Orientaciones para Familias
Orientaciones para Familias
Orientaciones para Familias
el desarrollo de la autonomía en
hijas e hijos
Una de las cosas que podemos fortalecer en ellas y ellos, es el desarrollo de su autonomía.
Como madres, padres y cuidadores seguramente todos queremos hijas e hijos que actúen y
piensen con autonomía, pero no siempre sabemos cómo ayudarlos a ganar esta autonomía. Se han
preguntado ¿Qué podríamos hacer entonces para fomentarla? ¿Sabían, por ejemplo, que cuando
le preguntamos a nuestra hija o hijo de tres años qué ropa quisiera ponerse o qué le gustaría
comer, estamos fomentando su autonomía? O que cuando le damos la oportunidad de ayudarnos
en la preparación de la comida en la cocina estamos motivando a que dé los pasos para que, tanto
en el presente como en el futuro, pueda desarrollarse con autonomía.
¿Qué es la autonomía?
Es la facultad que desarrollan las personas, la misma que le permite tomar decisiones y actuar
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según su criterio personal, por ello, su importancia radica en que marca el desarrollo mental y
emocional de las personas.
La autonomía implica el sentimiento de ser libre, ser responsable de sí mismo, y encara el problema
de cómo se comporta la persona ante sí misma y la sociedad.
La autonomía se construye desde el nacimiento y es sostenida por la autoestima. Para que sea
posible su construcción la niña y el niño deben ser reconocidos, escuchados, acogidos y sostenidos
por su familia como un ser humano valioso, diferente y único, con sus propias características y
diversas capacidades.
La autonomía se puede desarrollar en toda persona, sin distinción alguna, sea por género,
discapacidad u otra condición, por lo tanto, para desarrollarla es necesario acompañar y ofrecerles
las oportunidades necesarias, como por ejemplo, practicando actividades y tareas, imitar buenas
acciones y sobre todo, escuchar sus opiniones, sentirse que dentro de la familia o escuela se valora
su esfuerzo, interés y logro de aprendizaje.
La autonomía permite a nuestras hijas e hijos desarrollar capacidades propias, como: la autoestima
y el autocontrol emocional para gestionar y superar dificultades, obstáculos y frustraciones propias
del vivir. Así como también disfrutar de los logros, retos, etc y generar sentimientos de trabajo en
equipo, de apoyo al bien común y el aprendizaje de la autorregulación.
La autonomía en las niñas, niños y adolescentes es uno de los objetivos primordiales en el proceso
de aprendizaje y enseñanza debido a que es la capacidad que tendrán para enfrentarse a las
situaciones cotidianas tales como las tareas y actividades que se adecuen y sean propias de su edad.
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Currículo Nacional de Educación Básica.
Orientaciones a las familias para el desarrollo de la autonomía en hijas e hijos
Así mismo, ayuda a que las niñas, niños y adolescentes se muestren más seguros de sí mismos y
de sus capacidades, a la vez que aprenden a asumir riesgos y a valorar sus posibilidades de éxito.
Las niñas y niños que no desarrollan su autonomía tienden a ser dependientes, pudiendo generarles
frustración al no lograr realizar lo que desea o se le solicita, esto repercute de manera negativa en
su proceso de aprendizaje porque son niñas y niños que necesitan mucho de la aprobación de las
y los adultos al no sentirse capaces de hacerlo por sí mismos.
Debemos empezar por reconocer que cada niña, niño y adolescente es único y tendrá su propio
desarrollo. Por ello es esencial conocer primero cuáles son las capacidades reales de cada uno de
ellos, para poder ayudarle en su justa medida, y no solucionarle la tarea cuando sean capaces de
realizarla solos.
Es muy importante considerar que algunas niñas, niños o adolescentes pueden requerir apoyo para
iniciar con el desarrollo de la autonomía, tengan o no una condición asociada a discapacidad, pero
será preciso que para algunos se requiere otro tipo de apoyo, como por ejemplo, verbales, táctiles,
gestuales o visuales, que les permitan decidir y aprender a ser consecuente con su decisión.
De reflexión:
• Evitemos actitudes sobreprotectoras y recordar que todos los integrantes de la familia, según
sus edades y características, aportan en el bienestar del hogar.
• Recordemos que la prisa nos puede generar frustración, sobre todo al momento de fomentar
la autonomía de las y los más pequeños, ya que, en numerosas ocasiones, no les damos tiempo
para que puedan explorar, descubrir y comprender las actividades o tareas.
• Brindemos tiempo para aprender. Los errores son necesarios para el aprendizaje. Permitamos
que se equivoquen.
• Alentemos a que puedan hacer las cosas por sí mismos. Permitamos que escojan. En el caso de
niñas, niños y adolescentes que presentan algún tipo de discapacidad, es necesario reconocer
que pueden hacer algunas partes de la actividad solos, pero que pueden requerir de algún
tipo de apoyo para iniciar - continuar - terminar la tarea o actividad solicitada o requerida
asegurándonos que sigan participando en el proceso.
• Apoyemos en la gestión de sus emociones o estados de ánimo con estrategias sencillas como
el control de la respiración, solicitar momentos para calmarse, etc.
• Tengamos momentos y espacios para festejar sus logros en donde puedan participar los
integrantes de la familia.
De acción:
• Iniciemos por generar un ambiente positivo y de respeto en el hogar y espacios familiares, este
es un primer paso para plantear retos y tareas que nuestras hijas e hijos puedan realizar.
• Estimulemos su ánimo por medio de mensajes positivos, más aún si notamos que necesitan
apoyo emocional. Podemos recordarles las situaciones en las que se sobrepusieron exitosamente
a obstáculos.
