Unidad 7 - EL AVAL EN LOS TITULOS DE CREDITO
Unidad 7 - EL AVAL EN LOS TITULOS DE CREDITO
Unidad 7 - EL AVAL EN LOS TITULOS DE CREDITO
TÍTULOS DE CRÉDITO
Por aval (para algunos autores fianza ordinaria) se entiende la obligación escrita que garantiza el pago de la letra
para el caso de que no lo haga efectivo la persona por quien se presta.
Art. 109.- Mediante el aval se garantiza en todo o en parte el pago de la letra de cambio.
Tan importante es esta institución que en caso de que la obligación o la responsabilidad avalada se nulifique
judicialmente, el aval subsiste art. 114 LGTOC
114.- “El avalista queda obligado solidariamente con aquel cuya firma ha garantizado, y su obligación
es válida, aun cuando la obligación garantizada sea nula por cualquier causa.
Conforme la doctrina alemana e italiana (adoptada por la mexicana), se acepta que el aval pueda ser otorgado
por personas ya obligadas en el título y siempre que por virtud del aval, el avalista ya obligado aumente las
seguridades de las obligaciones que tiene ya contraídas. Art.110 LGTOC
Art. 110.- “Puede prestar el aval quien no ha intervenido en la letra y cualquiera de los signatarios de
ella”.
El aval puede prestarse por cualesquier persona física o moral que haya intervenido en la letra y por personas
extrañas a la misma.
Cualquiera de los signatarios del título de crédito puede a su vez tener el papel de avalista, lo que tiene
relevancia toda vez que la acción cambiaria caduca en contra de los obligados indirectos por la falta de protesto,
pero si uno de estos obligados indirectos es a su vez avalista de un obligado directo, poco importa la caducidad
que opere en su favor pues su calidad de avalista permanecerá, es decir, no caducará.
Debe obrar en forma escrita, y debe formalizarse sobre la misma letra o por lo menos debe hacerse constar en
dicho título la indicación necesaria que permita conocer la existencia y el alcance del aval (en los casos de
legislaciones que erróneamente admiten el aval por documento separado)
Cuestión interesante es determinar si el aval puede prestarse sobre un documento en blanco, es decir, respecto
de un documento al que le faltan uno o más requisitos esenciales; dado que nuestra legislación permite la
circulación de un documento en tales condiciones, nada impediría que así también se prestara el aval.
La fianza y la obligación solidaria pueden prestarse para el cumplimiento de cualquier obligación civil o
mercantil, fiscal, penal o laboral y se rige por el derecho común y puede ser legal, judicial o voluntaria.
El aval es una garantía mercantil que se rige exclusivamente por el derecho cambiario.
El avalista que cumple su obligación de pago, puede actuar en ejercicio de la acción cambiaria contra su
avalado o bien contra los que resulten obligados frente a éste último.
Al fiador sólo incumbe la acción de repetición en contra de su fiado y en su caso de los coobligados; y el
obligado solidario sólo puede repetir en contra de la(s) persona(s) por quien(es) prestó su compromiso
La fianza es una obligación accesoria que sigue la suerte de lo principal; el fiador puede oponer al
acreedor las mismas excepciones que el fiado y tiene a su favor los derechos de orden y de exclusión, así
como de división en el caso de pluralidad.
El aval es una declaración unilateral de voluntad que genera una obligación abstracta y literal a cargo del
avalista y aún cuando éste queda obligado solidariamente con aquél cuya firma ha garantizado, su
obligación es válida aún cuando la obligación garantizada sea nula por cualquier causa, de lo que se
concluye que su obligación es autónoma art. 114 LGTOC
Art. 114.- “El avalista queda obligado solidariamente con aquel cuya firma ha garantizado, y su
obligación es válida, aun cuando la obligación garantizada sea nula por cualquier causa.”
La fianza es un contrato accesorio que supone un solo vínculo obligatorio del acreedor con dos
deudores: el fiado o deudor principal y el fiador o deudor solidario.
El aval implica dos vínculos jurídicos obligatorios independientes entre sí: entre el acreedor y el avalado
y entre el acreedor y el avalista.
El contrato de fianza puede rescindirse conforme a las normas aplicables del derecho común
El aval no es rescindible.
La fianza puede documentarse separadamente del contrato o acto jurídico que le dio origen.
7.6 Condiciones a las que debe sujetarse el ejercicio de la acción contra el avalista
La acción cambiaria en contra del avalista debe sujetarse a los mismos términos y condiciones que rigen la
acción en contra de su avalado.
Toda acción contra el avalista está sujeta a los términos y condiciones de la acción contra su avalado; el avalista
que paga por el último obligado tiene acción cambiaria en contra de éste último y de todas las demás personas
obligadas frente a dicho avalado; el avalista del aceptante, del girador, del suscriptor o librador, y carece de
acción en contra de los avalistas de los mismos en razón de que por ser obligados directos y primigenios, frente
a ellos no existe obligado indirecto alguno.
Art. 168.- Si de la relación que dio origen a la emisión o trasmisión de la letra se deriva una acción, ésta
subsistirá a pesar de aquéllas, a menos que se pruebe que hubo novación.
Esa acción debe intentarse restituyendo la letra al demandado, y no procede sino después de que la letra
hubiere sido presentada inútilmente para su aceptación o para su pago conforme a los artículos 91 al 94 y
126 al 128. Para acreditar tales hechos, y salvo lo dispuesto en el párrafo que sigue, podrá suplirse el
protesto por cualquier otro medio de prueba.
Si la acción cambiaria se hubiere extinguido por prescripción o caducidad, el tenedor sólo podrá ejercitar
la acción causal en caso de que haya ejecutado los actos necesarios para que el demandado conserve las
acciones que en virtud de la letra pudieran corresponderle.
Art. 169.- Extinguida por caducidad la acción de regreso contra el girador, el tenedor de la letra que carezca
de acción causal contra éste, y de acción cambiaria o causal contra los demás signatarios, puede exigir al
girador la suma de que se haya enriquecido en su daño.
Esta acción prescribe en un año, contado desde el día en que caducó la acción cambiaria.