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Junta Tuitiva

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EL ACTA DE LA

JUNTA TUITIVA

Antecedentes
La ciudad de La Paz —actual sede de gobierno de Bolivia— era cabecera de
una intendencia y formaba parte del Virreinato del Río de la Plata;
judicialmente, dependía de la Real Audiencia de Charcas, cuyo presidente
ejercía una fuerte influencia en La Paz.2 El 25 de mayo de ese mismo año de
1809 había estallado en Chuquisaca una revolución que había depuesto al
presidente de la Audiencia, reemplazándolo por una junta de gobierno. Los
historiadores están de acuerdo en que la revuelta de Chuquisaca fue un
antecedente para la revolución en La Paz, pero que esta fue más ambiciosa, y
ha llegado a ser calificada como «el primer gobierno independiente local de la
América española.
El 16 de julio de 1809 fue el hito más importante de la primera etapa de una
revolución que hizo temblar las estructuras de la Colonia.
La revolución de julio fue el resultado de una acción decidida y comprometida
de indios, mestizos y criollos. Hombres y mujeres se movilizaron como parte
del pueblo que se impuso al régimen colonial.
En el imaginario, el alzamiento, la victoria, la proclama, la Junta Tuitiva, la
defensa de la revolución, la detención de los revolucionarios y la derrota se
personifican en Pedro Domingo Murillo .

El Grito Libertario plasmado en la proclama pide sacudirse del yugo español


significando esto el llevar a cabo una revolución completa.
La autoría de la Proclama se le atribuye a José Antonio de Medina.
Los Protomartires fueron procesados penalmente por hacer circular esta clase
de proclamas, así Manuel Oza, asesor del cabildo, dijo:
" Habían dado a luz un papel que lo menos malo, si cabe decirse que
contenía, era tratar de usurpadores de estos dominios a nuestros católicos
monarcas de tres siglos a esta parte , o incitar a los insensatos s a sacudir el
yugo que llamaban, reduciéndolos a la independencia ."
Eventos
Aprovechando que toda la atención estaba en la procesión de la patrona
castrense la Virgen del Carmen y por ello se habían licenciado las tropas, los
revolucionarios
encabezados por
Pedro Domingo
Murillo
apoyados por el
Batallón de
Milicias al
mando de su
segundo jefe,
Juan Pedro de
Indaburu,
tomaron el
cuartel de
Veteranos, arrestaron a los oficiales y convocaron al pueblo a la plaza por
medio de campanas y pidieron un cabildo abierto, solicitando que fueran
separados de sus cargos el obispo de La Paz Remigio de la Santa y Ortega y el
gobernador intendente interino Tadeo Dávila. Este intentó sofocar la revuelta
y se dirigió hacia el cuartel, en donde fue arrestado. El cabildo aceptó realizar
esa noche un cabildo abierto admitiendo e incorporando como representantes
del pueblo a Gregorio García Lanza, Juan Bautista Sagárnaga y Juan Basilio
Catácora.

Tras la renuncia del gobernador y del obispo, la deposición de los alcaldes


ordinarios y de los subdelegados partidarios, el cabildo secular de la ciudad
dispuso que Pedro Domingo Murillo asumiera como comandante militar de la
provincia con el grado de coronel, mientras que Juan Pedro de Indaburu quedó
como su segundo, otorgándosele el grado de teniente coronel. Todas las
deudas en favor del fisco fueron abolidas y los documentos que las avalaban
fueron quemados.
El cabildo tomó el nombre de Junta Gobernadora, conformándose en una junta
de gobierno consultiva de doce miembros, denominada Junta Tuitiva de los
derechos del Rey y del Pueblo:

