Nihilismo CC Dost
Nihilismo CC Dost
Nihilismo CC Dost
Joan B. LUnares
(Universidad de Valencia)
* El presente trabajo forma parte del proyecto de investigación HUM2005-04665, financiado por el MinisteriQ
de Educación y Ciencia y los fondos Feder de la Comunidad Europea; también es resultado del proyecto de inves~
tigación UV-AE-20050987 dotado con fondos de la Universidad de Valencia.
1 J. Casals, Afinidades vienesas. Sujeto, lenguaje, arte, Anagrama, BarJ:elona, 2003, p. 212.
2 J. Casals, op. cil., p. 278.
3 Ibidem, p. 279.
4 /dem.
19
20 JOAN B. LLINARES
renacido, «lo que no dejó de ser interpretado por su amigo Parak como un eco de
Grimen y castigo». La referencia es muy pertinente y hasta literal, basta con rele-
er las dos últimas páginas, o incluso los dos últimos párrafos, del «Epílogo» de
la citada novela para poder comprobarlo. Casals ratifica el peso de tal confesión:
«Ciertamente, ahora Ludwig ha llegado al punto más alto de claridad y -con
Dostoievski- se ha asomado al otro lado». s El encuentro con la obra del novelis-
ta ruso dejará su huella en la obra del filósofo y marcará también sus reflexiones
sobre estética: «Tanto por el lado de la inmanencia como por el de la profundidad
simbólica, el arte nos confronta a la ausencia de fundamento. Y eso -lucha, ten-
si6~- es algo que Wittgenstein percibe en el arte a partir del punto de inflexión
marcado por Dostoievski, pero también a partir de una secuencia artística que se
inicia en Beethoven, continúa con Bruckner y tennina en un músico para el que
Dostoiévski fue tan importante como para él mismo: Gustav MahleD>.6 Así las
·cosas, si mediante la lectura que haré del gran novelista ruso conseguimos seguir
la pista del nihilismo y ampliar la infonnación sobre las influencias y líneas de
fuerza que se cruzaban en ese paradigmático momento de la cultura europea que
nos convoca, estas páginas estarán legitimadas y habrán alcanzado su objetivo.
8 O. Benn, El yo moderno y otros ensayos, op. cit., p. 106. El referido texto de Turgenev puede leerse en la
página 213 del vol. lll de la biograUa de Dostoievski de J. Frank que citaremos más adelante.
22 JoAN B. LLJNARES
sibilidad de una nueva generación incipiente, la de los hijos, con una visión com-
pleta del mundo, con una filosofía condensada en algunos puntos extraordina-
riamente significativos, epistemológicos y morales sobre todo. Pues, como resu-
me el agudo profesor británico, en la citada novela los ~:<nihilistas» «rechazan
todo lo que no puede establecerse por los métodos racionales de la ciencia natu-
ral. Sólo la verdad importa; lo que no puede establecerse mediante observación
y experimento es un lastre inútil o molesto -'"basura romántica"- que el hombre
inteligente debe eliminar sin escrúpulos. En esta pila de cosas inútiles e irracio-
nales incluye Basárov todo lo que es impalpable, lo que no se deja reducir a medi-
ciones cuantitativas: literatura y filosofía~ belleza del arte y de la naturaleza, tra-
dición y autoridad, religión e intuición, los supuestos no analizados de conservadores
y liberales, de populistas y socialistas, de terratenientes y siervos. Cree en el
vigor, la fuerza de voluntad, la energía, la utilidad, el trabajo, la crítica implaca-
ble de todo lo que existe. Desea arrancar máscaras, dinamitar todos los princi-
pios reverenciados y las normas. Sólo importan los hechos irrefutables, el cono-
cimiento util».ts «La fe en el pueblo le parece a Basárov tan irracional como el
resto de la "basura romántica" ... El primer deber del hombre es desarrollar sus
propios poderes, ser fuerte y racional, crear una sociedad en que otros hombres
racionales puedan respirar-y vivir y aprender... (Él) es la voz del nuevo, enca-
llecido y franco egoísmo materialista... Todos los principios, declara Basárov,
son reductibles a simples sensaciones ... La nueva cultura habrá de fundarse en
valores científicos auténtiGos-(es-decir, materialistas}:-elsocialismo-no es-ni-más----
ni menos abstracto que cualquiera de los demás "ismos" importados del extran-
jero. En cuanto a la vieja cultura estética y literari8, redesi1Kff<mar8 .tmte kfs rett-
listas, ante los rudos hombres nuevos, capaces de ·ver la brutal verdad a 1a cara.»1 b
Pero el personaje simbólico y poderoso de Basárov está condenado a la des-
trucción, pues, como ya apuntó Turgenev, su figura está sola ante las puertas del
futuro, no la respalda ni acompaña ningún grup<? co..-wpacto iJe -amigos y ihs.d-
pulos~ todavía es un caso aislado, una solitaria excepci6n. ?or io óemá-s~ éi -rdlll-
bién resulta afectado por la pasión amorosa y por el doloroso rechazo de la per-
sona amada, crisis que le rebaja sus orgullosos humos y -su apego a fa vida, y
sucumbe finalmente ante la fuerza ciega de la naturaleza, víctima de una in-
fección, de un desgraciado contagio sin remedios adecuados al realizar una
autopsia. Ante estos embates no le queda sino la resignación estoica frente a lo
inevitable.
