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Orientaciones para Familias

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Orientaciones a las familias para

el desarrollo de la autonomía en
hijas e hijos

La emergencia sanitaria nos ha planteado desafíos a la educación,


nuestra respuesta ante ello evidencia que en un entorno propicio,
aprendemos en todo momento y en todo lugar, por lo que confiamos
en que los cambios a los que nos ha expuesto la situación actual son
una oportunidad para plantearnos nuevas formas de entender la
educación y el aprendizaje, con actividades a desarrollar a partir de
lo cotidiano, la experiencia y saberes culturales que fortalezcan las
habilidades y destrezas de nuestras hijas y nuestros hijos y que sean
protagonistas de un futuro mejor para todas y todos.

Una de las cosas que podemos fortalecer en ellas y ellos, es el desarrollo de su autonomía.
Como madres, padres y cuidadores seguramente todos queremos hijas e hijos que actúen y
piensen con autonomía, pero no siempre sabemos cómo ayudarlos a ganar esta autonomía. Se han
preguntado ¿Qué podríamos hacer entonces para fomentarla? ¿Sabían, por ejemplo, que cuando
le preguntamos a nuestra hija o hijo de tres años qué ropa quisiera ponerse o qué le gustaría
comer, estamos fomentando su autonomía? O que cuando le damos la oportunidad de ayudarnos
en la preparación de la comida en la cocina estamos motivando a que dé los pasos para que, tanto
en el presente como en el futuro, pueda desarrollarse con autonomía.

Esta cartilla nos puede ayudar a


conocer mejor sobre el significado de
la autonomía, y cómo podemos apoyar
a desarrollarla desde nuestros hogares o
espacios de convivencia.
Orientaciones a las familias para el desarrollo de la autonomía en hijas e hijos

¿Qué es la autonomía?

Es la facultad que desarrollan las personas, la misma que le permite tomar decisiones y actuar
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según su criterio personal, por ello, su importancia radica en que marca el desarrollo mental y
emocional de las personas.

La autonomía implica el sentimiento de ser libre, ser responsable de sí mismo, y encara el problema
de cómo se comporta la persona ante sí misma y la sociedad.

La autonomía se construye desde el nacimiento y es sostenida por la autoestima. Para que sea
posible su construcción la niña y el niño deben ser reconocidos, escuchados, acogidos y sostenidos
por su familia como un ser humano valioso, diferente y único, con sus propias características y
diversas capacidades.

La autonomía se puede desarrollar en toda persona, sin distinción alguna, sea por género,
discapacidad u otra condición, por lo tanto, para desarrollarla es necesario acompañar y ofrecerles
las oportunidades necesarias, como por ejemplo, practicando actividades y tareas, imitar buenas
acciones y sobre todo, escuchar sus opiniones, sentirse que dentro de la familia o escuela se valora
su esfuerzo, interés y logro de aprendizaje.

Recuerda: Ser autónoma o autónomo significa ser responsable con los


actos que se realizan desde la libertad. Supone también la capacidad
de pensar por uno mismo con sentido crítico, teniendo en cuenta varios
puntos de vista.

¿Por qué es importante desarrollarla en nuestras


hijas e hijos?

La autonomía permite a nuestras hijas e hijos desarrollar capacidades propias, como: la autoestima
y el autocontrol emocional para gestionar y superar dificultades, obstáculos y frustraciones propias
del vivir. Así como también disfrutar de los logros, retos, etc y generar sentimientos de trabajo en
equipo, de apoyo al bien común y el aprendizaje de la autorregulación.

La autonomía en las niñas, niños y adolescentes es uno de los objetivos primordiales en el proceso
de aprendizaje y enseñanza debido a que es la capacidad que tendrán para enfrentarse a las
situaciones cotidianas tales como las tareas y actividades que se adecuen y sean propias de su edad.

Recuerda: La autonomía en la niñez marcará a un adulto/a seguro/a


de sí mismo, con capacidad de decidir y asumir responsabilidades
tanto de sus decisiones acertadas como equivocadas.

