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Gramatica y Ortigrafía

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ANEXO

NORMATIVA.
Índice
Acentuación……………………………………………………………………………….
Reglas generales de acentuación ortográfica………………………..…………….
Diptongos y triptongos………………………………………………………….…
Reglas especiales…………………………………………………………………...
Acentuación de monosílabos……………………………………………………...
Tilde diacrítica ……………………………………………………………….…….
Interrogativos y exclamativos…………………………………………….…….…
Puntuación………………………………………………………………… ……..………
Punto………………………………………………………………………..………
La coma…………………………………………………………………...…..…..
Punto y coma………………………………………………………………………
Dos puntos…………………………………………………………………………
Puntos suspensivos………………………………………………………………..
Signos de interrogación y de exclamación……………………………………….
Comillas……………………………………………………….…………………...
Verbos defectivos…………………………………………………………………………
Los gerundios……………………………………………………….………………….…
Dequeísmo y queísmo……………………………………………….………………...…
Leísmo, laísmo, loísmo…………………………………………………….………….…
Errores frecuentes en la construcción de subordinadas adjetivas……………..........…
Errores habituales en la construcción de subordinadas condicionales…….............…
Artículos, demostrativos y sustantivos con a- (ha-) tónica……………...................…

1
Acentuación.i
María Marta García Negroni.
En nuestro idioma es particularmente importante pronunciar las palabras con su correcta
acentuación. Existen, en efecto casos de palabras en los que el significado difiere notablemente
según el acento de intensidad caiga en una u otra sílaba.
Por ejemplo:
depósito deposito depositó
hábito habito habitó
Ahora bien, en todas las palabras propuestas hay siempre una sílaba acentuada, esta no
siempre aparece manifestada gráficamente; de allí que sea necesario distinguir el acento prosódico
del acento ortográfico.
Acento prosódico y acento ortográfico.
El acento prosódico, es la mayor fuerza espiratoria con que se pronuncia una sílaba sobre la
que recae este acento prosódico recibe el nombre de “sílaba tónica”. La o las sílabas restantes,
pronunciadas con menor intensidad, son llamadas “sílabas átonas”.
Según el lugar que ocupe la sílaba tónica, las palabras se clasifican en agudas, graves, esdrújulas
y sobresdrújulas:
 Las palabras agudas son aquellas que llevan acento prosódico en la última sílaba (ejemplos:
canción, amor);
 Las palabras graves son aquellas que llevan acento prosódico en la penúltima sílaba
(ejemplos: silla, literatura, inútil);
 Las palabras esdrújulas son aquellas que llevan acento prosódico en la antepenúltima sílaba
(ejemplos: esdrújula, sílaba, dáselo);
 Las palabras sobresdrújulas son aquellas que llevan el acento prosódico en la sílaba anterior
a la antepenúltima (ejemplo: dígamelo, explíquemelo).

El acento ortográfico o tilde es la representación gráfica del acento prosódico.

Reglas generales de acentuación ortográfica.


Palabras agudas.
Llevan tilde las palabras agudas terminadas en –n, -s, o vocal. Ejemplos:
canción compás ombú
Sin embargo,
 No llevan tilde las palabras agudas terminadas en –n o en –s precedidas por otra consonante.
Ejemplos:
robots, Orleans

 No llevan tilde las palabras agudas terminadas en –y (aunque suena como semivocal, la
RAE considera la –y final de diptongo o triptongo como consonante a los efectos de la
acentuación). Ejemplos:
buey virrey Paraguay

Palabras graves.
Llevan tilde las palabras graves que no termina en -n, -s o vocal. Ejemplos:
árbol álbum mártir
Sin embargo,
 Llevan tilde las palabras graves que terminan en –s precedida de otra consonante. Ejemplos:

fórceps bíceps
Palabras esdrújulas y sobresdrújulas.
Las esdrújulas y sobresdrújulas siempre llevan tilde en la sílaba tónica. Ejemplos:
música magnífico repítamelo díganselo
2
Diptongos y triptongos.
Cuando la sílaba tónica contiene un diptongo (conjunto de dos vocales que se pronuncian en
una misma sílaba), se siguen las mismas reglas generales de acentuación de las palabras agudas,
graves y esdrújulas. En cuanto a la tilde, esta se coloca sobre la vocal abierta (a, e, o) o sobre la
última, si las dos vocales del diptongo son cerradas (i, u). Ejemplos:
Agudas:
Recién, después, decoración, estudié, interviú pero licuar, hidromiel
Graves:
Huésped pero piensa, cuento
Esdrújulas:
Cáucaso, murciélago, jesuítico, lingüística, cuídalo
Cuando la sílaba tónica contiene un triptongo (conjunto de tres vocales que se pronuncian en
una misma sílaba), se cumplen también las mismas reglas y la tilde se coloca sobre la vocal abierta.
Ejemplos:
Estudiáis, averigüéis

Reglas especiales.
Hiatos
Un hiato es la secuencia de dos vocales que no se pronuncian dentro de la misma sílaba. A los
efectos ortográficos, existen tres clases de hiatos según el tipo de cocales que entran en contacto:
a) Combinación de dos vocales iguales (ejemplos: Saavedra, cooperación, poseer);
b) Combinación de dos vocales abiertas distintas (ejemplos: teatro, meollo, poeta, coartada);
c) Combinación de vocal abierta + vocal cerrada tónica o viceversa (ejemplos: caída, sonreír,
ataúd, acentúa).

Las palabras que contienen el tipo de hiatos caracterizados en (a) y (b), siguen las reglas
generales de la acentuación ortográfica de las palabras agudas, graves y esdrújulas. Ejemplos:
León, poseer, caer, aldea, bacalao, poetas, caótico, zoólogo, aéreo, poético.
Las palabras que contienen hiatos del tipo descrito en (c) llevan siempre tilde,
independientemente de que lo exijan o no las reglas generales de acentuación. Ejemplos:
País, raíz, Caín, reír, oír, ataúd, día, púa, caída, grúa, increíble, lío, heroína, dúo, búho, elegíaco,
vehículo, volvíamos.
Lo mismo sucede en el caso de la concurrencia de dos vocales abiertas y una cerrada: si la
cerrada está acentuada no se produce el triptongo y, para indicarlo, se acentúa ortográficamente la
vocal cerrada. Ejemplos:
Traía, bahía, leían, salíais
Acentuación de monosílabos.
Los monosílabos (palabras que tienen una sola sílaba) por regla general no llevan tilde.
Ejemplos:
Pie, sol, con, vil, gris, luz, fe, mal, bien, fui, fue, no, vi, di, vio, dio

Tilde diacrítica.
Cuando dos o más monosílabos son iguales en cuanto a la forma pero desempeñan distinta
función gramatical y hay entre ellos formas átonas y tónicas, estas últimas llevan en general tilde
diacrítica (tilde que permite distinguir palabras de idéntica forma pero pertenecientes a categorías
gramaticales diferentes).
Mí (pronombre personal)
Mi (adjetivo)
Tú (pronombre personal)
Tu (adjetivo)
Té (sustantivo: planta, bebida)
Te (pronombre personal: te lo dieron, sustantivo: la te es una consonante)

3
Él (pronombre personal)
El (artículo)
Sé (presente del verbo saber, imperativo del verbo ser)
Se (pronombre personal)
Dé (imperativo del verbo dar)
De (preposición: Vengo de Roma; sustantivo: La letra de es una consonante)
Más (adverbio: Es más grande que su hermana; sustantivo: El más y el menos son signos.
Mas (conjunción adversativa)
Sí (adverbio de afirmación: Sí, claro, puedes venir; pronombre reflexivo: Solo piensa en sí mismo)
Si (conjunción, sustantivo: nota musical)
El caso de:
 solo/ sólo

La palabra solo puede funcionar como adjetivo o como adverbio.