¿Qué fue, pues, en sus ejes principales y en ~u ~"ili.~ ü-e -:gc~.:u~}1..&.., -e.'be
concreto nihilismo ruso que apareció simbolizado. e,Q. dir.h.a. f'1.~1J.r.:a lite:caria, ~Q.
que tenía sus raíces en la realidad socio-político-L"Uléunil de la Rusia del si-
glo XIX? ¿De qué elementos se compone?
17 J. Frank, Dostoíevski, Los años milagrosos 1865-1871, lrnducción de Mónica Utrilla, FCE, México, 1997,
p. 23. Lo citaremos como Dostoievski, vol. rv.
18 J. Frank, Dostoievski, La secuela de la liberación, 1860-1865, traducción de Juan José Utrilla, FCE, México,
1993, pp. 56-57. Lo citaremos como Dostoievski, vol. m.
El nihilismo en Crimen y castigo de Dostoievski 25
entonces el profundo diálogo crítico del escritor· con los jóvenes radicales del
momento.
Detengámonos un instante y analicemos la fuente una vez más. En Padres e
hijos un nihilista es, desde la etimología latina del vocablo a la que se hace refe-
rencia en la novela, nihil, una persona que «no reconoce» ni «respeta nada»,
mejor dicho, que «todo lo considera con sentido crítico», «que no acata ningu-
na autoridad, que pone en duda y no acepta ningún principio, por muy respeta-
ble que sea» ,19 Es una especie de niebla tan poderosa y persistente que en ella
no se alcanza a ver nada, como sucede al inicio de la novela. Los miembros de
la generación anterior, la de los padres, cons~deran que así, sin reglas ni prin-
cipios, no puéde avanzarse ni respirar, que esa opción es como «existir en el .
vacío, en un espacio sin aire>> y sin moral.2o Pero los jóvenes como Basárov no
«creen en nada», ni siquiera en la ciencia, ya que para ellos no existe «la cien-
cia en general», sólo existen las ciencias particulares y concretas, como hay dife-
rentes oficios y distintas ocupaciones.21 El rasgo negativo y destructivo de su
nihilismo queda perfectamente subrayado en este importante pasaje:
19 Citamos la traducción de Tatiana Pérez Sacristán de l. Turgenev, Padres e hijos, Alianza, Madrid, 1987, 2.a
ed., p. 23. ·
20 I. Turgenev, op. cit., p. 23 y p. 50.
21 Jbidem, p. 26.
22 Ibídem, p. 50.
23 J. Frank, Dostoievski, vol. III, p. 224.
26 JOAN B. LUNARES
32 F. M. Dostoievski, Obras completas, vol.lll, edición de Augusto Vida!, Vergarn, Barcelona, 1969, «Prólogo»,
p.16.
