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Osteoporosis Proyecto

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UNIVERSIDAD HISPANOAMERICANA

JUSTO SIERRA

MAESTRÍA: SALUD PUBLICA

DOCENTE: KARLA ELIZABETH CARRILLO OLIVARES

ALUMNA: TANAIRY DE LOS ANGELES CAHUICH MAGAÑA

MATRÍCULA: 20401098

ASIGNATURA: INVESTIGACIÓN EN LA SALUD PÚBLICA I

SAN FRANCISCO DE CAMPECHE A 31 DE MARZO DEL 2021


Prevalencia de osteoporosis en embarazos a temprana edad en el
estado de Campeche en el año 2019-2020.

ANTECEDENTES

HISTORIA
El término osteoporosis fue introducido en Francia a comienzos de 1820 como una
descripción del estado patológico del hueso, e hizo una entrada al vocabulario médico inglés
sólo en el siglo XX.
En su sentido moderno la palabra tiene aproximadamente 60 años; debido a Albright (quien
conceptualizo dicha enfermedad por primera vez) y sus colaboradores, ésta comenzó a
capturar la atención de la comunidad médica en los 40, pero hoy en día parece que casi 100
años de su historia anterior estuvieran olvidados.
El estudio de la osteoporosis en poblaciones pasadas ofrece un análisis valioso sobre los
patrones y la prevalencia de la enfermedad tanto en el pasado como en el presente. Los
primeros casos parecen estar ligados al origen de la humanidad en el huerto del edén.
Estudios extensos han sido conducidos con material arqueológico de la Nubia Sudanesa,
Norteamérica y el Ártico norteamericano y un menor número de estudios también han
examinado los esqueletos de poblaciones de Europa.
Los paleopatólogos han discutido varios factores que ellos consideran que influyen en el
mantenimiento de la masa ósea en poblaciones pasadas.
Existe una importante observación del material arqueológico que revela:
Prevalencia de la fractura de cadera osteoporótica.
La pérdida ósea (relacionada con la edad en ambos géneros, y la pérdida más alta en mujeres
se observa en edad joven) no refleja el patrón de osteoporosis que se presenta hoy en día.
Así el cuadro de la pérdida ósea en el registro arqueológico es claramente diferente del patrón
osteoporótico asociado con envejecimiento y menopausia que se da clínicamente hoy en día.
La ausencia en general de fracturas por fragilidad en el registro arqueológico podría indicar
que los factores que comprometen la calidad ósea en la osteoporosis hoy en día no estuvieron
presenten, o de alguna manera se previno, en poblaciones pasadas. (Albright F, 1996).
Aunque la etiología de la enfermedad en las poblaciones pasadas puede no ser determinada en
forma definitiva, la prevalencia y los patrones generales de patología en el pasado pueden
abrir una luz sobre evolución y los aspectos bioculturales de la enfermedad.

DEFINICIÓN
'Osteoporosis' significa, literalmente, hueso poroso. Es una enfermedad muy frecuente que
afecta al hueso, y se caracteriza por una disminución de la masa ósea (de la cantidad de hueso
por unidad de volumen), y una alteración de la arquitectura de los huesos. Esto se traduce en
una mayor fragilidad y adelgazamiento de estos (conocido como osteopenia), y en un aumento
del riesgo de fracturas.
Las principales fracturas afectan sobre todo a vértebras, muñecas y cuello del fémur o cadera.
La osteoporosis es más frecuente en mujeres tras la menopausia.
La osteoporosis se conoce como la enfermedad silenciosa. Esta enfermedad afecta
mayormente a las mujeres y consiste en la pérdida de masa ósea y los huesos se van volviendo
más porosos y frágiles. Con el tiempo, los huesos se van debilitando y hace que la persona que
lo padece tenga más probabilidades de fracturarse. (Henríquez M, 1996)

TIPOS DE OSTEOPOROSIS.
Podríamos dividir los tipos de osteoporosis existentes en dos grandes grupos: osteoporosis
primaria y secundaria. Veamos sus características con detalle:
Osteoporosis primaria
Involutiva o senil (en general, la fractura más frecuente es la vertebral):
 Tipo I o postmenopáusica (mujeres de 51-75 años): las fracturas más características
son las vertebrales y las del segmento distal del antebrazo o muñeca (denominadas fracturas de
Colles).
 Tipo II (mujeres y varones de más de 70 años): las fracturas más características son las
de cuello femoral o cadera, extremidad proximal del húmero u hombro, las de la tibia y la
pelvis.
 Idiopática: característica de personas jóvenes; no se conoce la causa. Afecta por igual a
ambos sexos, y se caracteriza por la aparición brusca de dolor óseo y fracturas ante mínimos
traumatismos. (Carrasco, J., 2001)
Osteoporosis secundaria
 Favorecida por factores alimentarios (dieta baja en calcio o problemas en la absorción
de este).
 Enfermedades endocrinológicas (diabetes mellitus, hiperparatiroidismo o
hipertiroidismo).
 Enfermedades metabólicas (intolerancia a la lactosa).
 Amenorrea o falta de la menstruación (deportistas o anorexia nerviosa).
 Enfermedades genéticas.
 Uso prolongado de determinados fármacos.
 En algunos tumores (mieloma múltiple o metástasis).
 Enfermedades del hígado.
 Alcoholismo.
 Insuficiencia renal crónica o por inmovilización.