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Currículo Nacional de Educación Básica.
Orientaciones a las familias para el desarrollo de la autonomía en hijas e hijos

¿Cómo beneficia la autonomía en el desarrollo del


aprendizaje y el proyecto de vida de nuestras hijas e hijos?

Tener autonomía favorece el desarrollo de un proyecto de vida propio, la fijación de metas, la


capacidad de tomar decisiones y esforzarse en lograr las metas porque son aquellas que decidí.

Así mismo, ayuda a que las niñas, niños y adolescentes se muestren más seguros de sí mismos y
de sus capacidades, a la vez que aprenden a asumir riesgos y a valorar sus posibilidades de éxito.

La autonomía desde la edad temprana ayudará a formar adolescentes y jóvenes seguros de sí


mismos y con un criterio personal en lo que refiere a la toma de decisiones, lo cual ayuda a
conseguir el alcance de las metas propuestas a corto, mediano y largo plazo.

Las niñas y niños que no desarrollan su autonomía tienden a ser dependientes, pudiendo generarles
frustración al no lograr realizar lo que desea o se le solicita, esto repercute de manera negativa en
su proceso de aprendizaje porque son niñas y niños que necesitan mucho de la aprobación de las
y los adultos al no sentirse capaces de hacerlo por sí mismos.

Recuerda: La autonomía le permitirá a nuestras hijas e hijos entablar


relaciones saludables en el marco del respeto mutuo. El desarrollo
de la autonomía nos permite ser adultos independientes, afrontar
diferentes situaciones de forma adaptativa, tener una mayor autoestima
y seguridad.

¿Qué recomendaciones me pueden ayudar a potenciar la


autonomía de mis hijas e hijos?

Debemos empezar por reconocer que cada niña, niño y adolescente es único y tendrá su propio
desarrollo. Por ello es esencial conocer primero cuáles son las capacidades reales de cada uno de
ellos, para poder ayudarle en su justa medida, y no solucionarle la tarea cuando sean capaces de
realizarla solos.

Es muy importante considerar que algunas niñas, niños o adolescentes pueden requerir apoyo para
iniciar con el desarrollo de la autonomía, tengan o no una condición asociada a discapacidad, pero
será preciso que para algunos se requiere otro tipo de apoyo, como por ejemplo, verbales, táctiles,
gestuales o visuales, que les permitan decidir y aprender a ser consecuente con su decisión.

Se debe dar la oportunidad de experimentar, de equivocarse, de fallar o de acertar, siendo


acompañados por su familia, no para enfatizar en el error, sino para dar valor al esfuerzo y a sus
ideas de mejora. Todo eso lleva un tiempo, según la edad y la capacidad de aprendizaje de cada
uno. Es una gran oportunidad para escucharlos, respetar sus decisiones y animarlos, debemos
recordar que las madres, padres y cuidadores somos facilitadores en este proceso.
Orientaciones a las familias para el desarrollo de la autonomía en hijas e hijos

Algunas recomendaciones que las hemos organizado en dos grupos:

De reflexión:

• Seamos honestos con nosotros mismos y preguntarnos ¿Cuánto estoy interfiriendo en la


autonomía de mi hija e hijo? A veces frenamos su aprendizaje al realizar nosotros lo que podrían
hacer ellos.

• Evitemos actitudes sobreprotectoras y recordar que todos los integrantes de la familia, según
sus edades y características, aportan en el bienestar del hogar.

• Recordemos que la prisa nos puede generar frustración, sobre todo al momento de fomentar
la autonomía de las y los más pequeños, ya que, en numerosas ocasiones, no les damos tiempo
para que puedan explorar, descubrir y comprender las actividades o tareas.

• Brindemos tiempo para aprender. Los errores son necesarios para el aprendizaje. Permitamos
que se equivoquen.

• Alentemos a que puedan hacer las cosas por sí mismos. Permitamos que escojan. En el caso de
niñas, niños y adolescentes que presentan algún tipo de discapacidad, es necesario reconocer
que pueden hacer algunas partes de la actividad solos, pero que pueden requerir de algún
tipo de apoyo para iniciar - continuar - terminar la tarea o actividad solicitada o requerida
asegurándonos que sigan participando en el proceso.