33 Ibidem,p.17.
34 J. Frank, Dostoievski, vol. IV, p. 64.
30 JOAN B. LLINARES
por les quatre coins de la nappe, de modo que, al menos, quede una tabula rasa
para la acción" ... no requiere raíces de ningún tipo. El socialismo (y particular-
mente en su versión rusa) exige, precisamente, cortar todas las amarras. Usted
sabe que están convencidos de que en una tabula rasa podrán construir al punto
un paraíso. Como bien sabe usted, Fourier creía que con sólo construir un falans-
terio, todo el mundo se cubriría inmediatamente de falansterios; tales fueron sus
palabras. Y nuestro Chernishevski solía decir que con que él pudiera hablar sólo
un cuarto de hora con el pueblo, inmediatamente lo convencería de volverse
socialista.»3s ·
A ojos de Dostoievsld, si los nihilistas habían logrado influir sobre la juven-
.tud rusa no era por ser esos desalmados radicales a quienes la prensa atacaba de
manera tan implacable que los llamaba perversos canallas, sino -y aquí salen a
relucir las simpatías del novelista- por «SU entusiasmo por el bien y su pureza de
corazón». Muchos estudiantes «¡se han ·vuelto nihilistas por pureza, por desin-
terés, en nombre del honor, la verdad y la auténtica utilidad!».36 Son jóvenes con
afán de perfección que están inermes ante tales doctrinas. Esos «inocentes están
convencidos de que el nihilismo les ofrece la mejor oportunidad de mostrar su
actividad cívica y social y su libertad».37 Por tanto, Dostoievski era partidario de
que no se emplease la fuerza de manera indiscriminada y represiva, con férreos
controles administrativos e insoportable censura, sino que se abrieran espacios
para la libre expresión ciudadana y para que fuera posible una educación en otras
convicciones más sanas y responsables que las defendidas por los nihilistas. Pues,
«¿cómo se puede combatir al nihilismo sin libertad de pal~bra? Aun si a ellos, los
nihilistas, se les diera toda libertad de palabra, aun así sería mejor; harían reír a
toda Rusia coqla explicación positiva de sus enseñanzas. Mientras que hoy se les
atribuye la apariencia de esfinges, de enigma, sabiduría, secreto, y esto fascina a
los que no tienen experiencia».38 En conclusión, no basta el secretismo de los su-
marios y la condena por decreto, se requiere un diálogo crítico y público, aunque,
por desgracia, «en los ministerios tal vez no haya uno solo que sepa cómo hablar
a los nihilistas».39 Ante la política de puertas cerradas y silencio obligado muchos
jóvenes llenos de ideales y de buena voluntad acababan en brazos· de los radica-
les revolucionarios, actitud que desde su propia biografía el escritor comprendía
incluso demasiado bien. En conclusión, y como dice Frank, «le era imposible que-
dars~ al margen, mirando, mientras tantos de sus compatriotas estaban siendo
llevados al desatre por los "flautistas de Hamelin" del nihilismo, a cuyo son dan-
zaban los jóvenes con tanto autosacrificio y fervor moral».40 Dostoievski quería
43 F. Dostoievski, Crimen y castido, edición de Isabel Viceñte, Cátedra, Madrid, 2005, 7 .a ed., pp. 483-484.
Citaremos CC, indicando en números romanos la parte y en arábigos el capítulo de la novela a los que pertenecen
los textos citados {en este caso V, 1: V (parte quinta), 1 (capítulo primero)).
44 F. Dostoievski, CC, p. 484 (Y, 1), la cursiva es mía.
El nihilismo en Crimen y castigo de Dostoievski 33
todo aquello que ellos mismos profesan, en ocasiones con bastante buena inten-
ción.»45 De hecho, Andréi «había intentado explicarle [a su antiguo tutor] el sis-
tema de Fourier y la teoría de Darwin», sin éxito en «su labor de proselitismo».46
Como joven que es, le gusta conversar con gente de su edad, con su antigua veci-
na Sonia, por ejemplo; le agrada prestar libros que divulguen sus ideas (como la
Fisiología, de Lewes)47 y contar cómo son «las asociaciones de obreros en
Francia>>.4s Una de sus obsesiones centrales es la fundación y organización de
una comuna, «nueva y especial», que contará con una base más amplia que las
(Ulteriores. Gozará de la correspondiente libertad sexual, sobre todo de las mujeres,
así como de un conjunto de conductas novedosas, por ejemplo, dejar de bautizar
a los futuros hijos, mofarse de los ritos y prejuicios tradicionales e inútiles (como
