Informe Pisa
Informe Pisa
Informe Pisa
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Evaluar el rendimiento escolar y establecer relaciones estadísticas con
determinadas variables del contexto escolar y familiar, del funcionamiento de las
escuelas, de las actitudes de los profesores y de las características personales de
los alumnos.
Calidad del aprendizaje, igualdad de resultados y equidad de oportunidades.
Mejorar la eficacia y eficiencia de los procesos educativos.
Evaluar los conocimientos, habilidades, actitudes y comportamientos en los
ámbitos de la lectura, matemáticas y ciencias.
Evaluar la aplicación del conocimiento aprendido.
Sin duda, todos los objetivos son importantes pero quizás sea necesario resaltar, por un
lado, la capacidad de análisis y diagnóstico que confieren los estudios de este tipo a los
dirigentes y expertos en educación de un país y por otro, la invitación en la búsqueda de
soluciones. Nada de ello será efectivo si no se aspira a mejorar los indicadores obtenidos.
El profesor Raventós utiliza una metáfora muy significativa para referirse a esta
circunstancia. Reconoce que las evaluaciones del Informe PISA son como los datos que nos
ofrece una báscula al pesarnos. Será necesario controlar el peso, pero el mero hecho de
pesarnos todos los días, no nos hará disminuir ni un solo gramo nuestros kilos, tampoco
aumentarlos. Habrá que poner algún remedio en nuestra dieta, para mejorar nuestros
resultados finales en la báscula. Y además, habrá que estar siempre atentos para que estos
no sufran irregularidades. Está bien saber en qué lugar se encuentran nuestros estudiantes y
por extensión nuestro sistema educativo, si los sometemos a una evaluación sobre sus
competencias en distintos ámbitos y en relación a otros países, pero para mejorar su
valoración, habrá que interpretar los datos con rigor y buscar soluciones. Así, en nuestro
país, además de iniciarse una reforma se están implementando diversos programas
centrados en el fracaso escolar que tienen por objeto mejorar sus elevadas cifras.
Los resultados de PISA han alarmado a algunos países y han laureado e incluso
estimulado a otros. Por ejemplo, hablando de alarma, nos tenemos que referir al caso de
Alemania que tras los bajos resultados obtenidos en PISA 2000 se generó en el país una gran
preocupación que llevó a los representantes del Ministerio de Educación e Investigación,
solicitar un estudio comparativo con países como Inglaterra, Finlandia, Francia, Suecia o
Canadá, a fin de obtener consecuencias que ayudaran a clarificar sus propios indicadores
educativos y a realizar propuestas que favorecieran sus resultados finales. Otros países como
Dinamarca, también solicitaron una revisión paralela para evidenciar y corregir los fallos de
su política educativa. En esta misma línea, los datos y en general, la mala puntuación
obtenida se convirtió en una llamada de atención para países como Méjico, Luxemburgo,
Grecia, USA o Italia. Es significativo el caso de México por varios motivos, uno de ellos
porque se trata de un país cuyo gasto público destinado a educación respecto al PIB fue,
entre el 2000 y 2003, uno de los más elevados y sin embargo su calificación en resultados de
calidad es bastante pobre. Este elemento no es insignificante; de hecho, nos podemos
encontrar que no todos los países que más gastan o dedican a educación son los mejores
valorados. Ni mucho menos. La distribución que se realiza del gasto, en cada caso, es capital
y en general la gestión del mismo puede llegar a ser determinante.
En este sentido se ha producido una evolución entre los resultados obtenidos en los
primeros Informes y los actuales. En el caso de España, el gasto por alumno como porcentaje
del PIB en el año 2006 fue de 9 décimas por encima del promedio de la OCDE y 2 puntos por
encima de la UE (OCDE, 2009). Es decir, España, según los datos publicados en el Informe
sobre Panorama de la Educación, gasta un 26,5% en instituciones educativas por alumnos en
relación al PIB.
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En la siguiente gráfica podemos comprobar los desniveles que existen entre un mayor
porcentaje del PIB frente a su calificación en el ranking de países. Por mencionar sólo un
ejemplo, fíjense en los dos extremos, es decir, el segundo mayor porcentaje de PIB lo tiene
Noruega (7,7%) (Dinamarca es la 1ª con 8,5%) y sin embargo ocupa el lugar 32. Por otra
parte, Finlandia, que se encuentra en primer lugar tiene un 6,5% de PIB, una cifra tan sólo
lgo superior a la media de la OCDE (5,3%) pero no es la más elevada en el conjunto de todos
los países analizados. Realmente en materia educativa, no se trata de gastar mucho, sino de
gastar bien, gastar razonablemente.
Echando una mirada al gráfico, no podemos perder de vista los países asiáticos (Hong
Kong, Taiwan o Corea, entre otros) e interpretar algunos de sus datos y analizarlos. Son
países que han subido exponencialmente en las clasificaciones, pero los datos referidos al
gasto en educación no superan el 4,6% del PIB. Nos parece interesante valorar los mismos
en base a los estilos y modelos educativos con los que se definen en cada caso.
60
50 3,8
40 7,7 3,6 4,7
30 5,9 4,3
7,4 5,4 8,5 5,9 49
20 4,6 4,6 5,4 6 5,5 6,1 4,8 28 30 32 34 35
10 6,5 4,2 5,2 3,6 4,7 5,4 15 17 18 19 21 22 23 24
3 4 6 89 11 12 13
0 12
áfico: Comparativa entre el % PIB en educación y el lugar quocupa en los resultados del Informe PISA de
2006.
Por otra parte cabe señalar que estos informes PISA también han provocado el efecto
contrario, es decir, han estimulado a los países con buenos resultados. El caso más
paradigmático ha sido Finlandia que fue y sigue siendo un sistema educativo con valores
muy destacados y donde los buenos resultados obtenidos año tras año, le han dado aliento
para seguir preocupándose por la educación e interpelar las claves para seguir mejorando.
Otro caso es el de Corea del Sur. Ciertamente hay que valorar muy positivamente sus logros,
sobre todo, si analizamos la evolución seguida por este país, no sólo en relación a los
resultados actuales sino al cambio sustancial que ha experimentado en materia educativa.
No debemos olvidar que los índices económicos de Corea del Sur en los años sesenta eran
muy similares al nivel actual de Afganistán y sin embargo hoy, ya se encuentra ocupando los
primeros lugares en el ranking de países. Un avance ejemplar que tiene su mayor explicación
en la educación, dada la importancia que a ésta se le concede desde las políticas de su
gobierno.
Y en el caso español, ¿cuáles han sido las consecuencias? Realmente, los comentarios
que se han producido a lo largo de estos años tras las publicaciones de los Informes han sido
bastante diversos, aunque en general han primado las consideraciones negativas, fruto de
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los bajos resultados obtenidos. Deberíamos hablar de resultados mediocres y de escasas
iniciativas para su recuperación. En la mayor parte de los casos y para todas las áreas
analizadas, los indicadores se sitúan por debajo de la media de los países de la OCDE.