• Practiquemos con el ejemplo. Debemos ser coherentes si queremos ayudarle a asumir


responsabilidades, confiar en ellas y ellos.

• Apoyemos en la gestión de sus emociones o estados de ánimo con estrategias sencillas como
el control de la respiración, solicitar momentos para calmarse, etc.

• Tengamos momentos y espacios para festejar sus logros en donde puedan participar los
integrantes de la familia.

De acción:

• Iniciemos por generar un ambiente positivo y de respeto en el hogar y espacios familiares, este
es un primer paso para plantear retos y tareas que nuestras hijas e hijos puedan realizar.

• Incentivemos el trabajo en equipo. Si los integrantes de la familia colaboramos y nos brindamos


ayuda mutua respetando espacios y procesos de aprendizaje nuestras hijas e hijos sentirán que
su colaboración es importante.

• Estimulemos su ánimo por medio de mensajes positivos, más aún si notamos que necesitan
apoyo emocional. Podemos recordarles las situaciones en las que se sobrepusieron exitosamente
a obstáculos.

• Pidamos que nos enseñen sus técnicas de estudio. Convirtámonos en sus aprendices, así
favorecemos sus procesos de aprendizaje.

• Al momento de realizar una crítica constructiva sobre sus actividades, ya sean cotidianas o
de aprendizaje, señalar primero las fortalezas y los aspectos positivos de los mismos y luego
brindar consejos y recomendaciones de manera respetuosa, invitándolos a reconocer también
como se observan y sienten ellas y ellos.

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Orientaciones a las familias para el desarrollo de la autonomía en hijas e hijos

Guiar a nuestras hijas e hijos en el aprendizaje de los hábitos de autonomía, no solo es una
oportunidad para que aprendan por sí mismos, sino para potenciar más capacidades. Las niñas,
niños y adolescentes necesitan enfrentarse a retos para aprender a superarlas, es parte de su
desarrollo y ayudará que los acompañemos con respeto.

¿Qué prácticas cotidianas ayudan a potenciar la autonomía


y cómo podemos aprovecharlas para el aprendizaje?

Las actividades que como madres, padres y cuidadores podemos asignar a las niñas y niños deben
de ser graduales dependiendo de su edad y sobre todo conociendo sus habilidades y destrezas,
no podemos forzar a las niñas, niños y adolescentes a realizar una actividad en donde se generará
ansiedad e inseguridad porque esto solo hará que se no se sienta capaz o no desea volver a
realizarla.

Te brindamos algunos ejemplos de prácticas cotidianas según la edad y/o nivel educativo para
fomentar su autonomía:

Para estudiantes en el nivel inicial:

Durante los cuidados cotidianos:

• Permitamos que realicen algunas acciones por sí solos en los momentos de alimentación,
aseo, cambio de pañal o ropa, etc. Por ejemplo, pelar una mandarina, quitarse las medias,
elegir la ropa del día, elegir entre dos o más opciones de fruta. Ayudémosles con preguntas,
como: ¿Prefieres ponerte zapatos o zapatillas? o ¿Qué fruta te gustaría comer hoy, manzana o
plátano? De esta manera promovemos la toma de decisiones desde sus intereses.

Durante el juego:

• La selección del juego y los elementos que utilice pueden convertirse en un gran momento
de aprendizaje y autonomía, pregúntale por los objetos que necesitaría para jugar de forma
individual o grupal, teniendo en cuenta también su seguridad en todo momento. Es muy
importante valorar su iniciativa, además de experimentar con el ensayo y el error permitiéndoles
resolver pequeños problemas por sí solos.

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Orientaciones a las familias para el desarrollo de la autonomía en hijas e hijos

En las tareas del hogar:

• Aprovechen algunas tareas del hogar para promover su participación, escuchando y tomando
en cuenta sus opiniones, por ejemplo: ¿Qué opinas si cambiamos de lugar este mueble? De
igual manera, estableciendo acuerdos para asumir algunas responsabilidades, expresando sus
ideas ¿En qué te gustaría ayudarme hoy?, permitiendo que colabore en algunas tareas como:
poner la mesa, ayudar en la preparación de una receta, entre otras.