FASES DE LA ENFERMEDAD.
En las primeras fases se llama osteopenia. Cuando avanza hasta convertirse en una
osteoporosis hecha y derecha, los huesos se van volviendo cada vez más porosos, frágiles y
vulnerables a las fracturas. Se trata de una enfermedad con posibilidades de ser fatal.

LAS FRACTURAS MÁS FRECUENTES ASOCIADAS A LA OSTEOPOROSIS


AFECTAN A LAS VÉRTEBRAS, LA MUÑECA Y LA CADERA.
- Vértebras: Esta fractura se caracteriza por el aplastamiento de las vértebras, en especial las
de la zona dorsolumbar. Cuando las fracturas son múltiples se produce una desviación de la
columna (cifosis) ocasionando la curvatura anormal de la columna. Como consecuencia, se
reduce la capacidad de la caja torácica y la función respiratoria. Para cuando la osteoporosis
vertebral es detectada por las radiografías, normalmente ya se ha perdido en torno al 25 por
ciento de la masa ósea. La fisura vertebral suele presentarse pasado los 65 años, tras un
mínimo esfuerzo, una tos o estornudo. (Carrasco, J., 2001)
- Muñeca: Afecta a la parte distal del radio (fractura de Colles).
- Cadera: Consiste en la fractura del fémur proximal y es una de las principales causas de
incapacidad en la vejez. Entre el 12 y el 20 por ciento de los enfermos que han sufrido una
fractura de cadera fallecen en menos de un año.

SINTOMATOLOGÍA PROPIAMENTE DICHA (INDICADORES PARA SU


DIAGNÓSTICO)
Estos procesos producen una serie de síntomas. Los más comunes a nivel general son los
siguientes:
1. Deformidades de la columna con dolor. Se suele dar cifosis con gran frecuencia. Esta
modificación de la columna vertebral es la responsable de muchos de los dolores de espalda de
las mujeres menopáusicas.
2. Dolor muscular, derivado de la mala resistencia de los huesos y sus deformidades.
3. Debilidad de los huesos.
4. Dolor en el cuello
5. Pérdida de peso y de talla
6. Posturas incorrectas
A propuesta de la OMS, la osteoporosis se diagnostica en función de la existencia de una
densidad mineral ósea (DMO) baja.

