UNASUR
UNASUR
UNASUR
personalidad jurídica internacional, integrada por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia,
Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela, cuyo principal objetivo es
construir, de manera participativa y consensuada, un espacio de integración y unión en lo cultural,
social, económico y político entre sus pueblos, otorgando prioridad al diálogo político, las políticas
sociales, la educación, la energía, la infraestructura, el financiamiento y el medio ambiente, entre
otros, con miras a eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión social y la
participación ciudadana, fortalecer la democracia y reducir las asimetrías en el marco del
fortalecimiento de la soberanía e independencia de los Estados.
¿Qué es UNASUR?
La Unión de Naciones Suramericanas – UNASUR- es un mecanismo de
integración creado el 23 de mayo de 2008 en Brasilia, mediante el Tratado
Constitutivo de UNASUR, el cual entró en vigor el 11 de marzo de 2011.
Estructura de UNASUR
UNASUR está conformado por cuatro órganos encargados de tomar
decisiones de acuerdo a su nivel jerárquico.
HISTORIA UNASUR
El evento que abrió el camino definitivo a la constitución de la UNASUR fue la creación de la
Comunidad Suramericana de Naciones, CSN, durante la tercera Reunión de Presidentes de
América del Sur, el 8 de diciembre de 2004 en Cuzco, Perú. La CSN nació para unir dos
grandes fuerzas regionales: el grupo de naciones miembros del Mercado Común del Sur,
Mercosur, y el bloque oeste conformado por la Comunidad Andina, CAN.
Durante dos reuniones de la CSN efectuadas en 2005 en Brasilia y Cochabamba, los líderes de
los países miembros establecieron el plan estratégico y líneas de acción para la concreción de
una agenda común de oportunidades y desafíos.
No obstante, fue la primera Cumbre Energética Suramericana que tuvo lugar en abril de 2007
en la Isla de Margarita, Venezuela, el encuentro que fijó prioridades y la CSN cambió su
nombre por la UNASUR.
En 2008 y luego de sucesivos acercamientos iniciados con la primera Reunión de Presidentes
de América del Sur en el año 2000, se efectuó en Brasil la Reunión Extraordinaria del Consejo
de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno que aprobó el Tratado Constitutivo de la Unión de
Naciones Suramericanas, UNASUR, designando como sede permanente de la Secretaría
General a Quito, capital del Ecuador, y del Parlamento a Cochabamba, Bolivia.
Una vez aprobado el Tratado Constitutivo el 23 de mayo de 2008, la UNASUR efectúa una
reunión anual de Jefes de Estado, un encuentro semestral para Ministros de Relaciones
Exteriores y una Presidencia con rotación anual para la organización. La primera Presidencia
Pro Tempore fue asumida por Michelle Bachelet, presidenta de Chile.
Ese mismo año, se constituyeron los primeros Consejos para atender temas específicos: el
Consejo de Defensa Suramericano y el Consejo de Salud Suramericano.
En 2009, la Presidencia Pro Tempore pasa a la nación ecuatoriana con Rafael Correa y se
conformaron los Consejos Suramericanos de Lucha contra el Narcotráfico, de Infraestructura y
Planeamiento, de Desarrollo Social y de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología e Innovación.
Al año siguiente, Néstor Kirchner fue designado primer Secretario General de la UNASUR para
un periodo de dos años, ampliando el rango de acción política de la Unión. Entretanto, Rafael
Correa entrega la Presidencia Pro Tempore a Bharrat Jagdeo, mandatario de Guyana y se crea
el Consejo Suramericano de Economía y Finanzas.
Ante los atentados contra la democracia en el Ecuador, perpetrados durante el mismo año, y la
muerte de Néstor Kirchner, se aprobó el Protocolo Adicional al Tratado Constitutivo de
UNASUR sobre el Compromiso con la Democracia y las discusiones se centraron en la
elección de un nuevo Secretario General.
Al entrar en vigencia el Tratado Constitutivo en marzo de 2011, se nombraron los Secretarios
Generales para los periodos 2011-2012 y 2012-2013, la Excanciller colombiana, María Emma
Mejía, y el Excanciller venezolano, Alí Rodríguez Araque, respectivamente.
Durante el primer periodo, se aprobó la formación del Centro de Estudios Estratégicos de
Defensa (CEED) y las Naciones Unidas (UN) otorgaron a UNASUR el carácter de miembro
observador. También en 2011, se crea el Consejo Electoral de UNASUR, cuya primera misión
electoral fueron las elecciones presidenciales de Venezuela el 7 de octubre de 2012.
La Unión de Naciones Suramericanas impulsa una serie de proyectos a largo plazo que
integrarán a Suramérica en forma y fondo: la construcción de una carretera interoceánica que
abrirá el paso de Brasil hacia el Océano Pacífico, el establecimiento del libre comercio y en un
futuro, probablemente una moneda única.
La visión de la UNASUR es el desarrollo regional sostenido por la unión de sus partes
soberanas: naciones en paz, prósperas, con sentido de pertenencia y ciudadanía
suramericana.
Este proceso ha sido liderado fundamentalmente por Brasil8 , quien como potencia regional
emergente pretende convertirse, con el apoyo de todos los países suramericanos9 , en un
actor global, aspirando a una denominación como Miembro Permanente del Consejo de
Seguridad y pretendiendo proyectar los intereses de Suramérica en forma autónoma, con una
agenda propia, independiente a la de los Estados Unidos de América y de la Unión Europea.
Por esta razón, en el Acuerdo Constitutivo se resalta, tanto en el Preámbulo (párrafo tercero),
como en sus objetivos específicos (Art. 3, literal i), la necesidad de consolidar una identidad
suramericana, con el fin de alcanzar una ciudadanía suramericana.