Presidente de la Junta:
 Coronel comandante Pedro Domingo Murillo
Vocales:
 Melchor León de la Barra, cura de Caquiaviri
 José Antonio Medina, cura de Sicasica
 Juan Manuel Mercado, presbítero
 Antonio Ávila
 Gregorio García Lanza, auditor de guerra
 Juan Basilio Catácora
 Juan de la Cruz Monje y Ortega, asesor
Secretarios:
 Sebastián Aparicio
 Juan Manuel Cáceres, escribano
Posteriormente fueron nombrados como vocales suplentes:

 Sebastián Arrieta, tesorero de la Real Hacienda


 Antonio Ávila
 Francisco Diego Palacios
 José María Santos Rubio
 Buenaventura Bueno
Posteriormente se incorporaron los Diputados indígenas de los partidos:
Francisco Figueredo Incacollo y Catan (Francisco Katari Inca Kollo),
representante del partido de Yungas
Gregorio Rojas, representante del partido de Inquisivi
José Zanco, representante del partido de Larecaja o Sorata
Los hechos de la Revolución de julio de 1809 son recordados como un
antecedente de la independencia de Bolivia,6 y Murillo como uno de los
máximos próceres de ese país.
Esculpida en piedra, en forma de un libro abierto por la mitad, queda escrita
la Proclama de la Junta Tuitiva y en su conclusión están los nombres de los
principales líderes revolucionarios: Pedro Domingo Murillo, Basilio
Catacora, Buenaventura Bueno, Melchor Jiménez, Mariano Graneros, Juan
Antonio Figueroa, Apolinar Jaén, Gregorio García Lanza y Juan Bautista
Sagárnaga.

PROCLAMA DE LA JUNTA TUITIVA


El 27 de julio se aprobó el "Plan de Gobierno" de diez artículos que se
considera el primer estatuto constitucional de América Latina. Se enviaron
diputados a cada uno de los seis partidos de la Intendencia de La Paz. Se
formaron cinco ministerios, llamados departamentos: Gobierno, Guerra,
Gracia y Justicia, Hacienda y Culto8.

Proclama de la Junta Tuitiva:

Se trata de un texto, con la retórica y el estilo propio de los juristas de la


Academia Carolina. En esta Academia estudiaron numerosos abogados
paceños que participaron en el levantamiento del 16 de julio de 1809: Basilio
Catacora, Juan Bautista Sagárnaga, Manuel de Oma y Echevarría, Gregorio
Lanza, Tiburcio León de la Barra, Joaquín de la Riva, Felipe de la Riva, Juan
Pórcel; Manuel Ortiz, Federico de Castro, José Aliaga,Bartolomé Andrade,
Gabino Estrada, Baltasar Alquiza, Crispín Santos Diez de Medina y Gerónimo
Calderón de la Barca. Todos ellos estudiaron en Chuquisaca y precisamente
ahí entraron en contacto con las redes independentistas y estuvieron con varios
de los más importantes revolucionarios sudamericanos.
“Compatriotas = Hasta aquí hemos tolerado una especie de destierro en el
seno mismo de nuestra patria. Hemos visto con indiferencia por más de
tres siglos sometida nuestra primitiva libertad al despotismo y tiranía de
un usurpador injusto que degradándonos de la especie humana nos ha
reputado de salvajes y mirado como a esclavos. Hemos guardado un
silencio bastante parecido a la estupidez que se nos atribuye por el inculto
español, sufriendo con tranquilidad que el mérito de los americanos haya
sido siempre un presagio cierto de su humillación y ruina. Ya es tiempo,
pues, de sacudir yugo tan funesto a nuestra felicidad como favorable al
orgullo nacional del español. Ya es tiempo de organizar un nuevo sistema
de gobierno fundado en los intereses de nuestra patria, altamente
deprimida por la política bastarda de Madrid. Ya es tiempo, en fin, de
levantar el estandarte de la libertad en estas desgraciadas colonias
adquiridas sin el menor título y conservadas con la mayor arrogancia y
tiranía. Valerosos habitantes de La Paz y de todo el imperio del Perú,
relevad nuestros propósitos por la ejecución; aprovechaos de las
circunstancias en que estamos, no miréis con desdén la felicidad de
nuestro suelo, ni perdáis jamás de vista la unión que debe reinar en todos,
para ser en adelante tan felices como desgraciados hasta el presente.”

