Pueblos Que Conformaban El Abya Yala
Pueblos Que Conformaban El Abya Yala
Pueblos Que Conformaban El Abya Yala
La región mesoamericana (América Central) y la andina, fueron las más pobladas de todo el
continente; una gran variedad de pueblos construyeron aldeas y también grandes ciudades.
Con esta denominación se conoce a la civilización más antigua de Mesoamérica, cuya influencia
perduró en culturas posteriores e incluso llegó a Sudamérica.
Este pueblo ocupó las tierras bajas próximas al Golfo de México, donde sobreviven restos de sus
principales centros: San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes. Los mismos fueron ocupados y
abandonados sucesivamente entre los años 1200 a.C. y 162 de nuestra era.
Los olmecas basaron su subsistencia en el cultivo del maíz, realizado con el sistema de la roza
(cultivo que se practica talando y quemando el bosque para después sembrar, cuando la tierra se
agota, se abren nuevos claros, abandonando los anteriores hasta que le bosque los cubra
nuevamente), la casa y la pesca. Intercambiaban productos con zonas a veces muy alejadas. Estos
contactos permitieron la difusión de su cultura. Uno de los rasgos característicos de este pueblo
son las grandes cabezas esculpidas en basalto de 1,50 a 3 metros de altura, con un paso cercano a
las dos toneladas, que parecen ser representaciones de jefes o guerreros. Fueron hábiles
ceramistas y escultores.
No se sabe qué pasó con los olmecas. Lo cierto es que, cuando decayó el mundo olmeca, ya
estaban sentadas en Mesoamérica las bases sobre las cuales florecieron culturas muy sofisticadas.
La cultura maya
Esta cultura, profundamente relacionada con la olmeca, tuvo su origen en las selvas tropicales
de Guatemala y México. La civilización maya llegó a su máximo desarrollo entre el 300 y el 700 d.C.
El Imperio azteca
La agricultura fue la base de la economía azteca, y el maíz, la calabaza y el poroto los cultivos más
importantes. El comercio también era una actividad muy extendida.
En la sociedad azteca se distinguían claramente dos grupos sociales: los pilli y los macehuales.
Los pilli o nobles formaban el grupo privilegiado. Eran los sacerdotes, los guerreros y los
funcionarios de gobierno. Poseían la propiedad de la mayoría de las tierras, no pagaban ningún
tipo de tributo y controlaban el Estado. A este grupo pertenecía el emperador o Tlatoani.
Los macehuales o trabajadores comunes constituían la mayor parte de la población y formaban el
grupo de los no privilegiados. Eran los campesinos, los comerciantes y los artesanos de las
ciudades. Debían entregar tributos al Estado en alimentos y trabajo. En esta sociedad también
había esclavos que en su mayoría eran prisioneros de guerra.
El Estado azteca fue teocrático porque el emperador era considerado de origen divino, y los
sacerdotes tenían a su cargo numerosas funciones de gobierno. Eran los responsables de la
preparación de las ceremonias religiosas y de los juegos rituales. Los sacerdotes eran también los
encargados de controlar el cumplimiento de las normas y de hacer justicia. Las leyes del Estado
azteca eran muy severas y los castigos variaban según el delito y el infractor.
El Estado azteca tuvo una importante fuerza militar con la que logró una gran expansión territorial.
La máxima extensión de los dominios se produjo en tiempos de Moctezuma, el emperador azteca
hasta la llegada de los españoles.
Como todos los pueblos de la región mesoamericana, los aztecas construyeron enormes templos
piramidales donde celebraban complicados rituales en homenaje a sus dioses. Los dioses
principales eran representaciones de las fuerzas de la naturaleza. Algunos de sus dioses más
importantes fueron Quetzalcóatl (serpiente emplumada) y Huitzilopochtli
Hacia el 6000 a.C. en la sierra peruana comenzaron las primeras experiencias de cultivo y de
domesticación del cuy y la llama, que llevaron a la agricultura y a la ganadería.
La cultura Chavín
Su centro estuvo en Chavín de Huantar, en la sierra norte de Perú. Allí funcionó, en un centro
ceremonial, un oráculo muy importante al que acudía gente de los Andes Centrales, a
consultar problemas que sus sacerdotes, verdaderos especialistas en astronomía, ingeniería y
conocimientos agrícolas, solucionaban. A partir del 400 a.C. este centro pierde importancia.
Entre el 100 y el 800 d.C. floreció en esta zona la cultura Mochica que se dedicaba a la explotación
de los recursos del mar, a una agricultura con regadío y uso del guano como fertilizante, y a la
domesticación de patos, cuyes, llamas y perros. De ellos quedaron construcciones ceremoniales de
tipo piramidal.
En esta zona, entre el 100 y el 800 d.C., se dio la cultura Nasca, caracterizada por una cerámica
policroma de gran belleza. Los nasquenses probablemente fueron guerreros que vivían en pueblos
organizados. Esta sociedad fue agrícola.
