Seminario 3 Tarea
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Fue víctima de violación sexual por parte de su progenitor desde que tuvo 9 años y durante 4 años
aproximadamente. En el 2017, cuando tenía 13 años, quedó embarazada producto de estos abusos continuados,
que fueron mantenidos en secreto debido a las amenazas realizadas por su progenitor. Él le dijo a Camila que, si
alguien se enteraba de lo sucedido, la mataría y acabaría también con la vida de su mamá y su hermano
En la Comunidad de Apurímac.
El caso de Camila es emblemático porque refleja las dificultades de las niñas y adolescentes peruanas víctimas
de violación para acceder al aborto terapéutico, única modalidad de interrupción del embarazo que no está
penada en Perú y que se aplica desde 1924 en caso de que la vida o salud de la gestante esté en riesgo.
Según estudios del Ministerio de Salud de Perú citados por Promsex, las niñas entre 10 y 14 años, como era el
caso de Camila, tienen cuatro veces más riesgo de morir durante el parto que una mujer adulta.
Asimismo, un estudio regional de Planned Parenthood Global señaló que el 24 % de niñas entre 9 y 14 años que
pasaron por un embarazo forzado había tenido complicaciones alrededor del momento del parto, como
hemorragias e infecciones, lo que para esta organización es suficiente argumento para interrumpir la gestación.
El Estado peruano ya ha sido sancionado en dos ocasiones anteriores en otros Comités de la ONU, por haberse
negado a brindar información y acceso al aborto terapéutico a dos niñas que lo solicitaron. Sin embargo, esta
falencia y tortura para las niñas, se sigue repitiendo.
Para ello, demandan que el Estado peruano asuma su responsabilidad de repararla integralmente, cumplir con la
provisión de aborto terapéutico y desarrollar pautas que garanticen la atención integral de las niñas en situación
de embarazo producto de violencia sexual, con un enfoque intercultural y de niñez.
Bibliografía