Deberíamos ir a visitar a Juan que está solo. (adjetivo)
Duerme solo unas pocas horas por día. (adverbio)
En su última normativa, la RAE indica que solo llevará acento ortográfico en su uso adverbial
cuando quien escribe perciba riesgo de ambigüedad. Así por ejemplo, en:
Vendrá solo por la mañana. (adjetivo: “en soledad”)
Vendrá sólo por la mañana. (adverbio: “solamente”)
 aun/aún

Aún se escribe con tilde cuando es adverbio de tiempo reemplazable por “todavía”. Cuando
equivale a “hasta”, “incluso” (o “siquiera”), se escribe sin tilde. Ejemplos:
Aún no ha llegado. (= todavía)
Aun en esas condiciones, lo hubiera admitido. (= incluso)

Interrogativos y exclamativos.
Los interrogativos y exclamativos qué, quién, dónde, cuándo, cómo, cuánto, cuál llevan
tilde. Ejemplos:
¿Qué libro trajiste hoy?
¡Qué maravilla!
¿Quién vino ayer?
¿Cuándo es la próxima reunión?
¿Cuál me queda mejor?
¿Cómo estás?
¡Cómo se puso!
También se escriben con tilde cuando introducen oraciones exclamativas e interrogativas
indirectas. Ejemplos:
No recuerdo qué trajo.
Ignoro cuándo llegó.
No sabe quién vino a verla.
No imaginas cuánto sufría.
No sabía cuál era el suyo
Nota: Estos términos no llevan tilde, aunque estén en oraciones interrogativas o
exclamativas, si ellos mismos no son interrogativos o exclamativos. Ejemplos:
¿Será Juan quien vino?
¡Dales cuanto te pidan!
¡Irás cuando te lo pidan!
Quien quiera oír que oiga.
Cuando la visité estaba bastante animada.
El interrogativo por qué se distingue de porque, subordinante causal, que nunca lleva tilde.
Porque y por qué se distinguen a su vez de porqué, sustantivo sinónimo de “razón” o “motivo” y
de por que, pronombre relativo equivalente a por el cual/por la cual. Ejemplos:
4
Vino porque estaba angustiado. (subordinante causal)
No sé por qué vino. (loc. Interrogativa)
¿Por qué vino aquella noche? (loc. Interrogativa)
Ignorabas el porqué de su venida. (sustantivo)
No entiendo el motivo por que se fastidió. (prep. + pron. Relativo)

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Puntuación.ii
Mirta Stern
Introducción.
La puntuación representa uno de los aspectos más importantes y más complejos del código
escrito, porque cumple en él múltiples funciones: estructura las diversas unidades del texto y
permite organizar la información en capítulos, apartados, párrafos, etcétera, otorgándole coherencia
y claridad al discurso, delimita la oración y constituye un mecanismo de cohesión textual, pone de
relieve determinadas ideas, destaca giros sintácticos, elimina o reduce ambigüedades, modula la
respiración en la lectura en voz alta, genera efectos estilísticos, marca y permite reconocer distintos
tipos de textos, etc.
En definitiva, la puntuación constituye un mecanismo fundamental de producción e
interpretación del sentido, de modo que la modificación o alteración de cualquier minúsculo signo
puede resultar suficiente para transformar un texto en otro, que transmita una información diferente.
Por otro lado, si bien puede existir más de una manera correcta de puntuar la oración, lo cual
implicaría una cierta flexibilidad de la convención en algunos casos, hay ciertos errores inaceptables
que todos los manuales coindicen en condenar.
Dado que todos los signos no cumplen la misma función ni revisten la misma importancia en
el discurso y puesto que la puntuación, como se ha señalado, permite organizar la información en
distintos tipos de unidades, algunos autores han establecido una estrecha correlación entre los
signos, la unidad textual que delimitan y su correspondiente valor comunicativo. Así, por ejemplo,
al punto final le corresponden el texto como unidad lingüística y el mensaje como unidad
significativa. El punto y aparte se correlaciona con el párrafo y tiene como unidad de sentido el
tema, capítulo o apartado. El punto y seguido, en cambio, delimita la oración como unidad textual
que representa una idea o un pensamiento, mientras que el punto y coma separa frases y
proposiciones que configuran, como unidad de sentido, un apunte o comentario y así
sucesivamente. Más allá de los aspectos discutibles que pueda presentar esta taxonomía, lo
importante es destacar que cuanto mejor reflejen los signos de puntuación la organización del
contenido, mayores serán la coherencia y claridad de un texto.
Por otra parte, en tanto la escritura es construcción del pensamiento, la puntuación,
constituye un instrumento indispensable de esta función. En este sentido, es posible determinar el
grado de complejidad de cualquier escrito e inclusive reconocer tipos de textos atendiendo a los
signos utilizados en ellos y al índice de frecuencia con que aparecen. Un texto que hace desplegar
con mayor precisión la interrelación de las diversas ideas que expone y elaborar una compleja red
de conexiones y relaciones jerárquicas, tal como ocurre en los casos de los textos filosóficos,
ensayísticos o científicos. En cambio, un texto que solo utilice dos niveles de puntuación, como el
punto y seguido y la coma, resulta forzosamente más simple.
Punto (.)
El punto separa unidades autónomas que integran un texto. Dado que la oración constituye
la unidad gramatical máxima, el punto representa la mayor pausa sintáctica que establece la
convención ortográfica, superior a la que indican el punto y coma y la coma. Siempre después de un
punto –excepto en el caso de las abreviaturas-, la primera palabra se escribe con mayúscula.
Existen tres clases de puntos, que delimitan distintos tipos de unidades textuales: el punto y
seguido, el punto y aparte y el punto final.
a. EL PUNTO Y SEGUIDO separa oraciones que integran un párrafo. Mediante este signo se
indica que, en la secuencia siguiente, se sigue tratando un mismo tema o se enfocan aspectos
diferentes de una misma idea, a la vez que se destaca o se confiere autonomía a cada una de
las unidades. Después de punto y seguido se continúa en el mismo renglón o en el siguiente,
en este último caso sin dejar margen.
b. EL PUNTO Y APARTE se utiliza para separar períodos más amplios, como los párrafos de
un texto, es decir, las unidades formadas por oraciones que desarrollan un mismo núcleo
temático. Desde el punto de vista semántico, la relación entre este tipo de unidades es menor
que la que existe entre las separadas por el punto y seguido. Después de punto y aparte se

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continúa en el renglón siguiente, dejando en la primera línea del nuevo párrafo un blanco
inicial denominado sangría.
También se emplea en el diálogo, al finalizar cada intervención de los interlocutores.
c. EL PUNTO FINAL indica la terminación de un escrito o una división importante del texto
(parte, capítulo, apartado).

Usos incorrectos del punto


a) No llevan punto los títulos o subtítulos de libros, artículos, capítulos, etc. cuando aparecen
aislados. Ejemplos:
La vida breve
La muerte de Artemio Cruz
Ortografía de la lengua española

b) No debe escribirse punto después de los signos de exclamación y de interrogación.


