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Analisis de La Sentencia C-238-2012

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Sentencia C-238-2012

Magistrado Ponente
GABRIEL EDUARDO MENDOZA MARTELO

Fecha de la sentencia: veintidós (22) de marzo de dos mil doce (2012)

ANTECEDENTES

El ciudadano Juan Carlos Marín Quiceno demandó la expresión “cónyuge”


contenida en los artículos 1040, 1046, 1047 y 1233 del Código Civil.
El demandante estima que la expresión “cónyuge”, contenida en las disposiciones
acusadas contraviene lo dispuesto en los artículos 1, 2, 5, 13, 42 y 85 de la
Constitución Política.
La demanda se ”estima que la privación de los derechos herenciales al compañero
o compañera permanente impide asegurar la vigencia de un orden justo y el
cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares e indica que
el deber de amparar a la familia como institución básica de la sociedad, previsto
en el artículo 5 superior, impone permitir que las personas que conforman una
familia por unión marital de hecho, incluidas las parejas del mismo sexo gocen de
derechos herenciales.”
Señala que el derecho a la igualdad, contemplado en el artículo 13 de la Carta
que, según el artículo 85, es de aplicación inmediata, resulta vulnerado por la
privación de los derechos herenciales a quienes conforman la unión de hecho,
sean de distinto sexo o del mismo sexo, lo que, además, constituye discriminación
por razón del origen familiar.

TEXTOS DEMANDADOS
A continuación se transcriben las disposiciones acusadas y se destacan en
negrillas los apartes demandados.
CODIGO CIVIL:
ARTICULO 1040. PERSONAS EN LA SUCESIÓN INTESTADA. Artículo
subrogado por el artículo 2o. de la Ley 29 de 1982. El nuevo texto es el siguiente:
Son llamados a sucesión intestada: los descendientes; los hijos adoptivos; los
ascendientes; los padres adoptantes; los hermanos; los hijos de éstos; el cónyuge
supérstite; el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
ARTICULO 1046. SEGUNDO ORDEN HEREDITARIO - LOS ASCENDIENTES DE
GRADO MÁS PRÓXIMO. Artículo modificado por el artículo 5o. de la Ley 29 de
1982. El nuevo texto es el siguiente:
Si el difunto no deja posteridad, le sucederán sus ascendientes de grado más
próximo, sus padres adoptantes y su cónyuge. La herencia se repartirá entre ellos
por cabezas.
ARTICULO 1047. TERCER ORDEN HEREDITARIO - HERMANOS Y CONYUGE.
Artículo subrogado por el artículo 6o. de la Ley 29 de 1982. El nuevo texto es el
siguiente:
Si el difunto no deja descendientes ni ascendientes, ni hijos adoptivos, ni padres
adoptantes, le sucederán sus hermanos y su cónyuge. La herencia se divide la
mitad para éste y la otra mitad para aquéllos por partes iguales.
A falta de cónyuge, llevarán la herencia los hermanos, y a falta de éstos aquél.
Los hermanos carnales recibirán doble porción que los que sean simplemente
paternos o maternos.
ARTICULO 1233. CARENCIA DE BIENES POSTERIOR AL FALLECIMIENTO
DEL CONYUGE. El cónyuge sobreviviente que al tiempo de fallecer el otro
cónyuge no tuvo derecho a porción conyugal, no lo adquirirá después por el hecho
de caer en pobreza.

RAZÓN DE LA DECISIÓN

En cuanto a la vocación hereditaria del compañero o compañera supérstite


en uniones de hecho integradas por heterosexuales
La cortes establece que, si como lo ha sostenido la Corte Constitucional el
amor, el respeto, la comprensión y la solidaridad que unen a los cónyuges y a
los compañeros permanentes son, en muchos casos, más fuertes y sólidos
que los existentes entre consanguíneos, es más razonable que, para efectos
sucesorales, sean equiparados los compañeros a los cónyuges que permitir
que, por excluir al compañero permanente, los tíos o los sobrinos del
causante recojan una herencia, pese a la alta probabilidad de que su vínculo
con el causante no sea tan intenso como el que, en condiciones normales, se
establece con la persona con quien se comparte un proyecto de vida.
El compartir un proyecto de vida suele implicar, además, la contribución del
compañero permanente en el mantenimiento y hasta en el acrecentamiento
del patrimonio personal del miembro de la pareja, razón de más que justifica
que en materia sucesoral la protección de la familia comprenda al
compañero o compañera permanente del causante, de la misma manera
como comprende al cónyuge supérstite.

