03 - Cap. 3 - Degradación de Metales - Parte 1
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Degradación de Metales
3.1 Procesos de corrosión general
Se denomina comúnmente metales a los elementos químicos que se caracterizan por ser bue-
nos conductores del calor y la electricidad que, generalmente, tienen la capacidad de reflejar
la luz (lo que les da su brillo peculiar), que poseen una densidad elevada, que son sólidos a
temperatura ambiente (excepto el mercurio y el galio) y cuyas sales forman iones electropo-
sitivos (cationes) del metal al disolverse en algún líquido. Muchas de estas características se
deben a que una pieza metálica macroscópica está compuesta por
átomos metálicos distribuidos, espacialmente, en forma caracte-
rística y, todos estos átomos, comparten sus electrones de valencia
(electrones más exteriores del átomo) formando el enlace metáli-
co en el cual se dice que los núcleos metálicos con sus electrones
más cercanos están inmersos en un mar de electrones que tienen
libertad de moverse en toda la pieza (Figura 3.1).
Sólo unos pocos metales se encuentran en la naturaleza como tales, los llamados metales
nobles porque no se oxidan: oro, plata, platino.
Esta oxidación de los metales de uso ingenieril, también llamada corrosión o degradación,
puede retrasarse, y tanto que pueden llegar a comportarse como metales nobles para algunos
usos particulares. Para poder retrasar esta oxidación o degradación es necesario conocer las
causas que la producen y los mecanismos actuantes.
Como primera medida hay que tener en cuenta que toda oxidación necesita de la presencia
de una sustancia que haga posible la oxidación. A esa sustancia se la denomina oxidante.
Dijimos que si los átomos metálicos están en su estado oxidado es porque han entregado
alguno de sus electrones externos. Un oxidante entonces es otro átomo o molécula que puede
tomar esos electrones. Se dice entonces que el oxidante se reduce al tomar electrones. Como
los electrones no pueden quedar por ahí sin dueño, entonces es necesario que haya un oxi-
dante que tome esos electrones para que los metales (o cualquier otra sustancia) se oxiden.
Eso significa que si un metal estuviese en el vacío, o sea, en ausencia de toda otra sustancia, no
se oxidaría. Lo cual es, absolutamente, correcto. En nuestro ejemplo de la ecuación anterior
el oxidante es el oxígeno del aire (O2).
Como primera medida podemos dividir a los procesos de corrosión en dos grandes ramas:
corrosión química y corrosión electroquímica.
Degradación de Metales 29
Como se describió anteriormente, el átomo metálico necesitará de un oxidante para poder
oxidarse. El oxidante más abundante y comúnmente encontrado en la naturaleza es el oxíge-
no del aire. Si exponemos una superficie metálica limpia al aire (oxígeno), el metal comenzará
a reaccionar con el oxígeno formando óxidos como vimos en las ecuaciones anteriores.
Los óxidos delgados con espesores inferiores a 100 nm son invisibles al ojo y el aspecto
exterior de la pieza sigue siendo metálico con su brillo y color característico. Estos óxidos
delgados son muy adherentes y no causan, por lo general, ningún problema para el uso
de la pieza metálica. Esto ocurre a temperatura ambiente con la mayoría de los metales
de uso ingenieril en ambientes secos. No se habla de degradación u oxidación en estos
casos, simplemente porque no causa problemas tecnológicos.
Espesor = k . tiempo½
En donde k es una constante que depende del metal, del oxidante y TIEMPO
de la temperatura. Lo que indican la figura 4 y la ley parabólica es
que la velocidad de crecimiento del óxido va disminuyendo a medi- Figura 3.4. Crecimiento parabólico de un óxi-
da que el tiempo pasa. O sea, crece más el óxido en la primera hora do protector sobre un metal.
de exposición que en una hora en el segundo día de exposición, por
ejemplo. Esto es porque el óxido que se forma es protector e impide
o retrasa el acceso del oxidante a la superficie metálica imponiendo
una barrera física al pasaje de iones para que siga su crecimiento.