Ejemplos:
¡Qué frío hace aquí! ¿Dónde has puesto mi abrigo?

c) No se coloca punto en las cifras que indican años, en la numeración de las páginas ni en los
números de decretos, leyes o artículos. Ejemplos:
Año 1998 página 1142 Decreto 1085/1997

d) Tampoco deben llevarlo, si son breves, las diversas entradas de una numeración o listado
cuando están precedidas de números, letras o guiones. Ejemplos:
a. Diccionario 1. Minerales - Historia
b. Enciclopedias 2. Vegetales - Lengua
c. Manuales 3. Animales - Geografía

e) No suele usarse punto final en los textos que sirven de epígrafe a un cuadro, a un grabado o
a una lámina. Ejemplos:
Fig. 36. Sismógrafo
Diagrama que describe las fases de división de la célula
Interior del catálogo tipográfico de 1907
La coma (,)
La como indica una pausa breve y permite delimitar los distintos componentes de la oración.
Aunque generalmente se afirma que la coma representa una pausa de la lengua oral entre las partes
del discurso gramaticalmente relacionadas, no todas las pausas de la lengua oral se transcriben en la
lengua escrita, ni todas las pausas que se indican con comas y obedecen a las normas de uso de este
signo se hacen siempre en la lengua oral. Así, por ejemplo, se dice: A nosotros, eso no nos interesa;
sin embargo, en la lengua escrita esa coma no es obligatoria.
En este sentido, es importante tener presente que a lengua escrita constituye un código
independiente y completo en sí mismo, que posee sus propias normas y convenciones. Supeditar la
puntuación a la entonación no solo induce a error, sino que contribuye a difundir la idea hoy
superada de que la escritura constituye una simple transcripción del habla o de la modalidad oral de
la lengua, que sería el código primero y esencial. Entonación y puntuación representan mecanismos
de cohesión independientes, que corresponden a dos formas distintas de la lengua: la oral y la
escrita.
La coma es, además, el signo de puntuación de uso más arbitrario, pues a veces su
colocación depende de la apreciación o criterio personal. No obstante, a pesar de ciertos usos
facultativos, dado que las pausas que la coma señala suelen coincidir con el final de unidades
gramaticales bien definidas, su empleo está regido por ciertas normas de validez general.

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Usos de la coma
Debe escribirse coma:
1. Entre los términos de una enumeración (sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios,
modificadores, etc.), excepto cuando vayan precedidos por las conjunciones y, e, ni, o, u.
Ejemplos:
Compró todo lo que le había encomendado: pinceles, óleos, aceites, telas, etc.
Reveló poseer un carácter irascible, intolerante y agresivo.
Aún no decidió si viajará primero a París, a Madrid o a Roma.
No ha llamado a su madre, a su hermano ni a mí.
o Cuando la conjunción es ni y se repite, debe colocarse coma delante de cada uno de
los miembros coordinados. Ejemplos:
No le gustan el aspecto arquitectónico de la ciudad, ni las costumbres de sus
habitantes, ni la lengua que hablan.
o Cuando los elementos que conforman la enumeración constituyen el sujeto de la
oración o un modificador verbal y van antepuestos al verbo, no se pone coma detrás
del último. Ejemplos:
Los geólogos, los arqueólogos y los antropólogos han recomendado
suspender las excavaciones.
En matemáticas, en física y en química siempre se ha destacado.

2. Entre construcciones verbales gramaticalmente equivalentes o que cumplen idéntica


función sintáctica, excepto cuando están precedidas por las conjunciones y, e, ni, o, u.
Ejemplo:
Antes de abandonar el país, visitó a sus amigos, donó sus libros a la universidad y
confió sus manuscritos a un colega
o Sin embargo, se coloca coma delante de la conjunción cuando la construcción que
está encabezada expresa un contenido semántico (temporal, consecutivo, etc.)
diferente del expresado por la secuencia o secuencias anteriores. Ejemplo:
Arregló la verja, cortó el césped, podó la enredadera, y se sentó satisfecho a
contemplar su obra.
o O cuando la conjunción debe unir la secuencia que encabeza con toda la
construcción anterior, y no con el último de sus miembros, sobre todo si este forma
parte de una enumeración. Ejemplo:
Arrojó al fuego las cartas, un par de fotografías y su diario íntimo, y huyó
precipitadamente de la sala.

3. Entre proposiciones de cierta extensión que poseen distinto sujeto, independientemente


de que vayan precedidas o no por una conjunción. Ejemplo:
Los hombres se reunían para discutir temas políticos, y las mujeres solo se
ocupaban de atender que no faltasen el café y los cigarros.
o En las oraciones cuyas proposiciones están separadas por punto y coma, el último
componente, delante del cual aparece la conjunción copulativa, puede ir precedido
de coma o de punto y coma. Ejemplos:
Llegaron los celtas, rubios y ágiles; después, los íberos, morenos y recios; y
a continuación, los griegos, hieráticos y serenos.
El libro tiene tres partes: primera, exposición teórica: segunda, aplicaciones
prácticas, y tercera, dudas más frecuentes.

8
4. Delante –y también detrás, si la oración continúa- del relacionante que cuando encabeza
una proposición adjetiva explicativa, especialmente si su explicación puede confundirse
con la del que especificativo. Ejemplo:
El buey y la vaca viejos, que se destinan a carne. (Proposición
explicativa: todos los bueyes y vacas viejos se destinan a ese uso.)
Confróntese con:
El buey y la vaca viejos que se destinan a carne. (Proposición especificativa: Solo
algunos de los bueyes y vacas tienen ese destino.)
5. Delante de un que especificativo cuando está separado de su antecedente,
particularmente si también puede funcionar como antecedente el sustantivo
inmediatamente anterior. Ejemplo:
Aerolito es un fragmento de un bólido, que cae sobre la tierra. (Si se suprime la
coma, el que cae es el bólido.)

6. En todos los casos en que es necesario indicar que un elemento se relaciona no con la
palabra inmediatamente precedente, sino con otra más alejada o con todo el enunciado.
Ejemplos:
Obligó a Pedro a hablar, con habilidad.
Cfr.: Obligó a Pedro a hablar con habilidad.
Para que no se desvíe, en su elección, de las normas señaladas.
Cfr.: Para que no se desvíe en su elección de las normas señaladas.
Logró su objetivo, felizmente.
Cfr.: Logró su objetivo felizmente.

7. Delante o detrás de un vocativo, o en ambos lugares a la vez, según su colocación en la


oración. Ejemplos:
Juan, llámame por teléfono esta noche.
Llámame por teléfono esta noche, Juan.
Te ruego, Juan, que me llames por teléfono esta noche.

8. Cuando se invierte el orden regular de los componentes de la oración, anteponiendo


palabras, construcciones o proposiciones que deberían ir pospuestas. La coma debe
colocarse después del elemento anticipado. Ejemplos:
Para no olvidarme, haré un nudo en el pañuelo. (Pero: Haré un nudo en el pañuelo
para no olvidarme.)
A los funcionarios que no cumplen con la obligación de mejorar la calidad de vida
de los ciudadanos, hay que separarlos de sus cargos.
o Esta regla se cumple especialmente en el caso de las proposiciones subordinadas
antepuestas a la oración principal. Ejemplos:
Cuando viene a visitar la ciudad, se aloja siempre en ese hotel.
Porque no la dejamos jugar con nosotros, nos pega.

9. En lugar de un verbo que se elide o se suprime por ser repetición de otro ya enunciado en
la proposición anterior o porque se sobreentiende, como en el caso de algunos
predicados no verbales. Ejemplos:
Los niños, en el jardín.
Pedro irá al teatro esta noche; María, a escuchar un concierto.
Unos prefieren una cosa; otros, otra.

10. Delante de cómo, cuando esta palabra no encabeza una comparación de igualdad, sino
que introduce un ejemplo. Ejemplo:
9
Le gustan las grandes metrópolis, como Tokio o Nueva York
.
11. Delante de proposiciones coordinadas consecutivas. Ejemplos:
Ellos saben que hoy no trabajas, con que será mejor que busques otra excusa.
Llovió durante toda la semana, así que resolvimos regresar dos días antes.
Pienso, luego existo.

12. Delante de proposiciones causales lógicas y explicativas. Ejemplos:


No debe haberse dormido aún, pues veo las luces del dormitorio encendidas.
Es una persona generosa, porque nunca ha dejado de ayudar a sus amigos.

13. Delante de las proposiciones introducidas por los encabezadores pero, mas, aunque,
sino, salvo, excepto. Ejemplos:
Fueron interrogados, pero el juez no logró obtener demasiada
información.
No lograrás convencerlo de que carece de argumentos válidos, aunque te lo
propongas firmemente.
Todos los legisladores asistieron a la sesión, excepto los que se hallaban en el
interior del país.