• Pidamos que nos enseñen sus técnicas de estudio. Convirtámonos en sus aprendices, así
favorecemos sus procesos de aprendizaje.
• Al momento de realizar una crítica constructiva sobre sus actividades, ya sean cotidianas o
de aprendizaje, señalar primero las fortalezas y los aspectos positivos de los mismos y luego
brindar consejos y recomendaciones de manera respetuosa, invitándolos a reconocer también
como se observan y sienten ellas y ellos.
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Orientaciones a las familias para el desarrollo de la autonomía en hijas e hijos
Guiar a nuestras hijas e hijos en el aprendizaje de los hábitos de autonomía, no solo es una
oportunidad para que aprendan por sí mismos, sino para potenciar más capacidades. Las niñas,
niños y adolescentes necesitan enfrentarse a retos para aprender a superarlas, es parte de su
desarrollo y ayudará que los acompañemos con respeto.
Las actividades que como madres, padres y cuidadores podemos asignar a las niñas y niños deben
de ser graduales dependiendo de su edad y sobre todo conociendo sus habilidades y destrezas,
no podemos forzar a las niñas, niños y adolescentes a realizar una actividad en donde se generará
ansiedad e inseguridad porque esto solo hará que se no se sienta capaz o no desea volver a
realizarla.
Te brindamos algunos ejemplos de prácticas cotidianas según la edad y/o nivel educativo para
fomentar su autonomía:
• Permitamos que realicen algunas acciones por sí solos en los momentos de alimentación,
aseo, cambio de pañal o ropa, etc. Por ejemplo, pelar una mandarina, quitarse las medias,
elegir la ropa del día, elegir entre dos o más opciones de fruta. Ayudémosles con preguntas,
como: ¿Prefieres ponerte zapatos o zapatillas? o ¿Qué fruta te gustaría comer hoy, manzana o
plátano? De esta manera promovemos la toma de decisiones desde sus intereses.
Durante el juego:
• La selección del juego y los elementos que utilice pueden convertirse en un gran momento
de aprendizaje y autonomía, pregúntale por los objetos que necesitaría para jugar de forma
individual o grupal, teniendo en cuenta también su seguridad en todo momento. Es muy
importante valorar su iniciativa, además de experimentar con el ensayo y el error permitiéndoles
resolver pequeños problemas por sí solos.
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Orientaciones a las familias para el desarrollo de la autonomía en hijas e hijos
• Aprovechen algunas tareas del hogar para promover su participación, escuchando y tomando
en cuenta sus opiniones, por ejemplo: ¿Qué opinas si cambiamos de lugar este mueble? De
igual manera, estableciendo acuerdos para asumir algunas responsabilidades, expresando sus
ideas ¿En qué te gustaría ayudarme hoy?, permitiendo que colabore en algunas tareas como:
poner la mesa, ayudar en la preparación de una receta, entre otras.
• Dándoles tareas que pueda realizar sin ayuda, teniendo en cuenta su edad, por ejemplo, doblar
sus medias, colocar en su sitio sus objetos personales o tender su cama, felicitándolos por sus
logros.
• Refuerza con elogios las actividades que realiza, por ejemplo asearse, lo importante es que
forme el hábito, no regañemos a nuestra hija o hijos, esto los limita y les crea inseguridad en sí
mismos.
• Motivándolos a realizar las diversas tareas del hogar, trazando una sola meta, sencilla y
alcanzable que permita a la niña o al niño tener éxito, por ejemplo, al inicio solo colocar los
individuales y luego poner toda la mesa.
• Promovamos que elijan en casa su lugar de estudios, donde se sientan más cómodos y
organicen ese espacio según sus gustos.
• Permitiendo que nos ayuden en diversas tareas sin limitarlos, recuerda que del error se aprende:
Debemos graduar el apoyo que le ofrecemos, la idea es disminuir poco a poco hasta lograr que
lo hagan por sí mismos.
En la dimensión personal:
• Ayudemos a que reconozcan situaciones que pueden afectar su integridad física, psicológica y
moral para evitarlas; respetar sus sueños y metas a futuro, acompañándolo/a en cada una de
sus decisiones, de acuerdo a su edad.
En la dimensión social:
• Promovamos que las y los adolescentes participen en forma activa en los diferentes espacios
que se dan en el entorno familiar, escolar y social. Por ejemplo: darle la oportunidad que opine
en las decisiones que se toma en la familia o para resolver pequeños problemas, brindarle
responsabilidades familiares de acuerdo a su edad, como el cuidado de sus hermanos menores,
mascotas, compras, quehaceres domésticos, etc.
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Orientaciones a las familias para el desarrollo de la autonomía en hijas e hijos
• Incentivemos que desarrollen sus propias estrategias para el aprendizaje, promoviendo el uso
adecuado de su tiempo y espacio. Motivarlos a pedir ayuda de ser necesario a sus profesores,
compañeros o familiares.
• Alentemos con mensajes que promuevan la confianza en sus propias capacidades para aprender
y automotivarse. Orientemos y propiciemos, contando con su participación, la búsqueda de
oportunidades educativas y laborales en su localidad.
Cómo podemos reconocer, las diversas actividades cotidianas en familia permiten ampliar y
mejorar el desarrollo de las capacidades de las niñas, niños y adolescentes, contribuyendo a su
preparación para tomar decisiones adecuadas, afrontar toda clase de retos con seguridad en sí
mismos, es decir tener autonomía.
El contenido del presente documento tiene fines exclusivamente pedagógicos y forma parte de la estrategia de educación a distancia
gratuita que imparte el Ministerio de Educación.