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Colecta de Semen Felino Con Vagina Artificial

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Los componentes necesarios para fabricar una vagina artificial para gatos son simples

(Sojka y cols., 1970) y disponibles en todo laboratorio. Tal vez ésta sea una de las

mayores ventajas de este método. Estos componentes consisten esencialmente en: a) un

frasco de vidrio o plástico de 100 ml de capacidad, que se llena con agua temperada al

momento de armar la vagina artificial y que sirve para proteger al eyaculado contra el

shock térmico durante la recolección; b) un tubo de vidrio o plástico inerte, de

aproximadamente 0,5 ml en el cual se recolecta el semen, y c) un bulbo de látex de 2,0

ml, similar al que se usa con las pipetas Pasteur. Los componentes de la vagina

artificial para gatos, así como la vagina artificial armada se presentan en la figura 1.

Figura 1. Vagina artificial para gatos.

La figura muestra los componentes

para armar una vagina artificial y una

vagina artificial armada.

El frasco de vidrio o plástico se llena con agua a 39ºC. Esto permite, dependiendo de la

temperatura ambiental, mantener una temperatura de alrededor de 37-39ºC en el tubo


colector de semen. En nuestro laboratorio preferimos el frasco de vidrio al de plástico

porque el de vidrio permite la visualización del eyaculado en el tubo colector. El

armado de la vagina es simple (figura 1). Una vez armada, la apertura de la vagina

artificial se lubrica con un poco de gelatina inerte, no espermicida, para facilitar la

entrada del pene.

Para recolectar semen con una vagina artificial, es necesario primero condicionar los

gatos para que eyaculen en la vagina artificial. El primer paso es acostumbrar a los

gatos al operador y al lugar en donde rutinariamente se efectuará la recolección de

semen. El uso de un collar y traílla (figura 2) facilita el manejo de los gatos y la

exposición controlada de éstos a la gata en celo, lo que previene injurias a los

participantes incluyendo al operador. Las peleas entre el gato y la gata pueden ocurrir

con frecuencia, particularmente cuando el macho es impetuoso y la gata no está en

celo. El proceso puede ser tedioso, pero el resultado final, un gato manejable y

acostumbrado a eyacular en la vagina artificial, lo justifica. Cuando no hay gatas

naturalmente en celo, es posible usar gatas ovariectomizadas y tratadas con estrógenos

(Sojka y cols., 1970), las cuales muestran buenas respuestas de comportamiento sexual,

incluyendo la aceptación de la monta del macho. La exposición repetida del gato a la

gata, controlada con la traílla, condiciona el gato al proceso y pronto éste responde con

montas de la gata y movimientos coitales. Cuando se alcanza este estado de

condicionamiento, se presenta la vagina artificial al gato (figura 3) y es posible,

entonces, obtener la primera eyaculación (figura 4).


Figura 2. Estimulación del macho

preparatorio a la recolección de semen.

Nótense la traílla en el gato macho, el

comportamiento sexual de éste y la

posición coital de la gata en calor.

Figura 3. Presentación de la vagina

artificial al gato. La pierna derecha se

ha elevado para fotografiar la forma de

presentar la vagina al macho.


Figura 4. Posición del macho durante

la eyaculación en la vagina artificial.

Los gatos seleccionados por sus buenas condiciones de salud, carácter y libido son

generalmente más fáciles de condicionar y aprenden antes a eyacular en la vagina

artificial que los gatos noseleccionados, particularmente aquellos que son de

temperamento tímido y sin experiencia sexual previa, o que son muy viejos o

enfermos. Regímenes de monta y recolección de semen con una vagina artificial 2 ó 3

veces por semana parecen ser adecuados para la recolección rutinaria y prolongada de

semen, sin afectar el potencial reproductor del gato (Sojka y cols., 1970). En

condiciones de monta natural no controlada, los gatos copulan repetidamente con la

gata en estro. Para evitar el desgaste prematuro de un macho, los centros comerciales

de crianza de gatos usan una proporción de no más de 10 gatas por cada macho, con

reemplazos frecuentes de estos machos (Humi, 1981).


Posiblemente, el método dé la vagina artificial es el que más se asemeja a la

estimulación peneana y sexual general que un gato recibe de la gata en celo durante la

monta natural (figuras 3 y 4). Por lo mismo, el uso de este método produce eyaculados

que se presumen de calidad superior y representativos del potencial de fertilidad del

gato (cuadro 1). Sin embargo, el método no es práctico para las condiciones

prevalentes en la práctica clínica, ni es aplicable a las especies silvestres porque

requiere de acostumbramiento del macho a eyacular en la vagina artificial en la

presencia del operador. En nuestra experiencia con gatos domésticos, se necesita de un

período de condicionamiento que se puede extender desde un par de semanas, incluso a

meses de manejo y exposición diaria del gato a la hembra en celo, hasta que el gato

eyacule en la vagina artificial. A partir de una población no seleccionada, el porcentaje

de gatos que finalmente eyaculan en la vagina artificial es bajo, generalmente alrededor

de un 30%. Además de estas desventajas, la necesidad de disponer de gatas en celo en

cada ocasión en la que se necesite recolectar semen de un gato dado, es otro factor

limitante para la aplicación de este método a la práctica clínica. Posiblemente la mayor

aplicación del método de la vagina artificial para recolectar semen es en aquellos

centros que se dedican a la crianza y venta de gatos como animales de

experimentación, o para los criadores de gatos de raza. Estos centros poseen un número

adecuado de hembras que presentan ciclos estrales naturales, y el adiestramiento de

machos, seleccionados por sus características genéticas, es entonces justificado para el

uso del semen en la inseminación artificial de varias hembras.

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