14. Delante y detrás de palabras, construcciones o proposiciones intercaladas que


interrumpen una oración para precisar, aclarar, ampliar o comentar lo dicho. Son incisos
de este tipo:
 Las aposiciones nominales.
Don N.N., auditor de la empresa, presentó su renuncia.
 Cualquier aclaración, precisión o comentario referido a circunstancias
temporales, fuentes de enunciación, mención de obras o autores, etcétera.
Ejemplos:
Desde que se fue, hace más de un mes, no lo he vuelto a ver.
La democracia, sostiene un sociólogo, consiste en avanzar hacia la tolerancia y
el derecho a la diferencia.
La lengua, según Saussure, es una institución social que ningún individuo
aislado puede modificar por sí mismo.

15. Delante y detrás de ciertos adverbios, giros adverbiales y conectores que, cuando están
emplazados en el interior de la oración, suelen construirse como incisos: es decir, esto
es, o sea, a saber, por consiguiente, por lo tanto, además, aparte de eso, en todo caso,
en efecto, sin embargo, en realidad, en cambio, por último, finalmente, posiblemente, así
pues, en consecuencia, en resumen, etc. Ejemplos:
El puma, es decir, el león americano es un animal agresivo.
Llegamos, en efecto, un poco tarde.
Ellos, al menos, están de acuerdo.
El texto describe, por último, las consecuencias culturales de la Conquista.
Juan, posiblemente, no está enterado.

16. Después de un adverbio de afirmación o negación colocado al comienzo de la oración y


después de una interjección igualmente emplazada en posición inicial. Ejemplos:
Sí, juro.
No, jamás permitiré que lo hagas.
¡Oh, qué gran sorpresa!

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17. La palabra etcétera lleva siempre una coma adelante y, generalmente, otra detrás. La
segunda coma puede suprimirse en algunos casos. Ejemplos:
Los libros, los cuadros, los objetos de arte,etc., eran de su propiedad.
Pero también:
Durante, su estadía en Buenos Aires, trabajó en comercios, oficinas, dependencias
oficiales, bancos, etc. para poder estudiar.

18. Cuando la expresión por ejemplo une dos proposiciones y pertenece, con un valor
adverbial similar al de como, a la segunda de ellas, hay tres maneras posibles de puntuar
el ejemplo:
Algunas veces, voy en taxi; por ejemplo, cuando llueve.
Algunas veces, voy en taxi, por ejemplo cuando llueve.
Algunas veces, voy en taxi; por ejemplo cuando llueve.
19. En el encabezamiento de las cartas se escribe coma entre el lugar y la fecha. Ejemplo:
Lima, 16 de octubre de 1999.

20. También debe colocarse coma entre el apellido y el nombre completo de una persona o
entre los términos de un sintagma cuando se presentan invertidos por integrar una lista:
bibliografía, índice, guía, registro, etcétera. Ejemplos:
Jakobson, Roman: Ensayos de lingüística general…
Foucault, Michel: Vigilar y castigar…
-oficina, muebles de
-escolares, artículos

Usos incorrectos de la coma

No debe ponerse coma entre el sujeto y el predicado ni entre el verbo y su complemento,


excepto en los casos en que los separa un inciso o frase incidental.
Constituye un error escribir:
*El nuevo reglamento aprobado, entró hoy en vigencia.
*La misma tradición vernácula, corría de boca en boca.

Punto y coma (;)

En general se utiliza para separar proposiciones yuxtapuestas de cierta extensión y


relacionadas entre sí por el sentido. En muchos de estos casos se podría optar por separar los
miembros con punto y seguido. En general, la elección del punto y coma o del punto seguido
depende del vínculo semántico que exista entre las proposiciones u oraciones. La normativa
establece que si el vínculo es débil, es preferible usar punto y seguido; en cambio, si es más fuerte,
es aconsejable optar por punto y coma. Este marco, hasta cierto punto flexible, determina que en
ciertos casos, en el uso de este signo, la norma se subordine a lo que puede considerarse una
decisión estilística. Ejemplos:
La situación económica del país, agravada en los dos últimos meses por las constantes
huelgas, era crítica; era necesario tomar medidas drásticas si se quería evitar la fuga de
inversiones extranjeras.
El hombre se dirigió, como había prometido, hacia el primer puente; allí lo aguardaba una
desagradable sorpresa.
Usos del punto y coma
Se emplea punto y coma en los siguientes casos:
a) Para separar los miembros de una enumeración cuando se trata de construcciones
complejas que ya incluyen comas. Ejemplos:

11
Cada una de las plantas de la casa fue usada para distintos fines: la planta baja,
como enfermería; el primer piso, como comedor; el último, como cuartel general.
b) Para separar períodos dentro de una oración que incluye comas. Ejemplo:
“Platero, grana de ocaso sus ojos negros, se va, manso, a un charco de aguas de
carmín, de rosa, de violeta; hunde suavemente su boca en los espejos” (Juan Ramón
Jiménez)

 En algunos casos permite evitar ambigüedades:


Pero nada bastó para desalojar al enemigo, hasta que se abrevió el salto por
el camino que abrió la artillería; y se observó que uno solo se rindió a la
merced de los españoles. (Solís)

Si después de la palabra “artillería” solo se pusiese coma, la oración “y se


observó, etc.” vendría regida por la preposición “hasta” y cambiaría mucho
el sentido. (Esbozo de la Academia, pág. 147.)

c) En períodos de cierta longitud, delante de las conjunciones y locuciones pero, mas,


aunque, sin embargo, por lo tanto, no obstante, por consiguiente, en cambio, en fin, etc.,
cuando encabezan proposiciones en las que se indican aspectos diferentes de una misma
idea o un hecho y su consecuencia. Ejemplo:
Cinco helicópteros han estado buscando a los posibles sobrevivientes durante toda
la noche, además de los equipos que trabajan en tierra; sin embargo, por el
momento, los esfuerzos han sido inútiles.
Si los miembros del período no son muy largos, se recomienda el uso de la coma. Si su
extensión es considerable, conviene separarlos con punto y seguido.

Dos puntos (:)


Representan una pausa del discurso que tiene como finalidad llamar la atención sobre lo que
sigue. Esta pausa es menor que la exigida por el punto.
Usos de los dos puntos
Deben emplearse dos puntos en los siguientes casos:
a) Delante de una enumeración explicativa. Ejemplos:

El manual se divide en tres partes: aspectos teóricos, ejemplos prácticos y


ejercitación.

Los factores que se deben tener en cuenta son: la condición social y económica de
los postulantes, los informes de los docentes y la calidad del proyecto presentado.

b) Para cerrar una enumeración e indicar que se va a precisar o comentar lo que ella representa.
Los dos puntos se colocan delante del anafórico que la sustituye. Después del signo debe
emplearse minúscula, excepto cuando se trata de una enumeración compuesta por oraciones
independientes. Ejemplos:

Buenos amigos, excelente comida y una óptima disposición para la charla: ese es el
secreto de una velada agradable.

Rigurosidad, perseverancia y método: he aquí las virtudes de un buen investigador.

c) Antes de una cita textual en estilo directo. Después de los dos puntos debe emplearse
mayúscula. Ejemplo:
Descartes dijo: “Pienso, luego existo”.
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Lacán, transformando la puntuación de la célebre frase, escribió: “Pienso: luego
existo”.

d) En el encabezamiento de las cartas y documentos. En este caso, después de los dos puntos
debe escribirse con mayúscula y en un renglón aparte. Ejemplo:

Querido amigo:
Te escribo estas líneas para informarte…

De mi consideración:
Tengo el agrado de dirigirme a usted…

Estimado cliente:

e) Detrás de los vocativos con los que se inicia el texto de un discurso o de una conferencia.
Ejemplos:

Distinguido público:

Señoras y señores:

Señor director, señores profesores, alumnos:

f) Cuando a una o varias proposiciones las sigue otra que es aclaración, explicación, causa,
consecuencia, resumen o conclusión de las que antecede. Ejemplos:

Hay gente que no enmienda sus errores: prefiere perfeccionarlos.