Los Incas
Los incas eran pueblos originarios de las sierras y desde allí dominaron, mediante la guerra de
conquista, a los pueblos de las otras zonas.
La agricultura fue la base de la economía del imperio incaico. La producción era muy variada y los
cultivos más importantes eran el maíz y la papa. Los incas aplicaron diferentes técnicas agrícolas
que mejoraron el rendimiento de los cultivos. En la zona árida de la costa usaron el guano –
excremento de aves marinas- como fertilizante de las tierras y construyeron canales de riego. En el
interior, sobre las laderas de las sierras, cultivaban en terrazas. Como todos los bienes pertenecían
al Estado y éste se encargaba de distribuirlo como una relación de reciprocidad, el comercio
prácticamente no existía. Sólo había intercambio local de productos alimenticios e internacional
de materias primas.
La nobleza real incaica estaba formada por el Inca, los sacerdotes, los guerreros y los funcionarios.
Controlaban al Estado y vivían de los tributos que entregaban de los campesinos.
Los curacas, o nobles de provincias, eran los nobles que gobernaban a los campesinos organizados
en comunidades (ayllus). Eran los responsables de recibir los tributos de los ayllus, que luego
entregaban al Estado incaico.
El ayllu era la comunidad de campesinos unidos por vínculos familiares que tenían antepasados en
común y habitaban un mismo territorio. El estado entregaba tierras a cada comunidad para su
subsistencia, pero los campesinos no eran los propietarios, y estas parcelas eran trabajadas
colectivamente por todos los miembros de la comunidad. El ayllu debía entregar fuertes tributos
en productos y en trabajo al Estado y a los curacas.
El último escalón social lo ocupaban los yana, individuos desvinculados de su ayllu por distintas
causas, que servían perpetuamente al señor a quien habían sido cedidos.
El Estado incaico fue teocrático porque el emperador, el Inca, era reconocido como el hijo del Sol,
el dios más importante. Un consejo de nobles y sacerdotes, llamados orejones y pertenecientes
a la familia real, asesoraba al Inca en las tareas de gobierno.
Los incas creían en muchos dioses. El dios Viracocha era considerado creador de la vida, del Sol y
de la Luna. Todos los demás dioses estaban subordinados a él.
El territorio de América del Norte estuvo poblado por numerosas tribus indígenas. Las que
habitaban en la región de la costa atlántica practicaban una agricultura simple, como
los mohicanos y los cherokees. Los pueblos que habitaban en el interior de un territorio (hacia el
oeste), se dedicaban fundamentalmente a la caza del búfalo, como los cheyenes y
los comanches. Los diaguitas, los calchaquíes y los omaguacas que vivieron en el noroeste del
actual territorio argentino fueron pueblos agricultores muy desarrollados que formaron parte del
imperio inca y recibieron su influencia cultural y religiosa. Otros pueblos, que vivieron de una
agricultura simple, de la caza y de la pesca fueron los tupí-guaraníes y los araucanos.
Los guaraníes vivieron en los actuales territorios de Venezuela, Brasil, Paraguay, y el Litoral
argentino. Los araucanos ocuparon el actual territorio chileno, desde el río Choapa hasta Chiloé.
Muchos otros pueblos organizaron sus vidas solamente sobre la base de economías muy
rudimentarias como la caza, la recolección y la pesca. Ejemplo de ello fueron los tehuelches,
los comechingones, los matacos y los mocovíes, que se localizaron en el actual territorio argentino.
Los chibchas
En el sur de América Central y Colombia vivieron los pueblos chibchas. No llegaron a formar una
confederación ni un imperio. Vivían en grupos aislados que estaban organizados en torno de dos
cacicazgos o señoríos principales, de carácter teocrático-militar. Cada cacique
tenía poder absoluto y ejercía un gobierno despótico sobre sus súbditos.
En el noroeste argentino vivieron pueblos andinos que alcanzaron un alto nivel de complejidad
cultural. Entre ellos sobresalieron los diaguitas y los calchaquíes.
Fueron agricultores, además criaron llamas y recolectaron algarroba. Vivían en aldeas de casas de
piedra y tenían pucaraés o fortificaciones, que hablan del carácter belicoso de este pueblo.
Confeccionaban tejidos y cerámica de buena calidad. Tuvieron una metalurgia avanzada, sobre
todo del cobre y del bronce.
Los araucanos
Fueron horticultores. Tuvieron ganadería de llamas. Veneraban a un dios supremo por medio de
oraciones, sacrificios de llamas y realizando rogativas públicas. Tuvieron cestería, tejidos y
cerámica. Trabajaron la piedra y practicaron la metalurgia.
Los guaraníes
Constituyeron una rama de los tupí-guaraníes. Vivieron en Paraguay, sur de Brasil y zonas aledañas
de Bolivia y Mesopotamia argentina. Habitaban casas comunales agrupadas en aldeas a orillas de
los ríos. Fueron horticultores, cazaban, pescaban, recolectaban y criaban animales domésticos.