Así pues, para reparar la inconstitucionalidad de la omisión que se ha


verificado la Corte debe proyectar el contenido de la Constitución en lo
tocante a la protección a la familia y de los miembros de la pareja, así como
en lo referente al derecho a la igualdad, sobre la regulación incompleta de la
vocación hereditaria establecida en los artículos 1040, 1046 y 1047 del
Código Civil para que, de este modo, quepa entender que la mención del
cónyuge en esas disposiciones comprende al compañero o compañero
permanente, a quien así se le reconoce vocación hereditaria en la posición
allí mismo señalada.

En cuanto a la vocación hereditaria del compañero o compañera


permanente en uniones de hecho conformadas por personas del mismo
sexo
La corte establece que el matrimonio no es la razón sobre la que descansa la
vocación hereditaria, resulta indispensable determinar si la unión de hecho
entre personas del mismo sexo constituye una familia y si, como tal, es
merecedora de la protección que la Constitución ordena a favor de la familia
y de sus miembros individualmente considerados
Al respecto procede recordar que ya la Corte señaló que los miembros de la
pareja homosexual que conviven en forma permanente forman una familia,
porque el elemento que confiere identidad a la familia no es la
heterosexualidad o la consanguinidad, sino el afecto que da lugar a su
existencia, fundada “en el amor, el respeto y la solidaridad” y en la
conformación de una “unidad de vida o de destino que liga íntegramente a
sus miembros e integrantes más próximos”.
Adicionalmente, la Corte enfatizó que esa familia conformada por personas
del mismo sexo es, como las demás, “institución básica y núcleo fundamental
de la sociedad”, por lo que “merece la protección de la sociedad misma y del
Estado”, de donde fluye que al excluir de la vocación hereditaria al
compañero o compañera permanente del mismo sexo también se genera una
omisión inconstitucional, en la medida en que la protección que, en la
materia analizada, se discierne solamente al cónyuge resulta insuficiente,
dados los más amplios términos en que la Constitución la ha concebido.

No hay, entonces, motivo constitucionalmente atendible que justifique negar


al compañero o compañera del mismo sexo que sobrevive al causante el
derecho a recoger la herencia de la persona con quien conformó una familia,
menos aún si, con el propósito protector que inspira la regulación superior de
la familia, ese derecho ya ha sido reconocido al compañero o compañera
permanente que sobrevive tratándose de la unión de hecho integrada por
heterosexuales, también reconocida como familia y, por este aspecto,
equiparable a la unión de hecho entre personas del mismo sexo.

Son suficientes los anteriores argumentos para concluir que la


inconstitucionalidad de la comisión legislativa parcial debe ser reparada
mediante una proyección de los contenidos de la Constitución sobre los
artículos 1040, 1046 y 1047 del Código Civil que permita entender que la
expresión “cónyuge”, a ellos perteneciente, comprende a la persona del
mismo sexo que haya integrado con el causante una unión de hecho.

En cuanto al El artículo 1233 del Código Civil y el compañero o compañera


supérstite en uniones de hecho conformadas por personas de distinto sexo
o por personas del mismo sexo
Conforme se ha anticipado en estas consideraciones, de la porción conyugal
ya se ha ocupado la Corte en la Sentencia C-283 de 2011 y, tras entenderla
como una figura de índole compensatoria que afecta el patrimonio del
causante mediante una asignación forzosa que le permita al supérstite contar
con un patrimonio adecuado, teniendo como referente el patrimonio del
fallecido, la Corporación juzgó que no existe razón válida para sostener que
esa protección, de carácter patrimonial, no pueda ser reconocida al
compañero o compañera que sobreviva a su pareja del otro sexo, con quien
en vida integró una unión marital de hecho y de idéntica manera, decidió que
el miembro supérstite de la pareja del mismo sexo tiene derecho a que se le
llame como titular de la porción conyugal dentro de la sucesión de su
compañero o compañera, en los términos y condiciones en que la figura está
regulada en los preceptos que, en esa ocasión, fueron objeto de acusación.