Siempre me da el mismo consejo: que estudie más.

Es inútil que te apresures: el tren ya ha partido. (En este caso los dos puntos podrían
sustituirse por los conectores causales porque, ya que.)

Ha quedado muy débil después de la enfermedad: no podrá retomar sus actividades


durante un mes por lo menos. (Los dos puntos son aquí reemplazables por así que,
por lo tanto, en consecuencia, etc.)

Intercambiaron opiniones y hasta discutieron durante varias horas: no hubo


acuerdo.

g) Cuando se introduce una ejemplificación, detrás de las expresiones por ejemplo, a saber,
verbigracia. Ejemplo:

Algunos representantes del llamado postestructuralismo son, por ejemplo: J. Lacán,


Julia Kristeva, Michel Foucault y Jacques Derrida.

 En estos casos, los dos puntos suelen alternar normalmente con la coma, aunque el
uso de esta última resta claridad expresiva al enunciado.
 Los dos puntos también pueden aparecer solo, separando la ejemplificación del resto
de la oración. Ejemplo:

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Todos los días se pelea con alguien: hoy ha discutido con el repartidor de
diarios.
 En el caso de por ejemplo, la locución suele presentarse también detrás de los dos
puntos. Ejemplos:

Existen mamíferos acuáticos: la ballena, por ejemplo.

Según G. Duby, la finalización del siglo XX aparece asignada por temores


análogos a los que caracterizaron e cierre del primer milenio: el miedo a las
epidemias, por ejemplo, constituye uno de ellos.
h) Dentro del discurso jurídico y administrativo, en los documentos oficiales –sentencias,
decretos, edictos, certificados, etc.-, detrás de verbos como expone, suplica, falla, ordena,
certifica, declara, hace saber, etc., escritos con todas sus letras mayúsculas. La primera
palabra que sigue a los dos puntos empieza siempre con mayúscula, aun cuando
generalmente se trata del subordinante que. Ejemplos:

Vistas las circunstancias, este tribunal ORDENA: Que el inculpado…

DECLARA: Que ha presentado la documentación…

HACE SABER: Que por orden del Consejo Superior…

Usos incorrectos de los dos puntos.


Los dos puntos no pueden ir precedidos por la conjunción que. Es incorrecta la siguiente
construcción:
*El juez sostuvo que: “Las pruebas reunidas no son suficientes”.

Puntos suspensivos (…)


Los puntos suspensivos indican una interrupción momentánea o definitiva del discurso. Son
siempre tres. En los géneros literarios y en la representación de los géneros orales, como la
conversación, se emplean para expresar una actitud del locutor ante su enunciado o para provocar
una reacción emocional en el lector. Cuando cierran un enunciado, a continuación se escribe con
mayúscula; si lo interrumpen momentáneamente, se continúa con minúscula.

Uso de los puntos suspensivos


Se emplean puntos suspensivos en los siguientes casos:
a) Para indicar que una enumeración ha quedado abierta o incompleta. En este caso poseen un
valor equivalente a la palabra etcétera. Ejemplo:

En aquel circo había de todo: acróbatas, payasos, malabaristas, equilibristas…


b) Cuando se deja un enunciado incompleto o en suspenso. Ejemplos:

No sé qué contestó…

Hubo riñas, fue imposible llegar a un acuerdo… Preferiría olvidarme del asunto.
c) Cuando se quiere indicar una actitud de duda, vacilación, temor o inseguridad del hablante
ante su enunciado. Ejemplos:

Deberíamos comunicárselo… pero ¿cómo?

Ha recibido una llamada del laboratorio clínico… Espero que sean buenas noticias.

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Lo haré… No lo haré… Me resulta difícil decidirlo.

 También, en ocasiones, la interrupción del discurso representada por este signo


anticipa que lo que sigue es algo inesperado, cuyo efecto es sorprender al lector.

Su llegada al país fue anunciada durante tres meses, se invirtieron cifras millonarias
en publicidad y, finalmente, asistieron… unas cien personas al recital.

d) Cuando en una exclamación se omite la apódosis de una proposición condicional


encabezada por si o de una consecutiva introducida por tan. Ejemplos:

¡Si viniera pronto…!


¡Es tan distraído…!

 También en refranes o dichos populares cuando se da una parte por sobreentendida.


Ejemplos:

Como dice el refrán: “En casa de herrero…”.


Mientrs intentaba disuadirme, yo pensé: “Más vale pájaro en mano que…”.
En ambos casos, el lector puede imaginar o completar, a partir de su conocimiento de lo que
se omite, el sentido del enunciado.

e) Cuando se transcribe literalmente una cita o fragmento textual, para indicar que una parte
del texto ha sido suprimida. En este caso los tres puntos se escriben entre paréntesis o entre
corchetes –(…) […]–, dejando un espacio antes y otro después. Ejemplos:

“En sus dos novelas mayores, Grass ha tenido el nervio, la indispensable ausencia
de tacto para sacar a relucir el pasado (…). Como ningún otro escritor, se ha
burlado y ha subvertido el muelle del olvido, el egoísmo que se encuentra en los
cimientos de la recuperación material de Alemania.”
Georges Steiner: “Una nota acerca de Gunter Grass”, en
Lenguaje y silencia, pág. 159.

Signos de interrogación (¿?) y de exclamación (¡!)


Los signos de interrogación y de exclamación enmarcan enunciados interrogativos y
exclamativos directos, y se colocan siempre respectivamente al comienzo (¿¡) y al final (?!) de la
oración, cuando ella tiene en su totalidad un carácter interrogativo o exclamativo. Ejemplos:
¿Cuándo fue publicada la noticia?
¡Quién lo hubiera imaginado!
En otros casos, los signos deben colocarse donde empieza y termina la pregunta o la
exclamación, aunque estas no coincidan con el comienzo ni con el final del enunciado oracional.
Ejemplos:
Con respecto a las inundaciones anunciadas, ¿se ha previsto adoptar algún tipo de
medida?
Si regresas antes de fin de año, ¡qué alegres se pondrán tus padres!
¡Adelante!, surgió amablemente la dueña de la pensión.

Normas de uso
a) Después de los signos que indican cierre de interrogación (?) o de exclamación (!) no se
escribe punto.

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b) Los signos de apertura (¿¡) son obligatorios. No debe incurrirse en el error de suprimirlos
por imitación de otras lenguas, como el inglés, ya que ello representa un calco gráfico. Sin
embargo véanse h) e i).
c) Excepto en los textos literarios, donde no es infrecuente hallarla, debe evitarse la
duplicación –e incluso la triplicación- de los signos de exclamación. El texto informativo no
admite la repetición seguida de este signo.
d) Cuando las proposiciones incluidas y los vocativos ocupan la primera parte de un enunciado
no quedan enmarcados por los signos de interrogación y de exclamación. En cambio, si
están colocados al final de una pregunta o de una exclamación, se consideran incluidos en
ella. Ejemplos:

Alicia, ¿a qué hora llega el próximo tren?


Pero: ¿A qué hora llega el próximo tren, Alicia?
Si advierte que le mentimos, ¿qué explicación le daremos?
Pero: ¿Qué explicación le daremos si advierte que le mentimos?
e) Cuando se suceden varias oraciones interrogativas o exclamativas breves y seguidas, se
puede optar entre dos posibilidades:

-Considerarlas como oraciones independientes, en cuyo caso deben colocarse los


correspondientes signos de apertura y cierre y debe escribirse mayúscula al comienzo de
cada una de ellas. Ejemplos:

¡Qué pálido se encuentra! ¡Cómo ha adelgazado! ¡Qué desmejorado está!

¿Cuándo llegaste? ¿Quién te abrió? ¿Bebiste algo?

-Considerar el conjunto de preguntas y exclamaciones como una única oración. En este


caso, deben ir separadas por comas o puntos y comas y solo se escribirá con mayúscula la
palabra inicial. Ejemplos:

¡Cuánta perfidia!, ¡cuánto cinismo!, ¡cuánta indiferencia!


