si bien por el trauma del conflicto. En él se encontraron los habitantes
de todas las regiones. De ahí surgieron las nuevas instituciones, los
cuestionamientos sobre Bolivia; y de ahí surgió el pensamiento de la revolució n
nacional del 52’.
Silvia Rivera Cusicanki, también soció loga, piensa la realidad boliviana desde las
má rgenes. Ella enseñ a en la UMSA.
Xavier Albó , lingü ista, antropó logo y filó sofo ha incursionado en los estudios de los
movimientos sociales e indígenas. Su ú ltima reflexió n versa sobre el enunciado
“vivir bien”. Para él el enunciado recoge no só lo los anhelos de felicidad filosó fica
iniciado por los griegos, afirmado por los escolá sticos, prometido por los
racionalistas y enaltecido por el optimismo positivista. A esto suma el anhelo
precolombino de armonía y de convivencia, no só lo e bienestar material, sino
también de reconocimiento y de coherencia y respeto por el otro y por el medio
ambiente.
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Por lo menos para mi entendimiento, y creo que para los que se dedican al asunto, la imaginería es la
representación de la imaginación en imágenes, por lo tanto, una definición más cabal. Imaginación se
refiere a las imágenes, generalmente mentales, cuando la escritura primaba; pero también, la perfecta
expresión de la imaginación eran las pinturas, las imágenes representadas, la arquitectura, la escultura y
otro tipo de representaciones gráficas.