  CAUSAS.
La osteoporosis primaria constituye el tipo más frecuente e incluye los casos en que no se
identifica ninguna enfermedad que la justifique directamente. Se distinguen la osteoporosis
idiopática juvenil y la osteoporosis del adulto joven que afectan a niños y adultos jóvenes de
ambos sexos con función gonadal normal.
La osteoporosis idiopática juvenil es un trastorno raro, que se inicia generalmente entre los 8 y
los 14 años. Se manifiesta por la aparición brusca de dolor óseo y de fracturas con
traumatismos mínimos. Suele remitir espontáneamente en 4 o 5 años.
La forma ideopática del adulto joven es observa en hombres jóvenes y mujeres
premenopáusicas en las que no se identifica ningún factor etiológico. En ocasiones comienza
con el embarazo. Los estrógenos no son eficaces en estos casos y la evolución es variable.
La osteoporosis posmenopáusica tipo I se presenta en mujeres de 45 a 75 años y se caracteriza
por una pérdida acelerada y desproporcionada de hueso trabecular.
Las fracturas de los cuerpos vertebrales y de la porción distal del radio son complicaciones
frecuentes. Incluye disminución de la actividad de la hormona paratiroidea (PTH) para
compensar el aumento de la reabsorción ósea. El tratamiento antirreabsortivo es eficaz para
frenar la pérdida ósea.
En lo referido a la osteoporosis senil tipo II, ésta se detecta en algunas mujeres y varones de
más de 70 años como consecuencia de un déficit de la función de los osteoblastos.
Está muy influida por el sedentarismo, disminución de la absorción intestinal de calcio, menor
insolación y disminución de la eficiencia de la piel en la biotransformación de la vitamina D,
trastornos nutricionales de la vitamina D e hiperparatiroidismo secundario. Afecta tanto al
hueso cortical como al trabecular y se asocia con fracturas del cuello femoral, porción
proximal del húmero y pelvis. El tratamiento antirreabsortivo es menos eficaz en este tipo de
osteoporosis.
Las osteoporosis secundarias son consecuencia o bien una manifestación acompañante de
otras enfermedades o de su tratamiento. Es importante identificarlas para llevar a cabo un
tratamiento etiológico. Estas patologías pueden ser a su vez factores de riesgo para la
osteoporosis posmenopáusica. (Sosa Henríquez, 1997)
Entre las causas de las osteoporosis secundarias se encuentran:
1. Causas Endócrinas
2. Enfermedades gastrointestinales.
3. Trastornos genéticos
4. Trastornos Hematológicos
5. Enfermedades Reumáticas
6. Trasplante de órganos
7. Drogas
A lo largo de la vida, a medida que se destruye el hueso, se va formando hueso nuevo,
manteniendo un equilibrio. Este proceso se denomina remodelado óseo. A partir de la tercera
década, el proceso de remodelado cambia, y la formación de hueso nuevo se hace más lenta,
por lo que se produce de manera natural una disminución de la masa del hueso. Cuando esta
pérdida de masa ósea se hace más severa se produce osteoporosis.
OSTEOPOROSIS Y EMBARAZO

La osteoporosis asociada al embarazo es una patología muy poco frecuente, habiéndose


descrito en la literatura aproximadamente 100 casos (1). Probablemente la prevalencia de la
osteoporosis y embarazo sea mayor de la registrada, debido a que durante el tercer trimestre de
la gestación cerca del 50 por 100 de las pacientes se quejan de dolor lumbosacro, sin que
llegue a hacerse un estudio etiológico correcto de esta afección, y relacionándose en la
mayoría de los casos con factores de tipo mecánico (Vandecandelaere M, 1997).

Durante el embarazo se producen cambios en el metabolismo del calcio, estando aumentada la


demanda de calcio por parte del feto (Khastgir G, 1996), así como el turnover óseo y la
movilización de calcio desde los huesos, hechos confirmados mediante marcadores
bioquímicos y densitométricos (3-5). Estos cambios generalmente se compensan en la gestante
con un aumento de las hormonas calciotropas, como la hormona paratiroidea (HPT), que
incrementa la absorción intestinal de calcio y disminuye su excreción urinaria (Gertner J,
1996), y el péptido relacionado con la HPT (rP-HPT), presente en la placenta y las glándulas
paratiroideas, que regula el movimiento trasplacentario de calcio, permitiendo mantener altas
concentraciones de este en el feto (Kovacs CS, 1995). Por este motivo, cualquier defecto en el
mecanismo regulador del calcio puede conducir a una pérdida de masa ósea, que comienza al
principio de la gestación y se pone de manifiesto en el tercer trimestre o el puerperio en forma
de dolores intensos de columna o cadera o incluso fracturas de las mismas debido a la
asociación de otros factores de riesgo característicos del final del embarazo como el aumento
de peso, la disminución de la actividad de la gestante o los cambios posturales como la
hiperlordosis lumbar condicionada por el desplazamiento del centro de gravedad. Aunque en
algunos casos existe una osteopenia o enfermedad ósea previa al embarazo, en la mayoría de
las ocasiones no se encuentra una etiología de la osteoporosis, y para algunos autores la
gestación podría ser un factor precipitante de una osteoporosis latente (Khastgir G, 1994).

La evolución de la osteoporosis después de la gestación es variable, pudiendo hacerse


permanente, o por el contrario remitiendo parcial o totalmente. Presentamos el caso de una
gestante con osteoporosis invalidante de cadera que remitió parcialmente a los seis meses del
parto.