la castidad y el pudor femeninos, el besamanos a las mujeres, o las misas de
difuntos y. las comidas de exequias, etcétera) y todo ello será asumido por
sus diferentes miembros tras un proceso de formación, fruto de la ilustración
y del progreso, que buscará la emancipación de la mujer y liquidará lo que ca-
rece de utilidad. En la sociedad futura habrá igualdad de sexos, incluso en la
fuerza respectiva, si bien entonces tal igualdad será un logro insignificante, pues
ya no habrá peleas entre ellos.. La comuna constituirá una forma distinta de vivir
en sociedad, una protesta contra los prejuicios existentes, de ahí la necesidad de
las uniones libres frente al matrimonio legítimo y su consecuencia natural, los
.«cuernos», y la obligación de fomentar el progreso y la propaganda protestando
.contra la familia actual, contra los propios padres y su obsoleta forma de vida,
reivindicando incluso la prostitución como enérgica protesta contra la organiza-
ción social que impera en el presente. En la socie~ad futura todos gozarán de
condición libre, el papel de las mujeres emancipaqas «tendrá una significación
distinta, estará definido de manera lógica y ra<;:ional»: lo que ahora es estúpido
se convertirá allí en sensato, lo que aquí resulta artificial resultará allí perfecta-
.mente natural.49 Cualquiera tendrá el derecho de entrar a cualquier hora en la
habitación de cualquier otro miembro de la comuna, sea hombre o mujer. Una
mujer respetará a su marido en la medida en que, afirmando su propia felicidad,
tendrá amantes a la luz del día, con lo cual en el léxico del futuro desaparecerán
Jos vocablos vilipendiosos.so
Este sistema de ideas, como así se le llama,st tiene un fundamento, a saber~
Ja tesis que afirma que «todo depende del ambiente y del medio en que se de-
sarrolla la persona. Todo depende de eso porque el individuo, por sí solo, no es
térnúno «nihilista», que, por el contexto, apunta también con ironía al nihilismo
particular de Raskólnikov, como si éste peiteneciese, con todo derecho y por
méritos propios, a las «nuevas generaciones». Veámoslo: momentos antes de
entregarse, el criminal mantiene una conversación con llyá Petróvich, el fogoso
«teniente Pólvora» de la comisaría de su distrito. Este oficial, consciente de haber
actuado de manera inadecuada durante la primera visita del joven y enterado ya
de que éste había publicado un artículo, le habla ahora con reconocimiento de
su dedicación a la literatura y al estudio:
Usted ha elegido la carrera de la erudición y no le arredran los reveses. Para usted puede
decirse que todos los encantos de la vida nihil est porque es un asceta, un monje, un
ererrúta... Para usted, el libro, la pluma detrás de la oreja, las indagaciones científicas ...
Eso es lo que da vuelo a su espíritu. (...) La verdad es que, hoy día, se han difundido
·mucho los nihilistas. Y se comprende. ¿Quiere usted decirme qué tiempos son estos en
que vivimos? Pero, yo estoy con usted ... Porque usted, naturahnente, no es un nihilis-
ta, ¿verdad? Francamente, ¿eh?, francamente.62
(...)un caso típico de ahora. de esta época nuestra en que el corazón de los hombres está
confundido... , en que la existencia entera se concibe dentro del confort. Aquí se advier-
ten ensoñaciones librescas, aquí está presente un corazón soliviantado por las teorías ...
mató a dos personas para sustentar una teoría... mató y se tiene por un hombre honrado,
desprecia a la gente y anda por el mundo como. un ángel pálido ... Mató usted, Rodión
Románovich. Usted fue quien mató ... Entréguese a la justicia... de modo que su delito
aparezca como una ofuscación, ya qué en conciencia, una ofuscación ha sido... Ya no
tiene fe en nada... Se inventó una teoría y ahora se avergüenza de que no sea válida ni
tan original como usted se creía: El resultado ha sido una vileza. cierto; pero usted no
es un ser vil sin remedio ... El sufrimiento también es una cosa buena. Acéptelo...
Entréguese a la vida sin vacilar, sin vacilaciones ... Usted no cree ya en su propia teoría.7 1
He aquí el largo proceso que ha seguido este nuevo Basárov, imagen desa-
rrollada y perfilada de un radical de los años sesenta que en un plano individual
pone en práctica sus ideas y asiste al desencadenamiento de las consecuencias
que llevan implícitas: el derramamiento de sangre.
