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Alabarces - Música Popular y Resistencia

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Pablo Alabarces Maria Graciela Rodriguez (compiladores) Resistencias y mediaciones Estudios sobre cultura popular ” PAIDOS Buenos Aires» Barston © México 1, Musica popular y resistencia: los significados del rock y la cumbia! Pablo Alabarces, Daniel Salerno, Malvina Silba y Carolina Spataro 1. Popularidades. Uno de los problemas clave a la hora de cenfrentarse con Ia misica popular es su propia definicién, ‘imposible de alcanzar por fuera de wna teoria cultural comple- jay completa, Como hemos tatado de afirmar en otros hig 1s, slo es posible reponer un significado fuerte de lo popu Tar leyéndolo como la dimensién de lo subaterno en la eonoméa sinbélica, Entonces, nuestro analisis de Ta miisica popular debe ppensarte en ese contesto: en el de una distribucion compleja, Y estratificada de los bienes culurales, donde to popular ‘ocupa posiciones subalternas. Esto parece especialmente cos- 050 hoy dia: hace ya unos cinco afios, Diego Fischerman seiia- Jaba que Mozart y Webern no ganaron las barriadas populares, pero Ricky Maravilla sf ente6 a las fiestas de la burguesia. Si ‘nuestro andliss se deja opacar por la impresién de que hoy lo popular es hegeménico, estamos errande teérica y analitica- ‘mente. Por eso insistimos en hablar de mtsica popular, con lo. {que el adjetivo introduce un clivje necesariamente de clase: aun con todas las dificultades que supone definir lo popular, ‘1 téemino insiste en designar de manera amplia el conjunto de las clases subalternas ¢ instraumentales de una sociedad dada, como decia Gramsci, No podemos, a esta altura de la 1. Una primera verién de exe texto fue una ponencia ante Congreso Popular Museo th Hispanie nd Lusophone Words, Newest, ‘Unversity of Newcastle, lo de 2005, Poseriormente ademis de mies. teu propia dicusion, el testo fue objeto de fos comentarios crteos y ‘mlouciosos de Maria G. Rodiguer, Valeria AiGn yJoné Garriga Zul St ‘que esto os haga responsabes de los eeores que insstamos en comet. ‘corfa, confundir los mecanismos hegeménicos masificadores y despolitizadores de la industria eultural con un milagroso, ‘movimiento de democratizacién cultural que legtime lo que no puede ser legftimo ~porgue las relaciones de dominacion asilo deciden-. En Gltima instancta, lo que queremos seialar es que inele 0 en el interior del mismo campo de la musica de tadicién popular operan elivajes mareados por Ia posicién de clase del analista ~inevitablemente letrado~ de suis piblicos: la misica Popular no es un territorio ajeno alos desnivelesy las desigual- dades que atraviesa cualquier sociedad, De lo que resulta una afirmacién a la ver metodologica y politica: ¢s imposible analizar un fendmeno como el de la Iiisica popular por fuera de una mirada de totalidad, que ‘eponga el mapa de Io cultural ~completo y espeso, con ss, desniveles y sus jerarquias, con sus riquezas y sus precarieda des, com sus zonas legitimas y as deslegitimadas-en tna sacie- dad determinada, Caso contrario, ocuparnos de estas zonas libres de la cultura puede Ilevarnos a a autonomizacion pop. lista, a la celebracion del fragmento aislado, de ese espacio. donde el débil se hace fuerte y celebra su identidad, sa liber. tad, su ereatividad cultural, sin ver las inmumerables ocasiones, ¢en que cl poderoso marca los limites de lo legitimo y lo enune ciable. Reponer Ia continuidad de una eultara, aun conscien- tes de sus diferencias y desigualdades, permite recolocar lo popular la misica popular~en el teritotio complejo yen dis- puta constante de lo simbotico, en relaeidn contrastante y en, lucha permanente por la hegemonia, 2, Resistencias, En este juego, entonces, el concepto de resistencia adquiere una relevancia especial. Como toa una tradicion académica se empeia en sefiaar, el punto de parti

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