Esto quiere decir que, independientemente de cuál sea el espesor de la película porosa, el
óxido crecerá en la misma magnitud en una hora de exposición al comienzo de la exposición
que, al día siguiente, por ejemplo. La ecuación de crecimiento para los óxidos porosos es:
Espesor = k . tiempo
en donde nuevamente k es una constante que depende, fundamentalmente, del metal, del
oxidante y de la temperatura. Los metales que tienen este tipo de comportamiento son los
alcalinos (litio, sodio, potasio, etc.) y los alcalino térreos (magnesio, calcio, estroncio, etc.)
Degradación de Metales 31
Se puede generalizar diciendo que, si el volumen de los átomos metálicos que se oxidan
(Vmet) es menor que el volumen de la molécula de óxido formada (Vox), entonces el óxido
será protector; de lo contrario el óxido será poroso. O sea:
Vox/Vmet > 1: óxido protector compacto
Vox/Vmet < 1: óxido poroso poco protector
Como el volumen de una sustancia está relacionado con su densidad (δ) y su masa (m),
V = m/δ, Pilling y Bedworth propusieron en 1923 un criterio para predecir la característica de
los óxidos formados a alta temperatura. Definieron un coeficiente que lleva su nombre y que
es función del peso atómico del metal y del peso fórmula del óxido (PAmet y PMox) y de las
densidades del metal y del óxido (δmet y δox)
Coeficiente P&B = (PMox . δmet)/(PAmet/δox)
El óxido de hierro FeO tiene, generalmente, una concentración de defectos muy elevada
y su capacidad protectora a alta temperatura es muy pobre. Por el contrario, para los
óxidos de níquel NiO, de cromo Cr2O3 y de aluminio Al2O3, la concentración de defec-
tos es baja y resultan óxidos más protectores que el FeO.
Entre los métodos de protección contra la corrosión química u oxidación a alta tempera-
tura encontramos:
• aleaciones resistentes
Se forma una aleación con porcentajes elevados de un componente que forme óxidos
más protectores y así se prolonga la vida de la pieza a utilizar;
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3.1.2 Corrosión electroquímica
Se habla de corrosión electroquímica cuando la superficie metálica está en contacto
con un líquido o electrolito. Al igual que en la oxidación química los átomos metálicos
tratarán de ceder electrones a los oxidantes presentes en la solución. En el caso de la oxi-
dación química, los átomos metálicos oxidados junto con los
oxidantes reducidos forman una película sólida. Si el oxidan-
H H te es el oxígeno del aire, la película sólida es un óxido del me-
Na+ H H
O CI - O
tal en cuestión. Dependiendo de cuán compacta o protectora
Na + H H + sea la película sólida, se retrasará más o menos la corrosión
CI- Na
O subsiguiente y hasta puede llegar a detenerse el crecimiento de
+ CI -
H H
esta película después de un tiempo (en realidad la velocidad
H HH +
H + de crecimiento se hace tan pequeña que en la práctica se dice
O
O O=O H que la corrosión se detiene). En la llamada “corrosión electro-
O
++ química” esto también puede pasar aunque de una manera
Me Me
e- un poco diferente. En la corrosión química, el oxígeno que se
reduce es el que forma la molécula de óxido. En la corrosión
electroquímica en solución, el átomo de oxígeno de la molé-
cula de óxido que se forma, no, necesariamente, corresponde
Figura 3.9. Esquema de corrosión electroquí- a la molécula de oxígeno disuelta en la solución que se redujo
mica de un metal en una solución acuosa. La
reacción de oxidación del metal puede tener
para permitir la oxidación metálica. El átomo de oxígeno que
lugar en una zona de la superficie alejado de forma la molécula de óxido puede provenir, por ejemplo, de
donde ocurre la reacción catódica. una molécula de agua adyacente como puede verse esquemá-
ticamente en la figura 3.9.
En esta figura un metal, que llamaremos genéricamente “Me” está en contacto con una
solución acuosa de sal (NaCl). El NaCl es un sólido iónico que al disolverse en el agua se
disocia completamente en aniones cloruros Cl— (un átomo de cloro con un electrón de
más) y en cationes sodio Na+ (un átomo de sodio con un electrón de menos):
_
NaClsól + H2Olíq = Na+líq + Cl líq + H2Olíq reacción química de disolución
Los electrones que pierden el átomo de metal en la figura pueden desplazarse, libremente, en
el cuerpo del metal, por el mar de electrones libres que caracteriza a la unión metálica, y el
oxígeno disuelto que se reduce toma ese electrón en otra parte de la superficie metálica, sim-
plemente, porque le resulta más fácil (porque hay más oxígeno en esa zona, por ejemplo).