Asumirlo, no obstante, es muy difícil: como es sabido, serán sobre todo las
tres conversaciones que sostiene con Sonia las que posibilitarán su confesión de
la autoría del crimen, aunque tan sólo muchos meses después, cumpliendo la
pena en el presidio de Siberia, tras una experiencia traumática de soledad y enfer-
medad, con las imágenes de un sueño esclarecedor, de una pesadilla clarividen-
te,n y, en especial, gracias a la amorosa compañía de Sonia, sólo entonces el
joven estudiante conseguirá réconocer que estaba equivocado y comenzará por
sentir de otra manera y por empezar a vivir de otra manera. Pero eso acontece
en el «Epílogo», al final de la historia narrada, en un apéndice sin detalles ni sin-
gularizada representación: la novela propiamente dicha sólo muestra las com-
plejidades de un caso concreto en el que determinadas ideas llevan a un crimen,
a una horrible maldad, al asesinato de la usurera y al a todas luces injustificable
de la dulce Lizaveta, quien seguramente (y Raskólnikov lo había oído con cla-
ridad) estaba encinta; tres vidas humanas aniquiladas, así pues, para probarse
uno a sí mismo que no es un piojo sino un individuo superior.
La novela también presenta otros personajes con quienes el «héroe» se rela-
ciona y que, por su cercanía a veces, por sus contrastes en otras ocasiones, ayu-
dan a que el lector perciba mejor los rasgos nihilistas de la posición de Raskólni-
kov, en especial en lo que constituye el eje del libro, el doble asesinato y la lenta
clarificación de los motivos de ese acto criminal. Entre estos personajes se hallan
no sólo los ya citados Lebeziátnikov y Luzhin, sino tan1bién, por ejemplo, deter~
mi.hados conocidos y amigos de Razumijin de ideas socialistas con. quienes éste
discute73 y cierto estudiante que conversa con un joven oficial en un local, cuyas
ideas parecen reproducir a la perfección el íntimo sentir, los gérmenes y fer-
mentos dispersos e inconexos que están incubándose por entonces en la mente
de Raskólnikov.74 Además, desde muy pronto -desde el capítulo III de la Prime-
ra Parte (I, 3)- sabemos de la existencia de otro personaje muy particular,
Svidrigáilov, que cada vez cobra más relieve en la novela. Su papel en la estruc-
tura del libro es más importante de lo que se sospecha en una primera lectura,
pues también representa la figura de otra modalidad de nihilismo radical, la de
otro tipo de criminal. Se trata de un asesino inteligente y maduro que tras co-
meter en su vida varios «crímenes perfectos», consigue siempre escapar de la
justicia y disponer de dinero y elevada posición social. Como él enseguida detec-
ta, tiene más puntos en común con el joven Raskólnikov de los que éste sospe-
cha o está dispuesto a admitir. Pero, además, es un cínico egoísta que no cree
en nada en absoluto, que intenta seguir explotando a determinadas mujeres y
que~ rechazado definitivamente por su nueva pasión en· un enfrentamiento a
muerte, acaba suicidándose. Esta terrible figura significa una alternativa per-
manente a la seguida por Raskólnikov al confesar y entregarse a la justicia, a
saber, el suicidio, la liquidación de la voluntad de vivir, la opción que prefiere
definitivamente la nada, pues cualquier posible entretenimiento ya le resulta
una reiteraciQn aburrida, una fatiga insoportable, futuras noches repletas igual-
mente de frío y pesadillas. Creo que con tal personaje Dostoievski ha querido
mostrar esa otra cara, c;asi idéntica, del nihilismo criminal y radicalizado, aun-
que su caso parezca irrelevante desde un punto de vista político o ideológico:
el nihilista sin apertura dialógica y reconocedora hacia las otras personas, el
cínico egoísmo sibarita de quien se ha convertido en una mónada sin aperturas
que concluye aborreciendo la existencia, perdiendo el afán de vivir, una vez agos-
tado hasta el sueño de abrirse a lo otro, de viajar al nuevo mundo, de irse a
América. Sólo le resta la autoaniquilación. La absoluta crisis de valores que
representa determina hasta la médula un tipo de nihilismo que revela aspectos
ocultos en las anteriores versiones de esta siniestra enfermedad.
corrupción. Una muerte a cambio de cien vidas, ¿qué me dices de es aritmética? Además, ¿qué pesa en la balanza
general la vida de esa vieja tísica, estúpida y malvada? Lo que la vida de un piojo, de una cucaracha; ni siquiera
eso, porque la vieja es dañina ... A la naturaleza se la corrige y se 1a orienta. De lo contrario, nos ahogaríamos en
un mar de prejuicios. De lo contrario, no habría habido ningún gran hombre».