Tratándose de las parejas conformadas por personas de distinto sexo la Corte


indicó que no existe sustento constitucional para considerar que a la porción
conyugal solo tiene derecho quien haya sido compañero o compañera del
causante y, en el caso de las parejas del mismo sexo, puntualizó que la
posibilidad de obtener esa porción no puede estar condicionada por la
orientación sexual de quienes deciden vivir en pareja, en la medida en que la
finalidad de esta figura consiste en equilibrar las cargas propias de la decisión
de compartir una vida en común.

Como quiera que el artículo 1233 del Código Civil regula un aspecto referente
a la porción conyugal y alude al cónyuge sobreviviente y al cónyuge que ha
fallecido, es claro que, por las razones anotadas, la inconstitucionalidad
originada en la insuficiencia de la regulación y en la consecuente exclusión
del compañero o compañera, de distinto sexo o del mismo sexo, también
alcanza a este precepto, motivo por el cual se impone entender que en las
menciones en él hechas al “cónyuge” comprenden al compañero o
compañera permanente que sobrevive al causante, sea que la respectiva
unión de hecho haya sido conformada por personas de distinto sexo o por
personas del mismo sexo.
RESUELVE:

Primero.- Declarar EXEQUIBLE, por los cargos analizados en esta sentencia, la


expresión “cónyuge”, contenida en los artículos 1040, 1046 y 1047 del
Código Civil, siempre y cuando se entienda que ella comprende al compañero
o compañera permanente de distinto sexo o del mismo sexo que conformó
con el causante, a quien sobrevive, una unión de hecho.

Segundo.- Declarar EXEQUIBLE, por los cargos analizados en esta sentencia,


la expresión “cónyuge”, contenida en el artículo 1233 del Código Civil,
siempre y cuando se entienda que ella comprende al compañero o
compañera permanente de distinto sexo o del mismo sexo que conformó con
el causante, a quien sobrevive, una unión de hecho.

ACLARACIÓN DE VOTO DEL MAGISTRADO


GABRIEL EDUARDO MENDOZA MARTELO
A LA SENTENCIA C-238/12

El magistrado GABRIEL EDUARDO MENDOZA MARTELO aclara su voto en el


debido a que considera que “el demandante no realizó una integración normativa
que incluyera todas las normas que regulan el régimen sucesoral, por el contrario,
se limitó a formular cargos en relación con normas que solo son parte aislada de la
amplia regulación existente, en desconocimiento de los precedentes de la
corporación sobre la integración normativa, motivo por el cual estimé que la
decisión ha debido ser inhibitoria.”

ACLARACIÓN DE VOTO DEL MAGISTRADO


JORGE IGNACIO PRETELT CHALJUB
A LA SENTENCIA C-238/12

El magistrado aclaro su voto en el sentido de que “se hace necesario reiterar


que la decisión de reconocer o no los derechos que se radican en cabeza de
las parejas que ostentan la condición de cónyuges en el sentido más literal de
la palabra, sean estas de igual o diferente sexo, radica en cabeza del
legislador y por ende, no debería ser labor del juez constitucional, ya que es
el Congreso de la República donde realmente se puede hablar de
representación democrática, por cuanto es este el escenario donde se
sientan a debatir los diferentes representantes de los diversos grupos
sociales que conforman nuestra sociedad, que adicionalmente han sido
elegidos por la ciudadanía en general, para que amplia y prolijamente
debatan temas de tal relevancia como el de los derechos de las parejas del
mismo sexo. Es así como, se ve que esta Corporación no cuenta con la
representación democrática suficiente, puesto que, si bien sus miembros son
elegidos de ternas presentadas por el Senado de la República y son
integradas por el candidato del Presidente de la República, el Consejo de
Estado y la Corte Suprema de Justicia, dicha representación no es
equiparable con la que tiene la sociedad en el Congreso de la República,
argumento que también se predica a la función deliberativa de este último
órgano estatal” podemos ver que la aclaración del voto se da en el sentido de
que el magistrado enfatiza que la corte constitucional no es la entidad
adecuada para tomar este tipo de decisiones, que estas deben ser tomadas
en el Congreso de la republica que es en donde se encuentran los
representantes de la sociedad colombiana y que son ellos los que deben
tomar decisiones de esta índole, ya que tratan temas que son importantes
para una minoría y que estos deben estar representados de una mejor
manera, que si bien ellos son representantes del pueblo colombiano, no
representan a toda la población que quien hace esa representación son los
integrantes del congreso.”

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