_
O2 líq + 4 e +4 H+líq = 2 H2Olíq reacción electroquímica de reducción
ofrece su oxígeno (O=) o su oxhidrilo (OH ) y forma un óxido MeO o un hidróxido [Me(OH)2]
—
Se produce, entonces, una separación física de las reacciones de oxidación (reacciones anó-
dicas) y de reducción (reacciones catódicas). Se dice que en la corrosión electroquímica
puede haber separación de áreas anódicas y catódicas. Eso quiere decir, simplemente, que
en algún lugar de la superficie se produce la oxidación del metal y en otro lugar diferente la
reducción del oxidante correspondiente (el oxígeno disuelto en nuestro caso).
O CI - O
den moverse de un lugar a otro de manera de mantener la elec- Na + H H +
troneutralidad local, impidiendo, de esa manera, que se formen CI- Na
O
campos eléctricos por separación de cargas que impidan que las CI -
+ H H
reacciones de oxidación y reducción sigan ocurriendo en lugares ++
H +
+
H O
separados. Así, los Cl migrarán en la solución hacia la zona en Me O=O H
—
Esto no ocurre en la corrosión química debido a la ausencia de solución, en ese caso al catión
metálico no le queda otra opción que formar una película sólida.
Pero si esto ocurre en solución, entonces no hay formación de película sólida y la corrosión
metálica continuará indefinidamente hasta que el metal se haya disuelto totalmente en la
solución y hayamos perdido por corrosión nuestra pieza metálica.
Esta situación, en general, se da, por ejemplo, cuando uno sumerge un trozo de cinc en una
solución ácida. Las soluciones ácidas tienen una concentración de protones muy elevada (H+).
Esta alta concentración de H+ anda libremente por la solución produciendo desastres entre
muchos metales como el cinc y el hierro. En la corrosión en medio ácido, lo que sucede es
que se suma otra reacción de reducción muy intensa en la solución, además de la reacción de
reducción del O2 disuelto: la reducción del H+ para producir hidrógeno gaseoso:
Degradación de Metales 35
2 H+lí + 2 e— = H2 as reacción catódica
Pero no todos los metales reaccionan de la misma manera y con la misma intensidad.
Cada metal tiene su personalidad a la cual llamaremos Potencial de Electrodo.
1) los metales como el zinc o el magnesio (llamados metales activos) tenderán a oxidarse
y pasar a la solución como iones, quedando el metal con un potencial negativo res-
pecto de la solución:
2) en el caso de metales nobles (oro, platino, etc.) los iones metálicos disueltos en la
solución tenderán reducirse y a depositarse sobre la superficie metálica y quedando el
metal con un potencial positivo respecto de la solución (Figura 3.11):
Este intercambio de cargas hacia uno u otro lado entre el metal y la solu-
ción, desarrolla una diferencia de potencial, la cual se incrementa a medida
que la reacción continúa y esta misma diferencia de potencial irá oponién-
dose al intercambio de nuevas cargas. Se logrará, en un momento dado,
una diferencia de potencial tal que impedirá el pasaje neto de cargas hacia
uno u otro lado de la interfaz, llegándose a una situación de equilibrio.
( Me++) = 1M Me++lí + 2e— reacción electroquímica en equilibrio
sól
Este equilibrio se logra cuando se igualan las energías de los reactivos (Me++líq + 2e )—
Figura 3.11. Metal sumergido y los productos (Mesól). Esta equiparación significa, en términos senci-
en una solución de sus cationes llos, que en “esas condiciones” el metal es igualmente estable como áto-
metálicos.
mo neutro en el sólido, que como catión metálico en solución. Y “esas
Estos valores indican que el oro por tener un potencial normal de electrodo muy elevado es un
metal noble y no se oxidará fácilmente, por el contrario el magnesio, el cinc y el hierro tienen
potenciales mucho más bajos indicando que se oxidarán rápidamente en soluciones acuosas.
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