BALANCE DE CALCIO EN EMBARAZO Y LACTANCIA


Normalmente se ingieren 1000 mg de calcio, se eliminan 850 y se absorben 150, pero hay un
balance cero con el líquido extracelular y el hueso, porque se eliminan entre 150 a 200 mg/día
por vía renal. En el embarazo se absorbe mayor cantidad de calcio, por influencia del mayor
nivel de 1,25 dihidroxivitamina D; un adulto absorbe alrededor de 250 mg de calcio de la dieta
y secreta 100 mg en los jugos digestivos; en cambio, durante el embarazo se absorben hasta
520 mg de calcio y sólo se secretan 50. Sin embargo, la calciuria aumenta durante el embarazo
a 220 mg en promedio y hay un pasaje hacia la placenta de 250 mg/día, independiente de la
ingesta de calcio, que se produce especialmente en el tercer trimestre. Este pasaje contra
gradiente está mediado por el péptido relacionado con la parathormona (PTHrP), que es el
mediador de las hipercalcemias malignas neoplásicas y que, a niveles bajos, participa en la
homeostasis del organismo durante toda la vida, aumentando en el embarazo, en especial a
nivel de la placenta y la mama, para favorecer el pasaje de calcio contra gradiente.
Durante la lactancia, la absorción intestinal vuelve a los rangos normales y la calciuria
disminuye, pero pasan entre 250 y 300 mg/día de calcio a la leche, independiente del consumo
de calcio. Este hecho podría determinar un balance de calcio negativo, de -250 mg, entre el
líquido extracelular y el hueso, que sólo se equilibraría y pasaría a cero si la ingesta de calcio
aumentara a 1.250 mg/día en vez de 1.000 mg/día. El nivel de estrógenos aumenta en el
embarazo y disminuye en la lactancia; por eso, las mujeres con múltiples embarazos tienen
mayor tiempo de estrógenos altos en los embarazos, pero también mayor tiempo de niveles
bajos durante la lactancia. El efecto combinado de estos dos estados antagónicos sobre el
hueso es motivo de controversia; en la literatura se encuentran estudios efectuados con
densitometría ósea (DMO) en los que se describe mejoría, disminución y ausencia de cambios
sobre esta variable, lo que ha producido mucha confusión.
EFECTO DEL EMBARAZO Y LACTANCIA SOBRE EL COMPARTIMIENTO ÓSEO
Es frecuente que las mujeres tengan temor a tener osteoporosis por el hecho de haber tenido
muchos hijos y haberlos amamantado, inquietud que ha sido analizada en varios trabajos. En
un estudio escandinavo, en el que se analizó la influencia de tener hijos y dar lactancia sobre el
riesgo de fractura, se compararon 1.328 mujeres con fractura de cadera versus 3.300 controles,
ajustando por índice de masa corporal; y se encontró una reducción del riesgo de fractura de
cadera en 5% por cada hijo, por lo que concluyeron que la paridad disminuiría discretamente
el riesgo de fractura en las mujeres que no habían usado anticonceptivos. En otro trabajo, de
1970, se observó que el número de embarazos estaba inversamente relacionado con el ancho
de la cavidad medular de los metacarpianos, medida en forma radiológica, como si cada
embarazo estimulara la formación de hueso endóstico y aumentara el grosor de la corteza
ósea; y en otro estudio, de 1967, se encontró que el diámetro externo del fémur era de 31,1
mm en nulíparas y 32 mm en las mujeres que tuvieron hijos, o sea, la corteza era más gruesa
en éstas.( Marina Arriagada, 2006).
La adolescencia es una etapa que se caracteriza por cambios físicos, psicológicos y sociales,
estos crean sentimientos de independencia, rebeldía y autonomía, lo que repercute
generalmente en la alimentación de manera negativa (Cordella, Lizana et al, 2006). El
aumento del gasto de energía, proporcional a la velocidad de crecimiento, es un factor que
pude desarrollar problemas nutricionales, que se complican con modificaciones en los hábitos
alimentarios que se producen en estas edades. La desorganización de los horarios de comidas,
así como la ingesta de alimentos fuera del hogar son factores determinantes para que se inicien
en la pubertad trastornos de la conducta alimentaria. Por otra parte, es frecuente que se den
desacuerdos con los patrones alimentarios del hogar. Muchos adolescentes omiten el desayuno
y las frutas y vegetales dejan de ser una opción en la dieta. La Organización Mundial de la
Salud (2003) recomienda una ingesta de 400gr de frutas y vegetales al día. En el Ecuador el
consumo promedio de estos alimentos no cubre las recomendaciones, los hombres de 9 a 18
años consumen 168 gr y las mujeres consumen 180 gr (Freire et al, 2013). Por otra parte, la
prevalencia de sobrepeso y obesidad a nivel nacional en los adolescentes es del 27 % a la edad
de 12 a 14 años y del 24,5 % de 15 a 19 años (Freire et al, 2013).
Durante la adolescencia la ingesta de calcio es elemental para lograr alcanzar la masa ósea
máxima, como hay aceleración del crecimiento los requerimientos de calcio deben aumentar
(Marugán, Corral, Belinchón, 2008). Todo el calcio requerido para el crecimiento de los
huesos debe provenir de la dieta, el principal problema es que los adolescentes disminuyen el
consume de lácteos, aumentan el consumo de bebidas gaseosas, té, café y en edades más
tardías consumen alcohol, esto puede producir deficiencia de calcio y aumentar el riesgo de
osteoporosis a la edad adulta (Margarida da Silva, 2010).