Para estudiantes en el nivel primaria:

• Dándoles tareas que pueda realizar sin ayuda, teniendo en cuenta su edad, por ejemplo, doblar
sus medias, colocar en su sitio sus objetos personales o tender su cama, felicitándolos por sus
logros.

• Refuerza con elogios las actividades que realiza, por ejemplo asearse, lo importante es que
forme el hábito, no regañemos a nuestra hija o hijos, esto los limita y les crea inseguridad en sí
mismos.

• Haciendo que participe en la toma de decisiones familiares, escuchando su opinión con


atención y disposición y dándoles el tiempo necesario para expresarse.

• Motivándolos a realizar las diversas tareas del hogar, trazando una sola meta, sencilla y
alcanzable que permita a la niña o al niño tener éxito, por ejemplo, al inicio solo colocar los
individuales y luego poner toda la mesa.

• Promovamos que elijan en casa su lugar de estudios, donde se sientan más cómodos y
organicen ese espacio según sus gustos.

• Motivándolos a organizar su tiempo y felicitar su iniciativa. Preguntemos por su organización


y en caso sea necesario dialogar sobre algún cambio.

• Permitiendo que nos ayuden en diversas tareas sin limitarlos, recuerda que del error se aprende:
Debemos graduar el apoyo que le ofrecemos, la idea es disminuir poco a poco hasta lograr que
lo hagan por sí mismos.

Para estudiantes en el nivel secundaria:

En la dimensión personal:

• Promovamos su toma de decisiones respecto a la elección de situaciones que favorecen su


desarrollo personal, cuidado de sí mismo, proyección hacia el futuro, por ejemplo, permitir
que tu hija o hijo elija la ropa y estilo que desea usar, respetar sus espacios y preferencias por
actividades de su interés.

• Ayudemos a que reconozcan situaciones que pueden afectar su integridad física, psicológica y
moral para evitarlas; respetar sus sueños y metas a futuro, acompañándolo/a en cada una de
sus decisiones, de acuerdo a su edad.

En la dimensión social:

• Promovamos que las y los adolescentes participen en forma activa en los diferentes espacios
que se dan en el entorno familiar, escolar y social. Por ejemplo: darle la oportunidad que opine
en las decisiones que se toma en la familia o para resolver pequeños problemas, brindarle
responsabilidades familiares de acuerdo a su edad, como el cuidado de sus hermanos menores,
mascotas, compras, quehaceres domésticos, etc.

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Orientaciones a las familias para el desarrollo de la autonomía en hijas e hijos

• Respetemos sus decisiones respecto a su participación en actividades escolares, deportivas,


culturales, etc. valorando las relaciones que establecen con amigos y compañeros.

En la dimensión los aprendizajes:

• Incentivemos que desarrollen sus propias estrategias para el aprendizaje, promoviendo el uso
adecuado de su tiempo y espacio. Motivarlos a pedir ayuda de ser necesario a sus profesores,
compañeros o familiares.

• Alentemos con mensajes que promuevan la confianza en sus propias capacidades para aprender
y automotivarse. Orientemos y propiciemos, contando con su participación, la búsqueda de
oportunidades educativas y laborales en su localidad.

Cómo podemos reconocer, las diversas actividades cotidianas en familia permiten ampliar y
mejorar el desarrollo de las capacidades de las niñas, niños y adolescentes, contribuyendo a su
preparación para tomar decisiones adecuadas, afrontar toda clase de retos con seguridad en sí
mismos, es decir tener autonomía.

Recuerda: Nuestras hijas e hijos son personas construidas con sus


propios aprendizajes y vivencias, démosle valor a cada una de ellas,
esto ayudará a fortalecer su autonomía en un ambiente de respeto
y diálogo.

El contenido del presente documento tiene fines exclusivamente pedagógicos y forma parte de la estrategia de educación a distancia
gratuita que imparte el Ministerio de Educación.

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