¿Cómo te sientes?, ¿aún tienes frío?, ¿te alcanzo un abrigo?

f) Tanto los signos de interrogación como los de exclamación pueden emplearse también para
expresar ironía. Ejemplos:

¿Él, invitarnos a comer?


¡Como es tan inteligente!
g) Los signos de exclamación se utilizan para enmarcar interjecciones y frases interjectivas.
Ejemplos:

¡Caramba! ¡Oh! ¡Ey!

h) El signo de cierre de interrogación, solo o encerrado entre paréntesis, se emplea para


expresar desconocimiento o incertidumbre acerca de un dato. Ejemplos:

?- 1567
1612 – 1673 (?)
i) En determinados casos se utilizan los signos de cierre de interrogación y de exclamación
encerrados entre paréntesis para indicar, sorpresa, duda, incredulidad o asombro ante un
error o ante un hecho absurdo o poco frecuente. Ejemplos:
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Un niño de doce años (!) ganó el campeonato de ajedrez.
Juan Sánchez se presentó como el presidente (?) del pueblo.
j) En las oraciones que participan ambas modalidades enunciativas a la vez, el Esbozo de la
Academia (1973) indica que puede colocarse el signo de interrogación al principio y el de
exclamación al final o viceversa, y da el siguiente ejemplo:

“¿Qué persecución es esta, Dios mío!”


Por suerte, en el Diccionario de Uso del español (Moliner, 1967), se acepta la siguiente
forma:
“¡¿Cómo es posible tanta indiferencia, señores?!
La última normativa de la RAE (Ortografía de la lengua española, 1999) no aborda este
problema, que se presenta, por consiguiente, caracterizado por la falta de unanimidad de criterios.
Sin embargo, dada la conveniencia de evitar la duplicación de signos, consideramos recomendable
utilizar solo aquellos signos que correspondan con la modalidad enunciativa predominante en un
determinado enunciado.

Comillas
Se emplean esencialmente para citar y para destacar palabras o frases en un texto.
Uso de comillas
Se emplean comillas en los siguientes casos:
a) Cuando se transcriben citas textuales cualquiera sea su extensión.
b) En el empleo del estilo directo cuando se trata de diálogos cortos y aislados. En estos casos
pueden usarse tanto las comillas como la raya. Ejemplos:

“Me han descubierto”, grité, atemorizado.

-Me han descubierto- grité, atemorizado.

El hombre se puso de pie y dijo: “Esto es una ofensa”, tras lo cual salió dando un
portazo.

El hombre se puso de pie y dijo: -Esto es una ofensa-, tras lo cual salió dando un
portazo.
c) A veces, en los textos narrativos, para reproducir los pensamientos de los personajes,
reservándose, en cambio el uso de la raya para la transcripción de las intervenciones directas
en los diálogos. Ejemplo:

“Esta mujer conoce mi secreto y ha decidido ponerme en ridículo”, pensó. La idea


lo hizo estremecerse, pero, inmediatamente, con esa rapidez para tomar decisiones
que lo había caracterizado siempre, deslizó: -Señora, su esposo aún se halla en
prisión ¿o me equivoco?

d) Para citar títulos de capítulos, artículos incluidos en revistas, libros y periódicos, poemas,
relatos, canciones, cuadros, películas, conferencias, prólogos, charlas, ponencias,
seminarios, secciones de un periódico, exposiciones. Ejemplo:

Borges ha declarado enmás de una oportunidad que “El golem” es su mejor poema.
 En cambio, no deben emplearse comillas en los títulos de los libros científicos y
técnicos, obras literarias, periódicos, revistas, folletos y fascículos.
 Tampoco deben usarse comillas para enmarcar nombres de colegios o entidades,
premios o recompensas, instituciones y empresas oficiales, establecimientos y

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marcas comerciales, agrupaciones políticas, competiciones deportivas, grupos
musicales, nombres de calles, plazas y edificios.
e) Para destacar neologismos, barbarismos, términos o expresiones vulgares y palabras
extranjeras o a las que se les asigna un sentido diferente del habitual, con el objetivo de
señalar que no se trata de un error, sino de una elección estilística intencional que implica,
en muchos casos, valoraciones y connotaciones psicológicas y sociales. En los textos
impresos el empleo de la cursiva sustituye estos usos de las comillas. Ejemplo:

Se trataba de una publicación periódica dedicada a atraer al público a través de la


divulgación de las pequeñas crónicas escandalosas que forman parte de la vida
privada del llamado “gran mundo”. Pero la lengua cambia, muta, se transforma tan
rápidamente como las costumbres, y lo que primero se llamó el “high life” pasó a
designarse años después, en esas mismas páginas, como el “jet set”.
f) Cuando una palabra se utiliza en forma irónica. Ejemplo:

Cuando oye ruidos extraños por la noche, envía a su mujer a averiguar qué sucede.
Ya sabemos que ha sido siempre “muy valiente”.

g) Para destacar una palabra que se intercala en una oración con un valor puramente
metalinguistico o como definición de otra. Ejemplo:

El verbo “abolir” es defectivo.

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Verbos defectivosiii
Los verbos defectivos son verbos que, por diversas razones, tienen una conjugación
incompleta: no se conjugan en todos los tiempos y modos o en todas las personas. (…).
Los defectivos no son verbos irregulares porque en su conjugación no se dan las alteraciones
de raíz o de desinencia que hemos descrito antes, sino la ausencia de algunas formas.
Algunos verbos defectivos:
1. Verbos que tienen solo la forma de la tercera persona. Por su sentido, estos verbos no
pueden predicar de la primera o de la segunda persona: por ejemplo, no se puede decir “Yo
le concierno a mi familia”: atañer, acaecer, concernir, acontecer, ocurrir, urgir.
2. Verbos que indican fenómenos atmosféricos y que también se usan solo en tercera persona
del singular, pero sin sujeto gramatical: llover, nevar, amanecer, atardecer, anochecer,
granizar.
3. verbos que solo se usan en los tiempos en que aparece la vocal “i” de la raíz:
Los manifestantes pedía que se aboliera un decreto del gobernador anterior.
4. Verbos de los que solo se usa el participio. En el diccionario figuran los infinitivos
correspondientes, pero tienen muy poco uso: aguerrido, desvaído, aterido, desolado,
descolorido, despavorido.
5. El verbo “haber” es un verbo auxiliar que se usa para formar los tiempos compuestos y la
voz pasiva. También se usa como verbo principal, con el sentido de “existencia”. En esos
casos es un verbo impersonal que se usa solo en tercera persona del singular (nunca en
plural).
Hubo un incendio en la reserva.
*Hubieron incendios en la reserva.

Los gerundiosiv
Los gerundios aparecen en los predicados acompañando a un verbo conjugado, por eso se
dice que tienen una función adverbial. Sin embargo, también conservan, como los infinitivos y
gerundios, un significado verbal del hecho, acontecimiento o proceso que acompaña a la acción o
proceso del verbo conjugado. Por ejemplo:
Me explicó el asunto dándome todos los detalles. (Me explicó y me dio detalles)
Sus características más notables son que:
 Puede colocarse antes o después del verbo, y antes o después del sujeto:
o Antes del verbo: Dándome todos los detalles, me explicó el asunto.
o Después del verbo: Me explicó el asunto dándome todos los detalles.
o Antes del sujeto: Dándome todos los detalles, Juan me explicó el asunto.
o Después del sujeto: Juan, dándome todos los detalles, me explicó el asunto.
 Expresar duración:
Estuve pensando en ese problema todo el día.
 Expresan simultaneidad con el hecho del verbo conjugado:
Habló mirando hacia otro lado.

Observaciones sobre el uso de los gerundios


 El gerundio solo puede usarse para expresar que el hecho o proceso que menciona es
simultáneo o anterior al del verbo conjugado.