DEFINICIÓN DEL PROBLEMA

El embarazo es un estado fisiológico en el que hay aumento de las necesidades nutricionales


por los procesos de síntesis y crecimiento celular que se presentan para la formación del feto y
de los cambios fisiológicos que desarrolla la mujer. Si la alimentación no llega a cubrir los
requerimientos nutricionales, se puede ver afectada la salud de la madre como la del bebé
(Herrera-Suárez, Vásquez-Garibay, Romero-Velarde, et al, 2008). En las adolescentes
embarazadas los requerimientos nutricionales son mucho más altos debido a que, no sólo el
feto es el que está en desarrollo, también la mujer está en plena etapa de crecimiento. El
estudio de Bailey et al. (2000), establece que el pico de la tasa de acumulación de calcio se da
durante la adolescencia. Para los 17 años se estima que las mujeres han adquirido el 90% de su
masa ósea, a los 19,8 años el 95% y a los 22,1 años el 99% de su masa ósea; básicamente a los
22 años la mujer ya tiene formada su masa ósea.

La alimentación en el embarazo debe ser completa y variada para así proveer los nutrientes
esenciales como hierro, ácido fólico y zinc y el más importante para el crecimiento, el calcio.
Este mineral debe ser consumido, ya sea en los alimentos o en suplementos, en las cantidades
adecuadas debido a que el embarazo produce cambios en su metabolismo, incrementando su
demanda. El problema es que hay varios factores que afectan la dieta de las adolescentes;
como la independencia, la desorganización de los horarios de comida, el querer estar a la
moda, las dietas extremas para cuidar la imagen corporal, entre otros, que puede hacer que la
alimentación sea insuficiente, incompleta e inadecuada (Marugán de Sanz, Monasterio Corral,
Pavón Belinchón, 2007)
La osteoporosis se suele ver como una enfermedad particular de las personas embarazadas y
las personas desconocen que es importante prevenirla desde temprana edad. Además, existen
varias causas de osteoporosis en jóvenes que muchos la desconocen porque suele ser una
enfermedad asintomática a temprana edad; entre las causas están la malabsorción,
hipertiroidismo, anorexia nerviosa, infección por VIH, déficit de la hormona del crecimiento,
tratamientos con medicamento como los glucocorticoides (Peris Bernal, 2010).
Manifestamos interés por conocer si las gestantes adolescentes tienen una adecuada ingesta de
calcio, por lo que se procedió a investigar sobre los hábitos, conductas, conocimientos acerca
del consumo de este micronutriente, así como la ingesta dietética de este mineral.

JUSTIFICACIÓN
La ingesta de calcio es fundamental para la salud ósea, desde temprana edad se deben cubrir
los requerimientos para así evitar enfermedades en la estructura ósea, como lo es la
Osteoporosis. El requerimiento de calcio varía según la edad, el sexo y dependiendo del estado
fisiológico, por ejemplo, el embarazo. En cada etapa de vida este mineral cumple funciones
importantes en el organismo.
Este estudio plantea identificar los riesgos para desarrollar osteoporosis en adolescentes
embarazadas, por varias razones. Primeramente, la población estudiada es de bajo recursos lo
cual hace que tengan mayor riesgo a desarrollar carencias nutricionales; en los sectores de
menores ingresos la alimentación suele ser deficiente en calidad y cantidad por la falta de
dinero, dificultad de acceso y disponibilidad de alimentos y por la falta de educación. Estudios
han demostrado que los factores económicos son una importante condicionante en la selección
de alimentos en familias de escasos recursos (Araya, 2002).
Se seleccionó a las mujeres con edades que están dentro de lo considerado como adolescente
debido a que es una etapa de crecimiento y de mayor demanda de ingesta de calcio. El
Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias, recomienda para las gestantes
menores de 18 años 1300 mg de calcio al día, y 1 000 mg a las mayores de 18 años. Por medio
de las encuestas se identificó si la población tiene alto o bajo riesgo de desarrollo de
osteoporosis para que así la fundación plantee soluciones para mejorar el estado nutricional de
las mujeres y evitar el desarrollo de la enfermedad.

OBJETIVO GENERAL

Identificar el riesgo para desarrollar osteoporosis en adolescentes embarazadas en el estado de


Campeche y así poder tener una buena prevención
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