La idea de que Brasil ha decidido finalmente asumir su liderazgo regional, es en sí misma una
excelente noticia. Era hora de que el Gobierno y la diplomacia brasileña se hayan convencido
de que para ser un actor global hay que tener una fuerte implantación regional10 . La Entidad
que nos ocupa, a diferencia de su predecesora la Comunidad Sudamericana de Naciones,
posee la naturaleza jurídica de una Organización Internacional, toda vez que se le reconoce en
su Convenio Constitutivo (Art.1) personalidad jurídica internacional. Esto significa que tendrá la
capacidad de convenir Acuerdos Internacionales con otros Sujetos de Derecho Internacional y
contraer derechos y obligaciones, regulados por esa disciplina, independientemente de los
Estados que la conforman. En consecuencia, poseerá una estructura institucional (Arts. 4 a 10),
un presupuesto propio (Art. 16) y los privilegios e inmunidades necesarios para la realización
de sus funciones (Art. 22).
El Artículo 2º del Tratado define el objetivo y, por ende, el alcance de la Organización creada,
en los siguientes términos: “La Unión de Naciones Suramericanas tiene como objetivo
construir, de manera participativa y consensuada, un espacio de integración y unión en lo
cultural, social, económico y político entre sus pueblos, otorgando prioridad al diálogo político,
las políticas sociales, la educación, la energía, la infraestructura, el financiamiento y el medio
ambiente, entre otros, con miras a eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión
social y la participación ciudadana, fortalecer la democracia y reducir las asimetrías en el
marco del fortalecimiento de la soberanía e independencia de los Estados”.
Otro punto importante a destacar, es que la UNASUR no será una Organización supranacional,
toda vez que la normativa que se apruebe dentro de su marco -la que debe ser adoptada por
consenso- (Art. 12, inciso primero) y que se traduce en las Decisiones del Consejo de Jefas y
Jefes de Estado y de Gobierno, las Resoluciones del Consejo de Ministras y Ministros de
Relaciones Exteriores, y las Disposiciones del Consejo de Delegadas y Delegados, sólo serán
obligatorias para los Estados Miembros una vez que hayan sido incorporadas en el
ordenamiento jurídico de cada uno de ellos, de acuerdo a sus respectivos procedimientos
internos (Art. 12, inciso cuarto). Asimismo, el Tratado en estudio no es un Acuerdo de carácter
cerrado, toda vez que se encuentra abierto en forma restringida a la adhesión de los demás
Estados de América Latina y el Caribe (Art. 20), exigiéndose tres condiciones, a saber: que
hayan transcurrido cinco años desde la entrada en vigor del Tratado Constitutivo, que el país
que pretende adherirse sea un Estado Asociado (Art. 19), y que posea ese estatus por cuatro
años. Uno de los principales inconvenientes que dificultan los procesos de integración y que se
presenta en este caso, son la heterogeneidad de los doce países de la región que conforman la
UNASUR.
En este sentido, el liderazgo que ejercerá Brasil como motor de este proceso, debe considerar
no sólo los beneficios que ello representa para ese Estado la unión de los países
suramericanos, como un factor de poder en el ámbito internacional, sino que también asumir
las obligaciones que tal liderazgo implica en el proceso de adaptación de los países miembros a
los nuevos estándares que la integración implica en un mundo globalizado. En este sentido, el
Tratado de la UNASUR siguiendo el esquema europeo de integración solidaria, busca eliminar
progresivamente las asimetrías económicas existentes entre los Países Miembros, de manera
que las economías más débiles o pobres puedan ser relativamente más beneficiadas. Es por
ello que el Acuerdo establece como uno de sus objetivos específicos, “el desarrollo de
mecanismos concretos y efectivos para la superación de las asimetrías, logrando así una
integración equitativa” (Art.3, literal h).
Asimismo, el Tratado reconociendo dichas asimetrías, establece criterios flexibles en el
desarrollo de las propuestas y en la aplicación de las políticas aprobadas, al permitir que tres o
más Estados Miembros puedan iniciar la ejecución de una propuesta y que cualquier Estado
Miembro pueda eximirse de aplicar total o parcialmente una política aprobada (Art. 13, incisos
cuarto y quinto). En términos más generales, en el Preámbulo del Tratado (penúltimo párrafo)
se expresa que la construcción de la integración “deberá ser flexible y gradual en su
implementación, asegurando que cada Estado adquiera sus compromisos según su realidad”
No podemos dejar de destacar que la UNASUR constituirá una nueva entidad geopolítica en
una parte del mundo en la que existen vastas reservas de recursos naturales, tales como
minerales agua, tierras cultivables y energía11. Esta dotación de recursos naturales -apoyada
por una infraestructura de primer nivel y explotada por recursos humanos bien entrenados-
puede tornarse en una de las más importantes áreas económicas en un mundo globalizado
que consume grandes cantidades de alimentos, materias primas y energía. El caso del petróleo
es bastante ilustrativo.
Las únicas disposiciones del Tratado Constitutivo que aluden a materia de seguridad y defensa
las encontramos dentro de los objetivos específicos de la UNASUR, en los literales q), s) y t) del
Artículo 3, que disponen: “La Unión de Naciones Suramericanas tiene como objetivos
específicos:”
• “q) la coordinación entre los organismos especializados de los Estados Miembros, teniendo
en cuenta las normas internacionales, para fortalecer la lucha contra el terrorismo, la
corrupción, el problema mundial de las drogas, la trata de personas, el tráfico de armas
pequeñas y ligeras, el crimen organizado transnacional y otras amenazas, así como para el
desarme, la no proliferación de armas nucleares y de destrucción masiva, y el desminado;”
BIBLIOGRAFIA