Llegaste caminando. (La acción de caminar es anterior a la de llegar.)

Dio las explicaciones del caso dejando a todos boquiabiertos.


(Simultaneidad, porque se asombraban mientras escuchaban las
explicaciones.)
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*Dio las explicaciones del caso, quedando todos satisfechos. (Aquí el
gerundio está mal usado porque “todos quedaron satisfechos” después de que
“dio las explicaciones.)

 No puede usarse un gerundio como modificador de un sustantivo.

*Me dio un papel especificando los objetos perdidos.


Me dio un papel donde se especificaba los objetos perdidos.

 El sujeto del gerundio debe ser el mismo que el del verbo al que acompaña. Si son
sujetos distintos, la oración está mal construida.

*Entró Pérez al campo de juego, saliendo Ibáñez.


Entró Pérez al campo de juego y salió Ibáñez.
En algunos casos, el gerundio puede tener como sujeto al objeto directo del verbo
principal de la oración.
Ahí veo el reloj, dando las horas como si nada hubiera sucedido.
 Otro uso erróneo del gerundio consiste en utilizarlo para mencionar algo que va a
ocurrir posteriormente:

*Lo estamos llamando en unos días.


Lo llamaremos dentro de unos días.

Observaciones sobre el uso de los pronombres como O.D. y O.Iv


 El pronombre “le” o su plural debe concordar con el sustantivo al que se refiere o
reemplaza. Por ejemplo, en la oración siguiente el pronombre se refiere a “padres”,
que es un sustantivo plural.
o A mis padres no le digas estas cosas. (No es correcto.)
o A mis padres no les digas estas cosas. (“Les” representa “padres”.)

El error se produce más fácilmente si el objeto directo está en singular y el indirecto, en


plural; en ese caso se suele hacer concordar “le/les” con el sustantivo que funciona como objeto
directo y no con el sustantivo al que se refiere el pronombre, que es el objeto indirecto.
Cuando se utilizan frases verbales formadas por los verbos “querer”, “poder” o “tener” más
un infinitivo, el pronombre se adjunta al verbo que está en infinitivo, porque es el que aporta el
significado del evento.
Lo correcto es:
Podés levantarte.
¿Querés comerte otro sándwich?
No pudo saberse nada.
No quiso oírlo.
Tiene que hacerse una ecografía.
Esa carta ya me puse a escribirla.
Necesitaba explicármelo otra vez.

Dequeísmo y queísmovi
Cuando se construyen oraciones compuestas que tienen subordinadas sustantivas se suele
cometer el error de colocar la preposición “de” antes de “que” cuando no corresponde. En efecto,
las subordinadas sustantivas con función de término de complemento o término de modificador
indirecto suelen depender de una preposición. Por ejemplo:
Me conformo con (que vaya alguno, no todos).
El dequeísmo consiste en colocar la preposición “de” cuando la proposición es objeto directo o
sujeto.
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Nunca llegaron a saber que lo habían matado.
Nunca llegaron a saber de que lo habían matado (Incorrecto.)
Me gusta que todos estén a horario.
Me gusta de que todos estén a horario. (Incorrecto.)
Pienso que esta situación no puede continuar.
Pienso de que esta situación no puede continuar.(Incorrecto.)
El queísmo es el error inverso al dequeísmo. Es decir, consiste en suprimir la preposición
cuando la subordinada es término de un complemento o modificador indirecto. En realidad se trata
de un fenómeno de ultracorrección, porque generalmente lo cometen los hablantes que suponen
(erróneamente) que nunca puede colocarse la preposición “de” antes “que.
No tenía idea de que usted estaba aquí.
No tenía idea que usted estaba aquí. (Queísmo)
No sabía que usted estaba aquí.
No sabía de que usted estaba aquí. (Dequeísmo)
Tanto el queísmo como el dequeísmo se producen con mayor facilidad cuando las
subordinadas sustantivas son término de un complemento régimen, porque a menudo los hablantes
vacilan o se confunden con el uso de las preposiciones. Por ejemplo, los verbos “recordar” y
“acordarse de” tienen el mismo significado pero se contruyen con complementos diferentes:
Me acordé de que él no me había dicho nada antes. (Complemento régimen)
Me acordé de su nombre. (Complemento régimen)
Recordé su nombre. (Objeto directo)
Recordé que él no me había dicho nada. (Objeto directo)
Una forma rápida para saber si debe usarse o no la preposición “de” antes de “que” es
reemplazar todo lo que empieza con “que” por “eso” o “ese/a”. Por ejemplo, la oración:
No sabía sabía de que venías
puede ser reformulada como “No sabía eso” Por lo tanto, en este caso no debe colocarse “de” antes
de “que”.

Leísmo, laísmo, loísmovii


Este es el sistema etimológico, el recomendable por la RAE:
Complemento directo: lo, la, los, las
Complemento indirecto: le, les
 Leísmo

Un tipo de leísmo es el que consiste en la utilización de los pronombres le y les por lo y


los.
La RAE acepta el leísmo masculino de persona en singular pero condena el de animal o
cosa. Ejemplos:
A Juan le vi al lado de Ana. A Juan lo vi al lado de Ana.
Al perro le mataron (se dice: al perro lo mataron).
El lápiz le tiré (se dice: el lápiz lo tiré).
Estos leísmos son frecuentes en Madrid y en zonas del centro peninsular. Otro tipo de
leísmo no admitido por la RAE es el de le por la o las. Ejemplo:
A María le llaman por teléfono (se dice: … la llaman).
El leísmo es más frecuente en zonas del País Vasco y otras zonas limítrofes.
En bastantes zonas no leístas es, sin embargo, frecuente el leísmo de le, les por lo, los
referido a usted, ustedes. Ejemplo:
A usted le vi en Madrid.
Es el llamado leísmo de cortesía.
 Laísmo

El laísmo consiste en la utilización de los pronombres la y las de complemento


directo en lugar de los pronombres le y les de complemento indirecto. Este fenómeno es

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frecuente en el centro peninsular y aparece, incluso, entre personas cultas, aunque con
vacilaciones. Sin embargo, la RAE lo considera incorrecto. Ejemplos:
A María la duele la cabeza (se dice: … le duele la cabeza).
A mis hijas las enviaron flores (se dice: …les enviaron flores).
 Loísmo

El loísmo consiste en la utilización de los pronombres lo y los en lugar de le y les.


Este fenómeno es aún más vulgar que los anteriores. Ejemplo:
A Pedro lo dieron una paliza (se dice: … le dieron una paliza).

Errores frecuentes en la construcción de subordinadas adjetivasviii


 Cuando el antecedente es un sustantivo que nombra un lugar, como “asiento”,
“edificio”, “institución”, “casa”, “colegio”, etc., debe usarse el relativo “donde” y no
el relativo “que”.
o Ese es el sitio donde se sienta siempre Juan.
o Ese es el sitio que se sienta siempre Juan. (Incorrecto)
 Cuando el verbo de la subordinada tiene un complemento régimen, es decir,
encabezado por una preposición específica, la proposición subordinada adjetiva
también debe llevar esa proposición antes del pronombre relativo.
o Elija el plan de pagos al que desea adherirse.

o Elija el plan de pagos que desea adherirse. (Incorrecto)

En este caso la proposición subordinada adjetiva debe llevar preposición y artículo ante el
pronombre relativo porque “al que” dentro de la subordinada es complemento régimen del verbo
“adherir”. “Que” equivale a “plan de pagos”, de modo que “desea adherirse” es el verbo y “a un
plan de pagos”, el complemento régimen.
La confusión se produce porque el pronombre relativo, además de ser complemento
régimen, encabeza la subordinada, de modo que debe colocarse antes del verbo y no después, como
serían en otros casos (adherirse a…). Algo parecido ocurre cuando se trata de una oración simple
con modalidad interrogativa, donde el complemento régimen va antes que el verbo.
¿A qué plan de pagos desea adherirse?
 Cuando el pronombre relativo cumple la función de objeto indirecto duplicado
requiere que la preposición “a” aparezca antes del pronombre relativo.
o La mujer que diste tu asiento no te agradeció siquiera. (Incorrecto)
o La mujer (a la que le diste tu asiento) no te agradeció siquiera.