En la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, a los veinte y siete días del mes de
julio de mil ochocientos nueve

Pedro Domingo Murillo ,

Gregorio García Lanza, Juan Basilio Catacora, Melchon Leon de la Barra,

Jose Antonio de Medida, Buenaventura Bueno , Juan Manuel Mercado,

Manuel Victorio Lanza, Sebastian de Aparicio y Figueroa,

Dr. Juan de la Cruz Monje y Ortega.

El manuscrito original, escrito en Chuquisaca (La Plata) fue enviado a La Paz


para promover la revolución. Hoy se encuentra en el Archivo General de la
Nación Argentina, en Buenos Aires, entre los papeles incautados y enviados a
las autoridades del Virreinato del Río de La Plata, del que dependía la Real
Audiencia de Charcas.
La junta envió un oficio al gobernador de Potosí explicando su accionar:

Si este Pueblo reunido


con todas sus jerarquías
que lo forman pidió a
voces la deposición de
sus autoridades, fue
porque le eran
sospechosas y caminaban
de acuerdo con otros
jefes de este Reino para
realizar sus miras
infames y ambiciosas.

Reacción realista

Mientras tanto el intendente de Potosí, Francisco de Paula Sanz, desconoció a


la Audiencia de Charcas que había emitido un silogismo independentista,
enviado la famosa Proclama a La Paz y apoyado a la Junta Tuitiva de La Paz.
Procedió entonces en Potosí a separar a los oficiales americanos del Batallón
de Cívicos e hizo arrestar a varios simpatizantes de la Audiencia
independentista, entre ellos a los jefes del Batallón de Azogueros. Pidió ayuda
al virrey del Perú José Fernando de Abascal y Sousa. El presidente interino de
la Real Audiencia del Cuzco, brigadier José Manuel de Goyeneche, por
instrucción del virrey Abascal, ofreció al virrey del Río de la Plata Baltasar
Hidalgo de Cisneros sus fuerzas militares para actuar sobre los sublevados de
La Paz y de Chuquisaca. Cisneros aceptó el 21 de septiembre pidiendo que se
coordinara con el general Vicente Nieto quien había sido nombrado presidente
de la Audiencia de Charcas.
Abascal envió al
gobernador de
Huarochiri
coronel Juan
Ramírez Orozco
a tomar el
mando de las
tropas en la
frontera de la
Intendencia de
Puno y la de La
Paz.
Estableciéndose el campamento en el pueblo Zepita, a donde envió una
compañía del Regimiento veterano Real de Lima y milicias de Arequipa,
Cuzco y Puno. La vanguardia al mando del coronel Piérola desalojó a los
revolucionarios del puente sobre el río Desaguadero, límite entre los
virreinatos.

El 20 de septiembre Goyeneche se puso en marcha hacia el Campamento de


Zepita, mientras que el gobernador intendente de Potosí Paula Sanz
movilizaba sus tropas hacia Chuquisaca y Cisneros enviaba un contingente
desde Buenos Aires de casi un millar de soldados al mando del nuevo
presidente de la Audiencia de Charcas general Vicente Nieto y del
subinspector general Bernardo Lecocq.

Las tropas partieron de Buenos Aires el 4 de octubre de 1809, incorporando


algunos soldados en Salta. Participaban soldados veteranos de Dragones, del
Regimiento Fijo de Infantería y del Real Cuerpo de Artillería, una compañía
de marina y tropas milicianas de Patricios, Arribeños, Andaluces, Montañeses
y Artilleros de la Unión.