Este caso es similar al anterior; la diferencia es que no se trata de un complemento régimen


sino que el pronombre relativo es un objeto indirecto (duplicado) del verbo “diste”.
Le diste el asiento a la mujer.
A la que le diste el asiento.
Nuevamente el complemento del verbo está colocado antes porque también funciona como
el encabezador de la subordinada adjetiva.
 Cuando la subordinada indica que algo es poseído por el antecedente, es obligatorio
el uso de “cuyo/a, cuyos/as”. No debe usarse la forma “que” + un posesivo.
o Onetti es el autor que su obra más me impactó. (Incorrecto)
o Onetti es el autor uruguayo (cuyas obras más me impactaron).

“Cuyo” indica posesión; no puede ser reemplazado por “que”, porque significa (en este
caso) “de ese autor”:

22
o Onetti es un autor uruguayo. Las obras de ese autor son las que más me
impactaron.

Por la misma razón:


o Llegaron los concurrentes (cuyos datos y formación están en esta carpeta).
o Llegaron los concursantes (que sus datos y formación están en esta carpeta)
(Incorrecto)

“Cuyo” tiene significado de posesión y concuerda en género y número con el sustantivo que
le sigue, al cual determina, pero no con su antecedente. Además, no se usa en el lenguaje oral, salvo
casos muy formales. Es propio de la lengua escrita. Estos errores, cuando aparecen por escrito, son
“contaminaciones” de la oralidad.
 “El cual/la cual, los cuales/ las cuales” no deben encabezar preposiciones
especificativas, pero sí explicativas:
o Perdí los papeles los cuales mi jefe me entregó ayer. (Especificativa)
(Incorrecta)
o Perdí los papeles que mi jefe me entregó ayer.
o María va a encontrarse con sus viejos amigos, lo cual me parece encantador.
(Explicativa)

Errores habituales en la construcción de subordinadas condicionalesix


 Confusión entre la conjunción condicional “si” seguida por el adverbio “no” y la
conjunción adversativa “sino”

Cuando hay una condicional con negación, “si” (la conjunción que la encabeza) y
“no” (el adverbio de negación que está en el predicado) son dos palabras diferentes, por eso
se escriben separadas.
Digamos que sí porque (si no lo decimos) nos van a demorar mucho.
En el lenguaje oral y también en el escrito poco formal, es habitual dejar la
subordinada condicional trunca, incompleta, para evitar una repetición. Si retomamos el
ejemplo anterior, es más común no decir la subordinada completa:
Digamos que sí porque si no (lo decimos) nos van a demorar mucho.
En cambio, la conjunción adversativa “sino” constituye una sola palabra, por lo tanto
se escribe sin separación. No encabeza una subordinada condicional; relaciona
proposiciones coordinadas, y también construcciones que por su sentido se oponen una a la
otra; es un coordinante, no un subordinante.
Por otra parte, para que se pueda usar “sino” o “sino que”, debe haber una negación
en el primer segmento de la oración, al cual “sino” se opone. Además, la relación
adversativa o de contraste que se establece con esta conjunción es tan fuerte que
prácticamente queda anulado ese primer segmento. Por ejemplo, en las oraciones siguientes
se observa la negación en el primer segmento, y también que el segmento que aparece
después de “sino” sirve como anulación de lo que se dijo antes:
El clima es desagradable no por la humedad sino por la presión atmosférica baja.
Construcción Construcción
(No fue una simple exageración), sino que dijo varias mentiras al tribunal.
Prop. Coord. Prop. Coord.
 Confusión en el uso de los tiempos verbales

Cuando lo que se enuncia no es una condición real, sino una suposición, una
hipótesis, una conjetura, una posibilidad. Por esa razón se usa el modo subjuntivo,
porque es el modo de los eventos no reales.
Si tuviera plata compraría un auto nuevo.
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En el lenguaje oral poco cuidado aparece el error de usar los dos verbos en modo
condicional. Es un error bastante generalizado, pero no por ello deja de ser un error.
Si tendría plata compraría un auto. (Incorrecto)
En todos estos casos de condicionales hipotéticas, lo correcto es que el segmento de
la oración que expresa la condición se construya en modo subjuntivo cuando la
proposición principal va en tiempo condicional.
(si+subjuntivo) + tiempo condicional

Artículos, demostrativos y sustantivos con a- (ha-) tónicax

El agua, esta agua, mucha agua


El sustantivo agua es de género femenino, pero tiene la particularidad de comenzar por /a/ tónica (la
vocal tónica de una palabra es aquella en la que recae el acento de intensidad: [água]). Por razones
de fonética histórica, este tipo de palabras seleccionan en singular la forma el del artículo, en lugar
de la forma femenina normal la. Esta regla solo opera cuando el artículo antecede inmediatamente
al sustantivo, de ahí que digamos el agua, el área, el hacha; pero si entre el artículo y el sustantivo
se interpone otra palabra, la regla queda sin efecto, de ahí que digamos la misma agua, la extensa
área, la afilada hacha. Puesto que estas palabras son femeninas, los adjetivos deben concordar
siempre en femenino: el agua clara, el área extensa, el hacha afilada (y no el agua claro, el
área extenso, el hacha afilado).
Por su parte, el indefinido una toma generalmente la forma un cuando antecede inmediatamente a
sustantivos femeninos que comienzan por /a/ tónica: un área, un hacha, un águila (si bien no es
incorrecto, aunque sí poco frecuente, utilizar la forma plena una: una área, una hacha, una águila).
Asimismo, los indefinidos alguna y ninguna pueden adoptar en estos casos las formas apocopadas
(algún alma, ningún alma) o mantener las formas plenas (alguna alma, ninguna alma).
Al tratarse de sustantivos femeninos, con los demostrativos este, ese, aquel o con cualquier otro
adjetivo determinativo, como todo, mucho, poco, otro, etc., deben usarse las formas femeninas
correspondientes: esta hacha, aquella misma arma, toda el agua, mucha hambre, etc. (y no este
hacha, aquel mismo arma, todo el agua, mucho hambre, etc.)

i
García Negroni, María Marta (Coord), “Cap. 1 La ortografía”. En: El arte de escribir bien en español- Manual de
corrección de estilo. Buenos Aires, Santiago Arcos Instrumentos, 2006.
ii
Idem.
iii
Marín, Marta, “Cap. 13. Los verbos irregulares y los defectivos”. En: Una gramática para todos. Buenos Aires, Voz
Activa, 2008.
iv
Marín, Marta, “Cap. 11. Los verbos. La conjugación: modos y tiempos”. En: Una gramática para todos. Buenos
Aires, Voz Activa, 2008.
v
Marín, Marta, “Cap. 18. Los pronombres”. En: Una gramática para todos. Buenos Aires, Voz Activa, 2008.
vi
Marín, Marta, “Cap. 24. Las Proposiciones subordinadas sustantivas”. En: Una gramática para todos. Buenos Aires,
Voz Activa, 2008.
vii
Gómez Torrego, Leonardo, “Cap. 02.4.4 Funciones de los pronombres personales”. En: Gramática didáctica del
español. Madrid, Ediciones SM, 1998.
viii
Marín, Marta, “Cap. 25. Las preposiciones subordinadas adjetivas”. En: Una gramática para todos. Buenos Aires,
Voz Activa, 2008.
ix
Marín, Marta, “Cap. 27. Proposiciones subordinadas adverbiales II”. En: Una gramática para todos. Buenos Aires,
Voz Activa, 2008.
x
Real Academia Española, en http://www.rae.es/consultas/el-agua-esta-agua-mucha-agua consultado el
29/01/72018

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