Enfrentamientos

La Junta Tuitiva organizó la defensa de La Paz y envió a Victoriano Lanza a


Chuquisaca para pedir auxilios mientras intentaba propagar la insurrección en
otras ciudades. El material militar existente en la ciudad solo era de 800
fusiles y 11 piezas de artillería. Goyeneche recibía secretamente bagajes del
subdelegado de Larecaja Francisco Mutari, quien le servía de contacto con sus
partidarios en La Paz. El 25 de septiembre fue abortada una contrarrevolución
realista encabezada por Francisco San Cristóbal, quien fue arrestado. El 30 de
septiembre fue disuelta la Junta Tuitiva, asumiendo Pedro Domingo Murillo el
mando político y militar, disolviéndose también el escuadrón de Húsares. El
12 de octubre fue sofocado un nuevo intento contrarrevolucionario realista.

El 13 de octubre Goyeneche abandonó el campamento de Zepita rumbo a La


Paz, mientras el 15 de octubre Murillo trasladó las tropas y la artillería a
Chacaltaya, excepto una compañía que permaneció custodiando la ciudad. De
esa compañía se apoderó Juan Pedro de Indaburu el 18 de octubre, pasándose
a los realistas, capturando a varios revolucionarios y haciendo ahorcar al día
siguiente a Pedro Rodríguez. Murillo entró con las tropas en la ciudad, siendo
herido Indaburu y ejecutado por Antonio de Castro, mientras las tropas
saqueaban La Paz, retirándose ese mismo día hacia Chacaltaya.

El 25 de octubre Goyeneche atacó con artillería Chacaltaya, por lo que los


revolucionarios huyeron hacia el Partido de las Yungas abandonando la
artillería, 200 fusiles y posibilitando la entrada de Goyeneche en la ciudad ese
mismo día. Desde allí envió al coronel Domingo Tristán con una división de
100 hombres hacia los Yungas, en donde entre octubre y noviembre de 1809
derrotó a Victorio García Lanza en los combates de Irupana y Chicaloma
entrando en La Paz el 11 de noviembre. Luego de este último fueron
ejecutados Lanza y Antonio de Castro poniendo sus cabezas en picas.
Mientras Murillo fue apresado en los primeros días de diciembre en Zongo.
Luego también apresaron a muchos otros revolucionarios.

Represión

Tras dominar la insurrección, Goyeneche ordenó el juzgamiento de los


revolucionarios. El virrey Cisneros le ordenó que «procediese contra los reos
pronta y militarmente aplicándoles todo el rigor de la ley». Mientras que el
general Vicente Nieto pedía «practicar el pronto, ejecutivo y veloz
escarmiento». Diez de los cabecillas fueron ahorcados, otros fueron
degollados y sus cabezas clavadas en picas colocadas en la vía pública y otros
fueron puestos en prisión o desterrados a las islas Malvinas y a las Filipinas, a
todos se les confiscaron los bienes. En total se hicieron 86 procesos hasta
marzo de 1810.11 Los ejecutados el 29 de enero de 1810 fueron: Basilio
Catacora, Buenaventura Bueno, Melchor Jiménez, Mariano Graneros, Juan
Antonio Figueroa, Apolinar Jaén, Gregorio García Lanza, Juan Bautista
Sagárnaga y Pedro Domingo Murillo quien, según una leyenda que fue
difundida en La Paz, antes de su ejecución en la horca pronunció las siguientes
palabras:

Compatriotas, yo muero, pero la tea que dejo encendida nadie la podrá apagar,
¡viva la libertad!

El 7 de marzo de 1810 Goyeneche salió de La Paz para retornar al Cuzco,


dejando a Juan Ramírez Orozco como gobernador intendente, junto con 400
hombres.
UNIDAD EDUCATIVA
BOLIVIA

ESTUDIOS SOCIALES
TEMA:
LA JUNTA TUITIVA

DOCENTE: PROF. ERIKA LARREA


ALUMNO: JARED ALEXIS AGUILAR MONRROY
CURSO: 1ro DE SECUNDARIA
GESTION: 2021

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